AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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DRINKING BLOOD [Lestat De Lioncourt]
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DRINKING BLOOD [Lestat De Lioncourt]
Recuerdo del primer mensaje :
Siguiendo el rastro del alcohol que guía mis pasos sigilosamente entre calles, entre borrachos, voy a “divertirme” un poco, la vida no puede ser más vertiginosa, sin embargo me aventuro en ella, fingiendo ser humano.
Con el abrigo blanco que contrasta con mi piel y la elegancia que poseo en movimientos me adentro a aquel lugar donde hombres en su mayoría, beben hasta querer morir, si supieran lo efímero que a veces eso es…
Me voy hasta la barra donde una selectiva “cosecha” de vinos me espera… medito un rato en que pedir, pero verdaderamente no lo sé.
Son tantos y quisiera probarlos todos…
Medito más… pareciendo “estúpido” y “extranjero” para los que no saben que llevo viviendo en estas tierras más de lo que se imaginan.
La dación de difícil y contemplo las botellas saboreando “ficticiamente” su sabor…
Con el abrigo blanco que contrasta con mi piel y la elegancia que poseo en movimientos me adentro a aquel lugar donde hombres en su mayoría, beben hasta querer morir, si supieran lo efímero que a veces eso es…
Me voy hasta la barra donde una selectiva “cosecha” de vinos me espera… medito un rato en que pedir, pero verdaderamente no lo sé.
Son tantos y quisiera probarlos todos…
Medito más… pareciendo “estúpido” y “extranjero” para los que no saben que llevo viviendo en estas tierras más de lo que se imaginan.
La dación de difícil y contemplo las botellas saboreando “ficticiamente” su sabor…
Asagi Dunkelheit- Vampiro Clase Alta
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Fecha de inscripción : 26/01/2011
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Re: DRINKING BLOOD [Lestat De Lioncourt]
Miedos y amor, quizá todo este tiempo esas cosas se habían ligado de esa manera, aquel hermoso ser, que tenía frente a mi embelesado por mi historia, me había capturado más de lo que yo a él, entendía bien mis palabras a pesar de apenas cruzarnos un par de estas. Los sentimientos y los recuerdos de un vampiro son como libros abiertos, recuerdo el olor de la tinta y los papiros cuando quise relatarle esto a unas banales hojas. Pero ahora me daba cuenta que era dichoso de poder transmitir un poco de mí con alguien más que compartía ese don oscuro, que entendía la soledad, el dolor y la desdicha que seres como nosotros, los cristalinos orbes de mi interlocutor me lo podían decir todo.
Quizá estuviera equivocado, pero no estábamos muertos del todo, no si conservamos los sentimientos, el corazón puede parar pero nuestros sentimientos no, a veces se avivan y echan raíces de las más fuertes, de esas que duelen al ser arrancadas, pero no hemos muerto, sentimos, de esa manera aun sentimos, ¿Cómo me explicaban la soledad, el amor, el placer?, eso es sentir, no estábamos muertos, solo se nos concedió un don oscuro. Solo hemos sido creados ‘superiores’, pero no dejamos de vivir y caminar por este mundo sin hacer de las nuestras.
Solo éramos una raza distinta, y el tema del amor, al honorable vampiro, parecía inquietarle, estaba seguro que el también tenía algo que ocultar, una historia detrás de esa sublime encantadora belleza. De ese porte fino, las apariencias no siempre son sinceras, son un misterio y me parece emocionante.
Me gustaría emanar la misma confianza que él hacia mí, para poder hablar de aquello, también quería llevarme esta noche un poco de su historia y contemplarla junto al alborotado cielo estrellado, quería fundirme en sus recuerdos, como parecía que él lo hacía con los míos.
Sus palabras fueron como coros resonantes dentro de mi hueco ser, descifraba cada una de sus palabras, era como si desvariara ante ellas, me sentí de pronto frágil como el cristal de mi copa, sabía que si apretaba mas las yemas contra su cuerpo, esta quedaría hecha pedazos, por la fuerza sobrenatural que se nos otorgo, de esa manera sus labios me hacían sentir. Pero eso no era un mal augurio, muy al contrario, me levantaría y le aplaudiría como si fuera el mismísimo César, había encontrado el significado en mi historia, le sonreí gratamente, al menos eso se merecía – Debo de aplaudir su excelente opinión, es cierto, tengo miedo – adquirí un tono de voz sereno. – Eso es porque siempre pensé que el amor era mi trágico destino, que solo me había traído perdidas – Di una pequeña pausa y me apoye sobre la mesa inclinándome más interesante en el hermoso rostro de mi compañero noctambulo – Mis padres, mi ‘esposa’ y la historia que hay detrás. De alguna manera me han marcado, como para quedar, cansado de todo aquello.
Respire hondo antes de proseguir, necesitaba narrarle más, si un poco más, para después, pedirle, amablemente que él me compartiera un poco de sus años sobre esta tierra, no me gustaba ser el centro de atención, siempre había deseado el pasar desapercibido, pero creo que nadie en este mundo lo puede ante los ojos curiosos de otras personas. En parte me agradaba, eso nos haría identificarnos, si todos nosotros compartiéramos un poco de cómo nos hemos sentido con este don, seriamos comprendidos al fin y la soledad no nos acecharía como nosotros a nuestras presas.
-El miedo a amar es inmenso como el mar, tan profundo que puede llegar a dolerme, porque creo que eso me hará bajar la guardia, me debilitara, cuando he escuchado que muchos dicen lo contrario, - desvié un poco la mirada – Además es trágico enamorarse de un humano, ellos mueren tan rápido, envejecen y seria doloroso para su vivo corazón, no darles una familia, no envejecer y morir a su lado – me volví a él, adquiriendo mas vitalidad en mis articular palabras. – Muchas personas se me han acercado diciéndome que me aman, que me quieren y eso de alguna manera me causa hastío y dificultad, porque, no puedo corresponder, porque no me siento merecedor – acomode mis largos cabellos, solo por un acto inconsciente – Dirían que soy afortunado al tener a tantos y tantas detrás de mí, Lo cierto es que me fatigo de todo eso y solo quiero soledad, por muy difícil que sea eso, de creer.
La noche vislumbraba lenta, salpicada de estrellas en el cielo y el olor a naturaleza me embriagaba con la danza del viento y de mis palabras. – Existe una persona, alguien de nuestra misma raza, que me dice amar, de buenas a primeras, cometí primero el conocerle, después el rechazarle constantemente, porque no creí que me pasara de nuevo, vine a parís, con otros asuntos, no para el amor y no se que se siente hasta ahora, como bien lo dijo, a veces decimos amar y no amamos, nunca he amado, jamás, y aunque rechace a esta persona es persistente, aunque no le ame, solo quiere amarme, de alguna manera eso me disgusta y no sé, si usted lo comprenda – Tome un porte más educado – Disculpe, mis palabras, si le llegan a ofender en cualquier momento, pero… Parece que usted de amor si sabe, por lo que me ha compartido. Quisiera que me mostrara un poco de ese camino por medio de un relato, aunque sea el más pequeño de toda su eternidad, como noctambulo – roge, porque aquello, se me diera a conocer, estaba siendo imprudente. Pero de alguna manera arriesgarse podría valer la pena.
Quizá estuviera equivocado, pero no estábamos muertos del todo, no si conservamos los sentimientos, el corazón puede parar pero nuestros sentimientos no, a veces se avivan y echan raíces de las más fuertes, de esas que duelen al ser arrancadas, pero no hemos muerto, sentimos, de esa manera aun sentimos, ¿Cómo me explicaban la soledad, el amor, el placer?, eso es sentir, no estábamos muertos, solo se nos concedió un don oscuro. Solo hemos sido creados ‘superiores’, pero no dejamos de vivir y caminar por este mundo sin hacer de las nuestras.
Solo éramos una raza distinta, y el tema del amor, al honorable vampiro, parecía inquietarle, estaba seguro que el también tenía algo que ocultar, una historia detrás de esa sublime encantadora belleza. De ese porte fino, las apariencias no siempre son sinceras, son un misterio y me parece emocionante.
Me gustaría emanar la misma confianza que él hacia mí, para poder hablar de aquello, también quería llevarme esta noche un poco de su historia y contemplarla junto al alborotado cielo estrellado, quería fundirme en sus recuerdos, como parecía que él lo hacía con los míos.
Sus palabras fueron como coros resonantes dentro de mi hueco ser, descifraba cada una de sus palabras, era como si desvariara ante ellas, me sentí de pronto frágil como el cristal de mi copa, sabía que si apretaba mas las yemas contra su cuerpo, esta quedaría hecha pedazos, por la fuerza sobrenatural que se nos otorgo, de esa manera sus labios me hacían sentir. Pero eso no era un mal augurio, muy al contrario, me levantaría y le aplaudiría como si fuera el mismísimo César, había encontrado el significado en mi historia, le sonreí gratamente, al menos eso se merecía – Debo de aplaudir su excelente opinión, es cierto, tengo miedo – adquirí un tono de voz sereno. – Eso es porque siempre pensé que el amor era mi trágico destino, que solo me había traído perdidas – Di una pequeña pausa y me apoye sobre la mesa inclinándome más interesante en el hermoso rostro de mi compañero noctambulo – Mis padres, mi ‘esposa’ y la historia que hay detrás. De alguna manera me han marcado, como para quedar, cansado de todo aquello.
Respire hondo antes de proseguir, necesitaba narrarle más, si un poco más, para después, pedirle, amablemente que él me compartiera un poco de sus años sobre esta tierra, no me gustaba ser el centro de atención, siempre había deseado el pasar desapercibido, pero creo que nadie en este mundo lo puede ante los ojos curiosos de otras personas. En parte me agradaba, eso nos haría identificarnos, si todos nosotros compartiéramos un poco de cómo nos hemos sentido con este don, seriamos comprendidos al fin y la soledad no nos acecharía como nosotros a nuestras presas.
-El miedo a amar es inmenso como el mar, tan profundo que puede llegar a dolerme, porque creo que eso me hará bajar la guardia, me debilitara, cuando he escuchado que muchos dicen lo contrario, - desvié un poco la mirada – Además es trágico enamorarse de un humano, ellos mueren tan rápido, envejecen y seria doloroso para su vivo corazón, no darles una familia, no envejecer y morir a su lado – me volví a él, adquiriendo mas vitalidad en mis articular palabras. – Muchas personas se me han acercado diciéndome que me aman, que me quieren y eso de alguna manera me causa hastío y dificultad, porque, no puedo corresponder, porque no me siento merecedor – acomode mis largos cabellos, solo por un acto inconsciente – Dirían que soy afortunado al tener a tantos y tantas detrás de mí, Lo cierto es que me fatigo de todo eso y solo quiero soledad, por muy difícil que sea eso, de creer.
La noche vislumbraba lenta, salpicada de estrellas en el cielo y el olor a naturaleza me embriagaba con la danza del viento y de mis palabras. – Existe una persona, alguien de nuestra misma raza, que me dice amar, de buenas a primeras, cometí primero el conocerle, después el rechazarle constantemente, porque no creí que me pasara de nuevo, vine a parís, con otros asuntos, no para el amor y no se que se siente hasta ahora, como bien lo dijo, a veces decimos amar y no amamos, nunca he amado, jamás, y aunque rechace a esta persona es persistente, aunque no le ame, solo quiere amarme, de alguna manera eso me disgusta y no sé, si usted lo comprenda – Tome un porte más educado – Disculpe, mis palabras, si le llegan a ofender en cualquier momento, pero… Parece que usted de amor si sabe, por lo que me ha compartido. Quisiera que me mostrara un poco de ese camino por medio de un relato, aunque sea el más pequeño de toda su eternidad, como noctambulo – roge, porque aquello, se me diera a conocer, estaba siendo imprudente. Pero de alguna manera arriesgarse podría valer la pena.
