AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Descubriendo la realidad [Innocence]ACTIVO
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Descubriendo la realidad [Innocence]ACTIVO
Su mente habia comenzado a idear las mas absurdas historias entorno a su hermana, hacia quizas un mes que no sabia mas nada de ella y aquello comenzaba a sacarle de quicio, no estaba dispuesto a perderle una segunda vez y aunque se había contenido a si mismo para no ir al lugar donde trabajaba el impulso de saber de su bienestar se había mayor ¿Qué si un loco adinerado la había raptado? ¿y si la habían asesinado como a tantas otras prostitutas? ¿si se había fugado con algún amante que pronto la remplazaría por alguien más joven? No podía permitir tales crímenes de modo que aquella noche sin nada más que hacer se dirigió al burdel, aquel lugar dentro del cual nunca antes había puesto un pie.
Avanzaba sobre el empedrado con la mirada gacha, escuchando el estruendo que sus pisadas hacían sobre el empedrado, la noche era fría como pocas solían serlo, mantenía las manos dentro de los bolsillos e intentaba esconder su rostro entre sus hombros, exhalando su cálido aliento hacia su pecho, el humo que despedía sus labios por el radical cambio de temperatura y el choque con el gélido aire del exterior, se elevaba al cielo como columnas de humo blanco que prontamente chocaban con su rostro y se desvanecían.
La luna aquella noche apenas y dejaba entrever una parte de si misma, las estrellas a su alrededor le parecieron escasas, haciendo de aquella noche una particularmente falta de luz. Llego al lugar con un solo pensamiento en su cabeza, encontrar a su hermana y salir con ella de aquel sitio “vamos…¿Qué tan malo puede ser?” se cuestiono a si mismo aspirando el fresco aroma de la ciudad para adentrarse entonces en aquel mundo de lujuria y deseos, en el que los hombres pagaban un cariño inexistente saciados no de amor sino de un cuerpo que podían poseer solo de noche y solo en aquellos sitios.
Le pareció que el lugar apestaba, como una bofetada golpeo su rostro de llano, incitándole a fruncir el ceño y arrugar el puente de la nariz, a donde voltease los hombres se abrían paso con miradas inusuales, algunos mas serenos que otros su atención cayo entonces en una barra distancia a donde anduvo con rapidez como quien busca la defensa de alguien, ajeno se sentía a aquel mundo, su mirada como el oro divergía de una persona a otra buscando solo a una, aquel rostro familiar que no lograba divisar.
La voz de un hombre le pareció distante, la sacudida en su hombro le trajo a la realidad -¿disculpe?- le cuestiono al no recordar lo que sus labios habían pronunciad –oh nada solo olvidado-bramo el hombre chasqueando la lengua, agitando las manos como si asi pretendiese alejar un montón de molestas moscas zumbando tras su oído. Relamió sus labios con un temblor visible, su pierna se agitaba en un regular movimiento, golpeando suavemente con la punta el suelo de madera bajo sus pies, debía suponer que a kilómetros de distancia cualquier comprendería que era su primera vez en aquel lugar.
Las mujeres con escasa ropa comenzaron a desfilar de uno a otro lado, intento varias veces tener a alguna de ellas para cuestionarle sobre su hermana, mas aquellas sinuosas miradas le obligaban a detener sus labios y regresar su mirada a la pared, el techo o cualquier sitio en que se sintiera a salvo de aquellas predadoras, el quien siempre mantenía la calma lucia ahora como un pez en la, inspiro profundo para armarse de valor.
El tamboriteo en su pierna ceso, su mirada observo el lugar con mayor calma a fin de cuentas iba solo por un motivo y era encontrar a su hermana “¿conoces a Angeliqué?” practicaba en su mente como abordar a alguna de aquellas mujeres, de pronto sono mal, seguramente pensarían que iba por sus servicios más aquello no importaba el conocía la verdad. Su pecho se agitaba y aunque su rostro yacia sereno sus ojos denotaban el nerviosismo que sufria, si no lograba encontrarla pronto saldría de aquel sitio. Los olores de clientes y prostitutas comenzaron a dañarle el olfato, un mareo inusual lo asalto, con un desfile de largas piernas y cinturas estrechas, aquellas que le recriminaban no poseer.
La curiosidad lo asalto de golpe sumándose a la masa de sentimientos que revolvían su interior –disculpa- exclamo al fin deteniendo a una joven que pasaba por su lado -¿conoces a Angeliqué?- le cuestiono finalmente. Todo aquello ceso de golpe al ver el apacible rostro de la mujer, los nervios anteriores se esfumaron y las nauseas en su estomago se calmaron, la paz se abrió ante el como las aguas a Moise, su parecido con aquella figura que habia tenido entre sus manos era sorprendente, abrio los labios para decir algo más aunque acallo al instante observandole con serenidad, se encontraba ahi por su hermana y más nada.
Avanzaba sobre el empedrado con la mirada gacha, escuchando el estruendo que sus pisadas hacían sobre el empedrado, la noche era fría como pocas solían serlo, mantenía las manos dentro de los bolsillos e intentaba esconder su rostro entre sus hombros, exhalando su cálido aliento hacia su pecho, el humo que despedía sus labios por el radical cambio de temperatura y el choque con el gélido aire del exterior, se elevaba al cielo como columnas de humo blanco que prontamente chocaban con su rostro y se desvanecían.
La luna aquella noche apenas y dejaba entrever una parte de si misma, las estrellas a su alrededor le parecieron escasas, haciendo de aquella noche una particularmente falta de luz. Llego al lugar con un solo pensamiento en su cabeza, encontrar a su hermana y salir con ella de aquel sitio “vamos…¿Qué tan malo puede ser?” se cuestiono a si mismo aspirando el fresco aroma de la ciudad para adentrarse entonces en aquel mundo de lujuria y deseos, en el que los hombres pagaban un cariño inexistente saciados no de amor sino de un cuerpo que podían poseer solo de noche y solo en aquellos sitios.
