Junto a la hoguera (Nadez)

por **Cam Rohan** Sáb Nov 06, 2010 9:51 am

La gran mayoría del campamento iba retirándose poco a poco hacia sus carretas a descansar tras una dura jornada en el circo y en sus respectivos trabajos. La abuela se marchó a nuestra pequeña carreta tras darme un cariñoso beso en la frente y yo me quedé sentado junto a la hoguera que habían dejado encendida y que con toda seguridad me tocaría apagar a mí. Con un palo removí las ramitas acumuladas provocando que algunas cenizas se removieran.

No hacía tanto frío como para tener encendida la hoguera, pero daba la sensación de que el campamento era aún más acogedor cuando todos cenábamos en círculo mientras charlábamos, cantábamos y contábamos anécdotas del día a día o de otros años. No podía quejarme ni podía decir qe no era feliz aquí. Y pronto sería aún más feliz.

Un sonido interrumpió mis pensamientos y alcé la cabeza para ver a Nadez salir de la carreta que compartía con su hermano. Le sonreí y la saludé con un gesto de la cabeza mientras ella se acercaba hasta donde yo estaba. El fuego hizo que su pelo pareciese arder.

-Buenas noches, Nadez-dije cuando tomó asiento a mi lado-¿Acaso o puedes dormir y vienes a torturarme?-bromeé jugueteando con uno de mis pendientes. Me lo quité y me lo volví a poner, aburrido. Quizás me hiciese algún nuevo agujero en la oreja contraria. A lo mejor Nadez quería hacérmelo.

-¿Me haría un nuevo pendiente?-le pedí con una ancha sonrisa-Si lo haces te contaré un secreto-le prometí con algo de guasa. Aunque realmente quería decírselo a alguien de confianza además de la abuela y de Payaso, que siempre escuchaba. Miré en dirección al perro que dormitaba unos metros más allá ajeno a la conversación que estaba manteniendo con Nadez.

por Invitado Sáb Nov 06, 2010 11:01 am

La noche había llegado pronto y tenía la ligera impresión de que no había hecho mucho y eso me frustraba ligeramente, por eso decidí no ir muy temprano para cama y salí de la carreta para tomar el aire. Una hoguera se vislumbraba en el campamento, allí donde todos se reunían a cenar y charlar antes de ir adormir, pero en aquel momento ya no había nadie alrededor del fuego, o casi nadie.
Me acerqué lentamente, para darme cuenta que el que allí descansaba solitario era Cam, mi querido amigo Cam.

-Buenas noches, Nadez-Saludó mientras yo me sentaba a su lado para hacerle compañía-¿Acaso no puedes dormir y vienes a torturarme?-bromeó mientras se quitaba un pendiente; yo sonreí de lado y bajé la cabeza.
-Sabes que siempre pienso torturarte- seguí su broma como forma de saludo mientras mi mirada se posaba en las danzarinas llamas de la hoguera.

-¿Me harías un nuevo pendiente? Si lo haces te contaré un secreto- ladeé levemente la cabeza ante sus palabras, mirándolo con cierta extrañeza. ¿De verdad deseaba contar un secreto? o ¿era otra broma suya?. Sonreí negando con la cabeza, observando el pendiente que colgaba en una de sus orejas.

-No sé como hacerlo, pero lo puedo intentar... eso sí, no me hago responsable de que pierdas la oreja.- dije de forma seria, para que mis palabras parecieran reales, pero al chocar mi mirada con sus ojos marrones, la risa se apoderó de mi y tuve que taparme la boca con una mano para no reír muy fuerte y molestar a los que descansaban en sus respectivas carretas.

por **Cam Rohan** Lun Nov 08, 2010 2:34 pm

Me uní a su risa y busqué entre mis bolsillos un fino alfiler. Lo acerqué al fuego durante unos segundos y luego se lo tendí a Nadez para que procediera.

-Justo aquí-dije señalándole una zona del lóbulo-.No dudes, simplemente atraviésalo-le dije tras coger algo de aire-. Después sacaré bebida para quedarme inconsciente por aquí-dije medio en broma medio en serio. No me gustaba la idea de quedarme inconsciente a la vista de Nadez. Dios sabe si no amanecería con la cara pintada como un payaso o algo peor.

Cerré los ojos y apreté los dientes con fuerza esperando el momento en que notase como el alfiler me atravesaba sin piedad alguna. Si hubiera tenido hielo me hubiera insensibilizado la oreja antes, pero no tenía. De todas formas el dolor sería pasajero y la abuela me la curaría para no perder la oreja si llegaba a ese extremo.

Cuando lo sentí reprimí un grito de dolor.Cerré los ojos y aspiré aire con fuerza para luego soltarlo. Los hombres no han de mostrar el dolor que sienten. Abrí los ojos nuevamente y le di las gracias a Nadez.

