Entre cuadros, esculturas y antigüedades +18 [Priv. Yendra]

por **Tyler Chandler** Lun Sep 18, 2017 1:57 pm

Recuerdo del primer mensaje :

Lunes, 10:30 de la mañana
Museo del Louvre, París, Francia

Después de un duro fin de semana de caza junto a Anshy, nadie más nos había contratado para la recién empezada semana, al menos de momento, por lo que Anshy, pese a mi negativa inicial, me recomendó que saliera a despejarme y relajarme, que ella se encargaría de la tienda en mi ausencia. Y, a mi pesar, tuve que dejarla sola...
En el fondo sabía que ella ya era una mujer, y estaba totalmente lista como para estar sola sin necesidad de que la defendiera y que, tarde o temprano, conocería a alguien y viviría su propia vida. Pero no me gustaba aceptarlo, ni siquiera pensar en ello.

Sacudí la cabeza, volviendo de nuevo al mundo real. Me encontraba frente a las puertas del famoso Museo del Louvre, un lugar que albergaba tanta historia y tanto arte como ningún otro museo.

Aquél día, como siempre, había decidido ponerme ropa negra,pero se trataba de un traje algo más elegante que, de hecho, nunca me había puesto, ya que normalmente solía llevar la ropa que utilizaba para cazar. Pero aquello que llevaba aquél día era más vistoso, lo que me facilitaba caminar entre la gente sin llamar la atención, al fin y al cabo, los parisinos acostumbraban a llevar cosas parecidas.

Finalmente entré al museo por primera vez desde que vivía en Paris, no pude evitar sorprenderme al ver una entrada tan grande y acogedora, respiré hondo y caminé lentamente por aquel lugar, mirando cada obra, cada cuadro, cada escultura. Todas, o casi todas, las conocía por las lecciones que me había dado mi madre sobre historia, además de lo que aprendí en la escuela en America.
Sin embargo, los cuadros y esculturas no eran lo que más me llamaba la atención de aquél lugar: Había oído que allí tenían antigüedades de lo más exóticas, únicas, y había ido precísamente para verlas y comprobar yo mismo si era cierto lo que decían.

Caminé por los pasillos, siguiendo los carteles que supuestamente me llevarían a aquella zona, de vez en cuando me paraba para analizar algún cuadro, pero con menos interés.
Finalmente llegué a la zona de antigüedades, aquél sitio estaba un poco menos transitado, lo que me dio algo de pena, puesto que eran reliquias igualmente de importantes, incluso más.
Seguí una ruta imaginaria, observando con detenimiento cada antigüedad, pensando por cuánto podría venderlas en la tienda, sin embargo era algo imposible, esos tesoros no podían moverse de allí a no ser que tuvieras mucho dinero o mucha influencia, cosas que yo no tenía.

Interrumpiendo aquella ruta, vi algo más lejos a una mujer observando una de las reliquias, parecía estar interesada, analizándola... Y era la única persona que me había cruzado desde que había entrado en aquella zona, a parte de los encargados de limpieza.
Me acerqué lentamente, hasta situarme a su lado, y observé la antigüedad que ella estaba mirando.

-Afrodita de Milo, es de las estatuas más representativas del período helenístico de la escultura griega, es curioso que esté aquí y no junto a las demás esculturas... Fue encontrada en Milo, de ahí su nombre, y un campesino afortunado la desenterró y la vendió... Tiene que haberse hecho de oro, desde luego.-Era un hombre de pocas palabras, pero las antigüedades me podían, símplemente eso. Miré a la chica e incliné la cabeza ligeramente.

-Disculpa, te habré interrumpido...

por **Tyler Chandler** Lun Nov 13, 2017 10:09 am

Los gemidos de Yendra eran música para mis oídos, un canto angelical que no venía del cielo, y no tenía intención, desde luego, de calmar mis ansias, si no de alimentarlas. No solo con eso, Yendra dijo que haría lo que la había ordenado, y claro que lo haría, de eso me encargaría.
Entonces me arañó la pierna, haciendome aspirar aire entre dientes de forma algo sonora, no por dolor, si no por la mismo que ella lo había hecho. Notaba su intimidad aún más húmeda, más caliente, y sabía que estaba lista, a punto, en lo más alto. Incluso sus gemidos se hicieron aún más sonoros.

