AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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¿Quien hay ahi? [Privado]
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¿Quien hay ahi? [Privado]
¿Hay alguien ahi?
-Pregunto de pronto, Lionel tenia un sueño que se podia diferencias en sus fases, a veces dormia tan profundamente que solo la luz del sol que incidia en sus orbes podia ser capaz de despertarle, otras como era el caso de esta noche tenia bastantes problemas para conciliar el sueño, le parecio escuchar un ruido por eso salio de la cabaña con rapidez, el hecho de su prisa era que tenia mas dinero de lo normal guardado en el baul donde guardaba casi todo, por ello temia que los ladrones lo supieran y hubieran decidido robarle.
¿Porque tanto amor por el dinero? Era sencillo pues el desde una edad muy pequeña no habia tenido dinero y ahora que la suerte le sonreia era muy celoso con las monedas que poseia, lo minimo que podia hacer era defenderlo aunque fuera algo muy tonto lo que estaba haciendo, muchos le habian dicho que metiese sus ingresos en un banco, pero ellos no contaban con que era un maldito gitano, la etnia de la que todos dudaban incluso entre gitanos se dudaba cuando de dinero se trataba.
Tomó una lámpara de aceite que poseia encendiendola, habia colocado la minima potencia para que los guardianes del campamento o los mas despiertos no terminasen de ir hacia la cabaña, el vivia alejado de los demas pues cuando llego a Paris la gente debido a su aspecto no le trataba muy bien creyendo que era un parisino mas que habia ido a espiar y a quitarles el dinero...suspiró ¿habria sido un sueño? Se rascó la mejilla conservando la calma, a pesar de que una parte de su cerebro le estaba diciendo que se preparase, en esos momentos se sorprendio al querer hechar un vistazo el mismo a las cartas para que le dijeran si debia de preocuparse o no-
-Pregunto de pronto, Lionel tenia un sueño que se podia diferencias en sus fases, a veces dormia tan profundamente que solo la luz del sol que incidia en sus orbes podia ser capaz de despertarle, otras como era el caso de esta noche tenia bastantes problemas para conciliar el sueño, le parecio escuchar un ruido por eso salio de la cabaña con rapidez, el hecho de su prisa era que tenia mas dinero de lo normal guardado en el baul donde guardaba casi todo, por ello temia que los ladrones lo supieran y hubieran decidido robarle.
¿Porque tanto amor por el dinero? Era sencillo pues el desde una edad muy pequeña no habia tenido dinero y ahora que la suerte le sonreia era muy celoso con las monedas que poseia, lo minimo que podia hacer era defenderlo aunque fuera algo muy tonto lo que estaba haciendo, muchos le habian dicho que metiese sus ingresos en un banco, pero ellos no contaban con que era un maldito gitano, la etnia de la que todos dudaban incluso entre gitanos se dudaba cuando de dinero se trataba.
Tomó una lámpara de aceite que poseia encendiendola, habia colocado la minima potencia para que los guardianes del campamento o los mas despiertos no terminasen de ir hacia la cabaña, el vivia alejado de los demas pues cuando llego a Paris la gente debido a su aspecto no le trataba muy bien creyendo que era un parisino mas que habia ido a espiar y a quitarles el dinero...suspiró ¿habria sido un sueño? Se rascó la mejilla conservando la calma, a pesar de que una parte de su cerebro le estaba diciendo que se preparase, en esos momentos se sorprendio al querer hechar un vistazo el mismo a las cartas para que le dijeran si debia de preocuparse o no-
Lionel D'Maine- Gitano
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Fecha de inscripción : 14/09/2010
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Re: ¿Quien hay ahi? [Privado]
Sigiloso, como solo un felino podría serlo, caminaba François por el campamento gitano. Su cuerpo se sentía ligero como una pluma, y esquivaba con facilidad obstáculos dispersos por todo el campo, así como leños calientes de fogatas recién apagadas. Su forma era humana, porque se le hacía más cómodo robar así, pero no por eso era menos ágil. Se deslizaba por la tierra un tanto agachado para evitar ser divisado y, en ocasiones, cesaba el andar y se detenía a examinar el perímetro. Una daga empuñada en su mano derecha era su única arma; no necesitaba nada más si contaba con su cuerpo.
Pasó varias cabañas en busca de la indicada que no debía estar demasiado lejos. Había escuchado en los callejones que un grupo de gitanos habían atracado a una carroza que llevaba diversos alimentos al parlamento parisino. Contenía toda clase de exquisitos manjares –muchos de ellos de otras partes de Europa- y François, que llevaba casi un día sin comer, no podía esperar por poner sus manos sobre aquel botín.
Se decía que tenía quesos en demasía, y eso era precisamente lo que estaba buscando. Olisqueó el ambiente en busca del peculiar aroma y dio un paso hacia delante. Vaya despiste. Jamás se lo hubiera imaginado y, ahora que su cuerpo caía hasta el fondo de aquella fosa, se percató de que los gitanos acostumbraban a poner trampas por doquier para ahuyentar a los intrusos. Claro, estaba cubierta de hojas y ramas y no la había viso; ¿cómo no la había visto?
Se removió un poco y sintió un punzante dolor en la espalda. –¡Argh!- Se quejó por lo bajo intentando sentarse y noto que se había incrustado alguna rama al nivel de la cintura. –Carajo…- Cerró los ojos, esbozando una mueca de dolor, y la extrajo de un solo tirón. Palpó la herida para hacerse una idea de cuan grave era y maldijo más y más veces al ver su mano manchada de sangre. Al parecer no era un simple rasmillón.
