AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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El mensajero de Loqui (privado)
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El mensajero de Loqui (privado)
Las oráculo del templo fueran las encargadas de bañarme y perfumar mi piel para ese monstruo llamado Randulf. Prefería casarme sin duda con los orcos que conformaban su ejercito que con ese engendro de la naturaleza al que le faltaban cojones para librar sus guerras.
Vestida de riguroso blanco, su horda de vigías no me quitaba de encima los ojos, no se si porque mi generoso escote les resultaba demasiado provocador o porque en el caso de escaparme ese monstruo bien les arrancaría de cuajo el corazón.
Mi rostro dibujaba una mueca de asco, eso sentía por toda esta parafernalia con la que me en galardonaban el pelo las jovenes sumisas del rey loco.
Si pensaba ese hombre que me convertiría en una de ellas, se equivocaba, antes me arrancaría la vida que permitir que sus zarpas en mi se posaran o mejor le sajaria su vida junto a la mía y no seria precisamente al Valhalla donde ese malnacido iría.
“¡Vamos Odin, ya he aprendido la lección, sácame de aquí!” pero no había respuesta, al parecer el dios tuerto me había abandonado a mi suerte lo que me hizo fruncir el ceño .
Escuché el retumbar de los tambores, fuera la jarana empezaba, los soldados nerviosos me arrancaron de las manos de las doncellas vírgenes del templo y decididos me empujaron para que afrontara mi destino. Mas no esperaban que me revolviera y aprovechando la cercanía de uno de ellos, desenvainé la espada de la vaina de su cinto y la esgrimí con ágiles movimientos.
A uno lo destripé, el ruido metálico fue suficiente para que el choque de aceros llegara a los oídos de Heimdall, mas el que todo lo ve, al parecer no todo lo oía, bufé exasperado, ese idiota siempre obedecía a Odin.
Un caballo, mis ojos se abrieron como platos, corrí espada en mano medio tropezándome con esos malditos bajos del vestido renegando en un perfecto nórdico.
De un saltó me monté sobre su lomo,la escapatoria estaba cerca pus las puertas estaban abiertas porque era numerosa la gente que por ella entraban a ver el acontecimiento de la boda del tirano.
Al galope los músculos tensos del rocín me daban la libertad, pero de cerca los huargos montados por orcos me seguían sin darme tregua.
El bosque se convirtió en mi aliado, miraba hacia atrás buscando interponer mas distancia cuando sin darme cuenta arrase con algo.
-¡Mierda! -rugí alzando mi cabeza por encima del cuello del caballo -¡Que no haya matado a nadie! -pedí consciente de que si así era Odin nunca me dejaría volver.
Bufeé al ver un hombre rubio tumbado en el suelo, no se movía ¿podía ser mas torpe el muchacho? ¿quien le había mandado embestir a mi caballo?
Baje decidida a hacerlo a un lado ,con un poco de suerte Heimdall el chivato no me habría visto y no se lo contaría al rey tuerto, que para tener un puto ojo se enteraba de todo.
Tomé su mano para arrastrarlo a un lado cuando este se despertó afianzando mi muñeca.
-¡Tu idiota! ¡Suéltame o te arrancaré la cabeza!
En ese instante aparecieron la horda de orcos ¡perfecto ,si algo podía empeorar, siempre lo hacia! Lo empujé hacia ellos.
-¡Vamos guerrero, lucha por el Valhalla! -rugí escondiéndome en su espalda
Vestida de riguroso blanco, su horda de vigías no me quitaba de encima los ojos, no se si porque mi generoso escote les resultaba demasiado provocador o porque en el caso de escaparme ese monstruo bien les arrancaría de cuajo el corazón.
Mi rostro dibujaba una mueca de asco, eso sentía por toda esta parafernalia con la que me en galardonaban el pelo las jovenes sumisas del rey loco.
Si pensaba ese hombre que me convertiría en una de ellas, se equivocaba, antes me arrancaría la vida que permitir que sus zarpas en mi se posaran o mejor le sajaria su vida junto a la mía y no seria precisamente al Valhalla donde ese malnacido iría.
“¡Vamos Odin, ya he aprendido la lección, sácame de aquí!” pero no había respuesta, al parecer el dios tuerto me había abandonado a mi suerte lo que me hizo fruncir el ceño .
Escuché el retumbar de los tambores, fuera la jarana empezaba, los soldados nerviosos me arrancaron de las manos de las doncellas vírgenes del templo y decididos me empujaron para que afrontara mi destino. Mas no esperaban que me revolviera y aprovechando la cercanía de uno de ellos, desenvainé la espada de la vaina de su cinto y la esgrimí con ágiles movimientos.
A uno lo destripé, el ruido metálico fue suficiente para que el choque de aceros llegara a los oídos de Heimdall, mas el que todo lo ve, al parecer no todo lo oía, bufé exasperado, ese idiota siempre obedecía a Odin.
Un caballo, mis ojos se abrieron como platos, corrí espada en mano medio tropezándome con esos malditos bajos del vestido renegando en un perfecto nórdico.
De un saltó me monté sobre su lomo,la escapatoria estaba cerca pus las puertas estaban abiertas porque era numerosa la gente que por ella entraban a ver el acontecimiento de la boda del tirano.
Al galope los músculos tensos del rocín me daban la libertad, pero de cerca los huargos montados por orcos me seguían sin darme tregua.
El bosque se convirtió en mi aliado, miraba hacia atrás buscando interponer mas distancia cuando sin darme cuenta arrase con algo.
-¡Mierda! -rugí alzando mi cabeza por encima del cuello del caballo -¡Que no haya matado a nadie! -pedí consciente de que si así era Odin nunca me dejaría volver.
Bufeé al ver un hombre rubio tumbado en el suelo, no se movía ¿podía ser mas torpe el muchacho? ¿quien le había mandado embestir a mi caballo?
Baje decidida a hacerlo a un lado ,con un poco de suerte Heimdall el chivato no me habría visto y no se lo contaría al rey tuerto, que para tener un puto ojo se enteraba de todo.
Tomé su mano para arrastrarlo a un lado cuando este se despertó afianzando mi muñeca.
-¡Tu idiota! ¡Suéltame o te arrancaré la cabeza!
En ese instante aparecieron la horda de orcos ¡perfecto ,si algo podía empeorar, siempre lo hacia! Lo empujé hacia ellos.
-¡Vamos guerrero, lucha por el Valhalla! -rugí escondiéndome en su espalda
Última edición por Brynhild el Sáb Dic 23, 2017 4:26 am, editado 1 vez
Brynhild- Humano Clase Baja
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Fecha de inscripción : 11/12/2017
Re: El mensajero de Loqui (privado)
Mi padre me había mandado a hacer un reconocimiento de la zona junto a mi destacamento que acampaba al otro lado de la colina. Orn y Dritt, como siempre, estaban conmigo en el pelotón, parecíamos los tres Mosqueteros pero en versión vikinga. Cada uno había ido a asegurar una zona del perímetro, las hordas de Randulf campaban a sus anchas por esa ladera y era el único paso practicable entre la nieve de las escarpadas montañas. Nuestra misión era asegurar el paso y limpiar de bichos esa zona porque el conde Cannif había abandonado Akershus junto a mi padre para ir en busca de su maestro. En algun momento sus caminos se separaron y el conde siguió por su cuenta, pero para que pudiera volver debíamos asegurarle un paso seguro a través de las montañas.
Iba rastreando unas huellas en la nieve cuando sin más escuché un ruido fuerte a mi derecha, salté para esquivar el huargo que me iba a arrollar, pero lo que no esperaba es que me arrollase una jinete a toda velocidad. Caí al suelo aturdido y cuando noté un agarre reaccioné como era natural, bloqueando esa mano que no sabía a quién pertenecía ni que intenciones tenía. Entonces su voz me devolvió a la realidad: "Lucha por el Valhalla!". No necesité más que eso para saltar como un resorte y pon erme en piel sacando mi espada de la vaina de la espalda y empuñándola con dos manos. El primero ya lo tenía encima y con dos movimientos le asesté sendos tajos en la cara y después el cuello, cayendo su cuerpo peludo y grimoso al suelo y llenando la nieva de sangre negra. El segundo estaba aún a unos metros así que me giré medio segundo por encima del hombro y me quedé un tanto sorprendido de descubrir que quien me había arrollado era una mujer vestida de blanco con unas ropas ostentosas como si fuera una novia. Pero tampoco es que me diera mucho tiempo de pararme a conversar por el segundo huargo con jinete se aproximaba a gran velocidad. Empujé a la mujer a un lado cuando se nos echó encima y giré estacando mi sax en el pecho del jinete y rematando el movimiento con una sajada de tendones de la bestia. Jinete muerto y bestia inutilizada. Arranqué el sax y se lo tendí a la dama para que se defendiera de cualquier cosa que la atrapase por detrás, yo no podñia estar en ocho sitios a la vez, aunque intentaría ser el centro de atención de aquellas cosas.
¿Cuántos quedaban? por Loki!! que eran seis más.— ¡¡¿En qué lío andas metida?!! joder, que te persigue un ejército.— Bramé, quejándome un poco de la situación, no sabía que la chica tuviera dotes guerreras y yo era uno solo contra seis bestias con sus jinetes. Sabía que Loki no me dejaría desamparado, pero aún así, temía quedarme lisiado y no poder servir a mis dioses como merecían; aunque a mi protector no le gustaba demasiado, a veces utilizaba los trucos básicos de magia que mi madre me enseñó y era el momento de hacer uso de ellos. Lancé una barrera de energía a nuestro alrededor que levantó la nieve en forma de polvo blanco cegando momentáneamente a las bestias, con lo que gané unos preciosos segundos para lanzarme contra el que estaba más cerca y clavarle la espada en la yugular y después seccionarle la pierna al jinete que cayó al suelo retorciéndose de dolor. Uno de los otros jinetes me lanzó un hacha pero me agaché para esquivarla y ésta se clavó en un árbol justo detrás de mi; decidí recular un metro y engancharla porque me serviría para defenderme a dos manos, ya que mi sax se lo había dado a la mujer.
Una vez la desclavé de la dura corteza, se la lancé de vuelta a otro que venía muy rápido por mi izquierda y derribé al jinete; su bestia sin guía se desvió hacia la mujer con las fauces abiertas.
Iba rastreando unas huellas en la nieve cuando sin más escuché un ruido fuerte a mi derecha, salté para esquivar el huargo que me iba a arrollar, pero lo que no esperaba es que me arrollase una jinete a toda velocidad. Caí al suelo aturdido y cuando noté un agarre reaccioné como era natural, bloqueando esa mano que no sabía a quién pertenecía ni que intenciones tenía. Entonces su voz me devolvió a la realidad: "Lucha por el Valhalla!". No necesité más que eso para saltar como un resorte y pon erme en piel sacando mi espada de la vaina de la espalda y empuñándola con dos manos. El primero ya lo tenía encima y con dos movimientos le asesté sendos tajos en la cara y después el cuello, cayendo su cuerpo peludo y grimoso al suelo y llenando la nieva de sangre negra. El segundo estaba aún a unos metros así que me giré medio segundo por encima del hombro y me quedé un tanto sorprendido de descubrir que quien me había arrollado era una mujer vestida de blanco con unas ropas ostentosas como si fuera una novia. Pero tampoco es que me diera mucho tiempo de pararme a conversar por el segundo huargo con jinete se aproximaba a gran velocidad. Empujé a la mujer a un lado cuando se nos echó encima y giré estacando mi sax en el pecho del jinete y rematando el movimiento con una sajada de tendones de la bestia. Jinete muerto y bestia inutilizada. Arranqué el sax y se lo tendí a la dama para que se defendiera de cualquier cosa que la atrapase por detrás, yo no podñia estar en ocho sitios a la vez, aunque intentaría ser el centro de atención de aquellas cosas.
¿Cuántos quedaban? por Loki!! que eran seis más.— ¡¡¿En qué lío andas metida?!! joder, que te persigue un ejército.— Bramé, quejándome un poco de la situación, no sabía que la chica tuviera dotes guerreras y yo era uno solo contra seis bestias con sus jinetes. Sabía que Loki no me dejaría desamparado, pero aún así, temía quedarme lisiado y no poder servir a mis dioses como merecían; aunque a mi protector no le gustaba demasiado, a veces utilizaba los trucos básicos de magia que mi madre me enseñó y era el momento de hacer uso de ellos. Lancé una barrera de energía a nuestro alrededor que levantó la nieve en forma de polvo blanco cegando momentáneamente a las bestias, con lo que gané unos preciosos segundos para lanzarme contra el que estaba más cerca y clavarle la espada en la yugular y después seccionarle la pierna al jinete que cayó al suelo retorciéndose de dolor. Uno de los otros jinetes me lanzó un hacha pero me agaché para esquivarla y ésta se clavó en un árbol justo detrás de mi; decidí recular un metro y engancharla porque me serviría para defenderme a dos manos, ya que mi sax se lo había dado a la mujer.
Una vez la desclavé de la dura corteza, se la lancé de vuelta a otro que venía muy rápido por mi izquierda y derribé al jinete; su bestia sin guía se desvió hacia la mujer con las fauces abiertas.
Brökk Tollak- Hechicero Clase Media
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Re: El mensajero de Loqui (privado)
Tenia que admitir que el joven vikingo se defendía con ahincó de los orcos y sus putos perros de presa gigantes. Admiré a sus espaldas como su técnica de combate no hacia aguas.
La perspectiva era buena, siempre me gustó ver a los guerreros luchar por alcanzar la gloria, el Valhalla, sin duda, el joven Bröok, mensajero de Loqui, lo merecía.
Había puesto mis ojos en él hacia tiempo, él nunca reparó en mi presencia, supongo que sus visitas eran breves y siempre para un fin determinado que nada tenia que ver con nosotras, las Valquirias.
Abducida por mis propios pensamientos olvidé la batalla, o mas bien. disfruté de ella hasta que el vkingo me gritó en que cojones nadaba metida.
-¡¿Acaso no es evidente?! -rugí a sus espaldas recogiendo los bajos de mi vestido de novia con una mano – estoy huyendo de casarme con Randulf, tu rey -espeté con asco.
En mi diestra el sax del joven, era el momento de entrar en acción, ya me había deleitado bastante. Rugí desafiante cuando por mi flanco uno de esos huargos me atacó, sus asquerosas fauces se abrieron dispuestas a morder mi carne y sin pensarlo introduje por debajo de su mandíbula el afilado acero sacándoselo por el cráneo en un acto sádico que manchó de carmesí mi rostro.
Su jineté con una alabarda en la mano marcaba las distancias, mas de poco iban a servirle. Su aceró chocaba furioso contra mi pequeña arma, raudos mis movimientos detuve cada uno de sus letales golpes sin dejar de gruñir y maldecir a Odin. De no estar en un cuerpo humano, mortal, ya habría caído toda la horda ante mi poder.
Me agaché, mis rodillas en el suelo, mi espalda hacia atrás casi tocando los pies cuando la hoja del arma pasó voraz dispuesta a partir a la novia en dos.
Ladeé la sonrisa, rápida me rehíce y aprovechando la posición que ahora tomaba el orco hundí mi sax en su vientre, rugí hundiendo mi mano en su estomago y desgarré su carne con la hoja logrando que las tripas se le salieran.
