AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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va être seul {Privado}
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va être seul {Privado}
Recuerdo del primer mensaje :
Otra vez me han dejado abandonado
-Mirando una y otra vez el reloj que tenia en la muñeca empezo a sonreir con un suspiro, habia hecho una especie de apuesta con un amigo suyo pues segun decian alli en ese teatro a media-noche cuando las obras tenian lugar habia pasado algunas cosas e incluso habian desaparecido humanos que habian ido a ver la pelicula, Lionel sabia porque era e incluso otras personas tambien lo sabian aquellos gitanos que tenian el mismo don que él.
Pero habia gente que tenia ese poder y otros que no tenian el mismo, asi que Lionel penso que podia ganar algo de dinero haciendo apuestas en las que era evidente que llevaba todas las de ganar, como aquella en la que un chico queria hacerse el valiente, siendo al final todo lo contrario. Lionel se apoyo contra la pared de la entrada del teatro ladeando el rostro con una sonrisa en los labios, su cuerpo estaba completamente apoyado en una de las paredes, dejando que su vista se marchase a las estrellas pues al comienzo que la gente entraba la tensión iba aumentando-
Mmm...
-Tenia algo de dinero para una entrada pero estaba acostumbrado a entrar solo a todos los sitios, conforme los vampiros entraban y salian se mordialos labios mientras sus cabellos continuaban cayendo por el rostro...los tenia bastantes largos quizás debia de cortarse las puntas de los cabellos algo que aunque sonara ridiculo se negaba a que sucediese...solo unas puntas significaba que tendria que cambiar su cabello, ¿cuando habia comenzando a gustarle tenerlo largo? aun no podia saberlo...habia pasado demasiado tiempo, al fín se movió dispuesto a comprar una de las entradas a pesar de las miradas que algunas personas estaban dedicándole-
-Mirando una y otra vez el reloj que tenia en la muñeca empezo a sonreir con un suspiro, habia hecho una especie de apuesta con un amigo suyo pues segun decian alli en ese teatro a media-noche cuando las obras tenian lugar habia pasado algunas cosas e incluso habian desaparecido humanos que habian ido a ver la pelicula, Lionel sabia porque era e incluso otras personas tambien lo sabian aquellos gitanos que tenian el mismo don que él.
Pero habia gente que tenia ese poder y otros que no tenian el mismo, asi que Lionel penso que podia ganar algo de dinero haciendo apuestas en las que era evidente que llevaba todas las de ganar, como aquella en la que un chico queria hacerse el valiente, siendo al final todo lo contrario. Lionel se apoyo contra la pared de la entrada del teatro ladeando el rostro con una sonrisa en los labios, su cuerpo estaba completamente apoyado en una de las paredes, dejando que su vista se marchase a las estrellas pues al comienzo que la gente entraba la tensión iba aumentando-
Mmm...
-Tenia algo de dinero para una entrada pero estaba acostumbrado a entrar solo a todos los sitios, conforme los vampiros entraban y salian se mordialos labios mientras sus cabellos continuaban cayendo por el rostro...los tenia bastantes largos quizás debia de cortarse las puntas de los cabellos algo que aunque sonara ridiculo se negaba a que sucediese...solo unas puntas significaba que tendria que cambiar su cabello, ¿cuando habia comenzando a gustarle tenerlo largo? aun no podia saberlo...habia pasado demasiado tiempo, al fín se movió dispuesto a comprar una de las entradas a pesar de las miradas que algunas personas estaban dedicándole-
Lionel D'Maine- Gitano
- Mensajes : 1639
Fecha de inscripción : 14/09/2010
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Re: va être seul {Privado}
-Eran como dos personas que se internaban en donde no debían eran como un niño que queria saber y una niña que habia dejado al niño porque en el fondo tambien deseaba hacer lo mismo pero con la menor intensidad, se le vinieron a la cabeza titulos abstractos de obras de teatro utilizadas para hacer atemorizar a los niños pero que tambien eran fábulas para que los crios no hicieran sus travesuras aunque bueno cuando se leía un libro se pensaba un más en la travesura precisamente, como "he leído x libro y me ha parecido tan emocionante que quiero intentarlo" pero para Lionel estar en el teatro de los vampiros aquel que podia considerarse tabú para los humanos era como un sueño porque a pesar de todo era un teatro.
Escuchaba las puertas mandar mensajes de alerta sin ser demasiado escandalosas, la unica respiracion que hacia sonidos era la suya mientras que la madera percibia cada paso quejándose de aquestos, imponiendo su decisión pues con cada paso depende de donde pisaras podias sentir un tipo de sonido u otro conformando una especie de música extraña que aun asi contenia un debil encanto para los oídos de Lionel, apreto las manos en los bolsillos cuando habia soltado la mano de Amanda dejando que sus ojos estuvieran mirando todo lo de su alrededor. La ironia de aquel espejo en donde sin poder evitarlo se imaginó a una hermosa mujer que aunque no podía ver su reflejo gruñía, apretaba los puños y se marchaba en la busqueda de humanos que le pudieran decir lo hermosa que era.
A veces, el simple hecho de mirar tu reflejo aunque fuera en tus propias lagrimas era una bendición que no se recibía por muchos, colocó las manos en uno de los mechones más largos de su flequillo, deteniendo su paso una vez que ella se lo habia pedido, no dudó en hacerlo otro humano en su lugar habria pensado que en la oscuridad ella podria desatar su hambre, que el hecho de que no s hubiera alimentado antes no significaba nada porque podia alimentarse en cuando menos lo esperase...pero dentro de Lionel sabia que podia confiar ciegamente en aquella mujer, que no tenia nada que temer porque seria ironico que le hubiera salvado la vida para que despues le quisiera arrebatar la suya. Asintió dejando su peso por unos momentos en el pie izquierdo despues de dejar que todo su equilibrio se restableciese y vió a donde se dirigía-
Se que podemos escoger salvarla a pesar de que ya está mas muerta que viva pero el olor de su sangre es bastante fuerte
-Dejo que su rostro se elevase, sin mirar el cuerpo semi-desnudo de aquella joven, al contrario que la mayoria de los varones el no se especializaba en mirar a las mujeres desnudas, no le atraía, ni siquiera como una mirada atrevida y luego volver a su otro yo. simplemente no podía hacerlo, se fijó en los ojos de aquella mujer que estaba en el suelo mirando a Amanda y a Lionel (aunque mucho más a Amanda seguro que por aquella belleza) se percató de aquellos cabellos despeinados que aun asi la hacían ver mucho más hermosa, de las respiracion lentas que daba señal de que aun estaba con vida, igual que la sangre que se apartaba de su cuerpo, ilusa, marcando su territorio como si aun pudiera llamarse asi. Se mordió entonces los labios mientras dejo las manos fuera de los bolsillos mirando a su alrededor, cajas, vestidos con polvo, podia escuchar en su interior las risas de los vampiros mientras tomaban aquel tentempie que seguramente muchos ya habian probado pero con al suficiente delicadeza.
