AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Passion is distilled //privado +18
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Passion is distilled //privado +18
La moneda giraba en el aire antes de volver a caer sobre la mano de la cambiante, que avanzaba con aire distraido en que poder gastar el tiempo en lo que quedaba de fria noche, se acomodó su gorro de lana sobre su cabello rubio, mientras que miraba el botín recaudado, no solo ofreciendo sus habilidades de circense, si no que tambien robando el dinero a algún que otro pomposo de clase alta. Ahora tenía la cartera llena y ganas de diversión, notables todo sea dicho. Miraba por las calles de París aquello que pudiera servir de entrenimiento a la cambiante que ganas de diversión gastaba. Observó con cierto interes el edificio y bajó a mirar la cantidad de francos que poseía en ese instante acompañando a eso una sutil mordida de labio inferior.
El paseó hacia el interior del local fue de un notable cambio de temperatura, pasando de el frio que presentaba las calles de París al calor de un sitio cargado de gente que se daban al vicio por el vicio. La rubia ladeó ligeramente la cabeza mirando a un sitio y a otro, obsevando a los clientes que disfrutaban, muchos de alta cuna, otros no tanta, pero mientras hubiese dinero no había impedimento, la rubia quizás pudiera desentonar ligeramente, pero lo que le llevo a entrar ahí era la sincera busquedad de diversión en un sitio como ese. Desde era un lugar para que solo hable el calor y no la razón.
El paso de la cambiante era lento pero firme, observando las damas que allí se encontraban esperando para poder dar un servicio ardiente, Yendra se paseaba frente a ellas deteniendose a observarlas con una notable lascivia en sus ojos azules, mirandolas de arriba a abajo de manera ladina, más no se detuvo frente a ellas apenas más de cinco segundos, no sin antes guiñarlas un ojo, siguió paseando la vista buscando a los caballeros que allí podían ofrecer tambien sus servicios. -Vaya vaya vaya...la vista no queda nada insatisfecha..-Dijo acercandose a uno de los que prostitutos que allí se encontraba, el joven sonrió quizás forzado unicamente por su trabajo. Cosa que era la más logica, más Yendra lo único que hizo fue un amago de lanzar un mordisco antes de continuar el camino no sin antes echar un vistazo a la retaguardia del hombre que se ofrecía allí.
Llegando a la barra del sitio pidió un baso de wisky y se fue a sentar en uno de esos sillones que allí había para hacer las delicias de la comodidad de los clientras, dió un sorbo al wisky mientras su mirada pasaba por los allí presentes, volviendo a lanzar la moneda al aire y cogiendola de regreso haciendo gala de las habilidades que poseía en cierta forma. Quizás se veía en cierta forma extraña que una mujer no fuese directamente a elegir el que le gustase pagarle y pasar un buen rato. Pero en el caso de la cambiante, a esta le apetecía jugar, había iniciado una caza y estaba buscando a quien destacase, a quien se saliera del expositor.
Mordiendose el labio con cierta sensualidad y pensaba en que juegos gastar el dinero, coger a alguien y subir a destrozar la cama le quitaba diversión, ella quería divertirse, pasar un buen rato, pedir un juego y ver donde estaban los limites, se pasó la lengua por los labios con lentitud saboreando el wisky que quedó prendado en ellos cuando bebió. Se cruzó de piernas mientras seguía jugando con la moneda entre sus dedos. Buscando destacar a la presa, se lo tomaba con calma pues..¿Que prisa podría haber esa noche tranquila y de ocio?
El paseó hacia el interior del local fue de un notable cambio de temperatura, pasando de el frio que presentaba las calles de París al calor de un sitio cargado de gente que se daban al vicio por el vicio. La rubia ladeó ligeramente la cabeza mirando a un sitio y a otro, obsevando a los clientes que disfrutaban, muchos de alta cuna, otros no tanta, pero mientras hubiese dinero no había impedimento, la rubia quizás pudiera desentonar ligeramente, pero lo que le llevo a entrar ahí era la sincera busquedad de diversión en un sitio como ese. Desde era un lugar para que solo hable el calor y no la razón.
El paso de la cambiante era lento pero firme, observando las damas que allí se encontraban esperando para poder dar un servicio ardiente, Yendra se paseaba frente a ellas deteniendose a observarlas con una notable lascivia en sus ojos azules, mirandolas de arriba a abajo de manera ladina, más no se detuvo frente a ellas apenas más de cinco segundos, no sin antes guiñarlas un ojo, siguió paseando la vista buscando a los caballeros que allí podían ofrecer tambien sus servicios. -Vaya vaya vaya...la vista no queda nada insatisfecha..-Dijo acercandose a uno de los que prostitutos que allí se encontraba, el joven sonrió quizás forzado unicamente por su trabajo. Cosa que era la más logica, más Yendra lo único que hizo fue un amago de lanzar un mordisco antes de continuar el camino no sin antes echar un vistazo a la retaguardia del hombre que se ofrecía allí.
Llegando a la barra del sitio pidió un baso de wisky y se fue a sentar en uno de esos sillones que allí había para hacer las delicias de la comodidad de los clientras, dió un sorbo al wisky mientras su mirada pasaba por los allí presentes, volviendo a lanzar la moneda al aire y cogiendola de regreso haciendo gala de las habilidades que poseía en cierta forma. Quizás se veía en cierta forma extraña que una mujer no fuese directamente a elegir el que le gustase pagarle y pasar un buen rato. Pero en el caso de la cambiante, a esta le apetecía jugar, había iniciado una caza y estaba buscando a quien destacase, a quien se saliera del expositor.
Mordiendose el labio con cierta sensualidad y pensaba en que juegos gastar el dinero, coger a alguien y subir a destrozar la cama le quitaba diversión, ella quería divertirse, pasar un buen rato, pedir un juego y ver donde estaban los limites, se pasó la lengua por los labios con lentitud saboreando el wisky que quedó prendado en ellos cuando bebió. Se cruzó de piernas mientras seguía jugando con la moneda entre sus dedos. Buscando destacar a la presa, se lo tomaba con calma pues..¿Que prisa podría haber esa noche tranquila y de ocio?
Última edición por Yendra Isley el Sáb Mar 03, 2018 9:51 am, editado 1 vez
Yendra Isley- Cambiante Clase Media
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Re: Passion is distilled //privado +18
Abro las ventanas...
para que puedas volar con tranquilidad
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Recuerda con claridad la primera vez que estuvo allí, era joven, amena y sonriente, quizás seguía siendo así, pero ahora lo hacía bajo la satisfacción de complacer o muchas veces obedecer los designios que le había traído la vida. Escuchaba con atención los gritos de aquellos hombres bajo el pequeño escenario que le armaba una tarima. Esbozo una vez más aquella contagiosa y revoltosa sonrisa. Sin recelo subió los pequeños escalones que la separaban de la altura, sus tacones resonaban contra el suelo mientras una ligera melodía acompañaba el meneo de sus caderas en cada movimiento. Un patrón de sincronía tras otro, pues quien tocaba el piano a lo lejos sabía perfectamente cuando detenerse y cuando aumentar la rapidez de su sonar.
Bellísimo sonidos huían de versos innecesarios, el primer chillido de un comensal la llevó a la realidad para iniciar con su trabajo: Poco a poco incitó a sus caderas a marcar el ligero movimiento de un vaivén, tan lento como parsimonioso, sus ojos se cerraban entre tanto sus propias manos imitaban la de un hombre acariciando su contorno, su vientre estaba recubierto por telas que poco a poco la misma fémina arrugaba entre sus puños, casi con la necesidad fingida de un ser queriendo arañar cada una de las mismas hasta hacerla añicos entre sus propias garras. Se giró, dando la espalda a sus servidores para iniciar nuevamente el meneo de sus caderas, solo que ésta vez, dejó caer su gran melena que cubría gran parte de su espalda hasta el inicio de sus glúteos. Sus rodillas contra el suelo he imitando una pose sexual muy favorecidas por los hombres y mujeres que visitaban el lugar, escuchó como se aprobaba su trabajo entre gritos más la efervescencia de quien deseaba subir a la tarima para hacer de aquella su visitante de noche. Mordió el grosor de su propio labio inferior, alzo ligeramente su vestido, aquel que estaba ceñido a su figura para enseñar lo necesario a quienes mantenían fija su atención en ella, piernas, glúteos y entre la resonante finalización de aquella canción, poco y nada dejó enseñar su trasero para así, bajar de la tarima con ayuda de la mano del garzón de turno.