Le pareció que el lugar apestaba, como una bofetada golpeo su rostro de llano, incitándole a fruncir el ceño y arrugar el puente de la nariz, a donde voltease los hombres se abrían paso con miradas inusuales, algunos mas serenos que otros su atención cayo entonces en una barra distancia a donde anduvo con rapidez como quien busca la defensa de alguien, ajeno se sentía a aquel mundo, su mirada como el oro divergía de una persona a otra buscando solo a una, aquel rostro familiar que no lograba divisar.
La voz de un hombre le pareció distante, la sacudida en su hombro le trajo a la realidad -¿disculpe?- le cuestiono al no recordar lo que sus labios habían pronunciad –oh nada solo olvidado-bramo el hombre chasqueando la lengua, agitando las manos como si asi pretendiese alejar un montón de molestas moscas zumbando tras su oído. Relamió sus labios con un temblor visible, su pierna se agitaba en un regular movimiento, golpeando suavemente con la punta el suelo de madera bajo sus pies, debía suponer que a kilómetros de distancia cualquier comprendería que era su primera vez en aquel lugar.
Las mujeres con escasa ropa comenzaron a desfilar de uno a otro lado, intento varias veces tener a alguna de ellas para cuestionarle sobre su hermana, mas aquellas sinuosas miradas le obligaban a detener sus labios y regresar su mirada a la pared, el techo o cualquier sitio en que se sintiera a salvo de aquellas predadoras, el quien siempre mantenía la calma lucia ahora como un pez en la, inspiro profundo para armarse de valor.
El tamboriteo en su pierna ceso, su mirada observo el lugar con mayor calma a fin de cuentas iba solo por un motivo y era encontrar a su hermana “¿conoces a Angeliqué?” practicaba en su mente como abordar a alguna de aquellas mujeres, de pronto sono mal, seguramente pensarían que iba por sus servicios más aquello no importaba el conocía la verdad. Su pecho se agitaba y aunque su rostro yacia sereno sus ojos denotaban el nerviosismo que sufria, si no lograba encontrarla pronto saldría de aquel sitio. Los olores de clientes y prostitutas comenzaron a dañarle el olfato, un mareo inusual lo asalto, con un desfile de largas piernas y cinturas estrechas, aquellas que le recriminaban no poseer.
La curiosidad lo asalto de golpe sumándose a la masa de sentimientos que revolvían su interior –disculpa- exclamo al fin deteniendo a una joven que pasaba por su lado -¿conoces a Angeliqué?- le cuestiono finalmente. Todo aquello ceso de golpe al ver el apacible rostro de la mujer, los nervios anteriores se esfumaron y las nauseas en su estomago se calmaron, la paz se abrió ante el como las aguas a Moise, su parecido con aquella figura que habia tenido entre sus manos era sorprendente, abrio los labios para decir algo más aunque acallo al instante observandole con serenidad, se encontraba ahi por su hermana y más nada.
Última edición por Anuar Dutuescu el Lun Dic 20, 2010 10:19 am, editado 1 vez
Anuar Dutuescu- Humano Clase Baja
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Re: Descubriendo la realidad [Innocence]ACTIVO
Y aquella era otra noche mas de trabajo para mi y mis compañeras. Sinceramente no era nada agradable, ni mucho menos recomendable el estar en aquel lugar, donde muchas de las prostitutas eran ya viejas, y en su vello púbicos se acumulaba la simiente derramada de los hombres a lo que habían atendido por unas monedas.
Aquello era mi mundo, donde había crecido, siendo instruida por la mujer que regentaba aquel local, que me había querido mantener virgen hasta encontrar a un hombre que pagara la exhorbitante suma de dinero que pedía para ello. Mi trabajo era que se sintieran a gusto los clientes, llevarkles cualquier cosa que necesitaran, hablar con ellos, e incluso hacer algún favor sexual, siempre sin llegar a consumar el acto carnal.
Me llamó la atención un chico bastante llamativo, por lo que sonreí intentando no reirme. Era la primera vez que veía alli a alguien asi. irando a la pared, tratando de entablar conversación con las cortesanas pero sin conseguirlo. La fila iba avanzando, hasta que llegué a su lado. La pregunta que formuló he de reconocer que me sorprendió mucho, muchisimo:
- Venga conmigo, podremos hablar en privado-esa era una de las ventajas de ser una especie de mina de oro para la jefa. Tener un reservado. Era un lugar pequeño y estrecjo, con una cama infinitamente mas cómoda que las otras, limpia, y que olía muy bien, a sándalo, al igual que yo. Me senté en el borde de la cama, mientas le indicaba al chico que se sentara a mi lado. ¿Que era lo que movía a un chico tan atractivo tener que pagarse los servicios de alguien? Aunque tal vez no fuera eso lo que venía bscando aquí.
Sonreí lentamente, tratando de calmarle ya que parecía estar al borde de un ataque de nervios. Decidí presentarme y hacerselo mas fácil. Quizá fuera la primera vez que venía a un burdel:
-Me llamo Inocence, Innocence Shape, encantada. Me temo que en este burdel no hay ninguna prostituta llamada Angelique, pero puedo prestarte iguales servicios, sin consumar, ya que habrías de pagar una suma muy elevada por ello.
Aquello era mi mundo, donde había crecido, siendo instruida por la mujer que regentaba aquel local, que me había querido mantener virgen hasta encontrar a un hombre que pagara la exhorbitante suma de dinero que pedía para ello. Mi trabajo era que se sintieran a gusto los clientes, llevarkles cualquier cosa que necesitaran, hablar con ellos, e incluso hacer algún favor sexual, siempre sin llegar a consumar el acto carnal.