Asagi Dunkelheit- Vampiro Clase Alta
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Re: DRINKING BLOOD [Lestat De Lioncourt]
Monsieur Asagi, sostuvo mi mirada durante unos instantes, parecía querer descubrir algún secreto oculto tras mis ojos. Un fragmento de mi vida, de mi historia o experiencias. Hubo algo en su rostro que me complació y entrego una agradable emoción en mi pecho. Ver cierta serenidad en su semblante significaba que mis palabras habían sido exactas, estaba en lo cierto y logre entender perfectamente su historia. Mis conclusiones tal vez no eran las mas acertadas, quizás otros podrían descubrir algo más en su relato, pero el vampiro ante mi me ofreció una sincera y halagadora sonrisa. Al oír su declaración, pude sentir nuevamente la seguridad y confianza en mis deducciones. El vampiro había sido marcado de la peor forma por el amor. Le fue otorgado el don oscuro en contra de su voluntad por su propio padre. Era absolutamente comprensible su cansancio y su temor. La criatura respiro profundo, en busca de un aire que no necesitaba realmente, otra vez escuche su aterciopelada voz y me dispuse a prestar toda mi atención en sus nuevas palabras.
El amor nos hace vulnerables… –Pensé en el momento en que mi interlocutor desvío levemente su mirada-
Tenia razón, amar a un mortal seria lo peor que podría sucedernos. Pero siempre existía la alternativa de transformar a aquella persona, de obsequiarle la eternidad si esta lo deseaba ¿No? Continúe atento a su relato, al ser un vampiro, los mortales e incluso otros seres como nosotros advierten nuestra belleza, era tan solo una característica más en los de nuestra especie. Pero si a eso le sumamos el carisma y la pasión al expresarse que posee este vampiro. No debería sorprenderse al tener más de un pretendiente. Y dudar de sus palabras, seria un error de mi parte.
Sin pronunciar palabra y con seriedad asentí a sus palabras, dándole entender así, que podía comprender a que se refería. No pude evitar sonreír, en ningún momento me sentí ofendido, pero no estaba seguro de relatarme mis aventuras. ¿Qué pensaría de mí al descubrir lo que el amor me llevo a hacer? Respire profundo, de forma sutil casi imperceptible. Me acomode nuevamente en mi asiento y observe la multitud cerca de nosotros, personas que desconocían lo que en ese momento y en el mismo lugar que acostumbran embriagarse estaba sucediendo. ¿Cuál seria la reacción de mi interlocutor ante mis acciones?
Ninguna historia es un cuento de hadas… -comente girando mi rostro lentamente y clavando mis ojos en los suyos- A veces no somos una víctima sino el monstruo quien perpetuo los actos mas crueles en nuestra historia –declare mientras descifraba la expresión en su rostro-
Tenia que prepararlo para lo que venia a continuación. Él deseaba descubrir lo que el amor me había llevado a hacer durante mi vida y debía advertirle de alguna manera las “barbaridades” que significaban para los que me conocían, las acciones que había realizado. Por primera vez durante toda la noche, acerque la copa de vino a mi boca y bebí aquel insípido liquido que descendió por mi garganta. Volví a depositar esta sobre la mesa y contemple la copa de cristal vacía.
Era el menor de siete hijos, mi padre era el marques de Auvergne. Mi madre era la única con quien podía contar de alguna forma. La unica persona de mi familia en quien confiaba. –Relate un breve fragmento de mis inicios y luego continúe- A los veintiún años viaje a Paris gracias a la ayuda de mi madre. En este viaje un gran amigo me acompañaba en esta aventura, su nombre era Nicolás -hice una pausa, recordando sus facciones, sus palabras, sus gestos y aquella música que embriagaba todos mis sentidos cuando tocaba su violín- Nicolás De Lenfent-agregue y fije mi mirada en su rostro-
Abrí mi mente para mi interlocutor y evoque en mi memoria, la noche en que partimos. Las esperanzas y sueños depositados. El día que llegamos a Paris donde fui aprendiendo todo lo relacionado con el maravilloso arte teatral que desde pequeño fue una de mis aficiones. Con Nicolás solíamos disfrutar de "Nuestra conversación" acompañados de una copa de vino, aunque de vez en cuando diferíamos en alguna que otra opinión y más de alguna vez todo estuvo apunto de convertirse en una pelea a gran escala. Le permití contemplar gran parte de mi vida junto a él hasta aquella noche fría de Octubre. Aquella noche que trazo trágicamente nuestros destinos.
Fui secuestrado por Magnus, mi creador. Un vampiro anciano que me mantuvo prisionero durante un tiempo que para serle sincero me pareció una eternidad. Finalmente me otorgo el don oscuro en contra de mi voluntad y después de explicarme lo esencial que debía conocer sobre mi nueva naturaleza, se lanzo a una gran hoguera dejándome como el único heredero de su fortuna y completamente solo. –reí suavemente y lo mire reflejando en mis ojos la promesa que todo este relato tenia un sentido, que con estas palabras podría entender perfectamente todo lo que había hecho motivado por el amor. ¿Bueno o malo? Eso solo dependía del juicio de mi acompañante- Me mantuve lejos de Nicolás por un tiempo, ordene a mi abogado que se preocupara de enviarle dinero tanto a él como a mi madre. Pero una noche, la necesidad de volver a verlo fue tan inmensa que escale por la muralla hasta su ventana y lo contemple como un enamorado. Allí bajo el resplandor de la luz, quedaban de relieve sus gracias naturales: los brazos delicados pero fuertes, los ojos grandes y sobrios y la boca que, pese a toda la ironía y todo el sarcasmo que pudieran salir de ella, era infantil y dispuesta a ser besada. –declare con pasión al tiempo que alzaba una de mis manos y colocaba a la altura de mis ojos-
Mis recuerdos eran expuestos a este desconocido vampiro. Mis sentimientos eran expresados en cada palabra que emanaba de mis labios. Traje al presente las preguntas que surgieron en mi cabeza al contemplar a Nicolás aquella noche, cuando sentí lo que el sentía y su mente me revelo la profunda oscuridad que había en su interior; ¿Qué podía hacer por él? ¿Qué podía hacer para poner fin a su tormento de una vez por todas? En ese momento sonreí al recordar las palabras de mi interlocutor y susurre con un tono grave en mi voz.
Amar a un mortal es lo peor que puede sucedernos… –Dije con la sonrisa aun en mi rostro- Quería a Nicolás. Quería su sangre fluyendo en mis venas, quería su sabor y su aroma y su calor. Era un vampiro y nadie estaba a salvo de mí, ni siquiera mi querido Nicolás.
Cerré mis ojos y me acaricie sutilmente la sien como si todos aquellos momentos me causaran un terrible dolor de cabeza. El reproche, el dolor, la angustia y desesperación de Nicolás, solo fue el comienzo de nuestro fatídico y desdichado final para nuestra relación.
El amor nos hace vulnerables… –Pensé en el momento en que mi interlocutor desvío levemente su mirada-
Tenia razón, amar a un mortal seria lo peor que podría sucedernos. Pero siempre existía la alternativa de transformar a aquella persona, de obsequiarle la eternidad si esta lo deseaba ¿No? Continúe atento a su relato, al ser un vampiro, los mortales e incluso otros seres como nosotros advierten nuestra belleza, era tan solo una característica más en los de nuestra especie. Pero si a eso le sumamos el carisma y la pasión al expresarse que posee este vampiro. No debería sorprenderse al tener más de un pretendiente. Y dudar de sus palabras, seria un error de mi parte.
Sin pronunciar palabra y con seriedad asentí a sus palabras, dándole entender así, que podía comprender a que se refería. No pude evitar sonreír, en ningún momento me sentí ofendido, pero no estaba seguro de relatarme mis aventuras. ¿Qué pensaría de mí al descubrir lo que el amor me llevo a hacer? Respire profundo, de forma sutil casi imperceptible. Me acomode nuevamente en mi asiento y observe la multitud cerca de nosotros, personas que desconocían lo que en ese momento y en el mismo lugar que acostumbran embriagarse estaba sucediendo. ¿Cuál seria la reacción de mi interlocutor ante mis acciones?
Ninguna historia es un cuento de hadas… -comente girando mi rostro lentamente y clavando mis ojos en los suyos- A veces no somos una víctima sino el monstruo quien perpetuo los actos mas crueles en nuestra historia –declare mientras descifraba la expresión en su rostro-
Tenia que prepararlo para lo que venia a continuación. Él deseaba descubrir lo que el amor me había llevado a hacer durante mi vida y debía advertirle de alguna manera las “barbaridades” que significaban para los que me conocían, las acciones que había realizado. Por primera vez durante toda la noche, acerque la copa de vino a mi boca y bebí aquel insípido liquido que descendió por mi garganta. Volví a depositar esta sobre la mesa y contemple la copa de cristal vacía.
Era el menor de siete hijos, mi padre era el marques de Auvergne. Mi madre era la única con quien podía contar de alguna forma. La unica persona de mi familia en quien confiaba. –Relate un breve fragmento de mis inicios y luego continúe- A los veintiún años viaje a Paris gracias a la ayuda de mi madre. En este viaje un gran amigo me acompañaba en esta aventura, su nombre era Nicolás -hice una pausa, recordando sus facciones, sus palabras, sus gestos y aquella música que embriagaba todos mis sentidos cuando tocaba su violín- Nicolás De Lenfent-agregue y fije mi mirada en su rostro-
Abrí mi mente para mi interlocutor y evoque en mi memoria, la noche en que partimos. Las esperanzas y sueños depositados. El día que llegamos a Paris donde fui aprendiendo todo lo relacionado con el maravilloso arte teatral que desde pequeño fue una de mis aficiones. Con Nicolás solíamos disfrutar de "Nuestra conversación" acompañados de una copa de vino, aunque de vez en cuando diferíamos en alguna que otra opinión y más de alguna vez todo estuvo apunto de convertirse en una pelea a gran escala. Le permití contemplar gran parte de mi vida junto a él hasta aquella noche fría de Octubre. Aquella noche que trazo trágicamente nuestros destinos.
Fui secuestrado por Magnus, mi creador. Un vampiro anciano que me mantuvo prisionero durante un tiempo que para serle sincero me pareció una eternidad. Finalmente me otorgo el don oscuro en contra de mi voluntad y después de explicarme lo esencial que debía conocer sobre mi nueva naturaleza, se lanzo a una gran hoguera dejándome como el único heredero de su fortuna y completamente solo. –reí suavemente y lo mire reflejando en mis ojos la promesa que todo este relato tenia un sentido, que con estas palabras podría entender perfectamente todo lo que había hecho motivado por el amor. ¿Bueno o malo? Eso solo dependía del juicio de mi acompañante- Me mantuve lejos de Nicolás por un tiempo, ordene a mi abogado que se preocupara de enviarle dinero tanto a él como a mi madre. Pero una noche, la necesidad de volver a verlo fue tan inmensa que escale por la muralla hasta su ventana y lo contemple como un enamorado. Allí bajo el resplandor de la luz, quedaban de relieve sus gracias naturales: los brazos delicados pero fuertes, los ojos grandes y sobrios y la boca que, pese a toda la ironía y todo el sarcasmo que pudieran salir de ella, era infantil y dispuesta a ser besada. –declare con pasión al tiempo que alzaba una de mis manos y colocaba a la altura de mis ojos-
Mis recuerdos eran expuestos a este desconocido vampiro. Mis sentimientos eran expresados en cada palabra que emanaba de mis labios. Traje al presente las preguntas que surgieron en mi cabeza al contemplar a Nicolás aquella noche, cuando sentí lo que el sentía y su mente me revelo la profunda oscuridad que había en su interior; ¿Qué podía hacer por él? ¿Qué podía hacer para poner fin a su tormento de una vez por todas? En ese momento sonreí al recordar las palabras de mi interlocutor y susurre con un tono grave en mi voz.
