AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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walking among beasts (Libre)
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walking among beasts (Libre)
Al atardecer, observando los ultimos rayos de sol que daba paso a la noche, el bosque se cernía oscuro, pero no bajo la visión de la rubia cambiante que se abría paso, una noche libre, una noche para disfrutar a su antojo, y ahora se le hacía mas gratificante un paseo por el bosque, alejandose un poco de la ciudad y de su ajetreo, ruidoso ajetreo, esta noche no le apetecía robar carteras a los ricachones, o que el resto de la gente la observase sus particulares habilidades acrobaticas y contorsionistas, ni siquiera la habilidad para bailar con el aro o las simples malabares con las que deleitaba al publico, normalmente de gustosa forma.
Pero esa noche no, esa noche le apetecía estar un poco más en comunión con su lado más salvaje, de vez en cuando necesitaba desfogarse como quien diría, buscando un lugar donde dejar sus cosas para cambiar su forma al de un tigre enorme y dorado, dió un rugido y se dedicó a custodiar la zona y aprovechar para cazar algo, algun animal que le sirviera de comida, puesto que no le incomodaba el sabor a sangre y la carne cruda. Pero la opción fue directa a por cazar algún pez en el rio que había proximo, eso siempre era algo que a la cambiante le solía apetecer, más despues de deborar al pez que consiguió dar caza volvió a cambiar a su aspecto humano recuperando sus pertenencias tras el cambio dado.
Aprovechó para ascender a las ramas de un enorme arbol, no muy alta pues quería estar atenta, observaba el cielo, mirando la luna que empezaba a asomar, se preguntaba que estado estarían los que se dejaban influenciar por la luna, o si era la única encauta que se había atrevido a adentrarse en el bosque aquella noche, ciertamente le gustaba esa sensación de tener que estar alerta, sentía más en comunión con su naturaleza animal, siempre le era divertido el disfrute del aire libre. Cerró los ojos mientras de manera olfateaba disimuladamente el aire, en busca de quien pudiera aproximarse a su zona de descanso en ese momento.
Pero esa noche no, esa noche le apetecía estar un poco más en comunión con su lado más salvaje, de vez en cuando necesitaba desfogarse como quien diría, buscando un lugar donde dejar sus cosas para cambiar su forma al de un tigre enorme y dorado, dió un rugido y se dedicó a custodiar la zona y aprovechar para cazar algo, algun animal que le sirviera de comida, puesto que no le incomodaba el sabor a sangre y la carne cruda. Pero la opción fue directa a por cazar algún pez en el rio que había proximo, eso siempre era algo que a la cambiante le solía apetecer, más despues de deborar al pez que consiguió dar caza volvió a cambiar a su aspecto humano recuperando sus pertenencias tras el cambio dado.
Aprovechó para ascender a las ramas de un enorme arbol, no muy alta pues quería estar atenta, observaba el cielo, mirando la luna que empezaba a asomar, se preguntaba que estado estarían los que se dejaban influenciar por la luna, o si era la única encauta que se había atrevido a adentrarse en el bosque aquella noche, ciertamente le gustaba esa sensación de tener que estar alerta, sentía más en comunión con su naturaleza animal, siempre le era divertido el disfrute del aire libre. Cerró los ojos mientras de manera olfateaba disimuladamente el aire, en busca de quien pudiera aproximarse a su zona de descanso en ese momento.
Yendra Isley- Cambiante Clase Media
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Re: walking among beasts (Libre)
Inquieto, sin poder encontrar una posición cómoda para dormir la siesta de un día nublado y oscuro, el oso decide dejar el escondite que le resguardaba de la intemperie. Olfatea el aire con la curiosidad de quien busca algo de que alimentarse o quizás sólo distraerse un poco.
Mientras deambula por el bosque buscando cortezas de árbol lo suficientemente ásperas para poder rascarse una comezón antigua y de paso dejar marcas de olor a otros animales que pudieran advertirles a tiempo y así evitar sorpresas. Esos mismos árboles guardan el aroma de una criatura salvaje, el olor le que trae a la memoria un rasgo familiar y catapulta los rostros hasta la superficie del pensamiento.
Sin que el mismo se dé cuenta del proceso, va cambiando lentamente hacia unos rasgos humanos, aquellos que tuvo en vida, su hermano, Roi.
Camina suavemente, ligéramente, somo si el sigilo del tigre aún se preservara en los gestos de aquella piel humana. Dejándose guiar hasta la orilla de las aguas donde el rastro parecía elevarse... Hay una lúz que sobresale por encima de los tonos verde y marrón del bosque. Al alzar la mirada el cambiante se encuentra directamente con un par de ojos, ocultos, igual que los suyos detrás de la mascara humana.
Un rostro hermoso, enmarcado por largos cabellos, de un brillo fino como el oro. La piel que se adivina suave esta apenas cubierta por ropajes brillantes que llamaron su atención en primer lugar. Justo antes de que quedase el mismo capturado por esos ojos interrogantes.
- Buenas noches...
Dice con una voz que el mismo no reconoce por que no esta acostumbrado a hablar desde esa faz. Puede sentir como la piel de la mujer se crispa al escucharle, o al menos eso se imagina por la reacción que tiene ella.
Se acerca suavemente, sintiendo la energía eléctrica que de sus cuerpos emana, esa sensación habrá de indicarle la distancia exacta en que debe detener sus pasos. Cuando percibe ese umbral sonríe con confianza.
No te asustes por favor. No quiero dañarte...
No debía ser del tipo que se asustan fácilmente, pues se encontraba en el lado más salvaje del bosque. Quizás hasta se le veía con un exceso de confianza, de cualquier modo, lo último que el Cambiante quería era tener que enfrentar a otro de su misma raza, de nuevo.
Solo quiero hablar... conversar un poco, sabes? No se ve mucha gente por aquí a estas horas...
Mientras deambula por el bosque buscando cortezas de árbol lo suficientemente ásperas para poder rascarse una comezón antigua y de paso dejar marcas de olor a otros animales que pudieran advertirles a tiempo y así evitar sorpresas. Esos mismos árboles guardan el aroma de una criatura salvaje, el olor le que trae a la memoria un rasgo familiar y catapulta los rostros hasta la superficie del pensamiento.
Sin que el mismo se dé cuenta del proceso, va cambiando lentamente hacia unos rasgos humanos, aquellos que tuvo en vida, su hermano, Roi.
Camina suavemente, ligéramente, somo si el sigilo del tigre aún se preservara en los gestos de aquella piel humana. Dejándose guiar hasta la orilla de las aguas donde el rastro parecía elevarse... Hay una lúz que sobresale por encima de los tonos verde y marrón del bosque. Al alzar la mirada el cambiante se encuentra directamente con un par de ojos, ocultos, igual que los suyos detrás de la mascara humana.
Un rostro hermoso, enmarcado por largos cabellos, de un brillo fino como el oro. La piel que se adivina suave esta apenas cubierta por ropajes brillantes que llamaron su atención en primer lugar. Justo antes de que quedase el mismo capturado por esos ojos interrogantes.
- Buenas noches...
Dice con una voz que el mismo no reconoce por que no esta acostumbrado a hablar desde esa faz. Puede sentir como la piel de la mujer se crispa al escucharle, o al menos eso se imagina por la reacción que tiene ella.
Se acerca suavemente, sintiendo la energía eléctrica que de sus cuerpos emana, esa sensación habrá de indicarle la distancia exacta en que debe detener sus pasos. Cuando percibe ese umbral sonríe con confianza.
No te asustes por favor. No quiero dañarte...
No debía ser del tipo que se asustan fácilmente, pues se encontraba en el lado más salvaje del bosque. Quizás hasta se le veía con un exceso de confianza, de cualquier modo, lo último que el Cambiante quería era tener que enfrentar a otro de su misma raza, de nuevo.
Solo quiero hablar... conversar un poco, sabes? No se ve mucha gente por aquí a estas horas...
Última edición por Epoch el Jue Ene 25, 2018 5:05 pm, editado 1 vez
Epoch- Cambiante Clase Baja
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Re: walking among beasts (Libre)
Tenía los ojos cerrados, olfateando el aire que arrastraba los aromas del bosque, abriendo un ojo azul para observar algo que llamo la atención entre las ramas, una mera ardilla, que la hizo sonreir para si misma antes de volver a cerrarlos, no tardó mucho en volverlos a abrir, pues un aroma dió pistas de lo que acontecia, la cambiante aun tumbada en la rama ligeramente se inclinó hacía la derecha, para observar lo que había en el suelo cerca de ella, alguien había aparecido finalmente, podía olerle, compartiendo su misma naturaleza, más cuando él saludó le pareció una voz cuanto menos potente, incluso algo inquietante, que provocó que la cambiante se incorporase mirando de manera avida el hombre que había ahí abajo.
Sin duda se puso en alerta mientras no descartaba un posible enemigo, no podía dejarse llevar por las apariencias, emitió un bufido cuando la piel se le erizó debido a la desconfianza que ahora mismo destilaba, pero enarcó una ceja cuando quien ahí abajo estaba la pidió que no se asustase. -No...-Habló finalmente mientras negaba con la cabeza. - No es miedo, es que no me fio de los desconocidos en un bosque, y más si son de mi naturaleza...- comentó con cierto desden, por unos segundos empezó a olfatearle para medir la situación en la que se encontraba en ese momento, más se descolgó de la rama de una manera que dió la sensación de caida pero aterrizó perfectamente de pie y se incorporó.
