Esperando una buena venta {Libre} {Finalizado}

por **Sadiq Annan** Dom Ene 02, 2011 12:59 pm

Había llegado a buena hora para tomar un puesto, en donde estacionó su carreta que estaba llena de su mercancía recién traída de Estambul. Habían muchas cosas ahí que se vendían en los mercados del Imperio Otomano, cosas no solo provenientes de éste mismo lugar, sino también de China e India.

Específicamente, sobre la carreta habían telas, que estaban bien resguardadas y cuidadas, pues entre ellas había lana, lino e incluso seda. Las dos primeras, especiales para estos días fríos de invierno en París. Además, en canastas habían especias para condimentar alimentos y esencias especiales para perfumes.

Esperaba que éste día le trajera buenas ganancias, y aún mas, venderlo todo y volver pronto a Estambul, sentía que aquel frío no lo soportaría muy bien, aún cuando estuviera bien abrigado.

por **Ione Darkfrith** Dom Ene 02, 2011 1:22 pm

Y otra vez, desobedeciendo las ordenes de mi marido de no salir a la calle sin acompañamiento decidí salir al mercado ambulante, en busca de alguna clase de... entretenimiento. Y a falta de otra cosa mejor que hacer ¿Que mejor entretenimiento que ir a comprar cosas?

A mi modo de ver ninguna, asi que llevaba mi bolsa de dinero bien resguardada y mis manos en el manguito de piel de zorro blanco que me había regalado mi esposo. Ultimamente me hacía muchos regalos... ¿Estaría pidiendome perdón por haberme puesto los cuernos cn alguna furcia barata? Esperaba por el bien de su hombría que no, porque me encargaría bien de su amiguito.

Seguí paseando por alli hasta que un puesto me llamó la atención, tanto por los maravillosos olores que desprendía como por su propietario. Y me dirigí alli. Saqué la mano derecha del manguito y comencé a observar minuciosamente las telas, en especial una seda color aguamarina:

-¿Que es lo que me recomienda?

por **Sadiq Annan** Dom Ene 02, 2011 3:25 pm

Arreglaba el turbante que cubría su cabeza y pasaba por su cuello a modo de bufanda mientras estaba apoyado en el borde de su carreta mirando hacia todos lados y llamando la atención de algún potencial cliente cuando este pasaba. Pero su atención fue capturaba por una dama que de verdad se veía interesada en lo que él vendía. Se acercó hasta ésta y descubrió algo su rostro para sonreírle.

Se fijo que miraba las sedas. Eso era excelente pues aquellas telas costaban bastante, y si partía el día con una buena venta, lo que viniera después sería fácil.

-Si lo que busca es una tela suave, fina y rara pues la tiene en sus manos.- Comentó aún con la sonrisa en sus labios, tomando la tela para que la pudiera apreciar aún mejor- Es el color ideal para hacer un elegante vestido, de seguro haría juego con sus ojos...además podría ver algunas alhajas que serían perfectas si se decide por ésta tela...si gusta llevar otra tela puedo hacer un precio por ambas cosas-

por **Ione Darkfrith** Lun Ene 03, 2011 6:02 am

Ya había tenido algún vestido de seda, y recordaba que si bien era hermosos y sentaban igual que un guante pasaba un frio inimaginable con ellos, claro que vivía en Dinamarca y no es un lugar especialmente cálido que digamos.

Y aquella tela me gustaba mucho, muchisimo, y no creía que a Alexei le importase que la comprara ya que le salía el dinero por la orejas, ventajas de ser zar de Rusia. Aquella tela se movía como las aguas de un lago en verano, con la brisa que llegaba de vez en cuando:

-Mire señor... Le voy a ser sincera. Acabo de casarme hace poco, y he ocupado una posición mas elevada en la escala social, y me temo que si bien mis vestidos no son algo que una plebeya pudiera llevar si que no son lo suficientemente... digamos aptos, para mi rango actual. Es decir quiero renovar mi armario, o al menos tener varios vestidos que ponerme asi como complementos varios y por supuesto perfumes.-clavé mi mirada en la suya y le sonreí suavemente- ¿Cuanta tela necesitaría digamos para.... 20 vestidos nuevos? ¿Tendrá existencias suficientes de diferentes telas y colores?

