Trueques // Privado - Wenkyel

por **Aneu Chadwick** Jue Oct 12, 2017 4:51 am

Se había dirigido al puerto en busca de un carguero que traía un encargo especial para ella. Algunos de los metales que usaba para la alquimia no se podían encontrar en el país y llegaban a Francia desde Gran Bretaña a través de barco mercante. Aquella noche era la entrega acordada y Aneu era de aquellas personas que odiaban llegar tarde, pero que aún así casi nunca llegan a la hora porque siempre ocurría una cosa u otra que demoraba su partida y terminaba corriendo para llegar a cualquier parte. Aún así, sólo se demoró unos escasos minutos en aquella ocasión y, por suerte, el mercader tuvo problemas al atracar su barcaza y para cuando la cazadora apareció en el punto de encuentro, aún no había nadie allí esperando. Sonrió, sintiéndose aliviada. Aprovechó el tiempo hasta la llegada del hombre para revisar el mecanismo de su reloj de bolsillo que se había ensuciado al ponerse a trabajar con minerales molidos aquella misma tarde. Estaba aún fijando uno de los muelles en su lugar, iluminando todas las piezas bajo la luz de una farola de aceite cuando vio llegar a su vendedor. -Antoine, llevo mucho esperándote.- El hombre enarcó una de sus cejas, incrédulo, pero no le respondió mal a pesar de que hubiese podido. -Tuve problemas con la entrada a puerto, pero aquí traigo lo tuyo.- Le tendió un saco con varios pedazos de metal sin pulir. La chica los estudió bajo la titilante luz, sonriendo al comprobar que todo estaba correcto. -Aquí tienes tus cuatro francos.- El hombre negó con una sonora carcajada. -El precio ha subido, preciosa, ahora son seis.- Aneu arrugó la nariz, sorprendida y disgustada al mismo tiempo por la actitud del comerciante. Pero necesitaba aquellas piezas para constriur una ballesta especial para su hermano. Resopló, volviendo a meter la mano en su bolsillo para darle los dos francos extras a aquel timador. Tendría que buscarse a otro que le trajera las cosas. -Aquí tienes, ahora lárgate, antes de que decida patearte el trasero.- El hombre rió de nuevo, contento con el dinero y se marchó tranquilamente de regreso a su barco. Una vez se quedó a solas, terminó de arreglar el mecanismo que había dejado a medio montar de nuevo y finalmente recogió el saco de arpillera para partir.

De camino a la salida del puerto, vio una luz que oscilaba entre unas grandes cajas de carguero y sintió curiosidad. ¿Quién estaría allí a aquellas horas? No eran piratas ni comerciantes, aquellos siempre eran muy ruidosos, además parecía estar escondiéndose o al menos no gustaba de llamar la atención con lo silencioso que estaba siendo. Se aproximó con cautela, despacio, midiendo cada paso que daba y el peso que dejaba caer en la punta de la bota. Se quedó unos segundos en silencio, ni siquiera respiró, pegada a la esquina de una de aquellas cajas de madera, escuchando. Realmente era muy meticuloso fuera quien fuera, pero algo de ruido se podía percibir desde tan cerca. Finalmente reunió el valor, o más bien perdió la cordura ante la idea de algo emocionante ocurriendo en una noche que pretendía ser tranquila, y de un salto se colocó detrás de la persona que allí se encontraba. Descubrir una larga melena color calabaza le sorprendió y la dejó con la boca abierta, desconcertada. ¿Quién era aquella mujer y qué hacía allí? Estaba a punto de descubrirlo, porque el golpe que habían dado los talones de su calzado al caer, de silencioso no habían tenido nada.

por **Wenkyel Enhydra** Vie Oct 13, 2017 3:59 pm

El olor a polvora la envolvía, un olor que le gustaba bastante a la bruja, que se acariciaba un mechon de pelo, mientras tenía puestas sus particulares gafas que usaba para protegerse los ojos, al igual que llevaba puesto su sombrero de copa, miraba fijamente la montonera de polvora y se puso en pie, mientras sacaba unos apuntes de su puño y letra, murmuraba un conjuro mientras extendía el brazo, consiguiendo que de la polvora brotara un señor fogonazo, que cancelo fugazmente cerrando el puño para finalizar el hechizo, sonrió satisfecha, ni siquiera dió la importancia de hasta que distencia se había podido ver aquel destello breve de luz debido al fogonazo, despues se agachó para guardar la polvora, mientras sonreía de manera algo maliciosa, tenía grandes y divertidos planes para su polvora. -Lo que falta aquí es una chispa de emociones.- Dijo para sí misma de manera jocosa.

