Triste Amanecer [Anuar]

por **Sophia D'Luca** Vie Dic 03, 2010 8:45 am

Recuerdo del primer mensaje :

Los primeros rayos de luz comenzaban a tocar París, iluminando todo a su alrededor, el silencio era mas latente aquellas horas de la mañana, el frió calaba en mi cuerpo fuertemente el otoño era traicionero para animales como yo, me levante con cuidado el bosque parecía tranquilo, en paz, no como aquella noche que había juntado a dos bestias, y también a dos personas singulares.

Comencé a caminar hacia la ciudad con gran dificultad, mi compañera o mejor dicho la persona que me había cuidado por la noche había desaparecido así como había llegado, sabia que estaría bien aquella mujer… no podía llevar mi transformación a cabo ya que no quería correr riesgo, mi pelaje estaba manchado de sangre, mis músculos estaban contractura dos y aun tenia una herida a la altura de la costilla. Llegue a la ciudad aun dormida, y me introduje entre calles hasta llegar a mi hogar… no sabia si estaba el pintor, pero necesitaba un refugio urgente.

Empuje la puerta defectuosa con mucho cuidado para no despertar a ningún residente de aquel lugar, subí las escaleras con dificultad, cada paso que daba hacia que el dolor aumentara, a penas llegue al tercer piso donde la puerta estaba media abierta, entre dejando caer mi cuerpo, fuerzas casi no tenia…

por **Sophia D'Luca** Vie Ene 07, 2011 3:10 pm

- Pintor, si me ha dicho su nombre no lo recuerdo y si no me lo dijo fue por que no era el momento ni la ocasión, me vio como Leis {guepardo}, como un simple animal... no cualquiera habla con uno - si de eso si me acordaba, no me había visto como humana estaba segura de aquello, mi poder mental mas el poder físico me lo había impedido de cierta forma, y aunque sabia que ella me había ayudado sabia también que poseía un Don especial, me había curado, las primera heridas estaba segura de aquello, esto ultimo me lo guarde.

- No tengo hambre - moví la cabeza de lado a lado, en realidad por mas que mi estomago crujiera mi mente me engañaba diciéndome lo contrario o al menos así lo creía yo, la fiebre bajaba lenta pero segura, el dolor incesante cesaba aunque tenia claro que tendría ese dolor por mucho mas tiempo. Seguí negando con la cabeza cuando lo vi con la naranja, no quería comer no.

Si bien el pintor siempre se mostraba frió con sus sentimientos hacia el vampiro no podía esperar que me contara algo mas de aquella relación, de la cual yo no tenia nada que decir, por que solo eramos eso compañeros de casa, los cuales nos hacíamos compañía en los momentos en que la soledad nos inundaba. Una extraña relación para vivir con alguien suspire y llebe una de mis manos a la herida que parecía suturarse... sentía dolor aun pero mas soportable que hace algunas horas.

por **Anuar Dutuescu** Sáb Ene 08, 2011 12:00 pm

Bajo la mirada distraídamente jugando con el fruto que entre las manos llevaba, meciéndola de un lado a otro con el impregnante olor de los cítricos comenzando a escocer en su nariz, el naranja despampanante de la fruta daba a indicar que quizas solo aquel dia y uno mas estaría en su punto, después se volveria vieja y aguada, los gajos y jugo en su interior sabrían a nada y las manchas en su cascara comenzarían a hacerse visibles como las arugas lo que antes hubiese sido una tersa y clara piel, la vejez comenzaba a agobiarle un poco.

-facil era suponer aquello…lamento haber preguntado una obviedad- murmuro dejando el fruto en el mismo lugar del cual lo habia tomado, porque no tenia mejor comida que aquella para ofrecerle quizas, de haber preparado un caldo de cerdo y verduras Sophia hubiera aceptado la invitación a comer sin dudarlo dos veces porque el olor que a su nariz hubiese llegado seria otro muy diferente al que la naranja le producía, haría rugir su estomago y mover su interior, era una lastima que el dinero y talento culinario no estuviesen a su favor.

-seguro que si la tienes acaba tu estomago de producir una sinfonía pero no puedo obligarte a comer ¿cierto? Ya lo haras cuando quieras- asevero sentándose con cuidado sobre la cama porque recordaba los días e su infancia en que enfermaba, su madre nunca le hacia dichosos caldos y su padre jamás revisaba su bien, solo su hermana y sus imaginarias medicinas le aliviaban y aquello en tiempo de trabajo, cuando su padre no la alejaba a regañadientes explicándole que podia enfermar como su desdichado hermano, que debía mantenerse lejos sino quería pasar los siguientes días en cama y entonces, obediente, le volvía a dejar en soledad el no haría aquello, se quedaría con Sophia hasta su mejora.

-hace mucho que no nos ponemos a hablar…¿Qué a ocurrido con tu vida?- le cuestiono con curiosidad observando el techo.

por **Sophia D'Luca** Dom Ene 09, 2011 4:42 pm

Lo mire con admiración sentirse en casa era lo único que siempre había pedido en muchos años y hoy así se sentía, el calor de un hogar, un techo del cual estaba agradecida al cual podía llegar siempre, y esperaba que así fuera no por siempre pero al menos por el tiempo que me quedaría en aquel lugar o hasta que tuviera mi propio hogar, suspire y lleve una de mis manos hacia mi cabeza dejando caer mis cabellos sobre uno de mis hombros y entre cruce mis dedos.

