El lobo y la gitana (privado)

por **Derek** Miér Sep 19, 2018 6:35 am

Últimamente mi estado era irascible, había tenido varios encontronazos con otros machos beta de la manada de Vashni y muchos le habían sugerido que debía largarme, que era un lobo omega, peligroso, y que no debería acogerme entre sus filas porque acabaría traicionándome.
Ingrid acabó sugiriéndome que fuera a ver a una gitana anciana en el campamento gitano, según ella, sin necesidad de magia esa mujer podía trabajar con ciertos remedios naturales que me ayudarían a “serenar mi alma”

Así que aquel día tomé mi espectro y atajé la distancia que quedaba desde la mansión de Vashni a las afueras y el campamento gitano apostado en un pequeño llano cerca del bosque.
No me costó demasiado dar alcance a aquel lugar lleno de carpas de colores trazadas en circulo, un fuego recién apagado y hombres de piel oliva que trabajaban con chatarra.
Las mujeres bailaban y cantaban dando de comer a las cabras, era un mundo distinto lleno de color.

Me acerqué a uno de los gitanos y le pregunté por Esmeralda, la anciana que según Ingrid podría ayudarme a conectar con mi bestia y domarla.
El tipo bastante hablador, aseguró que iba a acompañarme porque no se fiaba de que un lobo andará suelto, el chico parecía simpático, pero al notar que tocaba mi bolsa de monedas enarqué una ceja y con una sonrisa le eché mano antes de que me la robara.
-No se si saldré con soluciones o desplumado -rugí encendiendo mis ámbar, no me gustaba que me engañaran.

Una chica morena intervino antes de que lo enganchara por la pechera metiéndose por medio y empujándome del pecho me separó del hombre moreno.
-Es mi abuela, esmeralda es mi abuela -dijo esperando centrara mi atención en ella.

por **Saphire** Miér Sep 19, 2018 3:06 pm

La gitana se hallaba cortándole las pezuñas a su cabra y limándoselas con una lima de acero cuando vio acercarse a un joven cuya aura gritaba “lobo” como si lo señalaran mil luciérnagas conformando flechas voladoras. La morena rio al ver a su amigo intentar robarle, algo que hacían casi todos en cualquier momento, no podían evitarlo, lo llevaban en la sangre. Sin embargo, el joven se dio cuenta de las intenciones ajenas y eso puso en alerta a Saphire que se incorporó rápidamente y con paso presuroso se colocó entre ambos varones. Sabía que Goldin comprendería sus acciones así que se centró en el desconocido al que apartó suavemente tras posar una mano en su pecho y lo empujó despacio para que retrocediera. -Esmeralda, la mujer a la que buscar, es mi abuela.- Aseguró, captando así la atención de aquel muchacho.

-Sígueme.- Le dijo al darse la vuelta y emprender el paso. Para aquel entonces, el habilidoso ladrón ya se había esfumado. Los gitanos eran rápidos, silenciosos y pícaros, como pequeños ratones de campo siempre hambrientos. Si les quitabas los ojos de encima durante dos segundos, eran capaces de dejarte hasta sin zapatos. La figura de la chica se alejaba con aquel contoneo típico de caderas, uno que llevaban consigo por los bailes y porque, para qué negarlo, adoraban mostrarse sensuales. Eran mujeres pecaminosas y no se arrepentían ni ocultaban aquellos placeres que suscitaban con sus miradas profundas, sus caricias tentadoras y sus sonrisas endiabladamente hermosas. Se cuidaban, al menos hasta que se casaban, luego muchas se abandonaban, aunque había excepciones como lo era, precisamente, la vieja.

Una vez le apartó a un costado del asentamiento, tras la caravana de su abuela, se detuvo y giró sobre los talones para enfrentar a aquel lobo extraviado. -Esmeralda no está en el campamento ahora, está ayudando a un viejo amigo con cierto… problema. Sin embargo, yo soy su aprendiz. Dime lo que te ocurre y, tal vez, pueda serte de ayuda.- No mentía, la vieja le enseñaba muchas cosas, pero el poder de Saphire distaba mucho del de alguien que había nacido mil veces y muerto una menos. Pero le ponía ganas y las cosas simples las tenía ya más que dominadas. También tenía por la mano alguna más complicada, pero algo le olía a que no sería capaz de enfrentarse a la petición del licántropo.

por **Derek** Vie Oct 12, 2018 11:46 am

Seguí a la gitana hasta una especie de carromato algo mas apartado del resto, la puerta o lo que parecía serla tintineo a nuestro paso, dentro había una especie de mesita redonda llena de artilugios varios y unos cojines por el suelo donde la joven me invitó a tomar asiento.
-Creo volveré cuando este tu abuela -respondí deslizando mis ojos por aquel lugar que tufaba a incienso.