Yendra era una mujer bastante bajita, perfil que se daba muy frecuentemente en los acrobatas del circo, no por ello tenía un aspecto enclenque, al contrario, se la veía bastante en forma. Sonrió finalmente dando una sensación de seguridad o eso quería transmitir la rubia cambiante, mientras miraba aun en alerta a ese cambiante. -¿Quien eres tú? - Preguntó finalmente, mientras se llevaba una mano a la espalda buscando su daga por si acaso era necesario defenderse, era la primera opción a transformarse. -Buscaba tranquilidad cuando me metí en el bosque ¿de que quieres charlar?- Sonrió de medio lado con cierto aire engreido.
Sin duda se puso en alerta mientras no descartaba un posible enemigo, no podía dejarse llevar por las apariencias, emitió un bufido cuando la piel se le erizó debido a la desconfianza que ahora mismo destilaba, pero enarcó una ceja cuando quien ahí abajo estaba la pidió que no se asustase. -No...-Habló finalmente mientras negaba con la cabeza. - No es miedo, es que no me fio de los desconocidos en un bosque, y más si son de mi naturaleza...- comentó con cierto desden, por unos segundos empezó a olfatearle para medir la situación en la que se encontraba en ese momento, más se descolgó de la rama de una manera que dió la sensación de caida pero aterrizó perfectamente de pie y se incorporó.
Yendra era una mujer bastante bajita, perfil que se daba muy frecuentemente en los acrobatas del circo, no por ello tenía un aspecto enclenque, al contrario, se la veía bastante en forma. Sonrió finalmente dando una sensación de seguridad o eso quería transmitir la rubia cambiante, mientras miraba aun en alerta a ese cambiante. -¿Quien eres tú? - Preguntó finalmente, mientras se llevaba una mano a la espalda buscando su daga por si acaso era necesario defenderse, era la primera opción a transformarse. -Buscaba tranquilidad cuando me metí en el bosque ¿de que quieres charlar?- Sonrió de medio lado con cierto aire engreido.
Yendra Isley- Cambiante Clase Media
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Re: walking among beasts (Libre)
Reacciones felinas tiene su cuerpo, son para él un deleite que admira sin poder evitar una sonrisa leve de anticipación. Desde el lenguaje de sus gestos al moverse cautelosa hasta los sutíles cambios en el aroma de su piel indican al cambiante cual es la distancia prudente para no disparar una respuesta instintiva. Es siempre más fácil con los que comparten la misma naturaleza que él.
- Es irónico. Esa naturaleza de la que hablas y que compartimos, es lo que me animó a acercarme a ti...
El Shifter cree que calmándose a si mismo, proyectando una voz tranquila y segura podrá acercarse un poco más. La mirada atenta de ella le sigue en su trayecto sin retroceder. Sin duda es mucho más fácil entablar comunicación con un espíritu libre.
- En la ciudad es difícil hablar con alguien de cualquier cosa. Todos tienen siempre mucha prisa o están preocupados por algo.
El simple hecho de que se mostrase dispuesta a hablar la hace diferente de cuantos se había encontrado en París desde que despertó. ¿Se atrevería a contarle a ella lo que ocurrió en el circo gitano? No, mejor hacer borrón y cuenta nueva. Empezar de ceros.
- Mi nombre es Höchsten... creo... añade dubitativo
¡Pasaba tanto tiempo transformado en animal que temía olvidar del todo como volverse humano! Tal vez esa era una de las razones por las que buscaba la conversación con tanto apremio. Como sea, el cambiaformas, animado por la respuesta de su interlocutora continuó:
- Paso mucho tiempo en el bosque, casi no estoy en París últimamente. Cuéntame sobre ti, sobre tu vida en la ciudad.
El cambiante le gusta sentir como la energía eléctrica cambia y brilla en las personas cuando estas hablan de sí mismas, como se colorean sus auras con tonos brillantes.
- Trabajas en el circo, ¿no es así? Te delatan tus ropas de colores alegres.
- Es irónico. Esa naturaleza de la que hablas y que compartimos, es lo que me animó a acercarme a ti...
El Shifter cree que calmándose a si mismo, proyectando una voz tranquila y segura podrá acercarse un poco más. La mirada atenta de ella le sigue en su trayecto sin retroceder. Sin duda es mucho más fácil entablar comunicación con un espíritu libre.
- En la ciudad es difícil hablar con alguien de cualquier cosa. Todos tienen siempre mucha prisa o están preocupados por algo.
El simple hecho de que se mostrase dispuesta a hablar la hace diferente de cuantos se había encontrado en París desde que despertó. ¿Se atrevería a contarle a ella lo que ocurrió en el circo gitano? No, mejor hacer borrón y cuenta nueva. Empezar de ceros.
- Mi nombre es Höchsten... creo... añade dubitativo
¡Pasaba tanto tiempo transformado en animal que temía olvidar del todo como volverse humano! Tal vez esa era una de las razones por las que buscaba la conversación con tanto apremio. Como sea, el cambiaformas, animado por la respuesta de su interlocutora continuó:
- Paso mucho tiempo en el bosque, casi no estoy en París últimamente. Cuéntame sobre ti, sobre tu vida en la ciudad.
El cambiante le gusta sentir como la energía eléctrica cambia y brilla en las personas cuando estas hablan de sí mismas, como se colorean sus auras con tonos brillantes.
- Trabajas en el circo, ¿no es así? Te delatan tus ropas de colores alegres.
Epoch- Cambiante Clase Baja
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Re: walking among beasts (Libre)
La cambiante miraba a su semejante aun con las manos a la espalda agarrando una de sus dagas por si tenía que defenderse de quien tenía delante, mientras le olfateaba, memorizando su aroma como lo hacía con casi todos por si tenía que rastraer, algunas costumbres eran inevitables en la cambiante, más ciertamente no parecía hostil al menos de primera instancía no lo parecía ni encontraba nada que revelara eso, la muchacha parpadeó calmando el semblate y lentamente retirando la mano de la daga que ocultaba. -¿No hay más cambiantes cerca?- Preguntó, aunque más bien se refería si no solía entablar conversación con otros cambiantes, ya que no era algo insolito cruzarse con ellos en los bosques, era el mejor lugar para dar rienda suelta a sus instintos naturales.
Yendra sin embargo empezó a dibujar una ladina sonrisita, notando como el contrario se relajaba, eso sin duda invitaba a ella tambien a relajarse, más miró alrededor fijandose en el bosque antes de volver a mirar a ese hombre que tenía frente a ella, notablemente más alto que ella. -La ciudad ofrece otras cosas ciertamente, pero ahora no me apetecía nada de lo que esta pueda darme.- Dijo con cierto tono egocentrico, como buena felina ella tenía un gran ego. Más enarcó una ceja cuando el susodicho se presentó. -¿Eres aleman tal vez? que nombre tan estraño...que dificil...Höchsten....- Repitió la joven rubia, seguidamente la cambiante hizo una reverencía notable, propia de alguien que se dedicaba al espectaculo. -Yendra Isley.- Remarcó ante de volver al tema. -¿Crees? ¿como que crees? ¿como puedes no estar seguro de tu nombre?- El hombre la estaba despertando notable curiosidad, todo en él era algo confuso.
Le miró y ladeó la cabeza, muy curiosa, la tenía muy desconcertada ese cambiante, era muy singular, jugó dando pequeñas pataditas al suelo, liviando asi la tensión, atreviendose finalmente a acercarse un poco. -¿De mi? bien...no te asustes, mi vida en la ciudad tiene sus contrastes, pues cuando no estoy trabajado doy espectaculos callejeros, o paso un buen rato en el burdel o robo a esos niños ricos.- Le guiña el ojo de manera juguetona, mientras arquea las cejas y mira su ropa. -Uhm es una ropa comoda y si, trabajo en el circo, soy acrobata..y contorsionista.- Dice finalmente, mientras empieza a caminar alrededor de él, como un gran felino cuando acecha. -Te toca, hablame de ti.- Dice con un tono de voz bastante tranquila.
Yendra sin embargo empezó a dibujar una ladina sonrisita, notando como el contrario se relajaba, eso sin duda invitaba a ella tambien a relajarse, más miró alrededor fijandose en el bosque antes de volver a mirar a ese hombre que tenía frente a ella, notablemente más alto que ella. -La ciudad ofrece otras cosas ciertamente, pero ahora no me apetecía nada de lo que esta pueda darme.- Dijo con cierto tono egocentrico, como buena felina ella tenía un gran ego. Más enarcó una ceja cuando el susodicho se presentó. -¿Eres aleman tal vez? que nombre tan estraño...que dificil...Höchsten....- Repitió la joven rubia, seguidamente la cambiante hizo una reverencía notable, propia de alguien que se dedicaba al espectaculo. -Yendra Isley.- Remarcó ante de volver al tema. -¿Crees? ¿como que crees? ¿como puedes no estar seguro de tu nombre?- El hombre la estaba despertando notable curiosidad, todo en él era algo confuso.
Le miró y ladeó la cabeza, muy curiosa, la tenía muy desconcertada ese cambiante, era muy singular, jugó dando pequeñas pataditas al suelo, liviando asi la tensión, atreviendose finalmente a acercarse un poco. -¿De mi? bien...no te asustes, mi vida en la ciudad tiene sus contrastes, pues cuando no estoy trabajado doy espectaculos callejeros, o paso un buen rato en el burdel o robo a esos niños ricos.- Le guiña el ojo de manera juguetona, mientras arquea las cejas y mira su ropa. -Uhm es una ropa comoda y si, trabajo en el circo, soy acrobata..y contorsionista.- Dice finalmente, mientras empieza a caminar alrededor de él, como un gran felino cuando acecha. -Te toca, hablame de ti.- Dice con un tono de voz bastante tranquila.
