AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Oscuridad., complice de lo inesperado. ( Erin )
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Oscuridad., complice de lo inesperado. ( Erin )
Recuerdo del primer mensaje :
Tras las andanzas de mi persona humana por el medio terrestre, divagando en lugares que jamás pude imaginarme, logre llegar a un bosque desconocido, un lugar donde podía llegar a una similitud del lugar donde yo venia. Perdido por unos momentos en los pensamientos frustrantes de mi mente y memoria, logre adentrarme en aquel lugar, teniendo como paraje un gran árbol, de una altura impresionante y que a mi parecer era el mas grande o almenos uno de los mas altos... camine sin rumbo, sin esperar alguna cosa susceptible o extraña que sucediera, creía que ya lo había visto todo, que ya había vivido algunas cosas que me eran inexplicables, pero no caía aun en cuenta que eso era absurdo ya que no tenia ni la mas remota idea de que en esta perra vida todo era extraño y nuevo cada estupido segundo.
Después de haber estado reclutado en aquel ejercito licántropo, mis habilidades fueron tomando un rumbo siniestro, malicioso pero perfecto para mi persona, era aun mas ágil y la fuerza que mi cuerpo ejercía aun siendo un hombre y no una bestia, eran totalmente impresionantes. Seguía sorprendido con todo, el jefe de la aldea me había enseñado únicamente lo básico, pretendía que aprendiera de todo por mi propia cuenta, aun así fuera ignorante de la misma, pero nunca me rendiría ya que lo único que tenia por el momento era sed de venganza o la muerte propia ya que no tenia nada que perder, pero si lograba vencer, la gloria del destierro del odio en mi agrandaría mi sentir y desaparecería el peso que en mi cargaba desde que vi morir a mis padres.
Camine por un pequeño sendero que se había creado con el tiempo, casi a punto de convertirse en camino, la maleza aun podía estorbar en el paso, pero para un ser como yo era algo que no tenia dificultan en sobre pasar... la noche comenzaba a dejar caer su manto estrellado y junto con el una nueva luna que para mi fiel fortuna, esta vez no seria la indicada para poder convertirme en animal, pero si para poder alimentarme después de no hacerlo por días.
''Un momento.!'' pensé muy dentro de mi, algunos ruidos extraños y extravagantes se habían escuchado, mi sentido auditivo se había agudizado por completo logrando captar el origen de aquel ruido misterioso que a mi pensar podía ser de una presa fácil, un ciervo o quizá otro animal, fuese lo que fuese tendría que cazarlo para poder tener algo que comer, aun así tuviera que usar fuerza y destreza ya que de esto se trataba y mas aun si era correcto de lo cual o de quien pensaba yo que era.
Tras las andanzas de mi persona humana por el medio terrestre, divagando en lugares que jamás pude imaginarme, logre llegar a un bosque desconocido, un lugar donde podía llegar a una similitud del lugar donde yo venia. Perdido por unos momentos en los pensamientos frustrantes de mi mente y memoria, logre adentrarme en aquel lugar, teniendo como paraje un gran árbol, de una altura impresionante y que a mi parecer era el mas grande o almenos uno de los mas altos... camine sin rumbo, sin esperar alguna cosa susceptible o extraña que sucediera, creía que ya lo había visto todo, que ya había vivido algunas cosas que me eran inexplicables, pero no caía aun en cuenta que eso era absurdo ya que no tenia ni la mas remota idea de que en esta perra vida todo era extraño y nuevo cada estupido segundo.
Después de haber estado reclutado en aquel ejercito licántropo, mis habilidades fueron tomando un rumbo siniestro, malicioso pero perfecto para mi persona, era aun mas ágil y la fuerza que mi cuerpo ejercía aun siendo un hombre y no una bestia, eran totalmente impresionantes. Seguía sorprendido con todo, el jefe de la aldea me había enseñado únicamente lo básico, pretendía que aprendiera de todo por mi propia cuenta, aun así fuera ignorante de la misma, pero nunca me rendiría ya que lo único que tenia por el momento era sed de venganza o la muerte propia ya que no tenia nada que perder, pero si lograba vencer, la gloria del destierro del odio en mi agrandaría mi sentir y desaparecería el peso que en mi cargaba desde que vi morir a mis padres.
Camine por un pequeño sendero que se había creado con el tiempo, casi a punto de convertirse en camino, la maleza aun podía estorbar en el paso, pero para un ser como yo era algo que no tenia dificultan en sobre pasar... la noche comenzaba a dejar caer su manto estrellado y junto con el una nueva luna que para mi fiel fortuna, esta vez no seria la indicada para poder convertirme en animal, pero si para poder alimentarme después de no hacerlo por días.
''Un momento.!'' pensé muy dentro de mi, algunos ruidos extraños y extravagantes se habían escuchado, mi sentido auditivo se había agudizado por completo logrando captar el origen de aquel ruido misterioso que a mi pensar podía ser de una presa fácil, un ciervo o quizá otro animal, fuese lo que fuese tendría que cazarlo para poder tener algo que comer, aun así tuviera que usar fuerza y destreza ya que de esto se trataba y mas aun si era correcto de lo cual o de quien pensaba yo que era.
Yareth Farrel- Mensajes : 426
Fecha de inscripción : 27/03/2011
Re: Oscuridad., complice de lo inesperado. ( Erin )
Proseguí con el placer intenso qué le estaba proporcionando, lograba sentir el jalo neo de mi pelo, el cual era causado por sus manos entrelazadas a el, su cuerpo se meneaba y se movía desesperada mente, como jamás pensé que lo aria... no podía detenerme, mi lengua des viajaba por todo su sexo como si esta quisiera buscar un tesoro, pero mi tesoro era ella por completo... deje que mi lengua entrara en ella una y otra vez, asiendo presión sin siquiera lastimarla, pero con un des ven de simular que taladraba su cuerpo con esos movimientos que mi boca asía. No pretendía menos, realmente ambos estamos disfrutando de un momento de locura y desenfreno equivalente a un sentir que ambos contenidos desde hace muchisimos años atrás, ahora se proporcionaba mas que un sentimiento, mas que un deseo. Se Estaba mimetizado en nosotros un placer intenso que no cesaría por nada del mundo y que esta noche explotaría a como diera lugar. Su espalda se arqueaba con facilidad, la presión que pretende en ella aumentaba y provocaba gemidos de sus labios y uno que otro grito de un desahogo que contiene por lo mismo que estaba sintiendo en ese momento... su reparación era constantemente entrecortada y acelerada al mismo tiempo, pues una locura nos hunde en todo lo que estamos haciendo y presenciando en todo momento.