por **Sadiq Annan** Lun Ene 03, 2011 9:53 am

Ya casi tenía en mente lo próximo que iba a ofrecer a la joven dama. Solo por su apariencia podía imaginar que debía ser de clase alta, por lo que tendría con que pagar, algo que a él le venía bien. Muchas veces se acercaban clientes a mirar, atraídos por su mercancía pero a veces el dinero no les alcanzaba, y bajar los costos no era una opción pues a volver a Estambul debía rendir cuentas y proveerse de mas mercancía.

Elevó la cabeza al escuchar que la jovencita le hablaba y no dejó de sorprenderse un poco al escuchar que estaba casada. No es que por sus tierras no fuese costumbre, pero para él aquella chica se le hacía muy joven. Sus ojos parecieron iluminarse al enterarse de que necesitaba e nuevos vestidos y mas, él perfectamente podría proveerle de aquello con lo que tenía.

Contestó la mirada que la castaña le dirigió y también le sonrió para luego ponerse pensativo a sacar cuentas mentales.- Con su complexión y altura, tomando en cuenta los vestidos que dice necesitar, creo que debería llevar unos cuatro o cinco metros de cada tela, lo que en veinte vestidos serían alrededor de ochenta o cien metros.- Dio una ojeada a su carreta, de cada tela traía unos cincuenta metros y en cuanto a seda, que era lo que mas llevaba, quizás quedaría corto de colores, pero solo era cuestión de rebuscar- Creo poder proveerle todo lo que desea, pero cada metro de seda son cincuenta francos, claro que al llevar tanto podría quedar en cuarenta cada metro, lo que serían unos 3.200 ó 4000 francos en total.- Dijo con una gran sonrisa pensando en todo el dinero que podría ganar.

-¿Tendrá como llevar todo? Si no es así, yo podría llevarlo hasta su hogar, con un pequeño cargo extra...aunque todo lo vale para verse mas bella de lo que ya luce -Sonrió mientras ponía las manos en su cintura- Disculpe si sueno impertinente, pero su esposo ha de ser alguien muy afortunado...tener una esposa joven, bella y que además luzca la seda mas fina no es algo que se vea cada día.-Le elogió sin vergüenza alguna y finalizó.

{Off: No sé si los metros y precios estarán del todo exacto para la época, pues me baso en lo que como user compro y gasto cuando compro tela costosa para confeccionar trajes XD }

por **Ione Darkfrith** Lun Ene 03, 2011 12:48 pm

Alexei iba a asesinarme cuando me viera llegar con casi ¿Cuanto dijo? Ochenta o cien metros para renovar el armario... Pero bueno asi era la vida, ¿Que iba a hacer yo si me habían educado asi? Ademas de que tal vez de aquel modo se dignara a mirarme, porque vamos, desde nuestra boda ni una sola vez había venido a mi cama... Y las mujeres tambien tenemos nuestras necesidades.

Bien, no llevaba dinero suficiente para pagarle toda la mercancía que deseaba adquirir, pero si que lo había en las arcas del castillo de las afueras de París, como suponía aquel hombre, el dinero no era un problema excesivamente preocupante para mi:

-Bien es perfecto, pero me temo no llevar todo el dinero necesario encima por cuestiones de seguridad y decoro, no es de buena educación ir por ahi alardeando el dinero que posee una.- le dije con una sonrisa satisfactoria, mientras me deleitaba pensando en la cara que pondría el pobre Alexei cuando se enterara de las consecuencias de mis andanzas por París.

