AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Bloody crazy {privado} +18
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Bloody crazy {privado} +18
A pesar de su condición y tener que vivir de noche, durmiendo de día, gracias al oficio de su amado escritor y, ahora actor, Ksenia podía coincidir la mayor parte del tiempo con Ephraim, cuyas funciones y ensayos eran siempre durante la tarde, así que ambos habían acordado dormir durante las mañanas para aprovechar gran parte de la noche para estar juntos y recuperar los años perdidos.
La vampiresa salía a cazar cuando ya anochecía y se representaba la última sesión de teatro del día, así para cuando regresaba al departamento, Eph ya estaba allí, disfrutando de su propia cena sólida. Las tomas que la no muerta le daba a su esclavo de sangre se habían ido distanciando entre sí para que la adicción no fuera excesiva. Ambos sabían el peligro que implicaba todo aquello, pero la enfermedad del hombre era mortal y era su única salida, porque no existía cura conocida.
Aquella noche, la morena llegó al piso y se encontró a su pareja recién aseada. Más de una vez se le había quejado de lo mucho que costaba quitarse el maquillaje y que sólo el agua caliente de la tina le ayudaba a deshacerse del todo de él. Así que no era algo nuevo que le encontrara con el cabello largo mojado y sus gafas puestas, leyendo un libro mientras se sentaba a la mesa a degustar su comida.
-Te has mal acostumbrado a tu condición y crees que ya no podrás resfriarte jamás. Aún así deberías cuidarte...
Se aproximó a él y le besó en la mejilla. A veces estaba tan sumido en el mundo al que le transportaba la lectura, que no sabía si la oía de verdad o sólo asentía y contestaba como un mero acto condicionado. Ella sonrió y se sentó a la mesa con él. Le gustaba verle concentrado y también disfrutar de las cosas que sólo los mortales podían disfrutar, como la comida y la sensación de sentirse saludable.
-¿Cómo ha ido en el teatro hoy?
Era miércoles y tocaba darle de su sangre, pero seguía siendo reticente al acto y lo prolongaba cuanto podía con algo de charla. Además, le gustaba saber cómo le iban las cosas, si se sentía feliz con su trabajo, si realmente agradecía seguir vivo y no la maldecía ya por ello.
La vampiresa salía a cazar cuando ya anochecía y se representaba la última sesión de teatro del día, así para cuando regresaba al departamento, Eph ya estaba allí, disfrutando de su propia cena sólida. Las tomas que la no muerta le daba a su esclavo de sangre se habían ido distanciando entre sí para que la adicción no fuera excesiva. Ambos sabían el peligro que implicaba todo aquello, pero la enfermedad del hombre era mortal y era su única salida, porque no existía cura conocida.
Aquella noche, la morena llegó al piso y se encontró a su pareja recién aseada. Más de una vez se le había quejado de lo mucho que costaba quitarse el maquillaje y que sólo el agua caliente de la tina le ayudaba a deshacerse del todo de él. Así que no era algo nuevo que le encontrara con el cabello largo mojado y sus gafas puestas, leyendo un libro mientras se sentaba a la mesa a degustar su comida.
-Te has mal acostumbrado a tu condición y crees que ya no podrás resfriarte jamás. Aún así deberías cuidarte...
Se aproximó a él y le besó en la mejilla. A veces estaba tan sumido en el mundo al que le transportaba la lectura, que no sabía si la oía de verdad o sólo asentía y contestaba como un mero acto condicionado. Ella sonrió y se sentó a la mesa con él. Le gustaba verle concentrado y también disfrutar de las cosas que sólo los mortales podían disfrutar, como la comida y la sensación de sentirse saludable.
-¿Cómo ha ido en el teatro hoy?
Era miércoles y tocaba darle de su sangre, pero seguía siendo reticente al acto y lo prolongaba cuanto podía con algo de charla. Además, le gustaba saber cómo le iban las cosas, si se sentía feliz con su trabajo, si realmente agradecía seguir vivo y no la maldecía ya por ello.
Última edición por Ksenia Vasil el Mar Oct 17, 2017 11:17 am, editado 1 vez
Ksenia Vasil- Vampiro Clase Media
- Mensajes : 76
Fecha de inscripción : 26/08/2014
Re: Bloody crazy {privado} +18
La tarde en el teatro había sido normal, sin mucha novedad. Ulrich había aceptado una nueva de teatro que representar y todos los actores ensayaban sus respectivos papeles.
Después de tanto tiempo, los papeles protagonistas se los daban a Eph, era casi el mas veterano del teatro y el que parecía tener un extraño don para la representación, aunque algunas de las obras se le hiciesen ligeramente tediosas siempre se metía en el papel con facilidad.
En sus estado normal no solía poner muchas pegas. Ensayaba sus diálogos y ayudaba a otros de sus compañeros con los suyos, no tenía problemas a la hora de hacerlo, todo lo contrario, al igual que a ellos, otros le habían dado la oportunidad a él cuando empezó.
Aunque el sueño de Eph siempre había sido llegar a ser escritor, aquello no se quedaba demasiado lejos de aquel sueño, al fin y al cabo interpretaba las historias que tanto había leído y otras que eran nuevas.
La tarde de trabajo fue dura, fructífera y divertida. Al salir del teatro casi todos los actores y el dueño del mismo se fueron a una de las tabernas a tomar algo, por supuesto Ephraim estaba invitado, pero denegó amablemente la invitación. Tenía ganas de llegar a casa, se sentía algo cansado y ademas tenía ganas de ver a Ksenia. Aunque se veían todos los días, le gustaba aprovechar el tiempo libre con ella siempre que podía.
Se despidió de ellos y fue a la que ahora era también su casa. Se quitó la ropa, la dejó doblada sobre la cama, cogió ropa limpia y se fue a dar un baño de agua bien caliente que le relajase un poco los músculos y la tensión del día, ademas para poder quitarse el poco maquillaje que hubiese tenido que usar en los ensayos, que aunque era poco, era difícil de quitar.
Volvía a toser, no era nada grave por supuesto, aun se encontraba bien y sabía que podría aguantar unos días mas sin tomar la sangre de Ksenia, aunque también sabía que si le veía toser o le veía mas débil de lo normal le haría beber su sangre.
Se sumergió del todo en el agua y se quedo durante unos segundos bajo el agua, aguantando todo lo que pudo la respiración. No fue mucho y cuando salio tomo aire de forma forzosa y casi dolorosa. Suspiró y cerró los ojos apoyando la cabeza sobre el borde de la bañera.
No supo cuanto tiempo estuvo así, pero cuando empezó a notar que el agua se enfriaba se aclaró el pelo y salio del agua.
Se vistió con una blusa ancha de color blanco y unos pantalones negros, cómodos también. Cogió uno de los libros que estaba leyendo de la mesilla de noche, junto con sus gafas y fue a la cocina a por algo de comida. Ksenia se preocupaba mucho por él, tanto , que insistía en dejarle siempre algo de comida hecha. Fuese lo que fuese, aunque Eph le había dicho en mas de una ocasión que no se tenía porque molestar. El podría preparar cualquier cosa al llegar del teatro. Al fin y al cabo los años anteriores viviendo solo le habían servido para desenvolverse bien en una casa.
Se sentó a la mesa, con el libro abierto y la cena. Con cada bocado que daba pasaba una pagina, por lo cual la comida siempre se acababa quedando fría en el plato antes de que terminase de cenar. No se había secado el pelo y este caída laceo y empapado por la espalda y los hombros. De hecho en alguna ocasión salpico algo de agua al libro que estaba leyendo y Eph se daba prisa en quitar las gotas para evitar que se estropeasen sus paginas.
Estaba tan metido en la lectura que no sintió a Ksenia entrar en la casa hasta que esta no le habló...por segunda vez y le dio un beso en la mejilla. Ephraim alzo la vista y sonrió, solo había escuchado algo de "el teatro".
-Mas o menos como todos los días esta semana-cerró el libro y lo dejo sobre la mesa para poder prestar mas atención a la vampira.-seguimos ensayando y aun quedan unos cuantos dias para el estreno, por lo cual vamos sin mucha prisa. ¿que tal te ha ido a ti el día?
Le gustaban aquellos pequeños momentos juntos, le gustaba perderse en la mirada de la vampira, las conversaciones que tenían, la convivencia en si, aunque no fuese del todo una convivencia normal y al uso.
Después de tanto tiempo, los papeles protagonistas se los daban a Eph, era casi el mas veterano del teatro y el que parecía tener un extraño don para la representación, aunque algunas de las obras se le hiciesen ligeramente tediosas siempre se metía en el papel con facilidad.
En sus estado normal no solía poner muchas pegas. Ensayaba sus diálogos y ayudaba a otros de sus compañeros con los suyos, no tenía problemas a la hora de hacerlo, todo lo contrario, al igual que a ellos, otros le habían dado la oportunidad a él cuando empezó.
Aunque el sueño de Eph siempre había sido llegar a ser escritor, aquello no se quedaba demasiado lejos de aquel sueño, al fin y al cabo interpretaba las historias que tanto había leído y otras que eran nuevas.
La tarde de trabajo fue dura, fructífera y divertida. Al salir del teatro casi todos los actores y el dueño del mismo se fueron a una de las tabernas a tomar algo, por supuesto Ephraim estaba invitado, pero denegó amablemente la invitación. Tenía ganas de llegar a casa, se sentía algo cansado y ademas tenía ganas de ver a Ksenia. Aunque se veían todos los días, le gustaba aprovechar el tiempo libre con ella siempre que podía.
Se despidió de ellos y fue a la que ahora era también su casa. Se quitó la ropa, la dejó doblada sobre la cama, cogió ropa limpia y se fue a dar un baño de agua bien caliente que le relajase un poco los músculos y la tensión del día, ademas para poder quitarse el poco maquillaje que hubiese tenido que usar en los ensayos, que aunque era poco, era difícil de quitar.
Volvía a toser, no era nada grave por supuesto, aun se encontraba bien y sabía que podría aguantar unos días mas sin tomar la sangre de Ksenia, aunque también sabía que si le veía toser o le veía mas débil de lo normal le haría beber su sangre.
Se sumergió del todo en el agua y se quedo durante unos segundos bajo el agua, aguantando todo lo que pudo la respiración. No fue mucho y cuando salio tomo aire de forma forzosa y casi dolorosa. Suspiró y cerró los ojos apoyando la cabeza sobre el borde de la bañera.
No supo cuanto tiempo estuvo así, pero cuando empezó a notar que el agua se enfriaba se aclaró el pelo y salio del agua.
Se vistió con una blusa ancha de color blanco y unos pantalones negros, cómodos también. Cogió uno de los libros que estaba leyendo de la mesilla de noche, junto con sus gafas y fue a la cocina a por algo de comida. Ksenia se preocupaba mucho por él, tanto , que insistía en dejarle siempre algo de comida hecha. Fuese lo que fuese, aunque Eph le había dicho en mas de una ocasión que no se tenía porque molestar. El podría preparar cualquier cosa al llegar del teatro. Al fin y al cabo los años anteriores viviendo solo le habían servido para desenvolverse bien en una casa.
Se sentó a la mesa, con el libro abierto y la cena. Con cada bocado que daba pasaba una pagina, por lo cual la comida siempre se acababa quedando fría en el plato antes de que terminase de cenar. No se había secado el pelo y este caída laceo y empapado por la espalda y los hombros. De hecho en alguna ocasión salpico algo de agua al libro que estaba leyendo y Eph se daba prisa en quitar las gotas para evitar que se estropeasen sus paginas.
Estaba tan metido en la lectura que no sintió a Ksenia entrar en la casa hasta que esta no le habló...por segunda vez y le dio un beso en la mejilla. Ephraim alzo la vista y sonrió, solo había escuchado algo de "el teatro".
-Mas o menos como todos los días esta semana-cerró el libro y lo dejo sobre la mesa para poder prestar mas atención a la vampira.-seguimos ensayando y aun quedan unos cuantos dias para el estreno, por lo cual vamos sin mucha prisa. ¿que tal te ha ido a ti el día?