Un susurro discreto salio de sus labios con mi nombre en el, provocando un descaro en mi de poder meter presión en sus pechos con mis manos y apretarlos un poco fuerte antes de poder dar soltura a la locura que ella estaba conteniendo en su interior, practica mente estábamos al borde de la desesperación, pero eso no nos detendría en lo mas mínimo. Estaba dando los últimos momentos de locura en ella, los últimos segundos de pasión y placer en su cuerpo antes de volver y apoderarme de su boca insatisfecha por mis labios.
Mi cuerpo aun guardaba cierta resistencia por poder atacar el cuerpo de Erin al todo lo que daba, después de soltar la pasión que le estaba proporcionando con mi boca y lengua, directa mente acudí a sus pechos y pezones para mordisquear los con cierto fervor inesperado... me sostuvo del rostro para jalarme a discreción contra sus labios y poder besarnos con tal desespero que parecía que la piel se nos quemaba y con una razón única de querer desgastarnos los labios a como diera lugar en ese mismo momento, pues la desesperación de ambos se miraba en las acciónes que teníamos, sin siquiera poder frenarlo.
Inquietante mente un movimiento repentino de su cuerpo se presento sobre mi, ahora yo me encontraba con la espalda al suelo y no tenia casi movimiento alguno, ella me había sometido ahora a mi y eso me estaba encantando aun mas de lo que ya estaba encantado con todo lo que estábamos haciendo... comenzó a perpetuar mordisqueos en mis pezones y a delinear me el cuerpo con la lengua, algo qué me volvía loco y demente, cerraba los ojos y comenzaba a ponerme inquieto, mas aun cuando tomo mi miembro y lo introdujo en su boca... mire hacia sus ojos y con una sonrisa traviesa comenzó a darme placer subiendo y bajando su cabeza, metiendo el grosor de mi miembro en toda su extensión, logrando que mi cuerpo reaccionara de una manera des-enfrenada y muy enloquecida, provocando que me inclinara hacia ella y tomara su cabeza por el pelo y siguiera sus movimientos, como si forzara a que siguiera y no parara, a la vez que segundos después mi mano deliberada corrió hasta sus pechos para precionarlos continuamente, mientras ella me facilitaba el placer mas intenso que podía sentir antes de poseerla al fin.
-Oh amor... no pares..- comentaba apenas audible, pues el agotamiento en mi cuerpo, provocaba que mi espiración fuera demasiado agitada, que no podía hablar con claridad, pero que sin métodos buscados sabia que ella lo escucharía y entendería a como diera lugar. Pretendía que esto durara demasiado y no quería dejarla ir, no quería aunque debía hacerlo, por mucho que me doliera y aunque trataba de evadir esos pensamientos, regresaban sin siquiera buscarlos o pedirlos... pero que mas daba, ya no podía hacer nada, lo que si sabia es que ella volvería, aunque... nunca sabia cuando seria ese día.
Un susurro discreto salio de sus labios con mi nombre en el, provocando un descaro en mi de poder meter presión en sus pechos con mis manos y apretarlos un poco fuerte antes de poder dar soltura a la locura que ella estaba conteniendo en su interior, practica mente estábamos al borde de la desesperación, pero eso no nos detendría en lo mas mínimo. Estaba dando los últimos momentos de locura en ella, los últimos segundos de pasión y placer en su cuerpo antes de volver y apoderarme de su boca insatisfecha por mis labios.
Mi cuerpo aun guardaba cierta resistencia por poder atacar el cuerpo de Erin al todo lo que daba, después de soltar la pasión que le estaba proporcionando con mi boca y lengua, directa mente acudí a sus pechos y pezones para mordisquear los con cierto fervor inesperado... me sostuvo del rostro para jalarme a discreción contra sus labios y poder besarnos con tal desespero que parecía que la piel se nos quemaba y con una razón única de querer desgastarnos los labios a como diera lugar en ese mismo momento, pues la desesperación de ambos se miraba en las acciónes que teníamos, sin siquiera poder frenarlo.
Inquietante mente un movimiento repentino de su cuerpo se presento sobre mi, ahora yo me encontraba con la espalda al suelo y no tenia casi movimiento alguno, ella me había sometido ahora a mi y eso me estaba encantando aun mas de lo que ya estaba encantado con todo lo que estábamos haciendo... comenzó a perpetuar mordisqueos en mis pezones y a delinear me el cuerpo con la lengua, algo qué me volvía loco y demente, cerraba los ojos y comenzaba a ponerme inquieto, mas aun cuando tomo mi miembro y lo introdujo en su boca... mire hacia sus ojos y con una sonrisa traviesa comenzó a darme placer subiendo y bajando su cabeza, metiendo el grosor de mi miembro en toda su extensión, logrando que mi cuerpo reaccionara de una manera des-enfrenada y muy enloquecida, provocando que me inclinara hacia ella y tomara su cabeza por el pelo y siguiera sus movimientos, como si forzara a que siguiera y no parara, a la vez que segundos después mi mano deliberada corrió hasta sus pechos para precionarlos continuamente, mientras ella me facilitaba el placer mas intenso que podía sentir antes de poseerla al fin.
