AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
Espacios libres: 11/40
Afiliaciones élite: ABIERTAS
Última limpieza: 1/04/24
En Victorian Vampires valoramos la creatividad, es por eso que pedimos respeto por el trabajo ajeno. Todas las imágenes, códigos y textos que pueden apreciarse en el foro han sido exclusivamente editados y creados para utilizarse únicamente en el mismo. Si se llegase a sorprender a una persona, foro, o sitio web, haciendo uso del contenido total o parcial, y sobre todo, sin el permiso de la administración de este foro, nos veremos obligados a reportarlo a las autoridades correspondientes, entre ellas Foro Activo, para que tome cartas en el asunto e impedir el robo de ideas originales, ya que creemos que es una falta de respeto el hacer uso de material ajeno sin haber tenido una previa autorización para ello. Por favor, no plagies, no robes diseños o códigos originales, respeta a los demás.
Así mismo, también exigimos respeto por las creaciones de todos nuestros usuarios, ya sean gráficos, códigos o textos. No robes ideas que les pertenecen a otros, se original. En este foro castigamos el plagio con el baneo definitivo.
Todas las imágenes utilizadas pertenecen a sus respectivos autores y han sido utilizadas y editadas sin fines de lucro. Agradecimientos especiales a: rainris, sambriggs, laesmeralda, viona, evenderthlies, eveferther, sweedies, silent order, lady morgana, iberian Black arts, dezzan, black dante, valentinakallias, admiralj, joelht74, dg2001, saraqrel, gin7ginb, anettfrozen, zemotion, lithiumpicnic, iscarlet, hellwoman, wagner, mjranum-stock, liam-stock, stardust Paramount Pictures, y muy especialmente a Source Code por sus códigos facilitados.
Victorian Vampires by Nigel Quartermane is licensed under a
Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported License.
Creado a partir de la obra en https://victorianvampires.foroes.org
Últimos temas
El misterio de Kerelak // Privado - Niord
2 participantes
Página 1 de 1.
El misterio de Kerelak // Privado - Niord
La luz del alba entró por los postigos de la ventana despertando a Kasia que se arremolinaba entre las sábanas. Llevaba muchos años asentada ya en Akershus pero seguía sin acostumbrarse a ese modo de dormir siempre tan arropados. Con su condición resultaba fácil entrar en calor pero las apariencias eran importantes, tal vez no tanto para los cambiantes normales, pero ella distaba mucho de ser algo “normal” y ya había demasiadas personas que sabían cuál era su verdadera naturaleza, no podía arriesgarse en levantar más sospechas. Aún después de más de dos décadas se preguntaba el motivo por el que había decidido quedarse en aquel lugar, rodeado de guerra, muerte y escasa libertad para los “suyos”, los equinos. Rodó sobre el colchón hasta quedar sentada y apoyó los pies en el suelo. Acarició sus cabellos claros, intentando peinarse un poco y se levantó con la tela de la cama cubriendo la parte delantera de su cuerpo y siendo arrastrada junto a sus pies a cada paso que daba.
Abrió el armario y cogió el primer par de pantalones que vio y una camisa blanca. Se vistió con ello, terminando el conjunto con un chaleco de cuero que se cerraba por delante con cintas negras. Se sentó en la silla para calzarse unas botas de tallo medio donde coló el bajón de los pantalones y se encaminó al exterior de la estancia. Habitaba en una pequeña casa cercana al río y al muro de Akershus, obviamente en el interior de la ciudadela pues Höor decía que era demasiado valiosa como para arriesgar su vida pasando las noches fuera y sola. Resopló al pensar en ello y, tras agarrar una manzana de una cesta que tenía sobre la mesa del salón, salió al exterior de la cabaña. Allí comenzó el ritual de saludos y sonrisas. Todo el mundo se conocía en aquella ciudad y más cuando, como ella, tenía la misma cara desde su llegada hacía ya casi veinticinco años.
Le dio un mordisco a la fruta, su favorita, tal vez por la parte animal que le tocaba, y siguió caminando hacia casa de los Cannif. Sin embargo, antes de alcanzar siquiera el patio exterior, se topó con un muchacho al que tenía calado desde pequeño. Aún recordaba haberlo visto la primera noche que pasó en Akershus cuando haciendo trastadas con a penas unos meses se tragó algo que no debía y puso todo en la fiesta patas arriba por unos minutos. Sonrió al pensar en ello, pasándose la lengua por la hilera de dientes superior y se acercó a él. Iba a saludarlo, pero alguien se le adelantó, asegurando tener noticias que contarle al joven Niord. El interés de la chica creció cuando se lo llevó del brazo a un lugar más apartado. Arqueó una ceja y, tras mirar a ambos lados, decidió seguir a los dos hombres con sigilo y cuidado. Se tuvo que mantener a una distancia prudencial, pero sus sentidos ultra-desarrollados le permitieron escuchar parte de la conversación en la que hablaban de sucesos extraños ocurridos en un poblado cercano. Habían desaparecido un par de niños y una anciana, no se habían encontrado cadáveres, pero jamás regresaron. Aguardó un poco cuando el que había portado la información se retiró, pasando junto a ella, que disimulaba mirando al lado de un monto de paja como si buscara algo que se le había caído, y fue a reunirse con el joven cazador que estaba de espaldas a ella. -Buenos días.- Sonrió con toda la inocencia de la que era capaz y, desde luego, era mucha para alguien de su edad.
Abrió el armario y cogió el primer par de pantalones que vio y una camisa blanca. Se vistió con ello, terminando el conjunto con un chaleco de cuero que se cerraba por delante con cintas negras. Se sentó en la silla para calzarse unas botas de tallo medio donde coló el bajón de los pantalones y se encaminó al exterior de la estancia. Habitaba en una pequeña casa cercana al río y al muro de Akershus, obviamente en el interior de la ciudadela pues Höor decía que era demasiado valiosa como para arriesgar su vida pasando las noches fuera y sola. Resopló al pensar en ello y, tras agarrar una manzana de una cesta que tenía sobre la mesa del salón, salió al exterior de la cabaña. Allí comenzó el ritual de saludos y sonrisas. Todo el mundo se conocía en aquella ciudad y más cuando, como ella, tenía la misma cara desde su llegada hacía ya casi veinticinco años.
