Encuentro Riesgoso (Lenneth P. Stratowski)

por **Iñigo Echart** Sáb Mar 26, 2011 9:33 pm

Llevaba mucho tiempo allí. Sabía que las funciones de ese tipo demoraban y que lo más seguro es que debiera pasar un buen tiempo ahí en la calle antes de que comenzaran a salir. Necesitaba un trabajo cuanto antes y quizás aquí podrían darme uno, barriendo o haciendo lo que fuera necesario, pero no dejaría que me siguieran manteniendo si tenía al cien por ciento las capacidades para valerme por si mismo. No es que no lo agradeciera, pero era algo con lo que no podría vivir siempre o hasta que durara lo nuestro.

Cuando las personas comenzaron a salir de lugar me puse de pie de la acera en la que me había sentado y retrocedí unos pasos. Por lo general las personas que acudían a estos eventos sociales me miraban como si portara una de las enfermedades más peligrosas de Francia, por lo tanto prefería evitar eso y esperar que ya no se viera nadie más. Una gran cantidad de personas comenzó a alejarse en carruajes o a pie mientras sus doncellas caminaban detrás de ellos como si no fueran más que esclavos a loa que debían azotar si no hacían bien su trabajo. Fruncí el ceño frustrado sabiendo perfectamente que yo jamás podría cambiar aquella situación.

Una vez que ya no andaba casi nadie por el lugar adelanté mis pasos y entré al teatro con rapidez. Necesitaba buscar al encargado de ese lugar y conversar con él para ver si existía la posibilidad de encontrar algo para mí. No pedía mucho, en realidad no pedía nada más que un buen lugar donde desempeñar mi trabajo. No se veía nadie por alguna parte, el lugar estaba desierto y el sonido del exterior era el único que se sentía por el lugar. Pero de pronto un sonido algo especial se coló por mis oídos.

Volteé con rapidez y podría asegurar que mi rostro se puso pálido al notar quien estaba frente a mí. No podía sr que alguien de la realeza estuviera frente a mí. Ahora no sabía que hacer, si hacía una mala acción lo más seguro es que me desterraran o me mandaran a la horca y ninguna de esas cosas estaba dispuesto a aceptar sabiendo que persona estaba en mi mente en ese instante y que no podría soportar el alejarme de ella- Yo…. Lo siento majestad no sabía que había alguien en el interior del teatro –dije intentando excusar mi presencia en ese lugar.

por Invitado Dom Mar 27, 2011 7:53 am

Salía de una conversación con Leonela de la cuál salí un poco disgustada, me había forzado a darla un permiso especial para una trasnsmision a su pais de ciertos bienes. El ambiente estaba muy caldeado, necesitaba respirar aire puro para no marearme de nuevo. Al llegar a París, mi cuerpo era el mismo exteriormente, pero una serie de sucesos comenzaban a inquietarme de los cuales no me iba a preocupar en este momento. Fui caminando con elegancia por los suelos del teatro que estaban adornados con moqueta color borgoña, las paredes adornadas con farolillos de oro y con meros relieves en forma de estatuillas de angelitos, con sus pequeñas alas y un arpa en la mano. La arquitectura del teatro era preciosa.

Seguía caminando por el pasillo y llegó a la zona de butacas del teatro. Cruzo y atravieso las butacas hasta que por fin llegué a la puerta de salida. Unas puertas de roble oscuro se abrieron antes de que llegara al umbral, entoncés cruce el umbral y llegué al hall del teatro. Estaba apunto de salir cuando de repente me encontré con joven que parecía que estuviera buscando a alguien. Mi buena voluntad me hizo ir en dirección hacia el, entonces se volteó y apareció sorprendido de verme alli mismo, justo delante de él.