Apuntaba los hechizos de piromante que había conseguido, aun no terminaba de controlarlo del todo, pero tambien le gustaba la sensación de caos y descontrol, lo cual era una especie de circulo vicioso en el que la bruja se veía de manera constante envuelta en ello. Más empezó a conjurar para crear pequeñas llamitas, solo fuera por el gusto de ver la pequeña bola de fuego arder, mientras miraba alguno de los puestos que había en el puerto, mientras ladeaba la cabeza sonriendo mientras meditaba si lanzar un hechizo que sembrase un poco el caos y las llamas bailasen, de hecho masculló un conjuro que hacía que las llamas se convirtiesen en forma en una especie de serpiente, la bruja rió divertida llena de maliciosas ideas, pero eso desapareció rapido, puesto que un ruido deshizo el conjuro de la serpiente de llamas tán solo en un suspiro, Wenkyel alzó una ceja, y se giró lentamente mientras empujaba su sombrero de copa hacía arriba para ver bien a traves de sus gafas. -Vaya, vaya...¿que tenemos aqui?.- Dijo mirando a la joven chica que no había echo más que aparecer de la nada, la verdad es que Wenkyel le resultaba sorprendente que alguien hubiese venido a este escondrijo por casualidad. -¿Sabes lo que le paso al gato por curioso?- Dijo con aire tranquilo, casí se quedó a mitad de ser una amenaza o no, pero la verdad es que si que se preguntaba por que había venido la joven hasta ahí, más solo saco una cerilla y la mordió mientras observaba con avidez a esa chica. -¿Quien eres tú?- Dijo finalmente, con ese tono jocoso que tenía la bruja.

por **Aneu Chadwick** Sáb Oct 14, 2017 5:37 am

Le sorprendió la actitud despreocupada con la que aquella chica de cabello color casi fuego la enfrentaba. Si hubiese estado haciendo algo malo, lo más probable hubiese sido que se encarase a ella de manera más agresiva, a la defensiva y, sin embargo, únicamente hizo mención a la curiosidad del gato, lo cual Aneu ya sabía cómo terminaba. Pero aún a riesgo de terminar muerta, la curiosidad era un impulso en la cazadora que tras sus años de experiencia aún era incapaz de controlar. Eso sí, a pesar de no tener poderes sobrenaturales ni ver auras, enseguida descartó que aquella mujer fuera un vampiro o un licántropo, aunque bien podía ser una cambiante o una hechicera. La chispa de sus ojos que delataban cierta locura y su vestimenta, casi la hacía decantarse más por lo segundo o simplemente por ser una persona excéntrica, fuera cual fuera su raza. -Sé lo que le ocurrió al gato, pero también sé lo que le pasó al ratón.- Aquella fue la respuesta que le dio la humana a esa desconocida que la observaba sin moverse, ambas mantenían las distancias. Enarcó una de sus cejas ante la última pregunta y una sonrisa ladina se formó en los finos labios de la americana. -Soy una sombre en mitad de la noche, ¿acaso no eres tú lo mismo?-

No estaban en una zona frecuentada por gente, era la parte del puerto más abandonada, especialmente cuando ya no brillaba el sol. El almacén de descargas. De haber sido una pirata, lo hubiese descubierto enseguida, el olor a percebes y a ron la hubiese delatado de forma más que evidente y no era el caso, allí sólo olía a pólvora y quemado. Arrugó ligeramente la nariz cuando algo de hollín le llegó y terminó por estornudar, girando la cabeza a un lado. -Eso sí fue una sorpresa.- Comentó en un tono más relajado, divertido incluso, al volver a mirar a la mujer de cabello color calabaza. Al final, decidió que si no hacía una concesión, tendría que marchar sin saber nada de esa desconocida ni sus motivos para encontrarse allí, así que habló de nuevo tras frotarse la nariz para evitar un segundo estornudo. -Vine a hacer un trueque con el capitán del barco Soledad, ¿qué te trajo a ti aquí de noche?- Dio un paso al frente, o más bien medio, intentando acostar aquella distancia que ambas habían interpuesto desde el momento inicial de su encuentro. Tampoco quería acorralarla u obligarla a retroceder, al contrario, deseaba ver su rostro más de cerca y aquellos anteojos extraños que nunca antes había visto.

por **Wenkyel Enhydra** Sáb Oct 14, 2017 4:29 pm

La joven bruja ladeaba la cabeza mientras observaba con atención mientras sonreía de medio lado mirandole. Le hizo realmente gracia esa respuesta, sobre todo que comentase lo del ratón, ahí Wenkyel alzó una ceja ya que ese comentarío le resultó algo desafiante, pero solo se limitó a reir simplemente, aun no era momento de arder, aun no...- Qué divertido.- Comentó, aunque más para si misma. Mientras miraba a la joven, ella sí podía ver el aura, y algo más había en esa pequeña joven que se había presentado, tenía que estar más atenta, pero siempre se encegaba cuando trabajaba la polvora.

