AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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walking among beasts (Libre)
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walking among beasts (Libre)
Recuerdo del primer mensaje :
Al atardecer, observando los ultimos rayos de sol que daba paso a la noche, el bosque se cernía oscuro, pero no bajo la visión de la rubia cambiante que se abría paso, una noche libre, una noche para disfrutar a su antojo, y ahora se le hacía mas gratificante un paseo por el bosque, alejandose un poco de la ciudad y de su ajetreo, ruidoso ajetreo, esta noche no le apetecía robar carteras a los ricachones, o que el resto de la gente la observase sus particulares habilidades acrobaticas y contorsionistas, ni siquiera la habilidad para bailar con el aro o las simples malabares con las que deleitaba al publico, normalmente de gustosa forma.
Pero esa noche no, esa noche le apetecía estar un poco más en comunión con su lado más salvaje, de vez en cuando necesitaba desfogarse como quien diría, buscando un lugar donde dejar sus cosas para cambiar su forma al de un tigre enorme y dorado, dió un rugido y se dedicó a custodiar la zona y aprovechar para cazar algo, algun animal que le sirviera de comida, puesto que no le incomodaba el sabor a sangre y la carne cruda. Pero la opción fue directa a por cazar algún pez en el rio que había proximo, eso siempre era algo que a la cambiante le solía apetecer, más despues de deborar al pez que consiguió dar caza volvió a cambiar a su aspecto humano recuperando sus pertenencias tras el cambio dado.
Aprovechó para ascender a las ramas de un enorme arbol, no muy alta pues quería estar atenta, observaba el cielo, mirando la luna que empezaba a asomar, se preguntaba que estado estarían los que se dejaban influenciar por la luna, o si era la única encauta que se había atrevido a adentrarse en el bosque aquella noche, ciertamente le gustaba esa sensación de tener que estar alerta, sentía más en comunión con su naturaleza animal, siempre le era divertido el disfrute del aire libre. Cerró los ojos mientras de manera olfateaba disimuladamente el aire, en busca de quien pudiera aproximarse a su zona de descanso en ese momento.
Al atardecer, observando los ultimos rayos de sol que daba paso a la noche, el bosque se cernía oscuro, pero no bajo la visión de la rubia cambiante que se abría paso, una noche libre, una noche para disfrutar a su antojo, y ahora se le hacía mas gratificante un paseo por el bosque, alejandose un poco de la ciudad y de su ajetreo, ruidoso ajetreo, esta noche no le apetecía robar carteras a los ricachones, o que el resto de la gente la observase sus particulares habilidades acrobaticas y contorsionistas, ni siquiera la habilidad para bailar con el aro o las simples malabares con las que deleitaba al publico, normalmente de gustosa forma.
Pero esa noche no, esa noche le apetecía estar un poco más en comunión con su lado más salvaje, de vez en cuando necesitaba desfogarse como quien diría, buscando un lugar donde dejar sus cosas para cambiar su forma al de un tigre enorme y dorado, dió un rugido y se dedicó a custodiar la zona y aprovechar para cazar algo, algun animal que le sirviera de comida, puesto que no le incomodaba el sabor a sangre y la carne cruda. Pero la opción fue directa a por cazar algún pez en el rio que había proximo, eso siempre era algo que a la cambiante le solía apetecer, más despues de deborar al pez que consiguió dar caza volvió a cambiar a su aspecto humano recuperando sus pertenencias tras el cambio dado.
Aprovechó para ascender a las ramas de un enorme arbol, no muy alta pues quería estar atenta, observaba el cielo, mirando la luna que empezaba a asomar, se preguntaba que estado estarían los que se dejaban influenciar por la luna, o si era la única encauta que se había atrevido a adentrarse en el bosque aquella noche, ciertamente le gustaba esa sensación de tener que estar alerta, sentía más en comunión con su naturaleza animal, siempre le era divertido el disfrute del aire libre. Cerró los ojos mientras de manera olfateaba disimuladamente el aire, en busca de quien pudiera aproximarse a su zona de descanso en ese momento.
Yendra Isley- Cambiante Clase Media
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Re: walking among beasts (Libre)
La cambiante retozaba con su compañero de especie, habiendose dejado llevar por la pasión animal instintiva, rodeandon con los brazos su cuello para no dejarle retirarse de ella siguiendo juntando sus labios con los ajenos una danza lenta mientras notaba como el metía su intimidad dentro de ella, suspirando lentamente mientras dejada llevar por la pasión mordía el labio inferior del cambiante, mientras juntaba su cuerpo con el masculino, paseando su lengua por estos, aun en forma humana dejando aflorar la bestia interior, sus dedos dibujaban la espalda del cambiante, para repentinamente meter los dedos por la melena ajena tirando de esta con brusquedad para obligar a Höch mostrar su cuello, la cambiante dibujaba con los labios el camino de la yugular, jugando con lo que mordería si fuera una caceria, pero ahora mismo la caza era de otro tipo, una de instintos primitivos, entrelazaba las piernas en la cadera masculina juguetonamente.
Más repentinamente la rubia frenó ese frenesí animal que tenía cuando el cambiante protesto por sus palabras, Yendra le soltó quedando tumbada debajo de él y ladeo la cabeza con cara de desconcierto. -¿Te he ofendido?- Preguntó rapidamente, con cierta preocupación de haber roto el juguetón encuentro. -No lo decía en ese sentido que has podido achacar, me encuentro realmente pocos caballeros que intente por asi decirlo cortejarme o hacerme sentir comoda con bonitas palabras.- Dijo tratandose de explicar, quizás extropearse más en respuesta a lo que había dicho, le acarició el rostro con suavidad mirandole y propinandole unos delicados besos por el cuello. -En realidad me gusta lo que dices...no estoy acostumbrada...y si, quizás se necesiten más romanticos.- Dijo finalmente la rubia platina mientras le miraba. -Eres tan dulce...tan...encantador...
El pareció querer seguir volviendo a ese roce de bestias que se traían entre manos, volviendo ha abrazarle, empezando con una insinuaciñon más fuerte mientas compartia esa telepatia entre cambiantes, sonrió con sinceridad mas provó llevar ese jugueteo a otro nivel, se incorporó un poco y empezó a restreagarse contra el cuerpo masculino de esa felina forma, mientras emitia los suaves ronroneos, mordiendo el lobulo de la oreja de Höch en un jugueteo dejando escapar una delicada sonrisa, invitandole a retozar junto a ella, y en lo que llevaba a los niveles de darse un tremendo placer el uno al otro, una lujuria animal desmedida entre las bestias, y mordía su labio inferior antes de besarlo pasionalmente entrelazando su lengua con la ajena, mientras le atrapaba con las piernas sin dejarle escapar.
Más repentinamente la rubia frenó ese frenesí animal que tenía cuando el cambiante protesto por sus palabras, Yendra le soltó quedando tumbada debajo de él y ladeo la cabeza con cara de desconcierto. -¿Te he ofendido?- Preguntó rapidamente, con cierta preocupación de haber roto el juguetón encuentro. -No lo decía en ese sentido que has podido achacar, me encuentro realmente pocos caballeros que intente por asi decirlo cortejarme o hacerme sentir comoda con bonitas palabras.- Dijo tratandose de explicar, quizás extropearse más en respuesta a lo que había dicho, le acarició el rostro con suavidad mirandole y propinandole unos delicados besos por el cuello. -En realidad me gusta lo que dices...no estoy acostumbrada...y si, quizás se necesiten más romanticos.- Dijo finalmente la rubia platina mientras le miraba. -Eres tan dulce...tan...encantador...
El pareció querer seguir volviendo a ese roce de bestias que se traían entre manos, volviendo ha abrazarle, empezando con una insinuaciñon más fuerte mientas compartia esa telepatia entre cambiantes, sonrió con sinceridad mas provó llevar ese jugueteo a otro nivel, se incorporó un poco y empezó a restreagarse contra el cuerpo masculino de esa felina forma, mientras emitia los suaves ronroneos, mordiendo el lobulo de la oreja de Höch en un jugueteo dejando escapar una delicada sonrisa, invitandole a retozar junto a ella, y en lo que llevaba a los niveles de darse un tremendo placer el uno al otro, una lujuria animal desmedida entre las bestias, y mordía su labio inferior antes de besarlo pasionalmente entrelazando su lengua con la ajena, mientras le atrapaba con las piernas sin dejarle escapar.
Yendra Isley- Cambiante Clase Media
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Re: walking among beasts (Libre)
En la noche quieta las sombras de los árboles juegan a esconderse. En el corazón de los cambiantes juegan las penas, los sueños, los deseos. Sin que medien las palabras, entre ellos hay una invitación, una petición, una urgencia y una llamada del destino.
¡Morir, como muere el amante de la viuda negra, en medio de la mayor de las voluptuosidades! Así al menos se imagina Höchsten dulcemente envuelto en el estrecho abrazo. Se olvidará de si mismo por perderse en ese centro ardiente con el que la mujer jaguar se apoderó de el. Habrá por fin un remanso de paz en su andar pues la angustia cuya madeja venía desenredando durante días se cortó de repente. El bosque parecerá que conspira para que los amantes no sean perturbados ¡Que no corra el viento entre ellos! pareciera decir la noche cómplice. Pues los murmullos suaves de las criaturas nocturnas acompañan tibiamente aquella cadencia de suspiros y gemidos apasionados que se fusionan con el ulular de la floresta.
