Yo vi antes este sitio (LIBRE)

por **Amos Kavanaugh** Jue Ago 23, 2018 6:53 pm

El muchacho habia llegado a su hogar completamente cansado y sin saber que hacer exactamente. No tuvo en cuenta la hora que era y por si fuera poco quería hacer muchas cosas y a la hora a la que se despertó se dió cuenta de que no le iba a dar tiempo realmente a todo. Su cabeza se tambaleo por si sola de la resaca que tenía encima y probablemente, siendo lo que ahora era, le afectaría más, a lo mejor estaría más sensible que cuando era un simple y mortal humano.

Un sirviente le avisó de que era mediodía y que por favor que se levantara para poder al menos hacer limpieza en la habitación del señorito. Amos, con medio ojo abierto y otro en forma de una línea recta, divisó con dificultad la apariencia arrugada y anciana de su sirviente acompañado de una doncella de impecable belleza, no aparentaba ni un rasguño en el rostro, ni si quiera un grano. Cuando la muchacha abrió su boca para hablar con Amos de manera respetuosa pero ansiosa este vio que tenia una dentadura preciosa. Esta bien. Rápidamente se levantó y se fue medio vestido a desayunar o lo que pudieran hacerle en ese instante. Era sábado y bueno, podría aprovecharlo para holgazanear....

No sabía que hacer realmente consigo mismo por lo que cuando acabó de comer algo, se fue a su habitación para disponerse a vestirse más adecuadamente y cuando salia a la calle, preferiría no cruzarse con ningún concurso de salchichas o algo raro por el estilo. Tenía que permanecer sobrio y con la memoría intacta. No sabía si le había sucedido algo de lo que pudiera arrepentirse, podía notar los dolores de cabeza, simultaneos pero aguantables, solamente suspiraba a cachos y el sol le estaba molestando cada vez más y más pero a la sombra era soportable estar.

Sus caminos encaminaban paseos solitarios. No conocía a nadie excepto a sus compañeros que nunca lo han invitado aunque sea a una merienda que pudiera convertirse en cena y entonces él mismo departaría a su misma morada para poder dormir la mona como él mismo quisiera, pero resultaba dificil que la gente pudiera confiar en tí realmente, no estaba planeado en su totalidad. Comenzó a escuchar sonidos extraños que le sacaron de sus pensamientos, alguien le tiraba de la cola de su chaqueta de verano y vio que era una joven, Amos dio pasos hacia atrás agradeciendo a la joven por haberlo ayudado pero este se llevó una reprimenda de que podría haber caído al agua asquerosa del puerto.

Riendo cuando estuvo fuera del alcance de aquella joven, Amos suspiraba. El reloj de la plaza central marcaba la una y media de la tarde, los restaurantes estarían a rebosar y probablemente hasta con reservas imposibles de quitar, pero por suerte un restaurante anunciaba un sitio libre, rápidamente se dio prisa en cogerlo pero llegó antes también alguien que quiso su lugar. Él lo vio primero.

por **Genesis Santini** Vie Ago 24, 2018 12:25 pm

Abrí los ojos de par en par, habían pasado varias horas de que el sol naciera en el horizonte, había sido una noche sumamente extraña, primero el encuentro con ese ser que había erizado mis pelos, luego aquella mujer que parecía tener conflictos internos “¿Quién habla de conflictos internos?” fruncí el ceño mientras oía lo que Gala* tenía que decir, no conteste nada, todo con ella era absolutamente en vano. Me senté en la cama y note que Amalgor* estaba oculto bajo mis almohadas – Noche extraña ¿no crees? – existían personas que hablaban con sus animales, o hablaban solas, yo hablaba con mi amado libro de hechizos el único que poseía todo lo necesario para revivir cada vez que fuera necesario, tome una bocanada de aire cuando golpean la puerta de mi puerta, la servidumbre quería saber si estaba viva o muerta, reí ante mi pensamiento “Tu estas muerta por dentro Génesis”, la doncella ingresaba a mi habitación con un vestido perfectamente estirado, de un color turquesa y con detalles en azul más oscuro, la seguí con los ojos sin decir ninguna palabra. La doncella con su voz tan amablemente irritante, me preguntaba si comería en caza o no, solo negué con la cabeza, me sentía ahogada con tanta amabilidad por parte de mi servidumbre.