Manché de negra sangre mi falda girando le rostro ante la advertencia del vikingo, un huargo que se le había escapado al muchacho se abalanzaba contra mi rabioso.
-¡Mierda! -mi arma estaba incrustada en el vientre del orco y yo de rodillas.
Rodé por la tierra desarmada esquivando aquel chasquido de dientes que de haberme atrapado me hubiera hecho trizas.
Mas el bicho de cuatro patas fue raudo y se abalanzó sobre mi quedando mi cuerpo bajo esa cárcel de piel y hueso peluda.
Un palo fue lo único que fui capaz de interponer entre sus fauces y mi cabeza, pero eso no lo mantendría a ralla demasiado tiempo y lo sabia.
Flexioné las piernas debajo de su estomago, pero se me enredaban los pies en el maldito vestido, mi plan era empujarlo con fuerza haciéndolo rodar por encima de mi.
-¡Brökk! -grité su nombre apretando los dientes, el palo se rompió en ese instante. Con la punta astillada la hundí en el cuello de Huargo, ganando algo de tiempo.
La perspectiva era buena, siempre me gustó ver a los guerreros luchar por alcanzar la gloria, el Valhalla, sin duda, el joven Bröok, mensajero de Loqui, lo merecía.
Había puesto mis ojos en él hacia tiempo, él nunca reparó en mi presencia, supongo que sus visitas eran breves y siempre para un fin determinado que nada tenia que ver con nosotras, las Valquirias.
Abducida por mis propios pensamientos olvidé la batalla, o mas bien. disfruté de ella hasta que el vkingo me gritó en que cojones nadaba metida.
-¡¿Acaso no es evidente?! -rugí a sus espaldas recogiendo los bajos de mi vestido de novia con una mano – estoy huyendo de casarme con Randulf, tu rey -espeté con asco.
En mi diestra el sax del joven, era el momento de entrar en acción, ya me había deleitado bastante. Rugí desafiante cuando por mi flanco uno de esos huargos me atacó, sus asquerosas fauces se abrieron dispuestas a morder mi carne y sin pensarlo introduje por debajo de su mandíbula el afilado acero sacándoselo por el cráneo en un acto sádico que manchó de carmesí mi rostro.
Su jineté con una alabarda en la mano marcaba las distancias, mas de poco iban a servirle. Su aceró chocaba furioso contra mi pequeña arma, raudos mis movimientos detuve cada uno de sus letales golpes sin dejar de gruñir y maldecir a Odin. De no estar en un cuerpo humano, mortal, ya habría caído toda la horda ante mi poder.
Me agaché, mis rodillas en el suelo, mi espalda hacia atrás casi tocando los pies cuando la hoja del arma pasó voraz dispuesta a partir a la novia en dos.
Ladeé la sonrisa, rápida me rehíce y aprovechando la posición que ahora tomaba el orco hundí mi sax en su vientre, rugí hundiendo mi mano en su estomago y desgarré su carne con la hoja logrando que las tripas se le salieran.
Manché de negra sangre mi falda girando le rostro ante la advertencia del vikingo, un huargo que se le había escapado al muchacho se abalanzaba contra mi rabioso.
-¡Mierda! -mi arma estaba incrustada en el vientre del orco y yo de rodillas.
Rodé por la tierra desarmada esquivando aquel chasquido de dientes que de haberme atrapado me hubiera hecho trizas.
Mas el bicho de cuatro patas fue raudo y se abalanzó sobre mi quedando mi cuerpo bajo esa cárcel de piel y hueso peluda.
Un palo fue lo único que fui capaz de interponer entre sus fauces y mi cabeza, pero eso no lo mantendría a ralla demasiado tiempo y lo sabia.
Flexioné las piernas debajo de su estomago, pero se me enredaban los pies en el maldito vestido, mi plan era empujarlo con fuerza haciéndolo rodar por encima de mi.
-¡Brökk! -grité su nombre apretando los dientes, el palo se rompió en ese instante. Con la punta astillada la hundí en el cuello de Huargo, ganando algo de tiempo.
Última edición por Brynhild el Sáb Dic 23, 2017 4:26 am, editado 1 vez
Brynhild- Humano Clase Baja
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Re: El mensajero de Loqui (privado)
La espada del vikingo emergió por un ojo del huargo salpicando la cara de la valquiria. Brökk había clavado su arma entre las vértebras cervicales atravesando la parte posterior del cráneo para salir por la anterior. La bestia se derrumbó sobre el cuerpo de la joven y el rubio tardó unos instantes en guardar su arma en la vaina mientras ellas se retorcia bajo la tonelada de carne apestosa.
— ah... veamos... no sé si dejarte ahí abajo hasta que me cuentes quién eres y por qué narices Randulf iba a querer casarse con...con... contigo. Ejem.— Carraspeó.— porque tienes una mala leche proporcional a la fealdad del rey.
Se cruzó de brazos y sonriendo con cierto gesto sobrado pero al ver la cara de cabreo de la valquiria se puso serio de nuevo instándola a que contestara su pregunta. Y ahora que lo pensaba...¿le había llamado por su nombre? juraría que no había visto a esa mujer en su vida, no podía saberlo. ¿Sería una espía?
— ¿De qué me conoces?.— arrancó el sax de las tripas del otro huargo y se acercó a la novia sepultada por la carne putrefacta apuntando a su cuello.— ¿Eres una espía de Randulf? si lo eres te sacaré los ojos y te arrancaré la lengua, porque odio a la gente vil y traidora, así que no me mientas.
Todo podría ser un montaje, una estratagema del viejo loco para capturarlo, porque más de un aldeano contaba fábulas sobre el niño bendecido por Loki, que exageradas y delirantes, podrían haber llegado a oidos del rey y éste hubiera decidido matarlo para no tener más cabos sueltos.
— ah... veamos... no sé si dejarte ahí abajo hasta que me cuentes quién eres y por qué narices Randulf iba a querer casarse con...con... contigo. Ejem.— Carraspeó.— porque tienes una mala leche proporcional a la fealdad del rey.
Se cruzó de brazos y sonriendo con cierto gesto sobrado pero al ver la cara de cabreo de la valquiria se puso serio de nuevo instándola a que contestara su pregunta. Y ahora que lo pensaba...¿le había llamado por su nombre? juraría que no había visto a esa mujer en su vida, no podía saberlo. ¿Sería una espía?
— ¿De qué me conoces?.— arrancó el sax de las tripas del otro huargo y se acercó a la novia sepultada por la carne putrefacta apuntando a su cuello.— ¿Eres una espía de Randulf? si lo eres te sacaré los ojos y te arrancaré la lengua, porque odio a la gente vil y traidora, así que no me mientas.
Todo podría ser un montaje, una estratagema del viejo loco para capturarlo, porque más de un aldeano contaba fábulas sobre el niño bendecido por Loki, que exageradas y delirantes, podrían haber llegado a oidos del rey y éste hubiera decidido matarlo para no tener más cabos sueltos.
Brökk Tollak- Hechicero Clase Media
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Re: El mensajero de Loqui (privado)
El huargo apestoso cayó sobre mi con toda su carne putrefacta y sus sexos espaciándose por encima de mi cuello.
Me revolví intentando sacármelo de encima, pero por mas fuerza que hice y por mas que intenté zafarme, nada.
Iba a pedirle al rubio que me ayudara hasta que mis ojos chocaron con esa arrogante media sonrisa, lo que me hizo enarcar una ceja.
Sus palabras fueron la gota que colmó el vaso. Gruñí mostrandole los dientes al escuchar sus estupideces.
¿Por que ese viejo feo quería casarse conmigo? ¿ no era evidente? ¿o es que le faltaban ojos en la puta cara la muy cretino?
-Y desde cuando para un norteño que la mujer tenga carácter es algo que le reste puntos -bufé mirándolo fijamente. Sin dejar de forcejear.
Sacó el sax del cuello de la bestia para ahora posarla sobre mi cuello regalándome un sin fin de amenazas que me hicieron rodar los ojos hasta ponerlos en blando.
¡Puto dios tuerto! No es bastante lidiar con los hombres muertos que ahora tengo que aguantar a este idiota.
-Vamos a ver, solo te lo voy a repetir una vez así que planta tus putas orejas de burro, estoy escapando del Radulf vestida de esta guisa ¿tengo pinta de espía? ¡quitame esto de encima tonto del culo! Y te explicaré con todo lujo de detalles de que conozco tu culo prieto y tus aires de grandeza.
Rugí mirándolo desafiante.
-¡Date prisa! -ordené -¡el tiempo apremia y no creo que Randulf deje ir así como así a una Valquiria! ¡Vendrán mas!
El rubio me miraba indeciso, como si no se tragara mis palabras.
-Te he visto en Asagard, vamos Brökk – gruñí volviendo a hacer fuerza con las piernas y los brazos intentando sacarme a la bestia de encima de mi.
Me revolví intentando sacármelo de encima, pero por mas fuerza que hice y por mas que intenté zafarme, nada.
Iba a pedirle al rubio que me ayudara hasta que mis ojos chocaron con esa arrogante media sonrisa, lo que me hizo enarcar una ceja.
Sus palabras fueron la gota que colmó el vaso. Gruñí mostrandole los dientes al escuchar sus estupideces.
¿Por que ese viejo feo quería casarse conmigo? ¿ no era evidente? ¿o es que le faltaban ojos en la puta cara la muy cretino?
-Y desde cuando para un norteño que la mujer tenga carácter es algo que le reste puntos -bufé mirándolo fijamente. Sin dejar de forcejear.
Sacó el sax del cuello de la bestia para ahora posarla sobre mi cuello regalándome un sin fin de amenazas que me hicieron rodar los ojos hasta ponerlos en blando.
¡Puto dios tuerto! No es bastante lidiar con los hombres muertos que ahora tengo que aguantar a este idiota.
-Vamos a ver, solo te lo voy a repetir una vez así que planta tus putas orejas de burro, estoy escapando del Radulf vestida de esta guisa ¿tengo pinta de espía? ¡quitame esto de encima tonto del culo! Y te explicaré con todo lujo de detalles de que conozco tu culo prieto y tus aires de grandeza.
Rugí mirándolo desafiante.
-¡Date prisa! -ordené -¡el tiempo apremia y no creo que Randulf deje ir así como así a una Valquiria! ¡Vendrán mas!
El rubio me miraba indeciso, como si no se tragara mis palabras.
-Te he visto en Asagard, vamos Brökk – gruñí volviendo a hacer fuerza con las piernas y los brazos intentando sacarme a la bestia de encima de mi.
Brynhild- Humano Clase Baja
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Re: El mensajero de Loqui (privado)
¿Lo había visto en Asgard? eso era extraño, a menos que fuera otra hechicera capaz de viajar a traves del Bifröst eso no era posible, y no detectaba magia alguna en su aura. Pero tenía razón en que vendrían más. Apartó la bestia empujándolo a un lado y le ofreció el brazo a la mujer que iba vestida de novia sangrienta y peleaba como un guerrero.
Cazó las riendas del caballo al vuelo y montaron poniendo al animal al galope. Si llegaba hasta el paso de las mjontañas donde acampaban el resto del pelotón, esos huargos no tendrían nada que hacer si decidían chocarse con ellos. Le preocupaba profundamente que esos cabrones feos pudieran detectar el rastro de Höor y lo emboscaran, tenía que avisar y trazar un plan, la mujer no era el objetivo principal de su protección pero les había complicado las cosas.
— Un momento. ¿Has dicho una Valquiria? ¿Y por qué estás aquí? os he visto ahí arriba y pensaba que nunca pisabais la tierra..— Pero sabía su nombre y lo había visto en Asgard, eso era raro como poco.— ¿Cómo te llamas? la Oda habla de Hilda, Sigrun, Svanhvít, Þrúðr la hija de Thor...
Siendo el protegido de Loki no se extrañaba demasiado por este tipo de cosas, pero no podía dejar de sentir curiosidad por saber cuáles serían las razones de aquella mítica guerrera para estar en la tierra.
Cabalgaron a toda velocidad atravesando llanos y bosques hasta llegar al paso de las montañas donde el pelotón acampaba. Orn ya había regresado de reconocer su perímetro y cuando lo vio desmontar junto a una mujer guapa esbozó su afilada sonrisa de tigre y caminó hacia ellos. Brökk levantó la mano dándole el alto antes que le perdiera aquella bocaza.
— Ni lo sueñes. Está a mi cargo y no quiero escuchar toda tu ratahíla de piropos para ligar, estamos de misión..— aunque por otro lado se moría de ganas de ver al pazguato de Orn tiorarle la caña a semejante maroma.
Cazó las riendas del caballo al vuelo y montaron poniendo al animal al galope. Si llegaba hasta el paso de las mjontañas donde acampaban el resto del pelotón, esos huargos no tendrían nada que hacer si decidían chocarse con ellos. Le preocupaba profundamente que esos cabrones feos pudieran detectar el rastro de Höor y lo emboscaran, tenía que avisar y trazar un plan, la mujer no era el objetivo principal de su protección pero les había complicado las cosas.
— Un momento. ¿Has dicho una Valquiria? ¿Y por qué estás aquí? os he visto ahí arriba y pensaba que nunca pisabais la tierra..— Pero sabía su nombre y lo había visto en Asgard, eso era raro como poco.— ¿Cómo te llamas? la Oda habla de Hilda, Sigrun, Svanhvít, Þrúðr la hija de Thor...
Siendo el protegido de Loki no se extrañaba demasiado por este tipo de cosas, pero no podía dejar de sentir curiosidad por saber cuáles serían las razones de aquella mítica guerrera para estar en la tierra.
Cabalgaron a toda velocidad atravesando llanos y bosques hasta llegar al paso de las montañas donde el pelotón acampaba. Orn ya había regresado de reconocer su perímetro y cuando lo vio desmontar junto a una mujer guapa esbozó su afilada sonrisa de tigre y caminó hacia ellos. Brökk levantó la mano dándole el alto antes que le perdiera aquella bocaza.
— Ni lo sueñes. Está a mi cargo y no quiero escuchar toda tu ratahíla de piropos para ligar, estamos de misión..— aunque por otro lado se moría de ganas de ver al pazguato de Orn tiorarle la caña a semejante maroma.
Brökk Tollak- Hechicero Clase Media
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Re: El mensajero de Loqui (privado)
Afiancé mis brazos alrededor de su cintura cuando Brökk puso su montura al galope, mis ojos recorrían el bosque que ante ellos pasaba raudo completamente alerta, sabia que el peligro no había pasado. Aquel estreñido de Randulf no tenia pinta de dejar perder las oportunidades y menos de ofrecérselas al enemigo en bandeja.
Desde Asgar presenciábamos aquella batalla sin interferir mas del cuenta, aunque los dioses en ocasiones no podían evitar aportar mas leña a ese fuego que corría por las fraguas norteñas.
Para nosotras, las valquirias, los guerreros mas validos no eran desconocidos, eran fieros guerreros que observábamos para pasar nuestro tedioso rato, es mas en ocasiones los repartíamos como carnaza, a fin de cunetas, iríamos a buscarlos al campo de batalla.
Pegué mi pecho a su espalda para escuchar lo que me preguntaba.
-Es una larga historia, el dios tuerto me ha castigado -sentencié con cierto fastidio -mi nombre es Brinhild -susurré cuando giró su rostro para enfrentar mis pardos.
