AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
Espacios libres: 11/40
Afiliaciones élite: ABIERTAS
Última limpieza: 1/04/24
En Victorian Vampires valoramos la creatividad, es por eso que pedimos respeto por el trabajo ajeno. Todas las imágenes, códigos y textos que pueden apreciarse en el foro han sido exclusivamente editados y creados para utilizarse únicamente en el mismo. Si se llegase a sorprender a una persona, foro, o sitio web, haciendo uso del contenido total o parcial, y sobre todo, sin el permiso de la administración de este foro, nos veremos obligados a reportarlo a las autoridades correspondientes, entre ellas Foro Activo, para que tome cartas en el asunto e impedir el robo de ideas originales, ya que creemos que es una falta de respeto el hacer uso de material ajeno sin haber tenido una previa autorización para ello. Por favor, no plagies, no robes diseños o códigos originales, respeta a los demás.
Así mismo, también exigimos respeto por las creaciones de todos nuestros usuarios, ya sean gráficos, códigos o textos. No robes ideas que les pertenecen a otros, se original. En este foro castigamos el plagio con el baneo definitivo.
Todas las imágenes utilizadas pertenecen a sus respectivos autores y han sido utilizadas y editadas sin fines de lucro. Agradecimientos especiales a: rainris, sambriggs, laesmeralda, viona, evenderthlies, eveferther, sweedies, silent order, lady morgana, iberian Black arts, dezzan, black dante, valentinakallias, admiralj, joelht74, dg2001, saraqrel, gin7ginb, anettfrozen, zemotion, lithiumpicnic, iscarlet, hellwoman, wagner, mjranum-stock, liam-stock, stardust Paramount Pictures, y muy especialmente a Source Code por sus códigos facilitados.
Victorian Vampires by Nigel Quartermane is licensed under a
Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported License.
Creado a partir de la obra en https://victorianvampires.foroes.org
Últimos temas
Negocios y oscuridad (priv. Charles Moncrieff) ♦♦
2 participantes
Página 2 de 3.
Página 2 de 3. • 1, 2, 3
Negocios y oscuridad (priv. Charles Moncrieff) ♦♦
Recuerdo del primer mensaje :
Charles se marchó de esa manera atropellada, dejando a la licantropa algo contrariada y sin poder replicar nada, pero tampoco había por qué, fue entonces cuando meditó realmente lo que había pedido, se había precipitado, por suerte la salida precipitada de Charles fue un punto a favor, pero una vez que se pasó la luna llena, aquel hombre endemoniado que servía a Charles se puso serio, indicandole como se tenía que portar. Los siguientes dos meses habían sido infernales con ordenes de "sientate bien, ponte recta, no te encorbes, asi no se anda, asi no se come, asi no se bebe, eso no se hace, eso no se dice" la verdad es que le sorprendió que Alfred no saliera corriendo de las veces que pudo oir los gruñidos sobrenaturales, o los ojos amarillos de la loba fulminandole con la mirada y en una amplia indicación de que la loba perdia estribos.
Más había que admitir que era motivo para aplaudir a ese mayordomo que no huyera rapidamente cuando la loba empezaba a gruñir. Más mantubo la compostura y siguió aleccionando a la mujer a como debería presentarse, y lo fue consiguiendo poco a poco, aunque la bestia seguia escondida debajo de esa piel de chica que a veces parecía hasta dulce.
Más tres meses con Charles fuera y la loba se había hecho con el negocio y se podría encargar de los negocios y le había ido bastante bien, había celebrado alguna cacería que otra pero ahora le tocaba a ella moverse y tratar con uno de los clientes, era un hombre que rondaba los 40 años, grande, atractivo, y muy sadico, y había citado a Cinder para hablar de negocios en ese encuentro. Adenas se había vuelto especialmente insistente en quedar con la loba para dar detalles del negocio, asi que aprovechó el momento para huir de ese mayordomo que le recordaba más a un general que alguien que se supone que tiene la obligación de servirte, aunque claro, se sentía también bastante incomoda cuando la servían, no solo por las reprimendas que con los meses se fueron haciendo más leves, salvo cuando volvía de las lunas llenas que el mayordomo conoció rapidamente por que no molestarla cuando estaba tan alterada por la influencia de la dama de planta.
Ahora llegaba al negocio del hombre, que observó con cara agradada el aspecto que Cinder presentaba, tan acicalada pareciendo una dama mucho más de alta sociedad. -Buenos dias señor Chrestof, ¿como está?- Preguntó la loba sonriendo de manera sutil mientras se sentaba en el comercio del hombre, que poco tardó en descubrir el alto nivel de testosterona que desprendia desde que ella entró por la puerta. -Bien gracias madame, deseando hacer negocios con usted.- Dijo en un no muy sutil tono de coqueteo, mientras Cinder se limitaba a sonreir y jugar con un mechon de su pelo. -Usted dira que intenciones tienes..- Sonrió la loba, mientras el hombre se levantaba. -¿Por que no negociamos los precios en la terraza de la cafetería de enfrente?- Aseguró el hombre insistiendo para salir e ir a la terraza, la loba se sienta ahí pidiendo un café mientras tenía el hombre frente a ella. -Bien querida...supongo que podriamos llegar a un acuerdo.- Dijo sacando su sonrisa más seductora, Cinder enarcó la ceja observandole mientras ladeaba la cabeza notando como ligaba con ella sonriendo y dejando que lo hiciera. -Que linda sonrisa...desde luego tienen gustos para que sea usted quien atienda a los clientes...- Rió acariciando un mechon del oscuro pelo de la loba atreviendose incluso a poner la mano en la pierna de la licántropa, con ese aire coqueto que arrastraba el hombre.
Charles se marchó de esa manera atropellada, dejando a la licantropa algo contrariada y sin poder replicar nada, pero tampoco había por qué, fue entonces cuando meditó realmente lo que había pedido, se había precipitado, por suerte la salida precipitada de Charles fue un punto a favor, pero una vez que se pasó la luna llena, aquel hombre endemoniado que servía a Charles se puso serio, indicandole como se tenía que portar. Los siguientes dos meses habían sido infernales con ordenes de "sientate bien, ponte recta, no te encorbes, asi no se anda, asi no se come, asi no se bebe, eso no se hace, eso no se dice" la verdad es que le sorprendió que Alfred no saliera corriendo de las veces que pudo oir los gruñidos sobrenaturales, o los ojos amarillos de la loba fulminandole con la mirada y en una amplia indicación de que la loba perdia estribos.
Más había que admitir que era motivo para aplaudir a ese mayordomo que no huyera rapidamente cuando la loba empezaba a gruñir. Más mantubo la compostura y siguió aleccionando a la mujer a como debería presentarse, y lo fue consiguiendo poco a poco, aunque la bestia seguia escondida debajo de esa piel de chica que a veces parecía hasta dulce.
Más tres meses con Charles fuera y la loba se había hecho con el negocio y se podría encargar de los negocios y le había ido bastante bien, había celebrado alguna cacería que otra pero ahora le tocaba a ella moverse y tratar con uno de los clientes, era un hombre que rondaba los 40 años, grande, atractivo, y muy sadico, y había citado a Cinder para hablar de negocios en ese encuentro. Adenas se había vuelto especialmente insistente en quedar con la loba para dar detalles del negocio, asi que aprovechó el momento para huir de ese mayordomo que le recordaba más a un general que alguien que se supone que tiene la obligación de servirte, aunque claro, se sentía también bastante incomoda cuando la servían, no solo por las reprimendas que con los meses se fueron haciendo más leves, salvo cuando volvía de las lunas llenas que el mayordomo conoció rapidamente por que no molestarla cuando estaba tan alterada por la influencia de la dama de planta.
Ahora llegaba al negocio del hombre, que observó con cara agradada el aspecto que Cinder presentaba, tan acicalada pareciendo una dama mucho más de alta sociedad. -Buenos dias señor Chrestof, ¿como está?- Preguntó la loba sonriendo de manera sutil mientras se sentaba en el comercio del hombre, que poco tardó en descubrir el alto nivel de testosterona que desprendia desde que ella entró por la puerta. -Bien gracias madame, deseando hacer negocios con usted.- Dijo en un no muy sutil tono de coqueteo, mientras Cinder se limitaba a sonreir y jugar con un mechon de su pelo. -Usted dira que intenciones tienes..- Sonrió la loba, mientras el hombre se levantaba. -¿Por que no negociamos los precios en la terraza de la cafetería de enfrente?- Aseguró el hombre insistiendo para salir e ir a la terraza, la loba se sienta ahí pidiendo un café mientras tenía el hombre frente a ella. -Bien querida...supongo que podriamos llegar a un acuerdo.- Dijo sacando su sonrisa más seductora, Cinder enarcó la ceja observandole mientras ladeaba la cabeza notando como ligaba con ella sonriendo y dejando que lo hiciera. -Que linda sonrisa...desde luego tienen gustos para que sea usted quien atienda a los clientes...- Rió acariciando un mechon del oscuro pelo de la loba atreviendose incluso a poner la mano en la pierna de la licántropa, con ese aire coqueto que arrastraba el hombre.
Última edición por Cinder Grimm el Sáb Mayo 19, 2018 3:58 pm, editado 2 veces
Cinder Grimm- Licántropo/Realeza
- Mensajes : 160
Fecha de inscripción : 15/03/2018
Re: Negocios y oscuridad (priv. Charles Moncrieff) ♦♦
La joven mantenía una actitud calmada, para evitar cualquier tipo de alteración que pudiera provocar al ingles un posible mal humor, no, ya estaba de mal humor demasiado amenudo, no había que seguir poniendo trabas al inglés, ella se mantenía en su regazó desviando la mirada, pensativa se mantiene apoyada en Charles mientras frunce el ceño, chasquea la lengua mientras se acaricia la barbilla ligeramente enarcando una ceja, mientras mira a Charles, iba a hacer algo por él, se lo ha pedido, y lo hara, aunque un poco a sus espaldas también, cinder observa como el inglés se muestra algo ofuscado, pero aun asi con un rayo de esperanza. -El aroma de las prendas no desaparece facilmente, teneis patrones de olor al ser familia, puedo seguir el rastro, puedo buscar....durante unos años de mi vida he sido mercenaria y en muchos encargos he tenido que buscar gente que se había escondido en la ultima alcantarilla de rumania, asi que si...puedo buscar un rastro, pero, y es muy importante que prestes atención a esto....necesito tiempo, los resultados no van a ser inmediatos.- Le dijo Cinder frunciendo el ceño, sabía que él querría todo a la de ya, aun conservaba antiguos contactos con los que había tenido que trabajar, asi que ya lo había decidido, por las noches escaparía para ir a buscar el condenado rastro.
Suspiró mientras le observaba, y fruncia el ceño molesta por las palabras de este a pesar de recibir la pequeña muestra de cariño por parte de este, mientras negaba con la cabeza y alzó la vista desafiante. -Puedo aguantarlo, me han llamado muchas cosas en mi vida, y muchas de ellas te aseguro que no era nada bonitas, lo que digan unos pomposos con escobas metidas por el culo no me importan, me esforzaré en dejar ver una frivola dama, ¿es lo que quieres no? es lo que deseas y puedo hacerlo.- Aseguró la loba, alguna vez se había cruzado con licántropos de la realeza, de hecho su padre biologico lo era, detras de hermosos vestidos son animales feroces, y ella iba a serlo, el lobo con piel de cordero, ¡¡era perfecto!! ¿como no había caido antes? ¿como no había meditado en ello antes? se había obsesionado con Charles y lo que este quería, pero lo había enfocado de forma negativa, pero en realidad el plan era brillante, era maginifico.
Una muy amplia sonrisa se dibujó en el rostro de la licántropa mientras repentinamente empezó a cubrirle el rostro a besos al inglés. -¡Eres brillante!.- Dijo sin mas. Se relamía, la gente de alta sociedad si tenía un disfraz impoluto se tapaban mejor las atrocidades, y eso iba a hacer ella, una bonita dama, educada, incluso...podía sacar provecho, en realidad. -Seré....no, soy perfecta.- Aseguró la loba incrementando sus ganas de esforzarse en sociedad.
No le molestó en absoluto que admitiera que se había rebolcado con otras, que se hubiera divertido y que hubiera disfrutado de los juegos de cama, lo importante era que la había echado de menos, y eso a la joven le encantaba, se sentía correspondida, sus sentimientos no caían en saco roto, ella asintió con la cabeza sintiendo empatia por la sensación que tenía el respecto al tema de sus padres, intentó consolarlo con caricias a la nuca del ingles, mientras besaba su hombro con suavidad mientras quedaba pensativa. -Sé que podras resolverlo, tienes el cargo, y tienes el dinero, cuando tengas el absoluto respeto se te abriran más puertas de información, si puedo ayudarte en cualquier cosa solo pidelo.- Se quedó Cinder pensativa, al fin y al cabo el era un hombre de recursos, y si podía tener un negocio como el que tenían en secreto, podría mover hilos por lo bajo.
La licántropa bajó la cabeza pensativa, y suspiró. -Creo que nunca te lo he dicho, tampoco ha surgido, pero verás, mi madre era campesina, y mi padre es un noble de rumania...si, mi madre fue infiel, si preguntan de donde he salido, podemos decir que soy una noble de rumania, a hechos practicos no es ninguna mentira, asi que mi condición social quedaría de tapadera y no te atosigarían a preguntas y no daría la imagen de una fulana de la que te has encaprichado...- Se rie divertida. - Aunque bueno, algo de verdad tiene eso ¿uhm?.- Muerde suavemente el lobulo de su oreja juguetona, aunque no le atosiga y se pone en pie estirandose su vestido. -Debería pues seguir con mis clases...en inglaterra se refiere a vosotros con Lord si mal no recuerdo...-Se inclina elegantemente ante él.
Suspiró mientras le observaba, y fruncia el ceño molesta por las palabras de este a pesar de recibir la pequeña muestra de cariño por parte de este, mientras negaba con la cabeza y alzó la vista desafiante. -Puedo aguantarlo, me han llamado muchas cosas en mi vida, y muchas de ellas te aseguro que no era nada bonitas, lo que digan unos pomposos con escobas metidas por el culo no me importan, me esforzaré en dejar ver una frivola dama, ¿es lo que quieres no? es lo que deseas y puedo hacerlo.- Aseguró la loba, alguna vez se había cruzado con licántropos de la realeza, de hecho su padre biologico lo era, detras de hermosos vestidos son animales feroces, y ella iba a serlo, el lobo con piel de cordero, ¡¡era perfecto!! ¿como no había caido antes? ¿como no había meditado en ello antes? se había obsesionado con Charles y lo que este quería, pero lo había enfocado de forma negativa, pero en realidad el plan era brillante, era maginifico.
Una muy amplia sonrisa se dibujó en el rostro de la licántropa mientras repentinamente empezó a cubrirle el rostro a besos al inglés. -¡Eres brillante!.- Dijo sin mas. Se relamía, la gente de alta sociedad si tenía un disfraz impoluto se tapaban mejor las atrocidades, y eso iba a hacer ella, una bonita dama, educada, incluso...podía sacar provecho, en realidad. -Seré....no, soy perfecta.- Aseguró la loba incrementando sus ganas de esforzarse en sociedad.
No le molestó en absoluto que admitiera que se había rebolcado con otras, que se hubiera divertido y que hubiera disfrutado de los juegos de cama, lo importante era que la había echado de menos, y eso a la joven le encantaba, se sentía correspondida, sus sentimientos no caían en saco roto, ella asintió con la cabeza sintiendo empatia por la sensación que tenía el respecto al tema de sus padres, intentó consolarlo con caricias a la nuca del ingles, mientras besaba su hombro con suavidad mientras quedaba pensativa. -Sé que podras resolverlo, tienes el cargo, y tienes el dinero, cuando tengas el absoluto respeto se te abriran más puertas de información, si puedo ayudarte en cualquier cosa solo pidelo.- Se quedó Cinder pensativa, al fin y al cabo el era un hombre de recursos, y si podía tener un negocio como el que tenían en secreto, podría mover hilos por lo bajo.
La licántropa bajó la cabeza pensativa, y suspiró. -Creo que nunca te lo he dicho, tampoco ha surgido, pero verás, mi madre era campesina, y mi padre es un noble de rumania...si, mi madre fue infiel, si preguntan de donde he salido, podemos decir que soy una noble de rumania, a hechos practicos no es ninguna mentira, asi que mi condición social quedaría de tapadera y no te atosigarían a preguntas y no daría la imagen de una fulana de la que te has encaprichado...- Se rie divertida. - Aunque bueno, algo de verdad tiene eso ¿uhm?.- Muerde suavemente el lobulo de su oreja juguetona, aunque no le atosiga y se pone en pie estirandose su vestido. -Debería pues seguir con mis clases...en inglaterra se refiere a vosotros con Lord si mal no recuerdo...-Se inclina elegantemente ante él.
Cinder Grimm- Licántropo/Realeza
- Mensajes : 160
Fecha de inscripción : 15/03/2018
Re: Negocios y oscuridad (priv. Charles Moncrieff) ♦♦
Hay un halo de esperanza cuando ella le asegura que los rastros de olor siguen en las prendas lo que le da cierta paz. Echa la cabeza atrás para recargar ésta en el respaldo abriendo los ojos para mirar el techo, escucha lo que le dice atento, asintiendo un poco ante lo que puede ser la espera más desgarradora de todas - búscales, con saber que pueden ser encontrados me basta y me sobra - los pulmones se llenan de aire en una bocanada que toma oralmente al tiempo que lo sostiene para soltarlo lento por el mismo sitio donde aspiró, el sonido va siendo suave conforme el aire pasa por sus cuerdas vocales hasta que vuelve a respirar, esta vez por nariz regularizando el ritmo de su corazón que dio un brinco con la posibilidad de poder tener a su hermana de nuevo en brazos.
Asiente lento en tanto sigue en la misma posición - para tí es algo más en tu vida, para mí es lo más importante. Si llegase a encontrar a mis hermanos, darles un buen ejemplo es la parte fundamental, lo que me mueve, lo que me incita. Si he recuperado el ducado quiero que ambos se sientan al menos orgullosos por lo que logré, por la vida que formé a tu lado, tengo que hacer de ésto una nueva vida, una que valga la pena - ahí está su realidad. Si después de encontrarlos se transforma en vampiro, al menos les habrá demostrado que puede hacerse cargo de su existencia sin ellos. Que ha sido grande, fuerte, un hombre de valía como su padre quería de él por más que Charles fuera un rebelde bajo la tutela de Daniel Moncrieff. Del caprichoso niño queda un hombre igual de exigente por la satisfacción de sus requerimientos y deseos. Más esta vez, tendrá que ser precavido para que nadie sepa lo que está haciendo a espaldas de la Corona.
Que le quiten el título por inepto no está en sus deseos. Abre los ojos sorprendido ante los besos de la licántropa y su halago, alza una ceja al tiempo que la observa sin entender - sé que lo soy, sólo que no entiendo por qué ahora lo reconoces - su rostro adopta el típico gesto Moncrieff, las arrugas se forman en su entrecejo. Se acaricia la nuca sintiendo la tensión de sus músculos por todo lo que ha soportado a lo largo de este tiempo distanciados. Es un histérico del orden, de la perfección, que ella diga que se esforzará es lo que le importa porque tiene resultados, las cartas de Alfred han sido satisfactorias. Así que lo lograrán, ella se asentará como una gran dama de sociedad y entonces Charles podrá desposar a la fémina para seguir aparentando normalidad. Porque es su parte contraria, la que le complementa, hacen buen equipo. Ni siquiera el pensamiento de casarse con ella le corta las ideas, es algo tan natural que el propio inglés entiende que no existe otra manera para hacerlo. Para que él pueda continuar adelante. Y si en dos años no funciona su relación, entonces tendrá que buscar a alguien más que le complemente en sus actividades fuera de la cama como Cinder lo hace.
Deja que le alivie la tensión con sus manos, cierra los ojos disfrutando de ello antes de parpadear regresando a esa habitación - mis hermanos, con eso me basta y me sobra. Con tu educación complementas todo. Quiero que luzcas, que te respeten, que te admiren, que te anhelen. Eso quiero, que te envidien las mujeres por no perder el control, porque te llevo del brazo con orgullo, debes ser mi pareja en actividades sociales, destacar en ellas, hay que cultivarte - tiene demasiadas carencias que el propio inglés ve que ésto será imposible los siguientes dos años. Así que se propone que si en dos años Cinder destaca, entonces sí, le pedirá matrimonio. Puede que tengan uno o dos hijos antes de su transformación, quedaría perfecto. En caso de que ella no le acepte como vampiro, entonces fingirá su muerte para dejarle toda la herencia, el cargo y a su familia para cuidar en el día en tanto él lo hace por la noche.
Su secreto confesado le hace pensar sorprendido de la situación, una duquesa rumana, sería perfecto en caso de que se pongan a investigar. Eso significa que Charles tiene tarea por hacer - ¿Tu padre sigue vivo? Eso no entendí mucho, ¿Crees que pueda reconocerte? Eso lo haría más fácil para ambos - y sí, porque la pondría en una situación diferente de la que ahora tiene. La mira levantarse para acomodar sus enaguas con movimientos elegantes y cuidados, eso le da una esperanza de que funcione - para efectos prácticos, deberías dirigirte a mí como Su Gracia y como "my lord". Sí, somos Lords los que tenemos un cargo nobiliario, así que estás en lo correcto. Bien hecho. Supongo que debería ir al hotel para seguir con mis ocupaciones - se pone en pie gimiendo un poco con el dolor de su costado, tomando la ropa para irse vistiendo de nuevo. - Llama al sirviente que está afuera, dile que regreso al hotel en diez minutos, eso me dará tiempo para ponerme las ropas y terminar de revisar un par de reportes. Solicita que arreglen la silla, si no tiene compostura, que consigan otra igual aunque tengan que mandarla a hacer - porque le gusta el toque que ese mueble le da a su oficina.