- Cuando me sienta mejor preparare algo para comer - sonreí ampliamente, sabia que el no sabia cocinar mas yo si lo sabia - quiero un poco de leche, creo que en la despensa aun queda, ¿me podrías traer? - dije suavemente, mientras se me quedaba lo ultimo que había dicho; eso me había emocionado me gustaba hablar pero casi nunca lo hacíamos quizás por tiempo o por que se yo, me quede esperando a que llegara, y cuando lo hizo volví a sonreír, creo que ya hasta me sentía de mejor animo.

- Creo que nunca hemos hablado mucho de nosotros, pero mi vida... mi vida - dije suspirando - hace dos días conseguí trabajo en un restaurante del centro de Paris, como ayudante de cocinero - dije con cierto toque de emoción hacia mucho que quería un trabajo y en todos la paga era muy mala - Así podre, traer algo de comida - levante mis hombros con algo de dificultad ya que hacia que la piel de mi herida se estirara y me doliera.

- ¿Y has pintado mas cuadros? - termine por preguntar.

por **Anuar Dutuescu** Dom Ene 09, 2011 10:51 pm

Asintio levantándose para rebuscar entre los estantes algo de leche, solia guardar para Lit inclusive le habia comprado un tazón que ahora no podia usar por obvias razones, rebusco un cuenco en el cual darle de aquel liquido blanco y se vio alegre de encontrarlo en los estantes inferiores, vertió el contenido en el cuenco regresando donde Sophia y entregándole con manos temblorosas el recipiente, porque no estaba seguro si debía o no brindarle su ayuda para empinarlo sobre sus labios y beber asi de el.

-que increíble…nunca me has cocinado nada- asevero con tranquilidad porque como todo habia salido menos como un reproche, no era capaz de reprocharle nada a aquella persona que por primera vez en tanto años le habia hecho anhelar su regreso porque en silencio esperaba encontrar alguna pista de su arribo por la noche cuando bien entrada la obscuridad le incitaba a entregarse a Morfeo y rastro alguno de la minina habia aun, añoraba entonces estuviese bien y regresara en poco tiempo a aquel su humilde techo.

-no debes preocuparte por mi, que la comida sea para ti- susurro sonriéndole de medio lado emancipando la sonrisa con su ultima cuestión, el tema no le agravada del todo –creo que dejare de hacerlo como una vocación y lo volveré un pasatiempo, fui muy iluso al creer que con ello podría vivir- asevero encogiéndose de hombros con cierto gesto de melancolía en su rostro y una mirada que intentando no existir no podia evitar poseer –los pintare si…pero no ahora, cuando consiga trabajo comprare lienzos hasta entonces todo lo que tengo es mi cuadernillo y carboncillos- se encogió de hombros sin mayor preocupaciones, suponiendo que debía ir en busca de algun medico aunque su conocimiento al respecto se reducia en dos personas; la bruja Galatea a quien no habia vuelto a ver y Erkki.

por **Sophia D'Luca** Lun Ene 10, 2011 9:10 pm

Levante el cuenco con leche y me lo bebí de un sorbo, en realidad amaba la leche tanto como Lit o como Yo o como sea, pensé en lo que dijo sobre que nunca le había cocinado, - Siempre quise cocinar algo para ti pero ya sabes, los pocos medios que ambos tenemos -levante o al menos intente levantar mis hombros y sonreí suave, - Y si traeré comida para los dos, por que tu estas muy delgado y yo voy por las mismas, así podrás probar mi mano - en realidad si quería eso, quizás algún día prepararle una cena especial para el y mmm no creo que el vampiro coma pero una cena para ellos, me deje guiar por mis pensamientos un momento.

Tosí un poco, en realidad había sido como un impulso involuntario de que no tenia idea pero seguí tosiendo por escasos segundos, pare ya que aquella tos me hacia doler el sector donde tenia aquella herida, aquella sutura artesanal. Una lagrima solitaria rodó por mi mejilla si aquello me había causado dolor, la seque rápidamente esperando que Anuar no se diera cuenta.

- ¿ Algún día pintarías algo para mi? los pocos cuadros que vi me gustaban - dije lentamente intentando de no volver toser de nuevo - te cuento algo, cuando llegaba y tu no estabas me pasaba el día mirando aquellos cuadros, y no se si te contó el vampiro de una sorpresa que te tenia... - dije recordando el desastre que había causado aquel día que me encontró el vampiro casi ahogada en la pintura, por aquellas rebeldes palomas. En realidad ese día sirvió de acercamiento entre nosotros, aunque si debo admitir sin la ayuda de el aun estaria entre aquella tela, me quede pensando en ese dia y la sorpresa que le tenia a Anuar.

por **Anuar Dutuescu** Mar Ene 11, 2011 4:54 pm

-seria grandioso…pero no necesitar trabajar por necesidad pronto conseguiré un trabajo lo prometo- asevero, porque seguramente no les perdonarían otro mes de renta y si no tenían aquel piso para vivir no podrían dormir sino en las calles y no podría permitirse hacer que Sophia volviera, a aquel sitio que a tajos se caia, del cual la habia rescatado se encontraban ahora en un lugar seguro y de aquella forma debía permanecer, seguros.

Su tos le revolvió las entrañas, pensó que quizas estaba peor de lo que a simple vista podia percatarse, quizas alguna costilla le estaba oprimiendo los pulmones y con prontitud y sin poder contener aquello terminaría perforándole alguno, entonces si no tenia idea de cómo actuar, debía llevarla con algun doctor y no importaba cual.

-algun dia…- repitió sonriendo de medio lado con una mirada ausente y un gesto preocupado surcando su rostro de hito en hito porque no podia esconder el temor de que algo mas grave le ocurriese, suficiente tenia con verla en aquel estado sin poderse levantar por su cuenta, con el cuerpo adolorido porque estaba claro que no se dolia por el dolor que la acción suponía ser.