Le gustaban aquellos pequeños momentos juntos, le gustaba perderse en la mirada de la vampira, las conversaciones que tenían, la convivencia en si, aunque no fuese del todo una convivencia normal y al uso.
Ephraim Eichhorst- Esclavo de Sangre/Clase Media
- Mensajes : 54
Fecha de inscripción : 01/09/2017
Re: Bloody crazy {privado} +18
Se dio cuenta que tardaba en reaccionar y rió de manera disimulada, no pretendía molestarle cuando leía, pero era divertido ver cuánto se metía en las historias. A ella también le gustaban los libros, pero el caso de Ephraim era claramente distinto al suyo, como actor, le parecía que él vivía cada personaje de una manera intensa y a menudo se le reflejaba en el rostro y sus hermosos ojos azul grisáceo. Al ver que al fin la miraba, le dedicó una cálida sonrisa, una de las pocas cosas a las que parecía poder agregar una temperatura la vampiresa.
-¿Y qué obra representáis esta vez? ¿Es conocida o algo nuevo?
Intentaba evitar contestar a la pregunta ajena, porque no se enorgullecía de lo que hacía cuando tenía que chupar sangre humana, además de que sentaba las bases para lo que iba a suceder a continuación. Tras unos segundos de distensión mental, decidió responder sin mentir, pero tampoco contando la parte vergonzosa de su existencia.
-Fui a comprar provisiones al mercado negro, necesitábamos ropa más vaporosa ahora que se acerca el calor, no dormirás bien si sudas.
Ella no sentía frío ni calor, aunque sí los cambios de temperatura, pero no le afectaban y era incapaz de sudar, así que tampoco importaba demasiado. En cambio no quería que el escritor estuviera incómodo si podía evitarlo. Observó que el plato estaba medio lleno aún y arrugó la nariz. Ella no conocía los gustos humanos, así que cocinar no era su mejor rasgo, pero era testaruda y se empeñaba en prepararle la cena a Eph todos los días.
-¿No me quedó bueno? Si le sobran especias sólo me lo tienes que decir e iré con más cuidado la próxima vez...
Para ganar dinero y poder pagar todas las cosas que usaban, además del salario del actor, Ksenia se dedicaba a la compraventa de objetos curiosos, pero nunca robados. Eran cosas que gente vendía pensaba no tenían valor y ella se encargaba de localizar a un comprador que encajara con cada pieza y la considerase un tesoro, ganando así un beneficio considerable.
-Ah, logré vender hoy el ciervo de madera del siglo XV. Y creo que he conseguido un cliente fijo con esa transacción.
Sonrió, porque de esa parte de su vida sí se sentía orgullosa. Hacía algo sin dañar a nadie y conseguía sobrevivir junto a alguien que quería. No podía evitar sentir felicidad en ciertos instantes de su eterna condena.
-¿Y qué obra representáis esta vez? ¿Es conocida o algo nuevo?
Intentaba evitar contestar a la pregunta ajena, porque no se enorgullecía de lo que hacía cuando tenía que chupar sangre humana, además de que sentaba las bases para lo que iba a suceder a continuación. Tras unos segundos de distensión mental, decidió responder sin mentir, pero tampoco contando la parte vergonzosa de su existencia.
-Fui a comprar provisiones al mercado negro, necesitábamos ropa más vaporosa ahora que se acerca el calor, no dormirás bien si sudas.
Ella no sentía frío ni calor, aunque sí los cambios de temperatura, pero no le afectaban y era incapaz de sudar, así que tampoco importaba demasiado. En cambio no quería que el escritor estuviera incómodo si podía evitarlo. Observó que el plato estaba medio lleno aún y arrugó la nariz. Ella no conocía los gustos humanos, así que cocinar no era su mejor rasgo, pero era testaruda y se empeñaba en prepararle la cena a Eph todos los días.
-¿No me quedó bueno? Si le sobran especias sólo me lo tienes que decir e iré con más cuidado la próxima vez...
Para ganar dinero y poder pagar todas las cosas que usaban, además del salario del actor, Ksenia se dedicaba a la compraventa de objetos curiosos, pero nunca robados. Eran cosas que gente vendía pensaba no tenían valor y ella se encargaba de localizar a un comprador que encajara con cada pieza y la considerase un tesoro, ganando así un beneficio considerable.
-Ah, logré vender hoy el ciervo de madera del siglo XV. Y creo que he conseguido un cliente fijo con esa transacción.
Sonrió, porque de esa parte de su vida sí se sentía orgullosa. Hacía algo sin dañar a nadie y conseguía sobrevivir junto a alguien que quería. No podía evitar sentir felicidad en ciertos instantes de su eterna condena.
Ksenia Vasil- Vampiro Clase Media
- Mensajes : 76
Fecha de inscripción : 26/08/2014
Re: Bloody crazy {privado} +18
Asintió ligeramente mientras se llevaba otra cucharada de comida a la boca.
Fue en ese momento cuando escuchó la pregunta de la vampira sobre como estaba la cena. Eso hizo que Eph mirase el plato viendo que estaba aun medio lleno.
-No es eso-sonrió ligeramente- es que se me pasa el tiempo volando cuando leo y a veces me enfrasco demasiado en la lectura y se me olvida todo lo demás. Aunque eso ya lo sabes. No es porque este malo, la verdad es que está bastante mejor de lo que suelo preparar yo, o bueno, lo que solía preparar. Por lo cual, no te preocupes, está perfecto.
Aunque de haber sido completamente sincero le habría dicho que no se había fijado en el sabor de la comida. De hecho solía comer por rutina mas que por hambre y siempre que lo hacía estaba entretenido contras cosas, ya fuesen libros, guiones...u otras cosas.
-Vaya...esa es una gran noticia-aquel ciervo era una bonita pieza de artesanía, algo que no debía costar vender y sacar algo de tajada de la misma. Ksenia tenía buen ojo para aquel tipo de transacciones, Eph por el contrario...sabía mas de libros que de otra cosa y por norma general no le gustaba deshacerse de ellos, a no ser que fuese verdaderamente necesario para la supervivencia, cosa que por el momento no había pasado.-bueno, con suerte este mes iremos un poco mas holgados con los gastos. Y la obra que vamos a representar es la de Romeo y Julieta. Ruby está emocionada como siempre, ese tipo de obras le encantan...en cuanto a mi-se encogió de hombros.- es una obra que está demasiado trillada ya.-realmente había poca novedad en el teatro. Y las obras que mas les gustaba a la nobleza eran aquellas obras dramáticas e idílicas a su manera. Por alguna razón todas las damas soñaban con esa clase de amor imposible que acaba en desgracia ¿no era algo contradictorio?- bueno, háblame de ese cliente "fijo". Tengo curiosidad.-dijo con una sonrisa de medio lado- ¿tengo que preocuparme por él?-preguntó con cierta ironia en la voz.
Fue en ese momento cuando escuchó la pregunta de la vampira sobre como estaba la cena. Eso hizo que Eph mirase el plato viendo que estaba aun medio lleno.
-No es eso-sonrió ligeramente- es que se me pasa el tiempo volando cuando leo y a veces me enfrasco demasiado en la lectura y se me olvida todo lo demás. Aunque eso ya lo sabes. No es porque este malo, la verdad es que está bastante mejor de lo que suelo preparar yo, o bueno, lo que solía preparar. Por lo cual, no te preocupes, está perfecto.
Aunque de haber sido completamente sincero le habría dicho que no se había fijado en el sabor de la comida. De hecho solía comer por rutina mas que por hambre y siempre que lo hacía estaba entretenido contras cosas, ya fuesen libros, guiones...u otras cosas.
-Vaya...esa es una gran noticia-aquel ciervo era una bonita pieza de artesanía, algo que no debía costar vender y sacar algo de tajada de la misma. Ksenia tenía buen ojo para aquel tipo de transacciones, Eph por el contrario...sabía mas de libros que de otra cosa y por norma general no le gustaba deshacerse de ellos, a no ser que fuese verdaderamente necesario para la supervivencia, cosa que por el momento no había pasado.-bueno, con suerte este mes iremos un poco mas holgados con los gastos. Y la obra que vamos a representar es la de Romeo y Julieta. Ruby está emocionada como siempre, ese tipo de obras le encantan...en cuanto a mi-se encogió de hombros.- es una obra que está demasiado trillada ya.-realmente había poca novedad en el teatro. Y las obras que mas les gustaba a la nobleza eran aquellas obras dramáticas e idílicas a su manera. Por alguna razón todas las damas soñaban con esa clase de amor imposible que acaba en desgracia ¿no era algo contradictorio?- bueno, háblame de ese cliente "fijo". Tengo curiosidad.-dijo con una sonrisa de medio lado- ¿tengo que preocuparme por él?-preguntó con cierta ironia en la voz.
Ephraim Eichhorst- Esclavo de Sangre/Clase Media
- Mensajes : 54
Fecha de inscripción : 01/09/2017
Re: Bloody crazy {privado} +18
Al escuchar la opinión del escritor sobre la cena, se sintió un poco más tranquila. Aún así, el que no comiera suficiente, le preocupaba, porque a pesar de estar delgado, era muy alto y tenía que alimentarse bien. No insistió en el tema, porque ya habían discutido alguna vez sobre ello y nunca sacaban nada en claro, cada uno con su opinión y motivos para respaldarla. Al menos no se dejaba morir de hambre, que ya era mucho.
Asintió con una sonrisa tras el cambio de tema cuando compartió su entusiasmo por la venta del ciervo, le hacía feliz sentirse respaldada por la persona con la que compartía su existencia. No había nada mejor que aquella sensación. Sin embargo, rápidamente, la expresión de su rostro cambió al oír el nombre de Ruby. La vampiresa había asistido a muchas representaciones de Ephraim y sabía lo que aquella chica parecía sentir por él, y era mucho más que fascinación por su trabajo. Arrugó la nariz y la frente, especialmente cuando se enteró de la obra que estaban ensayando. La idea no le gustaba ni un pelo, a pesar de la falta de entusiasmo del actor de larga melena, estaba convencida de que la humana estaría encantada con su papel y se aprovecharía todo lo posible de la cercanía que requerían sus papeles. Soltó un gruñido de clara desaprobación.
-No me gusta esa mujer.
Se levantó de su silla y fue a buscar algo que hacer, lo que fuera. Necesitaba tener las manos ocupadas, ya que la mente sabía sería incapaz de despejarla durante largo tiempo, aunque hablaran de otras cosas. Rescató una vieja camisa a la que le faltaban un par de botones y se dispuso a coserlos con cuidado. No se le daba bien, como muchas otras cosas, pero agradecería pincharse con la aguja múltiples veces con tal de sentir algo diferente a lo que la consumía en aquel momento exacto.
-¿Por qué te ibas a tener que preocupar? Es un cliente interesado en ebanistería antigua. Es relamido y huele a alcanfor.
Ksenia era sensible a los olores, su pareja lo sabía. Enseguida sentía desagrado por muchos de ellos, al igual que otros parecían agradarle y mucho. Tenía un olfato sumamente desarrollado, no sabía si debido a su condición de vampiro o algo genético previo al cambio. Pero condicionaba mucho su día a día, para bien y para mal.
Asintió con una sonrisa tras el cambio de tema cuando compartió su entusiasmo por la venta del ciervo, le hacía feliz sentirse respaldada por la persona con la que compartía su existencia. No había nada mejor que aquella sensación. Sin embargo, rápidamente, la expresión de su rostro cambió al oír el nombre de Ruby. La vampiresa había asistido a muchas representaciones de Ephraim y sabía lo que aquella chica parecía sentir por él, y era mucho más que fascinación por su trabajo. Arrugó la nariz y la frente, especialmente cuando se enteró de la obra que estaban ensayando. La idea no le gustaba ni un pelo, a pesar de la falta de entusiasmo del actor de larga melena, estaba convencida de que la humana estaría encantada con su papel y se aprovecharía todo lo posible de la cercanía que requerían sus papeles. Soltó un gruñido de clara desaprobación.
