AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Entre cuadros, esculturas y antigüedades +18 [Priv. Yendra]
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Entre cuadros, esculturas y antigüedades +18 [Priv. Yendra]
Recuerdo del primer mensaje :
Lunes, 10:30 de la mañana
Museo del Louvre, París, Francia
Después de un duro fin de semana de caza junto a Anshy, nadie más nos había contratado para la recién empezada semana, al menos de momento, por lo que Anshy, pese a mi negativa inicial, me recomendó que saliera a despejarme y relajarme, que ella se encargaría de la tienda en mi ausencia. Y, a mi pesar, tuve que dejarla sola...
En el fondo sabía que ella ya era una mujer, y estaba totalmente lista como para estar sola sin necesidad de que la defendiera y que, tarde o temprano, conocería a alguien y viviría su propia vida. Pero no me gustaba aceptarlo, ni siquiera pensar en ello.
Sacudí la cabeza, volviendo de nuevo al mundo real. Me encontraba frente a las puertas del famoso Museo del Louvre, un lugar que albergaba tanta historia y tanto arte como ningún otro museo.
Aquél día, como siempre, había decidido ponerme ropa negra,pero se trataba de un traje algo más elegante que, de hecho, nunca me había puesto, ya que normalmente solía llevar la ropa que utilizaba para cazar. Pero aquello que llevaba aquél día era más vistoso, lo que me facilitaba caminar entre la gente sin llamar la atención, al fin y al cabo, los parisinos acostumbraban a llevar cosas parecidas.
Finalmente entré al museo por primera vez desde que vivía en Paris, no pude evitar sorprenderme al ver una entrada tan grande y acogedora, respiré hondo y caminé lentamente por aquel lugar, mirando cada obra, cada cuadro, cada escultura. Todas, o casi todas, las conocía por las lecciones que me había dado mi madre sobre historia, además de lo que aprendí en la escuela en America.
Sin embargo, los cuadros y esculturas no eran lo que más me llamaba la atención de aquél lugar: Había oído que allí tenían antigüedades de lo más exóticas, únicas, y había ido precísamente para verlas y comprobar yo mismo si era cierto lo que decían.
Caminé por los pasillos, siguiendo los carteles que supuestamente me llevarían a aquella zona, de vez en cuando me paraba para analizar algún cuadro, pero con menos interés.
Finalmente llegué a la zona de antigüedades, aquél sitio estaba un poco menos transitado, lo que me dio algo de pena, puesto que eran reliquias igualmente de importantes, incluso más.
Seguí una ruta imaginaria, observando con detenimiento cada antigüedad, pensando por cuánto podría venderlas en la tienda, sin embargo era algo imposible, esos tesoros no podían moverse de allí a no ser que tuvieras mucho dinero o mucha influencia, cosas que yo no tenía.
Interrumpiendo aquella ruta, vi algo más lejos a una mujer observando una de las reliquias, parecía estar interesada, analizándola... Y era la única persona que me había cruzado desde que había entrado en aquella zona, a parte de los encargados de limpieza.
Me acerqué lentamente, hasta situarme a su lado, y observé la antigüedad que ella estaba mirando.
-Afrodita de Milo, es de las estatuas más representativas del período helenístico de la escultura griega, es curioso que esté aquí y no junto a las demás esculturas... Fue encontrada en Milo, de ahí su nombre, y un campesino afortunado la desenterró y la vendió... Tiene que haberse hecho de oro, desde luego.-Era un hombre de pocas palabras, pero las antigüedades me podían, símplemente eso. Miré a la chica e incliné la cabeza ligeramente.
-Disculpa, te habré interrumpido...
Lunes, 10:30 de la mañana
Museo del Louvre, París, Francia
Después de un duro fin de semana de caza junto a Anshy, nadie más nos había contratado para la recién empezada semana, al menos de momento, por lo que Anshy, pese a mi negativa inicial, me recomendó que saliera a despejarme y relajarme, que ella se encargaría de la tienda en mi ausencia. Y, a mi pesar, tuve que dejarla sola...
En el fondo sabía que ella ya era una mujer, y estaba totalmente lista como para estar sola sin necesidad de que la defendiera y que, tarde o temprano, conocería a alguien y viviría su propia vida. Pero no me gustaba aceptarlo, ni siquiera pensar en ello.
Sacudí la cabeza, volviendo de nuevo al mundo real. Me encontraba frente a las puertas del famoso Museo del Louvre, un lugar que albergaba tanta historia y tanto arte como ningún otro museo.
Aquél día, como siempre, había decidido ponerme ropa negra,pero se trataba de un traje algo más elegante que, de hecho, nunca me había puesto, ya que normalmente solía llevar la ropa que utilizaba para cazar. Pero aquello que llevaba aquél día era más vistoso, lo que me facilitaba caminar entre la gente sin llamar la atención, al fin y al cabo, los parisinos acostumbraban a llevar cosas parecidas.
Finalmente entré al museo por primera vez desde que vivía en Paris, no pude evitar sorprenderme al ver una entrada tan grande y acogedora, respiré hondo y caminé lentamente por aquel lugar, mirando cada obra, cada cuadro, cada escultura. Todas, o casi todas, las conocía por las lecciones que me había dado mi madre sobre historia, además de lo que aprendí en la escuela en America.
Sin embargo, los cuadros y esculturas no eran lo que más me llamaba la atención de aquél lugar: Había oído que allí tenían antigüedades de lo más exóticas, únicas, y había ido precísamente para verlas y comprobar yo mismo si era cierto lo que decían.
Caminé por los pasillos, siguiendo los carteles que supuestamente me llevarían a aquella zona, de vez en cuando me paraba para analizar algún cuadro, pero con menos interés.
Finalmente llegué a la zona de antigüedades, aquél sitio estaba un poco menos transitado, lo que me dio algo de pena, puesto que eran reliquias igualmente de importantes, incluso más.
Seguí una ruta imaginaria, observando con detenimiento cada antigüedad, pensando por cuánto podría venderlas en la tienda, sin embargo era algo imposible, esos tesoros no podían moverse de allí a no ser que tuvieras mucho dinero o mucha influencia, cosas que yo no tenía.
Interrumpiendo aquella ruta, vi algo más lejos a una mujer observando una de las reliquias, parecía estar interesada, analizándola... Y era la única persona que me había cruzado desde que había entrado en aquella zona, a parte de los encargados de limpieza.
Me acerqué lentamente, hasta situarme a su lado, y observé la antigüedad que ella estaba mirando.
-Afrodita de Milo, es de las estatuas más representativas del período helenístico de la escultura griega, es curioso que esté aquí y no junto a las demás esculturas... Fue encontrada en Milo, de ahí su nombre, y un campesino afortunado la desenterró y la vendió... Tiene que haberse hecho de oro, desde luego.-Era un hombre de pocas palabras, pero las antigüedades me podían, símplemente eso. Miré a la chica e incliné la cabeza ligeramente.
-Disculpa, te habré interrumpido...
Última edición por Ryuu Chandler Arkensow el Lun Oct 16, 2017 2:33 pm, editado 1 vez
Tyler Chandler- Cazador Clase Alta
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Re: Entre cuadros, esculturas y antigüedades +18 [Priv. Yendra]
Yendra se mostró dispuesta a que "ganásemos los dos", estaba igual de entretenida con aquel juego de "tira y afloja" como lo estaba yo. Además, la había hecho gruñir de tal forma que en aquel momento si pareció un auténtico felino. ¿Estaba empezando a sacar su lado salvaje? Aquello era bueno, eran más puntos para mí, por lo que me sentía bastante satisfecho.
Después de aquél gruñido, Yendra formuló una pregunta que yo ya estaba esperando, pero no necesitaba respuesta para aquello, pues por cómo la miré después, ella ya debería haber sabido qué quería decir.
Finalmente, la chica hizo un movimiento que, en parte, no me esperaba y me pilló por sorpresa, y cuando quise darme cuenta estaba frente a ella, contra una pared, había sido empujado por ella de una forma un tanto brusca, pero que no me molestó en absoluto, si no que me gustó lo suficiente como para sonreírla, dvertido.
Yendra se puso de puntillas frente a mi y me besó, y yo la respondí de la misma forma, pero el momento se acabó más rápido de lo esperado, y la chica se separó de mi, saboreando aquél beso que me había dado.
Su pregunta, que me pareció cuanto menos desafiante, hizo que en mi mente aquél hilo que mantenía mi lado salvaje a raya se partiera -ayudando yo a aquella acción, lo confieso-
Volví a caminar hacia ella, a un paso un tanto apresurado,
pero seguro, y la cogí de la cintura para después elevarla y pegarla hacia mi, sin mucho coste, siendo esta vez yo el que la besó de forma intensa mientras la apoyaba contra la misma pared en la que estuve yo, con fuerza, procurando no hacerla daño, y después la miré, alzando un poco la cabeza, debido a que ella estaba a un poco más de altura que yo.
-¿Serás capaz tú de seguir mi ritmo, Yendra?-Dije con un tono igual de desafiante que el que había empleado ella.
Después de aquél gruñido, Yendra formuló una pregunta que yo ya estaba esperando, pero no necesitaba respuesta para aquello, pues por cómo la miré después, ella ya debería haber sabido qué quería decir.
Finalmente, la chica hizo un movimiento que, en parte, no me esperaba y me pilló por sorpresa, y cuando quise darme cuenta estaba frente a ella, contra una pared, había sido empujado por ella de una forma un tanto brusca, pero que no me molestó en absoluto, si no que me gustó lo suficiente como para sonreírla, dvertido.
Yendra se puso de puntillas frente a mi y me besó, y yo la respondí de la misma forma, pero el momento se acabó más rápido de lo esperado, y la chica se separó de mi, saboreando aquél beso que me había dado.