Con la esperanza de que todo funcione, asiente más complacido - te enviaré a ese sirviente con las prendas de mis hermanos, espero puedas detectar su olor al menos. Te veré mañana para seguir con ésto ¿Te parece bien? - se acerca al escritorio para tomar los documentos y revisarlos esperando que ella realice todas las tareas que le encomendó.
Asiente lento en tanto sigue en la misma posición - para tí es algo más en tu vida, para mí es lo más importante. Si llegase a encontrar a mis hermanos, darles un buen ejemplo es la parte fundamental, lo que me mueve, lo que me incita. Si he recuperado el ducado quiero que ambos se sientan al menos orgullosos por lo que logré, por la vida que formé a tu lado, tengo que hacer de ésto una nueva vida, una que valga la pena - ahí está su realidad. Si después de encontrarlos se transforma en vampiro, al menos les habrá demostrado que puede hacerse cargo de su existencia sin ellos. Que ha sido grande, fuerte, un hombre de valía como su padre quería de él por más que Charles fuera un rebelde bajo la tutela de Daniel Moncrieff. Del caprichoso niño queda un hombre igual de exigente por la satisfacción de sus requerimientos y deseos. Más esta vez, tendrá que ser precavido para que nadie sepa lo que está haciendo a espaldas de la Corona.
Que le quiten el título por inepto no está en sus deseos. Abre los ojos sorprendido ante los besos de la licántropa y su halago, alza una ceja al tiempo que la observa sin entender - sé que lo soy, sólo que no entiendo por qué ahora lo reconoces - su rostro adopta el típico gesto Moncrieff, las arrugas se forman en su entrecejo. Se acaricia la nuca sintiendo la tensión de sus músculos por todo lo que ha soportado a lo largo de este tiempo distanciados. Es un histérico del orden, de la perfección, que ella diga que se esforzará es lo que le importa porque tiene resultados, las cartas de Alfred han sido satisfactorias. Así que lo lograrán, ella se asentará como una gran dama de sociedad y entonces Charles podrá desposar a la fémina para seguir aparentando normalidad. Porque es su parte contraria, la que le complementa, hacen buen equipo. Ni siquiera el pensamiento de casarse con ella le corta las ideas, es algo tan natural que el propio inglés entiende que no existe otra manera para hacerlo. Para que él pueda continuar adelante. Y si en dos años no funciona su relación, entonces tendrá que buscar a alguien más que le complemente en sus actividades fuera de la cama como Cinder lo hace.
Deja que le alivie la tensión con sus manos, cierra los ojos disfrutando de ello antes de parpadear regresando a esa habitación - mis hermanos, con eso me basta y me sobra. Con tu educación complementas todo. Quiero que luzcas, que te respeten, que te admiren, que te anhelen. Eso quiero, que te envidien las mujeres por no perder el control, porque te llevo del brazo con orgullo, debes ser mi pareja en actividades sociales, destacar en ellas, hay que cultivarte - tiene demasiadas carencias que el propio inglés ve que ésto será imposible los siguientes dos años. Así que se propone que si en dos años Cinder destaca, entonces sí, le pedirá matrimonio. Puede que tengan uno o dos hijos antes de su transformación, quedaría perfecto. En caso de que ella no le acepte como vampiro, entonces fingirá su muerte para dejarle toda la herencia, el cargo y a su familia para cuidar en el día en tanto él lo hace por la noche.
Su secreto confesado le hace pensar sorprendido de la situación, una duquesa rumana, sería perfecto en caso de que se pongan a investigar. Eso significa que Charles tiene tarea por hacer - ¿Tu padre sigue vivo? Eso no entendí mucho, ¿Crees que pueda reconocerte? Eso lo haría más fácil para ambos - y sí, porque la pondría en una situación diferente de la que ahora tiene. La mira levantarse para acomodar sus enaguas con movimientos elegantes y cuidados, eso le da una esperanza de que funcione - para efectos prácticos, deberías dirigirte a mí como Su Gracia y como "my lord". Sí, somos Lords los que tenemos un cargo nobiliario, así que estás en lo correcto. Bien hecho. Supongo que debería ir al hotel para seguir con mis ocupaciones - se pone en pie gimiendo un poco con el dolor de su costado, tomando la ropa para irse vistiendo de nuevo. - Llama al sirviente que está afuera, dile que regreso al hotel en diez minutos, eso me dará tiempo para ponerme las ropas y terminar de revisar un par de reportes. Solicita que arreglen la silla, si no tiene compostura, que consigan otra igual aunque tengan que mandarla a hacer - porque le gusta el toque que ese mueble le da a su oficina.
Con la esperanza de que todo funcione, asiente más complacido - te enviaré a ese sirviente con las prendas de mis hermanos, espero puedas detectar su olor al menos. Te veré mañana para seguir con ésto ¿Te parece bien? - se acerca al escritorio para tomar los documentos y revisarlos esperando que ella realice todas las tareas que le encomendó.
Charles Moncrieff- Esclavo de Sangre/Realeza
- Mensajes : 295
Fecha de inscripción : 28/03/2018
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Negocios y oscuridad (priv. Charles Moncrieff) ♦♦
La licana puede percibir como cambia su aroma cuando habla de ese tema, mientras olfateaba con sumo disimulo la licántropa, ni siquiera el propio Charles podría percatarse de que estaba haciendo ella realmente, había que disimular cuando hacía ese tipo de cosas, miraba a Charles, sin duda tenía un gran lazo familar, no sabía hasta tal punto, pero ahora lo estaba dejando bien claro, Cinder no tenía ahí nada que opinar, sus lazos familiares fueron escasos, pero quizá por que no eran lobos, por eso se mantuvo en el rol de loba solitaria y se fue tan "joven" de casa a ganarse la vida por su cuenta, aunque ahora que lo piensa, miraba las manos de Charles, recordando el mucho trabajo que le costó llegar hasta donde había llegado, pero sin duda le había ido mejor, a la vista está, no era dificil para Cinder imaginar el estres que a Charles le estaba acarreando esto.
No le interrumpia solo le observarba jugando con el rizo perfecto que sobresalía del complicado peinado que la habían hecho, no es que tuviera eso por costumbre, pero al parecer a los hombres ver a una mujer jugar con un dedo con su pelo era un gesto femenino y que en algunas ocasiones a ojos de un hombre hecho y derecho mostraba una grata timidez o un nerviosismo adorable, aunque Cinder lo hacía de manera pensativa, no había más que mirar su serio rostro en ese momento.
Sin duda alguna para Charles era muy importante la imagen que diera a sus hermanos dando por hecho que Cinder los iba a encontrar, eso metió sin duda algo de presión a la loba que fruncio el ceño algo más iba a empezar por París, aparte de siguiendo un rastro, siendo inglés y uno de la nobleza quizá pueda encontrar mas o menos algo de pistas en los registros de la biblioteca, bueno, ya vería como se las ingeniaría para investigar más.
Le divirtió ciertamente el egocentrismo de su reacción cuando la propia Cinder reconoció lo brillante que era, eso hizo que Cinder dejara escapar una risilla y negara con la cabeza divertida, sobre todo ese gesto facial tan caracteristica suya, Cinder arrugó un poco la nariz a junto con una sonrisilla ciertamente traviesa ante el rostro del inglés.
Ladeó la cabeza, mientras ella seguía sus acciones de ligeros masajeos a los hombros de Charles, escuchando sus deseos, remarcando nuevamente la importancia de sus hermanos, dejandolo claro una vez más y la importancia de su educación y el tipo de imagen que debe levantar, se sintió algo molesta, por que Charles parecía desear más tener un trofeo que una mujer, y más una como ella, pero tal como funcionaba la maldita sociedad tocaba tragar esa mierda, pero tenía ciertas dudas, no por hacerlo, se había comprometido hacerlo y lo haría y Charles tendría lo que quiera, asi que no había más que darle vuelta, pero la pregunta era la siguiente, sin estar cara a la sociedad..¿Charles se pondría a poner pegas por ser ella misma? ¿o habría que llevar la mascara permanentemente menos cuando le picase lo suficiente la entrepierna? Cinder dió un ligero bufido acompañado de una risilla, recordaba lo coqueto que se mostró efimeramente al princpio, y dejó claro que no quería excenas de celos, que dulce era el maldito sadico.
Más el secreto que ella contó parecío dar ideas a Charles, Cinder se sorprendió de esa reacción, pues parece que se perdió un poco, así que tras colocarse las enaguas y alisar comprobando el contorno de sus curvas laterales y la colocación perfecta de su escote miró a Charles alzando una ceja con aire engreido, chasqueo la lengua. -Mi padre es de la nobleza de Rumania, tuvo un romance con mi madre y aquí estoy, ¿que curiosa es la vida?- Comentó Cinder con desdén, dandose claramente algo de importancia, quizá para dejar a Charles bien claro que ella no salió de la basura. Miró a Charles con egocentrismo y entrecerró los ojos. -Claro que me reconocerá, el me hizo ser lo que soy, mi loba interior reconocera a su lobo, y si, dada tu posicion acero mio, si que será ventajoso.- Comentó con suma seguridad de sus palabras, nunca habia mostrado interes por los titulos de su padre, pero tampoco le conoció muy afondo, que pensaría, como se lo tomaría, y si, había llamado a Charles "acero mio" ese mote cariñoso tenía muchas conotaciones, por el claro color de sus ojos, por lo frio que era, y por lo afilada que tenía su maldita lengua. Ella sonrié de manera creida alzando su cabeza con orgullo.
Más enarcó la ceja cuando la corrigió en como debía referirse a él, corrigiendola para afinar, ella miraba estando rigida con las manos entrelazadas a su espalda, mientras recibía lo que quería que ella hiciera, Cinder asintió y se giró tras reverenciar a Charles para abrir la puerta, tocó el pomo y se giró a observarle. -Por cierto, que se me olvidó comentarle su gracia...en cuanto a mi cultura personal...Se hablar Español, ingles, ruso, noruego, italiano, frances, rumano, bulgaro..y escibirlos perfectamente, y..¡ah! me gusta mucho la música, de echo se tocar el violín, el chelo y un poco el piano, también si las musas están de mi lado tengo mano con la pintura sobre un lienzo en blanco, sé que esto no lo sabias, pero nunca me peguntastes.- Le guiña un ojo. -Me retiro my Lord.- Sale con ese aire engreido cerrando tras de sí, y si, lo hizo para restregarselo en las narices, para que supiera que delante de él había algo más que la bestia a educar que él creía que tenía delante, quizás la forma de aleccionarlo de que no juzgase los libros por sus portadas, que su comportamiento desde un principio fuese animal, bruta y agresiva no significase que fuera una mujer imbecil, lo último revelado esperaba que lo hubiera dejado totalmente descolocado.
Sonrió con suma satisfacción imaginandose en como se habría quedado Charles, despues de ese regodeo personal se limitó a cumplir lo que Charles le había pedido que hiciera, llamando al sirviente para darles las indicaciones, y avisando a otro de que esa silla tiene que estar perfecta mañana a primera hora y que se buscase la vida para ello.
Se retiró a sus aposentos, esperando al sirviente que le llevara las prendas, ella dió las gracias gentilmente sonriendole de manera dulce, que arranco un alago de los labios del sirviente antes de que ella le diera con la puerta en las narices. Cinder empezó a olfatear las prendas minuciosamente, incluso dió un gruñido, sin duda una de las prendas aparte de que estas le recordasen al olor de charles por tener patrones en común también tenian matices diferentes, de hecho una de ellas le sonaba de algo. Las olfateó muy minuciosamente, un destello amarillo salió en sus ojos, indicando que estaba en un modo de caza por asi decirlo, persiguiendo una presa, el objetivo era encontrarla. Se quedó pensativa, no sabía si informar de eso a Charles o no, se pondría histerico, ya que no estaba segura, solo creía haberlo olido alguna vez atravesando los callejones de París, pero incapaz de saber cual, ni donde, no lo recordaba, puesto que ella percibia muchos olores pero si no los prestaba atención logicamente no recordaría e lugar exacto donde los percibió.
Tal como acordarón quedaría con él, pero tenía que ser una buena dama y tenía que esperar ser llamada por Charles, en cuanto a lo de su padre, le traía de cabeza, había avanzado en ser una dama, pero si había algo que temiera era enfrentarse a su padre, su loba interior sentía nerviosismo por ese posible encuentro, quizá debiera pedir a Charles que la acompañase para sentirse algo respaldada, pero ¿Y si él no quería? habría que hecharle valor, le daba inquietud ese encuentro. Él la convirtió, la transformó en licantropo cuando solo tenía 10 años...ese nerviosismo la recorría la espalda, pero no, ella no era una cobarde, le echaría valor, era una licántropa, nada debiera achantarla, salvó la posición de un lobo más dominante, emitió un gruñido mientras se pellizco el puente de la nariz, resopló esperando ser llamada para reunirse con Charles.
No le interrumpia solo le observarba jugando con el rizo perfecto que sobresalía del complicado peinado que la habían hecho, no es que tuviera eso por costumbre, pero al parecer a los hombres ver a una mujer jugar con un dedo con su pelo era un gesto femenino y que en algunas ocasiones a ojos de un hombre hecho y derecho mostraba una grata timidez o un nerviosismo adorable, aunque Cinder lo hacía de manera pensativa, no había más que mirar su serio rostro en ese momento.
Sin duda alguna para Charles era muy importante la imagen que diera a sus hermanos dando por hecho que Cinder los iba a encontrar, eso metió sin duda algo de presión a la loba que fruncio el ceño algo más iba a empezar por París, aparte de siguiendo un rastro, siendo inglés y uno de la nobleza quizá pueda encontrar mas o menos algo de pistas en los registros de la biblioteca, bueno, ya vería como se las ingeniaría para investigar más.
Le divirtió ciertamente el egocentrismo de su reacción cuando la propia Cinder reconoció lo brillante que era, eso hizo que Cinder dejara escapar una risilla y negara con la cabeza divertida, sobre todo ese gesto facial tan caracteristica suya, Cinder arrugó un poco la nariz a junto con una sonrisilla ciertamente traviesa ante el rostro del inglés.
Ladeó la cabeza, mientras ella seguía sus acciones de ligeros masajeos a los hombros de Charles, escuchando sus deseos, remarcando nuevamente la importancia de sus hermanos, dejandolo claro una vez más y la importancia de su educación y el tipo de imagen que debe levantar, se sintió algo molesta, por que Charles parecía desear más tener un trofeo que una mujer, y más una como ella, pero tal como funcionaba la maldita sociedad tocaba tragar esa mierda, pero tenía ciertas dudas, no por hacerlo, se había comprometido hacerlo y lo haría y Charles tendría lo que quiera, asi que no había más que darle vuelta, pero la pregunta era la siguiente, sin estar cara a la sociedad..¿Charles se pondría a poner pegas por ser ella misma? ¿o habría que llevar la mascara permanentemente menos cuando le picase lo suficiente la entrepierna? Cinder dió un ligero bufido acompañado de una risilla, recordaba lo coqueto que se mostró efimeramente al princpio, y dejó claro que no quería excenas de celos, que dulce era el maldito sadico.
Más el secreto que ella contó parecío dar ideas a Charles, Cinder se sorprendió de esa reacción, pues parece que se perdió un poco, así que tras colocarse las enaguas y alisar comprobando el contorno de sus curvas laterales y la colocación perfecta de su escote miró a Charles alzando una ceja con aire engreido, chasqueo la lengua. -Mi padre es de la nobleza de Rumania, tuvo un romance con mi madre y aquí estoy, ¿que curiosa es la vida?- Comentó Cinder con desdén, dandose claramente algo de importancia, quizá para dejar a Charles bien claro que ella no salió de la basura. Miró a Charles con egocentrismo y entrecerró los ojos. -Claro que me reconocerá, el me hizo ser lo que soy, mi loba interior reconocera a su lobo, y si, dada tu posicion acero mio, si que será ventajoso.- Comentó con suma seguridad de sus palabras, nunca habia mostrado interes por los titulos de su padre, pero tampoco le conoció muy afondo, que pensaría, como se lo tomaría, y si, había llamado a Charles "acero mio" ese mote cariñoso tenía muchas conotaciones, por el claro color de sus ojos, por lo frio que era, y por lo afilada que tenía su maldita lengua. Ella sonrié de manera creida alzando su cabeza con orgullo.
Más enarcó la ceja cuando la corrigió en como debía referirse a él, corrigiendola para afinar, ella miraba estando rigida con las manos entrelazadas a su espalda, mientras recibía lo que quería que ella hiciera, Cinder asintió y se giró tras reverenciar a Charles para abrir la puerta, tocó el pomo y se giró a observarle. -Por cierto, que se me olvidó comentarle su gracia...en cuanto a mi cultura personal...Se hablar Español, ingles, ruso, noruego, italiano, frances, rumano, bulgaro..y escibirlos perfectamente, y..¡ah! me gusta mucho la música, de echo se tocar el violín, el chelo y un poco el piano, también si las musas están de mi lado tengo mano con la pintura sobre un lienzo en blanco, sé que esto no lo sabias, pero nunca me peguntastes.- Le guiña un ojo. -Me retiro my Lord.- Sale con ese aire engreido cerrando tras de sí, y si, lo hizo para restregarselo en las narices, para que supiera que delante de él había algo más que la bestia a educar que él creía que tenía delante, quizás la forma de aleccionarlo de que no juzgase los libros por sus portadas, que su comportamiento desde un principio fuese animal, bruta y agresiva no significase que fuera una mujer imbecil, lo último revelado esperaba que lo hubiera dejado totalmente descolocado.
Sonrió con suma satisfacción imaginandose en como se habría quedado Charles, despues de ese regodeo personal se limitó a cumplir lo que Charles le había pedido que hiciera, llamando al sirviente para darles las indicaciones, y avisando a otro de que esa silla tiene que estar perfecta mañana a primera hora y que se buscase la vida para ello.
Se retiró a sus aposentos, esperando al sirviente que le llevara las prendas, ella dió las gracias gentilmente sonriendole de manera dulce, que arranco un alago de los labios del sirviente antes de que ella le diera con la puerta en las narices. Cinder empezó a olfatear las prendas minuciosamente, incluso dió un gruñido, sin duda una de las prendas aparte de que estas le recordasen al olor de charles por tener patrones en común también tenian matices diferentes, de hecho una de ellas le sonaba de algo. Las olfateó muy minuciosamente, un destello amarillo salió en sus ojos, indicando que estaba en un modo de caza por asi decirlo, persiguiendo una presa, el objetivo era encontrarla. Se quedó pensativa, no sabía si informar de eso a Charles o no, se pondría histerico, ya que no estaba segura, solo creía haberlo olido alguna vez atravesando los callejones de París, pero incapaz de saber cual, ni donde, no lo recordaba, puesto que ella percibia muchos olores pero si no los prestaba atención logicamente no recordaría e lugar exacto donde los percibió.
Tal como acordarón quedaría con él, pero tenía que ser una buena dama y tenía que esperar ser llamada por Charles, en cuanto a lo de su padre, le traía de cabeza, había avanzado en ser una dama, pero si había algo que temiera era enfrentarse a su padre, su loba interior sentía nerviosismo por ese posible encuentro, quizá debiera pedir a Charles que la acompañase para sentirse algo respaldada, pero ¿Y si él no quería? habría que hecharle valor, le daba inquietud ese encuentro. Él la convirtió, la transformó en licantropo cuando solo tenía 10 años...ese nerviosismo la recorría la espalda, pero no, ella no era una cobarde, le echaría valor, era una licántropa, nada debiera achantarla, salvó la posición de un lobo más dominante, emitió un gruñido mientras se pellizco el puente de la nariz, resopló esperando ser llamada para reunirse con Charles.
Cinder Grimm- Licántropo/Realeza
- Mensajes : 160
Fecha de inscripción : 15/03/2018
Re: Negocios y oscuridad (priv. Charles Moncrieff) ♦♦
Saber que su padre la reconocería hace que el Moncrieff esté ansioso por ello, le quitaría un gran peso de encima porque significaría que tiene bajo su brazo a una mujer de valía como la sociedad y sobre todo, la Corona exigía para los procederes de sus miembros. En cuanto a que sea una bastarda, al ser el reino de Rumania, le importa poco porque los chismorreos no llegan tan lejos. Saber que todo parece acomodarse por fin en su maldita existencia le hace sonreír al menos un poco. Va caminando hasta llegar a una silla cuando la mira ponerse en pie para quitar el cerrojo de la puerta, sus palabras le hacen mirarla con el típico gesto Moncrieff marcado en su rostro. ¿Por qué si entonces tiene tanta educación se comporta como una vulgar cualquiera? Le parece que no todo fue con la intención de hacer de ella una dama, al contrario, pueden ser aficiones. Conoce demasiados idiomas, algunos que el propio Charles ni siquiera ha escuchado.
Asiente pensativo en tanto ella se aleja sentándose en la silla tomando los documentos para revisarlos con rapidez, complacido por las expectativas que pueden funcionar de tener a Cinder a su lado. Debe hacer los arreglos necesarios para visitar a su padre, mientras más pronto, mejor porque de permitir que el tiempo pase, será una soga atada al cuello del futuro vampiro. Sus ojos pasean por las cantidades, haciendo algunas anotaciones y observaciones al efecto para ser comentadas después con su socia. Asiente satisfecho de ver que, como en Londres, en esta ciudad hay demasiados pervertidos que buscan placer en eventos diferentes. Y como sigan pidiendo más y más, tendrán que extender el negocio. Incluso piensa en traer a Joshua acá, uno de sus elementos más apreciados en Londres para que pueda llevar el negocio porque si Cinder adopta el cargo de realeza que por derecho le corresponde, tampoco será conveniente para ellos que siga al frente de su red de espectáculos.