Terminado el show, regresó nuevamente a las mesas, sirviendo tragos, sonriendo, recibiendo uno que otro incentivo para guardar parte de su noche a goces ajenos. Convertida en una más de tantas, hizo de las suyas para buscar ella misma a sus clientes, y así, no caer a merced de cualquier personaje que tuviese el dinero suficiente para llevársela a la cama. Observó por los alrededores, turbada tras la barra dónde servía un trago tras otro, o que se veía entre mesas proveyendo tragos en cada vaso vacío que se alzaba exigiendo más alcohol.
Salió de entre las mesas para dirigirse una vez más a la barra, cuando su mirada se dejó caer en la figura de una bella mujer de cabellos rubios. Su vientre se encendió en anhelos y sin dudar ni un segundo de sus actos, se detuvo como piedra frente a ella. La observó de pies a cabeza, una hermosa fémina.
Sin la necesidad de hablar, se inclinó desde una posición bastante invasiva para llegar a la barra, una de sus manos se sujetó de la misma rosando parte de su brazo, mientras cargando parte de su peso en ella, sus senos casi al descubierto se presionaron a los ajenos, su rostro roso la mejilla de la rubia y sus labios en pleno contacto de la oreja ajena, mascullo frases que no iban dirigidas a ella – Amigo, lléname la bandeja, los señores de aquella mesas están pidiendo más – Terminó, dando un golpe con su mano abierta sobre la barra. Prontamente se alejó haciendo un ligero ademan a la mujer seguido de una escondida sonrisa – Buenas noches –
Musa- Prostituta Clase Media
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Re: Passion is distilled //privado +18
Saboreaba su vaso de Wisky mientras deslizaba la vista observando a los allí presentes con aire distraido, se inclinó levemente para tener mejor visión de uno de los prostitutos que allí estaban se acercó a ella le observó arqueando una ceja. El hombre se insinuó y ella lo rechazó con un gesto elegante, para que este se marchara con una ligera cara de decepción por que la dama rubia no quiso pagar por sus servicios ni se mostró especialmente interesada. Resopló con indecisión sobre la "mercancia" que allí se encotraba, bebiendo la copa con lentitud ese wisky aunque no parecía especialmente uno de gran calidad, pues la misión aquí era claramente muy distinta que la de tomar copas de alta calidad, esto era un burdel a fin de cuenta.
La rubía echa la melena rubia hacia atras para quizás hacer alarde de cierto coqueteo, escuchaba la música de aquel piano, parecía que un show más emocionante y excitante estaba a punto de empezar, la música sonaba mientras una dama danzaba luciendo sus encantos, dejando ver y sin dejar ver a la vez, la azul mirada se fijaba en aquella chica que danzaba haciendo mas deseables sus atributos femeninos. La rubia ladeó la cabeza observandola desde luego pudo olfatear como los hombres que allí se encontraban habían subido su nivel de testosterona, cosa que hizo ladear la cabeza observandola, quizás permitiendose morderse el labo inferior, con cierto deseo pero casí se esfumó en el momento que acabó tan candente numero de baile.
Otro sorbo baño sus labios en el alcohol mientras miraba alrededor aun sin decisión y alargando la copa lo maximo posible, hasta que volvió a reparar como la dama que antes de sensual forma bailaba ahora estaba ante ella, con delicadeza pasó su vista por ella parandose en cada tributo femenino deseable, observó su precioso rostro y sus claros ojos, desde luego era toda una preciosidad, y eso no podía negarlo. Alzó una ceja sorprendida de la belleza de la chica.
Más casi se quedo ensimismada observandola cuando quedó parada frente a ella, alzó una ceja y se sorprendió cuando se inclinó tan pegada a ella, rozando su brazo, casí echada sobre ella, apretando ambos bustos entre sí, la sensual voz con la que se dirigió no obstante al que atendía la barra, más Yendra aprovechó ese instante para olfatear el cuello y la melena de la mujer, olía bien, más cuando se fue apartar de ella con un simple buenas noches la cambiante se lo impidió tomandola de la muñeca y acercandola de nuevo colocando una de sus manos en el culo de la joven. -Pueden ser muy buenas si lo deseas querida...- Susurró levemente la cambiante, mientras alzaba una ceja mirandola a los ojos. -Tienes una mirada realmente deliciosa...¿Estás en el menú querida? ojala fuera así..- Musitó la cambiante cargada de deseo.
La rubía echa la melena rubia hacia atras para quizás hacer alarde de cierto coqueteo, escuchaba la música de aquel piano, parecía que un show más emocionante y excitante estaba a punto de empezar, la música sonaba mientras una dama danzaba luciendo sus encantos, dejando ver y sin dejar ver a la vez, la azul mirada se fijaba en aquella chica que danzaba haciendo mas deseables sus atributos femeninos. La rubia ladeó la cabeza observandola desde luego pudo olfatear como los hombres que allí se encontraban habían subido su nivel de testosterona, cosa que hizo ladear la cabeza observandola, quizás permitiendose morderse el labo inferior, con cierto deseo pero casí se esfumó en el momento que acabó tan candente numero de baile.
Otro sorbo baño sus labios en el alcohol mientras miraba alrededor aun sin decisión y alargando la copa lo maximo posible, hasta que volvió a reparar como la dama que antes de sensual forma bailaba ahora estaba ante ella, con delicadeza pasó su vista por ella parandose en cada tributo femenino deseable, observó su precioso rostro y sus claros ojos, desde luego era toda una preciosidad, y eso no podía negarlo. Alzó una ceja sorprendida de la belleza de la chica.
Más casi se quedo ensimismada observandola cuando quedó parada frente a ella, alzó una ceja y se sorprendió cuando se inclinó tan pegada a ella, rozando su brazo, casí echada sobre ella, apretando ambos bustos entre sí, la sensual voz con la que se dirigió no obstante al que atendía la barra, más Yendra aprovechó ese instante para olfatear el cuello y la melena de la mujer, olía bien, más cuando se fue apartar de ella con un simple buenas noches la cambiante se lo impidió tomandola de la muñeca y acercandola de nuevo colocando una de sus manos en el culo de la joven. -Pueden ser muy buenas si lo deseas querida...- Susurró levemente la cambiante, mientras alzaba una ceja mirandola a los ojos. -Tienes una mirada realmente deliciosa...¿Estás en el menú querida? ojala fuera así..- Musitó la cambiante cargada de deseo.
Yendra Isley- Cambiante Clase Media
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Re: Passion is distilled //privado +18
El hombre debe comer aquello que ama
En muchas ocasiones la fémina gozaba tan solo de dar placer, si bien, el dinero era parte importante de su trabajo, el poder elegir a vista y paciencia de sus clientes, era uno de los lujos que se daba de vez en cuando. Fue el caso de la bella rubia, bella atractiva y candente mujer que logró llamar su atención desde el primer instante en que poso su mirada sobre su perfecta anatomía. Parte de su trabajo estaba hecho, elegir, ahora dependía, como siempre, si quien era de su gusto la elegía como compañera de una dulce velada que podría sobrepasar las líneas de lo cotidiano para perderse en un histérico goce de placeres ensimismado entre cuatro paredes cómplices.
Con tan solo el roce de su cuerpo sintió un mar de sensaciones, era cálida, asumía que se dejaba llevar por las reacciones de su cuerpo, que muchas veces exageraban actos tan pequeños como un roce. Era experta en dar placer, por lo cual, el mínimo ahínco de satisfacción hacia ella misma, lo absorbía y lo hacía propia para disfrutarlo hasta el último concho.
La presión de aquella diminuta mano la hizo revelar una amplia sonrisa, muy cómplice también. Se dejó guiar por la fuerza que imponía hasta detenerse a la posición favorita de la prostituta. Pegada a un cuerpo ajeno. Sintió de nueva cuenta el roce de sus senos. Particularmente los de ella que dejaban bastante poco a la imaginación con el prominente escote. Relamió sus propios labios cuando su trasero era manoseado. Extendió sus manos por sobre los hombros de la fémina, observó sus ojos, parecían ser fieros y aguerridos, aquello la hizo generar un pequeño temblor en todo su cuerpo.