-Oh amor... no pares..- comentaba apenas audible, pues el agotamiento en mi cuerpo, provocaba que mi espiración fuera demasiado agitada, que no podía hablar con claridad, pero que sin métodos buscados sabia que ella lo escucharía y entendería a como diera lugar. Pretendía que esto durara demasiado y no quería dejarla ir, no quería aunque debía hacerlo, por mucho que me doliera y aunque trataba de evadir esos pensamientos, regresaban sin siquiera buscarlos o pedirlos... pero que mas daba, ya no podía hacer nada, lo que si sabia es que ella volvería, aunque... nunca sabia cuando seria ese día.
Yareth Farrel- Mensajes : 426
Fecha de inscripción : 27/03/2011
Re: Oscuridad., complice de lo inesperado. ( Erin )
Seguí moviendome. Arriba abajo, arriba abajo,…era un no parar que sabía que le producía tanto placer a mi amado Yareth que no quería que este momento terminara. Agarró mi cabeza y casi me obligaba a moverme, si no fuera porque era yo la que, en esos momentos, tenía el control. Yo decidía la velocidad a la que quería ir y ahora mismo iba bastante rápido. Su cuerpo se inclinaba sobre mí. Lo miré para ver qué efecto estaba produciendo mis actos y me sentí satisfecha cuando lo ví con los ojos cerrados, disrutando del placer.
Saqué su miembro de mi boca, para acto seguido volver hacia los labios de Yareth. Me puse encima de él, con nuestros sexos totalmente pegados y húmedos, el mío por el efecto del placer, y el suyo por la saliva que había dejado anteriormente. Me incliné sobre él con una sonrisa traviesa y lo besé con pasión y desesperación. Mis manos se movían por todo su cuerpo, clavándole mis uñas y arañandolo con desesperación. –te quiero, Yareth. No lo olvides –le susurré al oído mientras volvía a besarlo. Sabía que estaba triste por mi marcha, al igual que yo lo estaba. Deseaba pedirle que se viniera conmigo pero sabía que no vendría. Mi única esperanza es que me tuviera la suficiente paciencia como para esperarme.
Acaricié su pelo con cariño y ternura. La desesperación, la pasión y el deseo no habían desaparecido, solo me habían dado una tregua para decir lo que sentía. De todas maneras, ahora era el momento de seguir, o más bien de empezar, pues hasta el momento era solo el entrenamiento. De este modo, volví a bajar hacia su miembro. Sin usar las manos, volví a introducirlo en mi boca, solo para volver a moverme hacia arriba y hacia abajo, pero con más velocidad que antes. Quería que Yareth disfurtara y eso precisamente es lo que iba a hacer. Lo tomé como un reto, no pararía hasta que oyera algún gemido suyo o alguna señal de placer desesperado.
Cerré los ojos. Miles de imágenes invadieron mi mente y en todas ellas aparecía Yareth. Esos momentos que habíamos pasado juntos, la mayor parte de ellas discutiendo hasta que ambos habíamos descubierto el amor detrás del odio. Dejamos de pelearnos cuando nos miramos a los ojos después de decirnos lo que sentíamos, y después de nuestro primer beso, nos costaba cada vez más separarnos. El tiempo había pasado, pero la dependencia que sentía por él seguía ahí, ahora incluso más intensa; y me dolía enormemente tener que marcharme de nuevo. Odiaba la sensación que tenía al irme y dejarlo atrás, pero ahora tenía que olvidarlo, la menos por unos instantes, para dejar paso a otros sentimientos a parte de la soledad. Sabía que le dolía mucho más que a mí, por eso quería que ahora disfrutara de mí, de ambos,… “será como mi regalo de despedida” pensé abriendo los ojos y mirando a mi amado directamente al rostro.
A pesar de mantener el contacto visual con Yareth, no me detuve. Como había dicho, era un reto y estaba esperando a que él mismo me parase, solo para comenzar con lo que llevábamos tiempo esperando, quizás demasiado tiempo, pero por fin había llegado el momento. Le guiñé un ojo, traviesa, y seguí con lo que estaba haciendo mientras mis manos buscaban las suyas, para entrelazar los dedos con cariño. Hoy era noche de placer y nada ni nadie nos interrumpiría, por lo que teníamos toda la noche por delante.
Off: perdona que sea tan corto y raro, no es el mejor que he escrito...prometo mejores ^^
Saqué su miembro de mi boca, para acto seguido volver hacia los labios de Yareth. Me puse encima de él, con nuestros sexos totalmente pegados y húmedos, el mío por el efecto del placer, y el suyo por la saliva que había dejado anteriormente. Me incliné sobre él con una sonrisa traviesa y lo besé con pasión y desesperación. Mis manos se movían por todo su cuerpo, clavándole mis uñas y arañandolo con desesperación. –te quiero, Yareth. No lo olvides –le susurré al oído mientras volvía a besarlo. Sabía que estaba triste por mi marcha, al igual que yo lo estaba. Deseaba pedirle que se viniera conmigo pero sabía que no vendría. Mi única esperanza es que me tuviera la suficiente paciencia como para esperarme.
Acaricié su pelo con cariño y ternura. La desesperación, la pasión y el deseo no habían desaparecido, solo me habían dado una tregua para decir lo que sentía. De todas maneras, ahora era el momento de seguir, o más bien de empezar, pues hasta el momento era solo el entrenamiento. De este modo, volví a bajar hacia su miembro. Sin usar las manos, volví a introducirlo en mi boca, solo para volver a moverme hacia arriba y hacia abajo, pero con más velocidad que antes. Quería que Yareth disfurtara y eso precisamente es lo que iba a hacer. Lo tomé como un reto, no pararía hasta que oyera algún gemido suyo o alguna señal de placer desesperado.