-Le agradezco el detalle señor... X, no me ha dicho todavía su nombre. Creo que sería conveniente que me lo trajera usted a mi casa -le dije con una risa agradable, estaba encantada con la futura compra, y aun mas con el hombre que delante de mi tenía, y mas con los elogios que me dedicaba:

- Dígaselo a él. En realidad fue un matrimonio de conveniencia, y a pesar de esforzarme él no me hace ni caso... Es mas hace casi tres días que no le veo. Asi que realmente no parece hacerle feliz tener una esposa joven, bella y bien vestida.- bajé la cabeza algo apesadumbrada por la confesión que le acababa de hacer a aquel hombre.- Por cierto, ya que vamos a tener tratos comerciales fructiferos para ambas partes... y que espero que en un futuro se repitan, veo conveniente presentarme. Soy Aleksandra Romanova, zarina de Rusia.

(Off: No te preocupes hombre, yo no controlo ni de precios de tela ahora mismo, y menos en 1800 asi que xDD)

por **Sadiq Annan** Lun Ene 03, 2011 2:37 pm

De alguna forma termino pensando que colores le quedarían a aquella clara y tersa piel. Y no es que lo pensara solo como un comerciante que se dedica a ofrecer lo mejor de lo suyo, sino que lo pensaba como hombre, como él creía que la joven se vería bien.

Asintió con la cabeza ante aquello del dinero mientras le observaba aún sin palabras. Iba a contestar, a presentarse como se debía, mas si él iba a ir a dejar sus compras, pero aquella risa no podía ser interrumpida por su voz. Solo sonrió.- Su risa y su sonrisa son encantadoras...-Siguió elogiando.

No le asombró aquello del matrimonio por conveniencia, era algo común en varias naciones y entre éstas mismas, pero si le tomó por sorpresa aquel detalle sobre el esposo. ¿Cómo que no le hacia caso? ¿Era que ese hombre estaba ciego?. Él no era un hombre de compromisos, pero cuando los tenía los respetaba y se dedicaba a ellos, por lo que siempre se preguntaba como habían hombres que no eran capaces de hacer feliz a una mujer, siendo que aquello costaba tan poco, solo un simple gesto sincero les llenaba el rostro de alegría.

-Mi nombre es Sadiq Annan, mademoiselle Romanova -Hizo una reverencia, por educación y por costumbre al tratar con alguien que pertenecía a la realeza- Intuí que usted pertenecía a la clase alta pero no imaginé su titulo. -Se dio la media vuelta y buscó en la carreta una tabla delgada que usaba como soporte para unas hojas de papel y además un carboncillo- Puede escribir su dirección aquí y decirme a que hora gustaría que yo fuera a dejar lo que pide, además de los colores de las telas que desea...bueno, y todo lo que quiera y le parezca conveniente-

Le paso aquellas cosas mientras el volvía a mirar dentro de su mercancía y tomaba un frasco de diminuto tamaño con un líquido dentro. Giró hacia ella y con una sonrisa carismática y algo de galantería le habló- Mademoiselle Romanova, aceptaría que éste humilde comerciante viajero le hiciera un regalo? -Sus ojos verdosos parecían brillar impacientes por la respuesta, pues en sus manos tenía un frasco con esencia de jazmín.

por **Ione Darkfrith** Mar Ene 04, 2011 2:41 pm

Dios mio, aquel hombre iba a terminar sacándome los colores, cosa que muy pocos conseguían hacer. Y no porque no me hicieran a menudo cummplidos, si no porque sus emisarios solían ser nuevas especies de focas terrestres con altos cargos y la cara embotada por el vino.

-Por favor, no me diga esas cosas que voy a terminar por ponerme nerviosa... Y he de decirle señor, que sus ojos tambien son preciosos... Son misteriosos y cálidos, tal y como me imaginaría los de un djinn y... No se porque le estoy diciendo esto la verdad.- debes haberte vuelto loca Aleksandra ¿A quien se le ocurriría recién casada comenzar a copquetear con un hombre de clase inferior? Pues estaba claro que a mi y era algo que me encantadba, mal que me pese. Era tan... exótico todo él que me atraía como a una abeja el polen.

