El peligro acecha en cada esquina (Michael)

por **Jane Mérimée** Dom Mar 20, 2011 5:21 pm

Me puse un vestido muy cómodo y unos zapatos de la misma calificación y salí a dar un paseo aprovechando que hacía un buen día en el lugar. Había estado leyendo un rato en una roca cerca del alpendre de casa pero luego había conseguido que alguien me llevara a París. Había gente muy amable en el mundo, pero por cada persona bondadosa que existía podía haber cuatro que no lo eran tanto y eso dejaba mucho que desear en un mundo vivo y acabado de comenzar. En un mundo que podía prosperar de muchas maneras, mecánicamente, en la sociedad, seguía un poco estancado por culpa de las personas y su corrupción, falsos testimonios, robos, asesinatos, violaciones, maltratos y, sobre todo, el no respetar el derecho a la integridad de los semejantes.

Una vez en París comencé a caminar mirando a todos lados hasta que sentí algo extraño, otra vez mis paranoias tal vez, pero cuando miré hacia atrás me di cuenta de que no era así sino de que de verdad alguien me seguía. Alguien vestido de forma oscura y no podía distinguir su rostro porque aún estaba muy lejos.

"Tranquila, debe ir solamente en la misma dirección que tú."-me dije a mí misma mentalmente, pero cuando giré una calle y me metí en un largo callejón vacío y luego por otro en el mismo estado y él seguía detrás cada vez más cerca entonces me preocupé completamente. Eché a correr levantándome un poco la falda del vestido para no pisármela y miré hacia atrás, él también corría. El corazón se me estaba saliendo por la boca y mis pulmones amenazaban con cerrar sus vías. Estaba muy asustada y solté un chillido cuando me caí porque no podía seguir corriendo, asfixiada. Comencé a hiperventilar y me llevé las manos a la garganta, entonces unos brazos me sujetaron por debajo del pecho y una cabeza asomó sobre mi hombro izquierdo, sentí su aliento en mi cuello.

- No os iréis a morir ahora ¿Verdad? Necesito que aguantéis un poco, os he escogido a vos, debéis sentiros complacida.-me dijo al oído, lo escuché perfectamente y me asusté más, eso hizo que mi respiración se hiciera todavía más complicada.

- Por fav... Por favor... No me hagais... Nada...

por **Michael Scofield** Lun Mar 21, 2011 12:29 pm

La tarde comenzaba a caer y algunos lugares se volvían mas oscuros que de costumbres por lo que no era recomendado caminar solo por ahí, eran en esos lugares que Michael solía caminar lugares alejados donde como el decía “nadie podía pararlo”.

Así fue como el comenzó a caminar de manera bastante relajada sintiendo el aire en el poco espacio que la capucha le dejaba y solo le permitía mostrar su sonrisa. Ese relajo fue interrumpido de manera abrupta por el grito de una mujer.

Al comienzo Michael no quiso acercarse no era algo que tenia que ver con el y no era algo que le interesara mucho pero sin entender el porque decidió ver que pasaba se acerco de manera silenciosa al lugar donde el sentía algo diferente cuando llego a ese lugar vio a un hombre que parecía estar atacando a una mujer.

¿Cual es la necesidad de hacer algo así? Se pregunto para si mismo al no poder entender porque un hombre atacaría a una mujer, de lo poco que se acordaba de su familia el había aprendido que debía siempre proteger a una mujer. Fue así como Michael ocupando su dominación comenzó a controlar aquel hombre lo obligo a separarse de ella y alejarse lo suficiente para que la joven mujer no pudiera ver lo que pasaba dejándolo sola en aquellas oscuras calles.

Cuando Michael quedo solo con aquel hombre y gracias a su apatía le provoco tal dolor aquel despreciable hombre que seguramente nunca se acercaría de nuevo a una mujer y tal vez peor aun no podría volver a caminar.

Después de encargarse de aquel hombre Michael se acerco un poco a la mujer a una distancia que podía verla completa pero ella solo podía ver su silueta, la silueta del hombre que la había salvado

por **Jane Mérimée** Lun Mar 21, 2011 6:12 pm

- Pero si será divertido...-rió, podía percibir un fuerte olor a ron que claramente provenía de él, su aliento apestaba a alcohol, era asqueroso, eso y el paso del tiempo sin poder usar mis esencias me estaban complicando más la respiración, sentía que pronto moriría si seguía así, aunque al menos no sufriría la vergüenza de sentir lo que quería hacerme aquel degenerado. Estaba asustada, y mucho, porque no podía respirar, mis pulmones habían cumplido con sus amenazas y habían cerrado los conductos que dejaban pasar el aire desde el exterior hasta ellos. El oxígeno entraba por la nariz pero no llegaba a los pulmones y yo comenzaba a marearme. Apenas veía cuando sentí que nadie me sujetaba ya y caí al suelo sobre un costado.

Tosí, y luego tosí de nuevo. Me moría, estaba muriendo, parecía que aquello no se acababa y que ya había aguantado más de la cuenta. Me pareció escuchar un leve sonido pero no estaba segura de si había sido algo causado por el pánico de no poder respirar o por los delirios, o si realmente había escuchado algo. Débilmente tenté en mi vestido buscando mi botellita de esencia y cuando la encontré me la llevé rápidamente a la nariz para inhalar su aroma desesperadamente. Poco a poco conseguí recuperar la respiración normal pero me quedé tumbada en el suelo con los ojos cerrados, incapaz de moverme por el momento. Me erguí un poco después de un rato y miré a mi alrededor, no estaba el hombre de antes pero sí alguien encapuchado que me asustó en un principio.

- ¿Quién... Quién es usted?-pregunté un poco temerosa.

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