AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Let's play pretend! // Privado - Lobbo [+18]
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Let's play pretend! // Privado - Lobbo [+18]
Recuerdo del primer mensaje :
Tras su última conversación con el líder de la orden, se le había encomendado una misión distinta a las demás. Esta vez no se trataba de dar caza a un vampiro milenario ni de encontrar la guarida de un omega descarriado y peligroso, sino que el cometido de la loba era intentar organizar el norte. Los cazadores allí estaban desperdigados, actuaban en solitario, no atendían a normas ni se preocupaban por los rastros. Había que poner orden y Blackmore había confiado en Thea para llevar eso a cabo. Aquello iba para largo, no era algo que se pudiera cumplir en unos días. El territorio era basto y ella lo sabía mejor que nadie, a fin de cuentas se había criado en las tierras más salvajes, a pesar de ser hija de quien era y del trasfondo militar que la rodeaba.
Además, la cazadora tenía su propio plan, uno que, por encima, le había comentado a la orden de Hellsing, aunque al no tener del todo claro cómo saldría la cosa, no había ultimado detalles. Así que, en cierto modo, estaba sola ante el peligro por ahora. Ya más adelante, una vez asentadas las bases, profundizaría en el mecanismo y funcionamiento de su idea. Por el momento, debía acudir al concilio que se celebrara aquella tarde cerca de los bosques. Estudiar a la presa de cerca era primordial y Thea ya había fijado un objetivo, el varón más oven de los Landvik. Desde su punto de vista, ella era una candidata ideal para un matrimonio concertado y estaba dispuesta a arriesgar su libertad por una causa mayor. Esa familia tenía mucho poder en Rumanía y siendo todos licántropos, podía suponer un grave riesgo para la población, así que debían estar vigilados de cerca.
Se arregló lo suficiente como para en el evento llamar la atención, pero tampoco de manera exagerada como para parecer que eso mismo era lo que buscaba. Era una joven atractiva y la chica era plenamente consciente de ese hecho, así que lo utilizaba como un arma más cuando le resultaba de utilidad. Se conocía la zona como la palma de su mano y en caso de necesitar escapar si algo se torcía, no tendría problema en lograrlo. Pero debía ser positiva, se había estudiado el proceso que iba a llevarse a cabo en el concilio, los tiempos aproximados y a los que atenderían. Era meticulosa hasta rallar lo absurdo, pero eso le había salvado el trasero en diversas ocasiones.
Ella acudía como representantes de las tierras que su padre comandaba, así que tenía “invitación” sin necesidad de falsificarla. Llegó tarde expresamente, porque así ya todos estarían presentes y su arribada les obligaría a mirarla. Conocía como funcionaba la sociedad y lo que lograba captar atenciones, pues había asistidos a tantos actos políticos y militares como el mismísimo rey de Francia.
Tras su última conversación con el líder de la orden, se le había encomendado una misión distinta a las demás. Esta vez no se trataba de dar caza a un vampiro milenario ni de encontrar la guarida de un omega descarriado y peligroso, sino que el cometido de la loba era intentar organizar el norte. Los cazadores allí estaban desperdigados, actuaban en solitario, no atendían a normas ni se preocupaban por los rastros. Había que poner orden y Blackmore había confiado en Thea para llevar eso a cabo. Aquello iba para largo, no era algo que se pudiera cumplir en unos días. El territorio era basto y ella lo sabía mejor que nadie, a fin de cuentas se había criado en las tierras más salvajes, a pesar de ser hija de quien era y del trasfondo militar que la rodeaba.
Además, la cazadora tenía su propio plan, uno que, por encima, le había comentado a la orden de Hellsing, aunque al no tener del todo claro cómo saldría la cosa, no había ultimado detalles. Así que, en cierto modo, estaba sola ante el peligro por ahora. Ya más adelante, una vez asentadas las bases, profundizaría en el mecanismo y funcionamiento de su idea. Por el momento, debía acudir al concilio que se celebrara aquella tarde cerca de los bosques. Estudiar a la presa de cerca era primordial y Thea ya había fijado un objetivo, el varón más oven de los Landvik. Desde su punto de vista, ella era una candidata ideal para un matrimonio concertado y estaba dispuesta a arriesgar su libertad por una causa mayor. Esa familia tenía mucho poder en Rumanía y siendo todos licántropos, podía suponer un grave riesgo para la población, así que debían estar vigilados de cerca.
Se arregló lo suficiente como para en el evento llamar la atención, pero tampoco de manera exagerada como para parecer que eso mismo era lo que buscaba. Era una joven atractiva y la chica era plenamente consciente de ese hecho, así que lo utilizaba como un arma más cuando le resultaba de utilidad. Se conocía la zona como la palma de su mano y en caso de necesitar escapar si algo se torcía, no tendría problema en lograrlo. Pero debía ser positiva, se había estudiado el proceso que iba a llevarse a cabo en el concilio, los tiempos aproximados y a los que atenderían. Era meticulosa hasta rallar lo absurdo, pero eso le había salvado el trasero en diversas ocasiones.
Ella acudía como representantes de las tierras que su padre comandaba, así que tenía “invitación” sin necesidad de falsificarla. Llegó tarde expresamente, porque así ya todos estarían presentes y su arribada les obligaría a mirarla. Conocía como funcionaba la sociedad y lo que lograba captar atenciones, pues había asistidos a tantos actos políticos y militares como el mismísimo rey de Francia.
Última edición por Thea Silje el Jue Mar 29, 2018 2:30 pm, editado 1 vez
Theara Silje- Licántropo Clase Alta
- Mensajes : 106
Fecha de inscripción : 02/03/2018
Re: Let's play pretend! // Privado - Lobbo [+18]
El lago fue el lugar elegido para sellar aquel contrato de matrimonio concertado. Nos despedimos de los allí presentes,ella con esa sonrisa pintada en sus labios, por contra mi rostro creo que reflejaba el de un carnero dispuesto a acudir al matadero, y no el de un enamorado prometido que se va con su futura esposa a beber vino y dar un paseo por el lago.
La di tiempo a quitarse las botas, que se pusiera cómoda mientras en mi cabeza las ideas bailaban al ritmo del burdeos liquido de la botella.
Cuando sus orbes se hundieron en las mías asentí, era evidente que tenía mis reglas, pero también quería escuchar las suyas.
-Tu dices que me amas, esa es tu única motivación para esta boda, por mas que he pensado no he podido encontrar otra, así que ..deduzco querrás que no solo sea tu marido porque así lo digan los dioses que bendigan nuestra unión, querrás consumar la relación como mandan las leyes de nuestro pueblo ¿cierto? - ice una pausa descorchando la botella y tras dar un ligero sorbo que bañó mis labios de alcohol proseguí- Yo no tengo problema en tomarte -aseguré deslizando mis ojos por su cuerpo, se cumplirá la tradición la noche de bodas.
No voy a prometerte fidelidad, si discreción, nadie sabrá de mis escarceos fuera del matrimonio, tu honor quedará libre de toda sospecha.
Dejé escapar el aire antes de volver a llevar el vidrio a mis labios esta vez para dar un trago mas profundo.
-viviremos juntos, ante todos seremos un matrimonio normal, dos alfas que buscan el bien para su manada, nos respetaremos, te cuidaré...pero nunca te amaré. Es justo que sepas que nunca he experimentado ese sentimiento y no tengo intención de hacerlo.
Sabes que soy el hijo del Rey de Rumanía, aunque vivamos en los bosques, junto a la manada tengo obligaciones por y para la corona, serás libre de acompañarme o no en los viajes, mas en esta ocasión tendrás que venir y conocer a mi familia. Conozco a mi padre y de no hacerlo, Damon verá un desprecio por tu parte y una falta de protocolo por la mía.
La di tiempo a quitarse las botas, que se pusiera cómoda mientras en mi cabeza las ideas bailaban al ritmo del burdeos liquido de la botella.
Cuando sus orbes se hundieron en las mías asentí, era evidente que tenía mis reglas, pero también quería escuchar las suyas.
-Tu dices que me amas, esa es tu única motivación para esta boda, por mas que he pensado no he podido encontrar otra, así que ..deduzco querrás que no solo sea tu marido porque así lo digan los dioses que bendigan nuestra unión, querrás consumar la relación como mandan las leyes de nuestro pueblo ¿cierto? - ice una pausa descorchando la botella y tras dar un ligero sorbo que bañó mis labios de alcohol proseguí- Yo no tengo problema en tomarte -aseguré deslizando mis ojos por su cuerpo, se cumplirá la tradición la noche de bodas.
No voy a prometerte fidelidad, si discreción, nadie sabrá de mis escarceos fuera del matrimonio, tu honor quedará libre de toda sospecha.
Dejé escapar el aire antes de volver a llevar el vidrio a mis labios esta vez para dar un trago mas profundo.
-viviremos juntos, ante todos seremos un matrimonio normal, dos alfas que buscan el bien para su manada, nos respetaremos, te cuidaré...pero nunca te amaré. Es justo que sepas que nunca he experimentado ese sentimiento y no tengo intención de hacerlo.
Sabes que soy el hijo del Rey de Rumanía, aunque vivamos en los bosques, junto a la manada tengo obligaciones por y para la corona, serás libre de acompañarme o no en los viajes, mas en esta ocasión tendrás que venir y conocer a mi familia. Conozco a mi padre y de no hacerlo, Damon verá un desprecio por tu parte y una falta de protocolo por la mía.
Lobbo Landvik- Licántropo Clase Alta
- Mensajes : 178
Fecha de inscripción : 16/08/2016
Re: Let's play pretend! // Privado - Lobbo [+18]
Se notaba que Lobbo no estaba nada cómodo con la situación, que si aceptaba aquel matrimonio, no era sólo por las tierras, sino por su hermana, y que aún con todos los motivos que tenía para hacerlo, el temor que le tenía a casarse era mayor y le hacía temblar hasta el pulso, pues la botella de vino vibraba entre sus dedos.
Dejó las botas a un lado, alejadas de la orilla para que con un golpe de aire no cayeran y se mojara el caño. Se incorporó de nuevo y le dedicó toda su atención al joven Landvik, escuchando sus peticiones que, a pesar de todo, le parecieron lógicas. Ya se había mentalizado de antemano que debería entregar su cuerpo a ese hombre si quería que se tragara todo el cuento, incluso le había prometido la noche anterior que podría acostarse con ella cuanto quisiera, aunque no estaba del todo segura de si el contrario lo recordaba. Fue asintiendo a sus palabras, pues no quería interrumpirle y aguardó en silencio hasta que terminara. -El amor no es algo que se siente intencionadamente... pero soy consciente que no me quieres y lo respeto.- Ella debía permanecer en su papel, en el de la alfa siempre estirada que, de pronto y sin desearlo, se había enamorado del que se sentía su enemigo, de aquel lobo que más la odiaba. Una tragedia digna de Shakespeare y que, al igual que éstas, sólo era actuada, aunque el protagonista masculino actual no lo supiera.
Tomó una de las copas que aún sostenía el castaño en su mano y se la tendió para que la llenara de vino pues, al parecer, él prefería beber directamente de la botella, seguramente por los nervios. -Es lógico que deba ir a presentarme oficialmente como tu prometida, también tú tendrás que venir a presentarte ante Ruran y mi madre.- Sabía que aquel tema era delicado, que el que iba a ser su marido tenía un enfrentamiento pendiente con su padre, pero era protocolo, ambos lo sabían y, además, el General Silje no tenía intención alguna de iniciar una pelea con Lobbo, ni ahora ni nunca. A no ser que pusiera en riesgo la vida de su hija, claro estaba. -Yo sólo tengo una condición para este contrato...- Comentó en tono bajo, en una especie de murmuro, casi como si le avergonzara decirlo, aunque en el fondo le importara menos que nada. Pero era algo que pediría una joven profundamente enamorada. -Aunque esté implícito que… bueno, que puedas estar con otras… No quiero saberlo. Así que, por favor, sé discreto incluso conmigo.- Sus grandes orbes oscuros brillaban, casi como si la simple idea de pensar en ello le diera ganas de llorar. Mas lo que no sabía el chico es que para lograr eso, ella había recurrido a un triste recuerdo que la hizo entristecer sobremanera.
Dejó las botas a un lado, alejadas de la orilla para que con un golpe de aire no cayeran y se mojara el caño. Se incorporó de nuevo y le dedicó toda su atención al joven Landvik, escuchando sus peticiones que, a pesar de todo, le parecieron lógicas. Ya se había mentalizado de antemano que debería entregar su cuerpo a ese hombre si quería que se tragara todo el cuento, incluso le había prometido la noche anterior que podría acostarse con ella cuanto quisiera, aunque no estaba del todo segura de si el contrario lo recordaba. Fue asintiendo a sus palabras, pues no quería interrumpirle y aguardó en silencio hasta que terminara. -El amor no es algo que se siente intencionadamente... pero soy consciente que no me quieres y lo respeto.- Ella debía permanecer en su papel, en el de la alfa siempre estirada que, de pronto y sin desearlo, se había enamorado del que se sentía su enemigo, de aquel lobo que más la odiaba. Una tragedia digna de Shakespeare y que, al igual que éstas, sólo era actuada, aunque el protagonista masculino actual no lo supiera.
