AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Reunión de cuervos // Privado - Blackbird
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Reunión de cuervos // Privado - Blackbird
por Lenina Blackbird Sáb Feb 03, 2018 1:16 pm
Recuerdo del primer mensaje :
La joven bruja se hallaba cantando una vieja canción infantil mientras peinaba una de sus muñecas, la cual iba vestida exactamente igual que ella. Sentada frente a su tocador, pasaba el cepillo una y otra vez por los rojizos cabellos de la pequeña niña de porcelana. -Qué hermosa eres, Lenina.- Le dijo a la muchachita que se reflejaba en el espejo y no era ella. Sonrió cálidamente antes de levantarse y llevar a la chica junto al resto de sus compañeros. La sentó entre un gran oso de trapo, el Sr. Jenkins, un muñeco de voodoo llamado Huraño y, aquella semana, una lechuga. -Debo irme, no os portéis mal.- Besó la cabeza de los cuatro, incluido al vegetal y se aproximó a por su abrigo que colgaba del perchero de pie que había junto a la puerta. Algo se revolvió en el bolsillo abultado, aquél que hacia inclinarse la prenda cuando estaba enganchada. -Es hora de ir a ver al tito Max, Fyodor.- Acarició la cabeza del pequeño hurón con dos dedos, uno de los cuales se llevó a los labios para hacer la señal de silencio. -Shhh, recuerda que no debe verte.- Le dedicó una cariñosa sonrisa a su mejor amigo y salió al pasillo de la mansión.
Una vez cerrada la puerta tras ella, la actitud de la hechicera cambió. Si alguien pudiera observarla durante todo un día entero, vería que fuera y dentro de aquella habitación, no existía la misma persona. En el interior era una niña, parecía sufrir algún tipo de regresión a su infancia, a cuando tenía poco más de diez años. Pero fuera de aquellas cuatro paredes, Lenina era una Blackbird cien por cien. Podía tener sus pequeñas obsesiones, sus dejes, sus manías. Pero no dejaba de ser soberbia, segura de sí misma, astuta y rebuscada. Recorrió el pasillo hasta la escalinata con paso decidido, firme, sonoro. El eco de sus pies reverberaba en todo el lugar, así que anunciar que se acercaba no sería necesario, pues su tío siempre estaba alerta como un cuervo. Bajó los peldaños de uno en uno, elegante, tranquila. No tenía prisa y, aunque en su fuero interno tenía ganas de saltarlos de dos en dos o incluso de a tres, supo controlarse.
Una vez en el vestíbulo, cerró los ojos e intentó imaginar en qué sala podría encontrarse Maxwell, el patriarca de la familia Blackbird. Asomó la punta de la lengua por la comisura izquierda de los labios y giró en aquella dirección, caminando aún con los párpados caídos, guiándose por instinto y no por los sentidos. Sus pies se detuvieron de pronto y giró sobre los talones. Avanzó dos pasos más y de nuevo paró, levantando el brazo para golpear. Había una puerta. Sonrió satisfecha antes de abrir los ojos, aguardando una respuesta del otro lado. Esperando que le dieran permiso para pasar.
♪ Un crocodile s’en allant à la guerre
Disait au r’voir à ses petits enfants
Traînant ses pieds, ses pieds dans la poussière
Il s’en allait combattre les éléphants ♫
Disait au r’voir à ses petits enfants
Traînant ses pieds, ses pieds dans la poussière
Il s’en allait combattre les éléphants ♫
La joven bruja se hallaba cantando una vieja canción infantil mientras peinaba una de sus muñecas, la cual iba vestida exactamente igual que ella. Sentada frente a su tocador, pasaba el cepillo una y otra vez por los rojizos cabellos de la pequeña niña de porcelana. -Qué hermosa eres, Lenina.- Le dijo a la muchachita que se reflejaba en el espejo y no era ella. Sonrió cálidamente antes de levantarse y llevar a la chica junto al resto de sus compañeros. La sentó entre un gran oso de trapo, el Sr. Jenkins, un muñeco de voodoo llamado Huraño y, aquella semana, una lechuga. -Debo irme, no os portéis mal.- Besó la cabeza de los cuatro, incluido al vegetal y se aproximó a por su abrigo que colgaba del perchero de pie que había junto a la puerta. Algo se revolvió en el bolsillo abultado, aquél que hacia inclinarse la prenda cuando estaba enganchada. -Es hora de ir a ver al tito Max, Fyodor.- Acarició la cabeza del pequeño hurón con dos dedos, uno de los cuales se llevó a los labios para hacer la señal de silencio. -Shhh, recuerda que no debe verte.- Le dedicó una cariñosa sonrisa a su mejor amigo y salió al pasillo de la mansión.
Una vez cerrada la puerta tras ella, la actitud de la hechicera cambió. Si alguien pudiera observarla durante todo un día entero, vería que fuera y dentro de aquella habitación, no existía la misma persona. En el interior era una niña, parecía sufrir algún tipo de regresión a su infancia, a cuando tenía poco más de diez años. Pero fuera de aquellas cuatro paredes, Lenina era una Blackbird cien por cien. Podía tener sus pequeñas obsesiones, sus dejes, sus manías. Pero no dejaba de ser soberbia, segura de sí misma, astuta y rebuscada. Recorrió el pasillo hasta la escalinata con paso decidido, firme, sonoro. El eco de sus pies reverberaba en todo el lugar, así que anunciar que se acercaba no sería necesario, pues su tío siempre estaba alerta como un cuervo. Bajó los peldaños de uno en uno, elegante, tranquila. No tenía prisa y, aunque en su fuero interno tenía ganas de saltarlos de dos en dos o incluso de a tres, supo controlarse.
Una vez en el vestíbulo, cerró los ojos e intentó imaginar en qué sala podría encontrarse Maxwell, el patriarca de la familia Blackbird. Asomó la punta de la lengua por la comisura izquierda de los labios y giró en aquella dirección, caminando aún con los párpados caídos, guiándose por instinto y no por los sentidos. Sus pies se detuvieron de pronto y giró sobre los talones. Avanzó dos pasos más y de nuevo paró, levantando el brazo para golpear. Había una puerta. Sonrió satisfecha antes de abrir los ojos, aguardando una respuesta del otro lado. Esperando que le dieran permiso para pasar.