No tuvo miedo de que Amanda finalizase aquel trabajo, no sabia porque su shombros estaban relajados pero siempre alerta porque una cosa era confiar en una persona y conocer lo que se podía hacer cuando de la supervivencia se trataba...se mordió los labios, estaban en un territorio de vampiros, debido al olor de sangre que hasta podia ser notado por un humano como Lionel sabia que si se marchase afuera sería pasto de aquellos vampiros en cuestión de un momento, Lionel sen acercó hacia uno de los vestidos que alli habían puestos, vestidos tanto de hombres como de mujeres, estaban llenos de polvo por lo que tomó uno y se alejó dejando que las manos trabajasen habilmente para que el polvo se marchase de aquel vestido, habia escogido un vestido de color azul claro, sin demasiados adornos, sencillo, que se ajustaria a su cuerpo al parecer hecho de una tela especial para la silueta femenina-
La dejare vivir...aunque se que es el destino quien juzgará si merece vivir o si merece morir como podria haber pasado si no nos hubieramos encontrado con ella
-No hablaba con frialdad, sino con conocimiento aunque sus palabras pareciesen todo lo contrario, parecia decir que le daria una oportunidad pero que se lavaria las manos cuando l destino apareciese por la esquina sabiendo que habian tocado algo que era suyo, ¿porque no? era asi como funcionaba el mundo porque siempre le habia pasado, no se podia proteger a todo el mundo porque en ese entonces se pecaría de hipocresia, podia querer la paz entre razas pero entonces ¿quien seria el si los vampiros se morian de hambre? habia un orden natural de las cosas y no podia decir aquello, era bonita la teoria pero en la practica siempre habria suspensos, siempre se fallaria o se necesitaria un poco mas de practica, fué paseando por aquella habitacion con agilidad, era hábil a la hora de entrar en un territorio desconocido y percatarse de todo lo que se podia usar, no era como los demás humanos que entraban poco a poco investigando, el con un vistado rápido hacia un mapa mental de la habitacion y paseaba por ella mirando solamente lo imprescindible que en este caso eran cepillos y algunos trapos-
Escuchaba las puertas mandar mensajes de alerta sin ser demasiado escandalosas, la unica respiracion que hacia sonidos era la suya mientras que la madera percibia cada paso quejándose de aquestos, imponiendo su decisión pues con cada paso depende de donde pisaras podias sentir un tipo de sonido u otro conformando una especie de música extraña que aun asi contenia un debil encanto para los oídos de Lionel, apreto las manos en los bolsillos cuando habia soltado la mano de Amanda dejando que sus ojos estuvieran mirando todo lo de su alrededor. La ironia de aquel espejo en donde sin poder evitarlo se imaginó a una hermosa mujer que aunque no podía ver su reflejo gruñía, apretaba los puños y se marchaba en la busqueda de humanos que le pudieran decir lo hermosa que era.
A veces, el simple hecho de mirar tu reflejo aunque fuera en tus propias lagrimas era una bendición que no se recibía por muchos, colocó las manos en uno de los mechones más largos de su flequillo, deteniendo su paso una vez que ella se lo habia pedido, no dudó en hacerlo otro humano en su lugar habria pensado que en la oscuridad ella podria desatar su hambre, que el hecho de que no s hubiera alimentado antes no significaba nada porque podia alimentarse en cuando menos lo esperase...pero dentro de Lionel sabia que podia confiar ciegamente en aquella mujer, que no tenia nada que temer porque seria ironico que le hubiera salvado la vida para que despues le quisiera arrebatar la suya. Asintió dejando su peso por unos momentos en el pie izquierdo despues de dejar que todo su equilibrio se restableciese y vió a donde se dirigía-
Se que podemos escoger salvarla a pesar de que ya está mas muerta que viva pero el olor de su sangre es bastante fuerte
-Dejo que su rostro se elevase, sin mirar el cuerpo semi-desnudo de aquella joven, al contrario que la mayoria de los varones el no se especializaba en mirar a las mujeres desnudas, no le atraía, ni siquiera como una mirada atrevida y luego volver a su otro yo. simplemente no podía hacerlo, se fijó en los ojos de aquella mujer que estaba en el suelo mirando a Amanda y a Lionel (aunque mucho más a Amanda seguro que por aquella belleza) se percató de aquellos cabellos despeinados que aun asi la hacían ver mucho más hermosa, de las respiracion lentas que daba señal de que aun estaba con vida, igual que la sangre que se apartaba de su cuerpo, ilusa, marcando su territorio como si aun pudiera llamarse asi. Se mordió entonces los labios mientras dejo las manos fuera de los bolsillos mirando a su alrededor, cajas, vestidos con polvo, podia escuchar en su interior las risas de los vampiros mientras tomaban aquel tentempie que seguramente muchos ya habian probado pero con al suficiente delicadeza.