Solo detuvo aquella montura cuando llegamos al campamento de sus aliados, bajé de un salto intentando recolocar la larga cola de aquel maldito vestido blanco para al alzar la mirada encontrarme ocn la afilada sonrisa de Orn.
Brökk le paraba los pies ¿como si yo necesitara de un hombre para parar las aspiraciones de otro, mas admito que el gesto me incendió ligeramente por dentro, claro que pronto regresé al fastidioso vestido del que ante la atenta mirada de Orn me deshice rasgando la tela con mis manos.
-Toma hazte una paja con esto -le dije dejando la tela en manos del guerrero que me miraba entre sorprendido y boquiabierto al haber quedado con el camisón fino que cubría mi ropa interior. -Así que tu protegida -susurré arrastrando las palabras mirando a Bröok fijamente y dando la espalda a Orn -pues... ¿podrías conseguirle a tu protegida algo de ropa para que no tenga que luchar medio desnuda?
Me giré, los hombres eran tan previsibles, Orn me miraba el culo con cara de pervertido, negué rodando los ojos.
-A poder ser Brökk, antes de que tus compañeros de aventura pierdan el norte.
Caminé con seguridad hacia una armería improvisada donde habían varias espadas, escudos, arcos. No solo necesitaba ropa, también un buen acero, pensaba luchar contra ese que quería convertirme en su esposa a toda costa.
Desde Asgar presenciábamos aquella batalla sin interferir mas del cuenta, aunque los dioses en ocasiones no podían evitar aportar mas leña a ese fuego que corría por las fraguas norteñas.
Para nosotras, las valquirias, los guerreros mas validos no eran desconocidos, eran fieros guerreros que observábamos para pasar nuestro tedioso rato, es mas en ocasiones los repartíamos como carnaza, a fin de cunetas, iríamos a buscarlos al campo de batalla.
Pegué mi pecho a su espalda para escuchar lo que me preguntaba.
-Es una larga historia, el dios tuerto me ha castigado -sentencié con cierto fastidio -mi nombre es Brinhild -susurré cuando giró su rostro para enfrentar mis pardos.
Solo detuvo aquella montura cuando llegamos al campamento de sus aliados, bajé de un salto intentando recolocar la larga cola de aquel maldito vestido blanco para al alzar la mirada encontrarme ocn la afilada sonrisa de Orn.
Brökk le paraba los pies ¿como si yo necesitara de un hombre para parar las aspiraciones de otro, mas admito que el gesto me incendió ligeramente por dentro, claro que pronto regresé al fastidioso vestido del que ante la atenta mirada de Orn me deshice rasgando la tela con mis manos.
-Toma hazte una paja con esto -le dije dejando la tela en manos del guerrero que me miraba entre sorprendido y boquiabierto al haber quedado con el camisón fino que cubría mi ropa interior. -Así que tu protegida -susurré arrastrando las palabras mirando a Bröok fijamente y dando la espalda a Orn -pues... ¿podrías conseguirle a tu protegida algo de ropa para que no tenga que luchar medio desnuda?
Me giré, los hombres eran tan previsibles, Orn me miraba el culo con cara de pervertido, negué rodando los ojos.
-A poder ser Brökk, antes de que tus compañeros de aventura pierdan el norte.
Caminé con seguridad hacia una armería improvisada donde habían varias espadas, escudos, arcos. No solo necesitaba ropa, también un buen acero, pensaba luchar contra ese que quería convertirme en su esposa a toda costa.
Brynhild- Humano Clase Baja
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Re: El mensajero de Loqui (privado)
Enarcó las cejas ante las palabras de la mujer y se encogió de hombros frente a Orn que ponía cara de no entender nada pero sí de que todo aquello le parecía muy divertido. Fue en busca de algunas prendas de talla más pequeña que la suya o la de Orn. Él no era excesivamenbte grande ni corpulento, de hecho su hermano Alrek era un poco más alto y de constitución más fuerte al ser cambiante, pero por sus venas corría la magia y eso le daba otro tipo de ventajas.
Regresó donde la valquiria tendiéndole unos pantalones, unas botas, la camisa y un peto tachonado, es cuanto había podido encontrar de una talla tan pequeña. Señalóuna espada de mano y media que había pertenecido a Finnur, un guerrero que cayó una semana antes, y que no tenía hermanos ni hijos a quien legársela.
— Quédate esa, ahora no tiene dueño y está bien templada, se la podrás devolver a su legítimo dueño cuando regreses a Asgard porque seguro que estará allí bebiendo y celebrando.
Había informado al mando de aquella pelea con los huargos y de que había rescatado a una rehén pero que era vital llevarla con Höor, esa mujer era la que Randulf había elegido para desposarse con ella, así que tenía valor de botín de guerra y el rey no escatimaría en recursos para recuperarla. Se replegarían hacia la montaña, siempre era mejor tener la posición elevada.
— Oye Bryn, nos replegaremos hacia arriba en un rato. Te llevaremos a Akershus, ¿de acuerdo? allí estarás a salvo de Randulf y podrás consultar a las oráculo.— no sabía si podía llamarla Bryn, pero ya lo había hecho y así se iba a quedar.— Mi madre puede ayudarte a regresar, aunque no lo creas ella consigue que los dioses la escuchen más que a mi. Si consigue que hasta mi padre le haga caso...pffff.— sonrió de medio lado, seguro que Brynhild sabía quien era Ulf y el guerrero tan fiero que era. Pero la bruja no era creyente, así que seguramenbte se quedaba fuera del radar de las Valquirias.— Aunque como le diga que eres una Valquiria seguramente te muela a palos con una sartén. Juró que ninguna le pondréis la mano encima a mi padre y sé que lo cumplirá.
Esperó a que la mujer se pusiera la ropa y fueron a buscar un caballo para ella porque pensaba atravesar esas montañas lo más rápido que pudieran haqsta llegar a la fortaleza y planificar mejor la estretegia. De seguro que Randulf pondría precio a sus cabezas a todos aquellos que la hubieran ayudado a escapar de sus garras. Sabía que él mismo tenía un elevado valor vivo, el rey loco quería al protegido de Loki en sus filas o en sus calabozos para exigir rescates o simplemente apoderarse del juguete de un dios.
Aun estaban colocandoles sendas sillas a los palafrenes cuando se escuchó el inconfundible ruido de un ataque, los guerreros lucharon con fiereza pero pronto los rodearon y aunque Brökk tiró del caballo de Brynhild hacia la montaña los alcanzaron con dardos envenenados que los sumieron en la más profunda inconsciencia.
Regresó donde la valquiria tendiéndole unos pantalones, unas botas, la camisa y un peto tachonado, es cuanto había podido encontrar de una talla tan pequeña. Señalóuna espada de mano y media que había pertenecido a Finnur, un guerrero que cayó una semana antes, y que no tenía hermanos ni hijos a quien legársela.
— Quédate esa, ahora no tiene dueño y está bien templada, se la podrás devolver a su legítimo dueño cuando regreses a Asgard porque seguro que estará allí bebiendo y celebrando.
Había informado al mando de aquella pelea con los huargos y de que había rescatado a una rehén pero que era vital llevarla con Höor, esa mujer era la que Randulf había elegido para desposarse con ella, así que tenía valor de botín de guerra y el rey no escatimaría en recursos para recuperarla. Se replegarían hacia la montaña, siempre era mejor tener la posición elevada.
— Oye Bryn, nos replegaremos hacia arriba en un rato. Te llevaremos a Akershus, ¿de acuerdo? allí estarás a salvo de Randulf y podrás consultar a las oráculo.— no sabía si podía llamarla Bryn, pero ya lo había hecho y así se iba a quedar.— Mi madre puede ayudarte a regresar, aunque no lo creas ella consigue que los dioses la escuchen más que a mi. Si consigue que hasta mi padre le haga caso...pffff.— sonrió de medio lado, seguro que Brynhild sabía quien era Ulf y el guerrero tan fiero que era. Pero la bruja no era creyente, así que seguramenbte se quedaba fuera del radar de las Valquirias.— Aunque como le diga que eres una Valquiria seguramente te muela a palos con una sartén. Juró que ninguna le pondréis la mano encima a mi padre y sé que lo cumplirá.
Esperó a que la mujer se pusiera la ropa y fueron a buscar un caballo para ella porque pensaba atravesar esas montañas lo más rápido que pudieran haqsta llegar a la fortaleza y planificar mejor la estretegia. De seguro que Randulf pondría precio a sus cabezas a todos aquellos que la hubieran ayudado a escapar de sus garras. Sabía que él mismo tenía un elevado valor vivo, el rey loco quería al protegido de Loki en sus filas o en sus calabozos para exigir rescates o simplemente apoderarse del juguete de un dios.
Aun estaban colocandoles sendas sillas a los palafrenes cuando se escuchó el inconfundible ruido de un ataque, los guerreros lucharon con fiereza pero pronto los rodearon y aunque Brökk tiró del caballo de Brynhild hacia la montaña los alcanzaron con dardos envenenados que los sumieron en la más profunda inconsciencia.
Brökk Tollak- Hechicero Clase Media
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Re: El mensajero de Loqui (privado)
Alcé la espada que Brökk me entrego, estaba bien templada, afilada y era mas ligera que la mayoría de los mandobles, una bastarda que podía tomar a dos manos y blandir a una sin grandes dificultades.
Ensanché la sonrisa sin mirarlo mientras hacia girar el arma con destreza entre mis dedos probandola.
-¿Ahora soy Bryn? -pregunté sin poder borrar la sonrisa maliciosa de mi rostro -¿creía que empezabais a tutearos después de.. -dejé el arma quieta, arrastré la punta por e suelo acercándome a él. Deslicémis dedos por su pecho siguiendo ese sendero con mi mirada hasta que estos se detuvieron para alzar los ojos clavandolos en los del predilecto de Loqui -¿intimar? -apunté con cierta delicadeza -¿lo dicen así las damas? -pregunté echándome a reír bajando la mano hasta la ropa para cogerla.
Sin ningún tipo de vergüenza dejé que aquel “camisón” cayera al suelo acariciando mi ahora piel desnuda, no aparté mis ojos de los del vikingo ¿de que pasta estaría hecho el hijo de Ulf?
-Se quien es tu padre, también se lo convincente que puede ser tu madre -dije con una sonrisa ladeada mientras dejaba caer la camisola cubriendo mi torso para decepción de los que un poco mas allá jaleaban -no son pocas las valquirias que ansían recoger a tu padre para llevarlo al Valhalla.
Me calcé los pantalones y las botas, sin prestar mucha atención a la bochornosa pinta que llevaba pues me venia grande.
-Siento decepcionarte pero Odin es un dios difícil de convencer, me ha enviado a este mundo con un fin, mi castigo solo terminara cuando encuentre la moraleja de este viaje.
Deberías tener cuidado Brökk, Loqui puede parecer tu amigo, peor te aseguro que ese dios no es amigo de nadie, se cobrará cada favor y los pagaras multiplicados por dos.
Llévame ante Höor, le explicaré todo, no es seguro que permanezcamos aquí, Randulf no va a dejarme escapar así como así.
No terminé esas palabras cuando sobre nosotros se cernió una horda de enemigos, estábamos perdidos, desenvaine la espada abriéndome paso, Brökk en su afán por protegerme y que no cayera en manso del rey tirano tiraba de mi para que montara sobre un corcel, si se hacia conmigo en cierto modo podría encontrar un camino hacia Asgar y eso es lo que le joven mensajero de Loqui quería evitar.
Emprendimos camino al galope dejando a nuestros hombres detrás cubriendo la retirada, bravos guerreros que blandían con fiereza la espada, pero los dardos acabaron hundiéndose en mi espalda, mi corcel se encabritó y yo caí rodando al suelo, vanos los intentos de Brökk por regresar por mi, cayó del mismo modo sucumbiendo al sueño.
Cuando abrí los ojos estaba en un celda, Brökk a mi lado aun dormía.
-Brökk -le dije moviendolo con las manos para asegurarme que estaba bien.
Me dolía la cabeza, veía borroso, esto era mucho peor que una resaca tras beber jarras y jarras.
Teníamos que escapar, no podía permitir que ese hijo de puta de Randulf encontrara el modo de pervertirlo todo.
-Brökk, despierta, ya has dormido bastante, tenemos que salir de aquí -gruñí buscando en mi bota si estaba el cuchillo que guarde, pero no, me habían desarmado por completo y algo me decía que lo mismo habían hecho con el vikingo.
Escuché pasos, alcé la mirada desafiante, barbilla alta y una cara de asco que le dediqué a mi futuro esposo.
-Algo me dice que no es la primera vez que una novia se te da a la fuga -espeté sonriendo con malicia.
Ensanché la sonrisa sin mirarlo mientras hacia girar el arma con destreza entre mis dedos probandola.
-¿Ahora soy Bryn? -pregunté sin poder borrar la sonrisa maliciosa de mi rostro -¿creía que empezabais a tutearos después de.. -dejé el arma quieta, arrastré la punta por e suelo acercándome a él. Deslicémis dedos por su pecho siguiendo ese sendero con mi mirada hasta que estos se detuvieron para alzar los ojos clavandolos en los del predilecto de Loqui -¿intimar? -apunté con cierta delicadeza -¿lo dicen así las damas? -pregunté echándome a reír bajando la mano hasta la ropa para cogerla.
Sin ningún tipo de vergüenza dejé que aquel “camisón” cayera al suelo acariciando mi ahora piel desnuda, no aparté mis ojos de los del vikingo ¿de que pasta estaría hecho el hijo de Ulf?
-Se quien es tu padre, también se lo convincente que puede ser tu madre -dije con una sonrisa ladeada mientras dejaba caer la camisola cubriendo mi torso para decepción de los que un poco mas allá jaleaban -no son pocas las valquirias que ansían recoger a tu padre para llevarlo al Valhalla.
Me calcé los pantalones y las botas, sin prestar mucha atención a la bochornosa pinta que llevaba pues me venia grande.
-Siento decepcionarte pero Odin es un dios difícil de convencer, me ha enviado a este mundo con un fin, mi castigo solo terminara cuando encuentre la moraleja de este viaje.
Deberías tener cuidado Brökk, Loqui puede parecer tu amigo, peor te aseguro que ese dios no es amigo de nadie, se cobrará cada favor y los pagaras multiplicados por dos.
Llévame ante Höor, le explicaré todo, no es seguro que permanezcamos aquí, Randulf no va a dejarme escapar así como así.
No terminé esas palabras cuando sobre nosotros se cernió una horda de enemigos, estábamos perdidos, desenvaine la espada abriéndome paso, Brökk en su afán por protegerme y que no cayera en manso del rey tirano tiraba de mi para que montara sobre un corcel, si se hacia conmigo en cierto modo podría encontrar un camino hacia Asgar y eso es lo que le joven mensajero de Loqui quería evitar.
Emprendimos camino al galope dejando a nuestros hombres detrás cubriendo la retirada, bravos guerreros que blandían con fiereza la espada, pero los dardos acabaron hundiéndose en mi espalda, mi corcel se encabritó y yo caí rodando al suelo, vanos los intentos de Brökk por regresar por mi, cayó del mismo modo sucumbiendo al sueño.
Cuando abrí los ojos estaba en un celda, Brökk a mi lado aun dormía.