La morena insistió en que podría ayudarme, se alabó a si misma, peor si algo sabia de los gitanos es que no eran de fiar, algo que acaba de comprobar, supongo que la necesidad de ayuda es lo que me hizo hablar, eso si rechazando la pipa que me pasó para fumar y que me relajara, lo que me faltaba acabar colocado desnudo y desplumado en un campamento gitano.
-Necesito auto-control -dije sin mas, como quien va a pedir un medicamento para la tos -auto-control, un poco de calma, me pongo nerviosos y arremeto contra otros machos de la manada ocn facilidad, así que eso me lleva a ocasionar muchos problemas a mi alfa, si sigo así volveré a ser un omega.

La chica hundía aquellos afilados ojos en los míos de forma intensa como tratando de encontrar en ellos el problema.
-No puedo evitarlo, soy así, trato de pensar antes de actuar pero el instinto me gana siempre la partida.

La gitana me pidió que le dijera mi nombre y por supuesto ella también se presentó, así que extendí mi mano para afianzar la suya pero ya no la soltó, enarque una ceja sin comprender que pretendía encontrar en las lineas que en mi palma se dibujaban, peor ella parecía muy interesada en seguir acariciándolas.

Seguramente seria una embustera como los otros, me empezaba a cansar y acaba de empezar.
-¿que ves? -espeté casi con un gruñido.

por **Saphire** Sáb Oct 13, 2018 3:56 am

El lobo enseguida se negó a quedarse, alegando que esperaría a que estuviera la vieja para que escuchara sus problemas y le ayudara o, al menos, lo intentara. Mas Saphire era terca como ella sola, más incluso que su hermano Bavol. Pero ella solía disimularlo mejor y era él quien cargaba con la fama mientras que la gitana, con una ladeada sonrisa, cardaba la lana. Así que la mujer no cedió ante el intento de marcha el joven y le tomó de las muñecas, tirando de él hacia su cuerpo. Giró lentamente las manos alrededor hasta que las yemas de sus dedos se pasearon por el interior de los antebrazos ajenos, subiendo hasta las palmas donde se detuvo, al tiempo en que bajaba la mirada. Se quedó únicamente con la izquierda, sosteniéndola por el dorso con la diestra propia, mientras con la otra reseguía entre caricias las líneas que se dibujaban en la del contrario.

Le había estado escuchando mientras le narraba cuál era su problema, mas ella veía bastante normal que cualquier licántropo se comportara de aquella manera que le contaba. Si bien era cierto que formaban manadas, el instinto primario era el mismo para todos y, seguramente, el mayor problema era que dentro de sí encerraba a un alfa incapaz de soportar las órdenes de otro. Aún así no dijo nada al respecto y se dedicó a leerle el futuro mentalmente, sin pronunciar aún palabra alguna.

El muchacho era impaciente y pronto soltó un gruñido en forma de pregunta. Los ojos claros de la gitana se elevaron hasta encontrarse con los azules de él que parecían tener un halo dorado. Saphire sonrió, sin dejar de acariciarle la palma con las yemas y el filo de las uñas. -Veo que eres irritable.- Alzó entonces la mano y antes de que este respondiera con otro gutural sonido, posó el dedo índice contra sus labios. -Sh, no he terminado.- Aseguró ella, retirando a continuación el dígito, no fuera que se lo mordiera y, sin soltarle de la mano, tiró de él para que, aunque antes lo hubiera rechazado, ahora tomara asiento con ella en el suelo, sobre el lecho de cojines que cubrían una zona en particular. -¿Pierdes el control por cualquier motivo o hay ciertas cosas que te enervan más que el resto?- Estaba segura que la respuesta correcta era la segunda y que tenía que ver con la autoridad, que no soportaba verse “sometido” ni menospreciado por los demás. Que el orgullo le podía por encima de todas las cosas. Y entonces se le ocurrió algo y no dudó en preguntar de nuevo, sin tapujo alguno ni pelos en la lengua. -¿Con cuántas mujeres te has acostado?- Ladeó curiosa la cabeza, a la espera de su respuesta.

por **Derek** Dom Nov 04, 2018 11:29 am

La gitana no dejó de deslizar la yema de sus dedos por mi mano en lo que a mi se me antojaban etéreas caricias mas que una lectura de manos como ellos lo decían, enarqué una ceja cuando aseguró que era fácil de sacar de mis casillas.
-Vaya ¿te lo han dicho las lineas de mi mano? ¿tu bola de cristal? ¿o tal vez el tono dorado de mi mirada y el gruñido que acabo de echar?
Gruñí de nuevo contemplándole de frente, aquello era una gilipollez y no dudé en dejárselo entrever por cada uno de mis gestos, mas la gitana si algo tenía era terquedad, tiró de mi para que en vez de largarme tomara asiento a su lado en el suelo envueltos en cojines de distintos tronos.
-Espero que tu abuela lo haga mejor -dije bufando mientras su sonrisa se afilaba.