Al sentir la pasión con la que es abrazado, el corazón de aquel muchacho* se incendia como un motor de combustión, acelerando el ritmo de aquella danza en la que se acoplan a la perfección. Hechos como están sus cuerpos, el uno para el otro conjugan un ritmo salvaje. ¿Quién no querría morir ahí mismo? Ardiendo en un mar de pasión e infindad. (* Epoch es un adolescente, para los estándares de los Shifter)
¡Morir! olvido del ser. - ¡Si tan sólo pudiera olvidar del todo! - se descubrió pensando - al menos podría ser de nuevo una bestia. Vivir para el día de hoy, sin ayer ni mañana. ¡Esta es la buena vida! Amar sin razón ni medida. Se decía para sí, pero con la certeza de que ella también podía escuchar sus pensamientos como si le hablasen al oído, al tiempo que su cuerpo sube y baja con una armonía placenteramente dolorosa. Los dedos crispados se aferran a la carne que se estremece bajo las garras humanas - exquisita - dice mientras juegan a morderse mutuamente y se devoran, literalmente, con cada acre de piel.
- Jardines, selvas, prados, que mis caricias desciendan y cubran como la hiedra a los árboles, brazos, cintura, cuellos, senos, tu cuerpo se constela, cicatriz luminosa, mira al cielo, tu reflejo tatuado en luz - Afrenta intempestiva. Sedúce, la tormenta entre el instinto bestial que le acerca a los dioses y la lujuria que le hace humano.
¡Morir, como muere el amante de la viuda negra, en medio de la mayor de las voluptuosidades! Así al menos se imagina Höchsten dulcemente envuelto en el estrecho abrazo. Se olvidará de si mismo por perderse en ese centro ardiente con el que la mujer jaguar se apoderó de el. Habrá por fin un remanso de paz en su andar pues la angustia cuya madeja venía desenredando durante días se cortó de repente. El bosque parecerá que conspira para que los amantes no sean perturbados ¡Que no corra el viento entre ellos! pareciera decir la noche cómplice. Pues los murmullos suaves de las criaturas nocturnas acompañan tibiamente aquella cadencia de suspiros y gemidos apasionados que se fusionan con el ulular de la floresta.
Al sentir la pasión con la que es abrazado, el corazón de aquel muchacho* se incendia como un motor de combustión, acelerando el ritmo de aquella danza en la que se acoplan a la perfección. Hechos como están sus cuerpos, el uno para el otro conjugan un ritmo salvaje. ¿Quién no querría morir ahí mismo? Ardiendo en un mar de pasión e infindad. (* Epoch es un adolescente, para los estándares de los Shifter)
¡Morir! olvido del ser. - ¡Si tan sólo pudiera olvidar del todo! - se descubrió pensando - al menos podría ser de nuevo una bestia. Vivir para el día de hoy, sin ayer ni mañana. ¡Esta es la buena vida! Amar sin razón ni medida. Se decía para sí, pero con la certeza de que ella también podía escuchar sus pensamientos como si le hablasen al oído, al tiempo que su cuerpo sube y baja con una armonía placenteramente dolorosa. Los dedos crispados se aferran a la carne que se estremece bajo las garras humanas - exquisita - dice mientras juegan a morderse mutuamente y se devoran, literalmente, con cada acre de piel.
- Jardines, selvas, prados, que mis caricias desciendan y cubran como la hiedra a los árboles, brazos, cintura, cuellos, senos, tu cuerpo se constela, cicatriz luminosa, mira al cielo, tu reflejo tatuado en luz - Afrenta intempestiva. Sedúce, la tormenta entre el instinto bestial que le acerca a los dioses y la lujuria que le hace humano.
Epoch- Cambiante Clase Baja
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Re: walking among beasts (Libre)
Sonrie mientras seguía enredada entre los brazos de aquel cambiante, que sin duda parecía disfrutar de ese encuentro, quien iba a pensar que ese encuentro iba terminar en esa situación, en esa danza de dolor placentero o placentero dolor que se traian entre manos, suspiros, gemidos y jadeos envolvían el silencio del bosque, le mordia los labios hasta que la cosa subió de intensidad, hasta apoyar su cabeza en el hombro ajeno, arañando con cierta ferocidad sus espalda, en lo que dejó escapar una risilla, mirandole con el rostro perlado en sudor mientras ladeaba la cabeza. -Supongo que esto tampoco es habitual para ti. - Dijo en un tono que incitaba a la broma, mientras se estiraba buscand deseperezarse despues de haber culminado esa danza, sonrió y le dio una suave mordida en el hombro. -¿te hice daño?- Le preguntó por el arañazo dado a su espalda.
Sin embargo para terminar de desconcertar a aquel hombre de naturaleza bestial, la cambiante se deslizó a su espalda y alargó la lengua lamiendo la herida de arañazo hecho por ella misma en medio del climax, aun en su forma humana lamió las heridas de Höch y despues se aparto sonriendo. -Ha sido realmente divertido, pero ahora tenemos que conocernos un poco para que no se vuelva esto frio.- Sonrié de medio lado mientras se relame mordiendose el labio inferior. Mientras jugaba con un mechon de su pelo mirandole, pocas veces se encontraba con alguien que fuera asi, se había dejado llevar por la lujuria animal, pero aun asi, había sido delicado, caballeroso y la palabra que tanto odiaba, romantico, pero ella no lo había dicho ni de lejos como un insulto, solo le había sorprendido, ronroneo rozando rostro con rostro antes de volver a sentarse.
La verdad que el furtivo encuentro le había levantado algo de hambre y se moría por cazar y comer algo. -¿Tienes hambre? ¿habra ciervos por aqui?- Preguntó para si misma aunque lo dijo en voz alta, despues miró a su nuevo amigo, mientras sonreía. -¿Por que no me hablas de ti mientras nos llenamos el estomago?- Dijo en tono dulce mientras empezó a sacudirse, sus musculos a estirarse, y esta vez, no fue en pantera en lo que se convirtió, si no que la figura elegida fue la de un enorme tigre dorado, se sacudió y miró a su nuevo compañero, mientras indicaba que tenía ganas de cazar, dio un rugido que hacía temblar cada musculatura y se restregó de felina forma contra el otro cambiante antes de echar a caminar por le bosque buscando algun cierv o algo que se podía llevar a la boca.
Sin embargo para terminar de desconcertar a aquel hombre de naturaleza bestial, la cambiante se deslizó a su espalda y alargó la lengua lamiendo la herida de arañazo hecho por ella misma en medio del climax, aun en su forma humana lamió las heridas de Höch y despues se aparto sonriendo. -Ha sido realmente divertido, pero ahora tenemos que conocernos un poco para que no se vuelva esto frio.- Sonrié de medio lado mientras se relame mordiendose el labio inferior. Mientras jugaba con un mechon de su pelo mirandole, pocas veces se encontraba con alguien que fuera asi, se había dejado llevar por la lujuria animal, pero aun asi, había sido delicado, caballeroso y la palabra que tanto odiaba, romantico, pero ella no lo había dicho ni de lejos como un insulto, solo le había sorprendido, ronroneo rozando rostro con rostro antes de volver a sentarse.
La verdad que el furtivo encuentro le había levantado algo de hambre y se moría por cazar y comer algo. -¿Tienes hambre? ¿habra ciervos por aqui?- Preguntó para si misma aunque lo dijo en voz alta, despues miró a su nuevo amigo, mientras sonreía. -¿Por que no me hablas de ti mientras nos llenamos el estomago?- Dijo en tono dulce mientras empezó a sacudirse, sus musculos a estirarse, y esta vez, no fue en pantera en lo que se convirtió, si no que la figura elegida fue la de un enorme tigre dorado, se sacudió y miró a su nuevo compañero, mientras indicaba que tenía ganas de cazar, dio un rugido que hacía temblar cada musculatura y se restregó de felina forma contra el otro cambiante antes de echar a caminar por le bosque buscando algun cierv o algo que se podía llevar a la boca.
Yendra Isley- Cambiante Clase Media
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Re: walking among beasts (Libre)
El calor gobernaba el cuerpo del cambiante, un impulso inexplicable le hacía querer fusionarse de lleno con aquella tierna criatura que se abría al encuentro. Por eso las palabras de Yen caían en un lugar lejano de la consciencia se quedaban ahí sonando en su cabeza, sin ser procesadas del todo. "Supongo que esto tampoco es habitual para ti " ¿a que se refería? Nada de lo que le venpia ocurriendo en los últimos días podría llamar "habitual" de modo que prefirió no preguntar nada. ¿te hice daño? preguntó en seguida, y de nuevo el cambiante se sintió totalmente desconcertado.
Su pene pulsaba como si fuese otro corazón,podría decirse que dolía, pero en realidad se trata de un dolor placentero, entre más intensa es la sensación mejor se siente. La respuesta por lo tanto es un sí. Pero lo inquietante es que preguntara como si fuese algo malo. ¡Tantas otras noches había llegado a sangrar por la fricción al hacer el amor! ¡Todas ellas dulces noches!
Supo luego, por la conexión que se había establecido ya entre sus mentes que Yen de hecho pretendía desconcertarle, quizás como un juego sádico se desprendía de el en el momento cumbre sólo para divertirse con su expresión desvalida.
- No! espera... regresa... quédate aquí, a mi lado!
Dice aquel, tumbado sobre el suelo sin poder salir de su perplejidad. Estremeciéndose aún sobre el paso fresco, turbado por la pasión y el aíre frío de la noche.
- No me dejes así. Por favor.
Extendía su mano hacía ella, pero la cruel mujer-gato ya estaba pensando en su próxima presa. Höchsten sólo podía suspírar recordando a su amada inmóvil, y como recorrían varias posiciones, las favoritas de cada uno, antes de separse del amoroso abrazo. El dolor de su ausencia le pellizcaba el corazón sin que pudiese evitarlo y así como se encontraba, tampoco es que quisiera reprimir su tristeza. Pero aunque hubiese querido romper en llanto ni una sola lágrima acudió a su rostro. ¡Se secaron todas ya!
- Yo... no tengo hambre.
Dijo con el humor más negro que le fue posible, pero más que un reproche era sólo la enunciación de un hecho, pues hacía apenas unas horas había dado muerte a un ciervo para alimentarse. Poco había dejado del desgraciado animal, así que no podría compartirlo con su amiga. Quien se incorporaba ya, dispuesta a la cacería. Era evidente que Yen no pretendía quedarse a disfrutar de los arrumacos por lo que con cierta pereza se incorporó del suelo, para poder acompañar a la Felina.
