Danse au Feu || libre

Mi cabello caía en cascada sobre mi espalda en ondas negras como la misma oscuridad del firmamento, las ropas que portaba eran muy distintas a las habituales ya que en ese momento podia pasar por una gitana mas, se sentía tan bien andar ligera, libre de corset y crinolinas...hace tanto que había olvidado lo satisfactorio y cómodo que era esto. Continué mi camino por las tiendas y carpas montadas  hasta dar con la gente, era noche de fiesta al parecer pues se podía oír la guitarra en un extremo, no pude evitar sonreír al ver a todos esos hombre y mujeres bailando de manera alegre al calor de una buena fogata improvisada, tan unidos, extrañaba tanto esto, aún recordaba cuando niña danzaba hasta cansarme, hasta que los pies no dieran mas.
Y todo cambio para mí hace años atras por el capricho del hombre que el destino puso en mi camino y obligándome a renunciar a la vida que tanto amaba,sin más remedio rodeándome de gente hipócrita, aprendiendo a ser una dama digna del título que hoy en día ostentaba.

Esta noche no sería la duquesa, solo Alba, aquella joven gitana que ocultaron debajo de ropas finas y acentos estúpidos. Nadie debía reconocerme, estaba lejos de lo que se había convertido mi prisión,cuan probable era encontrarme a alguien de la nobleza en este lugar? La verdad eran muy pocas las posibilidades así que,por que negarme un lapso de felicidad, días atrás un inmortal me había aconsejado tomar esa emifera libertad mientras mi estadía en París me lo permitiera y así lo haría antes de volver a la jaula de oro que me esperaba en España.

Sin problema me perdí entre ellos observando desde una orilla como las mujeres danzaban y reían la verdad fue muy gratificante ser parte de aquel festejo aunque solo participará de lejos  aplaudiendo, sonriendo de vez en cuando. La música por otro lado era tan agradable que inconsciente comencé a bailar en mi lugar de manera discreta hasta que sentí el empujón de una mujer haciéndome participe sin más remedio, por un momento me quede inmóvil sin saber que hacer, mi vista recorrió las caras presentes con rapidez observando que aplaudían y gritaban animando el ambiente, un tirón en mi mano fue lo suficientemente fuerte para sacarme de mi estupor lograndome arrastrar a un recién  circulo formado por las personas al tomarse de las manos alrededor de la fogata; no pude evitar reír ante las vueltas que dabamos cambiando de lado pasando por debajo de los brazos de unos hombres . Les pude seguir aquel ritmo con facilidad, era como revivir los días más felices de mi vida en tan solo unos segundos, baile hasta que mis pies demandaron descanso sin duda había perdido la práctica pues ya me encontraba agitada.

Solo me aleje un poco, lo suficiente para recobrar el aire mientras miraba al cielo, hasta que la reciente calma se rompió cuando alguien se estampo con mi espalda casi provocando que me cayera

Fuego, música y baile.

Judea había tenido razón cuando le dijo a Malek que esperara a que llegara la noche para ver la festividad gitana. –Las respuestas ya las conoces, eres sabio Malek. Pero no te vayas, no aún –le dijo Judea cuando estaban en su tienda.
–He visto danzas, no el ballet o lo que ofrezca la opera. Escocia y sus tribus hacen bailes para los dioses paganos. No me son ajenas –había comentado Malek mientras se levantó del asiento echo de petate. La anciana lo alcanzó en la entrada.
–Pero no una gitana –le sonrió y Malek accedió.

La música en aquella noche se compenetraba con el sonido de los pies de los gitanos que danzaban en círculos, tomándose por los brazos y esas risas cerraban el ritmo de la orquesta colorida que junto a Judea, Malek observaba a una distancia lejana. El escocés conservó su sonrisa desde que inició la fiesta. –Esta energía te ayudará –dijo Judea que palmeó el brazo derecho de Malek como despidiéndose–, no te vayas a ir hasta que hables con ella.
–¿Ella?
–Si , una jovencita necesita el consejo de un hombre sabio. No el de un gitano. Adiós Malek.

Malek no dijo más, y Judea se perdió entre los gitanos. El espectro se colocó a un lado de Malek pero no hablaron, no tenían que decir. Ambos disfrutaban el momento. Ajenos a que la noche no iba a terminar con él bailando. «¿O será» pensó Malek, miró la luna y dio un paso provocando que una joven agitada por el baile se golpeara con su persona. La joven trastabillo y Malek le tomó del brazo con gracia para que no cayera. –Discúlpeme señorita por/ –se interrumpió cuando captó el olor de la joven. No era una gitana, su olor era distinto, aunque arraigado aún en su piel percibía el rastro del perfume. Por ese motivo dejó el español, seguramente ella era la persona de la que habló Judea–. Discúlpeme señorita por mi torpeza –le dedicó una sonrisa cortés al tiempo en que le soltaba el brazo.