-No me gusta esa mujer.
Se levantó de su silla y fue a buscar algo que hacer, lo que fuera. Necesitaba tener las manos ocupadas, ya que la mente sabía sería incapaz de despejarla durante largo tiempo, aunque hablaran de otras cosas. Rescató una vieja camisa a la que le faltaban un par de botones y se dispuso a coserlos con cuidado. No se le daba bien, como muchas otras cosas, pero agradecería pincharse con la aguja múltiples veces con tal de sentir algo diferente a lo que la consumía en aquel momento exacto.
-¿Por qué te ibas a tener que preocupar? Es un cliente interesado en ebanistería antigua. Es relamido y huele a alcanfor.
Ksenia era sensible a los olores, su pareja lo sabía. Enseguida sentía desagrado por muchos de ellos, al igual que otros parecían agradarle y mucho. Tenía un olfato sumamente desarrollado, no sabía si debido a su condición de vampiro o algo genético previo al cambio. Pero condicionaba mucho su día a día, para bien y para mal.
Ksenia Vasil- Vampiro Clase Media
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Fecha de inscripción : 26/08/2014
Re: Bloody crazy {privado} +18
Eph era consciente de que la actriz no era santo de su devoción. La muchacha era una enamorada de las obras románticas y de los papales protagonistas en las mismas. Ruby era buena actriz y ademas era agraciada físicamente, por lo cual Ulrich le asignaba los papales femeninos protagonistas para atraer mas publico masculino al teatro.
-Si, soy consciente de que no te gusta-asintió ligeramente al comentario- de todas formas tampoco hay que darle mas importancia, es solo una compañera de trabajo y creo que es consciente de que puede morir si se acerca demasiado-Eph no pudo evitar sonreír abiertamente mientras miraba a la vampira.
Ruby no era consciente de que Ksenia era una vampira, pero la morena había dejado bien clara su posición una de las veces que fue al teatro y "mató" con la mirada a la actriz.
-Si, me imaginaba que sería una persona de esas características. Mientras que solo esté interesado en la ebanistería, vamos bien.- Eph también era consciente de que había clientes de Ksenia que no solo hacían negocios con ella por que les gustase los objetos que ella conseguía. Aun así era algo que se tomaba con tranquilidad y filosofía. Ella sabía cuidarse bien sola.
Eph se puso en pie dejando el plato de comida medio lleno y el libro cerrado al lado de dicho plato. Se acercó a la vampira por la espalda y la abrazó. Por alguna razón sabía que era lo que necesitaba en aquel momento. Le dio un beso en la mejilla y aumento la fuerza del abrazo.
-Creo que esa camisa puede esperar-le dio otro beso en la mejilla y apoyó la barbilla suavemente sobre la cabeza de la vampira. En momentos como aquel le daba la sensación de que Ksenia era mucho mas frágil de lo que en realidad era.
-Si, soy consciente de que no te gusta-asintió ligeramente al comentario- de todas formas tampoco hay que darle mas importancia, es solo una compañera de trabajo y creo que es consciente de que puede morir si se acerca demasiado-Eph no pudo evitar sonreír abiertamente mientras miraba a la vampira.
Ruby no era consciente de que Ksenia era una vampira, pero la morena había dejado bien clara su posición una de las veces que fue al teatro y "mató" con la mirada a la actriz.
-Si, me imaginaba que sería una persona de esas características. Mientras que solo esté interesado en la ebanistería, vamos bien.- Eph también era consciente de que había clientes de Ksenia que no solo hacían negocios con ella por que les gustase los objetos que ella conseguía. Aun así era algo que se tomaba con tranquilidad y filosofía. Ella sabía cuidarse bien sola.
Eph se puso en pie dejando el plato de comida medio lleno y el libro cerrado al lado de dicho plato. Se acercó a la vampira por la espalda y la abrazó. Por alguna razón sabía que era lo que necesitaba en aquel momento. Le dio un beso en la mejilla y aumento la fuerza del abrazo.
-Creo que esa camisa puede esperar-le dio otro beso en la mejilla y apoyó la barbilla suavemente sobre la cabeza de la vampira. En momentos como aquel le daba la sensación de que Ksenia era mucho mas frágil de lo que en realidad era.
Ephraim Eichhorst- Esclavo de Sangre/Clase Media
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Fecha de inscripción : 01/09/2017
Re: Bloody crazy {privado} +18
-¿En qué más iba a estar interesado?
A pesar de poseer el poder de la seducción, Ksenia no lo había usado jamás y, además, no tenía el ego desmesurado de muchos de su especie, aunque tampoco se infravaloraba. Pero no se consideraba atractiva para los hombres, pensaba que era una chica del montón, sin contar el tema de su alimentación a base de sangre. Así que no entendió que Ephraim pensara que un cliente u otra persona, pudiera tener interés en ella física o románticamente, a parte del propio escritor.
Al sentir los brazos ajenos rodearle la cintura, se tensó un momento. A veces le sorprendía el contacto físico, en especial cuando estaba enojada o celosa, como era el caso; como si su cuerpo levantara unos escudos invisibles y la mantuvieran alerta a cualquier roce. Sin embargo, se relajó enseguida, ya que sabía que se trataba de Eph y le gustaba cuando él la tocaba, aunque fuera una simple caricia en la mano. Sentía su calor a través de la ropa, contra la diferente temperatura de su propio ser y bajó las manos con la camisa y la aguja, dejándolas sobre la cómoda que tenía delante. Giró un poco el rostro y apoyó la sien sobre el hombro ajeno, al tiempo en que él hacía lo mismo con su mentón sobre la cabeza de ella. Deslizó sus dedos sobre los dorsos de las manos foráneas y resopló, como si expulsara toda la negatividad en aquel único gesto.
-Lo siento, sabes que a veces no puedo... controlar mis sentimientos. Me sobrepasan como una ola gigante...
Terminó por dar la vuelta entre los brazos del actor de teatro y correpondió a la muestra de cariño, ocultando el rostro en sus ropas y cerrando los ojos. Aspiró el aroma que él desprendía, no sólo se notaba el jabón por haberse dado un baño recientemente, sino que bajo aquel perfume se encontraba el olor del propio Ephraim que a la vampiresa le encantaba. Se sintió relajada de inmediato y sonrió, aunque la mueca de sus labios no pudo verse por la postura que tenía.
-Ya estoy mejor...
Murmuró de manera entendible, aunque baja y terminó por alzar lentamente la cabeza, mostrando poco a poco ojos, nariz y boca, hasta que la barbilla se quedó descansando en el pecho del alemán.
A pesar de poseer el poder de la seducción, Ksenia no lo había usado jamás y, además, no tenía el ego desmesurado de muchos de su especie, aunque tampoco se infravaloraba. Pero no se consideraba atractiva para los hombres, pensaba que era una chica del montón, sin contar el tema de su alimentación a base de sangre. Así que no entendió que Ephraim pensara que un cliente u otra persona, pudiera tener interés en ella física o románticamente, a parte del propio escritor.
Al sentir los brazos ajenos rodearle la cintura, se tensó un momento. A veces le sorprendía el contacto físico, en especial cuando estaba enojada o celosa, como era el caso; como si su cuerpo levantara unos escudos invisibles y la mantuvieran alerta a cualquier roce. Sin embargo, se relajó enseguida, ya que sabía que se trataba de Eph y le gustaba cuando él la tocaba, aunque fuera una simple caricia en la mano. Sentía su calor a través de la ropa, contra la diferente temperatura de su propio ser y bajó las manos con la camisa y la aguja, dejándolas sobre la cómoda que tenía delante. Giró un poco el rostro y apoyó la sien sobre el hombro ajeno, al tiempo en que él hacía lo mismo con su mentón sobre la cabeza de ella. Deslizó sus dedos sobre los dorsos de las manos foráneas y resopló, como si expulsara toda la negatividad en aquel único gesto.
-Lo siento, sabes que a veces no puedo... controlar mis sentimientos. Me sobrepasan como una ola gigante...
Terminó por dar la vuelta entre los brazos del actor de teatro y correpondió a la muestra de cariño, ocultando el rostro en sus ropas y cerrando los ojos. Aspiró el aroma que él desprendía, no sólo se notaba el jabón por haberse dado un baño recientemente, sino que bajo aquel perfume se encontraba el olor del propio Ephraim que a la vampiresa le encantaba. Se sintió relajada de inmediato y sonrió, aunque la mueca de sus labios no pudo verse por la postura que tenía.
-Ya estoy mejor...
Murmuró de manera entendible, aunque baja y terminó por alzar lentamente la cabeza, mostrando poco a poco ojos, nariz y boca, hasta que la barbilla se quedó descansando en el pecho del alemán.
Ksenia Vasil- Vampiro Clase Media
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Re: Bloody crazy {privado} +18
Era extraño, pero le gustaban aquellas reacciones de la vampira. Le daba la sensación de que, en ocasiones, ella era mucho mas humana que él. Al menos según el momento...
Ver aquella reacción en la que Ksenia empezaba a dejar ver su rostro como un ratoncillo asustado le hizo reír.
-Si, ya se ve que estás mejor-sonrió - y me alegro.-le acarició el pelo con delicadeza y le dio un beso en la cabeza antes de empezar a toser ligeramente.
Sentía una ligera molestia en el pecho, hacia días que no se alimentaba de la sangre de la vampira. Para ser exactos no recordaba cuando lo había hecho por ultima vez. Eph intentaba extender al máximo aquellos momentos, pues cuando bebía la sangre de la morena su mente se distorsionaba de tal forma que parecía que otra persona tomaba el relevo de su cuerpo y le asustaba que es lo que podía hacer bajo aquel "influjo". Sabía que a ella no la haría daño, pero...
Carraspeo un poco la garganta y fue a por el baso de agua alejándose momentáneamente de la vampira. Al dejar el baso sobre la mesa se pudo ver como una pequeña gota de sangre se difuminaba en el agua. Sabía que eso no era buena señal y que Ksenia no le dejaría pasar de aquella noche sin alimentarse de su sangre. De hecho, seguramente ella ya lo había previsto con antelación. Ella llevaba mucho mejor la cuenta de los días que había pasado sin beber sangre.
En fin, aquello era un pequeño precio a pagar por poder seguir con vida, y a su lado. Aunque hubiese deseado que fuese de otra manera.
Ver aquella reacción en la que Ksenia empezaba a dejar ver su rostro como un ratoncillo asustado le hizo reír.
-Si, ya se ve que estás mejor-sonrió - y me alegro.-le acarició el pelo con delicadeza y le dio un beso en la cabeza antes de empezar a toser ligeramente.
Sentía una ligera molestia en el pecho, hacia días que no se alimentaba de la sangre de la vampira. Para ser exactos no recordaba cuando lo había hecho por ultima vez. Eph intentaba extender al máximo aquellos momentos, pues cuando bebía la sangre de la morena su mente se distorsionaba de tal forma que parecía que otra persona tomaba el relevo de su cuerpo y le asustaba que es lo que podía hacer bajo aquel "influjo". Sabía que a ella no la haría daño, pero...
Carraspeo un poco la garganta y fue a por el baso de agua alejándose momentáneamente de la vampira. Al dejar el baso sobre la mesa se pudo ver como una pequeña gota de sangre se difuminaba en el agua. Sabía que eso no era buena señal y que Ksenia no le dejaría pasar de aquella noche sin alimentarse de su sangre. De hecho, seguramente ella ya lo había previsto con antelación. Ella llevaba mucho mejor la cuenta de los días que había pasado sin beber sangre.
En fin, aquello era un pequeño precio a pagar por poder seguir con vida, y a su lado. Aunque hubiese deseado que fuese de otra manera.
