Ingrid Ostberg. La Moira de Noruega.

Personalidad
Ingrid siempre se ha visto arrastrada hacia la voluntad de sus hermanas. Las Fortunas les dieron poderes muy diferentes y a la hija del medio le dio el más pasivo de todos, de modo que ella siempre ha sido la menos escuchada de la familia. Sus hermanas agresivas y con ansias de poder le han llevado de un sitio a otro en pos de sus ambiciones, mientras que ella estaba más dedicada a la contemplación y a explotar su propio poder. De modo que la más fuerte siempre ha sido ella, pero no la más versátil ni la más cruel.

Los deseos de las otros dos Ostberg hicieron de ella una mujer más solitaria y callada, pero no por ello menos inteligente, la mejor dotada en este campo era su hermana mayor, que contaba con una astucia genuina y una especial atracción por hacer el mal y abusar de su poder, mientras que la pequeña era la más explosiva de todas, siempre a merced de sus propios caprichos.  Ingrid siempre fue más contemplativa y serena, más dada al descubrimiento y a la curiosidad, que al propio caos al que supuestamente debían sus poderes. Ella nunca estuvo inclinada en ninguna balanza, pero sus hermanas eran lo único que tenía y alguien como ella no encajaría en el mundo exterior. Se amoldó a las costumbres de sus hermanas y usó sus poderes en favor de las Ostberg para preservar su futuro, pero a menudo se preguntaba cuándo iban a parar, porque nunca parecían tener poder suficiente, nunca tenían suficiente de nada.

Ingrid nunca fue cruel, ni sádica, pero tampoco le abrumaba la brutalidad, estaba acostumbrada a ella y la sangre y los hechizos cruentos era el dogma con el que había vivido toda su vida.

Historia
Skogull, Ingrid y Brilda. Eran las tres hermanas Östberg, las Moiras de Peltotunturo, tan célebres como temidas. Llevaban años atormentando las mismas tierras, se decía que el pantano había sido antaño un hermoso valle con un cristalino lago, pero con la llegada de las brujas los árboles se retorcieron y las aguas se contaminaron. El bosque se volvió oscuro y tétrico hasta el punto de que solo las bestias más sanguinarias soportaban vivir bajo sus sombras.

La historia de las hermanas no fue terrible desde el principio, sus padres eran hijos de generaciones enteras de chamanes, de druidas y brujos nórdicos que aumentaban sus capacidades buscando los compañeros más afines para concentrar la magia, cualquiera que fuera su origen. Peltotunturo fue una vez un lugar apacible y próspero, pesquero, con un pequeño muelle justo para amarrar los botes que servían para la pesca, las condiciones duras del norte exigían una comunidad fuerte y unida. Los brujos de su familia habían ayudado siempre a las distintas aldeas en lo que podían, como fuente de sabiduría, guía espiritual y curanderos. Pero hubo uno de la familia que se desvió del camino que descubrió otras fuentes de poder mucho más antiguas y enterradas, poderes que nunca debieron volver a la memoria. Las hermanas eran realmente pequeñas cuando todo se desató, su padre invocó fuerzas que no debería y se arrepintió pronto de haberlas encontrado. Con el objetivo de reparar el daño causado y encerrar de nuevo el mal que había convocado, tuvo que enterrar a su mujer junto a la maldición que había desatado sobre el valle.

El caos llegó a oídos del señor de esas tierras, el rey contempló los horrores y creyó las habladurías que durante años los aldeanos habían susurrado en torno a los Ostberg, el estado al que se habían reducido los parajes fue suficiente para dar crédito a aquellas palabras y, por el temor a lo desconocido, buscó al responsable y dio orden de ejecutar a todos los brujos responsables de semejante calamidad. El padre de las niñas, las ocultó intentando explicar lo ocurrido antes de que otra tragedia tiñese las tierras de sangre, pero las consecuencias de sus investigaciones fueron demasiado grandes como para obtener la misericordia y las tres chicas observaron cómo el rey acababa con “la maldición” haciendo rodar la cabeza de su padre.

Estas chicas, fueron encontradas por un pariente del rey, que acogió a las muchachas y las ocultó durante el tiempo que fue necesario. Usó sus poderes para sus propios fines y en deferencia por su ayuda, les entregó de vuelta las tierras que les correspondían, que tras la muerte de todo su clan, se había convertido en una tierra oscura de suelo rojizo, donde muy pocos se atrevían a adentrarse y donde hicieron ellas su hogar.