Le dio un mordisco a la fruta, su favorita, tal vez por la parte animal que le tocaba, y siguió caminando hacia casa de los Cannif. Sin embargo, antes de alcanzar siquiera el patio exterior, se topó con un muchacho al que tenía calado desde pequeño. Aún recordaba haberlo visto la primera noche que pasó en Akershus cuando haciendo trastadas con a penas unos meses se tragó algo que no debía y puso todo en la fiesta patas arriba por unos minutos. Sonrió al pensar en ello, pasándose la lengua por la hilera de dientes superior y se acercó a él. Iba a saludarlo, pero alguien se le adelantó, asegurando tener noticias que contarle al joven Niord. El interés de la chica creció cuando se lo llevó del brazo a un lugar más apartado. Arqueó una ceja y, tras mirar a ambos lados, decidió seguir a los dos hombres con sigilo y cuidado. Se tuvo que mantener a una distancia prudencial, pero sus sentidos ultra-desarrollados le permitieron escuchar parte de la conversación en la que hablaban de sucesos extraños ocurridos en un poblado cercano. Habían desaparecido un par de niños y una anciana, no se habían encontrado cadáveres, pero jamás regresaron. Aguardó un poco cuando el que había portado la información se retiró, pasando junto a ella, que disimulaba mirando al lado de un monto de paja como si buscara algo que se le había caído, y fue a reunirse con el joven cazador que estaba de espaldas a ella. -Buenos días.- Sonrió con toda la inocencia de la que era capaz y, desde luego, era mucha para alguien de su edad.
Kasia- Cambiante Clase Baja
- Mensajes : 20
Fecha de inscripción : 14/07/2018
Re: El misterio de Kerelak // Privado - Niord
Apenas hacía un par de noches que había llegado del reino de las amazonas, ellas eran férreas guerreras, sus temores no estaba infundados, por contra el mal atenazaba sus tierras, Randulf buscaba a la Valquiria y en su ceguera pensaba que se encontraba entre ellas mandaba bestias nocturnas.
La batalla fue encarnizada, aun sentía las mordeduras de aquellos bichos no demasiado grandes en tamaño, bípedos y con afilados colmillos, corrían en manada, como la carcoma todo lo devoraban.
Höor había enviado a parte de sus hombres a ayudar a las amazonas, con eso bastaría para hacerlos recular y regresar a las fronteras de Randulf de donde jamas debieron haber salido.
Los gestos de dolor a mi paso eran evidentes, las heridas de guerra para mi, un humano no cicatrizaban tan rápido como lo hacían la de los cambiantes o licanos, ademas no me gustaba la magia, no confiaba en ella, así que pedí se me tratara con los métodos tradicionales, nada tenía en contra de Giuliana, de Öda, pero debía ser consecuente con aquello en lo que creía, la magia debía estar solo en manso de los dioses, la magia creaba abominaciones como aquello que casi me cuesta la vida al nacer y también la de madre.
Khayla había sufrido mucho para lograr volver a ponerse en pie, así que, enfrentaría a las aberraciones de Randulf, por ambos.
Uno de los hombres de una aldea colindante conocedor de mi trabajo se acercó para hablarme de unos casos extraños, me necesitaban, pero no estaba recuperado, lo mas sensato es que fuera mi hermano pero él estaba al parecer dando caza fuera de Akershus a lago con Öda, la hija del general Randulf.
No había podido hablar con él, apenas nos cruzamos peor me interesaba saber como de en serio iba eso, ninguno debía atarse a nada, nuestro trabajo no era precisamente algo que nso garantizara una vida plena si no mas bien el Valhalla.
Di un respingo cuando escuché la voz de la unicornio y mi sonrisa se ladeo de in mediato al verla disimular con esa inocencia que la caracterizaba no haber oído nada.
-No disimulemos, no es necesario, al parecer hay algún tipo de problema en una de las ladeas, voy a hablar con Höor he de averiguar que pasa.
La conocía desde siempre, no había recuerdos en los que no estuviese, así que para mi era como de la familia.
Tiré mi brazo por encima de sus hombros con diversión.
-Algún día te emborrachare y pervertiré -bromeé guiñándole el ojo.
Su poder de sanación como el de las oráculos se podía corromper, así que debía seguir siendo pura, de ahí que ningún hombre se le acercara nunca.
-Pero no será hoy, el deber me llama -apunté con una divertida sonrisa que de seguro no le gusto por la cara que puso.
Ella odiaba me tomara las cosas a risa cuando me jugaba la vida ¿pero como tomármelas si no?
La batalla fue encarnizada, aun sentía las mordeduras de aquellos bichos no demasiado grandes en tamaño, bípedos y con afilados colmillos, corrían en manada, como la carcoma todo lo devoraban.
Höor había enviado a parte de sus hombres a ayudar a las amazonas, con eso bastaría para hacerlos recular y regresar a las fronteras de Randulf de donde jamas debieron haber salido.
Los gestos de dolor a mi paso eran evidentes, las heridas de guerra para mi, un humano no cicatrizaban tan rápido como lo hacían la de los cambiantes o licanos, ademas no me gustaba la magia, no confiaba en ella, así que pedí se me tratara con los métodos tradicionales, nada tenía en contra de Giuliana, de Öda, pero debía ser consecuente con aquello en lo que creía, la magia debía estar solo en manso de los dioses, la magia creaba abominaciones como aquello que casi me cuesta la vida al nacer y también la de madre.
Khayla había sufrido mucho para lograr volver a ponerse en pie, así que, enfrentaría a las aberraciones de Randulf, por ambos.
Uno de los hombres de una aldea colindante conocedor de mi trabajo se acercó para hablarme de unos casos extraños, me necesitaban, pero no estaba recuperado, lo mas sensato es que fuera mi hermano pero él estaba al parecer dando caza fuera de Akershus a lago con Öda, la hija del general Randulf.
No había podido hablar con él, apenas nos cruzamos peor me interesaba saber como de en serio iba eso, ninguno debía atarse a nada, nuestro trabajo no era precisamente algo que nso garantizara una vida plena si no mas bien el Valhalla.
Di un respingo cuando escuché la voz de la unicornio y mi sonrisa se ladeo de in mediato al verla disimular con esa inocencia que la caracterizaba no haber oído nada.
-No disimulemos, no es necesario, al parecer hay algún tipo de problema en una de las ladeas, voy a hablar con Höor he de averiguar que pasa.
La conocía desde siempre, no había recuerdos en los que no estuviese, así que para mi era como de la familia.
Tiré mi brazo por encima de sus hombros con diversión.
-Algún día te emborrachare y pervertiré -bromeé guiñándole el ojo.
Su poder de sanación como el de las oráculos se podía corromper, así que debía seguir siendo pura, de ahí que ningún hombre se le acercara nunca.
-Pero no será hoy, el deber me llama -apunté con una divertida sonrisa que de seguro no le gusto por la cara que puso.
Ella odiaba me tomara las cosas a risa cuando me jugaba la vida ¿pero como tomármelas si no?
