Un Café para Platon [Reservado]

-Descansar a veces es un beneficio y yo no lo poseo - mi voz retumbo en las paredes de la habitación; Pascalle y Fyn, mis sirvientes, me miraron y se quedaron en completo silencio, ellos mejor que nadie sabían que no me gustaba descansar el día era corto y la noche solo un suspiro a medio terminar, les di la espalda últimamente todo se me salía de control, di un respiro profundo y me acerque a la ventana me sentía ofuscado, con ira, con ganas de cazar. – Xavier, necesitas solo un respiro, aléjate solo un segundo de tu mundo y volverás renovado, te conocemos de cuando eras tan solo un bebito y no queremos verte mal. Anda y hazme caso, ve a tomarte algo un trago o un café, lo necesitas- Dijo la voz calmada y suave de Pascalle, en parte tenia gran razón pero no podía aceptar aquello, claro que no.

Gire hacia ella lentamente, con ellos no podía mostrarme frio ni mucho menos ser sínico, ni malvado eran mi familia en estas tierras y al igual que yo ellos se merecían respeto; le di un abrazo a Pascalle y luego a Fyn. – No sé qué haría sin ustedes, iré a recorrer esta ciudad – bese la frente de Pasc, tome mis cosas y salí del hotel; hacia frio pero en realidad no pensaría en aquello, comencé a caminar por las calles bastante concurridas pronto se pondría el sol y la mayoría iba de regreso a sus casas, en una esquina habían una muchedumbre abrigándose en una fogata improvisada, el frio era el tema del día y de la noche también; camine varias calles observando todo, fijándome en el comercio en las tiendas que habían, hasta que un olor llamo mi atención, café, inconfundible aquel aroma me llevó al café de Paris. ¿Qué mejor que un café para opacar el frio?, bien un poco de whisky también es bueno, rei ante mi pensamiento y me adentre al lugar.

Ni con mucho lujo, ni muy mediocre era lo justo, mesas esparcidas en orden gente tomando café, quizás comiendo algún pedazo de torta o algún panecillo recorrí el lugar con la mirada, y divise varias mesas desocupadas cerca de los ventanales, de seguro el frio se filtraba por alguna rendija y nadie quería eso, con paso pausado me acerque a una mesa y tome asiento, envuelto del aroma del café parisino. Seguidamente llego un mesero, con su rostro algo decaído pero con una energía agradable, pedí un Mocachino, si tenía que descansar un café con sabor diferente sería perfecto para esta casi noche.

El lugar se comenzó a llenar de gente, las mesas desocupadas ya no estaban la mayoría venia acompañado, miro las sillas desocupadas en su mesa y sonrió para si mismo. No era que le gustara estar solo pero era la forma en la que se sentía mas cómodo, si estuviera en Londres quizás hubiera estado en compañía de alguien pero estaba en un lugar donde solo conocía a escasas personas y ninguna con tanta confianza para invitarle un simple café. Moví la cabeza para recorrer el lugar con la mirada, el mesero llego y deposito sobre la mesa aquel café que había pedido. - ¿Se le ofrece algo mas, Monsieur? - hablo animado el mesero, levante la mirada y busque en la carta algo para mi deleite, - Si, quiero un trozo de pastel, ese de frutos del bosque - levante una ceja y esboce una casi sonrisa y volví a quedar en completo silencio.

Me acerque a la taza e inspire profundamente, el aroma penetro en mi interior y me hizo querer probar de inmediato aquel brebaje que se veía y olía bastante bien sonreí para mis adentros y no aguante mas, lleve aquello a mi boca y di un sorbo pequeño - Delicioso - hable suavemente y luego deje la taza en su lugar, quería esperar a que trajera el pastel. Gire hacia un costado donde se encontraba la vitrina de los dulces y vi al mesero junto a un, tipo que parecía algo perdido, o quizás ansioso o quien sabe que cosa. Me quede pegado mirando su aspecto y luego volví al mio y me quede pensativo. La diversidad nunca me ha molestado, es mas respetaba a cada persona, bueno menos si eran Vampiros o Licantropos, hice una mueca y vi como el mesero depositaba en la mesa el trozo de pastel, si que se veía muy apetecible.