- En este lugar puede comer lo que desee… todo está a su disposición – Murmuró, exhalando sensualidad mientras meneaba su cuerpo ligeramente de adelante hacía atrás, entre la presión que aún mantenía la rubia contra su muñeca y trasero – Y para usted… podría ser entrada, plato de fondo y postre… sólo si así lo desea – Confesó, ladeando su rostro para quedar más cerca del rostro juvenil que la observaba, dejó caer toda su frondosa cabellera por un costado de su propio hombro - ¿Tomo nota de lo que desea? – Cuestionó, observando como el cantinero le dejaba los tragos que antes había pedido para la gran cantidad de hombres de mala muerte que se hallaban unas mesas más atrás bebiendo y babeando por las mujeres que se paseaban a sus alrededores en busca de dinero.
Musa se caracterizaba por ser una de las cortesanas más alegres del burdel, hacía reír a todos con sus salidas de lugar y bromas de doble sentido. Pero también sabía que se había ganado un puesto privilegiado por satisfacer hasta las fantasías más oscuras de sus clientes, mucho más, si catalogaba a sus clientes como favoritos.
Musa- Prostituta Clase Media
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Re: Passion is distilled //privado +18
La cambiante lentamente deslizaba su vista de delicada forma por el cuerpo de la que ante ella estaba, fijandose en esas atractivas y peligrosas curvas que manifestaba la chica, mientras la cambiante seguía con su mano en la muñeca ajena, ladeando una coqueta sonrisa. La pegó a su cuerpo, sintiendo el calor que emanaba de ella, el perfume que desprendía la muchacha, su mano deslizandose y tocando el culo de la mujer, sin duda una hermosa dama donde las hubiera, podía notar como aquella preciosa cortesana se extremeció cuando miró a la cambiante a los ojos, está dilataba las pupilas indicando atracción hacía la hermosa dama. Amplió su coqueta sonrisa mirando a aquella mujer, mientras subía sus manos acariciando la cintura de esa dama y enarcaba una ceja. -Me gusta el menú que pareces ofrecer tú, tienes una pinta deliciosa...para comerte.- Dijo con un tono de voz seductor.
Deslizó su mano para acariciar suavemente el rostro ajeno, mientras miraba como miraría al mas delicioso de los dulces, quizás esto pudiera ser algo intimidatorio, pero aquella que tenía en frente paracía no asustarle lo más minimo, quizá otro se había puesto más en alerta, Yendra olfateaba con delicadeza a la mujer y con ligero disimulo, no había por que enseñar esa parte de la bestía tan prontamente y menos en un sitio así, no pudo evitar dejar escapar una carcajada de los labios, sobre todo cuando dijo que le tomaba nota. -Pues veamos...quiero tus labios...-Susurró muy cerca del oido mientras seguía acariciando su cuello. -Y de plato fuerte tu cuerpo entero.- Aseguró con ese tono torrido que presentaba la rubia que ahora se dejaba llevar por sus instintos más primarios, aunque precisamente había llegado al burdel para ello, para dar rienda suelta a sus instintos mas bajos y lujuriosos.
Divertidamente sacó la lengua dando un divertido lametón a la mejilla de la otra muchacha y se inclinó hacía atras dando un trago a su vaso de wisky abandonado por catar a la muchacha que tan libremente se había presentado ante ella, se rió y ladeo la cabeza. -¿Por que no vamos arriba y me enseñas tus más terribles y peligrosas armas?- Comenta guiñandole un ojo juguetona, y se mordió el labio inferior con avaricia. -Da igual tu precio encanto, puedo pagar...y te aseguro que tambien disfrutaras....eso te lo prometo.- La agarró de ambas mejillas y la beso lenta y suavemente, mientras deslizó su lengua contra la ajena, sin ningún tipo de miramiento, se separó mordiendose nuevamente lascivamente el labio inferior y la guiñó un ojo indicandola asi que la esperaría en una de las habitaciones que había en la parte de arriba.
Deslizó su mano para acariciar suavemente el rostro ajeno, mientras miraba como miraría al mas delicioso de los dulces, quizás esto pudiera ser algo intimidatorio, pero aquella que tenía en frente paracía no asustarle lo más minimo, quizá otro se había puesto más en alerta, Yendra olfateaba con delicadeza a la mujer y con ligero disimulo, no había por que enseñar esa parte de la bestía tan prontamente y menos en un sitio así, no pudo evitar dejar escapar una carcajada de los labios, sobre todo cuando dijo que le tomaba nota. -Pues veamos...quiero tus labios...-Susurró muy cerca del oido mientras seguía acariciando su cuello. -Y de plato fuerte tu cuerpo entero.- Aseguró con ese tono torrido que presentaba la rubia que ahora se dejaba llevar por sus instintos más primarios, aunque precisamente había llegado al burdel para ello, para dar rienda suelta a sus instintos mas bajos y lujuriosos.
Divertidamente sacó la lengua dando un divertido lametón a la mejilla de la otra muchacha y se inclinó hacía atras dando un trago a su vaso de wisky abandonado por catar a la muchacha que tan libremente se había presentado ante ella, se rió y ladeo la cabeza. -¿Por que no vamos arriba y me enseñas tus más terribles y peligrosas armas?- Comenta guiñandole un ojo juguetona, y se mordió el labio inferior con avaricia. -Da igual tu precio encanto, puedo pagar...y te aseguro que tambien disfrutaras....eso te lo prometo.- La agarró de ambas mejillas y la beso lenta y suavemente, mientras deslizó su lengua contra la ajena, sin ningún tipo de miramiento, se separó mordiendose nuevamente lascivamente el labio inferior y la guiñó un ojo indicandola asi que la esperaría en una de las habitaciones que había en la parte de arriba.
Yendra Isley- Cambiante Clase Media
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Re: Passion is distilled //privado +18
Directo, directo a los placeres
Los labios de la fémina removieron un poco la certeza que tenía la prostituta por sobre sus decisiones. La besó, con ahínco, sintiendo como sus manos la recorrían y era un placer que por lo lejos disfrutaba en demasía. A pesar de muchas veces verse obligad a estar con un sinfín de personajes desagradables estar con una belleza como la que tenía ahora entre sus manos, era el lujo del cual agradecía cada noche. La observó de pies a cabeza nuevamente, esta vez tan solo para no olvidar que la velada iniciaba de la mejor forma posible, con promesas que se debían cumplir al pie de la letra. Ella no había hablado de dinero aún, solía hacerlo ya estando entre las cuatro paredes, pues, a decir verdad, solía quedarse con una parte más generosa de la que recibía de la misma casa de putas donde se encontraba.
— Sígame — Sentenció sin decir más, asumía que muchas veces las palabras estaban de más, o que quizás se perderían en el bullicio que en ese momento se ahogaba el antro. La sujetó de la mano, buscando en su mirada una poco de aprobación para este acto. Muchas veces los clientes veían a las prostitutas como sirvientas, y verles de la mano o notando como estas tomaban ese atrevimiento cancelaban el trato y se iban por otras. Misma razón que la hizo divagar en los ojos claros de aquella rubia que al parecer, no mostraba repulsión por ese movimiento. Más bien lo hacía para llevarla a la habitación que Musa siempre tenía guardada para ella. Era aquella donde la puerta se adornaba con un terciopelo rojo y su interior era tan simple como la fémina. Sus paredes blancas, una cama en centro y en una esquina, un closet con todas sus prendas para hacer juegos previos o los trajes que usaba para bailar sobre las tarimas. Nada más.
Subió junto con ella, y ya estando dentro de la habitación, con mayor atrevimiento dejó que sus manos rodearan la cintura de la rubia, en ascendente hasta sus pechos, acunando la copa de estos entre sus manos para luego observar a sus ojos con un deje de picantería — Muy pocas veces he estado con mujeres, suelen ser celosas o muy malcriadas — Murmuró, inclinándose a la fémina, para que la punta de su lengua repasara la comisura de los labios ajenos, lentamente hasta desembocar en un apasionado beso donde sus lenguas se rosaban en aumento del calor.
Prontamente dejó guiar una de sus manos por sus caderas hasta detenerse sobre el trasero de quien la había contratado — No daré una suma, usted decidirá cuanto merezco esta noche… — Murmuró, bajando sus labios por su mentón hasta llegar a su cuello — ¿Cómo le gusta el juego previo? ¿Algún deseo? Estoy para satisfacer, o bailar — Sentenció, alejando sus manos de su acompañante, colocándose erguida frente a ella, mientras sus manos se escondían tras su propia espalda.
Estaba lista para recibir órdenes, o dejarse llevar tras el ambiente, todo y cada uno de sus movimientos, ahora eran esclavos de los deseos ajenos.
