«Nostalgia de un pasado lejano» - privado - Ilja Seijic

por **Nam Yoo Hae** Vie Ago 25, 2023 7:03 pm

«Nostalgia de un pasado lejano»

Nam Yoo Hae & Ilja Seijic

Florería Matryoshka
Verano de 1843

Desde aquel día en que Nam Yoo saliera a pasear por la ciudad, y terminara en el concurrido puerto de la ciudad, nada estaba saliendo como él quería. Además, habían comenzado a ocurrir ciertos inconvenientes en su sueño. Siempre había sido un ser en el que los sueños le revelaban ciertos hechos de la vida, que podían afectarlo tanto a él como a su familia. Pesadillas que no podía entender, y que lo presentaban como un hombre que no era. Un lugar al que no reconocía, porque no se trataba de ningún lugar de Joseon, o de los pueblos asiáticos que alguna vez recorriera. Ese despertarse con un dolor en el pecho, con una angustia, que ni con el asesinato de sus padres, y la desaparición de su hermana, había experimentado. Ahora lloraba, al despertar gritando un nombre que no conocía y que tampoco podía recordar tras despertar. Mas todo ese llanto, quedaba guardado bajo siete llaves, en el sagrado refugio de su recamara.

Aquella situación, lo mantenía cabizbajo y meditabundo, solía recorrer los extensos jardines y lagos que poseía la gran Embajada de Corea. Tomaba entre sus manos una flor que había cortado de los parterres que embellecían el jardín y se pasaba horas, contemplando aquella flor, como su del rostro de un ser amado se tratase. Hasta alguna lagrima furtiva, rodó por sus mejillas, contemplando las blancas flores de pequeños pétalos. Nam Yoo, estaba consiente que no era ni el lugar ni el momento n dejar que una tristeza así lo invadiera. Viviendo en la mitad de una misión tan peligrosa, no podía permitirse estar distraído o dejar de lado sus obligaciones. Durante muchas horas, caviló, pensando, cual sería la manera correcta de superar éste problema, y por mas que lo pensaba una y otra vez, era consiente que todo había comenzado, tras haber sido echado por el dueño de la Florería Matryoshka. Intentó recodar el nombre y solo recordaba que le había dicho su nombre, no el apellido, - ¿Cómo era? se preguntó, una y otra vez, - Ilja - susurró, cuando el sol, comenzaba a levantarse en el celo diurno, luego de pasar otra noche de insomnio.

Sin pensarlo mucho, tomó nuevamente el camino hacia el puerto, pero ésta vez, usando el coche oficial, con las insignias de la embajada, como si é fuera alguien tan importante como su jefe y amigo Gwang So. No sabía como explicarlo, pero dentro de su corazón, sentía que debía presentarse de una manera destacada, a ese hombre llamado Ilja.

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por **Ilja Seijic** Dom Oct 29, 2023 9:44 am

«NOSTALGIA DE UN PASADO LEJANO»

ILJA & NAM YOO

Mayo, 1842
Florería Matryoshka

Por algún motivo que aún no lograba dilucidar, las cosas se habían salido completamente de control. Desde hacía algunos meses la Premonición estaba perdiendo su exactitud y alcance; sin importar las decisiones que el ruso tome ni sus esfuerzos por torcer el brazo al destino, el desenlace sigue siendo terrible y fatal. Y aunque los sucios negocios que se llevaban a cabo en la trastienda de la Florería Matryoshka resultaban bastante lucrativos, no era compensación suficiente frente a todas las bajas sufridas en la pandilla Las Amapolas.

Con tal de no quedarse sin personal que proteja su territorio y distribuya la mercancía, Ilja había comenzado a desviar fondos desde las ganancias del Fumadero de Opio que administraba para solventar los sueldos de profesionales y así no aparentar debilidad frente a la competencia y sus enemigos. Situación que, definitivamente, le quitaba el sueño por la noche y el apetito durante el día. Debía irse con cuidado si no quería despertar las sospechas del dueño del fumadero y enfrentar las fatales consecuencias.

Pocas veces antes Ilja se había visto sometido a tanto estrés. Casi como si una maldición se hubiese prendado de sus hombros y atrajera la mala suerte hacia él. ¿En qué momento las cosas habían empeorado tanto?

Despertó de un sobresalto y con un vistazo, comprobó con decepción que seguía en la recepción de la Florería Matryoshka. Temprano por la mañana había enviado a su empleado Maverick en busca de víveres y, a falta de personal, él había quedado a cargo de atender a los proveedores y clientes. Sin una idea clara de cuánto tiempo había dormido —y con un dolor de cabeza que le nublaba los recuerdos del sueño y la posible Premonición—, decidió prepararse una infusión en la trastienda. En cuanto la cálida bebida bajó por su garganta, un nombre que había evitado por meses se escapó de sus labios.

«Möngke»

La razón de su insomnio y el origen de su mala suerte. Pensó en la última vez que le vio, en el Baile de Navidad organizado por la Corona Neerlandesa. Había olvidado el nombre de su personalidad actual. Desde entonces, Ilja dejó de recordar sus sueños y la Premonición se volvió inexacta y fatalista. Temió que, de concretarse otro encuentro, aquella situación sólo empeoraría.