-Brökk -le dije moviendolo con las manos para asegurarme que estaba bien.
Me dolía la cabeza, veía borroso, esto era mucho peor que una resaca tras beber jarras y jarras.
Teníamos que escapar, no podía permitir que ese hijo de puta de Randulf encontrara el modo de pervertirlo todo.
-Brökk, despierta, ya has dormido bastante, tenemos que salir de aquí -gruñí buscando en mi bota si estaba el cuchillo que guarde, pero no, me habían desarmado por completo y algo me decía que lo mismo habían hecho con el vikingo.
Escuché pasos, alcé la mirada desafiante, barbilla alta y una cara de asco que le dediqué a mi futuro esposo.
-Algo me dice que no es la primera vez que una novia se te da a la fuga -espeté sonriendo con malicia.
Brynhild- Humano Clase Baja
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Re: El mensajero de Loqui (privado)
Así que ese cabrón era Randulf. Se había despertado con un inmenso dolor de cabeza, pero portaba en las venas la sangre de su padre y no le dejaría entrever a ese cerdo nada que pudiera aprovechar en su contra. Se cruzó de brazos y se acomodó de forma indolente sobre el catre mirando al rey con una sonrisa de superioridad.
- mi padre me dijo como eras, y lo cierto es que entiendo que la novia se escape, he visto algunas de tus criaturas y son menos pestilentes que tú.
Provocar al enemigo no solía ser muy inteligente,pero en eso era como su padre y mientras lo hacia, ganaba tiempo para pensar que hacer. Randulf avanzó unos pasos mirándolos a ambos a través de los barrotes.
- gracias por traerla de vuelta, ha sido un detalle. Así podrás asistir al enlace, aunque...quizás deje que mis hombres disfruten un rato con ella, Odín no envía Valquirias a la tierra si no es por castigo.- miro a Brynhild ahora con una mirada torva y una sonrisa malvada.- o quizás sea el él con quien se ceben mis hombres si tú no colaboras. A los soldados les da igual si el culo es un poco peludo. Ponte cómoda, luego vendrán a bañarte de nuevo.
Esbozó una sonrisa malévola y se marchó a la par que unos guardias abrían la puerta del calabozo haciéndole un placaje a la chica y encadenando a Brökk, que se revolvió ferozmente tratando de soltar una onda de energía, pero no le fue posible, eran demasiados. Se lo llevaron pasillo abajo y lo metieron en una cámara de torturas. Las órdenes eran claras, no matarlo ni lisiarlo, pero hacerle daño, todo el que pudieran. El rubio aguantó tanto como pudo, riéndose de los torturadores como haría su padre, dieciendoles lo feas y go4das que eran sus mujeres y el pitó tan pequeño que tenían. Lo molieron a palos y un par de horas después lo soltaron como un fardo de regreso en la celda, sangrado, con el pómulo partido y lleno de maratones, fracturas de huesos poco importantes y reventado. Cayó al suelo como un fardo.
- La hospitalidad de este castillo deja mucho que desear...- tosió sangre y se dio la vuelta sobre el costado, le dolía horrores.
En el despacho de Randulf...
- señor, no os conviene matarlo, la ira de Loki podría girarse contra nosotros.
- Asgeirr me crees un necio?
- No, señor.- el general negó con la cabeza.
- Pues no digas sandeces. Lo quiero mermado de fuerzas, es un hechicero a fin de cuentas. Quiero que ella explote de rabia, que trate de morir matando, llevarla al límite en el que aceptaría cualquier cosa, y por si misma no lo hará, pero Brökk es un guerrero que merece el Valhalla, lo usaremos en su contra, las Valquirias tienen esa misión por encima de todas las cosas y no abandonará al chico.
- ¿Y por que es tan importante esa mujer?
- Porque mientras la posea aquí, tengo un pasaje directo a Asgard y a la mesa de Odín. Es como ser dueño de una Parca, tendría el control de mi muerte.
- ¿Tenemos que buscar una Parca?
- Asgeirr... me irritas. Lárgate de mi vista.
El rey Randulf se rodeaba de guerreros crueles, pero no muy listos, su general no entendía la mitad del tiempo para que hacia las cosas, pero se limitaba a obedecer y asentir.
- mi padre me dijo como eras, y lo cierto es que entiendo que la novia se escape, he visto algunas de tus criaturas y son menos pestilentes que tú.
Provocar al enemigo no solía ser muy inteligente,pero en eso era como su padre y mientras lo hacia, ganaba tiempo para pensar que hacer. Randulf avanzó unos pasos mirándolos a ambos a través de los barrotes.
- gracias por traerla de vuelta, ha sido un detalle. Así podrás asistir al enlace, aunque...quizás deje que mis hombres disfruten un rato con ella, Odín no envía Valquirias a la tierra si no es por castigo.- miro a Brynhild ahora con una mirada torva y una sonrisa malvada.- o quizás sea el él con quien se ceben mis hombres si tú no colaboras. A los soldados les da igual si el culo es un poco peludo. Ponte cómoda, luego vendrán a bañarte de nuevo.
Esbozó una sonrisa malévola y se marchó a la par que unos guardias abrían la puerta del calabozo haciéndole un placaje a la chica y encadenando a Brökk, que se revolvió ferozmente tratando de soltar una onda de energía, pero no le fue posible, eran demasiados. Se lo llevaron pasillo abajo y lo metieron en una cámara de torturas. Las órdenes eran claras, no matarlo ni lisiarlo, pero hacerle daño, todo el que pudieran. El rubio aguantó tanto como pudo, riéndose de los torturadores como haría su padre, dieciendoles lo feas y go4das que eran sus mujeres y el pitó tan pequeño que tenían. Lo molieron a palos y un par de horas después lo soltaron como un fardo de regreso en la celda, sangrado, con el pómulo partido y lleno de maratones, fracturas de huesos poco importantes y reventado. Cayó al suelo como un fardo.
- La hospitalidad de este castillo deja mucho que desear...- tosió sangre y se dio la vuelta sobre el costado, le dolía horrores.
En el despacho de Randulf...
- señor, no os conviene matarlo, la ira de Loki podría girarse contra nosotros.
- Asgeirr me crees un necio?
- No, señor.- el general negó con la cabeza.
- Pues no digas sandeces. Lo quiero mermado de fuerzas, es un hechicero a fin de cuentas. Quiero que ella explote de rabia, que trate de morir matando, llevarla al límite en el que aceptaría cualquier cosa, y por si misma no lo hará, pero Brökk es un guerrero que merece el Valhalla, lo usaremos en su contra, las Valquirias tienen esa misión por encima de todas las cosas y no abandonará al chico.
- ¿Y por que es tan importante esa mujer?
- Porque mientras la posea aquí, tengo un pasaje directo a Asgard y a la mesa de Odín. Es como ser dueño de una Parca, tendría el control de mi muerte.
- ¿Tenemos que buscar una Parca?
- Asgeirr... me irritas. Lárgate de mi vista.
El rey Randulf se rodeaba de guerreros crueles, pero no muy listos, su general no entendía la mitad del tiempo para que hacia las cosas, pero se limitaba a obedecer y asentir.
Brökk Tollak- Hechicero Clase Media
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Re: El mensajero de Loqui (privado)
El hijo de puta de Randulf se llevó a Brökk a rastras, de nada sirvieron mis intentos por impedirlo, luche contra esos tres tíos que me placaban, pero de un guantazo acabé golpeándome contra la pared.
Gruñí mostrandoles los dientes, rugiendo cabreada. Relamí mi labio abierto por el impacto cuando estos se largaron de la celda dejándome en el suelo.
-Loqui os arrancará la piel a tiras si osáis tocarle un pelo a su mensajero -rugí gritando a los que seguían arrastrando al guerrero.
Sin éxito me quedé en la celda, frustrada porque este cuerpo humano no me respondía como quería, escupí sangre sobre el empedrado gris y forcejeé agarrando los barrotes con sendas manso como si eso pudiera cambiar que era prisionera del malnacido de ese rey que solo quería un pase al Valhalla, lugar que no merecía pues jamas había librado sus propias guerras.
No se el tiempo que pasó hasta que trajeron al brujo como un fardo malherido.
Abrieron la celda de nuevo y lo lanzaron a su interior como si su vida valiera menos que la de las ratas que corrían por las mazmorras de aquella fortaleza.
Me dejé caer a su lado, apoyando su cabeza en mi regazo con cuidado mientras en silencio apartaba los mechones sudados de su pelo que se pegaban a su perlado rostro.
Tenia que dolerle, estaba ensangrentado ,con todo el cuerpo plagado de maratones, y con heridas abiertas que aun le sangraban.
-Tranquilo -susurré tomando el cuenco de agua y rasgando mi camisola para al menos poder limpiarle las heridas -si no te curo eso, aquí, entre tanta mierda es fácil se te infecte, así que estate quieto guerrero.
Sumergí la tela en el agua y despacio fui pasando la gasa por sus heridas abiertas apartando todo rastro de carmesí de su piel, llevándome la suciedad, el sudor y parte de su dolor con cada pasada.
Llegó un punto que creo se adormiló entre mis brazos, no le culpaba parecía agotado, pocos podrían aguantar una paliza como esta, pero él no era cualquiera, era Bröok, el mensajero de Loqui, hijo de Ulf Tollak y de la poderosa bruja Giuliana.
-Saldrás de esta -le aseguré ahora que sabia no me oía -tu -rugí a uno de los guardias que custodiaban la puerta -hazle llegar este mensaje a Randulf, solo hay un modo de que tu pestilente rey encuentre su lecho de bodas lleno, y es dando la libertad a este hombre que nada tiene que ver con sus planes de casarse conmigo.
Juro por el dios tuerto, que si no lo libera, arrastrará un cadáver hasta el altar.
Gruñí mostrandoles los dientes, rugiendo cabreada. Relamí mi labio abierto por el impacto cuando estos se largaron de la celda dejándome en el suelo.
-Loqui os arrancará la piel a tiras si osáis tocarle un pelo a su mensajero -rugí gritando a los que seguían arrastrando al guerrero.
Sin éxito me quedé en la celda, frustrada porque este cuerpo humano no me respondía como quería, escupí sangre sobre el empedrado gris y forcejeé agarrando los barrotes con sendas manso como si eso pudiera cambiar que era prisionera del malnacido de ese rey que solo quería un pase al Valhalla, lugar que no merecía pues jamas había librado sus propias guerras.
No se el tiempo que pasó hasta que trajeron al brujo como un fardo malherido.
Abrieron la celda de nuevo y lo lanzaron a su interior como si su vida valiera menos que la de las ratas que corrían por las mazmorras de aquella fortaleza.
Me dejé caer a su lado, apoyando su cabeza en mi regazo con cuidado mientras en silencio apartaba los mechones sudados de su pelo que se pegaban a su perlado rostro.
Tenia que dolerle, estaba ensangrentado ,con todo el cuerpo plagado de maratones, y con heridas abiertas que aun le sangraban.
-Tranquilo -susurré tomando el cuenco de agua y rasgando mi camisola para al menos poder limpiarle las heridas -si no te curo eso, aquí, entre tanta mierda es fácil se te infecte, así que estate quieto guerrero.
Sumergí la tela en el agua y despacio fui pasando la gasa por sus heridas abiertas apartando todo rastro de carmesí de su piel, llevándome la suciedad, el sudor y parte de su dolor con cada pasada.
Llegó un punto que creo se adormiló entre mis brazos, no le culpaba parecía agotado, pocos podrían aguantar una paliza como esta, pero él no era cualquiera, era Bröok, el mensajero de Loqui, hijo de Ulf Tollak y de la poderosa bruja Giuliana.
-Saldrás de esta -le aseguré ahora que sabia no me oía -tu -rugí a uno de los guardias que custodiaban la puerta -hazle llegar este mensaje a Randulf, solo hay un modo de que tu pestilente rey encuentre su lecho de bodas lleno, y es dando la libertad a este hombre que nada tiene que ver con sus planes de casarse conmigo.
Juro por el dios tuerto, que si no lo libera, arrastrará un cadáver hasta el altar.
Brynhild- Humano Clase Baja
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Re: El mensajero de Loqui (privado)
Habían capturado a Brökk en una misión al borde de la frontera cercana a Trondheim. Habían rescatado a una mujer que huyó de la fortaleza de Randulf vestida de novia y después cuando les atacaron se los llevaron a ambos.*
Desde las almenas uno de los soldados oteó en el horizonte como una montura con lo que a primera vista parecía un jinete abatido se acercaba a Akershus.
Las alarmas saltaron, mas cuando a la distancia que permitía a unos ojos expertos reconocer al hombre que llevaba el corcel resultó ser Orn, el hijo del conde.
Cogió de la pechera a uno de los muchachos mas jovenes
- Llama a Höor, algo va mal su hijo se acerca herido...si no muerto.
El chico salió corriendo hacia palacio, todavía la noche se cernía sobre Akershus, así que corrió directo a la cámara del conde para darle la relevante información que portaba.
Golpeó con impaciencia, vociferado un señor con la voz trémula.
Dani que dormía apoyada en mi pecho y yo nos despertamos sobresaltados, aun no lucían los primeros rayos del alba, pero de sobra sabíamos ambos que esto solo podían representar malas noticias.
Aparté las mantas de mi cuerpo desnudo y calzándome los pantalones con rapidez abrí la puerta encontrándome al soldado de rostro desencajado.
-Conde, su hijo Orn viene malherido.
Niels que dormía en la habitación contigua había salido de su habitación sobresaltado por los golpes y las voces y nada mas escuchó esas palabras, solo con un pantalón suelto y descalzó salió corriendo escaleras abajo.
-¡Niels! -rugí consciente de las tonterías que mi hijo era capaz de hacer.
Tomé la muchacho de la pechera.
-Asegurate de que no es una trampa y que tras él no viene un ejercito ¿entendido? -le solté empujandole hacia fuera del cuarto -¡ve!
Podía aparentar saber que hacer, quizás lo sabia, peor las decisiones no eran igual de fáciles cuando el que llegaba a tus puertas era tu hijo.
Me calcé las botas buscando con la mirada a Dani que había saltado de la cama con gesto de preocupación.
En el patio de armas Niels había saltado sobre un caballo sin silla, ni riendas, solo sujeto por una soga pues aun estaban domándolo.
Podía escuchar los gritos de los soldados y como este ordenaba que abrieran el rastrillo y la compuerta aferrándose a las crines del corcel con ese ímpetu que lo caracterizaba.
Sabia que su vida seria breve, Odin lo llamaba a su lado con demasiada fuerza para ser ignorado, mi hijo nunca fue un hombre reflexivo aunque si un gran guerrero implacable, peligroso y letal.*
En Trondheim…
Brökk estaba tendido sobre el suelo de la celda mugrienta, dolorido, respirando levemente porque dolía hasta el respirar. Brynhild había acomodado su cabeza en el regazo y al menos sentir sus manos de vez en cuando sobre la cara o limpiando la sangre como podía, lo tranquilizaba un poco. No podía matarlos, a él porque Loki se cabrearía, a ella porque Odín se cabrearía más. Pero podía hacerles su estancia allí de lo más desagradable. Sin alcohol ni sustancias psicotrópicas no podía acceder a Asgard, el compromiso de su madre sobre no enseñarle la magia negra, lo había llevado a rajatabla pero ahora lo echaba de menos. Al menos así las horas pasarían de una forma u otra, esperaba que las noticias llegasen a Akershus raudas.