Tomó una de las copas que aún sostenía el castaño en su mano y se la tendió para que la llenara de vino pues, al parecer, él prefería beber directamente de la botella, seguramente por los nervios. -Es lógico que deba ir a presentarme oficialmente como tu prometida, también tú tendrás que venir a presentarte ante Ruran y mi madre.- Sabía que aquel tema era delicado, que el que iba a ser su marido tenía un enfrentamiento pendiente con su padre, pero era protocolo, ambos lo sabían y, además, el General Silje no tenía intención alguna de iniciar una pelea con Lobbo, ni ahora ni nunca. A no ser que pusiera en riesgo la vida de su hija, claro estaba. -Yo sólo tengo una condición para este contrato...- Comentó en tono bajo, en una especie de murmuro, casi como si le avergonzara decirlo, aunque en el fondo le importara menos que nada. Pero era algo que pediría una joven profundamente enamorada. -Aunque esté implícito que… bueno, que puedas estar con otras… No quiero saberlo. Así que, por favor, sé discreto incluso conmigo.- Sus grandes orbes oscuros brillaban, casi como si la simple idea de pensar en ello le diera ganas de llorar. Mas lo que no sabía el chico es que para lograr eso, ella había recurrido a un triste recuerdo que la hizo entristecer sobremanera.
Theara Silje- Licántropo Clase Alta
- Mensajes : 106
Fecha de inscripción : 02/03/2018
Re: Let's play pretend! // Privado - Lobbo [+18]
Llené su copa tanto que desbordé el burdeos manchado su mano, me eché a reír al verla saltar hacía atrás para que no manchara su elegante vestido y mordí mi inferior intentando contener la risa cuando alzó la mirada hasta encontrarse con mis pardos.
-Lo siento -dije antes de estallar en carcajadas, supongo no me venia mal liberar la tensión.
-Estoy de acuerdo, mi discreción no será solo cara a la sociedad ,si no a ti misma, no descubrirás nunca si vengo o no saciado cuando ocupe nuestro lecho -extendí la mano para sellar así el acuerdo que a simple vista parecía fácil de cumplir.
-Cambiaré mi fecha de regreso a Rumanía, iba a volver pasado mañana pero dado que estamos en el norte veo mas acorde acudir primero a los bosques y allí dar la “feliz” noticia a tu padre -ladeé la sonrisa ligeramente porque imaginar la cara que pondría el alfa sería digna de ver. Claro que quizás me equivocaba y le llenara de gozo saber que su hija se iba a desposar conmigo y que así zanjaríamos esta guerra encubierta que manteníamos ambos por las tierras – podemos pasar allí una semana y después viajaremos juntos a Rumanía para hacer lo propio con mi familia ¿estas de acuerdo?
Di un nuevo trago a la botella esperando su respuesta, que bien sabía sería afirmativa a fin de cuentas ella ya tenía lo que quería.
-Esta noche he quedado con los chicos para salir de fiesta, dado que acabamos de prometernos, supongo que lo coherente es que mantengamos las apariencias y que salgamos juntos, así nos conocemos un poco mas..se poco de ti..y creo que tu casi nada de mi.
Di un nuevo trago de la botella observando sus movimientos, si bien era cierto veía un amor ilógico dado que no me conocía, mas la locura que la cordura en ese acto, no apreciaba deseo ninguno, quizás porque era lo que estaba mas acostumbrado a vivir en una mujer, pero está era fría de cojones.
-Lo siento -dije antes de estallar en carcajadas, supongo no me venia mal liberar la tensión.
-Estoy de acuerdo, mi discreción no será solo cara a la sociedad ,si no a ti misma, no descubrirás nunca si vengo o no saciado cuando ocupe nuestro lecho -extendí la mano para sellar así el acuerdo que a simple vista parecía fácil de cumplir.
-Cambiaré mi fecha de regreso a Rumanía, iba a volver pasado mañana pero dado que estamos en el norte veo mas acorde acudir primero a los bosques y allí dar la “feliz” noticia a tu padre -ladeé la sonrisa ligeramente porque imaginar la cara que pondría el alfa sería digna de ver. Claro que quizás me equivocaba y le llenara de gozo saber que su hija se iba a desposar conmigo y que así zanjaríamos esta guerra encubierta que manteníamos ambos por las tierras – podemos pasar allí una semana y después viajaremos juntos a Rumanía para hacer lo propio con mi familia ¿estas de acuerdo?
Di un nuevo trago a la botella esperando su respuesta, que bien sabía sería afirmativa a fin de cuentas ella ya tenía lo que quería.
-Esta noche he quedado con los chicos para salir de fiesta, dado que acabamos de prometernos, supongo que lo coherente es que mantengamos las apariencias y que salgamos juntos, así nos conocemos un poco mas..se poco de ti..y creo que tu casi nada de mi.
Di un nuevo trago de la botella observando sus movimientos, si bien era cierto veía un amor ilógico dado que no me conocía, mas la locura que la cordura en ese acto, no apreciaba deseo ninguno, quizás porque era lo que estaba mas acostumbrado a vivir en una mujer, pero está era fría de cojones.
Lobbo Landvik- Licántropo Clase Alta
- Mensajes : 178
Fecha de inscripción : 16/08/2016
Re: Let's play pretend! // Privado - Lobbo [+18]
Sacudió la mano, alejada de la camisa para no mancharse, observando al contrario reírse. Normalmente le hubiese mirado con desdén por hacerlo, pero consideraba que era algo bueno que Lobbo se relajara, aunque fuera a su costa. Su fiera inferior gruñía, pero no se reflejaba en su rostro ni en sus orbes que seguían siendo marrones. Cogió la copa de nuevo con la mano aún algo húmeda y le tendió la seca al contrario para cerrar aquel trato.
Le dio un sorbo al vino cuando él habló sobre las fechas que se había marcado para viajar y alzó las cejas. -Una semana es mucho tiempo, bastará con que estemos allí un par de días. Mis padres saben bien quién eres, tienen todas las referencias que pudieran necesitar y, como ya te dije ayer, eran conscientes del motivo de mi presencia aquí en representación de la familia…- No deseaba tener a Lobbo con Ruran más tiempo de la cuenta, pues no se fiaba que el primero no perdiera las formas y en un arrebato de los suyos de orgullo, desafiara a su padre y todo el plan se fuera al traste. -Luego iremos a Rumanía. Estaremos allí el tiempo que desees.- Para ella, cuanto más tiempo pasara allí, mejor, pues podría indagar más a fondo, conocerse mejor la zona, los tiempos del servicio, de las guardias… No iba a ser fácil su misión, menos aún estando sola, sin apoyo, sin respaldo. Pero era una cazadora y conseguiría su objetivo, costara lo que costara.
Escuchó lo de la fiesta y pensó que sería el momento perfecto para poner a prueba sus dotes de convicción. Hacer creer a alguien que desconocía el amor en qué consistía y que lo tenía frente a sus ojos pero no lo sabía, era fácil, sin embargo, convencer a otros que tal vez si supieran ya lo que era amar, sería más complicado y debía ensayar antes de enfrentarse a los padres del que ya era su prometido. -Claro, me encantará acompañarte.- Le dedicó una cálida sonrisa de las suyas y con la mano seca buscó ahuecar la mejilla del joven Landvik en un intento de gesto cariñoso. Ni ella estaba acostumbrada a ofrecerlos a alguien ajeno a su familia, ni debía estarlo el licántropo frente a ella a recibirlos, así que si se veía algo raro, ninguno de los dos lo notaría. Eso sí, él se apartó de inmediato, casi como un acto reflejo. Ella se mordió el labio, agachando la vista, metida en su papel. Le dio dos tragos más al vino, algo largos. Era lo que era, sin embargo, llevaba sin meterse nada en el estómago desde hacía más de doce horas y ahora bebía un vino tinto y fuerte como si fuera agua. Mala combinación. -¿Quieres que regresemos al salón o hay algo que desees saber de mí ahora?- Ya que él decía querer conocerla mejor, había preguntas que rodados de gente no sería oportuno hacerlas, así que aquel era tan buen momento como cualquier otro a solas, tal vez mejor incluso por lo inesperado y la frescura. Sin meditar, sin filtros, directo.
Le dio un sorbo al vino cuando él habló sobre las fechas que se había marcado para viajar y alzó las cejas. -Una semana es mucho tiempo, bastará con que estemos allí un par de días. Mis padres saben bien quién eres, tienen todas las referencias que pudieran necesitar y, como ya te dije ayer, eran conscientes del motivo de mi presencia aquí en representación de la familia…- No deseaba tener a Lobbo con Ruran más tiempo de la cuenta, pues no se fiaba que el primero no perdiera las formas y en un arrebato de los suyos de orgullo, desafiara a su padre y todo el plan se fuera al traste. -Luego iremos a Rumanía. Estaremos allí el tiempo que desees.- Para ella, cuanto más tiempo pasara allí, mejor, pues podría indagar más a fondo, conocerse mejor la zona, los tiempos del servicio, de las guardias… No iba a ser fácil su misión, menos aún estando sola, sin apoyo, sin respaldo. Pero era una cazadora y conseguiría su objetivo, costara lo que costara.
Escuchó lo de la fiesta y pensó que sería el momento perfecto para poner a prueba sus dotes de convicción. Hacer creer a alguien que desconocía el amor en qué consistía y que lo tenía frente a sus ojos pero no lo sabía, era fácil, sin embargo, convencer a otros que tal vez si supieran ya lo que era amar, sería más complicado y debía ensayar antes de enfrentarse a los padres del que ya era su prometido. -Claro, me encantará acompañarte.- Le dedicó una cálida sonrisa de las suyas y con la mano seca buscó ahuecar la mejilla del joven Landvik en un intento de gesto cariñoso. Ni ella estaba acostumbrada a ofrecerlos a alguien ajeno a su familia, ni debía estarlo el licántropo frente a ella a recibirlos, así que si se veía algo raro, ninguno de los dos lo notaría. Eso sí, él se apartó de inmediato, casi como un acto reflejo. Ella se mordió el labio, agachando la vista, metida en su papel. Le dio dos tragos más al vino, algo largos. Era lo que era, sin embargo, llevaba sin meterse nada en el estómago desde hacía más de doce horas y ahora bebía un vino tinto y fuerte como si fuera agua. Mala combinación. -¿Quieres que regresemos al salón o hay algo que desees saber de mí ahora?- Ya que él decía querer conocerla mejor, había preguntas que rodados de gente no sería oportuno hacerlas, así que aquel era tan buen momento como cualquier otro a solas, tal vez mejor incluso por lo inesperado y la frescura. Sin meditar, sin filtros, directo.
Theara Silje- Licántropo Clase Alta
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Fecha de inscripción : 02/03/2018
Re: Let's play pretend! // Privado - Lobbo [+18]
Thea parecía ir cediendo a todo, como si en parte con tenerme le bastara, ademas me ponía las cosas fáciles, algo que agradecía. Supongo intuía que la presencia de dos machos alfa podría llevarnos a encontronazos varios y prefirió reducir la semana que yo plateé a dos días alegando que su padre ya sabía a lo que había venido al concilio
-¿y me pregunto yo ? -dije ladeando la sonrisa -no te habrá pedido tu padre te cases conmigo para que no exista entre los dos enfrentamiento posible ¿verdad?
Thea dio un nuevo sorbo de su copa de vino negando casi de inmediato con la cabeza.
-Tampoco me importaría, no puedo retar a tu padre sin estropear el trabajo de mi hermana. Yo quiero a mis hermanos, no hay nada que no haría por ambos, soy familiar y también mujeriego -añadí sonriendo porque eso lo sabía – me gusta pasar tiempo con los amigos..no se que contarte ¿por que no me preguntas?
Di un nuevo trago a la botella mirándola fijamente, había aceptado irse esa noche conmigo a celebrar el éxito del concilio, así que podríamos conocernos un poco mejor de un modo menos tenso que ahí..hablando de nosotros plantados el uno frente al otro.
-¿quieres mas? -le pregunté rellenandole la copa -y si vamos a mi cuarto, comemos algo y no se...seguimos con el interrogatorio bromee. Seguro que por la noche todos borrachos acabamos en el lago, así que no hace falta te despidas de el.
Empezamos a caminar de nuevo rumbo a Akershus.
-He visto que no te llevas bien con la mayoría de los alfas jóvenes..se que los ancianos respetan a tu padre..pero ¿por que ese rechazo? Es cierto que en su mayoría los jóvenes se llevan bien conmigo y saben del enfrentamiento pro las tierras ¿es eso?
Se también que no has estado siempre en el norte, tampoco yo..la mayor parte de mi vida la he pasado en Rumanía -llevé la boquilla a mis labios dando un nuevo trago - ¿estudiaste en Francia?
Seguimos andando hasta alcanzar el portón, antes, había tratado de tocarme la mejilla y la había esquivado, no se bien porque, si bien era cierto huía de todo gesto afectivo, con sexo nunca tenía problemas y con ella es como si simplemente no quisiera ningún tipo de contacto.
-¿y me pregunto yo ? -dije ladeando la sonrisa -no te habrá pedido tu padre te cases conmigo para que no exista entre los dos enfrentamiento posible ¿verdad?
Thea dio un nuevo sorbo de su copa de vino negando casi de inmediato con la cabeza.
-Tampoco me importaría, no puedo retar a tu padre sin estropear el trabajo de mi hermana. Yo quiero a mis hermanos, no hay nada que no haría por ambos, soy familiar y también mujeriego -añadí sonriendo porque eso lo sabía – me gusta pasar tiempo con los amigos..no se que contarte ¿por que no me preguntas?
Di un nuevo trago a la botella mirándola fijamente, había aceptado irse esa noche conmigo a celebrar el éxito del concilio, así que podríamos conocernos un poco mejor de un modo menos tenso que ahí..hablando de nosotros plantados el uno frente al otro.
-¿quieres mas? -le pregunté rellenandole la copa -y si vamos a mi cuarto, comemos algo y no se...seguimos con el interrogatorio bromee. Seguro que por la noche todos borrachos acabamos en el lago, así que no hace falta te despidas de el.
Empezamos a caminar de nuevo rumbo a Akershus.