-¿una sorpresa?...creo que no ¿Qué era?- le cuestiono con curiosidad sentandoce nuevamente sobre la cama, procurando no hacer movimientos demasiado bruscos que terminaran doliendo en las heridas y carne abiertas, apoyo su mano sobre la pierna de la cambiaformas bajo la tela, apretándola con suavidad y soltándola, quizas en un errado intento de comunicación, quería que supiera que ahí estaba y que no la dejaría sola quizas, era demasiado utópicas sus palabras ¿habia estado cuando la atacaron? No…no estaba cuando le habia necesitado ¿Cómo podia entonces suponer que estaría en futuras ocasiones?

por **Sophia D'Luca** Mar Ene 11, 2011 7:43 pm

La tos no me paraba y hacia que me doliera el cuerpo entero de pies a cabeza, a estas alturas tenia ya todo el cuerpo lleno de hematomas, había sido una lucha de vida o muerte me afirme el estomago o al menos hice el intento de aquello, mis costillas me estaban matando o al menos eso era lo que creía, suspire intentando calmarme tanto el dolor como aquella tos, necesitaba algún medicamento o a alguna hierba para calmar mi dolor.

- Por ahora yo puedo ayudarte con el pago de la renta, según me dijo el que sera mi jefe tendré una buena paga – sonreí suavemente pero en realidad el dolor poco me dejaba pensar - Este es mi hogar y me gusta vivir aquí - dije algo avergonzada, era muy cierto había tenido ofertas de irme a otros lugares pero sentir las caricias de Anuar, sentir que llegaba a este lugar y sus acariciaba era lo que mas me gustaba era mi compañero, mi amigo.

- Un día de suerte, vendí unas joyas que tenia, me compre algunas cosas para mi y un regalo para ti un atril y unas pinturas, la idea era que tu llegaras y las vieras cubiertas de una tela blanca, pero... ocurrieron algunas cosas que bueno termino con toda la sorpresa - hice un gesto de negación, aunque era algo chistoso a final de cuentas la sorpresa se la llevo el vampiro. - eso era mi sorpresa, bueno en realidad termino hecho un desastre, entraron una palomas y yo estaba como Lit y no me pude aguantar y las espante… y volaron por todos lados y bote la pintura y quede manchada, rompi el atril y quede envuelta entre las telas y la pinturas y casi me ahogo… fue ahí cuando aparecio el vampiro - baje mi vista a las colchas que me cubrían y las apreté suavemente sentía un dolor agudo y no sabia como hacer que todo aquello parase... - Me duele mucho - dije quejándome de lo que sentía. - c reo que esto es grave - termine diciendo, verlo ahí sentado junto a mi me confortaba, me hacia sentir importante,y si alguna vez le pasaba algo a el yo le cuidaría de igual forma, era mucho lo que le debía.

por **Anuar Dutuescu** Vie Ene 21, 2011 11:05 pm

No recordaba que Soren le hubiese hablado nunca de aquel regalo aunque quizas el recuerdo se habia perdido solo debido al nerviosismo y angustia que se revolvían constantemente en su interior sin dejarle sentir po un segundo que no existían ahí dentro. Relamio sus labios mesándose los cabellos azorado, por la cantidad de opciones que tenia y lo nulo que era su razonamiento al tener que trabajar con rapidez, conocía por libros y experiencias que habia personas que reaccionaban mejor ante el miedo o la presión mas, indudablemente, el no era una de ellas.

-no debiste haberlo hecho…era tu dinero- murmuro sonriendo de medio lado, tan pocos regalos le habían dado a lo largo de su vida que se sentía incapaz de reaccionar alegremente ante uno y aquella sonrisa le habia flaqueado, no debía haber sido, debía mostrarse reacio y quizas asi la próxima vez se comprase algun lindo vestido o zapatos resonantes, quizas pescado fresco o frutas de temporada, desconocía aun muchos de los gustos de la cambiaformas pese y a , vivir bajo el mismo techo, el cual no debía olvidar comenzaba a caerse a pedazos.

Se mordió el labio inferior observando a través del ventanal, seguramente el podia encontrar ya, con la luna indicando ya una noche adentrada –debes aguardar, prometo regresar con alguien- murmuro inclinándose sobre el magullado cuerpo de Sophia sin rozarlo ni por error, beso su frente semi fría y salió dando saltos sobre los peldaños, brincando aveces dos y a veces tres, necesitaba ir, llegar y volver en el menor tiempo posible, necesitaba buscar un medico y cierto era que solo a uno conocía pues si enfermaba pasaba los días en cama hasta aliviarse mas aquello que Sophia tenia aparentaba no quitarse con reposo.

Anduvo por las calles, escuchando el latir de sus zapatos contra el empedrado, con las calles como listones luminosos y el gélido aire aferrándose a su cuerpo como tétricas manos de ultratumba, doblo, observo y anduvo por varias calles y otras tantas no, doblo, observo y siguió andando rebuscando en sus memorias el sitio al cual habían asistido aquella noche y una siguiente, mas la segunda vez no se habia percatado del momento de arribo, alzo la mirada observando el tejado del cual habían saltado o por lo menos una parte del mismo. Golpeo la puerta con los nudillos esperando alguien abriese, hacia quizas medio año, y esque no le gustaba contar el tiempo, habia conocido y odiado a las enfermeras de aquel sitio, quizas lograrían reconocerle, quizas no ¿y como pedirle por ayuda para un tercero? No estaba del todo seguro y cierto era que tampoco le importaba, era la vida de Sophia la que estaba en juego –Erkki- exclamo desde afuera tocando nuevamente.

por **Erkki Aliranta** Lun Ene 24, 2011 9:44 pm

(( Super Erkki to the rescue! ))

Aquella había sido una buena noche, de las pocas noches tranquilas en el hospital. Últimamente le llamaban mucho del hospital principal y pasaba más tiempo allí que en el sanatorio. Quizás era por la falta de médicos expertos en la región, de cualquier manera, aquella noche había sido llamado al hospital para atender a un hombre al que en una pelea en un bar, le habían enterrado un cuchillo en el costado. Demasiada sangre había perdido al ingresar, así que nada había podido hacer por él y el pobre hombre murió media hora después.