Escuchó voces afuera; voces y pasos acercándose hacia donde él estaba y el pánico comenzó a apoderarse del cambiaformas. ¿Qué hacer? No se encontraba en las mejores condiciones en ese momento, ni siquiera podía ponerse de pie todavía. Miró hacia arriba y notó una luz. –Maldita sea.- De nada servía ocultarse debajo de las hojas –que era lo que se le había ocurrido-; quien quiera que sea vería la trampa derrumbada y sabría que allí abajo se encontraba alguien: estaba jodido y herido, ¡gran noche!
Pasó varias cabañas en busca de la indicada que no debía estar demasiado lejos. Había escuchado en los callejones que un grupo de gitanos habían atracado a una carroza que llevaba diversos alimentos al parlamento parisino. Contenía toda clase de exquisitos manjares –muchos de ellos de otras partes de Europa- y François, que llevaba casi un día sin comer, no podía esperar por poner sus manos sobre aquel botín.
Se decía que tenía quesos en demasía, y eso era precisamente lo que estaba buscando. Olisqueó el ambiente en busca del peculiar aroma y dio un paso hacia delante. Vaya despiste. Jamás se lo hubiera imaginado y, ahora que su cuerpo caía hasta el fondo de aquella fosa, se percató de que los gitanos acostumbraban a poner trampas por doquier para ahuyentar a los intrusos. Claro, estaba cubierta de hojas y ramas y no la había viso; ¿cómo no la había visto?
Se removió un poco y sintió un punzante dolor en la espalda. –¡Argh!- Se quejó por lo bajo intentando sentarse y noto que se había incrustado alguna rama al nivel de la cintura. –Carajo…- Cerró los ojos, esbozando una mueca de dolor, y la extrajo de un solo tirón. Palpó la herida para hacerse una idea de cuan grave era y maldijo más y más veces al ver su mano manchada de sangre. Al parecer no era un simple rasmillón.
Escuchó voces afuera; voces y pasos acercándose hacia donde él estaba y el pánico comenzó a apoderarse del cambiaformas. ¿Qué hacer? No se encontraba en las mejores condiciones en ese momento, ni siquiera podía ponerse de pie todavía. Miró hacia arriba y notó una luz. –Maldita sea.- De nada servía ocultarse debajo de las hojas –que era lo que se le había ocurrido-; quien quiera que sea vería la trampa derrumbada y sabría que allí abajo se encontraba alguien: estaba jodido y herido, ¡gran noche!
Última edición por François Grand el Sáb Mar 26, 2011 9:09 pm, editado 2 veces
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Re: ¿Quien hay ahi? [Privado]
-Al parecer no habia sido el unico que se habia percatado de los sonidos de alguien, o algo aun no se sabia el que pero la mayor parte de los gitanos eran muy celosos con sus cosas, igual que Lionel temian que tomasen sus cosas por sorpresa en ese afan unánime por mantener sus cosas a salvo además de alejadas de los demás se unian para hacer trampas que eran ante todo fruto de la argucia gitana-
Gitano: ¿Pasa algo Lionel?
No...me habia parecido escuchar algo
Gitano2: ¿Algo? Ya te dije que no habia sido mi imaginación
Gitano: ¡ Calla ! vamos a hechar un vistazo
-Se mordio entonces los labios, no sabia porque pero no le agradaba que otras personas estuvieran cerca de él especialmente aquellos dos, eran los guardianes por asi decirlo del campamento que recibian un jornal de los propios dueños de las carretas y carpas para que las vigilasen pero como todo los rumores precedian incluso a los más santos y ellos no eran precisamente los que se merecian de ese titulo, encarno una ceja notando como olisqueaban todo su alrededor en busqueda de algun intruso él hizo lo mismo, sabia perfectamente que como se mostrase jodidamente celoso con sus pertenencias despertaria algunas sospechas.
"Si mal no recuerdo...me advirtieron de una trampa" Pensó mientras seguia caminando con la linterna perdiendo a aquellos dos que estaba bien seguro estarian esperando a cazar al ladron, para ellos todo lo que se moviera tenia dinero especialmente los ladrones porque asi podria robarles un buen botin o lo que fuera que llevasen en esos momentos, situó las manos en algunas ramas, jadeó de pronto soltando la lámpara de aceite, sus hombros se tensaron asi como sus pupilas se dilataron contemplando a quien habia entrado al campamento, no...no era un humano ¿vampiro? conforme pasaron unos segundos el dolor se marchó quedando con las pupilas dilatadas mediando todo lo que podia ser aquel-
Oh...shh..
-Tomó la lampara con rapidez acercándose a él, le miró la herida ¿era grave? parecia que un poco...se mordio de nuevo el labio porque si se ponia ahora a empezar a cuidarle sospecharian al no verle, ahora...ahora no, escuchaba los pasos de aquellos dos, cualquier otro le habria mostrado a esos dos que ya habia atrapado al causante de todo pero algo se adueñó de él, le tiró la camisa corriendo para que se la colocara en la herida mientras se volteó-
¡Aqui no hay nada!
Gitano2: ¿Que ha pasado con tu camisa?
Bueno...tenia frio, ¿tienes algun problema?