Después de todo no podía molestarse con ella por no ser como su Folie. Cada persona ama de forma distinta y Höch no tendrá más remedio que aceptarlo por el resto de sus días.
- Hay mucho que he estado recordando gracias a ti. Tal vez era lo que necesitaba para abrir la compuerta de mi pasado. Yo en otro tiempo tuve una familia... personas que me hacían feliz. ¡Gracias por traer esas memorias de nuevo a mi!
Hablaban en voz baja por que dada la calma de aquella noche no hacía falta elevar la voz mas allá de un murmullo. Aquella intimidad era agradable, sin embargo había en Yen un gran deseo de conocer algo más por lo que el cambiante se sintió obligado a revelar algo más de su historia.
- Están conmigo en el recuerdo, solamente. Al igual que mis amigos y al parecer mis enemigos también perecieron ya. De lo que fuera una guerra atroz, sólo sobrevivo yo. Dime tu: ¿Gané? ... ¿Perdí?
Su pene pulsaba como si fuese otro corazón,podría decirse que dolía, pero en realidad se trata de un dolor placentero, entre más intensa es la sensación mejor se siente. La respuesta por lo tanto es un sí. Pero lo inquietante es que preguntara como si fuese algo malo. ¡Tantas otras noches había llegado a sangrar por la fricción al hacer el amor! ¡Todas ellas dulces noches!
Supo luego, por la conexión que se había establecido ya entre sus mentes que Yen de hecho pretendía desconcertarle, quizás como un juego sádico se desprendía de el en el momento cumbre sólo para divertirse con su expresión desvalida.
- No! espera... regresa... quédate aquí, a mi lado!
Dice aquel, tumbado sobre el suelo sin poder salir de su perplejidad. Estremeciéndose aún sobre el paso fresco, turbado por la pasión y el aíre frío de la noche.
- No me dejes así. Por favor.
Extendía su mano hacía ella, pero la cruel mujer-gato ya estaba pensando en su próxima presa. Höchsten sólo podía suspírar recordando a su amada inmóvil, y como recorrían varias posiciones, las favoritas de cada uno, antes de separse del amoroso abrazo. El dolor de su ausencia le pellizcaba el corazón sin que pudiese evitarlo y así como se encontraba, tampoco es que quisiera reprimir su tristeza. Pero aunque hubiese querido romper en llanto ni una sola lágrima acudió a su rostro. ¡Se secaron todas ya!
- Yo... no tengo hambre.
Dijo con el humor más negro que le fue posible, pero más que un reproche era sólo la enunciación de un hecho, pues hacía apenas unas horas había dado muerte a un ciervo para alimentarse. Poco había dejado del desgraciado animal, así que no podría compartirlo con su amiga. Quien se incorporaba ya, dispuesta a la cacería. Era evidente que Yen no pretendía quedarse a disfrutar de los arrumacos por lo que con cierta pereza se incorporó del suelo, para poder acompañar a la Felina.
Después de todo no podía molestarse con ella por no ser como su Folie. Cada persona ama de forma distinta y Höch no tendrá más remedio que aceptarlo por el resto de sus días.
- Hay mucho que he estado recordando gracias a ti. Tal vez era lo que necesitaba para abrir la compuerta de mi pasado. Yo en otro tiempo tuve una familia... personas que me hacían feliz. ¡Gracias por traer esas memorias de nuevo a mi!
Hablaban en voz baja por que dada la calma de aquella noche no hacía falta elevar la voz mas allá de un murmullo. Aquella intimidad era agradable, sin embargo había en Yen un gran deseo de conocer algo más por lo que el cambiante se sintió obligado a revelar algo más de su historia.
- Están conmigo en el recuerdo, solamente. Al igual que mis amigos y al parecer mis enemigos también perecieron ya. De lo que fuera una guerra atroz, sólo sobrevivo yo. Dime tu: ¿Gané? ... ¿Perdí?
Última edición por Epoch el Jue Abr 05, 2018 5:01 pm, editado 2 veces
Epoch- Cambiante Clase Baja
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Re: walking among beasts (Libre)
La cambiante ciertamente estaba acostumbrada a eso, retozar y abandonar, poco o nunca la pedian que se quedara a su lado, pocas excepciones, y esas excepciones siempre habian quedado atras, se habían desvanecido entre ausencias, aunque la cambiante distaba mucho de dejar un sentimiento de desagrado, pero mentiría si dijera que aquella suplica del otro cambiante hizo que su caracter distante se detuviera, mientras ladeaba la cabeza, sus ojos azules se clavaron en los ajenos, por un instante miró a Hötch como si recelara, como si sus palabras tuvieran un sentido oculto, como si planeara algo malicioso quizás, incluso tuvo que hacer un esfuerzo por no emitir un gruñido desconfiado, más miró hacia el bosque, frio, a pesar del calor emitido por retozar juntos, quizás si podría disfrutar de palabras melosas despues de haber yacio con el cambiante, se quedó parada pensativa, percibiendo como el cambiante quizá la tomaba por alguien cruel, a lo mejor Yendra con el tiempo se había convertido en alguien cruel, quizás falta de sentimientos.
Se pellizcó el puente de la nariz intentando decidirse en la siguiente acción, se miró asi misma, aun desnuda despues del pasional encuentro, suspiró y se giró nuevamente mirando a Hötch, mordiendose el labio inferior, el no tenía hambre, y ella aunque si tenía no necesitaba alimentarse en ese mismo instante, asi que simplemente se quedó de pie mirando al cambiante.
Le escuchó, su alma le gritaba que era melancolico, que había perdido a alguien quizá, le escuchó se cruzó de brazos mirandole, por un momento frunció el ceño. -¿Es que acaso soy un hilo conductor simplemente para traer buenos recuerdos de otras personas?- Gruñó como si se ofendiera por sentirse usada, realmente no era algo que le molestase, o tal vez realmente le daba igual que la usara, no estaba acostumbrada a los signos afectivos realmente, desde hacía mucho tiempo y la felina raramente los esperaba pues los que habían hecho eso desaparecían, siempre lo hacian, suspiró y finalmente volvió juntó al cambiante y le miró con el ceño fruncido, de manera intensa, olisqueando y deslizando su vista hacía las zonas intimas de este y enarcó una ceja al ver que aun parecía albergar cierto deseo, aunque eso podría deverse a las ferormonas que emitia la rubia sin querer tal vez.
Gateó acercandose más a Hötch mirandole sin respoder a su pregunta, primero poso su mano sobre la nuca del cambiante y le empujó hacia ella besandole como si asi le callara el discurso que hacia él, y le miró despues de besarlo.-Siempre que sobrevives ganas, los fuertes aguantan...- Dice de una forma quizá demasiado ruda, pero no le importó mucho, más se tumbaba junto a Hötch atendiendo a la primera petición que hizo él. -Abrazame...-Sugirió de manera que le indicaba que accedería a los arrumacos que correspondían a despues de desatar la pasión, se acurrucaba junto al cambiante mostrandolo que quizá tambien ahora el frio la envolvia y quizás buscó calor en su compañero noctambulo.
Se pellizcó el puente de la nariz intentando decidirse en la siguiente acción, se miró asi misma, aun desnuda despues del pasional encuentro, suspiró y se giró nuevamente mirando a Hötch, mordiendose el labio inferior, el no tenía hambre, y ella aunque si tenía no necesitaba alimentarse en ese mismo instante, asi que simplemente se quedó de pie mirando al cambiante.
Le escuchó, su alma le gritaba que era melancolico, que había perdido a alguien quizá, le escuchó se cruzó de brazos mirandole, por un momento frunció el ceño. -¿Es que acaso soy un hilo conductor simplemente para traer buenos recuerdos de otras personas?- Gruñó como si se ofendiera por sentirse usada, realmente no era algo que le molestase, o tal vez realmente le daba igual que la usara, no estaba acostumbrada a los signos afectivos realmente, desde hacía mucho tiempo y la felina raramente los esperaba pues los que habían hecho eso desaparecían, siempre lo hacian, suspiró y finalmente volvió juntó al cambiante y le miró con el ceño fruncido, de manera intensa, olisqueando y deslizando su vista hacía las zonas intimas de este y enarcó una ceja al ver que aun parecía albergar cierto deseo, aunque eso podría deverse a las ferormonas que emitia la rubia sin querer tal vez.
Gateó acercandose más a Hötch mirandole sin respoder a su pregunta, primero poso su mano sobre la nuca del cambiante y le empujó hacia ella besandole como si asi le callara el discurso que hacia él, y le miró despues de besarlo.-Siempre que sobrevives ganas, los fuertes aguantan...- Dice de una forma quizá demasiado ruda, pero no le importó mucho, más se tumbaba junto a Hötch atendiendo a la primera petición que hizo él. -Abrazame...-Sugirió de manera que le indicaba que accedería a los arrumacos que correspondían a despues de desatar la pasión, se acurrucaba junto al cambiante mostrandolo que quizá tambien ahora el frio la envolvia y quizás buscó calor en su compañero noctambulo.
Yendra Isley- Cambiante Clase Media
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Re: walking among beasts (Libre)
Feliz, por la petición, Höchsten rodeó a Yen por sobre los hombros, abrazando su tibieza de nuevo en el regazo entregándose de lleno a la fragancia de su piel.
- No me malentiendas, intenté de todo para recuperar mi memoria en su totalidad, pero hasta ahora solo he ido recuperando fragmentos - aclaró - me había dado por vencido antes de conocerte, de algún modo me estas ayudando a regresar a mí - era raro ponerlo en palabras pues quizás el mismo no se había puesto a reflexionar en estas cosas antes de intentar explicarlas a alguien más.