Se encontraba en el hall de hospital, buscando quien le ofreciera un café, puesto que no veía a ninguna de las cocineras o sirvientas del lugar por ningún lado. Maldita sea con el café, pensaba, por culpa de Soren ahora se sentía como un adicto. Entonces mientras merodeaba por ahí en busca de un cuenco con que recoger algo de agua para prepararlo, escuchó los fuertes gritos que llevaban su nombre desde afuera del lugar. Las enfermeras se giraron algo sorprendidas por la intromisión y el vampiro corrió rápidamente a abrir la puerta.

Iba vestido con su habitual ropa de doctor, era casi como un uniforme, con el largo delantal blanco escondiendo modesta ropa clásica debajo. Sus ojos se abrieron con sorpresa al encontrar al bocadillo artistico que no se había podido merendar la otra noche en su consultorio. ¡Valla cosas!. el destino me lo sirve en bandeja.

- ¡El pintor de Soren! - Exclamó parpadeándo rápidamente - ¿A que debo tan inesperada e inusual visita? Soren no está aquí si vienes a buscarlo, no creas que ando con él a toda hora, como podrás haber notado, no necesitamos estar juntos en cuerpo físico para estar ser unidos -

por **Anuar Dutuescu** Lun Ene 24, 2011 10:34 pm

Sus cejas se alzaron ante aquella “bienvenida” que más que hacerle sentir a gusto le obligo a imaginarse a si mismo con alguna correa hatada a la muñeca y sujeta al vampiro del cual se hacia mención ¿su pintor? Decirlo el y pensarlo, saberse un objeto del ojiazul y que este a su vez aceptara anhelarlo como uno le resultaba agradable, un calor hogareño lamia su vientre en aquellas ocasiones, escucharlo de labios de un ajeno no le hacían sentir sino parte de alguna colección de sentimientos y emociones amplificada a lo largo de los años, negó, agitando sus rojizos cabellos de un lado a otro para hacer dichas dichas cuestiones y casi le pareció haber visto como formaban plastas de masa negra en la zona aledaña a sus pies.

-no lo e venido buscando a el- asevero en voz baja observando por encima de su hombro y seguidamente con un esfuerzo descomunal aquellos escarabajos petrificados que se le antojaban como dagas sinuosas, que atravesando su cuerpo lograban herir mas allá de lo físico –en todo caso no vendría aquí a buscarlo- susurro, porque las ofensas y frases agresivas solian aflorar con mayor facilidad en presencia de aquel vampiro al que si bien no debiéndole nada le sentía una eterna gratitud y quizas se debía al hecho de que por el Soren se encontraba hoy dia a su lado.
Entro sin ser invitado porque los nervios no le permitían pensar con claridad y dejaban todo rastro de educación de lado, como si jamás le hubiesen enseñado al respecto –necesito tu ayuda- asevero sin mirarle porque sentía que de hacerlo comprendería las cosas mas obscuras que en su interior habitaban y eran con personas como aquellas por las que su flequillo seguía intacto sobre su frente, era en momentos como aquellos que agradecía de poseerlo.

Mordió su labio inferior ladeando el rostro de un lado a otro con el remordimiento de un primer encuentro nada placentero, se aseguro por medio de sus sentidos que no fuesen los únicos en aquel lugar ¿no habia querido asesinarle la ultima vez? Por lo menos eso le habia dicho –se que no nos llevamos nada bien, pero no te e venido a pedir ayuda para mi sino para una amiga- le explico escupiendo las palabras sobre el suelo, bajo sus uñas yacían restos de sangre seca y esque no podia hacerse llamar a si mismo un doctor en todas sus cualidades, su tacto siempre firme temblaba en la presencia de heridas graves, su cuerpo no cesaba de bambolearse como aquella ocasión en la iglesia.

Trago en seco observándole con seriedad, aguardando alguna respuesta aunque quizas lo que recibiese fuese una sorna cargada de ironía y sarcasmo.

por **Erkki Aliranta** Mar Ene 25, 2011 11:46 am

Se estaba sintiendo como un chiquillo. Y pocas veces podía decir que él en todas sus facultades mentales se sentía de esa manera. Alzó una ceja con desconcierto cuando Anuar reveló que no venía a buscar a Soren y seguidamente decía que le necesitaba a él. El humano entró y Erkki no tuvo más remedio que entrar después de él. ¿Una amiga? Casi rió, pero se aguantó, su descaro no conocía límites. Primero le salvaba la vida, luego en una segunda oración volvía a salvarle y además de eso ayudaba a su amigo el tal Eric y ahora volvía con una nueva paciente.

Erkki, debes cobrar buenos honorarios. Esto es el colmo. Si bien no necesitamos dinero, tampoco trabajaremos gratis.

-¿Tiene esto que ver con mi chiquillo? - Preguntó, porque seguramente Soren estaba detrás de aquel nuevo incidente de alguna forma, Erkki sabía muy bien la mala suerte que perseguía a su 'hijo' como una maldición. Pero esa mala suerte había aumentado con la presencia de Anuar. Era como si ese pintor le volviera más torpe e idiota.

