Trazando vidas en la palma de tu mano [Sadiq Annan]

por Invitado Lun Ene 10, 2011 7:41 pm

¿Que hacía allí? caminando entre sus iguales, que a la vez se le hacían tan diferentes... ¿estaba a caso en el lugar correcto?, debía ser así ya que después de dedicarse a recorrer las calle sparisinas desde que llego y memorizarlas de principio a fin, no encontraba lugar que la reclamara mas que este campamento, sus pies instintivamente regresaban al punto de partida.

Se acercó al inicio del área tan repudiada por muchos y que ella llamaba "hogar", aunque en si no lo fuera ya que sabía que no se quedaría por mucho tiempo si Martyia así lo decidía, no es que se quejara de su vida... a decir verdad se sentía muy comoda con ella, era tan libre como quisiera ser sin tener sobre si esas cadenas que la alta sociedad impone.

Busco un lugar algo alejado de tanto tumulto, era un día de esos en los que la gente de buena cuna o con diversos orígenes se escapaban de incógnitos rogando no encontrarse con nadie conocido, y si eso pasaba, siempre existe la opción de hacerse de la vista gorda; era el día que llegaban para ver que encontraban en el campamento... alfombras de diversos colores y tejidos, maderas talladas, ropa hecha a mano para los sirvientes de las casas, algún que otro objeto robado y lo mejor y mas misterioso de todo... las adivinadoras.

Los gitanos tienen fama de saber predecir el futuro, entrelazar caminos, leer los pozos de café, interpretar el movimiento de las hojas de té sobre el agua y lo mas natural de todo... el conocer las palabras que las líneas de la mano marcaban como "destino", se suponía que era un don natural en todos pero algunos preferían hacerse de dinero con otra cosa y no entrometerse entre los hilos del futuro de alguien mas.

Aishe tomó un tapede tejido de colores ocre que ella misma había hecho en su adolescencia, mas bien, Martyia la había obligado, en el estaba relatada su propia historia... pero eso no viene realmente al caso, se sentó sobre él en flor de lotto colocando algunas pulseras y collares tejidos, algunas telas para fajillas y turbantes... finalmente de algo tenpia que vivir así que se sentó a esperar viendo a la gente ir y venir.

por **Sadiq Annan** Jue Ene 13, 2011 9:54 am

Le habían comentado que en París había una comunidad de gitanos, aquello había despertado su interés. Posiblemente le sería factible el ofrecer alguno de sus productos como también encontrar algo que fuera de su interés, tal vez ni siquiera gastaría dinero, un trueque podría ser suficiente.

Pero si había algo mas que le llamaba la atención, era el don de la adivinación que poseían muchas mujeres gitanas. Claro, ¿Quién no querría saber un poco lo que le deparaba el destino? Al menos él si quería. Después de haber vivido tantas cosas inesperadas en su vida, ahora que se sentía algo mas estable, no podía evitar pensar que algo le podría suceder, algo que desequilibrara el orden que llevaba.

Ahora se paseaba entre la gente, protegiendose del frío con un abrigo marengo largo y de cuello mao, y en su cuello usaba una pañoleta, aquella que solía ponerse como turbante, por lo que su cabello ni muy corto ni muy largo, estaba algo desordenado.

Entre su paseo divisó unas joyas que le llamaron la atención, pero no intentó demostrar que le habían gustado, ni menos un turbante color terracota. Miró casi con descuido e indiferencia. Sabía él como comerciante, que no debías mostrarte ansioso ni que aquello podría ser una compra segura, así no t veían la cara y te cobraban una precio exagerado.

-Veo que tiene cosas interesantes aquí...-Dijo estando aún de pie mirando lo que una dama vendía...una muy bella dama por cierto- ...habría algo que le gustaría ofrecer a éste hombre? -Se puso en cuclillas para ver mas de cerca, pero levantó la mirada sosteniéndola en los ojos de la gitana- Y también me interesaría saber si usted ofrece servicios de adivinación.

por Invitado Sáb Ene 22, 2011 8:28 pm

La gente iba y venía, un delicado vaiven que entretuvo a sus ojos y sin duda hizo que su mente tambaleara, perdiendo el delgado hilo de atención y dejandose llevar al mar de sonidos e imagenes frente a ella, una voz masculina rompió el encantó haciendola salir de su ensimismamiento; levantó la mirada lentamente para fijar sus castallos ojos en un cliente.

-Lo que ve señor, auqnue si desea algo en especial podría hacerlo solo que me tomaría como máximo dos días elaborarlo...si el diseño no es muy complejo claro...
Sonrió, esos vivaces ojos verdes había llamado su atención, tenían un color quizás poco común pero sin duda era el brillo que de ellos salía lo que los hacía únicos.

-¿Servicios de adivinación?
Suspiró, ella no gustaba de enredarse entre los hilos del futuro de alguien más, si bien era cierto que el destino ya estaba dicho, las acciones que pasaban para llegar a el eran cambiantes y eso hacía que la posibilidad de enredarse en esa madeja fuera muy alta.

-Si nada de lo que ve aqui le interesa, y busca quien decifre parte de su futuro...-se hizo un poco hacia atras-... puede tomar asiento.
Se sentó lo más derecha que pudo, respiró hondo y cerró sus ojos; el arte de la adivinación requería la mayor concentración y calma posible, desenrredar los hijos solía ser algo extenuante.

-Y ¿qué desea saber?
No se dedicaría a desmarañar todo el enjambre, tomaría solo algunos hilos para jalarlos con lentitud y entretejerlos para así leer lo que tenían que decirle respecto a las acciones inmediatas o los sucesos que habría en el camino de aquel joven.

-Quizás si regresará a su tierra... o si su negocio prosperará aquí...
Dijo posando sus castaños ojos en los de aquel hombre, dejandole ver como poco a poco tomabanun tono mas obscuro y penetrante, se podría decir que perdía lentamente ese tono blanquecino que rodeaba al iris para convertirse en una gran mancha negra, auqneu solo era una forma de percibirlo.

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