Entre callejones y pensamientos (Nicolas)

por **Mircalla La Rouge** Lun Ene 03, 2011 9:43 am

Recuerdo del primer mensaje :

Mircalla volvía rápidamente de uno de sus "encuentros" con un cliente adinerado de la zona. No le gustaba nada tener que salir del Burdel, puesto que debía aguantar esas agudas y punzantes miradas de los habitantes de París, que despreciaban a las mujeres de su condición (aunque la mayoría de ellos acudían más tarde a los Burdeles buscando la compañía de una de ellas). "Hipócritas..." Pensó.
Otra razón por la que no le gustaba nada salir del burdel era a causa de esos angostos callejones que tenía que recorrer por las noches, llenos de ladrones, y quién sabe si asesinos... No se sentía cómoda andando sola por esos lugares, pero poco a poco se iba acostumbrando, qué remedio.

Hoy había salido pronto, y se dirigía al Burdel por uno de los oscuros callejones nocturnos que tanto la oprimían. Llevaba su ligera ropa oscura, de color negro como tanto le gustaba, con un estilo burlesco y algo oscuro. Su abundante maquillaje estaba un poco desmejorado por su tarde de trabajo, por lo que el negro de sus ojos algo esparcido le daba un toque incluso fantasmagórico en contraste con el pálido de su piel. Andaba deprisa, pues la noche y el frío azotaban su cuerpo y la inquietaban de una manera que ella siempre podía disimular. Volvió a sumirse en sus pensamientos, haciendo planes, recordando...

"Mañana si no tengo mucho trabajo por la tarde podría escaparme un poco e ir al Theatre des Vampires... es fantástico... la creencia de los actores y actrices en sus poderes vampíricos hace que realmente creas en la existencia de esos seres... porque sería estúpido pensar que lo son, son simples actores, muy buenos por cierto... me gustaría tanto actuar como ellos..."

Mientras divagaba entre sus pensamientos escuchó algo que provenía de detrás suyo, decidió no girarse y andar más deprisa por si era verdad que alguien la seguía. Le había pasado más veces pero siempre que se había girado no había encontrado más que la oscuridad de la noche... Vacía.

por **Mircalla La Rouge** Dom Feb 06, 2011 6:08 am

Ella pidió lo mismo, a pesar de que sabía que una verdadera dama difícilmente pedía una copa de vino ante un caballero. Pero no le importaba, sabía que encóntrandose ambos donde se encontraban, aquello no le importaría.

-Tomaré lo mismo - Le dijo con complicidad al camarero, puesto que se conocían desde hacía ya un tiempo.

Pensó bien en su respuesta, Nicolas le había preguntado qué hacía en aquellas calles al igual que ella le había preguntado antes. La respuesta de éste le agradó, era interesante pensar en alguien que frecuentaba las calles nocturnas, pero no se lo dijo, no quería parecer inoportuna.
Al fin respondió...

-Suelo tener que salir a menudo por las calles de París, monsieur... Mi trabajo muchas veces me obliga a acudir a sitios un poco alejados para complacer las fiestas más aristocráticas del lugar. Son gajes del oficio...

No expresó demasiada emoción ante aquella respuesta, ni alegría ni tristeza, simplemente era su trabajo y ella lo aceptaba.
Las bebidas llegaron y ella dió un largo trago pues estaba muerta de sed, desde otra mesa un hombre joven la miraba descaradamente utilizándola en sus pensamientos menos pulcros, disfrutando mentalmente de esos labios que ahora posaba en la copa suavemente para ingerir su medicina...