Niord- Cazador Clase Alta
- Mensajes : 33
Fecha de inscripción : 04/01/2018
Re: El misterio de Kerelak // Privado - Niord
El joven siempre la había tratado con cercanía, no en vano se conocían de toda la vida, la ajena al menos, porque la suya era difícil de conocer a no ser que fuera por un vampiro u otro ser mágico de características similares a las que poseía ella. Giró con él cuando le pasó el brazo por encima de los hombros y empezaron a caminar en dirección, de nuevo, a casa de los Cannif. Niord necesitaba hablar con el conde para avisarle de las noticias y comentarle que quería ir a investigar. Kasia arrugó la frente, porque no podía evitar preocuparse. -¿Por qué te empeñas en trabajar solo? Sería más prudente tener algún compañero, a poder ser un hechicero que te pudiera sanar...- Sabía que el moreno no gustaba de usar aquel tipo de prácticas, pero en mitad de una pelea con un ser sobrenatural, no se podía uno andar con tonterías.
Como era de esperarse, el cazador negó ante la petición de la equina y esta rebufó como los de su raza, porque le salía de dentro. Hasta que llegara a Akershus se había pasado muchísimo más tiempo en su forma animal que no en la humana, de hecho, ésta última a penas la había adquirido un par de años en los cientos que llevaba encima. Alcanzaron el gran portón del hogar de Höor y el unicornio se dirigió a ver a una de las doncellas porque era con quien había quedado, mientras el hijo de Khayla y Lund iba a encontrarse con el dueño de la casa.
Cuando Kasia terminó lo que tenía que hacer, que no fue algo excesivamente largo, pues sólo iba a buscar unas hierbas y algo de comida para llevarse a su choza, decidió aguardar fuera a la espera de Niord. Le había estado dando vueltas al tema y lo de las desapariciones, además de llamar su atención, le sonaba a peligroso. Claro que a un alma pura como la suya casi todo le sonaba así desde que llegara al norte. Vivir bajo el yugo de un tirano era lo que tenía, las guerras nunca cesaban y las muertes se sucedía.
En cuanto le vio aparecer, despegó la espalda de la pared en la que había estado apoyada y, cargando una bolsa de arpillera en la mano con los obsequios dentro, se acercó al joven con una propuesta que consideraba bastante razonable. -¿Y si voy yo contigo?- Soltó, sin saludarle ni avisarle de que estaba allí, como si las palabras le quemasen en el pecho y tuviera que soltarlas corriendo.
Como era de esperarse, el cazador negó ante la petición de la equina y esta rebufó como los de su raza, porque le salía de dentro. Hasta que llegara a Akershus se había pasado muchísimo más tiempo en su forma animal que no en la humana, de hecho, ésta última a penas la había adquirido un par de años en los cientos que llevaba encima. Alcanzaron el gran portón del hogar de Höor y el unicornio se dirigió a ver a una de las doncellas porque era con quien había quedado, mientras el hijo de Khayla y Lund iba a encontrarse con el dueño de la casa.
Cuando Kasia terminó lo que tenía que hacer, que no fue algo excesivamente largo, pues sólo iba a buscar unas hierbas y algo de comida para llevarse a su choza, decidió aguardar fuera a la espera de Niord. Le había estado dando vueltas al tema y lo de las desapariciones, además de llamar su atención, le sonaba a peligroso. Claro que a un alma pura como la suya casi todo le sonaba así desde que llegara al norte. Vivir bajo el yugo de un tirano era lo que tenía, las guerras nunca cesaban y las muertes se sucedía.
En cuanto le vio aparecer, despegó la espalda de la pared en la que había estado apoyada y, cargando una bolsa de arpillera en la mano con los obsequios dentro, se acercó al joven con una propuesta que consideraba bastante razonable. -¿Y si voy yo contigo?- Soltó, sin saludarle ni avisarle de que estaba allí, como si las palabras le quemasen en el pecho y tuviera que soltarlas corriendo.
Kasia- Cambiante Clase Baja
- Mensajes : 20
Fecha de inscripción : 14/07/2018
Re: El misterio de Kerelak // Privado - Niord
Salí de casa del anciano dándome de frente con Kasia que estaba apoyada en la pared de fuera de la estancia. Enarqué una ceja sabiendo que me esperaba y mi sonrisa se ladeo al escuchar su propuesta descabellada.
-¿y eso se te a ocurrido ahora? -negué con la cabeza mirándola, sabía que esa mujer siempre quería ayudar a unos y a otros, era pura, demasiado para los tiempos que corrían.
-Lo siento Kasia, es peligroso, cuando vuelva podemos ir a la taberna, incluso a cenar, pero no puedo llevarte a una misión como esta, en Akershus estarás mas segura -aseveré depositando un beso en su frente -voy hacia la casa del conde ¿vienes? -pregunté olvidando su propuesta.
Kasia asintió, pero parecía no dejar de dar vueltas a las cosas, eché mi brazo por encima de sus hombros riéndome.
-Yo tengo asumido mi trabajo, como tu el tuyo...soy uno de los cazadores de Akershus y si hay un suceso extraño en alguna aldea he de investigarlo para poder decirle a Höor si es necesario o no enviar tropas o yo solo puedo solucionarlo ¿lo entiendes?
Mi trabajo era peligroso, pero también el del resto que enfrentaban la muerte en el campo de batalla, todos luchábamos contra bestias, solo que las mias eran mas grandes y mordían.
-Podríamos cabalgar a mi vuelta -dije tratando de animarla -Sabía que disfrutaba de ello, peor pocas eras las veces que salía sin escolta, Höor decía era peligroso pues si Randulf le daba caza se aprovecharía de ella usándola en nuestra contra.
Kasie seguía dándole vueltas a mis palabras cuando llegamos frente al palacete, Höor no estaba en el patio de armas asi que de seguro podría dar con él en el despacho sumido entre el papeleo.
Danielle tenía cosas que hacer en el puerto, así que deduje a Höor le estaría saliendo humo de la cabeza en esos momentos.
-Voy arriba a comentarle a Höor que abandonaré hoy mismo Akershus, hablamos a mi regreso
Iba a marcharme cuando sus dedos abarcaron mi muñeca deteniéndome, elevé la mirada encontrándome con sus pardos.
-¿que pasa?
-¿y eso se te a ocurrido ahora? -negué con la cabeza mirándola, sabía que esa mujer siempre quería ayudar a unos y a otros, era pura, demasiado para los tiempos que corrían.
-Lo siento Kasia, es peligroso, cuando vuelva podemos ir a la taberna, incluso a cenar, pero no puedo llevarte a una misión como esta, en Akershus estarás mas segura -aseveré depositando un beso en su frente -voy hacia la casa del conde ¿vienes? -pregunté olvidando su propuesta.
Kasia asintió, pero parecía no dejar de dar vueltas a las cosas, eché mi brazo por encima de sus hombros riéndome.