Su pregunta, que me pareció cuanto menos desafiante, hizo que en mi mente aquél hilo que mantenía mi lado salvaje a raya se partiera -ayudando yo a aquella acción, lo confieso-
Volví a caminar hacia ella, a un paso un tanto apresurado,
pero seguro, y la cogí de la cintura para después elevarla y pegarla hacia mi, sin mucho coste, siendo esta vez yo el que la besó de forma intensa mientras la apoyaba contra la misma pared en la que estuve yo, con fuerza, procurando no hacerla daño, y después la miré, alzando un poco la cabeza, debido a que ella estaba a un poco más de altura que yo.
-¿Serás capaz tú de seguir mi ritmo, Yendra?-Dije con un tono igual de desafiante que el que había empleado ella.
Tyler Chandler- Cazador Clase Alta
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Re: Entre cuadros, esculturas y antigüedades +18 [Priv. Yendra]
La carcajada que soltó Yendra era notable y con toues burlones, divertidamente, mientras mordía su labio observando a Ryuu, desde luego le divertía ese juego travieso que se llevaban, y más donde estaban, en un museo que era un sitió poco apropiado por lo general para ese tipo de juegos. -Soy insistente con las presas, eso te lo puedo asegurar querido.- Comentó la cambiante mientras le guiñaba un ojo de sugerente forma, sin duda con motivos de coqueteo, dió una especie de ronroneo y aprovechando que estaba en sus brazos aprovechó su flexibilidad y con un felino movimiento se ladeó para soltarse de los brazos de Ryuu, puesto que lo que se le ocurría le parecía más divertido, y se safó de los brazos del cazador, aunque la declaración de intenciones ya había sido dada con una pilla mirada. Ladeó la cabeza observando al chico. -Entre cuadros y de más es más divertido.- Dijo de manera perversa, mientras le empezaba a rodear observandole.
Se le ocurrían unas cuantas cosas, de echó ahora fue algo más salvaje, ya que se lanzo sobre él sin miramiento y le apresó con las piernas la cintura y le beso de forma intensa mientras usaba sus uñas para arañar tela de sus ropajes, dió una especie de ronroneo. -Te parece buen juego, se me ocurren otros sitios donde no nos miraran como te como cuan ratoncillo.- Dijo a modo broma, o quizás no tanto, se bajo de encima suya y le rodeó mientras empezaba a colar su mano de forma indiscreta, quizás en un juego demasiado descarado y feroz. -He jugado con bestias ¿Qué tienes que no haya visto ya o jugado ya?.- Le desafío sin meditarlo mucho mientras sus manos jugueteaban tocando su piel bajo la ropa mientras se acercó mirandole muy de cerca. -Mis manos son rapidas ¿no crees? ¿demasiado para tí?- Provocó sin meditarlo, para despues apartar las manos, mirarle y reirse mientras le enseñaba las manos moviendo los dedos de gracil forma como lo haria un mago antes de su numero.
Se le ocurrían unas cuantas cosas, de echó ahora fue algo más salvaje, ya que se lanzo sobre él sin miramiento y le apresó con las piernas la cintura y le beso de forma intensa mientras usaba sus uñas para arañar tela de sus ropajes, dió una especie de ronroneo. -Te parece buen juego, se me ocurren otros sitios donde no nos miraran como te como cuan ratoncillo.- Dijo a modo broma, o quizás no tanto, se bajo de encima suya y le rodeó mientras empezaba a colar su mano de forma indiscreta, quizás en un juego demasiado descarado y feroz. -He jugado con bestias ¿Qué tienes que no haya visto ya o jugado ya?.- Le desafío sin meditarlo mucho mientras sus manos jugueteaban tocando su piel bajo la ropa mientras se acercó mirandole muy de cerca. -Mis manos son rapidas ¿no crees? ¿demasiado para tí?- Provocó sin meditarlo, para despues apartar las manos, mirarle y reirse mientras le enseñaba las manos moviendo los dedos de gracil forma como lo haria un mago antes de su numero.
Yendra Isley- Cambiante Clase Media
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Re: Entre cuadros, esculturas y antigüedades +18 [Priv. Yendra]
La chica se zafó de mis brazos con un ágil movimiento, digno de una buena circense como era ella, la observé mientras me rodeaba, hasta que finalmente se volvió a lanzar sobre mí, esta vez sin necesidad de sujetarla yo. Noté como con sus uñas rasgaba parte de mi ropa, cosa que... Bueno, no me molestó, pero no había sido barata aquella chaqueta. Le quité importancia mientras respondía a su beso, para después escuchar la idea de la mujer, que hizo que un rápido escalofrío recorriera mi columna repentinamente.
-Enseñame ese sítio, sorpréndeme, Yendra.-Dije casi en un gruñido, ésta volvió a bajarse y a rodearme, metiendo una de sus manos debajo de mi ropa, sin miramientos, cosa que le permití, pues yo ya estaba desatado.
Volvió a desafiarme con sus palabras, ésta vez añadiendo que sacó las manos en un rápido movimiento que incluso a mi mismo me sorprendió, aunque no lo mostrase en mi rostro divertido y feroz.
-Puede que sean rápidas...-Comencé, esta vez yo, a rodearla, hasta colocarme detrás de ella y cogerla a la par una de las manos, haciéndola girarse mientras yo seguía caminando hacia atrás, sin dejar de mirarla.-... Eso deberías mostrármelo de otras formas, como tú has dicho: Entre cuadros y demás, es más divertido, y nadie nos observa, éste lugar está vacío. Es nuestro.-Dije soltándole la mano y extendiendo mis brazos a lo largo de la sala, como un Señor mostrando su increíble hogar. A diferencia de que aquél sitio, por desgracia, no era mío.
-Es tu oportunidad para hacerme desaparecer, tal y como me haces creer, ¿o no eres capaz?-Dije con un tono entre burlón y juguetón, volviendo a mirarla, desafiante y preparado por si volvía a lanzarse sobre mi.
-Enseñame ese sítio, sorpréndeme, Yendra.-Dije casi en un gruñido, ésta volvió a bajarse y a rodearme, metiendo una de sus manos debajo de mi ropa, sin miramientos, cosa que le permití, pues yo ya estaba desatado.
Volvió a desafiarme con sus palabras, ésta vez añadiendo que sacó las manos en un rápido movimiento que incluso a mi mismo me sorprendió, aunque no lo mostrase en mi rostro divertido y feroz.
-Puede que sean rápidas...-Comencé, esta vez yo, a rodearla, hasta colocarme detrás de ella y cogerla a la par una de las manos, haciéndola girarse mientras yo seguía caminando hacia atrás, sin dejar de mirarla.-... Eso deberías mostrármelo de otras formas, como tú has dicho: Entre cuadros y demás, es más divertido, y nadie nos observa, éste lugar está vacío. Es nuestro.-Dije soltándole la mano y extendiendo mis brazos a lo largo de la sala, como un Señor mostrando su increíble hogar. A diferencia de que aquél sitio, por desgracia, no era mío.
-Es tu oportunidad para hacerme desaparecer, tal y como me haces creer, ¿o no eres capaz?-Dije con un tono entre burlón y juguetón, volviendo a mirarla, desafiante y preparado por si volvía a lanzarse sobre mi.
Tyler Chandler- Cazador Clase Alta
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Re: Entre cuadros, esculturas y antigüedades +18 [Priv. Yendra]
La sonrisa ladina de la cambiante era bien amplia y cargada de maliciosas intenciones, e incluso puso un tono algo burlón y sin remordimiento, mirando su chaqueta con algunos arañazos ya marcados. -Igual es un juego demasiado salvaje para ti, yo soy salvaje, y suelo estar con...salvajes.- Guiñó un ojo cargado de segundas intenciones en su frase, mientras seguía mirandole con intensidad con sus azules ojos. Miro como el joven parecía divertido con su idea, pero la cambiante se mordía el labio observandole, mientras le seguía con la mirada, ladeo la cabeza mientras miraba los cuadros. -Estoy segura que tu conoces los secretos de las artes, pero yo conozco los deseos...desde luego.- Dijo de forma segura y entrelazó los dedos a su espalda mientras se paseaba siguiendole escuchando el eco del sonido de sus pasos por la falta de gente en el museo.
Siguió el movimiento que Ryuu marcaba cuando la cogió de la mano, como si aquello fuera un baile, y se dejaba llevar por él. Tambien le gustaba el toque glacil que el cazador llevaba, aunque no era a lo que estaba acostumbrada pero no sería ella la que se quejase de eso. Observó como lo presentaba la estancia, eso le gustaba, que se recrease en el sitio que estaban ahora ambos, le gustaban los retos y se acercaba observandole como un tigre observa a aquello que pretende comerse, mientras ladeaba la cabeza. -Desaparecer, puedo hacerte desaparecer, puedo deborarte entero, y que no quede nada de ti.- Dijo ella mientras sonreia de esa forma ladina, acercando a él.
Empezó a rodearle mientras pasaba su dedo por sus hombros, le empezó a besar nuevamente y a bajar deslizandose por su cuello, donde lo mordió dejandole algo de marca, para despues separarse y sonreir. -Me encantan los torridos encuentros con desconocidos, y más si son de aspecto fuerte...incluso feroz..- Dijo la cambiante relamiendose mientras le miraba acariciando su cara. -¿Pero sabes qué? te veo tán timido, que no estoy segura de que seas capaz de seguir el ritmo...aunque mucho me retes..no te veo lanzado..- Masculló de manera maliciosa mirandole. - La cosa es...yo me atrevo a muchas cosas ¿y tú? o solo estas acostumbrado a tratar con damiselas de alta cuna que no te atreves a mostrar el lado oscuro que todos ocultan, soy como una cadena a tí, soy el lado oscuro que todo el mundo quiere esconder.- Comentó sin ningún tipo de tapujos, la cambiante no los tenía y ponía las cartas sobre la mesa.- Ahora dime...¿huiras o no...?