Cerré los ojos. Miles de imágenes invadieron mi mente y en todas ellas aparecía Yareth. Esos momentos que habíamos pasado juntos, la mayor parte de ellas discutiendo hasta que ambos habíamos descubierto el amor detrás del odio. Dejamos de pelearnos cuando nos miramos a los ojos después de decirnos lo que sentíamos, y después de nuestro primer beso, nos costaba cada vez más separarnos. El tiempo había pasado, pero la dependencia que sentía por él seguía ahí, ahora incluso más intensa; y me dolía enormemente tener que marcharme de nuevo. Odiaba la sensación que tenía al irme y dejarlo atrás, pero ahora tenía que olvidarlo, la menos por unos instantes, para dejar paso a otros sentimientos a parte de la soledad. Sabía que le dolía mucho más que a mí, por eso quería que ahora disfrutara de mí, de ambos,… “será como mi regalo de despedida” pensé abriendo los ojos y mirando a mi amado directamente al rostro.
A pesar de mantener el contacto visual con Yareth, no me detuve. Como había dicho, era un reto y estaba esperando a que él mismo me parase, solo para comenzar con lo que llevábamos tiempo esperando, quizás demasiado tiempo, pero por fin había llegado el momento. Le guiñé un ojo, traviesa, y seguí con lo que estaba haciendo mientras mis manos buscaban las suyas, para entrelazar los dedos con cariño. Hoy era noche de placer y nada ni nadie nos interrumpiría, por lo que teníamos toda la noche por delante.
Off: perdona que sea tan corto y raro, no es el mejor que he escrito...prometo mejores ^^
Erin Shax- Licántropo Clase Media
- Mensajes : 247
Fecha de inscripción : 13/03/2011
Re: Oscuridad., complice de lo inesperado. ( Erin )
Estaba pasando lo que no había sucedido aquella noche terminal, ahora estábamos mas adelantados de lo que pudimos llegar en esa noche... su cuerpo pegado al mío mientras que mis piernas sentían el roce de sus pechos al momento de que ella subía y bajaba a cada momento que lamia mi miembro, era una sensación indescriptible, poco usual en mi y que casi nunca sentía con nadie, puesto que solo ella me asía sentir lo que estaba sintiendo justo en estos momentos de locura, pasión y lujuria resguardada en mi desde hace tiempo atrás.
Erin comenzó a moverse con mas lentitud, por momentos aceleraba cada introducción que hacia ella misma, era un éxtasis tremendo que no podía disimular, las muecas en mi rostro no se desaparecían y cada vez eran mas fuertes y remarcadas, era demasiado fácil distinguírmelas aun siendo en la oscuridad de la noche y en medio de este bosque espectral. Después de varios minutos de placer intenso, volvió a mis labios con un beso que dejaba todo en el, demostrando la locura que provocaba cada uno de nosotros en nuestros propios sistemas licántropos... sentía sus uñas desgarrarme la piel por encima, era un dolor placentero que elevaba mas mis expectativas de deseo por ella y por todo lo que se viniera a cada momento, no podíamos parar y eso era un echo verídico que tanto ella como yo, bien lo sabíamos.
Nos mantuvimos juntos entrelazando nuestros labios por unos minutos... despego su rostro del mío y susurro un te quiero para no olvidarlo, sabia que jamás lo aria, así como no la olvidaba ni la olvidaría a ella, aun así pasaran cientos de años, ella bien sabia que solo podía pertenecer a una sola mujer y en cuestión se trataba de ella misma, de Erin, de aquella mujer que capturo todos mis sentidos, que doblego la simetría de toda mi defensa y que solo ella podía manipularme a como se le diera la gana, no podía poner resistencia con ella y me doblegaba demasiado, tanto que podía ser su títere, un juguete al cual manejara a su antojo, pues me tenia preso en las redes de sus encantos, de su cuerpo y de todo lo que ella era en realidad. Lentamente bajo hasta mi miembro nuevamente, con gran habilidad logro introducirlo en su boca sin meter las manos y comenzó de nuevo a darme placer, con tanta rapidez que sabia que no soportaría tanto... - Erin detente..!- casi suplique con gemidos extasiados y semiahogados en mis labios, ahora quería estar en ella, sentirla y llenar su cuerpo de pasión, de deseo, tanto como el que ella estaba ahora produciendo en mi.
Esta noche se estaba convirtiendo en la mejor noche de toda mi perra vida, en la noche que dejaría marcado mi cuerpo con las secuelas del cuerpo de ella y los recuerdos que se quedarían gravados en mi piel junto con sus besos y caricias, pero sobretodo con el olor y el calor que ella producía estando conmigo. Levante su rostro después de detenerla y sin hacer mucho movimiento logre que abriera sus piernas y lograra sentarse a horcajadas sobre mi... sentía su húmedo y calido sexo, aquel que en unos segundos estaría siendo asaltado por mi fuerza y por el grosor de mi miembro que se volvería loco al sentirse dentro de su cuerpo. Tome su cintura y la levante lentamente para después acomodarme en ella, después de unos segundos y de mirarle a los ojos, logre dejarla ceder ante mi y mi pene fue delineándose dentro de ella muy despacio, hasta quedar completamente dentro de su cuerpo... cerré los ojos por la sensación, la emoción se desbordaba en mi ser y la pasión comenzaba a subir como un termómetro al igual que el calor en todo mi cuerpo, tanto que podía visualizarse el vapor candente que mi piel expedía por todo mi ser.
Ahora era mía y yo de ella, su cuerpo estaba siendo penetrado por mi y era el momento de hacernos sentir el uno con el otro, lentamente recorrí su espalda con mis manos, poco a poco las fui bajando hasta llegar a su cintura y delineársela para después apretar su trasero y encarcelarlo entre mis dedos, como si este fuese a escaparse de mi y yo lograra impedir su huída.. los gemidos comenzaron a crecer y podía lograr sentir un éxtasis endemoniado, su cuerpo se meneaba de arriba hacia abajo y yo solo seguía sus movimientos, aquellos que comenzaban a volverme un demente, un loco apasionado de su sexo, de sus caricias, de todo lo que Erin era para mi y lo que asía conmigo, esta noche seria la noche mas larga de toda mi existencia y la viviría al máximo junto a la mujer que he amado toda la vida.