El corazón de la joven seguía agitado, si bien es cierto que se hubo llevado un sobresalto, ahora parecía que latía por la excitación que aún le arrastraba el baile. El ligero sudor en ella la delataba. –¿Se  divierte?

Espere besar el suelo pero eso no paso,por el contrario aquel con el que tuve el descuido de chocar había reaccionado lo suficientemente rápido para evitar mi caída tomándome del brazo con total delicadeza,mis ojos se clavaron por un instante en el observando un aura que parecía dividida de algún modo, no sabría decirlo ya que no era un experta interpretandoles pero notaba esa mancha aunque muy mínima era contrastante.-Disculparos usted a mi,estaba distraída...-respondí cuando el desconocido soltó de manera caballerosa el agarre que inflingio en mi brazo,aún sentía el calor agolparse en mis mejillas por la agitación de hace unos momentos y mis pulmones luchaban por regular mi respiración,una sonrisa amable apareció en mi rostro mostrando que no me causo inconveniente el tropiezo.

-Me temo que más de lo que pensé...tenia bastante tiempo sin disfrutar esto.-Hable en español con un acento arraigado dejando el francés a un lado,la verdad era que se me daba mejor este que el idioma local y pocas veces podía hacer uso de él por el lugar donde estaba.Mis palabras salieron con confianza palpable denotando la adrenalina que aún sentía mi pecho por la danza de hace unos momentos,una de mis manos fue a mi pecho que subía y bajaba con más calma recuperando el aliento que me faltaba.No pude evitar sentir curiosidad por ese individuo delante mío pues emanaba un calor peculiar quizás era imaginación mía.

-Soy Alba...-Mencione aún con la sonrisa gentil en mi rostro,por supuesto omití mi apellido pues si bien en ocasiones era distraída podía notar que la persona desconocida no era parte de la caravana al igual que yo,lo notaba en su porte y la manera en la que se dirigió a mi aunque claro quizás me equivocaba.La música comenzaba a sonar de nuevo entre cantos y gritos entusiastas a nuestras espaldas.

-Va llegando?,por que no recuerdo haberle visto en la faena de por allá...-de mis labios brotó una pequeña risa sincera,me sentía tan ligera y no solo por las ropas que portaba.Estar en este lugar me quitaba una enorme carga.

Dos pajaros a un tiro.

Malek hacía dos cosas al mismo momento. Escuchaba el corazón de Alba, como se hizo llamar, y meditar en su respuesta. Primeramente sonrió cuando los latidos comenzaban a normalizarse, parpadeó con languidez y uniendo sus palmas la llevó a sus labios. –No, de hecho he estado observado, no se me da el baile, disfruto más observando –hizo una pausa. Ahora que estaba más cerca, el olor de su sudor expulsó el aroma de los gitanos exponiendo el que la acompañaba. Si bien era extranjera en esas tierras, no usaba los perfumes franceses, bajo un primero análisis. Malek llegó a la conclusión de que había sido casada en contra de su voluntad, no era una noble debía de tener raices gitanos, sobre todo por las miradas reveladoras que él observaba a través de sus dos orbes oscuros que le servían como espejos.

–Malek Flint, para servirle –acompañó sus palabras con una ligera inclinación teniendo su brazo derecho sobre su torso y la izquierda en su espalda. Como usualmente se le saluda a la realeza. Se reincorporó–. Si  disculpa mi atrevimiento. ¿Cómo una joven cómo usted puede expresar la longevidad del tiempo sobre su persona, cuándo no ha llegado a la flor de su juventud? Mi argumento puede carecer de sentido. Pero como usted, soy un extranjero en estas tierras y las costumbres son distintas –dio un paso a un costado para seguir observando la danza.

–Sé que ha venido a disfrutar de este ámbiente, pero me temo que mi acompañante me ha dejado. ¿Es mucho pedirle que sea ahora mi acompañante? Por usted soy capaz de ir a bailar sí me concede, además, una conversación –dijo y le ofreció la mano para que la tomara y de hacerlo lo encaminara al grupo o a dónde ella lo dirigiera. Estaba convencido, ella era la mujer que necesitaba de su consejo. Los latidos de su corazón habían reaccionado de forma distinta a las palabras. Desde la insinuación a un título como a la reflexión de la juventud y las costumbres.

Por un instante, Malek permitió que sus ojos brillaran como un incentivo a la curiosidad y el hecho de que en ella había algo de gitana. La forma en como se había movido con el grupo, las prendas que le sentaban a la perfección y de las que le parecían tan libres, como si en su pasado vistiera de esa forma.

Le miré un tanto extrañada,era curioso que el hombre disfrutará más viendo, en cambio yo no podría quedarme quieta así sin más cuando todo a mi alrededor propiciaba que me dejara llevar por aquella gente tan alegre.
-Un placer señor Flint...-respondí inclinando un poco la cabeza al igual que mi cuerpo con notoria gracia ante la reverencia que esté hizo al presentarse,lo cual por un segundo me arrepentí pues no se supone que los gitanos hagan ese tipo de protocolos pero que iba a hacer no me pasó por la cabeza simplemente mi cuerpo respondió como se le había acostumbrado.Desvie la mirada al sentir en mi la ajena,tan penetrante como si desvelará mis secretos uno a uno pero era imposible cierto?,no recuerdo haber dicho algo que me delatara y tampoco cruzarme con el en algún evento,mi rostro mostró una tenue mueca no me molestó su comentario pero si me trajo ese desazón a la memoria que trate a todo medio esconder con una sonrisa posando los ojos en la fogata que relucía a varios metros.