Se llevó las manos a la cintura observando de arriba a abajo a Anuar. ¿Como es que le gustaba un chico como ese en primer lugar? Anuar era demasiado delgado, demasiado demacrado, demasiado peludo, demasiado narizón, sus ojos demasiado amarillos, demasiado apático e inexpresivo... ¿Que demonios era lo que le gustaba?.

¡Hubiéramos podido conseguirle una buena mujer! ¿Recuerdas a Madame Alice? Como estaba de buena, tenía las tetas más grandes de toda Suecia. Y el tonto de tu hijo viene a conseguir a un chico flacuchento como ese. ¡Ay señor cuando aprenderá!.

-¿Que necesitas exáctamente? ¿Donde está ella? - Dijo al fin alejando la voz de su cabeza para prestar atención al detalle de la sangre que se escondía entre sus uñas. El vampiro tomó una de las manos de Anuar sin previo aviso y acercó su nariz contra los dedos aspirando fuertemente el olor de aquella sangre.

¿Animal? ¿Una gata? ¿Parezco un veterinario?.

(( xDDD ))

por **Anuar Dutuescu** Mar Ene 25, 2011 12:18 pm

¿Su chiquillo? Una sonrisa involuntaria afloro de sus labios y sus ojos destellaron por unos instantes pues se obligo a si mismo a recobrar la compostura en cuestión de segundos. Supuso que aquellas palabras eran referentes a Soren pues al ser su mentor y creador debía verle como un hijo aunque ciertamente hubiese esperado todo menos aquellos, los vampiros que el ojiazul describía se le antojaban como despiadados amos.

Se quedo observando la nada misma hasta que la mirada del vampiro le hizo voltear a verle y su sangre se helo por unos instantes, se olvido de respirar y sus mejillas se ruborizaron al instante ¿le había examinado acaso? Y de forma irónica y poco usual si imagino aquello como una usual visita a la madre de su novia aunque y en este caso los géneros no eran los debidos mas tampoco los deseados, relamió sus labios intentando omitir tal acción e intentado no cometerla el mismo.

-esta en mi piso- le indico cuando la mano de Erkki afianzado la suya con nula delicadeza -es una cambiaformas y fue atacada por un hombrelobo- le indico esperando soltase su mano para poder alejarse varios pasos de su presencia, le turbaba su estancia en aquel lugar recordaba cierta ocasión en que el vampiro frente a el habia terminado con un bisturí en el cuello y una promesa jamás cumplida, cualquier precio…

-creo que tiene algunas costillas rotas y fiebre desde hace horas, intente arreglarlo pero no soy médico…y eres el único que conozco- asevero en voz baja como si el hecho de tener que pedirle ayuda fuese el acto mas vergonzoso en su existencia y quizas de no ser Sophia quien le necesitaba hubiese preferido no dejarse ver por aquellos sitios. Parpadeo repetidas veces relamiendo sus labios nuevamente, aguardando por una negativa o una aseveración ¿una negativa? No aceptaría un no por respuesta.

por **Erkki Aliranta** Mar Ene 25, 2011 12:59 pm

Ah, una cambia formas. Eso explica el olor de su sangre. Pensó mientras le escuchaba hablar. Otro ataque de licántropo, habían muchos últimamente, quizás era culpa de la luna llena, aunque había escuchado que aquellas criaturas que cambiaban como animales diferentes a lobos no se llevaban muy bien con ellos. Algo de culpa debía tener esa gata.

Anuar parecía en definitiva muy decidido, pero podía notar el miedo en sus ojos así como el nerviosismo, para que fuera buscarle aún cuando le había amenazado de muerte en una ocasión era porque la mujer era importante.

¿Y si tomamos esta oportunidad querido Erkki? Vamos, puedes hacerlo, pregúntale... sólo dilo.

La voz femenina siseó detrás de su oreja y como siempre el vampiro no pudo negarse a su seductora voz. - ¿Y si te digo que hay una condición para que le atienda? - Comentó, sus ojos negros volviéndose aún más negros, tanto como el petróleo mismo – Porque... se que no puedes pagar mis honorarios y probablemente ningún otro doctor en este lugar sepa atender una herida causada por un licantropo... -

Dejó que sus palabras causaran efecto en el chico. Aquella era una oportunidad única para separarle de Soren. Anuar no le convenía a Soren en primer lugar. ¿Como podría convenirle estar con un jovencito como él?. No, Soren merecía a una bella mujer, alguien que lo amara con sinceridad, alguien con quien pudiese tener un futuro. Una vampireza por supuesto. Pero no un humano. Anuar no podría nunca entender la mente de Soren, ningún humano con su limitada psiquis podría ¿Y como podría estar seguro de que aquello que Soren sentía por Anuar era realmente amor?

No. No es amor, es un simple capricho. Los vampiros no podéis amar. Soren sólo está confundido y ciego por alguna razón.

- ¿Y... si te pidiera que dejaras de ver a Soren por un tiempo? - Dijo al fin, impulsado por aquellas voces en su cabeza que siempre aparecían para guiar sus acciones, voces que nunca le habían defraudado – Sabes que... sólo quiero lo mejor para él, porque soy lo más cercano a un padre que podría llegar a tener... le conozco casi tanto como a mi mismo... vuestra relación... no tiene un buen futuro – Su voz sonó sorprendentemente calma ahora, ya no había rastro de sarcasmo, aquello era sinceridad pura, porque Erkki realmente lo creía así.

por **Anuar Dutuescu** Mar Ene 25, 2011 1:26 pm

Le miro con desdén ante aquella aseveración porque si bien verdadera no era agradable escuchar de oídos de alguien mas que necesitaba la ayuda de quien no le agradaba para solucionar un grave problema, mucho menos si aquel quien le decía era precisamente la persona a quien en un gesto de desespero habia ido a pedir socorro –necesitaría escuchar antes dicha condición- asevero cruzándose de brazos con el rostro severo y la mirada ennegrecida por la sombra que su flequillo proyectaba en la parte superior de su rostro.

