Intentando entrar en calor (Lucian)

por **Zaira Danesti** Lun Feb 21, 2011 5:09 pm

Era por la tarde, una tarde oscura ya que el cielo estaba completamente negro por las nubes de lluvia o nieve. No quería estar en casa, necesitaba pasear y estirar las piernas. Salí del hotel, recorriendo las calles nevadas de París, solamente quería pasear un rato antes de que el tiempo empeorase. El pelo suelto, dejándolo respirar y que se moviera libremente con los golpes del viento, iba con un vestido mostrando mi categoría alta, algo que no me importaba gran cosa. Y no tardó mucho en empezar a nevar suavemente, pero que con el viento que hacía era casi imposible el caminar por fuera. No quería enfermar asi que entré en la primera taberna que encontré, viendo al entrar que estaba ya con bastantes personas dentro.
Me senté en una mesa cerca del fuego, mirando a las personas de clases diferentes que había dentro, esperando que el tabernero viniese a atenderme.

por **Lucien Greymark** Sáb Feb 26, 2011 6:12 am

Menuda semana más horrible. Habían pasado cinco días desde que me informaron y todavía no conseguía enterarme de nada, y eso solo podía significar dos cosas: o lo que buscaba era algo de escasa legalidad y el dueño quería mantenerlo oculto, o es que se trataba de algo que sería usado de una forma poco convencional y pasaba desapercibida. Fuese de una forma o de otra estaba contra la pared, mi reunión con uno de los mercaderes de la zona alta de Paris me demostró que no había nada fuera de lo común. El mercado de joyas había aumentado pero eso no era nada raro, sobre todo teniendo en cuenta que gran número de nobles de distintos países se encontraban en el país. – Dios como detesto no entender algo. – No entender era quedarse corto, mi contacto me había dicho que se estaban haciendo transacciones extrañas, y todo parecía tan normal que resultaba sospechoso.

Entre en una de las tabernas de la calle mayor de Paris, una de las más visitadas por los mercaderes de alto standing, aunque también habían muchos miembros de clase media lo suficientemente prósperos como para permitirse estar allí. Me quite el abrigo al entrar y se lo cedí a la encargada del guardarropa antes de dirigirme a la barra. El regente de la taberna era un buen conocido mío, hacia unos años su hija había tenido por problemas con un noble venido a menos que se había encaprichado con ella, con un poco de persuasión el joven Casanova había cedido y se había alejado, cosa que siempre me agradecía el posadero. Le pedí una copa de vino y fui a buscar un asiento, pasando cerca de la chimenea. “Espera un segundo… ese olor.” Moví la cabeza buscando la procedencia, era sutil, poco marcado, pero existía: había otro licántropo en el local.

Lo localice justo al lado de la chimenea, o mejor dicho, LA localice. Era una mujer de no más de veinte años y, por como vestía, diría que no era precisamente de grupo de granjearos prósperos. Qué cosa más rara, mas de cinco conversos en menos de un mes, y todos mujeres, que demonios pasaba. Sin saber porque me acerque a aquella mujer, viendo como había un sillón al otro lado de la chimenea. – Discúlpeme madmoiselle. ¿Está ocupado?

por **Zaira Danesti** Lun Feb 28, 2011 11:35 am

Desde pequeña siempre me había gustado estar sentada al lado del fuego, y no era por la sensación cálida que entraba en ti y te bañaba completamente, ni el ruido característico que hacía la leña al quemarse y tampoco por el suave movimiento que producían las llamas. Era en conjunto todo lo anterior y sobretodo por la sensación calmante y relajante que producía eso. Era hipnótico y sentaba demasiado bien estar allí calmada. Fuese como fuera tu día, el sentarse en un sillón o en suelo y quedarse mirando las llamas, te dejaba como nueva. Hoy no iba a ser distinto que las veces anteriores.
El tabernero no tardó mucho en venir hasta mi lado para atenderme, sonriéndole cálidamente le pedí un chocolate caliente, mirando como marchaba apurado para no tardar mucho con mi pedido y en efecto, en un pestañeo ya tenía conmigo mi taza de chocolate.
- Gracias, monsieur.
Pagué el chocolate, dejándole una buena propina, sonriendo aún más al ver la cara de agradecimiento que se le dibujaba al tabernero, intentó ocultarla y devolverme parte de ese dinero pero me negué. Ya estaba hecho y ellos lo necesitaban más que yo. Se marchó agradeciéndomelo mil veces.
Con una gran sonrisa en mi cara volví a concentrarme en el fuego, con la taza de chocolate en mis manos y notando como el calor de esta entraba en mi piel, no podía sacarme de la cabeza este último mes de mi vida, desde ese día que me perdí en el bosque hace casi un mes me sentía completamente distinta pero no tenía ni idea del porque de eso.
Dejé de pensar en eso cuando escuché unos pasos acercándose a mi, levanté la cabeza, fijando mis ojos en los de un caballero demasiado atractivo con una pequeña sonrisa, negué con la cabeza a su pregunta
- No monsieur, está completamente libre.

