AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Au nom de Satan. La seule vérité.
La elfa había bebido poco y sin embargo llevaba un colocón tal que me forzó a cargar con su pura alma como si fuera un saco.
Mi sonrisa de autosuficiencia me llevó a despedirme de todos los presentes para poner rumbo a la mansión de mi padre.
Conociéndolo me preguntaría si la había destripado como a un gato en tono de mofa pues se veía viva y coleando.
Cuando llegué me encontré allí a Lucien apoyado contra el umbral de la puerta, como de costumbre venía mas que dispuesto a ser la voz de la conciencia, una que no necesita un demonio como yo.
-Raziel me ha invitado a una fiesta de mascaras que ha montado en el cabaret, he pensado que querrías acompañarme -dijo lanzándome una mascara negra que cacé al vuelo.
-¿Nos vamos de fiesta? -le pregunte a la elfa que solo reía a mis espaldas.
-Si -dijo Lucien moviendole la boca con sus dos manos -he quedado allí con Whisper.
Le pasé al enmascarado Lucien a la pura alma y me coloqué con presteza el antifaz.
-¿que? -pregunté poniendo cara de interesante.
-Mucho mejor con la mascara -bromeó Lucien devolviendome el cuerpo de la mujer que me pertenecía.
-No tiene mal culo - dijo Lucien levantandole la falda.
-No es su culo, es su alma lo que me interesa.
-No me vengas con chorradas, te interesa su coño como a todos -apuntó haciéndome negar con la cabeza.
-Tu que no entiendes de lo deliciosas que saben las almas puras.
-Tu si que no entiendes lo deliciosos que están los coños calientes.
Y así emprendimos el camino hacía el cabaret Lenfern, todo indicaba que la noche sería excitante para nosotros.
Mi sonrisa de autosuficiencia me llevó a despedirme de todos los presentes para poner rumbo a la mansión de mi padre.
Conociéndolo me preguntaría si la había destripado como a un gato en tono de mofa pues se veía viva y coleando.
Cuando llegué me encontré allí a Lucien apoyado contra el umbral de la puerta, como de costumbre venía mas que dispuesto a ser la voz de la conciencia, una que no necesita un demonio como yo.
-Raziel me ha invitado a una fiesta de mascaras que ha montado en el cabaret, he pensado que querrías acompañarme -dijo lanzándome una mascara negra que cacé al vuelo.
-¿Nos vamos de fiesta? -le pregunte a la elfa que solo reía a mis espaldas.
-Si -dijo Lucien moviendole la boca con sus dos manos -he quedado allí con Whisper.
Le pasé al enmascarado Lucien a la pura alma y me coloqué con presteza el antifaz.
-¿que? -pregunté poniendo cara de interesante.
-Mucho mejor con la mascara -bromeó Lucien devolviendome el cuerpo de la mujer que me pertenecía.
-No tiene mal culo - dijo Lucien levantandole la falda.
-No es su culo, es su alma lo que me interesa.
-No me vengas con chorradas, te interesa su coño como a todos -apuntó haciéndome negar con la cabeza.
-Tu que no entiendes de lo deliciosas que saben las almas puras.
-Tu si que no entiendes lo deliciosos que están los coños calientes.
Y así emprendimos el camino hacía el cabaret Lenfern, todo indicaba que la noche sería excitante para nosotros.
Belcebu Black- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 42
Fecha de inscripción : 25/04/2018
Re: Au nom de Satan. La seule vérité.
Hacía apenas un par de semanas que morí, si, exactamente eso paso antes de renacer convertido en otra cosa distinta, en un ser mejorado con un nimio inconveniente, necesitaba sangre para alimentarme.
Yared nos enseñó a mi hermano y a mi lo necesario para sobrevivir en este mundo complicado, sinceramente creo que el único interés del vampiro milenario residía en mi hermano, según él, un hombre con posibles, pero ya que estaba en materia, me convirtió también a mi.
Contra todo pronostico mi hermano se rebelaba una y otra vez, no quería matar, no quería cumplir sus ordenes, no quería sangre, no quería nada y por contra yo parecía no saciarme y cada vez quería mas.
Por eso esa noche seria mi debut en Lenfern, tocaba el saxo, así que Yared pensó que me vendría bien estar entre otros neófitos para aprender de ellos, hablo con Raziel y ya tenía trabajo, pase de estar colocado en los callejones a colocarme en un cabaret, todo pintaba para mi muy bien.
Mi hermano me acompañó con esa cara de pocos amigos que se gastaba, parecía estar estreñido porque tomó asiento en una de las mesas malhumorado mientras Raziel y yo intercambiábamos copas.
Las chicas eran bonitas, Raziel tenía buen gusto al contratar a sus demonios, las repasé de arriba a bajo ajustando mi antifaz, ese que mi hermano ni se molestó en colocarse.
Hoy Raziel celebraba su particular baile de mascaras, la música retumbaba enérgica y mis solos de saxo eran ovacionados por la gente ya colocada.
-Hagamos que el cielo se hunda con sus armas -apuntó mi primo que llevaba una especial trifulca con la dueña del cabaret contiguo.
Yared nos enseñó a mi hermano y a mi lo necesario para sobrevivir en este mundo complicado, sinceramente creo que el único interés del vampiro milenario residía en mi hermano, según él, un hombre con posibles, pero ya que estaba en materia, me convirtió también a mi.
Contra todo pronostico mi hermano se rebelaba una y otra vez, no quería matar, no quería cumplir sus ordenes, no quería sangre, no quería nada y por contra yo parecía no saciarme y cada vez quería mas.
Por eso esa noche seria mi debut en Lenfern, tocaba el saxo, así que Yared pensó que me vendría bien estar entre otros neófitos para aprender de ellos, hablo con Raziel y ya tenía trabajo, pase de estar colocado en los callejones a colocarme en un cabaret, todo pintaba para mi muy bien.
Mi hermano me acompañó con esa cara de pocos amigos que se gastaba, parecía estar estreñido porque tomó asiento en una de las mesas malhumorado mientras Raziel y yo intercambiábamos copas.
Las chicas eran bonitas, Raziel tenía buen gusto al contratar a sus demonios, las repasé de arriba a bajo ajustando mi antifaz, ese que mi hermano ni se molestó en colocarse.
Hoy Raziel celebraba su particular baile de mascaras, la música retumbaba enérgica y mis solos de saxo eran ovacionados por la gente ya colocada.
-Hagamos que el cielo se hunda con sus armas -apuntó mi primo que llevaba una especial trifulca con la dueña del cabaret contiguo.
Keda- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 10
Fecha de inscripción : 20/08/2018
Re: Au nom de Satan. La seule vérité.
La misión de Whisper era sencilla cuando no estaba en una misión, supuestamente, para la inquisición y ésta era vigilar al descendiente de Abel, Lucien, para que no se metiera en líos. Era un neófito y que se descontrolase era bastante sencillo. Ferox confiaba en la humana, algo extraño para un Black, pero ella llevaba años bajo su mandato y ni una sola vez le había fallado, lo que la había convertido con el paso del tiempo en su mano derecha y, algo parecido, a su confidente. Pero el cainita ocultaba muchos secretos, la mujer lo sabía, pero le respetaba y jamás preguntaba si no era para que le aclarara alguna orden.
Aquella noche, Lucien le había pedido que asistiera con él a la fiesta de L’Enfer, ya que debía cargar con ella, como si fuera algo así como una niñera, por lo menos allí se lo pasarían bien. Whisper tenía un defecto, sólo uno, pero que podía complicar mucho las cosas y el ahijado de Ferox lo había descubierto, así que debía andarse con cuidado. Exponerse no era bueno y que su presa conociera la única debilidad que tenía, podía abrirle a él muchas puertas y cerrar, tras de sí, las de la falsa inquisidora.
Antes de entrar al local, una camarera le facilitó una máscara, pero ella negó, sacándose una del bolsillo del abrigo y haciendo un gesto con la cabeza para que se apartara y le cediera el paso. Se colocó el antifaz, presionando con índice y pulgar sobre ésta a ambos lados del tabique nasal para que se sostuviera y se quitó la chaqueta que dejó en el guardarropía. Buscó con la mirada a Raziel, porque aunque fuera enmascarado, le reconocía por cómo se movía. Ser espía hacía que se fijara en muchas cosas y los detalles eran cruciales. Los gestos, la manera de caminar, el timbre de voz… Todo servía para descubrir a un objetivo o para saber cuál sería su próximo acto. Anticiparse era primordial en su trabajo.
