La Grenouillère [Rol libre]

por **Rajni Pradhan** Dom Oct 08, 2023 2:20 am

La Grenouillère

Rol libre 14 hs 8 de agosto de 1842

Hace algunos días, antes de que Rajni viajara de la India a Paris, Francia, alguien le dijo que cuando realizara su viaje, debía visitar el restaurante La Grenouillère. La Grenouillère es un lugar de comida francesa que se ubica a orillas del rio Sena, de hecho, tiene unas cuantas mesas al aire libre; en una de ellas Rajni está sentada leyendo el menú. Está sola bajo los rayos del sol que se asoman por entre las nubes. El rio se encuentra a unos pocos metros de su mesa y sobre las aguas navegan unos cuantos botes de remos.

Desde su asiento la vista es bella, tal y como le habían dicho. En cuanto a la temperatura, a ella le parece refrescante, aunque seguramente es algo caluroso para los residentes. La diferencia de su percepción del clima es que Rajni proviene de una región tropical húmeda que se encuentra al sureste de la India. Es debido a lo anterior descrito que se vistió con un sari de algodón de color amarillo y detalles rojos en la orilla de su falda, su blusa y en la tira de tela enrollada desde su cintura hasta su hombro izquierdo.

Volviendo a la experiencia gastronómica... Al cabo de unos minutos en que el mesero le había dejado el menú, aquel regreso para tomar su orden. Como entrada pide una sopa, Soupe à L'oignon; de plato fuerte seria Coq au vin; el postre lo ordenaría después y de beber quiso probar el vino Merlot.

Mientras espera su comida, voltea a mirar hacia el rio. Se le antoja dar un paseo en bote una vez que concluya su almuerzo. Una suave brisa agita unos cuantos cabellos sueltos de su cabello recogido en una larga trenza, pero no se preocupa por su peinado cuando su mirada se ha perdido en el paisaje frente a ella. Y no es hasta que el sonido de un bombo y platillo la sacan de su ensoñación. Es un musico ambulante que busca ganarse unas cuantas monedas amenizando la hora del almuerzo. Rajni se gira hacia aquel hombre y al cabo de unos segundos toma su bolso, se levanta y camina hacia el músico. Saca unas monedas y se las tiende al desconocido que las toma de inmediato. Luego regresa a su asiento a continuar disfrutando de la agradable tarde. Se siente contenta con esas nuevas experiencias en su vida.

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por **Julietta Lambert** Jue Ene 18, 2024 6:08 pm

« LA GRENOIULLÈRE »

JULIETTA & RAJNI

Restaurant La Grenouillère
Centro de París

Las últimas semanas se la había pasado encerrada en su nuevo despacho en la Morgue de París con la nariz metida entre cientos de informes de defunciones y documentos clasificados firmados por su difunto padre, donde se daban a conocer ciertos detalles e incongruencias de carácter misterioso que a Julietta llamaron enormemente la atención. Sin embargo, en aquel punto donde la languidez y la fatiga le impedían leer con claridad, supo que era momento de salir de forma urgente por un poco de aire fresco.

La Morgue se encontraba en un barrio relativamente tranquilo y agradable, a un par de cuadras de la orilla del río Sena. Desde la ventana de su despacho podía ver una pequeña porción de agua y alguna que otra pequeña embarcación. Coincidiendo con la hora del almuerzo decidió caminar hacia la zona de restaurantes, unas calles más abajo y en dirección al centro.

La Grenouillère no sólo ofrecía deliciosa comida francesa al estilo tradicional, sino que también era un nido de recuerdos entre Julietta y su difunto padre. Juntos solían tomar la mesa junto al farol, allí en la terraza, cuando se desocupaban tarde del trabajo en la Morgue, y pretender que la luz les cubría como un cálido velo de los dolores de la humanidad. Pero ahora era temprano y la farola no estaba encendida, así como Julietta no iba acompañada. Por meses había evitado asistir allí, pero ahora sus pasos le habían conducido al restaurante por mera inercia.

Al ser el humano un ser de costumbres por supuesto que Julietta pidió nuevamente aquella mesa, pero lamentablemente estaba ocupada por la única dama que pudo atisbar en la terraza.