-Me gustaría saber, si es posible, qué es lo que le atrajo a venir aquí conmigo, ya que ambos sabemos que no fue el sexo como ocurre con todos los hombres que se encuentran aaquí... - Mircalla miró a aquel hombre que la obsevaba en la mesa de al laado y le guiñó el ojo sensualmente, aunque en su cabeza rebosaba un desprecio hacia él. Se giró de nuevo a mirar a Nicolas, esperando su respuesta.

por **Nicolás D' Lenfent** Vie Feb 18, 2011 4:07 pm

"Cierrala", su mente gritaba con desesperacion al oir esas vajesas lo unico que detestaba era que le hablaran a una mujer en presencia suya con groserias o que tan solo tuvieran un pensamiento bajo. "Cierrala".Se tranquilizo un poco al poder solo oir los pensamientos de aquella dama que le dio cierto entusiasmo y mejor dicho cierta curiosidad por su vida, por su existencia.
Al ver que era la misma bebida lo que ordeno sonrio y al ver que se alejava el mesero estiro su mano para tomar la suya sin falta de respeto.
Aun estaba sorprendido por sus pensamientos no podia creer que aquella dama fuera con un alma de diablo la cual le fascinaba se sentia acompañado de su misma vida, de su misma experiencia a la humanidad.
Pero aqui habia una gran diferencia el era un VAMPIRO, y ella una hermosa humana. Maldicion por que tenia que ser humana por que por que'..Siempre detestaba a aquellos que un dia solia ser. Que un dia prestaba atencion a cada uno por cierta cortesia pero ahora solo era por alimentarse por sasearse por completo. Pero esta vez en ella solo era tener una compañia de lo solo que se sentia ella podia hacer de su compañia solo una. Su respuesta le sorprendio un poco pero asi era la vida, sobrivivir como sea.Pero vean quien era el que pensaba si el solo ambicionaba todo y lo obtenia como sea.
Se quedo medio sorpendido ante sus palabras que era lo adecuado para decir..-Valla, no me e detenido a pensar que es lo que me atrajo estar a su lado. Embozo una sonrisa algo sincera que es lo unico qu eno suele hacer.-Pero debo admitir que su presencia me a dejado un poco atormentado.Le mira soltando su mano para que no se sintiera ofendida de su parte ya que pudo oir aquellos pensameintos de asquerosidad para el.-Es usted una verdadera dama, muy interesante..Veo en usted, en esos ojos, esa alma algo de mi....Tomo de su copa pero en si solo imitaba el ademan ya que la platica que podria desprender era muy curiosa.

por **Mircalla La Rouge** Sáb Feb 19, 2011 5:46 pm

Tras escuchar sus palabras se sintió algo mareada por el ambiente y por los pensamientos que no paraban de rondar su cabeza. Dio un trago a su copa y su mirada se detuvo largo tiempo en la imagen del violinista que hablaba enfrente de ella.

-Así que le parezco... interesante ¿No es así? - lo dice un poco incrédula pues nunca se había sentido capaz de despertar otro interés en un hombre que no fuera el puramente carnal - ¿De verdad ve algo en mí que le recuerde a vos mismo...? Se me hace raro pensar algo así...

En cierta manera, se le estaba haciendo rara toda esta situación. Bebió otro trago de su copa, esta vez más largo, y volvió a mirarle. Esta vez le observaba detalladamente y podía ver su blanca piel, su brillante cabello... Realmente debía de conseguir tantas mujeres como quisiera, pero a ella eso no le importaba, pues llevaba demasiado tiempo en un mundo de superficialidades. Pero lo que realmente la dejó petrificada fue su mirada, sus ojos brillantes y claros clavados en ella. Quiso hablar pero se sentía demasiado asustada como para hacerlo, y no entendía muy bien el por qué.

Al fin siguió hablando.

-Si le molesta esta gente, podemos pasar a alguna de las habitaciones... Solo si no le incomoda. - Los gritos y risas ebrias estaban llenando el ambiente y empezaban a molestarlos - Así podrá seguir contándome qué es eso que ve en mí.

por **Nicolás D' Lenfent** Mar Feb 22, 2011 5:52 pm

Tomo su copa tomando de ella un trago, el solo podia expertar aun mas curiosidad por ella, pero tenia ¿miedo?, miedo de que?, que era lo que temia en ese mismo instante que hizo volver a tomar un trago. Le miraba con curiosidad aun con esa sonrisa embozada por el placer que le satisfagaba por su compañia, y si que era muy apreciada no tanto por quererla tener y apdoerarse de ella si no de que con ella podia ser sincero ser como un dia se nego a hacerlo. -Si asi es, no cree que es posible cierto?. Le pregunto ya que sus pensamientos siempre la delataban. -Madame mi presencia aqui no es por gozar de ciertos placeres si no de que usted misma me a dejado algo confuso.. Tomo su mano para quitarle la copa ya que no queria que perdiera el conocimientos si no despues de conocerla. Le parecia magnifico retirarse de ahi ya que en verdad era dificl concentrarse en ese lugar pero aun asi de lejos podia oir cada pensamiento, cada palabra que pensaran, solo bastaba de pensar y eso era aturdido ahora en ese instante.-Me parece perfecto.El se levanto de su asiento tomando su saco colocandolo en su hombro muy provocativo en cierta forma.