Gitano2: No, no haya tu *murmullos al gitano1 llamando raro a Lionel*
¿Algo que decir? ¿porque no miran por el centro del campamento a lo mejor esta alli escondido he oido algunas cosas
-Aquellos dos hombres asintieron, pero estaba seguro que lo habian hecho nada mas por alejarse de aquel gitano medio desnudo, una sonrisa se formo en sus labios cuando elevó el rostro al cielo, sabia que no debia de estar tan agradecido especialmente con alguien herido, habia aprendido que todos los segundos contaban inicialmente si se trataba de alguien que debia de recibir cuidados, ladeó el rostro vigilando que se hubieran ido mientras poco a poco volvia a caminar hacia el, arrodillandose, le miró fijamente a los ojos sonriendo al hablar atropelladamente-
Despues será tiempo de presentaciones, ahora dime ¿puedes andar?
Gitano: ¿Pasa algo Lionel?
No...me habia parecido escuchar algo
Gitano2: ¿Algo? Ya te dije que no habia sido mi imaginación
Gitano: ¡ Calla ! vamos a hechar un vistazo
-Se mordio entonces los labios, no sabia porque pero no le agradaba que otras personas estuvieran cerca de él especialmente aquellos dos, eran los guardianes por asi decirlo del campamento que recibian un jornal de los propios dueños de las carretas y carpas para que las vigilasen pero como todo los rumores precedian incluso a los más santos y ellos no eran precisamente los que se merecian de ese titulo, encarno una ceja notando como olisqueaban todo su alrededor en busqueda de algun intruso él hizo lo mismo, sabia perfectamente que como se mostrase jodidamente celoso con sus pertenencias despertaria algunas sospechas.
"Si mal no recuerdo...me advirtieron de una trampa" Pensó mientras seguia caminando con la linterna perdiendo a aquellos dos que estaba bien seguro estarian esperando a cazar al ladron, para ellos todo lo que se moviera tenia dinero especialmente los ladrones porque asi podria robarles un buen botin o lo que fuera que llevasen en esos momentos, situó las manos en algunas ramas, jadeó de pronto soltando la lámpara de aceite, sus hombros se tensaron asi como sus pupilas se dilataron contemplando a quien habia entrado al campamento, no...no era un humano ¿vampiro? conforme pasaron unos segundos el dolor se marchó quedando con las pupilas dilatadas mediando todo lo que podia ser aquel-
Oh...shh..
-Tomó la lampara con rapidez acercándose a él, le miró la herida ¿era grave? parecia que un poco...se mordio de nuevo el labio porque si se ponia ahora a empezar a cuidarle sospecharian al no verle, ahora...ahora no, escuchaba los pasos de aquellos dos, cualquier otro le habria mostrado a esos dos que ya habia atrapado al causante de todo pero algo se adueñó de él, le tiró la camisa corriendo para que se la colocara en la herida mientras se volteó-
¡Aqui no hay nada!
Gitano2: ¿Que ha pasado con tu camisa?
Bueno...tenia frio, ¿tienes algun problema?
Gitano2: No, no haya tu *murmullos al gitano1 llamando raro a Lionel*
¿Algo que decir? ¿porque no miran por el centro del campamento a lo mejor esta alli escondido he oido algunas cosas
-Aquellos dos hombres asintieron, pero estaba seguro que lo habian hecho nada mas por alejarse de aquel gitano medio desnudo, una sonrisa se formo en sus labios cuando elevó el rostro al cielo, sabia que no debia de estar tan agradecido especialmente con alguien herido, habia aprendido que todos los segundos contaban inicialmente si se trataba de alguien que debia de recibir cuidados, ladeó el rostro vigilando que se hubieran ido mientras poco a poco volvia a caminar hacia el, arrodillandose, le miró fijamente a los ojos sonriendo al hablar atropelladamente-
Despues será tiempo de presentaciones, ahora dime ¿puedes andar?
Lionel D'Maine- Gitano
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Re: ¿Quien hay ahi? [Privado]
Escuchaba varias voces a pocos metros de dónde él estaba. Eran tres para ser exactos y hablaban de que habían escuchado ruidos. François negó con la cabeza y se acarició la sien en busca de calma. No podía pensar si estaba tan ansioso, tenía que serenarse y buscar la forma de salir de aquel lugar. –Vamos François…- Se animó a sí mismo y miró al cielo esperando inspiración divina o algo por el estilo. Las ideas eran las siguientes: Quedarse allí, quieto como una momia.
“¡Calla! Vamos a echar un vistazo.”
Descartó la idea de inmediato luego de lanzar las respectivas maldiciones. Claro, el primer lugar que buscarían eran las trampas, ¿no? Pero bueno, otra de las ideas era convertirse en gato pero por más que cerró los ojos y se concentró no lo conseguía; el dolor era bastante agudo y lo distraía demasiado. ¿Qué más podía hacer? Podía… Escuchó el ruido de ramas desquebrajarse a pocos metros de dónde él estaba y enmudeció por completo. ¿Quién era?, ¿qué quería? Empuñó su daga con ahínco y observó horrorizado como sus piernas estaban siendo iluminadas por una tenue luz amarilla. ¡Lo habían descubierto!
Su amenaza se acercó revelando su identidad y François estiró la mano con la que empuñaba la daga en una actitud por demás intimidadora. ¿Creía que iba a dejársela fácil? ¡Nunca!
“Oh...shh…”
Eso lo descolocó, ¿lo estaba callando? -¿Qué…?- Su pregunta quedó a medias porque enseguida se escucharon voces: eran las otras dos personas. François miró al gitano, muy atento a lo que podía llegar a hacer pero lo que hizo lo sorprendió sobremanera: Le había tirado su camisa –seguramente para limpiar la sangre en su espalda- y ahora le hacía cara a los otros dos gitanos. Se limpió la herida con suaves toques para no verse tentado a gritar, mientras escuchaba aquella conversación. Todo eso era demasiado extraño, tanto que le daba hasta desconfianza. Los gitanos tenían fama de ser traicioneros y embaucadores, ¿por qué ahora había uno defendiéndolo?