Wenkyel miraba a la chica mientras sonrió al enterarse que ella tampoco hacía muchas cosas buenas, así que vino por un trueque, eso sonaba incluso interesante, Wenkyel la sonrió ampliamente. -Trueques ¿eh? son más útiles de lo que la gente cree que es...hay mucho santurron suelto. - Comentó con desdén la bruja, mientras se acariciaba la barbilla y finalmente se quitó las gafas que usaba cuando manejaba la polvora y las colocó a modo diadema antes de colocarse nuevamente su sombrero. -¿A mi? pues...la diversión. - Dijo finalmente mientras miró hacía el puerto y luego nuevamente a la joven. -Esto esta muy tranquilo, es más divertido cuando los gritos y el panico es quien reina...¿no crees igual?- Comentó mientras se saco de la gabardina una pequeña esfera como de ceramica que sobresalia una mecha, Wenkyel se quito la cerilla de los labios y con un movimiento brusco encendió el fosforo y prendió la mecha. -Boom...el mejor sonido .- Dijo con un apice de locura mientras observó un puesto vació donde arrojarlo por el placer de verlo estallar, eso sembraría un poco de caos en el aburrido puerto.

por **Aneu Chadwick** Lun Oct 16, 2017 5:38 am

La manera en que sonreía o se reía la mujer, era extraña e hizo que Aneu sintiera un leve escalofrío recorrerle la columna vertebral. Todo en las acciones de la pelirroja era sospechoso, parecía estar… loca. Sus movimientos erráticos, el destello de sus ojos y las ropas que vestía, no hacían más que agravar aquella sensación que pulsaba en las sienes de la cazadora. Y aún y con todas esas campanas sonando en su cabeza que la alertaban de que era mejor largarse de allí y que nada iba a sacar de quedarse un solo segundo más frente a la mujer de cabellos color fuego, sus pies no se movieron ni un milímetro. Algo la mantenía allí, algo más que la curiosidad inicial. Tal vez era la actitud ajena, como si todo fuese de lo más divertido, lo que atraía la atención de Aneu.

No le pasó desapercibida aquella esfera cuya función desconocía. Brillaba ligeramente bajo la tenue luz que las alcanzaba, pero todo se volvió mucho más contrastado al prenderse la cerilla. De repente, cientos de chispas salpicaron desde el final de la cuerda y el ceño de la joven Chandler Arkensow se arrugó pensativo. Pronto las cavilaciones varias se esfumaron, la explosión delató el uso de la bola y el sonido sobrecogió a la chica, haciéndola retroceder un paso. -¿Cómo demonios hiciste eso?- Había visto cosas arder por el fuego y agujeros provocados por balas de cañón, pero jamás un estallido semejante fuera presenciado por la cazadora hasta entonces. Y un mundo de posibilidades acababa de abrirse ante sus ojos. Su mente rápidamente viajó a lo que con aquel poder era posible conseguir, a los seres sobrenaturales que serían asustados, detenidos o matados si se le daba un buen uso a ese artilugio. ¿Qué ocurriría si lo llenaran de plata? ¿Se podría hacer? Una sonrisa se dibujó en sus hasta ahora prietos labios. Ahora sabía por qué sus pies no habían cedido con anterioridad, había sido el destino el que había interpuesto en su camino a la mujer del sombrero de copa. -¿Lo has fabricado tú? ¿Estarías dispuesta a venderlo?-

por **Wenkyel Enhydra** Lun Oct 16, 2017 9:57 am

La bruja sonreía ampliamente, dió un tremendo grito de emoción cuando la explosión hizo astillas ese puesto, para despues dar una risotada tremenda al ver las llamas que tanto le gustaban, le encantaba sin duda, incluso extendió los brazos y danzó como bailando ella sola, para derrepente frenarse en seco y mirar la joven que pareció en principio retroceder debido a la explosión generada por esa bomba pequeña de ceramica creada por ella. -¿Que como hice eso? con talento e imaginación, y con pasión...- Dijo Wenkyel mientras mantenía una tremenda sonrisa de oreja a oreja como quien dice. Miraba a la joven mientras oia el eco de la gente alterada por la pequeña explosión que había causado uno de sus juguetitos.

Aunque observó como la joven lentamente cambiaba su semblante de temor por uno algo más siniestro, sin duda debido a que oscuras ideas le cernian la mente, pero ahora Wenkyel estaba algo desconcentrada, y sacaba una petaca con finos detalles y adornos, y le dió un trago al wisky que destilaba la adinerada familia Blackbird de Irlanda, para despues volver a guardarla mientras alzó una ceja y clavó sus negros ojos en la joven cuando escuchó la curiosa pregunta de si estaría dispuesta a venderlo, Wenkyel ladeó la cabeza ante eso. -Claro que lo he fabricado yo, es el talento de gran utilidad numero dos.- Dijo como si se tratase de una broma. -¿Venderlo? vender mi talento..soy unica fabricando estos artefactos guapa, pero...todo tiene un precio si se da con el indicado.- Guiñó un ojo a la chica mientras empeazaba a palparse la gabardina como si buscase algo.

