Noah Dómine

por **Noah Dómine** Miér Abr 13, 2011 4:14 pm

Nombre del Personaje: Noah Dómine. No recuerda su verdadero nombre.

Edad: Aparenta unos 29 años. En realidad, ha vivido a lo largo de más de 80 años.

Especie: Licántropo.

Facción: Ninguna.

Tipo, Clase Social y Cargo: Clase Media. Se dedica a la seguridad del Teatro, siendo uno de sus Guardias.

Sexualidad: Heterosexual.

Lugar de Origen: Bourgogne (Borgoña).

Habilidades y poderes:

Habilidades y atributos innatos
→ Habilidades: Sigilo, sentidos aumentados, buenos reflejos, agilidad, flexibilidad, velocidad y fuerza sobrehumana.

→ Atributos: Garras afiladas, dentadura afilada, rasgos lobunos en su aspecto transformado y longevidad.

Poderes innatos
→ Transformación: Habilidad de cambiar de forma humana a animal y viceversa. Cuando el licántropo está en su forma transformada aumenta un 50% su potencia física.

→ Sanación acelerada: Habilidad para sanar rápidamente heridas y contusiones no tan graves (esto no aplica al desmembramiento; si les arrancan un brazo, el brazo no volverá a crecer). El tiempo de recuperación varía según el personaje y la gravedad de la herida o lesión. Cuando se trata de balas de plata o fuego pueden morir si las heridas son muy graves.

→ Percepción del aura: Habilidad para ver las auras de otros seres, cuyos colores indican su humor, identidad y nivel de hostilidad, de este modo saben si están bajo amenaza. Este poder también les permite reconocer a otros licántropos cuando no están transformados e identificar a los vampiros gracias a su aura pálida y su característico olor.
Como licántropo, normalmente tiende a utilizar esta habilidad valiéndose de su aguzado olfato.

Habilidades Propias (determinadas por elección)

→ Fortaleza: Capacidad de resistencia extrema al dolor físico.
Fruto de un entrenamiento dedicado en exclusiva a fortalecerse, sus músculos se han endurecido y su piel se ha reforzado más allá de lo que se considera normal. No le vuelve inmune al dolor, pero mitiga de sobremanera las molestias derivadas.

→ Ojo superior: Habilidad para tener visión aún con los ojos cerrados o en la oscuridad. El licántropo posee naturalmente una visión más aguda, pero no se compara con esta habilidad que se puede igualar a la visión de un halcón.
Acostumbrado a arreglárselas en multitud de situaciones poco favorables, su vista se ha desarrollado más allá de lo que es normal, permitiéndole ver con nitidez incluso en la más absoluta oscuridad, inclusive con los ojos cerrados.

→ Telepatía y comunicación con los animales: Habilidad para comunicarse con otros licántropos por medio de la mente (cuando están transformados) y con otros animales que no sean parte de su raza (incluidos los Cambiaformas). Funciona únicamente a cortas distancias.
El último legado de su creadora. Una habilidad que raramente le resulta útil, porque es incapaz de controlar su instinto cuando está bajo el influjo de la Luna Llena, lo que dificulta su forma de expresarse en ese estado.

Descripción Física: En forma humana mide metro ochenta y dos y tiene una ligera complexión atlética con músculos levemente torneados que no demuestran la fuerza que aparentan. Su piel es de un color más bien pálido, en contraste con sus cabellos del color del ébano, lisos y que ahora mantiene cortos. Lleva una discreta perilla de la misma tonalidad, que hace juego con sus labios de trazos finos que suavizan sus regias facciones y realzan su sonrisa. Todo su rostro denota fuerza, algo que queda reafirmado por las características de sus pómulos, pero todo el conjunto logra exaltar la intensidad de su mirada.

Sus ojos son tan peculiares como exóticos: su mirada tiene una tonalidad esmeralda, que suele reflejar su estado de ánimo. No obstante, mientras se halla bajo la influencia de la luna llena, sus ojos se resienten: éstos pierden su brillo gradual y paulatinamente, hasta volverse de una tonalidad perlada antinatural, pero no tan brillante como la diosa plateada en su magno esplendor. Si el verde tiene un cariz cálido y agradable, ese gris refulgente tiene matices que tienden a causar terror e incomodidad.

En raras ocasiones, sus ojos varían de tonalidad por unos momentos. Por ejemplo, si le causan un daño realmente extremo, su agradable tonalidad glauca cambiará.
Esto es una clara señal del dominio de sus antiguas habilidades, que quedaron relegadas a un segundo plano cuando puso fin a la maldición que le acechaba. Debido a los acontecimientos que propiciaron la aparición de su amnesia y su consecuente nueva condición, actualmente no es capaz de mantener bajo control a su propio ser interior.