Última edición por Lenina Blackbird el Jue Feb 15, 2018 2:42 pm, editado 3 veces
Lenina Blackbird- Hechicero Clase Alta
- Mensajes : 23
Fecha de inscripción : 29/01/2018
Re: Reunión de cuervos // Privado - Blackbird
por Lenina Blackbird Lun Jul 02, 2018 7:20 am
♪ Et tout rempli d’une crainte salutaire
S’en retourna vers ses petits enfants
Notre éléphant d’une trompe plus fière
Voulut alors accompagner ce chant ♫
S’en retourna vers ses petits enfants
Notre éléphant d’une trompe plus fière
Voulut alors accompagner ce chant ♫
Los demás podían no saberlo, de hecho, seguro que no lo hacían, pero Lenina conocía bien al monstruo, mejor que nadie a pesar de ser la que menos tiempo tenía de vida. Porque todo el que había podido, especialmente los últimos quince años, los había pasado junto a Svangur. Era una bestia, un engendro, la Gula misma, pero tan salvaje, bruto y visceral como podía ser, también quería. El pecado capital era capaz de amar, a su manera, pero lo hacía.
Dejó que éste tomara su mano, ayudándola a alzarse, mientras con la libre se limpiaba la arenilla de las rodillas. Se recostó como le indicó con la espalda en la losa, las piernas flexionadas y separadas. Pronto sintió el peso del cuerpo de su tía, a la cual ayudó a tumbarse, sujetándola con ambas manos de la cintura. Khaelast era una leyenda entre los Blackbird y había escuchado innumerables historias sobre ella por parte de Maxwell. La admiraba sin haberla visto nunca, sin haber conocido su verdadero cuerpo, su famosa belleza eterna. Pero había visto cambios en aquel cadáver al que había tomado como propio rato antes. Sutiles, pero suficientes como para hacer más atrayente su figura, su mirada, incluso la sonrisa ladina que de vez en cuando se dibujaba en sus carnosos labios color sangre.
Por un lateral pudo ver el cambio completo de Svangur, aquella forma tosca, vulgar y agresiva. De no ser quien era, de no conocerle como la hacía, de no amarle, seguramente huiría. Pero ese ser al que cualquiera con algo de cordura consideraría grotesco, a Lenina le fascinaba.
Arqueó la espalda cuando el abultado miembro la penetró. Era demasiado grueso, terminado en una punta viscosa similar casi al final del tentáculo de una medusa. La penetración fue lenta, y menos mal, porque si no la desgarraría. Era algo que Gula ya sabía, porque en su primer encuentro sexual era lo que había ocurrido, ya que presa del deseo había descontrolado sus impulsos y tomado a su prima de manera demasiado agresiva.
Lenina Blackbird- Hechicero Clase Alta
- Mensajes : 23
Fecha de inscripción : 29/01/2018
Re: Reunión de cuervos // Privado - Blackbird
por Morrigan Blackbird Lun Jul 02, 2018 8:17 am
Bajó de los hombros de Svangur, cayendo en el suelo con sus pies descalzos. Ella no era una mujer cualquiera, su cuerpo, el nuevo que tenía, podía ser frágil a su manera, pero al contener su alma, su magia, su poder superior, había convertido aquel recipiente en una masa moldeable de un modo inexplicable. Se podría intentar describir de mil maneras todo aquello que podía sentir y cómo hacerlo, pero jamás nadie lo comprendería sin experimentarlo. Era capaz de potenciar lo que deseaba y minimizar lo que no le interesaba. Sus designios eran órdenes para cada célula de aquel cuerpo que poseía y como si de un contagio se tratara, dada la conexión física, podía transmitir aquello mismo a quien se le antojara. Pudiendo así triplicar el placer de Lenina, reduciendo el dolor que ser follada por aquella ominosa bestia producía.
La abultada, viscosa y fuerte lengua de Gula estimulaba a Morrigan, tanto cuando separaba sus labios vaginales y le rozaba el clítoris con insistencia, como cuando se colaba dentro de su sexo y la follaba con ésta. La morena sonreía con lascivia, recostada sobre el cuerpo de su sobrina. -Mueve esas manos, pequeña. No te quedes quieta.- La instó, llevando sus propias extremidades a sujetar las muñecas ajenas e hizo que los dedos de la hechicera apresaran sus tersos pechos, apretándolos, amasándolos con esmero. -Pellizca, tira. Cortarse es para mediocres, querida.- Aseguró, mirando de soslayo a la pelirroja más joven, antes de desviar sus orbes a Envidia, que se acuclillaba sobre el rostro de la más pequeña de los Blackbird, antes de inclinarse sobre su tía y comerle la boca con lascivia. Despacio, con mucha lengua, pasándose saliva la una a la otra, al tiempo en que las hábiles manos de Khaelast liberaban a la chiquilla para ir a magrear las exuberantes tetas del pecado más poderoso, de aquel que los provocaba a todos.
La abultada, viscosa y fuerte lengua de Gula estimulaba a Morrigan, tanto cuando separaba sus labios vaginales y le rozaba el clítoris con insistencia, como cuando se colaba dentro de su sexo y la follaba con ésta. La morena sonreía con lascivia, recostada sobre el cuerpo de su sobrina. -Mueve esas manos, pequeña. No te quedes quieta.- La instó, llevando sus propias extremidades a sujetar las muñecas ajenas e hizo que los dedos de la hechicera apresaran sus tersos pechos, apretándolos, amasándolos con esmero. -Pellizca, tira. Cortarse es para mediocres, querida.- Aseguró, mirando de soslayo a la pelirroja más joven, antes de desviar sus orbes a Envidia, que se acuclillaba sobre el rostro de la más pequeña de los Blackbird, antes de inclinarse sobre su tía y comerle la boca con lascivia. Despacio, con mucha lengua, pasándose saliva la una a la otra, al tiempo en que las hábiles manos de Khaelast liberaban a la chiquilla para ir a magrear las exuberantes tetas del pecado más poderoso, de aquel que los provocaba a todos.
Morrigan Blackbird- Vampiro Clase Alta
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Fecha de inscripción : 13/02/2018
Re: Reunión de cuervos // Privado - Blackbird
por Aegea A. Blackbird Sáb Jul 07, 2018 12:04 pm
Una vez acuclillada sobre el rostro de la joven hechicera, arremangando la falda del vestido en el regazo para dejar al descubierto lo que entre sus piernas sucedía, sonrió ante la visión de aquel perfecto rostro que ella misma había elegido. -Siempre serás la más hermosa, mi amada Khaelast.- Aseguró el pecado pelirrojo, dejando que la contraria hiciera cuanto se le antojara con sus tetas. Envidia tenía muchos siglos ya, no era sumamente lujuriosa, pero cuando le apetecía, tenía lo que quería. Y, sin embargo, a pesar de los innumerables encuentros sexuales que había experimentado a lo largo de su existencia, jamás disfrutaba tanto como cuando lo hacía con Morrigan. Aquella mujer era excepcional y ni siquiera hacía falta pasar de las caricias o los besos para que los gemidos surgieran cargados de placer y deseo.