Más mientras se ofuscaba buscando algo por los numerosos bolsillos de su gabardina cayó en la cuenta de que andaba hablando con una desconocida, así que entrecerró los ojos pensativa y como quien no quería la cosa hababa mientras con la joven. -¿Quien eres tú jovencita? este es un lugar peligroso para damiselas.- Preguntó finalmente Wenkyel mientras parecía encontrar algo que era lo que buscaba, un pequeño artilugio, un cohetillo echo de polvora, Wenkyel olisqueo la polvora y miro nuevamente hacía los puesto. -Este artilugio fue creado hace mucho tiempo en oriente...es simplemente un fuego artificial con muchos colorines que se usan en las cebrelaciones....pero apuntando al sitió indicado..puede ser más divertido, y esto está demasiado tranquilo..- Rió entre dientes mientras miraba a la gente que se había acercado a ver el puesto ardiendo y miró al puesto de al lado. -Sigue vació pero esos cotillas lo veran mejor cuando el puesto de al lado se haga astillas.- Comentó con oscuras intenciones y reía divertida de solo pensarlo.

por **Aneu Chadwick** Mar Oct 17, 2017 2:00 pm

Por las palabras de la mujer supo que el orgullo no escaseaba, su tono era jocoso y a la vez ligeramente petulante. No era desagradable, tal vez por la sonrisa que se dibujaba en sus labios o la manera en que la pelirroja movía sus manos. Parecía hacer magia con las yemas de los dedos y prender llamas con la mirada. Era atrayente, misteriosa y al mismo tiempo extraña. Cualidades que la cazadora adoraba en las reliquias de la tienda y que, por qué no, podrían ser igual de estimulantes en una persona o tal vez más, porque los objetos era difícil que te sorprendieran y por su cuenta no podían actuar.

Entrecerró la mirada, observando con suma atención cada gesto, cada soplo y sílaba que pronunciaba. Y fue gracias a esa concentración, que en Aneu a veces era escasa, que sus neuronas rápidamente saltaron al escuchar que era "el número dos", eso implicaba que había un número uno, que aquella dama conocía algo aún más increíble que lo que la americana acababa de presenciar. ¿Qué sería? ¿Se lo mostraría si lo pedía? Intentando imaginarse en los zapatos ajenos, supo que ella no lo enseñaría, que sería recelosa de su sabiduría, de sus secretos. Aún así, no dejó de mirar a la del cabello color a los ojos una vez ya no llevaba aquellos extraños anteojos. Pero le dio la respuesta adecuada. -Así es, todo tiene un precio y estoy convencida que podríamos llegar a algún tipo de acuerdo. Dijiste que te interesaban los trueques, ¿cierto?- Antes de que le respondiera, fue interrogada sobre el por qué de su presencia y su identidad, pero de un modo que a la joven no le gustó nada, como si la tratara de niña o de tonta. Entornó la mirada y tensó la musculatura de sus piernas, afianzando la sujeción al suelo, era su manera de demostrar que no tenía intención alguna de moverse. -Las damiselas no visten como lo hago yo. Tampoco intercambian objetos con piratas. Ni se aventuran a tener conversaciones con mujeres de aspecto pintoresco y mirada nublada.- No tenía pensado decirle su nombre, no tenía por qué desnudar su ser ante aquella desconocida y menos empezando a intuir de lo que era capaz. Una palabra resonó en sus oídos casi como un suave hilo musical y ladeó la cabeza, intentando rememorar si la había escuchado alguna vez con anterioridad. No hubo suerte. Sí había oído hablar de oriente y de un millar de cosas que allí se habían inventado, como la pólvora para disparar. Pero aquello que hacía la mujer era mucho más espectacular. -¿Qué es eso de los fuegos artificiales?- La curiosidad llamaba una vez más a la puerta de la cazadora y sin miedo a morir como en la fábula, ella se lanzaba a preguntar. Siempre estaba dispuesta a aceptar un no por respuesta o un silencio sepulcral, pero el que no se arriesgara no conseguiría nunca ganar.

por **Wenkyel Enhydra** Mar Oct 17, 2017 4:23 pm

Wenkyel dibujaba la más amplias de sus sonrisas, con esa chispa de locura en la mirada, mientras miraba a la joven mientras asentía levemente, si, los trueques le gustaba y siempre se había considerado una mujer de negocios, o al menos le habían sido de gran útilidad en el pasado para ganar más dinero o conseguir que viejos maestros le enseñasen trucos de la artilleria y la polvora que tanto hoy adoraba. -Siempre estoy dispuesta a negociar si es lo que te preocupa, así que soy todo oidos.- Dijo finalmente la bruja mientras se inclinaba hacía delante mirando el puesto que estaba al lado del estallado y la gente aglomerandose alrededor, pero pudo notar como la cazadora parecío molestarle como se expresó cuando la preguntó por su identidad, pero la chica solo se limitó a afirmá que no era ninguna damisela y omitió el nombre y la hechicera se percató de ello, pero solo esbozó una sonrisa.