Pero aún no iba a acabar ahí.

Paré de sopetón las embestidas, sacando mi miembro de forma brusca, la azoté de nuevo con la misma fuerza que antes y cogí a la mujer sin hacer esfuerzo, para así colocarla de nuevo bocaarriba. La miré fijamente a los ojos con una sonrisa divertida y provocadora.

-Aún no, gatita.-La besé con intensidad, acabando por morderla el labio con fuerza, sin llegar tampoco a dañarla, y lentamente fui bajando, dejando un surco de besos y mordidas por todo su cuerpo, hasta llegar a su intimidad húmeda, la cual decoré alrededor con besos y una lenta lamida hasta llegar a aquella zona húmeda que tanto me gustaba. Y entonces, comencé, como antes, a lamerla, esta vez a mayor velocidad.

por **Yendra Isley** Lun Nov 13, 2017 3:49 pm

Los gemidos eran bastante sonoros, estaba a punto, pero entonces fué cuando el cazador paró, al igual que Yendra ahogó el gemido y miró al cazador, casí se podría decir que bufó enfadadamente al dejar de sentir tan asiado placer. -¿Como te atreves?.- Dijo con ansia, no enfadada, pero si con boracidad, comida por el ansía ya que había pasado de estar apunto a desearlo con fervor, le miró jadeando, pero finalmente sonrió de medio lado divertida, le gustaba como cambiaba la cosa, le miró de arriba a abajo con sumo descaró, y se mordió el labio cuando la azotó nuevamente, mientras se veía como el trasero de la chica había enrojecido debido a los azotes ya dados durante el acto, pero no parecía molesta lo más minimo. Incluso le gustaba, pero ya habría tiempo de revelar cuan salvaje le gustaban los encuentros torridos.

Sin duda la pasión que ahora desprendía la cambiante por el cazador era muy alta, se dejo llevar cuando la puso nuevamente boca arriba, y le miró tambien a los ojos cuando estaban a la misma altura, ella se relamió. -Me gusta este juego, pero yo gritaré tu nombre así como tú suspiraras por el mio.- Aseguró con ansia la cambiante antes de volver a fundirese en ese pasional beso. Más se le quedo mirando con ansiedad como volvía a llenar de besos su cuerpo, ansiedad de más, le necesitaba para ella, cada beso, cada roce de su piel la cambiante se estremecía y la piel se le ponía de gallina. Notó como su lengua jugaba de nuevamente en su intimidad, muy calida ahora, muy humeda, peró era de esperar, ella gemía nuevamente de forma sonora, ya que tenía la zona femenina especialmente sensible y ansiosa de más placer, la cambiante se arqueaba y arañaba el suelo de puro placer. -Te deboraré...- Gimió.

por **Tyler Chandler** Lun Nov 13, 2017 4:18 pm

La reacción de Yendra al parar de golpe fue la esperada, y aquello fue un punto anotado para mi. Quería que me deseara, que se acordase de mi, de mi nombre, de mis caricias, de mi fuego. Quería que al cerrar los ojos en cualquier momento, recordase aquél momento y eso le hiciera desear más, querer buscarme. Y eso lo conseguiría de cualquier forma.

Al volver junto a sus labios, la rubia afirmó, convencida, de que yo suspiraría por ella. Pero lo que ella desconocía es que yo ya lo hacía, y no solo eso, si no que la deseaba. Con tantas ansias como se podía desear una jarra de agua fría en un desierto árido y caliente. Y es que ella era algo más: Ese oasis en medio de la arena en el que puedes descansar y perderte.

Ella era la nieve en invierno, la lluvia al final de la primavera.

Entonces, cuando bajé a su intimidad, donde me entretuve en esa cálida humedad, Yendra empezó a gemir, esta vez de forma mas sonora, sabía que ella me deseaba igual que yo a ella, lo sentía en cada gemido, en cada movimiento suyo.