-He visto que no te llevas bien con la mayoría de los alfas jóvenes..se que los ancianos respetan a tu padre..pero ¿por que ese rechazo? Es cierto que en su mayoría los jóvenes se llevan bien conmigo y saben del enfrentamiento pro las tierras ¿es eso?
Se también que no has estado siempre en el norte, tampoco yo..la mayor parte de mi vida la he pasado en Rumanía -llevé la boquilla a mis labios dando un nuevo trago - ¿estudiaste en Francia?
Seguimos andando hasta alcanzar el portón, antes, había tratado de tocarme la mejilla y la había esquivado, no se bien porque, si bien era cierto huía de todo gesto afectivo, con sexo nunca tenía problemas y con ella es como si simplemente no quisiera ningún tipo de contacto.
Lobbo Landvik- Licántropo Clase Alta
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Fecha de inscripción : 16/08/2016
Re: Let's play pretend! // Privado - Lobbo [+18]
Cuando le hizo aquella pregunta sobre su padre, negó sin dudarlo. Si bien aquella habría sido una mejor manera de enfocarlo, no quería meter a su padre en su misión, no le obligaría a mentir por ella y fingir querer casarla en contra de su voluntad por evitar una pelea, pues aunque el alfa quería sus tierras, por encima de ellas amaba a su esposa y sus hijas, como Lobbo lo hacía con sus hermanos. Así que la única solución que le había quedado viable, el único plan factible, era fingir estar enamorada de un hombre al que, ni por asomo, quería.
Asintió a lo del vino, aunque él ya le estaba rellenando la copa antes de que le dijera que sí siquiera. Emprendieron el camino de regreso, tras recuperar las botas y sin tener muy claro lo de ir a su habitación, pero de vuelta era lo único que les daría cierta privacidad, el dormitorio de uno o del otro. Le dio un trago largo a su bebida antes de contestar a la pregunta que siempre flotaba en el aire. -No es sólo por mi padre, yo sé tratar con la gente que se rige por la diplomacia, porque es lo que me ha rodeado toda la vida, desde niña…- Tomó aire despacio, dejándolo escapar con cada sílaba que pronunció a continuación. -Sólo hace cuatro años que me convertí y fue… bueno, digamos que no era lo que mi padre deseaba. Los demás lleváis mucho tiempo sintiendo al lobo dentro, conviviendo con él, aprendiendo a quererlo. Supongo que me rechazan porque yo lo recibí demasiado tarde y no es algo habitual entre las manadas bien asentadas.- Si bien se mordían a humanos de muchas edades distintas, no era normal que la familia de un alfa fuera enteramente humana y menos de uno con tanto poder como Ruran y, sin embargo, había sido el caso de las Silje hasta lo ocurrido con Thea, un hecho que nadie conocía realmente, excepto la orden y su propio padre. Para el resto del mundo, fue un acto por el bien de la manada. Todos creían que había sido el propio Ruran el que la había mordido para asegurarse una heredera y lo había hecho con el tiempo suficiente para enseñarle a controlar su parte licana. Pero nada más lejos de la realidad, aunque sería un secreto que la morena se llevaría a la tumba.
Giró el rostro para ver el foráneo, a ver qué expresaba tras escuchar sus palabras. Recordó entonces no haber respondido la última pregunta y asintió, en cierto modo si había “estudiado” allí. -No hay mejor universidad que la Sorbona de París.- Confirmó, aunque ella jamás la hubiese pisado. Sus estudios normales los había llevado a cabo en casa, instruida por profesores particulares que educaron a las tres hijas Silje.
Llegaron entonces a la entrada y se detuvo a ponerse de nuevo las botas que sostenía en su zurda, para ello tuvo que entregarle la copa a Lobbo. Una vez lista, pasaron al interior y subieron las escaleras en dirección a las habitaciones que habían sido dispuestas para los asistentes, aunque claro, la zona en la que se hospedaba el joven Landvik era más lujosa que el resto, no por nada era príncipe heredero de Rumanía y el hermano de la mujer que había organizado el concilio.
Asintió a lo del vino, aunque él ya le estaba rellenando la copa antes de que le dijera que sí siquiera. Emprendieron el camino de regreso, tras recuperar las botas y sin tener muy claro lo de ir a su habitación, pero de vuelta era lo único que les daría cierta privacidad, el dormitorio de uno o del otro. Le dio un trago largo a su bebida antes de contestar a la pregunta que siempre flotaba en el aire. -No es sólo por mi padre, yo sé tratar con la gente que se rige por la diplomacia, porque es lo que me ha rodeado toda la vida, desde niña…- Tomó aire despacio, dejándolo escapar con cada sílaba que pronunció a continuación. -Sólo hace cuatro años que me convertí y fue… bueno, digamos que no era lo que mi padre deseaba. Los demás lleváis mucho tiempo sintiendo al lobo dentro, conviviendo con él, aprendiendo a quererlo. Supongo que me rechazan porque yo lo recibí demasiado tarde y no es algo habitual entre las manadas bien asentadas.- Si bien se mordían a humanos de muchas edades distintas, no era normal que la familia de un alfa fuera enteramente humana y menos de uno con tanto poder como Ruran y, sin embargo, había sido el caso de las Silje hasta lo ocurrido con Thea, un hecho que nadie conocía realmente, excepto la orden y su propio padre. Para el resto del mundo, fue un acto por el bien de la manada. Todos creían que había sido el propio Ruran el que la había mordido para asegurarse una heredera y lo había hecho con el tiempo suficiente para enseñarle a controlar su parte licana. Pero nada más lejos de la realidad, aunque sería un secreto que la morena se llevaría a la tumba.
Giró el rostro para ver el foráneo, a ver qué expresaba tras escuchar sus palabras. Recordó entonces no haber respondido la última pregunta y asintió, en cierto modo si había “estudiado” allí. -No hay mejor universidad que la Sorbona de París.- Confirmó, aunque ella jamás la hubiese pisado. Sus estudios normales los había llevado a cabo en casa, instruida por profesores particulares que educaron a las tres hijas Silje.
Llegaron entonces a la entrada y se detuvo a ponerse de nuevo las botas que sostenía en su zurda, para ello tuvo que entregarle la copa a Lobbo. Una vez lista, pasaron al interior y subieron las escaleras en dirección a las habitaciones que habían sido dispuestas para los asistentes, aunque claro, la zona en la que se hospedaba el joven Landvik era más lujosa que el resto, no por nada era príncipe heredero de Rumanía y el hermano de la mujer que había organizado el concilio.
Theara Silje- Licántropo Clase Alta
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Re: Let's play pretend! // Privado - Lobbo [+18]
Íbamos rumbo a mi habitación cuando me crucé con Ubbe Cannif que decía ir de caza con Hakon, me preguntó si me apuntaba a una buena cacería, aunque pronto desvió la vista hacia la morena que me acompañaba.
-Ya veo que has cazado cabrón -me dijo dándome un golpe en el hombro con la mano. Por atrás aparecido el joven Cannif, Einar se subió de un salto al caballo de Ubbe casi tirándolo escaleras abajo porque la corpulencia del joven Cannif ya nada tenía que envidiar a la del general.
-¡arre! -dijo dándole unos azotes en el culo fingiendo ser un caballo. Ubbe lo lanzó por encima de su hombro con un gruñido y Einar riéndose con una pirueta cayó en pie varios escalones mas abajo haciendo una reverencia magistral.
-¿Eso donde lo has aprendido? -pregunto Ubbe con tono mordaz -¿en el colegio de pijos?.
Si algo molestaba al joven hijo de la pirata es que le recordaran que su educación había sido muy distinta de la del resto de Cannif, su madre era inglesa e insistió al conde para que internaran a su vástago en un sitio donde pudiera aprender algo mas que a manejar la espada.
Einar se bajó los pantalones y le enseñó la verga a Ubbe.
-Ven a comérmela -le respondió sacudiendosela antes de que el vikingo hijo de Erlend saliera corriendo tras el hijo de Höor ,ambos como dos gorilas escaleras abajo,
Pude ver una pequeña risa que asomaba en los labios de mi “prometida”
-Son así casi todo el tiempo -aseveré ladeando la sonrisa -supongo que en París tu educación habrá sido mas refinada y veras estas actuaciones un tanto ¿barbaras?
Continuamso ascendiendo llegando al ala norte del castillo, allí habían dispuesto una habitación para mi, era la que antiguamente ocupaba Sirius, ahora tenía su propia casa con mi hermana cerca de la casa Tollak.
Nos cruzamos de camino con una de las doncellas que con el gesto torcido iba detrás de un gata que llevaba un trozo de queso en la boca, la llamaba Torvi y gritaba desesperada amenazando con que se lo contaría al conde Hoor Cannif.
No tardé en caer..era la gata que hace tiempo acogieron los Cannif en la casa.
-Perdona, podrías traernos algo de cenar y una botella de vino -le pedí para ver como se giraba cruzando los brazos en jarra mirándome fijamente -¿que no tenéis piernas para bajar a la cocina y cogerlo vosotros mismos?
Tenía que reconocer que ese castillo nada tenía que ver con donde vivía mi padre, mucho mas dado la protocolo.
La morena no pudo contener la risa mientras yo la miraba de reojo.
-Pues nada preciosa, muéstrame tus dotes culinarias ¿no dicen que al marido se le conquista por el estomago? -le devolví el golpe con saña riéndome.
-Ya veo que has cazado cabrón -me dijo dándome un golpe en el hombro con la mano. Por atrás aparecido el joven Cannif, Einar se subió de un salto al caballo de Ubbe casi tirándolo escaleras abajo porque la corpulencia del joven Cannif ya nada tenía que envidiar a la del general.
-¡arre! -dijo dándole unos azotes en el culo fingiendo ser un caballo. Ubbe lo lanzó por encima de su hombro con un gruñido y Einar riéndose con una pirueta cayó en pie varios escalones mas abajo haciendo una reverencia magistral.
-¿Eso donde lo has aprendido? -pregunto Ubbe con tono mordaz -¿en el colegio de pijos?.
Si algo molestaba al joven hijo de la pirata es que le recordaran que su educación había sido muy distinta de la del resto de Cannif, su madre era inglesa e insistió al conde para que internaran a su vástago en un sitio donde pudiera aprender algo mas que a manejar la espada.
Einar se bajó los pantalones y le enseñó la verga a Ubbe.
-Ven a comérmela -le respondió sacudiendosela antes de que el vikingo hijo de Erlend saliera corriendo tras el hijo de Höor ,ambos como dos gorilas escaleras abajo,
Pude ver una pequeña risa que asomaba en los labios de mi “prometida”
-Son así casi todo el tiempo -aseveré ladeando la sonrisa -supongo que en París tu educación habrá sido mas refinada y veras estas actuaciones un tanto ¿barbaras?
Continuamso ascendiendo llegando al ala norte del castillo, allí habían dispuesto una habitación para mi, era la que antiguamente ocupaba Sirius, ahora tenía su propia casa con mi hermana cerca de la casa Tollak.
Nos cruzamos de camino con una de las doncellas que con el gesto torcido iba detrás de un gata que llevaba un trozo de queso en la boca, la llamaba Torvi y gritaba desesperada amenazando con que se lo contaría al conde Hoor Cannif.
No tardé en caer..era la gata que hace tiempo acogieron los Cannif en la casa.
-Perdona, podrías traernos algo de cenar y una botella de vino -le pedí para ver como se giraba cruzando los brazos en jarra mirándome fijamente -¿que no tenéis piernas para bajar a la cocina y cogerlo vosotros mismos?
Tenía que reconocer que ese castillo nada tenía que ver con donde vivía mi padre, mucho mas dado la protocolo.
La morena no pudo contener la risa mientras yo la miraba de reojo.
-Pues nada preciosa, muéstrame tus dotes culinarias ¿no dicen que al marido se le conquista por el estomago? -le devolví el golpe con saña riéndome.
Lobbo Landvik- Licántropo Clase Alta
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Re: Let's play pretend! // Privado - Lobbo [+18]
Mientras iban camino del ala norte, se cruzaron con algunos de los jóvenes Cannif. Podían no ser licántropos, pero Thea los conocía pues eran familia del conde y se los había cruzado en más de una ocasión en aquellas reuniones diplomáticas a las que acudía su padre y a las que solía llevar a su hija para que aprendiera y se codeara con gente poderosa que, con el tiempo, podría ayudarla. Obviamente era algo recíproco, las conexiones sólo funcionaban si los pros iban en ambas direcciones. Les saludó de manera cortés aunque ellos parecían demasiado enfrascados en pelearse y lanzarse por los aires. Les observó con curiosidad, hasta que el acto de Einar la dejó boquiabierta por la falta de pudor que poseía y el hecho de ser capaz de quedar completamente expuesto ante una mujer que no era ni sería la suya. Se cubrió con la mano, pero no pudo camuflar la risa que escapó de sus labios. Luego decían que los salvajes eran aquellos bajo el mando de Ruran, pero estaba claro que nada tenían que envidiarles los brutos que habitaban Akershus. Ante las palabras de Lobbo, se encogió ligeramente de hombros, terminando por descubrirse la boca. -En París se abusaba mucho de las apariencias, pero bajo los cuellos anchos y los puños con chorreras, había piojos como aquí hay pulgas. La diferencia es que aquí son más naturales, no se molestan en ocultar cómo son en realidad.- Lo dijo como un cumplido, otra cosa era que pudiera sonar bien o mal según quién lo escuchara y la percepción que tuviera de la morena que lo contaba.