Estiro su mano para coger la de ella y como todo caballero tomandola el dorso de su mano, la atrajo un poco hacia el ya que todos le veian y querian alejarla de el por que ya sabian lo que el era, tan solo por cuestiones de su fisico. El se acerco a ella para susurrarle antes de que mal interpretara la situacion. -"Disculpa pero ya saben lo que soy y te quieren alejar de mi por las buenas o por las malas "..acabo de susurrarle un beso en su mejilla..
Aun seguian camianndo solo espero que no temiera y saliera corriendo de ahi.

por **Mircalla La Rouge** Jue Mar 24, 2011 12:46 pm

Ella se soprendió por las miradas que estaban recibiendo esa noche por el lugar. La mayoría de los clientes y de las prostitutas del Burdel clavaban sus ojos en ambos, pero sobretodo en el violinista que la acompañaba.

Siguió en silencio el pasillo que conducía a su habitación, caminando lo más rápidamente posible, temiendo no al violinista, sino a la gente que los devoraba con los ojos llenos de ira. Tiró del brazo de Nicolás y lo introdujo a una de las habitaciones, cerrando la puerta tras ellos bruscamente.
Apoyada en la puerta respira entrecortadamente por los nervios y sube la mirada para encontrarse con la de Nicolas, que se haya enfrente suyo.

-Esta es... mi habitación... - Habla jadeante por su agitada respiración.

por **Nicolás D' Lenfent** Jue Mar 24, 2011 3:19 pm

El se encontraba rabioso por dentro estaba algo alterado por la situacion que se presento, mas por sus malditos pensamientos que le hacian perder la cabeza con tantos insultos y estupideces que ni sabian a lo mejor el significado de algunos.Queria regresar y deborar uno por uno,mas le daban beneficio a Nicolas ya que podia sasearse por completo sin parar, hasta acabaria empalagado por la sangre sin quererla probar otro dia.Pero sintio un jaloneo rapidamente que lo distrajo demasiado solo veia como se adentraban a un cuarto.
Iba a hablarle a Mircalla para que se tranquilizara ya que podia sentir como se altero demasiado y eso hacia que su corazon latiera rapidamente oyendoce como un tambor..
Se quedo penetrado en su mirada sin decir nada, parecia ser la oscuridad reflejada en ellos que se sintio libre..
-Tu habitaciòn?..habia olvidado que ella trabajaba ahi el cual corrijio sus palabras...-Ya te sientes mejor..Le acaricio su rostro para que se calamara y asi no le diera tentacion de quererla morder...

por **Mircalla La Rouge** Lun Abr 25, 2011 7:30 am

Mircalla se relajó poco a poco al entrar en la habitación que desde el momento de su llegada le habían asignado. Realmente se había encariñado con ella puesto que era el único lugar en el que podía estar sola una vez se marchaban los clientes.
Notó la mano de Nicolas acariciando su rostro y sus ojos penetraron en los de el durante unos instantes, percibiendo una oscuridad que le resultaba bastante peligrosa.

-Gracias... Las cosas por aquí son difíciles a veces...

Bajó la mirada y se separó de su lado, acercándose al armario del fondo de la habitación y liberándose de las joyas que cada vez le pesaban más en su cuerpo.

-Este colgante... - Hablaba mientras se desataba con cuidado una cinta desu cuello desnudo, con un curioso colgante en ella - Era de mi madre... Me lo dio cuando era pequeña, en Italia...