Amar a un mortal es lo peor que puede sucedernos… –Dije con la sonrisa aun en mi rostro- Quería a Nicolás. Quería su sangre fluyendo en mis venas, quería su sabor y su aroma y su calor. Era un vampiro y nadie estaba a salvo de mí, ni siquiera mi querido Nicolás.
Cerré mis ojos y me acaricie sutilmente la sien como si todos aquellos momentos me causaran un terrible dolor de cabeza. El reproche, el dolor, la angustia y desesperación de Nicolás, solo fue el comienzo de nuestro fatídico y desdichado final para nuestra relación.
Lestat De Lioncourt- Vampiro Clase Alta
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Re: DRINKING BLOOD [Lestat De Lioncourt]
Tome una postura adecuada para escuchar a mi acompañante, estaba anhelando conocer ¿Qué hay detrás de ese noble caballero?, las personas son como libros, algunos abiertos, otros no tanto, para mi aquel ser delante de mí, era todo un erudito, una persona recta, fina, que sabía de qué hablaba y utilizaba las palabras como una de sus mejores armas, si, quizá era reservado, como el resto de ‘algunos de nosotros’, sin embargo eso empezaba a cambiar, a tomar otro tinte en la conversación.
Esta vez me incline más sobre mi propio asiento, clave la mirada tan inquisitivamente, esperaba cualquier relato, algo que me describiera un poco en ese mirada de aquel ser de la noche, debía poner la misma atención en sus palabras, como antes lo hizo conmigo, aunque también sabía que eso era a grandes rasgos, pues una noche no basta para conocer todos los años detrás de aquellos cristalinos y ardientes ojos.
Y toda esta conversación fue desatada por un solo sentimiento ‘amor’, cruel pero cierto, desde humanos muchos empiezan a amar, hasta lo que son aun sienten aquel sentimiento avivarse dentro de sí, en mi caso jamás lo había sentido y quizá eso me confundía tanto, a decir verdad demasiado, que escuchar el relato, me haría pensar con claridad un poco más.
‘Me empezaba a temblar el cuerpo’ al escuchar la serenidad de sus voz en sus palabras. No podía estar más de acuerdo, con él, cuando hizo mención del ‘cuento de hadas’, eso, solo en los libros, solo en la imaginación, en un mundo idealista, pero en el realista, todo cambiaba, no éramos felices del todo y si lo conseguíamos seguro que era a un alto precio, pero no interrumpí en lo absoluto, guarde los comentarios, aquel monologo que se iba escribiendo conforme más me narraba.
Escuche el primer fragmento ¡Que sorpresa!, me quede más gélido, al escuchar aquel nombre, ‘Amigo’, ¿Sería el mismo?, mi rostro apenas movió los músculos necesarios para una inmutación ante el nombre. No me sorprendía pero tampoco me extrañaba, el mundo sin dudas sería pequeño si se trataba del mismo ‘hombre’. Asegure que casi pude contener la respiración para lo que venía a continuación. Me daban ganas de saber más pero el mismo tiempo sentía que me quitaban el mundo entero…
No importaba, seguí firme escuchándole, pero de pronto las imágenes estuvieron frente a mí, los recuerdos, todo aquello, y más aún el rostro de aquella persona, sentí que una penumbra se presentaba en mis orbes, pero seguí escuchando atento, no solo por el interés que había tenido en ‘aquella persona’, si no de mi compañero, si, ahora podría asegurar que ambos teníamos, algo en común. ¿Destino, Casualidad?, por algo estábamos enfrascándonos en esta interesante conversación intercambiando recuerdos.
Escuche el relato de su creador, claro, a la mayoría nos convierten y nos sumergen en contra de nuestra voluntad, al menos no tenemos escapatoria, pero también otros son convertidos por curiosidad y eso es mucho peor, en esa parte claro que lo entendía y no hice más que dedicarle una muy sincera sonrisa, un gesto de comprensión. Pero lo que vino a continuación, me hizo soltar la copa de mis manos, derramando el vino en la mesa, una mancha escarlata aparecía sobre el mantel.
¿Estaba entendiendo bien?, ¿Era creador de Nicolás y su amor?, sentía un nudo en la garganta pero, no debía, ¿Acaso seguía con esos ‘sentimientos’ a pesar de todo?.... No era posible. Me absorte demasiado tiempo en los ojos de mi compañero, mientras las gotitas del vino caían sobre mi vestimenta, estaba enfrascado en mi monologo, cuando reaccioné ante sus gestos. – Usted discúlpeme… - No puede decir mucho, cuando tome la servilleta y trate de ‘arreglar’ mi acción.
-El mundo es pequeño sin lugar a dudas – Dije con una voz irónica, mientras levantaba mi mirada al panorama nocturno que podía admirarse por el cristal. – Amar a un mortal puede ser bueno y malo, al principio ellos quieren que compartamos lo que somos, para estar junto por la eternidad… Pero no funciona… Porque al principio es así y después pueden terminar odiándonos, por haberlos arrastrado al ‘don oscuro’ y terminamos abandonados y duele más ese odio de la persona que antes profanaba amor por nosotros – volví la mirada al caballero.
Contuve mis palabras, debía ser cuidadoso, no quería echar a perder una noche tan maravillosa, que había partido de una sola pregunta – Conozco a Nicolás – sonreí y abrí mis labios dispuestos a articular lo siguiente, sin embargo por una extraña razón no estaba pensando claramente y no controlaba mis emociones – El violinista… Discúlpeme por lo que ‘confesare’ creo que es la misma persona de la que estamos hablando… - alce la mirada como todo un hombre sin cinismos, me dirigí a él – Me enamore de aquel ser… Creo que pude llegar a amarlo – calle lo demás, no era correcto expresar todo. – Me resulta increíble todo esto… - No puede decir nada más. Solo esperaba atento a cualquier comentario. – Amor es lo que nos trajo a este punto y al ¿Mismo ser?...
Esta vez me incline más sobre mi propio asiento, clave la mirada tan inquisitivamente, esperaba cualquier relato, algo que me describiera un poco en ese mirada de aquel ser de la noche, debía poner la misma atención en sus palabras, como antes lo hizo conmigo, aunque también sabía que eso era a grandes rasgos, pues una noche no basta para conocer todos los años detrás de aquellos cristalinos y ardientes ojos.
Y toda esta conversación fue desatada por un solo sentimiento ‘amor’, cruel pero cierto, desde humanos muchos empiezan a amar, hasta lo que son aun sienten aquel sentimiento avivarse dentro de sí, en mi caso jamás lo había sentido y quizá eso me confundía tanto, a decir verdad demasiado, que escuchar el relato, me haría pensar con claridad un poco más.
‘Me empezaba a temblar el cuerpo’ al escuchar la serenidad de sus voz en sus palabras. No podía estar más de acuerdo, con él, cuando hizo mención del ‘cuento de hadas’, eso, solo en los libros, solo en la imaginación, en un mundo idealista, pero en el realista, todo cambiaba, no éramos felices del todo y si lo conseguíamos seguro que era a un alto precio, pero no interrumpí en lo absoluto, guarde los comentarios, aquel monologo que se iba escribiendo conforme más me narraba.
Escuche el primer fragmento ¡Que sorpresa!, me quede más gélido, al escuchar aquel nombre, ‘Amigo’, ¿Sería el mismo?, mi rostro apenas movió los músculos necesarios para una inmutación ante el nombre. No me sorprendía pero tampoco me extrañaba, el mundo sin dudas sería pequeño si se trataba del mismo ‘hombre’. Asegure que casi pude contener la respiración para lo que venía a continuación. Me daban ganas de saber más pero el mismo tiempo sentía que me quitaban el mundo entero…
No importaba, seguí firme escuchándole, pero de pronto las imágenes estuvieron frente a mí, los recuerdos, todo aquello, y más aún el rostro de aquella persona, sentí que una penumbra se presentaba en mis orbes, pero seguí escuchando atento, no solo por el interés que había tenido en ‘aquella persona’, si no de mi compañero, si, ahora podría asegurar que ambos teníamos, algo en común. ¿Destino, Casualidad?, por algo estábamos enfrascándonos en esta interesante conversación intercambiando recuerdos.
Escuche el relato de su creador, claro, a la mayoría nos convierten y nos sumergen en contra de nuestra voluntad, al menos no tenemos escapatoria, pero también otros son convertidos por curiosidad y eso es mucho peor, en esa parte claro que lo entendía y no hice más que dedicarle una muy sincera sonrisa, un gesto de comprensión. Pero lo que vino a continuación, me hizo soltar la copa de mis manos, derramando el vino en la mesa, una mancha escarlata aparecía sobre el mantel.
¿Estaba entendiendo bien?, ¿Era creador de Nicolás y su amor?, sentía un nudo en la garganta pero, no debía, ¿Acaso seguía con esos ‘sentimientos’ a pesar de todo?.... No era posible. Me absorte demasiado tiempo en los ojos de mi compañero, mientras las gotitas del vino caían sobre mi vestimenta, estaba enfrascado en mi monologo, cuando reaccioné ante sus gestos. – Usted discúlpeme… - No puede decir mucho, cuando tome la servilleta y trate de ‘arreglar’ mi acción.
-El mundo es pequeño sin lugar a dudas – Dije con una voz irónica, mientras levantaba mi mirada al panorama nocturno que podía admirarse por el cristal. – Amar a un mortal puede ser bueno y malo, al principio ellos quieren que compartamos lo que somos, para estar junto por la eternidad… Pero no funciona… Porque al principio es así y después pueden terminar odiándonos, por haberlos arrastrado al ‘don oscuro’ y terminamos abandonados y duele más ese odio de la persona que antes profanaba amor por nosotros – volví la mirada al caballero.
Contuve mis palabras, debía ser cuidadoso, no quería echar a perder una noche tan maravillosa, que había partido de una sola pregunta – Conozco a Nicolás – sonreí y abrí mis labios dispuestos a articular lo siguiente, sin embargo por una extraña razón no estaba pensando claramente y no controlaba mis emociones – El violinista… Discúlpeme por lo que ‘confesare’ creo que es la misma persona de la que estamos hablando… - alce la mirada como todo un hombre sin cinismos, me dirigí a él – Me enamore de aquel ser… Creo que pude llegar a amarlo – calle lo demás, no era correcto expresar todo. – Me resulta increíble todo esto… - No puede decir nada más. Solo esperaba atento a cualquier comentario. – Amor es lo que nos trajo a este punto y al ¿Mismo ser?...
Asagi Dunkelheit- Vampiro Clase Alta
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Re: DRINKING BLOOD [Lestat De Lioncourt]
La expresión en su rostro y sus ojos levemente ensombrecidos por mis palabras captaron mi atención. Me pregunte que fue, lo que a aquel vampiro, lo hizo cambiar tan repentinamente. Se veía consternado. ¿Qué dije? ¿Qué palabras lo hicieron reaccionar así? Mantuve un aspecto imperturbable, ni siquiera su espontánea sonrisa fue capaz de alterar mi semblante. Pero mi indiferencia duro hasta que la copa rodó por la mesa y el vino se derramo tiñendo la tela de color carmesí. Me incline hacia él, alarmado, intranquilo. Parecía estar petrificado. Sumido en sus pensamientos.