Quede mirando el trozo de pastel y pase uno de mis dedos sobre la crema sobre este, luego me lo lleve a la boca, mmm, merengue con sabor a frutillas, pensé mientras me saboreaba, bebí un poco mas de café algo mas tibio que el primer sorbo y esta vez lo pude saborear de mejor manera. Mire la mesa buscando un tenedor para sacar un trozo de pastel, no había tal cubierto, luego tome la cuchara y comencé a cucharear aquel pastel, mientras me dejaba llevar por mis pensamientos, poniendo todo en orden. Primero tenia que buscar a un tal Audry, luego buscar a un Licantropo, que me andaba siguiendo; después de eso tenia que rendir cuentas, buscar una finca, establecerme en Paris, hacer que mi nombre sea conocido y por supuesto cazar, matar aquellas bestias.

Segui en completo silencio mirando hacia fuera, viendo como comenzaba a nevar ligeramente y la gente que aun caminaba por las calles parisinas, corría para esconderse de aquel nevada, reí entretenido por lo que veía, y ahí me quede disfrutando de mi café.

Sabía que disfrutar estas cosas eran casi un festín para los pobres y no los culpaba era unos manjares deliciosos los que en esa cafetería servían, y al parecer no discriminaban por el atuendo. Siempre estaba observando a las personas del lugar las que entraban y salían, siempre alerta a mis cambios o mejor dicho a mis instintos, note al gitano desde que entro mi vista se clavo en el sin que el ni nadie se diera cuenta, era como si estuviera yo mismo camuflado en ese lugar público, el mismo camarero que me había atendido a mi hablo con el gitano que parecía tener hambre y ganas de probar aquellos bocados que estaban a simple vista. Aun estando de espaldas a ellos podía verle en los reflejos de los vidrios, su cabellera larga, su piel blanca y su aire despreocupado llamaban la atención tanto de damas como de caballeros en el interior.

Los prejuicios siempre iban de la mano con la clase acomodada, y aun no los lograba del todo entender, aquel joven era igual que nosotros, tenia dos brazos, dos piernas, un rostro perfectamente esculpido, para cualquier mujer seria un hombre atractivo pero el hecho de ser gitano ya era un problema para todos, seguí mi estudio tanto de las personas como del mismo gitano que hacia que todo girara a su alrededor. Extraño diferente pero tenia su encanto, “encanto” reí para mi y quede mirando el sitio desocupado frente a mi, y busque con la mirada a alguna dama que estuviera sola y quisiera conversar un rato, era un caballero y eso era lo que normalmente haría, pero todos estaban acompañadas o en grupo, excepto el gitano y yo.

Levante mi mano haciéndole señas al camarero para que se acercara a mi mesa, cuando este algo preocupado llego le dije – Ves a ese gitano, es amigo mio… dile que Xavier o yo le invito a mi mesa – El mesero me miro espantado, era algo así como el agua y el aceite difícil de juntar pero a mi parecer la armonia se encontraba en las cosas mas imposibles. El camarero lentamente se acerco al gitano, no se que le habrá dicho pero me di vueltas y quede mirando al gitano esperando alguna respuesta de su parte. Nunca había hablado con ninguno de su clase y este se veía tan interesante que de seguro no me arrepentiría de lo que había hecho.

No era de los que se arrepentía de las cosas que hacia o decía, tenia una conexión entre mi cuerpo, alma que me hacia siempre hacer lo correcto hasta cuando andaba de caza, pero solamente ahí era todo diferente era otro, y aun así podía ser mas racional de lo que muchos lograrían creer. Aunque si el gitano no aceptara mi incitación podría seguir la noche en soledad ir al bosque desahogarme, ver las sombras quizás cazar quizás ser cazado, ¿que estoy pensando ser cazado? Eso ni en mis pesadillas, volví a sonreír para mi, y me centre en la mesa, en el mocachino y me lo lleve a la boca para saborear y tan solo para esperar, quizás en algún rato mas alguna dama llegue sola y se acerque a mi.

La nieve comenzó a golpear los ventanales y el viento mas el frió se filtraba por una rendija haciendo el lugar mas cálido, mas extremo, mas diferente… - Como diría Platón “Buscando el bien de nuestros semejantes, encontramos el nuestro.”- dije mientras depositaba la taza de porcelana sobre la el platillo en la meza y volvía a quedar en silencio.