-Creo que debo atribuirlo a lo vivido mi Lord...-gire mi vista al sentirle a mi lado y de nuevo me topé con esa mirada profunda que efectivamente se percato que yo no pertenecía a esa caravana por más que mi corazón deseara volver a lo que una vez fue.-Tan obvia le resulte,es verdad que no estoy cerca de mi tierra incluso e de añadir que ni estando en casa dejo de sentirme como una  extranjera.-comenté más para mi que para el gallardo hombre,no hacía falta recalcar ningún titulo pues solo tenía la intencion de por lo menos está noche librarme de el.Mis manos se posaron detrás de mi espalda mientras mis dedos jugaban nerviosos ante lo intuitivo que parecía ser el señor Flint y aquel viento cálido solo se dedicaba a golpear mi piel agitando mi cabello que danzaba junto con el.

-Pierda cuidado yo no cuento con acompañante,así que puedo acceder a su petición sin problema,pero advierto de antemano que puedo resultar difícil de seguir el paso-dije tratando de mostrarme más animada pues no tenía la intención de rememorar lo que me esperaba en España,el aroma a bosque llenaba mis sentidos de manera agradable y al ver la mano extendida hacia mi la tome percatandome de que el calor efectivamente emanaba de el.Arriesgandome a que pudiera ser un conocido de Andrés tire con delicadeza de su mano mientras corría cual niña hacia la fogata donde la mayoría se agrupaba la verdad que daba la impresión de ser muy serio y verlo bailar me provocaba curiosidad era entendible que yo lo trajera en la sangre por así decirlo pero el...que lo traía aquí? Si sus facciones tan bien cuidadas indicaban el mismo estilo de vida que el mío aunque claro está que las apariencias pueden engañar.

Di un giro en un principio sin soltar la mano de aquel que respondía al nombre de Malek y de esa manera integrarnos al festejo dejando que mi falda colorida luciera danzando junto conmigo en cada vuelta posterior que di hasta que pare frente al hombre soltando su mano por un momento para darle vuelo a mi falda y con sutil gracia le rodeaba aplaudiendo al ritmo que marcaban, era evidente que disfrutaba de estar rodeada de ese ambiente pues mis ojos al bailar destellaban ese brillo.Un baile,una conversación que sin lugar a dudas dejaría algo,quizás la paz que tanto añoraba o un poco de felicidad entre tanta tristeza.

Un paso a la vez.

Las palpitaciones de su corazón se regularon. Malek notó que ella no percibía una amenaza en él. Estaba seguro que si iniciaba un interrogatorio Alba no se negaría a dárselo. De hecho, en la voz parecía escuchar una represión, un alma enjaulada que tenía libertad esa noche, tan sólo esa noche. –Eso debe de ser porque sus tierras no son un hogar –respondió al comentario de Alba y aunque pudo agregar más, no lo hizo. Ya llegaría la noche para que pudiera ayudarle como sea que Judea esperaba. Mientras sería su acompañante y ella la de Malek. Se dejó llevar por ella, aunque por detrás de ella. Malek alcanzó a distinguir una sonrisa infantil y eso tocó el corazón de Malek. Alba se reincorporó al baile, pero para Malek era iniciar. El escocés no tuvo problemas en aprender el movimiento de los gitanos en su danza, era muy similar a las que se hacían en algunos lugares de Escocia, eso y que cuando era el nigromante muchas veces su cuerpo tuvo que adaptar posturas y moverse en ritmos rápidos cuando combatía con licántropos valiéndose de hechizos, la nigromancia y el control del espectro. Moverse para él no era complicado.

Aunque en un principio se evidenció que le baile de Malek era similar al del resto, muy pronto se adaptó y siguió el ritmo de Alba y del resto de los gitanos que pese a ver el aura de Malek no se alteraron, ya debían de tener noción de que un licántropo estaría entre ellos por la visita a Judea. Alba bailaba alrededor de Malek como si ella fuera la tierra y Malek el sol. Con apremio, precisión y gracia, el licántropo movía sus pies descalsos al ritmo de la música, alzaba sus manos dando unas palmadas y luego las bajaba para dar otras tantas, movía su cabeza de un lado a otro, en ocasiones cerraba sus ojos cuando tenía sus manos en alto para hacer los movimientos de muñecas pertinentes. La camisa holgada negra de Malek fue tomando tonos rojizos por estar tan cerca de la gran fogata que como en Escocia parecía ser un componente fundamental para la danza. Malek comenzó a moverse en dirección opuesta a Alba hasta que llegó el momento en que, como un cazador a su presa, la tomó de la cintura, sin detener el movimiento que ella tenía, mientras iba en dirección a la que mantenía Alba, la fue alzando con su brazo derecho mientras que con su mano izquierda extendía su falda. Los pies de Alba quedaron expuestos al aire, como si levitara. Malek le dedicó una sonrisa y al terminar la vuelta la bajó de nuevo soltando su falda, tomó la mano de Alba y la alzó con la suya, luego, la soltó, giró tres veces retrocediendo y volvió a mover sus pies como antes, alzar sus manos y dar palmadas de derecha a izquierda.