Su cuerpo sólo luce unas pocas cicatrices, ya que todas las demás heridas terminan siendo sanadas por su capacidad regenerativa: una diminuta marca circular situada a la altura del omóplato izquierdo, el recordatorio de una bala de plata que erró el tiro fatal; una ligera macha oscura ovalada en la zona de su nuca como la señal del mordisco que lo convirtió y que no llegó a sanar por completo. Entre su cabellera, la parte superior del lateral derecho, se oculta una diminuta marca de tacto ligeramente más rugoso: el disparo que le causó la amnesia que sufre y que no acabó con su vida por algún macabro capricho del destino.

Una vez se halla bajo el influjo de la luna, su demonio interior despierta y sale al exterior. Unas veces aparenta parcialmente la forma animal, siendo una bestia de mayor envergadura, rondando los dos metros de altura, sus músculos más definidos y alterados por la potencia de la licantropía. Todo su cuerpo queda cubierto por un pelaje oscuro mientras que afiladas garras ocupan el lugar de sus otrora manos delicadas. En algunas otras ocasiones, su cuerpo adopta por completo un aspecto feroz, resultando en un Lobo de pelaje negro, de poco más de un metro de altura desde las pezuñas hasta la cabeza (sin incluir las orejas), un metro noventa de longitud si se le excluye la larga cola, y con un volumen de más de 70 Kg, lo que le proporciona unas características un tanto por encima de la media y una potencia que no se equipara fácilmente.

En ambas formas su pelaje es negro como el ébano. En otro tiempo, tenía mechones carmesíes como indicativo de la maldición que le afligía tiempo atrás, pero de algún modo se han decolorado y ahora esos mechones lucen con la misma tonalidad que sus ojos grises. Sin embargo, esto no se observa en su forma humana, debido a que la maldición se ha consumido y sólo cuando sufre la condena de lo que realmente es, éstos siguen mostrándose, como un recordatorio silencioso de que antaño no fue sino un títere y ahora se ha ganado el derecho de ser el dueño de su propio destino. Estos son los únicos reminiscentes de su pasado en estas formas, ya que las cicatrices únicamente las luce en su forma humana.

Spoiler:

Spoiler:

Acerca de sus atuendos, suele preferir prendas cómodas y de colores oscuros. Normalmente viste de forma impecable, pero en ocasiones su aspecto es algo descuidado y atrevido, todo dependiendo de la situación y de su estado de ánimo.

Descripción Psicológica: Si alguien de su pasado lo volviera a ver, además de reconocerlo sin demasiados problemas, se aventurarían a decir que ahora no es más que una sombra de lo que fue antaño. Pero eso no es del todo cierto. No recurre a la hipocresía ni a la falsedad. Se podría decir que apenas le quedan dotes como actor y le cuesta mentir, pero las sonrisas que asoman a sus labios son sinceras y las siente de verdad.

Intenta no mostrarse serio aunque no le resulta fácil tener que arreglárselas con su falta de memoria y, al mismo tiempo, tener que lidiar con la monstruosa bestia que sólo saca a relucir en determinadas noches, cuando la luna corroe con ácido la sangre de sus venas. Si bien el haber encontrado unas cartas de su antigua vida le han ayudado a encontrar algunas respuestas, ha de reconocer que son experiencias que no volverá tener, y por lo tanto, son vivencias perdidas para siempre. Pero no tiene mucho sentido darle vueltas a lo que se ha perdido… y aun así, en alguna ocasión, no puede evitar pensar en ello.

Le cuesta aceptar su condición de licantropía: a causa de una decisión importante, se vio despojado de sus recuerdos. ¿Y qué es una persona sin sus recuerdos y experiencias? Es duro tener que comenzar de nuevo ayudado por imágenes de su pasado recreadas por una mente rota…

Le resulta difícil concebir la idea de poder domeñar el animal que yace en su interior. Eso se refleja en su trato con otros licántropos, porque simbolizan todo lo que fue y todo lo que se perdió. Quizás algún día llegue a perdonarse a sí mismo y sea capaz de aceptarse tal y como es.

De porte generalmente refinado y trato cordial, mantiene las formas propias de su ya perdida nobleza. Pero el ser un licántropo ha resultado en el desarrollo de unos sentimientos más profundos y vivaces, de modo que bajo ese manto de apariencia se esconde un ser pasional donde los haya. Si bien su verdadera pasión queda reservada para quién realmente la merezca, ya que será indicativo que se han ganado su corazón.

Se muestra diferente con aquellos que se han ganado su interés o su confianza, siendo más agradable si cabe, pero intenta no excluir a nadie del buen trato.

¿Su mayor debilidad? Aquellos que lo conocieron en el pasado: si bien él no los recuerda, no duda que ellos debieron formar parte de su vida.

