AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Las raíces de quién eres. [Priv. Bloondy Blackbird]
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Las raíces de quién eres. [Priv. Bloondy Blackbird]
Después de incinerar al hombre que Bloondy atacó la noche anterior, cada uno se fue a descansar y a esperar a la noche siguiente. Pese a que le dejé pasar aquél error, el ambiente no andaba demasiado tranquilo, aún había una pequeña tensión que era suficiente como para mantenerme en silencio la mayor parte del tiempo, solo Hawler, el criado de la vampiresa, rompía el silencio para preguntar sí necesitábamos algo o para pedirle sangre a la mujer.
El viaje a la capital fue igual, totalmente silencioso. Un carruaje nos dejó en las periférias del casco urbano y el resto del camino lo hicimos a pie. Aprovechando además que, al ser de noche, no había demasiada gente en la calle.
Caminábamos juntos, yo estaba concentrado y buscando algún indicio de la que pudiera ser la casa de mi padre: Que no hubiera luz que atravesara las ventanas, por ejemplo. Pero nada, toda casa que había ahí estaba habitada.
-A este paso no encontraremos nada...-Mi tono indicaba claramente que empezaba a estar impaciente, y con razón, pues ya habíamos pasado varias calles y no habíamos encontrado nada. La única razón por la que no tiraba la toalla era que sabía que todo aquello era real, tenía que serlo. Si no, lo ocurrido la noche anterior, ese collar... No habrían aparecido de repente. Me metí las manos en los bolsillos y suspiré, acabando aquello en un gruñido. Necesitaba una señal, algo...
Y lo obtuve.
De repente, aquella sensación que sentí cuando tuve el collar en mis manos por primera vez, apareció una vez más. Fruncí el ceño y llevé la vista a uno de los bolsillos donde tenía las manos metidas, donde también estaba el collar. Y para mi sorpresa, pude ver que mi bolsillo emitía un brillo blanquecino, saqué el collar y lo puse frente a mi. El collar parpadeaba lentamente, pero al seguir andando, parecía aumentar la velocidad del parpadeo poco a poco. Me paré y observé cómo se mantenía el parpadeo, retrocedí y éste disminuía la velocidad, volví a avanzar y aumentó nuevamente.
Miré a la vampiresa con una ceja alzada, sin necesidad de ocultar mi sorpresa y confusión.
-Tenemos que estar cerca.-Según había podido comprobar, aquél collar debía indicar lo cerca o lo lejos que estábamos de nuestro destino. Seguí andando, acelerando el paso, y guiándome por el parpadeo del collar, el cual se hacía incluso más intenso su brillo conforme cruzaba las calles.
Entonces, llegué a una zona que parecía ser una llanura: Me había alejado de la ciudad sin darme cuenta, y había acabado en medio del campo. El collar había dejado de parpadear, pero seguía brillando, estático, con gran intensidad. Miré al frente y solo ví eso: Nada, una simple llanura.
-No puede ser aquí... ¡No hay nada!-La desesperación comenzaba a apoderarse de mi, y esta vez si que estaba a punto de darme por vencido, pero entonces, le propiné una patada a una pequeña pierna, y esta salió volando, pero a pocos metros más lejos, impactó contra la nada, contra algo invisible.
Alcé una ceja y me acerqué lentamente, guardando el collar en el bolsillo y con una mano extendida, entonces toqué algo, estaba frío, y duro. Y nada más hacer contacto con ello, empezó a revelarse ante mis ojos una pared, y después de esa pared le siguió una construcción de gran tamaño, incluso el terreno de su alrededor cambió. Retrocedí lentamente y observé la edificación: Era aquello, la casa de mi padre. Miré a la vampiresa, totalmente incrédulo, sorprendido.
-Lo hemos encontrado...
El viaje a la capital fue igual, totalmente silencioso. Un carruaje nos dejó en las periférias del casco urbano y el resto del camino lo hicimos a pie. Aprovechando además que, al ser de noche, no había demasiada gente en la calle.
Caminábamos juntos, yo estaba concentrado y buscando algún indicio de la que pudiera ser la casa de mi padre: Que no hubiera luz que atravesara las ventanas, por ejemplo. Pero nada, toda casa que había ahí estaba habitada.
-A este paso no encontraremos nada...-Mi tono indicaba claramente que empezaba a estar impaciente, y con razón, pues ya habíamos pasado varias calles y no habíamos encontrado nada. La única razón por la que no tiraba la toalla era que sabía que todo aquello era real, tenía que serlo. Si no, lo ocurrido la noche anterior, ese collar... No habrían aparecido de repente. Me metí las manos en los bolsillos y suspiré, acabando aquello en un gruñido. Necesitaba una señal, algo...
Y lo obtuve.
De repente, aquella sensación que sentí cuando tuve el collar en mis manos por primera vez, apareció una vez más. Fruncí el ceño y llevé la vista a uno de los bolsillos donde tenía las manos metidas, donde también estaba el collar. Y para mi sorpresa, pude ver que mi bolsillo emitía un brillo blanquecino, saqué el collar y lo puse frente a mi. El collar parpadeaba lentamente, pero al seguir andando, parecía aumentar la velocidad del parpadeo poco a poco. Me paré y observé cómo se mantenía el parpadeo, retrocedí y éste disminuía la velocidad, volví a avanzar y aumentó nuevamente.
Miré a la vampiresa con una ceja alzada, sin necesidad de ocultar mi sorpresa y confusión.
-Tenemos que estar cerca.-Según había podido comprobar, aquél collar debía indicar lo cerca o lo lejos que estábamos de nuestro destino. Seguí andando, acelerando el paso, y guiándome por el parpadeo del collar, el cual se hacía incluso más intenso su brillo conforme cruzaba las calles.
Entonces, llegué a una zona que parecía ser una llanura: Me había alejado de la ciudad sin darme cuenta, y había acabado en medio del campo. El collar había dejado de parpadear, pero seguía brillando, estático, con gran intensidad. Miré al frente y solo ví eso: Nada, una simple llanura.
-No puede ser aquí... ¡No hay nada!-La desesperación comenzaba a apoderarse de mi, y esta vez si que estaba a punto de darme por vencido, pero entonces, le propiné una patada a una pequeña pierna, y esta salió volando, pero a pocos metros más lejos, impactó contra la nada, contra algo invisible.
Alcé una ceja y me acerqué lentamente, guardando el collar en el bolsillo y con una mano extendida, entonces toqué algo, estaba frío, y duro. Y nada más hacer contacto con ello, empezó a revelarse ante mis ojos una pared, y después de esa pared le siguió una construcción de gran tamaño, incluso el terreno de su alrededor cambió. Retrocedí lentamente y observé la edificación: Era aquello, la casa de mi padre. Miré a la vampiresa, totalmente incrédulo, sorprendido.
-Lo hemos encontrado...
Tyler Chandler- Cazador Clase Alta
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Fecha de inscripción : 15/09/2017
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Re: Las raíces de quién eres. [Priv. Bloondy Blackbird]
La vampiresa no hablo más con el cazador. Tenía la mente perdida en sus pensamientos y con los unicos que mantenía conversaciones eran con las propias voces y con Beckett, que se mantenía con voz sosegadora al lado de Bloondy, susurrandola para que la calma se apoderase de ella, aunque ansiaba tambien la compañía de Bertram, pero Bertram estaba enfadado y solo se mantenía con ella ese vampiro de aspecto feroz pero de aura relajada, de vez en cuando la vampiresa observaba al cazador, pero no le habló, dejó beber de sobremanera a Hawler antes de marcharse, con eso tendría para atenerse bastante tiempo.
Viajó con Ryuu buscando las respuestas, la vampiresa miraba distraidamente por la ventana del carruaje, se le notaba impaciente, la vampiresa simplemente le miró y siguió su conversación con las voces...de manera casi inaudible. Mientras llegaban al sitió que parecía ser el indicado abandonando el carruaje, más la vampiresa iba notoriamente distraída, mirando a las pocas personas que allí estaban ya que la noche había caido. Más Beckett estaba inquieto...casí tanto como la vampiresa que seguía a Ryuu mientras este parecía desesperarse alejandose más y más de la ciudad. La vampiresa no respondía a sus impacientes comentarios solo le miraba y volvía a mirar hacía atrás entrecerrando los ojos.
El cazadpr rugió desesperado por no encontrar nada pateando una pidra, y menos mal que hizo eso, por que eso mismo fue lo que empezó a desvelar los secretos que allí se ocultaban, ante ellos como por arte de magia se empezo a dislumbrar el paisaje cambiado y una edificación, la vampiresa miró a Ryuu arqueando las cejas por la sorpresa, aunque volvió a girar la vista atrás con aire inquieto y enfadado, mientras dejaba a Ryuu fascinado por el descubrimiento, la vampiresa le dió la espalda a Ryuu mirando a la oscuridad, giró la cabeza, Beckett se había ido y los susurros eran casi inaudibles, Bloondy frunció el ceño y empezo a olisquear el ambiente, buscando percibir que era lo que se ocultaba en la oscuridad, mientras miraba de vez en cuando de reojo al asombrado Ryuu. La vampiresa empezó a bufar de agresiva forma mirando a la nada, como si estuviera intentando intimidar a alguien.
Viajó con Ryuu buscando las respuestas, la vampiresa miraba distraidamente por la ventana del carruaje, se le notaba impaciente, la vampiresa simplemente le miró y siguió su conversación con las voces...de manera casi inaudible. Mientras llegaban al sitió que parecía ser el indicado abandonando el carruaje, más la vampiresa iba notoriamente distraída, mirando a las pocas personas que allí estaban ya que la noche había caido. Más Beckett estaba inquieto...casí tanto como la vampiresa que seguía a Ryuu mientras este parecía desesperarse alejandose más y más de la ciudad. La vampiresa no respondía a sus impacientes comentarios solo le miraba y volvía a mirar hacía atrás entrecerrando los ojos.
El cazadpr rugió desesperado por no encontrar nada pateando una pidra, y menos mal que hizo eso, por que eso mismo fue lo que empezó a desvelar los secretos que allí se ocultaban, ante ellos como por arte de magia se empezo a dislumbrar el paisaje cambiado y una edificación, la vampiresa miró a Ryuu arqueando las cejas por la sorpresa, aunque volvió a girar la vista atrás con aire inquieto y enfadado, mientras dejaba a Ryuu fascinado por el descubrimiento, la vampiresa le dió la espalda a Ryuu mirando a la oscuridad, giró la cabeza, Beckett se había ido y los susurros eran casi inaudibles, Bloondy frunció el ceño y empezo a olisquear el ambiente, buscando percibir que era lo que se ocultaba en la oscuridad, mientras miraba de vez en cuando de reojo al asombrado Ryuu. La vampiresa empezó a bufar de agresiva forma mirando a la nada, como si estuviera intentando intimidar a alguien.
Elyon Enhydra- Vampiro Clase Alta
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Fecha de inscripción : 07/03/2017
Re: Las raíces de quién eres. [Priv. Bloondy Blackbird]
Estaba a punto de avanzar a la puerta para entrar a la mansión cuando los bufidos de Bloondy me pusieron en tensión y me hicieron girarme brúscamente, pero únicamente solo vi a la vampiresa mirar a la nada, a la oscuridad. ¿La estaba dando otro ataque de locura? Me acerqué a la mujer y me puse a su lado, y poe primera vez desde que estábamos ahí, la toqué y me dirigí a ella de una forma más preocupada, colocándola un brazo en el hombro.
-¿Estás bien? ¿Que ocurre?-La respuesta no necesitó respuesta, pues un gruñido proveniente de la oscuridad donde Bloondy miraba me obligó a girar la cabeza lentamente, viendo como emergía un licántropo de las sombras a paso lento. Mostrando sus fauces babeando, su vista estaba fijada en la vampiresa. Suspiré y me giré para encarar a la bestia, la cual me miró y pareció sonreír.
-Eres tú... El hijo del cazador...-La voz de la criatura sonó de una forma entre gutural y mezclada con gruñidos. No le respondí, pues algo me decía que ese licántropo era enviado por alguien a quien ya conocía, por lo que no necesitaba preguntarle. Moví mi chaqueta hacia atrás desde uno de los costados, dejando ver uno de mis revólveres guardado en la funda de un cinturón. El licántropo se percató de mis intenciones, y dió un paso hacia delante, decidido.-Bien... Así podré matarte yo.-Miré a Bloon y con el brazo izquierdo la hice retroceder, colocándome yo delante de ella, más decidido aún. Asentí a la vampiresa para indicarla que no se preocupara por mi, que no se preocupara por nada.
-Se que sabes defenderte, pero esta vez déjame protegerte.-Volví a mirar al licántropo, y me quedé en una posición natural, recto, llevando únicamente mi mano derecha al revólver, sin llegar a cogerlo.-Primero tendrás que acercarte a mi.-Dije tranquílamente, totalmente serio. ¿Quería matarme? Ésta vez no tendría oportunidad, no había llegado tan lejos para ahora morir allí. No.
Entonces, durante unos segundos, hubo un momento de silencio, únicamente los gruñidos del licantropo se escuchaban en aquél lugar. Y entonces, aulló al cielo y corrió hacia mi a gran velocidad. Pero para ello estaba preparado, y desenfundé el revólver con rapidez y descargué el cargador entero sobre el lobo, las balas impactaron en su blanco, sin fallar ninguna, pero el lobo siguió avanzando, aún mas furioso, pero herido. Moví la chaqueta hacia el lado izquierdo y desenfundé el segundo revólver, e hice lo mismo que lo primero, esta vez apuntando a la cabeza, pero sin disparar. El licántropo saltó con sus garraa por delante y entonces sí, abrí fuego: Una lluvia de cinco balas impactaron en la cabeza de la criatura de pelaje negro, haciéndola soltar un ladrido agudo de dolor cayendo justo a mis pies. Agonizando.