por **Lucien Greymark** Miér Mar 02, 2011 2:36 pm

Qué extraño… se acercaba al fuego. Desde siempre los licántropos estábamos a una temperatura mucho más alta de lo normal para un humano, no necesitábamos apenas abrigo cuando un humano estaría tiritando. ¿Por qué entonces se acerca al fuego? Existían muchas posibilidades, al principio incluso pensé que me habría equivocado, que a lo mejor había seguido mal es rastro que me llego nada más entrar en la posada, pero no parecía que así fuese, conocía ese olor muy bien, lo había experimentado en ocasiones y provenía de ella, de eso estaba seguro. – Merci, es usted muy amable. – Dije mientras me sentaba, si resultaba ser un veterana debía averiguarlo con rapidez, ya había demasiados licántropos sueltos por Paris. Demonios si había habido hasta cinco conversiones en el último mes. – Un tiempo frio ¿verdad?

Avise a un camarero que estaba paseándose entre las mesas y le pedí que me trajese una copa de vino caliente con especias, una de las grandes especialidades de este local y que el tabernero siempre me reservaba como uno de sus grandes gestos de amabilidad. Me quede mirando un poco a la chica, siempre intentando parecer discreto, no parecía demasiado mayor. Incluso aunque no lo aparentásemos, para los nuestros era fácil discernir la edad, se notaba por el olor y por lo ojos, aun que no siempre ocurría pero si la mayoría de las veces. “Es joven… como máximo llevara un par de años convertida.” Si ese era el caso, significaba que ella podía ser el licántropo responsable de lo ocurrido las últimas lunas, y si no, siempre podía tratarse de una víctima que aun no sabía lo que era. Todavía no tenía claro que opción era más peligrosa.

- ¿Venís mucho por aquí señorita? – Tenia que entablar conversación, averiguar si ciertamente sabía lo que era, aunque eso me llevase a parecer un entrometido. – Disculpad mi atrevimiento pero suelo venir por aquí y es la primera vez que os veo.

por **Zaira Danesti** Dom Mar 27, 2011 5:07 am

- Me gusta la compañía, no debe agradecer nada
Sonreí intentando quitarle importancia al comentario, me gustaba cualquier tipo de conversación, tanto las profundas o para conocer a gente nueva como las conversaciones triviales de temas de cualquier tipo poco serio, las que solían darse a veces antes de pasar a otros temas.
Miré como se sentaba en el sillón de mi lado, me notaba rara desde que él se había acercado a donde yo estaba, pero no tenía ni idea del porque era. Suspiré, olvidándome de ese detalle que ya miraría más tarde. Acerqué mi taza a la boca, dando un pequeño trago y notando que estaba aún demasiado caliente, algo que agradecía con el tiempo que hacía. Aunque por alguna razón no sentía tanto frío como las demás personas que entraban en el lugar, tiritando de frío o intentando darse calor con sus manos.
- Si, monsieur, un tiempo demasiado frío aunque por lo que me han dicho, es normal aquí en París.
Me quedé callada al ver que llamaba al camarero y le decía su pedido, por la forma de hablar tanto conmigo como con el tabernero, la cortesía, vestimenta y su conducta, el hombre debía de ser como poco de clase alta. Volví a beber de mi chocolate, mirándolo cada poco tiempo y esperando que él no me descubriera, negué con la cabeza a su pregunta, tanto a la primera como a la segunda, no tenía que disculparse por eso.
- No monsieur, no es ningún atrevimiento y contestando a su pregunta.. Es la primera vez que vengo a este lugar, he llegado hace menos de un mes de Rumanía.

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OFF: Siento la demora, no he podido entrar hasta ahora u.u

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