Su palpitar se volvió tumultuoso al escuchar aquella condición y su rostro antes lívido adquirió el color de un durazno maduro, no podia dar crédito a lo que sus oídos estaban escuchando -¿y quién podrías ser tu?¿un profeta para predicar nuestro destino?...- apretó los dientes observándole con molestia aunque sin marcharse de aquel lugar porque cierto era que solo el podia ayudar a su joven compañera, solo en el yacían los conocimientos para salvar su vid ay no deseaba asi le sucediese algo malo a Sophia ni mucho menos que en sus manos cayese la sangre de su muerte.

-y en todo caso ¿esperas que con ese tiempo de ausencia logre conocer a alguien más? ¿o que logre así olvidarme? No comprendo tu petición y me parece cobardía ¿tienes miedo de que lo hiera o lo aleje? – comenzó a hablar convulsivamente presa de la molestia, arrostraba el impulso de salir de aquella estancia azotando la puerta tras de si y anhelaba la iluminación en los bienes de la medicina, porque de saber medicina no necesitaría guardar esperanzas en quien no las mecería. Se paseo por la habitación mesándose los cabellos como un caballo piafando, se movia con nerviosismo.

-¿Por qué me pides algo asi? De quererlo hubieras podido hacerlo desde un inicio me hubieses podido alejar pero me dejaste aprender a amarlo, me dejaste acostumbrarme a su compañía y ahora pretendes que lo deje, y con trucos tan bajos como el engaño mismo y ante la necesidad de ayudar a un amigo- observaba el suelo mientras pronunciaba dichas palabras -¡es repugnante tu forma de actuar!- dictamino deteniéndose -de débiles y cobardes, porque ante la necesidad decirte un no seria tan bien cobardía- suspiro ladeando el rostro con esfuerzo.

por **Erkki Aliranta** Mar Ene 25, 2011 2:36 pm

Erkki siguió con la mirada al humano, notando como progresivamente se le colmaba la paciencia. Había sido duro, oh si, pero era necesario. Los golpes fuertes te ayudaban a descubrir la verdad descocida dentro de ti mismo. En un estado de tranquilidad y con una taza de leche tibia en tus manos, podías asegurar que conquistarías al mundo si fuese necesario ¿Pero eran reales tus sentimientos aún bajo presión?. Eso quería comprobar el vampiro empujando a Anuar al su límite.

¿Que tanto quieres a Soren? ¿Que estarías dispuesto a sacrificar?

-Llevo... 285 años de conocer a Soren – Comentó con una voz serena y amortiguada – Creo que puedo saber que le conviene y que le hace feliz... - Erkki se recostó en uno de los escritorios con absoluta calma reflejada en su semblante – Aún siendo humano, estuve siguiéndole por casi 10 años en silencio, le observaba, le entendía... y entonces le ofrecí la vida eterna cuando cumplió 24 – Explicó, aquel era más que tiempo suficiente para lograr conocer a una persona.

-Ponte en mi lugar – Prosiguió sin perder el control sobre sus emociones aún cuando Anuar parecía estar a punto de girarse y golpearle en la cara – No se si puedas comprenderlo ¿Has sido padre? No lo creo, este es un sentimiento muy parecido, siento la necesidad de protegerlo, porque es sangre de mi sangre ¿Entiendes?, esto no es cobardía, no es un truco bajo, es simplemente la preocupación de un hombre por su vastago -

Anuar parecía muy consternado ante aquella petición y por lo visto la mujer gata debía ser bastante importante para él como para que se lo estuviera pensando detenidamente. Pero Tía Loviisa tenía razón. Ella siempre la tenía. No podía confiar ciegamente en Anuar, porque no le conocía, debía demostrarle de alguna manera que era bueno para Soren, de lo contrario, esa relación no tenía futuro. Así de simple.

-Te propongo un trato – Continuó con un tono neutral y bastante cuerdo – Haré todo lo que esté en mis manos para que tu amiga se recupere y tu te alejarás de Soren por un tiempo, digamos que...¿Un mes? Un mes es un suspiro para nosotros, así que supongo que está bien, no lo veas como un chantaje, de todas formas pensaba ayudar a tu amiga, nunca en mi existencia como doctor me he negado a atender a un paciente, y no comenzaré ahora – Declaró y se dirigió al armario para sacar los implementos que necesitaría para atender a la mujer.

- Si vuestra relación tiene futuro, en un mes lo sabremos, si no, es porque estaba destinado a no ser – Agregó y cuando tuvo listo el bolso se dirigió a la puerta – Espero estar equivocado sobre ti -

por **Anuar Dutuescu** Mar Ene 25, 2011 9:34 pm

-yo pienso que te estas cegando- farfullo con un tangible gesto de molestia e incomodidad compungiendo su rostro ¿Cómo podia alguien pretender conocer las felicidades del otro mejor que la persona a quienes pertenecían? ¿esque nisiquiera era dueño de sus propias alegrías? A su parecer la vida eterna habia sido ofrecida por una eternidad en soledad que comenzaba a agobiarle, y no podia reprocharle el respecto pues de haber ocurrido en diferente manera no le habría conocido jamás y quizas el mismo tendría una vida mucho mas infeliz mas no podía creerle capaz de senda atrocidad.