-En la vida hay dos tipos de personas: Los que cavan su tumba y los que tienen un arma. Tú cavas.-Después de aquello, disparé mi última bala, rematando al lobo para darle al fin una muerte rápida, aunque dolorosa.
Respiré hondo y volví a guardar los revólveres, me giré y miré a la vampiresa, con un rostro serio, aunque sereno.
-¿Estás bien?
-¿Estás bien? ¿Que ocurre?-La respuesta no necesitó respuesta, pues un gruñido proveniente de la oscuridad donde Bloondy miraba me obligó a girar la cabeza lentamente, viendo como emergía un licántropo de las sombras a paso lento. Mostrando sus fauces babeando, su vista estaba fijada en la vampiresa. Suspiré y me giré para encarar a la bestia, la cual me miró y pareció sonreír.
-Eres tú... El hijo del cazador...-La voz de la criatura sonó de una forma entre gutural y mezclada con gruñidos. No le respondí, pues algo me decía que ese licántropo era enviado por alguien a quien ya conocía, por lo que no necesitaba preguntarle. Moví mi chaqueta hacia atrás desde uno de los costados, dejando ver uno de mis revólveres guardado en la funda de un cinturón. El licántropo se percató de mis intenciones, y dió un paso hacia delante, decidido.-Bien... Así podré matarte yo.-Miré a Bloon y con el brazo izquierdo la hice retroceder, colocándome yo delante de ella, más decidido aún. Asentí a la vampiresa para indicarla que no se preocupara por mi, que no se preocupara por nada.
-Se que sabes defenderte, pero esta vez déjame protegerte.-Volví a mirar al licántropo, y me quedé en una posición natural, recto, llevando únicamente mi mano derecha al revólver, sin llegar a cogerlo.-Primero tendrás que acercarte a mi.-Dije tranquílamente, totalmente serio. ¿Quería matarme? Ésta vez no tendría oportunidad, no había llegado tan lejos para ahora morir allí. No.
Entonces, durante unos segundos, hubo un momento de silencio, únicamente los gruñidos del licantropo se escuchaban en aquél lugar. Y entonces, aulló al cielo y corrió hacia mi a gran velocidad. Pero para ello estaba preparado, y desenfundé el revólver con rapidez y descargué el cargador entero sobre el lobo, las balas impactaron en su blanco, sin fallar ninguna, pero el lobo siguió avanzando, aún mas furioso, pero herido. Moví la chaqueta hacia el lado izquierdo y desenfundé el segundo revólver, e hice lo mismo que lo primero, esta vez apuntando a la cabeza, pero sin disparar. El licántropo saltó con sus garraa por delante y entonces sí, abrí fuego: Una lluvia de cinco balas impactaron en la cabeza de la criatura de pelaje negro, haciéndola soltar un ladrido agudo de dolor cayendo justo a mis pies. Agonizando.
-En la vida hay dos tipos de personas: Los que cavan su tumba y los que tienen un arma. Tú cavas.-Después de aquello, disparé mi última bala, rematando al lobo para darle al fin una muerte rápida, aunque dolorosa.
Respiré hondo y volví a guardar los revólveres, me giré y miré a la vampiresa, con un rostro serio, aunque sereno.
-¿Estás bien?
Tyler Chandler- Cazador Clase Alta
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Fecha de inscripción : 15/09/2017
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Re: Las raíces de quién eres. [Priv. Bloondy Blackbird]
La vampiresa sintió el tacto del cazador despues de aquella tensión vivida en el día anterior, ella giró a mirarle y con cierta sospecha y como pasó su brazo por el hombro de la mujer, la vampiresa se juntó por un segundo con el cuando el lobo se dejo ver, ella bufó con mucha más fuerza al ver al licántropo, más fue el cazador quien se adelantó frente a ella, quedando entre la vampiresa y la bestia, mirandola, diciendo que esta vez él la protegeria.
La vampiresa ladeo la cabeza mirandole de incluso una enamoradiza forma, pues le recordó a esas historias de caballero protegiendo a la doncella, ladeó una sonrisa de medio lado mientras les observó con avidez, él licántropo no se ando con miramientos a la hora de enfrentarse al cazador, y sus palabras fueron bastante enigmaticas, Bloondy abrió los ojos con sorpresa, mientras el cazador vació su revolver en el licantropo que no se detuvó hasta casi llegar que fue derrotado por el segundo arma de Ryuu, lo vió caer lastimeramente a la bestia, y como el cazador la remató.
Antes de volverse hacía ella y preguntarle si estaba bien, algo que encontró sumamente encantador, le era duro mantenerle con la palabra retirada, y más como se estaba portando ahora, simplemente la vampiresa perdió un poco la noción de la realidad y lo que debía hacer y lo que no. Se acercó a Ryuu con aire decidido, y le cogió las mejillas nuevamente, y sin pensarlo mucho le besó, despacio en los labios, con suavidad, fue algo breve no obstante, la vampiresa seguidamente le sonrió y se quedó plantada ahí, delante de él, balanceandose con suavidad como suele hacer cuando está de buen humor. -Eres todo un caballero.- Hablo finalmente la vampiresa mordiendose el labio inferior antes de dejar escapar una nerviosa risilla infantil. Aunque a los pocos segundos se percató que lo que acababa de hacer era algo altamente incomodo, posiblemente mucho para el cazador, Bloondy abrió mucho sus negros ojos con nerviosismo sin dejar de ampliar su sunrisa.
La vampiresa ladeo la cabeza mirandole de incluso una enamoradiza forma, pues le recordó a esas historias de caballero protegiendo a la doncella, ladeó una sonrisa de medio lado mientras les observó con avidez, él licántropo no se ando con miramientos a la hora de enfrentarse al cazador, y sus palabras fueron bastante enigmaticas, Bloondy abrió los ojos con sorpresa, mientras el cazador vació su revolver en el licantropo que no se detuvó hasta casi llegar que fue derrotado por el segundo arma de Ryuu, lo vió caer lastimeramente a la bestia, y como el cazador la remató.
Antes de volverse hacía ella y preguntarle si estaba bien, algo que encontró sumamente encantador, le era duro mantenerle con la palabra retirada, y más como se estaba portando ahora, simplemente la vampiresa perdió un poco la noción de la realidad y lo que debía hacer y lo que no. Se acercó a Ryuu con aire decidido, y le cogió las mejillas nuevamente, y sin pensarlo mucho le besó, despacio en los labios, con suavidad, fue algo breve no obstante, la vampiresa seguidamente le sonrió y se quedó plantada ahí, delante de él, balanceandose con suavidad como suele hacer cuando está de buen humor. -Eres todo un caballero.- Hablo finalmente la vampiresa mordiendose el labio inferior antes de dejar escapar una nerviosa risilla infantil. Aunque a los pocos segundos se percató que lo que acababa de hacer era algo altamente incomodo, posiblemente mucho para el cazador, Bloondy abrió mucho sus negros ojos con nerviosismo sin dejar de ampliar su sunrisa.
Elyon Enhydra- Vampiro Clase Alta
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Fecha de inscripción : 07/03/2017
Re: Las raíces de quién eres. [Priv. Bloondy Blackbird]
La pequeña tensión del combate me tenía algo distraído respecto a lo que ocurría a mi alrededor, por ello, no me esperé para nada el hecho de que la vampiresa me sujetase por las mejillas y me besara. Y cuando se separó, no pude menos que mostrarme totalmente sorprendido y confuso, alzando las cejas. Desde luego, aquella noche, si no me mataba alguien, lo haría tanta sorpresa.
Bloondy habló por fín, diciendo que era toso un caballero, haciendo un gesto con los labios algo provocativo, pero después de aquello pareció percatarse de lo que había hecho y, aunque no se puso nerviosa, o eso parecía, su rostro parecía hablar por sí solo. Sonreí ligeramente y le acaricié la mejilla con delicadeza.
-Veamos a qué venía tanto misterio.-Traté de quitarle importancia a lo ocurrido, para después dirigirme a la puerta de la enorme mansión. Respiré hondo y traté de abrirla símplemente empujando, pero no, aquello hubiera sido más fácil: Las puertas se resistieron y, aunque no eran grandes como las de la mansión de Bloondy, con un simple empujón no conseguiría abrirlas. Di un paso hacia atrás y me encogí de hombros.
-Siempre puede arreglarse...-Cargué fuerzas y le propiné una fuerte patada entre ambas puertas, rompiendo la cerradura y abriéndolas de golpe, formando un enorme estruendo en el interior de la mansión, que se hizo eco durante unos segundos. Miré a la vampiresa y asentí, dando luz verde para entrar. Siendo yo el primero que se adentró en el enorme y oscuro recibidor, donde la única luz que entraba era la de la Luna por un enorme ventanal situado en el techo.
-Menuda mansión te tenías guardada, papá...
Pensé mirando alrededor, satisfecho por lo que veían mis ojos. Sin duda una verdadera riqueza.
Bloondy habló por fín, diciendo que era toso un caballero, haciendo un gesto con los labios algo provocativo, pero después de aquello pareció percatarse de lo que había hecho y, aunque no se puso nerviosa, o eso parecía, su rostro parecía hablar por sí solo. Sonreí ligeramente y le acaricié la mejilla con delicadeza.
-Veamos a qué venía tanto misterio.-Traté de quitarle importancia a lo ocurrido, para después dirigirme a la puerta de la enorme mansión. Respiré hondo y traté de abrirla símplemente empujando, pero no, aquello hubiera sido más fácil: Las puertas se resistieron y, aunque no eran grandes como las de la mansión de Bloondy, con un simple empujón no conseguiría abrirlas. Di un paso hacia atrás y me encogí de hombros.
-Siempre puede arreglarse...-Cargué fuerzas y le propiné una fuerte patada entre ambas puertas, rompiendo la cerradura y abriéndolas de golpe, formando un enorme estruendo en el interior de la mansión, que se hizo eco durante unos segundos. Miré a la vampiresa y asentí, dando luz verde para entrar. Siendo yo el primero que se adentró en el enorme y oscuro recibidor, donde la única luz que entraba era la de la Luna por un enorme ventanal situado en el techo.
-Menuda mansión te tenías guardada, papá...
Pensé mirando alrededor, satisfecho por lo que veían mis ojos. Sin duda una verdadera riqueza.
Tyler Chandler- Cazador Clase Alta
- Mensajes : 219
Fecha de inscripción : 15/09/2017
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Re: Las raíces de quién eres. [Priv. Bloondy Blackbird]
La sonrisa de Bloondy era amplia, notoriamente amplia, mientras miraba al cazador despreocupadamente mientras la respuesta que recibió de su parte fue una caricia en su rostro, su palido rostro. Pero se notaba que el cazador estaba ansioso con lo recien descubierto, la vampiresa miraba la mansión con sorpresa y notable curiosidad, le era algo impresionante ciertamente, sobre todo que todo ese terreno haya estado oculto. Desde luego era sumamente misterioso, y no conocia que los cazadores pudieran ser tán cuidadosos con sus refugios, claro que la vampiresa tampoco se había puesto nunca a seguir el rastro de ninguno, no por falta de ganas, pero no era algo que las voces solieran sugerir que hiciera la vampiresa.
Observó la cerrada de puerta, mientras Ryuu la miraba, la vampiresa miraba la puerta y como Ryuu le propinó semejante patada rompiendo la cerradura haciendo que se abriera.- Tambien me podías haber pedido que la zarandee hasta desmontarla jijiji pero me gusta tu estilo...eso es una entrada de heroe.- Comentá la vampiresa recordando los infantiles libros que a veces leia por que le parecían mas entretenidos que esos sesudos libros de conocimiento, aunque adoraba leer a William Shakespeare. La vampiresa salió de sus pensamientos y siguió a Ryuu al interior de la mansión, levantando la vista observando ese gran recibidor, ella miraba a todos lados, pues ella conseguía ver tan claro como vería una persona normal a plena luz del día. -Que casa tán acogedora, me encanta.- Comentó mientras se separaba del cazador y se atrevía a investigar el recibidor desplazandose a saltitos como lo haría una jovencita infantil, mientras tarareaba, sin querer de manera notoriamente sinuosa y buscaba una antorcha en las paredes para darsela a Ryuu y que la prendiera y así permitir que el cazador viera algo mas. -A ver si encuentro algo para quemar...quemar...¡¡quemar!! jiji.- Canturreaba de manera siniestra y melodiosa para volver junto al cazador con algo que le pudiera servir.
Observó la cerrada de puerta, mientras Ryuu la miraba, la vampiresa miraba la puerta y como Ryuu le propinó semejante patada rompiendo la cerradura haciendo que se abriera.- Tambien me podías haber pedido que la zarandee hasta desmontarla jijiji pero me gusta tu estilo...eso es una entrada de heroe.- Comentá la vampiresa recordando los infantiles libros que a veces leia por que le parecían mas entretenidos que esos sesudos libros de conocimiento, aunque adoraba leer a William Shakespeare. La vampiresa salió de sus pensamientos y siguió a Ryuu al interior de la mansión, levantando la vista observando ese gran recibidor, ella miraba a todos lados, pues ella conseguía ver tan claro como vería una persona normal a plena luz del día. -Que casa tán acogedora, me encanta.- Comentó mientras se separaba del cazador y se atrevía a investigar el recibidor desplazandose a saltitos como lo haría una jovencita infantil, mientras tarareaba, sin querer de manera notoriamente sinuosa y buscaba una antorcha en las paredes para darsela a Ryuu y que la prendiera y así permitir que el cazador viera algo mas. -A ver si encuentro algo para quemar...quemar...¡¡quemar!! jiji.- Canturreaba de manera siniestra y melodiosa para volver junto al cazador con algo que le pudiera servir.