Siguió el movimiento que Ryuu marcaba cuando la cogió de la mano, como si aquello fuera un baile, y se dejaba llevar por él. Tambien le gustaba el toque glacil que el cazador llevaba, aunque no era a lo que estaba acostumbrada pero no sería ella la que se quejase de eso. Observó como lo presentaba la estancia, eso le gustaba, que se recrease en el sitio que estaban ahora ambos, le gustaban los retos y se acercaba observandole como un tigre observa a aquello que pretende comerse, mientras ladeaba la cabeza. -Desaparecer, puedo hacerte desaparecer, puedo deborarte entero, y que no quede nada de ti.- Dijo ella mientras sonreia de esa forma ladina, acercando a él.
Empezó a rodearle mientras pasaba su dedo por sus hombros, le empezó a besar nuevamente y a bajar deslizandose por su cuello, donde lo mordió dejandole algo de marca, para despues separarse y sonreir. -Me encantan los torridos encuentros con desconocidos, y más si son de aspecto fuerte...incluso feroz..- Dijo la cambiante relamiendose mientras le miraba acariciando su cara. -¿Pero sabes qué? te veo tán timido, que no estoy segura de que seas capaz de seguir el ritmo...aunque mucho me retes..no te veo lanzado..- Masculló de manera maliciosa mirandole. - La cosa es...yo me atrevo a muchas cosas ¿y tú? o solo estas acostumbrado a tratar con damiselas de alta cuna que no te atreves a mostrar el lado oscuro que todos ocultan, soy como una cadena a tí, soy el lado oscuro que todo el mundo quiere esconder.- Comentó sin ningún tipo de tapujos, la cambiante no los tenía y ponía las cartas sobre la mesa.- Ahora dime...¿huiras o no...?
Yendra Isley- Cambiante Clase Media
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Re: Entre cuadros, esculturas y antigüedades +18 [Priv. Yendra]
Mientras la mujer se acercaba de nuevo a mi, con aquella sonrisa suya que mostraba algo más que ser una humana como yo, dijo, segura de si misma, que podía devorarme, "hacerme desaparecer", como había dicho antes.
Volvió a rodearme ñara finalmente besarme y morderme en el cuello, con suficiente fuerza como para dejarme marca (Aneu ya tendría de qué preguntarme cuando viera la chaqueta arañada y mi cuello marcado).
Sin embargo, lo que la mujer dijo me hizo cambiar mi divertida sonrisa por una fina línea en lis labios y unos ojos entrecerrados. ¿Me estaba diciendo que no era lanzado? ¿A mi?
Fruncí el ceño y seguí escuchando esas palabras osadas y desafiantes, mi cuerpo estaba tenso, listo para desatarse en cualquier momento, en aquella sala abandonada de los ojos y oídos de posibles curiosos.
-Creeme, alguien que no fuera "lanzado", cono tú dices, ya se habría meado en los pantalones con el primer roce que hemos tenido, sin embargo yo...-Me acerqué a ella, rodeándola la cintura con un brazo y acercándola a mi, de forma algo brusca, llegando a estar tan pegados que ella podría notar mi miembro rozándola.-... A mi no me ha pasado eso, pequeña tigresa.-Susurré rozando sus labios con los míos, bajando lentamente la mano que sujetaba su cintura hasta su trasero, agarrándoli con fuerza para después besarla con intensidad y de forma profunda, haciendo entrelazar las lenguas de ámbos.
Al separar de nuevo nuestros labios, la miré, con un cierto brillo diferente a lo que era mi mirada normalmente.
-No pretendo huir de aquí sin haberme llevado algo antes.-Dije casi en un gruñido, sin separarme de ella, sintiendo el roce de nuestros cuerpos.
Volvió a rodearme ñara finalmente besarme y morderme en el cuello, con suficiente fuerza como para dejarme marca (Aneu ya tendría de qué preguntarme cuando viera la chaqueta arañada y mi cuello marcado).
Sin embargo, lo que la mujer dijo me hizo cambiar mi divertida sonrisa por una fina línea en lis labios y unos ojos entrecerrados. ¿Me estaba diciendo que no era lanzado? ¿A mi?
Fruncí el ceño y seguí escuchando esas palabras osadas y desafiantes, mi cuerpo estaba tenso, listo para desatarse en cualquier momento, en aquella sala abandonada de los ojos y oídos de posibles curiosos.
-Creeme, alguien que no fuera "lanzado", cono tú dices, ya se habría meado en los pantalones con el primer roce que hemos tenido, sin embargo yo...-Me acerqué a ella, rodeándola la cintura con un brazo y acercándola a mi, de forma algo brusca, llegando a estar tan pegados que ella podría notar mi miembro rozándola.-... A mi no me ha pasado eso, pequeña tigresa.-Susurré rozando sus labios con los míos, bajando lentamente la mano que sujetaba su cintura hasta su trasero, agarrándoli con fuerza para después besarla con intensidad y de forma profunda, haciendo entrelazar las lenguas de ámbos.
Al separar de nuevo nuestros labios, la miré, con un cierto brillo diferente a lo que era mi mirada normalmente.
-No pretendo huir de aquí sin haberme llevado algo antes.-Dije casi en un gruñido, sin separarme de ella, sintiendo el roce de nuestros cuerpos.
Tyler Chandler- Cazador Clase Alta
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Re: Entre cuadros, esculturas y antigüedades +18 [Priv. Yendra]
Yendra pego su mejilla a la de él y ronroneo a proposito como lo haría un felino y le olisqueó el cuello, le gustaba como había cogido una actitud más dominante, era una de las cualidades que la cambiante apreciaba en el sexo contrario, la tensión con conotaciones sexuales que se había generado era santo de la devoción de Yendra. -Por fín, pensé que sería la unica atrevida de este juego, no me gustan los niñitos blandos.- Dijo con un notable tono de coqueteo, mientras se divertía con el, observando como ahora estaban tán juntos, de echo alargó su lengua para lamer los labios del cazador, mientras le miraba de esa intensa forma con sus azules y grandes ojos.
Ladeó la cabeza mientras pasaba la mano primero por la nuca de él, olfateando su cuello mientras pegó mucho más su cuerpo al de él, mientras deslizaba la mano hacía el culo del cazador sin mucho miramiento. -Te advierto que encontarse conmigo es peligroso...soy una fiera en varios sentidos..- Dijo de manera descarada, mientras sonreía de una manera maliciosa y bastante picara, se relamió mientras le observaba y alzó una ceja sonriendo por la siguiente acción que pensaba llevar acabo. Entre una risa malevola y un beso notablemente intenso y pasional, mientras jugaba con su lengua, la cambiante deslizó de manera rapida la mano dentro del pantalon por alante, buscando ver cuanta pasión había despertado en el joven, y hasta que punto se vería afectado por la mano inquieta y juguetona de la cambiante. -¿Te vas a llevar algo? claro que si, y creeme, yo tambien....- Dijo maliciosa mientras desabrochaba la chaqueta para ver un poco más de él. - Veamos que hay debajo de la elegante ropa.
Ladeó la cabeza mientras pasaba la mano primero por la nuca de él, olfateando su cuello mientras pegó mucho más su cuerpo al de él, mientras deslizaba la mano hacía el culo del cazador sin mucho miramiento. -Te advierto que encontarse conmigo es peligroso...soy una fiera en varios sentidos..- Dijo de manera descarada, mientras sonreía de una manera maliciosa y bastante picara, se relamió mientras le observaba y alzó una ceja sonriendo por la siguiente acción que pensaba llevar acabo. Entre una risa malevola y un beso notablemente intenso y pasional, mientras jugaba con su lengua, la cambiante deslizó de manera rapida la mano dentro del pantalon por alante, buscando ver cuanta pasión había despertado en el joven, y hasta que punto se vería afectado por la mano inquieta y juguetona de la cambiante. -¿Te vas a llevar algo? claro que si, y creeme, yo tambien....- Dijo maliciosa mientras desabrochaba la chaqueta para ver un poco más de él. - Veamos que hay debajo de la elegante ropa.
Yendra Isley- Cambiante Clase Media
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Re: Entre cuadros, esculturas y antigüedades +18 [Priv. Yendra]
La cambiante parecía disfrutar con mi repentino cambio de "niño bueno a atrevido", aquella chica seguía tentándome, únicamente para buscar lo que en realidad queríamos ambos. ¿Por qué entonces me buscaba tanto las cosquillas? No era difícil saberlo: La divertía, la divertía ver que la seguía el juego de la misma forma en que ella lo había empezado.
Su ronroneo, cerca de mi oído, generó en mi interior un ligero escalofrío que viajó desde lo más bajo de mi columna hasta lo más alto, era una auténtica fiera a punto de salir de su jaula, y yo se lo estaba permitiendo.
Se pegó más a mi, haciéndome cerrar por un momento los ojos y conteniendo el aire, solo por unos escasos segundos. Segundos que aprovechó Yendra para bajar sus manos hasta mi trasero. Notaba la respiración de la chica, que incluía un leve ronroneo que podía compararse al de un gato, lo que me hacía pensar, si la comparaba a uno, que, efectivamente, se lo estaba pasando bien.
-Me encantan los riesgos, te lo aseguro.-Y es que aquello, aunque estabs en un contexto totalmente diferente en ese momento, era totalmente cierto: Siempre que podía, me lanzaba al peligro, muchas veces sin pensarlo, símplemente con la intención de conseguir mi objetivo. Y en aquél lugar, en aquél momento, mi objetivo era Yendra.
En un movimiento inesperado, mientras volvíamos a besarnos, una de las manos de la mujer viajó hasta el interior de mi pantalón, tocando mi miembro, el cual empezaba a estar erecto, aún más con el toqueteo inquieto de la rubia.