Akershus, casa de los Tollak…
Giuliana se despertó sobresaltada, un sueño muy vívido la hizo levantarse de la cama. Había soñado con su hijo Brökk preso de Randulf, apalizado, cubierto de sangre y mugre. Esas visiones podían ser premonitorias, pero en ese caso la sensación era desagradable…¿Estaba pasando ya? Estaban de misión lejos de Akershus, casi en la frontera del territorio de Randulf.*
Miré a mi esposa que de dormir sobre mi pecho en calma había saltado como un resorte con aquella mirada perdida que no indicaba nada bueno nunca.
-¿que pasa? -pregunté arropándola con mis brazos.
A estas alturas de sobra sabia que los sueños de la bruja no podían pasar desapercibidos, ni menso ser ignorados.Fue entonces cuando aporrearon la puerta, en el patio de armas la voz de Niels retumbaba ordenando abrieran la puerta.
-¡Que cojones! -rugí poniéndome en pie mientras me calzaba un pantalón y abría la puerta.
Al otro lado el soldado joven que esa noche hizo guardia en las almenas me pedía casi temblando que me reuniera con Hoor, Orn llegaba maltrecho de la batalla. Lo enganche de la pechara (por tercera vez en esa noche) y miré sus ojos
-¿y mi hijo? ¿Brökk?
-No,no,no...lo se -respondió antes de ser empujado hacia le exterior.*
— Randulf lo tiene preso!! Lo he visto, está en sus calabozos con una joven.— La angustia se reflejaba en el rostro de la americana. Su primogénito, el protegido de Loki, su niño precioso, aquel que trajo la felicidad plena a sus padres, se pudría en las mazmorras del rey loco.— Ulf!! Tenemos que ir, no puede quedarse allí, es…por favor, vamos!!.— La bruja no quería dejar al resto de sus hijos, sobre todo los más pequeños, pero tampoco se veía esperando en una mecedora el desenlace.*
Desde las almenas uno de los soldados oteó en el horizonte como una montura con lo que a primera vista parecía un jinete abatido se acercaba a Akershus.
Las alarmas saltaron, mas cuando a la distancia que permitía a unos ojos expertos reconocer al hombre que llevaba el corcel resultó ser Orn, el hijo del conde.
Cogió de la pechera a uno de los muchachos mas jovenes
- Llama a Höor, algo va mal su hijo se acerca herido...si no muerto.
El chico salió corriendo hacia palacio, todavía la noche se cernía sobre Akershus, así que corrió directo a la cámara del conde para darle la relevante información que portaba.
Golpeó con impaciencia, vociferado un señor con la voz trémula.
Dani que dormía apoyada en mi pecho y yo nos despertamos sobresaltados, aun no lucían los primeros rayos del alba, pero de sobra sabíamos ambos que esto solo podían representar malas noticias.
Aparté las mantas de mi cuerpo desnudo y calzándome los pantalones con rapidez abrí la puerta encontrándome al soldado de rostro desencajado.
-Conde, su hijo Orn viene malherido.
Niels que dormía en la habitación contigua había salido de su habitación sobresaltado por los golpes y las voces y nada mas escuchó esas palabras, solo con un pantalón suelto y descalzó salió corriendo escaleras abajo.
-¡Niels! -rugí consciente de las tonterías que mi hijo era capaz de hacer.
Tomé la muchacho de la pechera.
-Asegurate de que no es una trampa y que tras él no viene un ejercito ¿entendido? -le solté empujandole hacia fuera del cuarto -¡ve!
Podía aparentar saber que hacer, quizás lo sabia, peor las decisiones no eran igual de fáciles cuando el que llegaba a tus puertas era tu hijo.
Me calcé las botas buscando con la mirada a Dani que había saltado de la cama con gesto de preocupación.
En el patio de armas Niels había saltado sobre un caballo sin silla, ni riendas, solo sujeto por una soga pues aun estaban domándolo.
Podía escuchar los gritos de los soldados y como este ordenaba que abrieran el rastrillo y la compuerta aferrándose a las crines del corcel con ese ímpetu que lo caracterizaba.
Sabia que su vida seria breve, Odin lo llamaba a su lado con demasiada fuerza para ser ignorado, mi hijo nunca fue un hombre reflexivo aunque si un gran guerrero implacable, peligroso y letal.*
En Trondheim…
Brökk estaba tendido sobre el suelo de la celda mugrienta, dolorido, respirando levemente porque dolía hasta el respirar. Brynhild había acomodado su cabeza en el regazo y al menos sentir sus manos de vez en cuando sobre la cara o limpiando la sangre como podía, lo tranquilizaba un poco. No podía matarlos, a él porque Loki se cabrearía, a ella porque Odín se cabrearía más. Pero podía hacerles su estancia allí de lo más desagradable. Sin alcohol ni sustancias psicotrópicas no podía acceder a Asgard, el compromiso de su madre sobre no enseñarle la magia negra, lo había llevado a rajatabla pero ahora lo echaba de menos. Al menos así las horas pasarían de una forma u otra, esperaba que las noticias llegasen a Akershus raudas.
Akershus, casa de los Tollak…
Giuliana se despertó sobresaltada, un sueño muy vívido la hizo levantarse de la cama. Había soñado con su hijo Brökk preso de Randulf, apalizado, cubierto de sangre y mugre. Esas visiones podían ser premonitorias, pero en ese caso la sensación era desagradable…¿Estaba pasando ya? Estaban de misión lejos de Akershus, casi en la frontera del territorio de Randulf.*
Miré a mi esposa que de dormir sobre mi pecho en calma había saltado como un resorte con aquella mirada perdida que no indicaba nada bueno nunca.
-¿que pasa? -pregunté arropándola con mis brazos.
A estas alturas de sobra sabia que los sueños de la bruja no podían pasar desapercibidos, ni menso ser ignorados.Fue entonces cuando aporrearon la puerta, en el patio de armas la voz de Niels retumbaba ordenando abrieran la puerta.
-¡Que cojones! -rugí poniéndome en pie mientras me calzaba un pantalón y abría la puerta.
Al otro lado el soldado joven que esa noche hizo guardia en las almenas me pedía casi temblando que me reuniera con Hoor, Orn llegaba maltrecho de la batalla. Lo enganche de la pechara (por tercera vez en esa noche) y miré sus ojos
-¿y mi hijo? ¿Brökk?
-No,no,no...lo se -respondió antes de ser empujado hacia le exterior.*
— Randulf lo tiene preso!! Lo he visto, está en sus calabozos con una joven.— La angustia se reflejaba en el rostro de la americana. Su primogénito, el protegido de Loki, su niño precioso, aquel que trajo la felicidad plena a sus padres, se pudría en las mazmorras del rey loco.— Ulf!! Tenemos que ir, no puede quedarse allí, es…por favor, vamos!!.— La bruja no quería dejar al resto de sus hijos, sobre todo los más pequeños, pero tampoco se veía esperando en una mecedora el desenlace.*
Brökk Tollak- Hechicero Clase Media
- Mensajes : 117
Fecha de inscripción : 13/07/2017
Localización : París-Bergen-Nueva Orleans
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: El mensajero de Loqui (privado)
Mis ojos centellearon en un amarillo intenso, las palabras de mi esposa no hacían mas que prender en mi una llama que pronto se tornó fuego.
-Mi hijo no se pudrirá en una celda, te lo traeré aunque tenga que cruzar Hel y enfrentar a los gigantes y a Randulf también.
Mi hija que acababa de despertarse por los gritos se asomó a nuestra puerta, la cogí de sendos brazos agachándome a su altura para mirar sus ojos.
-Busca a Alrek y tráelo -le pedí.
Esta asintió y salió corriendo hacia la casa de su hermano que estaba a unas cuantas cuadras, cerca de la taberna.
-Vístete Giuliana, el hijo de Höor esta mal herido y necesitará de tus atenciones, reunámonos con ellos fuera.
Tenia claro que ese mismo día partiría hacia el castillo de Randulf, con o sin la bendición del conde lo haría y nadie podría interponerse en mi camino sin sufrir las consecuencias, poco me importaba si era o no un suicidio, Brökk era mi primogénito, mi orgullo, mi niño.*
La bruja se plantó un vestido con rapidez y se colocó una manta de lana sobre los hombros, salieron corriendo hacia el castillo y se encontraron con Höor que ayudaba a otros soldados a llevar a Orn a la cama, estaba malherido y agotado. Giuliana estaba nerviosa, quería saber de Brökk, pero al ver la sangre no vaciló y lo primero que hizo fue un encantamiento de magia wiccana para que dejase de sangrar. Luego invocó a la magia blanca para que esa estancia fuera segura y no se infectaran las heridas. Pidió a los sirvientes unos paños y agua caliente para poderle curar como era debido. Miró a Orn preocupada, si abría los ojos podría preguntarle qué había pasado con Brökk.*
Orn se debatía entre la consciencia y la inconsciencia. Mi mujer hacia cuanto podía por estabilizar al muchacho mientras el semblante preocupado de Höor acompañado por la pirata en todo momento presenciaba lo cerca que su hijo había estado de alcanzar el Valhalla.
Ambos enviábamos a nuestros hijos a enfrentar a Hela, los dos éramos conscientes de que esto podía suceder algún día, pero era duro sobrevivir a un hijo y ahora mismo ambos nos batíamos e duelo contra nosotros mismos.
Mi hijo era preso de Randulf, sabia que si lo mataba Loqui estallaría en furia, lo que me daba cierta ventaja pues el rey loco no era idiota, peor por otro lado, había cosas peores que la muerte y Randulf si era un sádico.
Orn entreabrió los ojos clavando sus aceros en los de mi esposa.
-Brökk y una valquiria...-se atragantó y tosió.
Daní le trajo un poco de aguar mientras Höor le ayudaba.
-Randulf, los han capturado, nos atacaron, eran muchos...
Höor tocó el pecho de su hijo para que guardara silencio y no agotara las pocas fuerzas que le quedaban en contarnos el suceso, teníamos la información necesaria...*
Era muy de noche y Orn estaba grave, Giuliana no quería dejarlo allí, pero se debatía entre eso e ir a buscar a su hijo. Agarró la mano de Ulf con la mirada desesperada.
— Ulf…¿qué hacemos? Nos vamos todos a por él o esperamos y si mañana Orn está mejor, os alcanzo cerca de la frontera?
— Si mañana está mejor, yo misma te acompañaré a donde ellos estén.— dijo Dani con seguridad.— Y si necesitáis que eche la puerta abajo con la Verga de Satán, contad con ello.*
Garm abrió la puerta en ese instante con los ojos amarillos radioactivo, buscaba a Orn, había oido rumores de que Brökk podía estar muerto y necesitaba esa confirmación. Fue Ulf el que se interpuso conociendo como Garm, recién convertido por la misma Hela, tendía a perder el control mas de la cuenta.
-Está vivo -aseguró como si pudiera leer la mente de su hijo que de un manotazo le apartó las manos de su pecho enfrentando a su padre en un duelo de egos que los dos se gastaban desde hacia demasiado tiempo.
-¡Garm! -rugí interponiendome en su camino mientras Ulf sacaba los dientes -¡Sal! -ordené empujándolo fuera de la cabaña. No permitiría que sus peleas causaran mas quebraderos de cabeza a mi hijo, ahora tenia que recuperarse.
-Iré a por brökk con Alrek y con Garm -dijo Ulf mirando a Giuliana -volveremos en 7 lunas y lo haré con todos mis hijos -prometió mirando a su mujer.*
Ulf Tollak- Cambiante Clase Alta
- Mensajes : 196
Fecha de inscripción : 18/12/2016
Re: El mensajero de Loqui (privado)
Mi hermana entró por la puerta con cara de preocupación, había escuchado cierto movimiento en Akershus, mas la verdad es que como siempre pasaba algo no le di mas importancia hasta ese instante en le que el rostro de mi hermana se presentaba desencajado y el labio tembloroso guardando las palabras que soltó de pronto azuzada por mi impaciencia.
-Brökk -dije sin mas mientras me calzaba las botas y aferraba las hebillas de la bastarda a mi pecho para salir afanoso de casa en dirección a la enfermería donde según ella, padre y los demás estaban preparándose para una incursión de rescate.
Al llegar había un gran barullo organizado, Orn malherido descansaba sobre un lecho, mi madre sanaba como podía sus heridas, calmándole el dolor. Hoor con el gesto tenso daba ordenes a sus otros hijos para ir a ese mismo bosque donde Orn casi pierde la vida, era importante plantar cara al enemigo, asegurar así las fronteras a las aldeas colindantes y rescatar a todo herido que aun quedara con vida.
Dani lo miraba en silencio, todos éramos conscientes que en ocasiones no comprendia al conde, seguramente porque seguía en pie, mandando a mas hijos hacia la muerte cuando el mayor de todos ellos luchaba contra Hela en frente.
Padre hablaba con Garm, intentaba razonar con él, llevarse al menos bien por un fin común, Brökk.
-Garm -dije poniendo mi mano en su pecho -escuchemos a padre, de aquí es el único que ha entrado ya alguna vez a la fortaleza y todos queremos a Brökk de vuelta.
Pronto empezamos a elaborar le plan sobre un mapa que del salón donde se estudiaban de normal las técnicas de combate había traído un raso. Padre lo extendió señalando unas cuevas que bajo el enorme precipicio que moría en el mar, servia de frontera natural a la fortaleza de Randulf. Podríamos meter un barco ligero sin ser vistos al anochecer, desde ahí tendríamos una buena escalada, pero era lo mas sensato pues por ese flanco no nos esperarían.*
Beth también se había levantado al escuchar el barullo en el castillo, esa noche se habían quedado a dormir allí. Iba a sugerirle a Danielle que los llevara a bordo de la Venganza de la Reina Ana cuando entró corriendo otro mensajero desde el puerto. Al parecer aquello no era un ataque fortuito y casual, habían aprovechado el revuelo para cortar todas las velas del Inferno y de la Reina Ana. El Avenger era otro cañonero pesado y no podría llevarlos sin levantar sospechas, mucho menos maniobrar en la escarpada costa de Trondheim. Danielle maldijo en voz alta y dio órdenes aunque lo suyo sería bajara al puerto. Estaban jodidos, pero Beth no desaprovechó la oportunidad.
-Brökk -dije sin mas mientras me calzaba las botas y aferraba las hebillas de la bastarda a mi pecho para salir afanoso de casa en dirección a la enfermería donde según ella, padre y los demás estaban preparándose para una incursión de rescate.
Al llegar había un gran barullo organizado, Orn malherido descansaba sobre un lecho, mi madre sanaba como podía sus heridas, calmándole el dolor. Hoor con el gesto tenso daba ordenes a sus otros hijos para ir a ese mismo bosque donde Orn casi pierde la vida, era importante plantar cara al enemigo, asegurar así las fronteras a las aldeas colindantes y rescatar a todo herido que aun quedara con vida.
Dani lo miraba en silencio, todos éramos conscientes que en ocasiones no comprendia al conde, seguramente porque seguía en pie, mandando a mas hijos hacia la muerte cuando el mayor de todos ellos luchaba contra Hela en frente.
