Sota, caballo y rey. (Privado)

Llovía bastante en Akershus, llevaban varios días así y no era cosa de Sirius, a veces el tiempo malo no tenía que ver con el malhumor del hechicero. El que sí andaba con un humor de perros era Einar, su esposa estaba bastante insoportable porque le dolían mucho los riñones y la tripa, Giuliana decía que era porque el feto estaba empezando a desarrollar sus huesos, le quedaban dos meses para dar a luz y dada su estatura y volumen, tenía razones para estar dolorida.

Danielle trabajaba en el despacho, inmersa en libros de cuentas, papeleos y legajos concernientes al comercio, esa fuente de ingresos tan importantes para la fortaleza. Höor andaba por ahi con Ulf, pero cuando la lluvia hizo del patio un campo impracticable, terminaron por tomarse una jarra en la taberna y regresar a sus hogares.

La inglesa levantó los ojos de los papeles cuando llamaron a la puerta anunciando a unos funcionarios de la corona española. ¿Españoles? Qué diablos querían tan lejos de su casa? Quizás algo de comercio, los hizo pasar y les ofreció una copa junto a la lumbre del despacho.*

Que en el norte lloviera no era algo raro y menso en estas fechas, solíamos aguantar bajo la lluvia el entrenamiento, éramos norteños, hombres aguerridos, cuatro gotas no iban a hacernos partir con el rabo entre las piernas, claro que cuando empezó a diluviar la idea de una jarra que calentar nuestros cuerpos nos llevó a la taberna y de ahí directos a casa con nuestras esposas. La mía estaba en el despacho con unos tres consejeros provenientes de España. Entre lleno de barro, dejando un reguero de agua a mi paso, las pieles pesaban demasiado empapadas del agua, ahora, al estar bien curtidas, habían resultado buenos impermeables y mi pecho seguía seco.

-¿que pasa? -pregunté señalando a esos tres pingüinos de pelo blando y ensortijado a modo de peluca.
Me relamí los labios dejando un beso que escandalizó al parecer a los tipos ¿que no se follaba en España? Y empujado por la mano de mi esposa para que tomara asiento y escuchara, me sirvió una copa y les instó a hablar.*

— Mi marido, el Conde Cannif…— el consejero carraspeó y la interrumpió.
— ¿Usted es Danielle Morgan?.— la pirata asintió frunciendo el ceño. ¿tendría alguna cuenta pendiente con la Corona española por sus años saqueando? De eso ya hacía veinte años, esos delitos deberían estar prescritos.— entonces esto es para… vos.— ¿Vos? Por qué la trataba así? Tomó la carta que le ofrecía el funcionario y la abrió mirando con extrañeza a Höor. Paseó los ojos por la líneas en medio de un silencio extraño. Levantó la vista mirando a los extraños.

—Tiene que ser una broma..— le pasó la carta a Höor, que iba sellada y lacrada con todas la garantías legales de la corona. En el papel estaba su nombre escrito como sucesora del viejo Rey Carlos fallecido el último mes, adjuntaban más papeles que certificaban el nacimiento de una niña 48 años atrás fruto de una relación ilegitima del rey con una amante inglesa, que resultó ser su tía, la tía que murió… al parecer no era su tía y eso explicaba muchas cosas. El por qué su padre siempre la rechazó, el por qué su familia no era una familia unida y que pudiera disfrutar de su fortuna, guardaban secretos, coaccionados bajo la amenaza de un rey.

Tomé la nota que leí con avidez incrédulo de lo que ponía en cada linea ¿que significaba esto?
-Debe haber un error.. -dije repasando las pruebas nuevamente. Según aquella misiva Dani era la legitima heredera al trono de España, o al menos consorte del mismo, pues allí había una ley en la que las mujeres no podían reinar, así que dicho privilegio pasaría en caso de haberlo al primer hijo varón de la " reina" y así sucesivamente.
-¿Einar? -pregunté mirando a la pirata -ni de coña -aseveré.
mas pronto me di cuenta de como Dani estaba, la noticia no era...fácil de asumir y sus manos temblaban ahora mismo aunque se mantenía firme mirando a los presentes.
-Bien -dije poniéndome en pie para dar por concluida aquella reunión, al menos para aplazarla hasta cuando mi esposa se encontrara en condiciones de tomar decisiones -una doncella les preparara las cámaras para que nos honren con su presencia un día mas, mi esposa necesita reflexionar, mañana serán atendidos y les daremos una respuesta, hasta entonces, gracias por venir.
Los hombres salieron por la puerta seguramente hablando de mis exquisitos modos y tras dar un portazo me giré para regresar junto a Dani.

Rodeé su cuerpo con mis brazos tratando de calmarla.
-Siempre supe que ese culo tenía que ser español y no ingles -traté de bromear para quitar hierro al asunto.Deslicé mis labios por su cuello y hombro dejando un reguero de besos.
-¿como estas? Dani esto no cambia quien eres...solo suma un poco mas. Tus padres son los que te criaron, no creas que has vivido una mentira.*

La noticia le cayó como un jarro de agua fría por varios motivos: el primero porque su madre, la única que más o menos la quería y la había tratado un poco bien en su infancia, no era su madre, era su tía, y su madre no sabía quién era. Por otro lado, su padre y sus hermanos siempre la trataron como una extraña y ahora sabía por qué. No cambiaba la mayor parte de lo que era, pues ella siempre había seguido sus criterios, su propio rumbo, pero como Höor decía, esa mentira tan grande ahora la hacía tambalear. ¿Quién era en verdad?