Me llamó la atención un chico bastante llamativo, por lo que sonreí intentando no reirme. Era la primera vez que veía alli a alguien asi. irando a la pared, tratando de entablar conversación con las cortesanas pero sin conseguirlo. La fila iba avanzando, hasta que llegué a su lado. La pregunta que formuló he de reconocer que me sorprendió mucho, muchisimo:
- Venga conmigo, podremos hablar en privado-esa era una de las ventajas de ser una especie de mina de oro para la jefa. Tener un reservado. Era un lugar pequeño y estrecjo, con una cama infinitamente mas cómoda que las otras, limpia, y que olía muy bien, a sándalo, al igual que yo. Me senté en el borde de la cama, mientas le indicaba al chico que se sentara a mi lado. ¿Que era lo que movía a un chico tan atractivo tener que pagarse los servicios de alguien? Aunque tal vez no fuera eso lo que venía bscando aquí.
Sonreí lentamente, tratando de calmarle ya que parecía estar al borde de un ataque de nervios. Decidí presentarme y hacerselo mas fácil. Quizá fuera la primera vez que venía a un burdel:
-Me llamo Inocence, Innocence Shape, encantada. Me temo que en este burdel no hay ninguna prostituta llamada Angelique, pero puedo prestarte iguales servicios, sin consumar, ya que habrías de pagar una suma muy elevada por ello.
Innocence Shape- Mensajes : 30
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Re: Descubriendo la realidad [Innocence]ACTIVO
No supo bien porque o cual fue el motivo que le incito a seguir a aquella joven mujer que le hablaba con tanta dulzura debía suponer que de ese modo debían hablar para conseguir que los hombres cayesen rendidos a sus pies, derrochando dinero y otras tantas cosas. Le siguió de cerca intentando no perderse entre las personas, el mar de colores y olores que desconocía y aquellos amortiguados gemidos que parecían retumbas por la eternidad en las paredes tapizadas, su rostro era de quien da un salto a ciegas, no sabia bien a donde iba pero estaba seguro de que pretendía encontrar, una respuesta sobre el paradero de su Angeliqué.
Cerro la puerta detrás de el apoyando su espalda contra la madera, inspirando el aroma de aquel sitio para tranquilizarse, aterrizar los pies en la tierra, el lugar era hasta donde cavia ser, agradable, con una amplia cama de sabanas limpias y un agradable aroma manando de cada objeto en la habitación, la misma mujer parecía despedir aquel aroma. Se acerco dudoso, sentándose a un lado de ella sin asi atreverse a mirarla, quizas mal entendía sus actitudes.
-un gusto Innocence- murmuro pareciéndole una mala broma que una prostituta tuviese aquel nombre, porque eso debía ser aquella joven mujer o de lo contrario no estaría ahí y no le habría llevado a aquel lugar, pareció comprender entonces a donde se encaminaba todo -¿Qué? No, no te estas equivocando- se apresuro a decir negando –estoy buscando a…estoy buscando a …mi hermana- murmuro con un fuerte rubor calentando sus mejillas –ella debe trabajar aquí ella es…ella es como tu- le indico levantándose con rapidez de la cama, sintió un sentimiento de inconformidad trepándole por la garganta, había estado sentado donde tantos falsos amores se habían visto consumados.
-ella debe trabajar aquí- le repitió observándole con mayor tranquilidad, cayendo en cuenta de su aniñado rostro y delicado cuerpo, frunció entonces el entrecejo si bien hermosa era aquella mujer no concebía el hecho de que trabajara en aquel sitio, su mirada cayo cual cascada sobre su cuerpo, desviando al instante apenado de sus lascivas acciones -¿segura que no la conoces?- le cuestiono en voz baja pensando en salir corriendo de aquel lugar, porque su cuerpo se mostraba primerizo ante la cercanía de una mujer de vocación como debía serlo aquella que a su corta edad debía seguramente haber pasado por tantas manos y no negaba la curiosidad que comenzaba a sentir, aquel deseo que nunca antes había experimentado y pensar que todo se debía a una inconformidad consigo mismo.
Apretó los parpados al imaginarse de aquella manera a su propia hermana, encerrada en aquellas paredes obligadas a hacer algo contra su voluntad que, había terminado convirtiéndose en su modo de vida.
Cerro la puerta detrás de el apoyando su espalda contra la madera, inspirando el aroma de aquel sitio para tranquilizarse, aterrizar los pies en la tierra, el lugar era hasta donde cavia ser, agradable, con una amplia cama de sabanas limpias y un agradable aroma manando de cada objeto en la habitación, la misma mujer parecía despedir aquel aroma. Se acerco dudoso, sentándose a un lado de ella sin asi atreverse a mirarla, quizas mal entendía sus actitudes.
-un gusto Innocence- murmuro pareciéndole una mala broma que una prostituta tuviese aquel nombre, porque eso debía ser aquella joven mujer o de lo contrario no estaría ahí y no le habría llevado a aquel lugar, pareció comprender entonces a donde se encaminaba todo -¿Qué? No, no te estas equivocando- se apresuro a decir negando –estoy buscando a…estoy buscando a …mi hermana- murmuro con un fuerte rubor calentando sus mejillas –ella debe trabajar aquí ella es…ella es como tu- le indico levantándose con rapidez de la cama, sintió un sentimiento de inconformidad trepándole por la garganta, había estado sentado donde tantos falsos amores se habían visto consumados.