-Los fuegos artificiales los crearon en oriente hace bastante tiempo en oriente...casi mil años creo, pero he tenido la suerte de que compartan su creación conmigo...fuego con colores muy bonitos.- Comentó Wenkyel, mientras apuntaba el cohete hacía ese puesto. -Soy buena artillera y artificiera...jeje..- Dejo escapar una maliciosa risilla, mientras la miraba, no le preocupaba quien fuese la curiosa joven, pero le gustaba esa actitud que tenía esa chica, tenía pinta de ser alguien de armas tomar. Entrecerró los ojos mientras encendía la mecha. -Que empiecen los fuegos artificiales. - El cohete se estrelló contra el puesto, sembrando unas llamas notables, Wenkyel rió y murmuró algo en una lengua que poco era conocida para muchos haciendo que las llamas se expandiesen de tremenda forma creando un tremendo alboroto en el muelle, Wenkyel se carcajeaba y se giró a mirar a la chica. -La noche no ha hecho más que empezar, la tranquilidad es bastante aburrida...pero ya avise que pasaba cuando se me tomaba el pelo. - Comentó la pelirroja mientras sacudía las manos de manera despreocupada observando como el ajetreo se había echo presente y los gritos de alarma, por suerte no había victimas mortales pero si algunos con quemaduras. Wenkyel se giró nuevamente a la chica mientras la miraba de manera avida, bien la había asustado, o alarmada o por último seguía con ese inusual entusiasmo en una humana normal, que algo le decia a la bruja que no era una simple humana.

por **Aneu Chadwick** Miér Oct 18, 2017 1:36 pm

Intentó pensar en el tipo de trueque que le pudiera interesar a aquella mujer tan extravagante y, claro estaba, loca. Porque no actuaba como una persona normal, se reía demasiado y de un modo que hacía sentir escalofríos a la americana. ¿De dónde salía una humana semejante? Había conocido pacientes de manicomio que parecían más serenos y sensatos que la pelirroja del fuego. Allí donde miraba acababan prendiendo las llamas y si bien Aneu no era de temerle a los incendios, tampoco deseaba tenerlos cerca y menos aún en la tienda, ¡aquello sí sería un verdadero desastre! Sus maravillosas reliquias, todos los tesoros recopilados durante años, las armas únicas e irreemplazables, las historias que de un plumazo se podían borrar y convertir en meras cenizas… Sintió como de pronto se le encogía el corazón, de sólo imaginarlo le dolía en el alma. Y la mejor manera de evitar algo semejante, era tener a esa desconocida de su lado. Recordó entonces las palabras que solía recitarle su madre: Ten cerca a tus amigos, pero aún más a tus enemigos. Y aunque aquella muchacha aún no se la podía clasificar como enemiga, dado su poder nunca se podía juzgar. Mejor lograr convencerla para que les ayudara, así no sólo evitarían tener que enfrentarla, sino que además sería un gran punto a su favor a la hora de cazar. Mataba dos pájaros de un tiro. -¿Qué te parecería poder conseguir materiales a buen precio? Metales raros, maderas, cuerdas… Lo que se te ocurra, todo es hablarlo- Ella no tenía acceso a pólvora que no fuera para sus propias armas, pero con el resto de cosas se podían construir éstas, armas mortíferas como la esfera que había visto antes.

Ver tan atenta a la chica a lo que hacían en otra parte acabó por llamar su atención y poniéndose de puntillas, miró por encima de una de las grandes cajas y observó el puesto arder y la gente corriendo de un lado a otro, entre gritos. Ya los había oído antes, pero no les prestó atención, pensó que chillaban por otros motivos, una pelea o a saber. Ante la mención de nueva cuenta de los fuegos artificiales, sin darse cuenta, avanzó hacia la pelirroja, aunque sin quedar excesivamente cerca. Desde ahí vería mejor el espectáculo y el estallido la sobrecogió, iluminando sus ojos verdes con el reflejo de unas grandes llamas que crecían como nunca antes había visto. Se formó una montaña de fuego y la gente parecía danzar a su alrededor. -¿Cuando se te toma el pelo?- Giró el rostro para verla a ella de nuevo con expresión interrogativa y curiosa. ¿Qué había querido decir con aquello?

por **Wenkyel Enhydra** Jue Oct 19, 2017 3:39 pm

Movía las manos como si de un concertista se tratara, ella movía los dedos balanceando las llamas con sencillo hechizo, manejaba las llamas de manera leve para que no se expandiese más de lo que ella quisiese, o mejor dicho, que se extendiese donde ella lo desease, entrecerró los ojos con concentración mientras escuchaba lo que tenía que decir aquella joven. -Materiales a buen precio, eso suena muy bien..- Comentó Wenkyel mientras sonreía de medio lado, y manejaba un ascua que persiguiese a un pobre hombre que ahí había ido a ver que era el altercado del comercio. - Me gusta lo que propones.- Dijo finalmente la bruja, se preguntaba que tenía para ofrecerla.