Ya habiendo terminado de subir las escaleras, enfilando el pasillo hacia las estancias, se cruzaron con una sirvienta que perseguía a un felino que, al parecer, había robado algo y ella quería recuperarlo. El castaño se dirigió a la mujer para pedirle que llevara algo de comida a la habitación que él ocupaba y la mujer, falta de todos los modales que en su puesto debería tener, osó responderle que se buscara él mismo lo que quisiera que para algo tenía pies. La joven Silje parpadeó incrédula, más aún cuando Lobbo no le recriminó su comportamiento y pareció aceptar la negativa, dirigiéndose ahora a ella con una petición un tanto singular. -¿Cómo dices?- La mirada de la chica reflejaba incredulidad, pues no estaba segura de haber entendido bien lo que le decía. -¿Quieres que cocine para ti?- Si era sincera, Thea jamás cocinado en todos sus años de vida. En casa tenían servicio que se encargaba de esas cosas y, en ocasiones especiales, cuando había cocinado su madre cosas concretas como un pastel para Ruran o un guiso que solía hacer la abuela, sí que era cierto que ella había observado, ayudado incluso cortando algunos vegetales o despellejando la carne. Pero no tenía ninguna confianza en ser capaz de reproducir ninguno de aquellos platos a pesar de la buena memoria que tenía. Porque no tenía la práctica, sino que todo era teórica. Y, aún así, bajo la presión de aquella mirada y sonrisa ladina y de la frase con la que había rematado su prometido lo que quería, se vio en la obligación de asentir mientras se mordía el labio, esta vez sin fingir, pues realmente se sentía intimidada por la idea de preparar algo que fuera comestible. -Aunque te advierto que… no tengo mucha práctica.- No le podía decir que no tenía ninguna, pues la dejaría como una pésima futura esposa y no podía permitirse aquella reputación cuando acababa de conseguir sellar el compromiso con Lobbo. Intentando convencerse a sí misma que aquello formaba parte de la misión y que, como tal, lograría salir adelante para alcanzar su objetivo, fijó sus oscurecidos ojos en los orbes ajenos al preguntar. -¿Dónde queda la cocina?-
Ya habiendo terminado de subir las escaleras, enfilando el pasillo hacia las estancias, se cruzaron con una sirvienta que perseguía a un felino que, al parecer, había robado algo y ella quería recuperarlo. El castaño se dirigió a la mujer para pedirle que llevara algo de comida a la habitación que él ocupaba y la mujer, falta de todos los modales que en su puesto debería tener, osó responderle que se buscara él mismo lo que quisiera que para algo tenía pies. La joven Silje parpadeó incrédula, más aún cuando Lobbo no le recriminó su comportamiento y pareció aceptar la negativa, dirigiéndose ahora a ella con una petición un tanto singular. -¿Cómo dices?- La mirada de la chica reflejaba incredulidad, pues no estaba segura de haber entendido bien lo que le decía. -¿Quieres que cocine para ti?- Si era sincera, Thea jamás cocinado en todos sus años de vida. En casa tenían servicio que se encargaba de esas cosas y, en ocasiones especiales, cuando había cocinado su madre cosas concretas como un pastel para Ruran o un guiso que solía hacer la abuela, sí que era cierto que ella había observado, ayudado incluso cortando algunos vegetales o despellejando la carne. Pero no tenía ninguna confianza en ser capaz de reproducir ninguno de aquellos platos a pesar de la buena memoria que tenía. Porque no tenía la práctica, sino que todo era teórica. Y, aún así, bajo la presión de aquella mirada y sonrisa ladina y de la frase con la que había rematado su prometido lo que quería, se vio en la obligación de asentir mientras se mordía el labio, esta vez sin fingir, pues realmente se sentía intimidada por la idea de preparar algo que fuera comestible. -Aunque te advierto que… no tengo mucha práctica.- No le podía decir que no tenía ninguna, pues la dejaría como una pésima futura esposa y no podía permitirse aquella reputación cuando acababa de conseguir sellar el compromiso con Lobbo. Intentando convencerse a sí misma que aquello formaba parte de la misión y que, como tal, lograría salir adelante para alcanzar su objetivo, fijó sus oscurecidos ojos en los orbes ajenos al preguntar. -¿Dónde queda la cocina?-
Theara Silje- Licántropo Clase Alta
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Fecha de inscripción : 02/03/2018
Re: Let's play pretend! // Privado - Lobbo [+18]
No pude evitar ladear la sonrisa al verla tan nerviosa, mi cara de niño travieso, la de uno que acaba de cometer la maldad de su vida me llevó a morderme la lengua.
-Tampoco pido gran cosa, un entrecot, unas patatas..un vino y no se..¿postre?
Su corazón latía a mil por hora y eso me hacía reír de forma burlona mientras esta enarcaba una ceja al ver lo bien que estaba pasándomelo a costa de sus nervios.
Entramos en las cocinas, dentro una mujer removía con un cucharon enorme una especie de guiso de carne, maldecía en noruego a los hijos Cannif porque la parecer les habían cogido prestadas unas botellas de la bodega la noche anterior.
Apoyado en el arco de la puerta, observé como la loba entraba acobardada en las cocinas mientras la cocinera se cruzaba de brazos encarandola.
-¡que queréis ahora! -rugió malhumorada.
Allí el servicio era tan rudo como los mismos Cannif, creo que de no ser así no podrían servir. Fue en ese momento Orn el que entró por la puerta con una sonrisa torcida y se acercó a la cocinera dándole un azote en su gran culo.
-Que bien huele -dijo sonriente robando un par de trozos de queso. Le atizó en la mano con el cucharon forzándole a soltar al zorro el queso.
-¡largo de mi cocina! -rugió la mujer persiguiéndolo con el cucharon mientras este corría sin dejar de reírse.
Nos quedamos solos en la cocina, me acerqué a la loba sin borrar la sonrisa.
-¿que me vas a preparar de comida? -pregunté aguantando la risa.
Me pasó unas patatas para que las pelara y una navaja, iba a replicar, cuando esta me señaló con el indice haciéndome callar.
-¡Pélalas! -me ordenó -esto ha de ser trabajo en equipo -añadió suavizando su imperativo.
-¿Me vas a hacer trabajar en la cocina cuando estemos casados? -pregunté con una mueca de disgusto.
Una vez todo estuvo preparado, toamos una botella de vino tinto, los dos platos y subimos a mi habitación para comérnoslos tranquilos.
-Bueno..pregúntame cosas, al menos deberíamos saber algo uno del otro..¿no?
-Tampoco pido gran cosa, un entrecot, unas patatas..un vino y no se..¿postre?
Su corazón latía a mil por hora y eso me hacía reír de forma burlona mientras esta enarcaba una ceja al ver lo bien que estaba pasándomelo a costa de sus nervios.
Entramos en las cocinas, dentro una mujer removía con un cucharon enorme una especie de guiso de carne, maldecía en noruego a los hijos Cannif porque la parecer les habían cogido prestadas unas botellas de la bodega la noche anterior.
Apoyado en el arco de la puerta, observé como la loba entraba acobardada en las cocinas mientras la cocinera se cruzaba de brazos encarandola.
-¡que queréis ahora! -rugió malhumorada.
Allí el servicio era tan rudo como los mismos Cannif, creo que de no ser así no podrían servir. Fue en ese momento Orn el que entró por la puerta con una sonrisa torcida y se acercó a la cocinera dándole un azote en su gran culo.
-Que bien huele -dijo sonriente robando un par de trozos de queso. Le atizó en la mano con el cucharon forzándole a soltar al zorro el queso.
-¡largo de mi cocina! -rugió la mujer persiguiéndolo con el cucharon mientras este corría sin dejar de reírse.
Nos quedamos solos en la cocina, me acerqué a la loba sin borrar la sonrisa.
-¿que me vas a preparar de comida? -pregunté aguantando la risa.
Me pasó unas patatas para que las pelara y una navaja, iba a replicar, cuando esta me señaló con el indice haciéndome callar.
-¡Pélalas! -me ordenó -esto ha de ser trabajo en equipo -añadió suavizando su imperativo.
-¿Me vas a hacer trabajar en la cocina cuando estemos casados? -pregunté con una mueca de disgusto.
Una vez todo estuvo preparado, toamos una botella de vino tinto, los dos platos y subimos a mi habitación para comérnoslos tranquilos.
-Bueno..pregúntame cosas, al menos deberíamos saber algo uno del otro..¿no?
Lobbo Landvik- Licántropo Clase Alta
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Fecha de inscripción : 16/08/2016
Re: Let's play pretend! // Privado - Lobbo [+18]
Estaba claro que el castaño era aún más estúpido de lo que ella recordaba, pero no le quedaba más remedio que acceder a la petición e intentar demostrar que sus dotes culinarios, en realidad inexistentes, podían satisfacerlo. De no hacerlo, a lo mejor morían los dos envenenados, muy a lo Romeo y Julieta, pero en vez de por amor, por culpa de un lobo idiota. -Haré lo que pueda con los ingredientes que encuentre, está bien…- Puso una mano sobre la cara del muchacho, como si le apartara y silenciara al mismo tiempo, pero sin llegar realmente a empujarlo. Pasó frente a él hacia las cocinas, algo sencillo pues el olor guiaba sin fallo.
La mujer que se encontraron junto a los fogones, parecía tan bien educada como la que estaba arriba de la escalinata. Desde luego, un comportamiento semejante no sería tolerado en la casa del general Silje. Los sirvientes eran tratados con respeto, pero ellos conocían su lugar y el protocolo. Y, desde luego, no le alzarían la voz a un príncipe como lo estaba haciendo aquella cocinera. Los ojos de Thea no daban crédito y pasó de abrirlos como platos a parpadear en exceso. Y, por si fuera poco, entró en escena otro de los chicos Cannif, azotando el trasero de la señora antes de salir corriendo con una reprimenda y una mujer enfadada tras él dando grandes zancadas.
Una vez los dos solos, se aproximó a la encimera y observó lo que en ella había, tanto de alimento como de utensilios. Había algunos cacharros que no sabía ni para qué servían, por suerte lo que le había pedido no apuntaba ser muy difícil. Le entregó un saco pequeño lleno de patatas. -Pélalas. Yo comeré una, luego… añade las que vayas a comerte tú. Trabajo en equipo, así iremos más rápido.- Intentó suavizar la orden que, sin querer, había salido de sus labios como un torbellino. Localizó un buen filete y lo salpimentó mientras ponía una sartén al fuego. Aplastó un diente de ajo tras pelarlo y lo añadió, removiéndolo para que no se quemara, porque si recordaba que era algo que ocurría con suma facilidad. -Cuando nos casemos, espero que me ayudes en algunas cosas. Lo de la cocina… ya veremos.- No le iba a decir que esperaba que de lo de la comida se encargara una sirvienta y ella no tener que tocar nada crudo, excepto las frutas y verduras y sólo para llevárselas a la boca. Cuando estuvo aquello ya listo, echó la carne a dorar. Le preguntó cómo la quería, aunque siendo ambos licántropos, la respuesta era casi obvia: Poco hecho. Así que vuelta y vuelta y reservar. Hizo lo mismo con otro filete un poco más pequeño y cuando estuvo eso listo, echó las patatas con el jugo de la carne y el aceite para que cogieran mejor sabor. Se le quemaron un poco, en especial aquellas que habían quedado muy finas, pero se le ocurrió algo que decir mientras servía todo en dos platos. -No estoy acostumbrada a cocinar así… en casa solemos cocinar directamente sobre las brasas.- Otra mentira más para la lista.
Subieron, finalmente, al dormitorio de Lobbo y se acomodaron en la cama, sentado el uno al lado del otro, aunque sentados de manera que se medio encaraban al tener cada uno una pierna flexionada sobre el colchón, dándoles así mejor apoyo para el plato. -Tenías razón antes en el lago, preguntar así sin más… Es un poco raro y forzado.- Le observó antes de darle un sorbo a su copa de vino, la cuál dejó en la mesita de noche antes de disponerse a cortar la carne en trozos pequeños que pudiera manejar. -¿Eres alérgico a algo?- Fue la primera pregunta que le vino a la cabeza, ya que se disponían a comer y tenía su lógica. -Yo se la tengo a la piel de los melocotones o duraznos, como los llaméis aquí. Esa pelusilla hace que se me irrite la piel de la cara y me salgan sarpullidos. Nada grave, pero prefiero evitar tocarlos hasta que no están pelados...- ¿Por qué le soltaba aquello? A Saber, tal vez por romper el hielo de una vez.
La mujer que se encontraron junto a los fogones, parecía tan bien educada como la que estaba arriba de la escalinata. Desde luego, un comportamiento semejante no sería tolerado en la casa del general Silje. Los sirvientes eran tratados con respeto, pero ellos conocían su lugar y el protocolo. Y, desde luego, no le alzarían la voz a un príncipe como lo estaba haciendo aquella cocinera. Los ojos de Thea no daban crédito y pasó de abrirlos como platos a parpadear en exceso. Y, por si fuera poco, entró en escena otro de los chicos Cannif, azotando el trasero de la señora antes de salir corriendo con una reprimenda y una mujer enfadada tras él dando grandes zancadas.
Una vez los dos solos, se aproximó a la encimera y observó lo que en ella había, tanto de alimento como de utensilios. Había algunos cacharros que no sabía ni para qué servían, por suerte lo que le había pedido no apuntaba ser muy difícil. Le entregó un saco pequeño lleno de patatas. -Pélalas. Yo comeré una, luego… añade las que vayas a comerte tú. Trabajo en equipo, así iremos más rápido.- Intentó suavizar la orden que, sin querer, había salido de sus labios como un torbellino. Localizó un buen filete y lo salpimentó mientras ponía una sartén al fuego. Aplastó un diente de ajo tras pelarlo y lo añadió, removiéndolo para que no se quemara, porque si recordaba que era algo que ocurría con suma facilidad. -Cuando nos casemos, espero que me ayudes en algunas cosas. Lo de la cocina… ya veremos.- No le iba a decir que esperaba que de lo de la comida se encargara una sirvienta y ella no tener que tocar nada crudo, excepto las frutas y verduras y sólo para llevárselas a la boca. Cuando estuvo aquello ya listo, echó la carne a dorar. Le preguntó cómo la quería, aunque siendo ambos licántropos, la respuesta era casi obvia: Poco hecho. Así que vuelta y vuelta y reservar. Hizo lo mismo con otro filete un poco más pequeño y cuando estuvo eso listo, echó las patatas con el jugo de la carne y el aceite para que cogieran mejor sabor. Se le quemaron un poco, en especial aquellas que habían quedado muy finas, pero se le ocurrió algo que decir mientras servía todo en dos platos. -No estoy acostumbrada a cocinar así… en casa solemos cocinar directamente sobre las brasas.- Otra mentira más para la lista.