Defensor acérrimo de quienes lo necesiten, sea cual sea la situación. Desgraciadamente, cuando se transforma puede causar tanto o más peligro que en el que sus protegidos se vean envueltos.

Historia: Proveniente de una familia noble que sufrió el ataque de una sola licántropo, junto a su hermana consiguió sobrevivir, pero a un alto coste: se vio forzado a convertirse en un licántropo tan sólo por el placer de su creadora. En aquél tiempo aceptó su ser, abrazó lo que era y decidió vivir su nueva vida, pero tuvo que sacrificar a su familia, y a su hermana, a quién consideró muerta tras recibir su propio ataque durante la primera de sus transformaciones bajo la luna llena. Reuniendo cuanto le quedaba, y ocultando con maña y astucia su origen y sus herencias monetarias, acudió a la Ciudad para comenzar de nuevo.

Se le dio bien actuar como actor en el Teatro, y gozó de una pequeña fama y reconocimiento, e incluso trabó amistad con un licántropo excéntrico pero divertido, así como dejar un poco de su huella entre otros ciudadanos. Pero todo lo bueno se acaba, y el peligro terminó acechando de nuevo a su existencia.

Tuvo que verse obligado a abandonar la ciudad bajo amenaza de que alguien a quién tenía en gran estima se viera perjudicado, cierta mujer, y eso era algo que no podía permitir. Los errores y actos que él hubiera llevado a cabo en el pasado le debían afectar sólo a él, no a otros.

Pasó cada hora de cada día durante unos años entrenándose para fortalecerse e ir resistiendo todos los esfuerzos que su creadora le hacía llegar para que no pudiera hacerle frente. Sus penas por todo lo que dejó atrás, y que había dejado, ahora eran su consuelo, y la rabia no le daba sino fuerzas para andar. Sabía que no iba a tropezar dos veces con la misma piedra.

Así fue como llegó hasta ELLA, y en un encarnizado enfrentamiento que duró vario días, entre los cuales se incluía una noche de luna llena, consiguió derrotarla, no sin antes revelársele una dura verdad que le dejaría una de las varias marcas que marcarían su psique a la larga.

Consiguió su libertad, de nuevo a un alto coste. Pero esta vez no salió bien… alguien cercano le traicionó, y le tendieron una emboscada en cuanto fue posible. Le hirieron con hojas hechas de plata y varias balas de la misma característica. Una de ellas penetró en su cráneo, pero milagrosamente no acabó con su vida, si bien le alteró para siempre el color y la tonalidad de estos. Si bien sus capacidades consiguieron salvarle el pellejo, repeliendo el veneno argénteo y sanando y cicatrizando la herida, su cerebro sufrió una amnesia aguda. A duras penas consiguió escapar de la escolta que lo había hecho prisionero justo cuando alcanzaban el puerto de la ciudad, donde iban a hacer escala antes de llevárselo lejos, allende del mar.

Fue una fortuna que aquella noche hiciera Luna llena, y aunque estaba a punto de amanecer, era cuanto necesitaba el licántropo para tener una oportunidad.

Noah, ya sin sus recuerdos y sin conocer siquiera su nombre, acabó siendo avistado en el puerto, sin prenda alguna y cubierto de sangre, con heridas profundas en brazos y piernas, de modo que fue arrestado de inmediato, pero al no haberse reportado desapariciones, que nadie atestiguara nada sospechoso y debido a la carencia de pruebas en su contra, no pudieron retenerlo por demasiado tiempo. Poco después, podría volver a llevar una vida normal, o al menos, lo más parecido posible a una vida sosegada.

Su destino era desconocido para él, pero los engranajes de la Fortuna ya habían comenzado a girar lentamente…

Datos Extras:

Apenas recuerda nada de su estancia anterior: sucesos, rostros… la gran mayoría de recuerdos se han evaporado, teniendo retazos y fragmentos de memoria aquí y allá. De entre todos los rostros, siempre habrá uno en concreto que jamás pueda olvidar, por mucho que sea incapaz de recordar su nombre.

Puede ser algo reservado o incluso desconfiado al principio, pero una vez ganada su fidelidad, su voluntad no flaqueará.

Sus ojos pueden variar de color debido al influjo de la luna o como consecuencia de sufrir un padecimiento extremo, entre otros factores.

Ahora trabaja como Guardia, pero antes era actor en el mismo Teatro donde ejercita su empleo.
Siente una irremediable aversión hacia otros licántropos, aunque eso no significa que no pueda respetarlos si se da el caso.

No acepta del todo su condición de licántropo debido a que considera que hacerlo implicaría aceptar al monstruo sin corazón de su interior.

por **Nigel Quartermane** Jue Abr 14, 2011 12:33 am

FICHA APROBADA
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Re: Noah Dómine