Se le acercó nuevamente, luego de haberse librado de los otros dos, y le preguntó si podía andar. El felino lo miró con una ceja enarcada, directo a los ojos. Todavía seguía teniendo la daga empuñada, no se fiaba de aquel ser. -¿Qué hacéis?- Y no se refería precisamente al “qué” sino más bien al “por qué”. -¿Estáis loco?, ¿caminar a dónde?- ¿A su cabaña o a donde sea que viviese? No, estaba muy equivocado si creía que iba a hacerle caso. Le devolvió la camisa sin decir nada más. –Os debo una, gitano.- Tomó aire profundamente e intentó ponerse de pie haciendo fuerza con sus manos y pies. Se levantó unos cuantos centímetros del suelo y volvió a caer. ¡Maldición! La herida parecía ser profunda.
Miró nuevamente al gitano, avergonzado por lo que iba a pedirle. -¿Podéis ayudarme?- Sintió que algo dentro suyo se resquebraja. ¿Ayuda? Él nunca pedía ayuda. Pero ahora debía hacerlo, necesitaba atender esa herida.
“¡Calla! Vamos a echar un vistazo.”
Descartó la idea de inmediato luego de lanzar las respectivas maldiciones. Claro, el primer lugar que buscarían eran las trampas, ¿no? Pero bueno, otra de las ideas era convertirse en gato pero por más que cerró los ojos y se concentró no lo conseguía; el dolor era bastante agudo y lo distraía demasiado. ¿Qué más podía hacer? Podía… Escuchó el ruido de ramas desquebrajarse a pocos metros de dónde él estaba y enmudeció por completo. ¿Quién era?, ¿qué quería? Empuñó su daga con ahínco y observó horrorizado como sus piernas estaban siendo iluminadas por una tenue luz amarilla. ¡Lo habían descubierto!
Su amenaza se acercó revelando su identidad y François estiró la mano con la que empuñaba la daga en una actitud por demás intimidadora. ¿Creía que iba a dejársela fácil? ¡Nunca!
“Oh...shh…”
Eso lo descolocó, ¿lo estaba callando? -¿Qué…?- Su pregunta quedó a medias porque enseguida se escucharon voces: eran las otras dos personas. François miró al gitano, muy atento a lo que podía llegar a hacer pero lo que hizo lo sorprendió sobremanera: Le había tirado su camisa –seguramente para limpiar la sangre en su espalda- y ahora le hacía cara a los otros dos gitanos. Se limpió la herida con suaves toques para no verse tentado a gritar, mientras escuchaba aquella conversación. Todo eso era demasiado extraño, tanto que le daba hasta desconfianza. Los gitanos tenían fama de ser traicioneros y embaucadores, ¿por qué ahora había uno defendiéndolo?
Se le acercó nuevamente, luego de haberse librado de los otros dos, y le preguntó si podía andar. El felino lo miró con una ceja enarcada, directo a los ojos. Todavía seguía teniendo la daga empuñada, no se fiaba de aquel ser. -¿Qué hacéis?- Y no se refería precisamente al “qué” sino más bien al “por qué”. -¿Estáis loco?, ¿caminar a dónde?- ¿A su cabaña o a donde sea que viviese? No, estaba muy equivocado si creía que iba a hacerle caso. Le devolvió la camisa sin decir nada más. –Os debo una, gitano.- Tomó aire profundamente e intentó ponerse de pie haciendo fuerza con sus manos y pies. Se levantó unos cuantos centímetros del suelo y volvió a caer. ¡Maldición! La herida parecía ser profunda.
Miró nuevamente al gitano, avergonzado por lo que iba a pedirle. -¿Podéis ayudarme?- Sintió que algo dentro suyo se resquebraja. ¿Ayuda? Él nunca pedía ayuda. Pero ahora debía hacerlo, necesitaba atender esa herida.
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Re: ¿Quien hay ahi? [Privado]
¿Nunca te han dicho que haces demasiadas preguntas?
-El tono de Lionel era bajo pero además de ser precavido estaba a punto de hecharse atrás debido a aquel aquel chico no paraba de formular preguntas y más preguntas aunque si estuviera en su lugar sabia que hubiera sido incluso peor porque no solo estaria en un territorio desconocido sino que alguien que podia no ser de muy buena ayuda se estaba ofreciendo a ser mi héroe de aquella noche, por la mirada de aquel se notaba que era por demás demasiado orgulloso, sus ojos le miraban fijamente, no era como esas victimas asustadizas que lo primero que hacian era emitir un gemido de dolor y luego marcharse a donde nadie pudiera encontrarles. Él encambio miraba a Lionel con un gesto de "¿que estas haciendo?" "¿quien eres?" ¿donde estoy?"
Lo sabia porque estaba acostumbrado a mirar a las personas, a conocer que era lo que pasaba por su mente antes de hacer cualquier otra cosa, asi que no era muy dificil imaginar que hasta en aquel momento se estaba imaginando que pasaba por la mente de aquel desconocido, sus cabellos que por si mismos ya eran molestos ahora estaban rozando su rostro, un chico de cabellos largos no era muy bien visto en paris y además de no estar muy bien visto al mismo tiempo casi no habia varones que tuvieran un cabello tan largo.