-Yo tengo asumido mi trabajo, como tu el tuyo...soy uno de los cazadores de Akershus y si hay un suceso extraño en alguna aldea he de investigarlo para poder decirle a Höor si es necesario o no enviar tropas o yo solo puedo solucionarlo ¿lo entiendes?
Mi trabajo era peligroso, pero también el del resto que enfrentaban la muerte en el campo de batalla, todos luchábamos contra bestias, solo que las mias eran mas grandes y mordían.
-Podríamos cabalgar a mi vuelta -dije tratando de animarla -Sabía que disfrutaba de ello, peor pocas eras las veces que salía sin escolta, Höor decía era peligroso pues si Randulf le daba caza se aprovecharía de ella usándola en nuestra contra.
Kasie seguía dándole vueltas a mis palabras cuando llegamos frente al palacete, Höor no estaba en el patio de armas asi que de seguro podría dar con él en el despacho sumido entre el papeleo.
Danielle tenía cosas que hacer en el puerto, así que deduje a Höor le estaría saliendo humo de la cabeza en esos momentos.
-Voy arriba a comentarle a Höor que abandonaré hoy mismo Akershus, hablamos a mi regreso
Iba a marcharme cuando sus dedos abarcaron mi muñeca deteniéndome, elevé la mirada encontrándome con sus pardos.
-¿que pasa?
Niord- Cazador Clase Alta
- Mensajes : 33
Fecha de inscripción : 04/01/2018
Re: El misterio de Kerelak // Privado - Niord
Aunque Niord hubiese rechazado su ofrecimiento, ella seguía teniendo un extraño peso sobre el pecho. Algo le decía que el cazador iba a necesitarla, algo como un presentimiento. No, ella no era capaz de ver el futuro como la norma o la völva, sin embargo, estaba convencida de que aquel sentimiento era cierto y que no debía ignorarlo. Fingir que no estaba allí sería nefasto, estaba segura de ello como de que necesitaba el aire para respirar o beber para hidratarse. A pesar de ello, sus intentos por convencer al joven no llegaban a ninguna parte, pues él seguía negándose, alegando que ella era importante y debía mantenerse a salvo, lejos de las garras del rey tirano. Kasia conocía al joven desde que era un bebé y sabía que era muy testarudo, como la mayoría de los norteños. No le convencería por mucho que insistiera. Suspiró, alargando el brazo y agarró la muñeca ajena. En cuanto el muchacho se dio la vuelta y enfrentó sus orbes, ella alegó: -Los vikingos sois insoportables.- Seguidamente aflojó la sujeción, liberándolo. -Mejor te dejo a solas con Höor, yo iré a ver Saga a la herrería, necesito que me arregle algo...-
Le dejó marchar para reunirse con el conde. Le dejaría creer que había aceptado su derrota, que desistía en sus intentos por hacerle entrar en razón. Pero nada más lejos de la verdad, pues el unicornio había encontrado el modo de salirse con la suya, de asegurarse que nada le ocurría a aquel joven al que tanto quería. Si él no la dejaba partir a su lado, le seguiría.
Corrió a buscar algunas provisiones porque no sabía el tiempo que tardarían en llegar al pueblo al que Niord había sido destinado. También cogió un vestido de recambio y otras botas, por si acaso. Se colgó la bolsa al hombro, cruzándose con ella el torso y se cubrió los hombros con unas pieles que llevaban capucha para taparse la cabeza si fuera necesario. Eran oscuras, pero no negras, más bien pardas con algunos cabellos grises. Servirían bien como camuflaje, ocultando su rojiza y llamativa melena.
Una vez estuvo lista, se dedicó a buscar el rastro del cazador, porque allí en Akershus él no necesitaba esconderse de nadie, así que no se preocupaba por dejar huellas u olores. Algo que Kasia aprovechó para llegar a dar con él nuevamente y así, con prudencia y a distancia, poder ir tras sus pasos.
Le dejó marchar para reunirse con el conde. Le dejaría creer que había aceptado su derrota, que desistía en sus intentos por hacerle entrar en razón. Pero nada más lejos de la verdad, pues el unicornio había encontrado el modo de salirse con la suya, de asegurarse que nada le ocurría a aquel joven al que tanto quería. Si él no la dejaba partir a su lado, le seguiría.
Corrió a buscar algunas provisiones porque no sabía el tiempo que tardarían en llegar al pueblo al que Niord había sido destinado. También cogió un vestido de recambio y otras botas, por si acaso. Se colgó la bolsa al hombro, cruzándose con ella el torso y se cubrió los hombros con unas pieles que llevaban capucha para taparse la cabeza si fuera necesario. Eran oscuras, pero no negras, más bien pardas con algunos cabellos grises. Servirían bien como camuflaje, ocultando su rojiza y llamativa melena.
Una vez estuvo lista, se dedicó a buscar el rastro del cazador, porque allí en Akershus él no necesitaba esconderse de nadie, así que no se preocupaba por dejar huellas u olores. Algo que Kasia aprovechó para llegar a dar con él nuevamente y así, con prudencia y a distancia, poder ir tras sus pasos.
Kasia- Cambiante Clase Baja
- Mensajes : 20
Fecha de inscripción : 14/07/2018
Re: El misterio de Kerelak // Privado - Niord
Por suerte Kasia acabó entrando en razón, la conocía desde niño, era amiga de la familia y ayudaba en ocasiones a madre con su enfermedad como lo hacía Giuliana.
Yo estaba muy agradecido a la chica unicornio, no solo porque salvo mi vida cuando era un mocoso si no porque siempre estaba dispuesta a echar una mano en Akershus, tenía una gran relación con el conde y con sus generales y sabía del sacrificio que hacía no saliendo de Akershus en demasía para evitar que el tirano le diera caza y la usara contra nosotros como arma.
Equipado esa misma mañana abandoné la fortaleza sobre mi caballo pinto rumbo a la ladea, por l oque sabía la situación que acontecía era peligrosa, trataría de darle yo solo solución y de ser demasiado para un solo hombre pediría refuerzos a Höor. La maldad de las aberraciones que Randulf creaba no conocían parangón y si bien era cierto que no siempre los problemas eran ocasionados por el villano, la mayoría de las veces, así era.
Con el ocaso busqué un refugio, había cabalgado sin descanso durante todo el día apenas parando para llenar el buche y ahora agotado busqué algo de leña para prender la lumbre. No me costó en demasía buscar una gruta, no era demasiado grande, lo que de algún modo evito ser refugio de grandes depredadores, así que apilé en su interior el ramaje y antes de que el sol cayera lo prendí para cocinar el conejo y calentarme.
Di un trago de la bota de hidromiel cuando escuché un ruido, enarqué una ceja limpiándome con la manga los labios mientras me alzaba llevando mi diestra al arma preparado para desenvainarla.