—Höor… mi familia no ha sido nunca un pilar, ahora sé por qué. Pero… es inevitable que me haga preguntas y… bueno, el pasado es pasado pero…¿en qué me convierte esto?¿ a qué me obliga? No lo entiendes? La ley sálica me impide heredar esa corona, pero obliga a Einar…esto… esto nos complica más la cosas, a mi, a ti, a él… ahora mismo… ni siquiera puedo pensar.*

-Para...-susurré cuando tomó carrerilla incapaz de parar, de pensar -tiré de ella estrechándola entre mis brazos tratando de buscar soluciones mas que respuestas -Dani, somos lo que somos, yo no pedí ser el niño que iniciara una revolución, pero lo soy y con esa carga no solo he cargado yo. Tu has estado aquí para mi, en pie, enfrentando amenazas que hubieran hecho tambalear al mas feroz de los guerreros y por contra tu has mirado a la muerte...y le has sonreído, eres muy valiente Dani. Es cierto, esto complica todo, pero eres lo que eres, no lo has pedido pero asumiremos las consecuencias juntos y seguiremos luchando. Einar no esta preparado para ser rey, ni siquiera padre...

Hice una pausa pensando en esas ultimas palabras que seguramente distaban mucho de infundir animos.
-Pero cuando tu llegaste a Akershus no estabas preparada para dejar el mar, para unirte a un hombre y para crear una familia y sin embargo aquí estas y yo..yo no he estado preparado para muchas cosas que he tenido que asumir sin mas. Einar no es un niño Dani, no es ya nuestro niño, va a ser padre, es un hombre que alza la espada y enfrenta la muerte y ahora tendrá que entender que también es un rey y que deberá...luchar por ser el mejor de todos ellos.*

Se dejó abrazar abrumada por esa noticia tan brutal, de señorita a pirata, de pirata a condesa, de condesa a reina y de reina a madre de un rey. Eso no era lo que había planeado, de pronto su vida se tambaleaba, y con ella la de Einar, Enola y su primer nieto, todo parecía irreal y no sentía más que vacío bajo sus pies.

— ¿crees que saldremos de esto? No podemos enviar a Einar solo a España, lo acabarán matando… ni siquiera sabe el idioma. Tendremos que acompañarlo, al menos un tiempo y… Por los dioses, Hoor!! Son cristianos muy devotos y nosotros paganos.*

Casi estallo en carcajadas cuando Dani soltó que eran cristianos.
-Pues mejor ¿como vamos a temer a unos que adoran a un dios crucificado? eso no habla bien de ellos ¿ no crees?
Teníamos que ir con Einar, de mandarlo solo volvería en una mortaja, él, su esposa y mi futuro nieto. Barajé las opciones de mantener a Enola en Akershus hasta que naciera su vástago, así las aguas en España se calarían o por contra estallarían al recibir un rey extranjero, pero fuere como fuere no pillaría a una mujer parturienta en medio. Por otro lado que el bebe naciera en tierras españolas sería su salvoconducto, pues si bien su rey seria extranjero no así el príncipe y futuro rey...
-Hablemos con nuestro hijo Dani, expongamos como están las cosas.*

Enola se había pasado el día jugando a la damas, leyendo y comiendo por dos y Einar por no escucharla se fue a entrenar y le dio igual al diluvio, pero lo mandaron llamar y se presentó en el despacho empapado y sucio, donde le esperaban sus padres y su mujer. La joven Blackmore suponía que les iban a decir que fueran buscando una casa o algo así, que estaban casados y deberían tener su propio lugar. Pero cuando Dani comenzó a hablar, de inmediato supieron que sucedía algo grave. Esta vez, la inglesa estaba sentada, con la mano de Höor sonre el hombro, infundiéndole ánimos. ¿Habría pasado algo? ¿habría muerto alguien? ¿Le habría pasado algo a Shelby que andaba en París? El silencio era tenso.

—…y todo esto…significa que vais a ser reyes de España.— Enola miró a Einar con expresión de “¿Tu madre está bebida?”*

Enarque una ceja pensando que mis padres le habían dado un buen tute a las hierbas, mas cuando padre me acercó la carta sellada por la corona de España supe por sus caras que esto distaba mucho de ser una broma pesada. Pasé la misiva a mi insoportable mujer mientras trataba de asumir lo que significaba eso de que iba a ser Rey.

-Rey de España, es decir ¿que gobernaré el país entero y podré mandar sus tropas contra Randulf?

-Significa hijo que vas a vivir épocas oscuras, no será tan fácil como llegar, ser coronado y gobernar. Eres un bárbaro, un pagano, eres mitad norteño y parte español, pero para ellos serás un extranjero que llega a su país a sentarse en un trono que no le corresponde. Vas a tener que combatir, mas no tanto con la espada como con esto -aseguró padre llevando sus dedos a la cabeza -espero seas buen estratega y que la educación que te hemos dado te sirva para entender que empieza un juego de tronos en los que muchos van a tratar de despellejarte y por desgracia no lo harán como aquí en el norte, si no entre las sombras...¿entiendes?*

Enola se levantó como un resorte poniéndole las manos en el cuello y sentándose sobre él, a pesar de lo mojado que estaba.

— que lo intenten.— levantó el mentón, ese que tenía hendido por un hoyuelo. Estaba deseando divertirse, y allí en el norte nunca pasaba nada, no al menos algo en lo que ella pudiera intervenir, y en España tendría una corte que dominar, extorsionar y dirigir.— No te preocupes, estoy más habituada que tú a ir a misa, puedo parecer devota y todo.