¿Hoguera o no? (Libre)

por **Venelia** Dom Sep 17, 2017 11:47 am

Recordando el pasado Venelia se encuentra momentáneamente en recuerdos amargos, en recuerdos que la hacen sufrir de manera inquieta. Ella se encontraba en ese momento esperando alguna señal que le dijera que estaba en el lugar correcto. Se había desplazado hasta una aldea a las afueras de París en donde se celebraría una reunión de inquisidores en la que se discutiría la cuestión de si dejar vivir a una bruja inocente, pero por el hecho de ser bruja se la tenía que ser juzgada.

Menuda idiotez, pero era así.

Ella era una vampira en un sitio en donde nadie sabía su propia naturaleza, siempre se embaucaba en misiones que pudieran permitirle estar de noche. Comenzó encaminándose por el barro hasta la entrada principal de una pequeña aldea que se encontraba empinada hasta quedarse completamente llana. Todos los aldeanos se detuvieron en ver a una mujer de tal porte, Venelia no se inmuto aunque tan solo lo hiciera con unos jóvenes campesinos a los que guiño el ojo de manera coqueta para después seguir con su camino. Caminando y callejeando por la aldea por fin llego a lo que era una choza de dos pisos, dando varios golpes en la puerta se puso a esperar.

Mientras esperaba observo a su izquierda que esos dos jóvenes estaban aún observándola, más bien a sus definidas curvas bajo el traje de cuero negro que portaba aquella noche, pero tal y como le gustaba jugar a Venelia, ella misma se giró sobre el sitio en dirección a los jóvenes, sonriéndoles coqueta, ella misma se estaba quitando el espeso abrigo de piel oscuro, dejándolo caer al suelo para así irse desabrochando los botones uno por uno, cada uno iba dejando a la vista un espectacular conjunto interior de encaje negro, veía como los jóvenes adquirían un rubor excitante para la vampira y para ellos, pero la puerta se abrió de repente y Venelia corto el juego. Lanzo un beso coqueto al aire hacia el par de jóvenes y estos se pelearon por ver quien cogía al aire el beso de la sensual inquisidora.

Cogió su abrigo del suelo y aun mostrando su escote abierto, entro en aquella choza para dirigirse hacia la trampilla que había en el suelo que conduciría a un pasadizo secreto, directo hacia una sala demasiado bien acomodada para el comienzo de la reunión. Directamente fue a sentarse en donde tuviera que sentarse y descubrió que ya había alguien esperándola y al resto de los inquisidores que se hubieran apuntado a esta discusión sobre si dejaban vivir a una estúpida bruja o no.

por **Nereza** Jue Sep 21, 2017 2:25 pm

Le era difícil diferencia algo de su odio con el que debería de tener por su sagrada misión. Habían decidido someter a juicio a una bruja que, al ser humana, podría tener aun el perdón de los cielos. Era extraño pensar en eso pues, el antiguo papa no hubiera pedido ningún juicio, los habría asesinado a todo sin piedad, pero esa época, lejana, ya no importa.

No le interesaba entrar en conflicto con nadie en ese lugar, por lo que caminaba por el suelo de tierra aplanado de la aldea con total calma. Su sencillo vestido rojo se movía suavemente por la brisa nocturna de la noche. La luna iluminaba sus ojos de vez en cuando, mientras captaba a los humanos haciendo sus deberes nocturnos. El establo tenia a su propio hombre alimentando a los caballos, las madres acostaban a sus hijos y los hombres prendían las velas y antorchas de la calle para mantener iluminado el lugar en una noche donde las nubes cubrían de vez en cuando la luz celestial.

Su misión era proteger a los humanos de seres como ella, pero sabe que hay peores, humanos despiadados que asesinan por gusto, como él. Recordar a Clinton Allen la hacía fruncir el ceño y ,si pudiera, hervir la sangre. Por esta razón el juicio lo hacia tan personal ¿Qué tal si fuera Clinton? Nereza elegiría matarle sin demora, es más, posiblemente, ella misma quiera arrancarle la cabeza y aplastar su cráneo.

Entró en la sala de madera con una mesa y sillas sencillas, recordando que no tiene idea quienes estaban asignados a esta reunión, su estadía en cada lugar es tan corta que rara vez se mantiene en París o en sus cercanías. Al camina dentro de la sala, notó a un par de jóvenes caminando cerca del acceso, los miro con seriedad, causándoles, sin ser intención, algo de miedo por su frialdad, sin embargo, se mantuvieron en la cercanía.

Cuando entro, ya había escuchado el escándalo que les hizo a hacer a estos mismos jóvenes, Nereza no se paró de su silla, pero miro a su compañera con extrañeza, pues su aura, se leí, extraña, como si no fuera. La facción cinco es tan secreta que a veces los mismos condenados no conocemos a todos nuestros compañeros, pero ella sentía, de alguna extraña manera, que la mujer frente a la mesa, es era una alma perdida también, algo oscuro en su corazón le decía que lo era.
¿Qué hacían dos vampiras juzgando a una hechicera entonces?

por **Vyka Douglas** Mar Sep 26, 2017 11:24 am

¿Hoguera o no?

"¿Y a mi qué me preguntan?"

Con brazos cruzados y poca gana, meditaba las palabras que adornaban la carta sellada con el sello de lacre que ya reconocía a leguas, uno que en muchos causaba respeto, en otros miedo y en ella se encargaba de apretar las cadenas que le habían colocado alrededor del cuello hace años, aún más frías que sus manos las sentía recorrerle todo el cuerpo...Conocía incluso la forma en que se sentía bajo sus dedos la cera y la forma del anillo papal, liso y suave, irritablemente perfecto.