Algo se acercaba y teniendo en cuenta las frías temperaturas del exterior bien podía ser una alimaña, pocos se atrevían a acercarse al fuego, al menos lo que eran animales no lo hacían, lo temían.
Dejé caer la funda alzándome para enfrentar a la aberración cuando apareció Kasia con sendas manos en alto pidiendo que me clamara.
-¿Pero...? ¿pero que cojones haces aquí -rugí furioso -esto no es un juego, es peligroso y ademas...sabes que Höor no quiere salgas de Akershus, es muy peligroso -chasqueé la lengua dando una patada a una de las piedras -¡Mierda!
Yo estaba muy agradecido a la chica unicornio, no solo porque salvo mi vida cuando era un mocoso si no porque siempre estaba dispuesta a echar una mano en Akershus, tenía una gran relación con el conde y con sus generales y sabía del sacrificio que hacía no saliendo de Akershus en demasía para evitar que el tirano le diera caza y la usara contra nosotros como arma.
Equipado esa misma mañana abandoné la fortaleza sobre mi caballo pinto rumbo a la ladea, por l oque sabía la situación que acontecía era peligrosa, trataría de darle yo solo solución y de ser demasiado para un solo hombre pediría refuerzos a Höor. La maldad de las aberraciones que Randulf creaba no conocían parangón y si bien era cierto que no siempre los problemas eran ocasionados por el villano, la mayoría de las veces, así era.
Con el ocaso busqué un refugio, había cabalgado sin descanso durante todo el día apenas parando para llenar el buche y ahora agotado busqué algo de leña para prender la lumbre. No me costó en demasía buscar una gruta, no era demasiado grande, lo que de algún modo evito ser refugio de grandes depredadores, así que apilé en su interior el ramaje y antes de que el sol cayera lo prendí para cocinar el conejo y calentarme.
Di un trago de la bota de hidromiel cuando escuché un ruido, enarqué una ceja limpiándome con la manga los labios mientras me alzaba llevando mi diestra al arma preparado para desenvainarla.
Algo se acercaba y teniendo en cuenta las frías temperaturas del exterior bien podía ser una alimaña, pocos se atrevían a acercarse al fuego, al menos lo que eran animales no lo hacían, lo temían.
Dejé caer la funda alzándome para enfrentar a la aberración cuando apareció Kasia con sendas manos en alto pidiendo que me clamara.
-¿Pero...? ¿pero que cojones haces aquí -rugí furioso -esto no es un juego, es peligroso y ademas...sabes que Höor no quiere salgas de Akershus, es muy peligroso -chasqueé la lengua dando una patada a una de las piedras -¡Mierda!
Niord- Cazador Clase Alta
- Mensajes : 33
Fecha de inscripción : 04/01/2018
Re: El misterio de Kerelak // Privado - Niord
Aunque en su forma animal hubiese sido más fácil moverse por el terreno y le hubiese otorgado mayor rapidez y agudeza de sentidos, era muy difícil de ocultar un caballo de semejante tamaño y más aún evitar que sus pesados pasos hicieran ruido. Por suerte, ser un equino por dentro le otorgaba una resistencia mucho mayor que la de cualquier humano y pudo mantener el ritmo sin demasiado problema.
En cuanto el cazador desmontó y empezó a preparar el refugio, Kasia se mantuvo apartada, a un par de decenas de metros, oculta entre unos arbustos de bayas silvestres. El semental que ejercía de transporte para Niord conocía el olor de la cambiante, por eso no se puso nervioso aún y cuando detectó su presencia mucho antes de que ella deseara mostrarse. Eran amigos, así que no la delató en ningún momento.
Cuando ya había preparado una hoguera dentro de la cueva y empezó a arreciar el frío, el unicornio se frotó las manos y después los brazos. Era hora de salir a la luz y mostrar sus cartas. Porque aún y con su elevada temperatura corporal, las noches al raso en el norte eran muy duras. No tenía sentido seguirse escondiendo, la descubriría tarde o temprano y pensó que mejor cuanto antes, para así compartir el fuego y hacerse compañía. Eso ayudaría también a formar guardias por si alguien más intentaba acercarse a ellos, especialmente si era alguna bestia.
Sabía que cuando estuviera suficientemente cerca, por muy sigilosa que avanzara, el muchacho se daría cuenta de que se aproximaba algo o alguien y se pondría a la defensiva. El norteño era un cazador excepcional, aunque demasiado impulsivo. Le oyó moverse en la gruta y, conociéndole, ella alzó las manos en señal de rendición, aunque en cuanto la viera él bajaría el arma sin duda. -Vengo en son de paz.- Comentó con cierto tono bromista, intentando calmar el mal humor que se reflejaba en el rostro ajeno.
Se encogió en cuanto el muchacho empezó a maldecir y echarle la bronca, no le gustaba que le alzaran la voz, se sentía compungida. Llevó las dos manos a cubrirse las orejas, no para silenciar las palabras foráneas, sino para amortiguar el sonido. -Tenía que venir, Niord. Mi instinto me obligó a seguirte…- Alzó la mirada hasta encontrarse con la del joven. Sus orbes eran sinceros y estaban preocupados, igual que los de él. -Corres peligro y me vas a necesitar.- Aseguró ella, como si hubiese tenido una visión iguales a las de la norma. No era exactamente eso, pero un ser milenario como ella sabía cuándo debía hacer caso de su intuición y era muy a menudo.
En cuanto el cazador desmontó y empezó a preparar el refugio, Kasia se mantuvo apartada, a un par de decenas de metros, oculta entre unos arbustos de bayas silvestres. El semental que ejercía de transporte para Niord conocía el olor de la cambiante, por eso no se puso nervioso aún y cuando detectó su presencia mucho antes de que ella deseara mostrarse. Eran amigos, así que no la delató en ningún momento.
Cuando ya había preparado una hoguera dentro de la cueva y empezó a arreciar el frío, el unicornio se frotó las manos y después los brazos. Era hora de salir a la luz y mostrar sus cartas. Porque aún y con su elevada temperatura corporal, las noches al raso en el norte eran muy duras. No tenía sentido seguirse escondiendo, la descubriría tarde o temprano y pensó que mejor cuanto antes, para así compartir el fuego y hacerse compañía. Eso ayudaría también a formar guardias por si alguien más intentaba acercarse a ellos, especialmente si era alguna bestia.
Sabía que cuando estuviera suficientemente cerca, por muy sigilosa que avanzara, el muchacho se daría cuenta de que se aproximaba algo o alguien y se pondría a la defensiva. El norteño era un cazador excepcional, aunque demasiado impulsivo. Le oyó moverse en la gruta y, conociéndole, ella alzó las manos en señal de rendición, aunque en cuanto la viera él bajaría el arma sin duda. -Vengo en son de paz.- Comentó con cierto tono bromista, intentando calmar el mal humor que se reflejaba en el rostro ajeno.