-ella debe trabajar aquí- le repitió observándole con mayor tranquilidad, cayendo en cuenta de su aniñado rostro y delicado cuerpo, frunció entonces el entrecejo si bien hermosa era aquella mujer no concebía el hecho de que trabajara en aquel sitio, su mirada cayo cual cascada sobre su cuerpo, desviando al instante apenado de sus lascivas acciones -¿segura que no la conoces?- le cuestiono en voz baja pensando en salir corriendo de aquel lugar, porque su cuerpo se mostraba primerizo ante la cercanía de una mujer de vocación como debía serlo aquella que a su corta edad debía seguramente haber pasado por tantas manos y no negaba la curiosidad que comenzaba a sentir, aquel deseo que nunca antes había experimentado y pensar que todo se debía a una inconformidad consigo mismo.
Apretó los parpados al imaginarse de aquella manera a su propia hermana, encerrada en aquellas paredes obligadas a hacer algo contra su voluntad que, había terminado convirtiéndose en su modo de vida.
Anuar Dutuescu- Humano Clase Baja
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Re: Descubriendo la realidad [Innocence]ACTIVO
No pudo dejar de sorprenderme que el chico se hubiera quedado alli algo pasmado, antes de seguirme. Ahora ya lo tenía mas que claro, era la primera vez que se encontraba en un burdel y tendría que hacerle la estancia mas agradable... Aunque había sido una buena idea rescatarlo de las garras de Hilddegart, que estaba casi segura que le habría quitado la ropa alli en medio y haber comenzado a hacer su trabajo, porque el chico era muy guapo.
Cuando se sentó a mi lado con tímidez le sonreí, tratando de hacerle mas llevadero esto, aunque la verdad ¿Que sentido tiene el venir a un burdel si no quieres estar con una chica? Le toqué el hombro y medio en broma le dije:
-Oye, que no muerdo, no te preocupes- me reí al ver la cara que puso. Pobrecit, en el fondo me daba pena, aunque en el fondo no distaba tanto de los jovenes a los cuales traían para disfrutar de su primera mujer a un lugar como este. Me senté con las piernas cruzadas encima de la mesa, una postura algo infantil, pero la mar de cómoda. Y mientras me ponía asi el chico se aturullo, bien por la verguenza, bien porque le había asaltado un momento de duda, mas lo comprendí todo cuando me contó a que había venido.
-¿En serio? ¿Tu hermana tambien es una de las favoritas de la Madame? No lo sabía-dije frunciendo algo el ceño- Pero no importa, últimamente ha habido mucho movimiento entre burdeles, tal vez pueda conseguir información acerca de ella. Es genial, una chica igual que yo... No sabía que hubiera mas ¿Cuanto piensan pedir por su virginidad?-le pregunté interesada, y con los ojos brillandome de ilusión. Podríamos hacernos buenas amigas, y la que fuera antes le contaría a la otra que se sentía.
Cuendo estaba contándole esto, dirigió una mirada como muchos otros hombres las dirigían hacia mis compañeras o hacia mi misma, una mirada como decía la madame "cargada de deseo" y era aquello lo que debíamos aprovechar para continuar excitándoles. Sin embargo y a pesar de que llevaban 16 años enseñándomelo, con él no quería hacer nada de ese tipo, a no ser que él me lo pidiera expresamente, pues bien sabía que el cuerpo masculino jugaba malas pasadas:
-Pues si... estoy bastante segura de que no la conozco, pero como ya te dije, conseguiré información... Aún no me has dicho tu nombre, señor misterioso-dije sonriente, lo cual acentuaba mas mi aspecto todavía infantil.
Cuando se sentó a mi lado con tímidez le sonreí, tratando de hacerle mas llevadero esto, aunque la verdad ¿Que sentido tiene el venir a un burdel si no quieres estar con una chica? Le toqué el hombro y medio en broma le dije:
-Oye, que no muerdo, no te preocupes- me reí al ver la cara que puso. Pobrecit, en el fondo me daba pena, aunque en el fondo no distaba tanto de los jovenes a los cuales traían para disfrutar de su primera mujer a un lugar como este. Me senté con las piernas cruzadas encima de la mesa, una postura algo infantil, pero la mar de cómoda. Y mientras me ponía asi el chico se aturullo, bien por la verguenza, bien porque le había asaltado un momento de duda, mas lo comprendí todo cuando me contó a que había venido.
-¿En serio? ¿Tu hermana tambien es una de las favoritas de la Madame? No lo sabía-dije frunciendo algo el ceño- Pero no importa, últimamente ha habido mucho movimiento entre burdeles, tal vez pueda conseguir información acerca de ella. Es genial, una chica igual que yo... No sabía que hubiera mas ¿Cuanto piensan pedir por su virginidad?-le pregunté interesada, y con los ojos brillandome de ilusión. Podríamos hacernos buenas amigas, y la que fuera antes le contaría a la otra que se sentía.
Cuendo estaba contándole esto, dirigió una mirada como muchos otros hombres las dirigían hacia mis compañeras o hacia mi misma, una mirada como decía la madame "cargada de deseo" y era aquello lo que debíamos aprovechar para continuar excitándoles. Sin embargo y a pesar de que llevaban 16 años enseñándomelo, con él no quería hacer nada de ese tipo, a no ser que él me lo pidiera expresamente, pues bien sabía que el cuerpo masculino jugaba malas pasadas:
-Pues si... estoy bastante segura de que no la conozco, pero como ya te dije, conseguiré información... Aún no me has dicho tu nombre, señor misterioso-dije sonriente, lo cual acentuaba mas mi aspecto todavía infantil.
Innocence Shape- Mensajes : 30
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Re: Descubriendo la realidad [Innocence]ACTIVO
-¿una de las favoritas?- repitió en voz baja negando energéticamente, su virginidad ya no la poseía ella y eso podia asegurarlo al haber sido observador de tan ruin ultrajo en efecto su hermana cuando habia perdido aquel bien femenino no debía ser mucho menor que la jovencita que se alzaba ahora frente a ella, sentada en la mesa con el mas dulce gesto infantil aunque debía suponer que de infantil poco le quedaba al verse rodeada de hombres con sevicia y mujeres que alzarían sus faldas ante el menor precio.