Off: lamento la tardanza, enserio perdon... algunos problemitas pero ya estoy aqui
Erin comenzó a moverse con mas lentitud, por momentos aceleraba cada introducción que hacia ella misma, era un éxtasis tremendo que no podía disimular, las muecas en mi rostro no se desaparecían y cada vez eran mas fuertes y remarcadas, era demasiado fácil distinguírmelas aun siendo en la oscuridad de la noche y en medio de este bosque espectral. Después de varios minutos de placer intenso, volvió a mis labios con un beso que dejaba todo en el, demostrando la locura que provocaba cada uno de nosotros en nuestros propios sistemas licántropos... sentía sus uñas desgarrarme la piel por encima, era un dolor placentero que elevaba mas mis expectativas de deseo por ella y por todo lo que se viniera a cada momento, no podíamos parar y eso era un echo verídico que tanto ella como yo, bien lo sabíamos.
Nos mantuvimos juntos entrelazando nuestros labios por unos minutos... despego su rostro del mío y susurro un te quiero para no olvidarlo, sabia que jamás lo aria, así como no la olvidaba ni la olvidaría a ella, aun así pasaran cientos de años, ella bien sabia que solo podía pertenecer a una sola mujer y en cuestión se trataba de ella misma, de Erin, de aquella mujer que capturo todos mis sentidos, que doblego la simetría de toda mi defensa y que solo ella podía manipularme a como se le diera la gana, no podía poner resistencia con ella y me doblegaba demasiado, tanto que podía ser su títere, un juguete al cual manejara a su antojo, pues me tenia preso en las redes de sus encantos, de su cuerpo y de todo lo que ella era en realidad. Lentamente bajo hasta mi miembro nuevamente, con gran habilidad logro introducirlo en su boca sin meter las manos y comenzó de nuevo a darme placer, con tanta rapidez que sabia que no soportaría tanto... - Erin detente..!- casi suplique con gemidos extasiados y semiahogados en mis labios, ahora quería estar en ella, sentirla y llenar su cuerpo de pasión, de deseo, tanto como el que ella estaba ahora produciendo en mi.
Esta noche se estaba convirtiendo en la mejor noche de toda mi perra vida, en la noche que dejaría marcado mi cuerpo con las secuelas del cuerpo de ella y los recuerdos que se quedarían gravados en mi piel junto con sus besos y caricias, pero sobretodo con el olor y el calor que ella producía estando conmigo. Levante su rostro después de detenerla y sin hacer mucho movimiento logre que abriera sus piernas y lograra sentarse a horcajadas sobre mi... sentía su húmedo y calido sexo, aquel que en unos segundos estaría siendo asaltado por mi fuerza y por el grosor de mi miembro que se volvería loco al sentirse dentro de su cuerpo. Tome su cintura y la levante lentamente para después acomodarme en ella, después de unos segundos y de mirarle a los ojos, logre dejarla ceder ante mi y mi pene fue delineándose dentro de ella muy despacio, hasta quedar completamente dentro de su cuerpo... cerré los ojos por la sensación, la emoción se desbordaba en mi ser y la pasión comenzaba a subir como un termómetro al igual que el calor en todo mi cuerpo, tanto que podía visualizarse el vapor candente que mi piel expedía por todo mi ser.
Ahora era mía y yo de ella, su cuerpo estaba siendo penetrado por mi y era el momento de hacernos sentir el uno con el otro, lentamente recorrí su espalda con mis manos, poco a poco las fui bajando hasta llegar a su cintura y delineársela para después apretar su trasero y encarcelarlo entre mis dedos, como si este fuese a escaparse de mi y yo lograra impedir su huída.. los gemidos comenzaron a crecer y podía lograr sentir un éxtasis endemoniado, su cuerpo se meneaba de arriba hacia abajo y yo solo seguía sus movimientos, aquellos que comenzaban a volverme un demente, un loco apasionado de su sexo, de sus caricias, de todo lo que Erin era para mi y lo que asía conmigo, esta noche seria la noche mas larga de toda mi existencia y la viviría al máximo junto a la mujer que he amado toda la vida.
Off: lamento la tardanza, enserio perdon... algunos problemitas pero ya estoy aqui
Yareth Farrel- Mensajes : 426
Fecha de inscripción : 27/03/2011
Re: Oscuridad., complice de lo inesperado. ( Erin )
Seguí “trabajando” con su miembro un rato más. Estaba extasiada, pues el hecho de darle placer a mi amado, hacia que yo misma sintiera ese placer, lo que me producía cierta locura para continuar cada vez más rápido y con más fuerza. Quería que Yareth, ese hombre que solo podía ser mío, disfrutara al máximo para que, a mi vuelta, supiera lo que le esperaba y más, pues yo ya lo estaba deseando. Sentía tanto amor por él que no me importaba que no recibiera en estos momentos, antes me había tocado a mí y ahora era el turno de mi lobo. Tenía que hacer que me suplicara que parara.
Sus gemidos se hicieron más y más sonoros, como si quisiera que las personas que me estaban esperando en la frontera del bosque con el carruaje oyeran lo que no debía ser oído, aunque estaba completamente segura que, si ahora no habían escuchado nada, en breves momentos lo escucharán. Efectivamente, Yareth me suplicó, entre gemido y gemido, que parase. Yo me detuve pues tampoco tenía que llegar a la gloria tan rápido. Lo miré a los ojos y sonreí, con esa sonrisa un tanto tímida pero a la vez traviesa. Sabía lo que quería.