Dejo finalmente dejando a las llamas danzar a sus hanchas sin usar la magia para manipularla, se rió satisfechamente, había conseguido cumplir su cometido, destruir esos dos comercios. No era la primera vez que hacía envolver algo en llamas por haber quedado insatisfecha por algo, y siempre había sentido gran satisfacción al usar llamas y su magia, demasiada devoción por el fuego, sin duda alguna, Wenkyel miro a la chica entrelanzando sus dedos a su espalda. -Hay gente incauta que no sabe a quien timar, por desgracia los comerciantes tienen buen ojo para detectar a extranjeros, y pensó por alguna estupida razon que me podría tomar el pelo, creo que el mensaje a quedado claro.- Comentó con satisfación notable la hechicera, y miró alrededor, por suerte nadie se había percatado de que la bruja estaba por los muelles haciendo de las suyas. Suspiró algo más tranquila ahora y volvió a mirar hacia donde las llamas consumian el comercio. -Y bien..¿Que me propones con el trato que has ofrecido? seguro que algo te ronda la cabeza, no temas, yo no me asusto de nada...- Se quedó unos segundos en silencio y meneo la cabeza. -Bueno, de casí nada.- Dijo pensando en uno de sus temores, tragó saliva, pero no tardó en volver a centrarse en la joven.

por **Aneu Chadwick** Sáb Oct 21, 2017 6:59 am

Sonrió de manera a penas imperceptible al escuchar que a la mujer le interesaba su oferta. No tenía muy claro los materiales que pudiera necesitar, pero confiaba en sus dotes y contactos para poder conseguírselos y, así, tener una aliada más. En los años que corrían, nunca estaba de más tener gente de tu lado y más si tenían poderes extraños, exóticos, únicos. Y parecía ser el caso de la pelirroja, que claro estaba ya era una hechicera que podía controlar el fuego a voluntad. Muchos licántropos les temían a las llamas y aquellos eran sus peores enemigos, más incluso que los vampiros.

El tinte de la conversación cambió cuando la pelirroja respondió a su pregunta final, al parecer estaba saldando cuentas con gente que no había respetado un trato. Tal vez fuera una señal de advertencia, pero Aneu estaba convencida de que la bruja sería una adición perfecta para su equipo de caza, y no parecía tener los remordimientos necesarios para cohibirse a la hora de matar si era necesario. -Soy cazadora.- Inmediatamente alzó las manos en señal de rendición para que comprendiera que no pretendía darle caza a ella, precisamente. -Mi hermano y yo llevamos toda la vida en esto, acabando con licántropos, vampiros y nosferatu que atacan y asesinan por doquier. No les hacemos nada a los que viven sin hacer daño a otros.- Si bien la mujer había lanzado aquellos fuegos a las casetas, nadie había salido excesivamente herido, así que no la incluía en el grupo de asesinos. -Y creo que tus habilidades nos resultarían de grata utilidad. ¿Te parece interesante?- El considerarla un tanto loca le hacía pensar que aceptaría de inmediato, pero también podía salirle mal la jugada y encontrarse envuelta en una pelea al haber revelado su condición. O traicionada más adelante, pues tampoco parecía una persona excesivamente de fiar. Pero la joven americana era impulsiva y se dejaba llevar por el instinto, que en aquellos momentos le decía que era una oportunidad que no debía dejar escapar y se aferró a esa idea con todas sus fuerzas. Siempre habría tiempo para lamentaciones llegado el caso.

por **Wenkyel Enhydra** Dom Oct 22, 2017 8:23 am

La mirada de la bruja seguía deleitandose con la visión de las llamas, sintiendo euforia que la invadía como la sensación de mariposas en el estomago cuando estaba en presencia del fuego, pero derrepente la respiración fue como si se le cortase, esa frase "Soy cazadora" fue como si se parase el tiempo, miró de manera repentina a la chica con los ojos muy abiertos, de manera intensa, incluso amenazante, mientras echaba sus manos a la espalda. -¿Cazadora?- Dijo en un tono muy frio, muy amenazante, el comentarío que hizo a continuación le parecío sumamente curioso, Wenkyel mantuvo esa intensa mirada, como si fuera de un segundo a otro a explotar, pero lo único que explotó ahí fue una enorme sonrisa que se dibujo en el rostro de la pelirroja.

-Es un sitio curioso para un cazador, parece que eres de las más atrevidas que he visto, normalmente a los de tu gremio parece que les han metido el palo de una escoba por la retaguardia...demasiado serios. - Comentó de manera despreocupada, aunque le sorprendió mucho lo que le ofrecía la joven cazadora. ¿Qué clase de intenciones tenía ella para decir que sus habilidades eran útiles? no es que Wenkyel se quejase ni mucho menos, se sentía incluso muy alagada, pero no sabía que motivo podía tener un cazador para alagarla, lo normal es que la hubiese señalado gritando "bruja, bruja" aunque ahora que lo pensaba eso era más propio de un inquisidor, Wenkyel mantenía la sonrisa observandole. -Me ves útil...eso de tí me da que pensar algunas cosas, como por ejemplo...¿que clase de cazador está deacuerdo a que tire uno de mis inventos en una casa abandonada, que este exploté y haga salir a vampiros o licantropos de su escondite?...¿No es un poco radical? jijiji.- La bruja hizo realmente la pregunta a modo de mostrar sus intenciones, o mejor dicho, de dar a entender lo que sería capaz de hacer.