No tuvo miedo de que Amanda finalizase aquel trabajo, no sabia porque su shombros estaban relajados pero siempre alerta porque una cosa era confiar en una persona y conocer lo que se podía hacer cuando de la supervivencia se trataba...se mordió los labios, estaban en un territorio de vampiros, debido al olor de sangre que hasta podia ser notado por un humano como Lionel sabia que si se marchase afuera sería pasto de aquellos vampiros en cuestión de un momento, Lionel sen acercó hacia uno de los vestidos que alli habían puestos, vestidos tanto de hombres como de mujeres, estaban llenos de polvo por lo que tomó uno y se alejó dejando que las manos trabajasen habilmente para que el polvo se marchase de aquel vestido, habia escogido un vestido de color azul claro, sin demasiados adornos, sencillo, que se ajustaria a su cuerpo al parecer hecho de una tela especial para la silueta femenina-
La dejare vivir...aunque se que es el destino quien juzgará si merece vivir o si merece morir como podria haber pasado si no nos hubieramos encontrado con ella
-No hablaba con frialdad, sino con conocimiento aunque sus palabras pareciesen todo lo contrario, parecia decir que le daria una oportunidad pero que se lavaria las manos cuando l destino apareciese por la esquina sabiendo que habian tocado algo que era suyo, ¿porque no? era asi como funcionaba el mundo porque siempre le habia pasado, no se podia proteger a todo el mundo porque en ese entonces se pecaría de hipocresia, podia querer la paz entre razas pero entonces ¿quien seria el si los vampiros se morian de hambre? habia un orden natural de las cosas y no podia decir aquello, era bonita la teoria pero en la practica siempre habria suspensos, siempre se fallaria o se necesitaria un poco mas de practica, fué paseando por aquella habitacion con agilidad, era hábil a la hora de entrar en un territorio desconocido y percatarse de todo lo que se podia usar, no era como los demás humanos que entraban poco a poco investigando, el con un vistado rápido hacia un mapa mental de la habitacion y paseaba por ella mirando solamente lo imprescindible que en este caso eran cepillos y algunos trapos-
Lionel D'Maine- Gitano
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Re: va être seul {Privado}
No me esperaba encontrarme a una mujer humana moribunda en el interior de un camerino del Theatre Des Vampires, así como tampoco era algo esperable eso de que fuera a ser Lionel el encargado de juzgar si merecía vivir o morir. De ser una vampiresa al uso, o de ser un simple personaje de aquella época tan versátil en la que me había tocado terminar en aquel preciso momento, probablemente hubiera dejado la decisión de la vida o muerte de aquella joven en manos de un dios al que se le dedicaba ciegamente una fe inútil y no correspondida. Al fin y al cabo, ¿por qué Dios en teoría era el supremo salvador y permitía que personas malvadas según su criterio existiera? ¿Por qué Dios no se esforzaba en garantizar la paz que sus vasallos tan fieles de la iglesia, de todas las iglesias esparcidas por el mundo, se esforzaban en promulgar con palabras vacías? ¿Por qué no castigaba a todos aquellos que bajo el nombre de una divinidad de capa caída se llenaban los bolsillos de riquezas ajenas, se granjeaban alianzas y tratos de favor y, básicamente, hacían lo que les venía en gana porque así lo creían justificado? Y no era sólo ya cuestión del supuesto Dios que la Biblia promulgaba en cada una de sus páginas: un ente infinito, inmutable, tremendamente bueno y padre de todos los seres humanos. También era cuestión de todos aquellos dioses de otras religiones que parecían cortados con unas tijeras de sastre por ese mismo patrón y que caían en las mismas falacias y en los mismos fallos. ¿Dónde queda la fría verdad de la lógica, que es inevitable creer porque se sabe con certeza que es verdad? Aparentemente perdida en la nada porque la religión había perdido todo su sentido desde que permitía que semejantes incongruencias se llevaran a cabo. Y por saber de sobra que no existía un dios al uso, o al menos como las sagradas escrituras pretendían que fuera, no era una vampiresa como los demás. Había vivido demasiado, lo suficiente como para generarme una conciencia crítica que me permitía dudar la existencia de construcciones suprasensibles que quieren regir nuestro mundo, y sabía de sobra que la potestad de juzgar la vida o la muerte de una persona estaba en quien era superior de hecho a ella, en aquel caso yo. ¿Y qué había decidido el ser superior? Delegar la decisión a un joven humano, gitano concretamente.
El porqué de aquella decisión había sido apenas decidido en un instante: curiosidad. Quería probarle, quería ver si su bondad era tanta como su imagen y sus actos hasta el momento aparentaban, quería satisfacer una curiosidad insaciable que podría determinar el destino final de aquella relación de protección que había desarrollado con él...y no falló en su comentario, ni en sus acciones, ni en su decisión. Pudo pecar de poco innovador porque me imaginaba que elegiría salvar a una mujer medio muerta por la acción de los colmillos de un vampiro, pero pecó de sabio (mucho, para su corta edad y para su naturaleza) y también pecó de lo suficientemente empático como para que no resultara una decisión en vano encarnarme como su protectora. Al fin y al cabo, en lo que llevaba de noche ya le había protegido de vampiros hambrientos una vez, ¿qué me costaría hacerlo una vez más? No demasiado, de eso estaba totalmente segura, y por eso mismo mientras él se alejaba en dirección a una de las ropas de los actores, que colgaban en percheros por todo el camerino en el que nos encontrábamos, yo me giré también en dirección a una de las mesas en busca de una de las horquillas de metal con la que las actrices se atusaban y sujetaban el pelo. Con ella en la mano, volví a girarme en dirección a la humana medio muerta e introduje el trozo de metal en los grilletes, en sus cerraduras concretamente, abriéndolos así sin necesidad de destrozarlos y haciendo que, con mis reflejos, el cuerpo de la joven cayera sobre mis brazos extendidos, apoyándose sobre mi cuerpo.
Que no volviera a reaccionar frente a ese estímulo no podía ser buena señal, y mientras Lionel continuaba quitando el polvo a aquel vestido azul, me acerqué junto a la chica moribunda hacia donde él estaba y la tumbé cerca, para ayudar a Lionel con su tarea sin tener que estar sosteniendo un cuerpo de por medio. – Una decisión bastante sabia, si me permites añadir, aunque predecible... Voy empezando a conocerte lo suficiente como para imaginarme que ibas a hacer precisamente eso, aunque no por ello voy a culparte. Supongo que tiene que haber gente para todo, incluso para luchar por las causas ya casi perdidas del todo. – le dije, encogiéndome de hombros y mirando la tela azul del vestido que, a medida que era cepillada, iba recobrando su lustre inicial y su calidad, que revelaba ser algo parecido al satén pero con un cierto aire de seda. Aquello mostraba, aún más que todo lo que hubiéramos podido ver hasta ese momento, que aquel teatro no carecía de recursos pecuniarios para poder sostenerse y para poder justificar que el lujo no era algo de lo que carecieran, quizá como una eficaz herramienta de caza que permitía a los vampiros sentirse más cómodos entre los humanos. Y ya tenían que ser unos vampiros sumamente inútiles y sobrevalorados entre los suyos para tener que recurrir a unos trucos de caza tan absurdos y tan poco depurados, pero eso no era cosa mía juzgarlo, mucho menos cuando a la vista de la joven moribunda estaba que no sólo funcionaban, sino que además eran perfectamente susceptibles de ser puestos en práctica con unos resultados notables.