Para no desentonar con el local, aunque solía vestir pantalones y camisa, Lucien le había pedido que se pusiera un vestido, de hecho, él mismo se lo había elegido. Hizo una mueca al abrir la caja y verlo, pero obedientemente se enfundó en él y lo cubrió después con el abrigo. Ahora que estaba ya sin cobertura, la tela se ceñía a su cintura y caía libre al envolverle los muslos. El escote era bastante pronunciado y atraía miradas, aunque las camareras no iban precisamente muy tapadas. Se aproximó así a la mesa en la que se encontraba el reciente hijo de Caín y le rozó uno de los hombros con la mano, despacio.
–Buenas noches, Raziel.
Aquella noche, Lucien le había pedido que asistiera con él a la fiesta de L’Enfer, ya que debía cargar con ella, como si fuera algo así como una niñera, por lo menos allí se lo pasarían bien. Whisper tenía un defecto, sólo uno, pero que podía complicar mucho las cosas y el ahijado de Ferox lo había descubierto, así que debía andarse con cuidado. Exponerse no era bueno y que su presa conociera la única debilidad que tenía, podía abrirle a él muchas puertas y cerrar, tras de sí, las de la falsa inquisidora.
Antes de entrar al local, una camarera le facilitó una máscara, pero ella negó, sacándose una del bolsillo del abrigo y haciendo un gesto con la cabeza para que se apartara y le cediera el paso. Se colocó el antifaz, presionando con índice y pulgar sobre ésta a ambos lados del tabique nasal para que se sostuviera y se quitó la chaqueta que dejó en el guardarropía. Buscó con la mirada a Raziel, porque aunque fuera enmascarado, le reconocía por cómo se movía. Ser espía hacía que se fijara en muchas cosas y los detalles eran cruciales. Los gestos, la manera de caminar, el timbre de voz… Todo servía para descubrir a un objetivo o para saber cuál sería su próximo acto. Anticiparse era primordial en su trabajo.
Para no desentonar con el local, aunque solía vestir pantalones y camisa, Lucien le había pedido que se pusiera un vestido, de hecho, él mismo se lo había elegido. Hizo una mueca al abrir la caja y verlo, pero obedientemente se enfundó en él y lo cubrió después con el abrigo. Ahora que estaba ya sin cobertura, la tela se ceñía a su cintura y caía libre al envolverle los muslos. El escote era bastante pronunciado y atraía miradas, aunque las camareras no iban precisamente muy tapadas. Se aproximó así a la mesa en la que se encontraba el reciente hijo de Caín y le rozó uno de los hombros con la mano, despacio.
–Buenas noches, Raziel.
Whisper- Inquisidor Clase Media
- Mensajes : 17
Fecha de inscripción : 29/06/2018
Re: Au nom de Satan. La seule vérité.
Llevaba ya tiempo metida en el mundo de la caza, pero no se movía por las mismas motivaciones que la mayoría. A Sade, lo del dinero, le era bastante irrelevante, lo que a ella le importaba era atrapar vampiros para así poder alimentarse. Hacía unas semanas que había dado con una mina de oro, un local regentado por un neófito. A él no podía tocarlo, porque aunque no portara el apellido, no dejaba de ser un Black y por mucha hambre que la necrófaga pudiera tener, no era ninguna necia ni lo pensaba ser. Sin embargo, en ese lugar se concentraban muchos cainitas dispuestos a perderse entre botellas de alcohol y el humo de los opiáceos, así que era un nido perfecto para buscar al más débil y darle caza una vez fuera. Para ello, la mejor opción, la más económica y la que menos sospechas levantaba, era mezclarse con los trabajadores, así que hacía unos días que había empezado a currar allí como camarera.
Aquella noche se celebraba una fiesta de máscaras, así que ataviada con el uniforme del L’Enfer, que no dejaba mucho a la imaginación, y con su antifaz negro, decorado con un par de plumas blancas en un lateral, estaba allí sirviendo copas como el resto de sus compañeros y compañeras.
Tenía controlado a Raziel, que pasaba el rato con unos amigos en una mesa. No podía comérselos a ellos o levantaría sospechas, así que mejor fijarse en otras presas. Pero si la llamaban, debía acudir y atender a los clientes, al menos si no quería perder aquella inagotable fuente de alimento servido en bandeja, como la que ella portaba, pero en vez de ir hasta arriba de copas, jarras y vasitos pequeños, la imaginaba a rebosar de brazos, pantorrillas o platos de sangre. Se relamió de manera inconsciente y sonrió después. La noche era joven y apuntaba a que habría muchos neófitos insensatos a los que nadie echaría de menos si desaparecían. Pocos sires se preocupaban realmente de sus vástagos en una época en la que el vampirismo estaba de moda. Siempre había candidatos nuevos, así que tanto les daba uno que otro.
Aquella noche se celebraba una fiesta de máscaras, así que ataviada con el uniforme del L’Enfer, que no dejaba mucho a la imaginación, y con su antifaz negro, decorado con un par de plumas blancas en un lateral, estaba allí sirviendo copas como el resto de sus compañeros y compañeras.
Tenía controlado a Raziel, que pasaba el rato con unos amigos en una mesa. No podía comérselos a ellos o levantaría sospechas, así que mejor fijarse en otras presas. Pero si la llamaban, debía acudir y atender a los clientes, al menos si no quería perder aquella inagotable fuente de alimento servido en bandeja, como la que ella portaba, pero en vez de ir hasta arriba de copas, jarras y vasitos pequeños, la imaginaba a rebosar de brazos, pantorrillas o platos de sangre. Se relamió de manera inconsciente y sonrió después. La noche era joven y apuntaba a que habría muchos neófitos insensatos a los que nadie echaría de menos si desaparecían. Pocos sires se preocupaban realmente de sus vástagos en una época en la que el vampirismo estaba de moda. Siempre había candidatos nuevos, así que tanto les daba uno que otro.
Sade Bisset- Cazador Clase Media
- Mensajes : 9
Fecha de inscripción : 24/08/2018
Re: Au nom de Satan. La seule vérité.
Desde mi renacer me resistí a convertirme en un chupa sangre siervo de uno de los vampiros mas importantes que hubiera pisado la faz de la tierra. El mayor de los Black quería usar mi “posición” en el cuerpo a su antojo, y aunque para mi hubiera sido fácil no ceder a alimentarme muriendo por inanición, la amenaza de acabar con mi hermano me acaba doblegando, doblegando a los caprichos del Yared Black.
Aquella noche mi hermano tocaba en la fiesta de Raziel, así que acabé sentado con todos los neófitos que parecían disfrutar de ser inmortales en Lenfern.
Mi mascara caía sobre el sofá de piel roja, no me había molestado en ponérmela, la fiesta me importaba una mierda y aunque Raziel insistió animado a que lo hiciera, me limité a ignorarlo. No estaba a gusto, no me gustaba dañar a la humanidad, a la misma que juré proteger al convertirme en policía.
Por contra estos bebían sin parar disfrutando de sentirse dioses, lobos frente a un rebaño de corderos sumido a su caos.
Llegó una joven muchacha, era humana pues su corazón latía y al parecer conocía a Raziel, era pelirroja, con los ojos verdes y mi hermano le pegó un buen repaso, claro que iban todos borrachos, así que...
.Preguntó por un tal Lucien, seguramente otra de las sanguijuelas y tras hablar un rato con el dueño del local, este nos la acabó presentando.
Para entonces los vasitos de los chupitos de distintos colores ya se acumulaban vacíos en nuestra mesa.
-Bebe algo -me dijo Raziel entre risas deslizándome uno de los vasos que una camarera de pelo rosa acaba de traer prendido fuego.
-No.
-Vamos convéncele, nuestro amigo nos quiere joder la fiesta -le pidió entre risas a la humana lanzándola sobre mis rodillas.
-No es necesario -aseguré intentando que la camarera se pusiera en pie y se largara, apenas era capaz de controlar mi sed sobrio, como para hacerlo ebrio.
Aquella noche mi hermano tocaba en la fiesta de Raziel, así que acabé sentado con todos los neófitos que parecían disfrutar de ser inmortales en Lenfern.
Mi mascara caía sobre el sofá de piel roja, no me había molestado en ponérmela, la fiesta me importaba una mierda y aunque Raziel insistió animado a que lo hiciera, me limité a ignorarlo. No estaba a gusto, no me gustaba dañar a la humanidad, a la misma que juré proteger al convertirme en policía.
Por contra estos bebían sin parar disfrutando de sentirse dioses, lobos frente a un rebaño de corderos sumido a su caos.
Llegó una joven muchacha, era humana pues su corazón latía y al parecer conocía a Raziel, era pelirroja, con los ojos verdes y mi hermano le pegó un buen repaso, claro que iban todos borrachos, así que...