Yendra Isley- Cambiante Clase Media
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Re: walking among beasts (Libre)
¡Cambiantes parece haber por todas partes! pero no se sentía a ninguno cerca. Tan sólo el murmullo de los insectos nocturnos y el ulular de algunos búhos que conversaban alegremente entre las copas silenciosas de los árboles mecidos apenas por un viento leve. - No sé si ese es mi nombre... - comienza por confesar. - es la forma en que me llaman. -
dicho esto se acercó un poco más a aquella cuya naturaleza sentía familiar y cuyo cuerpo se notaba cada vez menos tenso. El suave movimiento de su mano denotó que poseía una daga entre las ligeras telas, animadas por el viento de tan suaves.
Le divertía pensar en lo absurdo que debía sonar para alguien extraño lo que le ha pásado. Él mismo no lo creería si se lo contaran de alguien más. - Soy músico. He trabajado en la ciudad... tal vez en el circo dice animado. Tiene la esperanza ahora que ha descubierto que su corazonada era cierta, que su nueva amiga le ayude a encontrar a alguien... o algo... una pista.
...El problema es que: no lo recuerdo. suspira, alivado en cierto modo de poder decirlo en voz alta. Había varios recuerdos, muy vívidos en su memoria de estar tocando la guitarra en medio de un acto de acróbatas. De entrada había asestado una puñalada a la esperanza cuando confirmó que trabajaba en el circo, pero no le reconocía en absoluto. Sin embargo la pequeña llama de la esperanza aún ardía testaruda. Ella era de algún modo un presagio. Estoy recogiendo mis memorias por pedazos, aquí y allá... ¡Tal vez alguno de tus amigos me reconozca!
- Tal vez así pueda recordarlo todo... - piensa y desvía la mirada, no desea parecer demasiado insistente. Invasivo.
Aunque tampoco es que tenga mucha prisa por acordarme de lo que me pasó. Creo que fue algo malo. Es decir, uno nunca olvida algo sin una buena razón, ¿no crees?
En el peor de los casos, tal vez ella podría ayudarle a encontrar algún trabajo en la ciudad. Clava de nuevo la mirada en sus sonrientes ojos, convencido que aquellas hermosas gemas podrán iluminar su camino hacia la verdad...
¿A ti... te llaman Yendra? ¿Que significa? dijo sin estar seguro de si Isley era su nombre y Yendra su profesión o si se trataba de su primer nombre, o ¡quizás de algún seudónimo artístico! en cualquiera de estos casos sonaba interesante, un nombre que denotaba seguridad y fuerza. Un buen presagio.
dicho esto se acercó un poco más a aquella cuya naturaleza sentía familiar y cuyo cuerpo se notaba cada vez menos tenso. El suave movimiento de su mano denotó que poseía una daga entre las ligeras telas, animadas por el viento de tan suaves.
Le divertía pensar en lo absurdo que debía sonar para alguien extraño lo que le ha pásado. Él mismo no lo creería si se lo contaran de alguien más. - Soy músico. He trabajado en la ciudad... tal vez en el circo dice animado. Tiene la esperanza ahora que ha descubierto que su corazonada era cierta, que su nueva amiga le ayude a encontrar a alguien... o algo... una pista.
...El problema es que: no lo recuerdo. suspira, alivado en cierto modo de poder decirlo en voz alta. Había varios recuerdos, muy vívidos en su memoria de estar tocando la guitarra en medio de un acto de acróbatas. De entrada había asestado una puñalada a la esperanza cuando confirmó que trabajaba en el circo, pero no le reconocía en absoluto. Sin embargo la pequeña llama de la esperanza aún ardía testaruda. Ella era de algún modo un presagio. Estoy recogiendo mis memorias por pedazos, aquí y allá... ¡Tal vez alguno de tus amigos me reconozca!
- Tal vez así pueda recordarlo todo... - piensa y desvía la mirada, no desea parecer demasiado insistente. Invasivo.
Aunque tampoco es que tenga mucha prisa por acordarme de lo que me pasó. Creo que fue algo malo. Es decir, uno nunca olvida algo sin una buena razón, ¿no crees?
En el peor de los casos, tal vez ella podría ayudarle a encontrar algún trabajo en la ciudad. Clava de nuevo la mirada en sus sonrientes ojos, convencido que aquellas hermosas gemas podrán iluminar su camino hacia la verdad...
¿A ti... te llaman Yendra? ¿Que significa? dijo sin estar seguro de si Isley era su nombre y Yendra su profesión o si se trataba de su primer nombre, o ¡quizás de algún seudónimo artístico! en cualquiera de estos casos sonaba interesante, un nombre que denotaba seguridad y fuerza. Un buen presagio.
Epoch- Cambiante Clase Baja
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Re: walking among beasts (Libre)
Para la cambiante le era todo sumamente extraño, ¿como no podía recordar mucho su nombre? eso cabía en varias posibilidades y es que ese hombre desde que desarolló su don, puede no haber estado apenas en forma humana, eso significaria unas cuantas cosas, ladeó la cabeza mirandole.- Entiendo...- Dijo de manera suave, pensativa, mientras levantó la mano para jugar con sus platinos mechones rubios mientras quedaba pensativa. Permitió que se le acercase más sin moverse, la verdad es que le parecía realmente curioso aquel hombre que estaba frente a ella.
Abrió los ojos como con sorpresa por esa última información, ¿en un circo? igual fue hace tiempo, por que su olor ahora mismo no le resulta familiar en el circo, aunque quizás pertenezca al circo gitano, el cual no ha visitado, por falta de tiempo...o por simplemente falta de interes, visto uno vistos todos, quizás algun dia, los gitanos son muy interesantes a veces, tienen un encanto curioso. -¿Te ha pasado algo?.- Pregunta con cierto interes por ello, si se ha acercado a un brujo o algo podría darse la solución al enigma, asintió. -Quizá si alguno de mis compañeros sepan quien eres o quizas..¿el circo gitano?- Dijo mirandole de arriba a bajo, olia demasiado a animal y no podía identificarle tan bien como le gustaría.
Sin embargo empezó a atreverse a mas y acercó la mano para acariciar el hombro del cambiante, acariciandole con consuelo o intentando transmitirle eso al menos. Seguía escuchandole sin encontrar unas palabras que consolase al hombre que tenía frente a ella, más arqueó las cejas cuando le preguntó que significaba "Yendra", la rubia no pudo evitar reirse por tan inocente pregunta. -No significa nada...solo es mi nombre, como me llaman los demas para referirse a mi...aunque se parece a la palabra Hiedra...ciertamente...bueno igual sera cosa del destino.- Se rie al pensar en el juego de palabras, y guió un ojo al hombre. -Mis amigos me llaman Yen...asi que puedes llamarme asi.- Rie finalmente mientras le acaricia el hombro un poco.
Abrió los ojos como con sorpresa por esa última información, ¿en un circo? igual fue hace tiempo, por que su olor ahora mismo no le resulta familiar en el circo, aunque quizás pertenezca al circo gitano, el cual no ha visitado, por falta de tiempo...o por simplemente falta de interes, visto uno vistos todos, quizás algun dia, los gitanos son muy interesantes a veces, tienen un encanto curioso. -¿Te ha pasado algo?.- Pregunta con cierto interes por ello, si se ha acercado a un brujo o algo podría darse la solución al enigma, asintió. -Quizá si alguno de mis compañeros sepan quien eres o quizas..¿el circo gitano?- Dijo mirandole de arriba a bajo, olia demasiado a animal y no podía identificarle tan bien como le gustaría.
Sin embargo empezó a atreverse a mas y acercó la mano para acariciar el hombro del cambiante, acariciandole con consuelo o intentando transmitirle eso al menos. Seguía escuchandole sin encontrar unas palabras que consolase al hombre que tenía frente a ella, más arqueó las cejas cuando le preguntó que significaba "Yendra", la rubia no pudo evitar reirse por tan inocente pregunta. -No significa nada...solo es mi nombre, como me llaman los demas para referirse a mi...aunque se parece a la palabra Hiedra...ciertamente...bueno igual sera cosa del destino.- Se rie al pensar en el juego de palabras, y guió un ojo al hombre. -Mis amigos me llaman Yen...asi que puedes llamarme asi.- Rie finalmente mientras le acaricia el hombro un poco.
Yendra Isley- Cambiante Clase Media
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Re: walking among beasts (Libre)
- Gracias Yen. Dime Höch.
Sonríe ampliamente, divertido por el juego de palabras. Le permite, entre otras cosas distraerse de las sensaciones. La piel se crispa cuando la mano delicada se pasea sobre su hombro. El rostro permanece impávido tratando de contener sus reacciones al límite. Aquel ligero contacto evoca en él una sucesión de visiones sobre un pasado reciente. Una breve visión, más clara que las otras, como una imagen mental del rostro de una mujer y la sensación de mariposas aleteando con furia dentro de su estómago, le arroban en un delicioso vértigo.
En su corazón alegre reboza en oleadas un calor agradable que le invade por completo. ¡Había caminado por varios días desde que despertó! Caminado por todas las calles de la ciudad, visto miles de rostros. Se había acercado a tantas personas pero ninguna, hasta ahora le había tocado. Por eso no quería demostrar lo que sentía, para poder extender la experiencia de aquella caricia. Trató con todas sus fuerzas de guardarse la sorpresa para él. ¿¡Como era posible que hubiese olvidado como se sentía el tacto de otra persona!? tan sólo una sonrisa ligera se le escapaba por las comisuras, inevitable. Tenía que concentrarse en algo más que sus labios y un oscuro deseo de devorarlos, tenía que dejar de pensar en lo que aquel contacto le hacía sentir, por lo que sacude un poco la cabeza y evitando responder a la pregunta sobre lo que le había pasado, por no poder aún responderla, mira de soslayo a los ojos de Yendra; interrogante:
- El Circo Gitano... ¿Qué otros circos hay?