Todos teníamos las mismas posibilidades, ¿pero que nos hacia diferente en este mundo? a simple vista todos eramos diferentes y daba fe en eso, pero a final de cuentas el dinero y el estatus era lo que hacia a las personas diferentes, mas si eran hombres o mujeres era solo un punto en esta sociedad que se guiaba por los prejuicios y por lo que sus simples ojos veían. Yo un hombre de clase alta, con un trabajo que muchos desconocen y con todo para ser mas en este mundo, pero de que servia tenerlo todo si a final de cuentas muy en mi interior había un vació.

Los segundos pasaron o quizás no alcanzo a ser uno, o fueron minutos, la voz rompió todo el silencio que había en mi interior, alce la mirada, con algo de frialdad; pero, no logre contenerme, no pude ser yo en ese momento, y de mis labios se escapo una amplia sonrisa, mostrando la perfecta dentadura que poseía - Créame que no soy el único que piensa así varios prefieren guardarse aquello para no ser juzgados. Y créame lo que menos me importa es lo que aquellos digan - hice clara referencia a las miradas de las personas en aquel café a caso no aceptaban que uno podía ser amigo de quien quisiera. Calle mi interior, mis pensamientos y volví a quedar casi en completo silencio al escuchar el nombre de aquel gitano.

- Lionel, Leoncito de origen griego - dije sin quitarle la vista de encima al gitano de piel blanquecina y cabellera larga, ¿porque? es fue la pregunta que invadió mi interior - Lo siento, una vez leí aquel significado de su nombre.- Era cierto buscando otro significado había leído ese nombre, le llamo la atención ya que Lionel sonaba mas fuerte que leoncito. ¿Nervios? si, así me sentía en ese momento, ¿a caso no podía hablar de cualquier otra cosa? sacudí la cabeza algo confundido, y agradecí que el camarero se hubiera apresurado en cuanto al pedido del gitano.

Asintió con la cabeza cuando miro aquel pastel, cubierto de miel luego poso su vista en su propio pastel, - Pruebelo de seguro superara sus expectativas, el sabor es mas delicioso en la boca que en la mirada - Bien era el colmo, eso normalmente se lo diría a una dama pero a un, ¿a un hombre?, aquel pensamiento provoco que de la nada mis mejillas se sonrojaran, nadie lograba eso y el gitano, sin decir nada ya lo había logrado. Mordí mis labios y desvié mi vista del gitano, centrándome en el ventanal, en la nieve, en nada en especial, mas el reflejo de aquella cabellera en el cristal hacia que no pudiera despegar vista en ese momento.

- ¿No le da frió andar con camisa solamente? - una pregunta tonta para un momento diferente, de seguro ya me estaba volviendo loco, ¿O quizás algo le habían puesto a mi café?, mis ojos se clavaron en la mirada misteriosa del gitano y un golpecito en mi interior comenzó a hacerse mas fuerte, tun tum, tun tum, tun tum. Y ahí me quede en completo silencio escuchando el latir de mi corazón, hundiéndome en lo que veía, experimentando aquel ruido, el de mi corazón. Es imposible, no puede ser, ¿Que es? nada me repetí para mi, ¿ quizás hay alguna bestia cerca y esto es solo una alarma? me consolaba a mi mismo, intentando de parecer natural ante los ojos de aquel gitano, de Lionel.

Habían circunstancias que verdaderamente me sorprendían y estar en esa cafetería había un extraño ambiente entre los dulces, el olor tan penetrante del café y el olor humano, mas el aroma que expedía del gitano me era embriagador. No pude evitar sentirme mas nervioso de lo común ante su presencia si estaba nervioso, inquieto y a pesar que me gustaba sentirme así, me sorprendía que un... un hombre provocara aquello en mi, un escalofríos recorrió mi cuerpo y me quede pegado mirando sus ojos misteriosos. ¿Que veía en mi? al parecer sentía curiosidad, la misma que sentía yo.