Musa- Prostituta Clase Media
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Re: Passion is distilled //privado +18
Dejo escapar el aire lentamente mientras clavaba sus azules ojos en los claros ajenos, con aire tranquilo, guiandose a su alcoba, desde luego desentonaba con el decorado del resto del burdel, cosa que no incomodó a la cambiante, que sencillamente paseó mirando todo los tipos de juguetes y vestidos que tenía para dar el mejor de los serviciós, ladeó una leve sonrisa cuando nota las caricias ajenas, Yendra la mira y ladea la cabeza observandola, escuchando lo que dice. -¿Celosa? para mi esa palabra me es muy desconocida...tal vez me la tengas que explicar- Dijo con cierto tono jocoso. Mientras ella se atrevió a algo más y deslizaba con suma suavidad sus dedos por el contorno dibujando las peligrosas y deseosas curvas ajenas, mientras se mordía el labio. - en cuanto a malcriada...eso si puede que lo sea un poco. - La guiña un ojo coquetamente y sigue el apasionado beso que le propina la contraria.
Sonrie divertida mientras deslizaba besos fugaces por el cuello de la damisela que tenía frente a ella, deslizando primero sus labios a milimetros de la piel para notar como se erizaba esta al choque del calido aliento de la rubía, más le sorprendió que no diera ya la suma de dinero total que debía de pagar, eso era algo insolito cuanto menos, pero por otra parte le alagaba el hecho de que dejara eso tan a la elección de la rubia cambiante, pero mentíria si dijera que no fuese algo que la entusiasmara y mas aun le parecía bien e inusual, no había queja, notaba las manos de la contraria sobre su trasero, y ella escondía los dedos de la melena ajena echandole el pelo hacia atras para observar plenamente su rostro mientras se mordía el labio.
Siguió ese encendido juego hasta que la dama se hechó hacia atras y dió las instrucciones para seguir las peticiones y deseos de Yendra, que se retiró y se sentó sobre la cama para comprobar la comodidad de esta, mientras ampliaba la sonrisa observando a la chica que tenía los dedos entrelazados a su espalda esperando la respuesta, pero Yendra se tomaba su tiemepo para ello, la verdad que le apetecía algo un tanto especial. -Dime tu nombre. - Empezó con esa desconcertante respuesta para la dulce cortesana, más seguidamente ladeo la cabeza y abrió sus azules ojos como si estuviera teniendo la mejor idea del mundo. y ciertamente nunca lo había probado, asi que le despertaba ciertas ganas hacero.
-Tengo una idea, un cambio de papeles..- Se levanto y empezó a besar el cuello de la chica, mientras la tomaba delicadamente de la nuca, y de su espalda para obligarla a chocar su cuerpo contra ella, y despues la miró a los ojos. -Yo seré quien cumpla tus deseos hoy, sean los que sean....y puedes ser....- Lame con el filo de la lengua el camino de la yugular, en un total despliegue de instinto animal. - ...desde juegos placenteros o.....- Se separo de ella ladeando una media sonrisa sentandose la cama. - Simplemente poder charlar con alguíen, o incluso escaparnos a meternos en lios dulzura. - La guiña el ojo con ese aire malicioso que desprendia la rubia, y se mordía el labio. -Tú eliges corazón.- Sentenció finalmente la rubia para desconcierto de la hermosa mujer que tenía frente a ella. Aunque ciertamente tenía ganas de yacer con ella estaba dispuesta a hacerlo con una sutil conquista si asi lo deseaba ella.
Sonrie divertida mientras deslizaba besos fugaces por el cuello de la damisela que tenía frente a ella, deslizando primero sus labios a milimetros de la piel para notar como se erizaba esta al choque del calido aliento de la rubía, más le sorprendió que no diera ya la suma de dinero total que debía de pagar, eso era algo insolito cuanto menos, pero por otra parte le alagaba el hecho de que dejara eso tan a la elección de la rubia cambiante, pero mentíria si dijera que no fuese algo que la entusiasmara y mas aun le parecía bien e inusual, no había queja, notaba las manos de la contraria sobre su trasero, y ella escondía los dedos de la melena ajena echandole el pelo hacia atras para observar plenamente su rostro mientras se mordía el labio.
Siguió ese encendido juego hasta que la dama se hechó hacia atras y dió las instrucciones para seguir las peticiones y deseos de Yendra, que se retiró y se sentó sobre la cama para comprobar la comodidad de esta, mientras ampliaba la sonrisa observando a la chica que tenía los dedos entrelazados a su espalda esperando la respuesta, pero Yendra se tomaba su tiemepo para ello, la verdad que le apetecía algo un tanto especial. -Dime tu nombre. - Empezó con esa desconcertante respuesta para la dulce cortesana, más seguidamente ladeo la cabeza y abrió sus azules ojos como si estuviera teniendo la mejor idea del mundo. y ciertamente nunca lo había probado, asi que le despertaba ciertas ganas hacero.
-Tengo una idea, un cambio de papeles..- Se levanto y empezó a besar el cuello de la chica, mientras la tomaba delicadamente de la nuca, y de su espalda para obligarla a chocar su cuerpo contra ella, y despues la miró a los ojos. -Yo seré quien cumpla tus deseos hoy, sean los que sean....y puedes ser....- Lame con el filo de la lengua el camino de la yugular, en un total despliegue de instinto animal. - ...desde juegos placenteros o.....- Se separo de ella ladeando una media sonrisa sentandose la cama. - Simplemente poder charlar con alguíen, o incluso escaparnos a meternos en lios dulzura. - La guiña el ojo con ese aire malicioso que desprendia la rubia, y se mordía el labio. -Tú eliges corazón.- Sentenció finalmente la rubia para desconcierto de la hermosa mujer que tenía frente a ella. Aunque ciertamente tenía ganas de yacer con ella estaba dispuesta a hacerlo con una sutil conquista si asi lo deseaba ella.
Yendra Isley- Cambiante Clase Media
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Re: Passion is distilled //privado +18
Una vez
esta vez...
esta vez...
Quedó perpleja ante la petición de la rubia frente a sus ojos, sinceramente había cumplido muchos caprichos en lo largo de su profesión, pero muy pocas veces se le ofrecía la idea de cambiar de papeles, mucho menos con una mujer, que disfrutaba por completo de recibir estímulo para llegar al clímax de las mejores formas posibles. Estaba un poco anonadada, pero como buena representante de las perversidades de la lujuria dejó aflorar prontamente una sonrisa contra la comisura de sus labios. Lo haría, de hecho, debía hacerlo y la propuesta cada vez comenzó a hacerse más interesante cuando los brazos de la mujer la aferraban a su cuerpo y de nueva cuenta sentía aquella deliciosa anatomía tan pegada a la suya que cada inhalación y exhalación, removía su propia escultura.
Asintió, sin siquiera juzgar sus dichos, de hecho, con esa proposición había perdido todo el hilo de la conversación que se llevaba de ellas hacía atrás ¿Le había dicho algo? ¿Debía responder otras cosas? No sabía, su mente simplemente se quedaba en la idea de que esa noche le pertenecería a las dos y a nadie más. Y así sería, pues ya sea la noche entera, un par de horas, o unos cuantos minutos, haría su mejor esfuerzo para que al recibir placer, también sentir que dejaba cumplido su trabajo con aquella perfecta efigie femenina.
Mientras sentía su cuerpo presionado al ajeno, dejó que sus propias mano viajaran por lo largo de los brazos de la rubia, sujetando sus muñecas para que estas se guiaran hasta el mismo trasero de la moreno, sus palmas abiertas abarcaron toda la figura curvilínea para así mirar a los ojos de la muchacha — Los juegos, las charlas y los delitos pueden guardar tiempo, ahora solo quiero que me haga sentir todos los placeres prohibidos que pueda… — Sentenció, asumiendo el papel que muy pocas veces tomaba. El del mando.
Pero sin perder tiempo en necedades como muchas veces lo hacía, camino lentamente llevando el cuerpo de la mujer consigo hasta caer ambas al mismo tiempo hasta la cama, dónde en un giro rápido de la cortesana dejó que el cuerpo ajeno se montara sobre el propio para nuevamente hacer posesión de la extremidad ajena. Sujetó su mano entre la propia y la llevó a colarse entre su falsa hasta dar roce directo con la tela intima que cubría su feminidad — Hazlo — Murmuró, liberándola de todo agarre. Pues se recostó en la cama como muchas otras veces lo habían hecho con ella. Simplemente se dejaban estar para que ella hiciese con sus cuerpos lo necesario para estimular el placer creciente. Sus manos extendidas libremente a cada costado de su cuerpo y ella con la mirada en la bella mujer que se le montaba.