-Perfecto, Doctora Kuznetsova-la felicité-. Voy a por la bebida y te cuento el secreto. ¿Vas a celebrar mi nuevo pendiente conmigo?-le pregunté con una repentina oleaa de felicidad.

por Invitado Lun Nov 08, 2010 5:00 pm

Cuando nuestras risas cesaron, nuestras miradas volvieron a encontrarse y las ganas de reír quedaron ahogadas en nuestro interior, mientras él acercaba un alfiler al fuego y yo lo miraba con curiosidad. ¿Enserío se atrevería a dejar su oreja en mis manos? ¡hay iluso!.
-Justo aquí, no dudes, simplemente atraviésalo. Después sacaré bebida para quedarme inconsciente por aquí- dijo Cam, señalándome el lugar donde pretendía que le atravesara con el alfiler. Sonreí ligeramente y cogí el alfiler con determinación y cerrando un ojo y apretando ligeramente los labios, atravesé con fuerza el punto marcado por él, observando como Cam cerraba los ojos con fuerza, ahogando el dolor en una mueca dolorosa.

Reí levemente cuando hubo abierto los ojos, tocando con la llema de los dedos aquel nuevo pendiente que le acababa de hacer.
-Perfecto, Doctora Kuznetsova. Voy a por la bebida y te cuento el secreto. ¿Vas a celebrar mi nuevo pendiente conmigo?- me felicitó Cam, mientras asentía con rapidéz ante su oferta de festejo. Nunca había bebido si quiera un poco y a decir verdad deseaba probar aquella bebida que dejaba atontados a los hombres y les hacía olvidar sus penas, yo también quería olvidarme un momento de las mías, pese a que mi hermano siempre me inculcó en no caer en ella, ni si quiera probarla de broma, pero hoy no le haría caso.

-¡No desesperes ladrón!. Yo os acompañaré en vuestra travesía hacia la bebida, pero no prometo quedarme inconsciente con vos... eso querido, sería muy peligroso...- exclamé para Cam, mientras él volvía con una botella en manos. Nuestras risas comenzaron de nuevo, pero como un susurro por lo bajo, una risa de cómplices, como solo nosotros solíamos tener.
-Dicidme, querido amigo... ¿Cual es ese oscuro secreto que guarda de todos y os atrevéis a contármelo a mi?- pregunté en un susurro, guiñándole un ojo e inclinándome levemente hacia él, para dar un toque más misterioso a mis palabras.

por **Cam Rohan** Vie Nov 12, 2010 12:18 pm

Traje el ron que tenía siempre a buen recaudo en un baúl de mi carreta. Era una bebida algo fuerte pero yo estaba acostumbrado a beber en las tabernas de París (Dios sabe que sustancias llevarán esas bebidas) y un poco de alcohol no iba a asustarme.

Le tendí la botella a Nadez on una enorme sonrisa para que diese un buen trago. Me senté nuevamente a su lado y agarré la botella cuando me la volvió a pasar.

-Tu no debes quedarte inconsciente, pelirroja. Quién sabe lo que podrían hacerte los malvados seres que pueblan el bosque...Suelen atrapar mujeres para sus rituales...-bromeé tratando de meterle miedo en el cuerpo.

Le devolví la botella y me limpié con el doros de la mano las pocas gotas que se me habían escapado al beber. Cuando escuché su pregunta, sonreí.

-No e sun secreto oscuro, amiga mía sino al contrario; es algo que me hace inmensamente feliz-mi sonrisa se ensanchó aún más al pensarlo-. Voy a ser padre, Nadez...

Era la segunda persona a la que se lo contaba después de la abuela y decirlo en voz alta me hacía sentir bien. Iba a tener un bebé.

por Invitado Vie Nov 12, 2010 4:55 pm

Cuando tendió la botella para que la cogiese, la miré dunitativa, el líquido blanco reposaba dentro, como simple agua en botella, pero cuando mis labios tocaron la boquilla de la botella y aquel líquido amargo pasó por mi boca, bajando a mi garganta. Me quemó de tal manera, que pensaba que me quedaría sin garganta, pero el efecto de la quemazón pasó rápido cuando el líquido llegó a mi estómago. ¿Como podía esta asquerosa bebida gustar tanto a los hombres?, me había atrevido a beberla y lo haría, pero aquello muy bien no sabía.

-Tu no debes quedarte inconsciente, pelirroja. Quién sabe lo que podrían hacerte los malvados seres que pueblan el bosque...Suelen atrapar mujeres para sus rituales...- bromeó él, intentando meterme miedo, pero ¿acaso no sabía ya yo lo que allí fuera se cocía?, había sufrido el ataque de un licántropo dos veces en mi vida, un vampiro me raptó con el fin de matar a mi hermano y una vampiresa con ansias de mi sangre me perseguía fingiendose mi amiga... ¿eso no bastaba para conocer los secretos nocturnos de París?. Bien lo sabía yo.
La botella volvió a parar en mis manos y dudñe unos segundos de seguir bebiendo, pero ganas tenía de conocer los efectos atontadores que ésta causaba en el cuerpo. Cam me miró sonriendo y supe que por fin sabría de aquel secreto, ¡qué curiosa era, por Dios!.

-No e sun secreto oscuro, amiga mía sino al contrario; es algo que me hace inmensamente feliz. Voy a ser padre, Nadez...- Aquella noticia me dejó asombrada, ¿padre?. Sonreí como una tonta y volví a dejar la botella en sus manos.