Ephraim Eichhorst- Esclavo de Sangre/Clase Media
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Re: Bloody crazy {privado} +18
En cuanto escuchó la tos del escritor, supo que ya no podía demorarlo más; tenía que alimentarle con su sangre aquella misma noche, y pronto. No quería que ocurriera como el día en que le encontró, porque no sabía si una segunda vez tendría tanta suerte. Aún le parecía un milagro que lograra salvarle dado lo avanzada de la enfermedad, así que no pensaba arriesgarse.
-Es la hora, Eph...
Se acercó al alemán, observando cómo dejaba el vaso y le tomó de la mano para llevarle a sentarse. Era mejor que estuviera cómodo y tranquilo a la hora de beber, así la tos se calmaba un poco y el fluido hacía efecto antes. Le dejó frente al sofá para que tomara asiento, se desabrochó la manga de la camisa negra que llevaba y la arremango hacia arriba, doblando con cuidado la tela. Luchaba con su yo interno, la parte que se negaba a seguir convirtiendo al amor de su vida en un esclavo de sangre; y la parte que suplicaba salvarle una vez más, prolongar su vida y tenerle a su lado mientras fuera posible.
Acarició el largo cabello del hombre y luego su mejilla, al tiempo en que se llevaba la muñeca desnuda hacia el rostro. Le estuvo mirando mientras los colmillos abrieron su propia piel y dio un tirón para que la herida fuese mayor y así aguantase más tiempo sin cerrarse. Deslizó el pulgar de la mano con la que recorría la pálida piel del actor hasta los labios foráneos y le hizo abrir la boca al presionar muy despacio con la yema sobre el belfo inferior.
-Lo siento...
Incluso la parte que deseaba tenerle con ella, lamentaba la manera en que debía hacerlo. La culpa estaba siempre presente, fuera cual fuer su estado de ánimo, incluso en los momentos más felices, como un pequeño pulso al fondo de su mente, ahí estaba aquella sensación de estar haciendo algo que no debería y que, aunque a veces se lo negara a sí misma, la vampiresa lo sabía.
-Es la hora, Eph...
Se acercó al alemán, observando cómo dejaba el vaso y le tomó de la mano para llevarle a sentarse. Era mejor que estuviera cómodo y tranquilo a la hora de beber, así la tos se calmaba un poco y el fluido hacía efecto antes. Le dejó frente al sofá para que tomara asiento, se desabrochó la manga de la camisa negra que llevaba y la arremango hacia arriba, doblando con cuidado la tela. Luchaba con su yo interno, la parte que se negaba a seguir convirtiendo al amor de su vida en un esclavo de sangre; y la parte que suplicaba salvarle una vez más, prolongar su vida y tenerle a su lado mientras fuera posible.
Acarició el largo cabello del hombre y luego su mejilla, al tiempo en que se llevaba la muñeca desnuda hacia el rostro. Le estuvo mirando mientras los colmillos abrieron su propia piel y dio un tirón para que la herida fuese mayor y así aguantase más tiempo sin cerrarse. Deslizó el pulgar de la mano con la que recorría la pálida piel del actor hasta los labios foráneos y le hizo abrir la boca al presionar muy despacio con la yema sobre el belfo inferior.
-Lo siento...
Incluso la parte que deseaba tenerle con ella, lamentaba la manera en que debía hacerlo. La culpa estaba siempre presente, fuera cual fuer su estado de ánimo, incluso en los momentos más felices, como un pequeño pulso al fondo de su mente, ahí estaba aquella sensación de estar haciendo algo que no debería y que, aunque a veces se lo negara a sí misma, la vampiresa lo sabía.
Ksenia Vasil- Vampiro Clase Media
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Re: Bloody crazy {privado} +18
Sabía que la vampira odiaba aquellos momentos. Lo notaba, pero era una decisión que no tenía marcha atrás, al menos mientras quisieran que él siguiese con vida.
Ephraim se dejó llevar y acomodar. Nunca se acostumbraba a aquello, por alguna razón es como si aquellas situaciones fuesen como sueños febriles en los cuales no sabes si estar despierto o no, pero que a la vez todo es raro e inconcluso a tu alrededor.
Cerró los ojos mientras Ksenia se abría aquella herida para darle a beber de su sangre. Y cuando la vampira le acerco la muñeca a los labios Eph la agarró y bebió. Era de imaginar que beber sangre para un "humano" era asqueroso, pero la sangre de Ksenia tenía algo que la hacia adictiva y que una vez que la probaba le fuese difícil dejar de beber. Sentía una extraña ansia por beber mas, le costaba parar y solo lo hacia cuando la vampira apartaba la muñeca de sus labios.
Sentía como la garganta y el cuerpo le ardían cuando la sangre le bajaba por la garganta. Sentía una extraña sensación de embriaguez, como cuando se bebe mas de la cuenta. Al principio sus sentidos se nublaban, quedaba completamente aturdido y exhausto, pero las fuerzas las recobraba a los pocos minutos, convirtiese casi en alguien nuevo.
Apoyó del todo la espalda contra el respaldo de sofá y dejó que aquella sensación le fuese invadiendo poco a poco cada rincón de su ser. Pasados unos minutos Ephraim abrió los ojos, se estiró ligeramente como si acabase de despertar de un agradable y placentero sueño y sonrió a la morena.
-Bueno...pues parece que ya estoy algo mejor-le tendió la mano a la vampira para que se acercase a él.-tu sangre es milagrosa mi pequeño ángel.
Había pequeños cambios en Eph una vez que se alimentaba de la sangre de la vampira, haciendo al humano ligeramente mas imprevisible.
Ephraim se dejó llevar y acomodar. Nunca se acostumbraba a aquello, por alguna razón es como si aquellas situaciones fuesen como sueños febriles en los cuales no sabes si estar despierto o no, pero que a la vez todo es raro e inconcluso a tu alrededor.
Cerró los ojos mientras Ksenia se abría aquella herida para darle a beber de su sangre. Y cuando la vampira le acerco la muñeca a los labios Eph la agarró y bebió. Era de imaginar que beber sangre para un "humano" era asqueroso, pero la sangre de Ksenia tenía algo que la hacia adictiva y que una vez que la probaba le fuese difícil dejar de beber. Sentía una extraña ansia por beber mas, le costaba parar y solo lo hacia cuando la vampira apartaba la muñeca de sus labios.
Sentía como la garganta y el cuerpo le ardían cuando la sangre le bajaba por la garganta. Sentía una extraña sensación de embriaguez, como cuando se bebe mas de la cuenta. Al principio sus sentidos se nublaban, quedaba completamente aturdido y exhausto, pero las fuerzas las recobraba a los pocos minutos, convirtiese casi en alguien nuevo.
Apoyó del todo la espalda contra el respaldo de sofá y dejó que aquella sensación le fuese invadiendo poco a poco cada rincón de su ser. Pasados unos minutos Ephraim abrió los ojos, se estiró ligeramente como si acabase de despertar de un agradable y placentero sueño y sonrió a la morena.
-Bueno...pues parece que ya estoy algo mejor-le tendió la mano a la vampira para que se acercase a él.-tu sangre es milagrosa mi pequeño ángel.
Había pequeños cambios en Eph una vez que se alimentaba de la sangre de la vampira, haciendo al humano ligeramente mas imprevisible.
Ephraim Eichhorst- Esclavo de Sangre/Clase Media
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Re: Bloody crazy {privado} +18
Acercó el brazo hasta los labios del escritor y le dejó que bebiera de su sangre. La sensación era extraña, en parte placentera, pero la culpa seguía latiendo en su mente como una queja constante de su subconsciente. Apartó la mirada, no queriendo ver la escena; bastante tenía con sentirla inevitablemente como para torturarse con el espectáculo. Notaba la tensión de Ephraim por cómo le sujetaba el brazo y la fuerza que ejercía con sus dedos alrededor de éste. Cada cambio en su estado era claramente palpable y el ambiente parecía enrarecerse con la ingesta de fluido por parte del alemán. Ksenia notaba la pérdida de energía, pero tenía que poner un tope, no debía permitirle seguir bebiendo sin límite o sería malo para ambos, incluso desastroso. Por eso, al percatarse que el adverso se relajaba momentáneamente, aprovechó para retirarse y dejar que la herida comenzara a sanar al no ser succionada ya. Su piel ardió en un ligero hormigueo al empezar a sanar y cerrarse el corte, y para cuando ya se había sellado del todo, la voz de Ephraim saco a la vampiresa de su trance temporal. Tomó la mano que le había ofrecido y se acercó más a él, devolviéndole una cálida sonrisa. Verle mejor la hacia feliz, eso era indiscutible y la rusa no se molestaba en ocultarlo.
-Me alegra mucho...
Su voz fue como un fino hilo que se quebró en algún punto y tuvo que carraspear para recuperar el tono habitual de su timbre.
-¿Estás mareado aún?
Tendió la mano libre y acarició la mejilla de su amado, limpiándole unos restos de sangre del labio inferior con la yema del pulgar. La mirada del actor parecía más vivaracha, pero también más salvaje, descontrolada, perdida en un lugar al que Ksenia no tenía acceso.
-Me alegra mucho...
Su voz fue como un fino hilo que se quebró en algún punto y tuvo que carraspear para recuperar el tono habitual de su timbre.
-¿Estás mareado aún?
Tendió la mano libre y acarició la mejilla de su amado, limpiándole unos restos de sangre del labio inferior con la yema del pulgar. La mirada del actor parecía más vivaracha, pero también más salvaje, descontrolada, perdida en un lugar al que Ksenia no tenía acceso.
Última edición por Ksenia Vasil el Vie Sep 22, 2017 5:03 am, editado 1 vez
Ksenia Vasil- Vampiro Clase Media
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Re: Bloody crazy {privado} +18
Estar mareado no era la palabra exacta a lo que sentía en aquel momento. Era una sensación extraña, como si su ser cambiase por completo como si dejase de ser Ephraim y se convirtiese en otra persona, en otra cosa.
Sentía como sus venas le ardían, era como si de repente en vez de sangre, le recorriese fuego calcinando partes de su ser. Lo extraño, es que no era doloroso, era una sensación inocua pero...¿real?.
Durante unos minutos se sentía como si hubiese bebido mas de la cuenta. Los ruidos se amortiguaban, las imágenes bailaban y se distorsionaban. Esa era una de las razones por las cuales solía cerrar los ojos. Pero aparte, escuchaba algo en su cabeza, algo en su interior. Una voz que sonaba como la suya, pero que sabía que no era él, o al menos eso es lo que él quería pensar. Una voz que le solía nublar el juicio y que le hacia actuar de forma diferente. Como si una parte de el se desdoblase y tomase por completo el control de su mente y de su cuerpo.
Cuando sintió el contacto de la vampira para limpiarle la sangre de los labios, abrió de nuevo los ojos, sonrió y la atrajo hacia si haciendo que quedase sentada sobre sus rodillas.
-Estoy mejor.-sonrió y le acaricio el pelo mientras dibuja una sonrisa. Y era verdad, se sentía con mas fuerza que antes, pero también mas inestable. Después de los primeros minutos todo paraba y volvía a la normalidad, todo menos su mente.-mucho mejor-paso de recorrer y acariciar su pelo, a acariciar su cuello y su hombro. Mientras lo hacia siguió con la mirada el recorrido de la mano.-tanto que a lo mejor podríamos celebrarlo-con un rápido movimiento tumbó a la vampira sobre el sofá y antes de que pudiese reaccionar la besó, primero en los labios y luego en el cuello.
Aquel era uno de los cambios que mas se podían notar en él. Eph no solía ser tan impulsivo, al menos cuando estaba bien o cuando realmente era él.
Sentía como sus venas le ardían, era como si de repente en vez de sangre, le recorriese fuego calcinando partes de su ser. Lo extraño, es que no era doloroso, era una sensación inocua pero...¿real?.