- Estaré en deuda contigo por esto, ¿cómo podría compensarte? - le dice al oído con una suave voz, mientras la mano que se encontraba libre se ocupa en apartar unos cabellos fugitivos aquel rostro divino. En estos momentos impulsado por una nueva energía se sentía capaz de hacer cualquier cosa posible.
Es esto lo que llaman saudade, por que aunque se encontraba embriagado por la tristeza de sus añorantes recuerdos, sonreía contento por haberse encontrado con una amiga sin pretenderlo en este lugar. Podría decirse que feliz por recuperar su amada tristeza, por paradójico que eso pueda parecer a quien tenga la fortuna de jamás haber perdido un hijo.
- No creo que quede nada que puedas cazar en este bosque, pero si quieres podemos cazar algo en las afueras de la ciudad... - le sugirió con una sonrisa socarrona, pensando en hallar alguna presa digna de ser holocausto aquella noche. Algún asesino, o una pandilla de ladrones, de esas que se reúnen a estas horas en las zonas mas alejadas de la gran Urbe, pero cerca de nuestras garras. - Hay presas más interesantes que los cervatillos del bosque - Lo cierto es que había prometido al viejo ciervo que no tocaría a su descendencia a cambio de que entregara su cuello a mis colmillos sin dar mucha batalla, no podía evitar que Yen cazara a alguno, pero podría, con suerte, sugerirle una cacería mucho más gratificante.
- No me malentiendas, intenté de todo para recuperar mi memoria en su totalidad, pero hasta ahora solo he ido recuperando fragmentos - aclaró - me había dado por vencido antes de conocerte, de algún modo me estas ayudando a regresar a mí - era raro ponerlo en palabras pues quizás el mismo no se había puesto a reflexionar en estas cosas antes de intentar explicarlas a alguien más.
- Estaré en deuda contigo por esto, ¿cómo podría compensarte? - le dice al oído con una suave voz, mientras la mano que se encontraba libre se ocupa en apartar unos cabellos fugitivos aquel rostro divino. En estos momentos impulsado por una nueva energía se sentía capaz de hacer cualquier cosa posible.
Es esto lo que llaman saudade, por que aunque se encontraba embriagado por la tristeza de sus añorantes recuerdos, sonreía contento por haberse encontrado con una amiga sin pretenderlo en este lugar. Podría decirse que feliz por recuperar su amada tristeza, por paradójico que eso pueda parecer a quien tenga la fortuna de jamás haber perdido un hijo.
- No creo que quede nada que puedas cazar en este bosque, pero si quieres podemos cazar algo en las afueras de la ciudad... - le sugirió con una sonrisa socarrona, pensando en hallar alguna presa digna de ser holocausto aquella noche. Algún asesino, o una pandilla de ladrones, de esas que se reúnen a estas horas en las zonas mas alejadas de la gran Urbe, pero cerca de nuestras garras. - Hay presas más interesantes que los cervatillos del bosque - Lo cierto es que había prometido al viejo ciervo que no tocaría a su descendencia a cambio de que entregara su cuello a mis colmillos sin dar mucha batalla, no podía evitar que Yen cazara a alguno, pero podría, con suerte, sugerirle una cacería mucho más gratificante.
Epoch- Cambiante Clase Baja
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Re: walking among beasts (Libre)
La tigresa no comprendía mucho a su nuevo amigo, sus formas y su todo se le escapaba mucho a sus entendimiento, mientras había cedido a quedarse junto a el, mientras escuchaba sus palabras, no sabía bien que pensar de su compañero noctambulo, parecía tener una obsesión latente por recuerdos perdidos, historias pasadas que de cierta manera a Yendra se le escapaba ¿que podía haber vivido para perder todos sus recuerdos? ¿y por que ella ahora era la que le recordaba algo que tenia? empezaba a senit cierta curiosidad por ello, no iba a mentir, pero la joven entrecerró los ojos mientras se sumía entre sus pensamientos, mientras sentía el tacto de los brazos de el cambiante rodeandola tras haber accedido a su petición, le escuchaba mientras sus azules ojos se desviaban por el bosque mientras enarcaba la ceja.
Más enarca una ceja cuando en su oido le susurra la manera de compensarla, eso hace escapar un ligero ronroneo mientras permitió el lujo de restregar rostro con rostro. -Ya pensaré como hacerte pagar por todo esto querido.- Dijo en un tono de broma mientras sacaba la lengua, deslizandola a lamer los labios agenos sin mucha preocupación, se rió y emitió un jugueton gruñido mientras paseó la mano por la melena ajena mientras desviaba la vista pensativa, aunque solo era un farol, no le iba a decir nada a cambio logicamente, dado que en ese encuentro los dos cambiantes había sido totalmente casual y embragado de pasión
Le sorprendió el echo que comentó de cambiar el tipo de caza, no parecía de los que se didacaran a cazar, eso hizo enarcar una ceja a la joven de pelo platino que ladeó la cabeza mirando al que se encontraba frente a ella y sonriño con cierta malicia. -¿Realmente no pareces tan perverso?- Dijo con un cierto tono jocoso, se rió y se levantó mientras observaba a su nuevo amigo guiñandole un ojo. -Si tu idea me resulta jugosa, pero no voy a pasearme desnuda, necesito recuperar la ropa.- Dijo levantandose para volver allí donde la dejo.
Más enarca una ceja cuando en su oido le susurra la manera de compensarla, eso hace escapar un ligero ronroneo mientras permitió el lujo de restregar rostro con rostro. -Ya pensaré como hacerte pagar por todo esto querido.- Dijo en un tono de broma mientras sacaba la lengua, deslizandola a lamer los labios agenos sin mucha preocupación, se rió y emitió un jugueton gruñido mientras paseó la mano por la melena ajena mientras desviaba la vista pensativa, aunque solo era un farol, no le iba a decir nada a cambio logicamente, dado que en ese encuentro los dos cambiantes había sido totalmente casual y embragado de pasión
Le sorprendió el echo que comentó de cambiar el tipo de caza, no parecía de los que se didacaran a cazar, eso hizo enarcar una ceja a la joven de pelo platino que ladeó la cabeza mirando al que se encontraba frente a ella y sonriño con cierta malicia. -¿Realmente no pareces tan perverso?- Dijo con un cierto tono jocoso, se rió y se levantó mientras observaba a su nuevo amigo guiñandole un ojo. -Si tu idea me resulta jugosa, pero no voy a pasearme desnuda, necesito recuperar la ropa.- Dijo levantandose para volver allí donde la dejo.
Yendra Isley- Cambiante Clase Media
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Re: walking among beasts (Libre)
¿Ropa? ¿Quien necesita ropa para cazar?
La idea que le resultó desconcertante al inició le invadió luego con una frialdad mortal. El había imaginado en su delirio bestial que había encontrado un alma gemela en aquella felina, sin darse cuenta hasta que punto hasta las criaturas del inframundo se habían adaptado a la sociedad humana.
¿Que clase de cacería tenía en mente, si había que cazar en la forma humana? Lo lógico era pensar que pretendía usar armas. Y no es que no sintiera un vivo interés en sus mecanismos y funcionamientos, pero el Shifter, quizás en un exceso de aquel romanticismo fatal que le caracteriza, sentía desvirtuado el sentido de la cacería si esta involucraba algún arma.
De pronto se sintió ajeno, no solo a la mujer que ya se paraba indiferente a buscar sus ropajes, también a la tierra que pisaban sus pies y que en otro tiempo llamase hogar. Ajeno a este tiempo y sus modos extraños de relacionarse. Ajeno a esta realidad que se le presenta fragmentada. Por un instante guardó silencio mientras miraba a la primera persona con la que había cruzado palabras de verdad. Quizás su primera oportunidad de relacionarse con alguien en mucho tiempo, pasar de largo. Es, ciertamente un peso imaginario el que carga aquella criatura extraña sobre sus hombros, ya que el tiempo en realidad no existe. Pero para Höch los recuerdos, aún siendo un molesto fardo, le provocan un cariño del que no sabe despegarse.
Atormentado por la impotencia de no poder volver el tiempo atrás, hace brotar de su piel plumas, tornándose en un negro y enorme cuervo, que extiende las alas y de un fuerte impulso se lanza al viento en vuelo de fuga. Inútil esfuerzo el suyo, pues a donde sea que se pose de nuevo habrá de recibirle una tierra extranjera y nunca más el perdido paraíso.
La idea que le resultó desconcertante al inició le invadió luego con una frialdad mortal. El había imaginado en su delirio bestial que había encontrado un alma gemela en aquella felina, sin darse cuenta hasta que punto hasta las criaturas del inframundo se habían adaptado a la sociedad humana.
¿Que clase de cacería tenía en mente, si había que cazar en la forma humana? Lo lógico era pensar que pretendía usar armas. Y no es que no sintiera un vivo interés en sus mecanismos y funcionamientos, pero el Shifter, quizás en un exceso de aquel romanticismo fatal que le caracteriza, sentía desvirtuado el sentido de la cacería si esta involucraba algún arma.
De pronto se sintió ajeno, no solo a la mujer que ya se paraba indiferente a buscar sus ropajes, también a la tierra que pisaban sus pies y que en otro tiempo llamase hogar. Ajeno a este tiempo y sus modos extraños de relacionarse. Ajeno a esta realidad que se le presenta fragmentada. Por un instante guardó silencio mientras miraba a la primera persona con la que había cruzado palabras de verdad. Quizás su primera oportunidad de relacionarse con alguien en mucho tiempo, pasar de largo. Es, ciertamente un peso imaginario el que carga aquella criatura extraña sobre sus hombros, ya que el tiempo en realidad no existe. Pero para Höch los recuerdos, aún siendo un molesto fardo, le provocan un cariño del que no sabe despegarse.