Padre hablaba con Garm, intentaba razonar con él, llevarse al menos bien por un fin común, Brökk.
-Garm -dije poniendo mi mano en su pecho -escuchemos a padre, de aquí es el único que ha entrado ya alguna vez a la fortaleza y todos queremos a Brökk de vuelta.
Pronto empezamos a elaborar le plan sobre un mapa que del salón donde se estudiaban de normal las técnicas de combate había traído un raso. Padre lo extendió señalando unas cuevas que bajo el enorme precipicio que moría en el mar, servia de frontera natural a la fortaleza de Randulf. Podríamos meter un barco ligero sin ser vistos al anochecer, desde ahí tendríamos una buena escalada, pero era lo mas sensato pues por ese flanco no nos esperarían.*
Beth también se había levantado al escuchar el barullo en el castillo, esa noche se habían quedado a dormir allí. Iba a sugerirle a Danielle que los llevara a bordo de la Venganza de la Reina Ana cuando entró corriendo otro mensajero desde el puerto. Al parecer aquello no era un ataque fortuito y casual, habían aprovechado el revuelo para cortar todas las velas del Inferno y de la Reina Ana. El Avenger era otro cañonero pesado y no podría llevarlos sin levantar sospechas, mucho menos maniobrar en la escarpada costa de Trondheim. Danielle maldijo en voz alta y dio órdenes aunque lo suyo sería bajara al puerto. Estaban jodidos, pero Beth no desaprovechó la oportunidad.
Alrek Tollak- Cambiante Clase Alta
- Mensajes : 54
Fecha de inscripción : 21/06/2017
Re: El mensajero de Loqui (privado)
— Yo los llevaré, tenemos el Aegir, es capaz de navegar por encima de los quince nudos a velocidad constante, puedo maniobrarlo y acercarlos hasta las grutas de la costa.— Danielle sabía que Bethania se había hundido al haberse quedado bloqueada en aquella batalla en tierra, pero en el mar era buena, como ella, podría salir bien. Se acercó a Höor y le susurró.
— ¿crees que podría ser lo que necesita para pasar de página en este asunto?.— si la dejaban ir y capitanearlo, al menos podría redimirse y volver a sentirse válida y no un estorbo.*
Höor se detuvo un instante cuando Dani se acercó susurrando en su oido apoyada sobre su hombro. Niels con la impaciencia que le caracterizaba miró a Hakon y a Ubbe llevando las piezas hacia uno de los pasos, seguía trazando el plan para enfrentar el asentamiento enemigo y recuperar los prisioneros que pudieran haber hecho. Sirius puso cordura, decía que mientras el general Ubbe guiaría esa parte, él junto a unos cuantos se dirigiría a las aldeas, había que protegerlas.
-Déjala ir Dani, haces falta en puerto, tampoco podemos dejar desprotegida Akershus y Beth es buena en la mar. Los dioses la acompañaran -ladeó la sonrisa -y si estos no son suficientes para ti, dile a J. Hook que vaya con ella, no se quien hará de niñera de quien, pero es rápido para buscar el modo de sacar su culo de cualquier embrollo y si mi hija corre peligro su culo será el menos de sus problemas.- Besó la mejilla de Dani volviendo junto a sus hijos para seguir trazando el plan.*
Danielle le dio la autorización a Beth y ésta corrió en busca de Hook, que si bien era una rata traidora cuando quería, para otros menesteres podía servir. Le había costado aceptar que el almirante mayor de Akershus fuera una mujer, pero al final se habían entendido. Tendría que obedecer las órdenes de la joven contramaestre que sería la que estuviera al cargo de la operación. Cómo no, tuvo que peinar tabernas y burdeles para encontrarlo hasta que dio con él. Partirían antes del anochecer para que si habían ojoa vigilando, los perdieran de vista al salir a alta mar.*
-Así que tu madre me necesita -alcé la botella de ron en su dirección -tu madre necesita muchas cosas, entre ellas un hombre que la ponga firme -¿quieres? -pregunté tendiéndole la botella.
Esta mujer siempre andaba intentando salvar el culo de esos barbaros, seguramente porque estaba encoñada de uno de ellos, pero no había un poco de paz en esas tierras y pocos tesoros se vislumbraban en el horizonte, cualquier pirata con dos dedos de frente saldria de este puerto corriendo en busca de otros mares mas rentables.
Di un trago sin dejarla contestar poniendo cara de fastidio.
-No, lo imaginaba, mas para mi - La joven pirata me miraba como si esperara una respuesta ¿para que? ¿acaso no era una orden -¿ah, que tengo elección? -pregunté ladeando la sonrisa.
Su respuesta tajante fue la esperada, no, así que volví a alzar la botella para brindar por la libertad que Akershus nos daba.
-Allí estaré con una sonrisa en mis labios -dije con ironía -para partir hacia la muerte ¿podría imaginar mejor tesoro que rescatar al tal Bräkk ese?
La pirata me corrigió.
-Eso he dicho, Brökk. *
— ¿crees que podría ser lo que necesita para pasar de página en este asunto?.— si la dejaban ir y capitanearlo, al menos podría redimirse y volver a sentirse válida y no un estorbo.*
Höor se detuvo un instante cuando Dani se acercó susurrando en su oido apoyada sobre su hombro. Niels con la impaciencia que le caracterizaba miró a Hakon y a Ubbe llevando las piezas hacia uno de los pasos, seguía trazando el plan para enfrentar el asentamiento enemigo y recuperar los prisioneros que pudieran haber hecho. Sirius puso cordura, decía que mientras el general Ubbe guiaría esa parte, él junto a unos cuantos se dirigiría a las aldeas, había que protegerlas.
-Déjala ir Dani, haces falta en puerto, tampoco podemos dejar desprotegida Akershus y Beth es buena en la mar. Los dioses la acompañaran -ladeó la sonrisa -y si estos no son suficientes para ti, dile a J. Hook que vaya con ella, no se quien hará de niñera de quien, pero es rápido para buscar el modo de sacar su culo de cualquier embrollo y si mi hija corre peligro su culo será el menos de sus problemas.- Besó la mejilla de Dani volviendo junto a sus hijos para seguir trazando el plan.*
Danielle le dio la autorización a Beth y ésta corrió en busca de Hook, que si bien era una rata traidora cuando quería, para otros menesteres podía servir. Le había costado aceptar que el almirante mayor de Akershus fuera una mujer, pero al final se habían entendido. Tendría que obedecer las órdenes de la joven contramaestre que sería la que estuviera al cargo de la operación. Cómo no, tuvo que peinar tabernas y burdeles para encontrarlo hasta que dio con él. Partirían antes del anochecer para que si habían ojoa vigilando, los perdieran de vista al salir a alta mar.*
-Así que tu madre me necesita -alcé la botella de ron en su dirección -tu madre necesita muchas cosas, entre ellas un hombre que la ponga firme -¿quieres? -pregunté tendiéndole la botella.
Esta mujer siempre andaba intentando salvar el culo de esos barbaros, seguramente porque estaba encoñada de uno de ellos, pero no había un poco de paz en esas tierras y pocos tesoros se vislumbraban en el horizonte, cualquier pirata con dos dedos de frente saldria de este puerto corriendo en busca de otros mares mas rentables.
Di un trago sin dejarla contestar poniendo cara de fastidio.
-No, lo imaginaba, mas para mi - La joven pirata me miraba como si esperara una respuesta ¿para que? ¿acaso no era una orden -¿ah, que tengo elección? -pregunté ladeando la sonrisa.
Su respuesta tajante fue la esperada, no, así que volví a alzar la botella para brindar por la libertad que Akershus nos daba.
-Allí estaré con una sonrisa en mis labios -dije con ironía -para partir hacia la muerte ¿podría imaginar mejor tesoro que rescatar al tal Bräkk ese?
La pirata me corrigió.
-Eso he dicho, Brökk. *
Bethania- Humano Clase Baja
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Fecha de inscripción : 02/12/2017
Localización : Akershus
Re: El mensajero de Loqui (privado)
Al anochecer subieron al barco, el Aegir era un bergantín de cuatro velas, rápido, incisivo y muy manejable. Necesitaba muy poca tripulación y con Hook al timón, Bethania sólo tuvo que calcular la ruta con las cartas de navegación y guiarlos por las escarpadas costas, ocultándose de los patrulleros que navegaban esas aguas tratando de cazar al Inferno, al Avenger o a la Reina Ana, los buques que les daban potencia de fuego y ataque. Llevaban bandera danesa, porque lo robaron tiempo atrás y no lo usaban en sus escaramuzas, así que para los navegantes recién incorporados a la flota de Randulf podría pasar por un barco danés sin más.
Tardaron unas horas en llegar hasta las costas de los acantilados de Ilsvikøra. La bahía de Trondheim era amplia y estaba muy bien vigilada, para pasar desapercibidos tuvieron que pegarse a las paredes de roca y esquivar los arrecifes. La noche estaba ya bien entrada y habían izado las velas negras para que no destacase en el horizonte. Consiguió fondearlo a unos cincuenta metros de la costa escarpada y bajaron el bote para llegar hasta los túneles naturales que se abrían en las rocas. Sólo tenían unas horas hasta el amanecer porque con la marea alta volverían a anegarse. Beth le dio instrucciones a Hook de permanecer allí fondeando hasta el alba. Éste le recordó que no podía bajar y ella le recordó que estaba al mando y que en todo caso, sería su pequeño secreto, y así se le debería un favor.*
A Hook, ademas de mantenerse con el culo en el barco sin enfrentar bestias mágicas y con su botella de ron en la mano apurándola gota a gota, poco mas le importaba. Con un gesto de mano le dejo claro a Beth que si quería bajar, adelante, no iba a discutir con ella mientras a la vuelta no le tocara hacerlo con Dani y con el energúmeno de Höor Cannif con quien no se llevaba nada bien.
-Beth, deberías quedarte -dije interponiendome en su camino antes de que se apeara del barco -sus ojos ascendieron hasta los míos, creo que no esperaba mi petición - la ultima vez que tuviste que combatir..te costo asumir..va a ser peligroso y no se si has superado aquello ¿estas bien para enfrentar a Hela de frente?*
Beth miró a Alrek haciendo acopio de coraje y determinación. Gracia no le hacía, se iban a meter en la fortaleza de Randulf, pero no iba a dejar que toda la vida la trataran como si fuera a romperse.
— Es tu hermano!! Si no soy capaz de mover mi culo hasta allí para sacarlo, no seré capaz nunca de hacer lo que debo hacer por la gente que depende de mi.— Cargó sus dos pistolas, las enfundó y se llevó también un cuchillo al cinto y el sable. Esta vez no era ella la que comandaba, lo haría Ulf, y ella obedecería sus órdenes.*
Atrapé el brazo de Beth antes de que me esquivara con esa decisión que la caracterizaba.
-Ten cuidado -advertí antes de soltarla. Para ir a la guerra tenias que tener la mente fuerte y no sabia si ella se había repuesto tras los acontecimientos pasados de la boda roja, así que tendría que estar pendiente..era fácil flaquear bajo la sensación de la culpabilidad.
Bajamos a tierra, la sonrisa de mi padre se ladeó ligeramente al ver a la joven pirata con sendas pistolas dispuesta a luchar, a entrar en combate. Bien sabia que padre no quería para mi una Dani, pero Beth estaba demostrando que no era exactamente como su madre. También era cierto que mi padre nunca se metería en mis decisiones, era un hombre y en este terreno yo decidiría, me equivocara o no lo hiciera.No habíamos sido vistos, ese precipicio era alto, nadie en su sano juicio atacaría por allí el castillo, con lo cual, no era vigilado, pues por allí no podía subir un basto ejercito.
-Hay que escalar chicos, así que...- padre pasó unas sogas para que nos las ataramos a la cintura -afianzad bien los pies, no quiero sustos innecesarios ¿de acuerdo?*
— Garm es el más pesado, debería hacer de contrapeso.— Sabía trepar por cuerdas hasta la cofa de un cañonero, eso eran palos de más de veinte metros. Se ató la cuerda con unos nudos de ocho doble corredizos e hizo lo mismo con la cintura de Garm, de otra cosa, pero de nudos sabía un rato. Comenzó a trepar por la escarpada pared y a mitad camino pasó la cuerda por un saliente afianzándola en ese punto, siguió trepando hasta alcanzar una especie de balcón de roca y allí se desató rehaciendo el nudo y dándole instrucciones a Alrek, que era más ligero que Ulf y Garm. Ella le haría de contrapeso esta vez, permitiendo su ascenso y si se soltaba de la roca ella lo sujetaría sin caerse. La seguridad era primordial o se matarían despeñados. Fueron subiendo de uno en uno, pero a Beth se le ocurrió que el último subiera más cuerdas, porque a la vuelta era posible que tuvieran que bajar de dos en dos o quizás algún herido.*
Fuimos ascendiendo, afianzando los pies a las rocas, asegurando en cada punto las sogas para no despeñarnos. Beth lejos de todo lo previsto subía de forma ligera, ladeé la sonrisa mirándole su culo padre me dio una colleja pidiéndome que me centrara al ver mi cara de pazguato cuando la miraba.
Ulf ascendía rápido, estaba muy acostumbrado a la guerra y su cuerpo parecía entrar en modo autómata. A Garm ,al ser mas pesado le costaba mas, aunque su potencia física le ayudaba a no quedarse atrás. Padre le tendió una mano al llegar a una de las balconadas donde poder descansar y tomar aguar, mas mi hermano con ese orgullo que le caracterizaba le pegó un manotazo para apartar su mano, no quería su ayuda y así fue el modo en el que lo dejo claro. Mis ojos centellearon en ambar como lo hicieron los de padre. Entendía los motivos de Garm, pero no era el momento de las rencillas personales. De nuevo Beth puso cordura, pues una vez el licano alcanzó la cornisa le pasó el agua con una sonrisa calmando lo humos de unos y otros revolviéndole el pelo y bromeando sobre lo mucho que le pesaba el culo.Los dos se llevaban bien, Garm no tenia mucha confianza con las mujeres y a Beth era junto a las hijas de Höor, con las únicas que había tratado, de echo yo siempre pensé que le hacia gracia la pequeña de todas ellas.*
Tardaron unas horas en llegar hasta las costas de los acantilados de Ilsvikøra. La bahía de Trondheim era amplia y estaba muy bien vigilada, para pasar desapercibidos tuvieron que pegarse a las paredes de roca y esquivar los arrecifes. La noche estaba ya bien entrada y habían izado las velas negras para que no destacase en el horizonte. Consiguió fondearlo a unos cincuenta metros de la costa escarpada y bajaron el bote para llegar hasta los túneles naturales que se abrían en las rocas. Sólo tenían unas horas hasta el amanecer porque con la marea alta volverían a anegarse. Beth le dio instrucciones a Hook de permanecer allí fondeando hasta el alba. Éste le recordó que no podía bajar y ella le recordó que estaba al mando y que en todo caso, sería su pequeño secreto, y así se le debería un favor.*
A Hook, ademas de mantenerse con el culo en el barco sin enfrentar bestias mágicas y con su botella de ron en la mano apurándola gota a gota, poco mas le importaba. Con un gesto de mano le dejo claro a Beth que si quería bajar, adelante, no iba a discutir con ella mientras a la vuelta no le tocara hacerlo con Dani y con el energúmeno de Höor Cannif con quien no se llevaba nada bien.