Musa- Prostituta Clase Media
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Re: Passion is distilled //privado +18
Parece que la petición que hizo la rubia había descolocado o al menos se había salido de lo habitual que solía tener sin duda aquella morena de ojos azules, la cambiante emitió un sonido similar a un ronroneo mientras se juntaba a la otra femina, que aceleró algo la respiración, la dulce femina que la cambiante tenía delante se mostró por unos segundos dominate, al parecer el hecho de salir a hacer trabesuras simplemente o ese tipo de cosas no parecía ahora ser del agrado que pudiera tener en ese momento la preciosa femina de pelo oscuro a la cual ahora mismo contemplaba la cambiante.
Dejó escapar una risita cuando ambas cayeron sobre el blando lecho que sin duda muchos torridos encuentros habría sido testigo, e incluso a la cambiante le hizo gracia ese mismo hecho, donde el aroma a sexo embriagaba los sentidos desde que entró en ese sitio, aunque mentiría si dijese que no era lo que se buscaba.
Rodaron por la cama hasta la rubia quedar encima, mientras dejaba que la mano ajena guiara su mano hasta deslizarla bajo los ropajes, cosa que hizo que Yendra se mordiera el labio inferior mirandola con deseo, olfateando las ferormonas que la hermosa dama emitia en ese momento donde sus dedos serían los considerados y los cumplidos, rió de manera maliciosa. -Tus deseos son ordenes hoy princesa.- Dijo con un tono seductor notablemente. Se dobó sobre ella lamiendo primero ligeramente sus labios, mientras con sus dedos suavemente empezaba a acariciar la intimidad de la femina primero por encima de la tela que cubría esa zona con las braguitas, lo hacía de manera lenta mientras besaba en un calido encuentro de lenguas entre las dos, donde jugaba con la ajena, mientras se mantenía encima como un tigre haría con su presa. -Lo vamos a pasar muy bien.- Le susurró antes de morderle el lobulo de la oreja.
Volvió a besar pasionalmente los labios de la hermosa morena, para empezar a bajar a su cuello, dando suaves mordidas a la mandibula de ella, mientras juguetonamente la mano empezaba a deslizarla en esa caricia continua por debajo de las telas, buscando la intimidad, mientras sus labios acariciaban el cuello con suaves mordidas avariciosas que envolvían el deseo de la cambiante por satisfacer el instinto animal, con la mano que le quedaba empezó a desabrochar buscando una liberación del torso y poder devorar con besos alla por donde la rubia deseasa y así siguiendo las ordenes de la morena, mientras las caricias intimas eran mas intensas, moviendo los dedos con suavidad primeramente.
Dejó escapar una risita cuando ambas cayeron sobre el blando lecho que sin duda muchos torridos encuentros habría sido testigo, e incluso a la cambiante le hizo gracia ese mismo hecho, donde el aroma a sexo embriagaba los sentidos desde que entró en ese sitio, aunque mentiría si dijese que no era lo que se buscaba.
Rodaron por la cama hasta la rubia quedar encima, mientras dejaba que la mano ajena guiara su mano hasta deslizarla bajo los ropajes, cosa que hizo que Yendra se mordiera el labio inferior mirandola con deseo, olfateando las ferormonas que la hermosa dama emitia en ese momento donde sus dedos serían los considerados y los cumplidos, rió de manera maliciosa. -Tus deseos son ordenes hoy princesa.- Dijo con un tono seductor notablemente. Se dobó sobre ella lamiendo primero ligeramente sus labios, mientras con sus dedos suavemente empezaba a acariciar la intimidad de la femina primero por encima de la tela que cubría esa zona con las braguitas, lo hacía de manera lenta mientras besaba en un calido encuentro de lenguas entre las dos, donde jugaba con la ajena, mientras se mantenía encima como un tigre haría con su presa. -Lo vamos a pasar muy bien.- Le susurró antes de morderle el lobulo de la oreja.
Volvió a besar pasionalmente los labios de la hermosa morena, para empezar a bajar a su cuello, dando suaves mordidas a la mandibula de ella, mientras juguetonamente la mano empezaba a deslizarla en esa caricia continua por debajo de las telas, buscando la intimidad, mientras sus labios acariciaban el cuello con suaves mordidas avariciosas que envolvían el deseo de la cambiante por satisfacer el instinto animal, con la mano que le quedaba empezó a desabrochar buscando una liberación del torso y poder devorar con besos alla por donde la rubia deseasa y así siguiendo las ordenes de la morena, mientras las caricias intimas eran mas intensas, moviendo los dedos con suavidad primeramente.
Yendra Isley- Cambiante Clase Media
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Somos cómplices...
los dos
los dos
Oír que la pasaría de maravillas aquella noche fue la gota necesaria para que Musa se dejara llevar por completo por el momento al cual estaba entregada. Aquella rubia sabía lo que hacía, al igual que ella, aunque ésta vez, a pesar de querer corresponder a toda caricia, a todo estimulo, se mantuvo quieta, como principiante, como virgen tocada como primera vez. Disfrutaba de ser receptora de caricias, a decir verdad, muy pocas veces cumplían sus fantasías o simplemente la hacían acabar con un orgasmo glorioso. A pesar de ser una prostituta algo regodeona, solía dar en el gusto más a sus clientes que a ella misma. Quizás por ese motivo cuando una mujer se posaba entre sus sabanas lo disfrutaba con tanta alevosía. Pues adoraba como el éxtasis femenino se transmitía a ella a tal nivel de casi hacer sentir los mismos placeres. Y ahora, entre brazos de quien creía podía manejar a la perfección el arte de los deseos, se dejó llevar.
Mientras las manos de la fémina la recorrían por completo, un ligero suspiro de complacencia abandonaba sus labios. Le gustaba lo que sentía, de hecho, comenzaba a sentirse realmente cómoda junto a los comentarios que prometían mucho más de lo que hasta ahora recién estaba iniciando. Alzó sus manos, pues la dejó con su cuerpo a merced de los anhelos. El sentir el roce de su mano en su parte intima la removió un poco contra la comodidad de la cama, sus dedos agiles jugaban a recorrer cada rincón mientras en un inhalar se vio perdida en un cálido beso que comenzó a subir de intensidad a medida que su mano libre la masajeaba de forma lasciva para incrementar en sí la calentura del momento. Las mujeres sabían lo que hacían, y lo estaba comprobando en ese mismo instante.
Su lengua comenzó a corresponder a cada caricia, a esa batalla que se escondía entre sus labios, pues en un beso apasionado todo se entrelazaba y así mismo lo hacía el sabor a licor que dejaba la rubia en los labios de la morena.
Regresó a un par de besos, mientras sus manos entraban en el juego de caricias, observando claramente como deseaba desprenderse de las ropas que cubrían su torso y mantenían oculto ese voluptuoso par de pechos. Pero antes, y recordando que esta vez quien llevaba el mando era ella, detuvo las caricias de las manos ajenas y negó con una pícara sonrisa entre labios — Desnúdate para mí… luego podrás desnudarme a mí — Murmuró, mientras en un suspiro ahogado que mantenía en su garganta arqueó ligeramente su espalda para estimular mucho más directo el roce de aquella mano juguetona. Mordió su propio labio inferior, y mientras abría mucho más sus piernas, dejó que la efigie ajena se posara entre sus muslos, de rodillas frente a ella que expectante señalaba tan solo con la mirada lo que deseaba ver de primera mano y era aquel similar busto que se encontraba preso de prendas que en el momento, sobraban.
Musa- Prostituta Clase Media
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Re: Passion is distilled //privado +18
La rubia clavaba su mirada en los claros ojos de la joven, mientras se mordía el labio inferior, sus dedos jugueteaban en la intimidad ajena, con caricias sobre esa tela fina que la cubria, para notar como la chica se excitaba aun más si cabía esperar, y así se lo dejó ver cuando la dulce muchacha no pudo resistirse a las atenciones que Yendra la ofrecía y abría más sus piernas, desde luego pidiendo más, pero Yendra era malvada, mucho si asi lo deseaba yu cuanto más deseo percibió paró sus actos sonriendo y colocandose sobre ella para besarla con lujuría, enredando su lengua en la ajena, agarrando sus mejillas para que no pudiera escapar de ella, y dejandose llevar pos su instinto no pudo evitar rozar su cuerpo con el de ella en un movimiento felino, mientras bajó sus besos por el cuello olfateando este para percibir su estado y despues lentamente separarse para ponerse en pié frente a ella, mientras ladeaba una sonsira juguetona.
