Se su salvación (Libre)

por **Victoire Boujie** Miér Sep 12, 2018 7:25 pm

Abrazando la noche Victoire acostaba a sus hijos en la cama tras leerle uno de sus cuentos favoritos. La noche parecía tardía en su estado ya que algunos rayos de sol estaban aún desapareciendo de la índole de aquel día. Sus hijos cayeron rápidamente dormidos y en ese tiempo que ya tenía para ella sola, se fue hacia el ático de aquella mansión que tenían y continuo con un hechizo que estaba en proceso. Era para poder encontrar a alguien que pudiera otorgarle de nuevo un hogar o un aire familiar en la que hubiera un padre para sus hijos y un esposo que la amara y respetara en todos los aspectos del amor y nuevas esperanzas.

Sintiéndose esperanzada de que podría conseguir su final feliz terminaría todo su pesar y sus hijos podrían ser felices. Sabía que a veces sus hijos querían jugar a cosas varoniles tales como la espada, los deportes que estaban situándose en la sociedad, pero ella era demasiado torpe, no daba buenos pasos y estaba todo el rato fallando. Cosa que con la costura, la cocina o cualquier otro arte que no sea el deporte seguro que le sale bien.

- Vaya me faltan varios ingredientes – Victoire dijo para sí misma. Estaba segura de que su hechizo estaba casi listo pero de sorpresa se encontró con una sorpresa y era que necesitaba unos ingredientes que no estaban en su repertorio. Maldijo y sin poder evitarlo se preguntó lo más esencial ¿Debería dejar a sus hijos solos y sin protección? O ¿debería esperar a mañana a que estos estuvieran en el colegio y así aprovechar para comprar los ingredientes?

Se deshizo el moño que estaba sobre su cabeza, suspiró y se desató un poco el escote delantero para tener más capacidad de respiración de poder relajarse un poco más. Se dio a sí misma un masaje en el cuello queriendo encontrar el punto de relajación, pero no parecía que lo encontrara. Se desvistió y rápidamente llenó la bañera de agua y aporto unas hierbas que relajarían su cuerpo, pero en cuanto estaba a punto de meterse en la bañera, cuando ya estaba deslizando su pie al interior del agua con hierbas aromáticas y relajantes, el menor de los gemelos comenzó a gritar en la inmensidad de la habitación, de la mansión. Rápidamente, Victoire se vistió y fue corriendo hacia la habitación encontrándose con un hombre de colmillos afilados que intentaba alcanzar la yugular de su hijo menor mientras su otro hijo estaba en una esquina intentando detener la sangre que salía de su cuello.

Maldijo y cogiendo una madera con sus manos desnudas de la chimenea atizó a la criatura que de seguido salió por la ventana despavorida. No se fijó en su apariencia pero cogiendo a su hijo en brazos antes de que este se cayera al suelo, suspiro aliviada, pero rápidamente se dio cuenta de que su otro hijo estaba desangrándose. Tomándolo en brazos después de ponerle unas hiervas que detendrían la hemorragia, se llevó a ambos llevados por el cochero de su mejor amiga hacia el hospital donde de inmediato atendieron a Cyrus.

- Mama, ¿Cyrus, se pondrá bien, no?

- Si, Jeremiah, se pondrá bien.