De dónde sacaste esos movimientos Malek, ¿es qué antes de mi existencia eras un danzante escocés? Se expresó el espectro que estaba justo detrás de Alba. Malek no respondió y tampoco volteó a mirarlo, estaba disfrutando el momento y quería que así siguiera. Tienen la atención, ¿qué todo tienes que acapararlo? Y el espectro se echó a reír. Fue en ese momento que Malek se dio cuenta de que a su alrededor los gitanos los rodearon y a un ritmo de palmadas orquestaron una nueva canción que parecía estar dedicada a ellos. Malek y Alba, pues ellos habían dejado de bailar y sólo Malek y Alba lo estaban haciendo. El escocés no dejó de moverse aunque si cambió el ritmo de sus movimientos, mantenía su mirada en Alba con una sonrisa y ésta se hizo más cálida cuando vio a Judea entre los gitanos aplaudiendo. «¿Por qué pienso que tienes algo que ver en esto Judea?» pensó pero con dos giros se acercó hacía Alba. El ritmo de las palmas de los gitanos se asemejó a la música española y por instinto Malek empezó a mover sus brazos de otra manera, no los alzaba, los extendía sin dejar de dar palmadas ahora al nuevo ritmo de los gitanos. Malek a dos pasos se acercó a Alba, con sus brazos intercalados daba la apariencia de abrazarla si los veían desde lejos, pero de cerca existía una distancia que en las clases en las que pertenecían Malek y Alba tacharían de inapropiadas, pero que para gitanos o escoceses de campo sólo era la vida del baile, el respeto a la danza. –Creo que éste debería de ser tu hogar –dijo sin escucharse agitado, su condición sobrenatural le permitía ejercer acciones que producirían fatiga prolongadamente sin agitarse como lo haría un humano. El corazón de Alba bombeaba esa agitación y su respiración que era absorbida por los poros de la piel de Malek indicaban lo mismo. El olor de Alba ya no era el mismo, segregaba el olor de las esencias gitanas para manifestarse el suyo, el verdadero aroma de Alba.

Bailar me otorgaba ese sentimiento de libertad aunque fuera por unos breves instantes asi me sentia al calor del fuego y la musica; mis manos se movían con gracia en giros de muñeca que mis dedos adornaban con soltura al elevar uno de mis brazos mientras el otro lo mantenía a la altura de mi cadera ejecutando el mismo movimiento y mi cara en total pose observando solo a mi compañero de baile. No pude evitar sonreír al ver que mi inesperado acompañante mostraba ser un buen bailarín pues no le costo adaptarse a mis movimientos y dar la impresión de ser parte de ellos al igual que yo, sincronizados en aquella danza poniendo pasión a cada movimiento como si lleváramos toda la vida bailando y quizás por ello fue que en un punto me perdí de lo que ocurría alrededor, mis pies dejaron por un lapso el suelo intercambiando esa sonrisa con Malek mientras mi mano derecha daba la impresión de acariciarle el rostro. Me acople a cada movimiento desbordando esa adrenalina y emoción que la situación me generaba pues hace tanto que no disfrutaba de esto que era inevitable que mi corazón no latiera como loco completamente, rememorando cuando fui feliz entre mi verdadera familia, una que no tenía idea dónde se encontraba hoy en día.

Sin dejar de bailar seguí la mirada varonil descubriendo lo que el, y es que terminamos siendo el centro de atención, no pude evitar reír de manera jovial mientras mis palmas aplaudían al nuevo ritmo de la melodía y mis pies marcaban más sus pasos a la par que mis caderas comenzaban a seguir la música envolviendo miradas ajenas en cada vaivén provocando gritos que alentaban mi baile; al igual que Malek corte la distancia solo que yo lo hice dando un giro antes de intercalar nuestros brazos. Mi respiración era agitada y la sonrisa en mi rostro mostraba lo rejuvenecida que se sentía mi alma, por un momento mi ojos reflejaron la sorpresa que me causaron sus palabras-Mi verdadero hogar...fue uno como este..-con dramatismo propio del baile pegue mi frente a la ajena mientras mis brazos abandonaban los brazos varoniles para que mis manos tomarán extremos de mi falda y la agitaran con fuerza haciéndola lucir mientras caminaba en círculo para el lado contrario que el , dando media vuelta me separé de Malek con la misma pasión  con la que ardía la leña en la fogata dándole la espalda mientras mis manos se alzaban extendidas hacia los lados dejándose caer en movimiento delicados, podía saborear los tintes flamencos en el nuevo ritmo provocando que mi cuerpo lo siguiera con ímpetu. Era consciente de la cercanía que para nada sería algo bien visto en la alta esfera a la que ahora estaba atada a permanecer, pero no estaba en un gran salón ni rodeada de nobles que vieran aquello con malos ojos así que por que preocuparme por el qué dirán.