Hizo una reverencia que mostró mucho de que se dedicaba al mundo del espectaculo por lo exagerada de esta, tras inclinarse ante la dama como si acabara de hacer un numero acrobatico empezó a desabrochar sus ropajes, para lentamente liberar primero la ropa de calle para quedar totalmente en ropa interior, mientras ella misma deslizaba sus dedos por su curvilineo cuerpo con la intención de excitar a la chica, usando su perfección del aura y su olfato para detectar el susodicho estado más claramente, y descubrir en que partes la chica se sentía mas deseosa, lentamente se deshizo de su sostén y sus braguitas, quedando como dios la trajo al mundo, se relamió observando a la dama de pelo negro. - Bien encanto...ahora que ya me has visto...te toca que yo te vea a tí.- Dijo lanzandose sobre ella como lo haría un depredador, pero teniendo cuidado de no dañarla, sonriío de medio lado empezando a deshacerse de la vestimenta insinuante de la cortesana, que se permitía tambien el lujo de desabrochar usando su boca para ello mientras miraba a la chica.
Una vez se deshizo de sus ropas alzó la vista con el sostén de ella en la boca, cogido con sus dientes, para despues dejarlo sobre la cama. -Vaya...esas curvas podrían volver loco a más de uno, eso te lo aseguro.- La guiñó un ojo mientras deslizaba los dedos por el cuerpo ajeno, con delicadeza dibujando el contorno de sus pechos mientras se deslizaba hacía abajo, con la diestra masajeando la intimidad femenina para seguidamente deslizarse con lentitud, y dirigir su boca a la intimidad femenina de la chica de cabello negro, dispuesta a seguir imprimiendo placer sobre ella, mientras masajeaba las piernas de la misma con una mano, y con la otra seguía masajeando su centro lentamente.
Hizo una reverencia que mostró mucho de que se dedicaba al mundo del espectaculo por lo exagerada de esta, tras inclinarse ante la dama como si acabara de hacer un numero acrobatico empezó a desabrochar sus ropajes, para lentamente liberar primero la ropa de calle para quedar totalmente en ropa interior, mientras ella misma deslizaba sus dedos por su curvilineo cuerpo con la intención de excitar a la chica, usando su perfección del aura y su olfato para detectar el susodicho estado más claramente, y descubrir en que partes la chica se sentía mas deseosa, lentamente se deshizo de su sostén y sus braguitas, quedando como dios la trajo al mundo, se relamió observando a la dama de pelo negro. - Bien encanto...ahora que ya me has visto...te toca que yo te vea a tí.- Dijo lanzandose sobre ella como lo haría un depredador, pero teniendo cuidado de no dañarla, sonriío de medio lado empezando a deshacerse de la vestimenta insinuante de la cortesana, que se permitía tambien el lujo de desabrochar usando su boca para ello mientras miraba a la chica.
Una vez se deshizo de sus ropas alzó la vista con el sostén de ella en la boca, cogido con sus dientes, para despues dejarlo sobre la cama. -Vaya...esas curvas podrían volver loco a más de uno, eso te lo aseguro.- La guiñó un ojo mientras deslizaba los dedos por el cuerpo ajeno, con delicadeza dibujando el contorno de sus pechos mientras se deslizaba hacía abajo, con la diestra masajeando la intimidad femenina para seguidamente deslizarse con lentitud, y dirigir su boca a la intimidad femenina de la chica de cabello negro, dispuesta a seguir imprimiendo placer sobre ella, mientras masajeaba las piernas de la misma con una mano, y con la otra seguía masajeando su centro lentamente.
Yendra Isley- Cambiante Clase Media
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Re: Passion is distilled //privado +18
Tu cuerpo tibio...
no, no, no dejes de frotarlo al mio.. sin cesar
no, no, no dejes de frotarlo al mio.. sin cesar
Ver como aquella rubia se desvestía frente a sus ojos parecía ser el mejor de los deleites, bella, sensual, adictiva a ojos de la prostituta que simplemente miraba embobada en parte por la perfección en la cual se deslizaba. Sus propias manos la acariciaban y la morena sentía como si fuese ella misma quien la recorriese lentamente sin perdón por lugares tan recónditos como prohibidos. Sonrió, pues ante la imagen que presenciaba no podía más que detallar con exageración la aceptación de dicho espectáculo tan codiciado. Esperó a que terminara y simplemente mordió el grosor de su propio labio inferior, el contorneo de sus caderas era lejos una sensación deliciosa, tenía a demás decir a la castaña deseosa de sentir aquella suavidad de piel entre sus manos. Y así fue, cuando sintió que a horcajadas se asomaba por su cuerpo.
Sus manos cálidas la recorrían sin pesar, mientras ella simplemente se dejaba recorrer. No habían tapujos, no existían las limitaciones ni mucho menos el pudor. La desnudez de su compañera la tenía al filo de la efervescencia y quería definitivamente mucho más. La ayudó, la ayudó a quitar las prendas que cubrían su cuerpo, lentamente abriendo un par de botones que la rubia no alcanzaba con sus dientes, mientras su respiración chocaba contra el escote de sus senos, mientras sus labios la rosaban y finalmente la desvestían a gusto del cliente. Observó cómo rápidamente se vio en completa desnudes, en similares circunstancias de a quien tenía sobre su propia anatomía. Subió aprovechando ese cálido beso, para dejar que su lengua se uniera a la acción recorriendo hasta el lugar más íntimo de su cavidad bucal. Tenía un sabor a licor añejo, delicioso acompañado con la esencia pura de una rubia muy femenina.
No acotó palabras al momento, simplemente cerró los ojos, arqueó su espalda, abrió sus piernas y dejó que la rubia se colara entre su área más privada, la más íntima, pero no por ello la más secreta. Su trabajo consistía en ello, mismo acto que la alejó de pudores cuando sintió que la mujer se encargaba de generarle todo el placer posible con caricias voluptuosas. Gimió, mientras sus manos se aferraban en puños contra la tela que cubría la cama. Sentía como se humedecía cada vez más ante el contacto descarado de la rubia, mientras se abría un poco más de piernas dejando por completo el camino libre. Gustaba de sentirla, de sentir la calidez de su rostro, las caricias de sus manos, mientras su piel se erizaba del placer, gemía constantemente como también enseñarle a ella que hacía el mejor de los trabajos con sus hazañas.
Peor como buena trabajadora, además de adoptar un papel gustaba de generar excitación en el otro, bajó la mirada al rostro felino de su compañera, dejó que su mano acariciara aquella rubia cabellera para hacerla subir hasta la altura de su rostro — Quiero ver cómo te derrites de placer…— Sentenció, con la idea de que entendiera a lo que se refería — Recuéstate en la cama, y déjame corresponder todo esto — Masculló, mientras sus manos se colaban por la línea de su espalda hasta llegar a sus nalgas, las que apretó con fuerza entre sus dedos.
Musa- Prostituta Clase Media
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Re: Passion is distilled //privado +18
Las manos bordeaban aquel cuerpo femenino, el calor que emitia, sus gemidos de placer que indicaban lo bien que lo pasaba, una mano que deslizó por la pierna acariciandola, mientras que con la otra la subía deslizando dos de sus dedos por el abdomen hasta uno de los pechos mientras notaba como la piel se iba erizando por su caricia con los dedos, donde rodeó su pecho dibujando el contorno de este, lamía lentamente encargandose bien de cada rincon, mientras subía su mirada, observando que la morena estuviera disfrutando, sus instintos animales indicaban de manera reveladora el estado de aquella hermosa joven. Apartó su boca de los labios inferiores y acariciaba de manera delicada su centro mientras sonreía excitandose de la propia obra que estaba haciendo con aquella chica, que gustaba de tenerla disfrutando, quizá algo distinta para ella, ya que ahora la cortesana era el foco de recibir todas las atenciones por los que normalmente ella daba, o eso se imagino que sería asi para ella.
Yendra dejó escapar una risilla picarona mientras le miraba, y ladeaba la cabeza. -Veo que estás disfrutando...- Dijo en un susurro excitado, incluso ella misma había humedecido su intimidad, volvió a bajar a prestar un poco más de sus antenciones, pero notó la mano de la muchacha en su melena rubia reclamando las atenciones más arriba, Yendra se deslizó de manera agil, hasta la altura del rostro ajeno, el cual se avalanzó a besar de manera profunda, dejando que ella misma notase su propio sabor por el juego que hacía escasos segundos, la muchacha se dejo caer encima de ella en una postura algo dominante, mordiendo el labio inferior.