Se recarga en el respaldo antes de que el sirviente le informe que el carruaje está listo. Se pone en pie con algo de dificultad por la herida para dirigirse al vehículo y de ahí, a su hotel. Donde se desnuda, baña, cambia sus ropas y sigue con su actividad, no sin antes mandar con un mensajero a donde Cinder, dos cajas con sendas notas que sólo dicen "él" y "ella" para que comprenda la licántropa qué le está enviando. El resto de la tarde lo ocupa para sus negocios en Devonshire, recibiendo y despachando personas hasta que por fin la noche le cubre dejando que pueda descansar. En su amplio lecho suspira profundo dejándose llevar por el sueño. Al siguiente día, ni siquiera puede abrir bien los ojos. Está ardiendo en fiebre por la herida que se olvidó de cuidar. De inmediato los médicos son convocados más sus ocupaciones fuera de la agenda del Duque son desconocidas de sus mensajeros.
La licántropa verá cómo Charles falta a su cita programada sin que nadie vaya a informarle antes del por qué.
Asiente pensativo en tanto ella se aleja sentándose en la silla tomando los documentos para revisarlos con rapidez, complacido por las expectativas que pueden funcionar de tener a Cinder a su lado. Debe hacer los arreglos necesarios para visitar a su padre, mientras más pronto, mejor porque de permitir que el tiempo pase, será una soga atada al cuello del futuro vampiro. Sus ojos pasean por las cantidades, haciendo algunas anotaciones y observaciones al efecto para ser comentadas después con su socia. Asiente satisfecho de ver que, como en Londres, en esta ciudad hay demasiados pervertidos que buscan placer en eventos diferentes. Y como sigan pidiendo más y más, tendrán que extender el negocio. Incluso piensa en traer a Joshua acá, uno de sus elementos más apreciados en Londres para que pueda llevar el negocio porque si Cinder adopta el cargo de realeza que por derecho le corresponde, tampoco será conveniente para ellos que siga al frente de su red de espectáculos.
Se recarga en el respaldo antes de que el sirviente le informe que el carruaje está listo. Se pone en pie con algo de dificultad por la herida para dirigirse al vehículo y de ahí, a su hotel. Donde se desnuda, baña, cambia sus ropas y sigue con su actividad, no sin antes mandar con un mensajero a donde Cinder, dos cajas con sendas notas que sólo dicen "él" y "ella" para que comprenda la licántropa qué le está enviando. El resto de la tarde lo ocupa para sus negocios en Devonshire, recibiendo y despachando personas hasta que por fin la noche le cubre dejando que pueda descansar. En su amplio lecho suspira profundo dejándose llevar por el sueño. Al siguiente día, ni siquiera puede abrir bien los ojos. Está ardiendo en fiebre por la herida que se olvidó de cuidar. De inmediato los médicos son convocados más sus ocupaciones fuera de la agenda del Duque son desconocidas de sus mensajeros.
La licántropa verá cómo Charles falta a su cita programada sin que nadie vaya a informarle antes del por qué.
Charles Moncrieff- Esclavo de Sangre/Realeza
- Mensajes : 295
Fecha de inscripción : 28/03/2018
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Negocios y oscuridad (priv. Charles Moncrieff) ♦♦
El rastro de él, el de ella, el recuerdo de haber olido a él sin saber ni cuando ni donde, y sin intención de informarle por el momento, más al pasar el día llevando los negocios, y haciendose la dulce dama simpatica con unos clientes que habia conseguido, antes de volvr a la mansión para seguir con lo que ayer se quedó de aquella manera, ira y amor, Charles la hacía dar sobresaltos en sus emociones que hasta ella le tenían en ocasiones soberanamente confundida, más se presentó donde el inglés no aparició, el que Charles faltara a su cita hizo que la licántropa se pusiera nerviosa, y empezase a exigir a los sirvientes que se enterasén de por qué demonios no había aparecido, sabía que Charles era maniaco, obseso con el orden y la puntualidad como buen inglés, la loba se preocupó por ello, pero ponerse histerica no serviria de nada, exigir que supieran de él con suma elegancia sería mejor, al fin dando con la visión del mayordomo, al que se acercó preguntandole que sabía de Charles, más la noticia no sentó bien a la loba, que sintió un vacio terrible en el estomago.
La herida se la provocó por su culpa, por su juego de loba, por esa ansia de volver a sentir la pasión y el olor que desprendía el inglés cuando estaba en plena acción, pero todo eso estaba quedando muy lejano y cada vez más, suspiró, maldito obseso, enfermó por que no se curó la herida, si se hubiera quedado en la mansión ella se la habría atendido, incluso se la habría hasta lamido.No es que esto ultimo fuese muy higenico para alguien como Charles, pero era la naturaleza de una licana, algún día Charles podría verlo con profundidad tal vez, que algunos gestos son los que los lobos tienen entre otros miembros de su manada para mostrar cariño.
Se pellizcó el puente de la nariz. -Esta bien Alfred, por favor cualquier novedad informarme, se que mi presencia ahí dada mi actual posición no le agradaria, salgo a trabajar, volveré mañana...quizá sería mejor que lo trajeran a recuperarse en su casa...- Se quedó unos segundo pensativa, quizá sería mejor que ella se fuera y Charles recuperara su casa, se sentía mal, fue su culpa, tenía que haberse quedado...se lo repetía una y otra vez. Ella se retiró a su cuarto a llevar ropas elegantes pero mas discretas. -Estaré fuera, volvere cuando amanezca para saber como va el Lord Moncrieff.- Sentenció finalmente mirando a Alfred antes de retirarse, era hora de rastrear la ciudad, sus ropas eran discretras, negras, tapadas por una larga gabardina, un sombrero, casi parecía un hombre si nadie se fijaba lo suficiente.
El hecho era no ser reconocida para seguir por las calles de París, tenía que empezar por algún lado, asi que el rastreo iba a se exaustivo, tenía que rastrear, compensar los problemas que estaba dando, la licántropa empezó a buscar recorriendo las calles durante toda la noche, su olfato empezaba a captar algo, pero no sabría dibujar bien que era, más el amanecer estaba empezando a acechar, debía volver para saber el estado, pero para la siguiente noche cree que podría saber por donde empezar y retornar por donde pensó lo que podía ser una pista, ella volvió a la mansión, volando a arreglarse para parecer una dama, buscó a Alfred con rapidez. -¿como está? ¿puedo ir a verle? ¿seria correcto? Ponme al día- Preguntó haciendo gala de sus exquisitos modales.
La herida se la provocó por su culpa, por su juego de loba, por esa ansia de volver a sentir la pasión y el olor que desprendía el inglés cuando estaba en plena acción, pero todo eso estaba quedando muy lejano y cada vez más, suspiró, maldito obseso, enfermó por que no se curó la herida, si se hubiera quedado en la mansión ella se la habría atendido, incluso se la habría hasta lamido.No es que esto ultimo fuese muy higenico para alguien como Charles, pero era la naturaleza de una licana, algún día Charles podría verlo con profundidad tal vez, que algunos gestos son los que los lobos tienen entre otros miembros de su manada para mostrar cariño.
Se pellizcó el puente de la nariz. -Esta bien Alfred, por favor cualquier novedad informarme, se que mi presencia ahí dada mi actual posición no le agradaria, salgo a trabajar, volveré mañana...quizá sería mejor que lo trajeran a recuperarse en su casa...- Se quedó unos segundo pensativa, quizá sería mejor que ella se fuera y Charles recuperara su casa, se sentía mal, fue su culpa, tenía que haberse quedado...se lo repetía una y otra vez. Ella se retiró a su cuarto a llevar ropas elegantes pero mas discretas. -Estaré fuera, volvere cuando amanezca para saber como va el Lord Moncrieff.- Sentenció finalmente mirando a Alfred antes de retirarse, era hora de rastrear la ciudad, sus ropas eran discretras, negras, tapadas por una larga gabardina, un sombrero, casi parecía un hombre si nadie se fijaba lo suficiente.
El hecho era no ser reconocida para seguir por las calles de París, tenía que empezar por algún lado, asi que el rastreo iba a se exaustivo, tenía que rastrear, compensar los problemas que estaba dando, la licántropa empezó a buscar recorriendo las calles durante toda la noche, su olfato empezaba a captar algo, pero no sabría dibujar bien que era, más el amanecer estaba empezando a acechar, debía volver para saber el estado, pero para la siguiente noche cree que podría saber por donde empezar y retornar por donde pensó lo que podía ser una pista, ella volvió a la mansión, volando a arreglarse para parecer una dama, buscó a Alfred con rapidez. -¿como está? ¿puedo ir a verle? ¿seria correcto? Ponme al día- Preguntó haciendo gala de sus exquisitos modales.
Cinder Grimm- Licántropo/Realeza
- Mensajes : 160
Fecha de inscripción : 15/03/2018
Re: Negocios y oscuridad (priv. Charles Moncrieff) ♦♦
Lord Charles Moncrieff, Duque de Devonshire está enfermo. La fiebre sigue sin ceder cuando dan las doce del día, los galenos convocados siguen buscando la razón del por qué sigue infectada la herida cuando todos los recursos han sido agotados. Limpiada hasta el hartazgo, la abertura sigue supurando en tanto el joven lord está sumido en delirios que se vuelven a sus ojos realidad. Imagina a su hermana, a su padre a su lado, les llama, les exige. Los criados van y vienen con toallas húmedas para cambiarlas, con impotencia porque de seguir así, perderán a su señor antes siquiera de empezar a acostumbrarse a sus modos y exigencias. Es un perfeccionista y ahora mismo los médicos no saben qué hacer.
Dan las cuatro cuando por fin la fiebre va cediendo con los baños en que le sumergen en agua helada entre tres corpulentos esclavos que llevan a su amo para que su cuerpo resista los embates de la infección. Con ese logro, uno de los que le atienden se atreve a ponerle algunos fomentos de hierbas aprendidos de una curandera del pueblo del que proviene. Una hechicera, más no va a decirlo en voz alta porque teme que la Inquisición le persiga por prácticas herejes. La respiración irregular del noble adopta un ritmo anormal, más controlable. Es cuestión de que pase la noche para que puedan tener un mejor panorama de si ésto que han hecho con él funcionará o tendrán que tomar medidas extremas.
En cuanto el día clarea, la figura femenina que entra en la mansión exigiendo respuestas es atendida por un Alfred que está poniéndose el sombrero para salir. Su mirada es adusta, fría la mayor parte de las veces más la licántropa puede oler el miedo que exuda el hombre. Miedo y pesar. Tristeza es lo que más puede apreciar, desesperación y una irrefutable determinación - sigue igual, la fiebre cedió en la tarde de ayer, más hoy despertó peor. Me temo que la herida está más infectada de lo que los galenos quieren reconocer. Iré a verlo. Si gusta, acompáñeme para que su olfato pueda ayudarnos en esta empresa. No lo solicitaría de ser una tontería - dice con esa voz eficiente cargada ahora de un temblor. Ante todo, este hombre ha visto al joven crecer y evolucionar ante sus ojos. Si bien sus modales son impecables y su carácter indomable, ha aprendido a quererlo y respetar sus penas. En cuestión de sus actividades las comprende.
Alguien con la historia de Charles debería tener una salida a sus frustraciones, que lo sea la propia sangre y la muerte tras casi morir, es algo que no le sorprende. Ha estado con otras familias que han tenido peores respuestas a situaciones menores que las vividas por el Duque y han perecido inclusive llevados por la locura de un acto suicida. Se sube al carruaje conduciendo el mismo hasta el hotel donde baja para ayudar a la dama guiándola por el enorme lugar hasta las habitaciones de su señor. En cuanto le ven, empiezan a abrir camino los sirvientes del Duque. Saben bien el carácter del joven Moncrieff. Negar la entrada a su sirviente más antiguo sería equivalente a un despido inmediato en el mejor de los casos.
Puerta por puerta se van abriendo sin que el mayordomo haga algo más que mostrar el rostro. Ese es el poder que detenta, el que le ha entregado Charles. En cuanto llegan a la última habitación donde el león reposa de sus heridas, saca a todos de ahí cerrando la puerta tras la dama. En el lecho, el enorme cuerpo del hombre está recostado con el tórax al descubierto, sudoroso como el resto de su epidermis, rojo como la grana, con los puños apretados contra las sábanas, el típico gesto Moncrieff adorna sus facciones más esta vez es de dolor y tormento. Jadea en el instante en que Alfred se acerca quitándose los guantes para comprobar la temperatura de su frente.
Niega con la cabeza en tanto va quitando las mantas dejando expuesto el blanco vendaje para deshacer con facilidad cada vuelta de las telas hasta que la herida queda a la vista. El mayordomo mira a la licántropa - haga su labor, miss. Ayude a mi señor - solicita con voz urgente, la que le provoca escuchar el siguiente gemido del joven que consuela con un paño húmedo de fresca agua sobre su frente habiéndose despojado de la capa y el sombrero tomando asiento en la silla en la cabecera de la cama. Limpiando con mimo y cariño como si este hombre feroz fuera un simple cachorro. Uno que el mayordomo ha adoptado como hijo.
Dan las cuatro cuando por fin la fiebre va cediendo con los baños en que le sumergen en agua helada entre tres corpulentos esclavos que llevan a su amo para que su cuerpo resista los embates de la infección. Con ese logro, uno de los que le atienden se atreve a ponerle algunos fomentos de hierbas aprendidos de una curandera del pueblo del que proviene. Una hechicera, más no va a decirlo en voz alta porque teme que la Inquisición le persiga por prácticas herejes. La respiración irregular del noble adopta un ritmo anormal, más controlable. Es cuestión de que pase la noche para que puedan tener un mejor panorama de si ésto que han hecho con él funcionará o tendrán que tomar medidas extremas.
En cuanto el día clarea, la figura femenina que entra en la mansión exigiendo respuestas es atendida por un Alfred que está poniéndose el sombrero para salir. Su mirada es adusta, fría la mayor parte de las veces más la licántropa puede oler el miedo que exuda el hombre. Miedo y pesar. Tristeza es lo que más puede apreciar, desesperación y una irrefutable determinación - sigue igual, la fiebre cedió en la tarde de ayer, más hoy despertó peor. Me temo que la herida está más infectada de lo que los galenos quieren reconocer. Iré a verlo. Si gusta, acompáñeme para que su olfato pueda ayudarnos en esta empresa. No lo solicitaría de ser una tontería - dice con esa voz eficiente cargada ahora de un temblor. Ante todo, este hombre ha visto al joven crecer y evolucionar ante sus ojos. Si bien sus modales son impecables y su carácter indomable, ha aprendido a quererlo y respetar sus penas. En cuestión de sus actividades las comprende.
Alguien con la historia de Charles debería tener una salida a sus frustraciones, que lo sea la propia sangre y la muerte tras casi morir, es algo que no le sorprende. Ha estado con otras familias que han tenido peores respuestas a situaciones menores que las vividas por el Duque y han perecido inclusive llevados por la locura de un acto suicida. Se sube al carruaje conduciendo el mismo hasta el hotel donde baja para ayudar a la dama guiándola por el enorme lugar hasta las habitaciones de su señor. En cuanto le ven, empiezan a abrir camino los sirvientes del Duque. Saben bien el carácter del joven Moncrieff. Negar la entrada a su sirviente más antiguo sería equivalente a un despido inmediato en el mejor de los casos.
Puerta por puerta se van abriendo sin que el mayordomo haga algo más que mostrar el rostro. Ese es el poder que detenta, el que le ha entregado Charles. En cuanto llegan a la última habitación donde el león reposa de sus heridas, saca a todos de ahí cerrando la puerta tras la dama. En el lecho, el enorme cuerpo del hombre está recostado con el tórax al descubierto, sudoroso como el resto de su epidermis, rojo como la grana, con los puños apretados contra las sábanas, el típico gesto Moncrieff adorna sus facciones más esta vez es de dolor y tormento. Jadea en el instante en que Alfred se acerca quitándose los guantes para comprobar la temperatura de su frente.
Niega con la cabeza en tanto va quitando las mantas dejando expuesto el blanco vendaje para deshacer con facilidad cada vuelta de las telas hasta que la herida queda a la vista. El mayordomo mira a la licántropa - haga su labor, miss. Ayude a mi señor - solicita con voz urgente, la que le provoca escuchar el siguiente gemido del joven que consuela con un paño húmedo de fresca agua sobre su frente habiéndose despojado de la capa y el sombrero tomando asiento en la silla en la cabecera de la cama. Limpiando con mimo y cariño como si este hombre feroz fuera un simple cachorro. Uno que el mayordomo ha adoptado como hijo.
Charles Moncrieff- Esclavo de Sangre/Realeza
- Mensajes : 295
Fecha de inscripción : 28/03/2018
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Negocios y oscuridad (priv. Charles Moncrieff) ♦♦
La loba preguntaba por Charles, alterada por él estado de este, pero el encuentro con Alfred fue fortuito para tener más datos, el olor a miedo que destilaba el hombre la puso en alerta, prestandole toda la atención, asi que no puso resistencia, por supuesto que iba a acompañarle, él jamas le pediria para una tonteria, ella lo sabe, asi que simplemente asiente con la cabeza y apresuradamente le acompaña para ir al hotel donde el inglés esta alojado, debería estar en su casa, acomodado en su cama, no en un hotel, la loba frunce el ceño, con ansia de poder hacer algo por el hombre.
Cuando llegaron al hotel, o mejor dicho al enormemente lujoso hotel atravesarón por los pasillos de camino a la suits mas lujosa, donde sin duda se encontraría el duque, iban a paso muy rapido, enseguida reconocían el rostro del mayordomo, y le abrían paso, casi este parecía otro noble al que los sirvientes rendían suma pleitesia, más sin embargo el rostro de Cinder era imperterrito, inexpresivo, mirando hacia delante, siguiendo a Alfred por aquellos pasillos hasta llegar a la habitación que buscaban donde sin duda estaría Charles.
Había gente dentro que sin tardía el mayordomo despachó para quedar solo los tres, Cinder paseó la vista por el sudoroso cuerpo de Charles, mostrando su torso desnudo, su respiración irregular, la fiebre, incluso percibiendo el latido de este, rigida como una estatua no se movió de donde estaba, le observaba mientras Alfred cerraba a su espalda y desaciendose de las prendas que le estorbaban corrió a la silla al lado de la cabecera para atender al león ahora convertido en cachorro mientras la pedía ayuda, Cinder le observó seria, sin hacer una mueca de absolutamente nada.
La mente de Cinder iba ahora a toda potencía, para despues a acercarse con paso firme y decididido, observando la herida, se deshizo de prensas que la molestaban para tratar esto, había hecho muchas interveciones de este tipo, aunque a su propio cuerpo, un cuerpo fortalecido, un cuerpo que no enferma, que no puede hacerlo, miró a Charles mientras al fin empezó a palpar los alrededores de la herida con las manos, viendo como supuraba.
Cinder alzó la vista, sus ojos ya no eran oscuros, no, eran de un tremendo amarillo radioactivo, mientras empezaba a olfatear la herida, emitió un leve gruñido y se inclinó sobre la herida alargando la lengua para lamerla, sin duda eso provocaría alguna reacción a Charles por la sensación.
Un comportamiento inusual a los ojos de Alfred sin duda, pero eso ahora le daba igual no estaba para apariencias la cosa, siguió olfateando la herida despues de probar su sangre reprimiendo un muy licano gruñido, tras unos segundos miró a Alfred. -Le recomiendo que lo sujete...doy fé que esto le va a molestar.- Comentó con tono seco, serio, pero iba a tomar precauciones, se retiró al baño labando bien sus manos sobretodo sus uñas, después regresó junto a los dos hombres, miró la herida.
Los ojos amarillos que brillarían en la oscuridad, sus colmillos crecidos, y sus uñas crecidas, largas y muy afiladas, miró a Alfred indicando que posibmente se revolviera por su acción, por suerte los dedos de Cinder eran finos, femeninos se podría decir. El movimiento fue rapido fugaz, su aroma indicó donde se resentía el problema a herida sangró un poco más y entonces Alfred lo vió, los dedos ensangrentados de Cinder tenían un pedazó de madera, la maldita astilla, la causa de su fiebre, de la infección, Cinder la dejó sobre una bandeja, y gruñó inclinandose sobre la herida, olfateando por si encontraba o había un cuerpo estraño, no, parecía que ya había sacado lo que había que sacar. -La maldita se escapó a vuestros medicos.- Comentó aun con el tono serio, relamió la sangre, a la loba le gustaba el sabor a sangre y ella era una con la loba interior.
Se giró buscando en su bolso, no es que tuviera muchas cosas en él, pero estaba bien visto que una dama tuviera uno, nunca había tenido oportunidad de usarla, pero su pasado como mercenaria había dado muchas vuelta, y esto a la persona indicada podía haber dado mucho dinero, no sabía por qué lo llevaba consigo pero ahora no se arrepentía, se giró a Alfred y le mostró el pequeño vial. -Sangre de vampiro...para mi es toxica...pero...-Miró a Charles mientras sus ojos y colmillos volvían a la normalidad asi como sus uñas. -Para él no...es una dosis demasiado pequeña como para que se haga adicto, pero puede curar esto, quizá sea una cura demasiado rapida, igualmente con los cuidados medicos va a mejorar, pero si ves alarma...usala.- Se la entrega cubriendola con un paño de seda negro. -...solo cuando lo vea necesario....no creo que haga falta saber de donde lo he sacado.- Dijo de manera fria, y se retiró a lavarse los resquicios de sangre. -Igualmente, desearía poder quedarme y ayudar a atenderle.- Comentó, y realmente su tono era autoritario y segura de si misma.