La siguiente pregunta evidenció lo que pensaba, que no tenía ni puta idea de lo que estaba diciendo.
-Por supuesto que no paso el día cabreado, pero si, cuando alguien trata de robarme como antes, o me toman el pelo como tu ahora..pues reviento.
Quizás no era el único momento, no se me daba bien asumir la autoridad, me revolvía cuando me elevaban el tono o me daban ordenes aunque Vashni era un hombre al que respetaba, conmigo se portaba bien, ese era el motivo de mi visita, porque de verdad no quería causar problemas a mi alfa y no eran pocas las voces discordantes que lo animaban a darme una patada y sacarme de la manada.

Enarqué una ceja, su pregunta me pillo de imprevisto, ladeé la sonrisa con un deje de diversión
-¿y que importancia tiene si se puede saber el numero de mujeres con las que me he acostado con esto?
Me relamí los labios incapaz de borrar la sonrisa engreída.
-¿estas segura de solo querer leerme la mano? Esto me suena a patraña...
Nos miramos ambos fijamente, mi mano seguía entre las suyas mientras nuestros cuerpos como imanes opuestos se atraían.

por **Saphire** Mar Nov 06, 2018 5:20 am

El lobo era desconfiado, y no sólo por encontrarse en el campamento gitano, rodeado de hombres y mujeres cuya fama precedía a su raza y les tildaba de ladrones y embaucadores expertos. La morena ladeó ligeramente la cabeza, imitando los gestos lobunos ajenos y le dedicó una ladina sonrisa cargada de intenciones. -Si no crees en esto, ¿para qué has venido?- Soltó la mano del joven y llevó los dedos a su propia melena. Agarró varios mechones que peinó con suavidad y los separó para empezar a trenzar.

En cuanto el licántropo contestó con otro interrogante a su pregunta, la sonrisa asomó de nuevo a los humedecidos labios de Saphire, más amplia y perfilada que antes. -El sexo es un buen método para liberar tensiones. Si lo practicaras a menudo, seguramente no tendrías tanta rabia contenida. Así que no te las des de macho conmigo, porque no va a colar.- Hizo una pausa expresa, reclamando así la atención del muchacho que seguía sentado frente a ella y que ahora debía sentir su ego herido. -¿Tienes miedo de hacer daño a tus compañeras en la cama?- La reacción ajena le dejó claro que había dado en el clavo, aunque ya sabía ella que había acertado aún y sin ver el ligero cambio en la expresión del chico. -Le temes a tu bestia y ella lo sabe. Es el lobo el que domina la situación y tu cuerpo. Te ves sobrepasado, arrollado por el licántropo. La luna llena es una maldición, porque en esas noches la poca razón que te queda te abandona…- Se alzó lo gusto para cambiar de posición y ponerse de rodillas, sentándose sobre sus propios talones. En ningún momento dejó de observar al lobo, aquel que tampoco le quitaba ahora la vista de encima. ¿Estaba interesado? ¿Ofuscado tal vez? Albergaba rencor a raudales, pero no hacia ella, sino hacia sí mismo. -Sé lo que piensas, lo que te asusta. Que tras la próxima fase de luna llena, el lobo no desaparezca y tu humanidad se esfume para siempre.- Los orbes de la gitana adquirieron un matiz violáceo, como si le analizara el alma, como si le estuviera leyendo por dentro realmente y adivinando cuáles eran sus pensamientos más oscuros, aquellos que intentaba ocultar de todo el mundo, especialmente de él mismo. Porque reconocerlo podría significar asumirlo y rendirse y Derek no estaba dispuesto a dejar la lucha que mantenía entre sus dos mitades.

Alargó la mano hacia él, pero el lobo estaba tenso y reculó, echando hacia atrás el tronco. -No tengas miedo. Yo puedo ayudarte… si me dejas. Pero, ¿estás dispuesto a confiar en alguien?- Ni siquiera matizó si refería a ella, que lo hacía, pero la pregunta era más generalizada, porque sabía que si a algo le tenía miedo aquel hombre era a aceptar más ayuda de alguien y corresponderle con la misma mala suerte que lo hacía con Vashni.

por Contenido patrocinado

El lobo y la gitana (privado)

El lobo y la gitana (privado)

Re: El lobo y la gitana (privado)

Re: El lobo y la gitana (privado)

Re: El lobo y la gitana (privado)

Re: El lobo y la gitana (privado)

Re: El lobo y la gitana (privado)

Re: El lobo y la gitana (privado)