Durante unos minutos se sentía como si hubiese bebido mas de la cuenta. Los ruidos se amortiguaban, las imágenes bailaban y se distorsionaban. Esa era una de las razones por las cuales solía cerrar los ojos. Pero aparte, escuchaba algo en su cabeza, algo en su interior. Una voz que sonaba como la suya, pero que sabía que no era él, o al menos eso es lo que él quería pensar. Una voz que le solía nublar el juicio y que le hacia actuar de forma diferente. Como si una parte de el se desdoblase y tomase por completo el control de su mente y de su cuerpo.
Cuando sintió el contacto de la vampira para limpiarle la sangre de los labios, abrió de nuevo los ojos, sonrió y la atrajo hacia si haciendo que quedase sentada sobre sus rodillas.
-Estoy mejor.-sonrió y le acaricio el pelo mientras dibuja una sonrisa. Y era verdad, se sentía con mas fuerza que antes, pero también mas inestable. Después de los primeros minutos todo paraba y volvía a la normalidad, todo menos su mente.-mucho mejor-paso de recorrer y acariciar su pelo, a acariciar su cuello y su hombro. Mientras lo hacia siguió con la mirada el recorrido de la mano.-tanto que a lo mejor podríamos celebrarlo-con un rápido movimiento tumbó a la vampira sobre el sofá y antes de que pudiese reaccionar la besó, primero en los labios y luego en el cuello.
Aquel era uno de los cambios que mas se podían notar en él. Eph no solía ser tan impulsivo, al menos cuando estaba bien o cuando realmente era él.
Ephraim Eichhorst- Esclavo de Sangre/Clase Media
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Re: Bloody crazy {privado} +18
Sonrió al escucharle decir que se encontraba mejor y seguidamente sentir la caricia en su cabellos y poco después rozando la fría piel del cuello de la vampiresa con la yema ardiente de los dedos. La diferencia de temperatura entre ambos cuerpos creaba pura electricidad en Ksenia que la recorría de pies a cabeza, algo parecido a las cosquillas, pero más fuerte, casi como una ligera sacudida. Tuvo la necesidad de seguir también el recorrido de la mano ajena, pero, al mismo tiempo, no quería de mirar al actor de teatro al rostro, aunque sus ojos ya no se encontraran fijos en los de ella.
-¿Celebrarlo?
Alcanzó a preguntar justo antes del repentino acto del alemán que la dejó tumbada en el sofá con el peso del cuerpo foráneo sobre el suyo. Obviamente, de sentirse acorralada, ella era mucho más fuerte que el humano y se podría haber zafado de él con un simple empujón, pero no era el caso, aunque bien se sintió sorprendida. Sus pupilas se dilataron en un primer momento, volviendo sus azulados ojos casi negros por cubrir gran parte de su iris. Al segundo siguiente, cerró sus párpados, dejándose llevar por el arrebato de su amado que la, aunque descolocada, la dejó extasiada. El hombre solía ser mucho más tranquilo, tierno, cuidadoso; así que la brusquedad apasionada resultaba novedosa y la vampiresa se sintió atraída por la sorpresa. Cuando al fin despejó su mente, despegó los párpados y buscó el rostro ajeno con la palma de su diestra, ahuecándola alrededor del contorno de la cara.
-¿Ephraim?
Cuando intimaban, solía llamarle Eph o Ephy, algo más cariñoso, más tierno, más suyo; pero notaba que algo no estaba como siempre, que el que la miraba no era su querido escritor, la chispa salvaje de sus orbes y el modo en que la tocaba, era distinto, menos delicado, como si le poseyeran la necesidad y la ansia; algo que su compañero no solía mostrar y que Ksenia, pensaba no sentía desde hacía mucho tiempo.
-Te noto muy proactivo...
Usó un tono suave de voz, intentando comprenderle sin sonar agresiva o acusarle de nada. Tal vez eran sólo imaginaciones de la rusa y a Ephraim no le ocurría nada, sencillamente se sentía más pasional aquella noche, la había echado mucho de menos y, para qué negarlo, ella a él también. Se veían a diario, pero el alemán llegaba cansado y ella, en parte por la culpa, le rehuía a veces el contacto, así que le dedicaban poco tiempo a explorar sus deseos carnales.
-¿Celebrarlo?
Alcanzó a preguntar justo antes del repentino acto del alemán que la dejó tumbada en el sofá con el peso del cuerpo foráneo sobre el suyo. Obviamente, de sentirse acorralada, ella era mucho más fuerte que el humano y se podría haber zafado de él con un simple empujón, pero no era el caso, aunque bien se sintió sorprendida. Sus pupilas se dilataron en un primer momento, volviendo sus azulados ojos casi negros por cubrir gran parte de su iris. Al segundo siguiente, cerró sus párpados, dejándose llevar por el arrebato de su amado que la, aunque descolocada, la dejó extasiada. El hombre solía ser mucho más tranquilo, tierno, cuidadoso; así que la brusquedad apasionada resultaba novedosa y la vampiresa se sintió atraída por la sorpresa. Cuando al fin despejó su mente, despegó los párpados y buscó el rostro ajeno con la palma de su diestra, ahuecándola alrededor del contorno de la cara.
-¿Ephraim?
Cuando intimaban, solía llamarle Eph o Ephy, algo más cariñoso, más tierno, más suyo; pero notaba que algo no estaba como siempre, que el que la miraba no era su querido escritor, la chispa salvaje de sus orbes y el modo en que la tocaba, era distinto, menos delicado, como si le poseyeran la necesidad y la ansia; algo que su compañero no solía mostrar y que Ksenia, pensaba no sentía desde hacía mucho tiempo.
-Te noto muy proactivo...
Usó un tono suave de voz, intentando comprenderle sin sonar agresiva o acusarle de nada. Tal vez eran sólo imaginaciones de la rusa y a Ephraim no le ocurría nada, sencillamente se sentía más pasional aquella noche, la había echado mucho de menos y, para qué negarlo, ella a él también. Se veían a diario, pero el alemán llegaba cansado y ella, en parte por la culpa, le rehuía a veces el contacto, así que le dedicaban poco tiempo a explorar sus deseos carnales.
Ksenia Vasil- Vampiro Clase Media
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Re: Bloody crazy {privado} +18
Pocas veces la vampira pronunciaba su nombre completo y de aquella manera, eso hizo que Eph dibujase una mueca de desagrado y desconcierto a la vez en el rostro, por alguna razón le había resultado disonante y molesto. Pero hizo que bajase un poco los humos, al sentir el contacto de su mano sobre la mejilla cerró los ojos intentando calmarse. Sentía las pupilas dilatadas, ya que la luz le molestaba ligeramente mas de lo normal, el pulso lo tenía acelerado y sentía como sangre la en su interior le abrasaba la venas.
Cerro los ojos, tomó aire profundamente para después dejarlo salir en forma de suspiro casi forzado. Se acomodó ligeramente sobre la vampira sin dejar caer su peso sobre ella pero apoyando la cabeza sobre su pecho.
Se había dejado llevar, algo que le pasaba con facilidad cuando bebía su. Le era mas fácil actuar de forma impulsiva, sin pensar pero...¿realmente había algo malo en todo aquello?. No, el no creía que fuese malo, al menos en aquel momento.
Abrió los ojos de nuevo.
-¿acaso hay algo malo en ello?
Las diferencias del antes y el después eran notables, casi palpables. El humano cambiaba su forma de ser de una forma radical y extraña. Se volvía mas caótico e impredecible. Pero sobre todo era cuando acababa de beber, según pasaban los días eso se iba atenuando ligeramente. Aunque cada vez tardaba mas en volver a ser el de antes. Casi daba la sensación de que aquella forma de ser le invadía cada vez mas y por alguna razón, el antigua Eph no luchaba contra ello.
En ese momento volvió a la carga y acerco su rostro al cuello de la vampira para dar un ligero mordico al mordisco al mismo.
-De vez en cuando no viene del todo mal dejarse llevar-susurró con una voz ligeramente mas grave de lo normal.
Cerro los ojos, tomó aire profundamente para después dejarlo salir en forma de suspiro casi forzado. Se acomodó ligeramente sobre la vampira sin dejar caer su peso sobre ella pero apoyando la cabeza sobre su pecho.
Se había dejado llevar, algo que le pasaba con facilidad cuando bebía su. Le era mas fácil actuar de forma impulsiva, sin pensar pero...¿realmente había algo malo en todo aquello?. No, el no creía que fuese malo, al menos en aquel momento.
Abrió los ojos de nuevo.
-¿acaso hay algo malo en ello?
Las diferencias del antes y el después eran notables, casi palpables. El humano cambiaba su forma de ser de una forma radical y extraña. Se volvía mas caótico e impredecible. Pero sobre todo era cuando acababa de beber, según pasaban los días eso se iba atenuando ligeramente. Aunque cada vez tardaba mas en volver a ser el de antes. Casi daba la sensación de que aquella forma de ser le invadía cada vez mas y por alguna razón, el antigua Eph no luchaba contra ello.
En ese momento volvió a la carga y acerco su rostro al cuello de la vampira para dar un ligero mordico al mordisco al mismo.
-De vez en cuando no viene del todo mal dejarse llevar-susurró con una voz ligeramente mas grave de lo normal.
Ephraim Eichhorst- Esclavo de Sangre/Clase Media
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Re: Bloody crazy {privado} +18
Acomodó la cabeza ajena sobre su pecho y acarició los largos cabellos de Ephraim, dejándole que se relajara si eso quería. Notó que abría los ojos porque la postura de su cabeza cambió ligeramente y al escuchar sus palabras, la vampiresa supo claramente cuál era la respuesta, negando.
-Claro que no es malo, Eph... sólo me encontraste desprevenida, nada más.
Le vio girar y acercarse a ella y aunque pensó que la besaría, lo que recibió fue algo distinto y provocador. Hacía tiempo que la rusa deseaba pasar algo de tiempo con el escritor de aquella manera, tocándose, mirándose a los ojos, perdiéndose el uno en el otro. Y aunque, por norma general, era ella la que solía morder al hombre y no al revés, cuando éste lo hacía, una especie de hormigueo recorría toda la fría piel de la mujer, casi pareciendo que ésta cambiaría de color a uno más rosado, aunque obviamente aquello no ocurrió. Llevó la mano con la que anteriormente había acariciado la melena del actor hasta la nuca foránea y apretó allí, incitándole a repetir la acción, a hincar sus dientes con más fuerza, a hacerle sentir algo parecido al dolor, aunque era difícil dada su situación y la fuerza del contrario, aunque al ser su esclavo de sangre fuera mayor que la de cualquier humano. En un impulso, le apartó de un empujón, pero lejos de separarse de él, ella le siguió en el movimiento y cambiaron de posición, quedando él medio caído en el sofá, de espaldas y la vampiresa sentada sobre su regazo con una rodilla a cada lado.
-¿Quieres que me deje llevar?
Preguntó con tono entre meloso y divertido, deslizando una de las manos por encima de la camisa ajena, mientras sus ojos azules parecían chispear. Las pupilas de Ksenia se dilataron, oscureciéndole entonces la mirada y una ladina sonrisa se formó en sus belfos, mostrando una fracción de sus perlados dientes y el asomo de un afilado colmillo. Hizo que la uña del índice creciera suficiente para cortar el hilo del botón más alto de la prenda y luego el segundo, abriendo poco a poco y exponiendo el torso de Ephraim. Cuando quedaron sólo dos, se inclinó hacia delante y besó el vientre desnudo, antes de sacar la lengua y hacerla ascender por el centro hasta el esternón, sin que en ningún momento las orbes de la rusa dejaran de observar a su amado alemán. Se separó entonces de la piel ajena para dar un saltó con la boca del pecho a los labios contrarios para besarlos y morderlos, al tiempo que, mientras lo distraía, con ambas manos tiraba de la camisa y hacía saltar los dos botones restantes, pegando sus senos aún cubiertos por la ropa al al desnudo torso del escritor.
-Claro que no es malo, Eph... sólo me encontraste desprevenida, nada más.