Sus palabras no hacían más que ponerme en situación, cada vez más y mejor, poco a poco, empezó a desabrocharme la chaqueta, la cual terminé de quitar yo y la dejé en el suelo, justo a nuestro lado.
-Bien pensado, esas baldosas tienen que estar frías.
La vocecita de la razón volvió a acudir a mi mente, sin venir a cuento. Finalmente, ignorándola, volví a centrarme en el momento que estaba por venir, y miré a Yendra, fíjamente, divertido, excitado. Y deslicé ámbas manos hasta la cintura de ésta, las cuales poco a poco comenzaron a subir, arrastrando con ellas la camisa de la chica, con claras intenciones de desprendérsela y dejar a la vista algo más de su cuerpo.
-¿Y qué tienes pensado llevarte, pequeña leona?-Dije antes de volver a besarla, con intensidad.
Su ronroneo, cerca de mi oído, generó en mi interior un ligero escalofrío que viajó desde lo más bajo de mi columna hasta lo más alto, era una auténtica fiera a punto de salir de su jaula, y yo se lo estaba permitiendo.
Se pegó más a mi, haciéndome cerrar por un momento los ojos y conteniendo el aire, solo por unos escasos segundos. Segundos que aprovechó Yendra para bajar sus manos hasta mi trasero. Notaba la respiración de la chica, que incluía un leve ronroneo que podía compararse al de un gato, lo que me hacía pensar, si la comparaba a uno, que, efectivamente, se lo estaba pasando bien.
-Me encantan los riesgos, te lo aseguro.-Y es que aquello, aunque estabs en un contexto totalmente diferente en ese momento, era totalmente cierto: Siempre que podía, me lanzaba al peligro, muchas veces sin pensarlo, símplemente con la intención de conseguir mi objetivo. Y en aquél lugar, en aquél momento, mi objetivo era Yendra.
En un movimiento inesperado, mientras volvíamos a besarnos, una de las manos de la mujer viajó hasta el interior de mi pantalón, tocando mi miembro, el cual empezaba a estar erecto, aún más con el toqueteo inquieto de la rubia.
Sus palabras no hacían más que ponerme en situación, cada vez más y mejor, poco a poco, empezó a desabrocharme la chaqueta, la cual terminé de quitar yo y la dejé en el suelo, justo a nuestro lado.
-Bien pensado, esas baldosas tienen que estar frías.
La vocecita de la razón volvió a acudir a mi mente, sin venir a cuento. Finalmente, ignorándola, volví a centrarme en el momento que estaba por venir, y miré a Yendra, fíjamente, divertido, excitado. Y deslicé ámbas manos hasta la cintura de ésta, las cuales poco a poco comenzaron a subir, arrastrando con ellas la camisa de la chica, con claras intenciones de desprendérsela y dejar a la vista algo más de su cuerpo.
-¿Y qué tienes pensado llevarte, pequeña leona?-Dije antes de volver a besarla, con intensidad.
Tyler Chandler- Cazador Clase Alta
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Re: Entre cuadros, esculturas y antigüedades +18 [Priv. Yendra]
Las manos de la cambiante paseaban por ahora el torso del cazador, mientras la cambiante le miraba con la abaricia que se mira a una ansiada joya, se mordía el labio mientras le miraba, se había arrancado finalmente de las ataduras de una blusa que antes cubría el cuerpo de la cambiante, que se quedó desnuda de torso a escepción del sostén que llevaba como ropa interior, de un color morado todo sea dicho, ella le miró ladeando su cabeza. -Los riesgos son lo picante que tiene este mundo. - Dijo la cambiante en su oido, para seguidamente le mordió un poco la oreja de refilón.
Paseaba sus dedos por el cuerpo del joven, sin duda en forma debido a su profesión, Yendra miró a ambos lados de la galeria y tiró de Ryuu a una de las esquinas y le hizo chocar contra la pared mientras le besaba con una desmesurada pasión, jugando con su lengua y mordiendole el labio al final del beso, para despues de se separó lentamente mordiendose el labio con notable lascivia. -Pues me voy a llevar lo que de verdad merece la pena, la pasión en su desmesurada locura. - Susurró la cambiante, mientras empezó en un erotico juego donde la lengua fue su principal arma, pasó su rosada lengua por el pecho del joven para terminar pegandole un pequeño bocado en el hombro, mientras seguía su meticuloso jugueteo de seguir desnudandole mientras dejaba escapar la risa picara, y mucho descaro, ya que deslizando su mano empezó a masajear la entrepierna del joven de manera lenta mientras le seguía besando.
Hacía bastante que nadie despertaba esa mecha en la cambiante, y el por fín poder disfrutar de un furtivo y amoroso encuentro era algo que la cambiante necesitaba y reconfortaba, pocas veces encontraba quien tuviera esa desmedida pasión que ella rebosaba, no habia muchos atrevidos, pero los que había Yendra bien sabian que merecian la pena. Seguía masajeando su miembro poniendo algo mas de calor en la acción y miró con aire malicioso al joven, sin pudor ni el mas minimo apice de avergonzarse del juego erotico, le mordía el labio inferior y apenas le dejaba respirar entre beso y beso. El ansia se hizo grande y ella estaba dispuesta a llevar el juego ya hasta el final, su besos empezarón a bajar lentamente, por el cuello, por el pecho, por los abdominales, los besos bajaban hasta el destino que el cazador pronto descubriría y la cambiante no estaba dispuesta a frenarlo ahora que había empezado el plato más fuerte y picante de este pasional encuentro, mientras deslizaba la vista hacía arriba para observarle mientras alargaba la lengua para encontrarse con algo más de calor que daba aquel intenso momento.
Paseaba sus dedos por el cuerpo del joven, sin duda en forma debido a su profesión, Yendra miró a ambos lados de la galeria y tiró de Ryuu a una de las esquinas y le hizo chocar contra la pared mientras le besaba con una desmesurada pasión, jugando con su lengua y mordiendole el labio al final del beso, para despues de se separó lentamente mordiendose el labio con notable lascivia. -Pues me voy a llevar lo que de verdad merece la pena, la pasión en su desmesurada locura. - Susurró la cambiante, mientras empezó en un erotico juego donde la lengua fue su principal arma, pasó su rosada lengua por el pecho del joven para terminar pegandole un pequeño bocado en el hombro, mientras seguía su meticuloso jugueteo de seguir desnudandole mientras dejaba escapar la risa picara, y mucho descaro, ya que deslizando su mano empezó a masajear la entrepierna del joven de manera lenta mientras le seguía besando.
Hacía bastante que nadie despertaba esa mecha en la cambiante, y el por fín poder disfrutar de un furtivo y amoroso encuentro era algo que la cambiante necesitaba y reconfortaba, pocas veces encontraba quien tuviera esa desmedida pasión que ella rebosaba, no habia muchos atrevidos, pero los que había Yendra bien sabian que merecian la pena. Seguía masajeando su miembro poniendo algo mas de calor en la acción y miró con aire malicioso al joven, sin pudor ni el mas minimo apice de avergonzarse del juego erotico, le mordía el labio inferior y apenas le dejaba respirar entre beso y beso. El ansia se hizo grande y ella estaba dispuesta a llevar el juego ya hasta el final, su besos empezarón a bajar lentamente, por el cuello, por el pecho, por los abdominales, los besos bajaban hasta el destino que el cazador pronto descubriría y la cambiante no estaba dispuesta a frenarlo ahora que había empezado el plato más fuerte y picante de este pasional encuentro, mientras deslizaba la vista hacía arriba para observarle mientras alargaba la lengua para encontrarse con algo más de calor que daba aquel intenso momento.
Yendra Isley- Cambiante Clase Media
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Re: Entre cuadros, esculturas y antigüedades +18 [Priv. Yendra]
Al fin, mis manos cumplieron su objetivo, dejando a la vista el cuerpo semidesnudo de cintura para arriba de la mujer, enseñando más de sus... Dotes femeninas. Me susurró y finalmente me mordió la oreja, provocándome un nuevo escalofrío.
Finalmente me llevó a una de las esquinas de la sala, para empujarme contra ella de forna algo violenta. Si lo hubiera hecho más fuerte, perfectamente podía haber dañado la pared sin ningún problema, pero ese no fue el caso. Respondí a su beso de la misma forma intensa en que ella me besó, acariciando a la vez su torso, subiendo poco a poco hasta su sostén morado, dispuesto a quitárselo en cualquier momento.
Yendra movía sus dedos por mi cuerpo, por cada contorno formado por mi entrenamiento diario que, claramente, no era de un simple vendedor de antigüedades, tal y como le había dicho al principio.
Finalmente, en un hábil movimiento, el sostén acabó en una de mis manos, dejandi los pechos de la mujer al descubierto, los cuales besé, succioné uno de sus pezones, para acabar en un pequeño mordisco y volver a sus labios, ansioso.
Se separó un poco, besándome una vez más antes, su lengua pasó desde pecho hasta mi hombro, donde acabó con un mordisco que, una vez más, aumentó mi nivel de excitación.
Pero eso no sería todo, aquello solo acababa de empezar.
Siguió desnudándome, y con una de sus manos, entre beso y beso, tocaba mi entrepierna, a lo cual mi miembro comenzaba a causar cierta presión en la poca ropa que ya me quedaba, que basicamente era la ropa interior.
Empezó a bajar sus besos, poco a poco, cuando llegó cerca de la cintura, mi cuerpo se tensó por un momento, mucho más cuando nuestras miradas se cruzaron. No necesitabamos palabras en aquel juego erótico, imaginaba lo que vendría ahora, y estaba esperándolo con ganas. Una de mis manos viajó hasta su pelo, donde mis dedos se perdieron para después cerrarse y sujetar parte de éste.
-Vamos...-Dije casi en un gruñido, tentador, sumergido en la excitación del momento.