-Cuento con ello, pero esta vez seré yo quien lo haga.-Dije antes de volver a lamer su intimidad, con intensidad, con ganas, mordiendo de vez en cuando alrededor de ésta. Hasta que finalmente volví a subir, depositando un mordisco en uno de los pechos de la mujer, con la suficiente fuerza como para causar algún tipo de reacción en ella. Y subí a sus labios, esos labios que me atraían como un imán. Y los besé. Y los mordí. Y los lamí. Antes de volver a introducir mi miembro dentro de ella, con fuerza, sin ningún miramiento, de forma intensa. Y la embestí, una y otra vez, y otra, y otra. Con la misma fuerza y a una velocidad lenta, sin llegar a ser aburrida, pero tampoco muy intensa.

-¿Me deseas, Yendra? Dilo, dilo, di que me deseas.-Dije rozando mis labios con los suyos, sin permitir que me besara hasta que no lo dijera, hasta que no llegase al punto álgido. Hasta que ámbos llegasemos a la cumbre. Juntos.

por **Yendra Isley** Mar Nov 14, 2017 6:29 am

Yendra jadeaba de placer, mientras notaba la juguetona lengua recorrer su humedad intimidad, desde luego Ryuu la sorprendía con esa habilidad ciertamente, no iba a negar que le encantaba, y disfrutaba sumamente de lo que ocurría, pero se notaba que la cosa estaba lejos de acabar, puesto que despues de la afirmación de Ryuu sobre deborarla que ahora cumplía de sobre manera a una excitada Yendra, que no paraba de gemir de placer. -Me encanta que me debores.- Dijo de mobosa forma, relamiendose y mordiendose el labio, disfrutó al notar como el cazador volvía de nuevo hacía arriba, dió un pequeño gemido cuando notó que le mordía uno de sus pechos. -Cuidado, algunos puntos desatan mucho.- Le dijo de manera picara, mientras ansiaba volver a sentir sus labios con los suyos, jugar con su lengua.

Disfrutó del beso, de como la mordía su labio inferior y despues le lamía, le miró casi como si estuviera embelesada, cuando la acción empezó de nuevo, la excitación volvía a sentir con ese cosquilleo de emoción, mientras el placer volvía ser latente. Y se notó notablemente, cuando Yendra al notarle dentro no pudo evitar arañar la espalda del cazador por el placer, por el morbo, se lo quería comer entero, le mordió suavemente el cuello para despues lamerlo, mientras deslizaba sus manos dibujando con los dedos la estructura del cuerpo del cazador, bajando hasta el trasero de Ryuu y dandole un juguetón azote mientras. Dejó escapar una carcajada divertida por ello aunque se ahogaba en gemidos sin poderlo evitar.

Le miró a los ojos y sonrió de medio lado. -Te deseo dragón.- Dijo ella finalmente, Ryuu no se iba a dejar besar de momento pero la cambiante no iba a estarse quieta, y si podía hacer trampas, las haría, como Ryuu no tenía los labios lo suficientemente cerca para ser besados, la cambiantes sacó la lengua buscando lamer los labios. -Sabeis que me desais tambien.- Rió juguetonamente, mientras le atrapaba con sus piernas cruzandolas alrededor de la cintura de él mientras notaba el balanceo de las embestidas placenteras.

por **Tyler Chandler** Mar Nov 14, 2017 9:43 am

Yendra me miró de una forma que hizo que algo en mi interior se alimentase, quizás aquello me enterneciese, o quizás alimentó el fuego que había entre ambos, o quizás fuesen las dos cosas a la vez. Solo podía decir que aquello me gustó, mucho, puede que demasiado.
Cuando inicié las embestidas, sentí cómo me arañaba la espalda, lo que me hizo cerrar los ojos por un momento y disfrutar de aquél movimiento ajeno. Que continuó con una mordida en mi cuello y una lamida de éste, para finalizar en una nalgada que me propino la mujer entre carcajada y gemidos.

Sus palabras llegaron a mis oídos haciendo que mi mente lo celebrase, pues había conseguido mi objetivo, había conseguido hacer que aquella musa, aquella diosa, me desease. A mi. Y a nadie más. Pero no por ello iba a acabar ahí, no, pues como ella misma dijo: Yo también la deseaba, y, aunque no lo hubiera dicho, ella no se equivocaba. La deseaba, y la desearía más veces, tantas como fueran necesarias, pues nunca habría suficientes.
Me atrapó con sus piernas, balanceándose esta vez, pues el haber hecho aquello, había hecho que se levantase un poco del suelo. Continué embistiéndola, con la misma fuerza, la misma velocidad, besándola tal y como había prometido para mi mismo. Entrelazando su lengua con la mía, dejando que ambas se entretuviesen en aquél juego húmedo y travieso.