Le relajaba tocar aquel colgante, pero más le relajaba el recuerdo de su madre...

por **Nicolás D' Lenfent** Miér Jun 01, 2011 5:55 pm

Parecia ser su mirada un tranquilizante para el, ahora sentia una especia de libertad, una libertad signa de ser como era, no le importo que la dama le temiera el sabria que ella jamas seria comolas demas, que no seria alimento, ahora no estaba de caceria asi que al menos ella no correria peligro estando a su lado y al menos esta noche.

El sabia bien en que lugar se encontraba, bueno al menos eso no era nada a comparado con lo que el habia vivido hace años.-Si, aunque no comprendio el por que soportarlo..Eso era verdad ya que por que sufrir algo que no se quiere?, necesidad no creo que fuese eso lo suficiente para estar en aquel lugar.Maltraro es lo unico que hay ahi, aunque no creia que todas fuesen masoquistas.

Observo a la dama pero el sabia que siendo hombre no era facil verla de una forma distinta, pero jamas le haria daño ni algo que ella quisiera.
Le miro como caminaba su andar tan sensual y preciso, su mirada que era tan dulce y a veces travesona, le agradaba la forma de como pensaba. Y solo le miro como se quitaba aquella joyas que no le llegan al valor que ella tenia.

Al ver su hermoso cuello se percato que llevaba un colgante en el, era hermoso y antiguo y prestando atencion a sus palabras.-Es muy hermoso y veo que tiene un gran valor para usted my lady...Se acerco a ella mirandole su colgante..Pero sus dedos se fueron deslizando en aquel cuello....

por **Mircalla La Rouge** Vie Jun 17, 2011 6:07 am

Mientras Nicolas hablaba sintió sus dedos en su cuello deslizándose suavemente. Un escalofrío recorrió su cuerpo ante aquel tacto frío como el mármol, mientras sentía que con esos delicados dedos de porcelana podría destruir cuantas vidas quisieran.
El corazón se le aceleró y recordó lo que le había dicho en el callejón. Volvía a ser consciente de que hablaba con un vampiro y le miró inquieta pero sin apartarse de su tacto. A pesar de todo, le gustaba el contacto de su piel...

Dejándose llevar por aquella sensación se acercó más a él. No entendía muy bien lo que estaba pasando pero en esos momentos le resultó casi irresistible, su pelo, sus ojos, su piel...
Sin mediar palabra su mirada penetró en la de él, y ya no tenía miedo, ni inquetud... Solo una sensación que tiraba de ella sin dejarla pensar, una sensación que hizo que se acercara más y más a él, a sus labios.
Sin apenas pensarlo le besó...

por **Nicolás D' Lenfent** Lun Jul 18, 2011 1:41 pm

Entre esas paredes se guardaba un intenso ambiente, un ambiente que le agradaba tan solo por disfrutarlo en la compañía de una mujer oscura como ella. Ambos eran iguales a pesar de ser tan diferentes. ¿Podrá alguien saber que tiene un alma gemela? Me encontraba en la duda y la desesperación por probar de su sangre, esa sangre que se podía distinguir en esas venas, venas exquisitas donde solo se oía como un rio salvaje mientras sus latidos se alteraban, aquel sonar como si fuesen a pegar a un tambor uno tras otro con gran aturdimiento. Sus sentidos eran frágiles, aquellos pensamientos que hacían enloquecer de pasión. Una pasión que se escondía bajo su piel, bajo las llanuras del límite. Aquel limite que no quería travesar, no estaba seguro de poder resistir por mucho tiempo. Ella sí que sabia aturdirme, cerrar los ojos con gran fuerza, mis manos aun seguían tocando su suave piel, dejar liberar el alma condenada a esta suplica. Mientras podía sentir la mar en calma que endulzaba los sentidos, mientras mis delgadas yemas se deslizaban por su cabello.

Parecía que estaba ahí queriendo jugar, una mujer traviesa que si seguía buscando encontraría. Así que sin más ni menos ese ¿beso?, un beso humano con un vampiro era intenso, deseoso ¡Maldición! Las sensaciones de continuar, seguir esa electricidad que recorría todo el cuerpo muerto, hacia que viviera de nuevo, mis manos se fueron deslizando a su cadera, mi boca se abría y se movía a los compas de ella, jugando con estos labios encarnecidos, saboreados de una ligera llama encendida.