Monsieur, ¿Esta usted bien?-pregunte tratando de parecer tranquilo, quise tomar su mano, pero era un gesto muy intimo e imprudente que no me atreví a realizar-
Tomo una servilleta intentando componer su repentino comportamiento, quería eliminar el vino sobre su ropa y el mantel mientras volvía a dirigirse a mi. Lo mire desconcertado entretanto volvía a ponerme cómodo en la silla, sin embargo, captaba perfectamente sus palabras y los sentimientos que en ellas expresaba. Dirigió su mirada nuevamente hacia mi, luego de contemplar meditabundo el panorama a nuestro alrededor. Con prudencia, murmuro unas palabras que me hicieron reír. No pretendía burlarme de él, sino del destino, de la vida y las casualidades que pueden llegar a reunir a dos criaturas como nosotros. Ese vampiro, se había enamorado de Nicolás al igual que yo. Aquel joven que amaba tanto como a mi madre. Aquel que me había inspirado la única ternura que había sentido nunca. Estaba vivo y mi interlocutor, me confirmaba que la presencia tan familiar que había percibido en el teatro, no había sido producto de mi imaginación. Aún así, no podía creerlo.
Nicolás… vivo… -suspire, un profundo suspiro que expreso la angustia que me causaba descubrir que mis sospechas desde que llegue a París, podrían ser ciertas.- ¿Lo ha visto? ¿Esta usted seguro que es la misma persona?- lo interrogue excitado, tal vez de una manera inapropiada-
Quise ser sincero, tal como él lo fue al confesarme el amor que sintió o siente por Nikki. Tal vez, al descubrir lo que mis escasos años como vampiro y mi deseo por él me llevaron hacer, terminaría odiándome. Aquella maravillosa noche podría llegar a su fin. Pero luego de oír sus palabras, decidí continuar y agregue tratando de ocultar el tono apesadumbrado en mi voz, lo que termino por desorientar a Nicolás y sumergirlo por completo en la oscuridad de su alma.
Magnus, un vampiro anciano que jamás había otorgado el don oscuro a alguien, me entrego una gran fuerza y extraordinarias habilidades. Entre los de mi especie, soy considerado un vampiro madrugador. –agregue para que lograra entender lo que quería confesarle a continuación- Con mi transformación y mis acciones… al continuar viviendo entre los mortales fingiendo ser uno de ellos, me gane el odio y el temor de otras criaturas… Para atraerme a su asamblea… Ellos secuestraron a Nicolás cuando descubrieron mis sentimientos por él… -confesé, bajando la mirada avergonzado, mi descuido y amor por él, habían llevado a Nicolás a vivir aquella desafortunada experiencia-
Evoque los detalles de la amenaza que me hicieron aquellos vampiros; El muchacho muerto de la cuadra, usando la levita de terciopelo rojo, aquella maldita ropa que pertenecía a Nicolás. Solo el descubrir su cadáver me hizo temer lo peor. Algo que aun no le había explicado a mi interlocutor o mejor dicho alguien que no le había presentado, debió llamar su atención al contemplar las imágenes en mi mente. Una hermosa mujer de facciones felinas, con una fascinante cabellera dorada que enmarcaba su rostro de mármol, poseedora de unos fríos ojos azules y una tentadora boca color rojo carmesí, se hallaba junto a mí, manteniendo mi razón a flote y alejando mis impulsos que el miedo a ver muerto a Nicolás me habían causado.
Ella es Gabrielle, mi madre, mi hija inmortal. La mujer que le arrebaté de las manos a la muerte, mi primer vástago. –le explique al vampiro mientras descifraba la expresión en su rostro- Era la única mujer a la que había amado siempre. –le confesé, sin apartar mis ojos de los suyos- En aquel entonces fue… mi amorosa compañera. –declare con voz firme y segura-
Guarde silencio, memorizando todos los detalles que componían la noche. Me pareció divertido. La conversación con aquel vampiro, el ambiente, donde estábamos acompañados de una botella de vino y que el mundo a nuestro alrededor desaparecía por completo, enfrascándonos a ambos en otro tiempo, me recordaba las noches junto a Nicolás y el momento que adoptamos como “nuestra conversación”.-
Monsieur, ¿Esta usted bien?-pregunte tratando de parecer tranquilo, quise tomar su mano, pero era un gesto muy intimo e imprudente que no me atreví a realizar-
Tomo una servilleta intentando componer su repentino comportamiento, quería eliminar el vino sobre su ropa y el mantel mientras volvía a dirigirse a mi. Lo mire desconcertado entretanto volvía a ponerme cómodo en la silla, sin embargo, captaba perfectamente sus palabras y los sentimientos que en ellas expresaba. Dirigió su mirada nuevamente hacia mi, luego de contemplar meditabundo el panorama a nuestro alrededor. Con prudencia, murmuro unas palabras que me hicieron reír. No pretendía burlarme de él, sino del destino, de la vida y las casualidades que pueden llegar a reunir a dos criaturas como nosotros. Ese vampiro, se había enamorado de Nicolás al igual que yo. Aquel joven que amaba tanto como a mi madre. Aquel que me había inspirado la única ternura que había sentido nunca. Estaba vivo y mi interlocutor, me confirmaba que la presencia tan familiar que había percibido en el teatro, no había sido producto de mi imaginación. Aún así, no podía creerlo.
Nicolás… vivo… -suspire, un profundo suspiro que expreso la angustia que me causaba descubrir que mis sospechas desde que llegue a París, podrían ser ciertas.- ¿Lo ha visto? ¿Esta usted seguro que es la misma persona?- lo interrogue excitado, tal vez de una manera inapropiada-
Quise ser sincero, tal como él lo fue al confesarme el amor que sintió o siente por Nikki. Tal vez, al descubrir lo que mis escasos años como vampiro y mi deseo por él me llevaron hacer, terminaría odiándome. Aquella maravillosa noche podría llegar a su fin. Pero luego de oír sus palabras, decidí continuar y agregue tratando de ocultar el tono apesadumbrado en mi voz, lo que termino por desorientar a Nicolás y sumergirlo por completo en la oscuridad de su alma.
Magnus, un vampiro anciano que jamás había otorgado el don oscuro a alguien, me entrego una gran fuerza y extraordinarias habilidades. Entre los de mi especie, soy considerado un vampiro madrugador. –agregue para que lograra entender lo que quería confesarle a continuación- Con mi transformación y mis acciones… al continuar viviendo entre los mortales fingiendo ser uno de ellos, me gane el odio y el temor de otras criaturas… Para atraerme a su asamblea… Ellos secuestraron a Nicolás cuando descubrieron mis sentimientos por él… -confesé, bajando la mirada avergonzado, mi descuido y amor por él, habían llevado a Nicolás a vivir aquella desafortunada experiencia-
Evoque los detalles de la amenaza que me hicieron aquellos vampiros; El muchacho muerto de la cuadra, usando la levita de terciopelo rojo, aquella maldita ropa que pertenecía a Nicolás. Solo el descubrir su cadáver me hizo temer lo peor. Algo que aun no le había explicado a mi interlocutor o mejor dicho alguien que no le había presentado, debió llamar su atención al contemplar las imágenes en mi mente. Una hermosa mujer de facciones felinas, con una fascinante cabellera dorada que enmarcaba su rostro de mármol, poseedora de unos fríos ojos azules y una tentadora boca color rojo carmesí, se hallaba junto a mí, manteniendo mi razón a flote y alejando mis impulsos que el miedo a ver muerto a Nicolás me habían causado.
Ella es Gabrielle, mi madre, mi hija inmortal. La mujer que le arrebaté de las manos a la muerte, mi primer vástago. –le explique al vampiro mientras descifraba la expresión en su rostro- Era la única mujer a la que había amado siempre. –le confesé, sin apartar mis ojos de los suyos- En aquel entonces fue… mi amorosa compañera. –declare con voz firme y segura-
Guarde silencio, memorizando todos los detalles que componían la noche. Me pareció divertido. La conversación con aquel vampiro, el ambiente, donde estábamos acompañados de una botella de vino y que el mundo a nuestro alrededor desaparecía por completo, enfrascándonos a ambos en otro tiempo, me recordaba las noches junto a Nicolás y el momento que adoptamos como “nuestra conversación”.-
Lestat De Lioncourt- Vampiro Clase Alta
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Re: DRINKING BLOOD [Lestat De Lioncourt]
Trate de centrarme más en la conversación. De enfrascarme en lo esencial, el recordar a Nicolás, había sido una estocada sumamente fuerte, una impresión, porque pensé que esos recuerdos al menos estaban en el pasado, después de los conflictos que habíamos pasado, después de su ‘desaparición’ justo cuando confesé sentimientos por él y demás. Debía mantenerme sereno, en un suave aliento recupere la expresión un tanto gélida y atenta que me caracterizaba.
Pero el tinte de mis palabras tenían consecuencias, mientras limpiaba el desastre y ponía todo en su lugar de orden como estaba, vinieron a mi sus palabras, aquellas mismas que tenían ese toque desesperado, pues era entendible, saber que la persona que amaste o amas sigue por ahí, es cierto que las cosas evolucionan a través del tiempo, igual los sentimientos, pero a veces unos avivan y otros aminoran, no pude evitar, alzar la mirada y verle con esa impresión tintada en mis orbes, con esa incertidumbre.
No era prudente que soltara mis cuestiones así como así, pero como a todo ser, a veces la curiosidad hacía de las suyas, me mordí el labio inferior tratando de resistirme, tomando la calma y dominándola a mi interior, debía articular palabras hacía las preguntas que me había lanzado. Me acomode los cabellos en un acto reflejo y mire directamente a su persona, a ese sublime caballero ante mí que de un momento a otro me mostro una faceta cuya desesperación me agradaba. – Estoy completamente bien, al menos físicamente pero – hice una pausa para lo siguiente – Debo añadir que fue una impresión un poco grande, por la persona que ha mencionada, misma que conforma sus recuerdo y parte de los míos. – Creo que eso era una afirmación a su pregunta pero quería que lo escuchara de mí.
-Estoy seguro que es el mismo, el nombre, el apellido, el ser violinista y esa belleza que posee, el aroma del sol se puede respirar en su piel, sus palabras místicas y fúnebres como un poema de media noche – Hice un pausa, pues sin querer, mis ojos me transportaron a la imagen de Nicolás, aquella primera noche donde observe su piel desnuda al rocío de la luna. Esos recuerdos no eran buenos dejarlo ahí a la deriva. – Estoy seguro, desapareció hace poco de parís, pero… regreso. Estoy seguro que en una noche como esta, podrán encontrarse nuevamente… Si lo ha visto y creído que es una ilusión, le aseguro que no fue así. – Dedique mi afirmación con demasiado acento verídico.
Me acomode sobre mi asiento, después de arreglar, un poco el desorden y escuche el resto de la historia de mi compañero, observando cada recuerdo, que fortuna recordar, yo casi no podía hacer eso, porque era de los que olvidaban ‘fácil’ el rostro de alguien, esa capacidad la tuve desde humano, me arrastre a una especie de limbo en mi infancia olvidándome quien eran mis padres e incluso quien era y como me llamaba, así que por ese lado envidiaba al vampiro presente.
-El amor hace que nos avergoncemos y lo demos todo, no importa si salimos heridos, porque así es el amor, duele y cuesta mucho, somos capaces de todo por la persona que amamos, así que no debemos sentirnos apenados, o en evidencia por aquello, comprendo por lo que debió haber pasado. – Daria todo de mi con tal de salvar a quien amo, pero eso se expresaba en acciones no en palabras, por eso, le admiraba mucho más.