Con la lengua, seguí el recorrido de su cuerpo, mientras sus manos aguantaban mi rostro. Besé sus labios suavemente, mientras él conseguía, como si hubiera dicho una palabra mágica, que mis piernas se abrieran y me sentara sobre él y su pene. Lo besé como si la vida me fuera en ello, mientras sus manos recorrían mi espalda hasta llegar al trasero, apretándolo como si quisiera evitar que escapara. Miré hacia el cielo estrellado disfrutando de la sensación. Era una noche oscura debido a la ausencia de la luna, la cual deja el paso a todas aquellas estrellas que serían testigos de los actos que Yareth y yo estábamos a punto de comenzar. Ahora era el momento de pasar a lo que habíamos venido a hacer. Todo lo anterior eran los preliminares, y ya iba siendo era de pasar a la acción.
Me levantó un poco, y al bajar muy lentamente, su miembro totalmente erecto, logró escabullirse dentro de mí. Fue la mejor sensación que había tenido hasta ahora, noté como mis músculos se contrajeron de placer, mi rostro se transformó a un rostro excitado y que estaba disfrutando, pero también en uno que todavía quería más, mucho más. Levanté mi cuerpo, siendo impulsada por mis piernas, para luego volverlo a bajar y volviendo a sentir aquella sensación. Un gemido se escapó de mis labios. Comencé a moverme con mayor regularidad, mientras Yareth seguía mis movimientos y los gemidos salían de ambas bocas. Mis mano agarraron el musculoso pecho del licántropo, quizás con demasiada fuerza, pero eso ahora no importaba, pues pensaba morderle, besarlo, acariciarlo, arañarlo, y miles de cosas más. Lo importante estaba ahora en nuestros sexos, los cuales estaban teniendo una charla que podría durar para rato y que ninguno de nosotros, quería que terminaran de hablar nunca.
Estaba llegando el momento, aquel momento donde el placer sería máximo, hasta casi insoportable. Podía sentirlo dentro de mí, subiendo por todo mi cuerpo hasta llegar a mis labios, donde haría su manifestación. Me mordí los labios mientras mis ojos se cerraban, pero cuando se abrían era para observar a la persona que estaba debajo de mí, y que también estaba disfrutando de la sensación. –Yareth… -susurré como pude mientras el maravilloso orgasmo llegaba a mí, de una manera que no había hecho nunca.
Esto era lo mejor que me había pasado nunca. Llegar al orgasmo con la persona que uno ama, es lo mejor que le puede pasar a esa persona y a su amada, pues ese grado de confianza no se tenía con otro ser humano existente, por muchas cortesanas y putas que hubiera, esta sensación era mucho mejor. Los gemidos eran más sonoros, casi eran gritos en mis labios. Mis manos apretaron con más fuerza el pecho de Yareth, con mucha fuerza, mientras miraba al cielo y sonreía antes de comenzar a gemir desenfrenadamente –Ah,…Dios mío,… -dije repetidamente entre el nombre de mi amado. Me movía rápido, muy rápido, más rápido que cualquier humano haciendo el placer más intenso y mis gritos más repetidos y más altos. “He tocado la gloria” pensé mientras, con un grito único dejaba ver lo que había pensado.
Paré unos instantes para tomar aliento y para bajar la cabeza hasta los labios de Yareth. Mi respiración estaba totalmente irregular y agitada. Le sonreí antes de besarlo mientras tomaba aliento. Aún así, sabía que esto no había terminado, tan solo era el principio y yo lo estaba anhelando y deseando con demasiada fuerza. Me acerqué a su oreja lentamente y le susurré –Gracias, por esta magnífica noche, pero que sepas que aún no ha terminado –pensaba que me iba a salir mejor la frase, pero la respiración todavía no me dejaba hablar con claridad. Le sonreí de manera traviesa antes de hacer un rápido movimiento, de tal forma que ahora Yareth estaba encima de mí con su miembro dentro de mi ser y con la hierba acariciando mi espalda. Había que terminar lo que habíamos empezado, pues el hecho de que yo ya hubiera tocado la gloria no quiere decir que él no pueda tocarla también y que yo no fuera a tocarla otra vez que, seguramente, sería lo que iba a pasar si seguíamos dándonos tanto placer durante mucho tiempo.
Off: sorry sorry sorry, los malditos examenes no me han dejado entrar y contestarte...perdoname!!!!!!
Sus gemidos se hicieron más y más sonoros, como si quisiera que las personas que me estaban esperando en la frontera del bosque con el carruaje oyeran lo que no debía ser oído, aunque estaba completamente segura que, si ahora no habían escuchado nada, en breves momentos lo escucharán. Efectivamente, Yareth me suplicó, entre gemido y gemido, que parase. Yo me detuve pues tampoco tenía que llegar a la gloria tan rápido. Lo miré a los ojos y sonreí, con esa sonrisa un tanto tímida pero a la vez traviesa. Sabía lo que quería.
Con la lengua, seguí el recorrido de su cuerpo, mientras sus manos aguantaban mi rostro. Besé sus labios suavemente, mientras él conseguía, como si hubiera dicho una palabra mágica, que mis piernas se abrieran y me sentara sobre él y su pene. Lo besé como si la vida me fuera en ello, mientras sus manos recorrían mi espalda hasta llegar al trasero, apretándolo como si quisiera evitar que escapara. Miré hacia el cielo estrellado disfrutando de la sensación. Era una noche oscura debido a la ausencia de la luna, la cual deja el paso a todas aquellas estrellas que serían testigos de los actos que Yareth y yo estábamos a punto de comenzar. Ahora era el momento de pasar a lo que habíamos venido a hacer. Todo lo anterior eran los preliminares, y ya iba siendo era de pasar a la acción.
Me levantó un poco, y al bajar muy lentamente, su miembro totalmente erecto, logró escabullirse dentro de mí. Fue la mejor sensación que había tenido hasta ahora, noté como mis músculos se contrajeron de placer, mi rostro se transformó a un rostro excitado y que estaba disfrutando, pero también en uno que todavía quería más, mucho más. Levanté mi cuerpo, siendo impulsada por mis piernas, para luego volverlo a bajar y volviendo a sentir aquella sensación. Un gemido se escapó de mis labios. Comencé a moverme con mayor regularidad, mientras Yareth seguía mis movimientos y los gemidos salían de ambas bocas. Mis mano agarraron el musculoso pecho del licántropo, quizás con demasiada fuerza, pero eso ahora no importaba, pues pensaba morderle, besarlo, acariciarlo, arañarlo, y miles de cosas más. Lo importante estaba ahora en nuestros sexos, los cuales estaban teniendo una charla que podría durar para rato y que ninguno de nosotros, quería que terminaran de hablar nunca.
