La vi parada ahí | LIBRE |

por **Devlin Adams** Lun Oct 09, 2017 11:48 pm

Temía que las extrañas ideas que residían en su mente tomaran propósito, el recinto suyo de su memoria designaba la razón a como dé lugar, contaba con las facultades para extirpar de sí misma el podrido deseo que cometer una locura, pero la enajenación la cegaba… después de todo ¿Por qué debería controlar sus propios instintos? Esos impulsos de control, conjuraban el afán de estropear todo a su paso y salir de ahí – ¿Ves esos libros? – Señaló a su sirvienta, refiriéndose a esos 3 volúmenes encuadernados en piel de satín roja – ¡Cuánto le debo a esos libros! Mi corazón, mi tranquilidad y mi espíritu se adelantan a los consejos que me regalan cada noche – Se giró para alzar el rostro delgado de la muchacha que se arrodillada frente a su figura, que ordenaba las telas que se aferraban a la piel de la morena – ¿Sabes? Lo que te digo es muy fuerte… y extraño – Enarcó una de sus cejas – Responde a mi pregunta ¿Lo entiendes? – A su corta edad, aquella rubia y desaliñada señorita se confundía por cada comentario que hacía Devlin – Claro que no lo entiendes, no logran comprender nada ¿Cierto? – La observó, inspirada en derramar malicia sobre la inocente, pero no era ella. Mordió el grosor de su propio labio inferior, presionó éste casi sumergiendo sus dientes en la carnosa piel para luego negar con la cabeza, corresponder a la mirada de su sirviente y divisar en los baches claros que la veían, el propio reflejo de su anatomía. Así no era.

Ensimismada he ignorando la incomodidad de aquella oprimida, reconoció tanto como lo negaba que deseaba cambiar papeles al menos por esa noche, su cabeza daba vueltas, la ilusoria imagen de verse con ropas desteñidas, agotada y rodeada de miserables, inició con la insaciable sed de llevarlo a cabo – Quítate la ropa y lárgate de aquí – Proporcionaba maldad a todo que la rodease, de día y de noche la honraban, sus compañeras la envidiaban y la superioridad ya no la adoraba.

“Encantadora mujer, como te veo devorada por la pasión de divagar en pasillos de oro, de ninguna manera correrías peligro, no hay juego en tu vida y mucho menos consecuencias. Observarte y ve como los menos virtuosos intentan salir de los infortunios abrumados por el montón de presentes que representa ser un alma corrompida. Permanece dónde estás, tan segura, con buenos principios con tanta estabilidad. Tan bonita de cara y un poco malvada, la depravación absorberá tu corazón” Con mayor ahínco ladeó su cabeza de lado a lado borrando los párrafos de aquellas páginas.

Se plantó, luego de caminar horas por las calles vestida en harapos y siendo completamente ignorada. La veían ingenua, con un candor que irradiaba franqueza, presagiaba el caer en muchas trampas; joven, con una fisonomía dulce, absolutamente diferente a aquella que había sido momentos atrás. Ahora escondía la astucia, la coquetería, adquiriendo pudor, decencia y timidez.

Circo gitano – Discu… – La pasaron a llevar, apagando toda idea de seguir allí – Hey, ¡Le estoy hablando! – Refunfuñó observado como la única respuesta que tuvo a su exigencia fue un gargajo al suelo muy cerca de sus zapatos. Era imposible rendirse tan rápido, ya habiéndose atrevido a abandonar su hogar.

por **Eustache Isabey** Dom Oct 15, 2017 11:38 am

Eustache ese día iba a ir a un circo gitano, y no por otra cosa que cazar a un cambiante que estaba residiendo allí y molestando a la gente (Incluso había matado a unos borrachos para quedarse con su dinero), llevaba todo lo necesario para cazarlo, en su americana de hombre de clase lata escondía varias armas, un cuchillo de plata con empuñadura de acerco para no quemarse, agua bendita y una estaca escondida en su cinturón. Eustache había partido en su caballo hasta allí, iba a gran velocidad al circo y cuando por fin vio este bajo del caballo y este huyó de allí, como Eustache le había enseñado a hacer, pues ese caballo había sido domesticado por este para volver solo a casa.

Eustache se puso a buscar por el circo a un hombre que tuviera la descripción que le habían dado y por fin lo encontró, Eustache se escondió a ver que hacía y pudo ver que el cambiante le escupía un gargajo a una joven. Eustache se acercó al cambiante y delante de todo el mundo le pegó un puñetazo en la nariz haciendo que le saliera sangre de está, necesitaría que su cuchillo fuera lo suficiente fuerte para decapitar al cambiante. Eustache agarró del pelo al cambiante mientras este con una navaja le hizo un corte en el estómago a Eustache haciendo así que le terminará soltando al cambiante que huyó corriendo. Eustache se miró la herida mientras se regeneraba y soltó un pequeño gemido por el dolor, posteriormente salió corriendo detrás del cambiante, y este iba en dirección al bosque, por lo que Eustache podría matarlo más tranquilo.

Eustache llegó al bosque y el cambiante le miró con odio una última vez antes de convertirse en un puma, rápidamente Eustache se convirtió en un gran lobo y se lanzó contra este mordiéndole y arrayándole. Era complicado luchar contra un cambiante, y más si le habían dado información equivocada sobre este, Eustache pensaba que era un cambiante canino, y era un cambiante felino, y eso complicaba un poco más las cosas, pues eran más agiles.

Eustache terminó por convertirse en humano y se lanzó contra el cambiante con su cuchillo degollándolo y haciendo que este se convirtiera en humano y posteriormente Eustache con su cuchillo terminó cortándole la cabeza al cambiante. Eustache se sentó en el suelo y entonces escucho la presencia de alguien cerca de allí, rápidamente Eustache se levantó y se puso la parte de abajo, la ropa interior y el pantalón, pues al transformarse se había quedado desnudo y la americana había quedado un poco rota, por suerte había podido coger el cuchillo y terminar matando al cambiante.

—¿Quién anda ahí?— Preguntó Eustache mientras se aferraba a su cuchillo por si alguien le venía a atacar.

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