Cuando llegaron al hotel, o mejor dicho al enormemente lujoso hotel atravesarón por los pasillos de camino a la suits mas lujosa, donde sin duda se encontraría el duque, iban a paso muy rapido, enseguida reconocían el rostro del mayordomo, y le abrían paso, casi este parecía otro noble al que los sirvientes rendían suma pleitesia, más sin embargo el rostro de Cinder era imperterrito, inexpresivo, mirando hacia delante, siguiendo a Alfred por aquellos pasillos hasta llegar a la habitación que buscaban donde sin duda estaría Charles.
Había gente dentro que sin tardía el mayordomo despachó para quedar solo los tres, Cinder paseó la vista por el sudoroso cuerpo de Charles, mostrando su torso desnudo, su respiración irregular, la fiebre, incluso percibiendo el latido de este, rigida como una estatua no se movió de donde estaba, le observaba mientras Alfred cerraba a su espalda y desaciendose de las prendas que le estorbaban corrió a la silla al lado de la cabecera para atender al león ahora convertido en cachorro mientras la pedía ayuda, Cinder le observó seria, sin hacer una mueca de absolutamente nada.
La mente de Cinder iba ahora a toda potencía, para despues a acercarse con paso firme y decididido, observando la herida, se deshizo de prensas que la molestaban para tratar esto, había hecho muchas interveciones de este tipo, aunque a su propio cuerpo, un cuerpo fortalecido, un cuerpo que no enferma, que no puede hacerlo, miró a Charles mientras al fin empezó a palpar los alrededores de la herida con las manos, viendo como supuraba.
Cinder alzó la vista, sus ojos ya no eran oscuros, no, eran de un tremendo amarillo radioactivo, mientras empezaba a olfatear la herida, emitió un leve gruñido y se inclinó sobre la herida alargando la lengua para lamerla, sin duda eso provocaría alguna reacción a Charles por la sensación.
Un comportamiento inusual a los ojos de Alfred sin duda, pero eso ahora le daba igual no estaba para apariencias la cosa, siguió olfateando la herida despues de probar su sangre reprimiendo un muy licano gruñido, tras unos segundos miró a Alfred. -Le recomiendo que lo sujete...doy fé que esto le va a molestar.- Comentó con tono seco, serio, pero iba a tomar precauciones, se retiró al baño labando bien sus manos sobretodo sus uñas, después regresó junto a los dos hombres, miró la herida.
Los ojos amarillos que brillarían en la oscuridad, sus colmillos crecidos, y sus uñas crecidas, largas y muy afiladas, miró a Alfred indicando que posibmente se revolviera por su acción, por suerte los dedos de Cinder eran finos, femeninos se podría decir. El movimiento fue rapido fugaz, su aroma indicó donde se resentía el problema a herida sangró un poco más y entonces Alfred lo vió, los dedos ensangrentados de Cinder tenían un pedazó de madera, la maldita astilla, la causa de su fiebre, de la infección, Cinder la dejó sobre una bandeja, y gruñó inclinandose sobre la herida, olfateando por si encontraba o había un cuerpo estraño, no, parecía que ya había sacado lo que había que sacar. -La maldita se escapó a vuestros medicos.- Comentó aun con el tono serio, relamió la sangre, a la loba le gustaba el sabor a sangre y ella era una con la loba interior.
Se giró buscando en su bolso, no es que tuviera muchas cosas en él, pero estaba bien visto que una dama tuviera uno, nunca había tenido oportunidad de usarla, pero su pasado como mercenaria había dado muchas vuelta, y esto a la persona indicada podía haber dado mucho dinero, no sabía por qué lo llevaba consigo pero ahora no se arrepentía, se giró a Alfred y le mostró el pequeño vial. -Sangre de vampiro...para mi es toxica...pero...-Miró a Charles mientras sus ojos y colmillos volvían a la normalidad asi como sus uñas. -Para él no...es una dosis demasiado pequeña como para que se haga adicto, pero puede curar esto, quizá sea una cura demasiado rapida, igualmente con los cuidados medicos va a mejorar, pero si ves alarma...usala.- Se la entrega cubriendola con un paño de seda negro. -...solo cuando lo vea necesario....no creo que haga falta saber de donde lo he sacado.- Dijo de manera fria, y se retiró a lavarse los resquicios de sangre. -Igualmente, desearía poder quedarme y ayudar a atenderle.- Comentó, y realmente su tono era autoritario y segura de si misma.
Cinder Grimm- Licántropo/Realeza
- Mensajes : 160
Fecha de inscripción : 15/03/2018
Re: Negocios y oscuridad (priv. Charles Moncrieff) ♦♦
El mayordomo es solícito, su ayuda es innecesaria con una mujer tan independiente como Cinder. Reconoce que su señor es demasiado apegado al status quo de una sociedad de doble moral, que el Duque es muy afecto a estar atento a las habladurías ahora que tiene el título nobiliario. Debería relajar sus ánimos y parte de estar tendido, de que la infección le haya golpeado tan rápido, de esa forma tan contundente, son indicios de que su salud nerviosa está siendo afectada. ¡Y cómo no! Todo el día está sumergido en reuniones, atendiendo asuntos y lo de la contabilidad cada vez es más pesada e intrincada para el león de Devonshire. Necesita encontrar momentos de relajación y de paz.
Las exploraciones de la licántropa generan un malestar general en el Duque que gime alto intentando con la mano separar las de la fémina antes de que el mayordomo las tome y entrelace con las suyas soportando estoico la fuerza con que son apretadas por el hombre enfermo que yace en medio de temblores producto de la fiebre que le mantiene atrapado sin tener mayor oportunidad de sanar como no encuentren la causa de esta infección. Un gemido más emana de sus labios cuando la herida sigue supurando. La fiebre perla su frente con rapidez haciendo que el esfuerzo del maduro hombre quede en el olvido.
Un nuevo jadeo es arrancado de la boca del lord cuando han lamido la herida del dolor que le produce al tiempo que siente alivio por la diferencia de temperatura entre el músculo bucal de la fémina y la zona con fiebre. A la primera orden de sujetarlo, Alfred hace algo más práctico, lleva las manos de Charles a la altura de los barrotes por encima de la cama para apresarlos con rapidez propia de un marinero con las telas en tanto presiona después su tórax para mantener quiero a tan tremenda musculatura que en sus viejos tiempos sería cualquier cosa de contener, más ahora es más difícil por la edad que tiene y lo atrofiado de algunos de sus músculos por el transcurso del tiempo y las actividades efectuadas en el antaño.
La licántropa sigue en sus movimientos tras lavar sus manos, explorando en la herida al tiempo que el alarido del inglés inconsciente le obliga a Alfred a mantener las manos sobre su tórax para hacer presión y evitar que se remueva. Espera que esta tortura sea para algo bueno, cuando nota que los dedos de ella emergen con todo y la astilla, niega con la cabeza para después suspirar aliviado - quiero pensar que es todo lo que él tenía, es decir, que era el último pedazo - quiere saber porque preferiría que su chico sufriera de una vez por todas a volver a estar en este tormento. Él mismo atiende la herida cuando la mujer se separa dejando en una bandeja el objeto que era expulsado por el cuerpo del varón que ahora parece ir relajando el rictus ya que han terminado la labor de curarle. Limpia la zona, la vuelve a vendar dejando los medicamentos sobre la herida para que sane con rapidez.
Cuando termina, empieza a pasar paños por el cuerpo del inglés limpiando el sudor y la sangre antes de mirar a Cinder, ese pequeño objeto es para el mayordomo más que conocido - alguna vez mi señor fue casi muerto por una golpiza recibida. En ese tiempo trabajaba para un vampiro que cuidaba del joven Moncrieff en las sombras. Quiso el destino que fuera él quien le encontrara, tuvimos que sanar sus heridas a base de vitae, por lo que conozco bien el funcionamiento de la misma, puede confiar en que la tendré a resguardo y en el momento en que los médicos vean que va sanando, se la colocaré para que acelere el proceso de cicatrización - promete tomando el recipiente para guardarlo en uno de los bolsillos.
Mira a Cinder cuando solicita quedarse, asintiendo con la cabeza - ya me ocuparé mi señora de que nadie nos moleste. Tendré que quedarme aquí hasta que él despierte, así usted podrá permanecer el tiempo que guste - avisa antes de salir por la puerta para dar paso a los galenos que entran revisando de nuevo al inglés, mirando con reservas al mayordomo - la señorita es una de las socias del señor Moncrieff quien necesitó verlo para asegurarse de que estaba bien atendido. Su padre era médico, así que gracias a ella se pudo encontrar la astilla que infectaba la herida como pueden ver - les muestra la bandeja. Algunos enrojecen, otros bajan la cabeza. Al final, van saliendo prometido regresar para ver la recuperación del Duque. Deshechos los primeros intrusos, Alfred hace lo propio con los sirvientes haciendo que les dejen en paz.
Tres horas después, unos ojos azules se abren a la realidad, un brazo se apoya en la cama para incorporarse llevándose la otra mano a la frente aún aturdido. La fiebre empieza a remitir, sacude la cabeza para encontrar algo de cordura, se sienta en la cama acariciando su nuca. El león de Devonshire despierta mirando a su alrededor hasta encontrarse con Cinder - ¿Qué pasó? ¿Qué haces aquí? Te dije que iría a verte - quizá no tuvo conciencia del tiempo perdido hasta ahora.
Las exploraciones de la licántropa generan un malestar general en el Duque que gime alto intentando con la mano separar las de la fémina antes de que el mayordomo las tome y entrelace con las suyas soportando estoico la fuerza con que son apretadas por el hombre enfermo que yace en medio de temblores producto de la fiebre que le mantiene atrapado sin tener mayor oportunidad de sanar como no encuentren la causa de esta infección. Un gemido más emana de sus labios cuando la herida sigue supurando. La fiebre perla su frente con rapidez haciendo que el esfuerzo del maduro hombre quede en el olvido.
Un nuevo jadeo es arrancado de la boca del lord cuando han lamido la herida del dolor que le produce al tiempo que siente alivio por la diferencia de temperatura entre el músculo bucal de la fémina y la zona con fiebre. A la primera orden de sujetarlo, Alfred hace algo más práctico, lleva las manos de Charles a la altura de los barrotes por encima de la cama para apresarlos con rapidez propia de un marinero con las telas en tanto presiona después su tórax para mantener quiero a tan tremenda musculatura que en sus viejos tiempos sería cualquier cosa de contener, más ahora es más difícil por la edad que tiene y lo atrofiado de algunos de sus músculos por el transcurso del tiempo y las actividades efectuadas en el antaño.
La licántropa sigue en sus movimientos tras lavar sus manos, explorando en la herida al tiempo que el alarido del inglés inconsciente le obliga a Alfred a mantener las manos sobre su tórax para hacer presión y evitar que se remueva. Espera que esta tortura sea para algo bueno, cuando nota que los dedos de ella emergen con todo y la astilla, niega con la cabeza para después suspirar aliviado - quiero pensar que es todo lo que él tenía, es decir, que era el último pedazo - quiere saber porque preferiría que su chico sufriera de una vez por todas a volver a estar en este tormento. Él mismo atiende la herida cuando la mujer se separa dejando en una bandeja el objeto que era expulsado por el cuerpo del varón que ahora parece ir relajando el rictus ya que han terminado la labor de curarle. Limpia la zona, la vuelve a vendar dejando los medicamentos sobre la herida para que sane con rapidez.
Cuando termina, empieza a pasar paños por el cuerpo del inglés limpiando el sudor y la sangre antes de mirar a Cinder, ese pequeño objeto es para el mayordomo más que conocido - alguna vez mi señor fue casi muerto por una golpiza recibida. En ese tiempo trabajaba para un vampiro que cuidaba del joven Moncrieff en las sombras. Quiso el destino que fuera él quien le encontrara, tuvimos que sanar sus heridas a base de vitae, por lo que conozco bien el funcionamiento de la misma, puede confiar en que la tendré a resguardo y en el momento en que los médicos vean que va sanando, se la colocaré para que acelere el proceso de cicatrización - promete tomando el recipiente para guardarlo en uno de los bolsillos.
Mira a Cinder cuando solicita quedarse, asintiendo con la cabeza - ya me ocuparé mi señora de que nadie nos moleste. Tendré que quedarme aquí hasta que él despierte, así usted podrá permanecer el tiempo que guste - avisa antes de salir por la puerta para dar paso a los galenos que entran revisando de nuevo al inglés, mirando con reservas al mayordomo - la señorita es una de las socias del señor Moncrieff quien necesitó verlo para asegurarse de que estaba bien atendido. Su padre era médico, así que gracias a ella se pudo encontrar la astilla que infectaba la herida como pueden ver - les muestra la bandeja. Algunos enrojecen, otros bajan la cabeza. Al final, van saliendo prometido regresar para ver la recuperación del Duque. Deshechos los primeros intrusos, Alfred hace lo propio con los sirvientes haciendo que les dejen en paz.
Tres horas después, unos ojos azules se abren a la realidad, un brazo se apoya en la cama para incorporarse llevándose la otra mano a la frente aún aturdido. La fiebre empieza a remitir, sacude la cabeza para encontrar algo de cordura, se sienta en la cama acariciando su nuca. El león de Devonshire despierta mirando a su alrededor hasta encontrarse con Cinder - ¿Qué pasó? ¿Qué haces aquí? Te dije que iría a verte - quizá no tuvo conciencia del tiempo perdido hasta ahora.
Charles Moncrieff- Esclavo de Sangre/Realeza
- Mensajes : 295
Fecha de inscripción : 28/03/2018
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Negocios y oscuridad (priv. Charles Moncrieff) ♦♦
Sin duda Alfred hizo lo mas sensato para mantener controlado al león, eso facilitó mucho el trabajo de Cinder al estraer la astilla que había quedado en él, ahora solo había que esperar los resultados, más quedó claro que la sangre de vampiro no le era estraña por lo que dijo el mayordomo, cosa que hizo que Cinder mostrara una mueca fugaz de sorpresa, pero solo quedó en ello, no iba a mostrar un apice de emoción más, sin embargo abrió los ojos con sorpresa cuando fueron irrumpidos, aunque el mayordomo fue quien abrió la puerta para dar paso a los galenos, que primeramente miraron con altivez a la licántropa que los observaba con aire serio.
Sin embargo Alfres fue rapido dando una señora clase de humildad diciendo que la joven era una socia hija de un medico que entendieron que era habilidoso, lo cual despertó que más de uno se sintiera humillado y avergonzado por no haber sido tan habil y a ninguno se le dió bien solucionar el problema que tenía postrado al Duque, más seguramente lo que temiera realmente sería lo que pudiera decir Charles cuando despertase de las fiebres y empezase a mejorar, quizá temieran que su señor los tachara de inutiles o a saber, el caso es que Alfred en pocas palabras los había barrido a ellos y a su ego.
Cinder se sentó de manera elegante y cruzó las piernas mientras miraba a Charles, sumida en pensamientos, su sangre era deliciosa, sumamente deliciosa, su olor, su sabor, todo le atraía, la loba casi sentía un comportamiento similar a cuando ve un alfa, esa mezcla de querer pelear con él en más de una forma, las pupilas se dilataban y daban sus ojos destellos licanos mientras reprimía un gruñido, sentía las ganas de convertirle, sería sin duda un ejemplar feroz a quien temer.
Más el no deseaba perder el control, Cinder negó para si misma y dió un suspiro malhumorado, pensativa, quizá se estaba viendo algo nerviosa por el futuro encuentro, más mientras velaba por el bien estar del inglés, asi que se quedó ahí sentada rigida mientras esperaba, no le molestaba, no era la primera vez que le tocaba hacer una vigia, mientras su concentración se cernía en olfatear el estado en el que se encontraba el inglés, mientras pasaban las horas, esto era una cuestión de lealtad, y de ahí no se iba a mover, se iba a mantener rigida, con la mirada fija en un punto perdido en la nada y el olfato en el vigilado.
Alertada giró la cabeza observando sin decir ni media palabra, como al fín despertaba, se incorporaba, aun tenía fiebre, pero no tan alta como antes, ya le despertó de los delirios, ya era consciente, aunque aun estaba algo debil, más cuando se sentó y miró alrededor los orbes acero del inglés se posaron en los pardos de la loba, que sería le miraba, más cuando dijo eso estaba claro que no era consciente de lo que había pasado por lo que parecía. Más ella solo enarcó una ceja observandole. -Si, pero de eso hace un par de días...- Comentó con tono frio mientras le observaba, se pone en pie y pasea por la estancia hasta colocarse a los pies de la cama mirandole. -Deberías tomarte esto con más calma, o explotaras y me baso en lo que te ha pasado, tan enfrascado en todo que ni te cuidastes la herida...¡maldita sea Charles!.- Dijo con enfado y se giró para mirar por la ventana.
-Deberías volver a la mansión...alli estarías más comodo.- Asegura la joven de manera tajante mientras no retira la mirada de la ventana pensativa. Chasquea la lengua y se pellizca el puente de la nariz pensativa, mientras observa a Charles nuevamente y se sienta en la silla junto a él y le mira. -Aprende a delegar, eso es lo que hacen los nobles, eso es lo que hacen los de tu estatus.- Gruñe ella mientras suspira nuevamente mientras busca un paño humedo para ponerselo sobre la frente y seguir con los cuidados. -Cuando te recuperes...he decidido ir a Rumania a ver a mi padre, te voy a poner las cosas faciles mi lord.- Comenta finalmente mientras le coloca bie las almohadas, para despues mirarle.
Sin embargo Alfres fue rapido dando una señora clase de humildad diciendo que la joven era una socia hija de un medico que entendieron que era habilidoso, lo cual despertó que más de uno se sintiera humillado y avergonzado por no haber sido tan habil y a ninguno se le dió bien solucionar el problema que tenía postrado al Duque, más seguramente lo que temiera realmente sería lo que pudiera decir Charles cuando despertase de las fiebres y empezase a mejorar, quizá temieran que su señor los tachara de inutiles o a saber, el caso es que Alfred en pocas palabras los había barrido a ellos y a su ego.
Cinder se sentó de manera elegante y cruzó las piernas mientras miraba a Charles, sumida en pensamientos, su sangre era deliciosa, sumamente deliciosa, su olor, su sabor, todo le atraía, la loba casi sentía un comportamiento similar a cuando ve un alfa, esa mezcla de querer pelear con él en más de una forma, las pupilas se dilataban y daban sus ojos destellos licanos mientras reprimía un gruñido, sentía las ganas de convertirle, sería sin duda un ejemplar feroz a quien temer.
Más el no deseaba perder el control, Cinder negó para si misma y dió un suspiro malhumorado, pensativa, quizá se estaba viendo algo nerviosa por el futuro encuentro, más mientras velaba por el bien estar del inglés, asi que se quedó ahí sentada rigida mientras esperaba, no le molestaba, no era la primera vez que le tocaba hacer una vigia, mientras su concentración se cernía en olfatear el estado en el que se encontraba el inglés, mientras pasaban las horas, esto era una cuestión de lealtad, y de ahí no se iba a mover, se iba a mantener rigida, con la mirada fija en un punto perdido en la nada y el olfato en el vigilado.
Alertada giró la cabeza observando sin decir ni media palabra, como al fín despertaba, se incorporaba, aun tenía fiebre, pero no tan alta como antes, ya le despertó de los delirios, ya era consciente, aunque aun estaba algo debil, más cuando se sentó y miró alrededor los orbes acero del inglés se posaron en los pardos de la loba, que sería le miraba, más cuando dijo eso estaba claro que no era consciente de lo que había pasado por lo que parecía. Más ella solo enarcó una ceja observandole. -Si, pero de eso hace un par de días...- Comentó con tono frio mientras le observaba, se pone en pie y pasea por la estancia hasta colocarse a los pies de la cama mirandole. -Deberías tomarte esto con más calma, o explotaras y me baso en lo que te ha pasado, tan enfrascado en todo que ni te cuidastes la herida...¡maldita sea Charles!.- Dijo con enfado y se giró para mirar por la ventana.
-Deberías volver a la mansión...alli estarías más comodo.- Asegura la joven de manera tajante mientras no retira la mirada de la ventana pensativa. Chasquea la lengua y se pellizca el puente de la nariz pensativa, mientras observa a Charles nuevamente y se sienta en la silla junto a él y le mira. -Aprende a delegar, eso es lo que hacen los nobles, eso es lo que hacen los de tu estatus.- Gruñe ella mientras suspira nuevamente mientras busca un paño humedo para ponerselo sobre la frente y seguir con los cuidados. -Cuando te recuperes...he decidido ir a Rumania a ver a mi padre, te voy a poner las cosas faciles mi lord.- Comenta finalmente mientras le coloca bie las almohadas, para despues mirarle.
Cinder Grimm- Licántropo/Realeza
- Mensajes : 160
Fecha de inscripción : 15/03/2018
Re: Negocios y oscuridad (priv. Charles Moncrieff) ♦♦
¿Un par de días? Ese conocimiento descoloca al inglés que parpadea azorado mirando a Alfred que en silencio confirma la noticia. Se lleva las manos a la cabeza pensando en todo lo que se perdió, todo el trabajo que ahora seguro se acumuló por su debilidad. Resopla tras hinchar las mejillas haciendo que la cabeza niegue moviéndose de derecha a izquierda antes de echarla atrás mirando el techo. Se siente caliente, se toca con las manos un poco frías para comprobar que sí, hay algo de fiebre. Sus recuerdos -que deben ser así- se conglomeran en su mente haciéndole notar que se equivocó al pensar que eran alucinaciones, sueños. El regimiento de galenos, la ducha en la tina helada para su cuerpo causando un shock por cómo la sentía contra su cuerpo hirviendo.