Atormentado por la impotencia de no poder volver el tiempo atrás, hace brotar de su piel plumas, tornándose en un negro y enorme cuervo, que extiende las alas y de un fuerte impulso se lanza al viento en vuelo de fuga. Inútil esfuerzo el suyo, pues a donde sea que se pose de nuevo habrá de recibirle una tierra extranjera y nunca más el perdido paraíso.
Epoch- Cambiante Clase Baja
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Re: walking among beasts (Libre)
La rubia volvia en el lugar para recuperar las ropas, mas se detuvo para girar a mirar al cambiante macho, mientras fruncia el ceño mirandole, el otro parecía perderse en su propios pensamientos, ajeno a todo lo que estaba a su alrededor, fue entonces cuando Yendra se giró y clavó su azul mirada en él con algo de recelo, sin comprender muy bien que era lo que ahora le ocurria.
Sin duda su acompañante estaba sumamente hundido en sus propios pensamiento, sin mediar palabra la rubia se vestía con esos ajustados ropajes de circense de colores bonitos, y le seguía mirando mientras entrelazaba sus rubios cabellos para hacerse un par de trenzas endulzando su aspecto, para finalmente acercarse al cambiante para tratar de sacarle de sus propios pensamientos, pero este solo le miraba de esa manera que hacía que a yendra le diera la sensación de que estaba perdido, como en otro lado a pesar de estar ahí delante de ella, cosa que hizo que la tigresa sospechase que su mente siguiera perdida en esos recuerdos que mencionó con anterioridad que tanto añoraba, lo que la hizo arquear las cejas observandole.
Más cuando ella finalmente se acercó para ver que le pasaba este finalmente reaccionó aunque no de la manera que la cambiante pareció despertarse de los pensamientos en los que se hayaba sumido. -¿Höch?.- Le llamó Yendra buscando que este por lo menos espresara que era lo que en la mente le estaba rondando que le tenía como ausente y ajeno a lo que había a su alrededor, más la sorpresa apareció más a la cambiante, cuando derrepente vió que el que primeramente parecía cambiante de su misma especie felina, este empezó a hechar plumas, para sorpresa de Yendra que observaba ese hecho con los ojos abiertos como platos y como el cambiante empezó a cambiar su forma a la caracteristica ave de plumaje negro, ante los azules orbes de la chica el cambiante esta vez hizo su cambio a la forma de cuervo.
Yendra emitió un bufido, de ferocidad cuando obervó el pajaro negro que despegó alejandose de ella volando, lo que hizo que la cambiante con desconcierto observabase el pajaro, alejandose, Yendra dió con disgusto una patada al cesped arrancando trozos de tierra inclusive antes de girarse, de nuevo hacía el rio de vuelta, volviendo al arbol donde estaba posada antes de que lo viese, subiendo con suma agilidad felina de nuevo a las ramas, posandose en ella nuevamente, suponiendo que el cuervo regresara o no lo hiciera.
Sin duda su acompañante estaba sumamente hundido en sus propios pensamiento, sin mediar palabra la rubia se vestía con esos ajustados ropajes de circense de colores bonitos, y le seguía mirando mientras entrelazaba sus rubios cabellos para hacerse un par de trenzas endulzando su aspecto, para finalmente acercarse al cambiante para tratar de sacarle de sus propios pensamientos, pero este solo le miraba de esa manera que hacía que a yendra le diera la sensación de que estaba perdido, como en otro lado a pesar de estar ahí delante de ella, cosa que hizo que la tigresa sospechase que su mente siguiera perdida en esos recuerdos que mencionó con anterioridad que tanto añoraba, lo que la hizo arquear las cejas observandole.
Más cuando ella finalmente se acercó para ver que le pasaba este finalmente reaccionó aunque no de la manera que la cambiante pareció despertarse de los pensamientos en los que se hayaba sumido. -¿Höch?.- Le llamó Yendra buscando que este por lo menos espresara que era lo que en la mente le estaba rondando que le tenía como ausente y ajeno a lo que había a su alrededor, más la sorpresa apareció más a la cambiante, cuando derrepente vió que el que primeramente parecía cambiante de su misma especie felina, este empezó a hechar plumas, para sorpresa de Yendra que observaba ese hecho con los ojos abiertos como platos y como el cambiante empezó a cambiar su forma a la caracteristica ave de plumaje negro, ante los azules orbes de la chica el cambiante esta vez hizo su cambio a la forma de cuervo.
Yendra emitió un bufido, de ferocidad cuando obervó el pajaro negro que despegó alejandose de ella volando, lo que hizo que la cambiante con desconcierto observabase el pajaro, alejandose, Yendra dió con disgusto una patada al cesped arrancando trozos de tierra inclusive antes de girarse, de nuevo hacía el rio de vuelta, volviendo al arbol donde estaba posada antes de que lo viese, subiendo con suma agilidad felina de nuevo a las ramas, posandose en ella nuevamente, suponiendo que el cuervo regresara o no lo hiciera.
Yendra Isley- Cambiante Clase Media
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Re: walking among beasts (Libre)
Desde que había adquirido la capacidad de volar, le gustaba pasar mucho tiempo contemplando el mundo desde las alturas. Su pasado pedestre le resultaba risible entre más cerca de las nubes pudiera subir, sin embargo aún a esa distancia podía sentir la energía vital de Yendra, ahora que habían compartido un vínculo profundo latiendo como si se tratase de una campana que tañe en la distancia, solo que en lugar de sonido, son oleadas de una energía que los hermana como una sola raza. Ese tañido constante y claro se vuelve un punto de referencia imposible de negar, señal de un hambre insatisfecha marcando el horizonte.
La luz parece más brillante de pronto al girar en el aire, en una vuelta larga, con las alas de la libertad extendidas abrazando al viento. Dejando que las corrientes suaves le arrastren de vuelta. ¿Seguirá ella ahí? Ahí está... en aquel lugar donde la dejara instantes atrás. ¿Era miedo lo que sentía ante ella? o ¿como describir esta ansiedad? Yen no entendería que éste no es quien normalmente era él... ¿Era ella lo que no quería enfrentar o era aquella sociedad que cada vez se torna más inaccesible? En cierto modo hubiera preferido que la chica siguiera su camino, pero al verla ahí de pie escudriñando al cielo se arrepintió de su caprichosa huida.
Se recriminó que quizás se encontraba demasiado confortable aquí donde solo las aves rapaces llegan, demasiado cómodo en este silencio y sin embargo con el deber en el alma de volver a caminar entre los hombres. No podía negarse al hecho de que aún tiene algo que debe resolver en la ciudad y Yendra es su único medio de acceso de vuelta al mundo de los humanos. No puede simplemente dejarla ahí.
De no ser por la impávida expresión de ave que tenía, se hubiese notado el rubor en el rostro, al descender suavemente hasta estar de nuevo frente a ella, posado en una rama desde la cual le habló con su gutural voz afectada por la garganta de ave.
- Ejem... disculpa que... haya salido volando así... yo... aún no me acostumbro del todo a las transformaciones. Sin embargo desde lo alto se tiene mejor panorama del bosque, desde ahí pude ver el humo de una fogata - Höch se detuvo ahí, pues no sabía como iba a reaccionar ella, lo que sus palabras implicaban era que donde había campamentos humanos había alimento fácil, muchas veces se trataba de ladrones que venían a esconderse a este lado del bosque y el producto de lo hurtado era bien valorado en los mercados de la ciudad. Pero había que esperar a que la mujer revelara que clase de "cacería" tendría ella en mente. Tal vez estaba juzgando erróneamente a su nueva amiga. - Si quieres, puedo traerte la comida hasta aquí.. - dijo de manera inesperada, como si la repentina idea de pronto le diera un pretexto para salir volando de nuevo.
La luz parece más brillante de pronto al girar en el aire, en una vuelta larga, con las alas de la libertad extendidas abrazando al viento. Dejando que las corrientes suaves le arrastren de vuelta. ¿Seguirá ella ahí? Ahí está... en aquel lugar donde la dejara instantes atrás. ¿Era miedo lo que sentía ante ella? o ¿como describir esta ansiedad? Yen no entendería que éste no es quien normalmente era él... ¿Era ella lo que no quería enfrentar o era aquella sociedad que cada vez se torna más inaccesible? En cierto modo hubiera preferido que la chica siguiera su camino, pero al verla ahí de pie escudriñando al cielo se arrepintió de su caprichosa huida.
Se recriminó que quizás se encontraba demasiado confortable aquí donde solo las aves rapaces llegan, demasiado cómodo en este silencio y sin embargo con el deber en el alma de volver a caminar entre los hombres. No podía negarse al hecho de que aún tiene algo que debe resolver en la ciudad y Yendra es su único medio de acceso de vuelta al mundo de los humanos. No puede simplemente dejarla ahí.
De no ser por la impávida expresión de ave que tenía, se hubiese notado el rubor en el rostro, al descender suavemente hasta estar de nuevo frente a ella, posado en una rama desde la cual le habló con su gutural voz afectada por la garganta de ave.
- Ejem... disculpa que... haya salido volando así... yo... aún no me acostumbro del todo a las transformaciones. Sin embargo desde lo alto se tiene mejor panorama del bosque, desde ahí pude ver el humo de una fogata - Höch se detuvo ahí, pues no sabía como iba a reaccionar ella, lo que sus palabras implicaban era que donde había campamentos humanos había alimento fácil, muchas veces se trataba de ladrones que venían a esconderse a este lado del bosque y el producto de lo hurtado era bien valorado en los mercados de la ciudad. Pero había que esperar a que la mujer revelara que clase de "cacería" tendría ella en mente. Tal vez estaba juzgando erróneamente a su nueva amiga. - Si quieres, puedo traerte la comida hasta aquí.. - dijo de manera inesperada, como si la repentina idea de pronto le diera un pretexto para salir volando de nuevo.