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por **Nam Yoo Hae** Miér Ene 03, 2024 6:30 pm

«Nostalgia de un pasado lejano»

Nam Yoo Hae & Ilja Seijic

Florería Matryoshka
Verano de 1842

El trayecto del viaje desde la Embajada de Joseon, hasta el puerto, era bastante extenso, y sumado a que no había podido pegar un ojo en toda la noche. No fue de extrañar que el joven secretario del Embajador, se quedara dormido en el cómodo asiento del coche en que se trasladaba.

Como cada vez que se dormía, en un sueño profundo, aquella realidad volvía a él. En esta ocasión, pudo contemplar sus pies, vestía un tipo de calzado parecido al que usarán los temibles soldados mongoles. Su mirada recorrió la inmensidad de una pradera, dorada por los cultivos y la juguetona brisa llevó mechones de sus cabellos al rostro, se acomodó aquellos cabellos tras la oreja y depronto comprendió que sus manos se encontraban en enguantadas, no había duda era un guerrero, por lo áspero de sus llemas podía intuir que era bueno con el arco y la flecha, ¿pero quien demonios era? Quiso hablar, pero la voz no era suya, pues el tono de voz era más profundo y la lengua en que intentó expresarse, no era el hangul. Giró sobre si mismo, asombrado ante aquello que estaba experimentando, y su mirada se clavó en los ojos más bellos que alguna vez hubiera observado. Sus labios pronunciaron el nombre - Selene - y aquella mirada se cuajó de lágrimas. Quiso estirar su mano, tocar aquel rostro, pero al hacerlo se despertó. Cayendo al piso del coche, de forma poco decorosa.

El cochero al escuchar el golpe en el interior del vehículo, preguntó si todo estaba bien, a lo que Nam Yoo, se apresuró a contestar que si, que solo se le habían caído de las manos unos libros. Algo totalmente improbable, ya que no llevaba nada en sus manos, y el cochero lo sabía. Se volvió a retrepar en el asiento y esperó paciente llegar a su destino. En ese instante la mirada colmada de reproche y tristeza de su sueño, se presentó en su mente, ¿Cómo podía ser posible? Aquella mirada era muy parecida a la que le dirigirse el joven Ilja, la mañana que se conocieron y la noche que volvieran a encontrarse en el palacio real.

El carruaje se detuvo en la puerta de la floristería, el chófer bajó para abrirle la puerta, y Nam Yoo descendió, con el porte de un noble, vestido a la usanza europea, con su largo cabello prolijamente peinado en una coleta, decorado con una cinta de terciopelo negro. Su mirada se clavó en la del joven caballero, que le miraba desde el interior de la tienda.

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por **Ilja Seijic** Mar Ene 09, 2024 6:42 am

«NOSTALGIA DE UN PASADO LEJANO»

ILJA & NAM YOO

Como si lo hubiera invocado con el poder del pensamiento, un elegante carruaje se detuvo frente a la Florería en el momento en que el ruso terminaba de beber su infusión. Ilja apenas cabía en sí de la impresión de ver justamente al caballero oriental descender del vehículo ayudado por su sirviente y se quedó petrificado en su lugar. Mil pensamientos e impulsos pasaron en ese instante por su mente: bien podía echarle a patadas como la última vez que vino, agredirle y humillarle, a ver si así regresaba todo a la normalidad. Pero en el fondo sabía que era imposible, ni con todo su orgullo y resentimiento podría negar las cálidas emociones que en aquel momento sacudieron su pecho.

Möngke finalmente estaba aquí y había venido por ella.

La campanilla en la puerta sonó sin que fuera necesario, pues la mirada de ambos se hallaba fija en el otro incluso antes de que el caballero ingresara a la florería. Junto con él se coló una fría brisa que hizo temblar al ruso, quien se cruzó de brazos para evitar cualquier contacto o cercanía. Aunque Ilja no lo admitiera, estaba al mismo tiempo emocionado y aterrado aunque aún no lograba dilucidar por qué. Su mente parecía bloquearse en presencia del caballero.

¿Y si el otro hechicero lo hacía a propósito? Como si del karma se tratase, el hombre oriental venía con sus riquezas a atormentar a Ilja por los crímenes y horrores cometidos hacia las mujeres de su raza. Este pensamiento sólo hizo enfadar más a Ilja y ponerse a la defensiva.

—¿Qué hace usted aquí? —Interrogó de forma brusca, saltándose todos los protocolos de la atención al cliente. Una extraña sensación de nostalgia y olvido le apretó el pecho y con dolor desvió la mirada hacia el mostrador—. Recuerdo haber sido bastante claro la última vez que vino. Además, hoy no tengo peonías disponibles, tan solo lo que está en exhibición.

No entendía por qué actuaba de aquella manera tan impropia de él, forzando como nunca el desapego. Como si dos fuerzas opuestas se debatieran en su interior, luchando por quién dominaba a quién.

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