Se dejo caer sobre la cama nuevamente aliviado por la lejanía de aquel refinado cuerpo, cuanto le recordaba a la muñeca de porcelana que habia tenido entre sus manos anteriormente, aquel frágil cuerpo delineado por las mas sinuosas curvas y largas piernas y aun faltando de un brazo la estatuilla llegaba a ser embelesadoramente hermosa y era aquel el motivo por el cual habia decidido tomarla entre sus manos y ser receptos de una maldición según el vampiro le habia dicho, una maldición en la cual no estaba muy seguro de creer.
-podria describírtela si eso te sirve de algo…es alta y bastante delgada- acallo incapacitado a describir su cuerpo –tiene el cabello castaño y los ojos claros creo que se parece un poco a mi- le indico con calma comenzando a tranquilizarse en aquel comodo lugar porque a diferencia de en la sala principal aquella habitación olia bien y las sabanas eran tersas, sus delicadas manos de pintor recorrieron la tela a un lado de su cuerpo maravillándose con la textura, era un artista y como tal comprendía la belleza de las cosas, aunque esta no fuese del todo visible. Disfrutaba de los pequeños vienes de la vida, aquellos que podían hacerle inmensamente feliz a quien decidiera descubrirlos. Le acariciaba con aquella delicadeza impropia de cualquier hombre aquella que solo el podia poseer, aquellas manos que mas parecian ser de una refinada dama de sociedad y no de un empedernido y marginado pintor.
-Anuar Dutuescu- le indico volteándole a ver al instante con asombro –pero no debes decirle a nadie que estuve aquí…-le pidió a pide de renglón atropelladamente –solo vine a buscar a mi hermana- aseguro gritándose internamente mentiroso, porque de haber sido aquello se encontraría ya saliendo de aquel lugar mas la curiosidad le flaqueaba, aquella como tantas veces atrás. Suspiro desacomodándose los rojizos y opacos cabellos con lentitud, mesándose los cabellos y observando la nada misma.
-¿podría preguntarle?...¿que hace una niña como usted en este sitio?- dejo escapar de sus labios sin mas, porque además decía ser virgen ¿ofrecería aquella virtud al mejor postor? Que despreciable sonaba aquello y como un loco enamorado pensaba que, aquellas cosas tan preciadas debían ofrecerse solo a la persona elegida por uno, a la persona que su corazón le indicase que pertenecía y era merecedor de poseerla por siempre.
Se dejo caer sobre la cama nuevamente aliviado por la lejanía de aquel refinado cuerpo, cuanto le recordaba a la muñeca de porcelana que habia tenido entre sus manos anteriormente, aquel frágil cuerpo delineado por las mas sinuosas curvas y largas piernas y aun faltando de un brazo la estatuilla llegaba a ser embelesadoramente hermosa y era aquel el motivo por el cual habia decidido tomarla entre sus manos y ser receptos de una maldición según el vampiro le habia dicho, una maldición en la cual no estaba muy seguro de creer.
-podria describírtela si eso te sirve de algo…es alta y bastante delgada- acallo incapacitado a describir su cuerpo –tiene el cabello castaño y los ojos claros creo que se parece un poco a mi- le indico con calma comenzando a tranquilizarse en aquel comodo lugar porque a diferencia de en la sala principal aquella habitación olia bien y las sabanas eran tersas, sus delicadas manos de pintor recorrieron la tela a un lado de su cuerpo maravillándose con la textura, era un artista y como tal comprendía la belleza de las cosas, aunque esta no fuese del todo visible. Disfrutaba de los pequeños vienes de la vida, aquellos que podían hacerle inmensamente feliz a quien decidiera descubrirlos. Le acariciaba con aquella delicadeza impropia de cualquier hombre aquella que solo el podia poseer, aquellas manos que mas parecian ser de una refinada dama de sociedad y no de un empedernido y marginado pintor.
-Anuar Dutuescu- le indico volteándole a ver al instante con asombro –pero no debes decirle a nadie que estuve aquí…-le pidió a pide de renglón atropelladamente –solo vine a buscar a mi hermana- aseguro gritándose internamente mentiroso, porque de haber sido aquello se encontraría ya saliendo de aquel lugar mas la curiosidad le flaqueaba, aquella como tantas veces atrás. Suspiro desacomodándose los rojizos y opacos cabellos con lentitud, mesándose los cabellos y observando la nada misma.
-¿podría preguntarle?...¿que hace una niña como usted en este sitio?- dejo escapar de sus labios sin mas, porque además decía ser virgen ¿ofrecería aquella virtud al mejor postor? Que despreciable sonaba aquello y como un loco enamorado pensaba que, aquellas cosas tan preciadas debían ofrecerse solo a la persona elegida por uno, a la persona que su corazón le indicase que pertenecía y era merecedor de poseerla por siempre.
Anuar Dutuescu- Humano Clase Baja
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Re: Descubriendo la realidad [Innocence]ACTIVO
Me tapé la boca con la mano, para reirme suavemente y que él no me viera. Era tan cuco como un niño pequeño, pero mucho mas guapo. Había habido algun bebé en el burdel, hijo de una de mis compañeras, que por una cosa o por otra o había muerto o había sido enviado al orfanato. Y eran como bolitas sin pelo en ninguna parte, apenas tenía en la cabeza y cejas. Una bolita sonrosada que lloraba, comía, dormía y hacía sus necesidades.