Se encogió en cuanto el muchacho empezó a maldecir y echarle la bronca, no le gustaba que le alzaran la voz, se sentía compungida. Llevó las dos manos a cubrirse las orejas, no para silenciar las palabras foráneas, sino para amortiguar el sonido. -Tenía que venir, Niord. Mi instinto me obligó a seguirte…- Alzó la mirada hasta encontrarse con la del joven. Sus orbes eran sinceros y estaban preocupados, igual que los de él. -Corres peligro y me vas a necesitar.- Aseguró ella, como si hubiese tenido una visión iguales a las de la norma. No era exactamente eso, pero un ser milenario como ella sabía cuándo debía hacer caso de su intuición y era muy a menudo.
Kasia- Cambiante Clase Baja
- Mensajes : 20
Fecha de inscripción : 14/07/2018
Re: El misterio de Kerelak // Privado - Niord
Bufé maldiciendo a los dioses mientras daba una patada a uno de los pedruscos estampándolo contra la pared del fondo.
La unicornio creía que esas razones que portaba como bandera eran suficientes como para seguirme y arriesgar su vida.
-¿En que maldito mundo vives Kasia? Te he prohibido venir, no puedes arriesgar tu vida así ¿que no entiendes? Eres valiosa para Akershus, yo solo soy un cazador ¿crees que cuando Höor me manda no sabe que mirare de frente a Hel y que puede que mis padres tengan que darme maldita sepultura en una pira ¿Crees no soy consciente del peligro?
Caminé dando vueltas como un loco por aquella maldita gruta, gruñí, murmuré y bufé ella se había quedado quieta, temblaba como una hoja y se tapaba los oídos, seguramente tenía razón, me estaba volviendo loco, demasiado irascible, peor es que no se daba cuenta de lo que había hecho viniendo tras de mi como una colegiala enamorada.
Atajé la distancia tratando de calmarme, llevé mis dedos al tabique nasal tratando de relajarme por unos momentos.
-Vale, ya estas aquí, ahora vamos a calmarnos -susurré apartando las pieles de mis hombros para cubrir a la cambiante – acercate al fuego, estas congelada, anda ven -pedí tirando de ella mientras movía mis manso por sus brazos esperando que entrara en calor -tranquila, siento haberte gritado -dejé escapar el aire despacio mirando a Kasia -has de volver a Akershus -susurré ahora bajito apoyando mi frente en su hombro cerrando los ojos -no me discutas, no voy a arriesgar tu vida, si cayeras en manso de Randulf podría usarte contra Höor, por no contar que estoy dispuesto a perderte.
Elevé mi mirada perdiéndola en sus pardos, su pelo de fuego resplandecía iluminado por las llamas.
-¿Recuerdas cuando llegaste a Akershus? Era un mocoso, me atraganté con una de las monedas que mis padres tenían en la cómoda, ellos estaban en la fiesta y yo quedé con la nana, gateé y conseguí no se bien como cogerlas, de no haber estado tu hoy no estaría aquí, me salvaste una vez, deja que ahora te ayude yo a ti -susurré apartándole los mechones de su pelo para colarlos tras su oreja - ¿de acuerdo?
Iba a perder mucho tiempo en ponerla a salvo y devolverla a la fortificación, tiempo que no tenia.
La unicornio creía que esas razones que portaba como bandera eran suficientes como para seguirme y arriesgar su vida.
-¿En que maldito mundo vives Kasia? Te he prohibido venir, no puedes arriesgar tu vida así ¿que no entiendes? Eres valiosa para Akershus, yo solo soy un cazador ¿crees que cuando Höor me manda no sabe que mirare de frente a Hel y que puede que mis padres tengan que darme maldita sepultura en una pira ¿Crees no soy consciente del peligro?
Caminé dando vueltas como un loco por aquella maldita gruta, gruñí, murmuré y bufé ella se había quedado quieta, temblaba como una hoja y se tapaba los oídos, seguramente tenía razón, me estaba volviendo loco, demasiado irascible, peor es que no se daba cuenta de lo que había hecho viniendo tras de mi como una colegiala enamorada.
Atajé la distancia tratando de calmarme, llevé mis dedos al tabique nasal tratando de relajarme por unos momentos.
-Vale, ya estas aquí, ahora vamos a calmarnos -susurré apartando las pieles de mis hombros para cubrir a la cambiante – acercate al fuego, estas congelada, anda ven -pedí tirando de ella mientras movía mis manso por sus brazos esperando que entrara en calor -tranquila, siento haberte gritado -dejé escapar el aire despacio mirando a Kasia -has de volver a Akershus -susurré ahora bajito apoyando mi frente en su hombro cerrando los ojos -no me discutas, no voy a arriesgar tu vida, si cayeras en manso de Randulf podría usarte contra Höor, por no contar que estoy dispuesto a perderte.
Elevé mi mirada perdiéndola en sus pardos, su pelo de fuego resplandecía iluminado por las llamas.
-¿Recuerdas cuando llegaste a Akershus? Era un mocoso, me atraganté con una de las monedas que mis padres tenían en la cómoda, ellos estaban en la fiesta y yo quedé con la nana, gateé y conseguí no se bien como cogerlas, de no haber estado tu hoy no estaría aquí, me salvaste una vez, deja que ahora te ayude yo a ti -susurré apartándole los mechones de su pelo para colarlos tras su oreja - ¿de acuerdo?
Iba a perder mucho tiempo en ponerla a salvo y devolverla a la fortificación, tiempo que no tenia.
Niord- Cazador Clase Alta
- Mensajes : 33
Fecha de inscripción : 04/01/2018
Re: El misterio de Kerelak // Privado - Niord
El cazador se puso irascible de inmediato y empezó a pasearse pateando piedras, palos y cualquier cosa que encontrara a su paso. Podía escucharle gruñir y blasfemar por lo bajo, pero enseguida comenzó a alzar la voz hasta terminar gritando. La muchacha se llevó ambas manos a las orejas para cubrir éstas e intentar aplacar la voz de Niord que parecía penetrarle hasta en el alma, haciéndose eco como una tormenta. Jamás le habían gustado las discusiones y menos aún que la envolvieran a ella. El chico estaba muy enfadado, mas ella no entendía que lo estuviera cuando sólo le había seguido porque sabía que iba a necesitarla.