Apenas unos momentos después, el vestido estuvo limpio del todo y no corría peligro de contagiar a nadie (a ninguno de los dos humanos, se entiende) de algo que pudiera transmitir el polvo que soportaba y acarreaba la ya visiblemente bonita tela. Una vez listo, deslizar el vestido por el cuerpo de la joven que estaba tan débil que ni se negaba no costó apenas esfuerzo, y su desnudez quedó oculta por la tela azul brillante que se pegaba a su cuerpo y revelaba sus formas con una sutileza envidiable y admirable... para ser humana y carecer de belleza sobrenatural, claro, además de para ser una humana debilitada y pálida por la pérdida de sangre. Un instante después, pasos no audibles por cualquiera se empezaron a escuchar por detrás de la puerta del camerino; unos pasos que sabía de sobra que no eran humanos, sino que pertenecían a alguien sobrenatural, muy probablemente el que había comenzado el festín con aquella joven e iba a terminarlo. – Lionel, pronto tendremos compañía de alguien a quien no le gustará que la chica esté viva. Se oyen sus pasos, si escuchas con atención. – le dije, mirándole de nuevo a los ojos con todo deje de algo que no fuera seriedad borrado del rostro.
OFF: Siento muchísimo la tardanza, pero estaba de exámenes y no he podido contestar antes -.-U Aquí la tienes, de todas formas :3
El porqué de aquella decisión había sido apenas decidido en un instante: curiosidad. Quería probarle, quería ver si su bondad era tanta como su imagen y sus actos hasta el momento aparentaban, quería satisfacer una curiosidad insaciable que podría determinar el destino final de aquella relación de protección que había desarrollado con él...y no falló en su comentario, ni en sus acciones, ni en su decisión. Pudo pecar de poco innovador porque me imaginaba que elegiría salvar a una mujer medio muerta por la acción de los colmillos de un vampiro, pero pecó de sabio (mucho, para su corta edad y para su naturaleza) y también pecó de lo suficientemente empático como para que no resultara una decisión en vano encarnarme como su protectora. Al fin y al cabo, en lo que llevaba de noche ya le había protegido de vampiros hambrientos una vez, ¿qué me costaría hacerlo una vez más? No demasiado, de eso estaba totalmente segura, y por eso mismo mientras él se alejaba en dirección a una de las ropas de los actores, que colgaban en percheros por todo el camerino en el que nos encontrábamos, yo me giré también en dirección a una de las mesas en busca de una de las horquillas de metal con la que las actrices se atusaban y sujetaban el pelo. Con ella en la mano, volví a girarme en dirección a la humana medio muerta e introduje el trozo de metal en los grilletes, en sus cerraduras concretamente, abriéndolos así sin necesidad de destrozarlos y haciendo que, con mis reflejos, el cuerpo de la joven cayera sobre mis brazos extendidos, apoyándose sobre mi cuerpo.
Que no volviera a reaccionar frente a ese estímulo no podía ser buena señal, y mientras Lionel continuaba quitando el polvo a aquel vestido azul, me acerqué junto a la chica moribunda hacia donde él estaba y la tumbé cerca, para ayudar a Lionel con su tarea sin tener que estar sosteniendo un cuerpo de por medio. – Una decisión bastante sabia, si me permites añadir, aunque predecible... Voy empezando a conocerte lo suficiente como para imaginarme que ibas a hacer precisamente eso, aunque no por ello voy a culparte. Supongo que tiene que haber gente para todo, incluso para luchar por las causas ya casi perdidas del todo. – le dije, encogiéndome de hombros y mirando la tela azul del vestido que, a medida que era cepillada, iba recobrando su lustre inicial y su calidad, que revelaba ser algo parecido al satén pero con un cierto aire de seda. Aquello mostraba, aún más que todo lo que hubiéramos podido ver hasta ese momento, que aquel teatro no carecía de recursos pecuniarios para poder sostenerse y para poder justificar que el lujo no era algo de lo que carecieran, quizá como una eficaz herramienta de caza que permitía a los vampiros sentirse más cómodos entre los humanos. Y ya tenían que ser unos vampiros sumamente inútiles y sobrevalorados entre los suyos para tener que recurrir a unos trucos de caza tan absurdos y tan poco depurados, pero eso no era cosa mía juzgarlo, mucho menos cuando a la vista de la joven moribunda estaba que no sólo funcionaban, sino que además eran perfectamente susceptibles de ser puestos en práctica con unos resultados notables.
Apenas unos momentos después, el vestido estuvo limpio del todo y no corría peligro de contagiar a nadie (a ninguno de los dos humanos, se entiende) de algo que pudiera transmitir el polvo que soportaba y acarreaba la ya visiblemente bonita tela. Una vez listo, deslizar el vestido por el cuerpo de la joven que estaba tan débil que ni se negaba no costó apenas esfuerzo, y su desnudez quedó oculta por la tela azul brillante que se pegaba a su cuerpo y revelaba sus formas con una sutileza envidiable y admirable... para ser humana y carecer de belleza sobrenatural, claro, además de para ser una humana debilitada y pálida por la pérdida de sangre. Un instante después, pasos no audibles por cualquiera se empezaron a escuchar por detrás de la puerta del camerino; unos pasos que sabía de sobra que no eran humanos, sino que pertenecían a alguien sobrenatural, muy probablemente el que había comenzado el festín con aquella joven e iba a terminarlo. – Lionel, pronto tendremos compañía de alguien a quien no le gustará que la chica esté viva. Se oyen sus pasos, si escuchas con atención. – le dije, mirándole de nuevo a los ojos con todo deje de algo que no fuera seriedad borrado del rostro.
OFF: Siento muchísimo la tardanza, pero estaba de exámenes y no he podido contestar antes -.-U Aquí la tienes, de todas formas :3
Invitado- Invitado
Re: va être seul {Privado}
El motivo por el que soy predecible es lo que hace que mi encanto resalga a la luz
-Susurró con una sonrisa en los labios algo misteriosa mientras dejaba que todo su alrededor se fundiera en un escueto resumen que aun quedaba mucho por aprender, por ejemplo el hecho de que minutos atrás estuviera disfrutando de una obra de teatro donde los aplausos parecian ser un vestigio de que no toda la felicidad era infinita o que de hecho no todo fin tenia necesariamente un final, el olor a perfume de algunas mujeres parecian estar aun en cada uno de los sentidos de Lionel aunque en verdad las mujeres no necesariamente llevaban un perfume demasiado notorio, quizás se debiera a su habilidad para captar a los seres sobrenaturales lo que dejo pendiente aun más del aroma que habia a su alrededor, despues de querer una simple travesura como el hecho de meterse en un lugar de noche...habia acabado siendo algo más que una travesura, especialmente desde que se habian encontrado con esa mujer.