Finalmente me llevó a una de las esquinas de la sala, para empujarme contra ella de forna algo violenta. Si lo hubiera hecho más fuerte, perfectamente podía haber dañado la pared sin ningún problema, pero ese no fue el caso. Respondí a su beso de la misma forma intensa en que ella me besó, acariciando a la vez su torso, subiendo poco a poco hasta su sostén morado, dispuesto a quitárselo en cualquier momento.
Yendra movía sus dedos por mi cuerpo, por cada contorno formado por mi entrenamiento diario que, claramente, no era de un simple vendedor de antigüedades, tal y como le había dicho al principio.
Finalmente, en un hábil movimiento, el sostén acabó en una de mis manos, dejandi los pechos de la mujer al descubierto, los cuales besé, succioné uno de sus pezones, para acabar en un pequeño mordisco y volver a sus labios, ansioso.
Se separó un poco, besándome una vez más antes, su lengua pasó desde pecho hasta mi hombro, donde acabó con un mordisco que, una vez más, aumentó mi nivel de excitación.
Pero eso no sería todo, aquello solo acababa de empezar.
Siguió desnudándome, y con una de sus manos, entre beso y beso, tocaba mi entrepierna, a lo cual mi miembro comenzaba a causar cierta presión en la poca ropa que ya me quedaba, que basicamente era la ropa interior.
Empezó a bajar sus besos, poco a poco, cuando llegó cerca de la cintura, mi cuerpo se tensó por un momento, mucho más cuando nuestras miradas se cruzaron. No necesitabamos palabras en aquel juego erótico, imaginaba lo que vendría ahora, y estaba esperándolo con ganas. Una de mis manos viajó hasta su pelo, donde mis dedos se perdieron para después cerrarse y sujetar parte de éste.
-Vamos...-Dije casi en un gruñido, tentador, sumergido en la excitación del momento.
Tyler Chandler- Cazador Clase Alta
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Re: Entre cuadros, esculturas y antigüedades +18 [Priv. Yendra]
La cambiante se deleitaba palpando la piel del cazador, mientras le observaba disfrutando visualmente de la reacción que tenía el joven debido a sus actos, desde luego cuando la cambiante le echaba el ojo a algo solía conseguirlo, y todo había ido por un camino que Yendra encontraba realmente ideal, le observaba con provocación mientras sacaba levemente la lengua deslizandola por la fina piel intima del hombre, haciendole desear más y más, sacando su lado perverso y juguetón, solo pensar que estaban en un lugar publico con capacidad de ser pillados en cualquier momento hacían de este juego uno muy escitante cuanto menos. -Me parece que somos muy malos, que desvergonzados nos mostramos.- Dijo la cambiante con ese tono de sedución, mirandole desde su baja posición, empezando a masajear el miembro de Ryuu, de manera lenta, sonriendo maliciosamente, respirando cerca de su piel, solo por el gusto de crear más morbo si cabe.
La lengua se deslizaba dibujando con ella la silueta de la zona intima del chico, sin pudor alguno, puesto que el joven se le comian las ansias por lo que Yendra comprobó debido a que noto sus dedos deslizandose por sus platinos cabellos pidiendola más, y que lo hiciese ya, no era momento de parar, y no lo iba hacer, ni intención que tenía, lamía con lascivía y masajeaba la zona efusivamente, mientras observaba como él joven disfrutaba de ese masaje erotico. Usaba la boca y sus labios para dar placer a ese joven cazador, tenía uno de los juegos más eroticos de los que se había encontrado en bastante tiempo, y este era especialmente pasional, incluso dió una suave mordida solo por jugar de manera erotica, mientras con las manos paseaba por los abdominales del chico. - Vaya, si que ha subido aquí la temperatura.- Gruño de seductora forma, y lamió intensivamente sus intimas partes masculinas.
La lengua se deslizaba dibujando con ella la silueta de la zona intima del chico, sin pudor alguno, puesto que el joven se le comian las ansias por lo que Yendra comprobó debido a que noto sus dedos deslizandose por sus platinos cabellos pidiendola más, y que lo hiciese ya, no era momento de parar, y no lo iba hacer, ni intención que tenía, lamía con lascivía y masajeaba la zona efusivamente, mientras observaba como él joven disfrutaba de ese masaje erotico. Usaba la boca y sus labios para dar placer a ese joven cazador, tenía uno de los juegos más eroticos de los que se había encontrado en bastante tiempo, y este era especialmente pasional, incluso dió una suave mordida solo por jugar de manera erotica, mientras con las manos paseaba por los abdominales del chico. - Vaya, si que ha subido aquí la temperatura.- Gruño de seductora forma, y lamió intensivamente sus intimas partes masculinas.
Yendra Isley- Cambiante Clase Media
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Re: Entre cuadros, esculturas y antigüedades +18 [Priv. Yendra]
Cuando sentí la lengua húmeda en mi miembro, no pude evitar soltar un leve suspiro, como si hubiera sido un alivio que Yendra hiciera aquello. Su juego de intercambiar sus manos por su boca y viceversa, no hacía más que excitarme, hasta el punto de olvidar el lugar en el que estábamos. Ya bien poco me importaba si existía la posibilidad de ser descubiertos, estaba disfrutando, y eso era lo único que tenía cabida en aquél momento, en aquél lugar: Entre cuadros, esculturas y antigüedades.
La pequeña mordida de la mujer me hizo abrir los ojos, lis cuales había cerrado símplemente por disfrutar del momento. La miré y sonreí ligeramente al escuchar sus palabras, tenía intención de hacerla subir de nuevo a mis labios, pero de nuevo su boca actuó sobre mi miembro, gruñir, al no esperarme semejante movimiento.
La dejé hacer durante un rato, para después, entonces sí, cogerla de una de las manos que acariciaba mi torso y hacerla subir de nuevo, para unir nuestros labios en un pasional beso. Nos separamos de nuevo y la miré fijamente, con ese brillo en los ojos que raras veces solía salir.
-Y todo arderá en llamas, ésto es solo el principio.-Dije, en un tono provocador, respondiendo a su anterior comentario sobre que había subido la temperatura. Sonreí de forma ladina y la cogí de la cintura, para después tumbarla en el suelo, sobre mi chaqueta, me coloqué encima de ella y deposité varios besos, desde sus labios hasta su cuello, donde la mordí despacio, antes de situarme entre sus piernas y quitarla el pantalón con habilidad y algo de impaciencia, dejándola en ropa interior, la cual poco le duró puesta a la chica, ya que se la quité igual que hice con sus pantalones. Subí hasta sus labios, deslizando mi lengua desde su cadera hasta encima de su ombligo, la besé y, mientras nuestras lenguas jugaban a entrelazarse entre ellas, bajé una mano hasta su zona íntima donde, con un dedo lo deslicé, recorriéndo esa zona húmeda y suave.
-No hagas ruído.-Susurré, tentador, sabiendo que era muy probable que Yendra no pudiera evitar hacer ruido cuando empezara a sentir verdadero placer.
La pequeña mordida de la mujer me hizo abrir los ojos, lis cuales había cerrado símplemente por disfrutar del momento. La miré y sonreí ligeramente al escuchar sus palabras, tenía intención de hacerla subir de nuevo a mis labios, pero de nuevo su boca actuó sobre mi miembro, gruñir, al no esperarme semejante movimiento.
La dejé hacer durante un rato, para después, entonces sí, cogerla de una de las manos que acariciaba mi torso y hacerla subir de nuevo, para unir nuestros labios en un pasional beso. Nos separamos de nuevo y la miré fijamente, con ese brillo en los ojos que raras veces solía salir.
-Y todo arderá en llamas, ésto es solo el principio.-Dije, en un tono provocador, respondiendo a su anterior comentario sobre que había subido la temperatura. Sonreí de forma ladina y la cogí de la cintura, para después tumbarla en el suelo, sobre mi chaqueta, me coloqué encima de ella y deposité varios besos, desde sus labios hasta su cuello, donde la mordí despacio, antes de situarme entre sus piernas y quitarla el pantalón con habilidad y algo de impaciencia, dejándola en ropa interior, la cual poco le duró puesta a la chica, ya que se la quité igual que hice con sus pantalones. Subí hasta sus labios, deslizando mi lengua desde su cadera hasta encima de su ombligo, la besé y, mientras nuestras lenguas jugaban a entrelazarse entre ellas, bajé una mano hasta su zona íntima donde, con un dedo lo deslicé, recorriéndo esa zona húmeda y suave.
-No hagas ruído.-Susurré, tentador, sabiendo que era muy probable que Yendra no pudiera evitar hacer ruido cuando empezara a sentir verdadero placer.
Tyler Chandler- Cazador Clase Alta
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Re: Entre cuadros, esculturas y antigüedades +18 [Priv. Yendra]
Yendra dejo escapar un suspiro y darle el volante de la situación, Yendra se dejo guiar por él para besarle nuevamente con suma pasión, mientras deslizaba sus manos por el cuerpo del cazador, disfrutando del juego que ahora llevaba, sin duda era excitante la situación lo mires por donde mires. Eso era lo que ponía más ardiente a la cambiante, que ahora se podría decir que ardía de pasión - Ya noto como quema todo querido cazador.- Comentó Yendra relamiendose lascivamente. Desde luego iba ascendiendo la temperatura mientras Yendra apenas le dejaba respirar entre beso y beso. Y cerró los ojos cuando notó como los labios de Ryuu se deslizaban por su cuello mientras notaba como la carne se le ponía de gallina por eso último. Más quedo disfrutar de lo que acontinuación se hayaba, ya que el cazador no tuvo reparo a la hora de desacerse de los pantalones de la circense, mientras jugaba con sus labios y su lengua, Yendra le miraba alzando una ceja sonriendo de manera triunfal. -Que habilidad de manos.- Sonrió juguetonamente.