Subieron, finalmente, al dormitorio de Lobbo y se acomodaron en la cama, sentado el uno al lado del otro, aunque sentados de manera que se medio encaraban al tener cada uno una pierna flexionada sobre el colchón, dándoles así mejor apoyo para el plato. -Tenías razón antes en el lago, preguntar así sin más… Es un poco raro y forzado.- Le observó antes de darle un sorbo a su copa de vino, la cuál dejó en la mesita de noche antes de disponerse a cortar la carne en trozos pequeños que pudiera manejar. -¿Eres alérgico a algo?- Fue la primera pregunta que le vino a la cabeza, ya que se disponían a comer y tenía su lógica. -Yo se la tengo a la piel de los melocotones o duraznos, como los llaméis aquí. Esa pelusilla hace que se me irrite la piel de la cara y me salgan sarpullidos. Nada grave, pero prefiero evitar tocarlos hasta que no están pelados...- ¿Por qué le soltaba aquello? A Saber, tal vez por romper el hielo de una vez.
Theara Silje- Licántropo Clase Alta
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Fecha de inscripción : 02/03/2018
Re: Let's play pretend! // Privado - Lobbo [+18]
¿Melocotón? ¿Si era alérgico? ¿en serio? La risa que me entro hizo que escupiera parte del vino que estaba tragando en ese momento.
-¿En serio Thea? Soy un licantropo, no tengo alergias, ni enfermedades, soy fuerte, hijo de la luna...
Llené la copa, iba a necesitar muchas de estas para asumir una noche con ella.
Había intentado animar el ambiente, ya que tenía que joderme y casarme, al menos divertirnos, pero no, la loba llevaba un palo metido por el culo y lo único que tenía ganas es de que pasaran las horas y poder ir a la taberna con mis amigos.
La botella calló entre los dos, hablamos poco, peor por suerte no faltó alcohol. Agradecí a los dioses que la noche sobre ambos cayera. No había descubierto nada de ella aparte de lo que ya sabía y era evidente, que me aburría a su lado y que pese a ser norteña, parecía una dama parisina plagada de “saber estar”
Intentaba mostrar cierto interés en aquello que me decía, pero la verdad es que no se me daba bien disimular el tedio que sentía y en mas de una ocasión creo que mi barbilla tocó mi pecho al pegar una cabezada mientras hablaba de sus estudios o eso creo.
-¿Vamos a la taberna? -pregunté ensanchando la sonrisa finalmente.
Tampoco le di mucho tiempo para responder, pues yo ya estaba en pie colocándome las pieles sobre los hombros.
Al entrar en la taberna todos nos miraron sin comprender, podía ver en sus miradas reflejadas las dudas de por que ambos habíamos llegado juntos. Ella no les caía bien y bien podía jodernos la noche, peor si iba a convertirla en mi mujer, tampoco tenía muchas mas opciones.
-¡¿que pasa?! -dije saludando a unos y a otros, chocando las manos, las cabezas, los pechos entre gruñidos.
Nos hicieron un hueco y pronto nos sirvieron unas jarras que corrieron presurosas mientras reíamos, vocifeabamos contando chanzas pasadas y como no, felicitándome por el discurso de mi hermana.
Thea se mantenía en un segundo plano, jugando con su jarra mientras el resto las íbamos apurando.
-Es mi prometida, la cosa a surgido así -intentaba no dar demasiadas explicaciones, pero era evidente la frialdad existente entre ambos.
Fue entonces cuando una rubía de ojos de gata se acercó a mi, habíamos tonteado en algunos de mis viajes a Akershus, era una escudera, contaba bien y mas de una vez el lago había ardido con la fricción de nuestros cuerpos.
Las miradas de ambos se hicieron patentes, peor esta vez aunque iba ya animad por el alcohol no me acerqué pues Thea estaba allí y el trato acordado era que ella no descubriera nunca las mujeres que me abrían sus piernas.
-¿En serio Thea? Soy un licantropo, no tengo alergias, ni enfermedades, soy fuerte, hijo de la luna...
Llené la copa, iba a necesitar muchas de estas para asumir una noche con ella.
Había intentado animar el ambiente, ya que tenía que joderme y casarme, al menos divertirnos, pero no, la loba llevaba un palo metido por el culo y lo único que tenía ganas es de que pasaran las horas y poder ir a la taberna con mis amigos.
La botella calló entre los dos, hablamos poco, peor por suerte no faltó alcohol. Agradecí a los dioses que la noche sobre ambos cayera. No había descubierto nada de ella aparte de lo que ya sabía y era evidente, que me aburría a su lado y que pese a ser norteña, parecía una dama parisina plagada de “saber estar”
Intentaba mostrar cierto interés en aquello que me decía, pero la verdad es que no se me daba bien disimular el tedio que sentía y en mas de una ocasión creo que mi barbilla tocó mi pecho al pegar una cabezada mientras hablaba de sus estudios o eso creo.
-¿Vamos a la taberna? -pregunté ensanchando la sonrisa finalmente.
Tampoco le di mucho tiempo para responder, pues yo ya estaba en pie colocándome las pieles sobre los hombros.
Al entrar en la taberna todos nos miraron sin comprender, podía ver en sus miradas reflejadas las dudas de por que ambos habíamos llegado juntos. Ella no les caía bien y bien podía jodernos la noche, peor si iba a convertirla en mi mujer, tampoco tenía muchas mas opciones.
-¡¿que pasa?! -dije saludando a unos y a otros, chocando las manos, las cabezas, los pechos entre gruñidos.
Nos hicieron un hueco y pronto nos sirvieron unas jarras que corrieron presurosas mientras reíamos, vocifeabamos contando chanzas pasadas y como no, felicitándome por el discurso de mi hermana.
Thea se mantenía en un segundo plano, jugando con su jarra mientras el resto las íbamos apurando.
-Es mi prometida, la cosa a surgido así -intentaba no dar demasiadas explicaciones, pero era evidente la frialdad existente entre ambos.
Fue entonces cuando una rubía de ojos de gata se acercó a mi, habíamos tonteado en algunos de mis viajes a Akershus, era una escudera, contaba bien y mas de una vez el lago había ardido con la fricción de nuestros cuerpos.
Las miradas de ambos se hicieron patentes, peor esta vez aunque iba ya animad por el alcohol no me acerqué pues Thea estaba allí y el trato acordado era que ella no descubriera nunca las mujeres que me abrían sus piernas.
Lobbo Landvik- Licántropo Clase Alta
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Re: Let's play pretend! // Privado - Lobbo [+18]
Arrugó la frente ante aquella contestación tan engreída que parecía querer ridiculizarla. -También yo soy un licántropo y ya ves, tengo alergias. ¿Por qué te crees que nos afectan las balas de plata y no las normales?- Lo dejó en el aire, invirtiendo las tornas de ver quién era el tonto ahí y quién no. Ella tenía claro lo que sabía y por mucho que la gente se empeñara en decir que ellos no sufrían enfermedades, era falso. Al menos sabía que tenían problemas con plantas como el acónito.
El resto de la tarde la pasaron intentando mantener una conversación, aunque casi parecía que sólo hablaba ella y él asentía, y se dormía, de vez en cuando. Thea intentaba amenizar las cosas, suavizar la transición, pero el castaño era testarudo como una mula, empeñado en que nada interesaba si no había diversión. La morena se mordía la lengua para no cantarle las cuarenta y decirle que ya era hora que madurara, que no era precisamente un niño, aunque como uno se comportara. El vino, al menos, ayudó a soportar las horas, porque desde luego, Lobbo, no era la más grata de las compañías. Así que cuando éste dijo de ir a la taberna, aunque aquel no fuera el lugar más acogedor del mundo, la muchacha se levantó de inmediato y de ser una charca se hubiese lanzado de cabeza. -Irá a mi habitación a por algo de abrigo, nos vemos abajo.- Dicho eso se alejó a toda prisa, no porque no deseara hacerle esperar demasiado, sino porque necesitaba un rato a solas, un momento para ser sincera consigo misma y para golpear algo.
Pasados varios minutos, se reunió con el joven Landvik en el portón del gran caserío y juntos se dirigieron a la taberna a encontrarse con los amigos del chico. Todas las miradas se clavaron en ellos nada más entrar, o más bien en Thea, pues no sólo no le caía bien a la mayoría, sino que encima venía con Lobbo, su supuesto enemigo, dicho por él y no por ella, estaba claro. Para la heredera Silje, el contrario jamás había supuesto una amenaza, pero no podía decírselo o heriría su orgullo de macho y estropearía el trato al que habían llegado, además de descubrir su tapadera de mujer enamorada.
Se sentó con ellos, ignorando los susurros y cogió una jarra. El vaso bailaba entre sus dedos y, de vez en cuando, se lo llevaba a los labios y le daba un trago. Pero en lo que ella se terminaba la primera copa, los demás iban ya por la cuarta o la quinta. Jamás encajaría entre aquellos salvajes sin modales, pero tenía que intentarlo. De repente, se hizo un silencio extraño y la chica alzó la vista, encontrándose con aquella rubia a cierta distancia. Podía reconocer el modo en que miraba a su ahora prometido, porque aunque todos la creyeran una estirada, seguía siendo una loba y no había nacido ayer. Ladeó una breve sonrisa, efímera, una que nadie pudo ver porque ninguno se fijaba en ella ahora, pero las cosas iban a cambiar. Llevó la diestra al rostro de Lobbo, en un gesto lento que casi parecía que le acariciara la barba, mas lo que hizo fue girarle la cara para que sus ojos se encontraran y sin mediar palabra, atrapó los labios ajenos en un mordisco que pronto se convirtió en un beso profundo con lengua. Cuando sintió los orbes de toda la mesa clavados en ellos, le dio una suave palmadita en la mejilla al castaño y se levantó de la mesa. -Con vuestro permiso, voy a pedirme una copa de vino.- Les dedicó una amable sonrisa y se alejó hacia la barra, donde se acomodó a la espera de su bebida.
El resto de la tarde la pasaron intentando mantener una conversación, aunque casi parecía que sólo hablaba ella y él asentía, y se dormía, de vez en cuando. Thea intentaba amenizar las cosas, suavizar la transición, pero el castaño era testarudo como una mula, empeñado en que nada interesaba si no había diversión. La morena se mordía la lengua para no cantarle las cuarenta y decirle que ya era hora que madurara, que no era precisamente un niño, aunque como uno se comportara. El vino, al menos, ayudó a soportar las horas, porque desde luego, Lobbo, no era la más grata de las compañías. Así que cuando éste dijo de ir a la taberna, aunque aquel no fuera el lugar más acogedor del mundo, la muchacha se levantó de inmediato y de ser una charca se hubiese lanzado de cabeza. -Irá a mi habitación a por algo de abrigo, nos vemos abajo.- Dicho eso se alejó a toda prisa, no porque no deseara hacerle esperar demasiado, sino porque necesitaba un rato a solas, un momento para ser sincera consigo misma y para golpear algo.
Pasados varios minutos, se reunió con el joven Landvik en el portón del gran caserío y juntos se dirigieron a la taberna a encontrarse con los amigos del chico. Todas las miradas se clavaron en ellos nada más entrar, o más bien en Thea, pues no sólo no le caía bien a la mayoría, sino que encima venía con Lobbo, su supuesto enemigo, dicho por él y no por ella, estaba claro. Para la heredera Silje, el contrario jamás había supuesto una amenaza, pero no podía decírselo o heriría su orgullo de macho y estropearía el trato al que habían llegado, además de descubrir su tapadera de mujer enamorada.
Se sentó con ellos, ignorando los susurros y cogió una jarra. El vaso bailaba entre sus dedos y, de vez en cuando, se lo llevaba a los labios y le daba un trago. Pero en lo que ella se terminaba la primera copa, los demás iban ya por la cuarta o la quinta. Jamás encajaría entre aquellos salvajes sin modales, pero tenía que intentarlo. De repente, se hizo un silencio extraño y la chica alzó la vista, encontrándose con aquella rubia a cierta distancia. Podía reconocer el modo en que miraba a su ahora prometido, porque aunque todos la creyeran una estirada, seguía siendo una loba y no había nacido ayer. Ladeó una breve sonrisa, efímera, una que nadie pudo ver porque ninguno se fijaba en ella ahora, pero las cosas iban a cambiar. Llevó la diestra al rostro de Lobbo, en un gesto lento que casi parecía que le acariciara la barba, mas lo que hizo fue girarle la cara para que sus ojos se encontraran y sin mediar palabra, atrapó los labios ajenos en un mordisco que pronto se convirtió en un beso profundo con lengua. Cuando sintió los orbes de toda la mesa clavados en ellos, le dio una suave palmadita en la mejilla al castaño y se levantó de la mesa. -Con vuestro permiso, voy a pedirme una copa de vino.- Les dedicó una amable sonrisa y se alejó hacia la barra, donde se acomodó a la espera de su bebida.