Le vio girar y acercarse a ella y aunque pensó que la besaría, lo que recibió fue algo distinto y provocador. Hacía tiempo que la rusa deseaba pasar algo de tiempo con el escritor de aquella manera, tocándose, mirándose a los ojos, perdiéndose el uno en el otro. Y aunque, por norma general, era ella la que solía morder al hombre y no al revés, cuando éste lo hacía, una especie de hormigueo recorría toda la fría piel de la mujer, casi pareciendo que ésta cambiaría de color a uno más rosado, aunque obviamente aquello no ocurrió. Llevó la mano con la que anteriormente había acariciado la melena del actor hasta la nuca foránea y apretó allí, incitándole a repetir la acción, a hincar sus dientes con más fuerza, a hacerle sentir algo parecido al dolor, aunque era difícil dada su situación y la fuerza del contrario, aunque al ser su esclavo de sangre fuera mayor que la de cualquier humano. En un impulso, le apartó de un empujón, pero lejos de separarse de él, ella le siguió en el movimiento y cambiaron de posición, quedando él medio caído en el sofá, de espaldas y la vampiresa sentada sobre su regazo con una rodilla a cada lado.
-¿Quieres que me deje llevar?
Preguntó con tono entre meloso y divertido, deslizando una de las manos por encima de la camisa ajena, mientras sus ojos azules parecían chispear. Las pupilas de Ksenia se dilataron, oscureciéndole entonces la mirada y una ladina sonrisa se formó en sus belfos, mostrando una fracción de sus perlados dientes y el asomo de un afilado colmillo. Hizo que la uña del índice creciera suficiente para cortar el hilo del botón más alto de la prenda y luego el segundo, abriendo poco a poco y exponiendo el torso de Ephraim. Cuando quedaron sólo dos, se inclinó hacia delante y besó el vientre desnudo, antes de sacar la lengua y hacerla ascender por el centro hasta el esternón, sin que en ningún momento las orbes de la rusa dejaran de observar a su amado alemán. Se separó entonces de la piel ajena para dar un saltó con la boca del pecho a los labios contrarios para besarlos y morderlos, al tiempo que, mientras lo distraía, con ambas manos tiraba de la camisa y hacía saltar los dos botones restantes, pegando sus senos aún cubiertos por la ropa al al desnudo torso del escritor.
Ksenia Vasil- Vampiro Clase Media
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Re: Bloody crazy {privado} +18
Desprevenida...esa había sido la intención en un primer momento, pues suponía que ella no esperaba aquella reacción. Por norma general Eph tardaba unas horas en recuperar fuerzas después de bebe la sangre de la vampira, pero últimamente se sentía con algo más de energía después de cada toma. Aún así, aquello hacia la situación mucho más divertida.
Eph no sabía como reaccionaria la vampira al mordisco que le dió en el cuello. En un primer momento tuvo la sensación de que le iba a apartar, pero resultó ser todo lo contrario. Ksenia le incitó a seguir mordiendo, y si era posible con mas fuerza, oportunidad que no dejó pasar. El no tenía tanta fuerza como la vampira y seguramente por fuerte que mordiese no llegaría a hacer que la sangre brotase. Una idea, que por unos instantes le resultó del todo tentadora. La sangre de Ksenia se había vuelto adictiva para él, mas que cualquier droga.
Apretó con fuerza, pero mucho antes de que la blanca piel de la vampira llegase siquiera a enrojecerse, ella le apartó de un empujón.
La fuerza fue suficiente para hacer que perdiese el equilibrio y cayese hacia atrás, apoyando el codo en uno de los asientos del sofá. En aquel momento fue ella quien tomó el control de la situación, haciéndole quedar tumbado y expuesto a lo que ella quisiera hacer.
No pudo evitar sonreír, aquella situación era la que quería, la que buscaba y le agradaba ver que , a pesar del comienzo, iba a terminar como esperaba.
La dejó actuar mientras dejaba descansar la cabeza sobre uno de los brazos del sofá. No es que fuese uno de los lugares mas cómodos de la casa para aquello, pero tampoco estaba demasiado centrado en la comodidad en aquel momento.
-Si, quiero que te dejes llevar-la miró con una sonrisa y agarró la cintura de la vampira para atraerla un poco mas hacia si. Aunque esta se apartó ligeramente cuando terminó de hacer saltar los botones de su camisa.
Uno de los botones rodó por el suelo y Eph no pudo evitar cogerlo durante unos segundos.
-Luego los vamos a tener que coser otra vez-dijo con tono divertido, para después soltarlo sin mucho cuidado y sin poner atención a donde lo dejaba. En realidad los botones le daban igual, pero por alguna razón aquel pensamiento le paso por la cabeza de forma fugaz. Aunque dicho pensamiento se fue a un lugar mejor cuando la vampira comenzó a besar su vientre.
Sintió como la temperatura de su cuerpo cambiaba y subía haciendo que tuviese un calor sofocante. El contraste entre su piel y la de Ksenia, algo mas frió, hizo que se le erizase la piel. Sentía como la sangre le recorría el cuerpo con mas fuerzas, con mas velocidad, de hecho podía escuchar sus propios latidos en el oido. Cerró los ojos durante unos segundos disfrutando de aquella sensación, que no hizo otra cosa que excitarle aun mas.
Cuando Ksenia le beso pasando de su pecho a sus labios, Eph reaccionó de igual manera, llevando una de sus manos tras la nuca de la vampira para responder al beso con fiereza y sintiendo durante unos segundos el sabor de de su propia sangre al abriese una pequeña fisura en el labio. Pero le dio igual, el estaba acostumbrado también al sabor de su propia sangre.
La cercanía de la vampira y la situación hizo que su cuerpo reaccionase movido por la lujurias y el deseo. Sintió una incómoda presión en los pantalones cuando su miembro comenzó a endurecerse.
Eph mordió ligeramente el labio de Ksenia antes de separar su rostro durante unos segundos seguido de un ligero jadeo al tomar aire.
Rápidamente el humano comenzó a desabrochar el corsé. Al principio intentó ir quitando poco a poco los enganches, pero al final se impacientó y tiro con todas sus fuerzas haciendo que algunos saltasen. La ropa en aquel momento no solo no importaba si no que además sobraba. La fina blusa que llevaba debajo era también un obstáculo por lo que rápidamente se deshizo de ella.
Desde su posición alzó una de las manos hacia sus tersos senos para acariciarlos. Acto seguido con una sonrisa empujó ligeramente con una rodilla a Ksenia para que su busto quedase cerca de la cara del escrito y de ese modo solo tuvo que alzarse un poco para comenzar a lamer su pecho, y para acabar jugando con uno de los pezones de la vampira.
-Creo que nos sobra el resto de la ropa- dijo cuando aprovechó para volver a coger un poco de aire.- a mi por lo menos ya me molesta.
Eph no sabía como reaccionaria la vampira al mordisco que le dió en el cuello. En un primer momento tuvo la sensación de que le iba a apartar, pero resultó ser todo lo contrario. Ksenia le incitó a seguir mordiendo, y si era posible con mas fuerza, oportunidad que no dejó pasar. El no tenía tanta fuerza como la vampira y seguramente por fuerte que mordiese no llegaría a hacer que la sangre brotase. Una idea, que por unos instantes le resultó del todo tentadora. La sangre de Ksenia se había vuelto adictiva para él, mas que cualquier droga.
Apretó con fuerza, pero mucho antes de que la blanca piel de la vampira llegase siquiera a enrojecerse, ella le apartó de un empujón.
La fuerza fue suficiente para hacer que perdiese el equilibrio y cayese hacia atrás, apoyando el codo en uno de los asientos del sofá. En aquel momento fue ella quien tomó el control de la situación, haciéndole quedar tumbado y expuesto a lo que ella quisiera hacer.
No pudo evitar sonreír, aquella situación era la que quería, la que buscaba y le agradaba ver que , a pesar del comienzo, iba a terminar como esperaba.
La dejó actuar mientras dejaba descansar la cabeza sobre uno de los brazos del sofá. No es que fuese uno de los lugares mas cómodos de la casa para aquello, pero tampoco estaba demasiado centrado en la comodidad en aquel momento.
-Si, quiero que te dejes llevar-la miró con una sonrisa y agarró la cintura de la vampira para atraerla un poco mas hacia si. Aunque esta se apartó ligeramente cuando terminó de hacer saltar los botones de su camisa.
Uno de los botones rodó por el suelo y Eph no pudo evitar cogerlo durante unos segundos.
-Luego los vamos a tener que coser otra vez-dijo con tono divertido, para después soltarlo sin mucho cuidado y sin poner atención a donde lo dejaba. En realidad los botones le daban igual, pero por alguna razón aquel pensamiento le paso por la cabeza de forma fugaz. Aunque dicho pensamiento se fue a un lugar mejor cuando la vampira comenzó a besar su vientre.
Sintió como la temperatura de su cuerpo cambiaba y subía haciendo que tuviese un calor sofocante. El contraste entre su piel y la de Ksenia, algo mas frió, hizo que se le erizase la piel. Sentía como la sangre le recorría el cuerpo con mas fuerzas, con mas velocidad, de hecho podía escuchar sus propios latidos en el oido. Cerró los ojos durante unos segundos disfrutando de aquella sensación, que no hizo otra cosa que excitarle aun mas.
Cuando Ksenia le beso pasando de su pecho a sus labios, Eph reaccionó de igual manera, llevando una de sus manos tras la nuca de la vampira para responder al beso con fiereza y sintiendo durante unos segundos el sabor de de su propia sangre al abriese una pequeña fisura en el labio. Pero le dio igual, el estaba acostumbrado también al sabor de su propia sangre.
La cercanía de la vampira y la situación hizo que su cuerpo reaccionase movido por la lujurias y el deseo. Sintió una incómoda presión en los pantalones cuando su miembro comenzó a endurecerse.
Eph mordió ligeramente el labio de Ksenia antes de separar su rostro durante unos segundos seguido de un ligero jadeo al tomar aire.
Rápidamente el humano comenzó a desabrochar el corsé. Al principio intentó ir quitando poco a poco los enganches, pero al final se impacientó y tiro con todas sus fuerzas haciendo que algunos saltasen. La ropa en aquel momento no solo no importaba si no que además sobraba. La fina blusa que llevaba debajo era también un obstáculo por lo que rápidamente se deshizo de ella.
Desde su posición alzó una de las manos hacia sus tersos senos para acariciarlos. Acto seguido con una sonrisa empujó ligeramente con una rodilla a Ksenia para que su busto quedase cerca de la cara del escrito y de ese modo solo tuvo que alzarse un poco para comenzar a lamer su pecho, y para acabar jugando con uno de los pezones de la vampira.
-Creo que nos sobra el resto de la ropa- dijo cuando aprovechó para volver a coger un poco de aire.- a mi por lo menos ya me molesta.
Ephraim Eichhorst- Esclavo de Sangre/Clase Media
- Mensajes : 54
Fecha de inscripción : 01/09/2017
Re: Bloody crazy {privado} +18
Al ver que el escritor recogía uno de los botones le miró, recogiendo la lengua con la que le estaba recorriendo el pecho lentamente y sonrió tras pasarse la susodicha por los labios, como si se limpiara los restos de saliva que en ellos quedaban.
-No te preocupes, los coseré y te los volveré a arrancar más adelante...
