Te basto un segundo para cambiar mi alma... [+18]

El carruaje avanzaba a paso ligero, mi cuerpo se movía al compás del camino de tierra, mis ojos solo tenían un punto en el que se posaban la cara de Lionel, sus rasgos no eran característicos de un gitano, el color de su piel era muy blanca y era bien delgado, parecía frágil pero sabia que no lo era. Su interior era como un gran león, un león que me estaba cautivando en silencio, que anhelaba tener entre mis brazos y no soltarlo jamas. ¿Que era este pensamiento? aquella pregunta rondaba sobre mi cabeza, pero no necesitaba respuestas por que los nervios, el latir fuerte de mi corazón y los escalofríos reiterativos me daban una respuesta clara.

- Yo soy de Inglaterra, mi familia reside halla y soy cazador - aquello resumía todo lo que yo era, sin mas detalles, sin mas lujos ni adornos, yo no era de ostentar lo que tenia mas por que no me importaba, eran cosas materiales ademas lo único que me importaba era tener alimento para mis animales, para mis empleados y poder abastecerme de armas y de balas de plata. - Mi vida se resume a eso... - en realidad había omitido que no era un cazador de animales comunes y corrientes, si no que era un cazador de bestias feroces, pero todo a su tiempo.

Corrí unos escasos centímetros una cortina que cubría la ventana para mirar donde estábamos, logre ver algunas antorchas prendidas de la entrada de la finca, el carruaje comenzó a bajar la velocidad hasta detenerse por completo - Estamos en la Finca Las Nubes, Espero no le moleste que le haya traído a mi hogar - dije con un tono completamente serio, aquello me había emocionado un poco ya que nunca traía a nadie a este lugar. Era mi hogar donde ocultaba mis secretos, donde toda mi vida estaba en aquel lugar. La puerta se abrió y el chófer con una mirada misteriosa nos miro le dije que se podía retirar y guardar los caballos, me baje de aquel lugar y la tormenta estaba cesando aunque el frió seguía la temperatura había bajado claramente.

-Sígueme - le dijo ordenando mientras comenzaba a subir por las escaleras que daban a la gran puerta de la mansión. La puerta estaba tallada a mano, tenia unas figuras de flores barnizadas cuidadosamente, la casa tenia 2 pisos, 7 habitaciones y un sin fin de otros espacios donde nunca recorría. Me quede parado en la puerta y di un suspiro mientras me daba vueltas para mirarle acercarse, sentia una extraña necesidad de el. Pero me sentía tan nervioso que no podía pensar ni actuar claramente, Xavier tranquilo me dije para mi mismo y cuando estuvo frente a mi, me acerque lentamente a el tome su rostro entre mis manos y le di un beso, eso quería hacer pero no sabia como actuar frente a el y por mas frió que me mostrara con el, ya no podía era mi debilidad.

Es un hombre de cabellera larga, de facciones pronunciadas con una mirada intimidante cuando le quedas mirando por más de un segundo, de labios carnosos suaves de los que no quieres alejarte una vez que ya los has probado, de piel blanca casi como la de un vampiro pero no, es un gitano por sus venas corre la pasión gitana, su etnia es lo que lo hace tan especial, su nombre aquel que lleno mis sentidos al momento que los escuche. Aquel que tenía enfrente en ese momento era la persona más especial que había conocido, a lo largo de mi corta vida y lo más importante de todo era que… su corazón latía, podía sentirlo y escucharlo estando cerca de él. Su respiración cálida y ese brillo que solo los humanos tenían en la mirada ¿Qué más podía pedir?

Le quede mirando a los ojos cuando hablo en cierta parte me causo gracia oír eso de aquel gitano y le dedique solo una sonrisa suave – No deberías confiar tan rápidamente de un extraño – me gire para abrir la gran puerta y sin siquiera pedir permiso tome la mano de Lionel enredando sus dedos con los míos entramos al interior y lo primero que estaba era la sala de estar, que estaba completamente a oscuras y tan solo se distinguían unos cuadros colgados en las paredes, siguió avanzando hasta llegar al living no, no era ahí donde quería estar, ¿Cuál sería el lugar más cómodo? Pensé para mí mientras continuaban avanzando por la mansión que en ese momento parecía más grande de lo que en verdad era. Aun a oscuras nada se podía apreciar del todo y en realidad era lo de menos solo tenía que hallar el lugar adecuado. Llegamos a la gran puerta que daba a la biblioteca y me gire para verle a su rostro – Podría yo ser un asesino y querer acabar con tu vida – Dibuje una sonrisa en mi rostro, si ya tenía el control de nuevo de mis emociones y eso era muy bueno y satisfactorio para mí. Me acerque a él rozando sus labios con los míos y dejando mi boca a la altura de su oído – NO asesino a humanos que huelan tan bien y ni mucho menos al que tomo la osadía de besarme – susurre de la forma más sutil posible y para que tan solo el me escuchara, aun estando sin más personas a nuestros alrededor la mansión estaba en silencio y no quería irrumpir aquello. Dando la espalda a la puerta con mi mano desocupada la abrí y heche mi cuerpo hacia atrás llevándome consigo al gitano hacia ese lugar.

Era la biblioteca, constaba de dos pisos en el segundo se encontraban las estanterías repletas de libros, de todos los tiempos, autores y de maces cosas de importancia para Xavier y su familia. Pero el primer piso tenía una gran chimenea y un reloj inmenso colgado en una de las paredes, no había nada más que Almohadones inmensos en el suelo y una alfombra que cubría la madera del piso de pared a pared miro a Lionel y se acercó nuevamente a su otro oído – En esta lugar solo hay una regla, no se puede pisar la alfombra con los zapatos – mientras le decía aquello aproveche de sacarme los zapatos que llevaba puesto, era solo un capricho y como era una biblioteca el silencio era importante y los zapatos solían hacer ruidos extraños. Me aleje completamente del gitano y me acerque a la chimenea para poder encenderla, aquello era algo fácil siempre estaba lista y con algunos químicos para apresurar la llama y luego dejar que las maderas hicieran lo suyo. Me aleje del fuego que comenzaba a tintinear y me senté sobre un almohadón – Ven Lionel… - Le dije señalando la otra almohada que estaba frente a la mía. – Ahora estaremos más cómodos – justo cuando termine de hablar el reloj comenzó a sonar eran las 12 de la noche y tum hacia retumbar mi cabeza y luego dejo de tocar. Y tan solo me concentre en Lionel y en derrumbar la barrera que cubría mi corazón, para darme una oportunidad de querer y quizás para amar.