Dejó escapar un morboso suspiro cuando notaba por donde deslizaba los dedos a la zona intima de la chica, ella le siguió el beso mientras notaba como sus dedos curiosos acariciaban, le miro mordiendose el labio pasionalmente, desde luego le subío el morbo. -Así que sin ruido ¿eh? no te prometo nada..- Dijo con aire juguetón, ansiosa de que llegase la acción, aunque no se quedaba atrás mientras el cazador hacía su juego de dedos, ella tambien deslizo su mano para abajo comprobando que todo estuviese como debía de estar. Le besaba por el cuello, mientras le miró ansiosa de saltar sobre él para atraparle con sus piernas. Iba a divertirse desde luego. -Voy a domarte como a un potro.- Dijo de manera tremendamente lasciva.
Dejó escapar un morboso suspiro cuando notaba por donde deslizaba los dedos a la zona intima de la chica, ella le siguió el beso mientras notaba como sus dedos curiosos acariciaban, le miro mordiendose el labio pasionalmente, desde luego le subío el morbo. -Así que sin ruido ¿eh? no te prometo nada..- Dijo con aire juguetón, ansiosa de que llegase la acción, aunque no se quedaba atrás mientras el cazador hacía su juego de dedos, ella tambien deslizo su mano para abajo comprobando que todo estuviese como debía de estar. Le besaba por el cuello, mientras le miró ansiosa de saltar sobre él para atraparle con sus piernas. Iba a divertirse desde luego. -Voy a domarte como a un potro.- Dijo de manera tremendamente lasciva.
Yendra Isley- Cambiante Clase Media
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Re: Entre cuadros, esculturas y antigüedades +18 [Priv. Yendra]
La mujer no pudo evitar un suspiro que me indicó que lo que estaba haciendo la gustaba, y eso que símplemente había sido un pequeño roce, pero, como ella había dicho: Todo estaba en llamas, y por ello, la pasión del momento era tanta, que era imposible no excitarse con un simple roce. El hecho de que Yendra no pudiera evitar hacer ruido cuando todo empezase solo me tentaba más, pues quería oírla, pese a que la hubiese dicho lo contrario, y ella bien debería saberlo.
Mientras yo me entretenía en juguetear con un dedo con la intimidad de la mujer, buscando excitarla pero no al máximo, ella bajó su mano hasta mi miembro, el cual seguro que ardía de ganas, como yo. Llené su rostro de besos, hasta acabar en sus labios, donde la besé de forma pasional, incluso con la respiración agitada por el momento.
Entonces, saltó hacia mi, atrapándome con las piernas, y me habló de esa forma lasciva que tanto me gustaba, la respondí únicamente con una sonrisa, mientras me movía de forma que ella estuviera encima de mí, la cogí del trasero, con ganas, y la moví para que nuestras intimidades se rozaran entre sí.
-No esperes que sea fácil, ántes me divertiré yo.-Dije guiñándola un ojo, antes de moverme de nuevo para estar yo encima de ella. Bajé dándola besos hasta llegar a su intimidad, donde la miré por un momento, dándola a entender lo que vendría ahora, y después deslicé mi lengua de arriba abajo, recorriendo la humedad de su intimidad lentamente, para después decorar aquél recorrido con besos y volver a utilizar mi lengua.
Como había dicho, primero iba a divertirme yo.
Mientras yo me entretenía en juguetear con un dedo con la intimidad de la mujer, buscando excitarla pero no al máximo, ella bajó su mano hasta mi miembro, el cual seguro que ardía de ganas, como yo. Llené su rostro de besos, hasta acabar en sus labios, donde la besé de forma pasional, incluso con la respiración agitada por el momento.
Entonces, saltó hacia mi, atrapándome con las piernas, y me habló de esa forma lasciva que tanto me gustaba, la respondí únicamente con una sonrisa, mientras me movía de forma que ella estuviera encima de mí, la cogí del trasero, con ganas, y la moví para que nuestras intimidades se rozaran entre sí.
-No esperes que sea fácil, ántes me divertiré yo.-Dije guiñándola un ojo, antes de moverme de nuevo para estar yo encima de ella. Bajé dándola besos hasta llegar a su intimidad, donde la miré por un momento, dándola a entender lo que vendría ahora, y después deslicé mi lengua de arriba abajo, recorriendo la humedad de su intimidad lentamente, para después decorar aquél recorrido con besos y volver a utilizar mi lengua.
Como había dicho, primero iba a divertirme yo.
Tyler Chandler- Cazador Clase Alta
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Re: Entre cuadros, esculturas y antigüedades +18 [Priv. Yendra]
Las respiraciones agitadas al ritmo del placer, eso sí que era música para los oidos de la cambiante, que paseaba los labios por la piel del rostro del cazador, mientras se relamía y mordía el labio de más que lasciva forma, tenía ese abrasante calor de la pasión a flor de piel cuanto menos, el juego de dedos cuan mago en su intimidad, y despues cuando se avalanzó sobre él, el echo de notar las intimidades de ambos rozandose hacía que la cambiante casi estuviera fuera de sí ansiando más lascivia y pasión a esta particular batalla que ambos llevaban desde hace ya un rato. Mordiendo levemente la oreja del cazador y respirandole al lado de esta, solo para ver como se encendía más. Dejando escapar una picaresca risilla por ello.
Se mordió el labio inferior mientras el comentario que hizo Ryuu le sorprendió cuanto menos. -¿Asi que vas a divertirte tú? te aseguro que te costara parar cuando nos divertamos los dos.- Dijo la cambiante con intenciones de provocarle más aun si podía esperarse, aunque eso era dificil, cerró los ojos notando como los besos del cazador iban bajando lentamente, mientras se le ponía la piel de gallina. Notaba hasta los pelos de la nuca erizarse por el placer al notar los labios bajar más abajo del ombligo, ella miró al joven cuando la observó antes de empezar, de reojo miró un cuadro con una representación biblica en un cuadro, le dió la idea para el siguiente comentario. -Creo que has llegado a lo que sería el paraiso perdido donde habita la serpiente y eva.- Dijo haciendo alusión al pecado que estaba a punto de hacerse de tán divertida manera en un sitio tán culto. Dejó escapar un notable suspiro de placer al notar esa juguetona lengua en su intima y femenina zona, el calor y la humedad que notaba dandole realmente mucho placer, mientras ella deslizó los dedos por su cuerpo observandole con aire goloso, como si quisiera deborarle, mientras soltaba suspiros levemente sonoros de placer.
Se mordió el labio inferior mientras el comentario que hizo Ryuu le sorprendió cuanto menos. -¿Asi que vas a divertirte tú? te aseguro que te costara parar cuando nos divertamos los dos.- Dijo la cambiante con intenciones de provocarle más aun si podía esperarse, aunque eso era dificil, cerró los ojos notando como los besos del cazador iban bajando lentamente, mientras se le ponía la piel de gallina. Notaba hasta los pelos de la nuca erizarse por el placer al notar los labios bajar más abajo del ombligo, ella miró al joven cuando la observó antes de empezar, de reojo miró un cuadro con una representación biblica en un cuadro, le dió la idea para el siguiente comentario. -Creo que has llegado a lo que sería el paraiso perdido donde habita la serpiente y eva.- Dijo haciendo alusión al pecado que estaba a punto de hacerse de tán divertida manera en un sitio tán culto. Dejó escapar un notable suspiro de placer al notar esa juguetona lengua en su intima y femenina zona, el calor y la humedad que notaba dandole realmente mucho placer, mientras ella deslizó los dedos por su cuerpo observandole con aire goloso, como si quisiera deborarle, mientras soltaba suspiros levemente sonoros de placer.
Yendra Isley- Cambiante Clase Media
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Re: Entre cuadros, esculturas y antigüedades +18 [Priv. Yendra]
Los primeros suspiros de placer de Yendra me indicaban que no iba por mal camino, que aquello que estaba haciendo le gustaba, y cuando éstos se hicieron más notables, supe completamente que debía seguir, debía hacerla estallar de placer.
Mi lengua recorría su intimidad de arriba a abajo, de izquierda a derecha, buscando ciertos puntos donde aumentar ese placer, y entonces, fugazmente, una idea recorrió mi mente, y con los ojos entrecerrados y una sonrisa ladina, deslicé una de mis manos hasta su intimidad, la cual acaricié con un dedo, debajo de donde mi lengua se estaba divirtiendo. Y entonces, introduje dicho dedo, lentamente, sintiendo como el calor húmedo de su intimidad lo recibía con ganas. Volví a sacarlo y repetí el proceso, ganando velocidad muy poco a poco, dejando que Yendra no terminase de llegar al máximo clímax aún, pues todavía teníamos que divertirnos más.
Después de un rato explorando su intimidad, volví a subir por su cuerpo, dejando besos y alguna suave mordida en éste, hasta llegar a su cuello. Donde deposité un suave beso y finalmente deslizarme hasta sus labios, los cuales rocé con los míos, mirando a la vez a la mujer con una sonrisa.
-Del paraíso vuelvo, para volver junto a tí.-Finalmente la besé con ansias, como si hubiera pasado una eternidad desde la última vez que probé sus labios, jugando con mi lengua con la suya, buscando entrelazarse con ellas. Mientras acariciaba el cuerpo femenino,de arriba a abajo.
Mi lengua recorría su intimidad de arriba a abajo, de izquierda a derecha, buscando ciertos puntos donde aumentar ese placer, y entonces, fugazmente, una idea recorrió mi mente, y con los ojos entrecerrados y una sonrisa ladina, deslicé una de mis manos hasta su intimidad, la cual acaricié con un dedo, debajo de donde mi lengua se estaba divirtiendo. Y entonces, introduje dicho dedo, lentamente, sintiendo como el calor húmedo de su intimidad lo recibía con ganas. Volví a sacarlo y repetí el proceso, ganando velocidad muy poco a poco, dejando que Yendra no terminase de llegar al máximo clímax aún, pues todavía teníamos que divertirnos más.