Así pues, las propias manos de la griega fueron a estrujar las de Lenina que, a su vez, aprisionaban los turgentes pechos de su tía. Se notaba que la chica era inexperta en eso de tratar con otras mujeres, aunque ponía de su parte, tanto ganas como interés. Artemis no dudó en guiarla para que lo hiciera mejor, aumentando así el disfrute de la mayor de las Blackbird. -¿Estáis disfrutando las dos de las deliciosas atenciones de Sbangur?- Preguntó, sintiendo un ligero “celo”, lo que le provocó la risa al pecado, que siempre presumía de únicamente crear envidia y jamás sentirla. Pero era una ocasión especial e incluso alguien como ella, podía permitirse un pequeño desliz, ¿o no? Nadie le iba a recriminar a la madre cuervo que hiciera lo que le diera la real gana, pues ella misma sería la única capaz de reprocharse nada. Por ello la ironía del asunto, algo que no hacía sino que la situación le agradara aún más. Las cosas retorcidas le encantaban a la griega y todos en la familia lo sabían con certeza. No en vano era la aprendiza de Maxwell en cuanto a moldear carne se trataba, hasta el punto de adorar sus macabras creaciones en un sentido mucho más allá del que sería “normal”, incluso para las particulares rarezas de los Blackbird.
Así pues, las propias manos de la griega fueron a estrujar las de Lenina que, a su vez, aprisionaban los turgentes pechos de su tía. Se notaba que la chica era inexperta en eso de tratar con otras mujeres, aunque ponía de su parte, tanto ganas como interés. Artemis no dudó en guiarla para que lo hiciera mejor, aumentando así el disfrute de la mayor de las Blackbird. -¿Estáis disfrutando las dos de las deliciosas atenciones de Sbangur?- Preguntó, sintiendo un ligero “celo”, lo que le provocó la risa al pecado, que siempre presumía de únicamente crear envidia y jamás sentirla. Pero era una ocasión especial e incluso alguien como ella, podía permitirse un pequeño desliz, ¿o no? Nadie le iba a recriminar a la madre cuervo que hiciera lo que le diera la real gana, pues ella misma sería la única capaz de reprocharse nada. Por ello la ironía del asunto, algo que no hacía sino que la situación le agradara aún más. Las cosas retorcidas le encantaban a la griega y todos en la familia lo sabían con certeza. No en vano era la aprendiza de Maxwell en cuanto a moldear carne se trataba, hasta el punto de adorar sus macabras creaciones en un sentido mucho más allá del que sería “normal”, incluso para las particulares rarezas de los Blackbird.
Aegea A. Blackbird- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 46
Fecha de inscripción : 03/12/2017
Re: Reunión de cuervos // Privado - Blackbird
por Svangur Blackbird Miér Ago 01, 2018 3:03 pm
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En la Necrópolis de la Familia Blackbird.
Sus alas eran majestuosas, ocupaban todo el lugar e incluso tenían que estar flexionadas para aquello. Su lengua inferior seguía penetrando sin parar a Khaelast mientras sus embestidas reales eran exclusivas de su pareja oficial, Lenina Blackbird. La lengua de su boca seguía penetrando una y otra vez la garganta de Envidia. La sacó y pasó a besarla con aquellos labios carnales y brutales. Lo hacía con pasión. -Me encanta follarte, Madre. Me encanta besarte. -Dijo aquella unión de voces demoniacas de las que ahora hacía gala aquél Señor Demonio. La besaba y de vez en cuando paraba únicamente para escupir directamente al interior de la boca de la Envidia personificada.
Contrajo totalmente su rostro vaciándose los huevos al completo en el interior de Lenina. Fue tanto lo que expulsó que le salió a borbotones y una vez sacado el miembro viril, un torrente blanco y viscoso, como si una colmena llena de miel hubiese explotado, salía despedido por aquél agujero. Agarró el cabello de Khaelast. -Bebe.. querida. Bebe del manantial. -Agarró las piernas de Morrigan pasando la lengua de su boca por el coño y el culo. Mordió su nuca al llegar arriba, sujetándola de ese modo como si fuera una perra o una leona y le clavó la polla por el culo hasta las más profundas de las entrañas. Una y otra vez fueron las estocadas viles que arremetían contra el cuerpo fémino con voracidad mientras Khaelast lamía aquella leche que emanaba directamente de las piernas de la mas joven de los Blackbird. -Ven aquí.. Madre. Por que después irás tu. -¿Qué mejor despertar para un Demonio que una orgía? Sus alas brillaban y las runas dibujadas por su cuerpo tililaban con inmensa fuerza como si fueran lúcilos en el firmamento. Forjadas con fuego y ahora reavivadas con sexo. Su voz, retorcida como su intención.
Alargó la mano para coger a la Madre cuervo y ponerla a cuatro patas al igual que Khaelast, haciendo que ambas se besaran con el coño de Lenina en medio. Entonces, lo siguiente que hizo fue rifárselas. Primero se la clavaba a una y luego a otra. Ambas por el culo. Ambas por el coño. Una y otra vez, de una a otra y con un millar de azotes hasta que sangrasen. -Perras..
Svangur Blackbird- Hechicero Clase Alta
- Mensajes : 11
Fecha de inscripción : 16/02/2018
Re: Reunión de cuervos // Privado - Blackbird
por Lenina Blackbird Miér Ago 01, 2018 3:41 pm
♪ Ah les crocrocro, les crocrocro, les crocodiles
sur les bords du Nil ils sont partis n’en parlons plus
Ah les crocrocro, les crocrocro, les crocodiles
sur les bords du Nil ils sont partis tout est fini ♫
sur les bords du Nil ils sont partis n’en parlons plus
Ah les crocrocro, les crocrocro, les crocodiles
sur les bords du Nil ils sont partis tout est fini ♫
Lenina estaba perdida con tanto cuerpo cerca. Tenía a Khaelast recostada sobre ella, a Envidia acuclillada sobre su boca y a un mutado Svangur arremetiendo con bruscas y profundas embestidas que, había instantes en los que la bruja pensaba la partiría por la mitad si seguía. Sin embargo no se quejó y se dedicó a cumplir con su parte, usando la lengua para satisfacer a la madre cuervo, mientras con sus manos amasaba los turgentes pechos nuevos de Morrigan. Tal y como le había dicho la griega, pellizcaba los pezones, los retorcía y tiraba de ellos como podía, porque era difícil pensar en nada cuando tu ser entero convulsionaba con cada penetración de aquella ominosa verga de demonio.
Un escalofrío recorrió su espina dorsal cuando el falo empezó a convulsionar y el esperma a brotar como si aquello fuera una fuente infinita de semen caliente y denso. Lenina gimió contra los labios bajos de Artemis e incluso los mordió sin querer cuando todo ocurrió, porque los había estado succionando por instinto, de vez en cuando, entre tanta lamida y penetración de la sinhueso. Cuando la polla de Gula salió de su interior, aunque aún notaba escurrirse la leche que acababa de soltar dentro de ella, se sintió vacía. Era cierto que Svangur era muy activo sexualmente y follaban constantemente, pero solía hacerlo en su forma humana y la sensación era distinta.