Tras un par de minutos de improperios y maldiciones varias, el joven se acercó hacia Kasia y la cubrió con sus pieles. Los orbes claros del unicornio se elevaron hasta encontrarse con los ajenos. Se le veía más calmado, un poco al menos, e intentaba que ella entrara en calor porque no dejaba de frotarle los brazos desde los hombros hasta los codos y viceversa. -Claro que lo recuerdo… fue mi primera noche en Akershus después de que Höor y Heith me echaran el lazo y yo me dejara cazar para salvar a dos de mi manada.- Aseguró. En aquel instante sonreía al pensar en ello, aunque en su día no hubiese sido un bonito memento, ahora lo era. Su vida había cambiado en un instante y aunque no le gustaba sentirse recluida en la fortaleza, sí lo hacía el sentirse parte de algo, de una familia como lo era la gente de aquella ciudad, quienes la acogieron con los brazos abiertos.
Alzó ambas manos, sacándolas por entre las pieles y ahuecó el rostro del cazador con las palmas, haciéndole alzar el rostro para que quedaran cara a cara. -Si quieres ayudarme, no me devuelvas a Akershus. Te lo pido por favor… te lo suplico incluso.- La mirada de Kasia se veía llena de tristeza y miedo, porque su instinto le decía que si se alejaba de Niord, no volvería a verlo. -Te salvé de niño y tu vida me pertenece ahora.- Sonó, tal vez, más exigente de lo que pretendía, casi como una condena, mas no era a eso a lo que se refería. Se percató y de inmediato intentó enmendarlo. -Quiero decir que eres mi responsabilidad… Yo te mantuve en Midgard y debo asegurarme de que aquí sigas hasta que el Valhalla te reclame y ni un minuto antes.- Usó los pulgares para acariciar los pómulos foráneos, justo por encima de aquella barba que espesaba ahora que el que no hacía tanto era niño y ahora era ya un hombre hecho y derecho. Se inclinó ligeramente hacia delante y apenas rozó los labios del contrario, algo que ningún vikingo osaría llamar beso. -Mi destino está sellado al tuyo ahora.-
Tras un par de minutos de improperios y maldiciones varias, el joven se acercó hacia Kasia y la cubrió con sus pieles. Los orbes claros del unicornio se elevaron hasta encontrarse con los ajenos. Se le veía más calmado, un poco al menos, e intentaba que ella entrara en calor porque no dejaba de frotarle los brazos desde los hombros hasta los codos y viceversa. -Claro que lo recuerdo… fue mi primera noche en Akershus después de que Höor y Heith me echaran el lazo y yo me dejara cazar para salvar a dos de mi manada.- Aseguró. En aquel instante sonreía al pensar en ello, aunque en su día no hubiese sido un bonito memento, ahora lo era. Su vida había cambiado en un instante y aunque no le gustaba sentirse recluida en la fortaleza, sí lo hacía el sentirse parte de algo, de una familia como lo era la gente de aquella ciudad, quienes la acogieron con los brazos abiertos.
Alzó ambas manos, sacándolas por entre las pieles y ahuecó el rostro del cazador con las palmas, haciéndole alzar el rostro para que quedaran cara a cara. -Si quieres ayudarme, no me devuelvas a Akershus. Te lo pido por favor… te lo suplico incluso.- La mirada de Kasia se veía llena de tristeza y miedo, porque su instinto le decía que si se alejaba de Niord, no volvería a verlo. -Te salvé de niño y tu vida me pertenece ahora.- Sonó, tal vez, más exigente de lo que pretendía, casi como una condena, mas no era a eso a lo que se refería. Se percató y de inmediato intentó enmendarlo. -Quiero decir que eres mi responsabilidad… Yo te mantuve en Midgard y debo asegurarme de que aquí sigas hasta que el Valhalla te reclame y ni un minuto antes.- Usó los pulgares para acariciar los pómulos foráneos, justo por encima de aquella barba que espesaba ahora que el que no hacía tanto era niño y ahora era ya un hombre hecho y derecho. Se inclinó ligeramente hacia delante y apenas rozó los labios del contrario, algo que ningún vikingo osaría llamar beso. -Mi destino está sellado al tuyo ahora.-
Kasia- Cambiante Clase Baja
- Mensajes : 20
Fecha de inscripción : 14/07/2018
Re: El misterio de Kerelak // Privado - Niord
Sus palabras me sorprendieron, me llevaron a enarcar ligeramente una ceja fijando en sus pardos mis ojos claros.
-¿te pertenezco? -ensanché la sonrisa suponiendo que sería algún tipo de ley nunca escrita de los unicornios – te pertenezco..¿mi alma? ¿como funciona esto? -pregunté ladeando la sonrisa con cierta diversión -¿ahora soy tuyo?
Negué cuando suplicó que la dejara acompañarme, no podía correr el riesgo, solo que en mi cara seguía pintada esa ladeada sonrisa que no podía borrar y fue cuando su rostro se orilló contra el mio y sus labios en apenas un roce sellaron no se bien que compromiso con un suave y ligero roce.
Gruñí contra su boca , mi manos atraparon sus mejillas para tirar de ella hacia mi, mi lengua emergió colándose húmeda entre sus belfos entre abiertos, pude notar como en inicio se tensaba, fue efímero porque pronto sintió la calidez de mis jadeos y como nuestras bocas se buscaron en un sonoro intercambio de fluidos.
Tiré de su cintura mientras las pieles caían de sus hombros, no pensaba, solo actuaba, ella me excitaba, me ponía mucho y ni siquiera se como pero mordí su mandíbula dejando un reguero de saliva por todo su cuello mientras gemía contra el mismo erizando su piel.
-Niord -suplicó con la voz ronca.
-Shhhhh -la silencié colando mi lengua de nuevo en su boca arrasando con la cordura que la unicornio quería en mi impartir -te pertenezco no, pues...-jadeé mordiendo su inferior, arrastrándolo conmigo subiéndola a horcajadas, pero en ese momento cuando sintió mi verga completamente dura contra su centro interpuso los brazos para bajarse de inmediato dejándome frio.
Gruñí molesto en inicio, a ningún hombre nos gustaba nos dejaran a medias, me había besado y ahora me paraba ¿a que cojones jugaba?
Resoplé llevando la mano a mi cara y restregándola por ella entre gruñidos.
-Lo siento -dije finalmente al recobrar el juicio.
Sabia que todo dependía de su virginidad, como para las oráculos, y yo había estado a punto de tirarlo todo al traste -no se en que demonios estaba pensando.
-¿te pertenezco? -ensanché la sonrisa suponiendo que sería algún tipo de ley nunca escrita de los unicornios – te pertenezco..¿mi alma? ¿como funciona esto? -pregunté ladeando la sonrisa con cierta diversión -¿ahora soy tuyo?
Negué cuando suplicó que la dejara acompañarme, no podía correr el riesgo, solo que en mi cara seguía pintada esa ladeada sonrisa que no podía borrar y fue cuando su rostro se orilló contra el mio y sus labios en apenas un roce sellaron no se bien que compromiso con un suave y ligero roce.