Después de un rato explorando su intimidad, volví a subir por su cuerpo, dejando besos y alguna suave mordida en éste, hasta llegar a su cuello. Donde deposité un suave beso y finalmente deslizarme hasta sus labios, los cuales rocé con los míos, mirando a la vez a la mujer con una sonrisa.
-Del paraíso vuelvo, para volver junto a tí.-Finalmente la besé con ansias, como si hubiera pasado una eternidad desde la última vez que probé sus labios, jugando con mi lengua con la suya, buscando entrelazarse con ellas. Mientras acariciaba el cuerpo femenino,de arriba a abajo.
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Re: Entre cuadros, esculturas y antigüedades +18 [Priv. Yendra]
Los suspiros eran bien sonoros, y era bastante natural dada la morbosa situación que se había dibujado en el ambiente debida a la situación formada por el cazador y la cambiante, incluso el estar en el frio suelo helado le daba más morbo, mientras el mantenía un erotico juego en sus intimidades femeninas usando para ello su lengua y sus dedos, hacía que la cambiante apenas se centrase en nada más que en sentir placer, pero sin dejarla culminar en el placer maximo que podía dar la situación, ella gemia levemente intentando no hacer mucho ruido, al menos para no darle de primeras esa satisfación, aunque el llevase ahora la delantera, no le iba a dar el gusto de oirla bien, no tán facilmente al menos.
Se relamia e incluso usaba sus manos para acariciar su cuerpo, tal vez por provocarlo más, o simplemente llevandose por el placer que ahora le daba, él subió los besos hacia arriba nuevamente, mientras la cambiante disfrutaba plenamente de ellos, el morbo de notar sus suaves labios y su calido aliento antes de volver a besarla. -Mucho tardabas en volver a mi, sabes que no te puedes resistir. - Dijo ella en un lascivo susurro mientras volvía a entrelazar su lengua con la de él, pasando su mano por la nuca de Ryuu, y masajeando con la otra mano el hombro de él, dibujando con sus dedos la silueta del joven, mientras bajaba a besar tambien su garganta unos instantes antes de volver a fundirse con otro beso que termino en una ansiada mordida del labio inferior.
Se relamió y sonrió juguetonamente mientras le miraba por unos instantes. -Bien dragón, ahora yo domino aquí.- Dijo de manera desafiante, le gustaba ese juego, y provocarle para llamar su encantador lado salvaje, le agarró y le hizo girar para ahora ella ponerse encima de él, mientras le miraba desde ahora su alta posición, guió sus manos por su cuerpo, dejandole acariciar, mientras volviá a besarle recostandose sobre él. Se estiró agarrandole las muñecas y pegandoselas al suelo. -¿Y bien dragón? ¿Que piensas hacer ahora?.- Le lamió juguetonamente los labios mientras juntaba su intimidad a la de él, solo juntandolas, solo rozandose, solo para encenderle. -Parece que ahora eres mi ratón. - Comentó antes de moverse sobre él de manera sugerente, sintiendo el tacto de sus manos y ella disfrutando pasando las suyas por los pectorales de él, mientras notaba como mas ardiente estaba su zona intima mientras sentia tan enteramente la de él, gimiendo en su oido de provocativa forma.
Se relamia e incluso usaba sus manos para acariciar su cuerpo, tal vez por provocarlo más, o simplemente llevandose por el placer que ahora le daba, él subió los besos hacia arriba nuevamente, mientras la cambiante disfrutaba plenamente de ellos, el morbo de notar sus suaves labios y su calido aliento antes de volver a besarla. -Mucho tardabas en volver a mi, sabes que no te puedes resistir. - Dijo ella en un lascivo susurro mientras volvía a entrelazar su lengua con la de él, pasando su mano por la nuca de Ryuu, y masajeando con la otra mano el hombro de él, dibujando con sus dedos la silueta del joven, mientras bajaba a besar tambien su garganta unos instantes antes de volver a fundirse con otro beso que termino en una ansiada mordida del labio inferior.
Se relamió y sonrió juguetonamente mientras le miraba por unos instantes. -Bien dragón, ahora yo domino aquí.- Dijo de manera desafiante, le gustaba ese juego, y provocarle para llamar su encantador lado salvaje, le agarró y le hizo girar para ahora ella ponerse encima de él, mientras le miraba desde ahora su alta posición, guió sus manos por su cuerpo, dejandole acariciar, mientras volviá a besarle recostandose sobre él. Se estiró agarrandole las muñecas y pegandoselas al suelo. -¿Y bien dragón? ¿Que piensas hacer ahora?.- Le lamió juguetonamente los labios mientras juntaba su intimidad a la de él, solo juntandolas, solo rozandose, solo para encenderle. -Parece que ahora eres mi ratón. - Comentó antes de moverse sobre él de manera sugerente, sintiendo el tacto de sus manos y ella disfrutando pasando las suyas por los pectorales de él, mientras notaba como mas ardiente estaba su zona intima mientras sentia tan enteramente la de él, gimiendo en su oido de provocativa forma.
Yendra Isley- Cambiante Clase Media
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Re: Entre cuadros, esculturas y antigüedades +18 [Priv. Yendra]
El tono que empleaba Yendra al hablar cerca de mi oído aumentaba la excitación y el morbo, como si ella tuviera algún tipo de poder para influir en mi mente y lo estuviera empleando en aquél momento, pero sabía que no era así, no me sentía forzado, y menos aún, manipulado.
Después de sus palabras, entrelazó de nuevo su lengua con la mia, para después bajar hasta mi cuello, específicamente a mi garganta, y besarla, haciéndome resoplar lentamente, excitándome cada vez más, notando incluso como mi miembro se moría de ganas por entrar en el paraíso, igual que lo hicieron mis dedos y mi lengua.
Desde luego, Yendra era una diosa.
Entonces, la mujer me hizo girarme, cambiando las tornas, estando esta vez yo debajo, y ella encima de mi. La acaricié desde la cintura hasta llegar a sus pechos, cogiéndole uno de ellos y masajeándolo sin ningún miramiento, con fuerza, la justa para no hacerla daño.
Pero aquello duró poco, pues cuando volvió a juntar su cuerpo con el mío para besarme, me cogió de las muñecas y las retiró, apoyándolas en el suelo, impidiéndome moverme, sonreí de forma lasciva, entrecerrando los ojos, y aquella sonrisa se borró en cuanto nuestras intimidades se rozaron, haciéndome respirar hondo.
Volvió a moverse, encendiéndome aún más si cabe, estaba deseando entrar en ella, la deseaba a ella. Su gemido en mi oído volvió a provocarme otro escalofrío, la mordí el cuello, con suavidad, sin ejercer demasiada fuerza, mientras mis manos se deslizaban hasta su trasero, el cual agarré con fuerza ántes de propinarle un azote sonoro y con cierta fuerza, solo para provocar en ella alguna reacción de aquellas que me excitaban a mi.
-No, querida, sigues siendo mi presa, no lo olvides.-Me volví a mover, para dejarla de nuevo a la mujer debajo, sin embargo, giré su cuerpo para dejarla de espaldas a mi y ponerla de forma que se apoyase con las manos y las rodillas, como si de un animal se tratase. Me incliné hasta su oreja y le mordí el lóbulo de ésta, despacio.
-Ahora...-No llegué a acabar la frase: Mis manos viajaron al cabello de la mujer, recogiéndolo en una coleta improvisada, mientras me retiraba de su oreja. Agarré mi miembro, acercándolo a la intimidad de la mujer, haciendo que éstos se rozasen de nuevo. Estiré ligeramente del pelo de Yendra hacia atrás, y entonces, sin ningún miramiento, sin avisar si quiera, introduje mi miembro en su intimidad, en toda su entereza, esperando haber pillado por sorpresa a la mujer. Y volví a sacarlo por la mitad para volver a embestir con fuerza, así repetidas veces, sujetando el cabello rubio de la mujer con una mano y agarrando parte de su trasero con la otra mano.
Después de sus palabras, entrelazó de nuevo su lengua con la mia, para después bajar hasta mi cuello, específicamente a mi garganta, y besarla, haciéndome resoplar lentamente, excitándome cada vez más, notando incluso como mi miembro se moría de ganas por entrar en el paraíso, igual que lo hicieron mis dedos y mi lengua.
Desde luego, Yendra era una diosa.
Entonces, la mujer me hizo girarme, cambiando las tornas, estando esta vez yo debajo, y ella encima de mi. La acaricié desde la cintura hasta llegar a sus pechos, cogiéndole uno de ellos y masajeándolo sin ningún miramiento, con fuerza, la justa para no hacerla daño.
Pero aquello duró poco, pues cuando volvió a juntar su cuerpo con el mío para besarme, me cogió de las muñecas y las retiró, apoyándolas en el suelo, impidiéndome moverme, sonreí de forma lasciva, entrecerrando los ojos, y aquella sonrisa se borró en cuanto nuestras intimidades se rozaron, haciéndome respirar hondo.
Volvió a moverse, encendiéndome aún más si cabe, estaba deseando entrar en ella, la deseaba a ella. Su gemido en mi oído volvió a provocarme otro escalofrío, la mordí el cuello, con suavidad, sin ejercer demasiada fuerza, mientras mis manos se deslizaban hasta su trasero, el cual agarré con fuerza ántes de propinarle un azote sonoro y con cierta fuerza, solo para provocar en ella alguna reacción de aquellas que me excitaban a mi.
-No, querida, sigues siendo mi presa, no lo olvides.-Me volví a mover, para dejarla de nuevo a la mujer debajo, sin embargo, giré su cuerpo para dejarla de espaldas a mi y ponerla de forma que se apoyase con las manos y las rodillas, como si de un animal se tratase. Me incliné hasta su oreja y le mordí el lóbulo de ésta, despacio.