- Todo tiene un significado en esta vida - levante los hombros algo así mostrando una inusual inocencia en mis actos, ¿por que había hecho eso? - Mi nombre Xavier significa "Casa Nueva" - hice una mueca con la cara y luego sonreí animado a mi parecer aquello era un significado vació para mi, quizás algún día encontraría lo que significaba para mi, mire con atención cada movimiento del gitano, parecía que estuviera hipnotizado por Lionel, todo en mi cabeza daba vueltas, sus cabellos me encantaban, quería tocarlos acariciarlos. Disfrute verle comer disfrutar de su dulce, de esa miel que se escurría, y disfrutar de el.

Abri la boca para que me diera de probar, actué como un niño pequeño acaparando las miradas de todos, absolutamente de todos en ese lugar, cerré los ojos y como nunca antes, disfrute de ese exquisito dulce, un suspiro se escapo de mis labios y un mmmh marcado de deseo se hizo notar, abrí los ojos lentamente aun seguía sin entender que era lo que pasaba pero de verdad ya después de eso no quería saber las respuestas. Mire a mi alrededor sintiéndome honrado de haber probado aquel bocado de mano del gitano, todo pareció volver a un orden y ya las miradas no se centraban en el si no en ambos.

Le regale una sonrisa - Esta muy delicioso su pastel - dije sonando algo serio pero en realidad no podía con el no podía, había doblegado a mi interior con tan solo su presencia. Note que en la comisura de su labio, había una pequeña miga pegada ahí, lentamente me acerque a el dejando mi rostro muy cerca del suyo y con uno de mis dedos limpie aquello - Tienes una miga - dije con un suspiro ahogado y me quede ahí por algunos momentos, logre ver su piel blanca, su hombro, su pecho y sentí unas ganas de abrigarle, de abrazarle y entregarle un poco de mi calor. - No, yo... no lo siento - si mis nervios traicionaban mis pensamientos y mis palabras eran un tanto confusas, volví a sentarme un poco mas cerca de el, y me quede ahí. Estaba nervioso, como si estuviera en busca de mi presa.

Mire el rostro del gitano y me quede ahi, en silencio... esperando alguna reacción de el. No podia esperar, mi interior reclamaba y me perturbaba en ese momento - Crees en el destino... pareciera que te conozco, que te he visto antes, que alguna vez estuvimos juntos...- dije mirándole a los ojos, fundiendome en ellos, mi corazón había hablado y mi mente no lo pudo callar.

Y todo se redujo a un sonoro escándalo, un espectáculo donde los protagonistas eran, el gitano que tenia enfrente y... y yo, ¿Que había pasado? ¿Por que me sentía mas nervioso que antes?. No pude decir ni una palabra, los murmullos habían subido de todo y el gitano se había ido. Aquello me había dejado sin palabras, sin poder pensar y sin poder hacer nada. Un mesero se acerco preocupado por lo que había pasado pero por mas que hablo y me pregunto un par de cosas pero mi cabeza estaba alejada de ahí, de esa cafetería, mis ojos buscaban a Lionel; pero no ocurría nada. Pregunte al mesero donde se había ido el gitano y este me señalo los baños. Me levante de mi puesto y mire a todos en aquel lugar no podía quedarme en silencio - ¡Métanse en sus asuntos! - fue un alivio decir aquello y me apresure en ir al baño.

Llegué al baño, la puerta estaba a medio cerrar, estaba nervioso mi corazón latía con gran fuerza y me quede ahí unos instantes pensando en lo que había hecho, en como tenia que reaccionar. Era, era un hombre, entre sin pensarlo al baño y cerré la puerta tras a mi espalda, pegando ella en la misma puerta. Me dedique a observar al gitano en silencio, no quería interrumpir su silencio, menos su rubor que aun se notaba en sus blanquecinas mejillas. Respire profundamente para que sintiera que ya no estaba solo. Y como si todo fuera reducido a nosotros dos clave mi vista en todo el - ¿Te arrepientes de lo que hiciste? - mi voz sonaba algo seria, pero era intencionalmente, no quería mostrarme débil, ahora que habia encontrado mi única debilidad me acerque a el y antes de que pudiera decir algo puse mi dedo indice en sus labios. - Shhh yo hablare Lionel - dije intentando tranquilizarme y sin quitarle la vista de encima.