-P-pero... ¿de quien?... ¡digo! ¿quien es la madre?, ¿la conozco?, ¿como no me habías contado que estabas prometido? ¡qué rápido pasan las cosas en este lugar!, ¿y como lo llamarás? ¿quieres que sea niño o niña? ¿como te sientes?... ¡Cam! ¡¿como me has guardado todo eso?! ¡Eres un mal amigo!- Las preguntas salían solas de mi boca, atosigando a mi pobre amigo, pero me sentía acelerada y ligeramente mareada, pero estaba contenta por la noticia que me había dado. Para mi era imposible imaginar a Cam comprometido en una familia, o simplemente era el hecho de que conmigo siempre había estado de bromas y tonteos por eso yo no podía imaginármelo de otra forma y el querer hacerlo hacía que empezáse a reír de forma más exagerada, pero solo por que me alegraba por él, verlo así de ilusionado como antes no me lo había imaginado.

por **Cam Rohan** Mar Dic 07, 2010 6:42 am

Hice un gesto a Nadez entre risas para que calmase su entusiasmo. Sabía que la alegre Nadez iba a ponerse así y casi no iba a dejarme hablar loca en su propia euforia.
Carraspeé fingiendo aclararme la garganta para hacerla esperar un poco más y entonces la miré fijamente mientras sonreía.

-La madre es una señorita llamada Elisabeth Delacroix-comencé intentando contestar a todas sus preguntas en un orden más o menos coherente-. No supe que era de clase alta hasta que ella y yo...bueno, hasta que yacimos juntos-dije, sintiéndome un poco mal al hablar de aquel momento tan íntimo y especial para ambos´-. Y, bueno, no te dije que estábamos prometidos porque realmente aún no lo estamos. No está hecho público aquí en el campamento y no he podido siquiera regalarle un anillo decente con el que pedir su mano...

Suspiré y miré las llamas con fijeza tratando de sentirme menos culpable por no tener dinero. Aunque a Elisabeth no le importaba, el hecho de no poder darle todos los lujos y caprichos que ella necesitaba me dolía muy adentro.

-No me importa el sexo de la criatura mientras que esté sano; sólo quiero que madre e hijo están bien y aún no tenemos muy claros los nombres. Pronto se unirá con nosotros y vivirá en mi hogar...-le dije a Nadez sonriendo, pensando en lo feliz que me sentiría cuando ésto sucediese.

por **Cam Rohan** Mar Dic 07, 2010 6:43 am

off: perdón por la tardanza, la Universidad me ha tenido muy ocupado

por Invitado Vie Dic 10, 2010 8:33 pm

Volví a tomar un trago de aquella amarga bebida, intentando entender el por qué lo estaba haciendo. Aquello sabía asqueroso, y con cada trago el mareo aumentaba, pero estaba en compañía de un buen amigo y mi curiosidad podía a mi intelecto.

-La madre es una señorita llamada Elisabeth Delacroix- comenzó explicándome él, intentado responder a todas aquellas preguntas que salieron de mi boca. - No supe que era de clase alta hasta que ella y yo...bueno, hasta que yacimos juntos- Mis mejillas se encendieron cuando comentó aquello, y bajé la mirada aún con la sonrisa en el rostro, intentando no enfatizar mucho en eso. - Y, bueno, no te dije que estábamos prometidos porque realmente aún no lo estamos. No está hecho público aquí en el campamento y no he podido siquiera regalarle un anillo decente con el que pedir su mano...

-Si yo pudiera ayudarte...- susurré juntando las manos y clavando mi mirada compasiva en él. Siempre creí que la diferencia de clase era absurda y estúpida, pero por mucho que yo me negara a ella, ésta existía y separaba el mundo en dos mitades: La posible y la imposible, y era en ese segundo grupo donde nos encontrábamos Cam y yo, y todos los de nuestro clan; eramos pobres y apartados de la sociedad, y solo nos teníamos los unos a los otros, por esa simple razón nos ayudábamos, y yo deseaba ayudar a Cam, no solo por ser del mismo clan, si no también por ser un gran amigo.

-No me importa el sexo de la criatura mientras que esté sano; sólo quiero que madre e hijo están bien y aún no tenemos muy claros los nombres. Pronto se unirá con nosotros y vivirá en mi hogar...- Aquellas palabras volvieron a sacarme una sonrisa. ¿Podía ser tan simple y aún así maravilloso?. Posé una mano sobre la suya, intentando contagiarle mi sonrisa y dándole aquel silencioso apoyo que siempre tendría de mi.

-Me alegro que pienses así, y ya sabes si necesitas algo yo siempre podré ayudarte. Lamento no poder ofrecerte mucho dinero, pero sabes que los pobres tenemos más ingenio para salir de los malos momentos... yo siempre te daré la mano.- Y dicho esto, volví a llevarme la botella a la boca, para luego tendérsela a él, mientras otra sonrisa curvaba de nuevo mis labios.
-Aun que me induzcas a la bebida...- guiñé un ojo y me eché a reír, a sabiendas que aquella risa más que por la broma, era causa de la amarga bebida.

[No te preocupes, yo ando igual =)]

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