Entonces me eché hacia atrás, buscando sentarme sin soltar a Yendraz la cual había sujetado con un solo brazo, rodeándole la cintura. Formando una posición en la que, como había dicho, yo estaba sentado, y ella sobre mí, permitiéndola ser ella la que marcase el ritmo para finalizar, mientras yo la seguía con pequeños movimientos de cadera.

-Te deseo Yendra, hoy, mañana y, seguro, siempre.-Dije casi en un gruñido, para después morderla el labio inferior y bajar los besos hasta su cuello, mordiéndolo, mientras la mano libre que no la sujetaba se deslizaba hasta uno de sus pechos y se lo masajeaba. Preparándolo para, después, morderlo como anteriormente y succionarlo con fuerza, jugando con su pezón con mi lengua.

por **Yendra Isley** Mar Nov 14, 2017 11:27 am

Yendra le observaba con suma avaricia al joven cazador, lo miraba con sumo capricho mientras le besaba y gemia en su boca, tanto por placer como para excitarlo más si pudiera esperarse conseguir hacerlo. Le pareció que al cazador le gusto ser arañado, desde luego tendría unas cuantas marcas de guerra despues de esto, a ella le entusiasmaba la idea, la lujuria volvía a estar a punto de arder una vez más pero nuevamente Ryuu cambió las tornas cuando se echó hacia atrás para sentarse con la cabiante aun sobre él, notando sus intimidades arder, o para la cambiante así era. Asi de ardiente, asi de pasional, ella le arañaba, pero no como antes, no para dañarlo por el calor de la pasión, si no para rozar simplemente la espalda del cazador, de manera suave, sin dañar, la cambiante le miro sonriendo mientras los suspiros se le escapaban de los labios.

Ahora ella sobre él, marcaba el ritmo, más lento, el ritmo que empleo de primeras era lento mientras dejaba que el cazador se entretuviese en el busto de la joven, dejaba que hiciera y masajeara, lamiera y subcionara, ella le observaba gimiendo muy lentamente a corde con su ritmo, disfrutando y degustando ese momento, le agarró por los hombros y empezó a acelerar el movimiento, sintió como el extasis se volvía a hacer nuevamente latente, con ganas de venir a ella una vez más, se balanceaba sobre él a un buen ritmo, mientras se dejaba llevar por el placer y el deseo, mordiendole el lobulo de la oreja al cazador. -Vamos mi dragon.- Dijo entre los sonoros gemidos de incontrolable placer, y el continuo ritmo que mantenía y le observaba con avidez, buscando ver tambien el placer en el rostro ageno debido al movimiento que hacía ella sobre él.

por **Tyler Chandler** Mar Nov 14, 2017 4:13 pm

Yendra se movía despacio, provocándome, dejando que el placer viniera poco a poco, quizás como venganza por haber parado anteriormente, pero no me disgustaba la idea, era más placentero. Sus gemidos acompañaban a sus movimientos y el ritmo que marcaba, me encantaba escucharla. Y la idea de que solo fuera mía en aquel momento, que solo yo pudiera oírla y verla de aquella forma era... Un regalo.

Entonces me agarró de los hombros y aceleró los movimiento, sentía como su intimidad estaba caliente, cada vez más humeda. Indicando que ella, al igual que yo, estaba a punto de estallar. Sonreí cuando escuché su susurro cerca de mi oído, de forma ladina. Nuestras miradas se cruzaron, y la miré fijamente, totalmente embelesado, comiéndomela con los ojos, sintiendo como el placer se apoderaba cada vez más de mi. Me mordí el labio inferior y la besé con intensidad, ahogando un nuevo gruñido en sus labios.

-Yendra...-Pude decir rozando sus labios, antes de que mi cuerpo entero se tensara durante unos pocos segundos, haciéndome soltar un gemido grave de placer. Cerré los ojos y volví a besarla, a la par que el brazo que la rodeaba lo cerraba más, acercándola mucho más a mi.

Y entonces, ocurrió, finalmente.