Lenina Blackbird- Hechicero Clase Alta
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Fecha de inscripción : 29/01/2018
Re: Reunión de cuervos // Privado - Blackbird
por Morrigan Blackbird Jue Ago 02, 2018 3:58 am
Justo frente a su rostro tenía las bocas de Svangur y Artemis devorándose la una a la otra. Como encarnación de la mismísima Lujuria, adoraba cualquier tipo de manifestación que la abrazara, fuera por quien fuera y del modo en que fuera. Y lo mejor de todo era que jamás tenía suficiente. La voracidad con la que Khaelast se alimentaba del deseo, la perdición y el sexo, era infinita, como la gula de su querido sobrino. Envidia, en eso, era la más comedida de todos los pecados.
Posó sus manos sobre las de la pequeña Lenina, acompañando sus dedos, tirones, amasamientos y pellizcos. Era una novata, pero aprendía deprisa, seguramente instigada por el que era su pareja. No importaba el cómo, sólo que lo hiciera.
Se levantó cuando el demonio la agarró del pelo. Le gustaba el juego sucio, ella era la primera que solía tratar como perros a aquellos con los que se acostaba, de hecho, Svangur no se había librado de ello en el pasado. Pero aquel día estaba juguetona y le apetecía más dejarse llevar. Así que, mientras la lengua ajena rozaba los labios de su sexo, ella hundió la cara entre los pálidos muslos de su sobrina y le comió el coño con ganas, tragando el espeso y caliente esperma que brotaba con cada lamida.
Arqueó la espalda cuando el grueso trozo de carne le dilató de una sola embestida el recto, un culo que, por lo que notaba en ese instante, no había sido profanado nunca antes. Sintió la carne desgarrarse y tirar, intentando estrangular el falo. -Mhm... Delicioso.- Aseguró, disfrutando como la que más con el dolor.
Posó sus manos sobre las de la pequeña Lenina, acompañando sus dedos, tirones, amasamientos y pellizcos. Era una novata, pero aprendía deprisa, seguramente instigada por el que era su pareja. No importaba el cómo, sólo que lo hiciera.
Se levantó cuando el demonio la agarró del pelo. Le gustaba el juego sucio, ella era la primera que solía tratar como perros a aquellos con los que se acostaba, de hecho, Svangur no se había librado de ello en el pasado. Pero aquel día estaba juguetona y le apetecía más dejarse llevar. Así que, mientras la lengua ajena rozaba los labios de su sexo, ella hundió la cara entre los pálidos muslos de su sobrina y le comió el coño con ganas, tragando el espeso y caliente esperma que brotaba con cada lamida.
Arqueó la espalda cuando el grueso trozo de carne le dilató de una sola embestida el recto, un culo que, por lo que notaba en ese instante, no había sido profanado nunca antes. Sintió la carne desgarrarse y tirar, intentando estrangular el falo. -Mhm... Delicioso.- Aseguró, disfrutando como la que más con el dolor.
Morrigan Blackbird- Vampiro Clase Alta
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Fecha de inscripción : 13/02/2018
Re: Reunión de cuervos // Privado - Blackbird
por Aegea A. Blackbird Lun Ago 06, 2018 3:08 am
Aunque Khaelast era mayor que Artemis, jamás quiso ostentar el poder de madre de los cuervos, no sólo por el tiempo perdido en ausencias a lo largo de su existencia, sino que, sencillamente y a pesar de ser la lujuria personificada, odiaba las responsabilidades. Era vanidosa y soberbia como cualquier Blackbird, pero se dejaba llevar por los deseos y no deseaba ser buscada para algo que le resultara una molestia. Por ello, Envidia era quien ostentaba ese cargo, por eso y porque ella sí controlaba su sed y sus anhelos. Era una mujer, habitualmente, calmada y sumamente calculadora, lo que la convertía en la cabeza de familia perfecta junto a Maxwell.
Se alzó cuando Svangur se lo pidió tras pasarse la lengua por los labios, saboreando los restos de saliva que aquella gruesa lengua le había dejado tras comerle la boca durante largo rato. Se colocó de rodillas, dándole la espalda a Gula y dejó caer su cuerpo hasta apoyarse también sobre las manos. Lamió la oreja de Morrigan y la mordió, tirando del lóbulo con una sonrisa, antes de centrar su atención en lo que ésta bebía. -¿Compartes?- Preguntó, tomando el ligero movimiento de la cabeza ajena hacia un lado como una invitación a unirse al festín. La sinhueso de la griega surcó los labios vaginales de su sobrina, paladeando el espeso y abundante esperma que rezumaba como si se tratara de una fuente de leche caliente. Y mientras se daba un seño banquete, la ominosa verga del demonio la penetró. Su esfínter y vagina se dilataron con cada estocada, sintiéndose vacía al instante siguiente cuando Svangur la sacaba para metérsela a Khaelast. Él disfrutaba y los gruñidos guturales que dejaba escapar entre resoplidos, dejaban claro cuánto lo hacía, por sus actos y por la visión que tenía a sus pies, la imagen de tres mujeres perfectas gozándose unas a otras y, especialmente, gozando de él.
La pelirroja arqueó la espalda, tragando semen cuando el falo la penetró de nuevo por el ano. Sonrió después de dejar escapar un sonoro gemido y se relamió los restos de lefa que escurrieron por la comisura izquierda de sus labios.
Se alzó cuando Svangur se lo pidió tras pasarse la lengua por los labios, saboreando los restos de saliva que aquella gruesa lengua le había dejado tras comerle la boca durante largo rato. Se colocó de rodillas, dándole la espalda a Gula y dejó caer su cuerpo hasta apoyarse también sobre las manos. Lamió la oreja de Morrigan y la mordió, tirando del lóbulo con una sonrisa, antes de centrar su atención en lo que ésta bebía. -¿Compartes?- Preguntó, tomando el ligero movimiento de la cabeza ajena hacia un lado como una invitación a unirse al festín. La sinhueso de la griega surcó los labios vaginales de su sobrina, paladeando el espeso y abundante esperma que rezumaba como si se tratara de una fuente de leche caliente. Y mientras se daba un seño banquete, la ominosa verga del demonio la penetró. Su esfínter y vagina se dilataron con cada estocada, sintiéndose vacía al instante siguiente cuando Svangur la sacaba para metérsela a Khaelast. Él disfrutaba y los gruñidos guturales que dejaba escapar entre resoplidos, dejaban claro cuánto lo hacía, por sus actos y por la visión que tenía a sus pies, la imagen de tres mujeres perfectas gozándose unas a otras y, especialmente, gozando de él.
La pelirroja arqueó la espalda, tragando semen cuando el falo la penetró de nuevo por el ano. Sonrió después de dejar escapar un sonoro gemido y se relamió los restos de lefa que escurrieron por la comisura izquierda de sus labios.