Por qué hacía eso, ¿A caso no se daba cuenta que lo deseaba? Y con aquel roce solo me hacía desearlo más, tenerlo entre mis brazos, apretarlo, besar cada centímetro de su cuerpo, tocar sentir la calidez de su piel, su suavidad, fundirme en el sin que nadie más que él y yo lo disfrutemos, mi corazón se agito excitado por la infinidad de cosas que comencé a sentir en ese solo segundo y todo emanaba del gitano cabellera larga que tenía frente a mí. El fuego iluminaba lo necesario para poder apreciar a Lionel y no me importaba si él se fijaba de que con mis ojos ya me lo había imaginado siendo mío, eso quería. Si, lo que no sabía era como controlaría todo desde ese momento era tan solo una hoja en blanco, sabia lo suficiente de él.

Tu aroma es un manjar para mis sentidos, el más dulce que nunca antes había olfateado – no eran las grandes palabras pero no me importaba, así lo sentía era eso un manjar del cual probaría todo. En el momento que el reloj dejo de anunciar la hora acerque mi cuerpo al ajeno silencioso, con misterio ver su hombro cubierto por un mechón de cabello ¡DIOS! Este hombre no me deja pensar con claridad pensé para mí, mordí mi labio inferior algo fuerte reprimiendo lo que sentía ese instinto que me llevaba a protegerlo, amarlo, desearlo. Algo si tenía claro no lo dejaría ir, no podía el ya forma parte de mi vida del momento que beso mis labios cambio todo del cielo a la tierra.

Me acerque lentamente sin apresurar nada y corrí su mechón de pelos hacia atrás, dejando al descubierto su pálido hombro, me dedique a observarle así el deseo crecía comencé a sentir calor y me saque el sweater que me abrigaba quedando tan solo en camisa al igual que él. ¿Qué estaba haciendo? Mi mente seguía en completo blanco ideas vagas adornaban mi espacio y… no aguante me acerque lo más que pude a el de rodillas y deposite un beso en su hombro e hice un camino imaginario hasta llegar a su cuello el cual continué besando hasta llegar a su oído donde mi respiración ya estaba agitada – Te deseooo- dije suave, sutil excitado mordí el lóbulo de su oreja y regrese a sus labios para darle un beso dulce, apasionado como jamás lo había dado. Una de mis manos estaba en la nuca de Lio dándole caricias y la otra buscando la ajena para entrelazar sus dedos con los ajenos. Lentamente y sin apuros comencé a dejar el cuerpo recostado sobre la alfombra sin separar mis labios de los suyos. Con cuidado y muy cariñoso desabroche cada botón de su camisa dejándole abierta para poder darle caricias, mi mano que sostenía la suya corrió a su pecho acariciando casi sin rozar su piel con la mía… -Lo siento… pero el deseo se apodero de cada célula de mi cuerpo y… te quiero no sé qué hiciste ni como pero no quiero alejarme de ti jamás. Quiero que seas solo para mí tal como yo seré única y exclusivamente para ti en cuerpo y alma. – mis palabras se escucharon claras y agradecí que logre formularlas ya que poco a poco me estaba dejando llevar por sus encantos aquella pasión gitana que emanaba por todo su ser – Lionel… - susurre a la altura de su oído para seguir con mis caricias y besos…- Tócame – tome su mano y la lleve por debajo de mi camisa, para que así sintiera de la misma forma que yo lo estaba haciendo.

Sintió como todo su cuerpo cedía ante las caricias de Lionel sentir como era acariciado, su respiración se agitaba paulatinamente y quería más, quería probar todo del gitano quería que esto fuera el principio de una relación, ya lo había decidido no quería a nadie más que no fuera Lionel cuando dijo aquello que me pertenecía no pude quedar mejor lleno de júbilo – Ahora que me perteneces quiero todo de ti – acaricie sus cabellos enredándolos entre mis dedos, el calor que ahora sentía no era el del fuego si no era el que provenía del cuerpo blanquecino del gitano. Aleje mis labios de los ajenos y baje en busca de su cuerpo, memorizando cada paso cada centímetro, bese una de sus tetillas y le pase la lengua saboreando de su piel, mientras con la otra mano dibujaba círculos en su pecho. Cambio de tetilla e hice lo mismo sin dar tregua mi cuerpo quería más. Si necesitaba de Lionel.

Te necesito Lionel… - añadí bajando por su pecho depositando besos tiernos y caricias por todo lo que podía tocar en ese momento. Mis dedos jugaron en el borde de su pantalón indeciso pero con ansiedad, quería hacer de esta noche algo inolvidable y sabía que asi seria estaba con alguien especial, un gitano que lo había encantado y cada minuto que pasaba sentía que lo amaba más, y no dudaría ni un minuto. Subió para besarlo de nuevo un beso desesperado una lucha lengua a lengua saboreando, enamorando y deseando cada vez más, mis dedos sin pedir permiso desabrocharon su pantalón y una de mis manos de adentro tocando su virilidad sobre su ropa interior. Mi cuerpo pedía eso, quería hacerlo entregarle mi alma y mi corazón, le di suaves masajes tal como el me lo había pedido con aquella frase “Por favor...tócame también...” sentí su bulto, sentí como mis labios babeaban en su boca buscando apagar todo en mí. Pero mi pasión era más, me levante y como si de un juego se tratara comencé a bajarle los pantalones, solo los pantalones dejándolo con su ropa interior. Lo observe, de mi posición mis ojos no podían dejar de recorrerlo de los pies a la cabeza, el deseo crecía y mi corazón latía aun con más fuerzas, me quite la camisa que aun cubría mi espalda y la deje caer, mi cuerpo se posó sobre el ajeno moviéndome lentamente sobre él, fundiéndome en un beso que parecía interminable.