Al parecer para Wenkyel todo se había vuelto sumamente interesante, la verdad nunca había hablado con un cazador ahora que lo pensaba, y tambien sentia curiosidad por ver como un cazador comprendía las cosas, simplemente a Wenkyel a pesar de esa locura incandescente que tenía en su interior era sumamente curiosa y anhelaba el saber realmente. Ladeó la cabeza mientras observaba a la chica. -¿En que habías pensado?. - Preguntó mirandola con curiosidad, bueno, tambien cayó a cuenta de una cosa, si esa joven cazadora realmente quería hacer negocios y tratos con la bruja había que hacer las cosas bien, Wenkyel retrocedió un par de pasos y se quitó su sombrero de copa haciendo una reverencia. -Soy Lady Wenkybell Blackbird.- Se presentó finalmente sin borrar su sonrisa de la boca, movió con gracia su sombrero antes de volver a ponerselo en la cabeza. -Mis amigos me llaman Wenky o Wenkyel, o lo haría si los tuviera. - Dijo con un notable tono jocoso, no era algo que la preocupase realmente, miró a la chica con expectación.

por **Aneu Chadwick** Mar Oct 24, 2017 8:19 am

Notó el cambio de actitud en la mujer, el revelar su identidad como cazadora la había puesto alerta, suscitando un millar de preguntas en su cabeza y de sospechas, seguramente. Sin embargo, la americana no se amedrentó, ya le había confesado que no tenía nada que temer con ella, que no se dedicaba a acechar hechiceros, eso lo primero, a no ser que fueran asesinos despiadados, claro estaba.

Y a pesar del momento de tensión transcurrido, la risa de la bruja cortó el silencio que por unos instantes se produjo tras aquella pregunta en la que, el mutismo de la cazadora había otorgado una confirmación sin palabras. Realmente estaba chiflada, no tenía ya duda alguna al respecto y aún así la idea de invitarla a unirse a su hermano y el resto en el grupo de caza no dejó de parecerle correcta, adecuada. Ladeó la cabeza, mostrando curiosidad ante la manera de expresarse que tenía la pelirroja. -Un cazador que está dispuesto a muchas cosas con tal de proteger a inocentes de bestias inmundas.- No consideraba a todos los vampiros o licántropos como monstruos, los había conocido que eran trabajadores, estudiosos, altruistas, o que simplemente iban a su aire, sin molestar a nadie. -Y viendo que a ti no te importaría hacer lo mismo, aunque los motivos sean distintos, me gustaría invitarte a unirte a mi hermano, a unos pocos y a mí en pro de esa finalidad. ¿Te apetecen unos fuegos artificiales con olor a lican chamuscado?- Sonrió levemente, curvando las comisuras de sus labios hacia arriba al tiempo en que asomaba una fina hilera de dientes blanquecinos entre el hueco que conformaron sus belfos. Esperaba que aceptara, que aunque sólo fuera por la satisfacción de verlo todo prender en aquellas llamas que tanto parecían gustarle a la hechicera, accediera a compartir su don con ellos.

-Aunque antes de decir que sí, deberías saber que entre nuestras filas no sólo hay cazadores humanos, también hay vampiros, licántropos... No todos son la misma calaña.- No quería que luego hubiera sorpresas, así que lo aclaró desde el principio.

por **Wenkyel Enhydra** Miér Oct 25, 2017 4:36 pm

Wenkyel observaba con avidez a la joven cazadora, le sorprendió sin duda mucho la actitud de ella, y más con una hechicera como Wenkyel, sín duda no era igual que los demas, o quizás fuese una trampa, pero que es la vida sin un poco de emoción, podría jugarsela y ver por donde salía realmente la cazadora o lo que ocurría aquí es que había conocido a alguien brutalmente sincera, aunque mentiría si dijese que eso no le gustaba a la pelirroja, sonrió ampliamente mientras escuchaba las palabras de la joven alzaba una ceja, sín duda no se andaba con muchos rodeos, así que pensaba usar las habilidades de Wenkyel para el bien contra las más oscuras y terribles criatura, sín duda nunca lo había pensado usarlo con ese fin en concreto. -Suena interesante.- Musitó más bien para si misma, pero la siguiente propuesta casí le hace relamerse de la ansiedad. -Fuegos artificiales con un perro que aulla a la luna cuando esta está bien amplia...Suena tán interesante, ¿Está muy lejos de aquí? Mi mecha esta bien preparada.- Dijo en un tono jocoso.