Mientras vagaba por las calles de París, reconoció muchos lugares, aunque al mismo tiempo le pareció andar por un ciudad extraña. Algunos sitios habían envejecido hasta ser irreconocibles o se habían transformado en otra cosa. Las casas eran bodegas, las bodegas tiendas, las tiendas negocios y en los antiguos negocios ahora habitaban familias de inmigrantes y jóvenes parejas. Quizás ahora había muchas compañías circenses recorriendo el país. ¡Tiene tanto por descubrir y otro tanto por reencontrar! Entonces el cambiante se da cuenta que se ha quedado de nuevo perdido en el azul de aquellos ojos, viajando a través de ellos. Intenta en vano voltear a otro lado, es demasiado tarde. Está hechizado. Sus ojos... - ¿Serán siempre así? - piensa - ¿o frente a mí está ocurriendo un milagro?
Sonríe ampliamente, divertido por el juego de palabras. Le permite, entre otras cosas distraerse de las sensaciones. La piel se crispa cuando la mano delicada se pasea sobre su hombro. El rostro permanece impávido tratando de contener sus reacciones al límite. Aquel ligero contacto evoca en él una sucesión de visiones sobre un pasado reciente. Una breve visión, más clara que las otras, como una imagen mental del rostro de una mujer y la sensación de mariposas aleteando con furia dentro de su estómago, le arroban en un delicioso vértigo.
En su corazón alegre reboza en oleadas un calor agradable que le invade por completo. ¡Había caminado por varios días desde que despertó! Caminado por todas las calles de la ciudad, visto miles de rostros. Se había acercado a tantas personas pero ninguna, hasta ahora le había tocado. Por eso no quería demostrar lo que sentía, para poder extender la experiencia de aquella caricia. Trató con todas sus fuerzas de guardarse la sorpresa para él. ¿¡Como era posible que hubiese olvidado como se sentía el tacto de otra persona!? tan sólo una sonrisa ligera se le escapaba por las comisuras, inevitable. Tenía que concentrarse en algo más que sus labios y un oscuro deseo de devorarlos, tenía que dejar de pensar en lo que aquel contacto le hacía sentir, por lo que sacude un poco la cabeza y evitando responder a la pregunta sobre lo que le había pasado, por no poder aún responderla, mira de soslayo a los ojos de Yendra; interrogante:
- El Circo Gitano... ¿Qué otros circos hay?
Mientras vagaba por las calles de París, reconoció muchos lugares, aunque al mismo tiempo le pareció andar por un ciudad extraña. Algunos sitios habían envejecido hasta ser irreconocibles o se habían transformado en otra cosa. Las casas eran bodegas, las bodegas tiendas, las tiendas negocios y en los antiguos negocios ahora habitaban familias de inmigrantes y jóvenes parejas. Quizás ahora había muchas compañías circenses recorriendo el país. ¡Tiene tanto por descubrir y otro tanto por reencontrar! Entonces el cambiante se da cuenta que se ha quedado de nuevo perdido en el azul de aquellos ojos, viajando a través de ellos. Intenta en vano voltear a otro lado, es demasiado tarde. Está hechizado. Sus ojos... - ¿Serán siempre así? - piensa - ¿o frente a mí está ocurriendo un milagro?
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Re: walking among beasts (Libre)
La cambiante podía oler las sensaciones que parecía transmitir al otro cambiante, asi que como parecía agradado por la situación mantuvo la mano en el hombro ajeno, acariciando con suavidad intentando invitarle a la calma mientras seguía con la mirada perdida, parecía pensar o estar como en otro mundo, más le sonrió cuando dijo la abreviatura de su nombre. -Höch....eso me es más facil de recordar.- Dijo en busqueda de animarlo, pero parecía que había algo que se le escapaba de las manos. Desde luego la cambiante no podía evitar mirar al hombre que tenía frente a ella. El aroma que desprendía le mostraba que llevaba tanto en el bosque, pues no olía como la gente que paseaba por lo mas ajetreado de la ciudad.
Le miró mientras se tomaba la libertad de darle un abrazo para quizás destensarle, aunque tal vez sin querer le hizo sentir lo contrario con tanta afectividad por parte de la rubia cambiante, que quizá estaba mostrando un esceso de confianza con alguien que acababa de conocer. Se apartó mirandole sonriendo de manera amplia para transmitirle la mayor tranquilidad posible. -Pues hay mas circos aparte el de los gitanos, la verdad es que son circos que tienen más alcance economico, no asi sus trabajadores eso te lo puedo asegurar.- Meneó la cabeza pensando en ello de una forma un tanto más despectiva de lo que podía parecer.- Asi que no hay gitanos o los que hay son escasos, tenemos mas animales y las carpas algo mas grandes...aunque tampoco puedo equiparar...no he visitado aun un circo gitano...creo que sería demasiado llamativa...ya sabes...mi pelo es rubio y los gitanos sois morenos..- Rió de manera divertida al pensar en eso.
Suspiró y se giró mirando al rió. -¿Quieres pegarte un chapuzon?, te veo algo...¿tenso seria la palabra?- Dice ladeando la cabeza para observarle sin perder la sonrisa. Mientras fue ella la que avanzó hacia detras del arbol para ocultarse para deshacerse de sus ropajes y aparecer en forma de pantera mirando al hombre dando gruñidos a forma amistosa rozando su negro lomo contra las piernas mientras se dirige divertida al agua.
Le miró mientras se tomaba la libertad de darle un abrazo para quizás destensarle, aunque tal vez sin querer le hizo sentir lo contrario con tanta afectividad por parte de la rubia cambiante, que quizá estaba mostrando un esceso de confianza con alguien que acababa de conocer. Se apartó mirandole sonriendo de manera amplia para transmitirle la mayor tranquilidad posible. -Pues hay mas circos aparte el de los gitanos, la verdad es que son circos que tienen más alcance economico, no asi sus trabajadores eso te lo puedo asegurar.- Meneó la cabeza pensando en ello de una forma un tanto más despectiva de lo que podía parecer.- Asi que no hay gitanos o los que hay son escasos, tenemos mas animales y las carpas algo mas grandes...aunque tampoco puedo equiparar...no he visitado aun un circo gitano...creo que sería demasiado llamativa...ya sabes...mi pelo es rubio y los gitanos sois morenos..- Rió de manera divertida al pensar en eso.
Suspiró y se giró mirando al rió. -¿Quieres pegarte un chapuzon?, te veo algo...¿tenso seria la palabra?- Dice ladeando la cabeza para observarle sin perder la sonrisa. Mientras fue ella la que avanzó hacia detras del arbol para ocultarse para deshacerse de sus ropajes y aparecer en forma de pantera mirando al hombre dando gruñidos a forma amistosa rozando su negro lomo contra las piernas mientras se dirige divertida al agua.
Yendra Isley- Cambiante Clase Media
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Re: walking among beasts (Libre)
¿En verdad iba a meterse al agua a esta hora? ¡Debía estar helada! En efecto parecía un buen remedio para relajar lo que estaba sintiendo el cuerpo, pero tan sólo pensar en como se sentirá el agua en la piel, atravesando como cuchillos de obsidiana causa pequeños estertores que recorren el cuerpo del cambiante.
Un chapuzón, eh?... pensó divertido mientras veía emerger de detrás del árbol a aquella hermosa criatura de finos movimientos portar los mismos hipnotizantes ojos que le arrastran más allá de su propia voluntad hacia el agua.
El contacto con la piel felina es eléctrico e incitante, al punto que, al pasar junto a él todas las reservas de su pudor y comodidad cedieron y abandonando la tibieza de los ropajes que llevaba encima transformó su cuerpo con la misma soltura que lo hiciera Yendra antes que él.
Debajo de las manos brotan garras, el cuerpo se estira, se alarga la columna hasta dar paso a la larga cola; las piernas se contraen y luego estallan en un salto del cuerpo que ya no es más un humano. La bestia se libera así de un disfraz que ya comenzaba a fastidiarle no bien entraba en cualquiera de esas pieles, dando un gutural bramido de emoción. El renovado fuego de su naturaleza animal le dió bríos para dar alcance y pasar de un brinco a la pantera en su camino hacia el agua.
Había siempre en el contacto con los de su misma clase una intrínseca alegría que le invadía y afectaba todos sus gestos cuando se hallaba de nuevo en alguna de sus formas animales. Cualquiera podría decir que estaba contento.
Se arrojó al agua sin pensárselo dos veces, era la mejor forma de enfrentar el frío, igual que al miedo, cayendo de lleno en él. Abrazándolo, atravesar el umbral. Yendra tenía razón, todo se percibe diferente desde dentro del agua.
Opacado, como si viniera de muy lejos, se escucha el cuerpo de Yendra cayendo también al agua y medio a ciegas el cambiante se orienta hacia ella nadando con las garras abiertas hasta alcanzar la superficie.
Con la mirada ansiosa la busca, busca esa mirada de nuevo para retomar esa otra conversación, la de sus cuerpos que ahora, de felino a felino podrán hablar con mayor soltura.
Un chapuzón, eh?... pensó divertido mientras veía emerger de detrás del árbol a aquella hermosa criatura de finos movimientos portar los mismos hipnotizantes ojos que le arrastran más allá de su propia voluntad hacia el agua.
El contacto con la piel felina es eléctrico e incitante, al punto que, al pasar junto a él todas las reservas de su pudor y comodidad cedieron y abandonando la tibieza de los ropajes que llevaba encima transformó su cuerpo con la misma soltura que lo hiciera Yendra antes que él.
Debajo de las manos brotan garras, el cuerpo se estira, se alarga la columna hasta dar paso a la larga cola; las piernas se contraen y luego estallan en un salto del cuerpo que ya no es más un humano. La bestia se libera así de un disfraz que ya comenzaba a fastidiarle no bien entraba en cualquiera de esas pieles, dando un gutural bramido de emoción. El renovado fuego de su naturaleza animal le dió bríos para dar alcance y pasar de un brinco a la pantera en su camino hacia el agua.