"Para que la acusada obtenga el perdón de los cielos..."
Casi le parecía una mentira tal convocación.
¿Acaso le dirían la misma mierda a los demás inquisidores si algún día se cansaban de ella o ella de ellos?
Y las dos eran cosas que meditaba y sentía no estaban tan lejos de suceder, como creería. 50 años...100 años...¿cuánto era esperar eso en la vida de una vampiro?

Vyka se retiró de una de las ventanas, aún se mantenía con los brazos cruzados y tomó asiento colocando con absoluta y cínica desfachatez los pies cruzados sobre la mesa, algo que por la mirada de los pocos sacerdotes presentes y algunos inquisidores, no caía bien en gracia. Poco le importaba, a ella tampoco le gustaba lo que estaba a punto decidirse.
La escocesa intentaba ponerse en el lugar de la bruja, a ella no le gustaría que la quemaran viva, para nada, menos si los mismos que la deseaban asesinar jugaban a salvarla.
Así que aún aguardaba que llegaran los que tendrían que llegar para el circo comenzar.

No muchos en la inquisición conocían su cara.
Solo Elián junto a otros secretos suyos y quién se había sentado con ella al tener 50 años y el mismo rostro que a sus 23 años en su castillo en Escocia, dándole un trato de silencio y vida por ayuda, ya era un anciano en espera de su muerte en un lecho. Manteniendo su anonimato y título impecable, como a sus tierras bajas, seguía portando aquellas mascaras sobre su rostro, la de hoy era una bella moretta veneciana en terciopelo negro y cintas que se enlazaban entre sus cabellos cortos e igual de azabaches.

Un atuendo sobrio de pantalones de lino negro a la medida, bajo su gruesa casaca una blusa de seda rosa muy clara de lazos en cuellos y mangas negros y botas en charol igual de oscuras hasta la rodilla.
Se quedó mirando a los que entraron y suspiró, de nuevo llevando sus orbes al sacerdote principal. Hace días que estaba en París y extrañaba Escocia, ver sus extensas praderas y valles, cabalgar a través de ellos, escuchar las ruidosas cascadas de las tierras bajas, que para ella eran absoluta paz. Hace días y ahora estaba en este circo.

- No sé porqué estamos aquí. - dijo mirando con una muy leve sonrisa a uno de los sacerdotes bajando los pies de la mesa, se llamaba Manuelle, lo recordaba. Recorrieron sus ojos avellanas a través de los dos agujeros de la mascara a los condenados, a algunos los conocía...de rostro, de lejos o de solo renombre. Estaba enojada por la realidad de la chica y porque le tomarán el pelo.

Aquella mañana había estado en el hotel, había decidido descansar en el cuarto con las ventanas completamente cerradas, pero si tan solo no hubiese leído esa carta tendría una excusa. - No puedes negar que esto parece más una burla que un juicio.- le dijo irritada al que habían nombrado líder los que tanto les temían como para presentarse ante ellos.

Ahora se hallaba en una habitación ajena en su existencia para el mundo.
- ¿Reunir monstruos a decidir si hoguera o no para otro monstruo?- no creía que fuera una real amenaza, no como ella que no dudaba en alimentarse ni se arrepentía, ni como los que le rodeaban, solo habría qué saber cuáles pecados los rondaban.
Una bruja... tan diferente naturaleza a la suya, pero la forma de extinguirlos siempre sería el fuego purificador, casi siempre, la iglesia y su inquisición habían resultado ser muy creativos en cuanto a torturas y formas de asesinar.

- Déjame decirte lo que yo creo que ocurre aquí...- agudizó la mirada, colocando un índice carente de guantes sobre la mesa. - Es una perdida de tiempo...ya todo está decidido.- afiló la sonrisa bajo la moretta, sus ojos como lo único visible de su rostro intimidaban. - ¿Verdad?- quiso constatarlo, solo pensarlo le hacía sentir que hervía por dentro.

por **Venelia** Miér Oct 18, 2017 3:37 pm

OFF: Recuerden que estamos dentro de un sótano secreto que se llega primero por la entrada de una humilde choza, pasando por una trampilla en el suelo que nos lleva por un pasadizo hasta la sala de la “reunión”
No hay sacerdotes ni nadie, solo estamos nosotras. : )

Aquella noche no iba a ser diferente para Venelia. Sería otra noche más en la que pasara defendiendo a otro humano o a lo mejor no tendría que defenderlo y tan solo tendría que desangrarlo hasta la muerte.

- Buenas compañera – dijo mientras se miraba las uñas con cierta indiferencia para después mirar hacia arriba con...la misma indiferencia que antes. Era una inquisidora, había sobrevivido sola y ahora estaba reuniéndose con inquisidoras que jamás habían visto o al menos eso esperaba. Esperaba que tendría que vérselas con algún hombre, de momento miraba a la que estaba delante de ella, pero ah, si, aquel que estaba en el sofá esperando también.

¿Qué era esto?

- ¿Sabes que hacemos aquí? Lo digo porque me resulta muy extraño que estemos aquí personas que a lo mejor no tienen nada que ver con la bruja que tenemos que supuestamente juzgar y que no está presente en esta sala….o uno, nos han tendido una trampa…- Y en lo que dijo aquello, aquel que estaba en el sofá, rápidamente intento escapar pero al tropezarse con la alfombra que había en el suelo, Venelia rápidamente se sentó encima de este impidiéndole moverse, le agarro de ambas muñecas que lo mantuvo quieto e inmóvil sobre el suelo.

- Que pena que no haya nacido en las mismas sombras ya que si lo hubiera hecho, ahora mismo estaría desquebrajándote tu cerebro a cambio de información! - Con una sonrisa que mostraba sus colmillos, le amenazó, pero cuando los guardó miraba a la que estaba cerca de ella. – Me llamo Venelia ¿y tú?

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