-No se preocupe señor Annan, nadie suele imaginar el titulo que ostento... Pero mas que nada porque soy bastante joven... En la Corte Rusa hubo muchos comentarios bastante maliciosos de porque el Zar había escogido como esposa a una princesa de un pais pequeño como Dinamarca, en lugar de a la hija del rey de un gran imperio, como la heredera al trono austrohúngaro. -me encogí de hombros. Yo tampoco lo entendía a decir verdad, si bien daba gracias a Dios por la buena suerte que había tenido. Con un gesto suave tomé la tablilla para escribir la dirección de las afueras de París, emplazamiento del castillo que ocupabamos mi esposo y yo.

- En cuanto a los colores, me gustaría tener seda en tonos cálidos, como ocres, marrón, tostado, crema, chocolate y similares. Ademas me gustaría cinco o seis metros, los que hagan falta para un vestido en color aguamarina, rosa, violeta, coral, salmón y blanco. De lino me gustaría tener color verde claro y amarillo y si tiene alguna gargantilla que llame la atención me gustaría que me la mostrara. Y con eso creo que ya está todo.... Por cierto una pregunta ¿Está usted inluido dentro de lo que quiero y me parece conveniente tener?- mientras enumeraba todo eso que necesitaba lo iba apuntando en la tablilla, no fuera a ser que algo se le olvidara... Esperaba que no se tomara demasiado mal la broma, a pesar de que iba mas en serio de lo que me gustaría admitir.

Pero me sorprendió lo del regalo, mucho y muy gratamente por lo que accedí a ello con sumo gusto:

-Por supuesto que lo acepto señor Annan, sería una maleducada de no hacerlo-sonreí complacida. A todas nos gustaba que nos hicieran regalo y mas si venían de un hombre bien parecido y agradable. ¿Que será, será?

por **Sadiq Annan** Mar Ene 04, 2011 6:12 pm

"Por favor, no me diga esas cosas que voy a terminar por ponerme nerviosa."

Fue lo que dijo la dama, y quizás lo que buscaba de verdad era ponerle nerviosa, buscaba verle las mejillas sonrojadas, coloreando aquel rostro, mezclándose con sus ojos claros y su cabello castaño. Armonizando aún mas esa encantadora sonrisa.

-¿Mis ojos? Muchas gracias, pero no creo que sean tan preciosos como los suyos - Sonrió y lo hizo aún mas- ¿Un Djinn? ¿Tanto así lo cree usted? Pues jamás lo habría pensado...pensé si que mis ojos podían parecer los de un tigre ¿No lo cree usted? -Preguntó y cayó para escucharle con atención. Pues si era bastante extraño su esposo, si no se casaba para entablar relaciones con un reino poderoso, entonces lo hacía porque la princesa le habría gustado, pero ni siquiera eso.

Apretaba la mano donde tenía el pequeño frasco mientras le veía anotar. Se imaginaba que iba a ser un trabajo pesado el llevar todo hasta el hogar de la castaña, y en cuanto al cobro extra, ya ni se le pasaba por la cabeza. Sería suficiente su pago el poder tener otros minutos de tiempo para intercambiar palabras con una dama que suponía no volvería a ver. Casi soltó el frasco al oírle bromear con aquello, sus ojos verdes se abrieron grandes por la sorpresa- Claro que puedo estar incluido, sin cobro extra alguno! -Pensó semi sonriendo.

Se acercó un poco mas y atreviéndose le tomó la mano. Para su deleite era tan suave y fina como ya había pensado que sería. Ahí depositó el pequeño frasco y mientras lo hacía no dejaba de verle a los ojos- Esencia de jazmín...el aroma ideal para atraer las miradas de un hombre que pasa por alto su encanto natural...aunque creo que yo no lo necesite.

Y aún a vista y presencia de cualquiera en el mercado no le soltó la mano.