Había siempre en el contacto con los de su misma clase una intrínseca alegría que le invadía y afectaba todos sus gestos cuando se hallaba de nuevo en alguna de sus formas animales. Cualquiera podría decir que estaba contento.
Se arrojó al agua sin pensárselo dos veces, era la mejor forma de enfrentar el frío, igual que al miedo, cayendo de lleno en él. Abrazándolo, atravesar el umbral. Yendra tenía razón, todo se percibe diferente desde dentro del agua.
Opacado, como si viniera de muy lejos, se escucha el cuerpo de Yendra cayendo también al agua y medio a ciegas el cambiante se orienta hacia ella nadando con las garras abiertas hasta alcanzar la superficie.
Con la mirada ansiosa la busca, busca esa mirada de nuevo para retomar esa otra conversación, la de sus cuerpos que ahora, de felino a felino podrán hablar con mayor soltura.
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Re: walking among beasts (Libre)
La felina observo al otro que se decidió a bañarse con ella en las gelidas agua, saltó de igual forma al agua y nado un poco junto al otro felino que se había convertido, aprovechó para meter la cabeza bajo el agua y dar bocados al agua intentando atrapar algun pez, aunque no tuvo mucho exito, nado junto a su nuevo amigo sin dar en darle con la pata a modo juego, pero tras unos pequeños chapuzones cedió al frio de las aguas y fue la primera en dejar el agua atras para salir a de estas apresuradamente, se había congelado un poco y no dudo en sacudirse y tumbarse observando a su amigo, mientras daba un jugueton gruñido. -"te veo más comodo en esta forma"- Dijo la cambiante usando su habilidad telepatica para comunicarse con los animales, y dado que los dos tenían la misma forma sabía que el la escucharía, aunque dudaba si tenía la habilidad de responder.
La pantera en que se había convertido la cambiante aprovechaba su forma para rodar sobre la hierba, secandose y estirandose mientras le esperaba a que él saliera de nuevo fuera, mientras Yendra usaba su aspera lengua para acicalarse, mientras meneaba su musculosa cola de jaguar que poseía y aprovechó para dar con la pata al otro cambiante mientras se matenía tumbada panza arriba para volver a rodar. - "Uhm....el agua estaba muy fria ciertamente, menos mal que el pelaje cumple su función".- Comentó telepaticamente divertida, mientras se levantaba y ponía una postura agazapaba, como si pretendiera cazar al otro cambiante, aunque todo esto lo hacía por supuesto de juego, no tenía intención de dañar al nuevo amigo.
Se lanzó sobre el otro felino y le mordió ligeramente, sin apretar para invitarle a salir corriendo tras ella solo por dejar salir sus naturalezas a relucir, Yendra ruge y le da con la pata nuevamente, para incitar al otro felino a jugar con poco con ella. -"¿Sabes? seguro que no puedes conmigo".- Dijo en un tono bromista mientras gruñia desafiante y juguetona al otro felino. -"vamos atrevete".- Dijo en ese tono burlon, al menos de manera mental se seguia oyendo la voz de la cambiante en su forma humana.
La pantera en que se había convertido la cambiante aprovechaba su forma para rodar sobre la hierba, secandose y estirandose mientras le esperaba a que él saliera de nuevo fuera, mientras Yendra usaba su aspera lengua para acicalarse, mientras meneaba su musculosa cola de jaguar que poseía y aprovechó para dar con la pata al otro cambiante mientras se matenía tumbada panza arriba para volver a rodar. - "Uhm....el agua estaba muy fria ciertamente, menos mal que el pelaje cumple su función".- Comentó telepaticamente divertida, mientras se levantaba y ponía una postura agazapaba, como si pretendiera cazar al otro cambiante, aunque todo esto lo hacía por supuesto de juego, no tenía intención de dañar al nuevo amigo.
Se lanzó sobre el otro felino y le mordió ligeramente, sin apretar para invitarle a salir corriendo tras ella solo por dejar salir sus naturalezas a relucir, Yendra ruge y le da con la pata nuevamente, para incitar al otro felino a jugar con poco con ella. -"¿Sabes? seguro que no puedes conmigo".- Dijo en un tono bromista mientras gruñia desafiante y juguetona al otro felino. -"vamos atrevete".- Dijo en ese tono burlon, al menos de manera mental se seguia oyendo la voz de la cambiante en su forma humana.
Yendra Isley- Cambiante Clase Media
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Re: walking among beasts (Libre)
Hay una energía recorriéndole el cuerpo. El cambiante, juega, brinca, adopta la posición de juego por un instinto primitivo, natural. Decía una verdad Yen cuando le hablaba sobre sentirse más cómodo siendo animal sin embargo.
- Me gustan mis pieles humanas, paso en ellas mucho tiempo, pero vuelvo a mi naturaleza animal cuando me siento sólo. Aquí en el bosque no hay charla y sin embargo ¡míranos! ¡Nos entendemos mucho mejor!
Estaba hablando con la felina por medio de la telepatía, aunque él no era consciente de como podía ocurrir aquello. Era una comunicación que se daba sin esfuerzo, casi como aquel otro lenguaje del cuerpo que ahora los incitaba a jugar cariñosamente, como si se tratase de dos hermanos que apenas se hubiesen visto ayer.
Él extiende las garras tratando de abrazarla, haciendo que con su peso caiga al suelo, mordiéndole el cuello con firmeza, pero sin afán de lastimar, más como un gesto juguetón, aunque es bien sabido que entre grandes felinos los juegos pueden ser algo rudos, para ellos resultaba una forma normal de expresar confianza.
- ¡Te tengo! - dijo mentalmente aunque en ese momento se dio cuenta que ella lo tenía a él, en cierto modo, pues había ganado acceso a sus pensamientos. La cautela le imponía cuidar cada cosa que le venía a la mente desde ahora, como las ideas lujuriosas que su cuerpo siente al contacto con aquel del sexo opuesto cuyo incitante olor le transtorna silenciosamente. - ¡Ahora eres mía!- le dice sin pronunciar palabra.
Algunos pensamientos cruzaron entonces por su cabeza. Eran recuerdos de una de sus pieles. ¿O serían los recuerdos propios? Parecían de una vida ajena, desconectada de la realidad que le resultaba vagamente familiar. Recuerdos salvajes de relaciones soñadas quizás o vividas. ¿Cómo distinguir una cosa de la otra? Höch por lo pronto decide apartar todo eso de su cabeza y dejarse rodar abrazado de Yen por sobre la suave floresta.
Sólo existe hoy. se le escapa decir en voz alta...
- Me gustan mis pieles humanas, paso en ellas mucho tiempo, pero vuelvo a mi naturaleza animal cuando me siento sólo. Aquí en el bosque no hay charla y sin embargo ¡míranos! ¡Nos entendemos mucho mejor!
Estaba hablando con la felina por medio de la telepatía, aunque él no era consciente de como podía ocurrir aquello. Era una comunicación que se daba sin esfuerzo, casi como aquel otro lenguaje del cuerpo que ahora los incitaba a jugar cariñosamente, como si se tratase de dos hermanos que apenas se hubiesen visto ayer.
Él extiende las garras tratando de abrazarla, haciendo que con su peso caiga al suelo, mordiéndole el cuello con firmeza, pero sin afán de lastimar, más como un gesto juguetón, aunque es bien sabido que entre grandes felinos los juegos pueden ser algo rudos, para ellos resultaba una forma normal de expresar confianza.
- ¡Te tengo! - dijo mentalmente aunque en ese momento se dio cuenta que ella lo tenía a él, en cierto modo, pues había ganado acceso a sus pensamientos. La cautela le imponía cuidar cada cosa que le venía a la mente desde ahora, como las ideas lujuriosas que su cuerpo siente al contacto con aquel del sexo opuesto cuyo incitante olor le transtorna silenciosamente. - ¡Ahora eres mía!- le dice sin pronunciar palabra.
Algunos pensamientos cruzaron entonces por su cabeza. Eran recuerdos de una de sus pieles. ¿O serían los recuerdos propios? Parecían de una vida ajena, desconectada de la realidad que le resultaba vagamente familiar. Recuerdos salvajes de relaciones soñadas quizás o vividas. ¿Cómo distinguir una cosa de la otra? Höch por lo pronto decide apartar todo eso de su cabeza y dejarse rodar abrazado de Yen por sobre la suave floresta.
Sólo existe hoy. se le escapa decir en voz alta...
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Re: walking among beasts (Libre)
La cambiante felina ahora en pantera jugaba con el nuevo amigo encontrado en lo que iba a ser la noche de relax, saltaba sobre él y la hacia rodar por el cesped, le atrapaba entre sus patas delanteras en ese rudo juego que los felinos tenían, le olfateaba cuando le tenía tan cerca y aprovechaba para morder juguetonamente la oreja del otro, mientras emitía gruñidos propios del gran felino en el que se había convertido, no era su forma mas grande, pues era la mediana, su otra forma era la de un tigre dorado y la más pequeña era la de un ocelote. Más ahora se enontraba más comoda en la forma de jaguar de pigmentación alta, que le daba la agilidad perfecta para rodear a su nuevo amigo y saltar encima de él nuevamente y rodar, mientras mordisqueaba sus orejas o le enganchaba con sus zarpas sin intención de dañarle, solo por pasar un buen rato.