Hay ocasiones en la vida de un hombre en las que, conocerá a una mujer que no olvidará nunca. Parece que al menos a la mayoría nos ha pasado eso… A mi padre, a mí… Incluso el hizo que aquel amor hacia un mortal perdurara, yo no, no he sido capaz de algo tan hermoso como usted. – Finalice el comentario, me la estaba pasando bien, deseaba que esa noche jamás terminaría, pocas veces una plática así se profundiza tanto. Solo faltaba buscar a la persona. correcta
Pero el tinte de mis palabras tenían consecuencias, mientras limpiaba el desastre y ponía todo en su lugar de orden como estaba, vinieron a mi sus palabras, aquellas mismas que tenían ese toque desesperado, pues era entendible, saber que la persona que amaste o amas sigue por ahí, es cierto que las cosas evolucionan a través del tiempo, igual los sentimientos, pero a veces unos avivan y otros aminoran, no pude evitar, alzar la mirada y verle con esa impresión tintada en mis orbes, con esa incertidumbre.
No era prudente que soltara mis cuestiones así como así, pero como a todo ser, a veces la curiosidad hacía de las suyas, me mordí el labio inferior tratando de resistirme, tomando la calma y dominándola a mi interior, debía articular palabras hacía las preguntas que me había lanzado. Me acomode los cabellos en un acto reflejo y mire directamente a su persona, a ese sublime caballero ante mí que de un momento a otro me mostro una faceta cuya desesperación me agradaba. – Estoy completamente bien, al menos físicamente pero – hice una pausa para lo siguiente – Debo añadir que fue una impresión un poco grande, por la persona que ha mencionada, misma que conforma sus recuerdo y parte de los míos. – Creo que eso era una afirmación a su pregunta pero quería que lo escuchara de mí.
-Estoy seguro que es el mismo, el nombre, el apellido, el ser violinista y esa belleza que posee, el aroma del sol se puede respirar en su piel, sus palabras místicas y fúnebres como un poema de media noche – Hice un pausa, pues sin querer, mis ojos me transportaron a la imagen de Nicolás, aquella primera noche donde observe su piel desnuda al rocío de la luna. Esos recuerdos no eran buenos dejarlo ahí a la deriva. – Estoy seguro, desapareció hace poco de parís, pero… regreso. Estoy seguro que en una noche como esta, podrán encontrarse nuevamente… Si lo ha visto y creído que es una ilusión, le aseguro que no fue así. – Dedique mi afirmación con demasiado acento verídico.
Me acomode sobre mi asiento, después de arreglar, un poco el desorden y escuche el resto de la historia de mi compañero, observando cada recuerdo, que fortuna recordar, yo casi no podía hacer eso, porque era de los que olvidaban ‘fácil’ el rostro de alguien, esa capacidad la tuve desde humano, me arrastre a una especie de limbo en mi infancia olvidándome quien eran mis padres e incluso quien era y como me llamaba, así que por ese lado envidiaba al vampiro presente.
-El amor hace que nos avergoncemos y lo demos todo, no importa si salimos heridos, porque así es el amor, duele y cuesta mucho, somos capaces de todo por la persona que amamos, así que no debemos sentirnos apenados, o en evidencia por aquello, comprendo por lo que debió haber pasado. – Daria todo de mi con tal de salvar a quien amo, pero eso se expresaba en acciones no en palabras, por eso, le admiraba mucho más.
Hay ocasiones en la vida de un hombre en las que, conocerá a una mujer que no olvidará nunca. Parece que al menos a la mayoría nos ha pasado eso… A mi padre, a mí… Incluso el hizo que aquel amor hacia un mortal perdurara, yo no, no he sido capaz de algo tan hermoso como usted. – Finalice el comentario, me la estaba pasando bien, deseaba que esa noche jamás terminaría, pocas veces una plática así se profundiza tanto. Solo faltaba buscar a la persona. correcta
Lamento el retraso, estoy un poco enfermo.
Asagi Dunkelheit- Vampiro Clase Alta
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Re: DRINKING BLOOD [Lestat De Lioncourt]
Lo contemple con vehemencia cuando mi mano encontró mi boca presionando sutilmente mis labios con la punta de los dedos en un gesto nervioso, las ideas junto a las imágenes de la mente de Asagi giraban rápidamente en mi cabeza revoloteando de un lado a otro. Sostuve su mirada mientras escuchaba la confirmación a mis sospechas. Nicolás, la criatura que creí muerta durante tantos años, aun existía y se encontraba en París. Pero solo pensar en reencontrarme con él, traían a mi mente sus ultimas palabras dirigidas a mi con un odio sincero; “¿Qué significa este monstruo asesino lleno de luz?” “Te desprecio” “nunca más volveré a dirigir una mirada a tu luz.” Toda aquella escena en el teatro de vampiros, donde nos vimos por última vez antes de marcharme de París en busca de Marius.
Un camarada le cortó las manos a Nicolás y encerró en una celda, él estaba poniendo en riesgo a los de nuestra especie. Cuando fue liberado, preparo una ceremonia para lanzarse a una hoguera, lo di por muerto, todos me aseguraron que él había muerto. No le describiré el dolor que sentí, simplemente aun no encuentro las palabras para hacerlo, sin embargo, lo único que Nicolás siente por mi, es odio, monsieur –declare con sinceridad ofreciéndole una leve sonrisa mientras volvía a posar la mirada en las copas de vino sobre la mesa- Me guarda un gran rencor por haberle ocultado este “Don oscuro”, pero cuando le ofrecí mi sangre, pasada unas horas quedo evidenciado que Nicolás no hablaba ni respondía a voz alguna, ni hacía el menor movimiento por sí mismo. Permanecía inmóvil e inexpresivo allí donde le dejábamos. Ni siquiera la sed le impulsó a actuar. –Con voz suave le explique mientras evocaba las imágenes de aquella noche en mi mente, entregándole cada detalle- Fue Gabrielle quien se encargo de él y cuando ambos se marcharon a cazar, sentí que ya no podía tolerar la presencia de Nicolás. Así que, dudo que el encuentro con mi antiguo amigo, el violinista del diablo, sea algo placentero mi estimado caballero.
Aquel vampiro me agradaba, me tenía fascinado con cada palabra que pronunciaba. Sus gestos delicados y sensuales al mismo tiempo, su alma una poesía, su vida una trágica historia. La sabiduría que expresaba su semblante me ofrecía la confianza que esta noche había depositado en él. Seguramente Nicolás percibió todo aquello en este vampiro. Este deslumbrante ser ante a mi era ahora su luz. ¿Él ayudo al violinista a disipar la horrible oscuridad en su interior? Quizás los recuerdos aun atormentaban la quebrantada razón de Nicolás…
Sus palabras sobre el amor y aquella mujer que llega inesperadamente para dar vida a nuestro corazón despertando la pasión muerta en nuestros cuerpos me conmovieron, pero aquel sentimiento lo oculte, manteniendo al margen emociones tan poco común en mí.
¿Usted piensa que es hermoso? –Pregunte curioso y sorprendido- Poco después de la muerte de Nicolás, Gabrielle, mi madre, me abandono. Ella no era esa mujer, incluso, para serle sincero. No estoy seguro de haber conocido aquel sentimiento que usted describe. –Comente con cierto tono grave en mi voz y luego junto a una suave carcajada agregue- Tal vez, somos un par de criaturas que no saben amar o no pueden ser amados.
Un camarada le cortó las manos a Nicolás y encerró en una celda, él estaba poniendo en riesgo a los de nuestra especie. Cuando fue liberado, preparo una ceremonia para lanzarse a una hoguera, lo di por muerto, todos me aseguraron que él había muerto. No le describiré el dolor que sentí, simplemente aun no encuentro las palabras para hacerlo, sin embargo, lo único que Nicolás siente por mi, es odio, monsieur –declare con sinceridad ofreciéndole una leve sonrisa mientras volvía a posar la mirada en las copas de vino sobre la mesa- Me guarda un gran rencor por haberle ocultado este “Don oscuro”, pero cuando le ofrecí mi sangre, pasada unas horas quedo evidenciado que Nicolás no hablaba ni respondía a voz alguna, ni hacía el menor movimiento por sí mismo. Permanecía inmóvil e inexpresivo allí donde le dejábamos. Ni siquiera la sed le impulsó a actuar. –Con voz suave le explique mientras evocaba las imágenes de aquella noche en mi mente, entregándole cada detalle- Fue Gabrielle quien se encargo de él y cuando ambos se marcharon a cazar, sentí que ya no podía tolerar la presencia de Nicolás. Así que, dudo que el encuentro con mi antiguo amigo, el violinista del diablo, sea algo placentero mi estimado caballero.
Aquel vampiro me agradaba, me tenía fascinado con cada palabra que pronunciaba. Sus gestos delicados y sensuales al mismo tiempo, su alma una poesía, su vida una trágica historia. La sabiduría que expresaba su semblante me ofrecía la confianza que esta noche había depositado en él. Seguramente Nicolás percibió todo aquello en este vampiro. Este deslumbrante ser ante a mi era ahora su luz. ¿Él ayudo al violinista a disipar la horrible oscuridad en su interior? Quizás los recuerdos aun atormentaban la quebrantada razón de Nicolás…
Sus palabras sobre el amor y aquella mujer que llega inesperadamente para dar vida a nuestro corazón despertando la pasión muerta en nuestros cuerpos me conmovieron, pero aquel sentimiento lo oculte, manteniendo al margen emociones tan poco común en mí.
¿Usted piensa que es hermoso? –Pregunte curioso y sorprendido- Poco después de la muerte de Nicolás, Gabrielle, mi madre, me abandono. Ella no era esa mujer, incluso, para serle sincero. No estoy seguro de haber conocido aquel sentimiento que usted describe. –Comente con cierto tono grave en mi voz y luego junto a una suave carcajada agregue- Tal vez, somos un par de criaturas que no saben amar o no pueden ser amados.
- Spoiler:
- No te preocupes, soy paciente y yo tardo mas en responder nuestro tema que tú. Espero te sientas mejor. Cuídate, Asagi.-Por cierto, creo que me quedo algo corta la respuesta, discúlpame por eso.
Lestat De Lioncourt- Vampiro Clase Alta
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Re: DRINKING BLOOD [Lestat De Lioncourt]
Achique la mirada reflejando más interés, la vida de aquel ser era tan impresionante, me hacía sentir en la piel cada sensación de aquellos recuerdos visualizados, como si estuviera yo viviendo el momento, no podía describir tan mágica sensación, me sentía vivo en cada palabra, era un bocadito divino, todo se desvanecía de un momento a otro, observaba el rostro de mi compañero, cada uno de sus hermosos rasgos faciales apenas moverse lo suficiente, todos pasábamos por trágicos momentos, pero recordar a Nicolás para ambos significaba algo que hacía conmovernos, era tan fúnebre ver las escenas y a su vez doloroso, soportar aquello, ver el estado del hermoso ángel de alas negras que me había cautivado con esas melodías que me hacían salir del entierro llevándome a lo más profundo de una luz hiriente.
-No es necesario que me lo describa, ha sido usted capaz de transmitirme una milésima parte de ese dolor y créame me siento destrozado en cada uno de los sentidos – No podría jamás deshacerme de todo eso, de cada imagen, del rostro del caballero Lestat y mucho menos del precioso ángel, como no odiar a alguien, por esa simple maldición que debíamos cargar por años y cuando se ama ocultar algo es lo peor que podemos hacer, y ponerse en el lugar de la otra persona es difícil, porque las promesas eternas que juramos no se romperían, se destruyen y se deshacen por un secreto que creímos era mejor resguardar.