Mmmh te… te quiero… Lionel – deje escapar de mis labios reprimiendo el gemido que tenía oculto pero no podía claro que no. Mi lengua buscaba territorio en la boca ajena masajeando la chupándola, cada momento perdía un poco el control pero si no fuera asi no estaría haciendo lo que mi cuerpo y mi mente pedía a gritos, mi alma sentía ese amor provenir del gitano haciendo que cada vez mas todo se redujera y fuera AMOR del más puro, el más simple y complejo a la vez. A pesar de sentir amor por ese hombre la dicha me llenaba, me excitaba que fuera el con el que mi cuerpo quería estar.

Era mi primera vez con un hombre, era la primera vez que besaba a uno, que acariciaba un cuerpo igual al mío, pero no era cualquiera si no que era el cuerpo de Lionel con sus lunares que cautivaban con su delgadez que lo excitaba, pensar con claridad le estaba siendo difícil en ese momento pero sabía que pensar no era lo más propicio en ese momento. Acariciar el cuerpo ajeno era un manjar para mí en ese momento. El cambio de posición me sorprendió y me dejo ver que él también me deseaba con las mismas ganas que yo. Mordí mi labio inferior sin quitarle la vista de encima, no podía dejar de apreciar esa belleza tan diferente a todas las demás, mi virilidad respondía a cada acto que hacia Lionel y cada segundo que pasaba el deseo iba en aumento.

Asentí con la cabeza para que siguiera con lo que tenía planeado, ya no podía decirle que no al que había derrumbado todo mi mundo con un solo beso. Tome sus manos y yo mismo le ayude para hacer algo en conjunto, para demostrarle que no tenía por qué temer que era algo puro, natural. Lo incite a seguir ya no había vuelta atrás y tampoco quería aquello, solo lo necesitaba a el para vivir. – Lionel eres mi razón para vivir – le dije con la seriedad que solía mostrarse en mi rostro pero esta vez iba con algo de sensualidad en mis palabras, levante mis caderas para dejar bajar el pantalón y ya no pude contenerme y con una mano en la nuca ajena atraje a Lionel a mis labios para que con una mordida besarlo con desesperación, la excitación crecía en mi interior y solo quería estar con el, fundirme en sus brazos, en su cuerpo y no separarse jamás del gitano que hacia latir su corazón con fuerzas y descontrol.

Con algo de cuidado introduje mi mano entre la ropa interior de Lionel sosteniendo aquel miembro viril ajeno y con cuidado comencé a darle suaves masajes, sin ningún momento separarme de aquellos labios carnosos que tanto deseaba mordí el labio ajeno y continué subiendo de tono masturbándole con deseo, haciendo que aquella virilidad creciera en mis manos y se pusiera más dura. – Lioooneeel – dije en medio del beso, y sentí como los jadeos venían de la mano con cada movimiento de mi cuerpo – Mmmmmh – esto estaba siendo mejor de lo que en algún momento pude llegar a imaginar – Te quiero para mi – dije alejándome de sus labios mas mi mano seguía ahí estimulando – Te quiero para siempre – comencé a decir con algo de sensualidad en mis palabras - Te quiero Lionel… - añadí entre jadeo y jadeo. Con cuidado saque mi mano y me tendí sobre el cuerpo de Lionel quitándole su ropa interior mientras le besaba de arriba abajo, con deseo con pasión, con… con todo lo que tenía para entregarle en ese momento. Vi su miembro erecto y juguetona mente pase mi lengua por el glande ajeno, humedeciendo aquella parte mientras mi mano seguía en el tronco masturbándole, abrí un poco la boca y apreté la cabeza con mis labios para abrir un poco más, tanto las piernas de Lionel como mi boca y dar paso de aquel al interior de mi cavidad bucal, apretándole con fuerza y saboreando todo a mi paso.

La boca se me hacía agua mientras seguía incesante sin darle tregua a su virilidad que aún mas erecta que en un principio creía en mi boca, por unos instantes paso por mi cabeza la idea de lo que estaba haciendo, Lionel era un hombre yo no sabía tocar a uno siempre estuve ligado a faldas al roce de la piel de una fémina pero ahora era diferente. Un hombre, con la piel tan fina como si se tratara de una dama, no habían pechos que agarrar pero si pezones que lamer… también… había aquello que estaba en mi boca y que verdaderamente me sorprendía a mí mismo el acto que estaba llevando, seguí masajeando sin cesar el miembro ajeno lamiendo con deseo apretándolo con mis labios succionándolo y saboreando la piel cálida del gitano. Separe mis labios y con una de mis manos masaje suavemente sus testículos besando su vientre y subiendo hasta sus pezones… su cuello… llegue a su oído y pase mi lengua suavemente por el lóbulo de su oído. – Me embrujaste con el sabor de tus labios – susurre acercándome a sus labios depositando un beso apasionado con ganas de más y me aleje de ellos para irme a su otro oído – Haces que mi cuerpo quiera todo de ti – dije casi sin respiración lamiendo con deseo y bajando por su cuello para devolverme a sus labios y darle una mordida dando paso a mi lengua en su boca terminando en un beso. Robándole el aliento, su alma y su corazón en ese mismo momento.

Tome su mano y la lleve a mi erección para que la tocara, para que sintiera la dureza que él había producido con el deseo que sentía al sentir su cuerpo cerca el mío, el sabor de sus labios, su mirada seductora. Todo en el cuerpo del gitano me envolvía, quería hacerle el amor, entregarle todo lo que tenía para darle; ser uno en cuerpo y alma, las dudas venían a mi cabeza pero bese sus labios y todo se esfumo. – Te amo… - dije sin separar mis labios de los ajenos. Dios me estaba enloqueciendo no sabía si tenía que pedir permiso o solo hacerlo… en realidad… Si sabía lo que quería hacer pero no como.

Separe las piernas de Lionel, alejándome por completo de sus labios acaricie su pecho suavemente mientras con una de mis manos tomaba mi erección y comencé a rozar su entrepiernas con el, suavemente mis ojos estaban puestos en los de Lionel, mi corazón latía fuerte y mi respiración se volvía torpe – Nunca… he hecho esto – musite mientras me acercaba a su cavidad inferior dándole masajes suaves apoye una de mis manos cerca de la cabeza del gitano y mirándolo seductoramente – seremos uno – bese sus labios y con algo de dificultad comencé a entrar en el, era dificultoso, pero demasiado excitante como para pensar en otra cosa que no fuera poseerlo en ese mismo lugar, un gemido se escapó de mis labios mientras la parte más difícil había entrado el glande, la suavidad y presión que sentía en ese momento me estaba volviendo loco, lentamente y con cuidado de no causarle daño comencé a entrar por completo en él.