Usó un tono sugerente y tras besar los labios ajenos, los mordió y tiró de ellos, succionó como si quisiera chuparles la sangre, pero no era realmente su intención, aunque obviamente no rechazó las gotas que pudo degustar al abrirse una herida reciente en uno de los belfos de Ephraim. El sabor férreo la hizo estremecer y su sed creció de inmediato. Los ojos se le pusieron casi negros como si el hambre la consumiera y volviera, lo que podría llamarse su alma, algo oscuro y voraz. Cerró los párpados con fuerza e intentó centrarse de nuevo, no era sencillo, pero llevaba más de un siglo dominando su dependencia del plasma humano y solía llevarlo bastante bien, claro que la sangre de su amado era algo distinto, la atraía en muchos más sentidos que el de sólo alimentarse. Su deseo creció de inmediato y el anhelo se volvió lujuria. El beso se volvió más profundo, usando sus húmedas sinhueso para intercambiar sensaciones, posiblemente la segunda zona más caliente del cuerpo de la vampiresa que por lo general estaba bastante frío. Sentía crecer la temperatura del actor de teatro y casi le abrasaba, pero de una manera placentera y sensual.
Se apartó tras el muerdo foráneo y observó como el alemán se deshacía de los ropajes de ella, con el mismo cuidado que tomara antes Ksenia, ninguno. Saltaron los corchetes y la cinta se rasgó, cayendo el corsé al suelo en cuanto fue liberada de la opresión que éste ejercía alrededor de su cintura y sus senos. Mas no contento con eso, le siguió la blusa al destrozo y pronto los redondeados pechos de la rusa quedaron al descubierto, pálidos como ella, pero con unas areolas rosadas terminadas en punta. Sonrió al sentir los largos dedos del hombre abarcando las suaves montañas que decoraban su torso y a punto estuvo de hacer algo ella cuando notó la rodilla de Ephraim empujarla del trasero para que todo su cuerpo subiera y le quedara más a la mano, o mejor dicho a la boca. Jadeó al primer contacto entre la ardiente lengua ajena y su pezón que tan pronto fue rozado, endureció.
Había otro foco de calor bajo su cuerpo, porque si bien toda la figura del alemán irradiaba calor, había dos puntos en los que se concentraba la mayor parte de la sangre y lo notaba perfectamente, llamándola. Oía el pulso ajeno latirle no sólo en los oídos, sino en la sien. Clamaba a su sed, aquella que se debatía por controlar y que en momentos de excitación se mezclaba con el hambre sexual.
-Lo sé, lo puedo sentir.
El líquido rojo confinado en el endurecido miembro del escritor reclamaba su atención y la vampiresa no dudó en echarle una mano, literalmente. Coló su diestra entre los cuerpos de ambos y volviendo a afilar la uña, hizo saltar los botones que cerraban la prenda. La pieza de queratina menguó al instante y los ávidos dedos de la morena se colaron bajo la ropa para rodear con sus finas falanges el pulsante falo. Lo acarició entre la pelvis foránea y el propio miembro, llevando el pulgar a estimular el glande, despacio, notándolo suave y resbaladizo. Sonrió una vez más y ladeó la cabeza para mordisquear la oreja de su pareja. Ésta vez lo hizo despacio, como un juego, sin ganas de atravesar la piel. Tocarle le otorgaba tanto placer como que él la acariciara a ella y otro gemido escapó de su garganta, rozádole el paladar.
-No te preocupes, los coseré y te los volveré a arrancar más adelante...
Usó un tono sugerente y tras besar los labios ajenos, los mordió y tiró de ellos, succionó como si quisiera chuparles la sangre, pero no era realmente su intención, aunque obviamente no rechazó las gotas que pudo degustar al abrirse una herida reciente en uno de los belfos de Ephraim. El sabor férreo la hizo estremecer y su sed creció de inmediato. Los ojos se le pusieron casi negros como si el hambre la consumiera y volviera, lo que podría llamarse su alma, algo oscuro y voraz. Cerró los párpados con fuerza e intentó centrarse de nuevo, no era sencillo, pero llevaba más de un siglo dominando su dependencia del plasma humano y solía llevarlo bastante bien, claro que la sangre de su amado era algo distinto, la atraía en muchos más sentidos que el de sólo alimentarse. Su deseo creció de inmediato y el anhelo se volvió lujuria. El beso se volvió más profundo, usando sus húmedas sinhueso para intercambiar sensaciones, posiblemente la segunda zona más caliente del cuerpo de la vampiresa que por lo general estaba bastante frío. Sentía crecer la temperatura del actor de teatro y casi le abrasaba, pero de una manera placentera y sensual.
Se apartó tras el muerdo foráneo y observó como el alemán se deshacía de los ropajes de ella, con el mismo cuidado que tomara antes Ksenia, ninguno. Saltaron los corchetes y la cinta se rasgó, cayendo el corsé al suelo en cuanto fue liberada de la opresión que éste ejercía alrededor de su cintura y sus senos. Mas no contento con eso, le siguió la blusa al destrozo y pronto los redondeados pechos de la rusa quedaron al descubierto, pálidos como ella, pero con unas areolas rosadas terminadas en punta. Sonrió al sentir los largos dedos del hombre abarcando las suaves montañas que decoraban su torso y a punto estuvo de hacer algo ella cuando notó la rodilla de Ephraim empujarla del trasero para que todo su cuerpo subiera y le quedara más a la mano, o mejor dicho a la boca. Jadeó al primer contacto entre la ardiente lengua ajena y su pezón que tan pronto fue rozado, endureció.
Había otro foco de calor bajo su cuerpo, porque si bien toda la figura del alemán irradiaba calor, había dos puntos en los que se concentraba la mayor parte de la sangre y lo notaba perfectamente, llamándola. Oía el pulso ajeno latirle no sólo en los oídos, sino en la sien. Clamaba a su sed, aquella que se debatía por controlar y que en momentos de excitación se mezclaba con el hambre sexual.
-Lo sé, lo puedo sentir.
El líquido rojo confinado en el endurecido miembro del escritor reclamaba su atención y la vampiresa no dudó en echarle una mano, literalmente. Coló su diestra entre los cuerpos de ambos y volviendo a afilar la uña, hizo saltar los botones que cerraban la prenda. La pieza de queratina menguó al instante y los ávidos dedos de la morena se colaron bajo la ropa para rodear con sus finas falanges el pulsante falo. Lo acarició entre la pelvis foránea y el propio miembro, llevando el pulgar a estimular el glande, despacio, notándolo suave y resbaladizo. Sonrió una vez más y ladeó la cabeza para mordisquear la oreja de su pareja. Ésta vez lo hizo despacio, como un juego, sin ganas de atravesar la piel. Tocarle le otorgaba tanto placer como que él la acariciara a ella y otro gemido escapó de su garganta, rozádole el paladar.
Ksenia Vasil- Vampiro Clase Media
- Mensajes : 76
Fecha de inscripción : 26/08/2014
Re: Bloody crazy {privado} +18
Cuanto tiempo había pasado desde la ultima vez. Tal vez mucho, en aquel momento Eph no lo recordaba, pero le daba la sensación de que había pasado demasiado tiempo desde la ultima vez que intimaron y tal vez mas tiempo aun de aquella manera. Casi siempre, el humano tendía a ser mas cuidadoso, mas gentil, tal vez incluso mas caballero, algo que podría resultar adorable o tedioso. Al menos eso es lo que pensaba en aquel momento, aburrido. Y ya iba siendo hora de cambiar algunas cosas, aunque fuese en los juegos de cama.
Dejó que Ksenia tomase la iniciativa durante un rato, dejándose llevar por las sensaciones y el placer de sus caricias. Le dio la sensación de que la sangre de la vampira había intensificado también sus sensaciones, pues lo sentía todo con mucha mas intensidad que otras veces.
-Uh..cuidado con las uñas, no vayas a llevarte otra cosa por delante-añadió cuando la vampira uso de nuevo su afiliada uña para hacer saltar el botón del pantalón liberando así parte de la presión que sentía.
Mientras ella llevaba la mano dentro del pantalón del humano, Eph alzo una de las suyas para acariciar el pálido busco de la vampira. A pesar de que parecía estar esculpida en mármol sus pechos eran suaves y turgentes.
Cerró los ojos unos segundos dejando escapar un pequeño gemido al notar la mano de la vampira manipular y acariciar su miembro.
El Eph sobrio de sangre no se solía dejar llevar tan fácilmente por el placer, lo disfrutaba de otra manera. Aquel Eph por el contrario esperaba algo menos convencional. ¿A que se debía el cambio? quien sabe.
El humano dejó que la vampira siguiese asi durante unos segundos, mientras el se deleitaba con aquel blanquecino y hermoso busto. Pasado ese tiempo se incorporó un poco, haciendo cambiar la postura de su pareja. El sitio en el sofá era limitado, por lo cual esta vez fue el quien la tumbó quedando colocado entre sus piernas, desabrochó el botón de los pantalones ajenos y comenzó a retirarlos con mas calma de la que se hubiese esperado, quedando así la vampira completamente desnuda. Se tomó un tiempo para admirar aquel hermoso cuerpo y no pudo evitar relamerse.
No sabía porque había tardado tanto la primera vez en entregarse al placer que aquella mujer le proporcionaba. ¿Por pudor?¿por costumbre? al fin y al cabo lo mas normal era casarse primero, pero también era verdad que la relación que ambos tenían era poco convencional.
Con la yema de los dedos comenzó a recorrer el cuerpo de la mujer, desde la garganta hasta el ombligo y del ombligo hasta el bajo vientre. Una vez allí se detuvo e hizo el mismo recorrido pero con los labios. Comenzó besando a Ksenia, para después pasar al cuello y del cuello a sus pechos sin poder evitar tirar de uno de sus pezones con los labios. Siguió bajando hasta el ombligo y de allí siguió bajando . Con las manos separó los muslos de la vampira dejando así vía libre para jugar con su sexo.
Primero comenzó besandolo para acto seguido comenzar a lamerlo, centrándose sobre todo en su clítoris. Con la punta de la lengua lo acariciaba y presionaba.
Aquello le resultaba extrañamente placentero, el ver como la vampira reaccionaba, el saber que a pesar de todo ella era suya y que él muy al pesar la morena era suyo. El fuerte vinculo que ambos tenían y no solo gracias a la sangre que ella le proporcionaba, si no por algo mas. Algo que a pesar de la locura que poco a poco nublaba los sentidos del humano, perduraba.
Dejó que Ksenia tomase la iniciativa durante un rato, dejándose llevar por las sensaciones y el placer de sus caricias. Le dio la sensación de que la sangre de la vampira había intensificado también sus sensaciones, pues lo sentía todo con mucha mas intensidad que otras veces.
-Uh..cuidado con las uñas, no vayas a llevarte otra cosa por delante-añadió cuando la vampira uso de nuevo su afiliada uña para hacer saltar el botón del pantalón liberando así parte de la presión que sentía.
Mientras ella llevaba la mano dentro del pantalón del humano, Eph alzo una de las suyas para acariciar el pálido busco de la vampira. A pesar de que parecía estar esculpida en mármol sus pechos eran suaves y turgentes.
Cerró los ojos unos segundos dejando escapar un pequeño gemido al notar la mano de la vampira manipular y acariciar su miembro.
El Eph sobrio de sangre no se solía dejar llevar tan fácilmente por el placer, lo disfrutaba de otra manera. Aquel Eph por el contrario esperaba algo menos convencional. ¿A que se debía el cambio? quien sabe.
El humano dejó que la vampira siguiese asi durante unos segundos, mientras el se deleitaba con aquel blanquecino y hermoso busto. Pasado ese tiempo se incorporó un poco, haciendo cambiar la postura de su pareja. El sitio en el sofá era limitado, por lo cual esta vez fue el quien la tumbó quedando colocado entre sus piernas, desabrochó el botón de los pantalones ajenos y comenzó a retirarlos con mas calma de la que se hubiese esperado, quedando así la vampira completamente desnuda. Se tomó un tiempo para admirar aquel hermoso cuerpo y no pudo evitar relamerse.
No sabía porque había tardado tanto la primera vez en entregarse al placer que aquella mujer le proporcionaba. ¿Por pudor?¿por costumbre? al fin y al cabo lo mas normal era casarse primero, pero también era verdad que la relación que ambos tenían era poco convencional.