Última edición por Epoch el Jue Jul 19, 2018 3:28 pm, editado 1 vez
Epoch- Cambiante Clase Baja
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Re: walking among beasts (Libre)
La cambiante había vuelto junto al lado apoyada en el arbol, subida a la rama, quizá con un deje de amargura, pues el desconcertante comportamiento del otro cambiante le había dejado confundida, muy perdida en su forma de proceder, aunque se preguntó en algún momento si su huida había sido provocada por ella misma, ya que al acabar de retozar un poco juntos este se había comportado de una manera que se le antojaba estraña, no es que estuviera acostumbrada a ese tipo de comportamiento tan alarmante, normalmente jugaban un poco más antes de abandonaser el uno a otro, más el había hecho algo impresionante, se había convertido en pajaro, cosa que la sorprendió pues le había visto en forma de animal terrestre, no de ave, y eso era algo realmente impresionante, ¿acaso aquel cambiante tenía todas las formas animales posibles? si era asi sin duda estaba ante un especimen bastante impresionante.
Se quedó pensativa mirando el agua, mientras dejaba caer una pierna de la rama mientras la balanceaba como balancearia la cola un gran felino tumbado perezosamente sobre la rama de un arbol, mientras observaba el agua del lango y las hondas que se dibujaban en este. Observó con cierta sorpresa como el ave había vuelto de nuevo a posarse en la rama donde ella estaba sentada, ella respondió con un bufido felino, de un depredador que querría cazar al pajaro, más no se movió simplemente le observó mientras se disculpaba por haberse ido volando de aquella manera, más la rubia se cruzo de brazos.
-Es insultante ese abandono despues de recibir cariño ¿no crees?- Le recriminó ella notablemente herida por la actitud anterior, más alzó una ceja mostrando ciertamente interes en cuanto la fogata que había mencionado provocó que la cambiante se pusiera en pie sobre la rama en perfecto equilibrio olfateando a pesar de estar en su forma humana, percibiendo ese aroma a lo lejos que emitia el humo.
-Esta bien...atraelos.- Dijo saltando al suelo y girandose a observarle esperando que alzara el vuelo, mientras se quedó pensativa si cambiar de forma esta vez a la del tigre, o no, se quedó mirando al cambiante macho. -¿Cual es el plan?.- Dijo mientras se desnudaba indicandole de esa manera que estaba preparada para volver a cambiar de forma, dejando entre ver el pelaje atigrado mientras lentamente cambiaba su piel humana por su piel felina.
Se quedó pensativa mirando el agua, mientras dejaba caer una pierna de la rama mientras la balanceaba como balancearia la cola un gran felino tumbado perezosamente sobre la rama de un arbol, mientras observaba el agua del lango y las hondas que se dibujaban en este. Observó con cierta sorpresa como el ave había vuelto de nuevo a posarse en la rama donde ella estaba sentada, ella respondió con un bufido felino, de un depredador que querría cazar al pajaro, más no se movió simplemente le observó mientras se disculpaba por haberse ido volando de aquella manera, más la rubia se cruzo de brazos.
-Es insultante ese abandono despues de recibir cariño ¿no crees?- Le recriminó ella notablemente herida por la actitud anterior, más alzó una ceja mostrando ciertamente interes en cuanto la fogata que había mencionado provocó que la cambiante se pusiera en pie sobre la rama en perfecto equilibrio olfateando a pesar de estar en su forma humana, percibiendo ese aroma a lo lejos que emitia el humo.
-Esta bien...atraelos.- Dijo saltando al suelo y girandose a observarle esperando que alzara el vuelo, mientras se quedó pensativa si cambiar de forma esta vez a la del tigre, o no, se quedó mirando al cambiante macho. -¿Cual es el plan?.- Dijo mientras se desnudaba indicandole de esa manera que estaba preparada para volver a cambiar de forma, dejando entre ver el pelaje atigrado mientras lentamente cambiaba su piel humana por su piel felina.
Yendra Isley- Cambiante Clase Media
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Re: walking among beasts (Libre)
La mirada felina posada sobre sus plumas resultaba inquetante, pero al mismo tiempo se sentía cálida en tanto que salvaje, reflejaba algo de la propia naturaleza en ese brillo intenso. Quizás era la complicidad que había en ella lo que le traía al paladar el entrañable sabor de la amistad recién descubierta.
Los he visto antes - declaró enfocando la atención de Yen en las otras posibles presas - al principio sólo los observaba acampar, resistiendo la curiosidad de intervenir. Así fue como me enteré que eran asaltantes. La tercera noche que acamparon aquí trajeron un botín en joyas del cual se ufanaban. Arrebatado a una pareja de ancianos que poco pudieron hacer para defenderse. Luego el tesoro fue repartido en este mismo sitio entre los secuaces quienes se prometieron dar otro golpe.
El shifter puede reconocer en la distancia los olores de cada uno de los tres criminales, e inclusive puede oler la sangre seca de otra persona, muy probablemente la última víctima. Aunque estos tres malandros no eran los únicos que deambulaban por el bosque aquella noche, se habían ganado, para su mala fortuna, la animadversión de este cambiante.
Voy a hacerles una breve visita; sólo les daré un pequeño susto, eso será suficiente para que salgan corriendo directo hacia ti, en medio de la confusión, entre las sombras, te será fácil cazarlos uno a uno.
Dicho lo cual, el ave negra extendió de nuevo las alas en dirección al humo de la fogata, al rededor de la cual se reunían los incautos ladrones. Circundó un instante desde el aire el sitio en el cual se hallaban instalados para decidir cual sería el mejor lugar para aterrizar. Mientras se encontraba en pleno descenso su cuerpo se transformó de nuevo en la efigie humana, aquella de quien fuera conocido en vida como el rey rojo.
Emergió desde las sombras con una tolvanera que ahogó el fuego, causando una gran conmoción entre los asustados hombres. Dos de ellos salieron corriendo, tal como Höch había previsto, el tercero, invadido por el más puro terror se quedó petrificado.
La mano enorme del cambiaformas rodeó su cuello levantándolo en vilo en el aire. Le resultaba un pequeño esfuerzo sostenerlo y podría haberlo quebrado con facilidad, pero quería mirarle a los ojos en ese momento. "Un voleur qui vole un voleur..." le dijo con la mirada tratando de recordar un viejo refrán, sin éxito, antes de arrojarlo contra el tronco de un árbol. Después del mortal impacto, lo que cayó a la tierra era sólo un cadáver.
Uno menos, quedan dos. Es tu turno Yen - le comunicó mentalente mientras con movimientos parsimoniosos procedía a revisar las posesiones de aquellos tres desgraciados, mientras el bosque impasible contemplaba la escena.
Los he visto antes - declaró enfocando la atención de Yen en las otras posibles presas - al principio sólo los observaba acampar, resistiendo la curiosidad de intervenir. Así fue como me enteré que eran asaltantes. La tercera noche que acamparon aquí trajeron un botín en joyas del cual se ufanaban. Arrebatado a una pareja de ancianos que poco pudieron hacer para defenderse. Luego el tesoro fue repartido en este mismo sitio entre los secuaces quienes se prometieron dar otro golpe.
El shifter puede reconocer en la distancia los olores de cada uno de los tres criminales, e inclusive puede oler la sangre seca de otra persona, muy probablemente la última víctima. Aunque estos tres malandros no eran los únicos que deambulaban por el bosque aquella noche, se habían ganado, para su mala fortuna, la animadversión de este cambiante.
Voy a hacerles una breve visita; sólo les daré un pequeño susto, eso será suficiente para que salgan corriendo directo hacia ti, en medio de la confusión, entre las sombras, te será fácil cazarlos uno a uno.
Dicho lo cual, el ave negra extendió de nuevo las alas en dirección al humo de la fogata, al rededor de la cual se reunían los incautos ladrones. Circundó un instante desde el aire el sitio en el cual se hallaban instalados para decidir cual sería el mejor lugar para aterrizar. Mientras se encontraba en pleno descenso su cuerpo se transformó de nuevo en la efigie humana, aquella de quien fuera conocido en vida como el rey rojo.
Emergió desde las sombras con una tolvanera que ahogó el fuego, causando una gran conmoción entre los asustados hombres. Dos de ellos salieron corriendo, tal como Höch había previsto, el tercero, invadido por el más puro terror se quedó petrificado.
La mano enorme del cambiaformas rodeó su cuello levantándolo en vilo en el aire. Le resultaba un pequeño esfuerzo sostenerlo y podría haberlo quebrado con facilidad, pero quería mirarle a los ojos en ese momento. "Un voleur qui vole un voleur..." le dijo con la mirada tratando de recordar un viejo refrán, sin éxito, antes de arrojarlo contra el tronco de un árbol. Después del mortal impacto, lo que cayó a la tierra era sólo un cadáver.
Uno menos, quedan dos. Es tu turno Yen - le comunicó mentalente mientras con movimientos parsimoniosos procedía a revisar las posesiones de aquellos tres desgraciados, mientras el bosque impasible contemplaba la escena.
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Re: walking among beasts (Libre)
La cambiante le miraba, se mantenía observandole mientras jugaba con el mechon de pelo, escuchando las palabras del otro cambiante, que tenía el poder de convertirse en animales mas dispares de lo que ella creía que se pudiera imaginar nunca, más entrecerró los ojos observandole, mientras escuchaba lo que ellos se dedicaban hacer, ciertamente le dió rabia, ella robaba pero jamás mataba para ello y mucho menos a dos ancianos, cuando ella robaba eran a pomposos engreidos de alta cuna de caracter cruel, sorprendería saber la cantidad de hombres adinerados crueles que había en París aunque lo que ella robaba distaba mucho de mantener un desplume a nadie, aunque eso no lo iba a confesar a su nuevo amigo, más le miraba con cierta ansidead asintiendo para que él diera el mismo el primer paso hacia lo que deseaba hacer, más Yendra solo le observó mientras se deshacia de sus ropajes para volver a enseñarle algo que el cambiante ya había visto, volviendo a quedar desnuda ante el nuevo compañero y no estropear sus ropas convirtiendose en una enorme tigresa, mientras sus ojos se clavaban en él asintiendo para que empezara la acción que asi deseaba,
Los bosques de París no es un sitio donde persé habría un tigre, pero si alguien ajeno la divisaba lo más posible es que se pensara que se habría escapado del circo proximo, sin embargo para Hoch estaría viendo una bestia más grande que con la que jugó tiempo atras, que era una pantera de jaguar, ahora era un felino más imponente, ella movió la cola impaciente y emitió un gruñido, restregó la cara antes de girarse a su posición, se sacudió y se preparó para lo que él otro cambiara de forma y fuera directo hacia los malechores a los que pensaban darles caza.