Theara Silje- Licántropo Clase Alta
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Re: Let's play pretend! // Privado - Lobbo [+18]
Miraba a la rubia de refilon, ella por contra lo hacía con descaro, pues nada le debía a la que de repente, y sin anuncio previo, se había prometido conmigo.
Sonreía lasciva, dando sorbos de la jarra, relamiéndose los labios húmedos de alcohol mientras hablaba con una de las escuderas sin apartar de mi sus dos orbes claros.
Absorto en ella y en la conversación que mantenía con Skoll sobre Randulf y sus cacerías de licanos para modificarlos en soldados perfectos, no me percaté de que mi prometida posaba aburrida su diestra en mi mejilla. Una caricia suave que me forzó a mirarla, mis ojos se hundieron en sus pardos, apenas un efímero instante pues pronto atajó la distancia trasformandonos en cíclopes, su boca arrasó con la mía mojada en alcohol, su lengua creo un tornado alrededor de mi sinhueso un gruñido gutural escapó de mi garganta llevando a los presentes a guardar silencio mientras nos miraban.
Mi instinto animal respondió, con las jarras de mas que llevaba encima, no pensé, mi diestra atrapó su nuca atrayendola mas contra mi, y como un ariete fue mi lengua la que se adentró entre sus labios profundizando aquel beso que se convirtió en un duelo de egos, el mismo que los dos alfas nos traíamos por las tierras que su padre hoy gobernaba.
Mis ojos delataron mi deseo, ámbar como la miel centellearon y del mismo modo que llegó, pero con dos sutiles golpecitos dejó mis labios mojados de saliva y se apartó para ir a por vino.
Gruñí siguiendo su estela con mi mirada mientras esta se contoneaba camino a la barra.
Una mezcla de lujuria, ganas y rabia me invadía, pues con su acción me dejaba allí como un idiota plantado. Yo no dejaba nunca escapar una presa, así que tras apurar mi jarra de un trago me decidí a seguir a mi ahora prometida.
Mi cuerpo se alzó de la mesa, no tardé e atajar la distancia y sin mas la giré enfrentando sus ahora ámbar. Por unos segundos nos contemplamos en un descarado reto, el mismo en el que ninguno cede a mostrar lo que piensa del otro o lo que desea.
Sus labios se entreabren, creo que decidida a decir alguna cosa , mas yo no le permito hacerlo, muerdo sus labios, le devuelvo el reto, mis brazos la acorralan contra la barra y es su espalda la que choca contra la madera mientras su cuerpo se estremece y su boca jadea.
-¿que buscas Loba? -susurré deslizando mi lengua por sus labios -si es marcar a tu macho lo has hecho ¿solo pretendías eso?
No era un necio, sabía que se había percatado de las miradas entre la rubia y yo.
Sonreía lasciva, dando sorbos de la jarra, relamiéndose los labios húmedos de alcohol mientras hablaba con una de las escuderas sin apartar de mi sus dos orbes claros.
Absorto en ella y en la conversación que mantenía con Skoll sobre Randulf y sus cacerías de licanos para modificarlos en soldados perfectos, no me percaté de que mi prometida posaba aburrida su diestra en mi mejilla. Una caricia suave que me forzó a mirarla, mis ojos se hundieron en sus pardos, apenas un efímero instante pues pronto atajó la distancia trasformandonos en cíclopes, su boca arrasó con la mía mojada en alcohol, su lengua creo un tornado alrededor de mi sinhueso un gruñido gutural escapó de mi garganta llevando a los presentes a guardar silencio mientras nos miraban.
Mi instinto animal respondió, con las jarras de mas que llevaba encima, no pensé, mi diestra atrapó su nuca atrayendola mas contra mi, y como un ariete fue mi lengua la que se adentró entre sus labios profundizando aquel beso que se convirtió en un duelo de egos, el mismo que los dos alfas nos traíamos por las tierras que su padre hoy gobernaba.
Mis ojos delataron mi deseo, ámbar como la miel centellearon y del mismo modo que llegó, pero con dos sutiles golpecitos dejó mis labios mojados de saliva y se apartó para ir a por vino.
Gruñí siguiendo su estela con mi mirada mientras esta se contoneaba camino a la barra.
Una mezcla de lujuria, ganas y rabia me invadía, pues con su acción me dejaba allí como un idiota plantado. Yo no dejaba nunca escapar una presa, así que tras apurar mi jarra de un trago me decidí a seguir a mi ahora prometida.
Mi cuerpo se alzó de la mesa, no tardé e atajar la distancia y sin mas la giré enfrentando sus ahora ámbar. Por unos segundos nos contemplamos en un descarado reto, el mismo en el que ninguno cede a mostrar lo que piensa del otro o lo que desea.
Sus labios se entreabren, creo que decidida a decir alguna cosa , mas yo no le permito hacerlo, muerdo sus labios, le devuelvo el reto, mis brazos la acorralan contra la barra y es su espalda la que choca contra la madera mientras su cuerpo se estremece y su boca jadea.
-¿que buscas Loba? -susurré deslizando mi lengua por sus labios -si es marcar a tu macho lo has hecho ¿solo pretendías eso?
No era un necio, sabía que se había percatado de las miradas entre la rubia y yo.
Lobbo Landvik- Licántropo Clase Alta
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Re: Let's play pretend! // Privado - Lobbo [+18]
Estaba convencida que, orgulloso como era el licántropo, no se quedaría allí sentado viendo como ella se marchaba. Había actuado a sabiendas de que él reaccionaría, que macho alfa como se sentía, no permitiría que una hembra jugara con él, acostumbrado a ser él el que jugara con todas. Así que aguardó allí, no sólo a que le sirvieran la copa, sino a que Lobbo apareciera para exigir explicaciones o bien actuar como se le antojara, reclamando lo que creía suyo por derecho ahora que se suponía eran “pareja”.
No habían pasado ni dos minutos, que apareció el joven Landvik y de un tirón la hizo girar sobre los talones para enfrentar sus miradas ámbar. Sólo les faltó gruñir para terminar de demostrar abiertamente que se retaban. Entreabrió la boa, no para mostrar los dientes como una fiera, sino para hablar, pero el contrario decidió que no le dejaría tener la primera palabra y dejó una mordida de advertencia en sus labios, aunque cargada de esa libido que el castaño parecía rezumar. Desvió un instante la vista, no porque pretendiera evadir los orbes ajenos, sino por aquella prisión que, de repente, su acompañante había puesto al colocar los brazos a ambos lados de su cuerpo. Regresó a ver los ojos dorados del lobo y ladeó ligeramente la cabeza en un gesto muy canino. -Fue un castigo por romper tu promesa a las pocas horas de haberla hecho.- Thea le daba mucha importancia a las normas y le estaba dejando clara su posición al respecto. Si bien le importaba, realmente, tres pimientos que se tirara a medio Akershus, le había pedido únicamente una cosa y ya había comprobado que era incapaz de cumplirla. Obviamente no pretendía que impidiera que las mujeres se lo comieran con los ojos, pero sí que él fingiera que no las veía. No era una tarea complicada, a fin de cuentas, ella lo hacía perfectamente al simular que estaba enamorada de él cuando ni por asomo lo hacía.
Vio como le acercaban la copa y la dejaban junto a ambos sobre la barra. Sin cortarse un pelo, se giró entre los brazos ajenos, dándole la espalda al licántropo y le dio un leve trago a su vino tinto. Lo paladeó como si no acabara de dejar al chico Landvik con la palabra en la boca. -Está bastante bueno a pesar de no ser francés.- Comentó de manera despreocupada y volvió a mirar al muchacho con una sonrisa. -¿Quieres probarlo?- Era experta en controlar su temperamento, en mostrarse calmada en todo momento. Y sabía que aquella actitud exasperaría aún más a Lobbo, rey de la impaciencia,
No habían pasado ni dos minutos, que apareció el joven Landvik y de un tirón la hizo girar sobre los talones para enfrentar sus miradas ámbar. Sólo les faltó gruñir para terminar de demostrar abiertamente que se retaban. Entreabrió la boa, no para mostrar los dientes como una fiera, sino para hablar, pero el contrario decidió que no le dejaría tener la primera palabra y dejó una mordida de advertencia en sus labios, aunque cargada de esa libido que el castaño parecía rezumar. Desvió un instante la vista, no porque pretendiera evadir los orbes ajenos, sino por aquella prisión que, de repente, su acompañante había puesto al colocar los brazos a ambos lados de su cuerpo. Regresó a ver los ojos dorados del lobo y ladeó ligeramente la cabeza en un gesto muy canino. -Fue un castigo por romper tu promesa a las pocas horas de haberla hecho.- Thea le daba mucha importancia a las normas y le estaba dejando clara su posición al respecto. Si bien le importaba, realmente, tres pimientos que se tirara a medio Akershus, le había pedido únicamente una cosa y ya había comprobado que era incapaz de cumplirla. Obviamente no pretendía que impidiera que las mujeres se lo comieran con los ojos, pero sí que él fingiera que no las veía. No era una tarea complicada, a fin de cuentas, ella lo hacía perfectamente al simular que estaba enamorada de él cuando ni por asomo lo hacía.
Vio como le acercaban la copa y la dejaban junto a ambos sobre la barra. Sin cortarse un pelo, se giró entre los brazos ajenos, dándole la espalda al licántropo y le dio un leve trago a su vino tinto. Lo paladeó como si no acabara de dejar al chico Landvik con la palabra en la boca. -Está bastante bueno a pesar de no ser francés.- Comentó de manera despreocupada y volvió a mirar al muchacho con una sonrisa. -¿Quieres probarlo?- Era experta en controlar su temperamento, en mostrarse calmada en todo momento. Y sabía que aquella actitud exasperaría aún más a Lobbo, rey de la impaciencia,
Theara Silje- Licántropo Clase Alta
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Re: Let's play pretend! // Privado - Lobbo [+18]
Presa contra la barra por mi cárcel de piel y hueso nuestras miradas se mantuvieron fijas, iris amarillo radioactivo y el aliento de ambos expulsado por nuestros labios mientras mi pecho se alzaba y bajaba furibundo preso de dos emociones encontradas, una la rabia por que me hubiera retado, otra, el deseo que me empujaba a acortar la distancia y devorar sus labios con un hambre anima. Podía oler aquel olor a mujer que desprendía a miles de millas de distancia y a escasos centímetros de su boca ladeé la cabeza en un gesto muy depredador olvidando por unos instantes que era mi enemiga.
Me dio la espalda para paladear la copa servida, gruñí mostrando mis dientes que habían crecido considerablemente rozando mi lengua, mostrando aquello que era, lo que anidaba en mi interior, la bestia dispuesta a darle caza y devorarla.
Mi gruñido la hizo girarse de nuevo con una sonrisa triunfal, como si sacarme de mis casillas fuera exactamente a lo que jugaba. Como si nada me ofreció paladear la copa y de nuevo el silencio hablo por ambos mientras nos estudiábamos aniquilando cada vez mas la distancia.
Su lengua lamió mis labios en un gesto muy lobuno, uno de sumisión y deseo. Los míos atajaron la distancia entre gruñidos, como si mi bestia se debatiera entre lo carnal y lo racional, deteniéndome justo en el momento en el que percibí a mis espaldas el olor de mi hermana.
-No he terminado contigo -aseveré de forma casi inaudible dejando aquel duelo de alfas inacabado.
El alcohol corría por mis venas, el deseo lo acompañaba, me giré con la sonrisa ladeada y pestañeé varias veces calmando el tono que a mis ojos acompañaba.
-Hermana -dije llevando mi mano a su nuca y juntando nuestras frentes en un gesto muy norteño.
Sirius saltó a mis espaldas animado ya jarra en mano, y no tardó en bajar y robarme a Elaine que ahora giraba entre sus brazos riendo, acabando una y otra vez contra sus labios mientras el resto de Cannif apostados en la mesa del fondo bebiendo y vociferando golpeaban con el culo de las jarras la madera animando a su hermano.
Envidiaba esa relación de puro amor, Elaine había sufrido mucho en su niñez, “padre” la convirtió in extremis para tratar de lavar su vida..funcionó, ojala pudiera ahora verla volar entre los brazos de su marido. El podía ser el responsable de que tocara el cielo con los dedos en cada giro, peor padre le dio las alas para hacerlo.
Me dio la espalda para paladear la copa servida, gruñí mostrando mis dientes que habían crecido considerablemente rozando mi lengua, mostrando aquello que era, lo que anidaba en mi interior, la bestia dispuesta a darle caza y devorarla.
Mi gruñido la hizo girarse de nuevo con una sonrisa triunfal, como si sacarme de mis casillas fuera exactamente a lo que jugaba. Como si nada me ofreció paladear la copa y de nuevo el silencio hablo por ambos mientras nos estudiábamos aniquilando cada vez mas la distancia.
Su lengua lamió mis labios en un gesto muy lobuno, uno de sumisión y deseo. Los míos atajaron la distancia entre gruñidos, como si mi bestia se debatiera entre lo carnal y lo racional, deteniéndome justo en el momento en el que percibí a mis espaldas el olor de mi hermana.
-No he terminado contigo -aseveré de forma casi inaudible dejando aquel duelo de alfas inacabado.
El alcohol corría por mis venas, el deseo lo acompañaba, me giré con la sonrisa ladeada y pestañeé varias veces calmando el tono que a mis ojos acompañaba.
-Hermana -dije llevando mi mano a su nuca y juntando nuestras frentes en un gesto muy norteño.
Sirius saltó a mis espaldas animado ya jarra en mano, y no tardó en bajar y robarme a Elaine que ahora giraba entre sus brazos riendo, acabando una y otra vez contra sus labios mientras el resto de Cannif apostados en la mesa del fondo bebiendo y vociferando golpeaban con el culo de las jarras la madera animando a su hermano.