Le gustó la sugerencia, ella rió contra los labios ajenos, que no dudó en morder el labio inferior de esta, pero antes de obedecer su sugerencia, bajo al hermoso busto de la muchacha morena, el cual devoró con suaves besos acariciando la fina piel de sus pechos. Mientras masajeaba lentamente procurando darla el mayor placer posible, seguidamente, aceptó la sugerencia y se recostaba sobre las suaves sabanas mientras le miraba, se mordía el labio inferior, se acomodó entrelazando los dedos tras la nuca dispuesta a disfrutar de cualquier cosa que pudiera hacer. -Veamos que sabes hacer preciosa.- Dijo en un claro deje de provocarla, para divertirse, la noche estaba siendo mucho más interesante de lo que parecía en un principio
Yendra dejó escapar una risilla picarona mientras le miraba, y ladeaba la cabeza. -Veo que estás disfrutando...- Dijo en un susurro excitado, incluso ella misma había humedecido su intimidad, volvió a bajar a prestar un poco más de sus antenciones, pero notó la mano de la muchacha en su melena rubia reclamando las atenciones más arriba, Yendra se deslizó de manera agil, hasta la altura del rostro ajeno, el cual se avalanzó a besar de manera profunda, dejando que ella misma notase su propio sabor por el juego que hacía escasos segundos, la muchacha se dejo caer encima de ella en una postura algo dominante, mordiendo el labio inferior.
Le gustó la sugerencia, ella rió contra los labios ajenos, que no dudó en morder el labio inferior de esta, pero antes de obedecer su sugerencia, bajo al hermoso busto de la muchacha morena, el cual devoró con suaves besos acariciando la fina piel de sus pechos. Mientras masajeaba lentamente procurando darla el mayor placer posible, seguidamente, aceptó la sugerencia y se recostaba sobre las suaves sabanas mientras le miraba, se mordía el labio inferior, se acomodó entrelazando los dedos tras la nuca dispuesta a disfrutar de cualquier cosa que pudiera hacer. -Veamos que sabes hacer preciosa.- Dijo en un claro deje de provocarla, para divertirse, la noche estaba siendo mucho más interesante de lo que parecía en un principio
Yendra Isley- Cambiante Clase Media
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Re: Passion is distilled //privado +18
Cuando con la mirada...
ella me toca
ella me toca
Una vez tendida sobre la cama sabía a la perfección que hacer, aquella fémina le había dado minutos de placer incomparables ¿Y cómo no corresponder? Más que nada, llevaba tan dentro de sí el generar placer en otros que se le hacía imposible la idea de simplemente recibir sin dar algo a cambio. Algo extremadamente exquisito y delicioso a cambio.
Observar aquella perfecta efigie simplemente la hizo desear mucho más lo que tenía en mente, y si antes no se había desvestido por completo, ella lo llevo a cabo de forma muy rápida. Ambos cuerpos al desnudo, piel a piel. Se coló sobre su cuerpo, mientras bajaba sus labios por la línea de su cuello, sus manos, oh, estas no perdían tiempo en acariciar sus muslos, cadera y cintura, presionar aquella piel entre sus dedos con cierto deje de fuerza le daba las razones para continuar. Sus besos rápidamente pasaron a lametones y succiones sobre su piel. No le dejaría marcas, ya que era la primera de sus reglas, pero sí sensibilizaría su piel con la excesiva atención que requería.
Su cuello dejó de ser el principal, sus labios continuaron bajando, mordiendo su clavícula, llegó a sus senos y allí fue cuando sus dedos subieron a acompañar a su boca, jugaba con aquellos duros pezones entre sus dedos, los presionaba, extendía y luego los ocultaba en su boca para que su lengua los rosara lentamente, succionando, mordiendo y lamiendo, así, dando completa atención, fascinada ante su sabor y la voluptuosidad que enseñaba la rubia. Continuó, bajando por su vientre, llegando a su ombligo. Sonrió y alzo la vista simplemente para ver las reacciones en su rostro, en sus gestos. Realmente aquello podría excitar a cualquiera que la viese. Sonrió de nueva cuenta y antes de que sus labios dieran con su intimidad, ésta dejó que sus dedos recorrieran aquella húmeda zona a paciencia propia, sin tapujos no vergüenza.
Dos de sus dedos abrieron con facilidad las pieles de su centro, y mientras se empapaban de la humedad que allí yacía, ligeramente bajaron hasta el inicio de su cavidad, dónde con un par de roces, entraron por completo para penetrarla con suavidad y luego con la insistencia necesaria que requería el asunto. Imitaba perfectamente las embestidas de una unión, entre tanto su boca se hacía agua y se veía obligada a seguir bajando para acompañar a aquella acción. Su lengua saboreó esa humedad, deliciosos fluidos que se perdían en su boca, mientras tanto buscaba simplemente darle atención al bulto que se acoplaba allí, bulto de sensibilidad que en cuanto hizo prisionero de sus atenciones, observó cómo se contraría ligeramente el cuerpo de la rubia.
Musa- Prostituta Clase Media
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Re: Passion is distilled //privado +18
Los dos cuerpos femeninos completamente desnudos, entregandose a los placeres carnales de la una y la otra, la tigresa sabía bien moverse en ese ambito, y desde luego lo estaba demostrando, suspiró pesadamente dejandose llevar por el tremendo placer que le proporcionaba, sin duda sabía donde tocar, donde rozar y donde lamer, la sensación de los labios ajenos pasear por su cuerpo que siempre provocaban el erizar de la piel debido a ello, cerrando los ojos y relamiendose los labios lentamente para terminar mordiendoselos a causa de la excitación que en el momnto tenía por ello, y su compañera al ser una profesional de ello, tambien podía notar la susodicha excitación de la rubia, que la miraba desde su posición expectante con una sonrisa ladina, sin duda en buena señal de que estaba consiguiendo hacer cualquier posible fantasia realidad, y desde luego en esa habitación si que se estaba haciendo fantasias realidad.
La rubia sonreía mirando con deseo a aquella morena deslumbrante y despampanante, donde todas sus curvas eran esculpidas y perfectas, notaba como imitaba con perfectos movimientos lo similar a una embestida de un hombre, y como jugó con sus labios, el extasis estaba a punto de ser servido ahí, sentía como se extremecia por las acciones, incluso empezando a arquearse y a dejar oir sonoros jadeos, mientras miraba aquella mujer que ahora mismo era la diosa de su deseo, le hizo ver que cerca del climax estaba para alentarla a continuar por ese camino que haría que la rubia ascendiera al más absoluto placer, jadea nuevamente, cerrando los ojos, se deshace absolutamente de placer, y con ello las ganas de devorarla, sin duda humedeciendo asi la intimidad en señal del sumo placer que acababa de sentir.
Emitió un placentero gruñido y se alzó mirando con sumo deseo a la morena. -Te toca preciosa.- Fue lo ultimo que alcanzó a decir, para lanzarse sobre la morena con algo de fiereza, a la que devoró sin compasión la boca, en un pasional beso, al igual que la morena había deslizado los labios por el cuerpo de la rubia ahora las tornas se habían cambiado, y le tocaba a la chica recibir su racción de placer, pues para Yendra quien placer dá, palcer recibe, se relamió maliciosa y sus dedos se deslizaron juguetonamente mientras la miraba, quería verla ahora disfrutar a ella, mientras sonreía con picarda por ello.
La rubia sonreía mirando con deseo a aquella morena deslumbrante y despampanante, donde todas sus curvas eran esculpidas y perfectas, notaba como imitaba con perfectos movimientos lo similar a una embestida de un hombre, y como jugó con sus labios, el extasis estaba a punto de ser servido ahí, sentía como se extremecia por las acciones, incluso empezando a arquearse y a dejar oir sonoros jadeos, mientras miraba aquella mujer que ahora mismo era la diosa de su deseo, le hizo ver que cerca del climax estaba para alentarla a continuar por ese camino que haría que la rubia ascendiera al más absoluto placer, jadea nuevamente, cerrando los ojos, se deshace absolutamente de placer, y con ello las ganas de devorarla, sin duda humedeciendo asi la intimidad en señal del sumo placer que acababa de sentir.