Asentí con la cabeza, mientras sonreía y seguía mirandole a los ojos, cosa que él parecía no poder hacer:
-Si, una de las favoritas... Hay varias, ya sea porque todavía pueden ser desfloradas, por complacer muy bien a sus clientes o por poseer una belleza sin igual... Y si como dices tu hermana se parece a ti, debería estar en ese último grupo.-de pronto me fijé mejor en su cara ¡No llevaba barba, ni una poquita! Era la primera vez que veía a un hombre sin barba. Me puse de rodillas en la cama y con curiosidad rocé su mejilla con las yemas de mis dedos. Era increíble:
-Es como estar tocándole la cara a una mujer. Eres realmente afortunado. Los otros pinchan si le tocas la cara- me volví a sentar y me quedé quieta, consciente de que podía incomodarle. Se presentó, y rapidamente me dijo que no le dijera a nadie que había estado en aquel lugar. Le sonreí y le aseguré, haciendo una cruz en el corazón:
-No te preocupes, es secreto de estado.-parecía preocupado. En cierta manera me daba pena, perder a una hermana debía ser como si una de mis compañeras, con las que había convivido desde siempre tuviera que irse o que se perdiera, y no volver a verla. Mordí mi labio inferior, lo debía estar pasando mal:
- No soy una niña que ya tengo 16 años-le dije con un gesto huraño, de fingido enfado- Y.. bueno.. el motivo por el que estoy aquí fue que la Madame encontró a mi madre cuando estaba dando a luz y nadie la quería ayudar. Murió durante el parto y como había pedido a la Madame que me cuidara y bueno... aquí estoy-me encogí de hombros con suavidad. Debía parecerle extraño aquello, pero era la pura realidad:
-¿Y que fue lo que llevó a tu hermana a este mundo? ¿Problemas económicos? Muchas chicas, e incluso chicos, lo hacen, no es nada raro. Piensa que tal vez se enamoró de uno de sus clientes y él de ella, y ahora está viviendo con todo lujo en algún lugar lejano, tratándo de encontrate-miré hacia el techo, lanzando un suspiro. Que reencuentro mas bonito podrían tener. Y yo podía ayudarles. Que emocionante.
Asentí con la cabeza, mientras sonreía y seguía mirandole a los ojos, cosa que él parecía no poder hacer:
-Si, una de las favoritas... Hay varias, ya sea porque todavía pueden ser desfloradas, por complacer muy bien a sus clientes o por poseer una belleza sin igual... Y si como dices tu hermana se parece a ti, debería estar en ese último grupo.-de pronto me fijé mejor en su cara ¡No llevaba barba, ni una poquita! Era la primera vez que veía a un hombre sin barba. Me puse de rodillas en la cama y con curiosidad rocé su mejilla con las yemas de mis dedos. Era increíble:
-Es como estar tocándole la cara a una mujer. Eres realmente afortunado. Los otros pinchan si le tocas la cara- me volví a sentar y me quedé quieta, consciente de que podía incomodarle. Se presentó, y rapidamente me dijo que no le dijera a nadie que había estado en aquel lugar. Le sonreí y le aseguré, haciendo una cruz en el corazón:
-No te preocupes, es secreto de estado.-parecía preocupado. En cierta manera me daba pena, perder a una hermana debía ser como si una de mis compañeras, con las que había convivido desde siempre tuviera que irse o que se perdiera, y no volver a verla. Mordí mi labio inferior, lo debía estar pasando mal:
- No soy una niña que ya tengo 16 años-le dije con un gesto huraño, de fingido enfado- Y.. bueno.. el motivo por el que estoy aquí fue que la Madame encontró a mi madre cuando estaba dando a luz y nadie la quería ayudar. Murió durante el parto y como había pedido a la Madame que me cuidara y bueno... aquí estoy-me encogí de hombros con suavidad. Debía parecerle extraño aquello, pero era la pura realidad:
-¿Y que fue lo que llevó a tu hermana a este mundo? ¿Problemas económicos? Muchas chicas, e incluso chicos, lo hacen, no es nada raro. Piensa que tal vez se enamoró de uno de sus clientes y él de ella, y ahora está viviendo con todo lujo en algún lugar lejano, tratándo de encontrate-miré hacia el techo, lanzando un suspiro. Que reencuentro mas bonito podrían tener. Y yo podía ayudarles. Que emocionante.
Innocence Shape- Mensajes : 30
Fecha de inscripción : 05/12/2010
Re: Descubriendo la realidad [Innocence]ACTIVO
No pudo evitar sentir sus mejillas teñirse de rojo al escucharle decir aquello, sabia bien que no era un adefesio de la sociedad mas desde niño habia visto la belleza de su hermana y extrañamente resultaba opacado ante ella, se habia acostumbrado desde corta edad a no esperar recibir ningun piropo o exaltamiento de sus cualidades físicas y por el contrario siempre escuchaba las mismas preguntas “¿lo has llevado ya al doctor? Sus ojos son muy raros, ademas no habla ¿segura que esta bien?, mira esa nariz de cotorro…que chistoso es tu hijo” con el tiempo habia aprendido a ignorarlos.
Se sobresalto al sentir su frágil tacto contra su rostro y le escucho decir aquello conteniendo la respiración unos instantes, tocarle la cara a una mujer quizas por ello Soren se habia confundido, quizas sus manos y su rostro confundían su criterio haciendo creer que se trataba de una mujer y al recapacitar que no era asi seguía deseando aquel cuerpo curvilíneo que el no podia poseer ¿Cuántas maravillas guardaba bajo aquella tela? Suspiro ampliamente intentando tranquilizarse –no tengo que afeitarme demasiado seguido- le indico levantándose las mangas de la camisa para mostrarle sus brazos con escaso vello rojizo, parecía mas una suave pelusa, se acomodo en la cama nuevamente observando a la adolescente hablar.
-disculpa…me e dejado llevar por su aspecto tienes razón, seguramente ya no eres una niña- sonrio de medio lado recordando como a el solian menospreciarlo también por su apariencia, por que un joven de veintiún años ¿Qué podia saber de la vida? –lamento lo de tu madre, esperemos este en un mejor lugar- murmuro, si bien no era ya un devoto de la religión habia valores que jamás lograban exterminarse del todo.