-¿Por qué has de creer que no? A fin de cuentas no me conoces en lo absoluto- amargamente desvió la mirada porque se mantenía entablando aquella conversación exclusivamente por el bien de aquella joven que comenzaba a sentir como a una amiga de toda la vida, porque la soledad le agobiaba menos sabiendo que tarde o temprano regresaría y pensar, llegar a imaginar aquella que su corazón no aguardaría su regreso porque un regreso no era ya factible le helaba la sangre y los clamores de antaño producían un estruendo en su cabeza, los truenos comenzaron a resonar y los relámpagos romperse en la inmensidad.

-existen muchas clases de cobardía y si te hace sentir mejor que le estas ayudando miéntete, y quizas con suerte se haga realidad las mentiras después de ser pronunciadas con frecuencia se vuelven verdades para algunos –tontos, acallo aquella palabra mordiéndose la lengua y por poco no le hacia sangrar, el dolor no era ya un sentimiento que le pudiese importar, sentía como la sangre caliente recorría sus venas hiriendo en alguna extraña manera el órgano que hacia posible todo aquello.

-para ustedes- repitió y por un segundo le pareció ser otra persona y haber conocido el arte de la pelea no le hubiese molestado, y haber nacido mas agresivo hubiese sido un alivio -¿Por qué piensas entonces que e de hacerte caso?- le cuestiono con severidad rodando lo ojos a la par que comenzaba a andar de salida de aquella estancia -¿si?...porque me acabas de demostrar que yo no lo estaba contigo- no le volteo a ver no por temor sino por repulsión, un molesto reptil comenzaba a trepar por su estomago cerniéndose a su pecho, una boa constrictor le oprimía los pulmones y el corazón, salió de aquel lugar introduciéndose en un mar de obscuridad, avanzando con rapidez por las calles, si por algo debía acceder a aquella petición era por el bien de Sophia e ilógico seria no llegar a tiempo con ella.

por **Erkki Aliranta** Miér Ene 26, 2011 9:06 am

El chico tenía temple y firmeza en el carácter, eso era bueno. Había imaginado que quizás Anuar sería suave y tranquilo por su profesión de artista y su apariencia y gestos delicados, pero estaba claramente equivocado, el chico era una verdadera fiera, luchaba de regreso con duras palabras y sin pelos en la lengua como rezaba el dicho. Parecía terco además, convencido de su propio punto de vista como la mayoría de los mortales.

El vampiro aguardó silencio sin responder a sus puyas, dedicándose concentradamente a su tarea, tomando todos los implementos necesarios para la curación, no quería olvidar alguno y luego tener que perder tiempo volviendo al consultorio. Cuando creyó que había tomado todo lo necesario, cerró el bolso y se lo hecho al hombro con un movimiento casi mecánico.

Te ha llamado cobarde y mentiroso. ¿No piensas hacer nada al respecto querido Erkki?

Erkki negó con su cabeza, esta vez ignoraría a Tia Lovisa, no era momento de replicar sobre aquello, porque dijera lo que dijera, Anuar no cambiaría de opinión. Estaba claro que no entendía su posición como progenitor, no comprendía la preocupación que él sentía y lo interpretaba como un simple y banal capricho. A Erkki le daba igual que Soren tuviese pareja, la cuestión era ¿Porque ahora? Y más importante aún ¿Porqué Anuar?. Debía estar seguro de que el chico le haría feliz y que realmente le quisiera.

Oh... ya veo, tienes miedo de que a Soren con Anuar, le pasé lo que te pasó a ti con esa mujer...

Las manos de Erkki temblaron ligeramente mientras caminaban a paso rápido por las calles oscuras de Paris.

- ¿Entonces no lo harás? - Preguntó al fin. Porque siendo francos ¿Que podría hacer? ¿Obligarlo? No, el punto no era ese. Soren no se lo perdonaría - ¿Cuanta sangre crees que ha perdido tu amiga? ¿Lleva mucho tiempo desde la mordida del lobo? - Increpó, intentando alejar sus pensamientos de los malos recuerdos que le traía el amor a lo que les preocupaba en el presente.

por **Anuar Dutuescu** Miér Ene 26, 2011 10:58 am

Iba absorto en sus pensamientos mientras avanzaba sobre el empedrado, con el manantial de plata liquida allá en lo alto, vertiendo ríos de plata que sobre el suelo caían como virutas luminosas que formaban caminos fluorescentes al andar, le parecía que el viento adquiría el sonido del coro celestial, de aquellos motetes que solían tocar los domingos en las mismas, algún sochantre los había escrito en antaño con coros de querubines y ángeles y los humanos los imitaban en la tierra, le pareció por un instante que el viento intentaba decirle algo, tirando de sus cabellos y agitando sus amplias ropas, deformes personas se materializaban en el aire y con prontitud se desvanecían en aquellas virutas luminosas que le permitían ver por donde andaba aunque su visión aquellos días solia ser mejor.

Los pensamientos se le arrebujaban en las sienes golpeando como una centena de caballos en ansias de la libertad, meso sus cabellos con disimulo cuestionándose una y otra vez aquella petición ¿en que podría servirle no verle por un mes? Si en una semana habia sentido que el mundo se le venia abajo y centenas de ideas catastróficas ensombrecieron sus noches ¿Cómo podia ayudarle aquella ausencia? Jamás habia estado con una mujer y comprendía aun asi que no quería estarlo, habia pasado toda una vida sin Soren y ahora que le tenia sabia que no podría alejarse de el ¿acaso Soren comprendía aquello? Llevaba mucho mas tiempo en soledad era lógico creer aquello.