Era cierto que Lionel acababa siendo elmas predecible de ambos, su modo de actuar era como un libro que se habia dejado abierto y alguien habia hechado un vistazo a su interior sabiendo por una forzada lectura a que se debia todo, se mordió un poco los labios mientras empezaba a mirar hacia el frente iniciando un continuo vaiven de sus pies, dejaba el peso de sucuerpo primero recaer en el pie derecho despues en el pie izquierdo con la misma parsimonia que siempre empleaba, no queria ser como aquellos hombres que perdían el control en algunas ocasiones por algo que era realmente absurdo. Sus cabellos interferian con algunos movimientos como si quisieran llamar la atencion pero la verdad es que el gitano estaba prestando atencion a otro sitio-
Creo que no ganariamos nada matandola aqui esa es mi opinion
-Susurró cuando le tendió el vestido a Amanda, ¿quien mejor que una mujer para vestir a otra mujer? en lo que respectaba al sexo femenino el gitano era aun demasiado cohibido como para intentar nada intencional ya sea el mero hecho de levantarle los brazos, seria un mal medico porque atenderia con mas delicadeza a las mujeres necesitando seguramente de personal femenino porque sino el hecho de solamente colocarles el camison se le haria una tarea ardua, todo parecia ir bien, se habia relajado un poco su interior mientras iba acomodando el vestido a la mujer para que su figura fuera un poco mas estilizada.
Ahora se daba cuenta de lo que cambiaba un vestido, especialmente aquel color pálido que se ajustaba cruelmente a la palidez de su piel, cruel, porque parecia como sinada hubiera pasado aun incluso temio no poder leer la mente a aquella mujer y preguntarle como estaba, esa pregunta estupida que aparecia en la cabeza de toda persona ¿Estas bien? segur que lo podria haber pronunciado si no supiera de antemano que la respuesta a esa pregunta seria obviamente negativa..."ya, ya deja de pensar en tantas idioteces, tienes que centrarte porque además fue precisamente tu idea el hecho de estar aqui asi que no tendrias que quejarte de nada ¿no te parece? eso causo un asentimiento casi de inmediato en el rostro de Lionel-
¿Que?
-Elevó el rostro, de nuevo se habia perdido en su mundo, mientras miraba la silueta de la mujer, como de pronto una sonrisa aparecia en el rostro de la moribunda, ¿porque sonreiria? solo basto escuchar lo que habia dicho Amanda acerca de que aquel hombre que queria comerse a la humana ya apreceria en breve si no era ya que los habia descubierto, seguramente habria ido a por el postre mientras dejaba a su platillo de media noche solitario ya que no imaginaria que nadie se hubiera quedado, los labios de la mujer apenas se movian para dejar palabras como "maestro" o algo asi parecia. Ahora se masajeaba un poco la sien apartando sus cabellos, resultaba quizás, esperaba que se equivocase en algun punto que esa mujer habia acudido voluntariamente a ese hombre para darle toda su vida-
¿Esta muy cerca?
-Preguntó Lionel levantandose, la mujer aunque libre no se movia, una sonrisita empezaba a rasgar sus labios secos, era atractiva no podia negarlo incluso podia decir que demasiado ¿Seria algun efecto que tendrian tantas mordidas? negó, no iba a pensar en eso suficiente tenia con sentirse culpable ya que no queria envolver a Amanda en todo este asunto, los vampiros seguramente tendrian niveles de jerarquia y ella aun cuando tuviera un nivel elevado no se podria permitir saltarselos a la ligera ¿no?-
-Susurró con una sonrisa en los labios algo misteriosa mientras dejaba que todo su alrededor se fundiera en un escueto resumen que aun quedaba mucho por aprender, por ejemplo el hecho de que minutos atrás estuviera disfrutando de una obra de teatro donde los aplausos parecian ser un vestigio de que no toda la felicidad era infinita o que de hecho no todo fin tenia necesariamente un final, el olor a perfume de algunas mujeres parecian estar aun en cada uno de los sentidos de Lionel aunque en verdad las mujeres no necesariamente llevaban un perfume demasiado notorio, quizás se debiera a su habilidad para captar a los seres sobrenaturales lo que dejo pendiente aun más del aroma que habia a su alrededor, despues de querer una simple travesura como el hecho de meterse en un lugar de noche...habia acabado siendo algo más que una travesura, especialmente desde que se habian encontrado con esa mujer.
Era cierto que Lionel acababa siendo elmas predecible de ambos, su modo de actuar era como un libro que se habia dejado abierto y alguien habia hechado un vistazo a su interior sabiendo por una forzada lectura a que se debia todo, se mordió un poco los labios mientras empezaba a mirar hacia el frente iniciando un continuo vaiven de sus pies, dejaba el peso de sucuerpo primero recaer en el pie derecho despues en el pie izquierdo con la misma parsimonia que siempre empleaba, no queria ser como aquellos hombres que perdían el control en algunas ocasiones por algo que era realmente absurdo. Sus cabellos interferian con algunos movimientos como si quisieran llamar la atencion pero la verdad es que el gitano estaba prestando atencion a otro sitio-
Creo que no ganariamos nada matandola aqui esa es mi opinion
-Susurró cuando le tendió el vestido a Amanda, ¿quien mejor que una mujer para vestir a otra mujer? en lo que respectaba al sexo femenino el gitano era aun demasiado cohibido como para intentar nada intencional ya sea el mero hecho de levantarle los brazos, seria un mal medico porque atenderia con mas delicadeza a las mujeres necesitando seguramente de personal femenino porque sino el hecho de solamente colocarles el camison se le haria una tarea ardua, todo parecia ir bien, se habia relajado un poco su interior mientras iba acomodando el vestido a la mujer para que su figura fuera un poco mas estilizada.