Yendra acechó entre la maleza siguiendo con la mirada los pasos del cambiante macho hacia los rufianes que buscaban recontar el botín robado. Desde su posición vió cuan temible podría ser el cambiante, como levantó en vilo a ese hombre, que con terror le observaba, desde luego tenía un gran poder fisico, eso a la cambiante le agradaba, tenía cierto agrado por la violencia, no podía evitarlo, ella emitió un gruñido y movió la cola mientras esperaba acechante observando los movimientos de aquellos.
Tras la espantada que provocó Höch, vió como dos horrorizados hombres empezaban a correr, entonces para influir en su miedo la cambiante felina rugió con fuerza haciendo que cada apice de ellos temblaran al rujido, saltó de entre la maleza con un salto instintivo, a lo que llevó sus intimidantes fauces a la yugular de uno llenando su boca de sangre por el mortal mordisco, se relamió su manchado hocico de sangre vital, mientras se relamió y se giró con ferocidad a por el otro, el cual no tardó en adelantar, pero quizás al saltar sobre él no contó con el arma de filo que el aterrado humano sacó, sintio el pinchazo que le propinó y el agudo dolor, la cambiante rugió de dolor, y dió un zarpazo tremendo a la espalda del otro dejandole moribundo, la tigresa rugía enfadada girandose a lamer el costado herido, no era algo grave, pero sí doloroso para que la cambiante estuviera molesta. -Ese maldito estaba armado...que torpe soy.- dijo en esa telepatía mental al cambiante macho. -¿tú estas bien?- Se preocupó no obstante, gruñó mirando como él último herido de muerte por sus garras intentaba arrastrarse para huir como podía. -Matalo.- Gruñó la dolorida cambiante.
Los bosques de París no es un sitio donde persé habría un tigre, pero si alguien ajeno la divisaba lo más posible es que se pensara que se habría escapado del circo proximo, sin embargo para Hoch estaría viendo una bestia más grande que con la que jugó tiempo atras, que era una pantera de jaguar, ahora era un felino más imponente, ella movió la cola impaciente y emitió un gruñido, restregó la cara antes de girarse a su posición, se sacudió y se preparó para lo que él otro cambiara de forma y fuera directo hacia los malechores a los que pensaban darles caza.
Yendra acechó entre la maleza siguiendo con la mirada los pasos del cambiante macho hacia los rufianes que buscaban recontar el botín robado. Desde su posición vió cuan temible podría ser el cambiante, como levantó en vilo a ese hombre, que con terror le observaba, desde luego tenía un gran poder fisico, eso a la cambiante le agradaba, tenía cierto agrado por la violencia, no podía evitarlo, ella emitió un gruñido y movió la cola mientras esperaba acechante observando los movimientos de aquellos.
Tras la espantada que provocó Höch, vió como dos horrorizados hombres empezaban a correr, entonces para influir en su miedo la cambiante felina rugió con fuerza haciendo que cada apice de ellos temblaran al rujido, saltó de entre la maleza con un salto instintivo, a lo que llevó sus intimidantes fauces a la yugular de uno llenando su boca de sangre por el mortal mordisco, se relamió su manchado hocico de sangre vital, mientras se relamió y se giró con ferocidad a por el otro, el cual no tardó en adelantar, pero quizás al saltar sobre él no contó con el arma de filo que el aterrado humano sacó, sintio el pinchazo que le propinó y el agudo dolor, la cambiante rugió de dolor, y dió un zarpazo tremendo a la espalda del otro dejandole moribundo, la tigresa rugía enfadada girandose a lamer el costado herido, no era algo grave, pero sí doloroso para que la cambiante estuviera molesta. -Ese maldito estaba armado...que torpe soy.- dijo en esa telepatía mental al cambiante macho. -¿tú estas bien?- Se preocupó no obstante, gruñó mirando como él último herido de muerte por sus garras intentaba arrastrarse para huir como podía. -Matalo.- Gruñó la dolorida cambiante.
Yendra Isley- Cambiante Clase Media
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Re: walking among beasts (Libre)
En su mente la voz incorpórea de Yen le invoca mientras que los dientes de un horizonte ácido y lúgubre se yerguen vigorosos sobre el fondo de su alma; Höch abstrae en los sueños la compasión y se ruboriza por el hombre roto, que desgarrado de la espalda va dejando una senda escarlata sobre la tierra. - ¡El fin de la violencia esta cerca para este desgraciado! ¿Porqué no se me ofrece este consuelo a mi? - La idea de que, voluntariamente, ha caído más bajo que sus semejantes y de que tiene menos derecho que cualquier otro a quejarse del destino de su raza, que parece encadenado a la corteza endurecida de un planeta y sobre la esencia de nuestra alma perversa, penetra en él como un clavo forjado.
Höch se acerca con suavidad y el ladrón, silenciado por la perdida de sangre, se torna para enfrentar a la muerte. La confusión en sus ojos que agonizan siempre ha estado ahí, en esa faz donde se había declarado la hemorragia, debajo de la ira y el miedo que le impulsan aún a escapar de la escena.
Lucha por que no sabe que pronto no habrá ansiedad, sus problemas quedarán a partir de este momento resueltos. Una vida vivida entre los excesos, la ebriedad, la decepción y la violencia se puede leer en las pupilas inyectadas de terror.
Con el cuerpo trémulo también por el odio, se aferra aún a la vida y diríase que en medio de dolorosos gemidos comprende el desprecio que inspira al otro, reconoce en el otro el rostro de su propia degradación. En el patíbulo indeleble que dará cuenta de la cabeza de un criminal precoz y el dolor que le mostrará el camino hacia la tumba basta hundir la garra en la cara con un crujido satisfactorio y ya es libre como la tempestad.
- Naufragó, cierto día, en las playas de su terrible voluntad - anuncia el epitafio. Luego se torna hacia la imponente tigresa, que se muestra en plenitud de forma con colores brillantes que contrastaban con sus propias oscuras transformaciones. No tenía hambre, por lo que dejó que ella se alimentara a sus anchas eligiendo el manjar que mas le apetezca. En cambio regresa a revisar entre las alforjas buscando algo de valor, un talismán.
Höch se acerca con suavidad y el ladrón, silenciado por la perdida de sangre, se torna para enfrentar a la muerte. La confusión en sus ojos que agonizan siempre ha estado ahí, en esa faz donde se había declarado la hemorragia, debajo de la ira y el miedo que le impulsan aún a escapar de la escena.
Lucha por que no sabe que pronto no habrá ansiedad, sus problemas quedarán a partir de este momento resueltos. Una vida vivida entre los excesos, la ebriedad, la decepción y la violencia se puede leer en las pupilas inyectadas de terror.
Con el cuerpo trémulo también por el odio, se aferra aún a la vida y diríase que en medio de dolorosos gemidos comprende el desprecio que inspira al otro, reconoce en el otro el rostro de su propia degradación. En el patíbulo indeleble que dará cuenta de la cabeza de un criminal precoz y el dolor que le mostrará el camino hacia la tumba basta hundir la garra en la cara con un crujido satisfactorio y ya es libre como la tempestad.
- Naufragó, cierto día, en las playas de su terrible voluntad - anuncia el epitafio. Luego se torna hacia la imponente tigresa, que se muestra en plenitud de forma con colores brillantes que contrastaban con sus propias oscuras transformaciones. No tenía hambre, por lo que dejó que ella se alimentara a sus anchas eligiendo el manjar que mas le apetezca. En cambio regresa a revisar entre las alforjas buscando algo de valor, un talismán.
Epoch- Cambiante Clase Baja
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Re: walking among beasts (Libre)
La cosa había terciado francamente violenta, eso no se podía discutir, la cambiante rugía y se sacudiá molesta, muy molesta. Más los felinos ojos del tigre que gruñía con fiereza mientras la pupila del tigre se contraia creando una mirada mucho más intimidante, mientras se acercaba de un imponente paso lento, hasta donde el moribundo se había arrastrado, con la herida de las garras sangrando de muy abundante forma. Aunque parece que Höch iba a terminar lo empezado y lo hizo de una forma bastante cruel, pero a su vez rapida cuando anuncio verbalmente algo que sería digno de poner en una tumba. La tigresa se relamia su hocico empapado de la sangre, la carne degustada había sido suficiente para saciar los instintos animales de la bestial cambiante, que sin duda se había divertido, aunque había recibido un daño imprevisto.
Fue entonces cuando volvió a cambiar de forma sin darle mucho pudor la falta de ropa ¿por que iba a hacerlo a estas alturas? ya habían jugado aunque de forma animal, pero no era nada que debiera asustar en lo absoluto al otro cambiante, pues como ella, era más animal que humano, y eso Yendra sabía reconocer ese tipo de comportamiento, más igual no estaba siendo muy cauta al mostrar una debilidad, se acercó a Höch y estiró la mano mostrando los dedos y parte de la palma manchados de sangre. En un principio el otro podría mal interpretar pues la sangre en realidad no era de la presa vencida y devorada, si no la sangre era de la propia Yendra.