Con la yema de los dedos comenzó a recorrer el cuerpo de la mujer, desde la garganta hasta el ombligo y del ombligo hasta el bajo vientre. Una vez allí se detuvo e hizo el mismo recorrido pero con los labios. Comenzó besando a Ksenia, para después pasar al cuello y del cuello a sus pechos sin poder evitar tirar de uno de sus pezones con los labios. Siguió bajando hasta el ombligo y de allí siguió bajando . Con las manos separó los muslos de la vampira dejando así vía libre para jugar con su sexo.
Primero comenzó besandolo para acto seguido comenzar a lamerlo, centrándose sobre todo en su clítoris. Con la punta de la lengua lo acariciaba y presionaba.
Aquello le resultaba extrañamente placentero, el ver como la vampira reaccionaba, el saber que a pesar de todo ella era suya y que él muy al pesar la morena era suyo. El fuerte vinculo que ambos tenían y no solo gracias a la sangre que ella le proporcionaba, si no por algo mas. Algo que a pesar de la locura que poco a poco nublaba los sentidos del humano, perduraba.
Ephraim Eichhorst- Esclavo de Sangre/Clase Media
- Mensajes : 54
Fecha de inscripción : 01/09/2017
Re: Bloody crazy {privado} +18
Al notar que el cuerpo bajo el suyo se erguía, ella se echó hacia atrás, dejando que fuera Eph el que esta vez llevara el mando de la situación. La rusa no era precisamente dominante, aunque tenía sus momentos en los que, tal vez, se ponía algo demandante o controladora, pero eran escasos. Solía ser bastante sensata y el escritor también. Incluso cuando se trataba de hundirse en los placeres de la carne, no se peleaban por ver quién mandaba, sino que de forma natural se turnaban, jugando, disfrutando. Acomodó la espalda en los cojines del sofá y alzó las caderas a la que sintió el primer tirón de pantalón por parte del contrario. La caricia de la tela alrededor de los muslos arrancó una sonrisa en los labios de la vampiresa que en un gesto inconsciente se mordió el dedo índice con suavidad, observando al alemán arrodillado entre sus piernas con el pantalón desabrochado y la mirada perdida en el pálido cuerpo de Ksenia.
En cuanto el actor inició con el recorrido de sus dedos, un sendero cálido fue marcado en la fría dermis de la morena y sentía esa temperatura irse disipando muy lentamente, abarcando más zona, al tiempo en que menguaban los grados. Sus azulados ojos siguieron cada gesto de su amado, se fijaron bien en su expresión, alternando con el movimiento sinuoso del dedo. Volvió a sonreír y en un susurro añadió:
-Dejas un rastro de calor allí donde me tocas...
Fue callada por un dulce beso, no estaba cargado de lujuria esta vez, sino que fue algo más calmado y tierno. Aunque lo que fueron haciendo a continuación aquellos labios, empezó a teñirse de deseo una vez más. El contraste ente ambas pieles era más que notable para los dos pero, posiblemente, fuera una de las cosas que más le gustaban a Ksenia, porque no cabía duda que aquellos abrasadores belfos rozando su piel no eran ningún sueño. Casi le quemaban y amaba la sensación, la reacción de su propio cuerpo ante cada encuentro, el estímulo que los actos de Ephraim provocaban en la vampiresa. Y todo se intensificó sobremanera cuando las atenciones dejaron las partes gélidas de la rusa para centrarse en aquella más cálida, aunque aún fría en comparación a la fogosa lengua que no dudo en estimular. No quiso apartar la mirada, quería verle tomarla con la boca, escuchar el sonido lascivo al succionar. Sin embargo, aunque sus orbes siguieron fijas en el rostro foráneo, la morena tembló ligeramente y sus belfos se despegaron al liberar un suave gemido. Se acumulaban allí las sensaciones placenteras y, al mismo tiempo, un suave hormigueo parecido a las cosquillas le recorrió la columna vertebral.
-Ah... Me encanta cuando haces eso.
A pesar de su actitud mansa en la mayoría de las ocasiones, si algo tenía Ksenia era que odiaba mentir y ocultar cosas, así que cuando pensaba algo, lo solía decir sin cortarse, especialmente con el escritor, su amigo, su confidente, su amante, su amor. Llevó una mano a acariciar los largos cabellos de Ephraim, jadeando de manera algo alterada. Le veía mirándola también por encima de sus gafas, que aún llevaba puestas de haber estado leyendo durante la cena. La imagen era tierna y al mismo tiempo erótica. Todo era complejo cuando se trataba de ellos dos, la simpleza no estaba en su día a día, a fin de cuentas eran un humano y una inmortal compartiendo sus vidas.
En cuanto el actor inició con el recorrido de sus dedos, un sendero cálido fue marcado en la fría dermis de la morena y sentía esa temperatura irse disipando muy lentamente, abarcando más zona, al tiempo en que menguaban los grados. Sus azulados ojos siguieron cada gesto de su amado, se fijaron bien en su expresión, alternando con el movimiento sinuoso del dedo. Volvió a sonreír y en un susurro añadió:
-Dejas un rastro de calor allí donde me tocas...
Fue callada por un dulce beso, no estaba cargado de lujuria esta vez, sino que fue algo más calmado y tierno. Aunque lo que fueron haciendo a continuación aquellos labios, empezó a teñirse de deseo una vez más. El contraste ente ambas pieles era más que notable para los dos pero, posiblemente, fuera una de las cosas que más le gustaban a Ksenia, porque no cabía duda que aquellos abrasadores belfos rozando su piel no eran ningún sueño. Casi le quemaban y amaba la sensación, la reacción de su propio cuerpo ante cada encuentro, el estímulo que los actos de Ephraim provocaban en la vampiresa. Y todo se intensificó sobremanera cuando las atenciones dejaron las partes gélidas de la rusa para centrarse en aquella más cálida, aunque aún fría en comparación a la fogosa lengua que no dudo en estimular. No quiso apartar la mirada, quería verle tomarla con la boca, escuchar el sonido lascivo al succionar. Sin embargo, aunque sus orbes siguieron fijas en el rostro foráneo, la morena tembló ligeramente y sus belfos se despegaron al liberar un suave gemido. Se acumulaban allí las sensaciones placenteras y, al mismo tiempo, un suave hormigueo parecido a las cosquillas le recorrió la columna vertebral.
-Ah... Me encanta cuando haces eso.
A pesar de su actitud mansa en la mayoría de las ocasiones, si algo tenía Ksenia era que odiaba mentir y ocultar cosas, así que cuando pensaba algo, lo solía decir sin cortarse, especialmente con el escritor, su amigo, su confidente, su amante, su amor. Llevó una mano a acariciar los largos cabellos de Ephraim, jadeando de manera algo alterada. Le veía mirándola también por encima de sus gafas, que aún llevaba puestas de haber estado leyendo durante la cena. La imagen era tierna y al mismo tiempo erótica. Todo era complejo cuando se trataba de ellos dos, la simpleza no estaba en su día a día, a fin de cuentas eran un humano y una inmortal compartiendo sus vidas.
Ksenia Vasil- Vampiro Clase Media
- Mensajes : 76
Fecha de inscripción : 26/08/2014
Re: Bloody crazy {privado} +18
Le gustaba ver y sentir como Ksenia se estremecía al sentir aquel contacto. Le proporcionaba otra clase distinta de placer avivando con cada roce y cada gemido su propia excitación.
Siguió jugando un poco mas con ella, disfrutando de sus reacciones de sus sonidos, de su cuerpo...
Cuando pensó que ya era suficiente paró y volvió a subir hasta la altura de su obligo, lo beso, lo mordió ligeramente y fue cuando se dio cuenta de que no se había quitado las gafas, pues esta se acabaron escurriendo desde su nariz hasta caer sobre el vientre de la joven y de ahí a un lado del sofá.
El humano alzó una ceja y de no ser porque las gafas eran un articulo caro que no se podía permitir cambiar cada dos por tres, las plegó y las dejó sobre una mesilla que había tras el brazo del sofá.
Aprovechó aquello para volver a los labios de la vampira, besarlos al principio con calma y luego con mas fiereza. Sintió como el calor de su entrepierna aumentaba, al igual que la presión sentía la cual se había tornado casi mas dolorosa que placentera.
-Bueno, creo que ha llegado el momento de pasar a asuntos mayores-le dijo en un susurro cuando se acercó al lóbulo de la oreja ajena para darle un ligero mordico.
Al estar el botón de sus pantalones roto, no le fue difícil hacer que estos se escurriesen hasta sus rodillas, ayudados ligeramente con las manos. Eph que seguía colocado entre las piernas de la vampira acomodó su miembro entre las piernas de la morena buscando su entrada y una vez allí presionó, primero ligera y delicadamente para después terminar con una moderada embestida, tampoco la quería hacer daño, pero tanta calma le estaba comenzando a impacientar. Aquel roce y aquella intensidad hicieron que el humano dejase escapar un gemido cuando estuvo completamente dentro de ella, tomándose unos segundos para comenzar a moverse de forma rítmica. Empezó despacio, pues no quería tampoco precipitarse y terminar aquella labor demasiado rápido. Después de tanto tiempo le iba a costar mantener un ritmo alto sin terminar antes que ella.
Mientras se movía, aprovecho para acercase a ella y besarla. De ahí paso al cuello el cual mordió con todas sus ganas. Apoyó una mano sobre el brazo del sofá para mantener el equilibrio y la otra mano busco el muslo ajeno para acariciarlo. Acabó por levantar ligeramente la pierna de la vampira para hacer que la penetración fuese un poco mas profunda, aunque con aquel espacio tan reducido el moverse se hacia ligeramente complicado.
Siguió jugando un poco mas con ella, disfrutando de sus reacciones de sus sonidos, de su cuerpo...
Cuando pensó que ya era suficiente paró y volvió a subir hasta la altura de su obligo, lo beso, lo mordió ligeramente y fue cuando se dio cuenta de que no se había quitado las gafas, pues esta se acabaron escurriendo desde su nariz hasta caer sobre el vientre de la joven y de ahí a un lado del sofá.
El humano alzó una ceja y de no ser porque las gafas eran un articulo caro que no se podía permitir cambiar cada dos por tres, las plegó y las dejó sobre una mesilla que había tras el brazo del sofá.
Aprovechó aquello para volver a los labios de la vampira, besarlos al principio con calma y luego con mas fiereza. Sintió como el calor de su entrepierna aumentaba, al igual que la presión sentía la cual se había tornado casi mas dolorosa que placentera.
-Bueno, creo que ha llegado el momento de pasar a asuntos mayores-le dijo en un susurro cuando se acercó al lóbulo de la oreja ajena para darle un ligero mordico.
Al estar el botón de sus pantalones roto, no le fue difícil hacer que estos se escurriesen hasta sus rodillas, ayudados ligeramente con las manos. Eph que seguía colocado entre las piernas de la vampira acomodó su miembro entre las piernas de la morena buscando su entrada y una vez allí presionó, primero ligera y delicadamente para después terminar con una moderada embestida, tampoco la quería hacer daño, pero tanta calma le estaba comenzando a impacientar. Aquel roce y aquella intensidad hicieron que el humano dejase escapar un gemido cuando estuvo completamente dentro de ella, tomándose unos segundos para comenzar a moverse de forma rítmica. Empezó despacio, pues no quería tampoco precipitarse y terminar aquella labor demasiado rápido. Después de tanto tiempo le iba a costar mantener un ritmo alto sin terminar antes que ella.
Mientras se movía, aprovecho para acercase a ella y besarla. De ahí paso al cuello el cual mordió con todas sus ganas. Apoyó una mano sobre el brazo del sofá para mantener el equilibrio y la otra mano busco el muslo ajeno para acariciarlo. Acabó por levantar ligeramente la pierna de la vampira para hacer que la penetración fuese un poco mas profunda, aunque con aquel espacio tan reducido el moverse se hacia ligeramente complicado.
Ephraim Eichhorst- Esclavo de Sangre/Clase Media
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Fecha de inscripción : 01/09/2017
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