Emitió un quejido de dolor, solamente de imaginar la herida, la sangre pero especialmente porque intento levantarse, incluso el gitano creyo que lo conseguiria solamente por no pedir ayuda hsta que cayó al suelo y aquella frase salió de los labios ajenos, le miró a los ojos, sabia a donde habia que ir...al lugar que estaba mas cerca, a su carpa, ya que los otros estarian mirando por el centro del campamento a ver que habia sucedido con el supuesto ladrón, se acercó a el tomándole por la cintura, mientras con mucha suavidad le apegaba a su cuerpo para que de aquella manera pudiera estar de pie-
Caminaremos hasta mi carpa, no esta muy lejos
-No podia sujetarle en brazos porque la herida podria hacerse mucho mas profunda de lo que estaba, no podia tampoco subirle a su espalda por lo mismo asi que lo unico que podia esperar era que pusiera de su parte mientras estaban llegando a la carpa, tomó con fuerza la muñeca de aquel hombre, mirando al frente, a la zona de su carpa, ya la vislumbraba, empezó a caminar poco a poco, paso a paso, mirando al frente puesto que no se fiaba de aquellos dos conociendo que muchos fitanos estaban de acuerdo con las trampas no estaria adecuado hacer cualquier movimiento que delatara que "estaba en contra" de algunos gitanos.
Le miró, acariciando torpemente la mejilla de aquel muchacho, como indicandole que ya estaban cerca, sabia que lo que podria hacer era asquearse de ese contacto cariñoso aunque a decir verdad no le importaria porque la mayor parte de ocasiones ya estaba acostumbrado a la que la gente le mirase de ese modo. Trago, llegando al fin a la carpa apurando los ultimos pasos mientras le guiaba hasta la cama del propio gitano, que respiró agitado marchándose al fin hacia el exterior para coger la lámpara que se habia olvidado alli y colocarla de manera que estuvieran no del todo iluminados pero si lo suficiente como para tener luz en el interior-
Es todo lo que puedo ofrecerte.
-El tono de Lionel era bajo pero además de ser precavido estaba a punto de hecharse atrás debido a aquel aquel chico no paraba de formular preguntas y más preguntas aunque si estuviera en su lugar sabia que hubiera sido incluso peor porque no solo estaria en un territorio desconocido sino que alguien que podia no ser de muy buena ayuda se estaba ofreciendo a ser mi héroe de aquella noche, por la mirada de aquel se notaba que era por demás demasiado orgulloso, sus ojos le miraban fijamente, no era como esas victimas asustadizas que lo primero que hacian era emitir un gemido de dolor y luego marcharse a donde nadie pudiera encontrarles. Él encambio miraba a Lionel con un gesto de "¿que estas haciendo?" "¿quien eres?" ¿donde estoy?"
Lo sabia porque estaba acostumbrado a mirar a las personas, a conocer que era lo que pasaba por su mente antes de hacer cualquier otra cosa, asi que no era muy dificil imaginar que hasta en aquel momento se estaba imaginando que pasaba por la mente de aquel desconocido, sus cabellos que por si mismos ya eran molestos ahora estaban rozando su rostro, un chico de cabellos largos no era muy bien visto en paris y además de no estar muy bien visto al mismo tiempo casi no habia varones que tuvieran un cabello tan largo.
Emitió un quejido de dolor, solamente de imaginar la herida, la sangre pero especialmente porque intento levantarse, incluso el gitano creyo que lo conseguiria solamente por no pedir ayuda hsta que cayó al suelo y aquella frase salió de los labios ajenos, le miró a los ojos, sabia a donde habia que ir...al lugar que estaba mas cerca, a su carpa, ya que los otros estarian mirando por el centro del campamento a ver que habia sucedido con el supuesto ladrón, se acercó a el tomándole por la cintura, mientras con mucha suavidad le apegaba a su cuerpo para que de aquella manera pudiera estar de pie-
Caminaremos hasta mi carpa, no esta muy lejos
-No podia sujetarle en brazos porque la herida podria hacerse mucho mas profunda de lo que estaba, no podia tampoco subirle a su espalda por lo mismo asi que lo unico que podia esperar era que pusiera de su parte mientras estaban llegando a la carpa, tomó con fuerza la muñeca de aquel hombre, mirando al frente, a la zona de su carpa, ya la vislumbraba, empezó a caminar poco a poco, paso a paso, mirando al frente puesto que no se fiaba de aquellos dos conociendo que muchos fitanos estaban de acuerdo con las trampas no estaria adecuado hacer cualquier movimiento que delatara que "estaba en contra" de algunos gitanos.
Le miró, acariciando torpemente la mejilla de aquel muchacho, como indicandole que ya estaban cerca, sabia que lo que podria hacer era asquearse de ese contacto cariñoso aunque a decir verdad no le importaria porque la mayor parte de ocasiones ya estaba acostumbrado a la que la gente le mirase de ese modo. Trago, llegando al fin a la carpa apurando los ultimos pasos mientras le guiaba hasta la cama del propio gitano, que respiró agitado marchándose al fin hacia el exterior para coger la lámpara que se habia olvidado alli y colocarla de manera que estuvieran no del todo iluminados pero si lo suficiente como para tener luz en el interior-
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Lionel D'Maine- Gitano
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Re: ¿Quien hay ahi? [Privado]
-Le voy a pagar por esto.- Rodeó sus hombros con uno de sus brazos e hizo su mayor esfuerzo para ponerse de pie sin recargársele en demasía. El primer tramo fue bastante complicado pero, una vez que superó el terrible dolor en su cadera, pudo terminarlo. Se aferró con más fuerza a los hombros del delgado gitano y le dio un ligero apretón para indicarle que aguardase unos segundos antes de comenzar a caminar. –Deme dos segundos.- Cerró los ojos y tomó aire muy lentamente: aquella condenada herida ardía, seguro y habían dejado aquellas ramas de punta, en el fondo de aquel foso, a propósito. –Listo, vamos hasta su carpa.- Asintió con la cabeza y apretó los labios.