.Preguntó por un tal Lucien, seguramente otra de las sanguijuelas y tras hablar un rato con el dueño del local, este nos la acabó presentando.
Para entonces los vasitos de los chupitos de distintos colores ya se acumulaban vacíos en nuestra mesa.
-Bebe algo -me dijo Raziel entre risas deslizándome uno de los vasos que una camarera de pelo rosa acaba de traer prendido fuego.
-No.
-Vamos convéncele, nuestro amigo nos quiere joder la fiesta -le pidió entre risas a la humana lanzándola sobre mis rodillas.
-No es necesario -aseguré intentando que la camarera se pusiera en pie y se largara, apenas era capaz de controlar mi sed sobrio, como para hacerlo ebrio.
Jason- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 5
Fecha de inscripción : 24/08/2018
Re: Au nom de Satan. La seule vérité.
Esa noche L'Enfer estaba atiborrado de gente, desde la ventana de la última planta del edificio tenía una vista completa de la calle y del callejón trasero donde se trapicheaba y algunos remataban la faena que no hubieran acabado dentro. También solían haber discusiones, peleas y ataques de callejón que normalmente acababan en sangre y con la policía rondando. Cerró los ojos un instante expandiendo su mente, podía sentir cada corazón palpitante dentro de ese antro, y cada cabeza pensante.
A sus seis mil años hacía tiempo que había superado el tope de sus poderes, como sus primos Black. Sentía la euforia, la lujuria, el ansia, la sed, el malhumor, el despecho...todos los sentimientos que se daban cita en el cabaret eran como ingredientes de un gran cocktail que ella podía diferenciar, como cuando se tomaba una copa combinada. Raziel había preparado una de sus noches de lujuria y sexo desenfrenado y notaba la presencia de varios neófitos de sangre maldita: la de su familia, la de sus primos, la sangre del traidor de Caín, que mató a su otro tío y los maldijo a todos a cargar con esa condena por los siglos de los siglos.
Abrió los ojos despacio cuando su sirviente entró en la habitación para informarle de que su baño estaba listo.
— Gracias Bernard... Llama a André, dile que se preparen todos.
A sus seis mil años hacía tiempo que había superado el tope de sus poderes, como sus primos Black. Sentía la euforia, la lujuria, el ansia, la sed, el malhumor, el despecho...todos los sentimientos que se daban cita en el cabaret eran como ingredientes de un gran cocktail que ella podía diferenciar, como cuando se tomaba una copa combinada. Raziel había preparado una de sus noches de lujuria y sexo desenfrenado y notaba la presencia de varios neófitos de sangre maldita: la de su familia, la de sus primos, la sangre del traidor de Caín, que mató a su otro tío y los maldijo a todos a cargar con esa condena por los siglos de los siglos.
Abrió los ojos despacio cuando su sirviente entró en la habitación para informarle de que su baño estaba listo.
— Gracias Bernard... Llama a André, dile que se preparen todos.
Asura- Condenado/Vampiro/Clase Alta
- Mensajes : 28
Fecha de inscripción : 21/08/2018
Re: Au nom de Satan. La seule vérité.
Aquella era su noche libre, llevaba dos semanas trabajando en el Ciel, estudiando a la humanidad, pero los rumores que le habían llegado sobre el local de al lado, habían llamado su atención en exceso. Hasta tal punto que decidió aprovechar el descanso para descubrir lo que allí sucedía, ya que, además, era una fiesta de máscaras y la idea le parecía divertida. Ella ya iba disfrazada, porque el cuerpo que ocupaba no le pertenecía, pero nadie a su alrededor lo sabía, era su secreto, un secreto complicado y que, de saberse, la llevaría a la hoguera como a las brujas o a un sanatorio mental como a las locas. Nadie creía en la vida más allá de la Tierra, pero existía, ella lo sabía, ella era la prueba viviente de ello.
Había hecho algo así como una amiga que, antes de dejarla salir de casa, la obligó a cambiarse cinco veces de ropa. Loreen no entendía nada, pero Catherine se empeñaba en decirle que tenía un gusto terrible para combinar prendas y colores. Sencillamente se rindió, encogiéndose de hombros y decidió que ella le eligiera las cosas en un último intento. Al final, con el beneplácito de la rubia, la joven se dirigió al local con un antifaz en el bolsillo.
Pagó un franco por la entrada y se puso la máscara al cruzar el umbral. Observó todo con fascinación, desde el techo hasta el suelo. Los grabados sádicos en piedra y madera, la música satánica y el fuerte aroma a lujuria, soberbia y avaricia gobernaban aquel antro. Nada tenía que ver L’Enfer con El Ciel y eso que estaban pared con pared. Pero le bastó un simple vistazo para darse cuenta de que cualquier rumor que hubiese alcanzado sus oídos, se quedaba corto en comparación a la realidad.
Iba caminando distraída, acariciando uno de los muros con unas pinturas que representaban a unos sátiros violando a una ninfa. La boca de Loreen estaba ligeramente desencajada con sorpresa, pero no había desagrado en su mirada ni cabeza. Mas iba tan sumida en el fascinante ambiente que, sin darse cuenta, chocó con una camarera que cargaba una bandeja llena de pequeños vasitos y éstos volaron por los aires, cayendo contra un chico y el suelo, manchándole a él la chaqueta y haciéndose, seguidamente, añicos.
–Oh, no… ¡Cuánto lo siento!
Se apresuró en acercarse a limpiarle con la manga de la fina chaquetilla que cubría sus hombros, porque no llevaba pañuelos y el vestido era tan ceñido que hubiese resultado imposible utilizarlo para nada.
Había hecho algo así como una amiga que, antes de dejarla salir de casa, la obligó a cambiarse cinco veces de ropa. Loreen no entendía nada, pero Catherine se empeñaba en decirle que tenía un gusto terrible para combinar prendas y colores. Sencillamente se rindió, encogiéndose de hombros y decidió que ella le eligiera las cosas en un último intento. Al final, con el beneplácito de la rubia, la joven se dirigió al local con un antifaz en el bolsillo.
Pagó un franco por la entrada y se puso la máscara al cruzar el umbral. Observó todo con fascinación, desde el techo hasta el suelo. Los grabados sádicos en piedra y madera, la música satánica y el fuerte aroma a lujuria, soberbia y avaricia gobernaban aquel antro. Nada tenía que ver L’Enfer con El Ciel y eso que estaban pared con pared. Pero le bastó un simple vistazo para darse cuenta de que cualquier rumor que hubiese alcanzado sus oídos, se quedaba corto en comparación a la realidad.
Iba caminando distraída, acariciando uno de los muros con unas pinturas que representaban a unos sátiros violando a una ninfa. La boca de Loreen estaba ligeramente desencajada con sorpresa, pero no había desagrado en su mirada ni cabeza. Mas iba tan sumida en el fascinante ambiente que, sin darse cuenta, chocó con una camarera que cargaba una bandeja llena de pequeños vasitos y éstos volaron por los aires, cayendo contra un chico y el suelo, manchándole a él la chaqueta y haciéndose, seguidamente, añicos.
–Oh, no… ¡Cuánto lo siento!
Se apresuró en acercarse a limpiarle con la manga de la fina chaquetilla que cubría sus hombros, porque no llevaba pañuelos y el vestido era tan ceñido que hubiese resultado imposible utilizarlo para nada.
Loreen Aes- Humano Clase Media
- Mensajes : 8
Fecha de inscripción : 26/07/2018
Re: Au nom de Satan. La seule vérité.
No tardamos en llegar al cabaret, Raziel ya había empezado la fiesta para entonces y el alcohol corría en cantidades indigentes por la mesa.
El muermo del policía andaba escoltando a su hermano el drogata, aunque ahora mismo parecía ocupado con una bonita mujer con mascara que se esforzaba en limpiarle la abultada bragueta del liquido derramado.
A ver si conseguía animarlo, por contra yo me acerqué a Whisper mientras Belcebu dejaba el peso muerto de su nueva “amiga-victima” en uno de los sofás, allí podría alucinar un poco el colocon que llevaba.
-¿Que pasa chicos? ¿No hay chupitos para mi? -pregunté cogiendo uno de los endiablados vasos y apurandolo de un trago.
La noche se iba calentando mientras bebiamos y hablábamos de nuestros sires, sin duda era toda una hazaña salir ilesos de los Black, su apellido nos hacia ser respetados y a la vez, odiados por no decir que en mi caso, cualquier idea cruzada que se le pasara a Ferox por la cabeza me podía dejar sin ella.