-¿Esto era lo que se sentia cuando el placer sexual que estaba paseando por tu cuerpo te hacia perder el control? Era su primera vez, solo podia esconder su boca con la palma de la mano mientras su respiracion se habia más agitada, dejando que la palma de su mano se notara temblorosa mientras arqueaba su pecho...¿Era tabu? aquello de dos hombres estando el uno con el otro sintiendo tal placer estaba claro que a los ojos de los demás no sería bueno incluso si alguien entrase temia por la reputacion de Xavier pero aun asi se baño en aquel placer dejando sus dos manos apretadas en la espalda de Xavier cuando se acerco, mordiendose los labios intentando no gemir demasiado cuando su lengua pasó por aquel lugar herógeno de su cuerpo mientras envolvió su cuello sonriendo cuando besaba sus labios con aquella pasion pues no solo habia placer sexual sino ese cosquilleo que lo completaba conforme sus labios se abrian dejando su frente con la de Xavier-

Cuando me tocas...mi cuerpo reacciona demasiado, puedo sentir a mi corazon murmurar tu nombre, a todo mi pecho sentirse orgulloso, contento, de que seas tu quien esté..tocandolo

-Su respiracion se volvia agitada una vez mas, cerrando los ojos, modiendose los labios mientras sus dedos navegaban por la ereccion de Xavier, besando sus labios, volviendo a morder su boca dejando que su pulgar frotase su glande mientras los demas dedos trabajaban gentilmente sobre el tronco del miembro ajeno, abriendo de pronto los ojos completamente sonrojado "te amo" era la palabra que sus labios habian estado pronunciando bajo su respiracion sin decirla en alto por si acaso era una molestia, arqueó de pronto su pecho jadeando mientras le volvia a abrazar casi con ncesidad mirandole a los ojos...sonrio besando sus labios de nuevo mientras depositaba sus manos en su cuello sonriendo timido, excitado, dejando que unas gotitas de sudor acariciasen su pecho mientras el cabello de Lionel parecia una enredadera, que se descuidaba cuando el gitano absorbia un poco mas el aire de su alrededor para saborear una vez más el olor que habia dejado la saliva de su xavier-

Xavier...te amo tanto...

-Se mordió los labios, acariciando sus mejillas cuando sus piernas fueron separadas, las mejillas de Lionel aun pervivian debido a ese recuerdo de verguenza por estar con las pierna separadas, en aquel momento...si entrase alguien ajeno a ambos solo veria "sexo" mientras que él estaba sintiendo aquella anticipacion de como habia dicho Xavier, ser uno, convertirse en una misma razon, en un mismo corazon, en una misma respiracion, dejo su rostro apoyado, las manos acariciando el pecho de Xavier mientras aquella mirada seductora hacia que soltara un jadeo de sus labios, indicandole con caricias que no tenia qu epreocuparse de nada, su interior le apretaba, le ponia a prueba, por mucho que quisiera que su entrada estuviera más relajada era sumamente imposible debido al nerviosismo-

Te empiezo a sentir dentro...pronto seremos uno Xavier, Mi Xavier

-Acaricio sus mejillas, notando el tartamudeo de su slabios cuando empezaba a entrar, sus tobillos pasaron a estar cerca de sus caderas al abrazarle de pronto por las caderas, se mordio los labios dejando fluir un suspiro agitado, sonoro, mientras dejaba las manos sobre su boca respirando agitado, estaba sintiendo cada vez mas placer, demasiado...queria gritar que le amaba y al mismo tiempo mostrarle lo bien que estaba sintiendose, envolvio de pronto su cuello acercando desesperado a Xavier a sus labios dejando un beso apasionado en sus labios cuando jadeaba en su boca-

A.ahh...

Y todo se redujo al placer que comenzaba a sentir en ese mismo intente, mi cuerpo y el ajeno ahora eran uno solo, su calor me extasiaba, su sudor me encantaba y su mirada… Dios esa mirada me estaba matando poco a poco. Lo tome por los hombros y lentamente comencé a moverme en él, el placer aumentaba y me gustaba el hecho de sentirlo. Y aunque no fuese una mujer era el hombre perfecto. Mi cabeza volaba en un mar de críticas, recuerdos y metas y añoranzas pero todo se disolvía cuando mis labios entraban en contacto con los del gitano. Su sabor dulce, me embriagaba, sus jadeos reprimidos me incitaban a más y no me detendría, estaba en el cielo con el mismísimo ángel de la pasión gitana en persona, Lionel.

Somos… somos uno… - mi vos salió con dificultad, mi corazón estaba a punto de estallas y no podía controlar mis movimientos, que poco a poco se volvían más intensos, más fuertes, con más deseo de poseerle por completo, de hacerlo mío y dejar mi marca en su alma. Ahora estaba reclamándole como mi propiedad, como mi amor, el único. Cerré los ojos y levante un poco el tronco alejándome levemente de él, continúe con las embestidas disfrutando, a veces se me salía un jadeo o un rugido diría yo, pero no me importaba, por mi escuchara todo el mundo que estaba feliz, que por fin había encontrado a mi pareja a mi otra mitad. Volví a acercarme a el buscando sus labios para morderlos y luego hundirme en un beso donde mi lengua luchaba buscando poder, buscando al ser amado. – Te quiero… te amo… te necesito – dije en medio del beso, del cual me estaba saboreando de ese dulzor que era un vicio para mis sentidos.

Acerque mi boca a su oído, mis movimientos ahora se tornaban lentos y profundo mi respiración seguía agitada y mi lengua masajeaba el lóbulo del oído ajeno. – Ámame – susurre suavemente, mi cadera seguía chocando con el cuerpo ajeno, entrando y saliendo de ese cuerpo perfectamente esculpido. Era mi primera vez con un hombre, mi primera vez con alguien a quien de verdad amaba, mi primera vez en Paris… mi pecho se inflaba a medida que mi respiración agitada seguía un curso de desesperación. Quería gritar, pero me contuve mis labios besaban aquella zona que al parecer era un estímulo para el gitano – Ho… Lionel… - alcance a decir como suplica mientras seguía moviéndome. Volví a alejarme de su cuerpo, sin dejar de penetrarlo, y con mis manos toque el miembro erecto de Lionel, dándole masajes acorde yo entraba en el. Solo quería satisfacerle, llenarlo de placer, de amor, de mí….

