Passion, drive & desire

por **Reeva Argent** Lun Jun 11, 2018 11:53 pm

Cincuenta y cinco días, doce horas, veinticinco minutos… que sencillo es llevar la cuenta del tiempo cuando algo hace falta.

Nunca comprendí los estragos de la ausencia en el ser humano. De todo aquello que me he permitido sentir a lo largo de mi vida, de todo cuanto he probado, quizá, sólo quizá, el vacío de la ausencia es lo único que jamás llegué a experimentar… por lo menos no hasta ahora.

¿Lo he tenido todo? No, mas es difícil extrañar lo que nunca se ha tenido, lo que nunca se ha querido... y, a pesar de todo, si de algo me he de jactar es de conseguir todo cuanto me propongo. Así que ¿qué podría necesitar alguien como yo?

¿Amor? No, demasiado sobrevalorado…

¿Dinero? Tengo más del que necesito…

¿Salud? Aun sigo viva ¿no es así?

¿Venganza? No sufro de ese mal…

Ni siquiera mi libertad es lo que ansío, no, todo ello es demasiado denso y la respuesta a mis problemas es banal. De todas las sensaciones y de todas las drogas, de todas las formas en las que podría destruirme a mí misma y mis demonios ansían embeberse de éxtasis y poder; de todas las condenas, la mía debía ser una ironía y de la peor clase.

Sangre de vampiro.

Han pasado casi dos meses desde la última vez que la probé, más ciertamente lo he sentido como una eternidad. Algunas veces creo poder paladear ese sabor, entre ferroso y dulzón, disolviéndose tras mi lengua, ardiendo en mi garganta, expandiéndose por mi cuerpo, despertando cada sensor, un impulso eléctrico y placentero en cada uno de mis nervios… lo palpo, lo siento, mis pupilas se dilatan, mi cuerpo se estremece, mi mente estalla y luego... luego desaparece.

No lo soportaba más, tuve que pedir ayuda, tuve que decírselo a Bastien, rogarle que mantuviera silencio. La inquisición no acolitará falta semejante, no de mi. Me he encomendado al servicio de Dios a la fuerza y he cedido a los placeres del diablo, ese demonio milenario al que le he vendido mi alma y no por azar o casualidad mas por que estaba marcado en mi sino.
El dolor y la fiebre han mermado con el paso del tiempo, mas la abstinencia es tenaz. Siento como se me desgarra el interior, como las entrañas me escocen y el gaznate me arde. Me siento débil. Lo extraño y no se que hacer.

Hace dos días recibí una misiva de Hyun... destruía la carta, quemé el papel, pero lo hice después de leerla ¿cómo olvidar lo que ya se ha visto?

Él quiere volver a verme, dice que tiene una propuesta para mí ¿cómo me niego? Aún tengo una hora para decidir, más dudo que pueda resistir. Lo necesito y a pesar de que no quiera, me conozco y sé que haré hasta lo imposible por degustar mi maldición una vez más, incluso si aquello condena mi alma por la eternidad.

Ahora mismo no importa el precio a pagar.