Danse Macabre [Privado]

por **Jossette Louvre** Lun Nov 20, 2017 10:19 am

Danse Macabre-Camille Saint-Saëns:

Las calles de parís solían ofrecer una peculiar visión acuda noche, lleno de luces, celebrando una visión completamente distinta a la diurna, pareciere que incluso más bulliciosas y viva que cuando el astro rey coronaba el alto cielo, adornando los callejones con bailarinas sombras cubriendo a aquellos que valientemente se atrevían a ingresar en ellas.

Los zapatos de gastado satín parecían no tocar las baldosas del empedrado que componía la calle, su rítmico y suave andar, dando aquellos pequeños saltitos, unido a los largos cabellos rojizos que flotaban por los movimientos y el aire frio de la noche ofrecía sin duda alguna, si alguien le prestaba un minúsculo segundo de atención, la singularidad de ver a un ser mágico y no a una vulgar y corriente humana. Jossette por su parte se sentía libre después de tantos años y permitirse ser una de esas creaturas de la noche en la que no debía ser perfecta, no debía comportarse adecuadamente, por supuesto bailar cuanto deseara sin complacer a nadie mas que a ella misma. Podría hablar cuanto deseara y “expresar lo que le viniera en gana”, según las palabras de Drake siendo él a quien al finalizar su trayecto era a quien viera.

Sin embargo, al dar vuelta en una de las esquinas el melodioso sonido de las cuerdas de un violín cantando Danse Macabre la atrajo encantándola al instante acariciando anhelante su alma como si de un amante se tratase. Sin pensárselo dos veces giro en dirección contraria poseída por las zapatillas rojas, creo un perfecto Arabesque en primera posición como preludio y dejándose llevar por las notas del violín creyó escuchar el golpeteo de las teclas del piano acompañando y dando el cuerpo completo a la meloda obligándola a hacer un Fouetté en tournant, por supuesto eso era imposible.

Después de varios minutos recorriendo los callejones en una improvisada danza guiada por la melodía, Jossette se detuvo admirándole encantada al llegar al origen –Es hermoso– exclamo en susurro comprendiendo el porque de aquel sonido de cuerdas tan mágico y seductor, la pasión con que el hombre tocaba era única. Su respiración se agito y aseguro que ello no podía ser humano, no podía ser. Ella deseaba expresar, deseaba hablar, pero se negó a interrumpirle y que los sonidos murieran, ella deseo mas, mucho mas preguntándose ¿Quién era él?