Deslice mi diestra por el muslo caliente de Whisper notando como abría sus piernas, ya iba bastante borracha, así que sin pensarlo, al notarla receptiva, tire de su cintura sentándola a horcajadas sobre mi.
-¿que me cuentas? ¿Como andaba hoy Ferox? -susurré contra sus labios.
El intenso latir de su corazón era embriagador, como un tambor en plena guerra, demasiado inmortal con ella y sin embargo la esclava de sangre sabía que ninguno de los presentes seríamos tan imbéciles como para tocarla sin que ella nos lo permitiera, es lo que tenia pertenecer a un Black.
El muermo del policía andaba escoltando a su hermano el drogata, aunque ahora mismo parecía ocupado con una bonita mujer con mascara que se esforzaba en limpiarle la abultada bragueta del liquido derramado.
A ver si conseguía animarlo, por contra yo me acerqué a Whisper mientras Belcebu dejaba el peso muerto de su nueva “amiga-victima” en uno de los sofás, allí podría alucinar un poco el colocon que llevaba.
-¿Que pasa chicos? ¿No hay chupitos para mi? -pregunté cogiendo uno de los endiablados vasos y apurandolo de un trago.
La noche se iba calentando mientras bebiamos y hablábamos de nuestros sires, sin duda era toda una hazaña salir ilesos de los Black, su apellido nos hacia ser respetados y a la vez, odiados por no decir que en mi caso, cualquier idea cruzada que se le pasara a Ferox por la cabeza me podía dejar sin ella.
Deslice mi diestra por el muslo caliente de Whisper notando como abría sus piernas, ya iba bastante borracha, así que sin pensarlo, al notarla receptiva, tire de su cintura sentándola a horcajadas sobre mi.
-¿que me cuentas? ¿Como andaba hoy Ferox? -susurré contra sus labios.
El intenso latir de su corazón era embriagador, como un tambor en plena guerra, demasiado inmortal con ella y sin embargo la esclava de sangre sabía que ninguno de los presentes seríamos tan imbéciles como para tocarla sin que ella nos lo permitiera, es lo que tenia pertenecer a un Black.
Lucien Abbel- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 40
Fecha de inscripción : 26/06/2018
Re: Au nom de Satan. La seule vérité.
Ferox le había dicho que se tomara un descanso, lo que significaba que, por una noche, olvidara lo que era: un soldado. Whipser muy rara vez se sacaba el palo que llevaba metido en el culo, pero cuando lo hacía, lo hacía a conciencia y con todas las consecuencias. Así que tras los saludos de cortesía con el dueño del Enfer y los nuevos vástagos de Yared, empezó a engullir chupitos como si fuera su último día sobre la faz de la Tierra y ansiara olvidar algo arraigado en lo más profundo de su mente.
Estaba acostumbrada a embriagarse con la sangre de su domitor, pero el colocón por alcohol era muy diferente. Sentía calor, pero éste no la abrasaba por dentro, su cabeza parecía flotar y su mirada se tornaba turbia, en vez de mejorar sus sentidos, estos se apagaban poco a poco, se adormecían. Y con ello, su carácter estricto y sombrío se esfumaba, dejando a una desinhibida Whisper con ganas de echarse unas buenas carcajadas.
Conocía la temperatura fría del cuerpo de un cainita, cada vez que Ferox le ponía las manos encima para alimentarse de ella o para, al contrario, darle su propia ponzoña, el vello de la inquisidora se erizaba junto a toda la piel que le recorría la columna. Pero ahora estaba demasiado bebida como para percatarse siquiera de eso. Con una amplia sonrisa se sentó a horcajadas de Lucien, aquel al que conocía desde adolescente, antes de que creciera y que fuera convertido a vampiro.
–Sabes que esssho no te lo puedo decir...
Arrastraba las sílabas y pronunciaba mal algunas consonantes, pero no perdía de vista el objetivo de mantener a salvo a su domitor, costase lo que costase. Le respetaba y le protegería con su vida.
Posó las manos en los hombros del descendiente de Abel, haciéndolas bajar lentamente por el pecho y fue desabrochando los botones uno a uno, aunque alguno ofrecía cierta resistencia a su pequeña falta de coordinación momentánea. Aproximó su rostro al foráneo, dejando que su cálido aliento bañado en alcohol humedeciera los labios de Lucien.
–Pero podemossh hablar de ti… y de mí...
Comentó con una ladina sonrisa, antes de morderle el belfo interior y succionarlo.
Estaba acostumbrada a embriagarse con la sangre de su domitor, pero el colocón por alcohol era muy diferente. Sentía calor, pero éste no la abrasaba por dentro, su cabeza parecía flotar y su mirada se tornaba turbia, en vez de mejorar sus sentidos, estos se apagaban poco a poco, se adormecían. Y con ello, su carácter estricto y sombrío se esfumaba, dejando a una desinhibida Whisper con ganas de echarse unas buenas carcajadas.
Conocía la temperatura fría del cuerpo de un cainita, cada vez que Ferox le ponía las manos encima para alimentarse de ella o para, al contrario, darle su propia ponzoña, el vello de la inquisidora se erizaba junto a toda la piel que le recorría la columna. Pero ahora estaba demasiado bebida como para percatarse siquiera de eso. Con una amplia sonrisa se sentó a horcajadas de Lucien, aquel al que conocía desde adolescente, antes de que creciera y que fuera convertido a vampiro.
–Sabes que esssho no te lo puedo decir...
Arrastraba las sílabas y pronunciaba mal algunas consonantes, pero no perdía de vista el objetivo de mantener a salvo a su domitor, costase lo que costase. Le respetaba y le protegería con su vida.
Posó las manos en los hombros del descendiente de Abel, haciéndolas bajar lentamente por el pecho y fue desabrochando los botones uno a uno, aunque alguno ofrecía cierta resistencia a su pequeña falta de coordinación momentánea. Aproximó su rostro al foráneo, dejando que su cálido aliento bañado en alcohol humedeciera los labios de Lucien.
–Pero podemossh hablar de ti… y de mí...
Comentó con una ladina sonrisa, antes de morderle el belfo interior y succionarlo.
Whisper- Inquisidor Clase Media
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Fecha de inscripción : 29/06/2018
Re: Au nom de Satan. La seule vérité.
Belcebú había encendido una pipa con opio y tras darle un par de caladas rápidas me pasó la manguera entre risas ebrias, me estaba contando la historia de la pobre chica que había dejado caer como un fardo sobre el asiento, su pura alma que quería devorar y por lo que no nos dejaba al resto de los cainitas jugar.
Me giré para ver si Lucien quería fumar pero este tenia la boca ocupada devorando los belfos de su guardaespaldas. Las manos de ella se deslizaban por su pectoral mientras el ávido se sus pechos se habia hecho hueco con la diestra deshaciendo la lazada y con la zurda sacando uno a través de su corseé.
Me relamí los labios sintiendo como mi polla se enardecía buscando hueco en mi pantalón al que iba a reventar y sin pensarlo enredé mis dedos en la melena roja de Whisper y tiré de esta hasta que nuestros labios chocaron hambrientos. El humo blanquecino emergió por las comisuras de nuestras bocas colocandonos mientras nuestras lenguas bailaban entre las brumas.
Lucien ahora recorría con sus colmillos su cuello masajeando su pectoral con la mano, tirando de su pezón haciéndola jadear y arquearse de puro éxtasis.
-Te gusta -susurró este al alcanzar la ternilla de la pelirroja lamiendo su oído antes de estallar en carcajadas -hableemos de ti y de mii -susurró arrastrando las palabras.
Separé mi boca permitiendo que fuera la de Lucien la que siguiera devorándola entre gruñidos mientras yo le alzaba la falda paras ver el sinuoso movimiento de caderas que de forma autómata la guardaespaldas tenia sobre la entrepierna de mi amigo.
-¿quierees que te foollemoos?
Me giré para ver si Lucien quería fumar pero este tenia la boca ocupada devorando los belfos de su guardaespaldas. Las manos de ella se deslizaban por su pectoral mientras el ávido se sus pechos se habia hecho hueco con la diestra deshaciendo la lazada y con la zurda sacando uno a través de su corseé.
Me relamí los labios sintiendo como mi polla se enardecía buscando hueco en mi pantalón al que iba a reventar y sin pensarlo enredé mis dedos en la melena roja de Whisper y tiré de esta hasta que nuestros labios chocaron hambrientos. El humo blanquecino emergió por las comisuras de nuestras bocas colocandonos mientras nuestras lenguas bailaban entre las brumas.
