Otro escenario más (libre)

Y las obras favoritas de Isserielle iba a ser representadas en las semanas siguientes. Está en parte, estaba emocionada. Tenía su hogar en París pero cuando se organizaban eventos de esta índole, Isserielle hacia la maleta para poder irse al hotel más cercano al teatro y siempre esperaba a estar preparada para la noche y poder asistir al teatro. Era una parte de ella que adoraba además de la muchacha altiva y protectora de su propio ser. El teatro era algo que la sacaba de su rutina de odio hacia el hombre y de los estridentes conversaciones con el mayordomo de su hermana al que se le tenía permitido al menos conversar con Isserielle. Se daba cuenta de que molestaba con su continuo odio hacia el hombre, de que se ponía pesadita con el tema, pero viendo lo que veía por la calle, la mujer era completamente sumisa y eso lo odiaba.

Esa mañana daba un paseo directamente por el puente que atravesaba la belleza del rio Sena. La suave brisa que rozaba su rostro era gélido, como si el mismo aire avisara de que pronto cambiaria de clima. Tendría que ir de compras nuevamente, exclusivamente salir con su hermana ya que hacía tiempo que no salían juntas. Necesitaría una habitación nueva para poder ampliar su vestidor con nueva ropa de invierno, pero para la poca atención que conseguía obtener de los hombres mejor ni asistía a las fiestas que se organizaban en la sociedad de la clase alta, pero era delicioso ver las caras de los hombres, la comida y el vino que siempre servían era delicioso. Lo único que gustaba a los hombres de Isserielle era su voz y su dominio al piano. Hasta ella misma componía sus canciones.

Su paseo matutino del Sena se estaba convirtiendo aburrido.

Veía a casi las mismas parejas pasar por su lado. Ella sin embargo que buscaba la necesidad de un cambio en su rutina esperaba a que fuera de noche para poder asistir al teatro, sola, aunque estuviera mal visto ir al teatro y completamente sola, pero sola. A lo mejor debería de adoptar a algún niño del orfanato, pero también está mal visto ir sola de madre soltera a un orfanato, aunque esta tuviera fondos para una buena educación del infante. Tal vez debería dejar de sobreponerse al hombre aunque fuera durante un tiempo, pero no sería ella misma.

Sus pasos dibujaban un camino por el empedrado de los adoquines de Paris hacia la esquina de al final del puente en cuanto giró hacia su izquierda, se encontró con una pareja dándose el lote. Una pareja cualquiera, dándose el lote y no era una muchacha de ropas ligeras. Isserielle miro hacia otro lado y pensó en la felicidad y el júbilo de estar con alguien, solo que ella era una mujer difícil. Cuando alguien de verdad no quiera perseguirla con un puñal en alto para poder matarla, entonces pensará en cambiar su actitud de sobreponerse sobre lo que es la imagen del hombre en estos tiempos tan difíciles para la mujer.