-va mucho mas alla de eso…no creo que sea algo que deba contarte- quizas por lo doloroso que seria recordar aquel instante enque ambas vidas habían tomado rumbos diferentes e inusuales, en que ambos se habían visto marcados para siempre –si me estuviera buscando me hubiese encontrado ya…quizas le paso algo malo- murmuro bajando la mirada, era un pesimista tanto como un soñador. Le volteo a ver al escuchar aquel suspiro casi erótico –te pareces mucho a una estatuilla de una bailarina que vi hace poco…- le indico en voz baja levantándose de la cama se acerco a ella carraspeando antes de seguir el contorno de su rostro con sus dedos, aquel delicado tacto que apenas y rozaba su piel, las manos de un artista, cerro los parpados pasando las yemas de sus dedos por encima de sus parpados y su nariz, siguiendo el contorno de sus mejillas, el parecido le asombraba.
Se sobresalto al sentir su frágil tacto contra su rostro y le escucho decir aquello conteniendo la respiración unos instantes, tocarle la cara a una mujer quizas por ello Soren se habia confundido, quizas sus manos y su rostro confundían su criterio haciendo creer que se trataba de una mujer y al recapacitar que no era asi seguía deseando aquel cuerpo curvilíneo que el no podia poseer ¿Cuántas maravillas guardaba bajo aquella tela? Suspiro ampliamente intentando tranquilizarse –no tengo que afeitarme demasiado seguido- le indico levantándose las mangas de la camisa para mostrarle sus brazos con escaso vello rojizo, parecía mas una suave pelusa, se acomodo en la cama nuevamente observando a la adolescente hablar.
-disculpa…me e dejado llevar por su aspecto tienes razón, seguramente ya no eres una niña- sonrio de medio lado recordando como a el solian menospreciarlo también por su apariencia, por que un joven de veintiún años ¿Qué podia saber de la vida? –lamento lo de tu madre, esperemos este en un mejor lugar- murmuro, si bien no era ya un devoto de la religión habia valores que jamás lograban exterminarse del todo.
-va mucho mas alla de eso…no creo que sea algo que deba contarte- quizas por lo doloroso que seria recordar aquel instante enque ambas vidas habían tomado rumbos diferentes e inusuales, en que ambos se habían visto marcados para siempre –si me estuviera buscando me hubiese encontrado ya…quizas le paso algo malo- murmuro bajando la mirada, era un pesimista tanto como un soñador. Le volteo a ver al escuchar aquel suspiro casi erótico –te pareces mucho a una estatuilla de una bailarina que vi hace poco…- le indico en voz baja levantándose de la cama se acerco a ella carraspeando antes de seguir el contorno de su rostro con sus dedos, aquel delicado tacto que apenas y rozaba su piel, las manos de un artista, cerro los parpados pasando las yemas de sus dedos por encima de sus parpados y su nariz, siguiendo el contorno de sus mejillas, el parecido le asombraba.
Anuar Dutuescu- Humano Clase Baja
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Re: Descubriendo la realidad [Innocence]ACTIVO
Cuando volví a mirar a Anuar, parecía un tomate con pelo... Aunque en lugar de rojizo debía ser verde, para parecerse aun mas. Al contacto de mi mano se había puesto colorado, muy muy colorado, cosa que me "contagió" a mi y con algo de verguenza le dije:
-Disculpa, no debí hacer eso. Madame siempre se enfada conmigo porque muchos clientes le dicen que no valgo la pena, que a pesar de ser bella soy demasiado rara... -agaché la cabeza algo azorada. ¿Que mosca me había picado? De pronto la manilla de la puerta comenzó a girar y tiré a Anuar sobre la cama, para que no le vieran la cara, ya que quería mantener en anonimato. Apareció la cabeza de Charlotte, parecía ebria e iba acompañada de dos hombres. Se disculpó y dijo algo de maldita niña o algo asi, no escuché demasiado bien.
-Y ya de paso disculpa por esto otro-le dije sonriendo con alegría, me lo estaba pasando muy bien. El chico era interesante y no parecía mucho mayor que yo, quizá podría ser amigo mio, o algo asi. Seguro seguro. Anuar subió las mangas de su camisa, para mostrarme sus brazos... Que me recordaron al pelo que los bebés tenían la cabeza. Contuve la risa a duras penas y asentí:
-Seguro que si, mi madre debió de ser una mujer buena y amable. Muchas veces por la noche hablo con ella, o lo imagino. -me callé rapidamente para escuchar a Anuar hablar de su hermana con pesar. Negué con la cabeza- No, no y no. No se puede ser tan pesimista Anuar, tienes que creer en que todavía hay cosas buenas en el mundo. Y tu hermana seguro que está bien, te prometo que haré todo lo que esté en mi mano para encontrar a Angeliqué.-se darían un abrazo y ella lloraría y él también. Las imagenes de su supuesto reencuentro vinieron a mi cabeza rapidamente. Pero se me fueron de la cabeza cuando Anuar se levantó y comenzó a tocarme la cara con sus suaves manos, diciendo que e parecía a una estatuilla:
-¿En serio? Me gustaría encontrarla. Tal vez el artista que la hizo me viera en la calle... ¿Tu a que te dedicas Anuar? ¿A algo con las manos?
-Disculpa, no debí hacer eso. Madame siempre se enfada conmigo porque muchos clientes le dicen que no valgo la pena, que a pesar de ser bella soy demasiado rara... -agaché la cabeza algo azorada. ¿Que mosca me había picado? De pronto la manilla de la puerta comenzó a girar y tiré a Anuar sobre la cama, para que no le vieran la cara, ya que quería mantener en anonimato. Apareció la cabeza de Charlotte, parecía ebria e iba acompañada de dos hombres. Se disculpó y dijo algo de maldita niña o algo asi, no escuché demasiado bien.