-Me temo que llevaba un arma.- Dijo algo mareada, mostrando la herida del costado, donde había conseguido incar la navaja que había portado. -No es mucho...pronto sanara...pero ahora mismo es muy molesta.- Gruñó la cambiante rubia mirando la sangrante herida y despues a Höch buscando que reacción tenia, quizá esto era un momento de la verdad, ya que ella era vulnerable al mostrar una herida que la hacía sentir mal en un principio, necesitaba un poco de reposo, ya que los cambiantes se curaban más rapido de lo normal, se sentó en el suelo buscando acomodarse un poco mientras observaba al tan polifacetico cambiante de tanto poder que tenía al lado.
Fue entonces cuando volvió a cambiar de forma sin darle mucho pudor la falta de ropa ¿por que iba a hacerlo a estas alturas? ya habían jugado aunque de forma animal, pero no era nada que debiera asustar en lo absoluto al otro cambiante, pues como ella, era más animal que humano, y eso Yendra sabía reconocer ese tipo de comportamiento, más igual no estaba siendo muy cauta al mostrar una debilidad, se acercó a Höch y estiró la mano mostrando los dedos y parte de la palma manchados de sangre. En un principio el otro podría mal interpretar pues la sangre en realidad no era de la presa vencida y devorada, si no la sangre era de la propia Yendra.
-Me temo que llevaba un arma.- Dijo algo mareada, mostrando la herida del costado, donde había conseguido incar la navaja que había portado. -No es mucho...pronto sanara...pero ahora mismo es muy molesta.- Gruñó la cambiante rubia mirando la sangrante herida y despues a Höch buscando que reacción tenia, quizá esto era un momento de la verdad, ya que ella era vulnerable al mostrar una herida que la hacía sentir mal en un principio, necesitaba un poco de reposo, ya que los cambiantes se curaban más rapido de lo normal, se sentó en el suelo buscando acomodarse un poco mientras observaba al tan polifacetico cambiante de tanto poder que tenía al lado.
Yendra Isley- Cambiante Clase Media
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Re: walking among beasts (Libre)
En el primerpo de los bolsos que tuvo a mano no encontró cosas que fueran de mucho valor, a excepción de unas monedas, algunos anillos, y la única cosa que podría convertirse en un talismán: unos pañuelos de fina seda que pertenecían a personas de avanzada edad a juzgar por el aroma impregnado en ellas que resultaba bastante agradable, dulce, lleno de recuerdos de fragante gengibre, sensaciones que fluyen desde el olfato y le fascinan, transportándolo a las vidas de los asesinados como si el mismo estuviese ahí.
La voz de Yen le despierta de aquellas expriencias ajenas, devolviéndole a la noche y al bosque, y al penetrante olor de la sangre de una Cambiaformas - no sana tan rápido como debería - piensa como para sí y luego se reprime por que recuerda que ella puede escuchar su pensamiento. Tratanto de corregir la idea dice en voz alta: - ¿Sabes? existe un truco para sanar con mayor rapidez... - y al tiempo que habla su cuerpo vuelve a transformarse suavemente, casi imperceptiblemente. Alguien que no estuviese poniendo atención ni siquiera se daría cuenta en que momento había mudado hacia el rostro de su primera forma humana, la más antigua.
Y una vez habiendo ejecutado una nueva transformación por el mero capricho de ejercitar todas las formas que le era posible adquirir ante su nueva amiga - quizás para que pudiera reconocerlo sin importar que mascara le apeteciere usar en el momento - se acercó con ternura para poner una mano sobre la herida, dirigiendo toda su energía sanadora hacia la piel de Yendra
Todos los cambiaformas tenemos el poder de sanar las heridas en su totalidad, pero también tenemos un poder poco conocido entre los más jóvenes como nosotros. Me refiero al poder de elegir nuestras cicatrices. Si una herida en tu cuerpo no sana, significa que una parte de ti no quiere ser sanada. Significa que tu cuerpo quiere "recordar" esa herida. La cicatriz puede quedar en tu cuerpo por un tiempo o para toda la vida; sirve como un recordatorio. Para el cambiante toda herida, mientras no sea mortal, contiene una posibilidad y una lección que aprender. El dolor es inevitable, el sufrimiento es una elección.- Elige tus cicatrices -
Con los mismos gestos medidos hace aparecer, como en un acto de magia uno de los pañuelos de seda que recién encontró y lo coloca sobre la herida haciendo una ligera presión mientras mira el bello rostro de su hermana en medio de la oscuridad coronado por aquellos ojos llenos de símbolos que aún no sabe interpretar pero que puede leer de un solo golpe de vista, mientras el pañuelo de suave seda guarda entre sus hilos una nuevo recuerdo y una nueva pasión.
La voz de Yen le despierta de aquellas expriencias ajenas, devolviéndole a la noche y al bosque, y al penetrante olor de la sangre de una Cambiaformas - no sana tan rápido como debería - piensa como para sí y luego se reprime por que recuerda que ella puede escuchar su pensamiento. Tratanto de corregir la idea dice en voz alta: - ¿Sabes? existe un truco para sanar con mayor rapidez... - y al tiempo que habla su cuerpo vuelve a transformarse suavemente, casi imperceptiblemente. Alguien que no estuviese poniendo atención ni siquiera se daría cuenta en que momento había mudado hacia el rostro de su primera forma humana, la más antigua.
Y una vez habiendo ejecutado una nueva transformación por el mero capricho de ejercitar todas las formas que le era posible adquirir ante su nueva amiga - quizás para que pudiera reconocerlo sin importar que mascara le apeteciere usar en el momento - se acercó con ternura para poner una mano sobre la herida, dirigiendo toda su energía sanadora hacia la piel de Yendra
Todos los cambiaformas tenemos el poder de sanar las heridas en su totalidad, pero también tenemos un poder poco conocido entre los más jóvenes como nosotros. Me refiero al poder de elegir nuestras cicatrices. Si una herida en tu cuerpo no sana, significa que una parte de ti no quiere ser sanada. Significa que tu cuerpo quiere "recordar" esa herida. La cicatriz puede quedar en tu cuerpo por un tiempo o para toda la vida; sirve como un recordatorio. Para el cambiante toda herida, mientras no sea mortal, contiene una posibilidad y una lección que aprender. El dolor es inevitable, el sufrimiento es una elección.- Elige tus cicatrices -
Con los mismos gestos medidos hace aparecer, como en un acto de magia uno de los pañuelos de seda que recién encontró y lo coloca sobre la herida haciendo una ligera presión mientras mira el bello rostro de su hermana en medio de la oscuridad coronado por aquellos ojos llenos de símbolos que aún no sabe interpretar pero que puede leer de un solo golpe de vista, mientras el pañuelo de suave seda guarda entre sus hilos una nuevo recuerdo y una nueva pasión.
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Re: walking among beasts (Libre)
Parece que el otro cambiante se quedaba sumido en pensamientos despues de la sensión de caza, lo cual no parecía muy atento a las palabras que la cambiante pronunciaba, mientras lo observaba, advirtiendole de la herida recibida durante la caza. La telepatía que tienen los dos cambiantes lo pone más interesante, pues la rubia le observa intuyendo en su mente lo que él piensa, que no sana tan rapido como debiera, lo cual hace que Yendra le mire con una ceja alzada, su frase hizo que ladeas la cabeza, no solucionando en nada lo primeramente pensado. Vio nuevamente una nueva mascara, y cuando se acercó a ella la cambiante alzó la mano acariciando el rostro ajeno de manera amistosa, mientra este compartia su energía sanadora, lo que hizo que la cambiante siguiera sin despegar los labios para emitir palabra alguna. Solo le observaba con curiosidad por la nueva mascara y aunque hubiera tantas pieles dentro de él ella podía reconocer su aroma, aunque este se ocultara en distintas pieles con distintos matices.
Sus palabras no son un enigma para Yendra, la comprende, comprende lo que quiere decir, y provoca que la felina se ria con esa maldad caracteristica en ella, mientras sacude la cabeza. Juega un mechon de su pelo entre los dedos mientras la herida cierra. -En verdad esperaba una peluda piel y una calida lengua lamiendo mi herida buscando aliviar su punzante dolor...como un capricho por llamar nuevamente tu atención.- Sonrió ella divertida mientras cruzaba sus piernas estirandose sobre la hierba. Entre abre los labios cuando nota la presión del pañuelo que con delicadeza ha puesto el otro cambiante.
-Tienes que despertar tu lado jugueton...eres serio, y asustadizo como un cervatillo..- Sonrie la rubia mientras sigue jugando con el mechón de su pelo, emite seguidamente un fuerte ronroneo digno de un gran felino que de modo jugueton busca a la bestia de su compañero de especie, que parece serio, intentando adivinar algo, la cambiante se inclina hacia él divertida y abre la boca sacando su musculo bucal y dando una lamida en la mejilla contraria antes de recostarse riendo divertida como un felino encantado de hacer una travesura nuevamente.
Sus palabras no son un enigma para Yendra, la comprende, comprende lo que quiere decir, y provoca que la felina se ria con esa maldad caracteristica en ella, mientras sacude la cabeza. Juega un mechon de su pelo entre los dedos mientras la herida cierra. -En verdad esperaba una peluda piel y una calida lengua lamiendo mi herida buscando aliviar su punzante dolor...como un capricho por llamar nuevamente tu atención.- Sonrió ella divertida mientras cruzaba sus piernas estirandose sobre la hierba. Entre abre los labios cuando nota la presión del pañuelo que con delicadeza ha puesto el otro cambiante.
-Tienes que despertar tu lado jugueton...eres serio, y asustadizo como un cervatillo..- Sonrie la rubia mientras sigue jugando con el mechón de su pelo, emite seguidamente un fuerte ronroneo digno de un gran felino que de modo jugueton busca a la bestia de su compañero de especie, que parece serio, intentando adivinar algo, la cambiante se inclina hacia él divertida y abre la boca sacando su musculo bucal y dando una lamida en la mejilla contraria antes de recostarse riendo divertida como un felino encantado de hacer una travesura nuevamente.
Yendra Isley- Cambiante Clase Media
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