-¿Porque lo sientes?-Dije simpatica al muchacho.-¿Que és lo que te sorprende? -Recapitulé mis últimas palabras y posiblemente lo que he dicho no tiene apenas sentido.-Quiero decir, pareces que buscas a alguién, ¿Puedo ayudarte en algo?-Pregunte a pura voluntad propia. Esto me podría traer problemas, pero estoy más que acostumbrada a meterme en líos a causa de mi buena voluntad. El muchacho me miraba preocupado. Al parecer de sus ropas, podría ser de una clase baja o media, pero no me parecía un mal chico.

por **Iñigo Echart** Dom Mar 27, 2011 3:08 pm

Se suponía que mi presencia en ese lugar debía ser casi la de un fantasma, no notarse, no escucharse, no existir, pero no había sido así. Mis intenciones habían fracasado y ahora lo más seguro es que me acusaran de ladrón o algo parecido por estar en un lugar así y frente a alguien de la realeza, esto no era justo, no era nada justo. Instintivamente retrocedí unos pasos hasta chocar con una de las paredes del salón, si tenía suerte ella solo me miraría y haría como que yo no existía, pero no había sido así.

Y cuando habló no pude evitar fruncir el ceño por el asombro que me provocó. No fueron palabras despectivas, no fue un mal trato ni un acto de altivez, sino que todo lo contrario. Me habló de forma agradable y hasta incluso como algo que llevó más allá de mi sorpresa, me preguntó si era posible ayudarme en algo. ¿Dónde se suponía que estaban las personas que hacían que el temor por ellos fuera tan grande como el deseo de desaparecer si te enfrentabas a uno?

- No –dije de forma mecánica- es decir dudo que pueda ayudarme, busco al encargado de los empleados por un trabajo, eso es todo –logré decir de corrido sin trancarme al saber de tipo era la presencia que tenía frente a mi. Nunca me habían enseñado protocolo ni buenas costumbres, Aunque mi madre nos crió de la mejor manera, nunca creyó que lograríamos tener a alguien así dentro del mismo kilómetro cuadrado. Ciertamente las madres también se equivocan.

Y de pronto encontré la posibilidad de sacar dudas de encima. ¿Por qué ella estaba allí y no tenía a nadie que la protegiera? ¿Por qué se confiaba en facilitarme ayuda sin asegurarse de que yo podría hacerle daño? ¿Por qué su poder era tan grande que hacía creer a los demás que casi llegaban a ser Dioses? Tenía tantas preguntas en mi cabeza que finalmente la única que logró salir fue la más simple- ¿Por qué me habla?

por Invitado Dom Mar 27, 2011 3:24 pm

-¿Me traicionan mis oidos?-.Dije un poco ofendida-Disculpa si mi presencia te ultraja, pero te he visto que parecías perdido, pero ya veo que no lo estás y si te hablo es porque eres una persona...-No sabia que responder, la pregunta que formulo, me había descolocado los papeles de repente y no sabía como reaccionar.
-Si buscas al empleado del teatro, creo haber oido cuando salía de uno de los camerinos del teatro, que estaba ausente por unas horas.-Dije según lo que pude escuchar de camino de vuelta a la salida del teatro. Me quedé mirando un rato al muchacho que tenía delante, pero si tenía tanta prisa en ver al encargado, que hacía ahi mismo, plantado delante mía y sin moverse apenas un centímetro. Lo único que pudo moverse fue la inseguridad de su reflejo al decirme "Qué por que le hablaba".

Quizás jamás tuvo la oportunidad de cruzarse con alguien de la realeza, pero uno nunca sabe con que se va a encontrar en la vida, ni con quien te vas a encontrar el dia de mañana.
-Escucha muchacho-Dije con toda la calma del mundo.-De verdad, no me importa ayudarte..-Me paré a recordar palabras atrás que dijo antes.-¿Buscas trabajo?-Y mi buena voluntad comenzó a jugar por si sola haciendome un repentino daño en el orgullo. Si podría ayudar al muchacho, bien, le ayudaria pero si no tengo las herramientas para ayudarlo, lo siento.

La gente trabajaba de un lado hacia otro sin parar. Las mujeres de la limpieza limpiaban los farolillos de oro, otras limpiaban las escaleras con esmero. Admiraba a esas personas que trabajaban a cambio de ganarse la vida como pudieran. Me toco esta vida de lujo y grandeza de la que no puedo decir que no la quiero, pero a veces me gustaria estar en el lugar de aquellas personas. Pero mejor dejar las cosas tal y como están.

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