Compartiendo vidas (May)

por Invitado Dom Ene 09, 2011 12:48 pm

¿Quién tuviera una musa de fuego? Ay… Enrique V le encantaba. Preciosa obra del maestro Shakespeare, dramaturgo inglés. Henry agradeció que aquel día no hubiera ido mucha gente al cementerio a rezarle a sus muertos. Aquella mañana al despertarse, había sentido la necesidad de acudir a algún lugar apartado, pero lleno al mismo tiempo. Sonaba irónico, lleno. De muertos, pero lleno… Nunca había entendido ese miedo a los muertos. ¿Qué daño podían hacerte? Aunque claro… él no distaba mucho de ser “normal”. Podía entenderlo hasta cierto punto. Pero al intentar meterse en la piel de alguien que no creyera en los seres sobrenaturales, le era francamente complicado. Era meterse en la piel de alguien que negaba que él mismo, que Henry, existiera. Y él estaba muy vivo, de momento.

Caminaba entre los féretros pisando la blanca nieve que se hundía bajo su peso, y sus huellas se marcaban visiblemente. Había estado nevando toda la noche, y aunque la nieve había cuajado, no hacía tanto frío. Al menos no para un lobo como él. Su olfato se veía invadido por un aroma fresco, e inspiró para llenarse los pulmones de fresca brisa matinal. Caminaba y caminaba mirándolo todo, observando el ambiente de forma precisa, y escrutando cada imagen que se creaba ante sus ojos.

Necesitaba esa evasión de vez en cuando. Sus recuerdos de Irlanda a veces lo apresaban, queriendo regresar junto a Dracy y Decklan, creyendo que así sería algo más feliz. Pero él se había marchado para empezar de cero, y no iba a defraudar a esas dos personas que prácticamente, eran su única familia. ¿Qué habría sido de él si se hubiera quedado allí? ¿Lo habrían descubierto? ¿Habría tenido el valor de enfrentarse a todos los problemas que acaecerían desde ese momento?

Se detuvo y se quedó quieto. Un leve sonido rondaba sus oídos, y lo sacó de sus pensamientos. Entornó los ojos, volviendo a inspeccionar el ambiente…

por **Etháin** Dom Ene 09, 2011 1:00 pm

Era una mañana invernal, gélida y blanca como cada invierno desde que me había mudado a París.
Me había levantado temprano después de padecer la misma pesadilla que me perseguía cada noche, que me advertía del peligro que corría, que me recordaba a mi madre y los esfuerzos infructuosos de mi padre para lograr mir regreso a casa.
Los sirvientes estaban atareados en la limpieza de la mansión y mis pulmones reclamaban aire fresco y mi piel, el cálido tacto del sol.
Y así, decidí tomar uno de los caballos que me habían regalado hacía unos meses, Agro, y ambos empezamos a cabalgar hacia quién sabe dónde, perdiéndome por los alrededores de mi casa y llegando a una especie de... ¿cementerio?
Jamás había estado allí, así que pensé en echarle una ojeada. Até las riendas de mi caballo en un árbol próximo y caminé con ciertas dificultades por la espesa nieve, divisando, no muy lejos de mí, una figura masculina.
Me petrifiqué, no sabiendo si lo mejor era desaparecer sin hacer acto de presencia o quedarme allí como una estúpida a la espera de que él se percatara de mi presencia.
Opté por lo segundo.

por Invitado Dom Ene 09, 2011 2:36 pm

De nuevo aquel olor penetró en su nariz. Sin embargo, en esa ocasión se hizo más intenso, incluso pareció duplicarse. Cerró los ojos otra vez e inspiró por segunda vez. Efectivamente, había dos cuerpos por los alrededores. Uno era un animal, y el otro sería un humano. Y sus sospechas se confirmaron cuando escuchó un caballo galopando acercarse. Otra de las ventajas de ser un lobo: oído desarrollado.

Sin abrir los ojos, trató de seguir con el oído los movimientos del animal, que se había detenido. Al momento, comenzaron otros pasos, más pausados. Abrió entonces los ojos y fijó la mirada en la puerta del cementerio. No tardó en asomarse una figurita de lo que parecía una muchacha. ¿Por qué se quedaba en la puerta?