El camino se le hizo largo y tortuoso. Cada paso que daba reanimaba el dolor pero era demasiado orgulloso para quejarse; además, estaban buscándolo y debía ser lo más sigiloso posible. –Nunca me había pasado algo como esto.- Planteó un tema de conversación para no concentrarse únicamente en el dolor. Sintió un apretón en su muñeca y miró a aquel sujeto por el rabillo del ojo. ¿Qué había sido eso? Apartó sigilosamente su mano. Si la situación hubiera sido otra, seguro y le daba un buen golpe por semejante atrevimiento; pero ahora no podía: estaba en deuda con él. –Debe estar pensando que soy un fracasado.- Sacudió la cabeza en señal de auto-reproche y continuó dando cortos pero certeros pasos.
-¿Falta mucho?- No era que se estuviese quejando, pero quería recostarse un momento y descansar. No sería por mucho tiempo porque tampoco quería abusar de la hospitalidad del joven, sólo lo necesario para poder consumar una transformación y largarse de aquel lugar. Recibió como respuesta una caricia en la mejilla derecha que esquivó de inmediato con un movimiento de su cuello. Esta vez no fue tan discreto para demostrarle su desaprobación: lo regresó a mirar con el ceño fruncido y nada más. Nada más porque habían llegado a la carpa y seguro lo botaría si se ponía demasiado grosero.
Se dejó caer en la cama y estiró los brazos lo más que pudo. Inhaló profundamente por la nariz y exhaló con lentitud por la boca. Cerró los ojos y disfrutó de aquellos segundos a solas lo más que pudo. Aprovechó aquel tiempo para pensar en lo que haría y pensar en lo que le diría al gitano a manera de agradecimiento.
“Es todo lo que puedo ofrecerte.”
-Está bien, no se preocupe.- Contestó todavía con los ojos cerrados y, poco a poco, fue abriéndolos. La tienda no era excesivamente grande pero sí bastante acogedora. Sonrió de lado. A él le gustaría un lugar así, quizá con el tiempo podría tener el dinero suficiente y construirse uno. –Está bastante bien de hecho.- Logró sentarse con ayuda de sus fuertes brazos y le concedió una mirada al gitano. Una mirada libre de recelo y arrogancia, una mirada nada más. –Muchas gracias.- Pronunció con sinceridad. –En serio, se lo agradezco. Bien pudo haberme dejado en la fosa y no lo hizo.- Listo, eso era todo; ahora tenía que atender esa herida. Se despojó de la camisa en un santiamén y tuvo la precaución de dejar su espalda fuera del alcance de los ojos del presente, no quería que viera sus horrendas cicatrices. Agachó la cabeza un tanto e intentó mirar hacia atrás, hacia su espalda.
-¿Tiene alcohol?- Contempló la herida que no se veía tan grande, ¿por qué le dolía tanto? –Aquellas ramas…- Esperaba que el gitano supiese de lo que estaba hablando. -…en el fondo de la fosa, ¿fueron puestas por ustedes?- Seguro que sí. -¿Tenían algo en la punta?, ¿algún tipo de veneno?- Se removió inquieto al sentir una punzada de dolor. El veneno era la única explicación para el agudo dolor que sentía.
El camino se le hizo largo y tortuoso. Cada paso que daba reanimaba el dolor pero era demasiado orgulloso para quejarse; además, estaban buscándolo y debía ser lo más sigiloso posible. –Nunca me había pasado algo como esto.- Planteó un tema de conversación para no concentrarse únicamente en el dolor. Sintió un apretón en su muñeca y miró a aquel sujeto por el rabillo del ojo. ¿Qué había sido eso? Apartó sigilosamente su mano. Si la situación hubiera sido otra, seguro y le daba un buen golpe por semejante atrevimiento; pero ahora no podía: estaba en deuda con él. –Debe estar pensando que soy un fracasado.- Sacudió la cabeza en señal de auto-reproche y continuó dando cortos pero certeros pasos.
-¿Falta mucho?- No era que se estuviese quejando, pero quería recostarse un momento y descansar. No sería por mucho tiempo porque tampoco quería abusar de la hospitalidad del joven, sólo lo necesario para poder consumar una transformación y largarse de aquel lugar. Recibió como respuesta una caricia en la mejilla derecha que esquivó de inmediato con un movimiento de su cuello. Esta vez no fue tan discreto para demostrarle su desaprobación: lo regresó a mirar con el ceño fruncido y nada más. Nada más porque habían llegado a la carpa y seguro lo botaría si se ponía demasiado grosero.
Se dejó caer en la cama y estiró los brazos lo más que pudo. Inhaló profundamente por la nariz y exhaló con lentitud por la boca. Cerró los ojos y disfrutó de aquellos segundos a solas lo más que pudo. Aprovechó aquel tiempo para pensar en lo que haría y pensar en lo que le diría al gitano a manera de agradecimiento.