Todo parecía una novela escrita con esa tinta que solo el dolor puede dejar marcada en una cicatriz, que dura una eternidad, el decir que ya no podían encontrarse y entablar esas diferencia era un poco triste, quizá Nicolás pudo haber cambiado respecto la perspectiva, pero… ¿Cómo hacerle entender todo eso?, aunque los años pasan y a veces logran curar las heridas, no siempre cicatrizan, siempre llegan a abrirse, lamentablemente Nicolás pasaba ahora por un limbo de locura entregándose a cualquiera, valiéndole perder la luz que emanaba esa alma, porque jamás sintió el amor, porque no dejo que nadie se entregara a él, estaba cerrándose, estaba dejando que la oscuridad le carcomiera el alma, eso era triste pero a estas alturas a cualquiera con este Don maldito y bendito, nos pasaba, simplemente no quería que se orillara a algo trágico.
-Si yo le dijera que aquel violinista, está por un sendero, por una locura que ya nada puede detenerle, podría volver a reencontrarse con él o perderlo por segunda vez y esta seria para siempre – dirigí las expresiones con seriedad y con algo de ‘tristeza’ en ese hilillo de voz, sinceramente aquel hermoso violinista se dejaba apagar y absorber por algo que ni yo había alcanzado y era la rendición. Me había comentado hace poco que ya no deseaba seguir en este mundo, ¿Lestat el magno vampiro frente a mí lo comprendería?... Eso esperaba.
-Hermoso y trágico, eso me parece – comente al verle, y deleitarme con su sonrisa con su expresión tan sensible y tan cálida que me demostraba, era un magnífico ejemplo de caballerosidad y un vampiro en su máxima expresión completo, los de ahora, eran tan cínicos, tan repugnante dejándose llevar por banalidades pero Lestat, no, era tan diferente y eso me hacía querer descifrar cada enigma de su ser.
-No es necesario que me lo describa, ha sido usted capaz de transmitirme una milésima parte de ese dolor y créame me siento destrozado en cada uno de los sentidos – No podría jamás deshacerme de todo eso, de cada imagen, del rostro del caballero Lestat y mucho menos del precioso ángel, como no odiar a alguien, por esa simple maldición que debíamos cargar por años y cuando se ama ocultar algo es lo peor que podemos hacer, y ponerse en el lugar de la otra persona es difícil, porque las promesas eternas que juramos no se romperían, se destruyen y se deshacen por un secreto que creímos era mejor resguardar.
Todo parecía una novela escrita con esa tinta que solo el dolor puede dejar marcada en una cicatriz, que dura una eternidad, el decir que ya no podían encontrarse y entablar esas diferencia era un poco triste, quizá Nicolás pudo haber cambiado respecto la perspectiva, pero… ¿Cómo hacerle entender todo eso?, aunque los años pasan y a veces logran curar las heridas, no siempre cicatrizan, siempre llegan a abrirse, lamentablemente Nicolás pasaba ahora por un limbo de locura entregándose a cualquiera, valiéndole perder la luz que emanaba esa alma, porque jamás sintió el amor, porque no dejo que nadie se entregara a él, estaba cerrándose, estaba dejando que la oscuridad le carcomiera el alma, eso era triste pero a estas alturas a cualquiera con este Don maldito y bendito, nos pasaba, simplemente no quería que se orillara a algo trágico.
-Si yo le dijera que aquel violinista, está por un sendero, por una locura que ya nada puede detenerle, podría volver a reencontrarse con él o perderlo por segunda vez y esta seria para siempre – dirigí las expresiones con seriedad y con algo de ‘tristeza’ en ese hilillo de voz, sinceramente aquel hermoso violinista se dejaba apagar y absorber por algo que ni yo había alcanzado y era la rendición. Me había comentado hace poco que ya no deseaba seguir en este mundo, ¿Lestat el magno vampiro frente a mí lo comprendería?... Eso esperaba.
-Hermoso y trágico, eso me parece – comente al verle, y deleitarme con su sonrisa con su expresión tan sensible y tan cálida que me demostraba, era un magnífico ejemplo de caballerosidad y un vampiro en su máxima expresión completo, los de ahora, eran tan cínicos, tan repugnante dejándose llevar por banalidades pero Lestat, no, era tan diferente y eso me hacía querer descifrar cada enigma de su ser.
- XD:
- Bueno esto lo iba a comentar desde hace varios post pero apenas pude, yo he leído todos los libros de Anne Rice, bueno no es que sea aficionado, pero después de salir de mis tonteras, sabía que me hablabas de Nicolás del libro, no de Nicolás del foro, es que como es otro personaje de los libros, xD me confundí hasta que le pregunte a ese PJ si tenía que ver algo contigo, pero me ha gustado el post y me da risa por no haberme dado cuenta antes, una disculpa y no te preocupes, que amo tus post... Saludos.
Asagi Dunkelheit- Vampiro Clase Alta
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Re: DRINKING BLOOD [Lestat De Lioncourt]
Mantener una conversación sobre los hechos trágicos de mi vida no era algo que disfrutara del todo. Sin embargo el interés que demostraba sutilmente aquella fantástica criatura frente a mi, me tenia cautivado. Durante el trascurso de la noche y de nuestra conversación, no solo había conocido gran parte de su historia, también descubrí que Nicolás seguía con vida. Y no solo eso, sino que aquel vampiro lo amaba como yo lo ame en algún tiempo. Tratar de describirle el dolor que sentí al creerlo muerto, era demasiado difícil para mi, siempre me culpe por su trágico destino. Siempre me culpe por la muerte de Nicolás. Louis es como su hermano gemelo, su afán autodestructivo, su rebeldía, su desesperanza, su cinismo, su pasión amenazadora. Algunas veces pensé que al escogerlo, busque la forma de castigarme por lo sucedido con Nicolás. Una eterna condena que creí merecer.
Agradecí sus palabras con una sonrisa que expreso la ternura que su presencia me causaba. Fue un alivio saber que podía comprenderme y no tenía necesidad de explicar en palabras lo que sufrí. Al contemplar sus ojos, supe que Asagi lo entendía. Sentí que hacia suyo mi dolor y me pregunte que había sucedido con Nicolás después de creer que él que ya no existía. ¿Cómo había logrado ocultarse de los otros vampiros? ¿Por qué nadie me informo que seguía “vivo”? Ni siquiera Armand… ¿Lo sabía?
Fruncí levemente el ceño, sin apartar mis ojos de su rostro. Nuevas dudas despertaban en mi, nuevos temores que oculte a mi interlocutor. Cuando volví a escuchar su voz, sentí que halo de mí alma trasladándome nuevamente al presente. Me mordí el labio al percatarme que había creado un espacio en blanco, una barrera invisible en mi cabeza recordando a mí querido violinista, fue así como cerré inconscientemente por unos instantes, mis pensamientos a Asagi.
¿Lo perderé? –Pregunté en voz alta, pero esa pregunta no iba dirigida a nadie- El Nicolás que yo conocí, murió hace muchos años. –Dije tajante, pero luego un profundo suspiro escapo de entre mis labios- Dígame… ¿Realmente cree que él, aceptara escucharme? Dudo siquiera que desee verme o saber algo de mí. –Volví a sonreírle, desapareciendo cualquier vestigio de tristeza o severidad en mi semblante- Asagi… -entone su nombre con afecto dejando a un lado la formalidad, pero manteniendo el respeto hacia aquel espléndido vampiro- No importan sus intensiones para con Nicolás. No sirve de nada que yo, Lestat, su antiguo amigo y su creador, vuelva a encontrarse con él… -mi voz sonaba en susurros que solo Asagi podía escuchar- Ese vampiro… ese violinista… sino desea ser salvado, nadie podrá hacer algo por él. La oscuridad en su interior es… -guarde silencio por unos segundos tratando de encontrara alguna palabra que describiera todo lo que vi y sentí aquella noche en que bebí su sangre. Esos momentos jamás se olvidan, por más que uno lo desee, se graban con fuego y sangre en la memoria- …terrible, insoportable…
Agradecí sus palabras con una sonrisa que expreso la ternura que su presencia me causaba. Fue un alivio saber que podía comprenderme y no tenía necesidad de explicar en palabras lo que sufrí. Al contemplar sus ojos, supe que Asagi lo entendía. Sentí que hacia suyo mi dolor y me pregunte que había sucedido con Nicolás después de creer que él que ya no existía. ¿Cómo había logrado ocultarse de los otros vampiros? ¿Por qué nadie me informo que seguía “vivo”? Ni siquiera Armand… ¿Lo sabía?
Fruncí levemente el ceño, sin apartar mis ojos de su rostro. Nuevas dudas despertaban en mi, nuevos temores que oculte a mi interlocutor. Cuando volví a escuchar su voz, sentí que halo de mí alma trasladándome nuevamente al presente. Me mordí el labio al percatarme que había creado un espacio en blanco, una barrera invisible en mi cabeza recordando a mí querido violinista, fue así como cerré inconscientemente por unos instantes, mis pensamientos a Asagi.
¿Lo perderé? –Pregunté en voz alta, pero esa pregunta no iba dirigida a nadie- El Nicolás que yo conocí, murió hace muchos años. –Dije tajante, pero luego un profundo suspiro escapo de entre mis labios- Dígame… ¿Realmente cree que él, aceptara escucharme? Dudo siquiera que desee verme o saber algo de mí. –Volví a sonreírle, desapareciendo cualquier vestigio de tristeza o severidad en mi semblante- Asagi… -entone su nombre con afecto dejando a un lado la formalidad, pero manteniendo el respeto hacia aquel espléndido vampiro- No importan sus intensiones para con Nicolás. No sirve de nada que yo, Lestat, su antiguo amigo y su creador, vuelva a encontrarse con él… -mi voz sonaba en susurros que solo Asagi podía escuchar- Ese vampiro… ese violinista… sino desea ser salvado, nadie podrá hacer algo por él. La oscuridad en su interior es… -guarde silencio por unos segundos tratando de encontrara alguna palabra que describiera todo lo que vi y sentí aquella noche en que bebí su sangre. Esos momentos jamás se olvidan, por más que uno lo desee, se graban con fuego y sangre en la memoria- …terrible, insoportable…
- Spoiler:
- Descuida Asagi, espero que esta respuesta no haya quedado tan extraña como la anterior. Umm Nicolas del foro, me asegure de leer su ficha antes y así despejar la misma duda que tenias tú... Por cierto, gracias yo admiro la forma que posees al expresarte, al escribir. Una poesía. Felicidades ya me entere de las nuevas noticias, destacado en septiembre y moderador. Suerte Asagí, nos vemos en el siguiente post Jajaja
Lestat De Lioncourt- Vampiro Clase Alta
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Re: DRINKING BLOOD [Lestat De Lioncourt]
Maestro y Alumno…
Una relación tan desconocida para mí, le observe con dudas, incertidumbre corriendo en mis venas, la esfera donde flotaban nuestras palabras cambio a un turbio color ámbar, tan cristalino, ya tenía una profunda admiración a Lestat y peor aún a Nicolás, eran dos seres unidos por un hilillo, cuya telepatía no existía pero si uno más fuerte la sangre.
Mis cuerdas vocales apenas se agudizaron para sintonizar el timbre sereno de mi voz, no con tristeza, ni alegrías, pero si con una calma y paz que solo el mismo Lestat me podía brindar, parpadee antes de formular cual estúpida pregunta lanzada como un crío incapaz de aprender algo, me incline sobre el propio asiento, admire una vez escaneando la figurilla de mármol que poseía mi acompañante, ese hermoso cabello ondulado, su profunda mirada, sus perfectas uñas, ojala pudiese lucir tal cual ángel imponente ante mí.
-Jamás… - le observe con esa elegancia que él me transmitía, con respeto, ojala hubiese al menos en mi camino otro caballero parecido, pero retomando mis palabras en ese instante – Nunca, entenderé ni sabré lo fuerte de un hilillo de sangre entre maestro y alumno… - Baje un poco la mirada, para después desviarla, si, aun no le contaba algo a Lestat, solo él me emanaba confianza para revelar lo siguiente. – No puedo decir que entiendo todo ese rencor, odio o distanciamiento entre Nicolás y usted, perdone mi imprudencia. – hablaría y sonaría como un humano en ese entonces.