Jadeo tras jadeo, gemido tras gemido, poco a poco perdía el control de mis actos, mis movimientos se tornaban rápidos, fuertes y lentos y profundos, me había subido a la misma montaña de las emociones y estímulos. Solo el, solo yo ya no hacía falta más nada para tener fe que era amor, puro y nada más que un sentimiento que cruzaba las fronteras de lo permitido. Si me quemasen en la hoguera moriría feliz, había conocido el amor.

-Se mordía los labios, entre cada beso notaba como su corazón se desbordaba como su cuerpo se mecía con cada embestida teniendo que situar al menos una mano en el suelo para que su cuerpo no resbalase y se moviera por todo el suelo hasta tener un lugar en el que apoyarse, respiraba agitado cuando en su interior todo su cuerpo se agitaba de sobremanera sintiendo el placer pero no solo el placer fisico sino el placer interior mientras a cada movimiento las manos de Lionel danzaban por aquel cuerpo masajeando e incluso quedandose de una mejor manera con su silueta, desde su nuca hasta sus hombros saboreando el sabor de sus labios, emitiendo un gemido suficientemente sonoro en el instante que notó como su lobulo era lamido, mordido-

Te amo y lo haré por a-ahhh el resto de mi v-v-vvv-vid-da

-No queria ponerse en ridiculo mientras sus manos apretaban la espalda de Xavier dejando sus dedos casi clavarse en su piel, respirando agitado en su oido sintiendo sus piernas separadas apretarse contra la cadera ajena, entraba, salia, entraba, salia, su interior se dilataba como si estuviera diciendole "bienvenido" todo su cuerpo estaba expulsando encimas de sudor, olor que no era el tipico aroma que el sexo dejaba sino el aroma de ambos cuerpos amándose, dejandose llevar por cada embestida que desprendia mas movimientos pasionales, estaba cerca, podia sentirlo, arqueo su pecho casi con violencia cuando el placer se hacia inconfundible pero ni aun asi queria separarse de él.

Le abrazaba con el brazo derecho reteniendo su cuerpo con el izquierdo para poner un poco de resistencia y que ambos pudieran sentir mas placer, era suyo, era solo suyo Lionel pertenecia a Xavier y Xavier pertenecia a Lionel, tenia pro primera vez esos sentimientos que siempre habian estado dormidos de deseo, de posesividad, de todo lo que pudiera imaginar...gimio de pronto envolviendo sus caderas con las piernas apretando su rostro en su cuello, robando algunos besos de sus labios sintiendose incluso más excitado cuando los gemidos salian de la boca de aquel hombre-

Xavier Sinclair...mi amor...

-Replico sonrojado, moviendo las caderas, cada embestida era cada vez más placentera, mas juguetona porque respondia meciendo las caderas con un poco más de firmeza, apretando las caderas de Xavier bajo las manos dejando sus dedos en los gluteos de Xavier mientras su boca rozaba la ajena, de ese modo no solo con los tobillos sino con las manos le instaba a continuar, no podia mas, sentia aquel presemen manchar ambos vientres mirando avergonzado su miembro rojizo, su glande que expulsaba ese liquido transparente haciendo veces de lubricante por como habia caido un poco en sus muslos, haciendole jadear mientras los calambres aplacaban sus deseos por mantener silencio, abriendo los labios continuamente para mencionarle su nombre, para gemir, para hacerle sentir con cada movimiento lo que estaba logrando en cada parte de su cuerpo-

¡ TE AMO !

Me tenía loco, de eso no había duda sentir el calor de su cuerpo juntarse con el mío, sus labios besar los míos y cada vez que entraba en él podía sentir como mi cuerpo se estremecía ante aquellas embestidas, sus palabras eran las que yo deseaba escuchar, no necesitaba nada en ese momento, lo tenía a él y de esta noche seria para siempre mío en cuerpo y alma había encontrado lo que no estaba buscando y eso me llenaba de gloria, de satisfacción y de miles de emociones que ya ni siquiera podía describir. En un abrir y cerrar de ojos vi como el gitano que estaba entre mis brazos comenzaba a llegar a su clímax, aquello hizo que mi cuerpo lo deseara aún más, la excitación creció y mirándole salvajemente bese aquellos labios que entre jadeos seguía enloqueciéndome.

Dios no sabes cuánto te amo – dije entre dientes besando aquellos labios carnosos, seguí masajeando su virilidad quería que sintiera lo mismo que yo, sentir como su cavidad se apretaba con la entrada de mi miembro, ya ni palabras tenia para describir este acto de amo, y nadie podría decir lo contrario. – Lioneel – añadí mordiéndole el labio mientras un choque electrifícate sentía recorrer mi cuerpo ambos estábamos llegando al punto máximo de aquel acto y por alargarlo aún más me contendría todo lo que fuese necesario. Mordí reiteradas veces su labio inferior con algo de fuerza pero no tanta como para hacerle algún tipo de daño. Mis jadeos seguían, mi interior rugía de una manera realmente sorprendente. Placer era solamente lo que sentía en ese momento.

Las palabras sobraban en ese momento, el sabía lo que yo sentía por él y por muy loco que pareciera no hacía falta conocer una persona toda una vida para amarla, solo bastaba un acto y sabias quien estaba hecho para ti y quién no. Mi mente viajaba entre pensamientos y pensamientos por la única razón de extender todo un poco más. Mi mano apretó el miembro ajeno con cierto afán de quererle ver como estallaría en ese momento, cerré mis ojos y me deje llevar con las múltiples embestidas que estaba teniendo. – no… no aguanto – solté su miembro y pose mis manos a la altura de sus caderas y con algo de ayuda le hice moverse sobre mí al tiempo que los dos nos movíamos como un baile erótico de nunca acabar.