Tome la mano del hombre estirandole el brazo y con aquella misma gracia que poseía me enrede en el hasta quedar a escasos centímetros del cuerpo que emanaba aquel singular calor y entonces por un instante cuando topé con su pecho fue extraño; sentí como una corriente de energía subia por mis brazos nublandome la vista totalmente, solo fui capaz de ver imágenes rápidas y en todas estaba Malek luciendo más joven, un bosque, una bella mujer, licántropos que luchaban contra el y este dominando la magia; lo vi recitando un conjuro o eso parecía,una neblina o sombra cubriéndole, un jardín bañado en sangre... Generalmente solo tenía este tipo de situaciones cuando la persona era poderosa o tuvo contacto con magia fuerte eso era lo que me despertaba estas visiones, me sentí sofocada por el golpe de imágenes tan abruptas que tuve y de no ser por que estaba entrelazada al hombre hubiese desvanecido, cerré por unos segundos los ojos mientras la gente aplaudía y gritaba volviéndose a integrar a la par que otro canto por parte de una pareja. Inmóvil me quedé apesar de la nueva tonada que empezaba dudosa de poder estar en pie mis brazos se movieron de manera que el contacto con el licántropo se deshizo de manera sutil, por que ahora podía distinguir ese calor y su aura, el olor a bosque emanaba de el.-Excelente bailarín, me ha sorprendido-mis palabras salieron casi entre cortadas mientras mis pulmones recuperaban el aire que tanto les empezaba a hacer falta y mis pies luchaban por mantener el equilibrio -Le importa si tomamos un respiro, que creo que a la que le resultó seguir el paso fue a mi...-mi nariz se arrugó por acto reflejo ese era un tic tan fastidioso que revelaba cuando mentía, era una fortuna que esté hombre no me conociera por que si bien el baile me había causado un poco de agitación no era para que me tambalease, lo que me desestabilizo fue conectar con el pasado de Malek tan repentinamente y de manera tan imprecisa.

Me sentia mareada y no por tanto giro; si no por lo difícil que era entender esas imágenes. Con una media sonrisa tratando de disimular mi condición le indique que nos sentáramos un momento al otro lado de la fogata donde en un extremo había un pedazo de tronco que fungía como asiento improvisado, sabiendo que me seguiría pues le debía una conversación camine a la orilla de la fogata sintiendo sus pasos detrás de mi, el corazón latía de prisa y a pesar de lo que vi no fue muy claro no me sentía amenazada al contrario me generaba una especie de tranquilidad.

Me senté dejándole un espacio prudente para que el hiciese lo mismo.-Puedo preguntar donde aprendió a bailar así?-dije rompiendo el silencio entre los dos viéndole fijo intentando ver más haya de eso orbes misteriosos.

Conexión.

Lo estaban haciendo estupendo, era como si fueran relamente una pareja de baile. Dos gitanos más. Los movimientos de Malek y Alba eran tan sincronizados que el entusiamos de los gitanos estaba bien justificada, pero esto se debía a la pasión que ambos desbordaban. Sus cuerpos volvieron a acercarse. Entonces ocurrió algo que Malek captó, el ritmo del corazón de Alba se aceleró, sus ojos estaban como hipnotizados. Lo observaba directamente a los orbes, mas no lo veía a él, no. Malek conocía esa mirada y los latidos lo confirmaban. Alba estaba teniendo una visiones o conjunto de ellas. De alguna forma y no voluntaria, reprodujo en su mente algunos escenarios de su pasado. Cuando pudo tomar control de sus pensamientos la observó con detalle, sin perder el ritmo del baile. «¿Será una bruja, no, quizá una gitana. Eso debe de ser, Judea lo sabe» caviló a penas poniendo atención a las palabras de Alba. Aunque Malek perdió por un momento su sonrisa, pronto la recuperó. –Créame que también estoy sorprendido de mí mismo –respondió a su comentario y la sostuvo con firmeza para que no cayera pues pudo sentir una breve ausencia de fuerzas en ese pequeño cuerpo seductor–. Por supuesto, un descanso me vendría bien/ –dijo casi en un susurro y abandonaron al grupo.