Se frota la frente con la diestra asintiendo lento en confirmación a lo que ellos dejaron caer. Por un instante siente ansiedad oral, esa que le fustiga a mover el cuerpo para alcanzar una caja conocida por los presentes, extraer un cigarrillo que es encendido por el mayordomo que va a buscar un cenicero con una eficiencia magistral en tanto el duque se deleita en el sabor del tabaco dejando un raro sabor en su amarga boca producto de lo acontecido los últimos dos. Sí, dos días. El reclamo de Cinder penetra las capas de sus densos pensamientos, el humo exhalado es la respuesta a su frustración que se confirma con el restregar de la siniestra contra la nuca antes de que Alfred deje el adminiculo al lado del inglés para que pueda golpear el cigarrillo dejando caer la ceniza.
Volver a la mansión es impensable, está negado a ello - ni loco dejaré que todos ellos lleguen a mi hogar, el que considero mi santuario. He tenido dos amenazas de muerte, una en Londres, otra acá. Llevarlos a mi casa podría significar darles armas. Prefiero quedarme aquí y seguir atendiendo los asuntos. Me atendí la herida, la limpié antes de ir a dormir, más me dolía. Pensé en llamar al galeno, más era muy tarde y quería descansar, fue mi error - confiesa desesperado. Porque ahora ha retrasado el trabajo con su descuido. Lo que debiera funcionar como reloj suizo, cada vez lo hace peor que la maquinaria de uno de la época de Colón. - Ya veré qué hacer con todo el trabajo rezagado - susurra dando una nueva calada antes de apoyar la espalda en la cabecera de la cama. De inmediato Alfred se acerca para acomodar los cojines tras la columna de su señor - gracias, Alfred. Supongo que tú la trajiste - el sirviente asiente mirándolo con preocupación.
El inglés sólo puede emitir una sonrisa tenue como si con ella estuviera pidiendo disculpas de nueva cuenta. La fémina toma asiento a su lado exigiendo lo que Charles sigue pensando desde hace tiempo, su siniestra se alarga para acariciar el rostro de su licántropa antes de aseverar - dime en quién. ¿Quién me es fiel de verdad? ¿Quién me ayudaría en lugar de ocultar las trastadas y los garrafales errores de los otros nobles bajo mi cargo? Cuando tengas a la persona, le delegaré todo. Estoy en ese proceso de purga, Cinder. En tanto la contabilidad siga pendiente, la decisión es imposible - da otra calada más deleitando su mirada en la joven mujer.
Le parece exquisita con esos modales pulidos por Alfred, deberá darle un regalo por su dedicación. Al sirviente, por supuesto porque para ella, tiene planeado algo que seguro le agradará, más primero tiene que resolver todos sus asuntos para poder dárselo. Le parece curioso que esté acá cuidando de él, procurando poner los paños en su frente para que la fiebre remita por completo. Si tuviera algo de sangre vampírica, lo haría de inmediato y la dejaría sorprendida. Eso es algo que evitará porque seguro que a la licántropa le molestará in extremis. Que necesite del sustento vital de su enemigo acérrimo para mejorar. Casi se atraganta con la última bocanada cuando le dice sus planes. La mira con los ojos abiertos ahora que ella reacomoda las almohadas tras su espalda.
Se queda mirando al frente en tanto sopesa la idea, asiente lento - ¿Estás segura que puede funcionar? Por lo que oí de tu padre es un licántropo necio y terco que sólo mira sus intereses. ¿Qué podrías ofrecerle para que te reconozca? Eso será un escándalo mayúsculo en Rumania. Lo tienes pensado ¿Verdad? - cierto es que haría las cosas más fáciles para el egocéntrico León de Devonshire, más sus preguntas denotan cuánto le importa la salud mental de su socia. Termina el cigarrillo matándolo contra el cenicero antes de exhalar la última bocanada - Alfred, por favor tráeme un zumo de naranja y algo de comer, tengo hambre - el sirviente hace una reverencia antes de retirarse.
Justo cuando la puerta se cierra, el inglés alarga la mano tomando a la licántropa de la nuca para darle tremendo beso que dura hasta que ambos se quedan sin aire y tienen que separarse para jadear profundo - estaré fascinado por tenerte por fin a mi lado, sin que nadie pueda abrir la boca. Que vean la clase de hembra que tengo en la cama, que me seduce y cuida de mí. Sólo que me disgustaría que tu salud mental quede comprometida, Cinder. Te quiero así como eres, una loba independiente. Detestaría que tuvieras que someterte a alguien diferente, para sometimientos, sólo yo - dice agresivo, posesivo, territorial al tiempo que su mano vaga por las enaguas de la fémina levantando la tela para alcanzar su culo duro y redondo.
Se frota la frente con la diestra asintiendo lento en confirmación a lo que ellos dejaron caer. Por un instante siente ansiedad oral, esa que le fustiga a mover el cuerpo para alcanzar una caja conocida por los presentes, extraer un cigarrillo que es encendido por el mayordomo que va a buscar un cenicero con una eficiencia magistral en tanto el duque se deleita en el sabor del tabaco dejando un raro sabor en su amarga boca producto de lo acontecido los últimos dos. Sí, dos días. El reclamo de Cinder penetra las capas de sus densos pensamientos, el humo exhalado es la respuesta a su frustración que se confirma con el restregar de la siniestra contra la nuca antes de que Alfred deje el adminiculo al lado del inglés para que pueda golpear el cigarrillo dejando caer la ceniza.
Volver a la mansión es impensable, está negado a ello - ni loco dejaré que todos ellos lleguen a mi hogar, el que considero mi santuario. He tenido dos amenazas de muerte, una en Londres, otra acá. Llevarlos a mi casa podría significar darles armas. Prefiero quedarme aquí y seguir atendiendo los asuntos. Me atendí la herida, la limpié antes de ir a dormir, más me dolía. Pensé en llamar al galeno, más era muy tarde y quería descansar, fue mi error - confiesa desesperado. Porque ahora ha retrasado el trabajo con su descuido. Lo que debiera funcionar como reloj suizo, cada vez lo hace peor que la maquinaria de uno de la época de Colón. - Ya veré qué hacer con todo el trabajo rezagado - susurra dando una nueva calada antes de apoyar la espalda en la cabecera de la cama. De inmediato Alfred se acerca para acomodar los cojines tras la columna de su señor - gracias, Alfred. Supongo que tú la trajiste - el sirviente asiente mirándolo con preocupación.
El inglés sólo puede emitir una sonrisa tenue como si con ella estuviera pidiendo disculpas de nueva cuenta. La fémina toma asiento a su lado exigiendo lo que Charles sigue pensando desde hace tiempo, su siniestra se alarga para acariciar el rostro de su licántropa antes de aseverar - dime en quién. ¿Quién me es fiel de verdad? ¿Quién me ayudaría en lugar de ocultar las trastadas y los garrafales errores de los otros nobles bajo mi cargo? Cuando tengas a la persona, le delegaré todo. Estoy en ese proceso de purga, Cinder. En tanto la contabilidad siga pendiente, la decisión es imposible - da otra calada más deleitando su mirada en la joven mujer.
Le parece exquisita con esos modales pulidos por Alfred, deberá darle un regalo por su dedicación. Al sirviente, por supuesto porque para ella, tiene planeado algo que seguro le agradará, más primero tiene que resolver todos sus asuntos para poder dárselo. Le parece curioso que esté acá cuidando de él, procurando poner los paños en su frente para que la fiebre remita por completo. Si tuviera algo de sangre vampírica, lo haría de inmediato y la dejaría sorprendida. Eso es algo que evitará porque seguro que a la licántropa le molestará in extremis. Que necesite del sustento vital de su enemigo acérrimo para mejorar. Casi se atraganta con la última bocanada cuando le dice sus planes. La mira con los ojos abiertos ahora que ella reacomoda las almohadas tras su espalda.
Se queda mirando al frente en tanto sopesa la idea, asiente lento - ¿Estás segura que puede funcionar? Por lo que oí de tu padre es un licántropo necio y terco que sólo mira sus intereses. ¿Qué podrías ofrecerle para que te reconozca? Eso será un escándalo mayúsculo en Rumania. Lo tienes pensado ¿Verdad? - cierto es que haría las cosas más fáciles para el egocéntrico León de Devonshire, más sus preguntas denotan cuánto le importa la salud mental de su socia. Termina el cigarrillo matándolo contra el cenicero antes de exhalar la última bocanada - Alfred, por favor tráeme un zumo de naranja y algo de comer, tengo hambre - el sirviente hace una reverencia antes de retirarse.
Justo cuando la puerta se cierra, el inglés alarga la mano tomando a la licántropa de la nuca para darle tremendo beso que dura hasta que ambos se quedan sin aire y tienen que separarse para jadear profundo - estaré fascinado por tenerte por fin a mi lado, sin que nadie pueda abrir la boca. Que vean la clase de hembra que tengo en la cama, que me seduce y cuida de mí. Sólo que me disgustaría que tu salud mental quede comprometida, Cinder. Te quiero así como eres, una loba independiente. Detestaría que tuvieras que someterte a alguien diferente, para sometimientos, sólo yo - dice agresivo, posesivo, territorial al tiempo que su mano vaga por las enaguas de la fémina levantando la tela para alcanzar su culo duro y redondo.
Charles Moncrieff- Esclavo de Sangre/Realeza
- Mensajes : 295
Fecha de inscripción : 28/03/2018
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Negocios y oscuridad (priv. Charles Moncrieff) ♦♦
Los labios de la loba se apretaban los labios pensativa, entendía lo que el inglés le decia, no iba a dar paso a su mansión a cualquiera, y que en el pasado haya supuesto problemas para él con razón de más para no dejar ni que los galenos entraran a su casa y pudieran irse de la lengua más adelante, más era la licántropa que le embargó el sentimiento de culpa, la astilla, el que duerma fuera era su culpa, y quería compensarselo, al menos esa era la intención detras de la sugerencia, aunque quizá pecaba de orgullo en esa ocasión al no admitirlo abiertamente, pero ella era asi y no podía evitarlo. Sin embargo no consiguió hacerle volver, y dejó que el ingles se saliera con la suya, dando por ello un pequeño suspiro.
Más la siguiente cuestión en lo de delegar fue respondida de mordaz forma, lo que dejó a la loba pensativa mientras notaba el calido tacto de los dedos del león, era dificil, sobre todo si no se tenía al indicado, ni nadie con la suficiente confianza, la loba negó con la cabeza estrujandose los sesos de quien sería el indicado para una acción asi sin que se la juegue, llegandole la idea. -No lo sé...- Resopló con ligera frustración, solo quería bajar el estres de Charles, negó nuevamente. -Solo alguien que tengas pillado por los huevos para que se cuide de no traicionar...no se me ocurre nada más.- Confesó, pero seguía esa cuestión en un callejón sin salida.
La verdad es que la licana comprendía mucho la desconfianza, y entendía que era mucha responsabilidad, y aun era pronto para todo, pronto para admiradores, aunque para enemigos...siempre era lo primero que se ganaba, y más cuando delegaban en tí nobleza, mucha envidia corroía el mundo, y eso Cinder lo conocía bien, en su pasado de mercenaria los que siempre contratan con más frecuencia que cualquier otro eran nobles para joder a otro noble que le estorbaba, fuera cual fuera el motivo, casi siempre titulos, negocios y tierras, era como un tablero de ajedrez constante, aunque Cinder antes no se había parado a meditar en ello, pero ahora con Charles estaba dandose más cuenta y reparando más en ello que antes.
Bajaba la vista buscando soluciones que no encontraba para ayudar a Charles al menos en ese aspecto, ya encontraría la solución, seguía con las atenciones al ingles, mientras comprobaba también los vendajes, deseaba darle la sangre de vampiro que había traido, más como dijo Alfred él se encargaría de administrarsela cuando los galenos dejaran de estar encima y vieran mejoria. Había que tener paciencia, y Cinder no acostumbraba a ella, pero las lecciones de Alfred habían servido y simplemente las seguía.
Abrió los ojos cuando Charles hizo meción de que había oido cosas de su padre, entre ellas que era terco y necio, cosa que sinceramente no le sorprendía tampoco, ella miraba a Charles, y si este miraba atentamente podía ver tintes de preocupación en el rostro de la loba, la idea le ponía nerviosa, pero lo ocultaba, más solo frunció el ceño pensativa. -Sí, tengo todo esto pensado, incluso tengo unas cuantas opciones barajeadas de lo que pueda ocurrir y otras la sé seguro.- Comentó con un tono calmado, pensativo. -Tengo pensado que ofrecerle, sí será un escandalo, pero seguro que hará por tapar si adquiere algo a cambio, más él me convirtió con toda intención, su olor reconocerá el mio y viciversa, hay una unión sanguinia muy fuerte, no es como cuando un licántropo descontrolado transforma a otro al azar, él ya era lobo cuando estaba con mi madre, el ya olía su sangre por mis venas...otra cosa que cara al publico niegue...pero sus instintos tirarán de él, eso te lo aseguro.- Dijo con un tono firme.
Escuchó como le hizo a Alfred pedidas y este se marchó a por el menú que demandaba, fue entonces sorprendida por el beso pasional que le dedicó Charles que le dejó sin aliento totalmente. Separo dando una leve mordida a su labio inferior antes de jadear recuperando el aire, mirandole mientras dilataba sus pupilas por la atracción que le provocaba el inglés, las palabras de este detonaban una total posesión, una obsesiva posesión, ella se muerde el labio con deseo cuando nota la mano del inglés surcando sus enaguas, ella desliza besos por el cuello de este mientras le olfatea, antes de mirarle nuevamente. -Puedo aguantarlo, supongo que buscara una confrontación y un enfrentamiento que termine en tener que mostrar sumisión para que su ego se eleve, eso sin duda le gustará, con un poco de suerte no le recuerdo mucho a mi madre, espero que no por Dios...y pedirá meter la mano en algunas cosas sin duda, eso lo tengo medido, será cuestión de negociar supongo...- Comentó escondiendo su rostro en el cuello del inglés buscando consuelo en él por que anda algo perdida, sus dedos se deslizan por el pecho desnudo de Charles mientras le da besos y lametones fugaces en este, buscando las atenciones ajenas, subiendo besos por el camino que llevaba el cuello del inglés y mordiendo finalmente el lobulo de su oreja con suavidad y cierta picardia, para sonreir de una maliciosa forma.
Más la siguiente cuestión en lo de delegar fue respondida de mordaz forma, lo que dejó a la loba pensativa mientras notaba el calido tacto de los dedos del león, era dificil, sobre todo si no se tenía al indicado, ni nadie con la suficiente confianza, la loba negó con la cabeza estrujandose los sesos de quien sería el indicado para una acción asi sin que se la juegue, llegandole la idea. -No lo sé...- Resopló con ligera frustración, solo quería bajar el estres de Charles, negó nuevamente. -Solo alguien que tengas pillado por los huevos para que se cuide de no traicionar...no se me ocurre nada más.- Confesó, pero seguía esa cuestión en un callejón sin salida.
La verdad es que la licana comprendía mucho la desconfianza, y entendía que era mucha responsabilidad, y aun era pronto para todo, pronto para admiradores, aunque para enemigos...siempre era lo primero que se ganaba, y más cuando delegaban en tí nobleza, mucha envidia corroía el mundo, y eso Cinder lo conocía bien, en su pasado de mercenaria los que siempre contratan con más frecuencia que cualquier otro eran nobles para joder a otro noble que le estorbaba, fuera cual fuera el motivo, casi siempre titulos, negocios y tierras, era como un tablero de ajedrez constante, aunque Cinder antes no se había parado a meditar en ello, pero ahora con Charles estaba dandose más cuenta y reparando más en ello que antes.
Bajaba la vista buscando soluciones que no encontraba para ayudar a Charles al menos en ese aspecto, ya encontraría la solución, seguía con las atenciones al ingles, mientras comprobaba también los vendajes, deseaba darle la sangre de vampiro que había traido, más como dijo Alfred él se encargaría de administrarsela cuando los galenos dejaran de estar encima y vieran mejoria. Había que tener paciencia, y Cinder no acostumbraba a ella, pero las lecciones de Alfred habían servido y simplemente las seguía.
Abrió los ojos cuando Charles hizo meción de que había oido cosas de su padre, entre ellas que era terco y necio, cosa que sinceramente no le sorprendía tampoco, ella miraba a Charles, y si este miraba atentamente podía ver tintes de preocupación en el rostro de la loba, la idea le ponía nerviosa, pero lo ocultaba, más solo frunció el ceño pensativa. -Sí, tengo todo esto pensado, incluso tengo unas cuantas opciones barajeadas de lo que pueda ocurrir y otras la sé seguro.- Comentó con un tono calmado, pensativo. -Tengo pensado que ofrecerle, sí será un escandalo, pero seguro que hará por tapar si adquiere algo a cambio, más él me convirtió con toda intención, su olor reconocerá el mio y viciversa, hay una unión sanguinia muy fuerte, no es como cuando un licántropo descontrolado transforma a otro al azar, él ya era lobo cuando estaba con mi madre, el ya olía su sangre por mis venas...otra cosa que cara al publico niegue...pero sus instintos tirarán de él, eso te lo aseguro.- Dijo con un tono firme.
Escuchó como le hizo a Alfred pedidas y este se marchó a por el menú que demandaba, fue entonces sorprendida por el beso pasional que le dedicó Charles que le dejó sin aliento totalmente. Separo dando una leve mordida a su labio inferior antes de jadear recuperando el aire, mirandole mientras dilataba sus pupilas por la atracción que le provocaba el inglés, las palabras de este detonaban una total posesión, una obsesiva posesión, ella se muerde el labio con deseo cuando nota la mano del inglés surcando sus enaguas, ella desliza besos por el cuello de este mientras le olfatea, antes de mirarle nuevamente. -Puedo aguantarlo, supongo que buscara una confrontación y un enfrentamiento que termine en tener que mostrar sumisión para que su ego se eleve, eso sin duda le gustará, con un poco de suerte no le recuerdo mucho a mi madre, espero que no por Dios...y pedirá meter la mano en algunas cosas sin duda, eso lo tengo medido, será cuestión de negociar supongo...- Comentó escondiendo su rostro en el cuello del inglés buscando consuelo en él por que anda algo perdida, sus dedos se deslizan por el pecho desnudo de Charles mientras le da besos y lametones fugaces en este, buscando las atenciones ajenas, subiendo besos por el camino que llevaba el cuello del inglés y mordiendo finalmente el lobulo de su oreja con suavidad y cierta picardia, para sonreir de una maliciosa forma.
Cinder Grimm- Licántropo/Realeza
- Mensajes : 160
Fecha de inscripción : 15/03/2018
Re: Negocios y oscuridad (priv. Charles Moncrieff) ♦♦
La atención a su herida le provoca algunos gestos de molestia por el dolor que todavía le causa, el embate de la fiebre pierde potencia logrando que el Duque vuelva a tener el control de su conciencia y de su cuerpo. Se queda pensando en la opción que Cinder le ofrece antes de negar con la cabeza - aunque lo oigas de mi boca, el miedo no siempre tiene el resultado adecuado. Ni siquiera tenerlo agarrado de las bolas puede funcionar porque buscará soltarse de mi control, se elevará como mi mayor rival porque tendrá conocimiento de todo lo que hago, así que descartado - se lleva la mano a la herida protegida por los vendajes. Se sorprende de que algo tan nimio pueda causarle tantos estragos. La próxima vez revisará bien sus heridas a pesar del dolor que pueda implicar, eso evitará que vuelva a perder valioso tiempo en secuelas.
Tira la cabeza atrás pensando en lo que Cinder le dice, la mueca de su rostro es fácil de interpretar. Frustración y desacuerdo - ¿Y qué le vas a ofrecer a un viejo lobo que no tenga? Como diga que tú, estamos jodidos. Tu presencia en Rumania me sirve tanto como uno de los nobles que tengo sentenciado a morir en mis finanzas. ¿Me explico? En lugar de ayudar, complicaría todo. Deberás ser astuta - propone en tanto se queda meditabundo buscando soluciones a este otro conflicto. Ya se le acumulan con el paso del tiempo, se lleva la mano a la nuca para paliar la tensión que se le acumula - manda a un mensajero con una carta, hazle saber tu intención de ser reconocida como su hija, ve qué te contesta y conforme eso, actuamos - propone porque así sería más sencillo. Sabrían las intenciones del Duque y de paso, ella estaría en París eludiendo su cueva de lobo. El apresarla sería imposible porque una carta es diferente a que ella esté en carne y hueso ante él.
Deja que le acaricie el cuello con sus labios, en tanto sigue con la mano metida en sus enaguas acariciando su redondo culo. - Meter mano. Claro, meter mano. Como la meta en lo que es mío, se la estaré cortando. Más te vale que manejes bien este asunto, piensa en lo que se pierde como falles. Un título me da igual, más perder a mi socia es algo no negociable. ¿Entiendes? - levanta su rostro tomándolo de la barbilla para que lo mire a los ojos y que comprenda bien la seriedad de sus palabras. La deja juguetear con su cuerpo, gruñe un poco cuando muerde su lóbulo alzando una ceja intrigado - bien. Siéntate en el escritorio y empieza a redactar en tanto consumo mi desayuno. ¿Ya comiste algo? - pregunta dando una palmada en el culo de la fémina.
Justo a tiempo, Alfred entra con el carro de comida para su señor, dejando una mesa de cama frente a él para que pueda comer. Charles bebe con avidez el zumo sediento antes de empezar a cortar los huevos y el bacon. Es un hombre grande, que consume grandes cantidades de calorías sin cortarse un poco. Ya lo gastará en el entrenamiento o bien, con las idas y venidas en los compromisos sociales. - Tráeme el correo, por favor. Al menos tengo que ponerme al corriente en eso - el mayordomo asiente yéndose para ir por lo requerido. Charles parte la tostada mirando a la licántropa - quizá debiera ser adecuado empezar la carta con "Mi estimado Duque", así eres cortés, más le muestras que estás hablando con educación, no porque realmente le estimes. ¿Me explico? Cuestiones de formalidad y etiqueta - mastica el pedazo de pan que se introdujo en la boca en tanto la observa queriendo saber cuál es la reacción.