-¿Dijo que mis ojos le parecían similar a los de un djinn, no? Quizás yo pueda concederle tres deseos...-Soltó su mano pero de forma lenta, dándole una caricia al hacerlo- ...y hablo tan en serio como al momento de hacer negocios.

por **Ione Darkfrith** Miér Ene 05, 2011 10:02 am

Que sonrisa... que ojos... que todo. En aquellos momentos me faltaba babear para hacer mas evidente todavía que aquel hombre era tan atrayente, tan sensual tan... Para Aleksandra, o terminarás tirándote encima de él en medio de la calle. Respirando hondo conseguí calmar a mi pobre corazón, al cual estaba a punto de darme un ataque.

No tenía claro si era lo que él quería o no, pero había conseguido que se me arrebolaran las mejillas, y me brillaran los ojos de pura felicidad. Era como volver a estar en casa:

-Hombre... pues ahora que lo dice si, parecen los de un tigre... Es mas, sus movimientos tambien son bastante felinos. ¿No me diga usted que es descendiente de un hombre o una mujer tigre? Ya se que eso es imposible... pero sería hermoso. Y que por las noches se transformara en un gran tigre, elegante y exótico, y que fuera a ver a su amada por la ventana...- mira que eres romántica empedernida, Sasha. Eso son solo historias de niños pequeños, como las que te contaba tu aya antes de acostarte en las ncohes frias de Dinamarca.

Y para mi sorpresa Sadiq cogió mi mano, la suya era grande y cálida, algo áspera pero sumamnte agradable al tacto, incluso mas que la seda. Tragué saliva y bajé la mirada para volver a elevarla y clavar mis ojos en los suyos, mientras me conseguía sacar una sonrisa con aquello que me contaba de la esencia de jazmín. Seguro que olía a las mil maravillas, mientras deseaba que no me soltara la mano. Sin embargo lo hizo pero con unas palabras que me dejaron sin respiración por unos momentos. Poco a poco una sonrisa se fue dibujando en mi boca. Sin importarme ya lo que pasara a mi alrrededor me acerqué lentamente a Sadiq, para susurrarle al oido:

-¿Que clase de deseos....?

por **Sadiq Annan** Miér Ene 05, 2011 11:22 pm

Entre ambos había chispa, de eso estaba seguro, pues aquel mercado podría no ser del todo romántico como una noche bajo el bello cielo estrellado de Estambul, pero el lugar poco importaba si se sentía seguro de estar frente a la mujer que había logrado capturar tanto su atención que poco le importaba venderle algo mas, cuidar su puesto o del nivel social de donde era ella. Solo habría un pero, su estado civil...aunque ¿Dé que valía un matrimonio como el que ella contaba? Realeza y sus matrimonios por conveniencia...podía entender, mas no comprender.

-Sería algo extraño que en una ciudad como ésta apareciera un tigre de la nada rugiendo hacia una ventana...pero estoy seguro que su rugido sería por reclamar lo suyo. Aunque yo no tendría mucho por lo que rugir, no tengo un amor ni un querer...pero tal vez estaré pronto a encontrarle- Decidido le contestó mirándole a los ojos- Muchas veces, hay cuentos que se pueden hacer realidad...

Aún sentía la sensación de la mano de Aleksandra en la suya, tan suave, delicada, cálida...era perfecta. Si sentía un calor en su pecho y su corazón latir rápido solo por sostener su mano ¿Qué es lo que sentiría si le abrazará? o más aún ¿Si le besara? - Sadiq...¿Qué haces pensando eso?! -Se reclamó así mismo y a la brevedad su cuerpo se estremeció al escucharle hablar en su oído. Le volvió a mirar a los ojos y extendió ambas manos.- Soy su djinn, su genio...aún cuando no se ven, ya he puesto grilletes en mis muñecas para estar solo a vuestro servicio...volvámonos a ver, pero no aquí ni en el momento en que deje sus compras, veámonos en otro lugar, si quiere tómelo como una oferta o como uno de sus deseos.