Si bien era cierto que aun en forma humana la rubia seguía teniendo instintos animales, y entre ellos la lujuria era notable en la chica, pero no era algo que le provocase verguenza, simplemente daba rienda a sus instintos salvajes en cualquiera de sus vertientes, la naturaleza era la naturaleza y Yendra pensaba que luchar contra ella era algo tonto. -El presente siempre es el importante.- Le confirmó de esa manera telepatica que usaba para hablar con él en esa forma, mientras olfateaba el ambiente, podía ver como él desviaba algunos pensamiento que la cambiante le resultaron curiosos, más quizás solo por seguir el juego ronroneó restregando su lomo con el del otro felino para apartarse no sin antes usar su cola pasandola por delante del hocico del otro felino solo por divertirse de la actitud corporal que adoptaba. - Los instintos van por un lado, y la mente por otro distinto.- Afirmó Yendra mientras observaba a Höch emitiendo su suave gruñido.
Restregó su cara con la del otro felino, emitiendo aun más fuerte ese ronroneo, para despues saltar sobre él y tratar de tumbarle para hacerlo rodar nuevamente, podía percibir el olor a testosterona que emanaba el otro felino dando la señal a la atracción que este pudiera sentir. - Vaya, vaya, no pareces temer tus instintos animales, muchos sienten cierto rechazo a ellos, simplemente yo prefiero dejarlos emanar.- Ladea la cabeza mientras se aparta de encima del otro felino, y le mira estirandose para desperezar de esa felina forma antes de dejarse caer y empezando a acicalarse, de hecho, empezó a acicalar tambien al otro felino, pasando su ahora rasposa lengua por la cara del otro felino en algo tan social en ellos como era las sesiones relajantes de acicalamiento social.
Si bien era cierto que aun en forma humana la rubia seguía teniendo instintos animales, y entre ellos la lujuria era notable en la chica, pero no era algo que le provocase verguenza, simplemente daba rienda a sus instintos salvajes en cualquiera de sus vertientes, la naturaleza era la naturaleza y Yendra pensaba que luchar contra ella era algo tonto. -El presente siempre es el importante.- Le confirmó de esa manera telepatica que usaba para hablar con él en esa forma, mientras olfateaba el ambiente, podía ver como él desviaba algunos pensamiento que la cambiante le resultaron curiosos, más quizás solo por seguir el juego ronroneó restregando su lomo con el del otro felino para apartarse no sin antes usar su cola pasandola por delante del hocico del otro felino solo por divertirse de la actitud corporal que adoptaba. - Los instintos van por un lado, y la mente por otro distinto.- Afirmó Yendra mientras observaba a Höch emitiendo su suave gruñido.
Restregó su cara con la del otro felino, emitiendo aun más fuerte ese ronroneo, para despues saltar sobre él y tratar de tumbarle para hacerlo rodar nuevamente, podía percibir el olor a testosterona que emanaba el otro felino dando la señal a la atracción que este pudiera sentir. - Vaya, vaya, no pareces temer tus instintos animales, muchos sienten cierto rechazo a ellos, simplemente yo prefiero dejarlos emanar.- Ladea la cabeza mientras se aparta de encima del otro felino, y le mira estirandose para desperezar de esa felina forma antes de dejarse caer y empezando a acicalarse, de hecho, empezó a acicalar tambien al otro felino, pasando su ahora rasposa lengua por la cara del otro felino en algo tan social en ellos como era las sesiones relajantes de acicalamiento social.
Yendra Isley- Cambiante Clase Media
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Re: walking among beasts (Libre)
Höch se dejaba llevar por las sensaciones de aquella caricia deliciosa, un contacto añorado por largo tiempo pero del cual no se había hecho consciente hasta ahora.
La única persona que le extendió una mano desde que despertó confundido en la ciudad había sido para cobrarle dinero así que este gesto por simple que pudiera parecer le significaba una gran alegría. Como encontrar de pronto entre un rincón del alma algo valioso como una joya que se creyera perdida.
"Parecieran tres o cuatro años la última vez que estuve con alguien así, tal vez murieron ayer, aquellos a quienes adoraba. ¿Como saberlo con precisión? Sabía que amar a alguien significaría sufrir, pues la muerte besa con labios de ladrón... ¡Pero no me lleva a mí!" le causaba pesar recordar pero al mismo tiempo no quería incomodar a Yen, por lo que intentaba mantener para sí los pensamientos, quien sabe si con éxito. Porque no había forma de saber cuanto de sus pensamientos eran evidentes a la Felina. Cuantos amé alguna vez, han muerto confesó al fin, manteniendo los ojos cerrados. Sentía como si el mundo hubiese desaparecido y el flotara elevado por la tibieza de su cuerpo y la embriaguez de su tacto. Ella que tan solícitamente se había convertido al menos por un momento en un hogar.
Todo en este bosque brilla, renace ante mis ojos un mundo nuevo. - Para mí, todo esta floreciendo, incluso tú. - se detuvo, inseguro de si sus palabras expresaban realmente cuanto estaba sintiendo, sin embargo a pesar del vínculo telepático entre ellos, sentía la necesidad de poner en palabras aquellas sensaciones tal vez en un intento de entenderlas mejor el mismo. Entonces sobrevino en el un nuevo silencio, un silencio sin pensamientos en el cual solo disfrutaba de la cercanía de otro ser entre el rumor de la floresta.
La única persona que le extendió una mano desde que despertó confundido en la ciudad había sido para cobrarle dinero así que este gesto por simple que pudiera parecer le significaba una gran alegría. Como encontrar de pronto entre un rincón del alma algo valioso como una joya que se creyera perdida.
"Parecieran tres o cuatro años la última vez que estuve con alguien así, tal vez murieron ayer, aquellos a quienes adoraba. ¿Como saberlo con precisión? Sabía que amar a alguien significaría sufrir, pues la muerte besa con labios de ladrón... ¡Pero no me lleva a mí!" le causaba pesar recordar pero al mismo tiempo no quería incomodar a Yen, por lo que intentaba mantener para sí los pensamientos, quien sabe si con éxito. Porque no había forma de saber cuanto de sus pensamientos eran evidentes a la Felina. Cuantos amé alguna vez, han muerto confesó al fin, manteniendo los ojos cerrados. Sentía como si el mundo hubiese desaparecido y el flotara elevado por la tibieza de su cuerpo y la embriaguez de su tacto. Ella que tan solícitamente se había convertido al menos por un momento en un hogar.
Todo en este bosque brilla, renace ante mis ojos un mundo nuevo. - Para mí, todo esta floreciendo, incluso tú. - se detuvo, inseguro de si sus palabras expresaban realmente cuanto estaba sintiendo, sin embargo a pesar del vínculo telepático entre ellos, sentía la necesidad de poner en palabras aquellas sensaciones tal vez en un intento de entenderlas mejor el mismo. Entonces sobrevino en el un nuevo silencio, un silencio sin pensamientos en el cual solo disfrutaba de la cercanía de otro ser entre el rumor de la floresta.
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Re: walking among beasts (Libre)
El contacto telepatico hacía que los dos cambiantes compartiesen cosas, algo más de lo que parecía desear realmente el otro felino que tenía frente a ella, estaba colmado de recuerdos borrosos, parecía algo perdedio, por no decir que estaba perdido del todo, sonreiria si estuviera en su forma humana, mientras acicalaba al otro felino agarrandole con sus zarpas, más un torrente de sentimientos confusos la atropeyaron cuando la conexión telepatica se prolongaba, lo que hizo que la cambiante le observase ladeando su cabeza emitiendo un sonoro ronroneo invitandole a la comodidad, o esa fue la primera intención que tuvo la cambiante, mientras le observaba, los lametones llegaron al rostro ajeno del felino en el que se había convertido el que esa noche se había encontrado. Ella rodó por el cesped mostrando lo agusto que estaba para volver a tumbarse, más lo que escuchó en su mente por parte del felino hizo que hechase sus orejas hacia atras. -Y los que yo he amado sencillamente se han marchado...- Comentó con cierta tristeza, pero ahora no quería pensar en eso.
Sin duda él parecia reclamar las atenciones de la cambiante de un modo cariñoso, podía oler el estado en el que él se encontraba, mientras parecía comodo junto a ella, más las últimas palabras de haber estado en forma humana la habrían ruborizado, suspiro y se le ocurrió una traviesa idea solo por extremar la sensación que sentía Höch, emitió un gruñido mientra su cuerpo cambiaba nuevamente, volviendo a la forma humana, naturalmente habiendo abandonado la ropa al lado del arbol, más al estar tumbada boca abajo no se veía en exceso su anatomia femenina. -Con esas cosas haras que me ruborice.- Dijo mirando al felino mientras estiraba el brazo para acariciar el hocico suave y humedecido. Se recostó sobre el cesped mirandole, pues aun en forma humana seguía con la capacidad telematica.
-Puedo oler tu estado, percibirlo...igual que tu puedes percibir el mio.- Dijo ella mientras juega con el cesped, con ese subidon de adrenalina que le daba cada vez que hacía una travesura, y sabía que generalmente esto hacía poner nervioso al resto, pero bien sabía como tiraba la naturaleza animal en los cambiantes, jugaba con un mechon de sus platinos rubios, mientras con la otra acariciaba el pelaje de su nuevo amigo. -Es curioso que distinto es el tacto de una forma a otra uhm....-Se rió divertida, era tan calido él ahora en compareción.
Sin duda él parecia reclamar las atenciones de la cambiante de un modo cariñoso, podía oler el estado en el que él se encontraba, mientras parecía comodo junto a ella, más las últimas palabras de haber estado en forma humana la habrían ruborizado, suspiro y se le ocurrió una traviesa idea solo por extremar la sensación que sentía Höch, emitió un gruñido mientra su cuerpo cambiaba nuevamente, volviendo a la forma humana, naturalmente habiendo abandonado la ropa al lado del arbol, más al estar tumbada boca abajo no se veía en exceso su anatomia femenina. -Con esas cosas haras que me ruborice.- Dijo mirando al felino mientras estiraba el brazo para acariciar el hocico suave y humedecido. Se recostó sobre el cesped mirandole, pues aun en forma humana seguía con la capacidad telematica.