Tira la cabeza atrás pensando en lo que Cinder le dice, la mueca de su rostro es fácil de interpretar. Frustración y desacuerdo - ¿Y qué le vas a ofrecer a un viejo lobo que no tenga? Como diga que tú, estamos jodidos. Tu presencia en Rumania me sirve tanto como uno de los nobles que tengo sentenciado a morir en mis finanzas. ¿Me explico? En lugar de ayudar, complicaría todo. Deberás ser astuta - propone en tanto se queda meditabundo buscando soluciones a este otro conflicto. Ya se le acumulan con el paso del tiempo, se lleva la mano a la nuca para paliar la tensión que se le acumula - manda a un mensajero con una carta, hazle saber tu intención de ser reconocida como su hija, ve qué te contesta y conforme eso, actuamos - propone porque así sería más sencillo. Sabrían las intenciones del Duque y de paso, ella estaría en París eludiendo su cueva de lobo. El apresarla sería imposible porque una carta es diferente a que ella esté en carne y hueso ante él.
Deja que le acaricie el cuello con sus labios, en tanto sigue con la mano metida en sus enaguas acariciando su redondo culo. - Meter mano. Claro, meter mano. Como la meta en lo que es mío, se la estaré cortando. Más te vale que manejes bien este asunto, piensa en lo que se pierde como falles. Un título me da igual, más perder a mi socia es algo no negociable. ¿Entiendes? - levanta su rostro tomándolo de la barbilla para que lo mire a los ojos y que comprenda bien la seriedad de sus palabras. La deja juguetear con su cuerpo, gruñe un poco cuando muerde su lóbulo alzando una ceja intrigado - bien. Siéntate en el escritorio y empieza a redactar en tanto consumo mi desayuno. ¿Ya comiste algo? - pregunta dando una palmada en el culo de la fémina.
Justo a tiempo, Alfred entra con el carro de comida para su señor, dejando una mesa de cama frente a él para que pueda comer. Charles bebe con avidez el zumo sediento antes de empezar a cortar los huevos y el bacon. Es un hombre grande, que consume grandes cantidades de calorías sin cortarse un poco. Ya lo gastará en el entrenamiento o bien, con las idas y venidas en los compromisos sociales. - Tráeme el correo, por favor. Al menos tengo que ponerme al corriente en eso - el mayordomo asiente yéndose para ir por lo requerido. Charles parte la tostada mirando a la licántropa - quizá debiera ser adecuado empezar la carta con "Mi estimado Duque", así eres cortés, más le muestras que estás hablando con educación, no porque realmente le estimes. ¿Me explico? Cuestiones de formalidad y etiqueta - mastica el pedazo de pan que se introdujo en la boca en tanto la observa queriendo saber cuál es la reacción.
Charles Moncrieff- Esclavo de Sangre/Realeza
- Mensajes : 295
Fecha de inscripción : 28/03/2018
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Negocios y oscuridad (priv. Charles Moncrieff) ♦♦
Si, el miedo a veces era buena salida, ella lo sabia pero le sorprendió la buena razón que le dió el inglés debido a lo poco seguro que era tener a alguien chantajeado deseando escapar, Cinder se mordió el labio pensativa, y asintió con la cabeza, lamentaba el no saber ella echar cuentas pero no es algo que sea digno de una dama. Lo cual dejaba a Cinder sin ocurrencia ninguna de como solventar ese problema y no conocía a nade de confianza como para solucionar ese problema. Acarició la mano de Charles cuando se la lleva a la herida, lo que hizo que ella frunciera el ceño y despues volviera a mirar al duque inglés en silencio, quería facilitarle las cosas para que no viviera permanentemente detras de un escritorio, el ocio también era importante, de por sí ya e ra maniatico, pero ahora estaba ahogado, quizá debieran buscar a alguien, que su mayordomo selecionara a los que viera más preparados, y que el diera el visto bueno, pero Charles no parecía fiarse ni de su sombra, Cinder cerró los ojos mientras seguía olfateando el aroma que desprendía el león, ya que debido al sudor el olor era un poco más incrementado pero para ella su olor le excitaba asi que no mostró desagrado.
Las palabras de Charles en cuanto a su padre retumban en su mente, teme ese encuentro, teme lo que pueda provocar, más las palabras del inglés suenan cautelosas, ella chasqueo la lengua pensativa. -Tú tienes más habilidad para negociar esas cosas que yo, pero supongo que ofrecerle..la representación de la familia aquí en París, y algunas cosas en su nombre...hay que encontrar la forma que sea mucho más util aqui...que allí con él- Comenta pensativa. -Si en todo este tiempo no me ha echado en falta..- Comenta dando a entender que no cree que le añore solo por saber de ella o pedir el maldito titulo que la corresponde.
Por suerte parece que Charles no entendió mucho que lo de mostrar cuello era de manera bastante literal, debido a que los lobos tienen ciertos enfrentamientos en un lado más animal, pero Cinder tenía esperado que Charles no supiera lo suficiente sobre licanos como para comprender que cuando están ante alfas, o cierto comportamiento que hace que dos caracter se enfrenten, y si su padre era como ella, seguramente habría una cierta medida de poder antes de una interacción hablada.
Más esa mención que el titulo le daba igual, hizo que la joven arqueara las cejas por la sorpresa, sobre todo que prefiera a ella que al titulo, eso dibuja una sonrisa en el rostro de la loba, que hace que se incorpore un poco y le mira. -¿Esta seguro de que no eres un lobo o un cambiante y yo no me he dado cuenta?- Dijo haciendo alusión a esa ferocidad que se gastó el inglés antes de sonreir negando, le quería decir que tenía un elevado comportamiento territorial y muy feroz. Le miró tomada del mentón por el, por supuesto que comprendía lo que pedía y desde luego no se iba a oponer a ello.
-Si ya comí algo, no te preocupes. -Se levantó escuchando a Alfred antes de entrar colocandose todo correctamente sin dar pista alguna al momento acaramelado que había tenido con su "cazador" su amo como se llamaban en las confidencias del dormitorio, Cinder se sentó en el escritorio como mandó cogiendo tinta, pluma y papel para escribir la carta, gracias a las lecciones de Alfred su letra era más bonita y florida.
Escuchaba las recomendaciones de como empezar la carta, y ella empezaba a hacer una presentación en la carta, mientras miraba como iba quedando. -¿No va a ser muy fria? quizá habria que ponerle la miel en los labios para que parezca un suculento trato, en vez de dar la imagen tan distante e interesanda....no sé, no suelo escribir cartas.- Se pusó roja al comentar lo ultimo, aunque también malhumorada por tener que revelarle eso, sabe leer y escribir, pero no escribir a un conde, mirá a Charles como pidiendo ayuda de manera encubierta a escribir una carta galante, se gira a leerle lo que ha escrito. -"Mi estimado Duque, me pongo en contacto con su persona para presentarme ante usted, mi nombre es Cinder Grimm, y como bien sabe, soy su descendiente, el motivo de mi carta es que ha llegado el momento de aceptar quien soy, mi puesto, mis obligaciones y deberes, espero poder llegar a un acuerdo con usted que contente a ambos, Atentamente Lady Cinder Grimm".- Miró a Charles casi preparandose a la retaila de correcciones, sabía como era, y sin duda no cree que haya hecho bien la carta a la primera
Más apartando un segundo el tema de la carta deslizó la vista por encima de Charles y bajó hasta la herida y frunció el ceño mientras apretaba los labios, estudiando si pronunciar las siguientes palabras, ladeó la cabeza mirandole. -Te traje sangre de vastago...te ayudará a ponerte mejor en poco, pero primero hay que hacer el paripé delante de los galenos, el decidiria cuando administrar...pero te veo lucido. Espero que no te moleste que me tomase esa libertad mi lord.- Dijo ella volviendo a bajar la mirada a la carta despues de aclarar ese punto.
Las palabras de Charles en cuanto a su padre retumban en su mente, teme ese encuentro, teme lo que pueda provocar, más las palabras del inglés suenan cautelosas, ella chasqueo la lengua pensativa. -Tú tienes más habilidad para negociar esas cosas que yo, pero supongo que ofrecerle..la representación de la familia aquí en París, y algunas cosas en su nombre...hay que encontrar la forma que sea mucho más util aqui...que allí con él- Comenta pensativa. -Si en todo este tiempo no me ha echado en falta..- Comenta dando a entender que no cree que le añore solo por saber de ella o pedir el maldito titulo que la corresponde.
Por suerte parece que Charles no entendió mucho que lo de mostrar cuello era de manera bastante literal, debido a que los lobos tienen ciertos enfrentamientos en un lado más animal, pero Cinder tenía esperado que Charles no supiera lo suficiente sobre licanos como para comprender que cuando están ante alfas, o cierto comportamiento que hace que dos caracter se enfrenten, y si su padre era como ella, seguramente habría una cierta medida de poder antes de una interacción hablada.
Más esa mención que el titulo le daba igual, hizo que la joven arqueara las cejas por la sorpresa, sobre todo que prefiera a ella que al titulo, eso dibuja una sonrisa en el rostro de la loba, que hace que se incorpore un poco y le mira. -¿Esta seguro de que no eres un lobo o un cambiante y yo no me he dado cuenta?- Dijo haciendo alusión a esa ferocidad que se gastó el inglés antes de sonreir negando, le quería decir que tenía un elevado comportamiento territorial y muy feroz. Le miró tomada del mentón por el, por supuesto que comprendía lo que pedía y desde luego no se iba a oponer a ello.
-Si ya comí algo, no te preocupes. -Se levantó escuchando a Alfred antes de entrar colocandose todo correctamente sin dar pista alguna al momento acaramelado que había tenido con su "cazador" su amo como se llamaban en las confidencias del dormitorio, Cinder se sentó en el escritorio como mandó cogiendo tinta, pluma y papel para escribir la carta, gracias a las lecciones de Alfred su letra era más bonita y florida.
Escuchaba las recomendaciones de como empezar la carta, y ella empezaba a hacer una presentación en la carta, mientras miraba como iba quedando. -¿No va a ser muy fria? quizá habria que ponerle la miel en los labios para que parezca un suculento trato, en vez de dar la imagen tan distante e interesanda....no sé, no suelo escribir cartas.- Se pusó roja al comentar lo ultimo, aunque también malhumorada por tener que revelarle eso, sabe leer y escribir, pero no escribir a un conde, mirá a Charles como pidiendo ayuda de manera encubierta a escribir una carta galante, se gira a leerle lo que ha escrito. -"Mi estimado Duque, me pongo en contacto con su persona para presentarme ante usted, mi nombre es Cinder Grimm, y como bien sabe, soy su descendiente, el motivo de mi carta es que ha llegado el momento de aceptar quien soy, mi puesto, mis obligaciones y deberes, espero poder llegar a un acuerdo con usted que contente a ambos, Atentamente Lady Cinder Grimm".- Miró a Charles casi preparandose a la retaila de correcciones, sabía como era, y sin duda no cree que haya hecho bien la carta a la primera
Más apartando un segundo el tema de la carta deslizó la vista por encima de Charles y bajó hasta la herida y frunció el ceño mientras apretaba los labios, estudiando si pronunciar las siguientes palabras, ladeó la cabeza mirandole. -Te traje sangre de vastago...te ayudará a ponerte mejor en poco, pero primero hay que hacer el paripé delante de los galenos, el decidiria cuando administrar...pero te veo lucido. Espero que no te moleste que me tomase esa libertad mi lord.- Dijo ella volviendo a bajar la mirada a la carta despues de aclarar ese punto.
Cinder Grimm- Licántropo/Realeza
- Mensajes : 160
Fecha de inscripción : 15/03/2018
Re: Negocios y oscuridad (priv. Charles Moncrieff) ♦♦
Hay demasiados aspectos que deben cuidar para evitar cualquier problema respecto al padre de Cinder. El Duque sabe bien que todo lo que conoce debiera enseñarlo a la licántropa, el tiempo es oro y ahora mismo está saturado de problemas como para dedicarle su tiempo para enseñarla. Si ella carece de astucia para manejar al viejo lobo, por supuesto que ambos perderán. Ella su libertad, él a su socia. Frunce los labios con el típico gesto Moncrieff en el rostro antes de echar una mano a la nuca para liberar tensión hasta que ella hace ese comentario de los sobrenaturales, le mira de reojo - ¿Bromeas? Deberías saber que no lo soy por el hecho de que mi aura te grita que soy un humano común y corriente - está fastidiado por eso. Si tuviera el poder que ellos, sería capaz de lograr más y mucho más. Su músculo bucal recorre sus labios lubricándolos.
Aún consumiendo su desayuno, Alfred le mira contento porque un hombre con ese apetito es señal de que el cuerpo va recuperándose. Recibe el correo abierto por un mayordomo dedicado leyendo a continuación, haciendo algunas anotaciones en tanto sigue comiendo, voltea hacia la fémina cuando le lee la carta - Me parece correcta de no ser porque indicar que eres su descendiente es algo que ya sabe. Si interceptan la carta, tendremos problemas. Como sea alguien que quiera deshacerse de ti, imagina lo que sucederá. Igual estar demasiado solícita significaría que estás dispuesta a hacer todo lo que te pida, como y cuando lo pida. ¿Estás dispuesta? - da un trago a su café en tanto sus ojos se posan en ella analizando sus reacciones. Alfred los mira a ambos antes de susurrar por lo bajo - consideraría prudente, señor, que se haga una investigación previa sobre el padre de la señorita para saber qué es lo que requiere ¿No le parece? - el Duque mira a su mayordomo quedándose en silencio.
Podría ser una opción válida - por eso había recomendado enviar una carta para tantear el terreno. ¿Tienes a alguien en Rumania que pueda ayudarnos en ésto, Alfred? - el mayordomo mira a uno y al otro antes de asentir - un par de viejos amigos, esclavos de sangre del amo, todavía siguen en movimiento. Podría mandar un telegrama y ellos sabrán qué investigar, cómo y cuándo. Si la señorita quiere, por supuesto - mira a Cinder antes de que Charles haga lo mismo curioso. ¿Querrá la licántropa que Alfred se haga cargo de la investigación? Justo ella habla de la vitae, lo que parece molestar visiblemente al hombre de mayor edad - no consideré oportuno decírselo porque hay oídos y ojos por todo el lugar, así que fui prudente. Más veo que mis recomendaciones de que le indicaría a usted que tengo el envase cuando nadie pudiera escucharnos, fueron tomadas como poco prudentes - dice molesto.
Se le nota en la expresión airada. - Como veo que no es necesario que siga aquí y que la señorita puede aconsejarle mejor que este viejo, me retiro para asegurarme de que nadie escuchó esta conversación - sale del lugar dejando a Charles con la expresión sorprendida mirando a Cinder antes de exhalar un profundo suspiro - si ya te había dicho que esperaras, ¿Por qué la impaciencia? Ahora tendré que contentarlo - exhala un suspiro de frustración en tanto se queda pensativo mirando el correo. Se muerde la lengua para callar lo que debiera decir. Se queda haciendo algunas anotaciones más descontando algunos sobres. - De todas formas, gracias - le parece adecuado decir. Ya que se tomó tantas molestias, al menos agradecer sería lo mínimo que podría hacer.
Aún consumiendo su desayuno, Alfred le mira contento porque un hombre con ese apetito es señal de que el cuerpo va recuperándose. Recibe el correo abierto por un mayordomo dedicado leyendo a continuación, haciendo algunas anotaciones en tanto sigue comiendo, voltea hacia la fémina cuando le lee la carta - Me parece correcta de no ser porque indicar que eres su descendiente es algo que ya sabe. Si interceptan la carta, tendremos problemas. Como sea alguien que quiera deshacerse de ti, imagina lo que sucederá. Igual estar demasiado solícita significaría que estás dispuesta a hacer todo lo que te pida, como y cuando lo pida. ¿Estás dispuesta? - da un trago a su café en tanto sus ojos se posan en ella analizando sus reacciones. Alfred los mira a ambos antes de susurrar por lo bajo - consideraría prudente, señor, que se haga una investigación previa sobre el padre de la señorita para saber qué es lo que requiere ¿No le parece? - el Duque mira a su mayordomo quedándose en silencio.
Podría ser una opción válida - por eso había recomendado enviar una carta para tantear el terreno. ¿Tienes a alguien en Rumania que pueda ayudarnos en ésto, Alfred? - el mayordomo mira a uno y al otro antes de asentir - un par de viejos amigos, esclavos de sangre del amo, todavía siguen en movimiento. Podría mandar un telegrama y ellos sabrán qué investigar, cómo y cuándo. Si la señorita quiere, por supuesto - mira a Cinder antes de que Charles haga lo mismo curioso. ¿Querrá la licántropa que Alfred se haga cargo de la investigación? Justo ella habla de la vitae, lo que parece molestar visiblemente al hombre de mayor edad - no consideré oportuno decírselo porque hay oídos y ojos por todo el lugar, así que fui prudente. Más veo que mis recomendaciones de que le indicaría a usted que tengo el envase cuando nadie pudiera escucharnos, fueron tomadas como poco prudentes - dice molesto.
Se le nota en la expresión airada. - Como veo que no es necesario que siga aquí y que la señorita puede aconsejarle mejor que este viejo, me retiro para asegurarme de que nadie escuchó esta conversación - sale del lugar dejando a Charles con la expresión sorprendida mirando a Cinder antes de exhalar un profundo suspiro - si ya te había dicho que esperaras, ¿Por qué la impaciencia? Ahora tendré que contentarlo - exhala un suspiro de frustración en tanto se queda pensativo mirando el correo. Se muerde la lengua para callar lo que debiera decir. Se queda haciendo algunas anotaciones más descontando algunos sobres. - De todas formas, gracias - le parece adecuado decir. Ya que se tomó tantas molestias, al menos agradecer sería lo mínimo que podría hacer.
Charles Moncrieff- Esclavo de Sangre/Realeza
- Mensajes : 295
Fecha de inscripción : 28/03/2018
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Negocios y oscuridad (priv. Charles Moncrieff) ♦♦
La loba mira de reojo a Charles cuando ve que el entido del humor de este es ausente, claro que estaba de broma, claro que sabía que era un humano, el intento de quitar hierro al asunto, pero estaba claro que Charles no estaba de humor para esas bromas, más dando un suspiro siguió centrada en lo de la carta, más despues de leerla prestó atención en los consejos de Charles para descartar la primera carta y empezar a redactarla de nuevo, para corregir los errores que había cometido en la primera, quedando a lo que Cinder fue muy neutro, pero si Charles tenía razón sería major manejar la situación desde ese punto.
Ladeó la cabeza escuchando a los dos hombres como tantear el terreno respecto a su padre, por alguna razón le pareció que a pesar de lo que dijo Charles sobre su padre parecía alguien temible igualmente, lo que hizo que ante la petición que le hizo el inglés a su mayordomo sobre los contactos que tenía en Rumanía podía ayudar a la causa, y Cinder no lo iba a poner más dificil. Así que cuando ambos la observarón ella asintió con la cabeza de manera afirmativa. Quízá tanteara mejor el terreno que su carta para tener mas información, más seguía con la cabeza perdida en el nerviosismo de ese encuentro.
Más parece que ansioso comentario de la vitae que desveló las ganas de la licántropa por que él ingles se curase pronto sentó mal al mayordomo, que se quedó observando a este cuando llegó el reproche ofendido por su parte, y aunque el rostro de la joven estaba inexpresivo y con su diestra tambolireaba los dedos sobre la madera, la joven apenas pestañeaba ante la regañina educada del mayordomo, la joven empezó a ladear la cabeza mientras le miraba con esa cara inexpresiva, mientras en su boca cerrada los colmillos crecían ocultos a la vista hasta tozar su lengua, más consiguió que sus ojos no cambiaran de color, de saber de licántropos quizá habría adivinado que realmente la posición de la joven era de acecho, más no se movió de su sitio, solo siguió tambolireando los dedos y ocultando sus afilados dientes que tenían ganas de despedezar.
-Quizá el llamarme idiota de manera elegante crea que ha pasado desapercibida, igual que su consejo, supongo que tener olfato y oido mucho más aumentado que los aqui presente es una tontería, y si teme que nos escuchen los cinco hombres que estan a dos habitaciones más allá hablando de memeces, y uno de ellos debería cuidar su higiene personal por cierto, por que me está poniendo de los nervios desde hace rato... entonces pido perdón.- El tono de la loba era cinico, y el intento de no abrir en demasia la boca para que nadie descubriera esos afilados colmillos.
Cinder se empezaba a enfadar pensando que la estaban todo el rato tomando por estupida, miró a Charles mientras seguía reprimiendo mostrar más rasgos lupinos, entrecierra los ojos respirando fuertemente para controlar a la bestia, miró a Charles totalmente irascible, entrecerró los ojos mirandole. -No me des las gracias cuando no lo sientes asi.- Dijo indicando a Charles que había leido su gesto, sabíando que este tenía más cosas para reprochar. -Te animo a que saques lo que te callas mi lord, pero antes excusarme un momento.- Dijo levantandose para retirarse al baño cerrando de un portazo que resono, agarró una de las toallas que se pusó en la cara para dejar que desde lo más profundo de su garganta la loba emitiera un feroz gruñido que haría temblar a cualquiera, supuso que Charles no se había fijado en los colmillos afilados que había desarrollado Cinder por su enfado. Tras unos minutos respiró hondo y salió.