Emitió un placentero gruñido y se alzó mirando con sumo deseo a la morena. -Te toca preciosa.- Fue lo ultimo que alcanzó a decir, para lanzarse sobre la morena con algo de fiereza, a la que devoró sin compasión la boca, en un pasional beso, al igual que la morena había deslizado los labios por el cuerpo de la rubia ahora las tornas se habían cambiado, y le tocaba a la chica recibir su racción de placer, pues para Yendra quien placer dá, palcer recibe, se relamió maliciosa y sus dedos se deslizaron juguetonamente mientras la miraba, quería verla ahora disfrutar a ella, mientras sonreía con picarda por ello.
Yendra Isley- Cambiante Clase Media
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Re: Passion is distilled //privado +18
Rimel de miel pa' corregir la tristeza.
Era su turno y definitivamente lo disfrutaría, pues mientras le daba todas sus técnicas de placer a la rubia, se excitaba bajo la misma ansiedad que presentaba su compañera, sentir como se humedecía, como gemía, como su cuerpo se contraía gracias a ella también era parte del placer que se transmitía entre ambas y definitivamente le fascinaba. Mordió sus propios labios cuando escuchó la orden de la muchacha, simplemente se dejó ser bajo sus mano expertas, pues había que admitir que la mujer con quien ahora compartía sabanas era una real conocedora de placeres, tanto ajenos como propios. No lo sentía como un trabajo a decir verdad, pues cuando los encuentros se tornaban como el actual, muchas veces ponía en duda si realmente un trabajo se debía disfrutar tanto ¿Se podría? De nueva cuenta se mordió los labios, sintiendo como se abalanzaba contra ella, mientras respondía a ese caluroso beso intentó manosear gran parte de su desnudo y perfecto cuerpo. Piel caliente y tersa.
Abrió los labios de la fémina con ayuda de los propios, buscó su lengua, la succionó y así, aumentando el beso, jugó con sus labios lo que fueron tan solo un par de segundos, la saboreaba, tanto como ahora saboreaba lentamente el roce de sus manos y la insistencia por darle placer que sin mentir, recibía gozosa y clamosa. Arqueó parte de su espalda, mientras sus senos se veían expuestos al rostro de la rubia, se movía lentamente en un vaivén impuesto para sentir los roces que ella podía dedicarle. Su piel sensible y ella jadeando por más de las atenciones que podía recibir a pleno goce. Parecía ser que se contorsionaba para ella, pero bien sabía la prostituta las mejores posiciones para dar gusto y esa era una de ellas, sintiendo realmente como los espasmos se apoderaban de una figura inerte. Casi como una danza sensual que se llevaba solo contra un catre.
Sus manos bajaron por la línea de su espalda, sus uñas se clavaban sin hacer daño contra la piel de sus nalgas, quería sentirla mientras ella hacía de las suyas con los alaridos de placer de la castaña. Ya había perdido en el juego de llevar el control, pues para ser sinceras, la rubia sabía perfectamente cómo llevar a cabo sus deseos cumpliendo con todas las ideas que tenía en mente la morena que trabajaba encantada aquella noche.
Musa- Prostituta Clase Media
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Re: Passion is distilled //privado +18
Sin duda por algo se podía considerar profesional del sexo, la verdad que la cambiante pocas veces más había disfrutado de un torrido encuentro con otra femina, normalmente era raro encontrar algo como ella, era habilidosa con todo, lengua, manos, labios, roce del cuerpo, la temperatura iba subiendo en ese candente encuentro, incluso se atrevería a decir que había perdido la noción del tiempo, mientras disfrutaba de ese angelical cuerpo que devoraba entre besos, lametazos y suaves caricias, incluso cuando cambiaban los roles, y entonces se iban turnando una y otra para recibir placer por igual, incluso en ese curioso cambio de roles que había propuesto la rubia, ella bien conocía el dicho de quien paga manda, pero no por eso hubiera deseado hacerle a la mujer el encuentro incomodo ni mucho menos, ella gruñia de placer y fruncia el ceño de placer y dejaba escapar ligeros jadeos sonoros que se entremezclaban con los gemidos placenteros que la joven morena la habían provocado, incluso el arquear de espalda en distintos momentos de maximo placer.
La noche había sido dulce, pasional incluiria, mientras la cambiante se desperezaba despertando más del sopor que daba el haber pasado una noche sumamente placentera, se estiró de manera perezosa alcanzando el tanga de la joven acompañante mientras Yendra esbozaba una muy ladina sonrisa maliciosa. -¿Te lo has pasado bien encanto?- Dijo con un ego propio de un felino mientras jugaba con el tanga ajeno entre los dedos colocandose en una postura algo más comoda moviendo una de sus piernas, recordando totalmente a un felino recostado, mientras daba vueltas a las braguitas entre sus dedos. -Una preciosa dama como tú debería dejar de andarse en este sitió y disfrutar su pasión de otras maneras.- Dejo escapar mientras se frotaba los ojos y dando un pequeñ bostezo, mientras miraba el techo, la verdad es que ahora que la pasión y las feromonas volvía a un nivel normal no le importaría conocer un poco más de la joven, la verdad es que la cambiante quería evitar algo frio y distante a lo que seguramente muchos harían.
-Espero que no te moleste mis preguntas encanto, pero no me gustaría tratarte como si fueras un pedazo de carne, no lo eres querida.- Dijo buscando un consuelo para ella si se sentía asi, Yendra entendía que a pesar de esta profesión no eran cosas, aunque muchos tuvieran los sentimientos enterrados por motivos de protección para si mismo, esa manera de mantenerse con los escudos alzados. -¿como acabastes aqui preciosa?- Preguntó con sincera curiosidad, esa joven seguramente tendría más talento que vender su culo a buen precio, culo que Yendra encontraba realmente precioso. -bueno, cuanto te debo...-Atajó a decir por si acaso pensaba que quería escaquearse del pago, no era así pero la cambiante lado una sonrisa maliciosa.
-pero hablame de tí primero.- Su tono sonó notablemente jugueton se podría decir, un tono para que la chica no se sintiera atosigada, no sabe como lo iba a tomar, pero despues de haber compartido semejante intimidad y más de caracter como el que había sido, no quería ser descortes, ni fria, como seguramente lo serían aquellos pomposos engreidos que llegaban mojaban y luego pasaban al olvido, no, todo tenía mucho transfondo en la mayoria de las veces.
La noche había sido dulce, pasional incluiria, mientras la cambiante se desperezaba despertando más del sopor que daba el haber pasado una noche sumamente placentera, se estiró de manera perezosa alcanzando el tanga de la joven acompañante mientras Yendra esbozaba una muy ladina sonrisa maliciosa. -¿Te lo has pasado bien encanto?- Dijo con un ego propio de un felino mientras jugaba con el tanga ajeno entre los dedos colocandose en una postura algo más comoda moviendo una de sus piernas, recordando totalmente a un felino recostado, mientras daba vueltas a las braguitas entre sus dedos. -Una preciosa dama como tú debería dejar de andarse en este sitió y disfrutar su pasión de otras maneras.- Dejo escapar mientras se frotaba los ojos y dando un pequeñ bostezo, mientras miraba el techo, la verdad es que ahora que la pasión y las feromonas volvía a un nivel normal no le importaría conocer un poco más de la joven, la verdad es que la cambiante quería evitar algo frio y distante a lo que seguramente muchos harían.
-Espero que no te moleste mis preguntas encanto, pero no me gustaría tratarte como si fueras un pedazo de carne, no lo eres querida.- Dijo buscando un consuelo para ella si se sentía asi, Yendra entendía que a pesar de esta profesión no eran cosas, aunque muchos tuvieran los sentimientos enterrados por motivos de protección para si mismo, esa manera de mantenerse con los escudos alzados. -¿como acabastes aqui preciosa?- Preguntó con sincera curiosidad, esa joven seguramente tendría más talento que vender su culo a buen precio, culo que Yendra encontraba realmente precioso. -bueno, cuanto te debo...-Atajó a decir por si acaso pensaba que quería escaquearse del pago, no era así pero la cambiante lado una sonrisa maliciosa.
-pero hablame de tí primero.- Su tono sonó notablemente jugueton se podría decir, un tono para que la chica no se sintiera atosigada, no sabe como lo iba a tomar, pero despues de haber compartido semejante intimidad y más de caracter como el que había sido, no quería ser descortes, ni fria, como seguramente lo serían aquellos pomposos engreidos que llegaban mojaban y luego pasaban al olvido, no, todo tenía mucho transfondo en la mayoria de las veces.
Yendra Isley- Cambiante Clase Media
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Fecha de inscripción : 21/01/2017
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