—Vaya, es una pena —murmuró más bien para sí misma, conformándose con una ubicación distinta. De memoria pidió lo de siempre aunque ya han pasado casi seis años y para su fortuna el menú no parece haber cambiado. Sigue con la vista al mesero alejarse y vuelve su atención a aquel rincón de ensueño y a la dama que lo ha usurpado. Sus rasgos y su atuendo la evidencian como extranjera, aunque Julietta ignora su procedencia. Seguramente, su padre lo sabría.

Un músico callejero interrumpe su muda contemplación y sólo entonces cae en cuenta de su indiscreción. Le cuesta desviar la mirada, quizás sea la nostalgia o la incomodidad de estar en un sitio que alguna vez fue un refugio agradable, pero que ahora se muestra mundano e indiferente. La suave brisa acarició sus cabellos, como si el espíritu de su padre estuviera allí para reconfortarle.

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por **Rajni Pradhan** Vie Feb 02, 2024 3:08 am

La Grenouillère
1842, por la tarde

Desde que se sentó en aquella mesa no había presto especial atención a los comensales. Se había dedicado a mirar primero el rio y después el espectáculo callejero mientras esperaba sus platillos. Por fortuna, el eficiente servicio del restaurante le ha traído en cuanto antes su orden. Gustosa degusta su comida. La comida era todo lo que le habían dicho que era: deliciosa.

Ella come con calma, eligiendo con cuidado sus bocados. Ya antes había probado comida francesa pero el sabor era diferente por ser versiones alternas a los platillos originales. Versiones donde los condimentos e ingredientes de India y Francia se mezclaban. Ahora que por fin podía comparar, pudo concluir que para ella no todas las combinaciones gastronómicas son buenas.

Ahora su plato se encuentra medio lleno y tiene sus manos ocupadas apartando una porción de comida, se detiene un momento al sentir una mirada sobre ella. Baja sus cubiertos lentamente y alza su vista para sonreír gentilmente a los curiosos que llegan a mirarle. Es comprensible, es una extraña en aquel lugar.

"Rayos, me he perdido en mis ensoñaciones que creo que hace un momento pasé por alto algo." Dice para sí misma haciendo memoria, cuando de pronto exclama internamente: "¡Si, fue esa mujer!"

De inmediato comienza a buscarla con la mirada hasta identificarla. Entonces llama al mesero y le hace una petición en voz baja una vez que aquel se ha acercado.

El hombre asiente una vez que recibió la orden. El mesero se muestra muy obediente y de inmediato lleva a cabo el encargo.

El mesero regresa al interior del restaurante y al cabo de un rato sale con su bandeja y se dirige a la mesa de Julietta donde coloca sobre la mesa un té verde y un pequeño plato con galletas de mantequilla y macarons. Y aquel hombre dice lo siguiente:
— Buenas tardes. La señorita de la mesa junto a la farola le envía esto y espera que tenga un buen día.

Rajni había visto que algunas personas hacían eso, y bueno, si eso ayudaba a limar asperezas sería bueno intentarlo. Sin embargo, no contempló estar al tanto de cualquier reacción de la otra mujer, en cambio, sigue comiendo tranquilamente pensando en que pediría un flan y luego si o si tomaría un paseo en uno de los botes de remos que flotan sobre el rio.

En cuanto pudo lo hiso, llamó de nuevo al mesero, ordeno su postre y se apresuró a comer.

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por **Julietta Lambert** Mar Feb 20, 2024 2:11 pm

« LA GRENOIULLÈRE »

JULIETTA & RAJNI

La comida llega, pero ni siquiera los sabores de la infancia saben igual. Los pequeños bocados no satisfacen su angustia ni el creciente vacío, pues debe volver a acostumbrarse a convivir consigo misma y la soledad. Fueron años viviendo con su padre, cuidándole y posponiéndose a sí misma; no es fácil salir de la rutina. Al cabo de un momento el camarero retira los restos que evidentemente Julietta ya no tocará; es hambre de otra cosa lo que siente, por lo que no vale la pena extender más aquel trámite que implica alimentarse. Salir. Sentarse un momento bajo el sol. Mira sus antebrazos tan pálidos en contraste al negro de sus ropas fúnebres...

Las tribulaciones le conducen por pensamientos oscuros y perturbadores, miedos sin sentido e indicios que bien pueden ser cosa del diablo o de su propia mente. Tan reflexiva es Julietta, que es fácil disociar y que el tiempo corra veloz e indiferente. Las interacciones sociales se han vuelto difíciles para ella. Como si ya no pudiese conectar con ningún otro humano, porque junto a su padre también había muerto una parte importante de ella. Hay días en que no quiere seguir, y entonces recuerda el pánico y la incertidumbre de la celda. Hay días en que Julietta se castiga, encerrándose en el despacho de su padre hasta que el hambre la obliga a salir.