Lucien ahora recorría con sus colmillos su cuello masajeando su pectoral con la mano, tirando de su pezón haciéndola jadear y arquearse de puro éxtasis.
-Te gusta -susurró este al alcanzar la ternilla de la pelirroja lamiendo su oído antes de estallar en carcajadas -hableemos de ti y de mii -susurró arrastrando las palabras.
Separé mi boca permitiendo que fuera la de Lucien la que siguiera devorándola entre gruñidos mientras yo le alzaba la falda paras ver el sinuoso movimiento de caderas que de forma autómata la guardaespaldas tenia sobre la entrepierna de mi amigo.
-¿quierees que te foollemoos?
Keda- Vampiro Clase Alta
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Fecha de inscripción : 20/08/2018
Re: Au nom de Satan. La seule vérité.
Tirada en algún lugar mullido, se revolvía, colocada como estada, sumida en un extraño trance que desconocía. Oía una música lejana que se le antojaba bastante desagradable y nada tenía que ver con los cánticos de su añorado Alfheim. Pasaba de tener calor a sentir un tremendo frío incomprensible. Temblaba, se sacudía, buscaba algo con lo que cubrirse, a lo que aferrarse, porque parecía que caía. Recordó el suceso con el águila y la misma sensación la arrolló, haciendo que liberara un grito de auxilio.
Nadie la socorrió, nadie parecía verla o siquiera oírla. Se levantó y todos los que la rodeaban eran hombres y mujeres sin rostros. Allí donde debía haber facciones diferenciadas, sólo existía oscuridad, vórtices de negrura. Estaba mareada y necesitaba apoyarse en cualquier cosa que encontraba a mano para poder avanzar, aunque no supiera a dónde se dirigía.
Aquello era, obviamente, un sueño, pero la elfa no lo sabía. Para ella, todo era muy real, a la vez que confuso, desconcertante… terrorífico y atrayente. Porque en mitad de aquel gentío sin caras, se recortó una silueta con grandes alas negras que parecía descender de un agujero en el techo. Se posó con elegancia en el suelo, acercándose a Alea a medida que aquellas grandes extensiones para volar se desvanecían, como si fueran engullidas por la espalda del demonio. En cuanto la luz de las velas iluminó el perfil del susodicho, lo reconoció, era Belcebú, aquel con el que había hecho un trato. El hombre le tendió una mano, invitándola a iniciar un baile. Ella negaba con la cabeza, recordándole que ya le había dicho, con anterioridad, que no sabía. Mas este insistió, atrapándola de la cintura y apegándola a su cuerpo.
Extrañamente, en aquella ocasión, los pies y caderas de la morena sí parecieron comprender la música, interpretarla, vivirla. Se movió con ritmo, elegancia y, aunque jamás había experimentado un sentimiento semejante, con lujuria.
En el mundo real, la silueta femenina se seguía revolviendo en el sofá donde su captor la había depositado. Ella se retorcía como una pequeña culebra intentando salir del barro. De sus labios escapaban breves quejas, aunque excesivamente similares a suaves gemidos.
Nadie la socorrió, nadie parecía verla o siquiera oírla. Se levantó y todos los que la rodeaban eran hombres y mujeres sin rostros. Allí donde debía haber facciones diferenciadas, sólo existía oscuridad, vórtices de negrura. Estaba mareada y necesitaba apoyarse en cualquier cosa que encontraba a mano para poder avanzar, aunque no supiera a dónde se dirigía.
Aquello era, obviamente, un sueño, pero la elfa no lo sabía. Para ella, todo era muy real, a la vez que confuso, desconcertante… terrorífico y atrayente. Porque en mitad de aquel gentío sin caras, se recortó una silueta con grandes alas negras que parecía descender de un agujero en el techo. Se posó con elegancia en el suelo, acercándose a Alea a medida que aquellas grandes extensiones para volar se desvanecían, como si fueran engullidas por la espalda del demonio. En cuanto la luz de las velas iluminó el perfil del susodicho, lo reconoció, era Belcebú, aquel con el que había hecho un trato. El hombre le tendió una mano, invitándola a iniciar un baile. Ella negaba con la cabeza, recordándole que ya le había dicho, con anterioridad, que no sabía. Mas este insistió, atrapándola de la cintura y apegándola a su cuerpo.
Extrañamente, en aquella ocasión, los pies y caderas de la morena sí parecieron comprender la música, interpretarla, vivirla. Se movió con ritmo, elegancia y, aunque jamás había experimentado un sentimiento semejante, con lujuria.
En el mundo real, la silueta femenina se seguía revolviendo en el sofá donde su captor la había depositado. Ella se retorcía como una pequeña culebra intentando salir del barro. De sus labios escapaban breves quejas, aunque excesivamente similares a suaves gemidos.
Alea- Hechicero Clase Baja
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Fecha de inscripción : 27/04/2018
Re: Au nom de Satan. La seule vérité.
Los chupitos que portaba en su bandeja iluminaban a su paso, prendidos como iban en pequeñas llamas que ella misma encendía cuando se acercaba a la mesa en cuestión a la que aquel alcohol iba destinado. Quemaba rápido así que no podía andarse paseando por todo el local o, al final, no quedaría nada en los pequeños recipientes que cargaba. Fue Raziel quien la reclamó y con una cerilla prendió varios que entre los amigos del dueño se fueron repartiendo. -¿Quieren encargar alguna bebida en particular?- Quiso saber ella, metida en su papel de camarera. Era la manera que tenía de ganarse la vida, de pagar el alquiler del lugar en el que vivía o las ropas que vestía. La comida era otro cantar, pero también la conseguía en el propio L’Enfer desde que allí había empezado a trabajar.
Les sonrió a los dos chicos que andaban pasándose a la mujer pelirroja como si fuera una pipa. Los ojos de ambas muchachas se encontraron y Sade pudo ver la lujuria tiñendo los orbes verdes de la desconocida. Eso no era de extrañar en ese bar donde el sexo era una forma más de diversión, a la par con la mismísima ingestión de alcohol. La necrófaga le dedicó una amplia sonrisa y un guiño bajo el oscuro antifaz que ocultaba su rostro. Ella nunca había sido especialmente quisquillosa con sus parejas sexuales, le bastaba con que supieran cómo besar y tocar y el aliento no les oliera a muerte. De eso sabía un rato, aunque era muy cuidadosa con su propia higiene, precisamente por la alimentación que llevaba.
Whisper extendió el brazo en su dirección y le agarró la muñeca, acercándola de un tirón hasta que el hombro de la cazadora chocó con el de Lucien. -Disculpe, no pretendía molestar...- Por suerte, no le había tirado nada encima, porque la bandeja iba ya vacía, pero la respuesta fue un acto reflejo más que algo sincero, pero lo tenía tan ensayado que todos la creían cuando pedía perdón aún sin creer que hubiera hecho nada malo.
Les sonrió a los dos chicos que andaban pasándose a la mujer pelirroja como si fuera una pipa. Los ojos de ambas muchachas se encontraron y Sade pudo ver la lujuria tiñendo los orbes verdes de la desconocida. Eso no era de extrañar en ese bar donde el sexo era una forma más de diversión, a la par con la mismísima ingestión de alcohol. La necrófaga le dedicó una amplia sonrisa y un guiño bajo el oscuro antifaz que ocultaba su rostro. Ella nunca había sido especialmente quisquillosa con sus parejas sexuales, le bastaba con que supieran cómo besar y tocar y el aliento no les oliera a muerte. De eso sabía un rato, aunque era muy cuidadosa con su propia higiene, precisamente por la alimentación que llevaba.
Whisper extendió el brazo en su dirección y le agarró la muñeca, acercándola de un tirón hasta que el hombro de la cazadora chocó con el de Lucien. -Disculpe, no pretendía molestar...- Por suerte, no le había tirado nada encima, porque la bandeja iba ya vacía, pero la respuesta fue un acto reflejo más que algo sincero, pero lo tenía tan ensayado que todos la creían cuando pedía perdón aún sin creer que hubiera hecho nada malo.
Sade Bisset- Cazador Clase Media
- Mensajes : 9
Fecha de inscripción : 24/08/2018
Re: Au nom de Satan. La seule vérité.
La inquisidora solía ser tan recta como una vara de hierro bien trabajada, pero cuando se soltaba, igual que todo el resto de las cosas que hacía, lo hacía a por todas. Era un soldado en todos sus actos y daba el cien por cien de ella misma en cada misión y cosa encomendada por Ferox. Y había sido él mismo el que le había pedido que se tomara la noche libre y disfrutara, así que ella, obediente como pocas, así lo estaba haciendo.