-sigue despierta, aunque supongo que la herida esta ya algo infectada porque la fiebre no cedió- murmuro con aquel apresurado andar en dirección a su vivienda, o piso mejor dicho. Trastabillo antes de proseguir hablando -¿Qué es lo que temes realmente? Si no me ama me abandonara, no tendras que preocuparte por que sea un hecho venidero de tus propios actos…podrías conseguirle después una buena mujer. Soy humano y tarde o temprano los años comenzaran a cobrar, tu lo has dicho un mes es un respiro para ustedes…para mi es diferente, si no estábamos destinados me olvidara y vivire entonces como un vago recuerdo mas, si era diferente…sabras entonces que obraste mal y su mirada será opaca hasta que encuentre a alguien mas y quien sabe podría tardar siglos- su voz sonaba ahora adormecida, falta de toda zumba o imprudencia, su mirada decaída se perdia sobre sus pies y su antes acelerado corazón se opaca ahora en las pulsaciones del dolor.

por **Erkki Aliranta** Miér Ene 26, 2011 11:33 am

Una herida infectada de lobo, tendría que obrar rápidamene y prácticarle la más desagradable de las técnicas, desagradable para él claro esta, a ella no le dolería, no tanto como las heridas causadas por el mismo lobo, pero que más daba, si no le curaba la chica no sobreviviría, los hombres lobo tenían un componente muy parecido al veneno en su saliva cuando estaban completamente transformados, aunque ella fuera una cambia formas, tarde o temprano terminaría por debilitarse hasta el punto de perder la consciencia y perecer.

Caminó por las calles iluminadas por el baño lunar y ocasionalmente por candiles encendidos con disimulo y discreción en las casas aldeanas, uno que otro rostro se asomaba entre las pesadas cortinas, porque todo el mundo sabía que a tan altas horas de la noche, sólo cosas malas podrían ocurrir en las calles y los hombres que deambulaban por ellas aparecían inertes al amanecer con heridas en el cuello o sendos mordiscos producidos por algún animal de los avernos.

La Anuar pregunta de Anuar le hizo detener su andar unos segundos, para reanudarlo con expresión pensativa. ¿A que le temía? A que Soren sufriera por supuesto. A verle deprimido y acabado, ilusionado ingenuamente por una promesa mortal que nunca hubiese podido ser. Le creía capaz de ir a terminar con su vida, de salir caminando hacía el amanecer para recibir los peligrosos rayos del sol. Y entonces Erkki estaría solo. De nuevo sólo como la primera vez.

- Eres un chico inteligente – Declaró manteniéndose sereno – Pero pareciera que no le conocieras… no te abandonará, aun cuando te amara o no, el Soren que conoces es muy diferente al Soren que yo conocí cuando aún su corazón palpitaba con fuerza en su pecho, para Soren la responsabilidad y el compromiso son dos cosas fundamentales, si hace una promesa, la cumplirá sin importar que – Comentó saltando un charco ágilmente para no mojar sus botas de cuero negro – Temo a que… seas tu quien se canse primero… ¿Y entonces qué? ¿Crees que 5 o 6 meses son suficientes para saber si amaras a alguien por el resto de tu existencia? Los humanos sienten todo con mucha intensidad y actúan impulsivamente debido a eso, pero no Soren, para Soren tomar una desición que represente un cambio importante puede tomarle años y quizás décadas, ¿Sabes cuanto tiempo le tomó decidirse a dejar su vida en Suecia? – Dejó escapar un suspiro involutario.

- Mucho tiempo – Continuó – Así que si Soren decide estar contigo, se sentirá atado a ti más de lo que puedas imaginar y entonces… con el pasar del tiempo ¿No se apagaría la llama para ti? Si lo piensas bien, un mes es un buen tiempo para reflexionar, un espacio en el que podrías poner a prueba lo que sientes por él -

por **Anuar Dutuescu** Miér Ene 26, 2011 11:53 am

-si cambia el clima cada año, y cambia la gente de edad que cambie el no es extraño- farfullo ladeando campantemente su rostro de un lado a otro porque era terco al grado quizás de parecer torpe, no negaba que podría cambiar su opinión mas nunca si una razón fundamente y comprensible a su criterio, estaba en la mentalidad del hombre evolucionar y evolucionar infería también en los pensamientos y forma de actuar, las cosas que el vampiro le decía carecían de peso ante sus principios y conocimientos, que si bien nulos, era de lo que se valia para aceptar su propio criterio como certero, por lo menos ante su mente era verdad.

-el me prometió…que si dejaba de sentir algo me lo diría ¿cumplirá también esa promesa? O supones tu que el compromiso de fingir querer a alguien será mas grande- su voz ahora dolida era opacada por los susurros del viento y por un segundo temió que asi como el habia escuchado antes que le susurraba cosas al oído alguien mas escuchase sus palabras, un pecado que la humanidad no debía jamás saber porque el fuego y el averno serian su condena –jamás llegaremos a un acuerdo…- asevero bufando sonoramente.

-¿crees que actuo yo impulsivamente?- sonrio de medio lado pues de ser aquella aseveración una verdad se habría visto y habría sido tangible instantes atrás, de ser un joven impulsivo su mano cerrada se hubiese intentado impactar en el rostro del vampiro porque habia tenido aquella firme convicción y la agresividad y falta de raciocinio le habían fallado y le habían impedido llevarla a cabo -¿Por qué abría de poner a prueba algo de lo que estoy seguro? Me seria además imposible esconderme de el aun y cuando asi lo desee- alzo la mirada al frente, solo algunas calles faltaban para su destino y las casas comenzaban a lucir mas humildes y los perros mas delgados y los gatos mas austeros, el ambiente se volvió hostil y la pobreza y necesidad se olia en el aire.

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