Tomó la tablilla donde se había antes anotado el pedido y cambio la hoja, en ella anotó unas indicaciones, se podía leer claramente: "Jardín Botánico, mañana a las tres de la tarde". Sacó la hoja y la dobló, entregándosela.

-Estaré ahí, esperando por usted, vaya o no...estaré allí para cumplir sus deseos, ya sean solo una simple sonrisa como el perfume mas raro y exótico que podría imaginar...lo que desee y esté en mis manos, yo se lo daré.-

por **Ione Darkfrith** Mar Ene 11, 2011 8:20 am

(Off: Mátame si quieres, te lo permito despues de haber tardado tanto en contestar >.<)

Estaba segura que a la distancia prudencial a la que se encontraba Sadiq podía escuchar el ritmico latido de mi corazón, que parecía querer salirseme del pecho. Era la primera vez que un homber me ponía asi de nerviosa y no tenía a mi madre ni a mi odiosa prima para poder contarselo y que me dijera que era eso. ¿Sería amor? Lo dudaba, pero tal vez estuviera naciendo algo en mi. Sacudí la cabeza tratando de quitarme los pensamientos inapropiados que comenzaba a tener y compuse una sonrisa anhelante para Sadiq:

-Ojalá, porque si es asi vendría sin duda mi principe que me rescataría de la vida que parece que estoy destinada a sufrir- eso era una clara alusión a Sadiq, que si bien no era un príncipe poseía modales corteses y un porte que mucho envidiarían. Ya estaba poniendome de nuevo romántica a mas no poder, con las consecuencias que aquello podía acarrear.

Escuché sus palabras con una sonrisa en la boca y leí lo que ponía en aquella hoja, la cual guardaría en algún lugar que mi esposo nunca pudiera encontrar. Por supuesto que iría, sería una estúpida de no hacerlo, los asuntos del coraz´n es mejor atenderlos cuanto antes. Me permití decirle esperando que no se enfadara

-Sadiq sirvientes y criados ya tengo muchos... No tienes porque estar a mi servicio, si no que durante el tiempo que pasemos juntos seas exclusivamente mio.-bajé la mirada lentamente para dejarla posar sobre mis manos, entre las que guaradaba aquel papel como si del mayor diamante del mundo se tratase. Quería besarle pero ali delante nos vería todo el mundo. Lo mejor será esperar a mañana a las tres en el jardín botánico.

- Le doy mi palabra de que estaré alli... Sin embargo preferiría que lo que usted me diera estuviera en sus labios y no en sus manos-le dije con una sonrisa que me llegaba de un lado a otro de la cara. Me di media vuelta para irme, sabiendo que por una vez en mi vida haría lo que me diera la gana y que nadie me lo impediría.

por **Sadiq Annan** Miér Ene 12, 2011 12:41 am

( Te mato y muero tragicamente en manos de un tigre Dx! Así que no hay problema~ )

Sadiq era de aquellos hombres que parecían que sonreían solo con la mirada, y aquella 'sonrisa' se hacia mas intensa por el verde de sus ojos y el leve delineado que estos tenían. Su sonrisa se ensanchó. Claro que sería solo para ella la tarde que pasarían juntos. Para ella y nadie mas.- Claro, es algo que ni siquiera debe mencionar ¿Cómo podría hacerle el desaire de no estar junto a usted si soy yo mismo quien le invita...jamás podría hacer algo así, puedo ser un simple vendedor, pero sé perfectamente como agasajar a una mujer.

- Aguardaré por usted...- Asintió y detuvo el movimiento de su cabeza, abriendo sus ojos por la sorpresa que le causó lo escuchado, tanto que no había alcanzado a responder, solo alzó su mano en señal de despedida y le vio alejarse poco a poco. Estuvo un par de minutos viendo hacia el lugar donde ella se había ido, pero ahora un nuevo cliente necesitaba de él. Pero mañana su tiempo sería exclusivamente para Aleksandra.

(Abriré el nuevo tema en el lugar citado y este queda finalizado.)

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