-Sería trágico, doloroso, y demás poder convertir a alguien al llamado de este don, inclusive algo realmente sensacional, pero distanciarse por esos motivos, no me pondré a juzgar, le haré caso, si Nicolás es una ilusión de ambos y está dispuesto a perderse en un sueño oscuro para siempre… Está bien, solo seguiré amando una sola cosa… Esa melodía de la muerte. – me incorpore y dirigí la más grata de las sonrisas y el más noble gesto que él, solo él me conocería. – Lestat… - use un hilillo de voz como un llamado, como antes él lo había hecho conmigo.
Saque mi chaqueta, dejándola sobre mis piernas, con esas uñas rasgue la manga izquierda de mi hombro, revelando unas figurillas, un ramo de rosas impregnadas en mi piel en un color azabache y negro azulado, era misterioso. – ¿Ve estas marcas, esas hermosas rosas? Esta es una razón por la que jamás, nunca conoceré el sentimiento de poder crear a alguien, de poder seguir con mi linaje e inclusive de sentir mi sangre recorriendo las venas ajenas o formar un hilillo telepático… Maestro alumno. – Otro secreto más revelado detrás del nombre Asagi, detrás del apellido de tinieblas, no sabía, ni podía mucho menos me atrevería a indagar en los pensamientos de Lestat acerca de mí, mi admiración y benevolencia crecía aún más con sus embelesadas palabras y su hermoso rostro, como fino francés.
-Este veneno jamás permitirá que yo transmita el don oscuro, y… tampoco permitirá que alguien pruebe siquiera mi sangre. – la historia detrás de tal ‘tatuaje’ en mi brazo, las razones, eran otra historia, pero aquel vampiro que me tenía hundido en su eternidad me había hecho revelar un poco sin chistar, afortunado era al sentir como Nicolás llevaba parte de él.
Una relación tan desconocida para mí, le observe con dudas, incertidumbre corriendo en mis venas, la esfera donde flotaban nuestras palabras cambio a un turbio color ámbar, tan cristalino, ya tenía una profunda admiración a Lestat y peor aún a Nicolás, eran dos seres unidos por un hilillo, cuya telepatía no existía pero si uno más fuerte la sangre.
Mis cuerdas vocales apenas se agudizaron para sintonizar el timbre sereno de mi voz, no con tristeza, ni alegrías, pero si con una calma y paz que solo el mismo Lestat me podía brindar, parpadee antes de formular cual estúpida pregunta lanzada como un crío incapaz de aprender algo, me incline sobre el propio asiento, admire una vez escaneando la figurilla de mármol que poseía mi acompañante, ese hermoso cabello ondulado, su profunda mirada, sus perfectas uñas, ojala pudiese lucir tal cual ángel imponente ante mí.
-Jamás… - le observe con esa elegancia que él me transmitía, con respeto, ojala hubiese al menos en mi camino otro caballero parecido, pero retomando mis palabras en ese instante – Nunca, entenderé ni sabré lo fuerte de un hilillo de sangre entre maestro y alumno… - Baje un poco la mirada, para después desviarla, si, aun no le contaba algo a Lestat, solo él me emanaba confianza para revelar lo siguiente. – No puedo decir que entiendo todo ese rencor, odio o distanciamiento entre Nicolás y usted, perdone mi imprudencia. – hablaría y sonaría como un humano en ese entonces.
-Sería trágico, doloroso, y demás poder convertir a alguien al llamado de este don, inclusive algo realmente sensacional, pero distanciarse por esos motivos, no me pondré a juzgar, le haré caso, si Nicolás es una ilusión de ambos y está dispuesto a perderse en un sueño oscuro para siempre… Está bien, solo seguiré amando una sola cosa… Esa melodía de la muerte. – me incorpore y dirigí la más grata de las sonrisas y el más noble gesto que él, solo él me conocería. – Lestat… - use un hilillo de voz como un llamado, como antes él lo había hecho conmigo.
Saque mi chaqueta, dejándola sobre mis piernas, con esas uñas rasgue la manga izquierda de mi hombro, revelando unas figurillas, un ramo de rosas impregnadas en mi piel en un color azabache y negro azulado, era misterioso. – ¿Ve estas marcas, esas hermosas rosas? Esta es una razón por la que jamás, nunca conoceré el sentimiento de poder crear a alguien, de poder seguir con mi linaje e inclusive de sentir mi sangre recorriendo las venas ajenas o formar un hilillo telepático… Maestro alumno. – Otro secreto más revelado detrás del nombre Asagi, detrás del apellido de tinieblas, no sabía, ni podía mucho menos me atrevería a indagar en los pensamientos de Lestat acerca de mí, mi admiración y benevolencia crecía aún más con sus embelesadas palabras y su hermoso rostro, como fino francés.
-Este veneno jamás permitirá que yo transmita el don oscuro, y… tampoco permitirá que alguien pruebe siquiera mi sangre. – la historia detrás de tal ‘tatuaje’ en mi brazo, las razones, eran otra historia, pero aquel vampiro que me tenía hundido en su eternidad me había hecho revelar un poco sin chistar, afortunado era al sentir como Nicolás llevaba parte de él.
Asagi Dunkelheit- Vampiro Clase Alta
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Re: DRINKING BLOOD [Lestat De Lioncourt]
No me atreví a interrumpirlo, el tono de su voz, su mirada… me expresaban lo que en ese momento el frágil corazón de un vampiro podía ocultar. Quise explicarle que para Nicolás, jamás fui un maestro, quería que conociera las heridas que pueden llegar a grabarse con la creación de un ser en vástago. Pero mantuve lejos mis opiniones por esta vez. Después de compartir un largo tiempo, el silencio que nace entre maestro y alumno, desaparece la unión que alguna vez existió entre ambos, la incomprensión y las dudas se incrementan, y terminan por separar a aquellos que alguna vez se amaron.
¿Mí estimado caballero?… – susurre al oír mi nombre mientras mi mente dejaba el pasado atrás y mis ojos se encontraban con los de mi interlocutor. Una serie de actos del vampiro, despertaron nuevamente mi interés-
Una marca peculiar sobre su tersa piel capto mi atención al instante en que el vampiro, para mi asombro, rasgo su prenda dejando sutilmente al descubierto parte de su hombro. Lo que a continuación confeso, me resulto un misterio. No podía comprender del todo sus palabras, creí que cualquier vampiro era capaz de transmitir el don oscuro a un humano. La confusión y asombro se marcaron en mi rostro, sin poder ocultar las interrogantes al ser frente a mí.
¿Veneno? –Pregunte mientras mi mirada viajo desde el tatuaje en su hombro hacia sus ojos y luego con disimulo a sus labios carmesí- Monsieur… -junte mis manos apoyando ambas sobre la mesa entrelazando mis dedos con elegancia. Clave mis ojos en los suyos intrigado ante el nuevo secreto que se me había revelado- ¿Qué significa aquella marca en su cuerpo? – Volví a preguntar, mi voz era un murmullo que expresaba mi respeto e interés por aquella criatura.
Jamás había conocido a un vampiro incapaz de compartir su sangre con algún otro inmortal o que jamás pudiese crear un vástago. No daba crédito a sus palabras y no podía entender el increíble descubrimiento que me había otorgado Asagi esta noche. ¿Qué me sucedería si bebiera vuestra sangre? La pregunta se formó en mi mente siendo dirigida al vampiro cuya mirada escondía una nueva historia de su vida. No fui capaz de hacerla en voz alta.
Lestat De Lioncourt- Vampiro Clase Alta
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Re: DRINKING BLOOD [Lestat De Lioncourt]
Mi estimado Lestat…
Aquella conversación se estaba haciendo más larga y profunda cada vez más, al mirar sus ojos, al fundirme en ellos y descubrir cada sentimiento que se había despertado del sopor eterno donde le habían encerrado, me encontraba con la admiración, sabía que era un vampiro de clase, de esos que pocos hay, que sus palabras como gestos jamás serian olvidados por mi mente, yo aun era joven y me honraría aprender algo de él, mi elegancia era corriente a diferencia de la suya, quise contestarle de inmediato aventurarme a contarle todo aquello, pero no podía dejar de absortarme en la belleza de ese fino rostro, de los sentimientos que sentí al ver a Nicolás cuando en sus labios ponía esas palabras peligrosas…. Era este el magnifico ser del cual no solo él sino varios vampiros hablaban, me honraba contar con su presencia y confiarle todo de mi, no era como un dios, pero si un ser divino hecho directamente de los más grandes vampiros.
-Son tres rosas la más alta significa orgullo, la derecha firmeza y la izquierda flexibilidad, es veneno puro, ha cambiado a mi ser por completo, es una maldición que antiguos alquimistas –Murmure con la delicadeza necesaria – Tatuaron en mi como en los miembros de aquel clan, yo por ser el líder, una época oscura como en la de casi todo vampiro cuando el sadismo y la sed de sangre se apodero de mi. Pero en ese entonces estábamos en guerra con licántropos, la sed hizo que matara a mi propia gente, fue alta traición y heme aquí…. La marca donde encerraron a esa bestia reside en esos símbolos de orgullo –Finalice con ello no bajando la mirada, clavándome en esos orbes esperando a que aquello fuera entendible, pero grande fue mi sorpresa.
Lestat era impredecible como lo imagine, aquella pregunta, hizo que apenas las facciones de mi rostro se movieran un poco y quise sonreír pero dentro de mi mente seguro esa sonrisa él pudo escucharla – No sé muy bien que pasará en otros vampiros ha causado la muerte, en usted que parece más poderoso seguro que el sabor cambiaria rotundamente –dirigí mis pensamientos con esa sinceridad, consideraba a Lestat un potente vampiro de grandes dotes un ser al cual daba las gracias por concederme esa platica.
Asagi Dunkelheit- Vampiro Clase Alta
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Re: DRINKING BLOOD [Lestat De Lioncourt]
Aquella mirada insistente que ocultaba más de un secreto me contemplaba con tal encanto, que sentí la sangre subiendo a mi rostro. Una sutil sonrisa de medio lado se dibujo en mis labios, apenado por mi traicionero comportamiento al verme deslumbrado ante la belleza de aquel vampiro. Nuevamente escuche su sedosa voz y me concentro en sus palabras, en la continuación de su historia.
Me sentía desconcertado ante tanta información que me estaba siendo concedida, ¿Una marca capaz de controlar a un vampiro? desconocía por completo que existiera tal cosa. Al sostener la mirada de Asagi, al contemplar a la criatura que se encontraba frente a mí, me pregunte… ¿Cuántas maravillas aun me faltan por descubrir? Porque él realmente me parecía un ser maravilloso, con tantas memorias que relatar… y yo, afortunadamente estaba ahí, dispuesto a escuchar cada una de ellas.
Que gracia y alivio me causo ver su respuesta en cuanto a mi inesperada y silenciosa pregunta.
¿La muerte? – pregunte levantando solo un poco el volumen de mi voz. Medite por unos instantes, no por miedo a que su sangre acabara con mi inmortal existencia… Sino la manera en que descubrió que su sangre, era capaz de asesinar a otro vampiro-
La interrogante se mantuvo en mi mente, mientras Asagi me revelaba lo que pensaba sobre mí.
Mi estimado señor, su historia no deja de parecerme interesante a medida que avanza. En su mirar puedo ver un sin fin de secretos y recuerdos, algunos me los ha expresado esta noche. Anhelo que continúe revelándome cada misterio que envuelve a alguien como usted. – Confesé expresando con sinceridad lo que sentía en ese momento- Debo confesarle, que jamás en mi existencia había oído hablar de un vampiro u otra criatura que posea una marca como la que usted tiene en su hombro. No le ocultare la sorpresa e interés que ha despertado en mi, cada palabra que han modulado sus labios.
