Tan hermosa, que eclipsa a la diosa luna [-Privado-]

-Ella era distinta, clamaba mi corazón que debia de andar con pies de plomo porque sin duda me acabaría devorando aunque ella tenia razón en sus pensamientos e incluso en su desdén hacia mi pues ya habría de haberme visto en brazos de alguna otra dama emitiendo un cancionero romantico que las otras mujeres respondían con una retahíla de suspiros pero al final lo que quedó o permaneció fue sino una sonrisa por este momento porque no pensaba que iba a ser como las otras.

Esta noche mis deseos por la facilidad se habian evaporado quedando entonces el deseo de estar con alguien tan dificil que me volviera desesperado, removiendo mis manos sobre los cabellos porque como buen caprichoso varón quería obtener todo cuanto habia cerca de mí. Miré al animal que iba con ella apaciguando mi ser pero apartando tambien mi mirada de la mujer que tan interesante era...amantes, siempre las habia tratado con tanta ternura que muchas huían porque querían a un hombre rudo que les hiciera sentir bien pero yo no entraba en eso, en esas peleas idiotas que eran sino absurdas por mi modo de comportarme-

No me referia precisamente a la embarcación

-Repetí con cautela, de nuevo mis pupilas se fijaron en las de aquella mujer que ya estaba pensando en librarse de mi ¿como haría eso? no era un hombre que se diera por vencido tan pronto como los otros, ella debia de tener ya a algun hombre que estuviera haciendole suspirar pero nunca me habia importado eso a la hora de conseguir mis objetivos.

Era un jugador nato, los jugadores siempre tienen una carta en la mano y otra bajo la manga de manera que podian perder o ganar si sacaban la carta con disimulo porque sino no solo perderia sino que su vida corria un serio peligro debido a la paliza que seguramente recibiría, mentir, era un arte al que me habia habituado por como la vida me habia tratado, cruel mujer a la que abandoné e incluso igual de cruel que lo soy ahora yo. Mis pensamientos se evaporaron con el aire y un sonido que emitió la yegua que me hicieron volver a la realidad hasta volver y mirar a otro lado con una sonrisa-

No nos conocemos, pero veo que tu a mi un poco si, deseo conoceros mademoiselle pero si me pedis que me aleje de vos, eso haré.

-Me incliné, caballeroso y perfecto como todo lo que acostumbraba a hacer aunque salir de la rutina no era nada malo sino mirenme hoy estando asfixiado de las mujeres y sin más buscando la compañia de una de ellas...habia ocasiones en las que el mundo se caia sobre mi cerebro especialmente los dias en los que todos querian algo de mi que yo negaba a ofrecer.

Cuando alguien se crea una reputación, nunca se sabia porqué, pero siempre debias de garantizar su protección tanto si era para bien o para mal porque despues de todo segun contaban los rumores podías ser el hombre de su vida, las mujeres solo me querían para presumir a las demás de que habian cazado al hombre que nadie habia podido y si para eso debian de despojarse de algun que otro peso en sus bolsillos lo hacían.

Me acerqué en un momento hacia una barandilla en la que habia embaucado a mas de una extranjera consiguiendo llevarla a un recorrido sensual por paris por un modico precio, ahora servia para apoyar mi cuerpo volviendo a mirar lo que antes no habia hecho,el mar, el aire, incluso algún pescador que seguramente queria pescar más que nadie-