Mi cuerpo se relajó totalmente, y finalmente el momento cumbre llegó, haciéndome estallar de placer, tal y como pidió la mujer, aquello duró unos segundos, en los que todavía nos movíamos al compás, yo siguiendo a Yendra, y Yendra marcando el paso. Yendra...
Nuestros labios se separaron, y volví a abrir los ojos, buscando la mirada de la rubia con una ligera sonrisa, esta vez más relajada, sin borrar el fuego en ella. No había palabras para aquello, símplemente eso: Una mirada, que lo decía todo.

Era perfecta.

por **Yendra Isley** Miér Nov 15, 2017 3:25 pm

Ella le agarraba con fuerza mientras seguía moviendose sobre él, disfrutando del momento, notando como el extasis subia mas y mas, hasta llegar al punto de casi incontrolable, no podía parar, no ahora, no lo aguantaba, no podía, gimió con fuerza y arañó un poco más los hombros de Ryuu, que se notase que había estado con una fiera, eso le daba morbo sin duda alguna, y el escucharle susurrando su nombre le dió más morbo si cabía, el se tensó, notaba como llegaba a su final mientras ella se seguía moviendo sobre él. Gimió ella con sonoridad mientras jadeó de placer, extasiada, mientras le deboraba a besos, no podía evitarlo ni tampoco quería, se pegó mucho a él, para notar su calor de forma plena, pues eso ansiaba.

El calor que emitía el cazador, era tán ardiente que ella no quería despegarse de él, ni de sus labios, el cual besaba con suma pasión, notó como él y su placer eran inmensos, sin duda, lo notaba, el aroma del cazador la embriagaba, sus finos sentidos hacían que ella lo deseara más pues todo en él ahora le parecía deseable. -Me encantas.- Dijo ella mientras le miraba fijamente, parece que su juego era más que un encuentro torrido, más que un juego, la verdad es que eso a la desconcertó durante unos segundos. Pero no era algo malo...al contrario, un encuentro torrido que había acabado en algo más, algo mucho más. Era una sorpresa para ella, pero el echo era que le encantaba, ese cazador tenía algo que había visto en pocos.

Simplemente volvió a besarle, que era lo que quería a fin y al cabo. Sonrió con un poco de picaresca. -Eres mi dragón.- dijo ella medio en un gruñido y volvió a rozar su mejilla, emitiendo esa especie de ronroneo que hacía dejando sacar su parte animal.

por **Tyler Chandler** Miér Nov 15, 2017 3:50 pm

Yendra, al igual que yo, llegó al mejor momento, al mismo tiempo que yo. Juntos, al unísono. Como una orquesta bien sincronizada, como el ciclo del día y la noche. Comparación, que por cierto, era perfecta para definirnos a ambos.
En ese momento justo, me llenó el rostro de besos, robándome una sonrisa divertida por aquel gesto, incluso pegándose más a mi, juntando al límite nuestros ardientes cuerpos.

Nuestras miradas entonces se cruzaron una vez más, y la mujer soltó una frase que hizo que un escalofrí recorriera todo mi cuerpo, como una corriente eléctrica. No tenía palabras para responderla, estaba exhausto, pero lleno de pasión. Mentiría si no dijera que Yendra también me encanta, era mútuo. Pero símplemente esas palabras no conseguían salir, estaba totalmente perdido en su mirada, en sus besos, en su cuerpo, en el tacto de su piel... Estaba perdido en ella.

Entonces volvió a besarme, y la correspondí al beso, cerrando los ojos y tratando de alargarlo lo más posible, pues sus labios empezaban a convertirse en una adicción en aquel momento. Y cuando finalmente estuvo a punto de acabarlo, le mordí el labio inferior, despacio, de forma tierna. Y volvió a causar otro nuevo escalofrío en mi interior, pero ésta vez sí que conseguí encontrar una respuesta.

-Tú eres mi tigresa. Mía, solo mía.-Dije esbozando una sonrisa cuando ronroneó cerca de mi oído, rozando mi mejilla. Rodee su cintura con ambos brazos, simulando algo parecido a un abrazo. Cerré los ojos y le mordí el lóbulo de la oreja, despacio, de forma tentadora.