-Ahora...-No llegué a acabar la frase: Mis manos viajaron al cabello de la mujer, recogiéndolo en una coleta improvisada, mientras me retiraba de su oreja. Agarré mi miembro, acercándolo a la intimidad de la mujer, haciendo que éstos se rozasen de nuevo. Estiré ligeramente del pelo de Yendra hacia atrás, y entonces, sin ningún miramiento, sin avisar si quiera, introduje mi miembro en su intimidad, en toda su entereza, esperando haber pillado por sorpresa a la mujer. Y volví a sacarlo por la mitad para volver a embestir con fuerza, así repetidas veces, sujetando el cabello rubio de la mujer con una mano y agarrando parte de su trasero con la otra mano.
Tyler Chandler- Cazador Clase Alta
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Re: Entre cuadros, esculturas y antigüedades +18 [Priv. Yendra]
La cambiante tenía el morbo a flor de piel, le encantaba llevar ahora la voz cantante mientras estaba sobre él, sabía que estaba deseando entrar en ella, y la cambiante disfrutaba de tener la sarten por el mango, gimiendo en su oido y dandole alguna mordida a su lobulo. Se relamió mirandole, mientras se divertía sumamente de la situación, el roce de sus intimidades las de ella humedecidas por la lujuria derrochada del momento, se mordió el labio inferior entrecerrando los ojos. Aunque el estar encima de él duro poco, puesto que ansió nuevamente ponerse sobre ella el cazador, no le gustaba estar abajo, y se notó, Yendra dejó escapar una risa juguetona cuando el cazador se escapó de debajo de ella para volver a tener la posición dominante, pero de una forma un tanto poco convencional.
La cambiante le sorprendió cuando el cazador prefirió una postura morbosa y animal, apoyada con sus manos y sus rodillas en el suelo, Yendra se contoneó sonriendo de ladina forma, no iba a mentir y decir que no le gustaba la situación llevada, observó al cazador. -Te empiezas a atrever más, eso me gusta dragón.- Dijo con un timbre de voz más sensual que podía tener. Notó como Ryuu la tomaba por sus platinos cabellos rubios, la verdad es que sonrió para si, le encantaba ese toque salvaje, no io iba a negar, se relamió con impaciencia, aunque pronto dió un fuerte gemido que no pudo resguardar. Se hizo algo ecoso por el silencio que había en el museo, pero de poco le importaba ahora eso.
Yendra disfrutaba del momento, se mordía el labio mientras disfrutaba de la embestidas, arqueó la espalda notablemente, se notaba sus habilidades circenses y de contorsión, se acarició sus pechos y buscó la mano libre del cazador para guiarla por el resto de su cuerpo mientras la notaba dentro, el sonido del choque los cuerpos, la humedad de las zonas intimas, y el sonido de los gemidos que ahora se hacían más altos por segundos. De manera incontrolable, de manera morbosa.
La cambiante le sorprendió cuando el cazador prefirió una postura morbosa y animal, apoyada con sus manos y sus rodillas en el suelo, Yendra se contoneó sonriendo de ladina forma, no iba a mentir y decir que no le gustaba la situación llevada, observó al cazador. -Te empiezas a atrever más, eso me gusta dragón.- Dijo con un timbre de voz más sensual que podía tener. Notó como Ryuu la tomaba por sus platinos cabellos rubios, la verdad es que sonrió para si, le encantaba ese toque salvaje, no io iba a negar, se relamió con impaciencia, aunque pronto dió un fuerte gemido que no pudo resguardar. Se hizo algo ecoso por el silencio que había en el museo, pero de poco le importaba ahora eso.
Yendra disfrutaba del momento, se mordía el labio mientras disfrutaba de la embestidas, arqueó la espalda notablemente, se notaba sus habilidades circenses y de contorsión, se acarició sus pechos y buscó la mano libre del cazador para guiarla por el resto de su cuerpo mientras la notaba dentro, el sonido del choque los cuerpos, la humedad de las zonas intimas, y el sonido de los gemidos que ahora se hacían más altos por segundos. De manera incontrolable, de manera morbosa.
Yendra Isley- Cambiante Clase Media
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Re: Entre cuadros, esculturas y antigüedades +18 [Priv. Yendra]
Tal y como esperaba, la mujer se vió sorprendida al principio, soltando un gemido que me robó una sonrisa ladina. Sin duda, lo había conseguido. Poco me importaba que hubiera gente en el museo, poco me importaba si nos veían y se escandalizaban, si era así, solo aumentaría el morbo, el placer, el clímax.
Yendra arqueó la espalda ante mis embestidas, que de momento eran suaves y no demasiado rápidas, siempre para excitarla más, pero dejándola al borde, pues aún no era el momento. Me cogió la mano y la guió por todo su cuerpo, y yo dejé que lo hiciera, que me sintiera por completo.
Y entonces, la cosa mejoró.
Aquella mano que me cogió volví a deslizarla hasta su trasero, para azotarlo con fuerza, a lo cual una marca roja empezó a formarse allá donde había estado mi mano, volví a hacerlo, una y otra, hasta tres veces más. Aumentando a la par las embestidas, lo suficiente para excitar más a Yendra, sin llegar a hacerla daño.
-Quiero que te corras para mi, Yendra, que recuerdes este día. Quiero que recuerdes el fuego.-Dije casi en un gruñido, aumentando el morbo aún más si se podía. Estiré un poco más de su pelo, para echar su cabeza hacia atrás, para así poder inclinarme y deslizar mi lengua desde su cuello hasta su oreja, despacio.-Vamos, Yendra, grita mi nombre hasta olvidar el tuyo.-Volví a mi posición anterior, destensando un poco su pelo, y continjé embistiendo con fuerza varias veces, sin miramiento, sin cuartel. Eramos ella y yo, el día y la noche. Juntándonos en un eclipse. Y todo iba a arder.
Había despertado a la bestia. Había despertado al dragón.
Yendra arqueó la espalda ante mis embestidas, que de momento eran suaves y no demasiado rápidas, siempre para excitarla más, pero dejándola al borde, pues aún no era el momento. Me cogió la mano y la guió por todo su cuerpo, y yo dejé que lo hiciera, que me sintiera por completo.
Y entonces, la cosa mejoró.
Aquella mano que me cogió volví a deslizarla hasta su trasero, para azotarlo con fuerza, a lo cual una marca roja empezó a formarse allá donde había estado mi mano, volví a hacerlo, una y otra, hasta tres veces más. Aumentando a la par las embestidas, lo suficiente para excitar más a Yendra, sin llegar a hacerla daño.
-Quiero que te corras para mi, Yendra, que recuerdes este día. Quiero que recuerdes el fuego.-Dije casi en un gruñido, aumentando el morbo aún más si se podía. Estiré un poco más de su pelo, para echar su cabeza hacia atrás, para así poder inclinarme y deslizar mi lengua desde su cuello hasta su oreja, despacio.-Vamos, Yendra, grita mi nombre hasta olvidar el tuyo.-Volví a mi posición anterior, destensando un poco su pelo, y continjé embistiendo con fuerza varias veces, sin miramiento, sin cuartel. Eramos ella y yo, el día y la noche. Juntándonos en un eclipse. Y todo iba a arder.
Había despertado a la bestia. Había despertado al dragón.
Tyler Chandler- Cazador Clase Alta
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Re: Entre cuadros, esculturas y antigüedades +18 [Priv. Yendra]
Notaba como las lentas embestidas de Ryuu entraban en ella, mientras suspiraba notoriamente, se ve que había conseguido su objetivo, que era despertar al dragón que hacía honor a su nombre. Ella gemía primero muy levemente de placer, pues aun el balanceó era lento, tan lento como placentero, pero ahí no se iba a cabar la cosa, puestó el placer para Yendra aumentó de manera considerable, casí con la velocidad en la que se espande una llama sobre hojas secas, cuando notó el golpe rapido, sonoro del azote que le había propinado el cazador, solo dejó escapar un gemido morboso ante ello, le había encantado esa acción, y más placer sentía la cambiante cuando el movimiento fue repetido varias veces, pudo notar como esa acción se había hecho ardiente para ella, pues provocó que se humedeciera más sus intimidad si cabía ser eso posible, mordió su labio ahogando un gemido mientras debido al tirón de su pelo se vió obligada a arquease más si cabia y notar la lujuriosa lengua del cazador.
Ella sentía como se le erizaba hasta el pelo de la nuca, le miró de reojo mientras gemia debido a las embestidas. -Lo recordaré..- Consiguió decir entre gemidos, sin duda acabaría gritando su nombre, sobre todo cuando las embestidas se hicieron más fuertes a la par que más sonoras, el oir el eco en los vacios pasillos del museo aumentaba más la lujuria que los arrastraba, la cambiante no podía evitar subir el volumen de los gemidos, mientras echaba la mano hacía atrás arañando la pierna del cazador, solo por el puró morbo, si, estaba apunto de alcanzar el momento más algido, los ojos de la cambiante se volvían en blanco por el placer que sentía en ese momento, y sin duda Ryuu notaría ese momento justo, por los gemidos de la cambiante.
Ella sentía como se le erizaba hasta el pelo de la nuca, le miró de reojo mientras gemia debido a las embestidas. -Lo recordaré..- Consiguió decir entre gemidos, sin duda acabaría gritando su nombre, sobre todo cuando las embestidas se hicieron más fuertes a la par que más sonoras, el oir el eco en los vacios pasillos del museo aumentaba más la lujuria que los arrastraba, la cambiante no podía evitar subir el volumen de los gemidos, mientras echaba la mano hacía atrás arañando la pierna del cazador, solo por el puró morbo, si, estaba apunto de alcanzar el momento más algido, los ojos de la cambiante se volvían en blanco por el placer que sentía en ese momento, y sin duda Ryuu notaría ese momento justo, por los gemidos de la cambiante.
Yendra Isley- Cambiante Clase Media
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