- Espero que no te arrepientas, por que solo fue un simple beso es mas yo no le llamaría beso a aquel. - Esboce una sonrisa mi mente estaba jugando con lo que quería hacer, eso si yo no me arrepentía de nada de lo que hacia y esta vez no seria la excepción; me acerque a el lentamente hasta quedar a unos escasos centímetros de el. Mi corazón se acelero y mi estomago clamo que terminara ahora, los nervios me consumían. Y tome su cara entre mis manos, y me acerque a el para darle un beso, un verdadero beso, sentir el contacto con sus labios fue mejor de lo que me imagine, abrí un poco mas los labios para besarle, era mi primer beso... claro nunca había besado a un hombre, pero este no era cualquiera era Lionel. ¿Cuanto duro? lo que tenia que durar, aun tenia los ojos cerrados cuando termine de besar al gitano.

Di un paso hacia atrás y pude sentir como mi interior estaba mas calmado y eso si me relajaba, y mas había sido un buen beso o al menos así lo había sentido. - No se por que lo hiciste, ¿pero sabes? has revolucionado mi interior, desde que te vi hasta... hasta ahora... sigo pensando que alguna vez te vi, quizás en sueños, quizás en la realidad. Siento ganas de abrazarte y no soltarte mas... y esto... nunca me había pasado. Discúlpame tu a mi, no... no debí... - Si era el momento de la vergüenza, mire al gitano y me quede ahí parado, sin decir nada mas. Ya había hablado mucho.

No pude no evitar besarle, en realidad me había gustado sentir aquel beso mi corazón se disparo y latió con mas fuerzas en mi interior y mas cuando sentí que aquel gitano sentía casi lo mismo que yo en ese mismo momento, podría decir que logro sorprenderme y eso era difícil muy difícil. Se alejo de el algo bruscamente su mente decía una cosa y su corazón decía otra y todo estaba fuera de toda ley que sabia, no... no podía. Avance hacia atrás mientras miraba al gitano, mi cuerpo sentía escalofríos, en mi estomago sentía un revoltijo y mi mente... mi mente gritaba y mi corazón estaba por salirse. - No se puede amar a una persona sin conocerla - dije mirándole a los ojos, estaba siendo sincero no acostumbraba a mentir y no lo haría y menos aquel gitano.

- Me siento atraído a ti, no se que es, ni porque y no quiero saberlo mi corazón dice una cosa y soy una persona que se deja guiar por los instintos y esto me supera. - Pase la lengua por mis labios como acto reflejo di un suspiro, tenia que controlar la situación y no dejarme llevar, no lo haría no en ese momento que necesitaba aclarar mis pensamientos. - Me gustas quizás podríamos conocernos, pero no aquí has sorprendido a todo el café incluyéndome con lo que hiciste y no quisiera que todos estuvieran pendiente de nuestros actos.- Sabia que seria un escando lo, que mañana de seguro todo París sabría lo que había pasado en el Café pero eso no era de mi preocupación, ahora me preocupaba saber del gitano conocerle, saber por que estaba solo, por que había hecho aquello solo era saber mas.

Apoye mi cuerpo en la puerta cruce los brazos sin ningún momento quitarle la vista, no quería distraerme, quería saber mas de el con tan solo mirarlo, quería estudiarlo - Y de verdad me gustaría saber mas de ti, así quizás descubra por que me siento tan atraído de ti. Me gusta saber el por que de las cosas para mi todo tiene una respuesta, un principio y un final. Me gusta hacer las cosas y todo en general de la forma mas correcta posible, mi trabajo me ha enseñado eso y tengo fe de que siempre a sido una buena manera de llevar las cosas, por el contrario si tu no deseas conocerme no soy quien para obligarte hacerlo - mi voz seguía sonando seria mi rostro tenia fe de que seguía con la misma expresión de tranquilidad que siempre solía tener, pero mis ojos ellos me delataban por ello cualquiera podría conocerme saber cuales eran mis debilidades y lo que me hacia fuerte, lo que ocultaba y lo que no.