-Mía...-Volví a repetir, esta vez susurrándola al oído, casi con un gruñido, como había hecho ella anteriormente. Aquél momento era especial, haciéndome olvidar el lugar en el que estábamos. Convirtiéndolo en uno propio, solos ella y yo. Juntos.

por **Yendra Isley** Jue Nov 16, 2017 6:16 am

Yendra jadeaba con cansancio, le sonreía ampliamente, mientras miraba al cazador, le acariciaba la cara con su mano suavemente, no podía evitar mirarle fijamente a los ojos, finalmente miró alrededor aun con el pulso acelerado, no sabe como nadia había venido, pero en parte mejor, si la hubieran interrumpido se habría enfadado mucho, observó el cuerpo de Ryuu, con algunas marcas de sus uñas y sonrío de medio lado. -Me haces ser un poco salvaje..- Dijo de manera coqueta, no había por que perder la compostura a pesar de estar agotada, aun notaba la quemazón de las nalgadas dadas por el cazador, algo que había encontrado de sobremanera divertido.

-Quizás haya sido los dioses griegos quienes han invitado a esta pasión.- Dijo señalando con la cabeza un cuadro de afrodita que había sido testigo de la pasión desatada hacia apenas unos segundos, pero ahora era momento de respirar hondo, recuperar el aliento y sobre todo, recuperar la ropa que había ido perdiendo poco a poco, aunque antes de vestirse se le ocurrió gastar una broma, miró al cazador sonriendo maliciosa aun divertida por su pensamiento. -¿Quieres ser un poco malo, mi dragón?.- Dijo mientras aprobechaba su desnudez para cambiar su forma a un tigre dorado. No tenía intención de dañar a nadie, pero iba a ser gracioso como los de la entrada salían corriendo despavoridamente, pero Yendra no desaprovechó el momento de restregarse contra el cazador antes de gastar esa pequeña broma, ronroneo sonora forma sonora y se dirigía a la entrada del enorme museo.

por **Tyler Chandler** Jue Nov 16, 2017 8:26 am

Solté una pequeña risa cuando la mujer me dijo aquello sobre que la hacía ser más salvaje, pensando que quizás en realidad fuera al revés, que ella había desatado mi lado salvaje con sus juegos. Pero si ella pensaba que era yo quien lo había hecho en ella, dejaría que siguiera pensándolo.
Después de decir aquello señaló un cuadro griego, diciendo que aquél encuentro podían haberlo provocado los dioses mitológicos. Observé el cuadro y negué con la cabeza.

-Los dioses no existen, ha sido una casualidad. Una buena casualidad.-Dije volviendo la mirada a la rubia, con una sonrisa divertida.
Poco a poco empezaba a recobrar el aliento y mi corazón se ralentizaba hasta volver a su ritmo normal, incluída mi respiración agitada. Todo volvía a ser como antes, poco a poco.

La mujer se levantó, quizás para recuperar su ropa, pero yo me quedé sentado, observándola desde ahí, como si fuera una obra más del museo. Una obra aun más hermosa que las que había. Una obra cincelada por las mejores manos que podía haber en la ciudad y en cualquier país cercano. Cuando decía que era perfecta, es que lo era, sin ninguna exageración.

Y entonces, sin esperármelo, me sacó de mi embelesamiento.

Yendra me preguntó una cosa antes de que su cuerpo desnudo se metamorfosease en un enorme tigre dorado, algo que, como ya dije, me pilló de sorpresa. Sin embargo permanecí en mi sitio, pues incluso aquél felino era precioso. Se acercó a mi y se restregó conmigo, ronroneando en el proceso, y no pude evitar asentir con la cabeza, lentamente, como si estuviera satisfecho con aquél nuevo cambio.

-Desde luego, inesperado... Una cambiante.-Casi aquél comentario fue para mi mismo, mientras me levantaba y me vestía, observando a la vez cómo la tigresa se dirigía a la puerta principal. Y entonces supe sus intenciones: Quería asustar a todo el mundo.
Terminé de vestirme y recogí la ropa de la cambiante, para después dirigirme al mismo lugar por el que había ido Yendra. No tardé en escuchar voces a lo largo del pasillo, y entonces un cúmulo de gente comenzó a salir a tropel por la puerta, asustados por el animal.

-Si supiérais la fiera que es realmente, usaríais hasta las ventanas.