Aegea A. Blackbird- Vampiro Clase Alta
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Re: Reunión de cuervos // Privado - Blackbird
por Svangur Blackbird Sáb Ago 25, 2018 12:06 pm
| El dorado. |
En la Necrópolis de la Familia Blackbird.
El señor demonio sonreía, pues no cabía en sí de gozo por aquello que estaba presenciando. Tuvo una idea casi al instante. Agarró la cabellera sangre de la Madre Cuervo, levantándola con agresividad monstruosa, tal y como a ella le ponía. -¿Esto te pone, verdad, madre? Eso es por que eres una perra sin escrúpulos. Vas de digna a comerte hombres cuando lo que de verdad te pone cachonda es que te traten como a una Puta. Soy un monstruo, y eso hace que se te humedezca aún mas el coño. ¿Me equivoco? -Le escupió directamente a la nariz y boca, para que tragara y esnifara. Con descaro y casi desprecio simulado, la tiró encima de Khaelast, haciendo que ésta última notara los enormes pechos de Envidia pegados a su espalda. Ahora tenía los dos culos bien situados, uno encima de otro y preparados.
Se arrodilló, mientras movía sus alas con fuerza. Metió la cabeza en aquellas piernas y dio varias lamidas a ambos culos, repartidos en placer. Primero uno y luego otro. -De ahora en adelante, aunque folleis con otras personas. Sois mías. Siempre podré follaros cuando me apetezca. Todo queda en familia, ¿Verdad, madre? -Pues esa frase es la que usó ella la primera vez que quiso comerle la polla, y desvirgarle. ¿Cuando fue? ¿A sus 15 años? A Envidia le gustaban los monstruos pero también los jóvenes. Y no perdió el tiempo, no… De ningún modo. Irguió su cuerpo y sin contemplación ninguna volvió a romperle el culo a Khaelast mientras mordía la oreja de Artemis hasta arrancarle un trozo y masticarlo lentamente. Buscó su boca para besarla, y en el beso, le pasó aquél trozo de carne a su boca. -Saboreate… Madre. Pero te tragaré yo. -Volvía a sacar su polla y clavarla en el culo de Envidia, azotándola sin parar. Aquél culo grande, hermoso y perfectamente redondo comenzaba a estar rojizo y morado de aquellos azotes demoníacos. Mientras se follaba su culo, la lengua inferior lamía con insistencia el culo y el coño de Khaelast.
Observó a Lenina, tumbada dejandose hacer por las dos. Sonrió. -Ahora llevas mi semilla, no podrás quejarte, es lo que siempre deseaste. ¿No?. Mis hijos. Nuestros hijos, mi amor. ¿Como se llamarán? -Dijo con sorna, pues podía ser romántico, pero siempre siempre a su curiosa… Manera. Tras aquello y varias embestidas más, volvió a poner de rodillas a Madre y a Khaelast, y les puso la polla sobre la cara. No avisó, solo sonrió. Comenzó a Mear. -Decid que os encanta mi idea. Que os encanta que os follen. Que os folle. Decidme cosas muy sucias, vamos. Sabeis que me la pone muy dura.. cuanto mas sucias de boca seais. ¡Ahora!. -Ordenó.
Svangur Blackbird- Hechicero Clase Alta
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Re: Reunión de cuervos // Privado - Blackbird
por Lenina Blackbird Mar Ago 28, 2018 1:21 pm
Lenina sabía cómo era Svangur, pero eso no quitaba que a veces se sintiera un tanto violenta con su modo de tratarla. La pelirroja no dejaba de ser frágil de mente, una niña encerrada en el cuerpo de una mujer. A veces, incluso fuera de aquellas cuatro paredes que provocaban la regresión, sus pensamientos se volvían infantiles y confundían a la hechicera que era en la actualidad. De repente, con los cuerpos de las dos mujeres sobre el suyo, todas desnudas y con el esperma de Gula rebosando aún y escurriéndose por sus nalgas, la bruja sintió náuseas. Estaba aprisionada, enjaulada y necesitaba salir de allí, pero le atemorizaba la reacción del demonio que tenía como pareja. La vería como una mujer débil y, encima, rebelde, porque no obedecía sus órdenes. Los ojos de Lenina se anegaron en lágrimas que contuvo mordiéndose el labio. Sus muslos temblaban y esa vibración descendía hasta el suelo, pasando por sus gemelos y tobillos.
La pregunta ajena la desconcertó, porque ni siquiera estaba pensando en que pudiera quedar embarazada cuando se habían acostado un gran número de veces y jamás había ocurrido antes. Sus tías jadeaban y gemían, se revolvían llenas de placer, disfrutando de la lengua de Svangur y su dominación, de la brusquedad con la que se movía, de la vulgaridad con la que las trataba. Pero en aquellos instantes, la joven hechicera sólo deseaba que aquello terminara cuanto antes. Pero callaría, aguantaría estoica hasta que la orgía llegara a su fin o, al menos, eso era lo que intentaría conseguir.
La pregunta ajena la desconcertó, porque ni siquiera estaba pensando en que pudiera quedar embarazada cuando se habían acostado un gran número de veces y jamás había ocurrido antes. Sus tías jadeaban y gemían, se revolvían llenas de placer, disfrutando de la lengua de Svangur y su dominación, de la brusquedad con la que se movía, de la vulgaridad con la que las trataba. Pero en aquellos instantes, la joven hechicera sólo deseaba que aquello terminara cuanto antes. Pero callaría, aguantaría estoica hasta que la orgía llegara a su fin o, al menos, eso era lo que intentaría conseguir.
Lenina Blackbird- Hechicero Clase Alta
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Re: Reunión de cuervos // Privado - Blackbird
por Morrigan Blackbird Dom Sep 02, 2018 3:29 am
Morrigan se alimentaba de la lujuria con la misma necesidad que podía hacerlo de la sangre. Allí la lascivia rebosaba por parte de Envidia y Svangur, de tal manera, que ni se percató del cambio en la joven bruja. Que ella se sintiera mal, que ya no destilara deseo, era una nimiedad en comparación a las sensaciones de los otros dos participantes. Además, aunque se hubiese dado cuenta, Khaelast era soberbia y egoísta, así que le hubiese importado menos que nada que la hechicera disfrutara o sufriera. Era de su sangre, familia y por ello era que algo sentiría, aunque fuera nimio, si la chiquilla muriera. Pero a parte de ese posible desenlace fatídico, los demás le daban absolutamente lo mismo.
La inmortal disfrutaba de cada acción de Gula, de su brusquedad, su vulgaridad y esa autoridad que ostentaba en la forma demoníaca. A la Blackbird le gustaba dominar la situación, pero también era cierto que no existía en el mundo a penas nadie capaz de intentar someterla a ella. Era un cuervo, uno antiguo que, además, había vuelto ahora de pasar tiempo con los dioses primigenios. ¿Quién podía osar plantarle cara? ¿Quién se atrevería a hacerla sucumbir sin temer las nefastas represalias? Sólo alguien como Svangur, tallado por un patrón muy similar, con el ego que caracterizaba a la familia, con un poder arrollador y una agresividad tan desmedida como la voracidad que le consumía.