Pasaba de besar a Lucien a hacer lo mismo con Keda, el vástago reciente de Yared, el mayor de los Black. Ambos parecían rifársela y mientras uno le devoraba la boca el otro amasaba sus tetas. Las caderas de la pelirroja se movían sobre el regazo del hijo de Abel, frotándose con insistencia contra aquella abultada verga que desprendía calor bajo la ropa. Era lo único caliente de aquel ser y era inevitable notarlo, precisamente por lo fríos que tenía los labios o las manos en comparación.
Fue entonces cuando se fijó en la muchacha de los cabellos rosados, en esa sonrisa que se dibujaba en un rostro oculto bajo un antifaz negro. El uniforme de L’Enfer era provocativo y remarcaba cada curva de aquel cuerpo menudo. Whisper era alta para ser una mujer, rondaba el metro setenta y cinco, pero aquella camarera no debía llegar ni al metro sesenta. A la inquisidora se le antojó manejable y excitante así que, sin cortarse, la sujetó de la muñeca y la atrajo hacia ellos.
–Juega con nosotros...
Pidió cuando la chica dejó de disculparse con Lucien y tiró más de ella hasta que pudo soltarle el antebrazo y darle una palmada en el trasero. La soldado se pasó la lengua por el labio inferior con evidente lascivia y se incorporó, aún con una rodilla a cada lado del regazo de su protegido. Se apegó al rostro foráneo hasta que sus narices se rozaron y sin mediar palabra, besó con pasión y avaricia los carnosos labios de la desconocida.
Pasaba de besar a Lucien a hacer lo mismo con Keda, el vástago reciente de Yared, el mayor de los Black. Ambos parecían rifársela y mientras uno le devoraba la boca el otro amasaba sus tetas. Las caderas de la pelirroja se movían sobre el regazo del hijo de Abel, frotándose con insistencia contra aquella abultada verga que desprendía calor bajo la ropa. Era lo único caliente de aquel ser y era inevitable notarlo, precisamente por lo fríos que tenía los labios o las manos en comparación.
Fue entonces cuando se fijó en la muchacha de los cabellos rosados, en esa sonrisa que se dibujaba en un rostro oculto bajo un antifaz negro. El uniforme de L’Enfer era provocativo y remarcaba cada curva de aquel cuerpo menudo. Whisper era alta para ser una mujer, rondaba el metro setenta y cinco, pero aquella camarera no debía llegar ni al metro sesenta. A la inquisidora se le antojó manejable y excitante así que, sin cortarse, la sujetó de la muñeca y la atrajo hacia ellos.
–Juega con nosotros...
Pidió cuando la chica dejó de disculparse con Lucien y tiró más de ella hasta que pudo soltarle el antebrazo y darle una palmada en el trasero. La soldado se pasó la lengua por el labio inferior con evidente lascivia y se incorporó, aún con una rodilla a cada lado del regazo de su protegido. Se apegó al rostro foráneo hasta que sus narices se rozaron y sin mediar palabra, besó con pasión y avaricia los carnosos labios de la desconocida.
Whisper- Inquisidor Clase Media
- Mensajes : 17
Fecha de inscripción : 29/06/2018
Re: Au nom de Satan. La seule vérité.
Una rubita bastante patosa a decir verdad se acercó para recoger los vasos vacíos, las disculpas no tardaron en llegar, mas también su curiosidad, una que Whisper completamente colocada no dejó escapar. Pensó que la joven era digna de admirar y para verla mas cerca tiró de su brazo acercándola a ella y a un Lucien completamente perdido en la piel de sus dos enormes tetas..
Lucien no dejo pasar la oportunidad de un tirón le despedazó el uniforme y la atrajo de la nuca hacía Whisper que devoró sus labios con hambruna embriagándola de las sustancias consumidas, ofrecidos sus pechos la chica los torturo entre pellizcos animando a la camarera.
-Ven conmigo -pedí a la joven guerrera de Ferox -cabalga sobre mi polla, la tengo dura -aseguré con malicia contra sus labios.
Lucien se quejó porque el coño mojado de la chica humana se la tenia muy dura, pero la jovencita de las bebidas no dejó pasar la oportunidad y como una gata se subió sobre el inmortal que ladeó la sonrisa llevando su copa a los labios para darle un trago antes de vertirla por completo por los pechos ahora desnudos de su nueva compañera de juegos.
Bajé mi cremallera dejando fuera el pilar mientras con mis dedos hacía a un lado sus bragas y la ayudaba a bajar, su coño la engullo, sus caderas danzaban entre la niebla de humo que quedaba entre nuestras bocas entreabiertas
Lucien jadeaba tirando ahora del pelo de Whisper para besarla mientras la otra se la mamaba bien mamada haciendo ruidos, saboreando el alcohol en su semen.
-Huelo desde aquí lo mojado que esta tu coño -le dije a la camarera -sube a la mesa que te lo coma.
Lucien no dejo pasar la oportunidad de un tirón le despedazó el uniforme y la atrajo de la nuca hacía Whisper que devoró sus labios con hambruna embriagándola de las sustancias consumidas, ofrecidos sus pechos la chica los torturo entre pellizcos animando a la camarera.
-Ven conmigo -pedí a la joven guerrera de Ferox -cabalga sobre mi polla, la tengo dura -aseguré con malicia contra sus labios.
Lucien se quejó porque el coño mojado de la chica humana se la tenia muy dura, pero la jovencita de las bebidas no dejó pasar la oportunidad y como una gata se subió sobre el inmortal que ladeó la sonrisa llevando su copa a los labios para darle un trago antes de vertirla por completo por los pechos ahora desnudos de su nueva compañera de juegos.
Bajé mi cremallera dejando fuera el pilar mientras con mis dedos hacía a un lado sus bragas y la ayudaba a bajar, su coño la engullo, sus caderas danzaban entre la niebla de humo que quedaba entre nuestras bocas entreabiertas
Lucien jadeaba tirando ahora del pelo de Whisper para besarla mientras la otra se la mamaba bien mamada haciendo ruidos, saboreando el alcohol en su semen.
-Huelo desde aquí lo mojado que esta tu coño -le dije a la camarera -sube a la mesa que te lo coma.
Keda- Vampiro Clase Alta
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Fecha de inscripción : 20/08/2018
Re: Au nom de Satan. La seule vérité.
La pelirroja la atrajo sin dudar ni pensar siquiera en el rechazo y Sade se dejó hacer. Trabajando en un local de corrupción como L’Enfer, uno tenía que se muy abierto de mente y pensar que todo era posible. La depravación estaba sentada a cada mesa y podías pasar a ser partícipe en cualquier momento, aunque nunca nada era forzado. Pero estaba claro que alguien puritano no se ofrecería para ser camarera del antro de Raziel.
Pudo ver la lascivia tiñendo aquellos orbes y humedeciendo los carnosos labios de la amiga del dueño del mismísimo Infierno convertido en pecado. Las bocas de ambas se unieron en un beso que pronto se tornó hambriento. Las manos de Lucien desnudaron habilidosas su torso, dejando los pechos de la más menuda de las mujeres al descubierto.
La lujuria era contagiosa, como un virus muy potente y en menos de lo que canta un gallo, Sade ya se encontraba frente al descendiente de Abel, acuclillada y masturbándole mientras con la lengua le estimulaba la uretra antes de meterse el falo erguido y caliente en la boca. El antifaz le molestaba un poco así que lo levantó y lo dejó en su pelo, haciendo casi de diadema. Con la derecha tiraba del prepucio hacia la base mientras chupaba con ganas, sin importarle hacer ruido, sobre todo porque con la música de fondo a penas se oía nada a un metro de distancia.
Los orbes claros de la necrófaga miraban a su alrededor porque ver a los demás comiéndose las bocas o follando, la ponían cachonda. La falda era corta y al estar agachada se le veían las bragas si alguien se colocaba detrás de la silla de Lucien. Con la zurda se estaba estimulando por encima de la mojada tela cuando escuchó a Keda decirle que se subiera a la mesa.
Se sacó la verga de la boca, sorbiendo el grueso hilo de saliva que quedó uniendo sus labios al glande y se relamió. El mayor de los cainitas la ayudó a subirse a la mesa. Sin embargo, no quería dejar sin atenderlo, así que se colocó a cuatro patas con el trasero en dirección al más joven y mordió los belfos a Lucien antes de susurrarle. -¿Por qué no subes aquí de rodillas y sigo?-
Pudo ver la lascivia tiñendo aquellos orbes y humedeciendo los carnosos labios de la amiga del dueño del mismísimo Infierno convertido en pecado. Las bocas de ambas se unieron en un beso que pronto se tornó hambriento. Las manos de Lucien desnudaron habilidosas su torso, dejando los pechos de la más menuda de las mujeres al descubierto.