“Es todo lo que puedo ofrecerte.”
-Está bien, no se preocupe.- Contestó todavía con los ojos cerrados y, poco a poco, fue abriéndolos. La tienda no era excesivamente grande pero sí bastante acogedora. Sonrió de lado. A él le gustaría un lugar así, quizá con el tiempo podría tener el dinero suficiente y construirse uno. –Está bastante bien de hecho.- Logró sentarse con ayuda de sus fuertes brazos y le concedió una mirada al gitano. Una mirada libre de recelo y arrogancia, una mirada nada más. –Muchas gracias.- Pronunció con sinceridad. –En serio, se lo agradezco. Bien pudo haberme dejado en la fosa y no lo hizo.- Listo, eso era todo; ahora tenía que atender esa herida. Se despojó de la camisa en un santiamén y tuvo la precaución de dejar su espalda fuera del alcance de los ojos del presente, no quería que viera sus horrendas cicatrices. Agachó la cabeza un tanto e intentó mirar hacia atrás, hacia su espalda.
-¿Tiene alcohol?- Contempló la herida que no se veía tan grande, ¿por qué le dolía tanto? –Aquellas ramas…- Esperaba que el gitano supiese de lo que estaba hablando. -…en el fondo de la fosa, ¿fueron puestas por ustedes?- Seguro que sí. -¿Tenían algo en la punta?, ¿algún tipo de veneno?- Se removió inquieto al sentir una punzada de dolor. El veneno era la única explicación para el agudo dolor que sentía.
Invitado- Invitado
Re: ¿Quien hay ahi? [Privado]
Me temo que solo lo estás pensando tu
-Si las miradas matasen Lionel seguramente ya hubiera estado bajo tierra planteandose alguna frase ingeniosa para colocar en su tumba, aquel muchacho era reacio a cualquier toque y bueno todo habia que decirlo el gitano a veces era demasiado pesado cuando de tocar a alguien se trataba pero nunca habia aprendido, especialmente con quienes necesitaban ayuda más nunca sentiria pena como muchas personas hacian no más de cruzarse con alguien. Se sintió culpable cuando habla dicho quenunca le habia sucedido eso especialmente porque tenia razón odiaba que pusieran unas trampas por todo el campamento sobre todo por muchos animales que habian muerto debido a ellas, habia una gran mayoria de personas que querian que quitasen las trampas pero como los robos y las muertes de los gitanos tambien estaban a la orden del día era evidente que hasta no estuvieran casi todos de acuerdo no veria ninguna solución al problema que se les estaba planteando ahora mismo. Negó a las palabras, no, no faltaba mucho pero no decia nada, estaba atento a lo que le rodeaba.
Cuando llegaron y le depositó en la cama sus hombros se sintieron mucho mejor, admirando el exterior con especial atencion y cuidado ya ue era obvio que como no tuviera ninguna precaución aquellos dos entrarian, se creian los reyes de todo aquello solo porque algunas personas les habian dado el permiso incluso entraban a las carpas especialmente a las de las muchachas cuando les apetecia, ninguna era suficiente como para que se marchasen...colocó la mano por su cabello dejandolo ligeramente ordenado hacia su oreja derecha lamiendo docilmente su labio una vez que estaba seguro que no iban a entrar. No le habia "dolido" el rechazo cuando quiso acariciar su mejilla y se lo demostró con una sonrisa tranquila pero seria no estaba enfadado simplemente preocupado aunque se repetia a si mismo que no todos eran como los gitanos que cuidaba que la mayor parte de ellos gustaban de los mimos de apoyo-
Te mueves demasiado para ser un enfermo
-Gruñó buscando el alcohol, no era bueno que primero se tumbase, luego se sentase, luego de nuevo se tumbase¿que clase de enfermo era ese? seguro que si estuviera aun más herido querría ir a vigilar la cabaña el mismo por si acaso y luego volver a la cama, tenia alcohol para beber era fuerte y como estaba hecho a base de hierbas sería la mejor solución también para las heridas, los gitanos apuraban de todo lo que tenian para hacerse sus remedios que despues de todo eran muy pocos los recursos economicos que poseían, miró por unos segundos la carpa, estaba bien...oh, se maldijo mentalmente por perder el tiempo pero volvió con gasas y la botella de alcohol cuyo olor ya hacia notar que el sabor sería igual de fuerte que sus efectos sobre la herida.-
No, por nosotros no...han sido puestas por esos dos y agradece que estas no tenian veneno porque yo mismo me aseguré de ello si hubieras caido en las otras trampas que hay alrededor ahora mismo estarias muerto
-el fué el unico gitano que casi perdió la vida por defender su territorio para que no hechasen veneno en ninguna de las ramas que habia alli, lo sabia porque una vez vinieron un grupo de borrachos que querían robar algunos bienes a los gitanos murieron todos a excepción del que cayó en la fosa cerca de la carpa de Lionel, Lionel se encargó de cuidarle tambien mientras que se encargaba tambien de la trampa, sabia bien que como no lo hiciera ellos lo harian y no serian tan considerados en no poner nada de veneno en la trampa. No le miró al cuerpo solo a la herida colocando las gasas en la misma. Primero tomó un cubo de agua que tenia mirándolo con cierto recelo, era el cubo del agua potable que tenia para beber pero esta situación era de emergencia asi que manchó las gasas de agua para limpiar primero la herida o sino podría sufrir una grave infección-
No he estudiado medicina pero me he curado muchas veces asi que se lo que hago