La casi diosa sonreía con malicia al pasarse la lengua por el labio inferior. recogiendo la saliva que quedaba en él tras pesarse apasionadamente con la griega. Entonces, el juego cambió y las dos centenarias se arrodillaron, dejando libre a una Lenina desubicada. La exhubere verga de Gula, erguida como estaba, empezó a escupir, mas no fue esperma lo que salió de la uretra sino orina dorada y caliente, salpicándoles a ella y a Artemis la cara y las tetas. Morrigan se agarró las suyas para que el meado que no caía en su boca se le acumulara en el canalillo y nada se desperdiciara. Se sentó sobre los talones, riendo tras cada vez que tragaba. -Nos encanta que nos folles, querido Svangur. Dame más de ti, de lo que sea, por cualquiera de tus agujeros a los míos. Ensúciame, relléname, márcame.- Suplicar no era lo suyo, pero escuchaba a los demás hacerlo por ella, así que rememoró cosas que le decían y las adecuó a la situación en la que se encontraban, para que encajar y sonaran naturales, sin delatar que ella era una mujer soberbia porque eso, eso su sobrino ya lo sabía.
La inmortal disfrutaba de cada acción de Gula, de su brusquedad, su vulgaridad y esa autoridad que ostentaba en la forma demoníaca. A la Blackbird le gustaba dominar la situación, pero también era cierto que no existía en el mundo a penas nadie capaz de intentar someterla a ella. Era un cuervo, uno antiguo que, además, había vuelto ahora de pasar tiempo con los dioses primigenios. ¿Quién podía osar plantarle cara? ¿Quién se atrevería a hacerla sucumbir sin temer las nefastas represalias? Sólo alguien como Svangur, tallado por un patrón muy similar, con el ego que caracterizaba a la familia, con un poder arrollador y una agresividad tan desmedida como la voracidad que le consumía.
La casi diosa sonreía con malicia al pasarse la lengua por el labio inferior. recogiendo la saliva que quedaba en él tras pesarse apasionadamente con la griega. Entonces, el juego cambió y las dos centenarias se arrodillaron, dejando libre a una Lenina desubicada. La exhubere verga de Gula, erguida como estaba, empezó a escupir, mas no fue esperma lo que salió de la uretra sino orina dorada y caliente, salpicándoles a ella y a Artemis la cara y las tetas. Morrigan se agarró las suyas para que el meado que no caía en su boca se le acumulara en el canalillo y nada se desperdiciara. Se sentó sobre los talones, riendo tras cada vez que tragaba. -Nos encanta que nos folles, querido Svangur. Dame más de ti, de lo que sea, por cualquiera de tus agujeros a los míos. Ensúciame, relléname, márcame.- Suplicar no era lo suyo, pero escuchaba a los demás hacerlo por ella, así que rememoró cosas que le decían y las adecuó a la situación en la que se encontraban, para que encajar y sonaran naturales, sin delatar que ella era una mujer soberbia porque eso, eso su sobrino ya lo sabía.
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Re: Reunión de cuervos // Privado - Blackbird
por Aegea A. Blackbird Vie Sep 07, 2018 11:16 am
La piel siempre fía de la inmortal se iba tornando rojizo y después morado, mientras adquiría una temperatura alta por los golpes y el roce, era curioso como la ponzoña era capaz de provocar, a veces, reacciones parecidas a las de la sangre normal corriendo por unas venas corrientes. La espalda de la mujer se arqueaba mientras ella se relamía y gemía de placer. Cada brusca penetración y cada nalgada enviaban una corriente de gozo por todo su cuerpo.
Giró la cabeza para besarse con la Lujuria misma, embebiéndose de su esencia física y pecaminosa. Llevó la zurda a agarrar uno de los pechos de Khaelast y lo amasó como si fuera la más experta de las panaderas. Envidia se sentía orgullosa pues había elegido un cuerpo digno para la morena que, a su parecer, era una diosa y no merecía sino la mejor de las vasijas para disfrutar al máximo de la lascivia que provocaba y, a su misma vez, absorbía. Aquella dama desprendía deseo por cada uno de sus poros, su aura era pura locura y con un pestañeo era capaz de mandar al infierno a todo un regimiento de hombres que juraban ser fieles devotos de un Dios que les desatendía. Porque cuando aparecía la morena Black, descubrían lo que era el poder y la devoción más profundos.
Svangur la agarró de su pelirroja melena, dándole un voraz mordisco en la oreja y la griega gruñó cuando notó que le arrancaba parte de la carne y ternilla. Aquel demonio era una bestia sin control alguno, justamente lo que a ella le ponía. El mundo estaba lleno de seres que decían ser crueles, despiadados y encarnizados, mas pocos llegaban siquiera a los talones de Gula. En un beso recibió sus propios restos con la ponzoña entremezclándose con la saliva ajena y propia. La saboreó, pero antes de poder devolvérsela a aquel que se la había entregado, éste la obligó a girar junto a Morrigan y las puso de rodillas para mearles encima. Artemis abrió la boca y dejó que el caliente líquido amarillento se juntara sobre su boca con el trozo de oreja que permanecía casi intacto. Le estaba dejando el placer de masticarlo a Svangur, pues él era quien había conseguido el precio y quien merecía disfrutarlo. Tenía la boca llena y por mucho pecado que fuera, no dejaba de ser elegante hasta la médula, así que no hablaría hasta dejar libre de comida su cavidad bucal. Dejaría que fuera Khaelast quien satisficiera los oídos de la bestia.
Giró la cabeza para besarse con la Lujuria misma, embebiéndose de su esencia física y pecaminosa. Llevó la zurda a agarrar uno de los pechos de Khaelast y lo amasó como si fuera la más experta de las panaderas. Envidia se sentía orgullosa pues había elegido un cuerpo digno para la morena que, a su parecer, era una diosa y no merecía sino la mejor de las vasijas para disfrutar al máximo de la lascivia que provocaba y, a su misma vez, absorbía. Aquella dama desprendía deseo por cada uno de sus poros, su aura era pura locura y con un pestañeo era capaz de mandar al infierno a todo un regimiento de hombres que juraban ser fieles devotos de un Dios que les desatendía. Porque cuando aparecía la morena Black, descubrían lo que era el poder y la devoción más profundos.