Envidiaba esa relación de puro amor, Elaine había sufrido mucho en su niñez, “padre” la convirtió in extremis para tratar de lavar su vida..funcionó, ojala pudiera ahora verla volar entre los brazos de su marido. El podía ser el responsable de que tocara el cielo con los dedos en cada giro, peor padre le dio las alas para hacerlo.
Lobbo Landvik- Licántropo Clase Alta
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Re: Let's play pretend! // Privado - Lobbo [+18]
La respuesta del licántropo fue la que ella esperaba, le había enfurecido hasta cierto punto, pero debía reprimirse, pues ella tenía razón, había incumplido su palabra y únicamente hacía unas horas que se la diera. Empezaba mal el compromiso desde un punto de vista normal, claro que desde la posición de Thea, todo iba viento en popa. Sonrió cuando le escuchó decir que no había terminado con ella, antes de girarse y reencontrarse con su hermana y Sirius, el marido de esta. Su llegada le había venido como anillo al dedo a la loba, aunque creía ser capaz de poder controlar al joven Landvik, al menos por ahora y en presencia de tanta gente. Retarle en privado hubiese sido más peligroso y complicado.
La alfa le dio otro trago a su copa de vino, observando cómo se relacionaban los demás, cómo bailaba la feliz pareja, tonteando, riendo, besándose. Desde fuera se veía bonito y ella sabía por la relación de sus padres, que el amor podía ser algo muy importante en la vida, especialmente en la de los lobos que solían emparejarse de por vida. Pero ella no estaba hecha para eso, había sido mordida por error, aunque ahora lo utilizara como una ventaja. Si bien sentía al animal rugiendo dentro, lo tenía bien controlado, igual que sus emociones y no dejaría que nada se interpusiera entre ella y su meta. Ni el choque de egos que tenía con Lobbo ni la simpatía que creía poder llegar a sentir por Elaine, la hermana.
Cristal en mano, decidió aproximarse a los dos bailarines, pero quedándose a cierta distancia. Les dedicó una sonrisa a modo de saludo, al tiempo en que se situaba junto a su ahora prometido. -¿Entonces no crees poder sentir lo que ellos tienen?- Ella tampoco lo creía, pero estaba en su papel de enamorada, ese que tan bien fingía. Llevó sus orbes grandes y, de nuevo, marrones a observar el rostro foráneo de medio lado, intentando dar una imagen de muchacha triste, apenada. Pues, en teoría, el que iba a ser su marido le negaba ya de entada poder amarla. Tenía que actuar como si, aunque lo comprendiera, le doliera, porque era triste no poder ser correspondida, pero más pena le provocara pensar que el hombre al que ella ansiaba hacer feliz, se negara la posibilidad de serlo nunca. Incluso a ella misma le sorprendía lo fácil que le resultaba meterse en el papel que había creado. Una curiosa y graciosa idea cruzó su mente que, de no haber descubierto a la orden, tal vez ahora estaría en un teatro, subida en un escenario, actuando, siendo una simple humana. Pero jamás encontraría satisfacción como la que experimentaba cuando libraba al mundo de una bestia, cuando cumplía una misión y se lo reportaba a Axel. Que alguien reconociera tu valía, era importante, incluso para una orgullosa alfa como la propia Thea. Porque de qué serviría ser la mejor, ¿si nadie pudiera presenciarlo, apreciarlo, comprenderlo?
La alfa le dio otro trago a su copa de vino, observando cómo se relacionaban los demás, cómo bailaba la feliz pareja, tonteando, riendo, besándose. Desde fuera se veía bonito y ella sabía por la relación de sus padres, que el amor podía ser algo muy importante en la vida, especialmente en la de los lobos que solían emparejarse de por vida. Pero ella no estaba hecha para eso, había sido mordida por error, aunque ahora lo utilizara como una ventaja. Si bien sentía al animal rugiendo dentro, lo tenía bien controlado, igual que sus emociones y no dejaría que nada se interpusiera entre ella y su meta. Ni el choque de egos que tenía con Lobbo ni la simpatía que creía poder llegar a sentir por Elaine, la hermana.
Cristal en mano, decidió aproximarse a los dos bailarines, pero quedándose a cierta distancia. Les dedicó una sonrisa a modo de saludo, al tiempo en que se situaba junto a su ahora prometido. -¿Entonces no crees poder sentir lo que ellos tienen?- Ella tampoco lo creía, pero estaba en su papel de enamorada, ese que tan bien fingía. Llevó sus orbes grandes y, de nuevo, marrones a observar el rostro foráneo de medio lado, intentando dar una imagen de muchacha triste, apenada. Pues, en teoría, el que iba a ser su marido le negaba ya de entada poder amarla. Tenía que actuar como si, aunque lo comprendiera, le doliera, porque era triste no poder ser correspondida, pero más pena le provocara pensar que el hombre al que ella ansiaba hacer feliz, se negara la posibilidad de serlo nunca. Incluso a ella misma le sorprendía lo fácil que le resultaba meterse en el papel que había creado. Una curiosa y graciosa idea cruzó su mente que, de no haber descubierto a la orden, tal vez ahora estaría en un teatro, subida en un escenario, actuando, siendo una simple humana. Pero jamás encontraría satisfacción como la que experimentaba cuando libraba al mundo de una bestia, cuando cumplía una misión y se lo reportaba a Axel. Que alguien reconociera tu valía, era importante, incluso para una orgullosa alfa como la propia Thea. Porque de qué serviría ser la mejor, ¿si nadie pudiera presenciarlo, apreciarlo, comprenderlo?
Theara Silje- Licántropo Clase Alta
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Re: Let's play pretend! // Privado - Lobbo [+18]
Miraba la escena de aquel improvisado baile que hacía reír a mi hermana con cada giro cuando Thea se aproximó con la copa de vino apoyando su mano en mi antebrazo.
Ladeé la sonrisa al escuchar la pregunta, me miraba como una hembra enamorada que veía ante si la esperanza de que lo que estaba viendo conmoviera mi corazón de piedra.
-No, no creo que sea capaz de amar...-le dije buscando sus dos pardos – el amor es una sentimiento confuso Thea, uno que te trae muchos problemas. Mi tío Damon pasó toda mi vida enamorado de Brianna, la madre de Elaine y de mi hermano Velkan...la verdad es que lo he visto sufrir, llorar fruto de la desesperación cundo creía nadie miraba. Es posible que creas que tampoco es tan grave, no pensarías eso si conocieras a mi “padre” es el hombre mas fuerte, el alfa mas poderoso que jamas he conocido y tuvo que soportar en sus carnes un matrimonio de conveniencia por Rumanía.
Se que existe el amor, pero la verdad, tiendo a esquivarlo con presteza antes de que me atraviese la flecha.
Le quité la copa dándole un sorbo hasta apurarla devolviéndosela casi de inmediato.
-No te hagas ilusiones de loba enamorada, esto solo es un trato que hemos acordado, yo recuperó mis tierras, tu me tienes a tu lado y mi hermana sigue con su amado mundo idílico de pactos entre lobos, fin del asunto.
Deslicé mi dedo apartando un mechón de pelo salvaje que caía sobre su inmaculado rostro.
-estoy cachondo y no me importaría terminar la noche contigo en el lecho, peor se que es tradición de la mañana ..ya sabes, fornicar la noche de nuestra boda, así que deduzco que preferirás esperar.
Dicho así, sin ningún tipo de romanticismo, directo al grano, tampoco quería pensara que esto acabara siendo lo que veía ante sus ojos, yo no estaba dispuesto a dejarme vencer por el amor, porque si lago había descubierto de él es que duele lo suficiente como para doblegarte y hacerte perder.
El sexo era divertido, no necesitaba mas que unas piernas bonitas donde perderme y ni siquiera pedía una interesante conversación, me conformaba con que el aliento no le cantara y la chapara bien..
Miré a Thea que seguía el baile de los dos enamorados, seguramente pensativa sobre la sinceridad con la que le había hablado, bueno, realmente no del todo fui sincero, me atraía mucho mas de lo que demostraba y eso era algo que se que ella olía, sabía que cuando habíamos estado frente a la barra, inspeccionándonos tan cerca ambos habíamos notado esa tensión sexual latente entre dos alfas.
Ladeé la sonrisa al escuchar la pregunta, me miraba como una hembra enamorada que veía ante si la esperanza de que lo que estaba viendo conmoviera mi corazón de piedra.
-No, no creo que sea capaz de amar...-le dije buscando sus dos pardos – el amor es una sentimiento confuso Thea, uno que te trae muchos problemas. Mi tío Damon pasó toda mi vida enamorado de Brianna, la madre de Elaine y de mi hermano Velkan...la verdad es que lo he visto sufrir, llorar fruto de la desesperación cundo creía nadie miraba. Es posible que creas que tampoco es tan grave, no pensarías eso si conocieras a mi “padre” es el hombre mas fuerte, el alfa mas poderoso que jamas he conocido y tuvo que soportar en sus carnes un matrimonio de conveniencia por Rumanía.
Se que existe el amor, pero la verdad, tiendo a esquivarlo con presteza antes de que me atraviese la flecha.
Le quité la copa dándole un sorbo hasta apurarla devolviéndosela casi de inmediato.
-No te hagas ilusiones de loba enamorada, esto solo es un trato que hemos acordado, yo recuperó mis tierras, tu me tienes a tu lado y mi hermana sigue con su amado mundo idílico de pactos entre lobos, fin del asunto.
Deslicé mi dedo apartando un mechón de pelo salvaje que caía sobre su inmaculado rostro.
-estoy cachondo y no me importaría terminar la noche contigo en el lecho, peor se que es tradición de la mañana ..ya sabes, fornicar la noche de nuestra boda, así que deduzco que preferirás esperar.
Dicho así, sin ningún tipo de romanticismo, directo al grano, tampoco quería pensara que esto acabara siendo lo que veía ante sus ojos, yo no estaba dispuesto a dejarme vencer por el amor, porque si lago había descubierto de él es que duele lo suficiente como para doblegarte y hacerte perder.
El sexo era divertido, no necesitaba mas que unas piernas bonitas donde perderme y ni siquiera pedía una interesante conversación, me conformaba con que el aliento no le cantara y la chapara bien..
Miré a Thea que seguía el baile de los dos enamorados, seguramente pensativa sobre la sinceridad con la que le había hablado, bueno, realmente no del todo fui sincero, me atraía mucho mas de lo que demostraba y eso era algo que se que ella olía, sabía que cuando habíamos estado frente a la barra, inspeccionándonos tan cerca ambos habíamos notado esa tensión sexual latente entre dos alfas.
Lobbo Landvik- Licántropo Clase Alta
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Re: Let's play pretend! // Privado - Lobbo [+18]
Escuchó la contestación del licántropo, observándole, viendo como él miraba a la pareja que seguía bailando de vez en cuando, alternando con verla a ella a los ojos. Entendía lo que le decía, que no quería sufrir lo mismo que lo habían hecho aquellos a los que conocía pero, al mismo tiempo, se contradecía. ¿No estaba acaso ahora feliz Damon con Brianna? ¿No era feliz su hermana con Sirius? Estaba claro que lo habían pasado muy mal hasta llegar a ese punto, pero si les preguntara a ellos, ¿no jurarían que todo había merecido la pena? E igual que ella era capaz de saber eso desde fuera, alguien que lo vivía de cerca lo tenía que saber aún con mayor certeza. Tenía delante a un orgulloso lobo, a un alfa con poder de mando que quería recuperar sus tierras… Pero le estaba demostrando que, a pesar de todo ello, tenía delante a un cobarde. Le estaba dejando claro que lo que tenía era miedo. Ella, por el contrario, no deseaba amar, no por temor, sino porque quería centrarse en su trabajo y una familia se interpondría entre ella y sus misiones.
Dejó que le quitara la copa, seguramente para tragar aquel nudo que debía tener atravesándole la garganta. Ladeó la cabeza en un gesto lobuno y asintió, así de medio lado, a lo del trato. -Claro, es un trato en el que ganamos ambos.- Dejó caer lentamente los párpados, justo antes de que el castaño confesara tener la libido por las nubes. La hija del comandante no era tonta, podía oler las hormonas de Lobbo sin ningún problema, igual que lo podían hacer muchas de las hembras presentes en la taberna, las cuales clavaban sus ojos lujuriosos en la figura del joven Landvik. Entornó la mirada al erguirse de nuevo y sopesó las posibilidades. No podía decirle que se buscara a otra, sería como escupirse en su propia cara tras el numerito del beso de minutos atrás. Por la información que tenía de Lobbo, que se tiraba todo lo que tuviera tetas, su necesidad sexual tenía que ser muy elevada, sino ni perdería el tiempo en algo tan banal como eso. La tradición de las manadas no prohibía que la pareja tuviera relaciones antes de la noche de bodas tampoco, y menos aún que ninguno llegara virgen, y menos mal, porque ninguno de los dos lo era. Y aunque intentara negárselo a sí misma, ella también sentía atracción por ese mismo hombre al que ni siquiera respetaba. Lo iba a utilizar, iba a pasarle por encima como si su vida no valiera nada. Claro que él sólo la usaba para recuperar las tierras, así que perfecto, sin sentimientos involucrados, sería mucho más sencillo clavarle un figurado puñal en la espalda.