Se sentó nuevamente en la silla de elegante forma, mientra los colmillos seguían en su boca, pero ocultos por los labios cerrados, simplemente miró de manera distraida al inglés esperando que explotara o no lo hiciera manteniendo el semblante neutro, el truco era no mostrar que la loba empezaba a sentir ganas de desfogar de la manera más feroz y violenta, más se centraba más en observar el aura del inglés mientras sus orbes pardos paseaban por la habitación, sin despegar los labios. Sin duda la tomaban por idiota demasiado a menudo, estaba irritada y furiosa, pero visualmente se la veía tan tranquila, cortina de humo, ¿por qué apreciar las cosas que hacía la licana por él? era siempre mejor señalar lo malo, eso era lo facil, eso era lo que esperaba ella realmente. -Adelante...dispara..- Animó la loba en un tono muy cinico.
Ladeó la cabeza escuchando a los dos hombres como tantear el terreno respecto a su padre, por alguna razón le pareció que a pesar de lo que dijo Charles sobre su padre parecía alguien temible igualmente, lo que hizo que ante la petición que le hizo el inglés a su mayordomo sobre los contactos que tenía en Rumanía podía ayudar a la causa, y Cinder no lo iba a poner más dificil. Así que cuando ambos la observarón ella asintió con la cabeza de manera afirmativa. Quízá tanteara mejor el terreno que su carta para tener mas información, más seguía con la cabeza perdida en el nerviosismo de ese encuentro.
Más parece que ansioso comentario de la vitae que desveló las ganas de la licántropa por que él ingles se curase pronto sentó mal al mayordomo, que se quedó observando a este cuando llegó el reproche ofendido por su parte, y aunque el rostro de la joven estaba inexpresivo y con su diestra tambolireaba los dedos sobre la madera, la joven apenas pestañeaba ante la regañina educada del mayordomo, la joven empezó a ladear la cabeza mientras le miraba con esa cara inexpresiva, mientras en su boca cerrada los colmillos crecían ocultos a la vista hasta tozar su lengua, más consiguió que sus ojos no cambiaran de color, de saber de licántropos quizá habría adivinado que realmente la posición de la joven era de acecho, más no se movió de su sitio, solo siguió tambolireando los dedos y ocultando sus afilados dientes que tenían ganas de despedezar.
-Quizá el llamarme idiota de manera elegante crea que ha pasado desapercibida, igual que su consejo, supongo que tener olfato y oido mucho más aumentado que los aqui presente es una tontería, y si teme que nos escuchen los cinco hombres que estan a dos habitaciones más allá hablando de memeces, y uno de ellos debería cuidar su higiene personal por cierto, por que me está poniendo de los nervios desde hace rato... entonces pido perdón.- El tono de la loba era cinico, y el intento de no abrir en demasia la boca para que nadie descubriera esos afilados colmillos.
Cinder se empezaba a enfadar pensando que la estaban todo el rato tomando por estupida, miró a Charles mientras seguía reprimiendo mostrar más rasgos lupinos, entrecierra los ojos respirando fuertemente para controlar a la bestia, miró a Charles totalmente irascible, entrecerró los ojos mirandole. -No me des las gracias cuando no lo sientes asi.- Dijo indicando a Charles que había leido su gesto, sabíando que este tenía más cosas para reprochar. -Te animo a que saques lo que te callas mi lord, pero antes excusarme un momento.- Dijo levantandose para retirarse al baño cerrando de un portazo que resono, agarró una de las toallas que se pusó en la cara para dejar que desde lo más profundo de su garganta la loba emitiera un feroz gruñido que haría temblar a cualquiera, supuso que Charles no se había fijado en los colmillos afilados que había desarrollado Cinder por su enfado. Tras unos minutos respiró hondo y salió.
Se sentó nuevamente en la silla de elegante forma, mientra los colmillos seguían en su boca, pero ocultos por los labios cerrados, simplemente miró de manera distraida al inglés esperando que explotara o no lo hiciera manteniendo el semblante neutro, el truco era no mostrar que la loba empezaba a sentir ganas de desfogar de la manera más feroz y violenta, más se centraba más en observar el aura del inglés mientras sus orbes pardos paseaban por la habitación, sin despegar los labios. Sin duda la tomaban por idiota demasiado a menudo, estaba irritada y furiosa, pero visualmente se la veía tan tranquila, cortina de humo, ¿por qué apreciar las cosas que hacía la licana por él? era siempre mejor señalar lo malo, eso era lo facil, eso era lo que esperaba ella realmente. -Adelante...dispara..- Animó la loba en un tono muy cinico.
Cinder Grimm- Licántropo/Realeza
- Mensajes : 160
Fecha de inscripción : 15/03/2018
Re: Negocios y oscuridad (priv. Charles Moncrieff) ♦♦
Los argumentos de la licántropa parecieran resbalar por la figura del mayordomo que la observa como si estuviera equivocada en algo. En vez de parecer arrepentido, fue todo lo contrario. Alzó el mentón con ¿Insolencia? Eso parecía. - My lady no tiene por qué pedir perdón cuando desconoce lo que aquí acontece - deja caer el sirviente antes de salir por la puerta cerrando bien tras él. Los movimientos del Duque ahora son tensos y contenidos como si algo le espoleara a estar así de nervioso. De vez en cuando está pasando la mano por su barba crecida en tanto mira al infinito como si éste le diera las respuestas que busca. Sus falanges pasean por las cartas más la licántropa le conoce ahora un poco más, por lo que puede apreciar que ni siquiera lee. La respiración es irregular ahora, lo nota gracias a su oído. El corazón late desenfrenado como si estuviera ansioso por algo en particular.
Alza los ojos hacia la fémina cuando sale de la habitación. Al tiempo que la puerta se cierra, se restriega el rostro con ambas manos apretando después los puños contra los muslos paliando ese desasosiego que le forma ciertas gotas de sudor en la frente. Entre la licántropa y el mayordomo van a terminar matándole de un disgusto, puede asegurar. Cuando sale, la desazón parece quedar en el pasado, está controlado en sus movimientos, terminando los alimentos con la etiqueta prudente como ella conociera desde el primer día. Toma la taza de té para dar un sorbo cuando entra a su rango de visión mirándola curioso. Su aura denota una intranquilidad a pesar de sus modales. Se limpia la boca con la servilleta - nada hay que comentar, es tu problema con Alfred, no mío - le deja caer terminando el scon relamiéndose los labios antes de tomar de nuevo la taza para dar un nuevo y último trago. Toca la campanilla con aparente calma hasta que el mayordomo aparece en la puerta.
Ahí está el chispazo en su aura, uno exultante, ansioso, excitado cuando alarga la mano hacia el sirviente con una mirada fija, dura, desequilibrada en una orden más que silenciosa, son sus ojos los que demandan. El mayordomo mantiene el silencio en tanto busca en el bolsillo de la chaquetilla hasta sacar el objeto con lentitud para después, entregar el vial en la palma de su amo. Charles lo mira intenso primero al mayordomo con molestia en lo profundo de sus ojos antes de desviar la vista al insignificante objeto con una aspiración tal que le levanta el tórax, le hincha el pecho al tiempo que sus ojos no se separan del contenedor del líquido rojizo. - Demasiado poco - susurra tan bajo que hasta a Cinder le cuesta escuchar. Alfred levanta la mesa de la cama con movimientos mecánicos, voltea para retirarse quedando de frente a Cinder, mirando fijo a la licántropa antes de desviar elocuente la mirada sin mover siquiera la cabeza, hacia un Duque que ahora se quita las mantas con tal rapidez que pareciera estarse orinando caminando después al sanitario - ya vuelvo - anuncia en tanto el hombre mayor sale de la habitación con la cabeza gacha, derrotada.
"Vitae, dulce y adictiva vitae" piensa el inglés antes de encerrarse en la habitación del baño para abrir el recipiente con movimientos hiperactivos y ansiedad contenida. Una vez abierto, aspira su aroma sintiendo que la boca se le hace agua sólo de aspirar su aroma. No tiene tanto poder como la de Sabah, más servirá para paliar su ansiedad. Echa la cabeza atrás para dejar caer el líquido en la boca gota a gota, sin prisa y sin pausa. El cuerpo le tiembla por la explosión de sensaciones cuando va resbalando por la puerta hasta caer al piso de culo sintiendo la excitación en cada uno de sus poros, jadeando profundo mordiéndose los labios para ocultar los sonidos que salen de su boca en tanto su mano libre se encarga de satisfacer su placer toqueteando su pene erecto a niveles insospechados. El músculo bucal emerge justo a tiempo para lamer el resto de las gotas al tiempo que Charles muerde los labios hasta hacerse sangre conteniendo el gutural grito del orgasmo que le invade.
Alza los ojos hacia la fémina cuando sale de la habitación. Al tiempo que la puerta se cierra, se restriega el rostro con ambas manos apretando después los puños contra los muslos paliando ese desasosiego que le forma ciertas gotas de sudor en la frente. Entre la licántropa y el mayordomo van a terminar matándole de un disgusto, puede asegurar. Cuando sale, la desazón parece quedar en el pasado, está controlado en sus movimientos, terminando los alimentos con la etiqueta prudente como ella conociera desde el primer día. Toma la taza de té para dar un sorbo cuando entra a su rango de visión mirándola curioso. Su aura denota una intranquilidad a pesar de sus modales. Se limpia la boca con la servilleta - nada hay que comentar, es tu problema con Alfred, no mío - le deja caer terminando el scon relamiéndose los labios antes de tomar de nuevo la taza para dar un nuevo y último trago. Toca la campanilla con aparente calma hasta que el mayordomo aparece en la puerta.
Ahí está el chispazo en su aura, uno exultante, ansioso, excitado cuando alarga la mano hacia el sirviente con una mirada fija, dura, desequilibrada en una orden más que silenciosa, son sus ojos los que demandan. El mayordomo mantiene el silencio en tanto busca en el bolsillo de la chaquetilla hasta sacar el objeto con lentitud para después, entregar el vial en la palma de su amo. Charles lo mira intenso primero al mayordomo con molestia en lo profundo de sus ojos antes de desviar la vista al insignificante objeto con una aspiración tal que le levanta el tórax, le hincha el pecho al tiempo que sus ojos no se separan del contenedor del líquido rojizo. - Demasiado poco - susurra tan bajo que hasta a Cinder le cuesta escuchar. Alfred levanta la mesa de la cama con movimientos mecánicos, voltea para retirarse quedando de frente a Cinder, mirando fijo a la licántropa antes de desviar elocuente la mirada sin mover siquiera la cabeza, hacia un Duque que ahora se quita las mantas con tal rapidez que pareciera estarse orinando caminando después al sanitario - ya vuelvo - anuncia en tanto el hombre mayor sale de la habitación con la cabeza gacha, derrotada.
"Vitae, dulce y adictiva vitae" piensa el inglés antes de encerrarse en la habitación del baño para abrir el recipiente con movimientos hiperactivos y ansiedad contenida. Una vez abierto, aspira su aroma sintiendo que la boca se le hace agua sólo de aspirar su aroma. No tiene tanto poder como la de Sabah, más servirá para paliar su ansiedad. Echa la cabeza atrás para dejar caer el líquido en la boca gota a gota, sin prisa y sin pausa. El cuerpo le tiembla por la explosión de sensaciones cuando va resbalando por la puerta hasta caer al piso de culo sintiendo la excitación en cada uno de sus poros, jadeando profundo mordiéndose los labios para ocultar los sonidos que salen de su boca en tanto su mano libre se encarga de satisfacer su placer toqueteando su pene erecto a niveles insospechados. El músculo bucal emerge justo a tiempo para lamer el resto de las gotas al tiempo que Charles muerde los labios hasta hacerse sangre conteniendo el gutural grito del orgasmo que le invade.
Charles Moncrieff- Esclavo de Sangre/Realeza
- Mensajes : 295
Fecha de inscripción : 28/03/2018
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Negocios y oscuridad (priv. Charles Moncrieff) ♦♦
Para sorpresa de la loba no hay gritos ni reproches, cosa que hace que se empiece a relajar, sus dientes a volver a la normalidad, más el comportamiento que tiene ahora Charles se le antoja algo apatico, lo cual hace que Cinder frunza el ceño, las palabras con Alfred también callerón en saco roto, cuanta arrogancia en tan pocos metros cuadrados, peor no iba a ponerse hecha una energumena, una vez habiendose calmado al fin. Más su calma solo era una cortina de humo, ya que estaba todos sus sentidos mostrando interes por lo que percibía del inglés, parecía nervioso, inquieto, no prestaba atención a la carta, y eso con lo percepcionista que es, le era un comportamiento extraño.
Entrecerraba los ojos con curiosidad pero no decía nada, solo le olfateaba, leía el aura, esa manera de llamar aparentemente tranquila con la campanilla, pero a Cinder eso no la iba a engañar. Se muerde la lengua para no preguntar que demonios es lo que le tiene tan alterado, solo le observa de esa manera penetrante, para saber que demonios es lo que le tiene alterado, nervioso, puede escuchar su corazón bombardear, el aparentar tranquilidad servía con los humanos, incluso con los hechiceros si no estaban atentos, pero no con un licano, no, eso no servía con ella.
La mirada de Charles se adivinaba desquiciada, cosa que le estrañó en principio a la loba y entonces fue cuando vió como el mayordomo le entregaba el vial, entonces la joven empezó a atar cabos, Charles ansioso y ese murmuro que dice, en lo que entiende la palabra "poco" eso hace que la actitud de Cinder cambie a una en alerta, mientras el mayordomo le retira la mesa de la cama, más las aptitudes corporales de ambos le dan más información a la licántropa que las propias palabras, el corazón de Cinder se empieza a acelerar, ese comportamiento no le está gustando, más bien la está alterando, y de manera muy notable.
El mayordomo la observa y despues al duque que se levanta aceleradamente y con muchisima prisa se va al cuarto de baño, Cinder entrecierra los ojos molesta por ese comportamiento que si que conocía. Lo cual la deducción de que ya ha probado la sangre de vampiro surge rapidamente en la mente de la licana, el hombre mayor se va derrotado lo cual hace que Cinder observe la puerta del baño con esa cara de enfado que se empezaba a dibujar en el rostro de ella.
Tras la puerta el aroma de sangre de vampiro embriaga la nariz de la loba que echa la cabeza hacia atras negando desagradada por el olor, pero no es el unico olor que la golpea la nariz de brutal forma, la licana nota la excitación sobrehumana que tiene el inglés, la testosterona le llega, hacíendo que se remueva en la silla empezando a surtir efectos que al inglés por razones obvias se le pasan desapercividas al no ver lo que todos esos aromas provocan en Cinder.
Baja la cabeza cerrando los ojos, pero puede notar hasta la alterada respiración, cuando la loba los abre son amarillos radioactivo, sus uñas crecidos, sus colmillos tan crecidos que rasgan su lengua, y un gruñido que nace de sobrenatural manera. La musculatura de la joven se marca por la tensión que lleva encima, que la arrastra a que su loba interior entre en modo alerta. -Ghoul...- Susurra para sí misma, mirando la puerta mientras sus rasgos licanos se hacen notables mientras gruñe cuan bestia furiosa. El olor a testosterona a sangre de vampiro la tiene fuera de si, pero entonces huele la sangre de Charles, lo que hace que en un moviminto realmente rapido y con un golpe abra la puerta con brusquedad. -Heraldo de la muerte...- Asi es como llama ella a los vampiros.
Observa la escena que ofrece Charles que destila testosterona y el olor de los fluidos que ofrece la entrepierna erecta masculina, y la sangre de sus labios, Cinder le mira desencajada, gruñendo de tremenda forma de sobrenatural forma, con los ojos amarillos que brillarían en la oscuridad de no haber luz, mientras se acercaba lentamente hacia él, en una posición indicando intenciones ofensivas.
-Vampiro...-Susurra entre los gruñidos, aunque por un segundo frena su avance hacia él sintiendose confusa, por la imagen que Charles ofrecía y lo que sus sentidos ofrecían. -No...- Empezó a retroceder mirandole como si este mismo le diera miedo, sus uñas se encogen, pero sus ojos no se apagan, ni sus colmillos se encogen, solo le observa como dolida por lo que veía.
Entrecerraba los ojos con curiosidad pero no decía nada, solo le olfateaba, leía el aura, esa manera de llamar aparentemente tranquila con la campanilla, pero a Cinder eso no la iba a engañar. Se muerde la lengua para no preguntar que demonios es lo que le tiene tan alterado, solo le observa de esa manera penetrante, para saber que demonios es lo que le tiene alterado, nervioso, puede escuchar su corazón bombardear, el aparentar tranquilidad servía con los humanos, incluso con los hechiceros si no estaban atentos, pero no con un licano, no, eso no servía con ella.
La mirada de Charles se adivinaba desquiciada, cosa que le estrañó en principio a la loba y entonces fue cuando vió como el mayordomo le entregaba el vial, entonces la joven empezó a atar cabos, Charles ansioso y ese murmuro que dice, en lo que entiende la palabra "poco" eso hace que la actitud de Cinder cambie a una en alerta, mientras el mayordomo le retira la mesa de la cama, más las aptitudes corporales de ambos le dan más información a la licántropa que las propias palabras, el corazón de Cinder se empieza a acelerar, ese comportamiento no le está gustando, más bien la está alterando, y de manera muy notable.
El mayordomo la observa y despues al duque que se levanta aceleradamente y con muchisima prisa se va al cuarto de baño, Cinder entrecierra los ojos molesta por ese comportamiento que si que conocía. Lo cual la deducción de que ya ha probado la sangre de vampiro surge rapidamente en la mente de la licana, el hombre mayor se va derrotado lo cual hace que Cinder observe la puerta del baño con esa cara de enfado que se empezaba a dibujar en el rostro de ella.
Tras la puerta el aroma de sangre de vampiro embriaga la nariz de la loba que echa la cabeza hacia atras negando desagradada por el olor, pero no es el unico olor que la golpea la nariz de brutal forma, la licana nota la excitación sobrehumana que tiene el inglés, la testosterona le llega, hacíendo que se remueva en la silla empezando a surtir efectos que al inglés por razones obvias se le pasan desapercividas al no ver lo que todos esos aromas provocan en Cinder.
Baja la cabeza cerrando los ojos, pero puede notar hasta la alterada respiración, cuando la loba los abre son amarillos radioactivo, sus uñas crecidos, sus colmillos tan crecidos que rasgan su lengua, y un gruñido que nace de sobrenatural manera. La musculatura de la joven se marca por la tensión que lleva encima, que la arrastra a que su loba interior entre en modo alerta. -Ghoul...- Susurra para sí misma, mirando la puerta mientras sus rasgos licanos se hacen notables mientras gruñe cuan bestia furiosa. El olor a testosterona a sangre de vampiro la tiene fuera de si, pero entonces huele la sangre de Charles, lo que hace que en un moviminto realmente rapido y con un golpe abra la puerta con brusquedad. -Heraldo de la muerte...- Asi es como llama ella a los vampiros.
Observa la escena que ofrece Charles que destila testosterona y el olor de los fluidos que ofrece la entrepierna erecta masculina, y la sangre de sus labios, Cinder le mira desencajada, gruñendo de tremenda forma de sobrenatural forma, con los ojos amarillos que brillarían en la oscuridad de no haber luz, mientras se acercaba lentamente hacia él, en una posición indicando intenciones ofensivas.
-Vampiro...-Susurra entre los gruñidos, aunque por un segundo frena su avance hacia él sintiendose confusa, por la imagen que Charles ofrecía y lo que sus sentidos ofrecían. -No...- Empezó a retroceder mirandole como si este mismo le diera miedo, sus uñas se encogen, pero sus ojos no se apagan, ni sus colmillos se encogen, solo le observa como dolida por lo que veía.
Cinder Grimm- Licántropo/Realeza
- Mensajes : 160
Fecha de inscripción : 15/03/2018
Re: Negocios y oscuridad (priv. Charles Moncrieff) ♦♦
Esta vitae no es la poderosa que Sabah le ofrece de vez en vez, más sirve para sus propósitos. Cada gota es adictiva, deliciosa y potente. Dando a su cuerpo la facultad de regenerarse, la fuerza a sus miembros. La agudeza a su mente, el descanso a su organismo. Perfecta. Si gracias a ella logra un orgasmo tremendo, es parte de sus magníficos efectos que Charles extraña y anhela por igual. Relame cada gota hasta quedar el envase vacío justo cuando el orgasmo mancha sus pantalones con una sustancia cuasi lechosa en tanto él ríe divertido echando atrás la cabeza. Observa su mano sobre su pene, sus falanges acariciando con la yema de los dedos el largo en tanto el pulgar se dedica al glande. Jadea profundo de nuevo relamiendo los pliegues de su boca para contener la sangre suya y la vitae que pudiera escapar.
Justo la puerta se abre con violencia, el inglés mira a la lycan que se atreve a invadir su intimidad. El poder de la vitae, por más pequeña que fuera la dosis le da la potencia para regenerar las heridas y dejar algo del vigor para que se levante de un salto plantando su presencia ante la fémina cuyos rasgos amedrentarían a cualquiera, excepto a él. Sus orbes se tornan más oscuros por el efecto de la sangre vampírica en su organismo, ni el gruñido sobrenatural le causa temor. Sólo mueve la cabeza a la siniestra hasta que un crujido se percibe, repite el proceso a la diestra, con el mismo resultado. Echa los hombros atrás sintiéndose mucho mejor que en días pasados. - Error, es tu regalo lo que percibes. Agradezco que fuera de tu mano, Cinder -si la escena fuera insuficiente para causar un repelus en la piel de la licántropa, la expresión complacida y oscura del inglés pudiera ser la que complete el cuadro.