Svangur la agarró de su pelirroja melena, dándole un voraz mordisco en la oreja y la griega gruñó cuando notó que le arrancaba parte de la carne y ternilla. Aquel demonio era una bestia sin control alguno, justamente lo que a ella le ponía. El mundo estaba lleno de seres que decían ser crueles, despiadados y encarnizados, mas pocos llegaban siquiera a los talones de Gula. En un beso recibió sus propios restos con la ponzoña entremezclándose con la saliva ajena y propia. La saboreó, pero antes de poder devolvérsela a aquel que se la había entregado, éste la obligó a girar junto a Morrigan y las puso de rodillas para mearles encima. Artemis abrió la boca y dejó que el caliente líquido amarillento se juntara sobre su boca con el trozo de oreja que permanecía casi intacto. Le estaba dejando el placer de masticarlo a Svangur, pues él era quien había conseguido el precio y quien merecía disfrutarlo. Tenía la boca llena y por mucho pecado que fuera, no dejaba de ser elegante hasta la médula, así que no hablaría hasta dejar libre de comida su cavidad bucal. Dejaría que fuera Khaelast quien satisficiera los oídos de la bestia.
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Re: Reunión de cuervos // Privado - Blackbird
por Svangur Blackbird Dom Sep 23, 2018 5:22 am
| El intercambio. |
En la Necrópolis de la Familia Blackbird.
Bajo su imperiosa forma demoníaca aquél lord parecía el mas brutal de todos, mas la mano acercó a la mandíbula de Lenina y una sonrisa agradable le espetó. Literalmente, la escupió en toda la cara, de forma muy abundante. Tras eso, la acarició y la observó. -Puedes retirarte a descansar, mi amor. Ahora llevas algo mío. Nuestro, en tu interior. Cuando tus tías y yo acabemos de saciarnos, subiremos, y nos reuniremos con el resto de la familia. -Escuchó las palabras de la Nigromante, y su polla de aderezó aún más. Siguió meando, aunque ya no tan fuerte, si no de forma lenta, sin pausa y con gran cantidad, cayendo de forma erótica directamente sobre una boca, y después sobre otra. Las miró. -Así me gusta..
Sus alas se comenzaron a esconder y su metamorfosis a regresar a su estado anterior, su sonrisa brutal en la cara permanecía, y las ayudó a ambas a levantarse. -Me siento generoso, tras lo que habéis hecho. Y se de muy buen palo.. que ambas, son muy dominantes en el sexo… -Miró a Envidia y luego a Khaelast. -Esto no va a salir de aquí, ¿Verdad? -Dijo con cierto tono de agresividad y… advertencia, amenaza. -De ser asi, os dejaré dominar a Gula como más os apetezca, nada está prohibido, todo está… Permitido. -Les acababa de dar rienda suelta a la imaginación de dos de las mujeres mas dominantes de todo el planeta, sin limite ninguno, en ninguna cosa en absoluto. Desde este momento. -Soy vuestro ahora. Veamos.. si lograis sorprenderme. -Sonrió al final, lamiendo la mano de una, lamiendo la mano de otra, prometió ser sumiso, y eso sería ahora. No le importaba intercambiar roles, siempre, que no dijeran nada, ni siquiera a la familia. Lenina sabe que no va a decir nada, ya la ha dejado dominar en alguna ocasión, y esa niña…
Jamás a conocido a nadie a la altura de esa dominación. Aún a día de hoy se le estremecía la polla.
En el buen sentido.
Claro.
Svangur Blackbird- Hechicero Clase Alta
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Re: Reunión de cuervos // Privado - Blackbird
por Lenina Blackbird Mar Sep 25, 2018 10:53 am
Svangur se percató de la incomodidad de la bruja aún y cuando ésta se esforzó al máximo por disimular su estado. Las náuseas eral lo más difícil de controlar, porque cuando venían, venían y por mucho que cerrara la garganta para que nada saliera, su cuerpo convulsionaba brevemente por el estrangulamiento del estómago. Giró un poco la cara, entrecerrando los ojos y recibió aquel escupitajo que después se limpiaría con el dorso de la mano. Con cuidado y sin molestar demasiado, se levantó del suelo, recogió sus ropas y se retiró, echando un último vistazo a la escena de depravación que quedaba tras ella.
Abandonó la necrópolis y se dirigió al interior de la mansión, mas no fue a su habitación, consciente de que, en el estado en el que se encontraba, si cruzaba aquella puerta, las consecuencias podían ser nefastas para su yo inocente del pasado. Se metió en la estancia de Gula y allí tomó prestado el baño para asearse un poco. Se lavó de pies a cabeza y una vez lista, se pasó un buen rato cepillándose el pelo frente al espejo. Observó su vientre a través del reflejo y suspiró, dejando el cepillo sobre el tocador para acariciarse el abdomen con ambas manos, despacio, en movimientos circulares. Cualquiera diría que era una locura saber que estaba en cinta cuando tan sólo hacía media hora que todo había ocurrido, mas ella no tenía duda alguna, como tampoco la había tenido Svangur al asegurar que llevaba algo dentro que era de él, de ellos. No habían hecho falta más palabras, enseguida supo de lo que le hablaba.
Elevó el rostro de nuevo hasta que sus orbes se cruzaron con los de ella misma al otro lado del espejo. Durante unos instantes, aquella silueta pareció moverse por cuenta propia, ¿o lo hizo realmente? Le sonrió, una sonrisa ladeada y con malicia, algo de lo que solía carecer Lenina. Los orbes verdes de la hechicera, de aquella ajena a ella, se tornaron negros o más bien vacíos, como dos agujeros que daban paso a un abismo infinito.
De repente, aquella imagen saltó contra el espejo y éste se rompió, haciendo que varias esquirlas salieran despedidas y que la bruja se levantara sobresaltada. Frunció el ceño, porque entre el cristal quebrado, su reflejo había desaparecido por completo, pero el resto de la estancia se seguía viendo.
Abandonó la necrópolis y se dirigió al interior de la mansión, mas no fue a su habitación, consciente de que, en el estado en el que se encontraba, si cruzaba aquella puerta, las consecuencias podían ser nefastas para su yo inocente del pasado. Se metió en la estancia de Gula y allí tomó prestado el baño para asearse un poco. Se lavó de pies a cabeza y una vez lista, se pasó un buen rato cepillándose el pelo frente al espejo. Observó su vientre a través del reflejo y suspiró, dejando el cepillo sobre el tocador para acariciarse el abdomen con ambas manos, despacio, en movimientos circulares. Cualquiera diría que era una locura saber que estaba en cinta cuando tan sólo hacía media hora que todo había ocurrido, mas ella no tenía duda alguna, como tampoco la había tenido Svangur al asegurar que llevaba algo dentro que era de él, de ellos. No habían hecho falta más palabras, enseguida supo de lo que le hablaba.