Aun con los ojos cerrados no aguante más y me deje llevar por el calor, su aroma, el deseo y el placer que me hacía sentir. Mi respiración estaba agitada y mi corazón latiendo a mil por hora no daba tregua a nada, estaba totalmente agitado y… sentí como todo mi cuerpo se paralizaba en un instante desde mis pies hasta mi propia cabeza, un último empujón hacia él y logre percibir como lo llenaba de mi líquido blanquecino y reiteradas contracciones comencé a sentir y todo paulatinamente se volvió blanco mi corazón aun latiendo con más fuerzas y mis labios sedientos de Lionel buscaros los ajenos depositando un beso apasionado sin dejarme ni el menos espacio para que ninguno se pudiera separar del otro. Desde el momento que te vi, supe que serias para mí – era cierto, algo me había empujado a invitarle, mi interior lo sabía más yo estaba cegado – Te amo – susurre pasando mi lengua por el lóbulo de su oído, me gustaba sentir su cuerpo cuando hacia aquella jugada.

-Como podia hacerle sentir tanto en tan poco tiempo, notaba que su corazon estaba escribiendo a cada latido aun mas fuerte que el anterior (si eso era posible) el nombre de ambos como un flechazo que estaba buscando a los dos hombres, que importaba el sexo solo el sentirle, el hecho de poder sentirle sobre su cuerpo rozándole, buscando que su interior se rindiese o incluso en cada embestida como la oleada de placer se infiltraba en todo su cuerpo empezando por sus muslos siguiendo el recorrido en su vientre y finalmente acabando en su pecho donde sus pezones estaban endurecidos; Se deshacia a caricias en su espalda marcando inconscientemente la piel de Xavier mientras se mordia los labios escondiendo sus gemidos en los labios ajenos, notaba las mordidas y como las respondia con sumo gusto incluso con el mismo deseo lamia la saliva que quedaba en ambas bocas respirando agitado.

No podia hablar, ni siquiera podia pronunciar un "yo tampoco aguanto" sentia temblores, sus piernas temblaban no solo por las embestidas sino tambien por el ardiente placer, el miembro del gitano, endurecido, humedecido por el liquido preseminal estaba atendiendo a esas caricias que le estaban haciendo galopar al vaiven de la respiracion, no aguantaba solo por aquellas caricias su miembro especialmente su glande se mostraba enrojecido, los tobillos se afianzaban en las caderas ajenas hasta que finalmente el gitano comenzó a moverse haciendo caso de cada uno de sus movimientos.

Si solo hubiera sido sexo...pero no, no se trataba de sexo, lo que sentia era el hambre de amor, como ambas almas se unian en aquel baile o como el aire inexistente filtraba el sudor en sus mejillas, su menton, besando sus labios con pasion intentando que su respiracion no se notase demasiado agitada sabiendo que todo lo que habia hecho habia sido en vano cuando un gemido rasgo la habitacion, su orgasmo, el orgasmo de xavier, notandole en su interior, sin verlo asqueroso o sucio deteniendose a mirar sus ojos con los labios abiertos mientras los cabellos interrumpian en su gloriosa vision, la de la persona con la que queria estar por los restos, acaricio sus mejillas respirando agitado-

Xavier...

-Siempre habia escuchado esas historias de las gitanas enamoradas o de los poetas la imagen de tras haber yacido con la persona a la que amabas, la gloria que suponia verla o tenerle y abrazarle envolver ambos cuerpos en un abrazo, eso hizo una sonrisa en los labios, le amaba...le amaba tanto que rabiaba que dolia, que estaba en el mismo paraiso...queria gritar "te amo, te amo.."-

Te amo ta...t...tanto...gggmm

-rio suavemente pero tambien algo nervioso cuando sintio esa confesion en su oido, la zona mas sensible del gitano, abrió la boca tragando saliva mientras apretaba una vez mas su espalda respirando en su oido apretandose con fuerza, su piel se erizo, sus caderas se alzaron aun sintiendo en su interior al hombre que más amaba no pudo contenerse en tragar lentamente envolviendo su cuello, dejandoque su mirada estuviera fijamente sobre la de Xavier, Lionel se dedico en acariciar sus cabellos, su pecho, viajar por su cintura y su vientre formado sonriendo suavemente algo avergonzado al palpar el liquido seminal en el vientre de Xavier mordiendose los labios suavemente al bajar la mirada contemplando aqella mezcla de sudor y semen-

Había estado con mujeres, tenido sexo con ellas, darles placer y sentirlas saciarse de mí, pero esto que acababa de hacer lo superaba en creces, no había tenido una relación sexual, si no que había hecho el amor con la persona que revoluciono todo en mi interior. Era extraño porque ambos éramos hombres, pero los dos sentíamos amor por el otro. Podrían llamarme loco por amar a un hombre pero defendería mi amor por sobre todo, ¿Por qué? Se preguntarían, simple aquel Lionel no era un varón igual a los demás, tenía esa pasión que escasamente tenían los de su sexo, era sensible, fuerte, delicioso, hace que mi corazón lata rápido y lento a la vez. Aquel gitano robo mi corazón, en el momento que pensé nadie podría amarme. Él ya era mío tenía mi marca en su cuerpo, bese suavemente sus labios y lentamente comencé a salir de su interior, intentando de no hacerle daño alguno, apreté sus caderas mientras salía por completo. Aproveche de acariciar sus cabellos y mis manos juguetonas rozaron su cuerpo. – Lionel, no te dejare ir nunca – hable mirándole con ternura sin dejar de acariciar su cuerpo que era verdaderamente suave.

No quiero que pienses que soy egoísta, pero te quiero solo para mí, quiero amarte, necesitarte y saciarme de ti. No quiero que nadie te desee más que yo, nique nadie te amé más que yo… porque desde ahora eres mío, me perteneces – le dije de manera seductora y desafiante al tiempo que mis labios se acercaban a los de el para besarlos entre cada palabra. Mi respiración lentamente volvía a su estado natural y tanto Lionel como yo quedamos tirados sobre la alfombra que fue testigo de la entrega mutua, bajo el techo de mi residencia que sería nuestro lugar secreto. – Quiero que siempre recuerdes esta noche, como el principio de nuestra vida juntos – añadí besando su frente. Me senté y acomode las almohadas para que ambos quedáramos cómodos y completamente juntos. – Lionel, dime que piensas, quiero saber todo lo que pasa por tu cabeza, quiero conocer tus sueño, tus triunfos y fracasos – si quería formar parte de la vida del tenía que saber todo lo que pasaba por aquella mente.