Me sentía desconcertado ante tanta información que me estaba siendo concedida, ¿Una marca capaz de controlar a un vampiro? desconocía por completo que existiera tal cosa. Al sostener la mirada de Asagi, al contemplar a la criatura que se encontraba frente a mí, me pregunte… ¿Cuántas maravillas aun me faltan por descubrir? Porque él realmente me parecía un ser maravilloso, con tantas memorias que relatar… y yo, afortunadamente estaba ahí, dispuesto a escuchar cada una de ellas.
Que gracia y alivio me causo ver su respuesta en cuanto a mi inesperada y silenciosa pregunta.
¿La muerte? – pregunte levantando solo un poco el volumen de mi voz. Medite por unos instantes, no por miedo a que su sangre acabara con mi inmortal existencia… Sino la manera en que descubrió que su sangre, era capaz de asesinar a otro vampiro-
La interrogante se mantuvo en mi mente, mientras Asagi me revelaba lo que pensaba sobre mí.
Mi estimado señor, su historia no deja de parecerme interesante a medida que avanza. En su mirar puedo ver un sin fin de secretos y recuerdos, algunos me los ha expresado esta noche. Anhelo que continúe revelándome cada misterio que envuelve a alguien como usted. – Confesé expresando con sinceridad lo que sentía en ese momento- Debo confesarle, que jamás en mi existencia había oído hablar de un vampiro u otra criatura que posea una marca como la que usted tiene en su hombro. No le ocultare la sorpresa e interés que ha despertado en mi, cada palabra que han modulado sus labios.
Lestat De Lioncourt- Vampiro Clase Alta
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Re: DRINKING BLOOD [Lestat De Lioncourt]
Aquellos misterios de mi sangre, que mi propio padre pusiera una maldición a su muerte, que cada uno de mis caballeros de aquella historia se fuera muriendo por mi ambición, cada vampiro pasaba por eso, jóvenes y ambiciosos, era un lado humano que muchos no podían borrar aun, pero en ese entonces las cosas cambiaron, cada una de esas pequeñas cosas. Me volví más controvertido, quizás misterioso para algunos desde el color de mis ojos, hasta las letras de mi nombre, cada vez se hacía un deseo pesimista para quien deseaba descubrir lo que mis letras escondían al ser escritas, muchos decían tristeza, otros culpa y agonía, pero era parte de mi ‘destino’.
Aquella mirada se dirigió a mi compañero en esta noche larga, era sorprendente que alguien tuviera tal fascinación sin el afán de criticar cada una de esas experiencias entorno a aquellos sucesos que se fueron desatando –Sus palabras me han mostrado una sinceridad infinita, eso me hace sentirme en confianza, en los milenios que llevo vivo, solo a usted he contado dichas palabras –Musite con ese tono de confianza que se llenaba en la voz no tan ruda que poseía. –Me arrojaron a un humano cuando desperté del sopor que llevó unos años, me obligaron a convertirlo, pero al beber de mi sangre él solo murió. Incluso ahora, me alegra no haber arrastrado a más humanos a este don, porque eso es lo que es, los humanos muchas veces solo buscan más poder, muchos vampiros no lo soportan, otros si pero terminan pronto con su existencia a manos ajenas –Musite, viendo mi copa casi vacía, había algo más que deseaba expresar, algo que se me hizo importante.
No despegue la mirada de Lestat después de aquellas palabras, solo me quede viéndole fijamente por un momento –La razón de que este en Paris, es porque uno de mis caballeros de aquel linaje, el que representa el fuego, ha sido capturado por vampiros y brujos, que tratan de experimentar con él… Sin embargo, no he podido rescatarle, eso significaría una guerra, más sangre corriendo en mis manos y entregarme posiblemente a la muerte definitiva pues ahora no tengo nada que indique que alguna vez fui líder de aquel Clan, aun hay un peligro…-Me incline más a la mesa, como si quisiera que esto fuera un secreto más allá de lo que yo podía guardar…-El sello de estas rosas puede terminarme, han contendido mi verdadero yo por milenios y se esta rompiendo el efecto, si no me entrego para salvar a los míos, esto me llevará a ello… Me volvería en una bestia sanguinaria, cuya sed jamás terminaría, cuyo poder sería solo para saciarla…-No quite esa postura y simplemente me quede en silencio. –Sería renunciar a todo, volver a tomar el trono de aquel clan, levantarme en guerra y buscar la sangre oculta de mi padre para poder calmar esta maldición. –la historia no era trágica, era atormentadora, justo ahora, cuando todo aquel dolor mental había sanado algo más me atacaba, era como perder el control y desatar una caja de pandora, miré a mi compañero una vez más, esta noche se había revelado demasiados secretos, inclusive me sorprendí a mí que dicho vampiro tan bello, tan misterioso, un enigma de la oscuridad estuviera tan entretenido con algo así. –Ahora no puedo arrastrar nada a mi perdición, ¿No cree que es mejor solo que acompañado?, a veces nos traen pesares que no estamos dispuestos a soportar –Baje un poco la mirada y volví a recargarme en aquella silla admirando sus facciones cinceladas.
Aquella mirada se dirigió a mi compañero en esta noche larga, era sorprendente que alguien tuviera tal fascinación sin el afán de criticar cada una de esas experiencias entorno a aquellos sucesos que se fueron desatando –Sus palabras me han mostrado una sinceridad infinita, eso me hace sentirme en confianza, en los milenios que llevo vivo, solo a usted he contado dichas palabras –Musite con ese tono de confianza que se llenaba en la voz no tan ruda que poseía. –Me arrojaron a un humano cuando desperté del sopor que llevó unos años, me obligaron a convertirlo, pero al beber de mi sangre él solo murió. Incluso ahora, me alegra no haber arrastrado a más humanos a este don, porque eso es lo que es, los humanos muchas veces solo buscan más poder, muchos vampiros no lo soportan, otros si pero terminan pronto con su existencia a manos ajenas –Musite, viendo mi copa casi vacía, había algo más que deseaba expresar, algo que se me hizo importante.
No despegue la mirada de Lestat después de aquellas palabras, solo me quede viéndole fijamente por un momento –La razón de que este en Paris, es porque uno de mis caballeros de aquel linaje, el que representa el fuego, ha sido capturado por vampiros y brujos, que tratan de experimentar con él… Sin embargo, no he podido rescatarle, eso significaría una guerra, más sangre corriendo en mis manos y entregarme posiblemente a la muerte definitiva pues ahora no tengo nada que indique que alguna vez fui líder de aquel Clan, aun hay un peligro…-Me incline más a la mesa, como si quisiera que esto fuera un secreto más allá de lo que yo podía guardar…-El sello de estas rosas puede terminarme, han contendido mi verdadero yo por milenios y se esta rompiendo el efecto, si no me entrego para salvar a los míos, esto me llevará a ello… Me volvería en una bestia sanguinaria, cuya sed jamás terminaría, cuyo poder sería solo para saciarla…-No quite esa postura y simplemente me quede en silencio. –Sería renunciar a todo, volver a tomar el trono de aquel clan, levantarme en guerra y buscar la sangre oculta de mi padre para poder calmar esta maldición. –la historia no era trágica, era atormentadora, justo ahora, cuando todo aquel dolor mental había sanado algo más me atacaba, era como perder el control y desatar una caja de pandora, miré a mi compañero una vez más, esta noche se había revelado demasiados secretos, inclusive me sorprendí a mí que dicho vampiro tan bello, tan misterioso, un enigma de la oscuridad estuviera tan entretenido con algo así. –Ahora no puedo arrastrar nada a mi perdición, ¿No cree que es mejor solo que acompañado?, a veces nos traen pesares que no estamos dispuestos a soportar –Baje un poco la mirada y volví a recargarme en aquella silla admirando sus facciones cinceladas.
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Re: DRINKING BLOOD [Lestat De Lioncourt]
La noche pronto llegaría a su final, no repare en que la algarabía a nuestro alrededor desapareció lentamente, nos sumió aun mas en un relato que cada vez revelaba, un nuevo secreto que jamás creí conocer. Ahora sabía con toda certeza que Asagi no conseguiría realizar el truco oscuro sobre ningún mortal. No lo haría nunca. En el pasado, si existía alguien en el mundo que hubiera rivalizado conmigo para conseguir el corazón de Nicolás, sin lugar a dudas era este vampiro.
Hace 200 años, en una habitación en la isla de St. Louis, vi cómo la decrepitud y la tuberculosis desaparecían del cuerpo demacrado de mi madre mientras la sangre oscura obraba en ella su magia. En aquella época yo era un simple postulante, movido a llevar a cabo la transformación por el amor y el terror que sentía. Fue la primera vez que lo hice… –Declaré mientras el vampiro me observaba, deseando confesarme algo más.- Ni siquiera sabia con exactitud lo que estaba haciendo o como se llamaba. Pero ella sobrevivió, sin embargo para usted la historia es completamente diferente.
Nuevamente atendí a la voz de él. Vi el largo camino que había recorrido inexorablemente durante tantos años. ¿Acaso me hallaba bajo el influjo de un hechizo mientras le miraba a los ojos? El rasgo que me había convertido en su admirador eran sus ojos colmados de misterio. Pero había llegado el momento de salir del éxtasis. Por más que me disgustara. La realidad se imponía. El asunto me produjo un breve escalofrío de terror que traspasó mi valerosa alma. En ese momento me aparte solo un poco para contemplarlo, observe en su rostro la sorpresa, y me pregunte el porqué, cuando yo debería ser el sorprendido.
Siempre estamos sometidos o somos torturados por nuestro pasado. Las heridas no sanan totalmente y el dolor no se olvida con el tiempo. – Susurre y permanecí observando al vampiro- ¿Desea calmar esa maldición y rescatar a ese caballero? –Pregunte- ¿ Entonces no tema, porque podemos con ellos. En este momento, le conviene no estar solo. – Solté sin pensar, al responder a su pregunta-
Hace 200 años, en una habitación en la isla de St. Louis, vi cómo la decrepitud y la tuberculosis desaparecían del cuerpo demacrado de mi madre mientras la sangre oscura obraba en ella su magia. En aquella época yo era un simple postulante, movido a llevar a cabo la transformación por el amor y el terror que sentía. Fue la primera vez que lo hice… –Declaré mientras el vampiro me observaba, deseando confesarme algo más.- Ni siquiera sabia con exactitud lo que estaba haciendo o como se llamaba. Pero ella sobrevivió, sin embargo para usted la historia es completamente diferente.
Nuevamente atendí a la voz de él. Vi el largo camino que había recorrido inexorablemente durante tantos años. ¿Acaso me hallaba bajo el influjo de un hechizo mientras le miraba a los ojos? El rasgo que me había convertido en su admirador eran sus ojos colmados de misterio. Pero había llegado el momento de salir del éxtasis. Por más que me disgustara. La realidad se imponía. El asunto me produjo un breve escalofrío de terror que traspasó mi valerosa alma. En ese momento me aparte solo un poco para contemplarlo, observe en su rostro la sorpresa, y me pregunte el porqué, cuando yo debería ser el sorprendido.
Siempre estamos sometidos o somos torturados por nuestro pasado. Las heridas no sanan totalmente y el dolor no se olvida con el tiempo. – Susurre y permanecí observando al vampiro- ¿Desea calmar esa maldición y rescatar a ese caballero? –Pregunte- ¿ Entonces no tema, porque podemos con ellos. En este momento, le conviene no estar solo. – Solté sin pensar, al responder a su pregunta-
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