-Dijo serio e incluso con tono demandante para que le dejase hacer, conociendolo por lo poco que le conocia estaria tenso, en cualquier momento el gitano se esperaba que le apartasen la mano de un manotazo por eso presionaba con excesiva suavidad en aquellos sitios cercanos a la herida mientras iba mas calmado por los alreddores, era evidente que la sangre aun desconocia la parada por que seguia saliendo asi que hecho un poco de alcohol en otra gasa colocandola sobre la herida, tragando, doleria, no podia prometerle que no lo haría por eso presionaba muy suave...para que poco a poco el alcohol fuera acariciando la herida que era profunda...¿como podría ayudarle con eso? si pudiera llamar a la curandera...pero no queria alarmar al pueblo gitano teniendo tambien en cuenta que la curandera era muy recelosa con lo suyo-
-Si las miradas matasen Lionel seguramente ya hubiera estado bajo tierra planteandose alguna frase ingeniosa para colocar en su tumba, aquel muchacho era reacio a cualquier toque y bueno todo habia que decirlo el gitano a veces era demasiado pesado cuando de tocar a alguien se trataba pero nunca habia aprendido, especialmente con quienes necesitaban ayuda más nunca sentiria pena como muchas personas hacian no más de cruzarse con alguien. Se sintió culpable cuando habla dicho quenunca le habia sucedido eso especialmente porque tenia razón odiaba que pusieran unas trampas por todo el campamento sobre todo por muchos animales que habian muerto debido a ellas, habia una gran mayoria de personas que querian que quitasen las trampas pero como los robos y las muertes de los gitanos tambien estaban a la orden del día era evidente que hasta no estuvieran casi todos de acuerdo no veria ninguna solución al problema que se les estaba planteando ahora mismo. Negó a las palabras, no, no faltaba mucho pero no decia nada, estaba atento a lo que le rodeaba.
Cuando llegaron y le depositó en la cama sus hombros se sintieron mucho mejor, admirando el exterior con especial atencion y cuidado ya ue era obvio que como no tuviera ninguna precaución aquellos dos entrarian, se creian los reyes de todo aquello solo porque algunas personas les habian dado el permiso incluso entraban a las carpas especialmente a las de las muchachas cuando les apetecia, ninguna era suficiente como para que se marchasen...colocó la mano por su cabello dejandolo ligeramente ordenado hacia su oreja derecha lamiendo docilmente su labio una vez que estaba seguro que no iban a entrar. No le habia "dolido" el rechazo cuando quiso acariciar su mejilla y se lo demostró con una sonrisa tranquila pero seria no estaba enfadado simplemente preocupado aunque se repetia a si mismo que no todos eran como los gitanos que cuidaba que la mayor parte de ellos gustaban de los mimos de apoyo-
Te mueves demasiado para ser un enfermo
-Gruñó buscando el alcohol, no era bueno que primero se tumbase, luego se sentase, luego de nuevo se tumbase¿que clase de enfermo era ese? seguro que si estuviera aun más herido querría ir a vigilar la cabaña el mismo por si acaso y luego volver a la cama, tenia alcohol para beber era fuerte y como estaba hecho a base de hierbas sería la mejor solución también para las heridas, los gitanos apuraban de todo lo que tenian para hacerse sus remedios que despues de todo eran muy pocos los recursos economicos que poseían, miró por unos segundos la carpa, estaba bien...oh, se maldijo mentalmente por perder el tiempo pero volvió con gasas y la botella de alcohol cuyo olor ya hacia notar que el sabor sería igual de fuerte que sus efectos sobre la herida.-
No, por nosotros no...han sido puestas por esos dos y agradece que estas no tenian veneno porque yo mismo me aseguré de ello si hubieras caido en las otras trampas que hay alrededor ahora mismo estarias muerto
-el fué el unico gitano que casi perdió la vida por defender su territorio para que no hechasen veneno en ninguna de las ramas que habia alli, lo sabia porque una vez vinieron un grupo de borrachos que querían robar algunos bienes a los gitanos murieron todos a excepción del que cayó en la fosa cerca de la carpa de Lionel, Lionel se encargó de cuidarle tambien mientras que se encargaba tambien de la trampa, sabia bien que como no lo hiciera ellos lo harian y no serian tan considerados en no poner nada de veneno en la trampa. No le miró al cuerpo solo a la herida colocando las gasas en la misma. Primero tomó un cubo de agua que tenia mirándolo con cierto recelo, era el cubo del agua potable que tenia para beber pero esta situación era de emergencia asi que manchó las gasas de agua para limpiar primero la herida o sino podría sufrir una grave infección-
No he estudiado medicina pero me he curado muchas veces asi que se lo que hago
-Dijo serio e incluso con tono demandante para que le dejase hacer, conociendolo por lo poco que le conocia estaria tenso, en cualquier momento el gitano se esperaba que le apartasen la mano de un manotazo por eso presionaba con excesiva suavidad en aquellos sitios cercanos a la herida mientras iba mas calmado por los alreddores, era evidente que la sangre aun desconocia la parada por que seguia saliendo asi que hecho un poco de alcohol en otra gasa colocandola sobre la herida, tragando, doleria, no podia prometerle que no lo haría por eso presionaba muy suave...para que poco a poco el alcohol fuera acariciando la herida que era profunda...¿como podría ayudarle con eso? si pudiera llamar a la curandera...pero no queria alarmar al pueblo gitano teniendo tambien en cuenta que la curandera era muy recelosa con lo suyo-
Lionel D'Maine- Gitano
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