-Y ya de paso disculpa por esto otro-le dije sonriendo con alegría, me lo estaba pasando muy bien. El chico era interesante y no parecía mucho mayor que yo, quizá podría ser amigo mio, o algo asi. Seguro seguro. Anuar subió las mangas de su camisa, para mostrarme sus brazos... Que me recordaron al pelo que los bebés tenían la cabeza. Contuve la risa a duras penas y asentí:
-Seguro que si, mi madre debió de ser una mujer buena y amable. Muchas veces por la noche hablo con ella, o lo imagino. -me callé rapidamente para escuchar a Anuar hablar de su hermana con pesar. Negué con la cabeza- No, no y no. No se puede ser tan pesimista Anuar, tienes que creer en que todavía hay cosas buenas en el mundo. Y tu hermana seguro que está bien, te prometo que haré todo lo que esté en mi mano para encontrar a Angeliqué.-se darían un abrazo y ella lloraría y él también. Las imagenes de su supuesto reencuentro vinieron a mi cabeza rapidamente. Pero se me fueron de la cabeza cuando Anuar se levantó y comenzó a tocarme la cara con sus suaves manos, diciendo que e parecía a una estatuilla:
-¿En serio? Me gustaría encontrarla. Tal vez el artista que la hizo me viera en la calle... ¿Tu a que te dedicas Anuar? ¿A algo con las manos?
Innocence Shape- Mensajes : 30
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Re: Descubriendo la realidad [Innocence]ACTIVO
-no se si sea que no te conozco aun lo suficiente o si esos otros clientes no comprenden que la belleza no radica en el físico…cual sea el caso a mi no me pareces rara- asevero con tranquilidad sonriendo de medio lado, porque bien sabia el lo que se sentía ser llamado por aquellos despectivos adjetivos, demente le habían dicho y por raro lo habían tomado, como loco lo habían marginado y por monstruo concebido.
-es difícil creer en ello cuando mi vida entera ha sido una tragedia aunque debo admitir que momentos de abrupta felicidad también e llegado a sentír- confeso sin mas, sintiendo que si quería que aquella joven le ayudase en su búsqueda debía abrirse por completa a ella y si con eso podia encontrar a su hermana la perdida valdría la pena porque obtendría asi un bien aun mayor.
Observo entrar y salir a la mujer acompañada de aquellos dos hombres, imaginar a dos personas compartiendo caricias y consuelos sin un sentimiento mayor de por medio era de por si estrafalario, pensar en tres personas haciéndolo era el acto mas ruin y vil al que la lujuria podia llevar a un hombre, impensable, porque no podia quererse a dos personas en la medida de poder compartirlas en un acto que debía ser tierno y delicado.
-lo dudo en sobremanera, creo que fue hecha mucho antes de que naciéramos mas aun creo que ni nuestras edades sumadas darían la fecha necesario para ello- aseguro entreabriendo los parpados, dejo caer sus manos por su mentón retrocediendo nuevamente, asintió disimuladamente –antes pintaba…ahora busco trabajo- le indico encogiéndose de hombros –pero no aquí- se apresuro a decir con los parpados abiertos de par en par, no quería que confundiera las cosas, no deseaba vender su cuerpo al mejor postor, ni mucho menos dejarse tocar y extasiar por unas cuantas monedas, no quería vender su cariño por noches y siempre, a personas diferentes.
Se mordió la lengua intentando contener la pregunta mas esta encontró lugar para salir y crearse a si misma -¿no te molesta saber que quien consiga tu virginidad será por dinero y no cariño?- porque creía saber quien seria, un hombre viejo con dinero a montones, viudo y veria a si difunta mujer reflejada en aquel rostro angelical o quizas mas aun veria la tentación y lujuria en aquellos pardos ojos, aberrable.
-es difícil creer en ello cuando mi vida entera ha sido una tragedia aunque debo admitir que momentos de abrupta felicidad también e llegado a sentír- confeso sin mas, sintiendo que si quería que aquella joven le ayudase en su búsqueda debía abrirse por completa a ella y si con eso podia encontrar a su hermana la perdida valdría la pena porque obtendría asi un bien aun mayor.
Observo entrar y salir a la mujer acompañada de aquellos dos hombres, imaginar a dos personas compartiendo caricias y consuelos sin un sentimiento mayor de por medio era de por si estrafalario, pensar en tres personas haciéndolo era el acto mas ruin y vil al que la lujuria podia llevar a un hombre, impensable, porque no podia quererse a dos personas en la medida de poder compartirlas en un acto que debía ser tierno y delicado.
-lo dudo en sobremanera, creo que fue hecha mucho antes de que naciéramos mas aun creo que ni nuestras edades sumadas darían la fecha necesario para ello- aseguro entreabriendo los parpados, dejo caer sus manos por su mentón retrocediendo nuevamente, asintió disimuladamente –antes pintaba…ahora busco trabajo- le indico encogiéndose de hombros –pero no aquí- se apresuro a decir con los parpados abiertos de par en par, no quería que confundiera las cosas, no deseaba vender su cuerpo al mejor postor, ni mucho menos dejarse tocar y extasiar por unas cuantas monedas, no quería vender su cariño por noches y siempre, a personas diferentes.
Se mordió la lengua intentando contener la pregunta mas esta encontró lugar para salir y crearse a si misma -¿no te molesta saber que quien consiga tu virginidad será por dinero y no cariño?- porque creía saber quien seria, un hombre viejo con dinero a montones, viudo y veria a si difunta mujer reflejada en aquel rostro angelical o quizas mas aun veria la tentación y lujuria en aquellos pardos ojos, aberrable.
Anuar Dutuescu- Humano Clase Baja
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