Estaba llegando el momento, aquel momento donde el placer sería máximo, hasta casi insoportable. Podía sentirlo dentro de mí, subiendo por todo mi cuerpo hasta llegar a mis labios, donde haría su manifestación. Me mordí los labios mientras mis ojos se cerraban, pero cuando se abrían era para observar a la persona que estaba debajo de mí, y que también estaba disfrutando de la sensación. –Yareth… -susurré como pude mientras el maravilloso orgasmo llegaba a mí, de una manera que no había hecho nunca.
Esto era lo mejor que me había pasado nunca. Llegar al orgasmo con la persona que uno ama, es lo mejor que le puede pasar a esa persona y a su amada, pues ese grado de confianza no se tenía con otro ser humano existente, por muchas cortesanas y putas que hubiera, esta sensación era mucho mejor. Los gemidos eran más sonoros, casi eran gritos en mis labios. Mis manos apretaron con más fuerza el pecho de Yareth, con mucha fuerza, mientras miraba al cielo y sonreía antes de comenzar a gemir desenfrenadamente –Ah,…Dios mío,… -dije repetidamente entre el nombre de mi amado. Me movía rápido, muy rápido, más rápido que cualquier humano haciendo el placer más intenso y mis gritos más repetidos y más altos. “He tocado la gloria” pensé mientras, con un grito único dejaba ver lo que había pensado.
Paré unos instantes para tomar aliento y para bajar la cabeza hasta los labios de Yareth. Mi respiración estaba totalmente irregular y agitada. Le sonreí antes de besarlo mientras tomaba aliento. Aún así, sabía que esto no había terminado, tan solo era el principio y yo lo estaba anhelando y deseando con demasiada fuerza. Me acerqué a su oreja lentamente y le susurré –Gracias, por esta magnífica noche, pero que sepas que aún no ha terminado –pensaba que me iba a salir mejor la frase, pero la respiración todavía no me dejaba hablar con claridad. Le sonreí de manera traviesa antes de hacer un rápido movimiento, de tal forma que ahora Yareth estaba encima de mí con su miembro dentro de mi ser y con la hierba acariciando mi espalda. Había que terminar lo que habíamos empezado, pues el hecho de que yo ya hubiera tocado la gloria no quiere decir que él no pueda tocarla también y que yo no fuera a tocarla otra vez que, seguramente, sería lo que iba a pasar si seguíamos dándonos tanto placer durante mucho tiempo.
Off: sorry sorry sorry, los malditos examenes no me han dejado entrar y contestarte...perdoname!!!!!!
Erin Shax- Licántropo Clase Media
- Mensajes : 247
Fecha de inscripción : 13/03/2011
Re: Oscuridad., complice de lo inesperado. ( Erin )
El éxtasis en mi cuerpo se incrementaba rápidamente, no podía sostener un gemido, ni por más mínimo que este fuera, el placer que ella me estaba dando era insoportablemente agradable y congeniaba con lo que yo quería y pretendía… El momento había llegado como lo habíamos esperado Erin estaba sobre mi articulando su cuerpo y posicionado para lo que en segundos paso, al levantarla sosteniendo su trasero con fuerza, fui bajándola muy lentamente, su cuerpo estaba siendo poseído por el mío y de un solo empuje logre entrar en su intimidad sin más ni menos, ahora seria de hacer de nuestros cuerpos uno solo hasta que las energías de ambos devastaran y sucumbieran en nosotros.
Aquella hermosa mujer, la hembra que siempre amaba, estaba ahora sobre mí, moviéndose continuamente en un compás de música sonora que nuestros cuerpos creaban al golpearse entre sí, sus caderas frenéticamente se levantaban para después bajar clavándose mi pene hasta lo más profundo posible… era un momento inolvidable ya que se trataba de la mujer que tanto amaba, de la mujer que solamente abarcaba todos mis pensamientos aun convertido en una maldita bestia, en un animal sangriento que solo buscaba lo que quería y que esta noche quería poseer en todo momento a su amada, a Erin que ya en ese mismo instante y desde siglos atrás era la mujer que habitaba su corazón.
Las penetraciones eran más constantes, más fuertes y sentidas para ambos, pero en especial para ella, su cuerpo estaba siendo taladrado con fuerza por mí y por ella misma ya que ambos nos movíamos al compás de nuestros mismos cuerpos, la danza sexual que teníamos era una locura que nos asía perder la cordura y la sensación de saber quién era uno, yo, un animal perdido por el cuerpo de la mujer que amo me encontraba con las defensas bajas, ahora ella era la dominante de todo mi ser y de lo que yo hiciera en ese momento, pero no como ella quería, si no como yo se lo exigiera. Los ojos de Erin se perdían en la oscuridad, solo el reflejo de la luz de la luna lograban dejarme ver el blanquizco de estos al sentir tal satisfacción que solo sentíamos los dos… la lujuria y la codicia por sentirnos uno al otro era demasiada, ninguno de los dos queríamos separarnos y eso era lo que pasaría en toda esta maldita y sexual noche.
Mis manos apretaron sus muslos con fuerza para poder hacerle sentir más placer, de ese modo podía acentuar su cuerpo con movimientos más rápidos, pero al incorporarme de una manera agradable, las piernas de Erin comenzaron a contraerse, la presión de su vagina contra mi pene fue brutal, tanta que pude sentir la calidez de un líquido, aquel que era el jugo de su cuerpo que había decidido salir y dejar con pocas fuerzas el cuerpo de mi amada… Erin disfrutaba esa sensación, podía verlo y sentirlo ya que yo también lo estaba disfrutando al máximo, había escuchado mi nombre de sus labios, aquel que solo sonaba con gran emoción al ser nombrado por ella y esbozado por su deliciosa boca.