La lujuria era contagiosa, como un virus muy potente y en menos de lo que canta un gallo, Sade ya se encontraba frente al descendiente de Abel, acuclillada y masturbándole mientras con la lengua le estimulaba la uretra antes de meterse el falo erguido y caliente en la boca. El antifaz le molestaba un poco así que lo levantó y lo dejó en su pelo, haciendo casi de diadema. Con la derecha tiraba del prepucio hacia la base mientras chupaba con ganas, sin importarle hacer ruido, sobre todo porque con la música de fondo a penas se oía nada a un metro de distancia.
Los orbes claros de la necrófaga miraban a su alrededor porque ver a los demás comiéndose las bocas o follando, la ponían cachonda. La falda era corta y al estar agachada se le veían las bragas si alguien se colocaba detrás de la silla de Lucien. Con la zurda se estaba estimulando por encima de la mojada tela cuando escuchó a Keda decirle que se subiera a la mesa.
Se sacó la verga de la boca, sorbiendo el grueso hilo de saliva que quedó uniendo sus labios al glande y se relamió. El mayor de los cainitas la ayudó a subirse a la mesa. Sin embargo, no quería dejar sin atenderlo, así que se colocó a cuatro patas con el trasero en dirección al más joven y mordió los belfos a Lucien antes de susurrarle. -¿Por qué no subes aquí de rodillas y sigo?-
Sade Bisset- Cazador Clase Media
- Mensajes : 9
Fecha de inscripción : 24/08/2018
Re: Au nom de Satan. La seule vérité.
La camarera del Infierno no era una mojigata ¿como serlo cuando la perversión y la lujuria bailaba entre las llamas de aquellas paredes llenas de lava volcánica.
Lucien permitió a la joven subir a la mesa, la falda era tan corta que ahora en mi dirección me permitía verle esas bragas negras mojadas por los fluidos de su excitación, tal era que resbalaba por sus muslos. La camarera no apartó su mirada de los oscuros orbes de Lucien que aun sentado no apartaba la vista de sus dos enormes tetas.
Parecían haberse gustado, el inmortal se dejó morder los belfos entre lamidas y jadeos acercándose mas a ella mientras se sacudía la polla bañada de saliva resbaladiza.
Whysper cabalgaba enloquecida mordiendo mi cuello, lamiendo unas gotas de sangre , poderosa droga para humanos, jadeaba contra la ternilla de mi oído el nombre de Lucien y no el mío, iba tan borracha que creo no sabía ni lo que estaba haciendo en esos momentos.
Con la diestra bajé las bragas a la camarera, dejando su coño al descubierto, abierto, mostrándome su inflamado botón hundí dos de mis dedos en la hendidura introduciendolos despacio, notando como los engullían sus paredes y ella se arqueaba loca de ganas de ser follada.
Lucien ya se había subido a la mesa arrodillado, la mujer de ojos claros se la mamaba con ansia mientras este movía las caderas de atrás hacia delante hundiéndola en su boca hasta el fondo como una bestia.
Belcebú se metió una pastilla en la boca sentándose a mi lado en el sofá, tiró del pelo de Whisper para pasarle la droga con un beso largo y húmedo.
-Comeme la polla preciosa -le pidió mientras se bajaba el pantalón y se la sacaba brillante empujando ahora la cabeza de la inquisidora a su verga mientras yo me la follaba por el coño con fuerza.
Lucien permitió a la joven subir a la mesa, la falda era tan corta que ahora en mi dirección me permitía verle esas bragas negras mojadas por los fluidos de su excitación, tal era que resbalaba por sus muslos. La camarera no apartó su mirada de los oscuros orbes de Lucien que aun sentado no apartaba la vista de sus dos enormes tetas.
Parecían haberse gustado, el inmortal se dejó morder los belfos entre lamidas y jadeos acercándose mas a ella mientras se sacudía la polla bañada de saliva resbaladiza.
Whysper cabalgaba enloquecida mordiendo mi cuello, lamiendo unas gotas de sangre , poderosa droga para humanos, jadeaba contra la ternilla de mi oído el nombre de Lucien y no el mío, iba tan borracha que creo no sabía ni lo que estaba haciendo en esos momentos.
Con la diestra bajé las bragas a la camarera, dejando su coño al descubierto, abierto, mostrándome su inflamado botón hundí dos de mis dedos en la hendidura introduciendolos despacio, notando como los engullían sus paredes y ella se arqueaba loca de ganas de ser follada.
Lucien ya se había subido a la mesa arrodillado, la mujer de ojos claros se la mamaba con ansia mientras este movía las caderas de atrás hacia delante hundiéndola en su boca hasta el fondo como una bestia.
Belcebú se metió una pastilla en la boca sentándose a mi lado en el sofá, tiró del pelo de Whisper para pasarle la droga con un beso largo y húmedo.
-Comeme la polla preciosa -le pidió mientras se bajaba el pantalón y se la sacaba brillante empujando ahora la cabeza de la inquisidora a su verga mientras yo me la follaba por el coño con fuerza.
Keda- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 10
Fecha de inscripción : 20/08/2018
Re: Au nom de Satan. La seule vérité.
Sus caderas oscilaban sobre el regazo ajeno, formando círculos, moviéndose de atrás hacia delante. Cambiaba de sentido y de dirección cada pocos segundos, hasta que encontraba un punto sumamente placentero, lo disfrutaba y ella misma se torturaba, arrebatándoselo. Quería prolongar al máximo el tiempo hasta alcanzar el orgasmo, disfrutar del colocón y del sexo.
Sentía la verga abrirse paso cada vez que ella caía sobre ésta y estaba tan cachonda e hipersensibilizada que notaba perfectamente la forma del glande, más ancha y marcada, dilatándole las entrañas. Llenó de mordiscos el cuello ajeno al que se aferraba, mientras las manos se colaban por la camisa, bajando desde la nuca hacia las lumbares por la espalda. Rozaba con los dedos y subía con las uñas, marcando la fría dermis foránea. Los bocados se volvieron bruscos y salvajes, desesperados, llegando a romper la piel y sacar algo de sangre que, obviamente, no desperdició y se dedicó a lamer con lascivia y hambre. Eso era como un círculo vicioso, porque sumado al humo de los porros, la ponzoña del vampiro era una droga que, además de llenar de energía a la humana, otorgándole más aguante y fuerza, le subía la temperatura corporal y le hacía casi perder la cordura en busca de satisfacer las necesidades más primitivas. En aquella ocasión la lujuria más arrolladora.
Oyó reírse al inmortal al que estaba montando y en cuanto se retiró un poco para ver qué le hacía gracia, se percató que no era Lucien, sino Keda. Arrugó un poco la frente y como regaño, ilógico pero existente, le mordió el labio inferior al contrario y tiró de éste.
En su mente había una laguna y no recordaba haber pasado del regazo de uno al del otro, pero eso no hacía que le pareciera menos excitante, atractivo o placentero, estarse follando al vástago de Yared que al de Ferox.
–¿Y shi me la metesh por el culooo?
Preguntó Whisper con una ladina sonrisa, antes de relamerse lascivamente los labios. Aún tenía restos de sangre y saliva ajenas, mezcladas con la suya. Las pupilas de la inquisidora estaban dilatadas. Llevó ambas manos a acunarse los senos y los amasó como si fueran bollos a punto de hornearse. Usó los dedos corazón y pulgar de cada una para pellizcar y retorcer los pezones, tirando de ellos hasta enrojecerlos, porque ya hacía rato que estaban duros.
Sentía la verga abrirse paso cada vez que ella caía sobre ésta y estaba tan cachonda e hipersensibilizada que notaba perfectamente la forma del glande, más ancha y marcada, dilatándole las entrañas. Llenó de mordiscos el cuello ajeno al que se aferraba, mientras las manos se colaban por la camisa, bajando desde la nuca hacia las lumbares por la espalda. Rozaba con los dedos y subía con las uñas, marcando la fría dermis foránea. Los bocados se volvieron bruscos y salvajes, desesperados, llegando a romper la piel y sacar algo de sangre que, obviamente, no desperdició y se dedicó a lamer con lascivia y hambre. Eso era como un círculo vicioso, porque sumado al humo de los porros, la ponzoña del vampiro era una droga que, además de llenar de energía a la humana, otorgándole más aguante y fuerza, le subía la temperatura corporal y le hacía casi perder la cordura en busca de satisfacer las necesidades más primitivas. En aquella ocasión la lujuria más arrolladora.