Ahora se daba cuenta de lo que cambiaba un vestido, especialmente aquel color pálido que se ajustaba cruelmente a la palidez de su piel, cruel, porque parecia como sinada hubiera pasado aun incluso temio no poder leer la mente a aquella mujer y preguntarle como estaba, esa pregunta estupida que aparecia en la cabeza de toda persona ¿Estas bien? segur que lo podria haber pronunciado si no supiera de antemano que la respuesta a esa pregunta seria obviamente negativa..."ya, ya deja de pensar en tantas idioteces, tienes que centrarte porque además fue precisamente tu idea el hecho de estar aqui asi que no tendrias que quejarte de nada ¿no te parece? eso causo un asentimiento casi de inmediato en el rostro de Lionel-
¿Que?
-Elevó el rostro, de nuevo se habia perdido en su mundo, mientras miraba la silueta de la mujer, como de pronto una sonrisa aparecia en el rostro de la moribunda, ¿porque sonreiria? solo basto escuchar lo que habia dicho Amanda acerca de que aquel hombre que queria comerse a la humana ya apreceria en breve si no era ya que los habia descubierto, seguramente habria ido a por el postre mientras dejaba a su platillo de media noche solitario ya que no imaginaria que nadie se hubiera quedado, los labios de la mujer apenas se movian para dejar palabras como "maestro" o algo asi parecia. Ahora se masajeaba un poco la sien apartando sus cabellos, resultaba quizás, esperaba que se equivocase en algun punto que esa mujer habia acudido voluntariamente a ese hombre para darle toda su vida-
¿Esta muy cerca?
-Preguntó Lionel levantandose, la mujer aunque libre no se movia, una sonrisita empezaba a rasgar sus labios secos, era atractiva no podia negarlo incluso podia decir que demasiado ¿Seria algun efecto que tendrian tantas mordidas? negó, no iba a pensar en eso suficiente tenia con sentirse culpable ya que no queria envolver a Amanda en todo este asunto, los vampiros seguramente tendrian niveles de jerarquia y ella aun cuando tuviera un nivel elevado no se podria permitir saltarselos a la ligera ¿no?-
Lionel D'Maine- Gitano
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Fecha de inscripción : 14/09/2010
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Re: va être seul {Privado}
En aquel teatro, los vampiros eran los reyes, los amos y los dominadores de todos mientras que los sometidos y los dominados eran los humanos, y aquella dicotomía de poderes era perfectamente visible en la confianza suma que tenían en sí mismos los vampiros del teatro, que incluso se permitían el lujo de no vigilar sus propias habitaciones y dejarlas al amparo de cualquiera. Aquel cualquiera éramos en aquel caso Lionel y yo, y aquellos cualquieras que éramos nosotros podíamos ver claramente el aperitivo de uno de los vampiros de aquel teatro, y así como podíamos verlos nosotros podía verlo cualquiera que se adentrara en las profundidades del lugar. Aquel alarde de confianza en sí mismos rozaba la arrogancia pura y dura, una que incluso podía ser perjudicial para ellos si se usaba en su contra porque no parecían pensar en las consecuencias de sus propios actos. Ninguno de los vampiros que poblaba en teatro superaba los tres siglos, como muchísimo, de antigüedad, y la soberbia que exhibían era injustificada si, como era el caso, llegaba un vampiro bastante más antiguo que ellos y se mostraba dispuesto (o dispuesta en mi caso) a destripar todos los secretos del lugar acompañada de un joven humano con un corazón demasiado grande para lo que le convenía y al que, al final, se le acababa cogiendo cariño, quizá porque aquella muestra de generosidad y empatía que había tenido con la humana, cercana a una causa perdida, hacían que tuviera un encanto que, junto a su propio carácter predecible le hacían Lionel y no otro. La cuestión era que en aquellas circunstancias, con la humana debilitada a más no poder por las constantes incisiones de dientes vampíricos en su piel para beber de su sangre, los pasos del vampiro que se escuchaban con cada vez más fuerza, suficiente incluso para que un humano sin los sentidos desarrollados en exceso lo escuchara, pero aún así Lionel hizo una pregunta razonable en caso de no poder escucharlos: quiso saber si estaba muy cerca.
Apenas bastaron unos segundos de mayor concentración que la que había sido necesaria hasta ese momento para que los pasos se siguieran escuchando, cada vez con más cercanía, aunque al parecer más lentos de lo que en un principio hubiera podido pensar. Parecían lo suficientemente lentos como para que alguien sin agilidad sobrehumana, como Lionel, tuviera oportunidades de salir de allí; oportunidades, junto a mí, que se multiplicaban y prácticamente garantizaban que fuera a salir con vida de allí, por lo que la expresión de antes de seriedad se borró para dejar paso en su lugar a una más divertida, con una media sonrisa. – No lo suficiente para que tengas que enfrentarte a él directamente, pero sí para que probablemente puedas verlo mientras nos vayamos de aquí. – le dije, levantándome del lado de la joven y alcanzándole mi mano a Lionel para que la utilizara como apoyo para levantarse de allí.
Lo empezaba a conocer lo suficiente como para saber que dudaría a la hora de dejar a la chica allí, sobre todo estando herida como lo estaba, aunque esperaba que sus propias palabras (que se complementaban con sus pensamientos audibles para mí) llamando maestro a aquel vampiro que se acercaba y alabándolo lo convencieran lo suficiente como para que se diera cuenta de que aquella mujer se había ofrecido por su propia voluntad a los brazos pálidos y marmóreos de la muerte en forma de algún vampiro y no merecía la pena. Esperaba, además, que su instinto de supervivencia lograra la suficiente luz en su cabeza como para que se diera cuenta de que tenía que irse de allí, pues aunque contara con mi ayuda y mi propio rango provocado por la edad dentro de la jerarquía no escrita de los vampiros no me apetecía enfrentarme a otro si podía evitarlo. No era porque no viera oportunidades de vencerlo, que más bien todo lo contrario, sino más bien que era más sabio alejarnos de allí e ir encaminándome hacia mi palacete porque, sin duda, la proximidad del amanecer sería mucha y aún tenía que deslizarme por los callejones de la nocturna París para encontrar un bocado que sirviera como cena. Mis bocados, como aquella mujer, eran siempre personas a las que atraía de tal manera que se ofrecían voluntariamente para ser parte de mi alimentación, y por eso mismo mi propio pensamientos se inclinaba por no tocar el alimento de otro vampiro sino, más bien, dejarla cumplir con el destino que ella misma había elegido. Que cargara con el peso de sus decisiones, que para algo las había tomado. – Si nos vamos ahora, no tendrás de hecho ni que verle la cara, además de que tampoco coincidirás con él en tu camino fuera de este teatro. Además, esta chica ha firmado su propia sentencia de muerte con sus acciones y aunque sea honorable por tu parte que quieras salvarla ya es tarde: ella misma ha elegido su muerte a manos de algo que ni conoce ni comprende del todo. No voy a enfrentarme a otro vampiro si puedo evitarlo, así que por mi parte te recomiendo irnos ya de aquí y terminar la diversión en este teatro por esta noche. – le dije, mirándole a los ojos y aún con la mano extendida hacia él, como una posible ayuda para levantarse que, con toda seguridad, no necesitaba, pero que mi propia educación y cordialidad me obligaban a darle, también como muestra simbólica del lazo de protectora-protegido que se había establecido entre nosotros prácticamente desde el momento en el que, fuera del teatro, le había conocido y había penetrado a la sala con él. Aquel gesto era tanto real y físico como irreal en cierto modo y simbólico, y aquel gesto determinaría, probablemente, el futuro de nuestra relación en lo que su vida durara frente a la mía, que nunca se extinguiría.