Elyon Enhydra- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 340
Fecha de inscripción : 07/03/2017
Re: Las raíces de quién eres. [Priv. Bloondy Blackbird]
Estaba totalmente sumido en mis pensamientos cuando Bloondy me sacó de ellos tendiéndome una antorcha, la miré y la cogí, para después seguir observando y analizando la mansión. Que pese a lo acogedora que era, había algo en ella que no terminaba de encarjarme, y era esa sensación que solía tener cuando había alguien cerca, o algún peligro inminente. Y precisamente, esa sensación no me gustaba nada.
Entrecerré los ojos y decidí ocultarme entre las sombras, observando desde mi posición algún movimiento brusco, seguí a Bloondy algo más alejado, "utilizándola" de alguna forma como cebo para comprobar si de verdad había alguien más allí.
Entonces lo vi: Una veloz sombra que se movió fugazmente por el techo del salón, casi no llegué a verla si no hubiera sido por pura suerte. Solté un leve gruñido y permanecí en mi posición, oculto, esperando algo. Entonces volví a ver algo, esta vez un pequeño brillo de algún objeto metálico, me desplacé veloz hacia la vampiresa, colocándome a su lado e interceptando con la propia mano, sujetándola, una estaca de plata.
-Por los pelos...-Me giré para acto seguido lanzar esa misma a la persona que lo había lanzado, pero allí ya no había nadie, y la estaca impactó contra el techo, clavándose con fuerza en éste.
Solté una maldición y me quité la chaqueta, dejándola caer al suelo y dejando ver una vestimenta igual de oscura, rodeada por correas que sujetaban mis armas y me hacían más cómodo el combate dinámico. Me coloqué espalda clntra esoalda junto a Bloondy y permanecí alerta.-¿Quien eres? ¿Qué haces aquí?-Miré a la nada, buscando a aquella sombra, y como respuesta a aquella pregunta, de repente, de un lateral, apareció otro brillo, esta vez una luz, pero no era una luz cualquiera, si no la luz de una llama, la cual salió disparada hacia nosotros.
Entrecerré los ojos y decidí ocultarme entre las sombras, observando desde mi posición algún movimiento brusco, seguí a Bloondy algo más alejado, "utilizándola" de alguna forma como cebo para comprobar si de verdad había alguien más allí.
Entonces lo vi: Una veloz sombra que se movió fugazmente por el techo del salón, casi no llegué a verla si no hubiera sido por pura suerte. Solté un leve gruñido y permanecí en mi posición, oculto, esperando algo. Entonces volví a ver algo, esta vez un pequeño brillo de algún objeto metálico, me desplacé veloz hacia la vampiresa, colocándome a su lado e interceptando con la propia mano, sujetándola, una estaca de plata.
-Por los pelos...-Me giré para acto seguido lanzar esa misma a la persona que lo había lanzado, pero allí ya no había nadie, y la estaca impactó contra el techo, clavándose con fuerza en éste.
Solté una maldición y me quité la chaqueta, dejándola caer al suelo y dejando ver una vestimenta igual de oscura, rodeada por correas que sujetaban mis armas y me hacían más cómodo el combate dinámico. Me coloqué espalda clntra esoalda junto a Bloondy y permanecí alerta.-¿Quien eres? ¿Qué haces aquí?-Miré a la nada, buscando a aquella sombra, y como respuesta a aquella pregunta, de repente, de un lateral, apareció otro brillo, esta vez una luz, pero no era una luz cualquiera, si no la luz de una llama, la cual salió disparada hacia nosotros.
Tyler Chandler- Cazador Clase Alta
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Re: Las raíces de quién eres. [Priv. Bloondy Blackbird]
Bloondy investigaba de manera ingenua visitando la casa nueva, ni siquiera estaba muy atenta, y no se fijó en lo que el cazador desde luego si hizo, ella no estaba ahora en modo alerta, ya que a ignorancia del cazador, iba escuchando a Beckett hablar de los años que podía tener la enorme casa, y de que estilo era el mobiliario, entonces no pudo percartarse de que Ryuu la estaba usando de cebo mientras estaba distraida disfrutando de la visitida guiada por su propio subconsciente, aunque para ella era real, más un olor de alguien más le llego, aunque quizás lo hizo demasiado tarde, pues un destello y un silvido de algo afilado dirigiendose hacia ella, pero fue la mano de Ryuu lo que freno la estaca de plata, Bloondy dió un grito por ello.
Miró a Ryuu que ahora realmente la había salvado la no-vida, y le observó con los ojos enormemente abiertos, profiriendo bufido sobrenatural, enseñando sus colmillos y con una cara de enfado desencajada que rara vez se le veía a la vampiresa, se inclinó en una posición mas agresiva. -Muerte...muerte...te huelo, te huelo...puedo olerte..- Gruñó ferozmente la vampiresa, de manera amenazante, pero fue cuando vio el destello de luz, empujó al cazador para desviarle de la ruta de la llama y ella se apartó a lado contrario bufando enfuridamente, mirando de donde había venido ese ataque, olia a magia. -Huelo a la magia...te huelo...- Repetía furiosa y se lanzó hacia donde el aroma le parecía desprender, intentando cazar al agresor que estaba ahora alli atacando, seguramente defendiendo la mansión de Ryuu, quizás por eso estaba tán oculta.
Miró a Ryuu que ahora realmente la había salvado la no-vida, y le observó con los ojos enormemente abiertos, profiriendo bufido sobrenatural, enseñando sus colmillos y con una cara de enfado desencajada que rara vez se le veía a la vampiresa, se inclinó en una posición mas agresiva. -Muerte...muerte...te huelo, te huelo...puedo olerte..- Gruñó ferozmente la vampiresa, de manera amenazante, pero fue cuando vio el destello de luz, empujó al cazador para desviarle de la ruta de la llama y ella se apartó a lado contrario bufando enfuridamente, mirando de donde había venido ese ataque, olia a magia. -Huelo a la magia...te huelo...- Repetía furiosa y se lanzó hacia donde el aroma le parecía desprender, intentando cazar al agresor que estaba ahora alli atacando, seguramente defendiendo la mansión de Ryuu, quizás por eso estaba tán oculta.
Elyon Enhydra- Vampiro Clase Alta
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Re: Las raíces de quién eres. [Priv. Bloondy Blackbird]
La vampiresa me salvó de aquella llama, empujándome a un lado, caí utilizando la espada como amortiguador, y observé cómo la bola ígnea impactó contra la chaqueta, haciéndola arder, solté una maldición y me levanté, mirando a mi alrededor.-Esa era una de mis preferidas...-Aquello fue un comentario utilizado precisamente en un mal momento, pero fue algo que me salió solo, sin pensarlo.
Gruñí y observé cómo Bloondy se abalanzaba hacia la oscuridad, pero no parecía haber nadie. Es más, fue justo en ese momento cuando aquella sombra apareció detrás de ella, con una estaca en la mano y dispuesta a clavársela a la vampiresa. Estaban a poca distancia de mi, y aproveché para correr hacia la sombra, desenvainando la espada, y cuando llegué, la interpuse entre la estaca y la vampiresa.
Ya de cerca, pude observar que aquella sombra se trataba de una mujer, pero la poca luz que entraba por las ventanas no me permitía descubrir más. Aquél momento de analisis le sirvió a aquella mujer para retroceder dando una elegante voltereta hacia atrás, aprovechándola para propinarme una fuerte patada en la barbilla que me hizo caer al suelo de espaldas, con fuerza. Solté una maldición y me levanté, llevándome una mano a la boca, donde ya estaba sangrando.
-Solo los cazadores o los Inquisidores se mueven así...-Envainé la espada y me acerqué a la mujer, a paso firme, la fui a propinar un puñetazo, pero amagué en el último momento y giré sobre mi mísmo, tratando de darla una patada circular dirigida a la cabeza. La mujer giró sobre sí misma, también, pero agachándose y haciéndome un barrido, tirándome de nuevo al suelo, pero no solo con eso, dirigió la misma pierna hacia mi pecho, en un golpe aplastante, obligándome a rodar por el suelo hacia un lado para esquivarla. Me levanté de un salto y miré a la mujer, tenía que pensar en algo, y rápido.
Gruñí y observé cómo Bloondy se abalanzaba hacia la oscuridad, pero no parecía haber nadie. Es más, fue justo en ese momento cuando aquella sombra apareció detrás de ella, con una estaca en la mano y dispuesta a clavársela a la vampiresa. Estaban a poca distancia de mi, y aproveché para correr hacia la sombra, desenvainando la espada, y cuando llegué, la interpuse entre la estaca y la vampiresa.
Ya de cerca, pude observar que aquella sombra se trataba de una mujer, pero la poca luz que entraba por las ventanas no me permitía descubrir más. Aquél momento de analisis le sirvió a aquella mujer para retroceder dando una elegante voltereta hacia atrás, aprovechándola para propinarme una fuerte patada en la barbilla que me hizo caer al suelo de espaldas, con fuerza. Solté una maldición y me levanté, llevándome una mano a la boca, donde ya estaba sangrando.
-Solo los cazadores o los Inquisidores se mueven así...-Envainé la espada y me acerqué a la mujer, a paso firme, la fui a propinar un puñetazo, pero amagué en el último momento y giré sobre mi mísmo, tratando de darla una patada circular dirigida a la cabeza. La mujer giró sobre sí misma, también, pero agachándose y haciéndome un barrido, tirándome de nuevo al suelo, pero no solo con eso, dirigió la misma pierna hacia mi pecho, en un golpe aplastante, obligándome a rodar por el suelo hacia un lado para esquivarla. Me levanté de un salto y miré a la mujer, tenía que pensar en algo, y rápido.
Tyler Chandler- Cazador Clase Alta
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Re: Las raíces de quién eres. [Priv. Bloondy Blackbird]
Miró donde había impactado esa bola de fuego, aunque había rozado la capa del cazador Bloondy miró de donde vino eso consiguiendo dislumbar la silueta del atacante, o mejor dicho la atacante, no obstante a pesar de todo Ryuu no perdió el acido humor, asegurando que le encantaba la chaqueta, Bloondy le miró .-Serpiente escondida...es rapida la culebrilla.- Masculló mientras la vampiresa se movia veloz para intentar atrapar a quien tán agresiva bienvenida les estaba dando, desde el primer momento, Bloondy entrecerraba los ojos enfadadamente, se frustraba mucho cuando se sentía en esceso perdida, mientras Bertram por fín volvía a aparecer, "Mueve el culo y caza estupida chupasangre" Gruño repentinamente, Bloondy bufó enfadadamente y buscó ver por donde se movia, observando esa voltereta.
Más las palabras de Ryuu la alterarón. -Inquisidores...¡¡no me gustan los inquisidores!!.- Bramó la vampiresa mientras por fin localizaba su obsejetivo, la vampiresa se movió agilmente gracias a sus habilidades sobrenaturales, intento atrapar a quien les acechaba, y por un momento así fue, agarró un trozo de tela enganchandose con sus afiladas uñas, pero un corte con algo de plata alcanzo su mejilla, la vampiresa desgarró la ropa quedandose el trozo de tela entre sus manos y se dolia de la quemazón que recibió en su mejilla izquierda retirandose y entrando practicamente en colera por ello, buscando con la mirada a la culpable. -Corre conejito, te voy a cazar.- Gruñó la vampiresa enrabietada, a punto de entrar en frenesi, y eso no era muy buena noticia para nadie.
Más las palabras de Ryuu la alterarón. -Inquisidores...¡¡no me gustan los inquisidores!!.- Bramó la vampiresa mientras por fin localizaba su obsejetivo, la vampiresa se movió agilmente gracias a sus habilidades sobrenaturales, intento atrapar a quien les acechaba, y por un momento así fue, agarró un trozo de tela enganchandose con sus afiladas uñas, pero un corte con algo de plata alcanzo su mejilla, la vampiresa desgarró la ropa quedandose el trozo de tela entre sus manos y se dolia de la quemazón que recibió en su mejilla izquierda retirandose y entrando practicamente en colera por ello, buscando con la mirada a la culpable. -Corre conejito, te voy a cazar.- Gruñó la vampiresa enrabietada, a punto de entrar en frenesi, y eso no era muy buena noticia para nadie.
Elyon Enhydra- Vampiro Clase Alta
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Re: Las raíces de quién eres. [Priv. Bloondy Blackbird]
La vampiresa decidió atacar sola, y por ello salió herida, no demasiado, pero lo suficiente como para enfurecerse hasta tal punto que podría perder el control, cosa que no me gustaba nada, pues ya sabía lo que ocurría si pasaba eso. Y esta vez podría perjudicarme el doble, teniendo en cuenta que había una tercera persona intentando matarnos a los dos.
Me acerqué a Bloondy y la cogí de un brazo para obligarla a mirarme, buscando en ella transmitirla tranquilidad.
-Quédate aquí, intenta calmarte, sabes que es peligroso para ámbos que pierdas el control de nuevo.-No era una petición, si no una órden, ya que no iba a permitir que todo aquello se fuese a la mierda, por mucho que pudiera lamentarlo y supiese que no era culpa de Bloondy. Pero no podía ponerla en peligro por aquello, que no tenía que ver con ella.
Me giré para encarar a la mujer desconocida, y desenvainé la espada, que la llevaba colgada a la espalda. La mujer hizo lo mismo, desenvainando otra espada, pero permaneció en su sitio.-Esto es entre tu y yo, déjala a ella en paz.