Oyó reírse al inmortal al que estaba montando y en cuanto se retiró un poco para ver qué le hacía gracia, se percató que no era Lucien, sino Keda. Arrugó un poco la frente y como regaño, ilógico pero existente, le mordió el labio inferior al contrario y tiró de éste.
En su mente había una laguna y no recordaba haber pasado del regazo de uno al del otro, pero eso no hacía que le pareciera menos excitante, atractivo o placentero, estarse follando al vástago de Yared que al de Ferox.
–¿Y shi me la metesh por el culooo?
Preguntó Whisper con una ladina sonrisa, antes de relamerse lascivamente los labios. Aún tenía restos de sangre y saliva ajenas, mezcladas con la suya. Las pupilas de la inquisidora estaban dilatadas. Llevó ambas manos a acunarse los senos y los amasó como si fueran bollos a punto de hornearse. Usó los dedos corazón y pulgar de cada una para pellizcar y retorcer los pezones, tirando de ellos hasta enrojecerlos, porque ya hacía rato que estaban duros.
Whisper- Inquisidor Clase Media
- Mensajes : 17
Fecha de inscripción : 29/06/2018
Re: Au nom de Satan. La seule vérité.
Tal y como iban todos de colocados y cachondos, imposible que Lucien se negara a la clemente petición de la muchacha de cabellos rosados. Así que, enseguida se subió a la mesa de rodillas y le acercó la pulsante verga a los labios, recorriendo éstos con el glande como si se los pintara, humedeciéndolos con el líquido pre-seminal. La necrófaga entreabrió la boca, calcinando la punta de la polla del inmortal con su aliento y tras darle una breve lamida, como la niña que prueba por vez primera un caramelo, engulló el falo por completo con tal ímpetu que hasta le dio una arcada cuando el capullo le empujó la campanilla.
Los claros orbes de Sade se elevaron, buscando la mirada ajena, mas algo la distrajo por un instante, la lengua de Keda separando los pliegues de su coño para volver a comérselo con ansia. Los muslos de la humana temblaban de excitación mientras sus pulmones se llenaban del humo tóxico de la droga que les rodeaba a todos.
Whisper exigía atenciones, viéndose relegada a un segundo plano con todos disfrutando de aquella camarera a la que ella misma había atraído a la mesa. Por suerte, Belcebú reparó en ella y bajándose los pantalones se sacó la polla, sonriéndole ladinamente a la inquisidora. Ésta se pasó la lengua por los labios y sin decir ni mu se encorvó por un lado del cuerpo de Keda y empezó a comerse aquella jugosa verga como si no hubiera un mañana.
Los claros orbes de Sade se elevaron, buscando la mirada ajena, mas algo la distrajo por un instante, la lengua de Keda separando los pliegues de su coño para volver a comérselo con ansia. Los muslos de la humana temblaban de excitación mientras sus pulmones se llenaban del humo tóxico de la droga que les rodeaba a todos.
Whisper exigía atenciones, viéndose relegada a un segundo plano con todos disfrutando de aquella camarera a la que ella misma había atraído a la mesa. Por suerte, Belcebú reparó en ella y bajándose los pantalones se sacó la polla, sonriéndole ladinamente a la inquisidora. Ésta se pasó la lengua por los labios y sin decir ni mu se encorvó por un lado del cuerpo de Keda y empezó a comerse aquella jugosa verga como si no hubiera un mañana.
Sade Bisset- Cazador Clase Media
- Mensajes : 9
Fecha de inscripción : 24/08/2018
Re: Au nom de Satan. La seule vérité.
El músico recorría con su lengua cada pliegue de aquel coño completamente abierto, los fluidos se mezclaban con la saliva del neófito descendiendo por su muslo, cada vez que la camarera se movía para enterrar en su boca la polla del hijo de Abel, el mordía su clítoris tirando del mismo.
Sade gritaba de placer atragantándose con las embestidas de Lucien que con la pulsante verga en su boca buscaba enterrarla hasta la garganta de una muy colocada humana.
Las manos gélidas del inmortal torturaron sus dos pechos que botaban por los movimientos de los dos hombres que atrás y adelante se complacían con el pequeño y cálido cuerpo de la humana.
-Estás deliciosa -susurró el músico contra su sexo al sentir como la joven temblaba por la cercanía del orgasmo, fue en ese instante en le que hundió en su sexo sus colmillos, la chica gimió intensificando el placer corriéndose en su cara mientras la sangre, a tirones, abandonaba su cuerpo.
El demonio se centró en la preciosa inquisidora de pelo rojo y con la verga fuera brillando por la excitación empujó la cabeza de la chica contra su polla, necesitado de que se la comiera hasta el fondo. Whisper seguía con su coño abierto cobijando la polla de Keda que de vez en cuando le daba azotes en las nalgas para que la colocada inquisidora se moviera.*
Sade gritaba de placer atragantándose con las embestidas de Lucien que con la pulsante verga en su boca buscaba enterrarla hasta la garganta de una muy colocada humana.
Las manos gélidas del inmortal torturaron sus dos pechos que botaban por los movimientos de los dos hombres que atrás y adelante se complacían con el pequeño y cálido cuerpo de la humana.
-Estás deliciosa -susurró el músico contra su sexo al sentir como la joven temblaba por la cercanía del orgasmo, fue en ese instante en le que hundió en su sexo sus colmillos, la chica gimió intensificando el placer corriéndose en su cara mientras la sangre, a tirones, abandonaba su cuerpo.
El demonio se centró en la preciosa inquisidora de pelo rojo y con la verga fuera brillando por la excitación empujó la cabeza de la chica contra su polla, necesitado de que se la comiera hasta el fondo. Whisper seguía con su coño abierto cobijando la polla de Keda que de vez en cuando le daba azotes en las nalgas para que la colocada inquisidora se moviera.*
Keda- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 10
Fecha de inscripción : 20/08/2018
Re: Au nom de Satan. La seule vérité.
En cuanto los colmillos del neófito atravesaron los nervios que recorrían los labios vaginales de Sade, ésta encorvó la espalda como un gato y poco le faltó para soltar un bufido. Lágrimas asomaron a sus ojos, una mezcla entre intenso dolor y un placer hasta entonces desconocido. Notaba como toda la sangre que se había acumulado en su sexo por la excitación iba abandonando su cuerpo y, durante un par de segundos mientras le flojeaban los brazos, sus ojos se pusieron en blanco.
Lucien se quejó porque, de repente, ya no le succionaba la polla y le dio un azote en el trasero para espabilarla. La cazadora despertó de aquella breve pequeña muerte y tosió, pues hasta había olvidado que tenía la boca ocupada por la gruesa polla del hijo de Abel y había intentado tomar aire por ella. Se la sacó un instante, limpiándose con el dorso de la mano los gruesos hilos de saliva.
-¿Qué ha...?
Ni siquiera terminó la pregunta que el vampiro ya la sujetaba de la nuca y le hacía bajar de nuevo la cabeza para tragarse su verga necesitada de atenciones. Ella no se hizo de rogar demasiado, porque a pesar del desconcierto y la confusión momentáneos, seguían estando completamente cachonda.
Whisper chupaba, usando la punta de la lengua para estimular la uretra y, de vez en cuando, apretaba el glande con los dientes hasta que veía alguna reacción en el rostro del demonio. Le bastaba con una sonrisa ladeada o el alzamiento de una ceja para saber que Belcebú disfrutaba.*
Lucien se quejó porque, de repente, ya no le succionaba la polla y le dio un azote en el trasero para espabilarla. La cazadora despertó de aquella breve pequeña muerte y tosió, pues hasta había olvidado que tenía la boca ocupada por la gruesa polla del hijo de Abel y había intentado tomar aire por ella. Se la sacó un instante, limpiándose con el dorso de la mano los gruesos hilos de saliva.
-¿Qué ha...?
Ni siquiera terminó la pregunta que el vampiro ya la sujetaba de la nuca y le hacía bajar de nuevo la cabeza para tragarse su verga necesitada de atenciones. Ella no se hizo de rogar demasiado, porque a pesar del desconcierto y la confusión momentáneos, seguían estando completamente cachonda.
Whisper chupaba, usando la punta de la lengua para estimular la uretra y, de vez en cuando, apretaba el glande con los dientes hasta que veía alguna reacción en el rostro del demonio. Le bastaba con una sonrisa ladeada o el alzamiento de una ceja para saber que Belcebú disfrutaba.*
Whisper- Inquisidor Clase Media
- Mensajes : 17
Fecha de inscripción : 29/06/2018
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