El final, suele ser solo un breve paréntesis - Privado - Clan Dracarys

Saskia, continuaba espoleando su caballo con ferocidad, necesitaba llegar al lugar donde sus poderes le decían que su hermana Galia y su hija Nouvel, se encontraban secuestrada. A pesar de intentar en varias oportunidades descubrir quien era el maleante que había logrado hacer caer en una trampa a una bruja tan experimentada como la Meis, le fue imposible poder mantener el rostro de su adversario. - Mi niña, solo espera un poco mas... mamá está por llegar - dijo, en voz alta, como si sus palabras de consuelo pudieran llegar al corazón de su niña.

Por mas que intentó llegar a contactar con la bruja, no pudo, todo lo que había era vacío. La piel se le erizo, eso solo podía significar una cosa, la O´Brady, ya no estaba en éste plano. Sus lagrimas de sangre se mezclaron con la lluvia que comenzaba a caer con furia. De nada serviría tratar de llegar a ella, solo podía intentar rescatar a su hija, desde ese momento, la única familia que le quedara. Sus ojos descubrieron el destartalado granero donde estaba su hija. Unos cuantos metros mas alejado, se encontraba el coche que perteneciera a su hermana, incendiado, con el cuerpo del conductor calcinado.

Intentando mantener la mente helada, descendió del caballo en movimiento, cayó con presteza y se dejó rodar, se había vestido con ropas de hombre, lo que le había ayudado en el manejo del animal y también para poder moverse con agilidad. Tras levantarse, corrió hacia la entrada del granero, a una importante distancia, sintió el olor, no era necesario saber mucho de posibles productos inflamables, para saber que aquello era un verdadero polvorín. Si entraba, de seguro su  enemigo querría atraparla y hacer explotar el lugar, con ella y la niña dentro, pero aún no podía entender cual era el móvil de aquella encerrona.

No tuvo que esperar mucho, apenas entrar al lugar, observó a su hija encerrada en una jaula, en mitad del granero, ¿como poder concentrase con semejante visión? la pequeña se encontraba desmayada, era lógico que con el hedor que allí se percibía, la niña estuviera inconsciente, lo único que esperaba era ser capaz de acabar con aquel engendro y poder salvar a su  hija. La lucha fue feroz, intentó con todas sus fuerzas y poderes dominar el combate, pero le era imposible hacerlo, con su mente puesta en la pequeña jaula. Su oponente, consciente de aquello, le hizo seguirla, fueron luchando con todo tipo de armas, hasta la lucha cuerpo a cuerpo y aunque la inmortal era mas fuerte que su enemigo, la continua preocupación provocó que la asesina usara un puñal de plata embebido en un liquido que no supo identificar y de ésta manera herir a la inmortal, lo suficiente como para menguar sus fuerzas, y así hacer que cayera en una de las trampas, una red de eslabones de metal, que la levantaron e inmovilizaron el suficiente tiempo para que tomando a la niña, huyendo con ésta hacia afuera del edificio. Antes de irse la asesina se volvió, prendiendo fuego y se tomó el tiempo para despedirse de Saskia de una forma burlona,- Espero que hayas disfrutado de lo que el Príncipe te ha mandado... ¿o acaso no te has dado cuenta que, éste es el regalo de compromiso, que te mandaba tu prometido? - le gritó, haciendo que Saskia se enfureciera, pero sin poder salir de su prisión.

Se quedó allí, observando como las llamas se acercaban, frustrada tras recordar las últimas palabras de aquella mujer, ¿Sería posible que él hubiera tramado todo aquello, con el solo fin de deshacerse de su vástago?, apretó la red con sus manos, sacudiéndola con furia e impotente,  al darse cuenta que  no era una idea descabellada, él jamás la había amado, jamás le había sido fiel o leal, ¿porque no podía pagarle sus años de devoción con semejante destino? se dejó caer, mientras la soga se balanceaba lentamente, manteniendo al vampiro a mas de tres metros del suelo, en el que las llamas se esparcían sin prisa, pero sin pausa.

El inmortal antes de mencionar algo vio como su hijo genji regresaba con éxito de su búsqueda y recuperación traía entre brazos una pequeña criatura humana, sin necesidad de verla pudo saberlo ya que el aroma que la pequeña liberaba era sumamente distinto al de cualquier mortal, algo que el sentía bastante en los hospitales por donde estaba incluso cuando atendía el hogar de algunas familias menos afortunadas a las cuales tenia el privilegio de atender durante las noches incluso mas frías buscando de la forma que le fuera posible aliviar su sufrimiento.

Luego de sonreír levemente viendo como ambas se reencontraban y escuchando las palabras de la joven negó levemente con una leve sonrisa, teniendo cuidado de no dejar ver sus colmillos no tanto por que la mujer fuera a sorprenderse sino la niña aunque algo le decía que estaba acostumbrada gracias a que la mujer a la que llamaba madre, también era una vampira.