-Puedo oler tu estado, percibirlo...igual que tu puedes percibir el mio.- Dijo ella mientras juega con el cesped, con ese subidon de adrenalina que le daba cada vez que hacía una travesura, y sabía que generalmente esto hacía poner nervioso al resto, pero bien sabía como tiraba la naturaleza animal en los cambiantes, jugaba con un mechon de sus platinos rubios, mientras con la otra acariciaba el pelaje de su nuevo amigo. -Es curioso que distinto es el tacto de una forma a otra uhm....-Se rió divertida, era tan calido él ahora en compareción.
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Re: walking among beasts (Libre)
Llevamos la misma sangre, como una misma criatura y también somos el bosque en toda su diversidad. Somos el viento que a través de las estaciones toca el mundo. Sonrió porque sabía que cuando Yen se refería a "esas cosas" hablaba de algo más que sus palabras, Se refería también a esos gestos amorosos que entre dos bestias que se reconocen, fluyen libres de segundas intenciones. Con aire de fatiga entraba el aire con olor a mar por el desfiladero, mientras el gran felino se deja caer, como la nieve que el viento helado arrasaba de las montañas. -"Eres un fragmento de primavera; anticipo de la vida bullente bajo los hielos"- pensaba para ella lleno tanto de asombro como de gratitud. En la diafanidad de aquella hora se borraban las penas, la nostalgia del extranjero y el rumor de guerras y desastres, el mundo volvía a ser un jardín que repoblaban los primeros fantasmas. Una página en blanco, como una vasija en donde solo cabe un breve instante.
Aves de toda clase planean a esta hora sobre la brisa que traen las mareas que suben y bajan, como las manos suaves de mujer que recorrían la piel felina, imitando su cadencia. En esos ojos late el mar y el viento que los abraza es libertad, como esa que intentan atrapar los hombres en las banderas. Al irse relajando su cuerpo torna de regreso a la forma que le es esencial, aquella con la que vino al mundo. Atrás quedaron todas las memorias como un sueño, los años que se anudan y rompen.
La mirada se fijó entonces en el rostro de la mujer. - ¿Te gusta más el tacto de esta piel? - le dice con esta nueva voz. Sin pensar ni un instante en la sorpresa que podría significar para su amiga el verlo transformarse en un hombre distinto del que viera llegar en primer lugar. Su mente racional se encontraba obnubilada por la voluptuosidad que se apoderaba de sus entrañas y no pudo detener el impulso de su mano al tomar el rostro de ella con una caricia. Acercó su rostro, queriendo devorar lentamente y en secreto esos labios, intuyendo, aunque sin atreverse a formular un pensamiento que este instante no se repetirá jamás.
Aves de toda clase planean a esta hora sobre la brisa que traen las mareas que suben y bajan, como las manos suaves de mujer que recorrían la piel felina, imitando su cadencia. En esos ojos late el mar y el viento que los abraza es libertad, como esa que intentan atrapar los hombres en las banderas. Al irse relajando su cuerpo torna de regreso a la forma que le es esencial, aquella con la que vino al mundo. Atrás quedaron todas las memorias como un sueño, los años que se anudan y rompen.
La mirada se fijó entonces en el rostro de la mujer. - ¿Te gusta más el tacto de esta piel? - le dice con esta nueva voz. Sin pensar ni un instante en la sorpresa que podría significar para su amiga el verlo transformarse en un hombre distinto del que viera llegar en primer lugar. Su mente racional se encontraba obnubilada por la voluptuosidad que se apoderaba de sus entrañas y no pudo detener el impulso de su mano al tomar el rostro de ella con una caricia. Acercó su rostro, queriendo devorar lentamente y en secreto esos labios, intuyendo, aunque sin atreverse a formular un pensamiento que este instante no se repetirá jamás.
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Re: walking among beasts (Libre)
El tacto del pelaje duró poco pues el felino que había con ella parecía dejar arrastrar y él también decidió dejar el paso a un cambio de piel, pero Yendra se vió sorprendida cuando al volver a su forma humana no fue la primeramente vista, si no otra distinta, la cara de la rubia indicaba que se sentía algo perdida por ese cambio tan distinto al primero, sobre todo por que ella no tenía esa capacidad, ella solo tenía esa forma humana, pero él era como una mascara de las mil caras, donde no sabía cual es la forma siguiente, los ojos de la cambiante se deslizaban por esta nueva forma, más no por ello aparto la mano, y deslizó los dedos con suavidad por el brazo de la forma que había tomado, y como ella, su ropa estaba aun acomodada a los pies del arbol, Yendra ladeo la sonrisa observandole aun con tranquilidad.
No pudo evitar dedicarle una tierna sonrisa cuando él pregunto si le gustaba el nuevo tacto, eso hizo que la cambiante aun sin levantar la posición para no enseñar nada de su anatomia femenina aun dejo escapar una pequeña risa coqueta. -Si, tambien me gusta el calido tacto que sigues ofreciendo.- Comentó de manera suave mientras le miraba, por un segundo se mostró algo recelosa cuando sintió la mano ajena acariciarla el rostro, pero las sensaciones que parecía tener el era distinta, le observaba acercarsele por la posición que ella tenía, ella le miró entrecerrando sus ojos de manera calmada, y entreabriendo los labios, el parecía que le costaba terminar de decidirse a besar o no a la rubia, pero en este ambito Yendra era más decidida, simplemente escuchó la bestia que tenía dentro.
Finalmente importandole bien poco lo que el hombre frente a ella pudiera ver se levantó para ser algo más comoda la cercania y con suavidad chocó sus labios con los del otro cambiante, tanto tiempo y tan pocas ocasiones de estar con otro cambiante, siempre se agradecía, la rubia tomaba las mejillas ajenas mientras prolongaba un poco mas ese beso suave, podía oler el estado del otro, y por un segundo estaba segura de que él olería las ferormonas que desprendia ella en ese momento en el que se había dejado llevar, pero no iba a pedir perdon por eso, era su naturaleza, ella se volvió a recostar mirandole. -Me gusta tu presencia, es muy magnetica...- Susurró con calma, mientras seguía deslizando sus dedos por la piel ajena, esta vez por la parte del pecho, mientras clavaba su vista en él.
No pudo evitar dedicarle una tierna sonrisa cuando él pregunto si le gustaba el nuevo tacto, eso hizo que la cambiante aun sin levantar la posición para no enseñar nada de su anatomia femenina aun dejo escapar una pequeña risa coqueta. -Si, tambien me gusta el calido tacto que sigues ofreciendo.- Comentó de manera suave mientras le miraba, por un segundo se mostró algo recelosa cuando sintió la mano ajena acariciarla el rostro, pero las sensaciones que parecía tener el era distinta, le observaba acercarsele por la posición que ella tenía, ella le miró entrecerrando sus ojos de manera calmada, y entreabriendo los labios, el parecía que le costaba terminar de decidirse a besar o no a la rubia, pero en este ambito Yendra era más decidida, simplemente escuchó la bestia que tenía dentro.
Finalmente importandole bien poco lo que el hombre frente a ella pudiera ver se levantó para ser algo más comoda la cercania y con suavidad chocó sus labios con los del otro cambiante, tanto tiempo y tan pocas ocasiones de estar con otro cambiante, siempre se agradecía, la rubia tomaba las mejillas ajenas mientras prolongaba un poco mas ese beso suave, podía oler el estado del otro, y por un segundo estaba segura de que él olería las ferormonas que desprendia ella en ese momento en el que se había dejado llevar, pero no iba a pedir perdon por eso, era su naturaleza, ella se volvió a recostar mirandole. -Me gusta tu presencia, es muy magnetica...- Susurró con calma, mientras seguía deslizando sus dedos por la piel ajena, esta vez por la parte del pecho, mientras clavaba su vista en él.
Yendra Isley- Cambiante Clase Media
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Re: walking among beasts (Libre)
Aquellos ojos le perforaban el alma, podía sentir el recorrido de la mirada dentro de las profundas oscuridades que permanecían ocultas aún para si mismo. Como otra caricia del repertorio en que se halla envuelto con el que se cobija arropándose cual si fuera un tibio manto. A aquel cortejo de arrumacos recompensado por un beso, siguieron otros besos, algunos pausados, otros más largos, todos ellos recibidos como agua sobre suelo resquebrajado por una sequía que era de días y se sentía de siglos.
Entre la lluvia de besos en los que felizmente no tenía que pensar en nada se colaban a veces ideas que la telepatía se encarga de llevar hasta la otra mente. Era más fácil expresar su agradecimiento y su alegría por medios no verbales. La risa que le provocaba la ironía de quedarse sin palabras; ¡precisamente él que tanto disfruta conversar!
Cualquier palabra pronunciada sin pensar podría romper este increíble encanto, delicada magia que ahora encadenaba ambas pieles en un largo y profundo beso. Ya habría tiempo para preguntarle a Yen, sobre aquellos recuerdos que se abrían a ella, pero se le negaban a él. Tiempo para levantar de nuevo el castillo de naipes que algún mal aire derribara demostrándole lo frágil que es el ego.
Cosas sin sentido, ahora que esta entre esos brazos, miedos que quedan atrás. Velo de mentiras que cae ante la poderosa realidad de un cuerpo, del aroma de su cuerpo que se extiende infinito por el bosque. Un olor que desde este día el cambiante recordará y podrá reconocer de golpe donde sea que se encuentre y a pesar del implacable tiempo.
Indeleble es la marca que entreteje a dos bestias que solitarias se aman en la floresta, como un tatuaje bajo la piel del espíritu. El olor se impregna en la mente de forma permanente como una instantánea que congela la escena en el tiempo. - De ahora en adelante recordaré este momento, cada vez que perciba el olor de tu piel... - llegó a articular en su pensamiento pero no dijo nada.