La pasión era demasiada, no podía contener ni un poco de ella dentro de mí, mis gemidos se convirtieron en gruñidos y alaridos con fuerza, me aferraba al cuerpo de Erin deseando más de ella, lentamente me levantaba y mordía discretamente su hombro para después dejar caer mi cuerpo asía atrás con las manos abiertas como un cristo. Lentamente mi hembra se detenía tomando un aire, un respiro que ambos necesitábamos pero en especial ella que con tanto movimiento frenético su respiración se entrecortaba en cada momento, sus labios se pegaron con los míos después de unas palabras encantadoras que salieron de sus labios… la noche era larga y tampoco quería que terminara así tan rápido, entre los movimientos ella logro dar un giro inesperado, su cuerpo quedo bajo el mío sin siquiera salir de ella, el grosor de mi pene se acentuaba a las paredes vaginales de su cuerpo.
Ahora me encontraba entre sus piernas, incorporado de la mejor manera posible, mis rodillas friccionaban con la hierba de aquel espeso bosque, su espalda quedaba desnuda ante la misma hierba y ahora era el momento en el cual afrontaría ella las embestidas potentes que le daría sin siquiera pensarlo dos veces… Comencé con un lento movimiento mientras me acoplaba a ella, conforme a los segundos fui aumentando hasta poder golpear mi pelvis contra ella, escuchando el fuerte cliqueó que nuestras pieles dejaban escuchar, entraba en ella una y otra vez golpeando mis testículos contra su trasero… era delirante y magnifico que comencé a sacar los más fuertes aullidos mientras que entre ellos lograba decir lo mucho que la amaba… MI hermosa loba te amo con todas mis fuerzas.-
Aquella hermosa mujer, la hembra que siempre amaba, estaba ahora sobre mí, moviéndose continuamente en un compás de música sonora que nuestros cuerpos creaban al golpearse entre sí, sus caderas frenéticamente se levantaban para después bajar clavándose mi pene hasta lo más profundo posible… era un momento inolvidable ya que se trataba de la mujer que tanto amaba, de la mujer que solamente abarcaba todos mis pensamientos aun convertido en una maldita bestia, en un animal sangriento que solo buscaba lo que quería y que esta noche quería poseer en todo momento a su amada, a Erin que ya en ese mismo instante y desde siglos atrás era la mujer que habitaba su corazón.
Las penetraciones eran más constantes, más fuertes y sentidas para ambos, pero en especial para ella, su cuerpo estaba siendo taladrado con fuerza por mí y por ella misma ya que ambos nos movíamos al compás de nuestros mismos cuerpos, la danza sexual que teníamos era una locura que nos asía perder la cordura y la sensación de saber quién era uno, yo, un animal perdido por el cuerpo de la mujer que amo me encontraba con las defensas bajas, ahora ella era la dominante de todo mi ser y de lo que yo hiciera en ese momento, pero no como ella quería, si no como yo se lo exigiera. Los ojos de Erin se perdían en la oscuridad, solo el reflejo de la luz de la luna lograban dejarme ver el blanquizco de estos al sentir tal satisfacción que solo sentíamos los dos… la lujuria y la codicia por sentirnos uno al otro era demasiada, ninguno de los dos queríamos separarnos y eso era lo que pasaría en toda esta maldita y sexual noche.
Mis manos apretaron sus muslos con fuerza para poder hacerle sentir más placer, de ese modo podía acentuar su cuerpo con movimientos más rápidos, pero al incorporarme de una manera agradable, las piernas de Erin comenzaron a contraerse, la presión de su vagina contra mi pene fue brutal, tanta que pude sentir la calidez de un líquido, aquel que era el jugo de su cuerpo que había decidido salir y dejar con pocas fuerzas el cuerpo de mi amada… Erin disfrutaba esa sensación, podía verlo y sentirlo ya que yo también lo estaba disfrutando al máximo, había escuchado mi nombre de sus labios, aquel que solo sonaba con gran emoción al ser nombrado por ella y esbozado por su deliciosa boca.
La pasión era demasiada, no podía contener ni un poco de ella dentro de mí, mis gemidos se convirtieron en gruñidos y alaridos con fuerza, me aferraba al cuerpo de Erin deseando más de ella, lentamente me levantaba y mordía discretamente su hombro para después dejar caer mi cuerpo asía atrás con las manos abiertas como un cristo. Lentamente mi hembra se detenía tomando un aire, un respiro que ambos necesitábamos pero en especial ella que con tanto movimiento frenético su respiración se entrecortaba en cada momento, sus labios se pegaron con los míos después de unas palabras encantadoras que salieron de sus labios… la noche era larga y tampoco quería que terminara así tan rápido, entre los movimientos ella logro dar un giro inesperado, su cuerpo quedo bajo el mío sin siquiera salir de ella, el grosor de mi pene se acentuaba a las paredes vaginales de su cuerpo.
Ahora me encontraba entre sus piernas, incorporado de la mejor manera posible, mis rodillas friccionaban con la hierba de aquel espeso bosque, su espalda quedaba desnuda ante la misma hierba y ahora era el momento en el cual afrontaría ella las embestidas potentes que le daría sin siquiera pensarlo dos veces… Comencé con un lento movimiento mientras me acoplaba a ella, conforme a los segundos fui aumentando hasta poder golpear mi pelvis contra ella, escuchando el fuerte cliqueó que nuestras pieles dejaban escuchar, entraba en ella una y otra vez golpeando mis testículos contra su trasero… era delirante y magnifico que comencé a sacar los más fuertes aullidos mientras que entre ellos lograba decir lo mucho que la amaba… MI hermosa loba te amo con todas mis fuerzas.-
Yareth Farrel- Mensajes : 426
Fecha de inscripción : 27/03/2011
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