- Lionel, se que no soy una persona fácil de entender, pero no me gusta nada a la ligera NADA - enfatice en las ultimas palabras por que era cierto- Y si nace una amistad contigo o algo mas quiero que sea... por un buen camino. - No podía decir nada mas, por que ya había hablado mucho y eso era totalmente raro y nuevo para mi, intentar explicar mi forma de ser seria difícil, pero sentía la necesidad de que el supiera la verdad de las cosas, también sabia que no le amaba por que solo llevábamos unos cuantos minutos juntos. Aquel quien tenia enfrente había roto una de mis barreras la mas importante, mis nervios de acero, mi cordura y toda mi racionalidad el la había destruido con su presencia. Ni siquiera en los encantos de una vampiresa había caído y caía en los encantos de un... ¿un hombre? en cierto modo aquello me perturbaba pero eso era lo de menos, mi mejor amigo era la prueba de todo aquello.

De verdad quería abrazarlo en ese momento pero me contuve, me quede al margen en silencio no sabia cuanto tiempo duraría aquello ese momento y ya no me importaba, ahora tenia un blanco y estaba justo frente a mi no lo confesaría ahora pero todo a su momento. Pero algo ya no quería estar en ese baño, me acerque a el y le ofrecí mi mano - Ven vamos a otro lugar- fue mi primer impulso, no me importo en ese momento si el quería o no salir de aquel lugar. Solo quería un lugar mas privado para conversar.

Una sonrisa se poso en mis labios cuando sentí que había aceptado a salir conmigo de ese lugar, le apreté con algo de fuerza en primera instancia y luego lo justo para que nuestras manos no se separasen, di un suspiro y abrí la puerta del baño el silencio fue casi inmediato y las miradas se centraron en nosotros, podía escuchar los murmullos de algunas personas, pero no me importo me acerque a la mesa y deje el dinero suficiente para pagar lo que habíamos consumido ambos mas la propina, di una mirada fugaz por el lugar y salí de la mano del gitano, con la frente en alto y con una media sonrisa en mi rostro. - Si, te llevare al único que creo nadie nos molestara.

Mi voz sonó parcialmente normal mientras abría la puerta del café y sentía como de inmediato el frió penetraba en mi cara, me gire para ver al gitano y verle solo con aquella camisa mi corazón latió aun con mas fuerzas y soltándole ligeramente la mano, me saque el abrigo, yo andaba con un sweater bien grueso que cubría mi pecho y me proporcionaba el abrigo suficiente como para soportar la tormenta, me puse detrás del gitano y puse el abrigo sobre sus hombros - No quiero que pases frío - dije con algo de ternura en mi voz, pase mis manos refregando sus hombros para que entrara rápidamente en calor. - Donde iremos, estaremos cómodos - dije mientras volvía a tomar su mano, en verdad ya no quería separarme sentir el calor de su mano junto a la mía, hacia que me sintiera nervioso, ansioso, yo diría que estaba feliz.

-Lionel, yo... yo también quiero saber todo de ti, desde lo que piensas hasta lo que deseas. Que es lo que haces, por que llegaste a Paris... cuales son tus sueños, si tienes familia, donde vives... quiero saber todo - Dijo algo acelerado, me sentía nervioso y eso no ayudaba mucho en lo que quería decir, hacer y pensar. No podía contenerme y comenzaba a luchar con la razón y todo en mi interior. Avanzamos por las calles sin sentido en primera instancia pero luego... me detuvo en silencio y le di un abrazo apretado a Lionel, no podía contenerme y esperaba que a el tampoco le molestara mi repentino acto. No se cuanto tiempo lo sostuve entre mis brazos pero no me importo.

Avanzamos entre la tormenta de nieve en silencio hasta que vi el carruaje con la insignia de mi familia, Di unos pequeños golpes y del interior salio el chofer arropado hasta solo dejar descubiertos los ojos, me miro algo sorprendido y le di las indicaciones... No era de dar explicaciones y a menos que fuera Fyn no se las tenia que dar a nadie mas. Abrí la puerta y mire al gitano - Confía en mi - dije haciéndole una seña para que subiera al interior del carruaje negro que era escoltado por 2 caballos para ir mas rápido por el frió, después del gitano subí y me senté frente de el, en silencio y solo me dedique a mirarlo. En la oscuridad que había en aquel lugar.