Prontamente me vestí, ingreso otra doncella a peinar mis largos cabellos rojizos, lo trenzo hacia un lado, me veía perfecta, en realidad yo soy perfecta. Me sonreí a mi propio reflejo. Gire en mi propio eje para verificar que el vestido tuviera esa movilidad que me agradaba, tome mi libro y baje las escaleras casi corriendo, no quería toparme con nadie más en esa gran casa. El carruaje me esperaba di la instrucción que fuéramos al centro del a ciudad cerca de los restaurantes para poder comer algo y estar sola. El carruaje estaciono y me apronte a bajar.

El clima era un verdadero festín para quien adorara el calor, el verano, que lo único que hacía era quemar mi blanquecina piel “Querrás decir, la piel que arrebataste. ¿Por qué tu verdadero cuerpo yace muerto hace siglos o tal vez décadas?... aun pienso como tienes ese descaro de arrebatar una vida… por ejemplo la mía, que hace tres vidas que estamos juntas mi querida Génesis” la voz en mi cabeza me sacaba de mis casillas, mientras caminaba con determinación sentí como mi chofer corría y me pasaba una sombrilla, ¡Al fin alguien que adivinara lo que realmente quería! Mire al cielo agradeciendo a ¿Dios? “Como si tu creyeras en un Dios, maldita” tome en una mano la sombrilla y en la otra mi querido libro, los restaurantes tenían sus letreros de ocupados, sin mesas, solo con reservación, y aquello comenzó a fastidiarme aún más “Karma, Génesis… solo es Karma”, doblando en una esquina un mesero me invita a pasar a tomar en la mesa que estaba desocupada. “Tienes una suerte de los mil demonios” Gala hablo con fastidio mientras ingresaba por la entrada lateral, rodee el lugar con la mirada y vi a un joven ingresar casi al mismo tiempo, al mismo lugar. “Karma, Génesis… solo es Karma”, volvió a repetir – Cállate – dije en voz alta mirando con los ojos bien abierto al joven que pretendía tomar mi mesa y negué con la cabeza – Creo que yo vi primero el lugar. Y no se sienta ofendido no es a usted a quien hacia callar – no espere mucho, ya estaba muy fastidiada como para comenzar una pelea y tome asiento casi de manera imprudente frente al joven. Deje el libro sobre la mesa y apoyando mis brazos a los costados de mi cuerpo, levante una ceja al joven, esperando alguna reacción, además a mí el mesero me había abordado para entrar, así que prácticamente era una invitada al lugar… ¿Quién vio primero el lugar?

Gala* nombre de uno de los cuerpos tomados para la reencarnación de Génesis.
Almalgor* libro de Hechizos, el significado del nombre el Indestructible

por **Amos Kavanaugh** Dom Sep 23, 2018 8:36 pm

Amos se le quedó mirando con ojos como platos, ladeo a un lado su rostro, preguntándose que porque tenia que encontrarse con las peores mujeres, menos mal al menos que no le gustaban. El tiraba para otro lado en realidad. El caso que decidió buscar otro restaurante - que coma bien. Aquí a veces te traen trozos de uña en el interior de la sopa - riendo se fue de aquel rincón, se fue para buscarse un restaurante que estaba vaciandose y enseguida cogió una mesa para comer.

Cuando hubo acabado, su necesidad de dormir era extrema. No es que se sintiera como adormilado pero siempre le daban ese bajón de energía cuando comía bien y en cantidad. No obstante aun se acordaba de la muchacha que le había quitado el sitio en el restaurante, le hizo gracia por como se sentó para robarle el sitio, ni que hubiera pensado que se iba a sentar con una desconocida, demasiado rara la situación. No era como que iban a ser super amigos tras verse una vez, no. Tenía temor a las mujeres, era algo que le podía siempre, que una mujer intentara coquetear con él le entraba escalofríos por la columna vertebral, aunque no precisamente con todas.

Su madre era la única que podía quedarse con él y la que con ella no sufría de sus ataques de pánico porque una doncella o una mujer bonita se le acercara para hablarle. Él a cien metros de las mujeres que a lo mejor que por eso por lo que huyo a otro restaurante para no estar sentado en la misma mesa que una mujer por muy hermosa que esta fuese.

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