Cambio de Planes - segunda parte de la Travesía

por **Bernard Liusse** Miér Sep 26, 2018 10:11 pm

Tras el ataque sufrido en la posada, Aelius, se dio cuenta que debía pedir ayuda a su familia para poder llegar a salvo a destino. En París, solo quedaba su cuñado, Eghon, y aunque el italiano no era de las personas que suelen pedir ayuda, sopesando el peligro que podía correr su querida bruja, decidió dejar todo resquemor y pedir a su cuñado que le ayudara. Para ello, mandó una carta a casa de los Grant, mas grande fue su sorpresa, cuando en pocas horas, recibió la visita, no de su cuñado, sino del hermano de éste, quien le había conseguido identificación falsa - no preguntes como la obtuve, solo te tiene que interesar que está bien realizada y que no tendrás problemas para abandonar Francia, aunque te aconsejo que o vayas a Italia, ya que en esa zona, la inquisición está realizando una ardua labor de redadas y es peligroso para quienes tienen problemas personales con inquisidores o con la iglesia. - le dijo, sin tapujos, y con la franqueza de quien sabe de lo que habla. Aunque Aelius, estuvo a punto de increparle su franqueza, la sonrisa diáfana del hermano de Eghon le hizo callar, - Vamos, no te pongas mal, si lo se todo, es porque tu hermana te adora y me ha mandado a que sea un tipo de ángel protector - rió, mientras se masajeaba la nuca, algo nervioso, - que bien sabes, que a tu hermana, no hay quien le saque de la cabeza aquello que se le ha puesto entre ceja y ceja - afirmó, fijando la mirada en Aelius.

Un rato mas, lo pasó junto al ex clérigo, que lo había abandonado todo, para volver su tierra y luchar desde allí contra todas las injusticias causadas por la inquisición. Tras despedirse, y prometer reunirse en breve, al llegar los dos a las tierras de los Grant, Aelius, se dispuso a buscar un coche de alquiler, prefería no cabalgar, aún le molestaba la herida recibida por parte de los inquisidores, necesitaba guardas sus fuerzas, por cualquier contratiempo o peligro que surgiera en la nueva travesía que deberían comenzar en breve. Cuando por fin consiguió un medio de transporte, se dispuso a descansar un poco, y también inspeccionar los documentos que el Grant le había entregado, el pasaporte decía claramente, que se trataba de un hombre escoces, del clan Grant, llamado Adair, - Adair... me gusta - dijo sonriendo de lado, - creo que hacen buen juego con los nombres, dijo mientras pensaba en el nombre de su bruja.