Elevó el rostro de nuevo hasta que sus orbes se cruzaron con los de ella misma al otro lado del espejo. Durante unos instantes, aquella silueta pareció moverse por cuenta propia, ¿o lo hizo realmente? Le sonrió, una sonrisa ladeada y con malicia, algo de lo que solía carecer Lenina. Los orbes verdes de la hechicera, de aquella ajena a ella, se tornaron negros o más bien vacíos, como dos agujeros que daban paso a un abismo infinito.
De repente, aquella imagen saltó contra el espejo y éste se rompió, haciendo que varias esquirlas salieran despedidas y que la bruja se levantara sobresaltada. Frunció el ceño, porque entre el cristal quebrado, su reflejo había desaparecido por completo, pero el resto de la estancia se seguía viendo.
Lenina Blackbird- Hechicero Clase Alta
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Re: Reunión de cuervos // Privado - Blackbird
por Morrigan Blackbird Lun Oct 01, 2018 2:50 pm
La más joven de las presencias se marchó con el permiso del demonio, mientras la griega y Morrigan quedaban allí para seguir disfrutando de un encuentro sexual digno de la mejor de las reencarnaciones: la suya. La vuelta a la vida de la grandiosa, maravillosa, retorcida y dominante Khaelast.
La lengua de la morena se movía de manera lasciva cuando las doradas gotas la salpicaban y parte de la orina se le acumulaba en la curvatura de la sinhueso o debajo de esta, allí donde el frenillo impedía la total libertad de aquel músculo que, de poderse, se enroscaría como un huracán para hacer las delicias de la Gula. Se limpió la cara con la mano y luego la lamió sin miramiento alguno.
Una vez terminó el festival de la lluvia dorada, Svangur las ayudó a ambas a incorporarse y les ofreció una ocasión única. La Lujuria sonrió de manera exagerada y ladina, observando como el monstruo, ya vuelto a ser hombre, les chupaba los dedos sin dejar de observarlas a la espera de una respuesta que anticipaba. -Los Blackbirds somos expertos en guardar secretos, mi amor.- Aseguró Morrigan, retirando la mano del agarre ajeno y, antes de que éste pudiera hacer o decir nada más, le dio una firme y sonora bofetada que le hizo pestañear por la sorpresa, aunque a un ser tan rígido como Gula no le hizo girar la cara. -Dejémonos de preámbulos.- Desvió la vista hasta encontrarse con los dos zafiros de Artemis y, acariciándole con el dorso de la zurda la mejilla, se acercó hasta besarla despacio, casi con ternura. Mas ese acto calmo duró unos segundos antes de volverse apasionado, salvaje y lascivo a partes iguales. Mordió los carnosos belfos del pecado supremo y tiró de ellos, llenándolos de saliva.
En cuanto tuvo suficiente y se separó del rostro de Envidia, señaló el suelo con un movimiento de cabeza seco y demandante. -Arrodíllate ante las diosas del sexo.- Ordenó Khaelast.
La lengua de la morena se movía de manera lasciva cuando las doradas gotas la salpicaban y parte de la orina se le acumulaba en la curvatura de la sinhueso o debajo de esta, allí donde el frenillo impedía la total libertad de aquel músculo que, de poderse, se enroscaría como un huracán para hacer las delicias de la Gula. Se limpió la cara con la mano y luego la lamió sin miramiento alguno.
Una vez terminó el festival de la lluvia dorada, Svangur las ayudó a ambas a incorporarse y les ofreció una ocasión única. La Lujuria sonrió de manera exagerada y ladina, observando como el monstruo, ya vuelto a ser hombre, les chupaba los dedos sin dejar de observarlas a la espera de una respuesta que anticipaba. -Los Blackbirds somos expertos en guardar secretos, mi amor.- Aseguró Morrigan, retirando la mano del agarre ajeno y, antes de que éste pudiera hacer o decir nada más, le dio una firme y sonora bofetada que le hizo pestañear por la sorpresa, aunque a un ser tan rígido como Gula no le hizo girar la cara. -Dejémonos de preámbulos.- Desvió la vista hasta encontrarse con los dos zafiros de Artemis y, acariciándole con el dorso de la zurda la mejilla, se acercó hasta besarla despacio, casi con ternura. Mas ese acto calmo duró unos segundos antes de volverse apasionado, salvaje y lascivo a partes iguales. Mordió los carnosos belfos del pecado supremo y tiró de ellos, llenándolos de saliva.
En cuanto tuvo suficiente y se separó del rostro de Envidia, señaló el suelo con un movimiento de cabeza seco y demandante. -Arrodíllate ante las diosas del sexo.- Ordenó Khaelast.
Morrigan Blackbird- Vampiro Clase Alta
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Re: Reunión de cuervos // Privado - Blackbird
por Lenina Blackbird Jue Oct 18, 2018 8:03 am
-¿A dónde...?- Alcanzó a preguntar, al tiempo en que se aproximaba de nuevo al espejo roto y con la yema de los dedos reseguía las grietas. Nada, ella no se reflejaba por muy cerca que estuviera, ni tampoco se notaba ninguna perturbación como si fuera un fantasma. Estaba confusa, mucho e intentaba buscar alguna explicación plausible en todos aquellos libros sobre leyendas y rituales que había leído a lo largo del tiempo. -¡Ay!- Retiró la diestra a toda prisa y se miró el dedo índice, observando un pequeño corte que se había formado en éste. Frunció el ceño al ver formarse la pequeña gota de sangre, oscura y densa. Apretó a los lados con los dígitos de la otra mano para forzar la linfa, esperando a que ésta escurriera y el fluido se aclarara, mostrando el color rojizo de siempre, pero no lo hizo. Aquel líquido era negro como una noche sin luna, como el mismísimo abismo.
La preocupación hizo acto de presencia y la mirada de la bruja se torno vidriosa. Se mordió e labio inferior, conteniendo las repentinas ganas de llorar que sentía. Buscó a su alrededor algo con lo que detener el sangrado que, ahora, parecía no querer frenar por sí solo. Le entró pánico, temiendo que si alguien de la familia descubría aquello, la regañarían por romper el tocador y, además, la rechazarían por ese cambio repentino e inapropiado. Lenina era una niña encerrada en el cuerpo de una mujer y muchas de sus reacciones, sobretodo las más instintivas, tiraban más hacia aquella inocencia, en teoría, perdida que no hacía los genes de la familia cuervo.
La preocupación hizo acto de presencia y la mirada de la bruja se torno vidriosa. Se mordió e labio inferior, conteniendo las repentinas ganas de llorar que sentía. Buscó a su alrededor algo con lo que detener el sangrado que, ahora, parecía no querer frenar por sí solo. Le entró pánico, temiendo que si alguien de la familia descubría aquello, la regañarían por romper el tocador y, además, la rechazarían por ese cambio repentino e inapropiado. Lenina era una niña encerrada en el cuerpo de una mujer y muchas de sus reacciones, sobretodo las más instintivas, tiraban más hacia aquella inocencia, en teoría, perdida que no hacía los genes de la familia cuervo.
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