El corazón de Alba seguía agitado, pero no veía un temor en ella, no lo percibía lo que le dio tranquilidad. Si era una gitana seguramente ya sabía lo que Malek era. El espectro se unió a ellos pero no dijo nada, se mantuvo silencioso en todo momento. Llegaron a la fogata y tomó asiento. –En Escocia, la tierra donde nací, crecí y gobierno como duque en Montrose –respondió a su pregunta y observó las seductoras llamas de la fogata, ese fuego le trajo un recuerdo de su pasado como nigromante, mucho antes del espectro, cuando incendió una casa de licántropos a pleno luz del día, vulnerables. Ese recuerdo volvió a borrarle la sonrisa–. Nadie es lo que parece, ¿no es así? Hasta este momento no está alterada, no me teme. Pero sabe que soy –afirmó a lo último como una sentencia a que si decía lo contrario o se hacía la desantendida él se daría cuenta– Entonces tienes sangre gitana en tu piel, te arrancaron la felicidad al arrastrarte a otro mundo. Estoy seguro que tienes muchas interrogantes sobre mi persona. No me ofenderé a las preguntas que desee hacerme. Pero como dije antes, yo quiero conversar contigo, lo necesitamos –sin darse cuenta le estaba hablando de tu, miró de nuevo el fuego y esperó a que ella hablara. Eliminó de sus sentidos el ruido de los gitanos para conscentrarse en la voz de Alba, lo único que le interesaba.

Nadie es lo que parece. Vaya argumento Malek. ¿Quieres saber si realmente es una gitana? ¿Recuerdas cuando me decías lo muy frustrante que era poder ver las auras de los vampiros, los cambiantes y los de tu propia raza maldita, pero no la de los gitanos ni hechiceros y brujas?, ¿sabes por qué te lo estoy diciendo? Recuérdalo Malek, no lo olvides. Es irónico, ahora que eres un licántropo eres menos peligroso que aquel hechicero que mató a su propia familia, ese asesino que dividió su alma para tener más poder y arrasar vidas malditas muchas veces inocentes. ¿Seguro que quieres que ella conozca ese pasado? No lo eches a perder. La gitana te dijo que alguien necesitaba de tu consejo, no alguien que tranquilizara tu alma, y las palabras del espectro fueron como un balde de agua fría para Malek. Quería ayudar a Alba, pero el espectro tenía razón. Mientras bailaban sintió una conexión especial que no quería perder. Ella pertenecía en ese presente a la alcurnía, quizás a la realeza. Como fuera, ya había hablado, ahora tenía que sostener sus palabras y liberar a Alba de su prisión, al menos la mental.

No me mostré sorprendida cuando el hombre castaño me hizo saber que era poseedor de un titulo nobiliario en escocia, lo cierto era que sospeche este hecho cuando le oi hablar de forma tan propia y la manera de su andar airado cual príncipe, por así decirlo, me hizo dudar que fuera uno mas de aquel grupo pues simplemente resaltaba entre los rostros presentes, mi mirada por un momento se unió al fuego viendo el bailar de las llamas y sus tonalidades rojizas cayendo en ellas nuevamente tratando de atrapar su calor en mi cuerpo carente de afecto. Mi rostro se giro con delicadeza no negué lo que este me decía pues que caso tenia fingir que no sabia de su naturaleza si el parecía conocer lo que en mi habitaba, tan transparente resultaba? -Tiene razón, puedo verlo en su aura...un hijo de la luna, debería alterarme?, me costaría creerlo si su respuesta fuera positiva y me temo que a pesar de ello no me alejaría.- murmure sincera pues yo nunca huía, al fin y al cabo estamos expuestos al capricho del destino si en mi camino estaba ni aunque me quitara, eso solo decir mi abuela; asentí cuando una vez más su percepción acertaba de nueva cuenta mientras mi boca poco a poco borraba la sonrisa que hace instantes tenía.

-La llevo, nacida y criada como gitana en una caravana cómo está, hasta que la ambición y codicia de un hombre me arrebataron mi vida, obligándome a sobrellevar el título de Duquesa en España.- de nuevo una sonrisa apareció, pero esta vez triste, apagada pues hablar de ello simplemente me quitaba energía y recordar que mi marido en cualquier momento podía aparecer o requerir mi presencia en España me causaba opresión en el pecho. Era un pajarillo enjaulado, un adorno mas en aquel castillo que iba bien con la imagen del Duque solo eso; con el tiempo solo me quedo moldearme a las exigencias del hombre que lejos se planteaba un día liberarme.

Entonces mis ojos oscuros derivaron otra vez en la figura varonil, claro que tenía dudas que me gustarían disipar si él me lo permitía, pero no encontraba un modo de hacérselas saber .-Yo estoy aquí buscando un motivo para no perder la cordura, sentirme cerca de lo que fue mi hogar...pero usted? Un lobo solitario?, Tengo entendido que siempre andan en manada... que te trajo a París, has dicho que necesitábamos  esto... pero tú por que? Qué es lo que cargas en esa alma dividida? .-no me atrevía a preguntar por aquellas imágenes que me transmitió al menos no aún, no quería que pensara que me entrometi en sus recuerdos tomándolos sin permiso cuando la realidad era otra. El color opaco en su aura parecía extenderse, le miré curiosa pues efectivamente parecía estar dividida como si dos almas compartieran en un plano distinto, no sabría explicarlo la verdad me causaba mucha confusión.