Esperó que ella no se hubiera diera cuenta de que él la había visto, y continuó caminando. Al fin y al cabo podría ser alguien que viniera a rezar, o sencillamente a pasear, como él. Sacó una de sus manos del bolsillo y se echó el cabello hacia atrás, introduciéndola de nuevo más tarde.

por **Etháin** Dom Ene 09, 2011 2:45 pm

El hombre pareció percatarse de mi presencia, aunque a penas me miró y se volteó para alejarse de mí. Decidí que debía seguirle, puesto que me pareció que él conocía aquél lúgubre cementerio y además, no deseaba perderme de nuevo.
A una distancia prudencial, escondí mis manos tras la espalda a modo casual e inocente, y caminé hacia él, siguiendo sus pasos y preguntándome qué hacía allí. ¿Pasear? No creía que ese fuera un buen lugar de paseo, aunque para gustos... los colores.
La nieve era densa y la distancia entre ambos iba creciendo. En un intento para acortar distancias temiendo que le perdería de vista, tropecé con algo, quizás una raíz de árbol o quizás un tumba. El caso es que caí sobre el frío manto de nieve.
Intenté incorporarme y me percaté de que me había torcido el tobillo. Perfecto, lo que me faltaba...

por Invitado Dom Feb 06, 2011 6:58 am

Aquel lugar parecía pensado para la tranquilidad en todos sus sentidos. Henry no sabía si algún día, cuando su vida finalizase, sería enterrado allí o en Irlanda. Prefería no hacerse ese tipo de preguntas que lo ponían triste y sacudió la cabeza para volver a dejarse llevar por el pacífico ambiente. Caminó tranquilo y sin problemas por la nieve que seguía recibiéndolo amablemente. Sonrió un par de veces al ver un par de pájaros volar… hasta que un sonido seco llamó su atención y le hizo darse la vuelta.

No pudo reprimir una pequeña carcajada cuando vio a la muchacha de morros en la nieve, parecía un peluche. Sin embargo, se percató de que intentaba levantarse y no podía; entonces se acercó - ¡Eh, eh, eh! - dijo agachándose - ¿Se encuentra bien? - preguntó con una sonrisa en los labios. ¿Cómo se habría caído? Miró alrededor y vio algo enterrado en la nieve - Debe tener cuidado, la nieve aunque hermosa, es traicionera - dijo asintiendo levemente.

Una vez más, el aire fresco sopló moviendo sus cabellos suavemente, dejando ver su afable rostro y haciéndole entornar los ojos, fruto de la sensibilidad de los ojos ante aquellos ataques de la naturaleza.

por **Etháin** Lun Feb 07, 2011 6:25 am

No muy lejos de mí, resonó una carcajada que me estremeció y que, por supuesto, me molestó. Refunfuñé algunos insultos, segura de que no me escucharía, e intenté de nuevo ponerme en pie, sin éxito alguno, pues me dolía demasiado, el tobillo.
De pronto, su voz estaba muy cerca de mí, y me preguntaba algo alarmado si me encontraba bien, algo que aún me hizo enojar más.
- ¿Tú qué crees?- le espeté malhumorada, alzando los ojos hacia él.- ¿Piensas ayudarme o qué?- vociferé, bajando la vista a mis manos, las cuales empezaban a tomar un color casi parecido al de la nieve.

por Invitado Lun Feb 21, 2011 10:53 am

Y eso que Henry había ido de buenas. No quería imaginarse qué pasaría si se hubiera burlado de verdad… - Perdóneme, madame. Me pareció graciosa su postura justo cuando la vi, nada más. Lo siento si la he incomodado - explicó, cogiéndole las manos para vérselas - Será mejor que la saque de aquí - y con cuidado sacó su pie y se levantó, cogiéndola en brazos. Miró alrededor y vio un banco que estaba justo al lado de la puerta de entrada, y allí la dejó con cuidado - ¿Se encuentra mejor? - preguntó pasados unos minutos, en los cuales la había observado atentamente.

Off: Perdona por tardar, lo siento ^^U Tenía exámenes e inspiración 0 xD

por **Etháin** Lun Feb 21, 2011 2:02 pm

Después de hartarse de reír por algo que yo no llegaba a comprender, decidió socorrerme como buen caballero que se suponía que era. Me ayudó a sacar el pie, doliéndome entonces al comprender el alcance de la torcedura de tobillo, y, en volandas, me llevó hacia un banco de la entrada, no muy alejado e igual de solitario. El asiento estaba gélido, pero gracias a las faldas que llevaba, a penas noté la humedad. Jadeé cuando mi piel tiritaba y mis dientes chasqueban por el frío que empezaba a calar por mi pálida y fina piel. Alcé los ojos hacia el chico sin dejar de mirarle de un modo extraño, agradecida pero no del todo.
- Gracias, estoy bien.- mentí, reprimiendo una mueca de dolor cuando quise demostrarle con un movimiento sutil de tobillo, que lo tenía intacto.
Se me escapó un gemido y desvié la mirada fingiendo una tos repentina.

por Invitado Mar Feb 22, 2011 1:20 pm

Al parecer se encontraba bien, pero Henry intuyó que no era del todo cierto. Se agachó y miró el tobillo que había intentado levantar, observándolo con cuidado - ¿Segura de que se encuentra bien, madame? - preguntó alzando una ceja, interrogativo. Luego percibió aquel suave sonido de los dientes gracias a su agudo oído, y se quitó el abrigo para ponérselo por encima - Esperemos que no sea nada grave - susurró colocando una mano en su hombro, apretando ligeramente.

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