Singing under the rain [Privado]

por **Branco Cafiero** Jue Ago 16, 2018 4:47 pm

Decidí que hacía una tarde perfecta para ir a entrenar al bosque después de largos días en los que la búsqueda de mi alfa por las callejuela de París no había dado el resultado que esperaba. El cielo estaba totalmente encapotado y lo más probable era que terminase lloviendo en cuestión de horas, lo que me otorgaría de la intimidad que necesitaba para llevar a cabo mi entrenamiento.

Abandoné la habitación del hotel donde me alojaba por el momento, hasta que encontrase una vivienda adecuada a mis necesidades, tomando mi montura para dirigirme hasta ese lugar que me liberaría de las tensiones acumuladas durante el resto de la semana. Una fructífera semana en la que había encontrado alguna pista que podría llevarme a terminar en breve mi misión, y algún que otro encargo extra que todavía tenía que ultimar. Era por ello que me pareció apropiado buscar un lugar donde retomar el contacto con mis armas.

No tardé en encontrar un sendero levemente marcado que me introducía hasta las profundidades del bosque, y más animado por poder aspirar aire limpio continué por él. Envuelto por la tranquilidad que aquel lugar me otorgaba, llegué hasta un pequeño claro que me pareció idóneo para empezar. Tras desmontar dejé a mi corcel a un lado, quitándome la camisola que dejé en una de las alforjas y tomando mi espada bastarda comencé a blandirla con lentos movimientos, que cortaban el aire a su paso, moviendo los pies despacio mientras trazada círculos a mí alrededor.

Estuve largo tiempo con esta tarea, convirtiendo los movimientos cada vez más rápidos, más certeros, hasta que quedé satisfecho con la velocidad adquirida. La humedad provocada por la proximidad de la noche comenzaba a hacerse latente, hecho que agradecía sobre mi piel que permanecía a una temperatura superior a lo normal por la proximidad de la luna llena.

Busqué con la mirada un árbol que me sirviese para mi propósito antes de continuar con mi entrenamiento, y una vez localizado clavé en el tronco de este una manzana que llevaba en la alforja. Alejándome la distancia suficiente para que acertar en el blanco supusiese un reto, me giré para continuar con la prueba cuando escuché un extraño sonido detrás de la maleza que se encontraba a mis espaldas.

-¿Quién anda ahí?- pregunté de forma tosca, preparado para defenderme ante un posible ataque de algún cazador. Lo extraño es que no conseguía distinguir bien el aura del ser que me observaba desde la distancia.

por **Gina** Dom Ago 19, 2018 2:27 pm

Desde que la habían rescatado de su cautiverio y por el momento la había adoptado una manada, estaba totalmente confusa. No entendía nada, era como si ahora fuera un animal, no fuera humana y fuera un lobo, pero ¿no es verdad que tenía forma humana? eso no la hacia tener un lado humano...aunque la habían denominado varias veces licantropo, en verdad no sabía lo que era. Aunque llevaba un año convertida, paso ese año encerrada en una celda sin ver la luz del sol, solo sabiendo que una bestia en forma de lobo la había mordido. Pero tras el rescate había comprendido que la había mordido y que la pasaba cuando no recordaba nada.

Se había escapado aquel día del resto de la manada necesitaba aclararse estar sola, conocer sus nuevos sentidos, conocer a su nuevo yo. Y que mejor sitio que el bosque, aunque la habían advertido que tuviera cuidado, ahora habían mas peligros que irían a por ella para matarla y mas habiendo sido presa de la inquisición. Pero ahora mismo eso no la importaba demasiado, respiró hondo mientras caminaba por aquel lugar lleno de arboles y naturaleza que la hacía sentir tan bien.

Mientras caminaba se encontró con varios animales, que por lo visto se podía comunicar con ellos eso la impresiono, la dejó en shock durante unos momentos hasta que algo llamó la atención. Escuchaba golpes y además de que era un olor peculiar, no era familiar pero era un olor como reconocible, ¿era otro licantropo? La chica de pelo claro se acercó, ocultándose en unos arbustos, hasta aquellos sonidos mientras observaba con preocupación que la noche acaecía poco a poco. Observó a un chico claramente mas mayor que ella y mas experimentado mas que seguro.

Cuando se iba a marchar puesto que la preocupaba la noche escuchó la voz del hombre. Cerró los ojos apretándolos mientras se volvía desde los arbustos para estar enfrente saliendo levemente mientras respiraba de forma lenta intentando tranquilizarme, solo esperaba que aquella zona no fuera su territorio o algo así, no sería bueno pelear cuando no tenía ni idea.-Perdón por molestarte.....ya me iba.-dijo la chica mientras ponía sus manos delante mostrando que no tenía intenciones de hacer nada malo mientras hacia amago de irse. Comparado con aquel caballero ella parecía una niña.

por **Branco Cafiero** Jue Sep 13, 2018 5:23 pm

El ocaso comenzaba a proyectar rocambolescas sombras sobre el prado abierto donde nos encontrábamos. Apenas quedaban unas horas de luz, que muy a mi pesar quedarían reducidas a unos minutos debido a la gran tormenta que se avecinaba. Podía sentir el olor de la hierba mojada, el sonido de los truenos y pequeños destellos provocados por los rayos en la lejanía; lo cual me indicaba que la lluvia había comenzado a caer no muy lejos de allí, tan vez incluso en la parte norte de la ciudad, y que no debería entretenerme si quería volver a pisar suelo firme antes de que la tormenta me sorprendiese en el bosque y los caminos terregosos se convirtiesen en resbaladizos charcos de barro.

Centré toda mi atención de nuevo en ese particular arbusto que parecía cobrar vida a cada minutos tras mi advertencia, tensando todos los músculos de mi cuerpo y colocándome en posición de ataque por lo que pudiese suceder a continuación. Más lo que apareció en mi campo de visión era lo que menos hubiese imaginado. En lugar de una bestia o un cazador que me estuviese acechando para darme caza, fue el rostro angelical de una joven licántropo la que emergió tras la maleza, con claros gestos de ser inofensiva. Observé con atención cada rasgo de la lican, que a simple vista parecía bastante más joven que yo y también más inexperta.

–Es a mí a quien debes perdonar. No quería sonar tan rudo, ni tampoco asustarle.- afirmé con suavidad, sintiéndome un poco culpable por tal vez haber cohibido a la pobre lobezna que simplemente estaría paseando por allí.- No me molestáis, podéis quedaros si lo deseáis…aunque debo advertiros que está a punto de descargar una tormenta sobre nosotros.- confirmé desviando durante unos minutos la mirada hacia el cielo, justo cuando una gota cayó sobre mi hombro. Las nubes habían avanzado más rápido de lo que había calculado en un principio, debido probablemente al viento suave que acompañaba a la tormenta. Adelantado mis cálculos hasta ese momento.

Suspiré contrariado al darme cuenta que finalmente tendría que esperar a que todo terminase para volver a mi confortable habitación de hotel, y dándole un suave silbido a mi corcel me acerqué a la joven que parecía incómoda por mi presencia.- No se preocupe, no le haré daño. Pero si no quiere que acabemos aislados en esta parte del bosque por la lluvia que caerá sobre nosotros en un par de minutos como máximo, debería venir conmigo. Le llevaré a un sitio seguro hasta que pase la tormenta, y yo mismo le acompañaré a casa cuando todo haya pasado.- expliqué conciso mientras daba un ligero salto y con agilidad me subía sobre la silla de cuero de mi caballo, ofreciéndole la mano desde las alturas para ayudarle a subir, en espera de que tomase una decisión antes de que nos mojásemos de forma inminente.

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