-Demasiado tarde, rubito, no deberíais haber venido aquí.-La mujer avanzó hacia mí, y yo hice lo mismo, primero andando, luego acelerando el paso, hasta que ambos nos pusimos a correr. La mujer hincó las rodillase en el suelo en plena carrera, deslizándose así por éste, con intención de cortarme las piernas, en el último momento, di un salto, girando sobre mi mismo en el aire y quedando boca abajo, pudiendo así atacarla verticalmente, y haciéndola un corte en la mejilla. Ambos volvimos a nuestra posición, ella se tocó la herida y se miró la sangre, después me miró a mi, furiosa. A lo que yo le devolví, sin poder evitarlo, una sonrisa burlona. La mujer volvió a cargar, y yo hice lo mismo, ambas espadas chocaron entre sí, y pudimos mirarnos a los ojos, por alguna extraña razón, al mirarla, vi algo familiar en ella, pero no sabía qué era... La mujer me propinó un rodillazo en el estómago que me hizo retroceder, llevándome la mano libre a la zona golpeada, y rápidamente volver a interceptar su espada con la mía.
Así empezó entonces, durante un largo rato, una pelea entre aceros, en la cual ambos salímos heridos por igual, hasta que volvió a producirse otro choque de espadas. La mujer desvió su vista a la empuñadura de mi arma y después a la hoja, sus ojos se abrieron completamente, como si hubiera visto un fantasma, y dió un salto hacia atrás. Me miró, primero con sorpresa, y después con una ceja alzada.
-Eres tú...
-Ya es la segunda vez esta noche que me dicen eso... Un momento, ¿me conoces?-La mujer esbozó una sonrisa, lo que me pareció extraño, teniendo en cuenta que hacía un momento quería matarnos. Para más sorpresa, guardó la espada y se acercó a mi, retrocedí unos pasos y me puse en guardia, por si se trataba de una artimaña sucia. La mujer se paró y se llevó una mano a la cara, como si se hubiera acordado de algo.
-Mierda, lo había olvidado...-Inclinó la cabeza como si fuera una reverencia.-Soy Vanessa, Vanessa Chandler. Soy tu prima.-
Me acerqué a Bloondy y la cogí de un brazo para obligarla a mirarme, buscando en ella transmitirla tranquilidad.
-Quédate aquí, intenta calmarte, sabes que es peligroso para ámbos que pierdas el control de nuevo.-No era una petición, si no una órden, ya que no iba a permitir que todo aquello se fuese a la mierda, por mucho que pudiera lamentarlo y supiese que no era culpa de Bloondy. Pero no podía ponerla en peligro por aquello, que no tenía que ver con ella.
Me giré para encarar a la mujer desconocida, y desenvainé la espada, que la llevaba colgada a la espalda. La mujer hizo lo mismo, desenvainando otra espada, pero permaneció en su sitio.-Esto es entre tu y yo, déjala a ella en paz.
-Demasiado tarde, rubito, no deberíais haber venido aquí.-La mujer avanzó hacia mí, y yo hice lo mismo, primero andando, luego acelerando el paso, hasta que ambos nos pusimos a correr. La mujer hincó las rodillase en el suelo en plena carrera, deslizándose así por éste, con intención de cortarme las piernas, en el último momento, di un salto, girando sobre mi mismo en el aire y quedando boca abajo, pudiendo así atacarla verticalmente, y haciéndola un corte en la mejilla. Ambos volvimos a nuestra posición, ella se tocó la herida y se miró la sangre, después me miró a mi, furiosa. A lo que yo le devolví, sin poder evitarlo, una sonrisa burlona. La mujer volvió a cargar, y yo hice lo mismo, ambas espadas chocaron entre sí, y pudimos mirarnos a los ojos, por alguna extraña razón, al mirarla, vi algo familiar en ella, pero no sabía qué era... La mujer me propinó un rodillazo en el estómago que me hizo retroceder, llevándome la mano libre a la zona golpeada, y rápidamente volver a interceptar su espada con la mía.
Así empezó entonces, durante un largo rato, una pelea entre aceros, en la cual ambos salímos heridos por igual, hasta que volvió a producirse otro choque de espadas. La mujer desvió su vista a la empuñadura de mi arma y después a la hoja, sus ojos se abrieron completamente, como si hubiera visto un fantasma, y dió un salto hacia atrás. Me miró, primero con sorpresa, y después con una ceja alzada.
-Eres tú...
-Ya es la segunda vez esta noche que me dicen eso... Un momento, ¿me conoces?-La mujer esbozó una sonrisa, lo que me pareció extraño, teniendo en cuenta que hacía un momento quería matarnos. Para más sorpresa, guardó la espada y se acercó a mi, retrocedí unos pasos y me puse en guardia, por si se trataba de una artimaña sucia. La mujer se paró y se llevó una mano a la cara, como si se hubiera acordado de algo.
-Mierda, lo había olvidado...-Inclinó la cabeza como si fuera una reverencia.-Soy Vanessa, Vanessa Chandler. Soy tu prima.-
Tyler Chandler- Cazador Clase Alta
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Re: Las raíces de quién eres. [Priv. Bloondy Blackbird]
La ira de Bloondy iba en aumento, y le costaba controlar sus impulsos la sed de sangre crecía mientras miraba de fulminante forma la figura oscura y femenina mientras se acariciaba la herida y empezaba a curarsele con su habilidad, pero eso no quitaba que hubiera sentido la quemazón, gruñía de feroz y sobrenatural forma, quería matar, destrozar, mientras escuchaba la fria risa de Bertram atormentandola su cabeza, incitandole, mientras su mente viajaba por escenas que le mostraban sangre, visceras, y muerte, en imagenes confusas notablmente, ella levantaba la cabeza con el rostro desencajado, mientras mostraba a la nada sus colmilllos.
Sintió como Ryuu la cogia del brazo mientras ella se estaba escediendo hacía el frenesi, la obligo a mirarle y la dió una orden concisa, directa, la vampiresa levanto la vista para mirarle, centrandose en el aroma que desprendia, el pulso que percibía en él, la vampiresa asintió lentamente, y se auto abrazo balanceandose de manera algo nerviosa, para buscar la tranquilidad, se sentó en el suelo simplemente mientras observaba al cazador. Como se preparó para hacer cara a esa habilidosa cazadora, a la que Bloondy ahora solamente deseaba aniquilar, pero Ryuu le había dicho que no se moviera y no lo iba a hacer, no iba a desobedecer la orden, se sentó mirandoles fijamente.
Sin duda fue un señor combate, con unas habilidades muy igualadas, Bloondy se mantenia en el selo mientras arañaba con sus afiladas uñas el suelo, y bufaba con enfado, pero parece ser, que ese encuentro dió lugar a más luz sobre lo que estaba pasando, y el hecho de que fuera una cazadora no entendia por que un licántropo custiodió la entrada, sacudió la cabeza fulminandola con la mirada. Y alzó una ceja cuando el misterio se desveló tan sorprendentemente.
Ella tenía un parecido a él, cierto parecido al menos esa sangre le desprendía el aroma familiar, pero cuando desveló el nombre la vampiresa arqueó las cejas con sorpresa, mientras los observaba, asi que era su prima. -No me gusta tu prima, mi prima es mucho más simpatica.- Recalcó la vampiresa, cruzandose de brazos mientras ladeaba la cabeza y se seguía balanceandose finalmente mas lento, con calma. -Es agresiva, y borde...y mala.- Seguia refunfuñando.
Sintió como Ryuu la cogia del brazo mientras ella se estaba escediendo hacía el frenesi, la obligo a mirarle y la dió una orden concisa, directa, la vampiresa levanto la vista para mirarle, centrandose en el aroma que desprendia, el pulso que percibía en él, la vampiresa asintió lentamente, y se auto abrazo balanceandose de manera algo nerviosa, para buscar la tranquilidad, se sentó en el suelo simplemente mientras observaba al cazador. Como se preparó para hacer cara a esa habilidosa cazadora, a la que Bloondy ahora solamente deseaba aniquilar, pero Ryuu le había dicho que no se moviera y no lo iba a hacer, no iba a desobedecer la orden, se sentó mirandoles fijamente.
Sin duda fue un señor combate, con unas habilidades muy igualadas, Bloondy se mantenia en el selo mientras arañaba con sus afiladas uñas el suelo, y bufaba con enfado, pero parece ser, que ese encuentro dió lugar a más luz sobre lo que estaba pasando, y el hecho de que fuera una cazadora no entendia por que un licántropo custiodió la entrada, sacudió la cabeza fulminandola con la mirada. Y alzó una ceja cuando el misterio se desveló tan sorprendentemente.
Ella tenía un parecido a él, cierto parecido al menos esa sangre le desprendía el aroma familiar, pero cuando desveló el nombre la vampiresa arqueó las cejas con sorpresa, mientras los observaba, asi que era su prima. -No me gusta tu prima, mi prima es mucho más simpatica.- Recalcó la vampiresa, cruzandose de brazos mientras ladeaba la cabeza y se seguía balanceandose finalmente mas lento, con calma. -Es agresiva, y borde...y mala.- Seguia refunfuñando.
Elyon Enhydra- Vampiro Clase Alta
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Re: Las raíces de quién eres. [Priv. Bloondy Blackbird]
Aquellla noticia me impactó, tanto que me quedé paralizado durante unos segundos, segundos en los que la vampiresa aprovechó para hablar y comentar que no le gustaba mi prima. A lo que ella giró la cabeza, seria, y la respondió:-Os estaba esperando, o más bien, estaba esperandl a Ryuu. Al venir los dos, pensé que erais simples intrusos.-Pese a que no se mostraba molesta por las palabras de la vampiresa, su tono si notaba que le había afectado un poco. Envainé la espada y fruncí el ceño, sin dejar de mirar a la cazadora... O a lo que fuera.
-Imagino que el licántropo que he matado no era amigo tuyo, ¿me equivoco?-La cazadora giró la cabeza para mirarme y negó con la cabeza, acercándose un paso más a mi.
-Ese licántropo pertenece a una manada que conoces muy bien... Os ha estado siguiendo desde que salisteis de París. Vyron anda buscando algo que tu padre oculto hace mucho tiempo, ni siquiera yo se donde está, solo me pidió que vigilase de la mansión y te hiciera venir...-Entonces todas las piezas comenzaron a encajar, al menos al principio: Ya sabía más de lo que esperaba encontrar al haber venido, ya sabía que tenía una prima, que me estaban buscando y que no estaba alli por casualidad.
Me acerqué a mi chaqueta, que estaba totalmente quemada, al menos en gran parte, y solté una maldición, tirándola a un lado.
-Has dicho que me hiciste venir... ¿Tiene que ver con las voces de mis sueños?La mujer asintió, sin dar ninguna explicación más, se acercó a una de las ventanas y observó a través de ella, como si siguiera vigilando.-Eso quiere decir que no eres humana... Ese fuego de antes lo confirma más aún...
-Procedemos de una familia que no es humana, al menos no en su totalidad. Tú tampoco eres humano, Ryuu.-Alcé una ceja y entrecerré los ojos, me acerqué a la vampiresa y coloqué una mano en su hombro, símplemente por tranquilizarla. Vanessa se giró y me miró, haciendo aparecer una pequeña llama en una de sus manos.
-Procedemos de un linaje muy antiguo, tan antiguo como el principio de los tiempos. Nuestra sangre proviene del primer brujo, descendencia directa. Sin embargo, el don de la brujería sólo se concede en algunas ocasiones, tu padre, por ejemplo, no la tuvo...-No conseguía creerme aquello, me costaba, pese a los hechos recientes, pensar en que era un brujo se me hacía algo increíble.
-En ese caso... Somos iguales, ¿no?-Vanessa asintió y miré a la vampiresa, totalmente incrédulo, esperando que ella dijera algo.
-Imagino que el licántropo que he matado no era amigo tuyo, ¿me equivoco?-La cazadora giró la cabeza para mirarme y negó con la cabeza, acercándose un paso más a mi.
-Ese licántropo pertenece a una manada que conoces muy bien... Os ha estado siguiendo desde que salisteis de París. Vyron anda buscando algo que tu padre oculto hace mucho tiempo, ni siquiera yo se donde está, solo me pidió que vigilase de la mansión y te hiciera venir...-Entonces todas las piezas comenzaron a encajar, al menos al principio: Ya sabía más de lo que esperaba encontrar al haber venido, ya sabía que tenía una prima, que me estaban buscando y que no estaba alli por casualidad.
Me acerqué a mi chaqueta, que estaba totalmente quemada, al menos en gran parte, y solté una maldición, tirándola a un lado.
-Has dicho que me hiciste venir... ¿Tiene que ver con las voces de mis sueños?La mujer asintió, sin dar ninguna explicación más, se acercó a una de las ventanas y observó a través de ella, como si siguiera vigilando.-Eso quiere decir que no eres humana... Ese fuego de antes lo confirma más aún...
-Procedemos de una familia que no es humana, al menos no en su totalidad. Tú tampoco eres humano, Ryuu.-Alcé una ceja y entrecerré los ojos, me acerqué a la vampiresa y coloqué una mano en su hombro, símplemente por tranquilizarla. Vanessa se giró y me miró, haciendo aparecer una pequeña llama en una de sus manos.
-Procedemos de un linaje muy antiguo, tan antiguo como el principio de los tiempos. Nuestra sangre proviene del primer brujo, descendencia directa. Sin embargo, el don de la brujería sólo se concede en algunas ocasiones, tu padre, por ejemplo, no la tuvo...-No conseguía creerme aquello, me costaba, pese a los hechos recientes, pensar en que era un brujo se me hacía algo increíble.
-En ese caso... Somos iguales, ¿no?-Vanessa asintió y miré a la vampiresa, totalmente incrédulo, esperando que ella dijera algo.