-Yo soy el Dr Aqueron Dracarys y el es mi hijo Genji Dracarys y quien le ayudo con su sangre es Bartolomew Caster, un amigo de la familia que siempre se ofrece como voluntario para hacer de nuestro chofer a donde quiera que vayamos.

Menciono tranquilamente el milenario a la joven presentando a todos los presentes en el carro, el siempre había tratado a los humanos como sus iguales incluso llego momentos de ponerlos por encima de los vampiros, ya que era su mayor preocupación y no eran capaces de entender o hacer cosas que los tres alli presente también, eso había generado que por donde fuera siempre Aqueron tuviera aliados humanos dispuestos a ayudarle y agradecidos con el por la ayuda que su familia siempre prestaba a las comunidades, en búsqueda retribuir el favor.

-Tienes algún lugar para quedarte seguro, donde quien sea que te hizo esto no vuelva a por ti nuevamente o por la pequeña criatura que tienes en brazos.

Pregunto el vampiro ya algo mas preocupado por ese hecho mientras llevaba su mano al mentón, levemente tratando de pensar este vio como su hijo le miro fijamente a lo que Aqueron asintió levemente y en cuestión de segundos como si nunca hubiera estado allí, Genji no estaba mas presente con los dos en el carruaje sino que viajaba sobre el techo del mismo usando sus habilidades para saber si les estaban siguiendo o no había peligro para la pareja de chicas que iba dentro del carruaje.

El inmortal nipon no le costo demasiado entrar al carruaje con aquella criatura en manos, su diciplina shinobi hicieron de que no le costara demasiado mantener el auto control por la pequeña criatura, este no menciono nada solamente asintió levemente cuando la mujer agradeció y como era de costumbre mantuvo su perfil serio y callado el pocas veces hablaba no era de demasiadas palabras desde que su hermana falleciera y el se viera obligado a volverse un inmortal, muchas cosas cambiaron en su mente y forma de ser pero eso no cambio el sentimiento de querer ser como su cuñado y proteger a la vida humana, mas aun el que contaba con un talento especial para combatir y defender a los otros por sus conocimientos como asesino.

Este observo a su Sire buscando recibir autorización para ponerse en guardia, el prefería estar haciendo algo productivo antes de quedarse allí en aquel lugar simplemente observando, si bien no siempre había la posibilidad de hacer algo no era ese el caso y en cuanto obtuvo su permiso este salio por la misma ventana en la que entro y se puso sobre el carruaje, sentándose en posición de meditación doblando las rodillas sentado sobre sus talones y las palmas de sus manos sobre las piernas cerrando los ojos, concentrado en todo aroma y sonido que les rodeaba, ya como un humano aquello le permitía amplificar sus sentidos permitiendo le detectar anomalías en su entorno, ahora como vampiro aquello era mucho mas amplificado y era capaz de detectar incluso las personas y la distancia a la que estaban otros seres de ellos, como el carruaje también se movía. Sonrió levemente hacia mucho tiempo que no veía o sentía la presencia de una criatura tan pequeña y llena de vida como la que estaba acompañando a Aqueron en ese momento.

El inmortal cruzo sus brazos detrás de su espalda y sonrió levemente negando despacio cuando ella se disculpo por la actitud de la niña el negó con un amplia sonrisa dejando entre ver sus colmillos levemente.

-No te preocupes por eso los niños viven en su propio mundo aislados de la cruel realidad y hay que cuidarlos para que siga así y vayan de a poco aprendiendo lo que es el mundo real.

Este escucho todo lo que había pasado y se pudo algo triste por ella, el vampiro era capaz de sentir de cierta forma empatia por los demás, era lo que le había hecho desear ser un medico para poder ayudar a las personas, sonrio caminando al carruaje tenian que salir de alli cuanto antes para evitar ojos curiosos que les vieran envueltos en los acontecimientos recientes, cuando estuvieron ya lejos el aclaro su garganta levemente.

-No puedo dejarla a su suerte luego de lo que ha pasado, insistiré de que nos acompañe a nuestra mansión y se establezca en ella el tiempo que encuentre necesario, lo unico que debo avisarle es que tenemos ciertas reglas para la convivencia entre vampiros y humanos, que le pediria que respetara y velara por ellas mientras este en nuestras estancias...

Menciono tranquilamente esperando saber el interés que la joven tenia en aquello, quizás ya tenia algún lugar de peligro o algún otro lugar pensado donde podría quedarse con la pequeña, la verdad que la mansión Dracarys contaba con presencia humana en bastante numero, ya que prácticamente todo el equipo de siervos de la casa, todos eran humanos y no esclavos de sangre, si bien no todos contaban con el conocimiento de la naturaleza de sus amos, los que si la tenían permanecían allí por decisión y voluntad propia algunos con sentimiento de deuda. El carruaje se encaminaba a la mansión mientras hablaban en ese momento