Apenas bastaron unos segundos de mayor concentración que la que había sido necesaria hasta ese momento para que los pasos se siguieran escuchando, cada vez con más cercanía, aunque al parecer más lentos de lo que en un principio hubiera podido pensar. Parecían lo suficientemente lentos como para que alguien sin agilidad sobrehumana, como Lionel, tuviera oportunidades de salir de allí; oportunidades, junto a mí, que se multiplicaban y prácticamente garantizaban que fuera a salir con vida de allí, por lo que la expresión de antes de seriedad se borró para dejar paso en su lugar a una más divertida, con una media sonrisa. – No lo suficiente para que tengas que enfrentarte a él directamente, pero sí para que probablemente puedas verlo mientras nos vayamos de aquí. – le dije, levantándome del lado de la joven y alcanzándole mi mano a Lionel para que la utilizara como apoyo para levantarse de allí.
Lo empezaba a conocer lo suficiente como para saber que dudaría a la hora de dejar a la chica allí, sobre todo estando herida como lo estaba, aunque esperaba que sus propias palabras (que se complementaban con sus pensamientos audibles para mí) llamando maestro a aquel vampiro que se acercaba y alabándolo lo convencieran lo suficiente como para que se diera cuenta de que aquella mujer se había ofrecido por su propia voluntad a los brazos pálidos y marmóreos de la muerte en forma de algún vampiro y no merecía la pena. Esperaba, además, que su instinto de supervivencia lograra la suficiente luz en su cabeza como para que se diera cuenta de que tenía que irse de allí, pues aunque contara con mi ayuda y mi propio rango provocado por la edad dentro de la jerarquía no escrita de los vampiros no me apetecía enfrentarme a otro si podía evitarlo. No era porque no viera oportunidades de vencerlo, que más bien todo lo contrario, sino más bien que era más sabio alejarnos de allí e ir encaminándome hacia mi palacete porque, sin duda, la proximidad del amanecer sería mucha y aún tenía que deslizarme por los callejones de la nocturna París para encontrar un bocado que sirviera como cena. Mis bocados, como aquella mujer, eran siempre personas a las que atraía de tal manera que se ofrecían voluntariamente para ser parte de mi alimentación, y por eso mismo mi propio pensamientos se inclinaba por no tocar el alimento de otro vampiro sino, más bien, dejarla cumplir con el destino que ella misma había elegido. Que cargara con el peso de sus decisiones, que para algo las había tomado. – Si nos vamos ahora, no tendrás de hecho ni que verle la cara, además de que tampoco coincidirás con él en tu camino fuera de este teatro. Además, esta chica ha firmado su propia sentencia de muerte con sus acciones y aunque sea honorable por tu parte que quieras salvarla ya es tarde: ella misma ha elegido su muerte a manos de algo que ni conoce ni comprende del todo. No voy a enfrentarme a otro vampiro si puedo evitarlo, así que por mi parte te recomiendo irnos ya de aquí y terminar la diversión en este teatro por esta noche. – le dije, mirándole a los ojos y aún con la mano extendida hacia él, como una posible ayuda para levantarse que, con toda seguridad, no necesitaba, pero que mi propia educación y cordialidad me obligaban a darle, también como muestra simbólica del lazo de protectora-protegido que se había establecido entre nosotros prácticamente desde el momento en el que, fuera del teatro, le había conocido y había penetrado a la sala con él. Aquel gesto era tanto real y físico como irreal en cierto modo y simbólico, y aquel gesto determinaría, probablemente, el futuro de nuestra relación en lo que su vida durara frente a la mía, que nunca se extinguiría.
Invitado- Invitado
Re: va être seul {Privado}
-Esta vez no se trataba de lo que Lionel quisiera sino de cuanto egoismo pusiera en el deseo de marcharse no podía condenar a otra persona a que debido a su egoismo tuviera que pelear especialmente considerando que era totalmente reacio a discutir o a formar parte de alguna pelea, tenia en mente recuerdos de todo tipo especialmente cuando su hermano y él discutian casi siempre Lionel tenia las de perder sobre todo cuando usaban los puños (incluso podía decirse que en la actualidad no habia ganado mucho respecto a esa condicion) sangraba pero se quedaba mirando al cielo con la respiracion agitada pensando en como habia llegado a eso. Lo mismo que estaba sucediendo ahora dando vueltas a todo su alrededor sin pensar en nada más que "como hemos llegado a esto" egoismo pulcro de mentes homogeneas que sin dudarlo ni un segundo te agarraban de la mano imponiendo su deseo, Lionel queria pasar una velada normal en aquel teatro recorrer los cuadros de pintores que nunca habia escuchado hablar mientras su historia devoraba las entrañas para que al dia siguiente no lo pudiera olvidar, el aliento de las paredes que olian a antiguo y a nuevo al mismo tiempo, el perfume aun inerte en los asientos como si aun buscasen un débil resquicio de protagonismo...cosas como esas era lo que estaba buscando pero como le habia mencionado su cabeza 1000 veces deberia de haber sido mas ¿como se decia? realista, más realista respecto a donde era donde se estaba metiendo, los vampiros eran los reyes de ese sitio y no tenia derecho a venir y lo que consideraba justo cambiarlo.