Y hay tardes en que se fuerza, como hoy, a regresar a donde alguna vez sintió el refugio del hogar, aunque la mesa sea distinta y no pueda empaparse del candor de la farola.

«Que ridícula soy por haber venido con una idea tan absurda. Será mejor pedir la cuenta y regresar a la oficina», se dice a sí misma, limpiando delicadamente sus labios con la servilleta. Y aunque Julietta no cree en las coincidencias, la llegada de ese platillo con bizcochos y la bebida le retuercen las emociones con tímida esperanza y quiere creer que es una señal.

—Merci, monsieur. Yo espero que también usted tenga un buen día —agradece con el ceño ligeramente fruncido por la confusión y vuelve la vista hacia la galante señora, aunque esta disfruta concentrada de su merienda.

«Quizás yo debería de hacer lo mismo y meterme en mis propios asuntos», pensó melancólica, dando un primer sorbo a su taza de té. Es increíble cómo el sabor amargo y vegetal puede hacerle volver a la realidad. El suave dulzor del macaron le recuerda que la vida está llena de matices, y que ante todo ella es una artista, aunque ahora trabaje de la mano de la Muerte.

Finalmente Julietta pide la cuenta y, por qué no, también aprovecha de devolver el gesto pagando el consumo de la dama bajo la farola.

«En realidad, ella brilla con luz propia», reflexiona tras un último vistazo a sus ropas, los colores, el maquillaje y los rasgos que componen la exótica figura. Tras un suave suspiro se levanta y coge su cartera; nota que la dama también ha terminado y con una tímida sonrisa, decide acercarse a saludar.

—Ha sido un gesto muy amable el suyo, Madame. Espero que disfrute de su tarde y que tenga una excelente estadía en la capital —escueta y breve, pero ante todo, sincera. Sus ojos reposan un instante en los ajenos, sin embargo, tampoco desea invadir e incomodar. Una pequeña reverencia antes de retirarse, sintiéndose menos vacía que cuando llegó al local.

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por **Rajni Pradhan** Mar Abr 02, 2024 4:34 pm

La Grenouillère
1842, por la tarde

Ya había acabado de comer y se disponía a pedir un rico flan como postre cuando observo a la otra mujer acercársele un poco. Primero, Rajni ladeo su cabeza y su ceja izquierda se elevó un poco mientras sus labios se separaron sutilmente entre sí. Se sentía un poco sorprendida porque no sabía exactamente que reacción tendría la otra dama. No obstante, se comenzó a sentir cómoda con las palabras y acciones contrarias. Baste, como muestra que suavemente asintió con la cabeza y terminó respondiendo encantada–: Gracias, disfrute también su tarde.

Sus ojos curiosos aun observaban como aquella dama se marchaba. Pero fue en ese momento en que rápidamente sus ojos la analizaron y se detuvieron en los detalles de sus ropas, sobre todo en el color de estas. Y un vago recuerdo se le vino de pronto a la mente. El color negro cuando se está de luto. Y es que en India el color predilecto para esas ocasiones es el blanco. Por tanto, no pudo adivinar a primera vista la situación de aquella dama. Aun que se arrepentía por haber tardado tanto en entender.

Una pequeña sensación de vergüenza surgió en ella, era por no comprender la situación ajena. Y ese mismo sentimiento la instó a que de forma impulsiva se girase en dirección de Julietta que ya se marchaba y grito a la distancia–: ¡No deje que la tristeza la agobie, todas las almas están destinadas a renacer de forma cíclica! ¡Seguramente volverá ha encontrarse con esa persona que tanto extraña!

Lo mejor que pudo hacer fue ofrecer algo de consuelo con sus palabras. Aun que dentro de su mente había la dudad de que podía equivocarse por suponer que un ser querido había perdido la vida, pero no le suponía un problema con hacer un gesto de amabilidad y simpatía.

Enseguida continuo con lo suyo y cuando volvió a llamar al mesero fue que se percató del gesto amable de aquella mujer para pagar hasta la cuenta de Rajni. "¿Por qué?" Se pregunto mientras guardaba sus cosas y se ponía de pie para dirigirse al rio para su paseo en bote.

(Tema finalizado. Gracias por jugar en este pequeño rol conmigo.)

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