Tyler Chandler- Cazador Clase Alta
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Re: Las raíces de quién eres. [Priv. Bloondy Blackbird]
La vampiresa observaba a los dos que allí frente a ella se encontraban, la vampiresa observó como la miró la cazadora, algo afectada por las palabras de ella, pero ¿que esperaba? la había atacado, no la iba a encontrar encantadora, encantadora era Wenky que hacia cosas bonitas con sus hechizos...hacía flotar burbujas de sangre para divertir a la vampiresa a veces, miró a Ryuu que parecía no dar credito, la vampiresa observaba y escuchó las palabras de la chica. -¿Te pidió que cuidaras la mansión tu tito? que comportamiento tan abstracto para una cazadora, hacer caso a lo que dicen las voces no visibles, uhm....me gustan los lobos...ojala bese a uno...un dia...pero...ese lobo no me gustaba, era malo...- Dijo sin más la vampresa.
Más escuchó como los dos familiares hablaban y como Ryuu iba desvelando y como este se acercó a la vampiresa para apoyar una mano en su hombro mientras ella continuaba sentada en el suelo deteniendo el balanceo, le miró cuando posó su mano en ella y observó a la estraña que allí con ellos estaba, la vampiresa no se fiaba, para nada, pero eso dependia de Ryuu si confiaba o no. De momento a la vampiresa no le gustaba un pelo, pero ella no iba a discernir, no era quien para meter sus narices, asi que cogió su bolso y empezó a rebuscar en él hasta que saco un largo ovillo de lana morada.
Se cruzaba de piernas en el suelo usando su vestido para ocultar sus piernas y seguir escuchando lo que ella tenía que decirle a su primo. La vampiresa mientras tanto enredaba sus dedos con el hilo y empezo a dibujar formas con ellas y el hilo. A pesar de parecer absolutamente astraida de lo que allí se conversaba lo escuchaba, solo que en ese momento tenía otra prioridad para con el hilo.
Parecía que había una razón para las habilidades de Ryuu rara en los cazadores, tenía la sangre de esos hechiceros, era curioso ciertamente, Ryuu parecía atropeyado por los acontecimientos, y ella le miró mientras seguía con su juego, observando como nuevamente la miraba a ella, Bloondy sonrió y alzó las manos. -Mira hice una mariposa.- Dijo enseñandole la figura hecha con los hilos entre sus dedos.
Más escuchó como los dos familiares hablaban y como Ryuu iba desvelando y como este se acercó a la vampiresa para apoyar una mano en su hombro mientras ella continuaba sentada en el suelo deteniendo el balanceo, le miró cuando posó su mano en ella y observó a la estraña que allí con ellos estaba, la vampiresa no se fiaba, para nada, pero eso dependia de Ryuu si confiaba o no. De momento a la vampiresa no le gustaba un pelo, pero ella no iba a discernir, no era quien para meter sus narices, asi que cogió su bolso y empezó a rebuscar en él hasta que saco un largo ovillo de lana morada.
Se cruzaba de piernas en el suelo usando su vestido para ocultar sus piernas y seguir escuchando lo que ella tenía que decirle a su primo. La vampiresa mientras tanto enredaba sus dedos con el hilo y empezo a dibujar formas con ellas y el hilo. A pesar de parecer absolutamente astraida de lo que allí se conversaba lo escuchaba, solo que en ese momento tenía otra prioridad para con el hilo.
Parecía que había una razón para las habilidades de Ryuu rara en los cazadores, tenía la sangre de esos hechiceros, era curioso ciertamente, Ryuu parecía atropeyado por los acontecimientos, y ella le miró mientras seguía con su juego, observando como nuevamente la miraba a ella, Bloondy sonrió y alzó las manos. -Mira hice una mariposa.- Dijo enseñandole la figura hecha con los hilos entre sus dedos.
Elyon Enhydra- Vampiro Clase Alta
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Re: Las raíces de quién eres. [Priv. Bloondy Blackbird]
La vampiresa comentó, ante la explicación de Vanessa de por qué estaba alli, algo que sería muy típico de ella, pero que hizo que la cazadora la mirase con el ceño fruncido, y con una expresión en el rostro que hablaba por sí sola. Volvió a mirarme a mi y yo me encogí de hombros a modo de respuesta.
Yo, como podía verse, comenzaba a acostumbrarme a aquello, a la locura de Bloondy, quizás porque me estaba volviendo igual que ella, cosa que por otro lado no me sorprendería.
Igual que la vampiresa comentó aquello, se puso a jugar con un hilo, la observé durante unos segundos, comprobamdo que estaba haciendo figuras con aquél hilo, de forma tan natural como si estuviese ella sola en su casa.
Después de conversar aquel rato con Vanessa, Bloondy me enseñó lo que había hecho con el hilo, sonreí ligeramente y me agaché apoyando una rodilla en el suelo, mostré interés en aquella figura para así contentar a la vampiresa. La miré y asentí.
-Se te da muy bien, Bloondy.-Le acaricié el rostro de forma cariñosa y volví a hablar.-Voy a hablar con mi recién descubierta prima, no te muevas de aquí... No te vayas a perder, ¿vale?-Aunque mi verdadero propósito con aquello era exactamente que se quedase allí, el principal motivo era evitar que la diera otro ataque de locura y se escapase de la mansión y sembrara el caos por la ciudad, cosa que en aquel momento no serviría de ayuda para nada.
Me volví a levantar y me acerqué a la ventana, junto a Vanessa, mientras me encendía un cigarrillo y le ofrecía uno, ella lo cogió y se lo encendió con la misma llama que tenía en la mano.
-¿Eres su niñera o algo así? Te tenía por un tipo más duro.
-Me ha estado ayudando, si no fuera por ella, no hubiera conseguido este collar, que me ayudó a encontrar la mansión.-Saqué de mi bolsillo aquél extraño collar que apareció en mi mano la noche anterior, al verlo, la mujer abrió los ojos, sorprendida, y lo cogió para verlo más de cerca durante unos segundos, antes de volver a tendérmelo.
-Es un collar multifunción, era de tu padre, le servía para muchas cosas, entre ellas, rastrear. Póntelo, te ayudará.-Cogí el collar y me lo puse, el collar comenzó a brillar durante unos segundos de forma ténue, y finalmente se apagó. La mujer sonrió y miró por la ventana.-Tu padre me pidió que si este día llegase, te enseñara lo que eras y te entrenara. Aunque no lo parezca, tengo diez años menos que tu padre, y era el hermano pequeño. Es mágia temporal, conserva bien.
-Vine para saber quien era... Y ahora todo esto... Que si soy un brujo... Aneu no se lo creerá...
-¿Quien es Aneu?
-Tu prima pequeña, mi hermana.-Vanessa asintió despacio, abriendo la boca, sin despegar la mirada de la ventana, mientras fumaba, igual que yo. Desde luego, en ese aspecto de concentracción sí nos parecíamos.
-Oye, no tenemos tiempo, deberías venir conmigo ya, deberíamos empezar el entrenamiento cuanto antes. No va a ser corto exactamente.
-¿Y Bloondy? ¿Puede venir?-La cazadora miró a la vampiresa, y sw encogió de hombros, entonces yo la miré también, y sonreí ligeramente.-Nos vamos, los tres.-Dije en voz algo más alta para que pudiera escucharme la vampiresa.
Yo, como podía verse, comenzaba a acostumbrarme a aquello, a la locura de Bloondy, quizás porque me estaba volviendo igual que ella, cosa que por otro lado no me sorprendería.
Igual que la vampiresa comentó aquello, se puso a jugar con un hilo, la observé durante unos segundos, comprobamdo que estaba haciendo figuras con aquél hilo, de forma tan natural como si estuviese ella sola en su casa.
Después de conversar aquel rato con Vanessa, Bloondy me enseñó lo que había hecho con el hilo, sonreí ligeramente y me agaché apoyando una rodilla en el suelo, mostré interés en aquella figura para así contentar a la vampiresa. La miré y asentí.
-Se te da muy bien, Bloondy.-Le acaricié el rostro de forma cariñosa y volví a hablar.-Voy a hablar con mi recién descubierta prima, no te muevas de aquí... No te vayas a perder, ¿vale?-Aunque mi verdadero propósito con aquello era exactamente que se quedase allí, el principal motivo era evitar que la diera otro ataque de locura y se escapase de la mansión y sembrara el caos por la ciudad, cosa que en aquel momento no serviría de ayuda para nada.
Me volví a levantar y me acerqué a la ventana, junto a Vanessa, mientras me encendía un cigarrillo y le ofrecía uno, ella lo cogió y se lo encendió con la misma llama que tenía en la mano.
-¿Eres su niñera o algo así? Te tenía por un tipo más duro.
-Me ha estado ayudando, si no fuera por ella, no hubiera conseguido este collar, que me ayudó a encontrar la mansión.-Saqué de mi bolsillo aquél extraño collar que apareció en mi mano la noche anterior, al verlo, la mujer abrió los ojos, sorprendida, y lo cogió para verlo más de cerca durante unos segundos, antes de volver a tendérmelo.
-Es un collar multifunción, era de tu padre, le servía para muchas cosas, entre ellas, rastrear. Póntelo, te ayudará.-Cogí el collar y me lo puse, el collar comenzó a brillar durante unos segundos de forma ténue, y finalmente se apagó. La mujer sonrió y miró por la ventana.-Tu padre me pidió que si este día llegase, te enseñara lo que eras y te entrenara. Aunque no lo parezca, tengo diez años menos que tu padre, y era el hermano pequeño. Es mágia temporal, conserva bien.
-Vine para saber quien era... Y ahora todo esto... Que si soy un brujo... Aneu no se lo creerá...
-¿Quien es Aneu?
-Tu prima pequeña, mi hermana.-Vanessa asintió despacio, abriendo la boca, sin despegar la mirada de la ventana, mientras fumaba, igual que yo. Desde luego, en ese aspecto de concentracción sí nos parecíamos.
-Oye, no tenemos tiempo, deberías venir conmigo ya, deberíamos empezar el entrenamiento cuanto antes. No va a ser corto exactamente.
-¿Y Bloondy? ¿Puede venir?-La cazadora miró a la vampiresa, y sw encogió de hombros, entonces yo la miré también, y sonreí ligeramente.-Nos vamos, los tres.-Dije en voz algo más alta para que pudiera escucharme la vampiresa.
Tyler Chandler- Cazador Clase Alta
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Re: Las raíces de quién eres. [Priv. Bloondy Blackbird]
La vampiresa sonrió cuando le enseñaba la figura hecha con el hilo, restando importancia a lo que ocurría a su alrededor en ese momento. El cazador no pareció imutarse por la falta de concentración de la vampiresa, pero la recien descubierta prima no parecía dar mucho credito a lo que delante de ella acontecía. Más la vampiresa miró a Ryuu y asintió ante la orden de que se quedara ahí quieta mientras el hablaba con su familiar, la vampiresa asintió y siguió a lo suyo, aunque escuchaba la conversación. "Pues es guapa" comentó la rasposa voz de Bertram. -Eso dices de todas...- Respondió la vampiresa mientras seguía jugando con los hilos, Bertram dejó escapar una maliciosa risa y Bloondy sencillamente negó con la cabeza.
Más no le paso desapercivido el comentarió que hizo la cazadora. -No es mi niñero, yo me sé cuidar sola.- Dijo sin darle mucha importancia realmente al asunto. Y siguió escuchando la conversación entre los dos cazadores, no era de estrañar que Ryuu la tuviera que nombrar al resto de la familia, puesto que se ignoraban de la existencia del uno y el otro, pero mentiría si dijera que no le sorprendió la información de ella cuando dijo que tenía 10 años menos que el padre del cazador. -¿Eres vampiresa? ¿o quizás eres esclava de sangre? .- Comentó Bloondy ensantiva, no encontraba mucho sentido aunque lo cierto es que a la vampiresa las cosas de los brujos se le escapaba bastante.
No entendia mucho, pero le daba igual, pero al parecer eso no fue todo. Iba a entrenar a Ryuu para que expandiera su poder, la vampiresa levantó la vista y les observó, se levanto del suelo por que parecía que ibam a ir a algun sitio. - ¿Te vas a entrenar más? que curioso...nunca he visto como estudia un brujo, yo pensaba que se tiraban sobre un sofá y leian...uhm.- Comentó la vampiresa mientras se ponía en pie y aceleró el paso para seguirlos.
Más no le paso desapercivido el comentarió que hizo la cazadora. -No es mi niñero, yo me sé cuidar sola.- Dijo sin darle mucha importancia realmente al asunto. Y siguió escuchando la conversación entre los dos cazadores, no era de estrañar que Ryuu la tuviera que nombrar al resto de la familia, puesto que se ignoraban de la existencia del uno y el otro, pero mentiría si dijera que no le sorprendió la información de ella cuando dijo que tenía 10 años menos que el padre del cazador. -¿Eres vampiresa? ¿o quizás eres esclava de sangre? .- Comentó Bloondy ensantiva, no encontraba mucho sentido aunque lo cierto es que a la vampiresa las cosas de los brujos se le escapaba bastante.
No entendia mucho, pero le daba igual, pero al parecer eso no fue todo. Iba a entrenar a Ryuu para que expandiera su poder, la vampiresa levantó la vista y les observó, se levanto del suelo por que parecía que ibam a ir a algun sitio. - ¿Te vas a entrenar más? que curioso...nunca he visto como estudia un brujo, yo pensaba que se tiraban sobre un sofá y leian...uhm.- Comentó la vampiresa mientras se ponía en pie y aceleró el paso para seguirlos.
Elyon Enhydra- Vampiro Clase Alta
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Re: Las raíces de quién eres. [Priv. Bloondy Blackbird]
La vampiresa estaba escuchando la conversación, y respondió varias veces en mitad de dicha conversación, pero Vanessa la ignoró, unicamente mirándola de reojo esas veces. Desde luego aquella mujer no era nada sociable, o al menos eso parecía.
-Has dicho que usas magia temporal, ¿no? En ese caso, puedes vivir eternamente...