Gruñí contra su boca , mi manos atraparon sus mejillas para tirar de ella hacia mi, mi lengua emergió colándose húmeda entre sus belfos entre abiertos, pude notar como en inicio se tensaba, fue efímero porque pronto sintió la calidez de mis jadeos y como nuestras bocas se buscaron en un sonoro intercambio de fluidos.
Tiré de su cintura mientras las pieles caían de sus hombros, no pensaba, solo actuaba, ella me excitaba, me ponía mucho y ni siquiera se como pero mordí su mandíbula dejando un reguero de saliva por todo su cuello mientras gemía contra el mismo erizando su piel.
-Niord -suplicó con la voz ronca.
-Shhhhh -la silencié colando mi lengua de nuevo en su boca arrasando con la cordura que la unicornio quería en mi impartir -te pertenezco no, pues...-jadeé mordiendo su inferior, arrastrándolo conmigo subiéndola a horcajadas, pero en ese momento cuando sintió mi verga completamente dura contra su centro interpuso los brazos para bajarse de inmediato dejándome frio.
Gruñí molesto en inicio, a ningún hombre nos gustaba nos dejaran a medias, me había besado y ahora me paraba ¿a que cojones jugaba?
Resoplé llevando la mano a mi cara y restregándola por ella entre gruñidos.
-Lo siento -dije finalmente al recobrar el juicio.
Sabia que todo dependía de su virginidad, como para las oráculos, y yo había estado a punto de tirarlo todo al traste -no se en que demonios estaba pensando.
Niord- Cazador Clase Alta
- Mensajes : 33
Fecha de inscripción : 04/01/2018
Re: El misterio de Kerelak // Privado - Niord
Resoplé mirando el fuego, caliente como las mismas forjas del norte, encendido como las atalayas al anunciar un peligro, el deseo quedaba reflejado en mis ojos oscurecidos y aun consciente de que esa mujer estaba prohibida de algún modo porque al igual que las oráculos su poder se basaba en su pureza.
-No, no ha sido culpa tuya.
La pelirroja daba por hecho que iba a venir conmigo, según ella porque el peligro me acechaba, como si Hela hubiera fijado en mi su mira y la única capaz de impedirlo fuera la unicornio.
-Lucho a menudo, soy un cazador de Akershus, enfrentar bestias no deja de ser mi maldito sino ¿vas a venir tras de mi como si fueras mi tata cada vez que abandone los muros? -pregunté ladeando la sonrisa con picardía.
Negué con la cabeza recolocando las pieles que escurrían por su hombro devolviendo mi mirada al fuego.
-Garm, según la profecía de Öda, él y no otro será el encargado de darme muerte si no se la doy yo primero, así que..puedes respirar tranquila, las visiones de las “oráculos” se cumplen y Öda tiene el don de la predicción.
Puede que aquello no fuera muy halagüeño, pero era el modo de tranquilizarla y que entendiera que ese sentimiento que la nublaba el juicio nada tenía que ver con la predicción de mi muerte y que lo mas sensato lejos de ser acompañarme debía ser regresar a Akershus cuanto antes.
-Anda ven, prometo portarme como un caballero -bromeé con picardia haciéndole hueco entre mis brazos, la noche era fría, demasiado incluso para ella.
Nos conocíamos de siempre, había jugado miles de veces en sus brazos, enredando mis dedos en su pelo, ahora era ella la que encajaba su menudo cuerpo entre los míos.
-Entraras pronto en calor -aseguré frotando sus brazos con mis manos mientras ella se acomodaba contra mi pecho -buenas noches, descansa.
-No, no ha sido culpa tuya.
La pelirroja daba por hecho que iba a venir conmigo, según ella porque el peligro me acechaba, como si Hela hubiera fijado en mi su mira y la única capaz de impedirlo fuera la unicornio.
-Lucho a menudo, soy un cazador de Akershus, enfrentar bestias no deja de ser mi maldito sino ¿vas a venir tras de mi como si fueras mi tata cada vez que abandone los muros? -pregunté ladeando la sonrisa con picardía.
Negué con la cabeza recolocando las pieles que escurrían por su hombro devolviendo mi mirada al fuego.
-Garm, según la profecía de Öda, él y no otro será el encargado de darme muerte si no se la doy yo primero, así que..puedes respirar tranquila, las visiones de las “oráculos” se cumplen y Öda tiene el don de la predicción.
Puede que aquello no fuera muy halagüeño, pero era el modo de tranquilizarla y que entendiera que ese sentimiento que la nublaba el juicio nada tenía que ver con la predicción de mi muerte y que lo mas sensato lejos de ser acompañarme debía ser regresar a Akershus cuanto antes.
-Anda ven, prometo portarme como un caballero -bromeé con picardia haciéndole hueco entre mis brazos, la noche era fría, demasiado incluso para ella.
Nos conocíamos de siempre, había jugado miles de veces en sus brazos, enredando mis dedos en su pelo, ahora era ella la que encajaba su menudo cuerpo entre los míos.
-Entraras pronto en calor -aseguré frotando sus brazos con mis manos mientras ella se acomodaba contra mi pecho -buenas noches, descansa.
Niord- Cazador Clase Alta
- Mensajes : 33
Fecha de inscripción : 04/01/2018
Temas similares
» Un misterio {Privado}
» El misterio de los grisaceos [privado]
» Misterio Doloroso [Privado]
» La simbiosis constructivista contra el Tercer Misterio de Lourdes (Privado)
» El misterio de lo desconocido [PRIVADO]
» El misterio de los grisaceos [privado]
» Misterio Doloroso [Privado]
» La simbiosis constructivista contra el Tercer Misterio de Lourdes (Privado)
» El misterio de lo desconocido [PRIVADO]
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér Sep 18, 2024 9:16 am por Afiliaciones
» REACTIVACIÓN DE PERSONAJES
Mar Jul 30, 2024 4:58 am por Frederick Truffaut
» AVISO #49: SITUACIÓN ACTUAL DE VICTORIAN VAMPIRES
Miér Jul 24, 2024 2:54 pm por Nigel Quartermane
» Ah, mi vieja amiga la autodestrucción [Búsqueda activa]
Jue Jul 18, 2024 4:42 am por León Salazar
» Vampirto ¿estás ahí? // Sokolović Rosenthal (priv)
Miér Jul 10, 2024 1:09 pm por Jagger B. De Boer
» l'enlèvement de perséphone ─ n.
Sáb Jul 06, 2024 11:12 pm por Vivianne Delacour
» orphée et eurydice ― j.
Jue Jul 04, 2024 10:55 pm por Vivianne Delacour
» Le Château des Rêves Noirs [Privado]
Jue Jul 04, 2024 10:42 pm por Willem Fokke
» labyrinth ─ chronologies.
Sáb Jun 22, 2024 10:04 pm por Vivianne Delacour