Con un gesto que rompía todos mis esquemas le abrace dejando que su cabeza quedara en mi pecho mientras mis dedos se enredaban en esa cabellera larga y oscura, el fuego de la chimenea mantenía el ambiente temperado, cerré los ojos dejándome llevar por su olor, por el tintinear de los leños al quemarse, estaba en un verdadero paraíso, donde el placer poco a poco quedaba atrás y ahora mis sentimientos estaban aflorando, por un minuto o por toda la eternidad mi corazón estaba abierto de par en par para el único humano en esta tierra que tenía todo mi amor. Bese su cabeza, dándole caricias continuas – Dime lo que deseas y lo tendrás mi amor, sé que recién nos estamos conociendo pero siento que te conozco de mucho antes, no quiero apurarte en nada, quizás tenías una novia… o nose, no quiero que pienses que solo te quiero para una noche por que no es así, te quiero para siempre conmigo aquí en mi casa. – si ahora estaba siendo una persona egoísta por querer tener al más sexy hombre de toda esta tierra. – Te Amo Lionel – fue lo último que pude decir, ahora a él le tocaba hablar.

-De nuevo se sumergio en aquella sonrisa que no podía escapar de sus labios, nunca habia hecho "aquello" si bien era considerado pecado por la mayoria para él solo era amor en estado puro, era cierto que lo normal habria sido un hombre y una mujer pero ¿que era ahora normal? el sonido de su corazon le estaba diciendo que lo normal era el sentimiento mutuo de ambos, sus cabellos escondian su rostro por unos momentos notando aquel sudor acariciar su piel pero con mas calma incluso brindando su ausencia cuando antes habia estado presente en todos los lugares ahora solo estaba en los más recónditos, como la curvatura de su cuello, sus hombros, suavemente su espalda era aguijoneada por una o dos gotas pero nada de lo que debiera de preocuparse. Aquellas caricias le hacian sonreir mientras conocia que su cuerpo reaccionaba como si estuviera siendo feliz ante aquel toque, los hombros no solian ser tan sensibles como lo era Lionel pero aquello no le importó en absoluto cuando escuchó hablar a Xavier. Posesión pero amor, era lo que siempre habia buscado, alguien que le dijera al oido "eres mio" pero que tambien le respetase como persona.

¿Porque no podia hablar? solo estaba embobado, mirándole, sintiendo como acomodaba los cojines para que ambos estuvieran comodos mientras que estiraba su cuerpo lo suficiente como para que un crujido se escuchase, la tension de aquellos dias se habia desvanecido y solo habia quedado el aroma de aquel hombre impregnado al suyo, acaricio su pecho cuando hablaba pero sin perder ninguna de sus palabras con una sonrisa suave en los labios ¿de verdad creia que seria capaz de olvidar aquello? nunca, nunca podría olvidar cuando se conocieron en aquella cafeteria mientras le decían que era un gitano y no podia ser atendido o como él le habia mirado y al mismo le habia correspondido ayudándole a ser atendido, a probar el dulce no solo del azucar sino tambien de sus labios ¿si le besaba saborearia de nuevo aquel dulce? se sonrió al pensar aquello cuando se mordio los labios mirandole a los ojos-

No deseo nada, a diferencia de quien te puedas encontrar seguro que te diria "deseo tierras" "deseo hacer x" "deseo hacer y" pero yo no soy así, mis deseos los puedes hacer realidad en todo momento... deseo sentir tu aroma en mi piel o ropa en cualquier momento, deseo ver tu sonrisa, estar contigo cuando sea bueno y cuando sea malo, deseo poder pasar el resto de mi vida amándote... soy torpe en el amor pero te daré todo lo qu eposeo, todo lo que soy yo, todo.. porque solo tu eres y siempre serás el hombre de mi vida aunque suene raro y seguro que pensarás lo mismo

-Reia mientras dejaba un amano en su frente, esquivando a sus cabellos que ya aparecian acariciando su rostro, la verdad es que era extraño a quien iban a negarselo ya que solian ser los hombres quien dijeran a las mujeres que eran los amores de sus vidas o podia ser que tambien fuera al revés como sucediera pero nunca entre hombres, esperaba que no le pareciese raro o que no le dejara aparcado por el que diran, a el no le importaba ni las miradas, ni las palabras ni aquellas personas que le juzgarian de raro sino todo lo contrario lo unico que deseaba y lo que en verdad deseaba era estar a su lado jurándole amor eterno durante todos los dias, con una poesia al despertarse, preparando si podia algo de comer, estando a su lado aunque no tenia demasiado dinero como para regalos caros, llevarle a cenar o cualquier cosa de esa índole deseaba entonces... estar con él durante toda, toda su vida-

Esta noche ha sido nuestra noche, la primera de muchas que vendrán porque no, no piendo dejarte, abandonarte... yo soy un gitano y no se si sabes que los gitanos solo nos prometemos una vez y juramos amor eterno solo una vez en la vida porque a quien juramos amor es a quien amaremos como un lazo que siempre esta con nosotros... y despues de tanto hablar solo me resta decirte... lo que ya sabes, que te amo.

Normalmente hubieran pasado varias citas antes de decirle que lo amaba, antes de tocar su piel siquiera, lo hubiera estudiado, conocido sus debilidades y sus fortalezas, también lo hubiera investigado desde el momento que nació hasta que hacia horas antes de nuestro primer encuentro, pero algo había aprendido esa noche que el amor, solo llegaba y se clavaba en tu ser, que el tiempo me enseñaría lo que era Lionel y que ahora solo tenía que amarlo porque había roto aquel esquema que me puse hacía mucho tiempo, no era de importancia que fuera un gitano, lo que me importaba era que su corazón latía, que por sus venas corría aquel liquido carmesí que ayudaba a sus mejillas a sonrojarse, que su respiración era cálida y me embriagaba. Escucharle hablar me hacía sentir bien, me gustaba saber que era lo que se le pasaba por la cabeza y no me importaba, que me pidiera amor o un millón de francos, porque cuando se trata de amar uno hace hasta lo imposible por satisfacer a quien tiene enfrente. Lo que él me pedía era lo más valioso y lo que costaba más complacer, por que habrían noches que no estaría con él y eso me partiría el alma, pero tenía un deber con la sociedad y siempre que tuviera tiempo lo pasaría con aquel hombre, porque él se merecía todo y mucho más. Estire mi brazo en busca del abrigo que había puesto en los hombros de Lionel cuando salimos del café, cubrí nuestros cuerpos con aquel abrigo.