Tenía esta necesidad de hablar casi incontrolable; develar mi sentir a este hombre sentado a mi lado con la esperanza de descansar mi mente y mi alma por un momento aunque fuera solo hoy y algo me decía que el pasado de Malek era aún mas agridulce que el mío pues de solo recordar esos jardines bañados en sangre la piel se me erizaba.

Érase un vez/

–Es cierto, lo soy. Pero no debe de inquietarse, no soy peligroso; al menos no obedeciendo a mi naturaleza. Como humano puedo serlo –interrumpió, aunque al ver a Alba encimismada no pensó en su descortesía. Todo apuntaba a que Malek tenía razón pero cuando lo escuchó en labios de ella sintió un remordimiento por haber preguntado. Ser un licántropo lo había humanizado y a pesar de los años existían ocaciones en que entraba en conflicto con sus emociones.

Pero que acertado eres Malek, parece que posees poderes mentales. El Espectro se echó a reír con esa voz proveniente del infierno del alma de Malek. Si Malek, ¿tú qué estás buscando?

–Parece que los tiempo no van a cambiar. La mujer estará condicionada a los caprichos del hombre –soltó un suspiro y volteó a ver a Alba mostrándole una sonrisa–. Realmente espero equivocarme y que la mujer tenga los recursos para no sufrir en el régimen de los placeres con los que se guían el hombre, muchos de ellos banales –dijo antes de responder a la pregunta que le formulara Alba. Malek sabía que Alba no podía ver al espectro, sólo los nigromantes podían; por lo que su comentario de su alma dividida podía referirse como sinónimo de corazón dividido aunque/ Podría equivocarse y ver en Malek algo distinto, como una sombra que no parece pertenecerle.

–Yo busco un propósito, no tengo la edad que mi cuerpo puede aparentar. Yo estuve sumergido por mucho tiempo en la cordura, pero tuve un período de estabilidad. Era un hechicero, un brujo nigromante que hizo/ quizá mucho mal, todo depende de la perspectiva por donde se vea. Para mi familia era un héroe, para nuestros rivales el pero mal. Para alguien ajeno, que no conozca nuestra naturaleza sobrenatural fui un simple asesino, despiadado, sin escrúpulos. Creo que fui ambos. Hasta que la maldición de la luna cayó sobre mí, me convertí en mi enemigo y tuve que aprender a vivir con ello –el semblante de Malek pasó a ser serio y sus ojos brillaron por un instante.

¡Oh, pero que profundo Malek! Y qué farsa te montas. Se expresó el espectro pero Malek no volteó a verlo.

–Es irónico, no importa en qué me convierta siempre estaré maldito. Soy solitario porque tengo un ducado que cuidar y no quiero que mi gente esté amenazada por otros seres incluyendo a los de mi propia raza. Renuncié a la vida amorosa porque no quiero transmitir esta maldición a mis hijos. Antes no había pensado en viajar, no lo necesitaba pero ahora que no hay un propósito en mí, tengo un vacío que no puedo satisfacer con nada. Soy rico, tengo influencias, busco hacer la caridad y ayudar a los que se crucen en mi camino pero nada es suficiente. Mi padre siempre decía que no hay más satisfacción en el mundo que encontrar a una mujer que amar, tener hijos con ellas y verlos crecer. Creo que eso es lo que me atormenta/ ¿Será esa la respuesta? –se preguntó para sí mismo aunque al ser la pregunta abierta Alba podía opinar al respecto sobre todo cuando él le autorizó preguntar todo cuanto quisiera lo que también significaba opiniones y consejos.

-Quizás ya se había transformado en su propio enemigo antes de que la maldición le atrapara, nuestros actos, por mínimos que sean sellan nuestro destino… - Aquello no lo dije con el afán de ofenderle o juzgarle, cada quien cargaba con la cruz a su medida, inclusive yo, probablemente estaba pagando algo que hice en mi vida pasada, posibilidades infinitas en cada camino que decidíamos tomar. Suspire con fuerza oírle hablar me hizo replantearme cual era el mío, ¿qué propósito tenía mi vida?, simplemente debía dejarme llevar por el rio y aceptar ser el adorno del duque, realmente no podía aspirar a ser dueña de mis decisiones? Tenía miedo, miedo a reclamar mi libertad y que por ello gente que amo resultara herida, mentiría si negara que alguna vez me paso por la cabeza escaparme de mi verdugo, pero en cada una de esas fantasías el resultado real me alcanzaba, terminaría muerta o aun peor, él se encargaría de matar frente a mis ojos a mi familia.