-Algo así, solo hasta que deshaga el hechizo, para un brujo novato, le costaría mucha energía, en cambio yo puedo mantenerlo sin demasiado esfuerzo. Este tipi de magia, como muchas otras, son peligrosas.-Extendió una de sus manos, dejando ver en ella una mancha oscura, era una quemadura, y parecía que casi podía verse el hueso.-Es una maldición de un demonio, puede llegar a consumirme si no emplease la magia del tiempo. ¿Bonita, eh?-Volvió a esconder la mano y suspiró. No quise hablar más sobre el tema, pues podía verse que no le agradaba a la cazadora hablar de ello.
Después de avisarle a Bloondy de que nos iríamos, ella se levantó y vino junto a nosotros, volviendi a hablar, esta vez cuestionando los entrenamientos de los brujos, a lo que Vanessa la miró algo impaciente
-No solo se basa en eso, claro que hay que leer, pero también hay que entrenarse. Tú nunca lo entenderías, tu vida se basa en morder cuellos y cargarte gente.-Aquello fue un golpe bajo, y me acerqué a Bloondy justo cuando Vanessa comenzó a andar, hice mirarme a la vampiresa y le acaricié la mejilla con delicadeza.
-No la hagas caso, no lo dice en serio.-Sonreí ligeramente y la di un pequeño beso en la frente, como si fuera un padre calmando a su hija. Después me di la vuelta y fui hacia la cazadora, esta vez algo más serio.-Oye, ten más tacto con ella, no es una mala persona.-La mujer puso los ojos en blanco sin dejar de caminar, llegamos al recibidor y esperó a que estuvieramos los tres juntos.
-Me he tomado las molestias de cojer ahora mismo vuestras cosas de la mansión de... ¿Bloondy? Es igual, no necesitaréis perder tiempo en volver allí.-
-¿Vamos a quedarnos aquí? ¿Entrenaremos en esta mansión?-Vanessa esbozó una sonrisa entre siniestra e irónica, dwspués negó con la cabeza y chasqueó los dedos, haciendo aparecer una especie de portal frente a nosotros.
-Vamos a necesitar mucho tiempo, y para ello necesitamos un lugar apropiado. Vamos.-La mujer avanzó hasta el portal y desapareció, alcé una ceja y giré la cabeza para mirar a la vampiresa. Me encogí de hombros e hice un gesto con la cabeza para que me siguiera.
Al salir de aquél portal, una fuerte luz me recibió, haciéndome llevarme una mano a la frente para hacer de visera, entrecerré los ojos hasta que me acostumbré a la luz, pudiendo ver donde nos encontrábamos: Un desierto con un pequeño oasis y una casa blanca, hecha de lo que parecía ser de arcilla.
-El sol no le hará nada a tu amiga, podéis estar tranquilos.-La cazadora se dirigió a paso lento a la casa, y yo la seguí, con Bloondy al lado.-Esta es la sala de entrenamiento, aquí el tiempo pasa más rápido que fuera, pueden pasar semanas aquí y fuera solo unas horas. Sin embargo, no envejecerás. ¿Qué os parece?
Miré con sorpresa a la vampiresa, con las cejas alzadas, y asentí lentamente, satisfecho por aquella historia. Desde luego era un buen lugar... A Aneu le hubiera gustado haber estado allí. Estaba seguro.
Entramos a la casa, la cual me sorprendió también, puesto que era mucho más grande de lo que aparentaba por fuera, no llegaba al nivel de una mansión, pero era perfecta para vivir en ella varias personas sin problemas.
-Poneos cómodos y descansad, mañana empezaremos el entrenamiento.
-Has dicho que usas magia temporal, ¿no? En ese caso, puedes vivir eternamente...
-Algo así, solo hasta que deshaga el hechizo, para un brujo novato, le costaría mucha energía, en cambio yo puedo mantenerlo sin demasiado esfuerzo. Este tipi de magia, como muchas otras, son peligrosas.-Extendió una de sus manos, dejando ver en ella una mancha oscura, era una quemadura, y parecía que casi podía verse el hueso.-Es una maldición de un demonio, puede llegar a consumirme si no emplease la magia del tiempo. ¿Bonita, eh?-Volvió a esconder la mano y suspiró. No quise hablar más sobre el tema, pues podía verse que no le agradaba a la cazadora hablar de ello.
Después de avisarle a Bloondy de que nos iríamos, ella se levantó y vino junto a nosotros, volviendi a hablar, esta vez cuestionando los entrenamientos de los brujos, a lo que Vanessa la miró algo impaciente
-No solo se basa en eso, claro que hay que leer, pero también hay que entrenarse. Tú nunca lo entenderías, tu vida se basa en morder cuellos y cargarte gente.-Aquello fue un golpe bajo, y me acerqué a Bloondy justo cuando Vanessa comenzó a andar, hice mirarme a la vampiresa y le acaricié la mejilla con delicadeza.
-No la hagas caso, no lo dice en serio.-Sonreí ligeramente y la di un pequeño beso en la frente, como si fuera un padre calmando a su hija. Después me di la vuelta y fui hacia la cazadora, esta vez algo más serio.-Oye, ten más tacto con ella, no es una mala persona.-La mujer puso los ojos en blanco sin dejar de caminar, llegamos al recibidor y esperó a que estuvieramos los tres juntos.
-Me he tomado las molestias de cojer ahora mismo vuestras cosas de la mansión de... ¿Bloondy? Es igual, no necesitaréis perder tiempo en volver allí.-
-¿Vamos a quedarnos aquí? ¿Entrenaremos en esta mansión?-Vanessa esbozó una sonrisa entre siniestra e irónica, dwspués negó con la cabeza y chasqueó los dedos, haciendo aparecer una especie de portal frente a nosotros.
-Vamos a necesitar mucho tiempo, y para ello necesitamos un lugar apropiado. Vamos.-La mujer avanzó hasta el portal y desapareció, alcé una ceja y giré la cabeza para mirar a la vampiresa. Me encogí de hombros e hice un gesto con la cabeza para que me siguiera.
Al salir de aquél portal, una fuerte luz me recibió, haciéndome llevarme una mano a la frente para hacer de visera, entrecerré los ojos hasta que me acostumbré a la luz, pudiendo ver donde nos encontrábamos: Un desierto con un pequeño oasis y una casa blanca, hecha de lo que parecía ser de arcilla.
-El sol no le hará nada a tu amiga, podéis estar tranquilos.-La cazadora se dirigió a paso lento a la casa, y yo la seguí, con Bloondy al lado.-Esta es la sala de entrenamiento, aquí el tiempo pasa más rápido que fuera, pueden pasar semanas aquí y fuera solo unas horas. Sin embargo, no envejecerás. ¿Qué os parece?
Miré con sorpresa a la vampiresa, con las cejas alzadas, y asentí lentamente, satisfecho por aquella historia. Desde luego era un buen lugar... A Aneu le hubiera gustado haber estado allí. Estaba seguro.
Entramos a la casa, la cual me sorprendió también, puesto que era mucho más grande de lo que aparentaba por fuera, no llegaba al nivel de una mansión, pero era perfecta para vivir en ella varias personas sin problemas.
-Poneos cómodos y descansad, mañana empezaremos el entrenamiento.
Tyler Chandler- Cazador Clase Alta
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Re: Las raíces de quién eres. [Priv. Bloondy Blackbird]
Escuchaba las palabras de aquella bruja, como se detiene el tiempo y como a unos les cuesta y que a ella no es el caso, enseño una rara herida que por lo que entenedió Bloondy era obra de un demonio. Bloondy alzó la ceja y observó como Ryuu fue comprensivo con ella, mientras iba la vampiresa tras ello, más se detuvo cuando la cazadora volvió a hablarla, los ojos de Bloondy se cernió a una mirada sumamente siniestra. -Tambien torturo a gente de inteligencia baja puedo empezar contigo.- Gruñó avanzando hacía ella, pero Ryuu volvió a interponerse, la calmo ciertamente, pero no evito que la fulminase con la mirada. -Arpia...- Comentó por lo bajo mientras los seguia.
Más la información de que se había colado en su mansión no le hizo ninguna gracia, la vampiresa ante eso solo ladeó la cabeza con semblante serio, a veces de verdad entendia a su hermano cuando decía que había que arrasarlos a todos, y ahora esos pensamientos homicidas eran los que le pasaron por su mente, más no se le notaron exteriormente, ninguno de los dos tenían el suficiente conocimiento de la vampiresa como saber cuando los pensamientos más oscuros le paseaban por la mente. Más en circunstancias como esta su hermano solo tendría que chasquear los dedos y ella haría la masacre gustosamente, crujió su cuello de manera lenta y agresiva, pero seguía con un rostro absoluta e inquietantemente inexpresivo.
Obsevó como la cazadora se metía en el portal y despues Ryuu sin mostrar mucho entusiasmo en su mirada ella lo atravesó. -Bienvenidos al pais de las maravillas Alicia.- Dijo sacando un pequeño paragüas y abriendolo, era de color negro, y aunque la cazadora dijo que el sol no le dañaría Bloondy se encogió de hombros. -No em gusta tanta luz.- Gruño Bloondy de notable mal humor. Simplemente no respondía a la cuestión de la cazadora y se dedicaba a observar la casa.
La cazadora indicó que se pusieran comodos, pero ella chasqueó la lengua a pesar de que se fuera para dejarles escapar, se giró a Ryuu. -Quiero abrirla el creno...tambien me seduce la idea de lanzarla por el balcon con una soga al cuello y las tropas fuera...no me decido- Dijo ampliando una sadica sonrisa, para repentinamente ponerse sería y dejarse caer entrelazando los dedos tras la nuca y mirando el techo, con esa cara inespresiva.
Más la información de que se había colado en su mansión no le hizo ninguna gracia, la vampiresa ante eso solo ladeó la cabeza con semblante serio, a veces de verdad entendia a su hermano cuando decía que había que arrasarlos a todos, y ahora esos pensamientos homicidas eran los que le pasaron por su mente, más no se le notaron exteriormente, ninguno de los dos tenían el suficiente conocimiento de la vampiresa como saber cuando los pensamientos más oscuros le paseaban por la mente. Más en circunstancias como esta su hermano solo tendría que chasquear los dedos y ella haría la masacre gustosamente, crujió su cuello de manera lenta y agresiva, pero seguía con un rostro absoluta e inquietantemente inexpresivo.
Obsevó como la cazadora se metía en el portal y despues Ryuu sin mostrar mucho entusiasmo en su mirada ella lo atravesó. -Bienvenidos al pais de las maravillas Alicia.- Dijo sacando un pequeño paragüas y abriendolo, era de color negro, y aunque la cazadora dijo que el sol no le dañaría Bloondy se encogió de hombros. -No em gusta tanta luz.- Gruño Bloondy de notable mal humor. Simplemente no respondía a la cuestión de la cazadora y se dedicaba a observar la casa.
La cazadora indicó que se pusieran comodos, pero ella chasqueó la lengua a pesar de que se fuera para dejarles escapar, se giró a Ryuu. -Quiero abrirla el creno...tambien me seduce la idea de lanzarla por el balcon con una soga al cuello y las tropas fuera...no me decido- Dijo ampliando una sadica sonrisa, para repentinamente ponerse sería y dejarse caer entrelazando los dedos tras la nuca y mirando el techo, con esa cara inespresiva.
Elyon Enhydra- Vampiro Clase Alta
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Re: Las raíces de quién eres. [Priv. Bloondy Blackbird]
La vampiresa se mostró molesta, y con ganas de acabar con Vanessa, lo que en parte entendía totalmente, pues las formas de mi prima no eran las más correctas. Pero había que aguantar con aquello.
-Será un tiempo, tú aguanta, y podremos volver a París.-Dije tratando de calmarla, aunque en parte sabía que acabaría haciéndolo, de una forma o de otra. Las voces se encargarían de ello, o eso esperaba, y que no la diese un brote de locura asesina.
Después de cenar, fui directo a una de las habitaciones que tenía aquella enorme casa, estaba bien decorada, lo justo para no resultar incómoda, igual que los muebles. Cogí la bolsa de viaje y saqué toda la ropa, colocándola en el armario, algo me decía que no sería suficiente para el tiempo que pasaría allí, ya lo dijo Vanessa: El entrenamiento iba a ser duro y largo, no bastaría con solo un par de días.
Después de colocar la ropa, me quité las correas que sujetaban las armas y las dejé sobre una silla, para después sentarme en el borde de la cama. Entonces, alguien llamó a la puerta.
-Adelante.-La puerta se abrió y entró Vanessa, despacio, cerrando la puerta tras de sí. Se apoyó en ella y me miró, a lo que yo la saludé con la cabeza. Estaba demasiado cansado como para estar de conversación, pero tendría que joderme. Al fin y al cabo, iba a hacerme el favor de entrenarme.
-Se que estás cansado.-La mujer parecía como si me hubiera leído el pensamiento, y yo solo sonreí ligeramente y me encogí de hombros. Vanessa se sentó en una silla que estaba en la esquina de la habitación y me miró.-Solo venía a pedirte disculpas por lo que pasó en la mansión, aquél licántropo que mataste era uno de los muchos que han intentado entrar, todos de la misma manada. De la manada que matóba tus padres... Y a mi familia.-Aquello último me hizo girar la cabeza y mirarla fíjamente, mirar un rostro ensombrecido y totalmente serio. Sin embargo, no pude articular palabra, pues tampoco sabía que decir. La mujer suspiró y asintió.-Sí Ryuu, yo también tuve familia: Un marido y un hijo. Ambos asesinados por ese asqueroso animal...-El tono en sus palabras estaba cargado de dolor e ira, aunque su rostro intentaba disimular tranquilidad. Tragué saliva y cerré las manos con fuerza. Sentía el mismo dolor que ella, por lo que entendía que hablase de aquella forma.