-Beth, deberías quedarte -dije interponiendome en su camino antes de que se apeara del barco -sus ojos ascendieron hasta los míos, creo que no esperaba mi petición - la ultima vez que tuviste que combatir..te costo asumir..va a ser peligroso y no se si has superado aquello ¿estas bien para enfrentar a Hela de frente?*
Beth miró a Alrek haciendo acopio de coraje y determinación. Gracia no le hacía, se iban a meter en la fortaleza de Randulf, pero no iba a dejar que toda la vida la trataran como si fuera a romperse.
— Es tu hermano!! Si no soy capaz de mover mi culo hasta allí para sacarlo, no seré capaz nunca de hacer lo que debo hacer por la gente que depende de mi.— Cargó sus dos pistolas, las enfundó y se llevó también un cuchillo al cinto y el sable. Esta vez no era ella la que comandaba, lo haría Ulf, y ella obedecería sus órdenes.*
Atrapé el brazo de Beth antes de que me esquivara con esa decisión que la caracterizaba.
-Ten cuidado -advertí antes de soltarla. Para ir a la guerra tenias que tener la mente fuerte y no sabia si ella se había repuesto tras los acontecimientos pasados de la boda roja, así que tendría que estar pendiente..era fácil flaquear bajo la sensación de la culpabilidad.
Bajamos a tierra, la sonrisa de mi padre se ladeó ligeramente al ver a la joven pirata con sendas pistolas dispuesta a luchar, a entrar en combate. Bien sabia que padre no quería para mi una Dani, pero Beth estaba demostrando que no era exactamente como su madre. También era cierto que mi padre nunca se metería en mis decisiones, era un hombre y en este terreno yo decidiría, me equivocara o no lo hiciera.No habíamos sido vistos, ese precipicio era alto, nadie en su sano juicio atacaría por allí el castillo, con lo cual, no era vigilado, pues por allí no podía subir un basto ejercito.
-Hay que escalar chicos, así que...- padre pasó unas sogas para que nos las ataramos a la cintura -afianzad bien los pies, no quiero sustos innecesarios ¿de acuerdo?*
— Garm es el más pesado, debería hacer de contrapeso.— Sabía trepar por cuerdas hasta la cofa de un cañonero, eso eran palos de más de veinte metros. Se ató la cuerda con unos nudos de ocho doble corredizos e hizo lo mismo con la cintura de Garm, de otra cosa, pero de nudos sabía un rato. Comenzó a trepar por la escarpada pared y a mitad camino pasó la cuerda por un saliente afianzándola en ese punto, siguió trepando hasta alcanzar una especie de balcón de roca y allí se desató rehaciendo el nudo y dándole instrucciones a Alrek, que era más ligero que Ulf y Garm. Ella le haría de contrapeso esta vez, permitiendo su ascenso y si se soltaba de la roca ella lo sujetaría sin caerse. La seguridad era primordial o se matarían despeñados. Fueron subiendo de uno en uno, pero a Beth se le ocurrió que el último subiera más cuerdas, porque a la vuelta era posible que tuvieran que bajar de dos en dos o quizás algún herido.*
Fuimos ascendiendo, afianzando los pies a las rocas, asegurando en cada punto las sogas para no despeñarnos. Beth lejos de todo lo previsto subía de forma ligera, ladeé la sonrisa mirándole su culo padre me dio una colleja pidiéndome que me centrara al ver mi cara de pazguato cuando la miraba.
Ulf ascendía rápido, estaba muy acostumbrado a la guerra y su cuerpo parecía entrar en modo autómata. A Garm ,al ser mas pesado le costaba mas, aunque su potencia física le ayudaba a no quedarse atrás. Padre le tendió una mano al llegar a una de las balconadas donde poder descansar y tomar aguar, mas mi hermano con ese orgullo que le caracterizaba le pegó un manotazo para apartar su mano, no quería su ayuda y así fue el modo en el que lo dejo claro. Mis ojos centellearon en ambar como lo hicieron los de padre. Entendía los motivos de Garm, pero no era el momento de las rencillas personales. De nuevo Beth puso cordura, pues una vez el licano alcanzó la cornisa le pasó el agua con una sonrisa calmando lo humos de unos y otros revolviéndole el pelo y bromeando sobre lo mucho que le pesaba el culo.Los dos se llevaban bien, Garm no tenia mucha confianza con las mujeres y a Beth era junto a las hijas de Höor, con las únicas que había tratado, de echo yo siempre pensé que le hacia gracia la pequeña de todas ellas.*
Alrek Tollak- Cambiante Clase Alta
- Mensajes : 54
Fecha de inscripción : 21/06/2017
Re: El mensajero de Loqui (privado)
Las cuevas se adentraban en el acantilado y todos ellos podían ver en la oscuridad menos Beth, así que se agarró de la mano de Alrek, no era necesario desperdiciar ropa para hacer antorchas cuando iba con tres lobos. Esas cuevas eran naturales y serpenteaban en dirección al castillo, sacó la brújula y se la tendió a Alrek, debían ir hacia el noreste, allí habían muchas bifurcaciones, pero la que recorría la costa hacia la fortaleza era la más septentrional.
Caminaron en la más absoluta oscuridad durante más de media hora, de vez en cuando se escuchaba el borboteo del agua chapoteando en las aberturas que se abrían en paredes o suelo y que tenían que esquivar para no caer treinta metros contra la roca de costa. Ulf olfateaba y seguía el rastro de la corrupción, era inconfundible y él bien que lo conocía. Llegaron hasta una especie de gruta más amplia y vieron al otro lado como un embarcadero, allí deberían haber botes por si alguien quería escapar pero no tenían ni idea de cómo sería posible, pues estaban a una buena altura.*
Afiancé la mano de Beth para indicarle el camino a seguir, ella no se veía, por contra para nosotros ver en la oscuridad era una realidad. Con la brújula fui marcando el sendero, aunque padre por el olor era capaz de guiarnos hacia el castillo de Randulf, no era la primera vez que lo había pisado y algo me decía que este hedor a muerte, a caos y a corrupción se quedaba impreso a fuego en tu recuerdo.Los ojos de Garm centellaban tras nosotros en un ambar radioactivo, el hedor avivaba su adrenalina.
Tras media hora caminando por aquella gruta que se ensanchaba y acortaba permitiendo en ciertas zonas un paso demasiado estrecho incluso para un solo cuerpo llegado ante un embarcadero con varias barcazas.
Seguramente las bajarían por medio de la magia, pues aunque un juego de poleas también seria factible, la huida seria demasiado alta y el ejercito invasor bien podía seguirle los pasos a Randulf y darle muerte en el intento de la huida.
-Las mazmorras no deben estar lejos, la parte alta es donde Randulf guarda sus objetos mas valiosos. Los monstruos con los que experimenta, están en la zona mas baja así que tenemos que ir con cuidado, tras esta zona llegan las mazmorras, deben de tener allí a vuestro hermano -dijo dirigiéndose a nosotros.- Tenemos que ser rápidos, si nos descubren el groso del ejercito bajará y nos harán frente, con ellos nuestras posibilidades se reducirían en demasía. Enfrentemos solo a los guardias que vigilen las mazmorras que yo no creo nos superen en numero y que si lo hacemos bien podremos matarlos sin hacer ruido.Intentemos pasar sin batallar todo lo que nos sea posible.
Vi a padre tomar lodo del suelo, por las paredes de la montaña se filtraba agua y a nuestros pies se mezclaba con la tierra oscurecida. Eso nos serviría para camuflar nuestro olor ante las bestias de Randulf*
Beth los imitó y se embadurnó de fango para no ser tan localizable. Ascendieron por un túnel y pronto unas escaleras en la piedra marcaron el camino. Aquel pasadizo estaba desprotegido, o eso parecía, porque a una señal de Ulf se detuvieron en seco. Se escuchaba una respiración gruesa al fondo y pronto los lobos pudieron distinguir una bestia de dos cabezas, ciega por pertenecer a las profundidades y por las malformaciones de su cuerpo, que levantó el hocico para olisquear. El aire había cambiado y el guardián de la puerta se tensó, avanzó por el pasillo oscuro cara a ellos.*
Nos pegamos a la pared, tratando de pasar desapercibidos, aunque de seguro, la bestia gozaba de infravision como nosotros. Movía la cabeza hacia los lados, posiblemente buscando escuchar el menor sonido que delatara nuestra presencia. Padre llevó la mano al mango de su espada, en el mismo instante en el que centrara en nosotros la mirada tendríamos que enfrentar a la bestia a mele.
El animal de dos cabezas iba avanzando por el pasillo en busca de presa, parecía que la oscuridad del lodo que cubría nuestro cuerpo nos camuflaba bien entre las paredes rocosas. La bestia siguió avanzando sobrepasando nuestros cuerpos camino al pasillo colindante al nuestro. Respiré aliviado, cuando mi hermano, que como yo, parecía haberse relajado dio con la vaina de su espada que llevaba a la espalda contra uno de los salientes y un par de piedras se precipitaron al suelo. Dejamos de respirar cuando la bestia se giró hacia nosotros.*
Corrieron hacia la puerta y la griega tiró de ella sin éxito, estaba cerrada. Sacó del bolsillo el juego de ganzúas con el que abrían los cofres “requisados” y trató de hacer juego con ellas, pero la bestia estaba ya casi encima, Garm, Alrek y Ulf tendrían que hacerle frente, ganar unos minutos a su favor para poder darles paso al interior de los sótanos de la fortaleza de Trondheim. Las cosas se ponían feas, pero no podía disparar allí abajo y sin ver, podría darle a uno de los suyos, así que apretó los dientes y se afanó en abrir el maldito cerrojo, que finalmente con un chirrido oxidado se abrió.*
Los tres desenvainamos la espada al unísono cuando la bestia enfocándonos abrió sus enormes fauces llenas de babas para rugirnos a la cara.
-¡Joder, el pozo te huele a cloaca! -aseveré atacando de frente a la bestia mientras padre clavaba como un arpón, su pie en el antebrazo de la bestia y ascendía por su hombro con la espada para clavarla en la zona mas alta.
Garm sajó su flanco derecho con la espada, mientras yo rodaba por el suelo esquivando el zarpazo que me lanzó directo al costado.
Chispas con sus zarpas elevó en el pedregoso suelo, si eso llega a darme alcance bien podía haberme cercenado un brazo, la pierna o la cabeza.
-¡Beth! -rugí para que apremiara a abrir la puerta.*
La puerta se abrió de súbito al crujir de la fuerza que la pirata empleaba. Rodó por el suelo pero no mucho, porque le cayó un vikingo encima, y después otro y por último el tercero que estaba dando con el mandoble mientras reculaba.
— Joder…mierda…me estáis aplastando…— farfulló casi sin aire.*
La puerta rechinó bajo el empujón de la pirata que con éxito había logrado que la cerradura cediera frente a sus ganzúas. La bestia de un cabezazo hizo volar a padre que cayó sobre la pirata, tras él rodó mi hermano y el ultimo fui yo que mantenía como podía entretenida a la fiera con mi agilidad mientras blandía frente a ella el acero. Padre ayudo a Beth a empujar la puerta y todos nos colamos con premura por ella cerrándola de inmediato poniéndonos así a salvo.
-¿piensas padre volver por aquí? -pregunté ladeando la sonrisa mirando al frente, un pasillo bastante estrecho y largo de piedras grisáceas se abría frente a nosotros.*
Caminaron en la más absoluta oscuridad durante más de media hora, de vez en cuando se escuchaba el borboteo del agua chapoteando en las aberturas que se abrían en paredes o suelo y que tenían que esquivar para no caer treinta metros contra la roca de costa. Ulf olfateaba y seguía el rastro de la corrupción, era inconfundible y él bien que lo conocía. Llegaron hasta una especie de gruta más amplia y vieron al otro lado como un embarcadero, allí deberían haber botes por si alguien quería escapar pero no tenían ni idea de cómo sería posible, pues estaban a una buena altura.*
Afiancé la mano de Beth para indicarle el camino a seguir, ella no se veía, por contra para nosotros ver en la oscuridad era una realidad. Con la brújula fui marcando el sendero, aunque padre por el olor era capaz de guiarnos hacia el castillo de Randulf, no era la primera vez que lo había pisado y algo me decía que este hedor a muerte, a caos y a corrupción se quedaba impreso a fuego en tu recuerdo.Los ojos de Garm centellaban tras nosotros en un ambar radioactivo, el hedor avivaba su adrenalina.
Tras media hora caminando por aquella gruta que se ensanchaba y acortaba permitiendo en ciertas zonas un paso demasiado estrecho incluso para un solo cuerpo llegado ante un embarcadero con varias barcazas.
Seguramente las bajarían por medio de la magia, pues aunque un juego de poleas también seria factible, la huida seria demasiado alta y el ejercito invasor bien podía seguirle los pasos a Randulf y darle muerte en el intento de la huida.
-Las mazmorras no deben estar lejos, la parte alta es donde Randulf guarda sus objetos mas valiosos. Los monstruos con los que experimenta, están en la zona mas baja así que tenemos que ir con cuidado, tras esta zona llegan las mazmorras, deben de tener allí a vuestro hermano -dijo dirigiéndose a nosotros.- Tenemos que ser rápidos, si nos descubren el groso del ejercito bajará y nos harán frente, con ellos nuestras posibilidades se reducirían en demasía. Enfrentemos solo a los guardias que vigilen las mazmorras que yo no creo nos superen en numero y que si lo hacemos bien podremos matarlos sin hacer ruido.Intentemos pasar sin batallar todo lo que nos sea posible.
Vi a padre tomar lodo del suelo, por las paredes de la montaña se filtraba agua y a nuestros pies se mezclaba con la tierra oscurecida. Eso nos serviría para camuflar nuestro olor ante las bestias de Randulf*
Beth los imitó y se embadurnó de fango para no ser tan localizable. Ascendieron por un túnel y pronto unas escaleras en la piedra marcaron el camino. Aquel pasadizo estaba desprotegido, o eso parecía, porque a una señal de Ulf se detuvieron en seco. Se escuchaba una respiración gruesa al fondo y pronto los lobos pudieron distinguir una bestia de dos cabezas, ciega por pertenecer a las profundidades y por las malformaciones de su cuerpo, que levantó el hocico para olisquear. El aire había cambiado y el guardián de la puerta se tensó, avanzó por el pasillo oscuro cara a ellos.*
Nos pegamos a la pared, tratando de pasar desapercibidos, aunque de seguro, la bestia gozaba de infravision como nosotros. Movía la cabeza hacia los lados, posiblemente buscando escuchar el menor sonido que delatara nuestra presencia. Padre llevó la mano al mango de su espada, en el mismo instante en el que centrara en nosotros la mirada tendríamos que enfrentar a la bestia a mele.