Me acomode dejando mi cuerpo de lado para que mi mano derecha quedara arriba, así para poder darle caricias suaves a Lionel, - no importa si me pides, cariño, amor, sonrisas, besos, abrazos, siempre los tendrás – deposite un beso en el hombro ajeno mientras mis dedos jugaban en la cabellera larga de Lionel, enredando mis dedos en aquellos cabellos, mis ojos no dejaban de mirar a quien tenía en frente, mi corazón latía con fuerzas aun extasiado por lo que había ocurrido y mi mente jugaba con mi corazón, mientras la razón no dejaba de hablar. – Algún día, serás Lionel Sinclair – hable con suavidad, quería que toda la sociedad lo reconociera como tal y lo respetara, el aquel gitano merecía más respeto que cualquier otro, no por ser gitano lo tenían que tratar mal, y yo me encargaría que nadie lo pasara a llevar como en el café. Acerque mi cuerpo más a él y le di un beso en sus labios suavemente, llenándome de aquel amor que había en aquella biblioteca que había sido la espectadora en aquel acto de amor. – Dime Lionel… ¿Te gustaría ser mi novio? – aquella pregunta se escapó de mis labios era una propuesta, si, quería proclamarlo como mío.

Acaricie la mejilla de Lionel con la punta de mi nariz, mis ojos completamente cerrados proporcionaban una caricia podía oler ese aroma a su piel, que parecía ser un verdadero elixir embriagante, suaves besos le daba mientras seguía haciendo aquello. Llegue a su oído y susurre – Dime que no… y luchare por ti… - mis palabras eran suaves pero profundas – Dime que sí y te entregare mi corazón para que lo cuides, para que me ames cada día como si fuera el ultimo – me acerque a sus labios y los bese, tiernamente, parecía un niño embobado en ese momento pero era el mejor sentimiento del mundo, acerque mi cuerpo más a Lionel y le abrace para que pudiéramos descansar – Quédate conmigo esta noche… quiero despertar y saber que no es un sueño, que todo ha sido real. – bese su frente y cerré mis ojos para dejar que todo en mí se relajara por completo.

-Seguia con esa sonrisa en el rostro mientras se mordia los labios pensando en que podia pedirle ¿que, que? pero ya lo sabia, una eternidad a su lado era el unico deseo que tenia por el momento porque solo de ese modo podian tener las sonrisas o podian llorar o podian desgarrarse a abrazos e incluso podia ser lo contrario y acabar matándose a mordiscos pero siempre podrian volver el uno con el otro ¿que podia ofrecerle Lionel? solo era un gitano, no tenia vienes tampoco podia presumir de dinero ni de formacion pues la escuela para él habia quedado muy lejos...cerro los ojos a los pensamientos al notar ese beso en su hombro tan sutil como romantico, apasionado y sensual que era capaz de despertarle aun cuando tuviera los ojos cerrados-

Lionel Sinclair os ama Xavier Sinclair

-Musito mientras vagaba con su imaginacion sabiendo que...era hermoso, tan hermoso que su mente lo repetia mil y una ocasiones pues los gitanos siempre que se enlazaban con alguien eran fieles hasta los huesos (con excepciones claro). Se mordio los labios mientras sin los cabellos podia finalmente observarle al rostro con una sonrisa timida en los labios dejando su frente sobre la de aquel hombre mientras respondia al beso asintiendo a su pregunta, asentia suave porque aun su mente estaba dibujando corazones en las estrellas con la palabra "xavier y lionel sinclair" ¿podrian ser felices? el creia que si, que era un autentico cuento de hadas aquel que anteriormente se habia negado a creer...ese cuento que antaño lo habia tomado con amarga sonrisa y lo habia leido como un guion estudiado a los niños para que ellos si creyesen en las hadas, en cambio ahora, mientras su pecho palpitaba alli donde habia sido un "nido de amor" para ambos podia gritar que estaban escribiendo su propio cuento de hadas-

Lo deseo Xavier, deseo ser tu Lionel Sinclair por el resto de mis dias. Además ¿porqué me negaria? no hay nadie en mi corazón más que vos señor sinclair al mismo que este humilde gitano os ruega que descanseis, porque esta noche velará por vuestros sueños, juro que serán hermosos pues igual de hermosa ahora me es la vida gracias a que os tengo a mi lado

-Susurro todo el rato en el oido de Xavier con una sonrisa tierna en los labios a la par que recreaba esa sensualidad gitana que escondida siempre permanecia, su cuerpo se apego mas al suyo incluso lo que servia para esconder ambos cuerpos tanto del desnudo como del frio mostraba sus hombros, ¿habria sido destino? palpó el pecho de su ahora pareja, delineandolo, haciendo unos corazones seguidos de otros mientras besaba sus labios de nuevo mirandole a los ojos con una sonrisa, no queria dormir, queria verle descansar y despues cuando abriese los ojos ser el primero que le diera los buenos dias ya que para el gitano seria un insulto dormirse antes queria ser especial queria hacer especial desde ese dia hasta el ultimo que viviese...ser suyo. Respiraba el aire varonil como al mismo tiempo peligroso, sus hombros, la tension, estaban acariciandole pero para recordarle quien era...no les hizo caso, se abandono a la tranquilidad de saberse feliz al lado del hombre que amaba incluso a pesar de estar rodeado de libros le fue imposible buscar alguno para entretenerse o alguno para llevarse a esos momentos aprovechando que le estaba pidiendo a Xavier que descansara. Abismales pensamientos seguian haciendo de las suyas mientras Lionel masajeaba y mimaba con la mano izquierda el pecho de Xavier bajando suave por su cintura hasta sus caderas recorriendolas con calma mientras subia a los hombros y jugaba con los dedos de la mano de su amado al mismo que con la mano derecha entrelazaba sus digitos en los cabellos ajenos sonriendo mientras besaba su cuello suavemente mimandole, haciendo suya de manera inconfundible cada centimetro de la piel de su Xavier-