-Está en París... Aneu y yo fuimos atacados por su manada, y él estaba allí, observando... Fuí a por él días después y estuvo a punto de matarme, pero me dejó con vida, en medio del bosque.-La mujer soltó una maldición en voz baja y se levantó para sentarse junto a mi, al borde de la cama también.-Si ahora vas a entrenarme, te juro que acabaré con él, haré todo lo posible para que ese asesino tenga su castigo.-Aquello le hizo sonreír a la mujer de forma cansada, me acarició la mejilla y asintió, para después separarse un poco y mirar al suelo.
-Eres igual que tu padre, él hablaba igual, siempre hablaba de hacer justicia... Eso es muy noble, ¿sabes? Pero a veces no solo vale con eso...-Se levantó y se dirigió a la puerta, cogió el pomo de ésta y se giró para mirarme una vez más.-Te entrenaré para que hagas lo correcto, pero no olvides que él forma parte de algo más grande.
-Finalmente abrió la puerta y salió de la habitación, dejándome de nuevo solo, en silencio. Suspiré y dejé caer el resto del cuerpo sobre el colchón, cerrando lentamente los ojos hasta quedarme completamente dormido.
-¡¡VAMOS HOLGAZÁN, ES HORA DE ENTRENAR!!-Aquella voz y un cubo de agua fría fueron los elementos que empleó Vanessa para despertarme, haciéndome pegar un salto de la cama al suelo, cayendo en éste y soltando una maldición. La mujer solto una carcajada y salió de la habitación. Me levanté gruñendo y mirando a la puerta, respiré hondo y me vestí y me equipé para salir a entrenar.
Salí con ropa nueva y seca, directamente a la cocina,
donde encontré solo a Vanessa, entonces me di cuenta de que no entraba casi luz por las ventanas. Alcé una ceja y me senté en una silla, desayunando lo que la cazadora había preparado.
-Antes de que lo preguntes: Sí, es pronto, son las las seis y media de la madrugada. La mejor hora para entrenar.
-Estás loca...
-Sí, mucho.-La cazadora se apoyó en uno de los muebles de la cocina y esperó a que desayunase. Después me llevó al exterior y empezó el entrenamiento:
-Lo primero que tienes que aprender es cómo controlar tu energía, Bloondy me ha contado que hace dos noches, soltaste una descarga eléctrica que la noqueó. Eso no está mal, pero, ¿sabrías repetirlo?
-No creo... Cuando lo hice, ni siquiera era yo mismo, perdí el control de todo.-
-Entiendo...-La mujer se quedó pensativa unos segundos, entonces desapareció de pronto y algo me golpeó en la espalda, empujándome hacia delante y obligándome a amortiguar la caída rodando por el suelo. Me levanté y comprobé que era Vanessa, pero no me dió tiempo a más, pues volvió a golpearme aprovechando mi sorpresa, dejándome semiinconsciente en el suelo, pues me propinó una fuerte patada en la cabeza. Se puso encima de mí y siguió golpeándome con los puños en la cara, una y otra vez. ¿Es que se había vuelto loca?
Entonces, sentí cómo una energía de mi interior inundaba mi cuerpo, tal como la noche de la mansión, abrí los ojos, que se habían vuelto brillantes y de un color blanco, y mi cuerpo se rodeó de rayos, que se concentraron en una sola zona y salieron disparados hacia la cazadora. La cual desapareció justo antes de impactarla. Me levanté y la busqué, estaba a mi derecha, a varios metros más lejos, con una sonrisa en la cara.
-Premio.-Me miré las manos, y después el resto del cuerpo, sorprendido, y poco a poco los rayos fueron desapareciendo de nuevo. Miré a la mujer, sin palabras.-Vamos a curarte y prosigamos, nos queda mucho trabajo.
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Transcurrieron días, semanas, meses... Casi perdía la noción del tiempo en aquél lugar, donde no tenía más entretenimiento que hablar con Bloondy y de vez en cuando con Vanessa en los ratos libres. Ésta última ya había cogido la costumbre de despertarme siempre con un cubo de agua fría y una voz, lo que hacía que me levantara de muy mal humor durante un rato, pero servía para encontrar ese "control de la energía" del que tanto hablaba. A parte de los entrenamientos, me dió una gran cantidad de libros y me ordenó que los leyera, pues me ayudarían con los hechizos, o eso decía ella.
Después de un tiempo, comencé a controlar aquella energía, pudiendo hacer aparecer los rayos cuando yo quisiera, y no solo eso, si no que muchos otros hechizos llegué a controlarlos con gran habilidad. Sorprendiendo a la mujer gratamente, pues dijo que avanzaba con gran rapidez, y eso era bueno.
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Siguió pasando el tiempo, un año exactamente, ya dominaba toda clase de hechizos elementales, entre ellos el teletransporte. Vanessa y yo ya empezábamos a tener combates que mezclaban la magia con el combate básico. Incluso me enseñó algo que desconocía de mi espada, y era el poder despertarla.
Aquello consistía en, literalmente, buscar el espíritu que la contenía, pues tenía vida propia, y pronunciar su nombre. Aquello me costó más de lo que pensaba, pero al final lo conseguí, y el resultado fue algo espectacular.
Un día, después de haber entrenado, sentí curiosidad por unos libros que Vanessa mantenía ocultos y que solo sacaba cuando nadie estaba delante, ¿cómo sabía de su existencia? Símplemente la descubrí sacándolos cuando salí a tomar el aíre por la noche, y me mantuve escondido espiándola.
Volviendo al tema, aquél día me colé en su habitación y cogí los libros, los llevé a mi habitación y me encerré con la excusa de que iba a estudiar.
En parte era verdad, pero no era cualquier libro.
Al revisar los libros, descubrí que se trataban de magia demoniaca, de sangre y temporal. Ésta última era de la que me habló Vanessa en la mansión, y era la que la mantenía tan joven.
Aquella noche, después de haberlos leído todos, sobre todo el de magia demoníaca, salí de la casa y me alejé bastante para probar uno de aquellos rituales para invocar a un demonio. Preparé el círculo de runas y de protección y cogí el cuchillo para hacerme un corte en la mano y dejar caer varias gotas de sangre dentro del círculo mientras pronunciaba las palabras que decía el libro.
-Ji sîran, ez ji we re emir dikim ku ez werim ba min. Ji deriyê dojehê, ez ji we re emir dikim. Biçe dengê min.
Esperé durante unos segundos, segundos en los que no pasó absolútamente nada. Solté una maldición y me giré para coger de nuevo el libro, y justo en ese momento, una explosión dentro del círculo me tiró al suelo, haciéndome rodar. Tosí polvo que había respirado por la explosión, y miré de nuevo al círculo, y allí estaba: El demonio que había invocado, apoyado en una roca ardiente y observando un corazón que tenía en la mano.
Me acerqué al círculo, quedándome en el borde, y extendí un brazo, apuntándo con la mano abierta al demonio.
-Navê min, cinan ji min re bêjin..(Dime tu nombre, demonio.)-El demonio giró la cabeza para mirarme un momento, clavando sus ojos llameantes en mi, y después volvió a mirar al corazón.
-Ji ber ku ew li we re bistînin.(Que te den por el culo)-Aquello me enfadó de sobremanera, y entré al círculo, a lo que el demonio volvió a girar la cabeza para mirarme, me acerqué a él a paso firme, y deshizo el corazón en cenizas antes de quitarse de la roca y acercarse a mi. Justo antes de tenerlo encima, junté las manos y una onda expansiva lo echó hacia atrás, y mi cuerpo comenzó a brillar, aprovechando aquella corriente de aire salté sobre él y le agarré la cabeza con ambas manos, haciéndole gritar de dolor, pues aquella luz le quemaba.
-¡¡Navê min, cinan ji min re bêjin!!-
-¡¡Koth'Ra!! Navê min e Koth'Ra (Kothra!!, me llamo Koth'Ra)-Rugió el demonio, entonces le solté y retrocedí, deshaciendo aquél hechizo que le quemaba.
Sonreí y me alejé del círculo, haciendo desaparecer el círculo y al demonio con él.
Había sido un gran avance.
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Al día siguiente, me despertó la voz de Vanessa, pero esta vez se quedó a medias, y soltó un grito de sorpresa y una maldición. Me desperté con normalidad y miré a la mujer, que aún permanecía allí, alcé una ceja y fruncí el ceño.
-¿Qué pasa?-
-Tu pelo... Tu cuerpo...
-¿Qué pasa? ¿Ahora te gusto?... ¿¡Qué cojones!?-Al levantarme y mirarme al espejo, lo primero que vi fue a alguien que no era yo. No era Ryuu: Mi pelo había crecido y se había tornado oscuro, mi cuerpo se había llenado de tatuajes que antes no tenía y... En definitiva, no era yo.
Un puñetazo en la cara interumpió mi vista a mi nuevo aspecto, y llevándome una mano a la cara, pude ver a una furiosa Vanessa sujetando los libros que le había cogido el día anterior.
-Te dije que era magia peligrosa, y ahora mirate... Podías haber muerto, gilipollas.-Salió por la puerta y me dejó solo, volví a acercarme al espejo y me mirénde arriba a abajo.
No estaba nada mal.
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Mi entrenamiento estaba llegando a su fin, después de un tiempo. Lo sabía porque ya había dominado todos los libros y lecciones que Vanessa podía darme, llegando incluso a superarla.
Desconocía el tiempo exacto que había pasado, cinco años quizás. Mi cuerpo se había llenado totalmente de tatuajes, tatuajes que descubrí que se movían cuando pretendía hacer alguna clase de hechizo de aquella magia prohibida de Vanessa. Magia que seguía entrenando a escondidas de ella.
La mujer había abierto de nuevo aquel portal que nos trajo tiempo atrás a aquel lugar de entrenamiento. La chica esperaba allí, cruzada de brazos, y cuando llegamos, me miró fíjamente. Seria.
-Ahora es tu momento de hacer lo correcto... Solo ten cuidado, y no mueras en el intento. Vales mucho, Ryuu. Aunque seas muy gilipollas a veces.-Sonrió ligeramente y se acercó a la vampiresa, con la cual al final había formado una buena relación, pese a haber empezado con mala pata y teniendo en cuenta que Bloondy era Bloondy. La cogió de los hombros con cuidado y la miró.
-Cuidaos ahí afuera, Bloon.
-Será un tiempo, tú aguanta, y podremos volver a París.-Dije tratando de calmarla, aunque en parte sabía que acabaría haciéndolo, de una forma o de otra. Las voces se encargarían de ello, o eso esperaba, y que no la diese un brote de locura asesina.
Después de cenar, fui directo a una de las habitaciones que tenía aquella enorme casa, estaba bien decorada, lo justo para no resultar incómoda, igual que los muebles. Cogí la bolsa de viaje y saqué toda la ropa, colocándola en el armario, algo me decía que no sería suficiente para el tiempo que pasaría allí, ya lo dijo Vanessa: El entrenamiento iba a ser duro y largo, no bastaría con solo un par de días.
Después de colocar la ropa, me quité las correas que sujetaban las armas y las dejé sobre una silla, para después sentarme en el borde de la cama. Entonces, alguien llamó a la puerta.
-Adelante.-La puerta se abrió y entró Vanessa, despacio, cerrando la puerta tras de sí. Se apoyó en ella y me miró, a lo que yo la saludé con la cabeza. Estaba demasiado cansado como para estar de conversación, pero tendría que joderme. Al fin y al cabo, iba a hacerme el favor de entrenarme.
-Se que estás cansado.-La mujer parecía como si me hubiera leído el pensamiento, y yo solo sonreí ligeramente y me encogí de hombros. Vanessa se sentó en una silla que estaba en la esquina de la habitación y me miró.-Solo venía a pedirte disculpas por lo que pasó en la mansión, aquél licántropo que mataste era uno de los muchos que han intentado entrar, todos de la misma manada. De la manada que matóba tus padres... Y a mi familia.-Aquello último me hizo girar la cabeza y mirarla fíjamente, mirar un rostro ensombrecido y totalmente serio. Sin embargo, no pude articular palabra, pues tampoco sabía que decir. La mujer suspiró y asintió.-Sí Ryuu, yo también tuve familia: Un marido y un hijo. Ambos asesinados por ese asqueroso animal...-El tono en sus palabras estaba cargado de dolor e ira, aunque su rostro intentaba disimular tranquilidad. Tragué saliva y cerré las manos con fuerza. Sentía el mismo dolor que ella, por lo que entendía que hablase de aquella forma.
-Está en París... Aneu y yo fuimos atacados por su manada, y él estaba allí, observando... Fuí a por él días después y estuvo a punto de matarme, pero me dejó con vida, en medio del bosque.-La mujer soltó una maldición en voz baja y se levantó para sentarse junto a mi, al borde de la cama también.-Si ahora vas a entrenarme, te juro que acabaré con él, haré todo lo posible para que ese asesino tenga su castigo.-Aquello le hizo sonreír a la mujer de forma cansada, me acarició la mejilla y asintió, para después separarse un poco y mirar al suelo.
-Eres igual que tu padre, él hablaba igual, siempre hablaba de hacer justicia... Eso es muy noble, ¿sabes? Pero a veces no solo vale con eso...-Se levantó y se dirigió a la puerta, cogió el pomo de ésta y se giró para mirarme una vez más.-Te entrenaré para que hagas lo correcto, pero no olvides que él forma parte de algo más grande.
-Finalmente abrió la puerta y salió de la habitación, dejándome de nuevo solo, en silencio. Suspiré y dejé caer el resto del cuerpo sobre el colchón, cerrando lentamente los ojos hasta quedarme completamente dormido.
-¡¡VAMOS HOLGAZÁN, ES HORA DE ENTRENAR!!-Aquella voz y un cubo de agua fría fueron los elementos que empleó Vanessa para despertarme, haciéndome pegar un salto de la cama al suelo, cayendo en éste y soltando una maldición. La mujer solto una carcajada y salió de la habitación. Me levanté gruñendo y mirando a la puerta, respiré hondo y me vestí y me equipé para salir a entrenar.