El animal de dos cabezas iba avanzando por el pasillo en busca de presa, parecía que la oscuridad del lodo que cubría nuestro cuerpo nos camuflaba bien entre las paredes rocosas. La bestia siguió avanzando sobrepasando nuestros cuerpos camino al pasillo colindante al nuestro. Respiré aliviado, cuando mi hermano, que como yo, parecía haberse relajado dio con la vaina de su espada que llevaba a la espalda contra uno de los salientes y un par de piedras se precipitaron al suelo. Dejamos de respirar cuando la bestia se giró hacia nosotros.*
Corrieron hacia la puerta y la griega tiró de ella sin éxito, estaba cerrada. Sacó del bolsillo el juego de ganzúas con el que abrían los cofres “requisados” y trató de hacer juego con ellas, pero la bestia estaba ya casi encima, Garm, Alrek y Ulf tendrían que hacerle frente, ganar unos minutos a su favor para poder darles paso al interior de los sótanos de la fortaleza de Trondheim. Las cosas se ponían feas, pero no podía disparar allí abajo y sin ver, podría darle a uno de los suyos, así que apretó los dientes y se afanó en abrir el maldito cerrojo, que finalmente con un chirrido oxidado se abrió.*
Los tres desenvainamos la espada al unísono cuando la bestia enfocándonos abrió sus enormes fauces llenas de babas para rugirnos a la cara.
-¡Joder, el pozo te huele a cloaca! -aseveré atacando de frente a la bestia mientras padre clavaba como un arpón, su pie en el antebrazo de la bestia y ascendía por su hombro con la espada para clavarla en la zona mas alta.
Garm sajó su flanco derecho con la espada, mientras yo rodaba por el suelo esquivando el zarpazo que me lanzó directo al costado.
Chispas con sus zarpas elevó en el pedregoso suelo, si eso llega a darme alcance bien podía haberme cercenado un brazo, la pierna o la cabeza.
-¡Beth! -rugí para que apremiara a abrir la puerta.*
La puerta se abrió de súbito al crujir de la fuerza que la pirata empleaba. Rodó por el suelo pero no mucho, porque le cayó un vikingo encima, y después otro y por último el tercero que estaba dando con el mandoble mientras reculaba.
— Joder…mierda…me estáis aplastando…— farfulló casi sin aire.*
La puerta rechinó bajo el empujón de la pirata que con éxito había logrado que la cerradura cediera frente a sus ganzúas. La bestia de un cabezazo hizo volar a padre que cayó sobre la pirata, tras él rodó mi hermano y el ultimo fui yo que mantenía como podía entretenida a la fiera con mi agilidad mientras blandía frente a ella el acero. Padre ayudo a Beth a empujar la puerta y todos nos colamos con premura por ella cerrándola de inmediato poniéndonos así a salvo.
-¿piensas padre volver por aquí? -pregunté ladeando la sonrisa mirando al frente, un pasillo bastante estrecho y largo de piedras grisáceas se abría frente a nosotros.*
Bethania- Humano Clase Baja
- Mensajes : 39
Fecha de inscripción : 02/12/2017
Localización : Akershus
Re: El mensajero de Loqui (privado)
Mientras, en la celda:
El estado de Brökk no mejoraba, su cabeza apoyada en mi regazo ardía, seguramente las heridas impartidas y la falta de salubridad de aquella celda había infectado las heridas y sin nada con lo que desinfectaras, la situación empeoraba por momentos.
Deslicé la yema de mis dedos por su pelo perlado en sudor, le costaba respirar, su pecho subía y bajaba de forma pesada.
-Aguanta un poco hijo de Loqui -susurré.
Un grito desgarrador salió de mi garganta, los dotes de interpretación no eran mi fuerte, pero esos hombres que seguían a Randulf no parecían muy avispados, actuaban como autómatas y quizás pudiera aprovechar esa ventaja para escapar de la celda.
-¡no respira! -grité sacudiendo su cuerpo como si con ese acto pudiera devolverlo a la vida.
Su mano cayó al suelo de golpe inmóvil, sus ojos cerrados y sus labios ligeramente entreabiertos corroboraban mis palabras.
Brökk estaba muy débil, así que no tuvo que fingir demasiado para hacerse le muerto y los soldados que bien sabían la paliza que había recibido no dudaron de la veracidad de mis palabras al ver el palpable dolor en mi gesto.
-¡Imbéciles! ¡Si Brökk muere estáis condenados a seguirlo, mas no será en Valhalla lo que os esperé, yo valquiria de nacimiento me ocuparé de que vuestros huesos den directos en Hel! ¡Loqui se volverá loco con la muerte de su protegido! ¡Randulf os arrancará la piel a tiras por haber así marcado su sino! ¡Inútiles! ¡abrid, tenéis que reanimarlo o la tortura que el rey del norte os proporcione no conocerá parangón! ¡El águila de sangre sera nada para el dolor al que os someterá Hela, hija de Loqui cuando os reciba!
Mis palabras funcionaron, pues uno de ellos tembloroso metía la llave en la cerradura para entrar a reanimar al hechicero.
El otro mantenía el acero en alto para que yo no me revolviera y escapara, mas en un descuidó me alcé de golpe hundiendo mi codo en el estomago, mis manos afianzaron la muñeca apretando hasta forzar al hombre a soltar la espada y de un tirón lo hice pasar por encima de mi cuerpo cayendo al suelo.
Mi pié golpeó el mango de la espada que se elevó por el aire, lo atrapé con la diestra , degollando de un golpe seco al soldado que arrodillado frente a Brökk trataba de descubrir el engaño.
El otro soldado se alzaba para enfrentarme, mas desarmado, solo consiguió ser atravesado por el acero. Sus entrañas se abrieron ante mis ojos cuando con la espada desgarré su vientre.
-Vamos Brökk, hay que salir de aquí -susurré agachándome para intentar levantarlo -pesas demasiado tienes que ayudarme o no podre sacarte.
Pasé su brazo por encima de mis hombros, su cabeza caía ligeramente sobre su pecho, sus ojos se entrecerraban y los pies apenas le funcionaban, trastabillaba sin poder evitarlo.
El estado de Brökk no mejoraba, su cabeza apoyada en mi regazo ardía, seguramente las heridas impartidas y la falta de salubridad de aquella celda había infectado las heridas y sin nada con lo que desinfectaras, la situación empeoraba por momentos.
Deslicé la yema de mis dedos por su pelo perlado en sudor, le costaba respirar, su pecho subía y bajaba de forma pesada.
-Aguanta un poco hijo de Loqui -susurré.
Un grito desgarrador salió de mi garganta, los dotes de interpretación no eran mi fuerte, pero esos hombres que seguían a Randulf no parecían muy avispados, actuaban como autómatas y quizás pudiera aprovechar esa ventaja para escapar de la celda.
-¡no respira! -grité sacudiendo su cuerpo como si con ese acto pudiera devolverlo a la vida.
Su mano cayó al suelo de golpe inmóvil, sus ojos cerrados y sus labios ligeramente entreabiertos corroboraban mis palabras.
Brökk estaba muy débil, así que no tuvo que fingir demasiado para hacerse le muerto y los soldados que bien sabían la paliza que había recibido no dudaron de la veracidad de mis palabras al ver el palpable dolor en mi gesto.
-¡Imbéciles! ¡Si Brökk muere estáis condenados a seguirlo, mas no será en Valhalla lo que os esperé, yo valquiria de nacimiento me ocuparé de que vuestros huesos den directos en Hel! ¡Loqui se volverá loco con la muerte de su protegido! ¡Randulf os arrancará la piel a tiras por haber así marcado su sino! ¡Inútiles! ¡abrid, tenéis que reanimarlo o la tortura que el rey del norte os proporcione no conocerá parangón! ¡El águila de sangre sera nada para el dolor al que os someterá Hela, hija de Loqui cuando os reciba!
Mis palabras funcionaron, pues uno de ellos tembloroso metía la llave en la cerradura para entrar a reanimar al hechicero.
El otro mantenía el acero en alto para que yo no me revolviera y escapara, mas en un descuidó me alcé de golpe hundiendo mi codo en el estomago, mis manos afianzaron la muñeca apretando hasta forzar al hombre a soltar la espada y de un tirón lo hice pasar por encima de mi cuerpo cayendo al suelo.
Mi pié golpeó el mango de la espada que se elevó por el aire, lo atrapé con la diestra , degollando de un golpe seco al soldado que arrodillado frente a Brökk trataba de descubrir el engaño.
El otro soldado se alzaba para enfrentarme, mas desarmado, solo consiguió ser atravesado por el acero. Sus entrañas se abrieron ante mis ojos cuando con la espada desgarré su vientre.
-Vamos Brökk, hay que salir de aquí -susurré agachándome para intentar levantarlo -pesas demasiado tienes que ayudarme o no podre sacarte.
Pasé su brazo por encima de mis hombros, su cabeza caía ligeramente sobre su pecho, sus ojos se entrecerraban y los pies apenas le funcionaban, trastabillaba sin poder evitarlo.
Brynhild- Humano Clase Baja
- Mensajes : 29
Fecha de inscripción : 11/12/2017
Re: El mensajero de Loqui (privado)
Brynhild era lista, había conseguido que los guardas cayeran en la trampa, aunque era bien cierto que Brökk estaba muy maltrecho, la fiebre lo consumía y el dolor lo atenazaba en cada paso que intentaba dar hacia delante.
Se apoyó en la mujer para salir de aquella apestosa mazmorra, pero sabía que no llegarían lejor, no podían salir al patio de armas y simplemente pedir que elevaran el rastrillo y los dejaran marcharse.
— los túneles... hay que intenrlo por los túneles...— susurró tosiendo un poco de sangre que manchó el hediondo adoquinado de aquel pasillo de celdas.
Descendieron un nivel adentrándose aún más en las profundidades de los sótanos de Trondheim y pronto escucharon los gritos apagados de los guardias que se habían dado cuenta de que los prisioneros habían escapado. Tenían que correr. Sacó fuerzas de flaqueza y lo intentó, apoyado en Brynhild y cojeando, notando como el aire le ardía en los pulmones y la fiebre insistía en doblegarlo con debilidad. Tirarron de una puerta pero no cedía y cuando se echaron para atrás con ánimo de embestirla...la puerta se abrió desde el otro lado y el rostro de Garm asomó por ella.
— ¡Hermano!.— no podía creerlo. Jamás se había alegrado tanto de ver una cara conocida. Sonrió débilmente con los dientes manchados de sangre y vio tras la mole a sus otros hermanos y a su padre.
Se apoyó en la mujer para salir de aquella apestosa mazmorra, pero sabía que no llegarían lejor, no podían salir al patio de armas y simplemente pedir que elevaran el rastrillo y los dejaran marcharse.
— los túneles... hay que intenrlo por los túneles...— susurró tosiendo un poco de sangre que manchó el hediondo adoquinado de aquel pasillo de celdas.
Descendieron un nivel adentrándose aún más en las profundidades de los sótanos de Trondheim y pronto escucharon los gritos apagados de los guardias que se habían dado cuenta de que los prisioneros habían escapado. Tenían que correr. Sacó fuerzas de flaqueza y lo intentó, apoyado en Brynhild y cojeando, notando como el aire le ardía en los pulmones y la fiebre insistía en doblegarlo con debilidad. Tirarron de una puerta pero no cedía y cuando se echaron para atrás con ánimo de embestirla...la puerta se abrió desde el otro lado y el rostro de Garm asomó por ella.
— ¡Hermano!.— no podía creerlo. Jamás se había alegrado tanto de ver una cara conocida. Sonrió débilmente con los dientes manchados de sangre y vio tras la mole a sus otros hermanos y a su padre.
Brökk Tollak- Hechicero Clase Media
- Mensajes : 117
Fecha de inscripción : 13/07/2017
Localización : París-Bergen-Nueva Orleans
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: El mensajero de Loqui (privado)
Al abrir la puerta me encontré con una chica morena con el pelo trenzado, que arrastraba como podía mi hermano.
-¡Brökk! -gruñí al ver su estado con mis ojos en un amarillo radioactivo y la mandíbula cuadrada por la ira.
Me metí bajo su cuerpo aliviando la al chica su carga. Padre y Alrek se acercaron de inmediato, padre con rapidez sajó su camisa haciendo un par de vendajes rápidos y bien sujetos para que las costillas rotas no perforaran el pulmón de mi hermano.
-Aguanta hijo -dije pegando su frente a la de su primogénito, vamos a sacarte de aquí.
Alrek mas silencioso dejó a padre trabajar, mas en el momento que terminó pegó de igual modo su frente a la de Brökk cerrando los ojos en un gesto muy tierno dado que los dos llevaban chocando toda su existencia.
No hubieron palabras por parte del cambiante, solo un par de golpes débiles en su nuca que hablaron mas que el orgulloso lobo que tenia como hermano mediano.
-Garm, saca a tu hermano de aquí -ordenó padre.
Se oían los rugidos del ejercito que al descubrir que los reos habían escapado venían a darles alcance. Azuzados por el látigo del miedo que ejercía Randulf avanzaban voraces a nuestro encuentro.
-Alrek, tu conmigo, les detendremos en le estrecho pasillo, no cabrán todos, y eso igualara fuerzas, tenemos que darles ventaja a tus hermanos.
-Me quedaré con vosotros -dijo la joven desconocida, mas padre negó con la cabeza.
-Hombro con hombro solo cabemos dos en el pasillo, al otro lado hay una bestia de gran envergadura. Brökk apesta a sangre, esta vez no pasareis desapercibidos, Beth y tu, sacareis a Brökk de aquí, Garm, tendrás que luchar.
Las ordenes estaban dadas y no había tiempo de discutirlas, así que por una vez y por le bien de mi hermano acepte llevando a Bröok hacia la salida no sin pasarseme desapercibida la mirada de Alrek y de Beth.
-¡Brökk! -gruñí al ver su estado con mis ojos en un amarillo radioactivo y la mandíbula cuadrada por la ira.
Me metí bajo su cuerpo aliviando la al chica su carga. Padre y Alrek se acercaron de inmediato, padre con rapidez sajó su camisa haciendo un par de vendajes rápidos y bien sujetos para que las costillas rotas no perforaran el pulmón de mi hermano.
-Aguanta hijo -dije pegando su frente a la de su primogénito, vamos a sacarte de aquí.
Alrek mas silencioso dejó a padre trabajar, mas en el momento que terminó pegó de igual modo su frente a la de Brökk cerrando los ojos en un gesto muy tierno dado que los dos llevaban chocando toda su existencia.
No hubieron palabras por parte del cambiante, solo un par de golpes débiles en su nuca que hablaron mas que el orgulloso lobo que tenia como hermano mediano.
-Garm, saca a tu hermano de aquí -ordenó padre.
Se oían los rugidos del ejercito que al descubrir que los reos habían escapado venían a darles alcance. Azuzados por el látigo del miedo que ejercía Randulf avanzaban voraces a nuestro encuentro.
-Alrek, tu conmigo, les detendremos en le estrecho pasillo, no cabrán todos, y eso igualara fuerzas, tenemos que darles ventaja a tus hermanos.
-Me quedaré con vosotros -dijo la joven desconocida, mas padre negó con la cabeza.
-Hombro con hombro solo cabemos dos en el pasillo, al otro lado hay una bestia de gran envergadura. Brökk apesta a sangre, esta vez no pasareis desapercibidos, Beth y tu, sacareis a Brökk de aquí, Garm, tendrás que luchar.
Las ordenes estaban dadas y no había tiempo de discutirlas, así que por una vez y por le bien de mi hermano acepte llevando a Bröok hacia la salida no sin pasarseme desapercibida la mirada de Alrek y de Beth.
Garm- Licántropo Clase Alta
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