No podrá asegurar eso, nunca más y semejante incertidumbre le precipitaba de nuevo en la más negra tristeza. - A partir de este día, una parte de mí se quedará en este bosque para siempre - dijo al fin en un instante de respiro, en que amainó la lluvia de tibios besos, pero era más un deseo soñado que una afirmación cabal.
Ahora que su deseo se encuentra encendido igual que una llama de esperanza que arde y le consume la sangre retomará de nuevo aquel diálogo de besos colocando su cuerpo sobre el de ella, llevado por el más primitivo de sus instintos.
Entre la lluvia de besos en los que felizmente no tenía que pensar en nada se colaban a veces ideas que la telepatía se encarga de llevar hasta la otra mente. Era más fácil expresar su agradecimiento y su alegría por medios no verbales. La risa que le provocaba la ironía de quedarse sin palabras; ¡precisamente él que tanto disfruta conversar!
Cualquier palabra pronunciada sin pensar podría romper este increíble encanto, delicada magia que ahora encadenaba ambas pieles en un largo y profundo beso. Ya habría tiempo para preguntarle a Yen, sobre aquellos recuerdos que se abrían a ella, pero se le negaban a él. Tiempo para levantar de nuevo el castillo de naipes que algún mal aire derribara demostrándole lo frágil que es el ego.
Cosas sin sentido, ahora que esta entre esos brazos, miedos que quedan atrás. Velo de mentiras que cae ante la poderosa realidad de un cuerpo, del aroma de su cuerpo que se extiende infinito por el bosque. Un olor que desde este día el cambiante recordará y podrá reconocer de golpe donde sea que se encuentre y a pesar del implacable tiempo.
Indeleble es la marca que entreteje a dos bestias que solitarias se aman en la floresta, como un tatuaje bajo la piel del espíritu. El olor se impregna en la mente de forma permanente como una instantánea que congela la escena en el tiempo. - De ahora en adelante recordaré este momento, cada vez que perciba el olor de tu piel... - llegó a articular en su pensamiento pero no dijo nada.
No podrá asegurar eso, nunca más y semejante incertidumbre le precipitaba de nuevo en la más negra tristeza. - A partir de este día, una parte de mí se quedará en este bosque para siempre - dijo al fin en un instante de respiro, en que amainó la lluvia de tibios besos, pero era más un deseo soñado que una afirmación cabal.
Ahora que su deseo se encuentra encendido igual que una llama de esperanza que arde y le consume la sangre retomará de nuevo aquel diálogo de besos colocando su cuerpo sobre el de ella, llevado por el más primitivo de sus instintos.
Epoch- Cambiante Clase Baja
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Re: walking among beasts (Libre)
Deslizando los dedos con suavidad, dibujando con la llema de estos la curvatura de la musculatura contraría, mientras seguía los besos suaves que entre los dos se propinaban, desde luego ese cambiante era soberanamente dulce, aunque por el aura percibia la montaña rusa de emociones que ese cambiante parecía tener en ese momento, realmente se preguntaba que le había ocurrido para albergar tantos recuerdos confusos, ya que mediante la telepatía animal se estaba transmitiendo más información de la que él seguramente deseara, pero la cambiante no le daría importancia a no ser que el mismo se alertara, más lo que parecía percibir y lo que su aura irradiaba por los cuatro costados era los instintos primarios que parecían desear salir, ella alargó la lengua en uno de los besos para lamer de manera juguetona sus labios, una pequeña provocación que causaba el deseo de saber que reacción tendría el otro cambiante con los juegos de la rubia.
La rubia se divertía con el cambiante, disfrutando de la compañia y de lo que compartían en esos instantes, emitía suaves ronroneos aun en su forma humana, pues aun en cualquiera de sus aspectos los instintos animales seguían estando ahí, al igual que algunas costumbres, como la de lamer, y asi humedeció los labios ajenos con su lengua, emitiendo una risita juguetona mientras clavaba su visión en el cambiante. -Vaya, eres todo un romantico.- Dijo sonriendo. - No me lo esperaba de alguien que comparta nuestra condición, pero eres tan agradable.- Sonrió con dulzura Yendra mirandole y acariciando su mentón, desde luego divertida de como se tornaba todo, como el instinto animal.
Emitió un gruñido cuando Höch se puso sobre ella para seguir con aquellos calidos besos que cada vez teñian más de color bestial, donde la cambiante agarró a su igual y le hizo rodar por la hierva hasta colocar de nuevo al cambiante encima de ella. Besa por el cuello antes de dar una suave mordida, solo por jugar, solo por encender más esos instintos animales que florecian en esas sensaciones.
La rubia se divertía con el cambiante, disfrutando de la compañia y de lo que compartían en esos instantes, emitía suaves ronroneos aun en su forma humana, pues aun en cualquiera de sus aspectos los instintos animales seguían estando ahí, al igual que algunas costumbres, como la de lamer, y asi humedeció los labios ajenos con su lengua, emitiendo una risita juguetona mientras clavaba su visión en el cambiante. -Vaya, eres todo un romantico.- Dijo sonriendo. - No me lo esperaba de alguien que comparta nuestra condición, pero eres tan agradable.- Sonrió con dulzura Yendra mirandole y acariciando su mentón, desde luego divertida de como se tornaba todo, como el instinto animal.
Emitió un gruñido cuando Höch se puso sobre ella para seguir con aquellos calidos besos que cada vez teñian más de color bestial, donde la cambiante agarró a su igual y le hizo rodar por la hierva hasta colocar de nuevo al cambiante encima de ella. Besa por el cuello antes de dar una suave mordida, solo por jugar, solo por encender más esos instintos animales que florecian en esas sensaciones.
Yendra Isley- Cambiante Clase Media
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Re: walking among beasts (Libre)
Extasiado como estaba por aquel inesperado y delicioso encuentro, se deleitaba el autonombrado Höch sintiendo en el pecho el tacto de unos rígidos pezones que se derriten como la mantequilla sobre un pan caliente. El miembro viril duro como una roca estaba rodeado por la húmeda piel de la felina fémina que se apoderaba de su cuerpo y lo hacía danzar con una cadencia suave y voluptuosa girando con la floresta como un lecho. Incendia sus instintos bestiales invitándole no solo a besar, sino a morder también aquellos lábios, a intentar recorrer lo insondable de su piel con las manos llenas de una ansiedad muy parecida al hambre.
Entre tanta excitación tardó un poco en registrar lo que Yen acababa de decirle. Aquella frase fue cayendo con una contundencia que no se esperaba, "Todo un Romántico" fueron las palabras que más le pesaron, y es que en aquel tiempo esa palabra se escuchaba más como un insulto a cierto tipo de idealistas, por parte del común de la gente que prefería las fórmulas ya conocidas... y para rematar Yen confesaba entre líneas alguna mala experiencia con Shifters en otro momento. Había en aquella frase, como en su actitud inicial un aroma de desconfianza ante todo aquel que comparta en cierto grado la naturaleza cambia-pieles.
Se defendió diciendo: - ¡Tal vez hagan falta más románticos en el mundo! - y mientras mencionaba esto recordó a uno de sus héroes, el poeta Novalis. ¿Habría muerto él también? Para lo otro que Yen dijo, Höchsten no podía añadir nada. El mismo había tenido peleas con otros cambiantes por una mala mirada o un saludo no correspondido. ¡En verdad es una suerte de milagro el que estén aquí en medio del bosque besándose, dos que en alguna otra circunstancia podrían despedazarse mutuamente! Lo mejor es no detenerse demasiado en discusiones por lo que sus palabras se perdien de nuevo entre besos y gruñidos y Höch no tendrá fuerza de voluntad por algún tiempo como para retomar sus argumentos, en tanto retozan ambos en el amoroso ritual: "En silencio, me incitas de nuevo con tus caricias; tu fuente del placer me está llamando. Mi espada de acero apunta a herirte entre tus risas." le dirá con el pensamiento y en la desfachatez de su rima improvisada; terminará delatándose, como todo un maldito romántico.
(* para su mayor injuria)
Entre tanta excitación tardó un poco en registrar lo que Yen acababa de decirle. Aquella frase fue cayendo con una contundencia que no se esperaba, "Todo un Romántico" fueron las palabras que más le pesaron, y es que en aquel tiempo esa palabra se escuchaba más como un insulto a cierto tipo de idealistas, por parte del común de la gente que prefería las fórmulas ya conocidas... y para rematar Yen confesaba entre líneas alguna mala experiencia con Shifters en otro momento. Había en aquella frase, como en su actitud inicial un aroma de desconfianza ante todo aquel que comparta en cierto grado la naturaleza cambia-pieles.
Se defendió diciendo: - ¡Tal vez hagan falta más románticos en el mundo! - y mientras mencionaba esto recordó a uno de sus héroes, el poeta Novalis. ¿Habría muerto él también? Para lo otro que Yen dijo, Höchsten no podía añadir nada. El mismo había tenido peleas con otros cambiantes por una mala mirada o un saludo no correspondido. ¡En verdad es una suerte de milagro el que estén aquí en medio del bosque besándose, dos que en alguna otra circunstancia podrían despedazarse mutuamente! Lo mejor es no detenerse demasiado en discusiones por lo que sus palabras se perdien de nuevo entre besos y gruñidos y Höch no tendrá fuerza de voluntad por algún tiempo como para retomar sus argumentos, en tanto retozan ambos en el amoroso ritual: "En silencio, me incitas de nuevo con tus caricias; tu fuente del placer me está llamando. Mi espada de acero apunta a herirte entre tus risas." le dirá con el pensamiento y en la desfachatez de su rima improvisada; terminará delatándose, como todo un maldito romántico.
(* para su mayor injuria)
Epoch- Cambiante Clase Baja
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