Una sonrisa divertida asomó en mi rostro, sin quererlo, recordando el glorioso momento en aquella apartada sala de reliquias.
Continué caminando hasta llegar a la tigresa, y entonces me coloqué a su lado, una vez el museo había sido desalojado.

-¿Sabes? Quizás me lleve tu ropa y así te obligue a ir a mi tienda a recuperarla... No es mala idea.-Dije con un ligero tono provocador, mirando de reojo al tigre, para después acariciarle la cabeza con suavidad, hundiendo la mano libre en el suave pelaje del felino.

por **Yendra Isley** Jue Nov 16, 2017 9:41 am

A la cambiante le sorprendió el comentarío que hizo sobre que los dioses no existen, le sorprendía que alguien como él dijera eso, sobre todo siendo un cazador, y sobre todo siendo como decía apreciar el arte, ella le observó y le sonrió ampliamente. El echo de las casualidades tambien se daban, pero la cambiante principalmente se dejaba llevar por sus instintos, siempre había funcionado así. Y no se arrepentía de nada de lo ocurrido, pero cuando se transformó en tigre.

Le observó con avidez cuando vió que el joven cazador hablaba para si mismo, sobre si era una cambiante, desde luego pareció sorprenderle, ella se inflo de orgullo ante eso y se sacudió bruscamente mostrando su musculatura de felino enorme. Avanzó a ligero paso hacia el vestibulo, había cola para entrar y la de las entradas y seguridad estaban ahí, no los habían pillado por los pelos ciertamente, eso hacía que el juego subiera su excitación y un cosquilleo la llegase al estomago por la emoción de haber podido ser pillados al final. La tigresa, se dejo ver dando primero un gruñido y luego un rugido que despertó el grito de todos, que empezaron a salir corriendo despavoridos, ante la diversión de la cambiante, mientras escuchó como el cazador se colocaba a su lado. Ella le miró antes de mirar a todos huir aterrados por la visión del dorado tigre.

Yendra giró su oreja para escuchar a Ryuu y despues agachar las orejas y mirarle repentinamente cuando comentó que la iba a dejar sin ropa, gruño y saltó sobre él con cuidado aplastando el morro contra el buscando su ropa, para quitarsela y esconderse tras el mostrador, y salir ya vestida y con forma humana aprovechando que no había nadie más. - Robarme para ir a tu tienda, oh mi dragón, no te vas a librar de mí, claro que voy a ir...- Dijo ella sonriendo de medio lado.

por **Tyler Chandler** Jue Nov 16, 2017 10:19 am

La tigresa, al escuchar mis palabras, me gruñó y saltó sobre mí, obligándome a hacer fuerza para no caer. Pero, a mi pesar, su intención no era tirarme, si no buscar su ropa y quitármela con sus mismas fauces. La dejé hacer, sin oponer resistencia. Finalmente, cuando ya la tenía entre sus dientes, se dió la vuelta para ocultarse y volver momentos después en forma humana y complétamente vestida.

Le devolví la sonrisa cuando dijo aquello, y entrecerré los ojos a la vez, imaginando a Aneu cómo se pondría cuando me viera metiendo a una mujer en la tienda. Y no precísamente para enseñarla el género de la tienda. Tendría que hacerlo a escondidas y procurar que no se enterase, por si acaso.
Entonces, abrí los ojos totalmente, recordando que tenía que volver a la tienda, pues era mi turno de estar allí, solté una maldición y se me escapó una pequeña risa. Definitívamente Aneu me mataría.

-Tienes las puertas abiertas siempre que quieras, Lady Isley.-Me acerqué a ella, lentamente, de forma provocadora, y me quedé a casi medio palmo de su rostro. Notando su respiración muy cerca de mi rostro.-Ahora debo marchar, el deber me llama... Tigresa.-Acerqué mi rostro un poco más al suyo, haciendo rozar nuestros labios, y deposité en ellos un pequeño beso, tan tentador que la dejaría con ganas de más, y esa era la intención: Hacerla volver a mi.
Retrocedí un par de pasos e hice una pequeña reverencia a modo de despedida, dedicándola una última sonrisa encantadora con un pequeño guiño de ojo incluído, para después darme la vuelta y dirigirme a la salida.

Aquella visita había traído más conocimientos de los que esperaba.

Fin del acto.

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