El beso perduraba ahí se iba mi pasión, al presionar sus labios con suavidad apretándola a mi sin dejar libre toda la fuerza que me destacaba por ser un asesino. Mis colmillos rozaron en la línea de su labio inferior, la sangre empezó a salir que me aleje de ella un poco, pero aun el beso se hacía más perdido. Estaba perdiendo el control estaba dejándome llevar por sus encantos malditos. Malditos porque me hacían pedir mas y mas. El color de mis ojos empezó a tener un intenso color rojo oscuro, el de todo un depredador acechando a su presa.

Spoiler:

por **Mircalla La Rouge** Miér Jul 20, 2011 5:35 am

Él respondió con un beso que llenó de pasión cada centímetro de mi cuerpo. Allí estábamos, en la habitación, sin quererlo entrelazados por nuestras lenguas, dementes sin pensamientos. Su mano en mi cadera me hacía enloquecer de una forma que solo podía ser superada por su boca junto a la mía, sus labios...
¿Cómo podía ser que le sintiera tan cercano a mí, tanto o más que el más antiguo de mis conocidos?
Sentí entonces un pequeño pinchazo en el labio, para sentir a continuación el sabor de mi sangre, lo que solo consiguió que mi deseo hacia aquél vampiro aumentara.
Entre tanta demencia me planteé la posibilidad de que el vampiro perdiera el control, pero no lo temí, en cierta manera llegué a desearlo. Fue entonces cuando, enfrente de él, a apenas unos centímetros, miré sus ojos. Eran rojos e intensos y estaban clavados en los míos, acompañados por su agitada respiración.
En un acto de inconsciencia, quizá de pasión, cogí su mano y la llevé a mi cuello, haciendo que lo acariciara suavemente con los dedos.

- Soy tuya, vampiro... Haced conmigo lo que os plazca.

Y con esas palabras marqué mi sentencia.

por **Nicolás D' Lenfent** Miér Jul 20, 2011 3:47 pm

¡Deseos! Los deseos ya no faltaban mi cuerpo excitado, proclamando su cuerpo entre besos, entre besos mortales que pueden llegarse a su lecho de muerte. ¡Maldición! Hoy no tenía ganas de alimentarme, de cazar, de ver a alguien como una presa pero ¿Qué era esto? Solo sería un momento, tomar solo un momento entre sus caricias, sus peticiones de hacerle el amor. Que costaba esto ¿La muerte? Quiero, quiero pero aun temo por no soportar tanto deseo, temo perderme entre pasiones muy oscuras que me hacen gritar de locura. Mircalla, mircalla quiero hacerte el amor . ¡Quieres morir? El tiempo se acaba y yo invadiré tu cuerpo.

Los besos me sabían a una copa de vino donde quiero y sueño beber de ella, con la muerte asechando con fruición suicida, surco de fuego donde logra ensueño con fuertes semillas de melancolía, siendo una boca que besas a distancia y llamas en silencio, pastilla de locura, color de sed y húmeda con delicia, sexo de un alma triste de gloriosa siendo el placer unges de dolor, curvas divinas, curvas que envuelven las manos mientras le rozan con impaciencia para llegarle a devorarle todo el cuerpo. Mala idea mujer colocar mis manos en el cuello, en el lugar fijo donde deseo beber de tu sangre, punto de tensión donde añoro morder.

Ese rostro embozo una maldad al oírle, al sentir que ha perdido la cordura, a caso mircalla quería morir, quería saber cómo se siente, quería probar de la muerte. Tendrás eso y más mi querida mircalla.
Enloquecido tome de sus piernas alzándola contra mi cuerpo, quedando enredadas sus piernas a mi cadera, empujando mi cuerpo hacia ella para que sintiera mi miembro erecto, hecho toda una fiera por penetrarle, por saber cómo llegaría la pasión en ella. –Segura? Le dije entre jadeos sujetándola contra pared, y apoyando su rostro en todo su cuerpo, recorriendo la comisidura de sus labios hasta el borde de sus pechos.

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