El juego de la cacería comienza || Privado

por **C. Aiden MacIntyre** Sáb Nov 04, 2017 8:31 pm

—Eso es una estupidez— escupo al suelo saliendo de aquella taberna, solo se han quedado el jefe y el otro tipo ese raro que solo se pasa en burdeles. No creo aquello que estoy escuchando enviarme a reconocimiento del maldito lugar ni que fuera su puta para hacerles el trabajo sucio, que manden a otro yo no me metí en ese grupo para hacerle de gata para ellos, si no para trabajar en lo que se me contrató cazar, ser un soldado nada más, nada de planeaciones, peritaje, ni nada de perímetros, solo pelear y cortar cabezas de lobos y ahora estos malditos engendros del infierno querían que haga cosas fuera de lo que me correspondía, al diablo con ellos.

Salí enfurecido directo al burdel, necesitaba descargarme con alguna mujer y luego iría tarde a mi trabajo para que dejen de joderme; lástima que no todo sale como queremos, la mujer no aguantó mucho y me tocó dejarla tirada para largarme a descargar esa adrenalina en la batalla ojala estuviera alguna cazadora buena para con ella quitarme esas ganas. Vamos al bosque, el jefe nos divide en grupos, y ahí veo a esa cazadora no se su nombre y no me interesa, pero es sexy con esas armas alzadas y su fiereza logra que se me pare, aunque también veo esas miradas en los otros que nos toca con ella ¡mierda, todos quieren metérsela! Bufo molesto siguiendo el trasero de la mujer para ver si encontramos aquella manada o si alguien sabe de ello. La mujer nos subdivide y me toca con aquel perro del raro vago y a ella se va con el otro cazador a buscar.

— Por qué coño me toca contigo cabron si yo quería con esa rubia y su boquita perfilada— escupo al suelo molesto caminando descuidadamente escuchando el aullido de los lobos de la zona, lobos y pestes de lobos.

por **Dante Jarosław** Sáb Nov 04, 2017 8:56 pm

Ebrio, completamente borracho y retozando con mujeres desnudas a su alrededor y ron, así debía haber estado aquel sujeto que justo ahora brindaba con sus camaradas en aquel bar, no estaba en momento diversión o de descanso, ahora venía la parte más dura de todas, tomar el liderazgo de la tropa a la que su anterior jefe le dejó, luego de morir en garras de una manada de lobos. ¿Qué haría ahora? Bebía observando a sus compañeros que disfrutaban de la futura cacería y adrenalina, se veía en sus rostros la fascinación por matar. Si, a los hombres les gusta matar cosas, romperlas y desgarrarlas hasta ver que dejan de moverse, y aun así siguen destrozando. Esta es profesión de machos, pero hay algunas hembras que se creen más rudas que los machos pero no duran mucho, realmente están para que los hombres de verdad liberen testosterona. No hay mujer que pueda disparar sin que le tiemble la mano. Las zorras se paseaban delante de él y de sus compañeros de escuadra con ropas provocativas y movimientos sensuales, pero nada no hacía caso a ninguna de esas mujerzuelas, solo bostezaba. Las horas iban pasando hasta que llegó el momento de la partida de la noche. Chifla al nuevo que se ha unido a las filas, solo para joderlo enviándole a hacer cosas de preparación, mientras busca a su otro colega, su mano derecha que como siempre pululaba en ausencia. Entre chiflidos, brindis, risotadas y cabreos comienza la preparación para salir. Todos listos ahora y completos parten directo a los bosques.

Una de las cazadoras del grupo divide al equipo, pero no por autoridad de ella, aquel hombre se lo ha ordenado en privado que se lleve un grupo para asegurar el perímetro desde otro punto mientras él y sus hombres de confianza irán por otro. Claro que él no va a la cabeza, es más ni siquiera va con ellos, va más atrás observando todo y a todos. Mira a su equipo dividirse. Ríe para sus adentros adelantándose porque al equipo bravo le ha tocado un par que no se llevan de maravillas. Se acerca sigiloso y los escucha apareciendo de la nada.

–Y si yo les corto los huevos a ustedes, por hablar de estupideces y no hacer lo que tienen que hacer, quien me pagara los culitos para festejar, o pondrán los suyos para que los jodan y me pagaran– les da empujones en la espalda riéndose –Déjense de perder tiempo y muevan sus culos a trabajar– atraviesa a los dos hombres separándolos y riéndose de la suerte de ellos cruzándose ante las palabras de aliento mientras se adentra a la zona boscosa con su arma apuntando y el ojo en la mira, su pequeño equipo se dispersa por la senda oscura para ganar más terreno.

El viento les trae anuncios de una pelea fuerte y difícil, una contienda donde todos saldrán perdiendo y ganando.

por **C. Aiden MacIntyre** Lun Dic 04, 2017 10:51 pm

Estaba ahí el cabrón ese del tipejo vago¡Maldito hijo de puta! Le dije en mi mente viéndolo retorcerse en su sangre con mi mano en su corazón arrancándolo de tajo cuando estuviera… –Mierda– la voz que salió desde atrás me deja heleado porque esa voz era del maldito jefe, aquel desgraciado que nos arrancó de los burdeles para morirnos de frío en aquel bosque.

–Vamos jefe aunque sea un poco, no puede negarnos ese gusto con su culito favorito. Seguro que los tres la podremos pasar bien con aquella zorra– rio comenzando el camino mirando con odio al desgraciado del vago, por ese hijo de puta nos meterán un tiro y tal como dijo el jefe en aquellas circunstancias si no nos poníamos pilas terminaríamos con la lengua fuera y morada al amanecer, aunque si por mi fuera dejaría de aquella manera a algunos comenzando por el que estaba a mi derecha –Habrá sido todo un desagrado jefe haber trabajado con usted, pero sobre todo estaré agradecido por estar en el mismo equipo que este– señalo al vago de Nikolai.

El sarcasmo y humor negro del grupo era lo mejor, mostrando con palabras lo opuesto de que se quería decir. El ambiente estaba tenso se podía respirar lo cargado de mierdas, sangre y pólvora, la batalla está por comenzar, la adrenalina corría por mis venas el solo imaginar destrozar a un lobo, desmembrarlo o cortarlo a la mitad con todas sus tripas volando. Que gran motivación.

De repente el ambiente cambian, hay más tensión de la esperada junto al sonido de una explosión cercana a donde estábamos, miro al puto vago acercándome a zancadas a él para dejarle un zape en la cabeza de bruto que tiene –Deja de soltar balas a lo pendejo, acabas de dar nuestra ubicación a los lobos puto con razón las zorras se aburren de ti porque no sabes mantener la carga– rio con sorna tomando mi arma en guardia.

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