Le oi con detenimiento manteniendo el contacto visual, era muy perceptiva, desde pequeña lograba conectar con las emociones ajenas y no era necesario que me dijese de aquel vacío, lo veía en sus ojos, el cómo de verdad buscaba sentirse de algún modo completo. -Por lo general lo anhelado llega cuando dejamos de buscar…supongo que la mayoría estamos tan desesperados por llenar algún espacio que no vemos más allá de lo que pasa frente a nosotros y solo nos enfocamos en lo que no tenemos cuando la respuesta a estado siempre ahí… llámelo alguna clase de confabulación mística-Apreté mis labios, no quería parecer impertinente o demasiado entrometida, después de todo me sentía muy identificada con su sentimiento porque yo también me había alejado de mi familia  para protegerla, pero a diferencia de Malek yo era una simple gitana que contra un ser sobrenatural no tenía oportunidad alguna. Y claro que dar consejos era infinitamente más fácil que ejecutarlos.-Esa respuesta solo la sabrá cuando se enamore y para ello debería empezar por no alejarse de las personas que desea proteger  de ese modo podrá darle la razón a su padre y comprobarlo de primera mano…Lamento si peco de impertinencia, no es mi intención incomodarle.- mis ojos fueron a dar al cielo alzando el rostro para contemplar el firmamento, en parte porque me daba pena llevarle la mirada después de mis palabras.

En nuestros locos intentos, renunciamos a lo que somos por lo que esperamos ser,,,- murmure una frase cuya autoría le pertenecía al aclamado William Shakespeare, guarde silencio unos momentos sintiendo esa tenue oleada de calor desprendiéndose del cuerpo ajeno, las almas atormentadas se reconocían entre si probablemente por eso tenía tal empatía por el hombre junto a mí, aunque claro nuestras situaciones eran tan distintas y a la vez tan iguales, lo sé, suena tan confuso.-Menciono que fue hechicero, quizás por ello veo esos restos de magia en su aura…es muy peculiar como si hubiese dos esencias en ella, no me haga caso-mencione en el mismo tono bajo posando mis ojos de nuevo en el mientras dejaba escapar un pequeña sonrisa que quizás no se alcanzara a distinguir, yo no era muy buena explicándome.

Empatía.

Para su edad hablaba con mucha sabiduría. Y todo era por esa vida que tenía. Malek se preguntó si ella aceptaría que él se encargara de su situación. Era una prisionera pero qué pasaría si su verdugo era asesinado. Para Malek no sería difícil soportar una muerte más en su consciencia y menos aún sí le daba la libertad a la joven Alba. Pero se mantuvo callado por lado tiempo. -Tiene una gran visión de la vida -comentó al fin tras suspirar observando también él el firmamento-. Y por favor se lo ruego, no limite sus palabras. Hable con toda honestidad que no me molestaré con usted si no todo lo contrario -y trató de buscar sus ojos pero ella rehuía de Malek.

-Tal vez no quiera enamorarme, quizá la vida que llevo es lo que quiero. Recuerdo que amé una vez; pero ese recuerdo es tan viejo que ya no sé que tan hermoso puede ser. No quiero ser otro, lo que soy, soy pero quizá tenga razón y si dejo que entren a mí pueda encontrar eso que me hace falta -Malek se levantó, se puso frente a Alba y luego se puso en cuclillas para posteriormente tomarle las manos-. Esta confabulación mística puede ser más de lo que ambos creemos. Quizá se porque debamos de hacer algo juntos, ayudarnos mutuamente. Y espero que no se ofenda y me vea como un atrevido irrespetuoso. Pero saber que mañana volverá a ser infeliz me traerá con la mente inquieta. Tal vez pueda ayudarla a encontrar un sendero que le permita buscar la felicidad -dijo con una sonrisa.

Hubo una incertidumbre.

El viento hizo que los cabellos largos de Alba danzaran en una ilusión fantástica con el fuego que se veía como fondo cuando ella tomó la mano de Malek. El cierre del acuerdo entre ambos, ella con su mano delgada y aparentemente fría en contraste a la de él, cálida por esa naturaleza monstruosa de su ser y que sin embargo no afectaba a ninguno de los dos. Una niña, así comenzó a verla el duque de Montrose con esos ojos que por un instante brillaron como incandescentes estrellas.

Todo esto es tan hermoso, mejor que Shakespeare . Agregó el espectro que se había limitado a hablar por un tiempo, no obstante, como lo había hecho desde antes, Malek simplemente lo olvidó. [color:1805=#878a9fSu tiempo se termina Malek, ella lo sabe, tú lo sabes; no quieras prolongar algo que ya tomó un curso. Continuó y el duque se desconcertó. «¿De qué estaba hablando el espectro? » Giró su cabeza para verlo, en la media oscuridad la siniestra figura deforme de su alma/ Sólo lo miraba.

–Por supuesto –devolvió con una sonrisa la atención y dejándose llevar se integró con ella al baile gitano. Se movían como antes, quizá con más ímpetu, con más libertad/ Pero bailaban y Malek sintió paz–. Y si nuestros caminos no se encuentran de nuevo pero necesita un aliado. En Montroe Escocia tiene al suyo –le dijo cuando acercó el cuerpo de ella al de él. Alba dio una vuelta sobre sí misma y Malek se alejó dos pasos para recomponer el ritmo con palmadas en lo alto y detrás de él.