Veia a la mujer alargando los brazos hacia la nada como si esta tuviera una forma clara para ella pero indecida para los demás, se detuvo solo unos segundos ¿era cruel dejarlo? en esos momentos de nuevo valoraba su opcion o incluso el egoismo con quien pusiera su empeño, tenia aun la mano de amanda sujeta dejando su mirada a otro lado mordiendose lentamente los labios como si eso le ayudase suspirando debilmente al final asintio, en señal silenciosa de que debian de irse, se sentia como se sentirian los plebeyos cuando ven un asesinato justo encima de sus narices y no podian hacer nada aunque conocieran al criminal porque al final saldrían perdiendo, como aquel policia que ya ha perdido cuenta de cuantos asesinos han salido por el poder del dinero incluso como la mujer que mira a su hija sabiendo que no tendrá un papel protagonista en el mundo, finalmente hablo mirando los ojos de su acompañante-
No pienso dejar que pelees con otros vampiros solo por mi egoismo, ella no desea vivir aunque me duela admitirlo he visto sus ojos vacios incluso ahora puedes ver la sonrisa ilogica que esta clamando por su amo. Puede que nos lo encontremos asi que sepa que nosotros la hemos vestido pero espero que eso no te cause problemas solo eso
-Ella habia sido muy importante aquella noche para Lionel, no podia olvidar eso, le habia mencionado acerca de autores e incluso habian hablado del amor que tenian ambos por el teatro, se habian conocido lo minimo y lo máximo, lo minimo para empezar una relacion de amistad y lo máximo que se necesita para poder conocer y llevarte bien con una persona, de hecho conocia que era una persona poderosa entre los vampiros pero pacifica no era como aquellos reyes e incluso como Cayo Julio Cesar o Tito Manlio Torcuato que sometió a los sardos, ella utilizaba su poder sabiamente, no buscaba pelea ni molstar a los demás vampiros solamente por su rango no podia imaginarla viendo a alguien de un rango más bajo y molestarle con ademanes inquisitorios-
Será mejor que nos vayamos
-Menciono, la mujer babeaba por al comisura derecha sonriendo, saboreando el triunfo de la esclavitud ¿como podia hacer eso? tuvo una fuerte rabia no rabia de volverse loco sino rabia de golpearle y decir ¿no ves lo que pasa? pero seria como golpear a quienes estan contentos con el dolor o quieren ser dominados de forma brusca, no podia hacer nada si era lo que ello deseaban porque sino ella habria pedido ayuda desde la primera hora en que se habian conocido sabia que si hubiera dicho eso o hubiera pedido ayuda otra cosa habria cambiado, seguramente, volvió su rostro finalmente hacia atrás como si tambien hubiera visto aquella sombra, las cartas que llevaba en el bolsillo comenzaron a quemar, podia sentir aquel dolor de hombros como ella habia mencionado estaba cerca asi que seria mejor si se marchaban, sin soltar la mano de Amanda aun comenzó a caminar para que ambos salieran del teatro, volverian quizás no ella pero si el con una vision distinta, no por ello iba a amar menos el teatro seria una locura siempre volvería, miraria a los vampiros actuar mientras dirigiría en los descansos una mirada furtiva hacia donde ahora habian descubierto a aquella mujer-
Veia a la mujer alargando los brazos hacia la nada como si esta tuviera una forma clara para ella pero indecida para los demás, se detuvo solo unos segundos ¿era cruel dejarlo? en esos momentos de nuevo valoraba su opcion o incluso el egoismo con quien pusiera su empeño, tenia aun la mano de amanda sujeta dejando su mirada a otro lado mordiendose lentamente los labios como si eso le ayudase suspirando debilmente al final asintio, en señal silenciosa de que debian de irse, se sentia como se sentirian los plebeyos cuando ven un asesinato justo encima de sus narices y no podian hacer nada aunque conocieran al criminal porque al final saldrían perdiendo, como aquel policia que ya ha perdido cuenta de cuantos asesinos han salido por el poder del dinero incluso como la mujer que mira a su hija sabiendo que no tendrá un papel protagonista en el mundo, finalmente hablo mirando los ojos de su acompañante-
No pienso dejar que pelees con otros vampiros solo por mi egoismo, ella no desea vivir aunque me duela admitirlo he visto sus ojos vacios incluso ahora puedes ver la sonrisa ilogica que esta clamando por su amo. Puede que nos lo encontremos asi que sepa que nosotros la hemos vestido pero espero que eso no te cause problemas solo eso
-Ella habia sido muy importante aquella noche para Lionel, no podia olvidar eso, le habia mencionado acerca de autores e incluso habian hablado del amor que tenian ambos por el teatro, se habian conocido lo minimo y lo máximo, lo minimo para empezar una relacion de amistad y lo máximo que se necesita para poder conocer y llevarte bien con una persona, de hecho conocia que era una persona poderosa entre los vampiros pero pacifica no era como aquellos reyes e incluso como Cayo Julio Cesar o Tito Manlio Torcuato que sometió a los sardos, ella utilizaba su poder sabiamente, no buscaba pelea ni molstar a los demás vampiros solamente por su rango no podia imaginarla viendo a alguien de un rango más bajo y molestarle con ademanes inquisitorios-
Será mejor que nos vayamos
-Menciono, la mujer babeaba por al comisura derecha sonriendo, saboreando el triunfo de la esclavitud ¿como podia hacer eso? tuvo una fuerte rabia no rabia de volverse loco sino rabia de golpearle y decir ¿no ves lo que pasa? pero seria como golpear a quienes estan contentos con el dolor o quieren ser dominados de forma brusca, no podia hacer nada si era lo que ello deseaban porque sino ella habria pedido ayuda desde la primera hora en que se habian conocido sabia que si hubiera dicho eso o hubiera pedido ayuda otra cosa habria cambiado, seguramente, volvió su rostro finalmente hacia atrás como si tambien hubiera visto aquella sombra, las cartas que llevaba en el bolsillo comenzaron a quemar, podia sentir aquel dolor de hombros como ella habia mencionado estaba cerca asi que seria mejor si se marchaban, sin soltar la mano de Amanda aun comenzó a caminar para que ambos salieran del teatro, volverian quizás no ella pero si el con una vision distinta, no por ello iba a amar menos el teatro seria una locura siempre volvería, miraria a los vampiros actuar mientras dirigiría en los descansos una mirada furtiva hacia donde ahora habian descubierto a aquella mujer-
Lionel D'Maine- Gitano
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