Piensa rápido o te acaban || Privado

por **Alekshandro Del Piero** Jue Sep 14, 2017 10:53 pm

Una carta saco de la gabardina, más que una carta parecía una sucia lista, toda arruga y algo rota, la verdad odio esas estupideces de cartitas, no hay nada mejor que hablar, decir las cosas como son y punto, bueno es verdad a que veces tengo que mentir y convertirme en “Mefistoles” para matar a los asquerosos infernales y a una que otra damita para la cama. ¿Mi nombre real? Joder, eso jamás, solo tres mujeres conocen mi nombre verdadero, y una de ellas ya casi ni la recuerdo ¿viejo amor?, es más que eso, de hecho no, no es más que eso, no es nada, solo fue un mal negocio que no salió como esperaba. ¿Seguro?, al cien por mil, que así era, Ja, una mujer que me amarre al amor, no gracias, para que otra vez me venda a un buen postor o me quiera robar la vida, para eso ya tengo muchas putas no más.

La hora se acerca, una mujer está ahí parada admirando las olas que llegan a la costa, le miro acercándome a ella por donde esas piedras se juntan –bueno ya estoy aquí, ¿Qué querías y no me salgas con una idiotez como que me extrañas - murmuro soltando el humo del cigarro arrojándolo a la arena. De la nada la mujer se me abalanza con fuerza y de la misma forma corto su garganta, maldición la sangre cae sobre mi cuerpo que asco pateándolo lo más lejos de mí, solo unos milímetros –Maldita sea porque siempre lo arruinan, que demonios- me siento junto a ella admirando el paisaje pensando como librarme del cuerpo de la mujer, que era una cazadora igual que yo.

Arrojé el cuerpo al mar viendo cómo se iba lento así que para evitar que sacaran conclusiones precipitadas anduve por la costa fumando pero sin poder quitarme la sangre de encima así que tendría que buscar una excusa muy creíble así que ahora vendría el momento de encontrar problemas para poder equiparar la sangre, y había otra mujer parada en medio de la arena que sonreía mirándome.

La razón del encuentro fue para mediar cuentas por aquella falla en la cacería que habíamos tenido hace tres lunas atrás y de la cual todo había salido en contra de los cazadores, ahora solo quedaba yo con el secreto pero al parecer ella les había comentado a otros y ahora habían llegado luego de unos minutos rodeándome en mi tranquilo momento de degustación del paisaje –Hagamos esto de la manera más caballerosa y menos sucia ya que me han lanzado sangre encima– alzo los hombros al sacar el arma y disparar a uno, otros sacan sus espadas nobles y solo uno un arma.

Ahora se ponía buena aquel paseo por la playa.