Salí con ropa nueva y seca, directamente a la cocina,
donde encontré solo a Vanessa, entonces me di cuenta de que no entraba casi luz por las ventanas. Alcé una ceja y me senté en una silla, desayunando lo que la cazadora había preparado.
-Antes de que lo preguntes: Sí, es pronto, son las las seis y media de la madrugada. La mejor hora para entrenar.
-Estás loca...
-Sí, mucho.-La cazadora se apoyó en uno de los muebles de la cocina y esperó a que desayunase. Después me llevó al exterior y empezó el entrenamiento:
-Lo primero que tienes que aprender es cómo controlar tu energía, Bloondy me ha contado que hace dos noches, soltaste una descarga eléctrica que la noqueó. Eso no está mal, pero, ¿sabrías repetirlo?
-No creo... Cuando lo hice, ni siquiera era yo mismo, perdí el control de todo.-
-Entiendo...-La mujer se quedó pensativa unos segundos, entonces desapareció de pronto y algo me golpeó en la espalda, empujándome hacia delante y obligándome a amortiguar la caída rodando por el suelo. Me levanté y comprobé que era Vanessa, pero no me dió tiempo a más, pues volvió a golpearme aprovechando mi sorpresa, dejándome semiinconsciente en el suelo, pues me propinó una fuerte patada en la cabeza. Se puso encima de mí y siguió golpeándome con los puños en la cara, una y otra vez. ¿Es que se había vuelto loca?
Entonces, sentí cómo una energía de mi interior inundaba mi cuerpo, tal como la noche de la mansión, abrí los ojos, que se habían vuelto brillantes y de un color blanco, y mi cuerpo se rodeó de rayos, que se concentraron en una sola zona y salieron disparados hacia la cazadora. La cual desapareció justo antes de impactarla. Me levanté y la busqué, estaba a mi derecha, a varios metros más lejos, con una sonrisa en la cara.
-Premio.-Me miré las manos, y después el resto del cuerpo, sorprendido, y poco a poco los rayos fueron desapareciendo de nuevo. Miré a la mujer, sin palabras.-Vamos a curarte y prosigamos, nos queda mucho trabajo.
---------------
Transcurrieron días, semanas, meses... Casi perdía la noción del tiempo en aquél lugar, donde no tenía más entretenimiento que hablar con Bloondy y de vez en cuando con Vanessa en los ratos libres. Ésta última ya había cogido la costumbre de despertarme siempre con un cubo de agua fría y una voz, lo que hacía que me levantara de muy mal humor durante un rato, pero servía para encontrar ese "control de la energía" del que tanto hablaba. A parte de los entrenamientos, me dió una gran cantidad de libros y me ordenó que los leyera, pues me ayudarían con los hechizos, o eso decía ella.
Después de un tiempo, comencé a controlar aquella energía, pudiendo hacer aparecer los rayos cuando yo quisiera, y no solo eso, si no que muchos otros hechizos llegué a controlarlos con gran habilidad. Sorprendiendo a la mujer gratamente, pues dijo que avanzaba con gran rapidez, y eso era bueno.
--------------
Siguió pasando el tiempo, un año exactamente, ya dominaba toda clase de hechizos elementales, entre ellos el teletransporte. Vanessa y yo ya empezábamos a tener combates que mezclaban la magia con el combate básico. Incluso me enseñó algo que desconocía de mi espada, y era el poder despertarla.
Aquello consistía en, literalmente, buscar el espíritu que la contenía, pues tenía vida propia, y pronunciar su nombre. Aquello me costó más de lo que pensaba, pero al final lo conseguí, y el resultado fue algo espectacular.
Un día, después de haber entrenado, sentí curiosidad por unos libros que Vanessa mantenía ocultos y que solo sacaba cuando nadie estaba delante, ¿cómo sabía de su existencia? Símplemente la descubrí sacándolos cuando salí a tomar el aíre por la noche, y me mantuve escondido espiándola.
Volviendo al tema, aquél día me colé en su habitación y cogí los libros, los llevé a mi habitación y me encerré con la excusa de que iba a estudiar.
En parte era verdad, pero no era cualquier libro.
Al revisar los libros, descubrí que se trataban de magia demoniaca, de sangre y temporal. Ésta última era de la que me habló Vanessa en la mansión, y era la que la mantenía tan joven.
Aquella noche, después de haberlos leído todos, sobre todo el de magia demoníaca, salí de la casa y me alejé bastante para probar uno de aquellos rituales para invocar a un demonio. Preparé el círculo de runas y de protección y cogí el cuchillo para hacerme un corte en la mano y dejar caer varias gotas de sangre dentro del círculo mientras pronunciaba las palabras que decía el libro.
-Ji sîran, ez ji we re emir dikim ku ez werim ba min. Ji deriyê dojehê, ez ji we re emir dikim. Biçe dengê min.
Esperé durante unos segundos, segundos en los que no pasó absolútamente nada. Solté una maldición y me giré para coger de nuevo el libro, y justo en ese momento, una explosión dentro del círculo me tiró al suelo, haciéndome rodar. Tosí polvo que había respirado por la explosión, y miré de nuevo al círculo, y allí estaba: El demonio que había invocado, apoyado en una roca ardiente y observando un corazón que tenía en la mano.
Me acerqué al círculo, quedándome en el borde, y extendí un brazo, apuntándo con la mano abierta al demonio.
-Navê min, cinan ji min re bêjin..(Dime tu nombre, demonio.)-El demonio giró la cabeza para mirarme un momento, clavando sus ojos llameantes en mi, y después volvió a mirar al corazón.
-Ji ber ku ew li we re bistînin.(Que te den por el culo)-Aquello me enfadó de sobremanera, y entré al círculo, a lo que el demonio volvió a girar la cabeza para mirarme, me acerqué a él a paso firme, y deshizo el corazón en cenizas antes de quitarse de la roca y acercarse a mi. Justo antes de tenerlo encima, junté las manos y una onda expansiva lo echó hacia atrás, y mi cuerpo comenzó a brillar, aprovechando aquella corriente de aire salté sobre él y le agarré la cabeza con ambas manos, haciéndole gritar de dolor, pues aquella luz le quemaba.
-¡¡Navê min, cinan ji min re bêjin!!-
-¡¡Koth'Ra!! Navê min e Koth'Ra (Kothra!!, me llamo Koth'Ra)-Rugió el demonio, entonces le solté y retrocedí, deshaciendo aquél hechizo que le quemaba.
Sonreí y me alejé del círculo, haciendo desaparecer el círculo y al demonio con él.
Había sido un gran avance.
------------
Al día siguiente, me despertó la voz de Vanessa, pero esta vez se quedó a medias, y soltó un grito de sorpresa y una maldición. Me desperté con normalidad y miré a la mujer, que aún permanecía allí, alcé una ceja y fruncí el ceño.
-¿Qué pasa?-
-Tu pelo... Tu cuerpo...
-¿Qué pasa? ¿Ahora te gusto?... ¿¡Qué cojones!?-Al levantarme y mirarme al espejo, lo primero que vi fue a alguien que no era yo. No era Ryuu: Mi pelo había crecido y se había tornado oscuro, mi cuerpo se había llenado de tatuajes que antes no tenía y... En definitiva, no era yo.
Un puñetazo en la cara interumpió mi vista a mi nuevo aspecto, y llevándome una mano a la cara, pude ver a una furiosa Vanessa sujetando los libros que le había cogido el día anterior.
-Te dije que era magia peligrosa, y ahora mirate... Podías haber muerto, gilipollas.-Salió por la puerta y me dejó solo, volví a acercarme al espejo y me mirénde arriba a abajo.
No estaba nada mal.
-------------
Mi entrenamiento estaba llegando a su fin, después de un tiempo. Lo sabía porque ya había dominado todos los libros y lecciones que Vanessa podía darme, llegando incluso a superarla.
Desconocía el tiempo exacto que había pasado, cinco años quizás. Mi cuerpo se había llenado totalmente de tatuajes, tatuajes que descubrí que se movían cuando pretendía hacer alguna clase de hechizo de aquella magia prohibida de Vanessa. Magia que seguía entrenando a escondidas de ella.
La mujer había abierto de nuevo aquel portal que nos trajo tiempo atrás a aquel lugar de entrenamiento. La chica esperaba allí, cruzada de brazos, y cuando llegamos, me miró fíjamente. Seria.
-Ahora es tu momento de hacer lo correcto... Solo ten cuidado, y no mueras en el intento. Vales mucho, Ryuu. Aunque seas muy gilipollas a veces.-Sonrió ligeramente y se acercó a la vampiresa, con la cual al final había formado una buena relación, pese a haber empezado con mala pata y teniendo en cuenta que Bloondy era Bloondy. La cogió de los hombros con cuidado y la miró.
-Cuidaos ahí afuera, Bloon.
Tyler Chandler- Cazador Clase Alta
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Fecha de inscripción : 15/09/2017
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Re: Las raíces de quién eres. [Priv. Bloondy Blackbird]
La tranquilidad volvía a cernirse sobre la vampiresa, que encontró la calma cuando pudo bajar la guardía un poco, estar tanto tiempo tensa hacía más suceptible el mar humor en la mente de la cainita, que a veces con las voces que la machacaban la mente la ensordecían, pero por suerte no estaba en ese estremo y cuando se tumbó para un descanso la mente se le despejó apropiadamente. Vanessa entró energeticamente a despertar al cazador, Bloondy gruñía por la perece que tenía al levantarse, pero no le quedó más remedio, y asi lo hizo, aprovechando los dias para limar asperezas con aquella mujer, por que Ryuu así lo quería, los Blackbird se destacaban por ser orgullosos, pero ahora eran otros asuntos los que inmiscuian allí.
El tiempo pasaba, y el desarrolló de las habilidades de Ryuu era ciertamente impresionante, ella se levantaba a acompañarlos y paseaba o se bebía los libros mientras observaba como día a día la cosa mejoraba, el cazador desde luego iba a ser un enorme rival duro a avatir si tuviera que enfrentarse a él, jugaba con su parasol dandole vueltas, observando los combates que desarrollaba con su prima.
Más la cosa no acababa ahí, en silencio Bloondy observaba como las habilidades de Ryuu se convertían en algo aterrador, y lo cierto que su mente se rompió un poco más cuando llego a la invocación demoniaca, algo similar había visto hacer a su hermano, pero nunca algo como eso, eso provocó que Bloondy que provoco posteriormente se comportase de erratica forma, sollozos y extremo nerviosismo durante bastante tiempo debido a esa visión.
Trás eso hubo un cambio, Bloondy se despertó con facilidad, puesto que la imagen del demonio le inquietaba y evitaba que la vampiresa disfrutase de un sueño profundo, los gritos de Vanessa la alteraron y fue al encuentro buscando saber cual era el motivo de tanto escandalo, y no fue para menos, la vampiresa se plantó con los ojos muy abiertos observando lo que le había ocurrido a Ryuu. Ya no era como antes...no...ahora su aspecto se había vuelto más siniestro..más oscuros. -Ryuu...¡¡Ryuu!!.- Gritó la vampiresa mirandole ojiplatica, pero simplemente dejo ver lo que había hecho ese tipo de magia.
Más parecía que todo llegaba a su final, de esa estraña instancía, de ese estraño alternativo más bloondy miraba a los cazadores en un estado de aturdimiento y totalmente desubicada, más no lo mostraba, simplemente les sonreía sin más. Perdida en los aterradores acontecimientos que había presenciado, se mostraba algo distante, mientras no podía dejar de mirar el nuevo aspecto del cazador. Sonrió a la vampiresa, despidiendo con la mano a la cazadora.
El tiempo pasaba, y el desarrolló de las habilidades de Ryuu era ciertamente impresionante, ella se levantaba a acompañarlos y paseaba o se bebía los libros mientras observaba como día a día la cosa mejoraba, el cazador desde luego iba a ser un enorme rival duro a avatir si tuviera que enfrentarse a él, jugaba con su parasol dandole vueltas, observando los combates que desarrollaba con su prima.
Más la cosa no acababa ahí, en silencio Bloondy observaba como las habilidades de Ryuu se convertían en algo aterrador, y lo cierto que su mente se rompió un poco más cuando llego a la invocación demoniaca, algo similar había visto hacer a su hermano, pero nunca algo como eso, eso provocó que Bloondy que provoco posteriormente se comportase de erratica forma, sollozos y extremo nerviosismo durante bastante tiempo debido a esa visión.
Trás eso hubo un cambio, Bloondy se despertó con facilidad, puesto que la imagen del demonio le inquietaba y evitaba que la vampiresa disfrutase de un sueño profundo, los gritos de Vanessa la alteraron y fue al encuentro buscando saber cual era el motivo de tanto escandalo, y no fue para menos, la vampiresa se plantó con los ojos muy abiertos observando lo que le había ocurrido a Ryuu. Ya no era como antes...no...ahora su aspecto se había vuelto más siniestro..más oscuros. -Ryuu...¡¡Ryuu!!.- Gritó la vampiresa mirandole ojiplatica, pero simplemente dejo ver lo que había hecho ese tipo de magia.
Más parecía que todo llegaba a su final, de esa estraña instancía, de ese estraño alternativo más bloondy miraba a los cazadores en un estado de aturdimiento y totalmente desubicada, más no lo mostraba, simplemente les sonreía sin más. Perdida en los aterradores acontecimientos que había presenciado, se mostraba algo distante, mientras no podía dejar de mirar el nuevo aspecto del cazador. Sonrió a la vampiresa, despidiendo con la mano a la cazadora.
Elyon Enhydra- Vampiro Clase Alta
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Fecha de inscripción : 07/03/2017
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