Estira su cuerpo como si despertara de un largo sueño, con diversión por cómo ella se aleja. - ¿Traes el sustento a mi hogar y ahora te repliegas? ¿Qué clase de benefactora eres, Cinder? - susurra antes de dar un par de pasos acercándose a la bañera desprendiéndose de sus prendas con rapidez. La vitae bombea desde su corazón dando vigor a todos sus miembros, despertando su aguda mente. Puede ahora seguir sus labores con una rapidez y energía propia de quien ha descansado durante mucho tiempo. Se introduce en el interior de la bañera para lavarse el cuerpo con movimientos firmes en tanto ignora el dolor que aparece en el rostro de su socia. - Consigue más, un par de esos viales serían perfectos para terminar mis ocupaciones y estar libre en esta semana. Agradezco de nueva cuenta tu buena labor, puedes retirarte. Has cumplido tu cometido, estoy mucho mejor - repasa el agua por sus brazos largos y musculados.
La vitae le da el poder para continuar avante, hasta que vuelva a encontrarse con Sabah. De sólo pensar en ella se acaricia el largo del miembro con lasciva expresión. Noches compartidas con la vampiresa, dejando salir al monstruo, ocultando a Cinder sus capacidades. Hoy, es innecesario seguir el secreto, mantener las apariencias. Ella le ha dado el mejor de las pociones para regenerar su cuerpo, para continuar con su embate a la vida. Hoy, ella ha sido cómplice de los más bajos deseos del Duque. ¿Cómplice? No, ha sido una mecenas.
Justo la puerta se abre con violencia, el inglés mira a la lycan que se atreve a invadir su intimidad. El poder de la vitae, por más pequeña que fuera la dosis le da la potencia para regenerar las heridas y dejar algo del vigor para que se levante de un salto plantando su presencia ante la fémina cuyos rasgos amedrentarían a cualquiera, excepto a él. Sus orbes se tornan más oscuros por el efecto de la sangre vampírica en su organismo, ni el gruñido sobrenatural le causa temor. Sólo mueve la cabeza a la siniestra hasta que un crujido se percibe, repite el proceso a la diestra, con el mismo resultado. Echa los hombros atrás sintiéndose mucho mejor que en días pasados. - Error, es tu regalo lo que percibes. Agradezco que fuera de tu mano, Cinder -si la escena fuera insuficiente para causar un repelus en la piel de la licántropa, la expresión complacida y oscura del inglés pudiera ser la que complete el cuadro.
Estira su cuerpo como si despertara de un largo sueño, con diversión por cómo ella se aleja. - ¿Traes el sustento a mi hogar y ahora te repliegas? ¿Qué clase de benefactora eres, Cinder? - susurra antes de dar un par de pasos acercándose a la bañera desprendiéndose de sus prendas con rapidez. La vitae bombea desde su corazón dando vigor a todos sus miembros, despertando su aguda mente. Puede ahora seguir sus labores con una rapidez y energía propia de quien ha descansado durante mucho tiempo. Se introduce en el interior de la bañera para lavarse el cuerpo con movimientos firmes en tanto ignora el dolor que aparece en el rostro de su socia. - Consigue más, un par de esos viales serían perfectos para terminar mis ocupaciones y estar libre en esta semana. Agradezco de nueva cuenta tu buena labor, puedes retirarte. Has cumplido tu cometido, estoy mucho mejor - repasa el agua por sus brazos largos y musculados.
La vitae le da el poder para continuar avante, hasta que vuelva a encontrarse con Sabah. De sólo pensar en ella se acaricia el largo del miembro con lasciva expresión. Noches compartidas con la vampiresa, dejando salir al monstruo, ocultando a Cinder sus capacidades. Hoy, es innecesario seguir el secreto, mantener las apariencias. Ella le ha dado el mejor de las pociones para regenerar su cuerpo, para continuar con su embate a la vida. Hoy, ella ha sido cómplice de los más bajos deseos del Duque. ¿Cómplice? No, ha sido una mecenas.
Charles Moncrieff- Esclavo de Sangre/Realeza
- Mensajes : 295
Fecha de inscripción : 28/03/2018
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Negocios y oscuridad (priv. Charles Moncrieff) ♦♦
La loba miraba a Charles de manera desencajada, el comportamiento que este mostraba, como si fuese el rey del mundo, como si la loba alterada no suponiera una amenaza, Cinder le miraba furiosa, dolorida emocionalmente, aturdida, con miedo, con rabía, todo en un mismo pensamiento, mientras la licántropa seguía con la mirada a Charles "error" ¿error? en vez de un mortal parecía que tenía delante un vampiro, esa ocuridad que destilaba, y ese comportamiento, estaba claro que la sangre de vampiro no le era desconocida, y por como se portaba, como la hablaba.
Cuando la echó en cara el que ella misma había sido la que hubiera ofrecido la sangre y que ahora se mostraba de aquella manera, que qué clase de benefactora era, miró ojiplatica, mientras emitió un gruñido de ferocidad. -La que no esperaba que estuvieras tan familiarizado con algunas cosas. - Responde ella de manera mordaz, critacandolo, no gustandole lo que ve, como sus pupilas están tan dilatadas, como se exhibe sin ocultarle nada de como se siente con la sangre de vampiro. Olvidando que ella es licana, no le importa suministrarla y que le dé el subidón y que se cure, pero ese comportamiento es digno de un esclavo de sangre casi.
Decir que estaba molesta se quedaba sumamente corto, ella casi no podía parar de gruñir, el instinto estaba en un estado de tremenda alerta, sin pudor él se desnuda mostrando su anatomia, pero Cinder está demasiado alterada como para centrarse en instintos bajos que en otra ocasión se habría lanzado a besarle, o tal vez a aplacar el erecto miembro viril con sus labios, pero en ese momento, solo había sentimientos contradictorios, mientras le observaba, con el rostro desencajado, los dientes rechinaban con fiereza, los ojos radiactivos.
Se cruzó de brazos con fuerza observandole, apenas pestañeaba, quería darle un puñetazo en ese momento, si, eso era lo que quería en ese momento. ¿Es que no le importaba nada? estaba claro que no, en ese estado solo miraba su maldito ombligo.
Más con total descaro la dió las gracias por sus servicios, como si fuera una mera sirvienta, una chica de los recados, pero cuando le pidió más Cinder no podía dar credito, incluso su vena del cuello se marcaba considerablemente, apretando los dientes, la mando retirarse como si no fuera nadie, pero eso no fue lo peor, lo que terminó de rematar fue como él mismo se complacía acariciando su falo, y estaba claro que no precisamente pensando en ella, ahí fue cuando la licántropa se termino de remover, los celos se apropiaron de lo más profundo de su ser, un esfuerzo sobrenatural por no saltar sobre la bañera, saltarle encima y no besarle como la otra vez no, despedazarlo era lo que quería.
Más no, eso no lo haría, no iba a sacarle a la bestia y presentarsela, por mucho que a ella le pareciera. Se puso rigida, se estiró el vestido y se giró marchandse sin mediar palabra, fue especialmente rapida en retirarse. El dolor era profundo, los celos eran desgarradores, y la furia quemaba, poco se podría hacer en caliente para que la bestia glabro se manifestara ante Charles.
Pero no hoy, hoy su juicio estaba nublado, y lo único que haria es comportarse como una estupida y cosa que él restregaría, pero tal y como se portaba. Logícamente se marchó del hotel, y no regresó en todo él día. Mover los hilos para conseguir dos viales má era complicado, y más si para conseguir el segundo, por ser de un vampiro más longevo que el anterior tuvo que moverse en lo que se movió antañamente, peleas clandestinas.
Más se cuidó muy mucho de que no la reconocieran y que la doncella de la que se disfrazaba no tuviera nada que ver con la salvaje que negociaba.
Al día siguiente ella e levantó, se aseó y se peinó con esos complicados peinados que eran la moda en parís, no le gustaba mucho pero la apariencia era la apariencia, tenía que enterarse de la moda de otros sitios, tanto melena ondulado y tanto ricillos no le agradaban en realdad mucho. Se puso uno de sus vestidos antes de volver a ir al hotel avisando debidamente a Alfred y demás, antes de entrar a la habitación donde se encntraba el inglés.
Sacó un pequeño espejo del bolso retocandose comprobando que su rostro se mantuviera perfecto, aun tenía heridas de la pelea de anoche por el cuerpo, pero no se verían ni se descubrirían más allá de un dolor en la espalda y la movilidad del brazo izquierdo ligeramente más reducida debido a la fractura de anoche sin quitar los moretones que ayer fueron heridas de botella por la pelea sucia que tuvo su rival, pronto sanarían y como si nada hubiera pasado, el cambiante rival fue duro, pero la ira que ayer contenía Cinder hizo que no hubiera anoche rival capaz de enfrentarla.
-Buenos dias mi Lord.- Saludó sumamente correcta con la correspondiente inclinación, antes de posiconarse a cierta distancia comprobando el estado del inglés desde la distancia, de manera prudente, sin duda estaba mejor. La licana seguía algo perturbada por lo que ayer aconteció. Apenas miraba al inglés ya que para comprobar no necesitaba más que oler, hundía su vista en unas hojas donde habñia información de los nuevos clientes. Más su mente también viajaba al asunto de su padre que le traia de cabeza, el estres en ella crecía a pasos agigantados, todo se le acumulaba empezando por Charles y sus celos. Cosa que no había esperimentado nunca. -Te veo en forma. -Comenta seca, mientras mantiene el ceño fruncido con la mente sumida en sus pensamientos.
Cuando la echó en cara el que ella misma había sido la que hubiera ofrecido la sangre y que ahora se mostraba de aquella manera, que qué clase de benefactora era, miró ojiplatica, mientras emitió un gruñido de ferocidad. -La que no esperaba que estuvieras tan familiarizado con algunas cosas. - Responde ella de manera mordaz, critacandolo, no gustandole lo que ve, como sus pupilas están tan dilatadas, como se exhibe sin ocultarle nada de como se siente con la sangre de vampiro. Olvidando que ella es licana, no le importa suministrarla y que le dé el subidón y que se cure, pero ese comportamiento es digno de un esclavo de sangre casi.
Decir que estaba molesta se quedaba sumamente corto, ella casi no podía parar de gruñir, el instinto estaba en un estado de tremenda alerta, sin pudor él se desnuda mostrando su anatomia, pero Cinder está demasiado alterada como para centrarse en instintos bajos que en otra ocasión se habría lanzado a besarle, o tal vez a aplacar el erecto miembro viril con sus labios, pero en ese momento, solo había sentimientos contradictorios, mientras le observaba, con el rostro desencajado, los dientes rechinaban con fiereza, los ojos radiactivos.
Se cruzó de brazos con fuerza observandole, apenas pestañeaba, quería darle un puñetazo en ese momento, si, eso era lo que quería en ese momento. ¿Es que no le importaba nada? estaba claro que no, en ese estado solo miraba su maldito ombligo.
Más con total descaro la dió las gracias por sus servicios, como si fuera una mera sirvienta, una chica de los recados, pero cuando le pidió más Cinder no podía dar credito, incluso su vena del cuello se marcaba considerablemente, apretando los dientes, la mando retirarse como si no fuera nadie, pero eso no fue lo peor, lo que terminó de rematar fue como él mismo se complacía acariciando su falo, y estaba claro que no precisamente pensando en ella, ahí fue cuando la licántropa se termino de remover, los celos se apropiaron de lo más profundo de su ser, un esfuerzo sobrenatural por no saltar sobre la bañera, saltarle encima y no besarle como la otra vez no, despedazarlo era lo que quería.
Más no, eso no lo haría, no iba a sacarle a la bestia y presentarsela, por mucho que a ella le pareciera. Se puso rigida, se estiró el vestido y se giró marchandse sin mediar palabra, fue especialmente rapida en retirarse. El dolor era profundo, los celos eran desgarradores, y la furia quemaba, poco se podría hacer en caliente para que la bestia glabro se manifestara ante Charles.
Pero no hoy, hoy su juicio estaba nublado, y lo único que haria es comportarse como una estupida y cosa que él restregaría, pero tal y como se portaba. Logícamente se marchó del hotel, y no regresó en todo él día. Mover los hilos para conseguir dos viales má era complicado, y más si para conseguir el segundo, por ser de un vampiro más longevo que el anterior tuvo que moverse en lo que se movió antañamente, peleas clandestinas.
Más se cuidó muy mucho de que no la reconocieran y que la doncella de la que se disfrazaba no tuviera nada que ver con la salvaje que negociaba.
Al día siguiente ella e levantó, se aseó y se peinó con esos complicados peinados que eran la moda en parís, no le gustaba mucho pero la apariencia era la apariencia, tenía que enterarse de la moda de otros sitios, tanto melena ondulado y tanto ricillos no le agradaban en realdad mucho. Se puso uno de sus vestidos antes de volver a ir al hotel avisando debidamente a Alfred y demás, antes de entrar a la habitación donde se encntraba el inglés.
Sacó un pequeño espejo del bolso retocandose comprobando que su rostro se mantuviera perfecto, aun tenía heridas de la pelea de anoche por el cuerpo, pero no se verían ni se descubrirían más allá de un dolor en la espalda y la movilidad del brazo izquierdo ligeramente más reducida debido a la fractura de anoche sin quitar los moretones que ayer fueron heridas de botella por la pelea sucia que tuvo su rival, pronto sanarían y como si nada hubiera pasado, el cambiante rival fue duro, pero la ira que ayer contenía Cinder hizo que no hubiera anoche rival capaz de enfrentarla.
-Buenos dias mi Lord.- Saludó sumamente correcta con la correspondiente inclinación, antes de posiconarse a cierta distancia comprobando el estado del inglés desde la distancia, de manera prudente, sin duda estaba mejor. La licana seguía algo perturbada por lo que ayer aconteció. Apenas miraba al inglés ya que para comprobar no necesitaba más que oler, hundía su vista en unas hojas donde habñia información de los nuevos clientes. Más su mente también viajaba al asunto de su padre que le traia de cabeza, el estres en ella crecía a pasos agigantados, todo se le acumulaba empezando por Charles y sus celos. Cosa que no había esperimentado nunca. -Te veo en forma. -Comenta seca, mientras mantiene el ceño fruncido con la mente sumida en sus pensamientos.
Cinder Grimm- Licántropo/Realeza
- Mensajes : 160
Fecha de inscripción : 15/03/2018
Re: Negocios y oscuridad (priv. Charles Moncrieff) ♦♦
Su sonrisa se amplía con la respuesta de la licántropa. ¿Que no estaba familiarizado? - A veces eres tan inocente que pecas -susurra bajo dejando que en su mente regresen los recuerdos de su combate con el cambiante oso que le contara a Cinder, ¿Acaso no pensó que salió herido? Por supuesto, le curaron con vitae. O bien, algunos espectáculos que salieron mal y tuvieron que replegarse porque tuvieron algunos accidentes como una herida de bala o incluso, algún cliente loco que en el subidón quiso pasarse de listo matando a alguien más y hubo de contenerlo. Sí, demasiadas ocasiones en que la vitae fue derramada en boca del inglés, tan espaciado para que su voluntad siga firme y fuerte.
Y sin embargo, tras sus encuentros con Sabah, en algún momento ella sangró para él. Esa vitae es mucho más rica, olorosa y potente de la que jamás haya probado en la vida, tanto que la anhela con vehemencia. ¿Le duele que Cinder le critique? Por supuesto que no, ya decidió desde antes de ser Duque que será transformado en un vampiro. Ella ni siquiera tiene conocimiento de sus intenciones y por supuesto que le molesta. Lo nota en cada palabra que pareciera escupir, como él lo hace con su licantropía. ¿Le incordia? Por supuesto que no, está tan tranquilo metido en esa tina de agua, sintiendo la magnificencia de todos sus ímpetus devueltos, de su fuerza y su recuperación física, que le agradece que sea de su mano la obtención de ese líquido empalagoso.
Sabah, en su mente se queda la vampiresa en tanto los gruñidos de Cinder se apagan por su propia ansiedad al masturbarse y cada vez más rápido escalar las cotas para llegar al placer máximo. No escucha cuándo ella sale de la habitación, es ignorante de todo lo que no sea eyacular. Y cuando lo hace, el orgasmo es tan potente que le deja descansado con una sensación de total complacencia. Abre los ojos mirando al techo sabiéndose solo. Se sienta. Se lava, empieza el día con una brutalidad y una vehemencia tan tremenda como si le acabaran de otorgar el cargo de nobleza. Continúa espoleando a todos, a todo, logrando un avance enorme, recuperando los dos días perdidos para sorpresa de todos que están incrédulos porque un día antes estaba postrado en cama y ahora tenía la potencia de un león.
Un león que en la noche paseaba solo, buscando. Y encontró. El resto de las horas pasaron con relativa facilidad entre sus brazos, con su marca en el cuerpo y en sus labios. Para cuando termina, son cerca de las seis de la mañana. Se da un baño sintiendo cómo el poder de su cuerpo es mucho mayor al de la jornada diurna. Se arregla para salir a montar, vestido y peinado, sale de la habitación sentándose en el escritorio para leer las misivas que se acumularon en el trascurso de la noche. Es innecesario dormir cuando la vitae poderosa y que le sustenta, recorre sus venas. Sus orbes se levantan cuando es interrumpido por la licántropa. Se recarga contra el asiento mirándola intrigado entrecruzando sus dedos, se sonríe de lado cuando habla de su estado físico, toma la taza de café para darle un trago antes de ponerse en pie. - Justo voy a salir a pasear a caballo, ¿Se te ofrece algo? -toma el sombrero para acercarse a la mujer mirándola sin saber que el olor a Sabah podría ser olfateado por ella a pesar de su ducha.
Y sin embargo, tras sus encuentros con Sabah, en algún momento ella sangró para él. Esa vitae es mucho más rica, olorosa y potente de la que jamás haya probado en la vida, tanto que la anhela con vehemencia. ¿Le duele que Cinder le critique? Por supuesto que no, ya decidió desde antes de ser Duque que será transformado en un vampiro. Ella ni siquiera tiene conocimiento de sus intenciones y por supuesto que le molesta. Lo nota en cada palabra que pareciera escupir, como él lo hace con su licantropía. ¿Le incordia? Por supuesto que no, está tan tranquilo metido en esa tina de agua, sintiendo la magnificencia de todos sus ímpetus devueltos, de su fuerza y su recuperación física, que le agradece que sea de su mano la obtención de ese líquido empalagoso.
Sabah, en su mente se queda la vampiresa en tanto los gruñidos de Cinder se apagan por su propia ansiedad al masturbarse y cada vez más rápido escalar las cotas para llegar al placer máximo. No escucha cuándo ella sale de la habitación, es ignorante de todo lo que no sea eyacular. Y cuando lo hace, el orgasmo es tan potente que le deja descansado con una sensación de total complacencia. Abre los ojos mirando al techo sabiéndose solo. Se sienta. Se lava, empieza el día con una brutalidad y una vehemencia tan tremenda como si le acabaran de otorgar el cargo de nobleza. Continúa espoleando a todos, a todo, logrando un avance enorme, recuperando los dos días perdidos para sorpresa de todos que están incrédulos porque un día antes estaba postrado en cama y ahora tenía la potencia de un león.
Un león que en la noche paseaba solo, buscando. Y encontró. El resto de las horas pasaron con relativa facilidad entre sus brazos, con su marca en el cuerpo y en sus labios. Para cuando termina, son cerca de las seis de la mañana. Se da un baño sintiendo cómo el poder de su cuerpo es mucho mayor al de la jornada diurna. Se arregla para salir a montar, vestido y peinado, sale de la habitación sentándose en el escritorio para leer las misivas que se acumularon en el trascurso de la noche. Es innecesario dormir cuando la vitae poderosa y que le sustenta, recorre sus venas. Sus orbes se levantan cuando es interrumpido por la licántropa. Se recarga contra el asiento mirándola intrigado entrecruzando sus dedos, se sonríe de lado cuando habla de su estado físico, toma la taza de café para darle un trago antes de ponerse en pie. - Justo voy a salir a pasear a caballo, ¿Se te ofrece algo? -toma el sombrero para acercarse a la mujer mirándola sin saber que el olor a Sabah podría ser olfateado por ella a pesar de su ducha.
Charles Moncrieff- Esclavo de Sangre/Realeza
- Mensajes : 295
Fecha de inscripción : 28/03/2018
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Página 2 de 3. • 1, 2, 3
Temas similares
» Anhelos en la oscuridad /. Priv ~ Carlotta de Dos Sicilias
» Los negocios, son negocios. ¿No dicen siempre eso? -Libre-
» No es nada personal. Negocios son negocios.
» Negocios son negocios [Privado]
» Luz en oscuridad y oscuridad en luz (Libre)
» Los negocios, son negocios. ¿No dicen siempre eso? -Libre-
» No es nada personal. Negocios son negocios.
» Negocios son negocios [Privado]
» Luz en oscuridad y oscuridad en luz (Libre)
Página 2 de 3.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér Sep 18, 2024 9:16 am por Afiliaciones
» REACTIVACIÓN DE PERSONAJES
Mar Jul 30, 2024 4:58 am por Frederick Truffaut
» AVISO #49: SITUACIÓN ACTUAL DE VICTORIAN VAMPIRES
Miér Jul 24, 2024 2:54 pm por Nigel Quartermane
» Ah, mi vieja amiga la autodestrucción [Búsqueda activa]
Jue Jul 18, 2024 4:42 am por León Salazar
» Vampirto ¿estás ahí? // Sokolović Rosenthal (priv)
Miér Jul 10, 2024 1:09 pm por Jagger B. De Boer
» l'enlèvement de perséphone ─ n.
Sáb Jul 06, 2024 11:12 pm por Vivianne Delacour
» orphée et eurydice ― j.
Jue Jul 04, 2024 10:55 pm por Vivianne Delacour
» Le Château des Rêves Noirs [Privado]
Jue Jul 04, 2024 10:42 pm por Willem Fokke
» labyrinth ─ chronologies.
Sáb Jun 22, 2024 10:04 pm por Vivianne Delacour