Le dio un sorbo a las gotas de vino que quedaban en la copa, a penas nada, pero fue casi un acto reflejo, instinto. -Si te dijera de esperar, ¿irías en busca de otra? Espero la misma sinceridad que has mostrado al decirme que estás excitado.- Según lo que le contestara, tomaría una decisión u otra. Estaba mentalizada y le daba igual acostarse con él una vez que diez, el sacrificio era el mismo. Tampoco importaba que fuera la primera vez aquel día o en unas semanas. La relación entre ambos sería exactamente la misma en cualquiera de las situaciones, pero era su manera de, nuevamente, meterse en el papel, como si al estar enamorada intentara prolongar el sexo por no dañar su propio corazón. Absurdo, porque ese órgano sólo servía para bombear sangre. La decisión de lo que ocurriría aquella noche estaba en manos del macho, lo supiera o no.
Dejó que le quitara la copa, seguramente para tragar aquel nudo que debía tener atravesándole la garganta. Ladeó la cabeza en un gesto lobuno y asintió, así de medio lado, a lo del trato. -Claro, es un trato en el que ganamos ambos.- Dejó caer lentamente los párpados, justo antes de que el castaño confesara tener la libido por las nubes. La hija del comandante no era tonta, podía oler las hormonas de Lobbo sin ningún problema, igual que lo podían hacer muchas de las hembras presentes en la taberna, las cuales clavaban sus ojos lujuriosos en la figura del joven Landvik. Entornó la mirada al erguirse de nuevo y sopesó las posibilidades. No podía decirle que se buscara a otra, sería como escupirse en su propia cara tras el numerito del beso de minutos atrás. Por la información que tenía de Lobbo, que se tiraba todo lo que tuviera tetas, su necesidad sexual tenía que ser muy elevada, sino ni perdería el tiempo en algo tan banal como eso. La tradición de las manadas no prohibía que la pareja tuviera relaciones antes de la noche de bodas tampoco, y menos aún que ninguno llegara virgen, y menos mal, porque ninguno de los dos lo era. Y aunque intentara negárselo a sí misma, ella también sentía atracción por ese mismo hombre al que ni siquiera respetaba. Lo iba a utilizar, iba a pasarle por encima como si su vida no valiera nada. Claro que él sólo la usaba para recuperar las tierras, así que perfecto, sin sentimientos involucrados, sería mucho más sencillo clavarle un figurado puñal en la espalda.
Le dio un sorbo a las gotas de vino que quedaban en la copa, a penas nada, pero fue casi un acto reflejo, instinto. -Si te dijera de esperar, ¿irías en busca de otra? Espero la misma sinceridad que has mostrado al decirme que estás excitado.- Según lo que le contestara, tomaría una decisión u otra. Estaba mentalizada y le daba igual acostarse con él una vez que diez, el sacrificio era el mismo. Tampoco importaba que fuera la primera vez aquel día o en unas semanas. La relación entre ambos sería exactamente la misma en cualquiera de las situaciones, pero era su manera de, nuevamente, meterse en el papel, como si al estar enamorada intentara prolongar el sexo por no dañar su propio corazón. Absurdo, porque ese órgano sólo servía para bombear sangre. La decisión de lo que ocurriría aquella noche estaba en manos del macho, lo supiera o no.
Theara Silje- Licántropo Clase Alta
- Mensajes : 106
Fecha de inscripción : 02/03/2018
Re: Let's play pretend! // Privado - Lobbo [+18]
Por un momento entre ambos se hizo un silencio, como si la hembra sopesara sus opciones sobre ocupar o no mi lecho, para estar enamorada parecía costarle ceder a mi propuesta y el deseo no teñía su piel, aunque si olía ligeramente en un matiz apenas perceptible, seguramente porque era fácil de confundir con la excitación aparente de otras que con sus ojos ámbar fijos en mi persona no dudaban en colarse en mi lecho.
Su pregunta me hizo ladear la sonrisa, apuró las gotas de vino que quedaban dentro del cristal en un gesto casi instintivo que demostró su ansiedad.
-Si tuviera intención de hacerlo, no te lo contaría ¿no era ese el trato? -pregunté dejando un mordisco suave sobre su hombro derecho. Mi nariz se paseó por su cuello, entreabrí los labios delatándome el tono ámbar de mis ojos hasta alcanzar el lóbulo de su oreja -me retiro -susurré- partimos mañana temprano hacía nuestras tierras -sentencie antes de volver a erguir la espalda que había agachado ligeramente.
Me despedí de mi hermana con un beso en la mejilla y de Sirius con un choque de cabezas, las manadas ya bastante ebrias vociferaban entre risas con los Cannif, iban a ir al lago y la rubia que pronto al verme solo atajó la distancia se orilló a mi para pedirme que los acompañara.
Mis ojos recorrieron su cuerpo con descaro, peor no tardé en sentir la mirada en mi nuca de mi prometida, Thea merecía un respeto, yo era hombre de palabra y aunque no juré amor, tampoco era mi intención tirar por la borda lo andado.
-Mañana parto a primera hora, pero a mi regreso iremos al lago de borrachera -dije golpeando mi frente con la de Skoll como despedida.
Me dirigí a mi habitación, estaba bastante caliente aquella noche y desde luego que no acostumbraba en estas condiciones a terminar solo la noche.
Cerré la puerta tras de mi, cerré los ojos apoyando la frente en esta mientras la golpeaba un par de veces dejando el aire salir fruto de la frustración que me producía el deseo y la contención
Necesitaba un desahogo, uno que no tarde en tomarme, el agua estaba lista para el baño, y aunque estaría mas fría, admito que me vendría a pedir de boca dada lo alterada que se encontraba la sangre que hirviendo me recorría.
Me desnudé con rapidez, mi virilidad palpitaba pidiéndome algo que no podía tener,mi mano la acaricio despacio, mi respiración se agito con cada movimiento, primero lentos para convertirse en tormenta plagada de truenos, a cada uno de ellos un jadeo.
Su pregunta me hizo ladear la sonrisa, apuró las gotas de vino que quedaban dentro del cristal en un gesto casi instintivo que demostró su ansiedad.
-Si tuviera intención de hacerlo, no te lo contaría ¿no era ese el trato? -pregunté dejando un mordisco suave sobre su hombro derecho. Mi nariz se paseó por su cuello, entreabrí los labios delatándome el tono ámbar de mis ojos hasta alcanzar el lóbulo de su oreja -me retiro -susurré- partimos mañana temprano hacía nuestras tierras -sentencie antes de volver a erguir la espalda que había agachado ligeramente.
Me despedí de mi hermana con un beso en la mejilla y de Sirius con un choque de cabezas, las manadas ya bastante ebrias vociferaban entre risas con los Cannif, iban a ir al lago y la rubia que pronto al verme solo atajó la distancia se orilló a mi para pedirme que los acompañara.
Mis ojos recorrieron su cuerpo con descaro, peor no tardé en sentir la mirada en mi nuca de mi prometida, Thea merecía un respeto, yo era hombre de palabra y aunque no juré amor, tampoco era mi intención tirar por la borda lo andado.
-Mañana parto a primera hora, pero a mi regreso iremos al lago de borrachera -dije golpeando mi frente con la de Skoll como despedida.
Me dirigí a mi habitación, estaba bastante caliente aquella noche y desde luego que no acostumbraba en estas condiciones a terminar solo la noche.
Cerré la puerta tras de mi, cerré los ojos apoyando la frente en esta mientras la golpeaba un par de veces dejando el aire salir fruto de la frustración que me producía el deseo y la contención
Necesitaba un desahogo, uno que no tarde en tomarme, el agua estaba lista para el baño, y aunque estaría mas fría, admito que me vendría a pedir de boca dada lo alterada que se encontraba la sangre que hirviendo me recorría.
Me desnudé con rapidez, mi virilidad palpitaba pidiéndome algo que no podía tener,mi mano la acaricio despacio, mi respiración se agito con cada movimiento, primero lentos para convertirse en tormenta plagada de truenos, a cada uno de ellos un jadeo.
Lobbo Landvik- Licántropo Clase Alta
- Mensajes : 178
Fecha de inscripción : 16/08/2016
Re: Let's play pretend! // Privado - Lobbo [+18]
Notó como se le erizaba el vello de la nuca con el aliento caliente del castaño rozando su cuello. Aguanto el escalofrío que por poco la delató y observó de soslayo al licántropo. En el fondo, le sorprendió que le dijera que se retiraba. La cordura había ganado a la libido, a la lujuria. Tal vez se había equivocado un poco con Lobbo, nada, algo ínfimo, pero era posible. La información que uno recababa no siempre era cien por cien acertada, pues los soplones a veces no eran objetivos como debieran y ella se incluía por las rencillas que las familias de ambos tuvieran en el pasado y que ahora, el joven Landvik, se empeñaba en arrastra hasta el presente. Aunque, por ahora, con el matrimonio arreglado, parecía que eso se subsanaba, al menos temporalmente, claro. Cuando la verdad saliera a la luz, si la situación no estaba completamente controlada, las cosas podían salirse de madre e incluso empezar una guerra. Por ello debía ser cauta y asegurarse de no descubrir su tapadera, antes de encontrar una salida viable y segura. -Descansa.- Fue su única respuesta, intentando parecer agradecida por su decisión y por respetar la supuesta tradición de la manada sobre la noche de bodas.
Aún así, cuando él se marchó, pareció de cara a la galería que la dejaba plantada, así que para intentar disimular aquella falta, se acercó a la barra y encargó una botella de vino tinto para llevar. Se la tomaría en la habitación o se la llevaría como obsequio a sus padres, eso ya lo decidiría. Por ahora le sirvió para quedar bien y tras despedirse de aquellos a los que conocía con una afable sonrisa y un gesto de cabeza, regresó a la mansión Cannif.
Al llegar a la zona que separaba el ala norte, allí donde se hospedaban los invitados más allegados a la familia anfitrión, y el ala sur, donde estaban el resto, Thea detuvo sus pasos y alzó la vista hacia las plantas superiores. Aún sentía el olor de las hormonas de Lobbo, alteradas, agitadas. Se estremeció, al fin, con el acto contenido de un rato antes y lo que la presencia de aquel alfa le producía y ella se empeñaba en negar. Uno de sus pies montó el primer escalón que llevaba a la zona que no era la suya. Lo miró, gruñendo por dentro. Observó luego la botella de vino. -¿En qué estás pensando?- Se dijo a sí misma y sacudió la cabeza. Iba a girar sobre los talones cuando se topó con Saga que tras mirarla, rio bajo, claramente burlándose de ella. Aquel gesto la encendió, ¿qué se había creído? Ella era hija de Ruran Silje, una alfa, y si quería ir a ver a su prometido y echarle en cara que no la dejara plantada nunca más de aquella manera frente a otros, lo haría. Subió los peldaños de dos en dos, pisando fuerte, enojada. Pero a medida que se aproximaba a la puerta, su ira se aplacaba gracias a las respiraciones profundas. No podía dejarse llevar de ese modo por el instinto, era una cazadora, no un animal sin más. Casi se dio la vuelta de nuevo, lamentando haberse dejado dominar por su loba, cuando a su fino oído llegaron unos jadeos y el olor de la rubia de la taberna. Se le había quedado grabado el aroma de aquella pelandrusca, pero no sabía por qué. Sus ojos fulguraron amarillentos, casi como el oro fundiéndose en plena fragua. Reanudó su camino con largas zancadas y golpeó en la puerta, llamando, pero con excesivo énfasis en cada toque que sus nudillos blanquecinos daban contra la madera. -Lobbo, abre la puerta. Soy tu pro-me-ti-da.- Cada sílaba de aquella palabra sonó a medias entre letras y gruñidos.
Aún así, cuando él se marchó, pareció de cara a la galería que la dejaba plantada, así que para intentar disimular aquella falta, se acercó a la barra y encargó una botella de vino tinto para llevar. Se la tomaría en la habitación o se la llevaría como obsequio a sus padres, eso ya lo decidiría. Por ahora le sirvió para quedar bien y tras despedirse de aquellos a los que conocía con una afable sonrisa y un gesto de cabeza, regresó a la mansión Cannif.
Al llegar a la zona que separaba el ala norte, allí donde se hospedaban los invitados más allegados a la familia anfitrión, y el ala sur, donde estaban el resto, Thea detuvo sus pasos y alzó la vista hacia las plantas superiores. Aún sentía el olor de las hormonas de Lobbo, alteradas, agitadas. Se estremeció, al fin, con el acto contenido de un rato antes y lo que la presencia de aquel alfa le producía y ella se empeñaba en negar. Uno de sus pies montó el primer escalón que llevaba a la zona que no era la suya. Lo miró, gruñendo por dentro. Observó luego la botella de vino. -¿En qué estás pensando?- Se dijo a sí misma y sacudió la cabeza. Iba a girar sobre los talones cuando se topó con Saga que tras mirarla, rio bajo, claramente burlándose de ella. Aquel gesto la encendió, ¿qué se había creído? Ella era hija de Ruran Silje, una alfa, y si quería ir a ver a su prometido y echarle en cara que no la dejara plantada nunca más de aquella manera frente a otros, lo haría. Subió los peldaños de dos en dos, pisando fuerte, enojada. Pero a medida que se aproximaba a la puerta, su ira se aplacaba gracias a las respiraciones profundas. No podía dejarse llevar de ese modo por el instinto, era una cazadora, no un animal sin más. Casi se dio la vuelta de nuevo, lamentando haberse dejado dominar por su loba, cuando a su fino oído llegaron unos jadeos y el olor de la rubia de la taberna. Se le había quedado grabado el aroma de aquella pelandrusca, pero no sabía por qué. Sus ojos fulguraron amarillentos, casi como el oro fundiéndose en plena fragua. Reanudó su camino con largas zancadas y golpeó en la puerta, llamando, pero con excesivo énfasis en cada toque que sus nudillos blanquecinos daban contra la madera. -Lobbo, abre la puerta. Soy tu pro-me-ti-da.- Cada sílaba de aquella palabra sonó a medias entre letras y gruñidos.
Theara Silje- Licántropo Clase Alta
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