Esa chica le estaba cayendo mejor por segundos, quizás una amiga pudiera ser, aunque fuese solo por el interes de sus habilidades, pero un genio aprecía que valoren su arte, aunque solo sea por la belleza que resplandece en las llamas, Wenkyel mantenía la sonrisa mientras escuchaba algo más de detalle sobre las filas de ese singular gremio que le había llamado notablemente la atención. -Querida, soy una Blackbird, quizás aquí en París no sea un apellido tán conocido, pero tanto mis raices en Inglaterra, como mis raices en Irlanda disfrutamos de los mismos mitos, una familia tocada por la oscuridad...Vampiros, brujas, hombres lobos...entre otras maldiciones son los componentes que rigen nuestra sangre, es...interesante, así que no me va a preocupar estar en la misma sala que un chupasangre.- Le contó la bruja en un alarde de brutal sinceridad, Wenkyel no encontraba por que ocultar este hecho, ¿Que mas daba un sitio más que supiera del mito de los Blackbird? miró el paisaje pensativa antes de responder. -Asi que mi respuesta es afirmativa querida.

por **Aneu Chadwick** Jue Oct 26, 2017 1:40 pm

Le satisfizo que se viera tan dispuesta a participar, que le pareciera interesante su propuesta y que le divirtiera la idea de luchar contra criaturas poderosas y monstruosas que sólo hacían que degenerar. Aunque las palabras sobre sus raíces le hicieron dudar momentáneamente, tal vez alguno de aquellos seres fuera… Negó para sus adentros, no era el lugar para ponerse a pensar en aquello, no había pruebas, ni siquiera había oído hablar nunca del clan Blackbird, aunque la hechicera parecía sumamente orgullosa de portar aquel apellido. Le sonrió de nuevo con un destello de entusiasmo en la mirada y se aproximó de nuevo a ella para tenderle la mano. -Debo hablar primero con mi hermano, pero estoy convencida que le encantará saber que podemos contar contigo de ahora en adelante.- Era su manera de cerrar el trato, pues si bien Ryuu era el líder del grupo, confiaba en ella, en su instinto y en su toma de decisiones.

Cuando tuvo la conformidad por parte de la mujer, se retiró de nuevo, dando un paso atrás y le rebuscando en el bolsillo, le hizo entrega de una moneda especial, una grabada a mano por la misma Aneu y que llevaba inscrito un código que estaba convencida la bruja podría descifrar. -Si no cambias de opinión, te estaremos esperando aquí en dos noches. Media hora tras la puesta del sol.- Hizo un gesto con la cabeza para despedirse y agarró de nuevo su bolsa de arpillera. Era hora de irse, tenía materiales con los que trabajar y las armas no iban a mejorarse solas. -Espero verte pronto, Wenkyel Blackbird.- Ella no era de las que seguía protocolos y no llamaba a nadie señor o señora, ni siquiera les llamaba de usted. Sólo había una excepción y bien merecida, pero para con el resto, la cazadora era de trato cercano o, como algunos podrían considerarlo, maleducada. Y tras decir aquello, sin más demora, se marchó.

por **Wenkyel Enhydra** Dom Oct 29, 2017 10:54 am

La sonrisa seguía marcandose en el rostro de la pelirroja mientras observaba a la chica, más alzó una ceja cuando la chica mencionó que tenía un hermano, y por las palabras que siguieron a coninuación sin duda él debía ser el lider del gremio que le proponia aquella chica. -Vaya...los negocios familiares son siempre los mejores, la sangre es la sangre, y siempre tira mucho ese tipo de lazos.- Comentó la bruja con cierto orgullo en sus palabras, realmente empezó a impacientarse de que la diversión fuese a empezar, la idea de luchar contra seres poderosos le resultaba casi tán escitante que la sensación que le recorria cuando encendia la mecha de su última creación, dejo escapar una leve risa maliciosa mientras miraba a la joven cazadora.

Wenkyel miró con avidez lo que la joven sacaba del bolsillo, parecía una singular moneda, pero esa idea se disipó rapido cuando la observó mejor, y tras escuchar las palabras de la cazadora de que la esperarían en la direción inscrita al anochecer, una maliciosa sonrisa se la dibujo en el rostro. -Rara vez cambio de idea.- Comentó de forma lenta mientras mostraba su interes por la moneda, acariciando su tallado relieve con los dedos para tratar de conocer lo que la moneda ocultaba, una direción oculta que descifrar, le encantaban los rompecabezas, observó a la cazadora e hizo una elegante reverencia a modo de despedida para fijarse en su espalda mientras se marchaba, atrapó la moneda en un puño mientras murmuraba algo sin duda en latín, algún tipo de hechizo no cabía duda, la noche era para divertirse bajo su opinión y antes de marcharse ella tambien deseosa de conocer al hermano que tán intrigante le había parecido el cometido de su familia. Unos cazadores muy particulares sin duda alguna.

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Trueques // Privado - Wenkyel

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